Professional Documents
Culture Documents
1. EL REINO ASTURLEONÉS
El dominio musulmán sobre la Península no fue total. Protegidos por las montañas y por
su escasa vinculación al reino visigodo, astures, cántabros y vascones occidentales
mantuvieron su independencia, limitándose en algunos casos a pagar tributos a Córdoba
como símbolo de su dependencia, sin que los emires tuvieran control sobre el avance
hacia Galicia y León. Al este, navarros, aragoneses y catalanes, aliados con muladíes
rebeldes y apoyados por carolingios crearon en el 800 reinos y condados donde Córdoba
no tuvo autoridad.
Hasta hace pocos años, la batalla de Covadonga (718-722, según versiones), indicaba el
comienzo de la reconquista. Hoy la tesis ha perdido fuerza. Para los cronistas del Islam
sólo fue una escaramuza entre una expedición de castigo y los montañeses asturianos
residentes en zonas de difícil acceso sin interés para los emires que se conformaban con
evitar los saqueos de aquellos « salvajes» y enviando expediciones que recordaran la
autoridad cordobesa con el cobro de tributos. La versión cristiana es distinta1 y fue
descrita por mozárabes huidos de Al-Ándalus en el siglo IX.
La realidad es distinta y los orígenes del reino astur hay que retrasarlos a mediados del s
VIII coincidiendo con la sublevación de los beréberes y el abandono de las guarniciones
situadas frente a las tribus montañesas, contenidas en sus territorios y poco controladas
por los visigodos y rebeldes igualmente a los musulmanes. Covadonga tiene poco que
ver con la defensa del cristianismo; es obra de tribus que defienden su modo de vida y
organización económico-social frente a los musulmanes, herederos y respetuosos con la
organización visigoda basada en la gran propiedad y en la desigualdad social.
Sólo a mediados del VIII, cuando Alfonso I destruye las guarniciones abandonadas por
los beréberes puede hablarse de los orígenes de un reino astur cristianizado con un
contingente hispanogodo que controlará política e ideológicamente el nuevo reino. Al
proclamarse emir Abd al-Rahmán I en el 756, tras las guerras civiles el reino astur-
leonés vuelve a ser vasallo de Córdoba durante los reinados de Aurelio, Silo, Mauregato
y Vermudo (768-791) siguiendo una política de amistad y sumisión hacia los
musulmanes, lo que no impidió la sublevación de gallegos y vascos.
La sumisión astur-leonesa a córdoba se expresa con la entrega de tributos, los que están
en desacuerdo se agrupan en torno a Alfonso II, proclamado rey a la muerte de Silo. Si
Alfonso I fue el creador del reino, Alfonso II lo afianza e independiza, lo que se refleja
en el aspecto económico con la supresión del tributo de las Cien Doncellas, 2 en lo
eclesiástico en la independencia de la iglesia astur respecto a la toledana y en lo político
en la creación de una extensa tierra a orillas del Duero que durante 2 siglos separará a
cristianos de musulmanes. Si la leyenda de las Cien Doncellas no es cierta, puedo serlo
pues el conde barcelonés Borrell II, llevaba a Córdoba numerosos grupos de esclavos.
Era frecuente la entrega de mujeres de la familia real como esposas o concubinas de los
emires y califas. El pago de este tributo refleja una realidad y su cese sólo era posible si
el reino tiene fuerza militar para oponerse a los emires que castigan a quienes se
resisten.
Alfonso II podía negar los tributos gracias a las sublevaciones de los muladíes y
mozárabes que impidieron a los cordobeses lanzar sus campañas de intimidación contra
los astures, protegidos indirectamente por la revuelta de los muladíes del Ebro y por la
intervención de los carolingios en apoyo de los montañeses de Pamplona, Aragón y
Cataluña. Se atribuye a la intervención milagrosa del Apóstol Santiago el fin de los
tributos, combatiendo junto a Alfonso en la Batalla de Clavijo, sobre la que no hay
acuerdo en su fecha. Estudios actuales prueban que el Apóstol difícilmente pudo venir a
la Península y las posibilidades de que fuera enterrado en Compostela son escasas, pero
los hombres medievales lo creyeron convirtiendo Compostela en lugar de peregrinación
(la ofrenda actual al Apóstol es recuerdo de la liberación del tributo). Castilla tendrá
como protector celestial a San Millán, a cuyo monasterio pagan tributo los castellanos
hasta épocas modernas.
sometido a otras fuerzas políticas. Los clérigos del reino astur dependen del
metropolitano de Toledo en tierras musulmanas. La aceptación del adopcionismo por
Elipando de Toledo ofrece a Alfonso II la oportunidad de romper los lazos con la iglesia
« musulmana» y lo mismo hará Carlomagno en la diócesis de Urgell. La ruptura fue
acompañada de una fuerte visigotización del reino. Esto se reflejó en un cronicón
perdido, escrito por un monje mozárabe del séquito de Alfonso, en donde se identifica a
los reyes astures con los visigodos, adoptando la organización y el Liber Iudicorum
como norma jurídica del reino. La organización político-jurídica refuerza a la
eclesiástica, trasladando la metrópoli de Braga a Lugo, restaurando la sede de Iria-
Compostela, creando un obispado en Oviedo y erigiendo iglesias y monasterios.
Afianzado el reino, Alfonso inicia una política ofensiva: ayuda a muladíes y mozárabes
de Toledo y Mérida, amparando a los sublevados contra Córdoba, ataca dominios
musulmanes ocupando Lisboa y apoderándose de abundante botín destinado a la
construcción de palacios y monasterios.
Durante los primeros cien años de su historia, el reino astur permanece a la defensiva,
protegido por las montañas y por las revueltas de los muladíes fronterizo, e intentando
unificar a los pueblos que lo forman: gallegos, astures, cántabros y vasco, enfrentado en
ocasiones entre sí o rebeldes al poder central. El carácter electivo de la monarquía,
siempre dentro de una familia, favorece la aparición de bandos nacionales en torno a los
candidatos al trono. A la muerte de Alfonso (843) los gallegos apoyan a Ramiro I,
astures y vascones a Nepociano o a otros nobles que pagaron con su vida y la ceguera su
rebeldía. A pesar de ello, los ataques vikingos a las costas gallegas (844) 3 Ramiro
adelantó las fronteras y ocupó León aunque la conquista definitiva fue obra de Ordoño I
(850-856) quien repobló las ciudades de Astorga, Tuy o Amaya, con importante
población de campesinos.
Este avance se relaciona con las sublevaciones muladíes, complicadas con la oposición
de los mozárabes al poder musulmán. Los astures apoyan a los rebeldes siendo
derrotados cerca de Toledo, pero la presencia astur tan lejos de su territorio prueba la
importancia del reino. Los toledanos mantienen la revuelta obligando a los cordobeses a
concentrar en la zona a sus mejores hombres, con lo que los astures sólo están
amenazados por oriente por los muladíes del Ebro, cuyo dirigente Musa Ibn Musa fue
derrotado por Ordoño en Albelda (859). Los hijos de Musa colaboran con astures
frenando a los cordobeses que sólo en el 865 derrotan a Ordoño.
Nuevos conflictos entre muladíes y árabes permiten a Alfonso III conquistar Oporto,
Coimbra y repoblar el norte de Portugal antes de firmar con el emir un tratado de paz en
el 883. A pesar del tratado se realizan expediciones en busca de botín durante la
sublevación de Umar Ibn Hafsún, a cuya actuación se deben los éxitos de los reyes y
condes cristianos de la época: independencia de condados catalanes, afianzamiento del
reino de Pamplona y expansión astur-leonesa (nueva capital en León). Las campañas de
Ordoño I y Alfonso III conllevan la repoblación de tierras ocupadas, repoblación que
necesita la reconstrucción de murallas y creación de fortalezas que defiendan el
territorio y sus campesinos. Ordoño repoblará León, confía Astorga a su hermano
Gatón, Amaya al conde de Castilla Rodrigo. Alfonso III repuebla tierra orensana,
encarga la repoblación de Oporto al conde de Vimara Pérez, a Hermenegildo Pérez la de
Historia Medieval de España
1. SIGNIFICADO
Frente a estas teorías, Ramón de Abadal ha probado que « marca hispánica» sirve a los
cronistas para designar una parte del dominio carolingio, tiene un valor geográfico y no
es una división administrativo-militar del imperio con un jefe único. La marca o regnum
hispanicum está dividida en condados no vinculados entre sí. La persona que se
encuentra al frente de varios recibe el título de duque o marqués. Pero estos condados se
disgregan y reagrupan a voluntad del rey. Cada condado tiene un conde que ejerce la
autoridad. En zonas de peligro para una mejor coordinación de la defensa se acumulan
los condados en una misma persona, en el 812 Bera es conde de Barcelona y Odilón de
Historia Medieval de España
Gerona, tres años más tarde, como consecuencia de un ataque musulmán, se unen
Barcelona y Gerona en manos de Bera.
Las guerras civiles provocadas al dividir Luis el Piadoso el reino entre sus hijos obliga a
los condes a tomar partido, con lo que éstos consolidan o pierden sus cargos según la
orientación de la guerra. Los candidatos al trono tienen que hacer concesiones a sus
partidarios con lo que la monarquía sale debilitada sin poder evitar la formación de
clanes y partidos con más fuerza que los condes nombrados por el vencedor. Por esta
razón fue sustituido, en el 820, el hispanogodo Bera por el franco Rampón y el
nombramiento posterior de Bernardo de Septimania.
Los condes francos de la corte carolingia tienen como misión poner fin a los afanes
independentistas del conde de Barcelona-Gerona y de sus seguidores, que llegan a
aliarse a los musulmanes contra los carolingios, aunque no se pueda hablar de
independencia catalana sino de independencia del conde.
Muerto Luis el Piadoso (840) Bernardo de Septimania apoyó a Luis el Joven contra sus
hermanos, perdiendo el condado al firmarse el tratado de Verdún en 843 por el que las
tierras catalanas pasaban a Carlos el Calvo y, por delegación, a Sunifredo, conde de
Urgell-Cerdeña y hermano de Suñer, que mantendrán su fuerza aunque los
acontecimientos les hagan perder los condados. Sus descendientes Vifredo, Mirón y
Suñer II serán condes de Urgell-Barcelona-Gerona y Besalú, Rosellón y Ampurias,
iniciándose la dinastía catalana que perdura hasta 1410.
La tendencia a heredar los cargos se observa en los monarcas carolingios que nombran
condes a los hijos de Sunifredo y Suñer 30 años después de la muerte de éstos, porque
la función condal conlleva una serie de privilegios que no se extinguen con la
deposición de los titulares, elegidos entre grandes propietarios cuyo poder heredan los
descendientes. Para combatir a los rebeldes, el rey se apoya en las grandes familias,
dinastía condales, con lo que acentúa el carácter hereditario del cargo condal. Esto
cristalizó al morir Carlos el Calvo (877) cuando le sucedieron tres monarcas en once
años sin que ninguno hiciera frente al peligro normando ni a los ataques musulmanes,
por tanto los condes se ven obligados a actuar por su cuenta. Uno de estos condes,
Historia Medieval de España
Eudes, será elegido rey en el 888 y la ruptura dinástica dará el pretexto para afianzar su
independencia a los condes carolingios a los catalanes entre ellos.
El imperio carolingio es sólo un recuerdo reflejado en las fechas de los documentos por
los años del reinado del monarca. La independencia se manifiesta en el reparto de los
condados entre los hijos del conde que ya no son bienes públicos sino propiedad del
conde, creando nuevos condados o confiando el gobierno a varios de sus hijos
conjuntamente: Vifredo, primer conde catalán independiente dejó al morir en 897 a su
hijo Sunifredo el condado de Urgell, a Miró II los de Cerdeña y Besalú, a Vifredo,
Borrell y Suñer, conjuntamente los de Barcelona, Gerona-Vic, que se mantendrán
unidos y serán el núcleo de la futura Cataluña.
circunstancias recupera Barcelona tras dar muerte al franco Salomón y salvar el honor
de su padre muerto. Ante los ataques musulmanes y la imposibilidad de contar con la
ayuda del rey, es capaz de expulsarlos él solo, permaneciendo el honor de Barcelona en
sus manos y en las de sus herederos. El honor de Barcelona pasó de la potestad real a
manos de las de los condes de Barcelona» .
Las guerras civiles provocadas al dividir Luis el Piadoso el reino entre sus hijos obligan
a los condes a tomar partido con lo que éstos consolidan o pierden sus cargos según la
orientación de la guerra.
Los condes francos de la corte carolingia tienen como misión poner fin a los afanes
independentistas del conde de Barcelona-Gerona que llegan a aliarse a los musulmanes
contra los carolingios. Se puede hablar de independencia del conde.
Muerto Luis el Piadoso (840) Bernardo de Septimania que había recibido el condado de
Narbona por someterse a los rebeldes, apoyó a Luis el Joven contra sus hermanos,
perdiendo el condado en el tratado de Verdún (843), por el que las tierras catalanas
pasaban a Carlos el Calvo y por delegación a Sunifredo, conde de Urgell-Cerdeña. Sus
descendientes Vifredo, Mirón y Suñer II serán condes de Urgell-Barcelona, Gerona y
Besalú, Rosellón y Ampurias, iniciándose la dinastía catalana que perdura hasta 1410.
Historia Medieval de España
La tendencia a heredar los cargos se observa en los monarcas carolingios que nombran
condes a los hijos de Sunifredo y Suñer. Para combatir a los rebeldes el rey se apoya en
grandes familias dinásticas condales, con los que se acentúa el carácter hereditario del
cargo condal.
El primer conde catalán independiente es Vifredo el Velloso que dejó al morir, en 897,
en herencia a sus hijos los condados de su propiedad, pues aquí se pone de manifiesto
que los condados ya no son bienes públicos sino de propiedad del conde.
El primer conde aragonés conocido fue el franco Oriel o Aureolo, sustituido en el 810
por el indígena Aznar Galindo, quizá para lograr la adhesión de los aragoneses.
Coincidiendo con los primeros enfrentamientos entre Luis el Piadoso y sus hijos,
García, yerno de Aznar, expulsó del condado a su suegro y a los partidarios de la
vinculación con los carolingios, pues en los Pirineos occidentales los carolingios son
rechazados una vez que han liberado el territorio de la presencia islámica.
Historia Medieval de España
El recuerdo de la cueva se mantuvo por una ermita que atrajo a más monjes y cuando en
el s IX los musulmanes lanzan nuevas campañas, los cristianos se refugian en la cueva.
Protegidos por la cueva y su patrón, los aragoneses hicieron frente a los musulmanes
9
con éxito.
A fines del VII gobernaba Pamplona un miembro de esta familia de conversos, Mutarrif
en nombre del emir. Los pamploneses se sublevaron en el 798. Aliados a la familia
pamplonesa de los Arista, los Banu Qasi recuperaron Pamplona en el 803, extendiendo
su influencia hasta Zaragoza. Su excesivo poder y las tendencias independentistas de los
muladíes, hicieron que interviniera el emir cordobés, confiando el gobierno al valí de
Huesca quien años antes terminó con la revuelta muladí de Toledo. A la muerte del valí,
Carlomagno recupera Pamplona, pero los Arista, dirigidos por Iñigo Iñiguez y los Banu
Qasi dirigidos por Musa Ibn Musa, expulsan a los carolingios en el 816 y derrotan al
ejército franco 8 años después. El reino de Pamplona se afianza pero sin la total
independencia por ser una especie de protectorado de Musa Ibn Musa que alterna
independencia y sumisión a Córdoba y arrastra a los reyes de Pamplona en su política.
Historia Medieval de España
La ruptura entre navarros y muladíes se produce hacia el 858, cuando la flota vikinga
entrando por el Ebro se apodera del rey García Iñiguez sin que Musa interviniera; libre,
tras pagar un fuerte rescate, se une a los astures de Ordoño I y vencen a Musa en la
batalla de Albelda (859). Un año después los Banu Qasi vengaban su derrota
permitiendo el paso por sus dominios al ejército cordobés que hizo prisionero a Fortún
hijo de García de Pamplona y fue retenido más de 40 años.
La fragmentación muladí a la muerte de Musa (62 fue catastrófica para el reino astur,
pues suponían una defensa indirecta frente a Córdoba: los ejércitos musulmanes en sus
campañas contra los astures evitaban el valle del Duero, desierto, donde no podían
hallar alimentos; se dirigían al valle del Ebro y desde allí hacia el oeste por la frontera
castellana de León. Estas campañas exigían colaboración de los Banu Qasi y mientras
éstos se opusieran las campañas cordobesas eran limitadas. Al desaparecer el escudo
muladí, el reino astur queda expuesto a los ataques cordobeses y se necesita recrear una
fuerza que impida o debilite la amenaza: Ordoño I y su hijo Alfonso III se aliaron con
los hijos y nietos de Musa y cuando éstos fueron derrotados y sustituidos por tuchivíes,
reforzaron la amistad con Pamplona, donde la ausencia de Fortún Garcés, prisionero en
Córdoba, permitió el ascenso de la familia de los Jimeno, cuyo jefe, Sancho Garcés I
(905-925) subió al trono con la ayuda astur-leonesa.
10
Historia Medieval de España
La unidad visigoda resucitada por los cronistas de Alfonso III choca con la realidad.
Hispania está fragmentada en reinos y condados que desean expulsar a los musulmanes,
reconquistando el territorio godo, pero no quieren reconocer la autoridad del monarca
leonés. Estas diferencias de criterio se reflejarán en la literatura de siglos posteriores
(Poema Fernán González).
Algunos clérigos leoneses dan título de emperador al rey astur-leonés Alfonso III,
aunque nunca utilice este rey el título imperial. Con el traslado a León de la capital a
comienzos del X y la repoblación del valle del Duero. León se convierte en el reino
cristiano más importante de occidente y el sepulcro de Santiago convierte a Compostela
en la 2ª sede apostólica de occidente después de Roma, con autoridad sobre clérigos de
otros reinos y condados cristianos.
Si en las ideas los clérigos aceptaban la unidad, en la práctica reyes y condes cristianos
no aceptan la superioridad leonesa: los condes catalanes no aceptan el nombramiento
11 de
Cesáreo de Montserrat y la hegemonía en la 2ª ½ del X la tiene Navarra, cuyos
monarcas intervienen en el nombramiento y destitución de los reyes leoneses que no
mantuvieron la unidad de sus dominios, de los que se independizó Castilla y en el que
los condes gallegos actuaron con gran independencia.
