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CULTURA ROMANA

El imperio Romano, tanto en sus épocas paganas


como cristiana, dio poco o ningún impulso al estudio
de las ciencias. Roma era una sociedad práctica que
respetaba la técnica pero consideraba la ciencia tan
poco útil como la pintura y la poesía.

Los conocimientos astronómicos durante este período


son los que ya se conocían en época helena, es decir,
algunas teorías geocéntricas (Aristóteles) y la
existencia de los planetas visibles a simple vista
Venus, Marte, Júpiter y Saturno, con especial mención
a nuestro satélite natural, la Luna conocida desde
siempre y considerada como un Dios.

No podemos dejar de mencionar al filósofo romano Lucrecio, del siglo I a.C., y su


famosa obra De Rerum Natura, en la que encontramos una concepción del Universo
muy cercana a la moderna, en algunos sentidos, y extrañamente retrógrada, en
otros.

CULTURA ARABE

Los Árabes fueron quienes después de la decadencia


de los estudios Griegos y la entrada de occidente en
una fase de oscurantismo durante los siglos X a XV,
continuaron con las investigaciones en astronomía
dejando un importante legado: tradujeron el
Almagesto y catalogaron muchas estrellas con los
nombres que se utilizan aun en la actualidad, como
Aldebarán, Rigel y Deneb.

Entre los astrónomos árabes mas destacados se


encuentran Al Batani, Al Sufi y Al Farghani, una
autoridad en el sistema solar que calculó que la
distancia a Saturno era de 130 millones de kilómetros
(su distancia es 10 veces mayor).

Los omeyas, una de las tribus fronterizas árabes, que habían servido como
soldados auxiliares romanos y se habían helenizado, constituyen la punta de lanza
para la introducción de la actividad científica en el mundo árabe.

En el año 700 los Omeyas fundaron en Damasco un observatorio astronómico. En


773 Al-Mansur mandó traducir las obras astronómicas hindúes, los Siddhantas.

En el año 829 Al-Mamúm fundó el observatorio astronómico de Bagdad, en donde


se desarrollaron estudios sobre la oblicuidad de la Eclíptica. Por su parte, Al-
Farghani confecciona, poco después, "El libro de reunión de las estrellas", un
extraordinario catálogo con medidas muy precisas de las estrellas.

Al-Battani, uno de los genios astronómicos de la época, trabajó en su observatorio


Ar-Raqqa, a orillas del río Eufrates para determinar y corregir las principales
constantes astronómicas. Sus mediciones sobre la oblicuidad de la Eclíptica y

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Precesión de los Equinoccios, fueron más exactas que las de Claudio Ptolomeo.

En 995 Al-Hakin fundó en la ciudad de El Cairo, la "Casa de la Ciencia" y, poco


después, alrededor del año 1000, Ibn Yunis recopiló las observaciones
astronómicas de los últimos 200 años y publicó las "Tablas Hakenitas", llamadas
así por su protector, Al-Hakin. Al mismo tiempo, Avicena o Ibn Sina elaboró su
"Compendio del Almagesto" y un ensayo sobre "la inutilidad de la adivinación
astrológica".

En 1080 Azarquiel elaboró las "Tablas Toledanas", utilizadas durante más de un


siglo para establecer el movimiento de los planetas.

Los astrónomos árabes comenzaron a rechazar la concepción de los Epiciclos de


Ptolomeo mucho antes del renacimiento en Europa, ya que según sus estudios, los
planetas debían girar alrededor de un cuerpo central y no en torno a un punto. En
esta concepción jugaron especial papel Averroes, Abúqueber y Alpetragio

LA CULTURA GRIEGA

En Grecia comenzó a desarrollarse lo que ahora


conocemos como astronomía occidental. En los
primeros tiempos de la historia de Grecia se
consideraba que la tierra era un disco en cuyo centro
se hallaba el Olimpo y en torno suyo el Okeanos, el
mar universal. Las observaciones astronómicas tenían
como fin primordial servir como guía para los
agricultores por lo que se trabajó intensamente en el
diseño de un calendario que fuera útil para estas
actividades.

La Odisea de Homero ya se refiere a constelaciones


como la Osa Mayor y Orión, y describe cómo las
estrellas pueden servir de guía en la navegación. La obra "Los trabajos y los días"
de Hesíodo informa sobre las constelaciones que salen antes del amanecer en
diferentes épocas del año, para indicar el momento oportuna para arar, sembrar y
recolectar.

Las aportaciones científicas giegas más importantes se asocian con los nombres de
los filósofos Tales de Mileto y Pitágoras, pero no se conserva ninguno de sus
escritos. La leyenda de que Tales predijo un eclipse total de Sol el 28 de mayo de
585 a.C., parece ser apócrifa.