Las diferencias surgen en los años finales de Alfonso III, cuyos hijos se sublevan y a su
muerse te proclaman reyes de León, Asturias y Galicia (años después, los hijos de
Ordoño reinaron en León, Galicia y Portugal) aunque reconociendo la superioridad
leonesa. Al reconstruir la unidad del reino de Ordoño II (914-924), los castellanos
rechazan la alianza con Navarra porque favorece la expansión de este reino a costa de
los castellanos, cuyos condes son destituidos por no participar en la batalla de
Valdejunquera (920) contra Abd Al-Rahmán III una vez finalizados los problemas
internos de Al-Ándalus, impidiendo la repoblación de lugares como San Esteban de
Gormaz, Osma o Viguera.
Al morir Ordoño sus hijos se dividen el reino y León no recobra la unidad hasta el
reinado de Ramiro II (931-951), que intenta unir a los cristianos contra el califa, apoya a
los rebeldes toledanos, refuerza la alianza con Navarra y atrae a los tuchibíes del Ebro
derrotando a Abd Al-Rahmán en Simancas (939), lo que le permite consolidar la
posición leonesa en el valle del Duero repoblando Sepúlveda, Ledesma y Salamanca.
Las victorias ante los musulmanes no impidió que se sublevara el conde castellano
Fernán González y se independizara a la muerte de Ramiro, iniciándose la decadencia
Historia Medieval de España
del reino leonés, cuyos monarcas son nombrados por castellanos y navarros, sometidos
ambos a la tutela de los omeyas en cuya corte se refugian los destronados y los
aspirantes al trono. Allí acuden condes y reyes en busca de apoyo, para reconocer su
dependencia y pagar los tributos a los califas.
Fernán González y la reina Toda de Navarra ponen y quitan reyes a su antojo, uniéndose
en ocasiones a los musulmanes. Depuesto Sancho I por el conde castellano, se refugia
en Pamplona y Córdoba. Los cordobeses reponen a Sancho tras comprometerse éste a
devolver 10 fortalezas ocupadas; en Córdoba le sustituirá el rey depuesto cuya presencia
amenazaba la estabilidad del reino leonés, aunque navarros y castellanos apoyaron a
Sancho y tuvieron la ayuda del conde de Barcelona. Unos y otros fueron derrotados por
Al-Hakán (936) y a Córdoba peregrinaron condes y reyes de diferentes lugares en señal
de sumisión, sin que pudieran evitar la destrucción de Zamora por Almanzor (981) ni la
derrota de castellanos, navarros y leoneses ante Rueda el mismo año. Los cordobeses
permanecen en León y saquean Coimbra, Sahagún, Esconza con ayuda de condes
rebeldes al monarca cuando Vermudo II intenta librarse del protectorado musulmán.
Tras las campañas contra Santiago de Compostela (997) Almanzor mediará entre el
conde castellano y el portugués, Menendo González, que disputan la tutela de Alfonso
V.
El reino leonés, debilitado desde mediados del X, no puede ampliar sus fronteras ni
evitar la presión castellana sustituida por la navarra al morir el conde García (1029),
pasando Castilla a los dominios de Sancho el Mayor que ocupa León con título de
emperador, según algunos documentos, para indicar su poder sobre León. Fernando I
hijo de Sancho el Mayor de Navarra, rey de Castilla en 1035, derrota al último rey
12
leonés, Vermudo III, dos años más tarde proclamándose rey de León.
3. CASTILLA INDEPENDIENTE
En sus orígenes Castilla fue sólo frontera oriental del reino astur-leonés, zona más
expuesta a los ataques cordobeses por el sur y a los de los musulmanes del Ebro por el
este. Predomina las llanuras lo que hace que sea una comarca diferenciada dentro del
reino. Por una parte su población ha de ser guerrera: cuando Alfonso I desmantela las
guarniciones musulmanas, la población mozárabe de Castilla se retira a las montañas y
Castilla será repoblada en el IX y X por vascos occidentales poco civilizados, poco
adaptados a la vida romano visigótica. La libertad individual frente a la servidumbre
gótico-asturleonesa será la primera característica de la población castellana que defiende
la frontera de ataques muladíes y cordobeses.
Esta oposición se atestigua por la prisión de condes castellanos en épocas de Ordoño II.
Como razón se da la ausencia de huestes castellanas en el desastre de Valdejunquera. Si
así fuese, se derivaría que los condes, que habían sufrido los primeros ataque de Abd al-
Rahmán y siendo destruidas sus fortalezas y sus cosechas en el mes de junio prefirieron
dedicarse a la reparación y reconstrucción que defender al navarro Sancho 13 Garcés I, al
que apoyaba Ordoño II. Antes, uno de los condes castellanos, Nuño Fernández, había
demostrado su independencia frente a Alfonso III del que conseguiría la liberación de
García, acusado de conspirar contra su padre.
4. ARAGÓN Y PAMPLONA
Sancho I, con ayuda leonesa, domina Mojardín, Nájera, Calahorra y Arnedo, a pesar de
la derrota de Valdejunquera. Se expande hacia el este por la cuenca del Aragón,
quedando sin posibilidad de ampliar el territorio excepto por la orilla izquierda del
Gállego. Aragón se unirá al reino navarro aunque conserve sus instituciones y su
personalidad. El artífice de la unión navarro-aragonesa parece haber sido la reina Toda,
regente de García Sánchez I, al que casó con Andregoto Galíndez de Aragón y al que
hijo intervenir en León al morir Ramiro II. Toda, aliada con Fernán González o de
acuerdo con los califas, nombra y depone reyes en León y pone en peligro la
independencia de Castilla que tuvo que ceder el monasterios de San Millán de la
Cogolla y su entorno a Navarra. Este monasterio sería saqueado por Almanzor igual que
Santiago de Compostela a pesar de la sumisión de Navarra y León a los musulmanes a
finales del X. Vermudo II de León y Sancho II de Navarra reconocen su dependencia de
Córdoba con la entrega a Almanzor de una hermana y una hija como esposas.
El vasto reino que había logrado consolidar Sancho III lo divide a su muerte entre sus
cuatro hijos. Se aplicaba el principio patrimonial, que consideraba las tierras del rey
como heredables y divisibles. Además al dividir su reino, Sancho el Mayor respeta las
unidades administrativas romanas, separando de Castilla y anexionando a Navarra las
tierras que habían pertenecido a la antigua Tarraconense.
Sancho II de Castilla recibe las parias de Zaragoza y se enfrentará con los intereses de
Navarra porque su rey García Sánchez III hijo de Sancho el Mayor había recibido de
éste tierras castellanas como los Montes de Oca y la Bureba. Ocupar estas zonas era el
objetivo de Sancho II quien en 1037 ataca Navarra y 1068 derrota al leonés Alfonso VI;
pero la batalla no fue decisiva y los dos hermanos e unen para destronar a García de
Galicia.
Alfonso VI recibe las parias de Toledo, símbolo de la unidad peninsular a la que alude
el título imperial concedido a los reyes leoneses desde la época de Alfonso III. Además
recibió la incorporación de la Tierra de Campos.
Castilla tenía cerrada su expansión al sur por las parias de León y de Galicia, al oeste
había perdido la Tierra de Campos y al este chocaba con Navarra. Por esto las guerras
entre hermanos fueron continuas. Fernando I se lució con el reparto. Alfonso VI de
Historia Medieval de España
León fue derrotado en Golpejera y buscó refugio en Toledo. Sancho fue asesinado por
Vellido Dolfos cuando intentaba ocupar Zamora que defendía Urraca. De este suceso se
deriva la « jura de Santa Gadea» , en la que Alfonso VI tiene que jurar que no ha
intervenido en la muerte de su hermano. Así Alfonso VI consigue reunificar los
dominios de su padre, pero la Bureba y los Montes de Oca no pasarán a control
castellano hasta 10678 con Sancho II de Castilla.
La ruptura abierta con los monarcas francos no era aconsejable mientras existiera el
peligro musulmán, al menos mientras los reyes francos ayudaran en caso de ataque.
Fiados de este apoyo, los condes catalanes dirigen algunas expediciones contra
dominios musulmanes en la 1ª ½ del X, pero al afirmarse la autoridad de Abd al-
Rahmán III y sus sucesores, Borrell II (954-992) se reconcilia con el califa y las
embajadas de Barcelona se alternan en Córdoba con las leonesas, castellanas y navarras,
probando su buena disposición hacia los musulmanes, obedeciendo los deseos de los
califas, aunque Barcelona recibió ataques de Almanzor (985) que atacó las capitales de
los reinos y condados cristianos.
triunfo psicológico con importante botín que permitió mayor circulación monetaria y
activación del comercio. Se reconstruyeron los castillos destruidos por Almanzor y se
repoblaron tierras abandonadas. Esto sirvió para afianzar la autoridad del conde
barcelonés frente a los vasallos y demás condes catalanes.
1. EL FEUDALISMO PENINSULAR
La independencia lograda a fines del XI no modifica mucho la situación, pero sin duda
el conde instalado en la zona, intensificaría las relaciones con la población indígena
cuyos dirigentes, así como los de origen hispano o franco asentados en el territorio,
adquirirían una estabilidad que no tenía en los años precedentes. Durante el IX el conde
representa al monarca: en su nombre recibe los juramentos de fidelidad, hace cumplir
las órdenes reales, concede los derechos de ocupación de la tierra y entabla
negociaciones con los musulmanes, está encargado de administrar las tierras fiscales y
las personales del rey, así como de la administración de los derechos reales (portazgo,
Historia Medieval de España
censos, servicios personales de los súbditos) y de las cecas. Como jefe militar del
condado se encarga de reclutar y dirigir las tropas y dispone de contingentes
permanentes a sus órdenes, garantiza la paz en el territorio y preside los tribunales (para
estas tareas cuenta con funcionarios que actúan en nombre del conde y son retribuidos
con los derechos condales).
Los cargos más importantes son los de vizconde y veger. El Vizconde actúa como
sustituto del conde, cuando es necesario, y tiene sus mismas atribuciones. En muchos
casos se le encomienda la dirección de una parte del condado, cuando éste incluye un nº
importante de valles. El Veger ejerce una autoridad más directa aunque geográficamente
más limitada: es el representante del conde en los castillos, que no son simples
fortalezas sino centro administrativo dotado de un territorio propio. A estos funcionarios
con poderes similares a los del rey en su reino o del conde en su territorio habría que
añadir los cargos especializados: jueces, recaudadores de impuestos, administradores
directos de los bienes fiscales, procuradores judiciales del conde.
Este sistema de gobierno ha tenido como efecto más importante romper la organización
tribal de la población de los valles. Estos pierden su carácter administrativo al
fragmentarse en castillos y agruparse en vizcondados y condados. A romper esta
estructura ha colaborado la organización eclesiástica, que divide los valles en parroquias
y los agrupa en obispados, y a fines del IX los valles y sus pobladores están organizados
no con criterios geográficos sino de tipo militar y eclesiástico en parroquias, castillos,
valles (que comprenden más de un valle geográfico y equivalen a veces a los
vizcondados), condados y obispados. Al frente de cada uno de estos organismos están
personas que se distinguen por sus funciones, a veces por su riqueza, del resto de la
19
población.
Así las cosas, la autoridad del conde sólo se conserva mientras posee suficiente fuerza
para imponerse a los castellanos y garantizar el ejercicio de la justicia. Las campañas de
Historia Medieval de España
De los reinos y condados cristianos surgidos tras la invasión musulmana, el reino astur-
leonés fue el más influido por la tradición visigoda y teóricamente debería haber sido el
más feudalizado, si tenemos en cuenta que este reino se hallaba en el 711 en un estado
similar al del Imperio Carolingio cien años más tarde. Sin embargo, no fue así debido a
que en sus orígenes el reino fue creación de las tribus cantábrica y galaica entre las que
predominaba la pequeña propiedad y no existió hasta época tardía una nobleza que
pudiera imponerse sobre los campesinos y éstos conservan su libertad mientras haya
amplios territorios desiertos o poco labrados cuya colonización interesa al monarca, que
por otra parte, tiene en Asturias-León un poder muy superior al de los reyes visigodos.
Si es verdad que no existe una feudalización del reino, sí se dan numerosas instituciones
feudales como el vasallaje, el beneficio o prestimonio y la inmunidad, que llevan a la
constitución de señoríos básicos y eclesiásticos, pero ni el régimen señorial se
generalizó suficientemente ni el grupo nobiliario adquirió conciencia como tal y el rey
pudo mantener el todo momento unos derechos básicos que reducían considerablemente
la autoridad de los nobles.
Historia Medieval de España
·Cobrar los tributos y servicios que los habitantes estaban obligados a pagar al
soberano.
·Administrar justicia dentro de sus dominios.
·Cobrar las caloñas o penas pecuniarias atribuidas al monarca.
·Recibir fiadores o prendas para garantía de la composición judicial.
·Encargarse de la policía de sus tierras inmunes.
·Exigir el servicio militar a los moradores del coto y nombrar funcionarios que
sustituyen al rey
Pero la diferencia radica en que en el caso feudal el gran propietario actúa como señor
inmune al atribuirse las funciones públicas, mientras que en el reino leonés el privilegio
es una concesión del rey, que puede revocarlo y otorgarlo libremente según la fuerza de
que disponga. Y, a diferencia de lo ocurrido en el imperio carolingio, los reyes leoneses
21
y más tarde los castellanos tuvieron casi siempre la fuerza necesaria para imponerse a la
nobleza.
3. LIBRES E INDEPENDIENTES
·En los condados catalanes, los condes, los funcionarios y los monasterios e
iglesias se convirtieron rápidamente en señores de las tierras y de los servicios y
Historia Medieval de España
derechos de los hombres que las cultivaban, bien por compra, cesión real,
usurpación, o por entrega voluntaria (como las 18 familias de Bañen que
entregaron en el 920 todos sus bienes al conde Ramón I de Pallars para obtener
su protección contra todos los hombres del condado).
·Los pequeños propietarios castellanos pudieron defenderse mejor de la presión
nobiliaria y eclesiástica por el hecho de que los condes los necesitaban para
mantener su independencia frente a León, Navarra y Córdoba y por no existir en
Castilla hasta época tardía un clero organizado ni una aristocracia fuerte.
Además, la libertad castellana se vio favorecida por la existencia de
comunidades rurales que ya en el X tenían una organización y una personalidad
jurídica que permitía a sus habitantes tratar colectivamente con nobles y
eclesiásticos y defender sus derechos con eficacia. Colabora a la supervivencia
de los hombres libres en Castilla la elevación a un cierto tipo de nobleza de los
campesinos que tenían medios suficientes para combatir a caballo (caballeros
villanos) que aunque existían en otros reinos no alcanzaron la importancia que
en Castilla. En el Fuero de Castrojeriz del 974, equipara a los caballeros villanos
con los infanzones o nobleza de sangre y a los peones con los caballeros villanos
de otras poblaciones, se alude también a la modalidad de dependencia.
·En león quedan sometidos quedan sometidos a un señor mientras vivan y
transmiten a sus hijos la dependencia. En Castilla conservan, al menos en teoría,
la libertad de romper sus relaciones con el patrono, de moverse libremente y de
elegir por señor a quien quieran, al que deberán prestar determinados servicios,
como trabajar sus tierras en determinadas ocasiones (sobre todo en determinadas
faenas temporeras del campo: podar, segar, vendimiar, etc.).
LIBERTOS Y SIERVOS 22
Junto a los hombres libres figuran los libertos, cuyo modo de vida y situación es similar
a la de los campesinos encomendados ya que, igual en Europa, ha desaparecido la
división tajante entre libres y no libres y se tiende a dividir la sociedad en propietarios y
no propietarios o en propietarios o cultivadores de la tierra. Libertos y colonos son
hombres de un señor, del propietario cuyas tierras cultivan y transmiten su condición
social a los descendientes, que no pueden abandonar la tierra sin permiso del dueño al
que están obligados a prestar una serie de servicios y a pagar tributos, por lo que en
muchos textos los llaman tributarios y foreros. Otros nombres son los de hombres de
mandación, iuniores, collazos, solariegos, vasallos, en León y Castilla. En Cataluña
commanentes y stantes, para indicar su obligación de permanecer en la tierra. En
Aragón y Navarra les denominan mezquinos. Tanto los libertos como los colonos deben
al señor censos y prestaciones personales de cuantía muy variable, pero generalmente
consisten en trabajar las tierras que se reserva el señor durante un cierto número de días
en las épocas en las que hay más trabajo.
Jurídicamente distintos de libertos y colonos son los siervos, que pueden ser vendidos
como cosas y cuya situación es parecida a la de los colonos por cuanto el señor prefiere
liberar a los siervos y entregarles unas tierras para que las cultiven, pagando los censos
y prestaciones habituales. Liberándoles el señor actúa de acuerdo con las enseñanzas de
la iglesia y dándoles tierras para que las pongan en cultivo, aumenta sus ingresos, evita
los gastos de manutención de los siervos, obtiene unos censos suplementarios y puede
disponer de mano de obra cuando lo necesite. Cuando mejora la suerte de estos siervos
Historia Medieval de España
LIBRES Y PRIVILEGIADOS
Los reyes y condes ven en la dificultad del cristianismo y de los centros eclesiásticos un
factor de expansión política y posibilidad de poner en cultivo sus tierras, lo que les lleva
a hacer continuas donaciones y a proteger los bienes eclesiásticos hasta hacer de la
iglesia el mayor propietario territorial de la Edad Media.
Dentro del grupo nobiliario puede distinguirse entre alta nobleza cuyos miembros
reciben los calificativos de magnates, optimates, próceres y barones y los nobles de
segunda fila. Los primeros son los que han desempeñado funciones militares en los
primeros tiempos o han estado al frente de cargos administrativos de importancia,
tienden a constituirse en grupos cerrados y transmiten sus privilegios a los herederos,
tienen grandes propiedades, intervienen en las asambleas palatinas, gobiernan los
distritos de los reinos y condados y se hallan unidos al rey o conde por vínculos
23
especiales de vasallaje. Más numerosa y abierta es la 2ª de la que pueden formar parte
los descendientes de la alta nobleza (nobles de sangre o infanzones) y todos los que
tienen medios para combatir a caballo al servicio de un señor (vasallos caballeros) o
guardan un castillo (castellanos). Ambos grupos se funden en una nobleza de linaje, la
de los caballeros infanzones o nobles (claramente diferenciados de los caballeros
villanos de los concejos) y suelen estar ligados a los reyes o magnates de los que reciben
beneficios o sueldos a cambio de ayuda militar. Todos los nobles están exentos del pago
de tributos personales y territoriales y tienen ante la ley una categoría superior a la de
los simples libres. Sólo pueden ser juzgados por el rey y su comitiva y su testimonio
tiene en juicio más valor que el de un simple libre.
preciso un lento y largo proceso para que se llegue a la sumisión personal y territorial
del campesino a los señores-propietarios de la tierra. La guerra es más rentable para los
señores y sólo a medida que las fronteras se alejan presionan los propietarios sobre los
campesinos para labrar la tierra. Es preciso recordar que la situación de guerra
permanente, y no sólo contra los musulmanes, mantuvo el prestigio de reyes y condes,
jefes similares ante todo y les permitió mantener un mayor control sobre los grandes
propietarios y sobre los funcionarios.
EL BOTÍN
En fuero, en cuanto intento de limitar el poder real, es obra del XIII, pero se ajusta a la
realidad del VIII al afirmar que fueron los hombres de las montañas los únicos que
ofrecieron resistencia a los nuevos señores de la Península y que lo hicieron no para
oponerse al Islam y defender la fe cristiana, sino en busca de botín y de tierras para una
población a la que los recursos de la montaña no bastaban y en defensa de una situación
24
(pequeña propiedad y libertad individual) que los diferenciaba del mundo civilizado en
el que predomina la gran propiedad y la esclavitud o la servidumbre.
Las dificultades internas de Al-Ándalus habían permitido a los astures llevar sus
fronteras hasta el Duero en connivencia con los muladíes sublevados en Toledo,
Badajoz, Bobastro. El reino leonés dispone de una ideología que no sólo justifica la
guerra sino que hace del enfrentamiento armados con los musulmanes la razón de ser
del nuevo reino visigodo y otro que como el se hallaba en guerra con los musulmanes
como el reino de Pamplona, el condado de Aragón y los condados catalanes.
Con el muro que ponen a los musulmanes Pamplona y Castilla, León pierde importancia
militar a lo largo del X y la defensa del reino queda en manos de los castellanos, cuyos
condes alternan la sumisión a Córdoba con la realización de campañas de saqueo como
la llevada a cabo en el 974.
También Pamplona, Aragón y los condados catalanes basaron una parte de su economía
en las campañas de saqueo, únicas que pueden explicar las riquezas acumuladas por el
monarca pamplonés en el IX (fue apresado por los normandos y tuvo que pagar un
cuantioso rescate). Respecto a los catalanes, se sabe que alternaban las campañas en
búsqueda de botín con el comercio: por tierras catalanas pasaban los rebaños de
esclavos adquiridos en Europa por emires y califas, y al comercio y la piratería. Los
condes de Barcelona y Urgell intervienen activamente en la guerra entre beréberes y
esclavos apoyando a éstos tras exigir que cada uno de los combatientes recibiría dos
dinares diarios, además de vino y comida, el conde recibía 100 dinares por día y que les
pertenecía todo lo que arrebataran a los berberiscos.
Historia Medieval de España
Al margen del botín, durante los primeros tiempos, tanto en la parte occidental como en
la oriental, debía predominar la ganadería sobre la agricultura. Los avances hacia el sur
harían posible el cultivo de cereales, viñedos. El comercio apenas supera el ámbito local
o regional y sólo la nobleza y los clérigos disponen de objetos de lujo procedentes de
Al-Ándalus.
Los bienes raíces, tierras cultivadas y yermas, molinos, prados e iglesias, son más
baratos si comparamos sus precios con los artículos de lujo o simplemente con los
objetos manufacturados de uso corriente, lo que explica la abundancia de la tierra y las
facilidades que da el rey para ocuparlas. Iglesias y molinos carecen de valor por su
reducido tamaño y por su rústica construcción. Los precios se mantuvieron estables con
excepción del alza experimentada en el valor de los ganados y de los bienes muebles a
raíz de las campañas de Almanzor.
Aunque en menos medida, puede hablarse de una atracción similar en la zona occidental
de la Península. Según Sánchez Albornoz, que ha reconstruido la ciudad de León, puede
afirmarse que a este centro urbano acudían junto a hebreos que llevaban artículos de
gran precio destinados a satisfacer las necesidades de lujo de los grupos dirigentes,
campesinos que intercambiaban sus animales, venden el ganado caballar indispensable
para la guerra y para el prestigio social de los ciudadanos, o venden productos
alimenticios en el mercado semanal.
Los centros culturales mejor conocidos se localizan en la zona leonesa del Bierzo, en las
tierras discutidas por Castilla y Navarra y en torno al monasterio de Ripoll. La cultura
berciana gira en torno a San Genadio, fundador de monasterios como San Pedro de
Montes, San Andrés y Santiago de Peñalba, a los que dotó de una biblioteca importante
para la época.
La vida cultural de los monasterios navarros se conoce a través de las cartas enviadas
por Eulogio de Córdoba al obispo Wilesino de Pamplona que lo acompañó en su viaje
por estas tierras en las que visitó Leire, etc., haciendo copiar para su biblioteca obras de
San Agustín, Virgilio y Avieno que no se conservaban en el mundo mozárabe. Centro
de cultura de 1ª línea es el monasterio de San Millán de la Cogolla, que interesa destacar
las llamadas « Glosas emilianenses» , de mediados del X, consideradas como el primer
testimonio escrito de las lenguas castellana y vasca: al copiar sermones, letanías y otros
textos en latín, el copista explica algunas palabras que le parecen de difícil comprensión
y si a veces aclara los conceptos con nuevas palabras latinas, en otros momentos recurre
a palabras tomadas de la lengua oral. Glosas semejantes se conservan en otro texto
escrito del monasterio de Silos, y al dorso de una donación hecha en el año 959, anotada
con rasgos más romances que latinos, una relación de los quesos dispensados por el
monasterio de Rozuela. « La noticia de kesos» y las glosas son, hoy por hoy, la 1ª
manifestación del idioma que ha derivado del latín, que es todavía la lengua culta de los
reinos hispánicos.
También en los condados catalanes se abre paso el idioma romance, aunque sus
manifestaciones escritas sean más tardías y también son los centros eclesiásticos los
conservadores y difusores de la cultura heredada del mundo visigodo, del carolingio y
28
de los musulmanes de Al-Ándalus, cuya influencia más visible la encontramos en
Ripoll, único en el que se enseñan, por influencia musulmana, las ciencias del
quadrivium.
Historia Medieval de España
INTRODUCCIÓN
La historia política de los reinos occidentales de los siglos XI y XII. Castilla y León
pasan por un proceso de acercamiento y distanciación que culminará en la unión
definitiva en el 1230, pero manteniendo sus diferencias, reuniéndose en Cortes
separadas, planteando los problemas específicos de cada reino, etc., hasta el siglo XIV.
Para entonces, la independencia de Portugal, cuyos orígenes están en el siglo XII, estará
afianzada.
Las diferencias entre los tres reinos no impidieron ampliar las fronteras a costa de los
musulmanes. El proceso expansivo no fue lineal: en el siglo XI las ampliaciones
territoriales son escasas y de reducida importancia (Toledo). Avances y retrocesos se
alternan hasta el primer cuarto del siglo XIII, ya que la expansión no sólo choca con los
intereses de los árabes, sino de los propios de cada reino cristiano que no son siempre
coincidentes y sobre todo con las insuficiencias económicas y demográficas que no
permiten dedicar los medios y las personas necesarias para la ocupación efectiva del
territorio.
Castilla buscará en la guerra la recuperación de sus fronteras de época condal, con León
inicia un largo proceso de uniones y separaciones que culminará en 1230 con la unión
Historia Medieval de España
definitiva de ambos reinos, bajo la hegemonía del primero. Estas divisiones son el
reflejo de la situación económica, social y militar y de la personalidad de los reyes.
Fernando I (1032-1065), considerará los reinos bienes propios y así los reparte entre sus
hijos: Sancho II recibe Castilla, Alfonso VI León y García reinará en Galicia, mientras
las infantas Elvira y Urraca reciben el señorío sobre los monasterios de los reinos.
Castilla tenía cerrada su expansión al sur por las parias de León y Galicia, al30oeste había
perdido la Tierra de Campos y al este chocaba frontalmente con Navarra. Por esto las
guerras entre hermanos fueron continuas. Alfonso VI de León fue derrotado en
Golpejera (1072) y buscó refugio en Toledo. Sancho fue asesinado por Vellidos Dolfos
cuando intentaba ocupar Zamora que defendía la infanta Urraca. De este suceso se
deriva la « jura de Santa Gadea» en la que Alfonso VI tiene que jurar que no ha
intervenido en la muerte de su hermano. Así que Alfonso VI ha conseguido reunificar
los dominios de su padre, pero la Bureba y los Montes de Oca no pasarán a control
castellano hasta 1067 con Sancho II de Castilla.
Alfonso VI rey de León y de Castilla seguirá las directrices políticas de su padre frente a
los musulmanes y las parias seguirán afluyendo al reino hasta que en 1085 ocupa
Toledo, ciudad en la que sería restablecida la sede primada como símbolo de la unidad
eclesiástica de España, mientras el título imperial utilizado por Alfonso VI refleja la
unidad política.
las conquistas del XI y unifican Al-Ándalus. Sólo el Cid es capaz de hacerles frente en
Valencia, reino sometido al pago de parias por Alfonso VI .
Los reyes de Castilla y León no contentos con el reparto, se reúnen en Sahagún (1158)
para buscar una solución a la Tierra de Campos, repartirse la zona de influencia de Al-
Ándalus y dividirse el recién nacido reino de Portugal. Pero este mismo año muere el
rey de Castilla, sucediéndolo un menor de edad, Alfonso VIII y se rompen los acuerdos
de Sahagún. Fernando II ocupa la Tierra de Campos ante el vacío de poder en Castilla y
las tensiones entre sus nobles dirigidas por los Lara y los Castro, éstos se alían con el
rey de León. A partir de entonces Fernando II se ocupa de la frontera sur de su reino
amenazada por almohades y portugueses cuyo caudillo Geraldo Sempavor (el Cid
portugués) llegó a dominar la actual Extremadura.
Mientras Castilla-León-Portugal han permanecido juntos poco importa que Toledo, sede
primada, haya sido conquistada por los castellanos, pero quien controle Toledo tendrá el
control sobre todo el clero de todas las sedes episcopales que dependen de la sede
primada. Por ello León intenta recuperar Mérida, antigua metrópoli arzobispal anterior a
Historia Medieval de España
Santiago ante la imposibilidad de ocuparla, Fernando II se alía con los almohades para
que no la consigan los castellanos o los portugueses. El resto de los reinos cristianos
reaccionaron contra la sede episcopal de Toledo, los catalano-aragoneses y portugueses
restaurando las antiguas metrópolis de Tarragona y Braga.
Castilla, amenazada al oeste por León y al este por Navarra y Aragón-Cataluña (unidos
en 1137), firma la paz con los almohades, que se convierten en árbitros de la situación,
seguros ante la división de fuerzas cristianas, atacarán y reconquistarán la mayor parte
de las zonas conseguidas por Alfonso VII. Pero el peligro común para los cristianos
hizo que tras el ataque almohade de 1197 se llegara a una nueva alianza mediante el
matrimonio del leonés Alfonso IX, sucesor de Fernando II y la castellana Berenguela,
hija de Alfonso VIII, que llevaría como dote la polémica Tierra de Campos.
Nuevos problemas, el matrimonio fue disuelto por razones de parentesco, pero la unión
política de ambos reinos va a ser posible en la persona de Fernando III, sucesor de
Alfonso IX, en 1230, y que recibirá de Berenguela el reino de Castilla al morir sin
herederos Enrique I de Castilla en 1217. Pero los sucesores de Fernando III no podrán
evitar la separación e independencia de Portugal, a pesar del tratado de Sahagún en
1158.
5. DIFERENCIAS Y SEMEJANZAS
Desde este punto de vista parece que las divisiones de los reinos eran voluntades de los
reyes, pero no es así, también los súbditos intervienen aceptado o desechando uniones y
separaciones, ya que se sientes diferentes. Así, tras la independencia de la frontera
32
oriental del reino de León (Castilla), los condes crean monasterios e iglesias que
civilizan y evangelizan a los castellanos y poco a poco se convierten en centros
económicos y de atracción de las propiedades de los pequeños campesinos libres que
pasan a depender de un centro eclesiástico o de un noble. Fernando I tendrá que
combatir a la nobleza leonesa que lucha por mantener sus derechos feudales y actúan en
sus tierras con gran independencia, estos a su vez se enfrentan a la nobleza castellana
por conseguir un puesto en la corte. Para poner fin a las disputas, Fernando I lanzará a
los nobles a las campañas de Viseo y Lamego en la zona natural de expansión leonesa,
donde el botín compensará a los nobles leoneses.
Los beneficios de las parias hacen aconsejable la unión, por ello los nobles castellanos
aceptarán de buen grado al rey Alfonso VI, una vez puesto a salvo la fidelidad a Sancho
II con la jura de Santa Gadea el Cid será desterrado pero no por ser castellano, sino por
haber sido hombre de confianza de Sancho II y haber tenido un papel destacado en la
jura. En esta época no estamos en una sociedad nacionalista, aunque aceptemos el
enfrentamiento entre castellanos y leoneses, es una sociedad abierta que admite a
francos, navarros y aragoneses en la repoblación del valle del Duero. Las diferencias
entre los castellanos del norte y los de León desaparecen al abrirse nuevas tierras donde
se acepta a cuantos quieren intervenir. Las diferencias sociales se van a establecer entre
el norte y el sur de los dos reinos: campesinos libres en su mayoría en el sur y
campesinos dependientes en el norte.
La guerra civil que sucederá a la muerte de Alfonso VI no va a ser una guerra entre
leoneses y castellanos, sino entre los partidarios de Alfonso el Batallador y los de Doña
Urraca y Alfonso Raimúndez. En ambos bandos habrá leoneses y castellanos que
Historia Medieval de España
Las circunstancias y la mentalidad feudal llevaron a cabo una nueva división tras la
muerte de Alfonso VII, el tratado de Sahagún de 1158 fue una revisión de la política del
emperador por parte de sus hijos, la desaparición del reino favorecía a los leoneses, que
tenían cerrado el camino hacia el sur, pero tras la muerte del castellano Sancho III el
pacto fue inviable y los nobles y Fernando II orientaron su política a crear un pasillo
hacia el sur entre Portugal y Castilla y ocupar la actual Extremadura. Alfonso VIII,
nuevo rey castellano, se alía con los portugueses para cerrar ese pasillo, frente a Navarra
se unirá con los aragoneses, mientras los leoneses ayudan a los navarros. Esta situación
dará lugar a que la frontera sur se encuentre sin protección, por lo que se crean las
milicias concejiles y las órdenes militares para combatir a los musulmanes desde
Castilla, León y Portugal.
34
Historia Medieval de España
INTRODUCCIÓN
En el reinado de Fernando I se cobran parias por servicios militares así como por no
atacar los dominios de los que pagan. También cobrará a dos reinos enfrentados,
reservándose el derecho a intervenir, según conveniencia, a favor de uno y otro.
Asimismo no dudará en atacar a otro reino cristiano para defender a sus protegidos,
porque protege sus fronteras. Del mismo modo entrega a su hermano García de Navarra
tierras que posteriormente intenta recuperar dando muerte a su hermano en Atapuerca
(Burgos). En 1043 apoyó a al-Mamún de Toledo en contra de Sulymán Ibn-Hud de
Zaragoza y veinte años más tarde defendía a éste contra su hermano Ramiro 35
I de
Aragón, quien moriría en la batalla de Graus, en la que intervino el Cid. También al-
Mamún colaboró al sometimiento de Valencia y Murcia.
Fernando I dividió sus dominios y con ellos los reinos de taifas entre sus hijos,
correspondiendo Badajoz y Sevilla a García de Galicia; al rey de León, Alfonso VI el de
Toledo con Valencia; y Zaragoza para Castilla, con Sancho II. Éste no acepta el
testamento por el reparto de parias-taifas que impedían su expansión hacia el sur,
obligándole a orientarse hacia el este, entrando en competencia con aragoneses,
navarros y catalanes. Intenta recuperar las tierras cedidas por Sancho el Mayor de
Navarra con el apoyo del rey vasallo de Zaragoza y derrota al leonés en 1168 en
Llantada, luego ambos se unirían para destronar a García (1972). En Golpejera Alfonso
es derrotado y se refugia en Toledo, regresando al ser asesinado Sancho cuando trataba
de ocupar Zamora, defendida por Urraca en nombre de Alfonso.
musulmanes que en épocas anteriores, apoya a Sevilla contra Granada (los beréberes se
niegan a pagar parias) y ayuda a Toledo a ocupar Córdoba anexionada por Sevilla. El
resultado es el aumento de parias con el descontento popular, que adopta actitudes
violentas en Toledo, a la muerte de al-Mamún. Al-Qadir, el nuevo rey cede a las
presiones y expulsa de Toledo a los partidarios de la sumisión a Castilla y se niega a
pagar las parias. Al quedarse sin apoyo de Castilla-León no puede controlar una revuelta
en Valencia (posiblemente instigada por los agentes de Alfonso VI, así como la guerra
entre Badajoz y Toledo), por lo que acabó negociando su rendición a Alfonso VI, no sin
antes perder gran parte de tierras cordobesas.
Cuando el rey moro de Valencia muere, Alfonso VI quiere poner al depuesto de Toledo,
al-Qadir, en contra de los intereses de los reyes de Lérida, apoyada por el conde de
Barcelona con el que se establece alianza y Zaragoza, defendida por el Cid,
36
produciéndose un acercamiento entre él y Alfonso VI, con lo que es admitido de nuevo,
después de la victoria de los almohades en Sagrajas, unifican las fuerzas para defender
al rey vasallo de Valencia. Al-Qadir es asesinado (1092) y Rodrigo ocupa militarmente
la ciudad en la que actuó hasta su muerte en 1099, después de haber establecido alianzas
con el conde de Barcelona y el rey de Castilla frente al peligro almorávide. Alfonso VI
no consigue mantener Valencia y abandona la ciudad después de incendiarla.
A su muerte divide el reino entre sus hijos: para Sancho III, Castilla, León para
Fernando II, como frontera la polémica Tierra de Campos que dará lugar a años de
enfrentamiento entre Castilla y León y León y Portugal. En 1165 Alfonso I de Portugal
y Fernando II de León firman la paz de Lérez y ambos atacan a los musulmanes con la
colaboración del conde de Urgell Armengol VII y el caudillo portugués Geraldo
Sempavor, quien para sitiar Badajoz pide ayuda a su señor en contra de Fernando II.
Vencido el rey portugués, renuncia a esta plaza y además cede Cáceres. Geraldo es
hecho prisionero y sólo recobrará la libertad al entregar algunas plazas. Tras esta
Historia Medieval de España
victoria, Fernando II de León se alía con los almohades para mantener sus posesiones
frente a Portugal.
Castilla padece problemas internos por enfrentamientos entre nobles y en guerra con
Sancho IV de Navarra que ocupa La Rioja durante la minoría de Alfonso VIII.