Hacia el año 450 a.C., los griegos comenzaron un fructífero estudio de los
movimientos planetarios. Filolao (siglo V a.C.), discípulo de Pitágoras, creía que la
Tierra, el Sol, la Luna y los planetas giraban todos alrededor de un fuego central
oculto por una ‘contratierra’ interpuesta. De acuerdo con su teoría, la revolución de
la Tierra alrededor del fuego cada 24 horas explicaba los movimientos diarios del
Sol y de las estrellas.

El más original de los antiguos observadores de los cielos fue otro griego, Aristarco
de Samos. Creía que los movimientos celestes se podían explicar mediante la
hipótesis de que la Tierra gira sobre su eje una vez cada 24 horas y que junto con
los demás planetas gira en torno al Sol.

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Bajo estos principios Eudoxo (408 - 355 a.C) fue el primero en concebir el universo
como un conjunto de 27 esferas concéntricas que rodean la tierra, la cual a su vez
también era una esfera. Platón y uno de sus mas adelantados alumnos Aristóteles
(384 - 322 a.C.) mantuvieron el sistema ideado por Eudoxo agregándole no menos
de cincuenta y cinco esferas en cuyo centro se encontraba la Tierra inmóvil.

Pero el centro de la vida intelectual y científica se trasladó de Atenas a Alejandría,


ciudad fundada por Alejandro Magno

CULTURA MESOPOTAMICA:

Con la decadencia de Egipto se produce un importante desarrollo en Mesopotamia y se realizan


las grandes construcciones. Cerca del 1800 a C, llega el auge de la cultura en Babilonia. En el 1755
a C. surge el Código de Hammurabi, sobre derecho penal y mercantil.
Se conocen datos que implican una relación cultural entre Egipto y Mesopotamia, se trata de una
estela del rey Djet, datada en el 2370 a C., encontrada en el desierto arábigo, que atestigua la
antigüedad de los contactos entre egipcios y mesopotamios
En la limpia atmósfera de Mesopotamia, la Astrología tomó una forma parecida a la de nuestros
tiempos. Hace mas de cinco mil años que los sacerdotes-astrólogos de Babilonia se ocuparon en
conocer el cielo e identificar a todas las estrellas visibles del firmamento, para ello construyeron
observatorios en la llanura que se denominaban zigurats. Existen este tipo de monumentos que
datan desde el 2600 a.C. como el que se muestra en la imagen.
Aparecen unas tablillas de la Biblioteca de Nínive que tratan de astronomía y astrología
babilónicas y caldeas. También registraron en paso del cometa Halley en el año 164 a C.
Empleaban un calendario solilunar con doce o trece meses de 29,5 días. Estos meses comenzaban
con la visión del primer perfil del creciente lunar. El año babilónico comenzaba al llegar la
primavera. Conocían por supuesto a cada uno de los planetas y sus ciclos.
Otro ciclo observado por los babilonios era el derivado de la Luna. este ciclo era quizás el más
importante y utilizado. El ciclo lunar de 28 días estaba partido por cuatro, que se corresponde con
las cuatro fases de la Luna; nueva, creciente, llena y menguante . Estos cuatro momentos
temporales señalan los puntos críticos del mes lunar.
Un fenómeno astronómico que no se les escapó, fueron los eclipses. El conocimiento sobre los
eclipses llegó a ser utilizado como un arma, más tarde tendrían ese mismo uso en Grecia. Los
babilonios conocían un ritmo superior conocido como los "ciclos Saros" que quiere decir, ciclos
repetitivos, pero para ello necesitaban medir el cielo. Calcularon cuantas Lunas o cuantos soles
entraban a completar la medida del cielo y hallaron 360 pasos o espacios en el cielo. De esta
medida celeste procede la división de la circunferencia en 360º y todo el sistema sexasegimal.
En esos tiempos, matemática, astronomía y religión formaba un solo cuerpo de conocimiento. La
astrología era la síntesis de esta trilogía. Para este pueblo antiguo existía una relación entre la vida
humana y la posición de los astros en el momento de su nacimiento, por ello era preciso conocer
cuál es el astro que sale en el instante del nacimiento. Aquí nació una astronomía de posición, los
babilonios no buscaban una explicación geométrica, como después harían los griegos, sino una
clave que les permitiera encontrar de manera mecánica la posición de un cuerpo celeste en un
momento dado. De aquí nace el uso de las efemérides, por eso se afirma que la astronomía
mesopotámica, era ante todo astrológica, aritmética y posicional. Los conocimientos de los
caldeos se extendieron más tarde hacia los griegos.

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Astronomía maya
La astronomía maya forma parte de una tradición más amplia[1] compartida por las demás
sociedades de esa área cultural, aunque posee ciertas características que la hacen única en
Mesoamérica. Una de ellas, la más representativa, es el empleo del calendario de Cuenta
Larga, por el que los mayas del Período Clásico pudieron hacer cálculos sobre millones de
años.