Problemas con los almohades y sólo el rey Lobo de Murcia, al lado de Castilla pusieron
freno a los norteafricanos en 1172.
En 1173 castellanos y portugueses firman treguas con los almohades para unirse contra
Navarra y León, respectivamente. El sultán almohade en paz con Castilla y Portugal
rompe la que tenía con León en 1169 y llega a Ciudad Rodrigo recuperando las plazas
ocupadas por Fernando II.
Treguas y guerras, éxitos y fracasos como el estrepitoso de Alarcos (1194 por Castilla).
A pesar de este fracaso habían aprendido que unidos podían derrotar al musulmán. Así,
a comienzos del XIII se firman acuerdos entre Castilla, Navarra, Aragón y Portugal y
además cuentan con el apoyo del Papa, con lo que la guerra adquiere carácter de
cruzada en la que intervendrán nobles europeos. El resultado será la gran batalla de Las
Navas de Tolosa de 1212, que acabará con la decadencia y desaparición del imperio
almohade.
El librarse de esta dependencia será su objetivo para lo que recurre al sistema de otros
reyes y condes haciéndose vasallo de la Santa Sede, mediante tributo anual. Roma, 35
años después, dará validez legal y le concederá el título real (1179) que utilizaba ya
desde 1157 tras la muerte de Alfonso VII considerando que su dependencia feudal
acaba con la muerte de su señor. Esta independencia política se verá reforzada con la
eclesiástica al unir los obispados portugueses bajo la dirección del metropolitano de
Braga.
La disputa por las tierras próximas y la frontera enfrentarán a Portugal con León lo que
le llevará a convertirse en aliado de Castilla a pesar de que Sancho III pactará con
Historia Medieval de España
La creación de esta ciudad dio lugar a protestas de los salmantinos que ofrecieron su
ciudad al portugués y declaran la guerra a Fernando II en 1162. la actuación de Geraldo
Sempavor en Extremadura los enfrentará nuevamente a pesar de firmar alianzas y
ratificarlas con matrimonios con duración mientras interesa.
A la muerte del monarca navarro-leonés (1134) Alfonso el Batallador deja sus reinos a
las órdenes militares, lo que no fue aceptado ni por navarros ni aragoneses que elegirán
su propio rey. Zaragoza acepta al castellano Alfonso VII (1109-1157), único capaz de
hacer frente a los almorávides, el cual le cede a Ramiro II de Aragón a cambio de
vasallaje y el de su hija Petronila y su futuro marido el conde Ramón Berenguer IV de
Barcelona, además el acuerdo de repartirse Navarra en 1140. García Sánchez salva el
reino declarándose vasallo del emperador que renovará su hijo Sancho IV en 1151.
Con la muerte de Alfonso VII de Castilla, los lazos feudales se rompen y Navarra
recupera (durante la minoría de Alfonso VIII) la Rioja con Aragón conquistada y
repartirse Murcia (estaba el rey Lobo principal aliado de Castilla) y Valencia. Pero
Alfonso VIII compra al aragonés y conde de Barcelona, con las parias pagadas por el
musulmán, además en el acuerdo iba implícito el apoyo contra la monarquía francesa
por el control de la Provenza, ya que Castilla aspiraba a hacer efectiva la dote de Leonor
de Aquitania (casada con Alfonso VIII). Esta colaboración acabó con el siguiente
reparto de tierras musulmanas: Valencia para Aragón-Cataluña y Murcia para Castilla.
38
4. LA APROXIMACIÓN A EUROPA (REVUELTAS NOBILIARIAS DEL
CAMINO)
En 1073 cuando es elegido Papa Gregorio VII, recuerda a los hispanos que forman parte
de la donación hecha por Constantino al Papa, por tanto debían renunciar al rito
mozárabe, rasgo distintivo hispánico y aceptar el rito romano.
Esta medida encuentra la resistencia del clero local y enfrentó a Ricardo, legado
pontificio y a Roberto llegado de Cluny, que Alfonso VI había designado para dirigir el
monasterio de Sahagún. Los monjes no lo aceptan y abandonan el monasterio, se
enfrentan a Ricardo pero éste para mantener su posición en la corte abjura rápidamente.
El rito mozárabe sólo desaparecerá cuando Alfonso VI, amenazado de excomunión,
acuerde mediante concilio (Burgos 1080) adoptar la liturgia romana y pone al frente del
monasterio de Sahagún al cluniacense Bernardo (1086 el primer arzobispo de Toledo).
Desde 1080 Alfonso VI llega a un acuerdo con Al-Qadir de Toledo y así restauran la
sede que ofrece a García obispo de Jaca. El Papa Gregorio VII se opone y entonces es
cuando se elige a Bernardo al que le otorga poder sobre todos los clérigos del reino, con
el apoyo del pontificado.
Historia Medieval de España
4.2 SAHAGÚN
Es un señorío cuyos vecinos deben al abad un censo anual, sujetos al monopolio del
horno no pueden vender vino ni paños o pescados antes de que lo hagan los monjes.
Contra estos privilegios se produce la 1ª revuelta en 1087. Más tarde, en 1095,
consiguen suprimir el monopolio del horno y transformarlo en un censo anual, también
consiguen suprimir el tributo de la mañería.
El gran ataque contra el abad tuvo lugar en 1115, cuando los burgueses anulan los
fueros de Sahagún y se promulgan leyes nuevas en las que figura una cláusula que dice
39
que ni el rey ni la reina entrarán en esta ciudad hasta que juren guardar la costumbre que
habían escrito y ordenado y por otra parte el hecho de que el abad se vinculara al grupo
eclesiástico para anular el matrimonio de Alfonso el Batallador y Urraca radicalizó las
posturas.
Los burgueses se unieron y destruyeron bienes y fincas de los que habían permanecido
fieles al abad, cuyo poder fue reducido al poner fin a la inmunidad del señorío y luego
ser expulsado al nombrar al rey otro abad, a Ramiro, hermano del rey aragonés (que
reinará después con el nombre de Ramiro II, el monje).
4.3 SANTIAGO
Cuando el navarro abandone la lucha, los rebeldes volverán a la carga contra el obispo,
nombrarán funcionarios y renovaban leyes y costumbre, sin embargo, no podrán resistir
los ataques de Gelmírez apoyado por Urraca y su hijo Alfonso VII
4.4 PORTUGAL
Se inicia su reinado con la claudicación ante el clero (igual que Juan sin Tierra en
Inglaterra, con los condes y la Carta Magna). En las cortes de Coimbra reconoce la
vigencia del fuero eclesiástico, exención de impuestos y cumplir con los legados de su
padre Sancho I. Esto lesiona los intereses de la monarquía y los funcionarios intentan
40
mediante investigaciones sobre los derechos, anular las donaciones. Los eclesiásticos y
los nobles son apoyados desde el exterior por Alfonso IX de León y el pontífice, ahora
Honorio III, quien como señor amenazó al monarca con privarle del reino, amenaza que
fue llevada a cabo más tarde, ya en el reinado de Sancho II.
Fernando III rey de Castilla desde 1217 y de León en 1230, amplía los dominios
recibidos a costa de los musulmanes. En sus campañas colaboran de forma destacada las
órdenes militares hispánicas creadas en 1170. A ellas se debió la conquista y la
repoblación de La Mancha y de Extremadura.
Este monarca sigue la política de sus antecesores, ayuda a los sublevados contra
almohades o apoya a reyes taifas enfrentados entre sí y cuando la ocasión es propicia,
ocupa plazas y reinos.
Hacia 1224, organiza una expedición de apoyo al señor de Baza para ocupar Quesada.
Estas intervenciones militares son pagadas con botín o con entrega de ciudades.
También con los almohades firma treguas y pagan parias a cambio de ayuda contra
almohades sublevados, las parias recibidas por la ayuda de Murcia y Valencia sirven
Historia Medieval de España
para comprar la renuncia al trono de León de las infantas portuguesas hijas de Alfonso
IX.
Unidos Castilla-León y los acuerdos con Portugal y Aragón, facilitan el ataque a los
musulmanes. Ibn Hud que había logrado unificar Al-Ándalus, compra la paz. Fernando
III se une luego al rey moro de Granada y ocupan Córdoba en 1236. El de Granada
intenta ocupar Murcia que pide ayuda a Castilla, aceptando establecer guarniciones
castellanas en las ciudades importantes, algunas se oponen a las tropas del heredero,
Alfonso X el Sabio. Más adelante castellanos y aragoneses se repartirán los reinos de
Murcia y Valencia respectivamente y establecerán las fronteras distintos reinos.
Una vez asegurada la frontera en la zona orienta, le concentra la atención hacia la zona
más occidental donde los portugueses iban obteniendo victoria y amenazaban con
invadir tierras castellano-leonesas, habían puesto sitio a Jaén, el rey de Granada al no
poder socorrerla acepta la rendición y con ella renueva el vasallaje a Fernando III, para
salvar el resto de sus dominio, luego colabora con Castilla en el ataque a Sevilla, por
tierra, rendida en 1248, con ayuda de una flota cantábrica que impide el desembarco de
refuerzos norteafricanos. Con los musulmanes de Granada, vasallos del castellano se
limita la expansión de aragoneses y portugueses hacia el sur y queda Castilla como
reino de mayor importancia de la Península.
Con la división de los dominios de Sancho el Mayor entre sus hijos se pone fin a la obra
unificadora y la monarquía pamplonesa queda en un 2ª plano, mientras en occidente
sobresale el nuevo reino de Castilla unida al leonés y en oriente el condado de
Barcelona.
Sancho el Mayor no dividió el reino sino que confió el gobierno de sus dominios a sus
hijos, Fernando, Ramiro y Gonzalo, que jurídicamente dependerían del único rey,
García de Navarra, pero que en la práctica actuaron como independiente y se opusieron
a las pretensiones de García contra el que sublevaron en 1043, Ramiro y en 1054
Fernando, para rectificar fronteras fijadas por Sancho. Derrotado y muerto en Atapuerca
García, la situación se invierte y el nuevo monarca Sancho IV (1054-1076) ya no será
señor sino vasallo del castellano.
Castellanos y aragoneses por las parias de Zaragoza llegan a una guerra en la que muere
el aragonés Ramiro (1063 en Graus). Más tarde cuando Sancho II de Castilla inicie
guerra fronteriza con Sancho IV, el aragonés Sancho Ramírez acudirá en ayuda del
navarro pero no podrá impedir la ocupación de ciertas plazas.
Por esta épocas entran los cluniacenses en Aragón lo que aumenta la influencia de
Roma, cuya presencia se ve como garantía de estabilidad y poder (Roma representa el
poder supremo de occidente) y a Roma se dirigen aquellos que quieren dar legitimidad a
43 derechos
sus adquisiciones. Allí acudirá Sancho Ramírez de Aragón para legitimar sus
frente a sus vecinos, especialmente navarros. Se hace vasallo de la Santa Sede, como
hará 50 años más tarde Alfonso Enríquez de Portugal para librarse de la tutela
castellano-leonesa y afirmar su independencia.
Los cluniacenses son los agentes de la intervención romana que se manifiesta mediante
la infeudación del reino y la supresión del rito mozárabe y antes en el ensayo de lo que a
fines de siglo serán las cruzadas, el objetivo de este ensayo será la toma de Barbastro
(1064 en las que intervendrán caballeros italianos, franceses y catalanes, dirigidos por el
obispo de Vic y el Conde de Urgell) que compartirán con Sancho el control de la plaza,
reconquistada por el musulmán de Zaragoza en 1065.
ruta de Zaragoza camino al mar y de allí a Jerusalén. De cuanto ganen nada habrán de
dar al rey, éste cede a la cofradía ciudades, castillos, botín y exime de todos los
impuestos a los mercaderes que negocien en nombre de la cofradía, el aumentar los
recursos para llevar a cabo la misión militar. Como guerreros, los cofrades tienen los
beneficios eclesiásticos reservados a los clérigos.
Con la ayuda de estas cofradías y con los francos, Alfonso se apoderó de las tierras de
las cuencas del Jalón y Jiloca (Zaragoza) y penetró en la serranía de Cuenca, asedió
Valencia y en 1125 llevó a cabo una expedición por Andalucía. Todo esto explica que
en su testamento ceda sus reinos a las órdenes. Lógicamente, este testamento no es
aceptado ni por los nobles navarros, ni aragoneses que deciden nombrar su propio rey.
Cuando el califato desaparece, los condes siguen la misma tónica que los demás reinos
hispánicos y se centran en el cobro de las parias, buena fuente de ingresos, y lo
defienden si es preciso con las armas. Firmas acuerdos con otros condados como el de
Urgell y Cerdaña, para juntos conseguir y repartirse las parias.
44
Barcelona se consolida como centro y cabeza de Cataluña y sus condes, la saga de los
Ramón Berenguer y Berenguer Ramón se dedican a unificar sus dominios paternos para
dividirlos a su vez y lo mismo que en otros reinos, cuando el gobernante es débil, los
nobles tratan de independizarse, tal y como sucedió en la minoría de Ramón Berenguer
I (1018-1035) bajo la tutela de su madre Emersinda.
De entre todos estos condes destaca Ramón Berenguer III (1097-1131) llamado el
Grande, por la ambición de su política y los éxitos logrados tanto frente a los
musulmanes como al N de los Pirineos. Intensificó la repoblación de la comarca de
Tarragona, lo que le permitió restaurar la sede arzobispal (1089-1091), fijando la
residencia del metropolitano en el obispado de Vic.
Ramón Berenguer en 1112 se casa con Dulce de Provenza y hace valer sus derechos
sobre Carcasona, cuyo señor reconoce la soberanía del conde y se declara su vasallo. La
muerte, sin herederos, de los condes de Besalú y Cerdaña le valen la incorporación de
estos dominios. Sus posesiones pirenaicas y provenzales le hacen entrar en conflicto con
el conde de Toulouse con el que llegó a un acuerdo por el que se dividían la Provenza.
Las crónicas catalanas dan una versión mucho más poético-caballeresca de esta
incorporación, en ellas cuentan que el conde había recibido el condado de manos del
emperador alemán en recompensa por haber combatido a los nobles que acusaban a la
emperatriz de adulterio.
isla y repoblándola, pero como los catalanes no disponían de hombres suficientes, la isla
fue rápidamente ocupada por una flota almorávide.
Cuando en 1134 moría Alfonso el Batallador su testamento (dejó sus dominios a las
órdenes militares del Temple, Hospital y Santo Sepulcro) fue discutido y rechazado por
navarros, aragoneses, zaragozanos y catalanes, porque Alfonso podía disponer
libremente de las tierras conquistadas pero no de las heredadas, cuyos herederos
legítimos eran García Ramírez de Navarra y Ramiro el Monje de Aragón (según el
derecho aragonés un clérigo o una mujer transmiten sus derechos, pero no los ejercen
plenamente sino por medio de un bajulus (tutor o marido). Los aragoneses aceptan a
Ramiro quien contrae matrimonio para dar un heredero, nace Petronila a la que hay que
buscar un marido que se haga respetar.
Este testamento afecta también al condado barcelonés enfrentado con Aragón 45 por el
cobro de las parias y por las zonas de expansión. Prefieren aliarse con los almorávides
antes que permitir la ocupación aragonesa. En Fraga, los almorávides seguros de la
neutralidad de los catalanes, concentran sus tropas y vencen a Alfonso el Batallador,
que muere meses más tarde sin resolver los problemas del testamento que las Órdenes
reclaman. Roma interviene para llegar a un acuerdo y el conde de Barcelona Ramón
Berenguer IV es elegido para marido de Petronila, así se evita que se unan Castilla y
Aragón. Los derechos de las órdenes son compensados mediante acuerdos.
renuncie a la conquista de Murcia, esto será en 1177 de manera definitiva con Alfonso
el Casto, cuando acuda en ayuda del castellano Alfonso VIII para asediar Cuenca. Se
prestan homenaje mutuo y modifican las zonas de influencia, Valencia para el Casto y
Murcia para Castilla. Con este acuerdo se fijan los límites orientales de Castilla y
Aragón-Cataluña.
Los repartos de las tierras navarras son neutralizados por García Ramírez y Sancho VI
(1150-1194) mediante una hábil política que le lleva a reafirmar dependencia feudal
respecto a Castilla y a colaborar con el rey-conde aragonés. La inestabilidad entre
Castilla y Aragón lleva a los monarcas navarros a buscar contrapesos como alianzas
matrimoniales con Ricardo Corazón de León, rey de Inglaterra y con Teobaldo de
Champaña, cuyos descendientes en el XIII serán reyes de Navarra. Hacen alianzas con
Castilla que luego sustituyen por León contra los castellanos. Cuando Alfonso VIII
quiere hacer vales sus derechos sobre Aquitania por su matrimonio con Leonor hija de
Enrique II de Inglaterra, los navarros colaboran con él en las Navas de Tolosa. La
sucesión de Alfonso VIII y minoría de Jaime I de Aragón, permite a Sancho VII
reforzar la frontera.
En 1230 León y Castilla se unen con Fernando III que presiona al monarca navarro, el
cual firma un pacto con Jaime I y ofreciendo la corona a Teobaldo de Champaña con el
que se unían las dinastías francesa y navarra.
Albarracín: la unificación almohade acaba con los reinos taifas a pesar de la ayuda
prestada por los cristianos al rey Lobo de Murcia y Valencia, al que sucede en
Albarracín uno de sus auxiliares, el navarro Pedro Ruiz de Azagra, caudillo cristiano,
46
que crea su propio señorío como hiciera el Cid años antes. Azagra mantendrá su
independencia y aumentará sus dominios oscilando entre Aragón y Castilla, con apoyo
de Navarra. Transmite sus derechos sobre Albarracín a su hermano, que mantiene la
misma política de equilibrio y hace alianza con la orden de Santiago a la que nombra
heredera en 1190, aunque el señorío pasó a sus hijos, la orden de Santiago se convirtió
en garantía de la independencia. Por razones de situación geográfica, se fue vinculando
cada vez más a Aragón para pertenecer a este reino definitivamente a fines del XIII.
Urgell: la presión que los condes de Barcelona ejercen sobre este condado no acaba con
su relativa independencia, cuyos condes mantienen una política de equilibrio con las
potencias vecinas, lo mismo que Navarra y Albarracín. Armengol IV dispone en su
testamento que si sus hijos mueren antes que él, el condado pasaría al infante Pedro de
Aragón y si ese muriera sin descendencia, el condado pasaría al conde de Barcelona, en
el caso que el urgelitano muriese siendo su hijo menor de edad, el gobierno le
pertenecería al condado catalán y al reino aragonés, pero la tutela sería para Alfonso VI,
esa era su salida de equilibrio, con esto se inicia una mayor aproximación a Castilla.
no supone la incorporación directa, puesto que con frecuencia el conde-rey paga a los
nobles que colaboran en campañas militares los servicios prestados, mediante señoríos.
Se recupera Tortosa, que Alfonso el Casto entrega a la orden del Temple, reservándose
la mitad de los ingresos de la ciudad, y Lérida, 1236. en cuanto al condado de Urgell, en
adelante será una prolongación del condado de Barcelona, aunque teóricamente
independiente.
3. POLÍTICA OCCITANA
Rivales en el sur por el control de las parias, los reyes de Aragón y condes de Barcelona
chocan también en el N. 1118. Alfonso el Batallador recibe el homenaje feudal del
conde de Tolosa, quien ofrece una serie de ciudades. Por medio de pactos y alianzas se
convierten en señores feudales al N de los Pirineos con predominio catalán.
47
La política occitana en los años iniciales del XIII no es fácil de entender puesto que
influye en la misma la situación europea: el territorio dividido en condados y
vizcondados relacionados mediante acuerdos que continuamente cambian según los
intereses del momento. Los enfrentamientos entre ingleses y franceses repercuten al
apoyar los ingleses a Provenza, los franceses a Toulouse y por encima del emperador,
señor de Provenza. Problemas religiosos por la difusión del catarismo es estas ciudades
y por último, enfrentamientos entre burgueses y señores feudales, así como rivalidad por
el control del comercio entre pisanos y genoveses. Las paces que se firman por cinco
años duran meses o días y el fallecimiento de un personaje pone en marcha nuevas
alianzas. A pesar de la dificultad, podemos distinguir 3 etapas:
La paz de fines de ese mismo año coincide con el entendimiento entre el Pontificado y
el imperio y permite a la Iglesia intervenir contra los cátaros, que en el III concilio de
Letrán de 1179 acuerda prohibir la defensa de los herejes y comerciar con ellos (la
herejía se extiende a través de los mercaderes). Por ello se ponen bajo la protección
Historia Medieval de España
eclesiástica todos aquellos que tomen las armas para reducir a los herejes. Así, bajo el
manto de cruzada se camuflan las campañas políticas, tal como ocurrió en 1213 en que
los cruzados de Simón de Montfort al servicio de la monarquía francesa pusieron fin a
la presencia catalana en Occitania y dieron muerte a Pedro el Católico en la batalla de
Muret.
El conde-rey Alfonso el Casto para dar satisfacción a los nobles aragoneses continúa
con las campañas de conquista ultrapirenaicas catalanas. También participó en las
campañas de Castilla contra Cuenca (1177), se atrajo la influencia de Albarracín. Buscó
una salida a la relación vasallática con Castilla por el rey de Zaragoza y a la
independencia de Navarra. Temas resueltos en el tratado de Cazorla (1179) por el que
castellanos y aragoneses se repartirán Navarra, se ponía fin al vasallaje aragonés a
cambio de la renuncia al reino de Murcia. Este tratado sin resultados políticos prácticos,
48
pues llegarán a formar un bloque aragonés-navarro-leonés-portugués contra Castilla,
cuya política expansiva representaba un peligro para todos los reinos peninsulares.
Este último (1196-1213) pone fin a las luchas con los condes de Toulouse, cuando
Inocencio III Papa desde 1198, inició la lucha contra los albigenses y su protector el
conde tolosano. El monarca francés, que había debilitado el poder de Inglaterra, no tenía
interés en mantener al tolosano contra el Papa, por lo que Ramón VI se ve obligado a
buscar la amistad del rey aragonés, el cual se convirtió en protector y señor feudal de la
mayor parte del S de Francia, especialmente desde su matrimonio con María, quien
llevaba la dote la ciudad de Montpellier.
Ante el problema albigense intenta quedar bien con sus vasallos, pero también con
respecto a sus deberes hacia Roma, a la que acude para hacerse coronar rey y renueva el
vasallaje al Papa. Este le recuerda la obligación de combatir a los herejes y realiza
algunas campañas para justificarse. Luego abandona el S de Francia y se dedica a los
Historia Medieval de España
asuntos peninsulares, pacta con el monarca castellano una nueva división de Navarra.
Por falta de medios económicos tiene que renunciar a las campañas militares, esta
situación es aprovechada por Sancho VII de Navarra para comprar la paz y hacerle un
préstamo. En 1212 el rey de Aragón colabora en la cruzada castellana contra los
almohades, interviniendo de forma muy activa en la victoria de las Navas de Tolosa. Un
año más tarde moría en Muret al intentar defender a sus aliados vasallos contra los
cruzados de Simón de Montfort, contra Francia.
49
Historia Medieval de España
·La victoria sobre los almohades en Las Navas de Tolosa (1212) que aceleró la
disgregación del imperio musulmán norteafricano y posibilitó el avance de
castellanos, leoneses y portugueses hacia el sur.
·La derrota y muerte de Pedro el Católico de Aragón en Muret (1213) que obligó
a catalanes y aragoneses a renunciar a su presencia en Occitania y buscar
expansiones por los dominios islámicos.
Por su parte, los aragoneses y catalanes ocuparon el reino valenciano. Los catalanes
llevaron su expansión a las Baleares desde las que pudieron intervenir en el comercio
del Mediterráneo occidental, compitiendo con las ciudades italianas. Sólo Navarra,
aislada, permaneció al margen de la expansión de los reinos peninsulares y acentuó su
relación con Francia, para librarse de la opresión aragonesa y castellana.
Muerto Alfonso VIII en 1214, Castilla quedó en manos de Enrique I (1214-1217) bajo
la tutela del noble Alvar Núñez de Lara, que actuó como verdadero rey apoyándose en
la fuerza económica de su familia y de las órdenes militares. Tres años después de su
subida al trono moría Enrique I y la corona pasaba a Berenguela, que cedía sus derechos
a su hijo Fernando III, habido de su matrimonio con Alfonso IX de León. Alvar Núñez
y los concejos de la Extremadura castellana y de la Transierra se opusieron al nuevo
monarca con la colaboración del rey leonés, que aspiraba a recuperar las tierras leonesas
arrebatadas por Alfonso VIII y a evitar que la expansión leonesa quedara cortada por
Castilla y Portugal. Pero la entrega de algunas plazas y una fuerte compensación
económica alejaron al rey leonés. Sin su ayuda Alvar Núñez fue vencido.
El avance portugués hizo que Alfonso IX intentara, sin éxito, la conquista de Cáceres,
que sería ocupada en 1227 durante la guerra civil que siguió a la muerte del Sultán
Yusuf II, guerra en la que Fernando III ofreció su ayuda a los jefes militares de Murcia,
Córdoba, Granada y Sevilla contra el sultán marroquí, al que opusieron la figura del rey
Historia Medieval de España
Ibn Hud de Murcia. Las parias pagadas por los musulmanes, permitirá a Fernando III
unir León a Castilla en 1230 al morir Alfonso IX, en cuyo testamento dejaba León a
Sancha y Dulce, hijas de un matrimonio anterior con Teresa de Portugal; Fernando III y
su madre Berenguela compraron la renuncia de las infantas al trono leonés. Así se
unieron en 1230 los reinos separados por Alfonso VII 60 años antes.
Esta unión y un acuerdo con Portugal permitieron la acción contra los musulmanes
cuyos dominios fueron atacados simultáneamente por los aragoneses de Jaime I. Ibn
Hud tendrá que hacer frente a estos ataques y a las sublevaciones de Granada, Sevilla y
Valencia que le obligan a comprar los servicios de Fernando III, pero no pudo impedir
que Castilla apoyara a Muhammad Ibn Nasr (cabeza de los nazaríes) de Granada y que
tropas castellanas ocuparan Córdoba en 1236. A la muerte de Ibn Hud (1238), el rey de
Granada extendió su autoridad por Málaga y Almería. Sevilla solicitó apoyo de los
almohades africanos; Murcia, amenazada en el S y el O por Granada y en el N por los
catalano-aragoneses obtuvo la protección castellana y aceptó el establecimiento de
guarniciones militares en los centros más importantes. Poco después se firmaría el
tratado de Almizra (1244) por el que se fijaban definitivamente las fronteras entre
Murcia y Valencia o entre Castilla y Aragón. Se ponía fin a las vacilaciones de los
tratados de Tudillén y Cazorla.
procedentes de Montpellier, sería destinada al monarca, por haber nacido allí. Los
restantes ingresos serían para pagar las deudas contraídas por Pedro el Católico.
extranjeros y que, si revocaba por justa causa, debería entregarla a los parientes del
perjudicado.
Pacificados los dominios aragoneses y catalanes, Jaime I tuvo que atender a los
problemas surgidos en el condado de Urgell, sometido a la tutela de los condes de
Barcelona. La vieja rivalidad entre los condes de Urgell y los vizcondes de Cabrera por
el dominio del condado se acentuó en 1229 al reclamar sus derechos Aurembiaix de
Urgell que reclamó el arbitraje del rey; rechazado éste por Guerau y por su hijo Ponce
de Cabrera, Jaime los expulsa militarmente del condado que es, cada vez más, una
prolongación del condado barcelonés al que está destinado a unirse según el54acuerdo de
concubinato suscrito por Jaime y Aurembiaix 10 años más tarde (ésta le deja a Jaime I
como heredero del condado de Urgell, a pesar de estar casada con Pedro de Portugal).
La conquista de Baleares fue posible por la coincidencia de intereses entre las ciudades
costeras, Barcelona ante todo y la nobleza catalana que veía en la guerra exterior la
posibilidad de incrementar sus ingresos y recuperar prestigio. En la conquista
valenciana, los intereses fueron distintos y a menudo contrapuestos. La conquista
interesaba a la nobleza de Aragón deseosa de aumentar sus dominios. Por otro lado, el
rey estaba interesado también en la conquista y en evitar un excesivo protagonismo de
los nobles; por último, el reino valenciano era para mercaderes y nobles catalanes zona
natural de expansión.
Aunque las campañas mallorquina y valenciana ocuparon gran parte de los esfuerzos de
Jaime I, no por ello se desentendió de la política occitana. Intentó, por medios pacíficos,
contrarrestar la presencia de los Capetos en el S de Francia y aunar los esfuerzos de los
55
condes de Toulouse y Provenza, pero no pudo contrarrestar la presencia francesa
ratificada por los matrimonios de Luis IX de Francia y de Carlos de Anjou con
Margarita y Beatriz de Provenza, respectivamente. Ante la imposibilidad de recuperar
Provenza, Jaime I firmaba con Luis IX el tratado de Corbeil (1258) por el que
renunciaba a sus posibles derechos sobre Provenza y Languedoc a cambio de la
supresión de los vínculos feudales que, teóricamente al menos, unían al conde de
Barcelona con el rey de Francia. Corbeil fue el reconocimiento oficial de dos realidades
que ambos monarcas consideraban irreversibles.
Desde su separación del reino aragonés, los monarcas navarros mantienen una línea de
equilibrio entre sus vecinos castellanos y catalano-aragoneses con los que colaboran
militarmente (participación en las Navas de Tolosa) y económicamente (préstamos a
Pedro el Católico de Aragón), lo que no impide que Alfonso VIII ocupe Álava y
Guipúzcoa y corte la posibilidad de expansión hacia el S de Navarra, cuyo rey Sancho
VII acentuará las relaciones con el N donde consiguió que le rindieran vasallaje los
señores de Tartaix, Agramunt y Ostabat y donde buscó una salida marítima mediante
acuerdos con Bayona.
Frente a Castilla, Sancho VII se apoyó en Aragón (Jaime I), firmó un pacto de filiación
mutua según el cual el monarca superviviente heredaría los dominios del que falleciera
primero (1231). Esto equivaldría a unir de nuevo Navarra y Aragón más Cataluña, pero
la unión no interesaba a los nobles navarros quienes al morir Sancho ofrecieron el trono
a Teobaldo de Champaña (1234), sobrino de Sancho VII, después de hacer jurar los
Historia Medieval de España
fueron navarros y a comprometerse a reparar los agravios hechos por Sancho a barones
y nobles, que son los que rechazan a Jaime I, quizá porque años antes éste se había
opuesto a privilegios de los nobles aragoneses similares a los navarros. También porque
Jaime I era impuesto por Sancho VII y los nobles prefirieron elegir ellos mismos al
nuevo rey, que les confirmaría los derechos tradicionales de la nobleza navarra.
Teobaldo consiguió de Roma una bula de disolución de las juntas y hermandades (1264)
y junto a San Luis de Francia participó en la cruzada contra Túnez, donde halló la
muerte en 1270. El sucesor fue Enrique I, hermano de Teobaldo. Durante su breve
reinado (1270-1274) Jaime I se convirtió de nuevo en aspirante al trono navarro y exigió
el cumplimiento del testamento de Sancho VII, pero una vez más dificultades internas
(sublevación de Fernán Sánchez contra Jaime) salvaron al reino navarro. En el que
comienzan a organizarse grupos favorables a la unión con Castilla, a la incorporación
del reino a la corona de Aragón y a la alianza con la monarquía francesa: la heredera es
Juana, de año y medio, a la que se ofrecen como maridos un nieto de Jaime I o de
Alfonso X o un hijo de Felipe III de Francia. El matrimonio en cualquiera de los casos,
legitimaría los derechos adquiridos diplomáticamente o por medio de la presión militar.
La guerra civil entre los grupos se inicia en 1274, al morir Enrique. Fue Pedro, hijo de
Jaime I el encargado de exponer los derechos aragoneses que se basaban en la unión
navarro-aragonesa de tiempos de Sancho el Mayor de Navarra y en los acuerdos
firmados por Sancho VII. Jaime I se mostró dispuesto a mantener las libertades y fueros
del reino y a preservar la independencia de Navarra; se comprometió a que no
coincidiera en la misma persona el título de rey de Aragón y de Navarra: mientras él
sería rey de Aragón, su hijo Pedro lo sería de Navarra y cuando éste accediera al trono
aragonés, Navarra sería regida por el primogénito del monarca navarro-aragonés.
Disposiciones parecidas fueron adoptadas por Alfonso X de Castilla, que renunció a los
derechos sobre Navarra a favor de su hijo Fernando.
Jaime I dejó los asuntos navarros en manos del infante Pedro, aceptado como rey en las
Cortes de Olite en 1274 tras comprometerse a respetar los fueros; incrementar el valor
57
de las « caballerías navarras» (de 400 a 500 sueldos) y prometer que mantendría las
donaciones hachas por los reyes anteriores, que todos los oficiales serían elegidos entre
naturales del reino y que durante sus ausencias, el nombramiento de lugarteniente sería
competencia de la Curia navarra. El nombramiento no tuvo efectividad, una nueva
sublevación de los nobles aragoneses y catalanes requirió la atención de Jaime I y su
hijo. Sus partidarios ante la falta de apoyo militar y también ante la actitud del monarca
ante los rebeldes se unieron a los partidarios de Fernando de Castilla o a los partidarios
del rey francés quien nombró rey de Navarra a su hijo Felipe IV, casado finalmente con
Juana. El matrimonio no puso fin a la presión de Alfonso X cuyos partidarios
explotaron las diferencias entre navarros y francos de Pamplona: junto a los primeros
combatió la mayor parte de la nobleza; junto a los segundos, el senescal enviado por
Felipe III, que se vio obligado a solicitar un poderoso ejército para someter a los
rebeldes y recuperar el reino. En adelante, Felipe III hará caso omiso de los fueros y
gobernará con entera libertad, a pesar de la oposición de la hermandad de las villas y de
la junta de hidalgos.
Historia Medieval de España
INTRODUCCIÓN
Las causas son complejas: la introducción del Derecho Romano en occidente disminuyó
los privilegios de la nobleza al reforzar la posición del monarca. Va acompañado de una
pérdida de importancia militar, económica y social. La caballería pierde importancia
ante la infantería, las huestes nobiliarias dejan de ser el grupo militar exclusivo, se
contratan mercenarios profesionales.
Dichas revueltas serán básicas para entender los avances y retrocesos en el exterior.
Fundamental es la intervención pontificia tan influyente en la política. Los matrimonios
de Fernando II con Beatriz de Suabia y de Jaime I con Violante de Hungría obedecieron
al deseo de los pontífices de evitar problemas de parentesco (posibles anulaciones).
Ambos matrimonios tendrían efectos contrarios a los intereses de Roma. El hijo de
Beatriz, Alfonso X, sería aceptado a la muerte de Federico II como emperador de
Alemania por parte de los electores y por algunas ciudades italianas que ven en el
monarca castellano la posibilidad de imponerse a Roma, las pretensiones imperiales de
Alfonso sólo sirvieron para empobrecer al reino y obligarle a aceptar las exigencias
nobiliarias.
Los dos primeros actos conocidos del reinado de Alfonso son el mejor exponente de la
situación del reino en 1252. Devaluó la moneda, como consecuencia se encarecieron las
cosas, lo que obligó a fijar en las Cortes celebradas en Sevilla los precios de numerosos
artículos, limitar los gastos suntuarios, intentar frenar la especulación, prohibir la
exportación de animales y productos alimenticios y tomar medidas para restaurar la
economía.
En los primeros años del reinado, la nobleza encontró una salida a sus problemas
económicos en la intervención en el Algarve, cedido por Sancho II a Alfonso en 1245
como recompensa por la ayuda castellana en la guerra civil portuguesa y reclamado por
Alfonso III en 1252. La guerra finalizó con un acuerdo por el que el Algarve y los
castillos de Moura, Serpa, Aroche y Aracena eran atribuidos a Portugal pero quedarían
en poder de Castilla hasta que el hijo de Alfonso III y Beatriz de Castilla (matrimonio
concertado al firmar la paz de 1253) llegara a los 7 años. El éxito portugués fue seguido
de una intervención en Navarra donde Alfonso pretendía ser reconocido como señor
feudal por Teobaldo II; la intervención de Jaime I apoyando a Navarra impidió la
ocupación del reino por Alfonso X, cuya presencia en Navarra sirvió para renovar los
derechos castellanos sobre Gascuña, región incluida en la dote y nunca entregada a
Leonor la esposa de Alfonso VIII y ofrecida ahora a Alfonso por Gastón de Bearn,
sublevado contra el monarca inglés. Ni Inglaterra ni Castilla tenían interés en iniciar una
guerra por Gascuña. Tras una alianza contra Navarra, los rebeldes gascones fueron
perdonados y Alfonso entregó Gascuña en dote a su hermana Leonor, que casaría con
Eduardo de Inglaterra.
A la muerte de Federico II, se disputan su herencia, entre otros los reyes de Castilla y
Aragón, que intervienen en los enfrentamientos entre güelfos y gibelinos, partidarios los
primeros de la hegemonía del Pontífice y los segundos del predominio del emperador.