Los Mayas, hicieron cálculos exactos, de los períodos sinódicos de


Mercurio, Venus, Marte Júpiter y Saturno. Calcularon con exactitud, los
períodos de la Luna y El Sol y de estrellas como Las Pléyades, a las que
llamaban Tzab-ek, y de las cuales creían que eran originarios. El Tzol'kin
de 260 días, esta basado en el ciclo de 26,000 años de este grupo.

La Vía Láctea era parte central de su Cosmología y la llamaban Wakah


Chan, y la relacionaban con Xibalbá, incluso los Kiche' de Guatemala aún
la llaman Xibalbá be o camino a el inframundo. Tenían un Zodiaco, basado
en la Eclíptica, que es el paso del Sol a través de las constelaciones fijas.
Este se encuentra en la Estela 10 de Tikal y la 1 de Xultún, ambos sitios en
el Petén, Guatemala y también en el Códice Grolier

Los conocimientos astronómicos mayas eran propios de la clase sacerdotal


pero el pueblo todo los respetaba y conducía su vida de acuerdo a sus
predicciones.

Los sacerdotes conocían los movimientos de los cuerpos celestes y eran


capaces de predecir los eclipses y el curso del planeta Venus. Esto les daba
un especial poder sobre el pueblo que los consideraba así íntimamente
ligados a las deidades.

A Venus la llamaban los mayas Ah-Chicum-Ek', la gran estrella de la


mañana, y Xux ek, la estrella avispa. Estrella se dice en maya "ek" y es

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La Astronomía Azteca
La civilización Azteca surgió a partir del siglo X. Su máximo esplendor lo obtuvo
entre los siglos XIV al XVI. Los aztecas no solo desarrollaron la astronomía y el
calendario, sino que estudiaron y desarrollaron la meteorología, como una
consecuencia lógica de la aplicación de sus conocimientos para facilitar sus labores
agrícolas.

La representación del cielo (masculino) y Tierra (femenino) estaban determinados


por Ometecuhtli y Omecíhuatl, respectivamente. Las eras en la cosmología azteca
están definidas por soles, cuyo final estaba marcado por cataclismos. El primer Sol,
Nahui-Oceloti (Jaguar) era un mundo poblado por gigantes, que fue destruido por
jaguares. El segundo Sol, Nahui-Ehécati (Viento) fue destruido por un huracán. El
tercer Sol, Nahuiquiahuitl, por una lluvia de fuego. El cuarto Sol, Nahui-Ati (agua)
fue destruido por un diluvio. Y el quinto, Nahui-Ollin (movimiento) está destinado a
desaparecer por movimientos de la Tierra.

El calendario azteca, o piedra del Sol, es el monolito más antiguo que se conserva
de la cultura prehispánica. Se cree que fue esculpido alrededor del año 1479. Se
trata de un monolito circular con cuatro círculos concéntricos. En el centro se
distingue el rostro de Tonatiuh (Dios Sol), adornado con Jade y sosteniendo un
cuchillo en la boca. Los cuatro soles o eras anteriores, se encuentran representados
por figuras de forma cuadrada que flanquean al quinto sol, en el centro. El círculo
exterior está formado por 20 áreas que representan los días de cada uno de los 18
meses que constaba el calendario azteca.

Para completar los 365 días del año solar, los aztecas incorporaban 5 días aciagos o
nemontemi.

Para los aztecas, la sucesión del día y la noche se explicaba por las constantes
luchas entre los astros principales. Dado que durante el día es muy difícil observar
la Luna e imposible a las estrellas, los aztecas interpretaban que el sol naciente
(Huitzilopochtli) mataba a la Luna (Coyolxauhqui) y a las estrellas.

CULTURA OLMECA

Los Olmecas se caracterizaron por ser magníficos escultores, trabajaban el barro y la


piedra, tallaban desde pequeñas figuras de jade hasta enormes cabezas de piedra.
Estas cabezas masculinas eran hechas en basalto y medían de 2.7 Metros de altura y
25 toneladas de peso. Otras obras arquitectónicas por las que se caracterizaron los
Olmecas, fueron por sus chozas de planta rectangular en adobe, pero el resto de las
construcciones debe haber tenido muros de madera cubiertos de barro, en algunos
casos y techos de palma y otro material parecido, iguales alas que se construyen en la
actualidad. Otro aspecto que llama la atención de esta civilización. Es su sistema de
escritura que fue sirvió de influencia para los Mayas y también es probable que el
famoso calendario Maya, también se haya inspirado en el calendario Olmeca. En
conclusión los Olmecas dejaron patrones de cultura, que influyeron en sus sucesores,
por esto es llamada la cultura “madre” más importante de México. La cultura Olmeca
fue en un decaimiento influenciado por los nuevos grupos que llegaron a la región. Por
lo que emigraron a Chiapas, Guatemala y el Salvador; otros al área Maya y otros a lo
que actualmente hoy son los estados de Guerrero y Morelos y la cuenca de México.

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