Alfonso X, como hijo de Beatriz de Suabia tenía derechos al trono imperial, 60 ofrecidos
en 1256 por la ciudad gibelina de Pisa. La elección imperial en 1257 dio lugar al
nombramiento de dos emperadores: Alfonso de Castilla y Ricardo de Cornualles,
hermano del rey de Inglaterra. Ambos aceptaron el nombramiento y Alfonso X intentó
movilizar las fuerzas económicas del reino para hacer efectivo el título imperial, pero su
elección no fue aceptada por el Pontificado y Castilla se negó a financiar las campañas
imperiales. A pesar de ello, Alfonso mantuvo sus pretensiones hasta 1275 y orientó la
política exterior hacia la obtención de aliados para convertir en realidad el sueño
imperial.
Los pisanos envían una embajada a Soria para ofrecer el trono al rey castellano. Intentan
favorecer los intereses de Pisa e Italia en el Mediterráneo. Otro sueño, también fallido,
de Alfonso es organizar una cruzada contra los musulmanes del N de África. La ciudad
italiana ofreció además de su ayuda interesada por las campañas del N de África, el
título imperial como señuelo para convencer a Alfonso X. Estos intereses quedaron al
descubierto en los acuerdos firmados en Soria: en un primer documento Alfonso
proclamó sus derechos al trono imperial y Lancia, en nombre de Pisa, lo aceptó como
emperador; el mismo día se fijaron las condiciones de la ayuda pisana: Alfonso se
comprometía a combatir al lado de Pisa contra Luca, Florencia, Génova y a conceder
territorios y privilegios comerciales a los pisanos en Sicilia, desde donde se controlaba
el comercio con Túnez, el Algarve y el N de África. Por su parte, Pisa ofrecía al
monarca 10 galeras para sus campañas en Italia y en el N de África.
Grande de Aragón llevaría a cabo los proyectos italianos expuestos por Pisa al monarca
de Castilla.
Dos años después, las Cortes reunidas en Valladolid intentaron reorganizar la economía
mediante una serie de medidas. Las leyes suntuarias aprobadas en estas Cortes (su
incumplimiento hará que se renueven periódicamente) tienen un objetivo: reducir el
gasto al tiempo de evitar la confusión entre los diferentes grupos sociales: cada uno
habrá de vestir, calzar y comer de acuerdo con su categoría. Las limitaciones afectan a
todos: en lo que se refiere al monarca se limitan sus gastos de alimentación, aunque se
le autoriza a utilizar cuantos trajes quiera; sobre los oficiales y nobles al servicio del rey
se dispone que coman más mesuradamente y que hagan menos gasto; se prohibe a los
nobles acudir a la Corte sino cuando sean llamados, o tengan algún asunto que resolver,
su estancia se limitará a 3 días y su séquito no podrá incluir más de 10 caballeros; no
más de 2 serán los representantes de los concejos ante la corte, serán elegidos 61 entre
personan que no tengan otra cosa que hacer, es decir, cuyo trabajo no fuera necesario
para la producción, lo que, indirectamente dejaba la representación de los concejos en
manos de los grupos privilegiados. En estas mismas Cortes se limitó al 33% el interés
de los préstamos hechos por los judíos, se disminuyó el número de peajes y montazgos
cobrados sobre el ganado y se fijó su cuantía en un 2 ‰ y se prohibieron las
asociaciones de mercaderes para evitar acuerdos sobre los precios. Pero no se tomaron
medidas para aumentar la producción, sólo la caza fue protegida con diversas
disposiciones.
En estas Cortes o quizás en las celebradas un año después en Toledo obtendría Alfonso
los subsidios para la cruzada norteafricana en la que contaba con la ayuda de Aragón,
siempre que no atacase las tierras tunecinas donde está asentado el comercio catalán. Se
obtuvo un solo éxito: la conquista de Sale (1260), abandonada ese mismo año. Su
pérdida fue compensada por la victoria obtenida sobre los musulmanes en el reino de
Niebla (1262) que, tras haberse acogido a la protección castellana, se sublevaron
adelantándose a la gran sublevación de los mudéjares en Andalucía y Murcia apoyados
por Granada y los benimerines norteafricanos.
Alfonso X logró reducir a los andaluces mientras Jaime I sometía a los murcianos para
que la sublevación no se extendiera por Valencia. Solucionado el problema mudéjar
Alfonso llegó a un acuerdo con el monarca portugués y renunció a las posesiones del
Algarve, decidas en 1267 a su nieto Dionís, hijo del rey portugués. Esta cesión realizada
en contra del parecer de los nobles fue el pretexto de la revuelta nobiliaria iniciada en
1269, aunque no faltan las causas de carácter económico.
Historia Medieval de España
En 1269 los nobles dirigidos por Nuño de Lara ofrecieron sus servicios a Jaime I,
molesto con Alfonso por no haber mantenido éste el repartimiento de la ciudad y huerta
de Murcia ordenado en 1266 por el rey aragonés. La falta de apoyo de Jaime I llevó a
los nobles a ofrecer sus servicios al rey de Navarra y, después al granadino, entre los
sublevados figuran los hermanos de Alfonso y personajes importantes de la nobleza
castellana (1271), agraviados porque intenta sustituir el Fuero Viejo de Castilla,
favorable a los privilegios nobiliarios, por un nuevo código en el que se fortalece la
autoridad del monarca, al agravio jurídico se une el económico. Se quejan del exceso de
impuestos, de la extensión de la alcabala, del impuesto del 10% sobre las ventas, a los
hidalgos y de la creación de pueblos de realengo en León y Galicia, que atraen a los
campesinos de las tierras nobiliarias.
62
Nobles sublevados y fieles al monarca (dos formas de alcanzar un mismo objetivo)
insisten en que su actuación tiene como finalidad el bien de la tierra a lo que el rey se
resiste como queda expuesto en una carta dirigida en 1275 a su hijo Fernando, en la que
se expone la usurpación por parte de los nobles de los bienes y poder del rey. Base de
los problemas a los que tuvieron que enfrentarse durante el siglo XIII todos los reyes
peninsulares.
Aceptadas las exigencias de 1271, los rebeldes pidieron que se reservase a los hidalgos
el cargo de juez, que se destruyeran las pueblas castellanas mandadas hacer por el rey,
que fueran sustituidos los merinos reales por adelantados (nobles), que se suprimieran
los diezmos en los puerto y se eximiera de tributos a los vasallos nobiliarios, lo que
equivalía a dar el gobierno de Castilla a los nobles y convertir sus dominios en inmunes.
Los nobles y eclesiásticos fieles al monarca obtuvieron concesiones que equivalían a las
pedidas por los sublevados, limitó el cobro de los diezmos de los puertos a un plazo
máximo de 6 años y accedió a que los nobles se rigieran por los fueron antiguos. Las
concesiones se extendieron a los rebeldes en 1274 para conseguir su apoyo en el fecho
del imperio, quimera a la que Alfonso nunca renunció. Para su realización llegó a pedir
a los sublevados que solicitaran del rey granadino una fuerte ayuda económica.
Pacificado el reino, Alfonso se fue a entrevistar (en Beaucaire, Francia) con Gregorio X
y conseguir el reconocimiento de sus aspiraciones imperiales. El gobierno quedó
confiado a Fernando quien murió en Andalucía al intentar contener a los benimerines
(1275). Teóricamente, la sucesión correspondía a los hijos de Fernando, los infantes de
la Cerda a cuyo lado se situarán los Lara, mientras que los Haro aceptarán como
Historia Medieval de España
heredero al segundo hijo de Alfonso, Sancho IV, alegando la minoría de edad de los
infantes. Los éxitos militares de Sancho fueron decisivos para que, al regresar Alfonso
de Beaucaire, aceptara como heredero a Sancho, cuyo nombramiento interesaba,
además por razones de política exterior. La presencia entre los valedores de Sancho del
señor de Vizcaya, Lope Díaz de Haro, exigía la aceptación de Sancho si Alfonso quería
intervenir en navarra donde desde la muerte de Enrique I (1274) existía un partido
favorable a la unión con Castilla y otro a la unión a Francia cuyo rey Felipe III había
tomado partido por sus sobrinos los infantes de La Cerda. El problema sucesorio
castellano se transformaba en conflicto internacional, cuyo objetivo inconfesado era
Navarra.
Ante el resultado indeciso de los combates, Alfonso X intentó negociar con Felipe III,
cuyo apoyo le era necesario para que el pontífice reconociera sus derechos al Imperio, y
llevó el pleito sucesorio a las Cortes cuyo beneplácito era previo a la concesión de
ayuda económica. Las Cortes de Segovia (1278) ratificaron el nombramiento de Sancho
y concedieron los subsidios, pero el cobro se retrasó y Alfonso tuvo que recurrir a la
ayuda de los judíos que le adelantaron el dinero y se encargaron de efectuar el cobro de
las ayudas votadas. El matrimonio de la heredera navarra con el primogénito francés
puso fin a las pretensiones de Alfonso y con ellas desapareció el apoyo a Sancho: el rey
castellano buscó una solución de compromiso que le permitiera repartir el reino entre
Sancho y los infantes, refugiados en Aragón.
Sancho se opuso a la división y encabezó una nueva revuelta. Se le unieron gran parte
de la nobleza, eclesiásticos y numerosas ciudades. Alfonso sólo pudo contar con
algunos nobles, con Sevilla y Murcia y con el monarca francés, interesado en asegurarse
63
mediante los infantes cierto control sobre Castilla. El aliado exterior de Sancho sería el
rey de Aragón, enfrentado al monarca francés desde la ocupación de Sicilia en 1282. En
su último testamento, Alfonso X desheredó a su hijo y proclamó herederos a los infantes
bajo la tutela de Felipe III de Francia, que heredaría Castilla si los infantes murieran sin
descendencia. Abandonado, el rey Sabio murió en Sevilla en 1284, su testamento no fue
respetado.
3. DE OCCITANIA AL MEDITERRÁNEO
Los problemas del reinado de Jaime I (1214-1276) guardan cierto paralelismo con los
castellanos: revueltas nobiliarias, que aquí se complican con tendencias nacionalista o
anticatalanas, intervención en Navarra, sin éxito a pesar de los pactos de filiación con
Sancho VII, implicación de los problemas europeos desde Toulouse y Provenza a pesar
del fracaso de Muret, interviniendo directamente en la sucesión de Federico II y en las
luchas por el control del comercio en el Mediterráneo occidental.
Nuño y Ramón se aliarían finalmente a los rebeldes aragoneses y catalanes, que unidos,
exigieron al rey que echase de su corte a aquellas personas que le aconsejaban mal y
siguiese el parecer de los ricoshombres.
Los dominios del primogénito, Alfonso, quedaron reducidos al nacer el que sería Pedro
el Grande de Aragón y Cataluña, con exclusión de las tierras catalanas situadas al norte
de los Pirineos; y nuevos testamentos, a medida que nacían nuevos hijos, dejaron la
herencia de Alfonso reducida al antiguo reino de Aragón del que se desprendieron el
reino de Valencia y la ciudad de Lérida, que fue incluida en Cataluña. El descontento
aragonés por la pérdida de Valencia y Lérida se tradujo en un apoyo a las reclamaciones
del primogénito, cuya sublevación (1243) fue utilizada por Castilla para exigir una
modificación de las fronteras entre Valencia y Murcia en el tratado de Almizra (1244),
confirmado mediante el matrimonio de Violante de Aragón con Alfonso X de Castilla
que, así, se desentendía de la suerte del heredero aragonés.
En 1264, las Cortes de Aragón controladas por los nobles tras recordar que no estaban
obligados a servir al rey fuera de Aragón y menos en el caso de que la guerra no les
afectara de modo directo, negaron la ayuda al monarca hasta que se repararan los
agravios sufridos y se aceptara la vigencia del fuero aragonés en Valencia. Jaime intentó
mediatizar el voto de las Cortes atrayendo a su bando a quienes más se habían opuesto a
la concesión de la ayuda: les ofreció la exención para ellos y los suyos si convencían a
los demás para que votaran los subsidios pedidos. Pero no fue aceptada porque la
negativa de los nobles tenía razones políticas de fondo y era previa la reparación de
agravios como la concesión de honores a extranjeros y a personas que no tenían la
categoría de ricoshombres, únicos que tenían derecho a honores y a juzgar los pleitos.
Los angevinos provenzales y los catalanes chocarían de nuevo por el control del
comercio del Mediterráneo y por la herencia italiana del emperador alemán Federico II.
Al morir éste (1250), el pontificado dividió los dominios alemanes italianos del sur e
hizo cuanto pudo para anular a los herederos del emperador alemán contando en
Alemania e Italia con la monarquía francesa. El reino de Sicilia quedó en manos de
Manfredo, hijo del emperador alemán y Roma ofreció el reino (1263) a Carlos de Anjou
que derrotó a Manfredo en Benevento (1266) y a su sobrino Conradino en Tagliacozzo
(1269). La aceptación del reino siciliano por el conde de Provenza perjudicaba al rey de
Castilla que se consideraba emperador y al infante Pedro de Aragón, casado en 1262
con Constanza, hija de Manfredo.
Este matrimonio, realizado contra los deseos de Roma, tenía como objetivo garantizar
las relaciones y combinar los intereses de Sicilia y Cataluña en Túnez, cuyos reyes
musulmanes están sometidos a un cierto control político desde Sicilia y donde el
comercio catalán estaba sólidamente asentado. Desde su matrimonio el infante Pedro
actuó contra los intereses angevinos.
Muerto Luis IX durante la cruzada, Carlos de Anjou puso fin a la guerra tras firmar un
tratado con el sultán de Túnez, éste se avenía a pagar una indemnización de guerra,
aceptaba el pago de un tributo anual al rey de Sicilia y se obligaba a expulsar a todos los
cristianos enemigos de los cruzados, es decir, a los refugiados sicilianos y a los
catalanes. Liberado de la presencia de los cruzados, el sultán restableció las relaciones
Historia Medieval de España
comerciales y diplomáticas con la corona de Aragón con la que firmó en 1271 un nuevo
tratado comercial.
Desde 1232 hay mercaderes catalanes en Orán. Poco más tarde una colonia mercantil
entra en contacto desde Tremecén con las rutas caravaneras que desde el centro de
África llevaban hasta el Mediterráneo el oro africano, marfil, plumas de avestruz,
esclavos, etc., comercio controlado en parte por las colonias judías relacionadas con los
hebreos mallorquines y catalanes. También hubo en Tremecén una milicia catalana
formada por caballeros rebeldes y delincuentes que querían alejarse del reino, como el
caso de Guillén Galcerán, sublevado contra el monarca y jefe de la milicia. Vuelto a
Cataluña en 1272 obtuvo el perdón para los que habiendo cometido algún delito, se
enrolaran en la milicia de Tremecén, controlada por el rey que recibe una parte del
sueldo de estos guerreros y, desde 1272, un tributo del rey musulmán.
Alfonso III (1248-1279) elegido por los obispos portugueses mantuvo una política de
amistad con la Iglesia durante sus primeros años de reinado, le devolvió los bienes
confiscados por Sancho II y pagó con donaciones los servicios prestados por los
eclesiásticos cuya influencia es visible en las normas, equiparables a las constituciones
de paz y tregua, dictadas en 1251 para poner fin a la anarquía: severas penas a los
salteadores, protección a los viajeros y de modo especial a los mercaderes.
Las dificultades económicas del reino se hallan en la base de las primeras Cortes
portuguesas conocidas como Lisboa-Leiria-Coimbra de 1253-54. Alfonso intenta poner
Historia Medieval de España
Se inicia con la equivalencia de las monedas circulantes en por, se fijan los precios del
cobre, estaño, bueyes, vestidos, pieles, etc., se indican los salarios y se toman medidas
para evitar la exportación indiscriminada de artículos. En ningún caso podrá sacarse
plata.
El reino granadino fue creación de Muhammad ben Yusuf ben Nasir al-Ahmar
(Muhammad I), sublevado en Arjona hacia 1232 contra Ibn Hud de Murcia, unificador
Historia Medieval de España
de los dominios almohades. Desde Arjona, Muhammad extendió sus dominios sobre
Guadix-Baza-Jaén y logró ocupar Granada en 1237 después de haber colaborado con
Fernando III de Castilla en la ocupación de Córdoba. Tras la muerte de Ibn Hud el reino
granadino se extendió por Málaga y Almería, pero no pudo evitar que Castilla ocupara
Jaén en 1246. A partir de esta fecha, Muhammad figura como vasallo de Fernando III,
colabora en sus campañas militares contra Sevilla y paga tributo al castellano. La
sumisión fue confirmada en los primeros años de Alfonso X (1254) pero los problemas
internos de Castilla permitieron obtener ventajas económicas: el tributo pasó de 300.000
maravedíes de la moneda antigua a 200.000 de la devaluada por Alfonso X.
Al verse postergados, los Escayuela ofrecieron sus servicios al rey castellano que pudo
así obligar a los granadinos a firmar el pacto de Alcalá por el que el rey musulmán se
comprometía a pagar anualmente la cantidad de 250 mil maravedíes y a colaborar
militarmente en la ocupación de Murcia, Alfonso X prometió por su parte, desamparar a
los Escayuela. No obstante, los Escayuela actuarán en todo momento como70aliados de
Alfonso X y los rebeldes castellanos hallarán acogida en el reino de Granada.
1. GUERRAS Y PARIAS
Las conquistas se detienen debido a la escasez de población –de nada sirve la ocupación
militar si no se dispone de personas capaces de asegurar el control- y a la falta de interés
de reyes y nobles que prefieren el dinero de las parias a la ocupación y llegan a proteger
a los musulmanes y a enfrentarse entre sí para conseguir ese dinero (apoyo de El Cid a
los reyes de Zaragoza y Valencia, enfrentamientos entre catalanes, aragoneses, navarros
y castellanos por las parias de Zaragoza, Lérida, Tortosa o Valencia, etc.).
71
El dinero de las parias sirvió a Ramón Berenguer I de Barcelona para comprar los
derechos de su madre al condado, llegar a soluciones de compromiso con la nobleza
feudal y asegurar la hegemonía del condado barcelonés. Las parias también están en el
origen de la política ultrapirenaica de los condes de Barcelona, compradores de algunos
derechos sobre el condado de Razés y la ciudad de Carcasona (para legarlos en herencia
a los segundones).
Las parias siguen cobrándose en los siglos XII y XIII al desintegrarse los imperios
almorávide y almohade respectivamente, pero los ingresos de la guerra proceden
fundamentalmente del botín que pertenece a los combatientes, una vez entregado el
quinto al rey o conde, y de la explotación de las nuevas tierras incorporadas así como de
las soldadas percibidas por los mercenarios, cuyos máximos representantes pero no
únicos son los almogávares.
Historia Medieval de España
Las grandes conquistas del XIII fueron seguidas de la entrega de tierras a quienes
habían intervenido en la campaña y en casos como el mallorquín, el inicio de la guerra
fue precedido del reparto en función de la contribución militar o económica ofrecida por
cada uno. Jaime I se reservó la mitad de la isla y distribuyó el resto entre los nobles; de
la parte real saldrían las concesiones hechas a los oficiales del rey, a las ciudades que
habían intervenido en la campaña y a quienes quisieron repoblar la isla.
Tanto en los reinos occidentales como en los orientales, los avances cristianos se
efectúan sobre tierras de difícil defensa si no se consigue atraer a pobladores
ofreciéndoles privilegios que compensen el evidente riesgo que supone habitar en zonas
expuestas a las correrías de los musulmanes o a los ataques de los reinos vecinos. El
ofrecimiento de condiciones favorables, entre ellas la libertad para los pobladores de
nuevas tierras, tuvo repercusiones sociales, no sólo sobre el territorio fronterizo sino
también sobre las zonas alejadas de la frontera, cuyos pobladores intentarán trasladarse
a las nuevas tierras o conseguir condiciones similares en sus lugares de origen. Se
produce así un doble fenómeno en las regiones del norte de todos los reinos
peninsulares:
·Por una parte, los señores reforzarán los lazos jurídicos que unen a los campesinos a la
tierra (para evitar que la abandonen).
2. REINOS OCCIDENTALES
La repoblación tiene carácter político-militar y está dirigida por el rey o los personajes
allegados a él y encargados de organizar las nuevas poblaciones, los concejos surgidos
en la cuenca del Duero, en la Extremadura castellana, leonesa o portuguesa:
·La repoblación más importante se efectúa en la cuenca del Bajo Duero en la que el
conde Raimundo de Borgoña dirige la colonización de Segovia, Ávila y Salamanca con
pobladores de origen franco, navarro, aragonés y mozárabe.
Cada concejo tiene sus propias milicias, que actúan con gran independencia y a las que
Castilla y León debieron el mantenimiento de sus fronteras durante 73 los ataques
almorávides y almohades. La guerra con los musulmanes es una fuente importante de
ingresos para estas milicias, además se reconoce una superior categoría social a quienes
dispongan de un caballo de guerra y se concede a estos concejos amplias zonas de
influencia, de tierra no conquistada por la que pueden y deben extenderse por la acción
de estos caballeros concejiles, populares o villanos que alternan la guerra y pastoreo.
Los mudéjares fueron numerosos durante los primeros años, pero la inseguridad de las
fronteras animaría a la emigración, al menos a la aristocracia musulmana y en el reino
toledano sólo permanecieron los campesinos, sucesores sin duda de los que en el VIII
aceptaron resignadamente a los musulmanes.
Historia Medieval de España
Las tierras situadas al sur del Duero e incorporadas a fines del XI se perdieron en su
mayor parte durante los contraataques de almorávides y almohades y sólo se
mantuvieron en poder de los castellano-aragoneses Toledo, Talavera, Madrid, Maqueda
y Guadalajara que fueron organizadas de forma semejante a la empleada en los concejos
del Duero. La conquista y repoblación de estas tierras, sobre todo las situadas al sur del
Tajo, fue obra de las Órdenes Militares, cuya importancia repobladora se explica no
sólo por su actividad militar sino también por su papel de agentes de la centralización
eclesiástica a los que Roma favorece con privilegios.
En las tierras dominadas por las Órdenes, La Mancha y la Extremadura actual, no hubo
establecimientos monásticos de importancia ni grandes ciudades porque las Órdenes se
reservaron diversos privilegios que coartaban la libertad y reducían el estímulo de los
nuevos pobladores.
La frontera portuguesa apenas tuvo cambios hasta mediados del XII; el condado y
posteriormente el reino tenía una extensión próxima a los 30.000 km 2, divididos en
tierras o territorios. Las conquistas efectuadas al disgregarse el imperio almorávide
situaron la frontera en las orillas del Tajo. La repoblación se hizo de forma semejante a
la empleada en León o Castilla, cuyos fueros (forais) se hallan aplicados en74numerosos
lugares de Portugal, tanto en la frontera con los musulmanes como en tierras próximas a
León. La zona del Tajo fue repoblada en gran parte por las Órdenes Miliares.
4. ARAGÓN
Entre 1087 y 1170 este reino incorporó a sus dominios unos 48.000 km 2, entre la Tierra
Nueva de Huesca, el reino de Zaragoza y la comarca de Teruel, cuya conquista se
diferenciaba de lo ocurrido en los reinos occidentales por haberse efectuado en tierras,
que a excepción de la comarca turolense, tenían abundante población musulmana cuya
permanencia garantizaban las capitulaciones firmadas entre vencedores y vencidos,
aparte del interés de estos últimos de mantener en cultivo estas tierras. En el campo se
mantuvo la mayor parte de la población, aunque sometida ahora a los nuevos señores
que se limitaron a sustituir a los dirigentes musulmanes.
El concejo y sus funcionarios están en algunos aspectos a las órdenes del señor de la
villa, pero tan sólo en cuanto éste era delegado del rey; la nueva situación era
incompatible con las atribuciones señoriales y el concejo no estará sometido a un señor
sino que constituirá una entidad de gobierno con autonomía derivada de los fueros. A la
diversidad territorial de Aragón corresponde una clara diferenciación social:
·En los núcleos originarios de Aragón, Sobrarbe y Ribagorza, zona de valle y hábitat
disperso, predomina el campo sobre la ciudad, la organización señorial sobre el derecho
territorial.
·En la Nueva Tierra, de hábitat concentrado, predominan los núcleos locales con
derecho y normas de gobierno propias aunque en el campo existan distritos militares y
señoríos laicos y eclesiásticos donde los campesinos musulmanes pasan de75aparceros a
siervos adscritos a la gleba.
Los vecinos de la Tierra Vieja necesitan poseer caballo para ser libres por habitar en
esta zona y sus hombres sólo acuden al fonsado, a la guerra, con el rey y bajo su
dirección, por lo que se convierten o se intenta convertirles en eficaz contrapeso del
poder nobiliario y en valiosos auxiliares del monarca.
El único vínculo que une a todos los aragoneses es la dependencia del rey y estos lazos
se refuerzan al unirse Aragón y Cataluña: las diferencias entre aragoneses y catalanes
hacen que disminuyan las existentes dentro del reino.
6. CATALUÑA
Lérida y Tortosa eran ciudades con una fuerte población musulmana, cuyos derechos
fueron mantenidos según los modelos de Tudela y Zaragoza, es decir, permitiendo la
permanencia en el campo, y durante un año en el núcleo urbano. A los pobladores
cristianos de Tortosa se les concedió la plena propiedad del suelo, la exención de
impuestos y la promesa de que la administración de justicia sería regulada por el conde
junto con los prohombres de la ciudad. Su territorio fue repartido entre los genoveses
que habían colaborado en la conquista (un tercio), el noble Guillermo Ramón de
Montcada (un tercio) y el conde de Barcelona, que cedió la quinta parte de sus derechos
a los templarios.
La Rioja fue una zona fronteriza disputada desde la muerte de Sancho el Mayor, entre
navarros y castellanos hasta la definitiva incorporación a Castilla por Alfonso VIII entre
1173 y comienzos del XIII al tiempo que ocupaba Álava y Guipúzcoa. Las 3 zonas
fueron repobladas y en ellas se establecieron concejos de frontera con poblaciones de
origen castellano en Vitoria, Treviño, San Sebastián.
Los incidentes fronterizos entre Castilla y León en la 2ª ½ del XII dieron lugar a la
fortificación de la Tierra de Campos por Fernando II y Alfonso IX de León y Alfonso
XIII de Castilla, estableciéndose fuertes guarniciones en varias poblaciones de ambos
reinos. El sistema de repoblación fue en todos los casos el concejil con asentamiento de
numerosos caballeros villanos encargados de la defensa del territorio. La frontera
castellano-leonesa en el sur fue reforzada por Alfonso VIII con la creación de los
concejos de Béjar y Plasencia, castellanas, mientras que Cáceres y Mérida, ocupadas
más tarde, serán leonesas.
Historia Medieval de España
Las fronteras entre León y Portugal fueron reforzadas en la zona gallega, pero los
intentos de implantar concejos fracasaron en parte por la resistencia opuesta por los
señores eclesiásticos y por la negativa de los pobladores libres a instalarse en zonas de
fácil control por señores con atribuciones feudales. Con la repoblación de este lugar,
Fernando II recortaba los límites del poderoso concejo salmantino. Obispo y concejo no
dudaron el alzarse contra el monarca y en pedir ayuda al monarca portugués, sin éxito.
8. LA REPOBLACIÓN INTERIOR
En todos los lugares que atravesaba el Camino de Santiago, en sus diferentes ramas, se
estableció una población relativamente importante de francos que trabajaban como
campesinos en algunos casos y en otros como artesanos y mercaderes.
Los monjes cistercienses llegados a mediados del XII se instalan en lugares desiertos de
las montañas de Galicia, León y en las nuevas tierras de Cataluña y Portugal. Todos los
monasterios (Sacramenia, Veruela, Huerta, Alcobaça, Poblet, etc.) se hallan en la mitad
norte de la Península y la mayor parte está en la Meseta, a ambas orillas del Duero. El
Tajo parece actuar como frontera de las abadías: el sur es zona reservada a las Órdenes
Militares.
9. EL REINO CASTELLANO-LEONÉS
Historia Medieval de España
La fertilidad de las tierras ocupadas y las facilidades dadas por los soberanos deberían
haber atraído a una gran masa de campesinos semilibres del N, si bien el número de
gallegos, asturianos y leoneses instalados en Sevilla fue menor al de castellanos y
leoneses procedentes de los concejos creados en los siglos XI y XII y de las zonas
castellanas de Burgos, Palencia y Valladolid donde la fuerza nobiliaria era menor; no
obstante, el control del reino por los nobles no fue total y resultó imposible evitar la
huída de los campesinos, según se desprende de la exigencia presentada ante Alfonso X
por los nobles en 1271 para que cesara la creación de las nuevas poblaciones reales
porque hacían disminuir las rentas y vasallos que la nobleza tenía en León y Galicia:
·No podían permitir los nobles que fueran abandonadas sus tierras para acudir a pueblas
reales.
Los pequeños propietarios de los concejos de la zona del Duero, los únicos que podían
moverse libremente, fueron los más atraídos por las nuevas tierras y para acudir a
Andalucía malvendieron o abandonaron sus propiedades y con ello facilitaron la
concentración de la propiedad y la aparición de las dehesas o latifundios salmantinos y
Historia Medieval de España
·En Murcia, Alfonso X completó la repoblación inicial dirigida por Jaime I, aunque con
criterios diferentes: el aragonés llevó a cabo un reparto de carácter señorial al otorgar
grandes extensiones de tierras de regadío a un grupo reducido de caballeros a los que
estarían sometidos los habitantes de la ciudad, Alfonso X quiso evitar la excesiva fuerza
de los nobles y alejó a estos de Murcia dándoles grandes extensiones de tierra en las
zonas próximas a la frontera granadina, donde la población era escasa y con economía
predominantemente ganadera y dicha población se agrupó alrededor de las fortalezas.
En la huerta, la atribución de bienes a los repobladores se realiza con gran cuidado, y
cuando se conceden grandes extensiones, éstas se dividen en lotes separados sin
posibilidad de unirlos por compras, permutas o donaciones, expresamente prohibidas
por el rey.
Aquí, los nobles, antes que permitir la emigración de sus campesinos, apoyaron a los
mudéjares sublevados contra Jaime I en 1248 y 1254 o consintieron el relativo
despoblamiento de Valencia o Mallorca. Cabe distinguir diferentes repoblaciones en los
distintos stados que conforman la corona de Aragón:
11.1 Mallorca
79
Hubo numerosos campesinos procedentes del Ampurdán, zona fuertemente
señorializada, por lo que cabe suponer que se establecerían en las tierras concedidas a
los nobles. Mallorca absorbería el excedente demográfico de la montaña catalana y una
vez restablecido el equilibrio entre la población y los recursos ampurdaneses se
impediría la emigración porque la despoblación de la Cataluña Vieja suponía la pérdida
de ingresos señoriales.
·En el interior, repoblado por nobles aragoneses, abunda la gran propiedad, escasean las
ciudades y la economía es exclusivamente agrícola.
Historia Medieval de España
11.4 Cataluña
·En las zonas fértiles, de llanura, no fue preciso someter al campesino a una mayor
dependencia para evitar la huída, bastó hacer algunas concesiones económicas que, por
otra parte, el señor podía permitirse dada la fertilidad de la tierra. 80
·En las zonas pobres, los privilegios y franquicias eran insuficientes para retener a los
campesinos y se les impidió la emigración de manera legal.
Esta diferencia será decisiva a la hora de explicar el distinto carácter de los movimientos
campesinos a fines de los siglos XIV y XV: en la comarca próxima a Barcelona y en
Vic desaparecieron los malos usos a fines del XIII y los campesinos luchan para que se
les permita cultivar la tierra en condiciones ventajosas, mientras que en el N se exige el
derecho de abandonar la tierra, los primeros se muestran dispuestos a negociar, para los
segundos la única opción es la revuelta para conseguir la libertad, para redimirse.
Se inició así una desenfrenada competencia que acabó por provocar la ruina de
numerosas personas y la confusión externa entre los diversos grupos sociales. La
búsqueda de nuevos ingresos para mantener su prestigio social daría lugar a las
sublevaciones nobiliarias de la 2ª ½ del siglo y obligaría a los reyes a tomar medidas:
·Promulgación de leyes suntuarias con las que se pretendía tanto reducir el gasto como
fijar claramente los signos externos que podría utilizar cada persona de acuerdo con su
condición social.
Notas
Mañería: prestación económica que era satisfecha al señor por el colono estéril o
mañero para poder trasmitir por herencia el predio cultivado y por extensión sus otros
buenos cultivos.
81
Nuncio: prestación que los vasallos satisfacían a su señor para poder trasmitir a sus
hijos las tierras que habían recibido de éste en beneficio. Esta prestación mortuorium
tenía origen en el derecho germánico.
Historia Medieval de España
·El primer puesto de la jerarquía social lo ocupan los clérigos cuya mediación
relaciona al hombre con el más allá y su función se compensa entregándoles
tierras, animales y productos en forma de diezmos, primicias, ofrendas a la hora
de recibir los sacramentos, donaciones en el momento de la muerte; a las
riquezas así acumuladas y al ascendiente que les proporciona su función se une
el prestigio de una mayor formación cultural que les lleva a convertirse en
consejeros y asesores del monarca y en representantes y dirigentes culturales de
la sociedad.
·Siguen a los clérigos en importancia los guerreros, imprescindibles en una
sociedad amenazada e insegura, cuya función exige medios suficientes 82
y al igual
que en el caso de los clérigos, personas que trabajen por y para ellos, que les
libren de la obligación de buscar el sustento para que puedan dedicarse a la
guerra. Ésta lleva aparejada la dirección de la sociedad, la reserva de los cargos
públicos.
·En último lugar figuran los trabajadores de cuyas manos sale cuanto necesitan
clérigos, guerreros y ellos mismos.
--- Si son propietarios de la tierra que cultivan entregarán una parte de su producción a
nobles y eclesiásticos, además de al rey.
Por otra parte, la división de la sociedad, atendiendo a la función que cada uno
desempeña, pierde gran parte de su eficacia ante las nuevas condiciones de vida, mucho
Historia Medieval de España
Los hombres de behetría castellanos, que se entregan a un señor para que les proteja y
defienda, también han de reconocer su dependencia. Inicialmente, éstos conservan su
libertad de movimiento y pueden elegir como señor a quien le plazca. En la práctica
abundan las behetrías hereditarias y el protector se transforma en señor de una familia o
de una aldea completa en las behetrías colectivas, percibiendo tributos muy diversos
(según el Fuero Viejo de Castilla: infurción o tributo con el que se reconoce la
Historia Medieval de España
Los vasallos, en ocasiones, se rebelaron contra su señor cuando las circunstancias les
son favorables, es decir, cuando se producen enfrentamientos entre los señores y el
monarca, siendo utilizados por éste en su lucha contra clérigos y nobles. No es que el
monarca sea antiseñorial y apoye a los vasallos, los utiliza en su lucha contra la iglesia
cluniacense. Esto es prueba del malestar campesino que se agudiza a medida que se
aleja la frontera musulmana y puede prescindirse de los campesinos para la defensa de
la zona. La guerra había permitido a los campesinos de Castilla y en menor medida a los
de León y Portugal, tener una libertad de movimientos mayor que sus contemporáneos
europeos. Pero ahora servirá a largo plazo para fortalecer a los guerreros: su función
perderá sentido, pero la fuerza adquirida les permitirá controlar a los campesinos.
En la zona Sur, la conquista de Toledo habría sido inútil si no se hubieran reforzado las
zonas próximas y repoblado las tierras situadas entre el Duero y el Sistema Central
(entre los años finales del XI y primeros del XII), con la ocupación definitiva y
permanente de las provincias de Segovia, Ávila, Salamanca y Zamora y se crean o
restauran estos núcleos y Olmedo, Medina, Coca, Cuéllar, Sepúlveda. Los pobladores
84
son libres o adquieren libertad junto con la propiedad de la tierra, por el hecho de
instalarse en estos lugares. Puede afirmarse que gracias a la guerra, en la zona repoblada
en este período predominan los campesinos libres propietarios de la tierra que cultivan
mientras en el Norte se acentúa la dependencia en parte para evitar la migración masiva
hacia nuevas tierras. Pero sería erróneo afirmar que los habitantes de los concejos del
Valle del Duero son todos libres e iguales, pudieron serlo en el momento inicial de la
repoblación, pero en el XII hay claras diferencias:
·Entre los habitantes de la villa o ciudad y los de las aldeas que forman el
territorio o alfoz de cada concejo.
·Entre los que poseen casa y tierra y los que trabajan para otros.
·Entre los agricultores y los pastores que alternan esta actividad con las militares
(guerreros-pastores) en defensa del concejo. Estos nuevos guerreros concejiles o
caballeros villanos tienden a reservarse en exclusiva los cargos concejiles,
aumentando las diferencias con el resto de la población.
Propietarios teóricos de la tierra que cultivan el resto del año, su propiedad está
fuertemente limitada: están obligados a residir en el lugar para mantener sus derechos y
no pueden vender la tierra sino al señor o a otro vasallo que acepte su dependencia y las
obligaciones que conlleva. La libertad y la propiedad tienen como límite los derechos
señoriales, que en ningún caso deben verse perjudicados. Si el señorío es eclesiástico se
obliga a los campesinos a ser parroquianos de la iglesia local, a recibir de ella los
sacramentos y entregarle los diezmos, primicias y ofrendas de todo tipo.
Junto a los campesinos libres y dependientes (propietarios en una u otra forma) hay
otros que carecen de tierra y viven como criados en casa de un señor de forma
permanente, o como jornaleros que alquilan su trabajo con carácter temporal. Los
primeros se integran plenamente en la familia del señor, que los alimenta y responde por
ellos en juicio.
Al igual que ocurre en los reinos occidentales, el libre en los siglos iniciales de la
Reconquista, evoluciona a la dependencia del noble o la Iglesia por motivos de tipo
económico; préstamos o rentas impagados, multas judiciales y de tipo político-militar;
petición de protección a un señor noble o eclesiástico. Para atender a estos compromisos
o necesidades, el campesino tiene que pagar con lo único que posee: su tierra.
·Lo que encuentran los campesinos en la tierra como oro, plata, animales, es
propiedad del señor, reservándose éste la facultad de galardonar al campesino
por lo encontrado.
·Para las peticiones de Justicia, hay que acudir al señor, que es quien la
administra entre sus vasallos.
·Cuando el vasallo muere sin testar, el señor recibe 1/3 de la propiedad si el
difunto tenía mujer e hijos y ½ si sólo tiene mujer o sólo tiene hijos.
Con la concesión de los primeros fueros que se conceden a tierras altas de interés militar
adaptadas a la economía pastoril, vislumbramos, a fines del siglo XIII el comienzo del
predominio ganadero cuyas causas podemos expresarlas en:
·Insuficiencia demográfica.
·Dada la escasez de población, la ganadería se convierte en único medio de
explotación de grandes espacios.
·El ganado es de más fácil defensa en condiciones de emergencia.
·La oveja, al igual que el grano, es medio de pago.
86
Los grandes propietarios no sólo se quedaron con tierras al sur del Duero. La
trashumancia se extendió también al norte quedando algunas zonas no aptas para la
agricultura. En la corona de Aragón y Navarra hubo más equilibrio con la agricultura
por ser tierras más pobladas y la expansión más lenta.
Los grandes propietarios de ganado eran los monasterios, los grandes nobles y los
caballeros de los concejos. Estos últimos que, al mismo tiempo, son guerreros, forman
mestas locales para defender sus intereses buscando nuevas tierras, bien a costa de
musulmanes o de otros concejos. Su cohesionada fuerza les lleva a hacerse cargo del
poder de los concejos (caballeros villanos, milicias concejiles) organizando para su
interés los usos de los pastores de los predios municipales. Los conflictos a resultas de
ello con el otro poder ganadero (monasterios-iglesias) fueron numerosos.
La Mesta regula las cañadas en las zonas de cultivo, regulando las rutas ganaderas más
importantes como son las Cañadas Reales segoviana, soriana, manchega y leones. El
Fuero municipal más completo en cuanto a la trashumancia resulta ser el de Cuenca.
Por último, añadir que el desarrollo de los grandes rebaños de ovino (raza merina) no
lleva implícito un aumento de la actividad textil. Al contrario, esta lana se vende en el
extranjero y regresa como artículo manufacturado y sensiblemente aumentado de
precio. Las Cortes proclaman que se prohíba la exportación de lana y se cree una
infraestructura textil, pero una industria solvente no interesa a los grandes propietarios
del ganado.
87
Historia Medieval de España
A. ARTESANOS Y MERCADERES
Alrededor del año mil en Europa se produce un progreso por: mejores cosechas
agrícolas, cese de las guerras, mejores útiles técnicos en la agricultura. Al haber mejores
cosechas se produce una mejor alimentación de la población y con ello expansión
demográfica, excedentes agrícolas y su comercialización.
Los nuevos burgos surgen en todo el territorio hispánico y con ellos sus habitantes,
artesanos y mercaderes; en las zonas costeras tuvieron contactos con el mundo europeo.
En el interior estos mercados tuvieron menos importancia, pues las ciudades eran
dominadas por guerreros-pastores, villanos, nobles y clérigos y el interés fundamental
estaba en la producción de lana y su exportación para obtener dinero. Esto produjo una
gran explotación de la ganadería y el poco desarrollo de la artesanía.
Las ferias, aunque autorizadas y creadas por los reyes, sólo prosperan cuando están en
zonas aptas por su riqueza y por su situación estratégica.
Historia Medieval de España
El mercado periódico no puede realizarse sin garantizar el orden, para ellos se prohíbe
el uso de armas en los mercados. El funcionario que dirige y controla el mercado es el
zabazoque, para controlar pesos y calidades, mantener el orden, aunque en algunos
concejos esto lo realicen los jueces y alcaldes, el sayón es el encargado de percibir las
caloñas o multas; los impuestos que recargan la entrada de mercancías las cobran los
teloneros, portazguero o portero.
A partir del siglo XIII aparecen los primeros gremios que apoyan y organizan a los
artesanos. La industria textil fue la más importante, siendo exportada a Castilla y norte
de África. También destacan la elaboración de joyas y la construcción naval. Junto a
estas actividades industriales o artesanales se desarrollan las comerciales, facilitadas por
la proximidad al Mediterráneo y por la pacificación de los condados. Los mercaderes
sufragan mediante préstamos las conquistas y financian la ocupación de Mallorca. Los
mercaderes con sus residencias y tiendas en las ciudades también realizan viajes fuera
de los condados para desarrollar su actividad en ferias y mercados.
Debido a esta expansión comercial surgen peajes como el de Barcelona de 1222 para los
89
productos locales e importados. En el arancel de 1271 se fijan por los conseller de
Barcelona las cantidades que deben cobrar los corredores o intermediarios y evitar los
fraudes. Los aranceles de Valencia (1243 y 1271) se hallan exentos de peaje, debido tal
vez a la falta de una artesanía capaz de atender a las necesidades locales y que estaban
obligados a la importación de artículos para abastecer el mercado.
La proyección externa de los mercados catalanes no habría sido posible sin una
organización, siendo la primera la de la Ordenanza de la Ribera de Barcelona de 1258,
en la que se definen los derechos y obligaciones de marinos y mercaderes, con
disposiciones como:
Entre 1260 y 1270 los barceloneses procederán a una nueva redacción de las
Ordenanzas en el « Libro del Consulado» . En la segunda mitad del siglo XIV será
aceptado en todo el Mediterráneo como código marítimo el « Llibre del Consolat del
Mar» donde están reguladas la construcción y reparación de naves, derechos y
Historia Medieval de España
Entre las causas de la expansión tiene lugar preferente la económica, apoyada por los
burgueses. Cataluña en general y Barcelona en particular (desarrollo agrícola, comercio
de esclavos, oro, marina).
A los puertos de Siria y Egipto llegan mercaderes catalanes y sus cónsules, también
existen relaciones piadosas y humanitarias, como la petición del cuerpo de Santa
Bárbara al sultán egipcio Abu Al-Fatah, el cual exige a cambio el envío a Egipto de
artículos prohibidos por Roma como armas, hierro, naves y material para su
construcción y alimentos.
Otro centro importante del comercio catalán es Sevilla, donde los catalanes obtienen
numerosos privilegios durante los reinados de Alfonso X y Sancho IV; desde mediados
del siglo XIV misioneros y comerciantes catalanes y mallorquines se establecen en las
Islas Canarias, convertidas en el gran centro de exportación de esclavos.
jornales, el coste de los fletes, las tasas mercantiles y aduaneras. Las ciudades con las
que se traficaba estaban reflejadas en el Primer manual hispánico de mercaduría:
Damasco, Trìpoli, Alejandría, El Cairo, Constantinopla, Chipre, norte de África,
Génova, Montpellier, Pisa, Sicilia, Narbona, Carcasona, Limoges, Ipres, Brujas, París y
Saint-Homer, entre otras ciudades.
Entre los pobladores de los reinos hispánicos de los siglos XIII y XIV se encontraban
tres grupos diferenciados, atendiendo a su etnia, religión o cultura: los mozárabes,
judíos y mudéjares que convivían con la población cristiana.
Los mozárabes eran los cristianos que habían vivido en territorio musulmán,
conservaban su idioma árabe y la cultura visigoda. Eran muy numerosos en territorio
musulmán hasta el siglo XIII pero al aumentar la inseguridad se trasladan a las zonas
cristianas y a Toledo, conquistada en 1085, manteniendo su código: el Fuero Juzgo.
Conocían bien ambas culturas por lo que se adaptaron e integraron entre los cristianos, e
incluso fueron traductores cualificados por su dominio del romance y del árabe y sus
clérigos hablaban latín, lo que les permite actuar de intermediarios entre cristianos y
musulmanes.
Los mudéjares eran musulmanes que habían permanecido en los territorios ocupados
por los cristianos, eran muy modestos social y económicamente, pues se dedicaban
generalmente a la agricultura o artesanía. Eran respetados en su religión y tolerados
socialmente (tenían sus propios jueces, como la aljama sarracena de Lérida). No
obstante, esta tolerancia no era aceptación plena al igual que los judíos, eran obligados a
llevar distintivos para no ser confundidos con los cristianos.
Las minorías mudéjares y las judías no pueden equipararse entre ellas, pues a pesar del
desdén que los cristianos sentían por ellos, los judíos podían llegar a ocupar altos cargos
en la sociedad mientras que los mudéjares debían conformarse con puestos más
modestos.
Historia Medieval de España
A. NOBLEZA CASTELLANO-LEONESA
Al cambiar la situación a partir del siglo XI, serán los reyes cristianos quienes exijan
parias a los musulmanes, exigencia también de los nobles fronterizos cristianos para no
ocupar el territorio musulmán.
Una vez ocupado, el botín se reparte de una manera previamente establecida: un quinto
para el monarca y el resto proporcional a los nobles. El oro musulmán sirve entre otras
cosas para primar servicios militares y políticos a los nobles. Para éstos, ya no es la
tierra, sino la moneda, la posesión de artículos de lujo, lo que muestra la categoría de
quien los posee.
El primer fuero nobiliario del que se tiene noticia es de la época de Alfonso VII, al cual
se alude siempre en época de sublevaciones (el buen fuero anterior). Además se
redactaron otros en Nájera y en León, referentes a las relaciones de los nobles con los
vasallos. Todas estas recopilaciones pasaron al « Fuero viejo de Castilla» y al « libro de
los fueros de Castilla» (que también se refieren a León). Del ordenamiento de León
recogemos leyes referidas a las obligaciones de hidalgos y ricoshombres con el
monarca, además de otros derechos señoriales. El poema del Mío Cid es un claro
ejemplo de estas costumbres y leyes establecidas.
Hay una clara diferencia entre ricoshombres (unos 30 linajes) y simples nobles. Los
primeros tienen fuerza militar y política suficiente para provocar las sublevaciones e
intervenir en el reino. Los segundos obtienen cargos en Cortes y municipios. La nobleza
militar de épocas anteriores se va transformando en cortesana y los ingresos y tierras
obtenidos por conquista se obtienen ahora en la Corte, estando cerca del rey. Ahora, la
pérdida de ingresos equipara muchas veces a los nobles con mercaderes y burgueses
enriquecidos. Esto es lo que los nobles tratan de evitar con la aprobación de leyes
suntuarias (cada uno viste según la categoría) y la defensa del estatuto nobiliario, así
como la de poder pertenecer a una Orden de Caballería. Ordenarse caballero será como
un sacramento con funciones específicas consideradas sagradas, que dan sentido a la
continuidad de su status. Las revueltas nobiliarias se producirán por intentar mantener
ese status y salvar los fueros, por obtener más tierras del rey y más cargos que realcen
social y políticamente a los nobles.
Historia Medieval de España
Las revueltas condicionan los reinados de Alfonso VIII de Castilla, Fernando II,
Alfonso IX de León y, ya en el siglo XII de Fernando III. Hay bandos nobiliarios
importantes: los Haro, los Castro, los Lara, que capitanean las revueltas. Los problemas
surgen con Alfonso X, a pesar de que consiguen del monarca más tierras y dinero de las
que habían tenido nunca. El pretexto será que este rey pretende imponer el Derecho
Romano frente al nobiliario. Alfonso necesita a los nobles, su ayuda económica y
militar para sus aspiraciones imperiales y por eso acaba accediendo a todas sus
demandas.
La situación será muy parecida en Portugal, en donde, desde el siglo XII hay división en
los bandos de los grandes nobles. Alfonso II crea una nueva nobleza cortesana. La
monarquía intenta seguir una política centralizadora creando mecanismo como las «
inquirioes» . Esta política acabará en una auténtica guerra civil en tiempos de D. Dionis.
También es Castilla la monarquía intenta regular los derechos y deberes de los nobles.
En 1238 una comisión formada por diez ricoshombres, veinte caballeros y diez
eclesiásticos discutirán con el rey y con el obispo los derechos y obligaciones que
corresponden al monarca y a cada uno de los grupos sociales representados.
Es significativo el prólogo del « Fuero Antiguo» , ya que los nobles navarros recuerdan
a Teobaldo de Champaña que sus derechos al trono proceden de su elección más que de
su parentesco con Sancho VII y consecuentemente su legitimidad viene de sus súbditos
y no de Dios.
Historia Medieval de España
Enlazando así con el viejo derecho germánico, del que tomaban también el rito de
proclamación del rey: jurar los fueros, recibir la orden de caballería, alzamiento sobre el
escudo, reparto de monedas entre el pueblo y una vez realizado todo ello, doce
ricoshombres, en nombre de todos los navarros, juran defender al rey, a la tierra y a los
fueros.
La imposición de estas cláusulas tiene por un lado una base histórica, Aínsa-Sobrarbe
(nobles contra musulmanes), así como paralelismo con Covadonga.
El « Fuero Antiguo» fue la matriz a partir de la cual, en los siglos posteriores, se fue
conformando y amejorando el que hoy conocemos como « Fuero General» . En este
amejoramiento hay que incluir a Felipe III, en 1630.
13. PRECEDENTES
Los reyes y condes hispanos gobiernan aconsejados por nobles y eclesiásticos que
siguen a la corte o son llamados en circunstancias especiales, como los concilios de
Carrión en 1130 que Alfonso VII ordena convocar a Diego Gelmírez o el de León 5
años más tarde. Las separaciones de los reinos da lugar a curias por cada uno de los
reinos separados.
94
Estos concilios y curias no son las únicas asambleas. En Cataluña se convocan
asambleas más amplias, las de « paz y tregua» para legislar sobre las paces y las treguas
perpetuas en los territorios. Suelen estar relacionadas con campañas exteriores, como
por ejemplo, la toma de Valencia.
Los diferentes reinos peninsulares se disputan la prioridad de las Cortes pero es en León
en 1188 donde se convocan las consideradas más antiguas, no sólo en España
posiblemente también en Europa, por ser las primeras en convocar a los ciudadanos
junto con los clérigos y los nobles y que además conllevan el compromiso de seguir los
consejos de los « obispos, nobles y hombres buenos» .
Las Cortes pierden su función de consejo (que procedía de la curia) a favor de la ayuda
económica, política y militar. Las Cortes suponen la debilidad monárquica al exigir
siempre contrapartidas a la ayuda monetaria. Preocupándose con frecuencia, los
representantes, más de sus intereses que de los generales. Los asistentes a cortes
representan al reino según el concepto y la forma de la tradición medieval.
Los nobles, con éstos pasa lo mismo no sólo se representan a sí mismos, también a
todos los que viven bajo su protección incluidos otros nobles bajo su jurisdicción, son
los territorios solariegos.
Los ciudadanos: dependen directamente del rey son llamados bien a título personal o
bien elegidos entre los principales de las ciudades, son la caballería villana de los
concejos semi-urbanos y los grandes mercaderes « los burgueses» de las ciudades, son
gentes con gran poder económico. Proceden de las zonas de realengo (brazo real).
95
Historia Medieval de España
La palabra fuero, del latín « forum» = foro, etimológicamente significa juicio, lugar
donde se administra la justicia, o territorio sobre el que se extiende la jurisdicción,
aunque en legislación se refiere a uso, costumbre y « derecho, no observado de un modo
general» , definiéndose entonces como « colección de privilegios, franquicias e
inmunidades otorgadas por el poder público a determinadas localidades o clases
sociales» . En el Derecho vigente se usa en equivalencia de « legislación especial» .
Durante el siglo XIII vemos repetirse el mismo proceso en todos los reinos del norte
peninsular: los nobles, caballeros y defensores, a quienes las prerrogativas forales
benefician, buscan ser plasmados de forma expresa los « Usos y Costumbres» que se
remontan a tiempos ancestrales (principios de la Reconquista e incluso los visigodos)
aprovechando cualquier período de debilidad real, sucesiones o peticiones de ayuda.
Los reyes lógicamente eran remisos a sancionar lo que era para ellos pérdida de poder
efectivo, de sus intereses centralizadores y sobre todo de la capacidad para represaliar
debidamente a quien se alzara en armas o conjurara contra el poder real. 96
El « Fuero Real» promulgado por Alfonso X para los territorios de Castilla y León, los
« Usatges» de Cataluña, promulgados por Ramón Berenguer I (1068) y elevados a
compilación legal con el Privilegio « Recognoverunt Proceres» dado por Pedro III en
1283, en la misma fecha y situación en que se vio obligado a otorgar el « Privilegio
General» a los nobles aragoneses, o el « Fuero General de Navarra» , recopilado como
consecuencia de las disidencias entre la nobleza y el rey Teobaldo I en 1287, todos ellos
son el resultado de esa pugna entre el rey y la nobleza por delimitar sus respectivos
campos de actuación. A diferencia de los anteriores, en Aragón no se produce confusión
entre alta y baja nobleza, formando grupos diferenciados en su representación en Cortes.
Tras la conquista de Sicilia, Pedro III fue excomulgado y depuesto por el Papa Martín
IV y Felipe III se disponía a invadir el territorio. El rey necesitaba subsidios y a la
nobleza para organizar la defensa pero, a pesar de su crítica situación, en las Cortes de
Tarazona (septiembre) se resiste a las presiones nobiliarias. Un mes más tarde, en las
Cortes de Zaragoza se ve obligado a otorgar 30 nuevas leyes añadidas a los Fueros,
dando lugar al « Privilegio General» , aceptando entre otras cosas, las siguientes:
Historia Medieval de España
·No proceder contra la clase privilegiada de oficio sino sólo a instancia de parte.
·Obligación de jurar los fueros como condición indispensable para ser aceptado como
rey.
Sancionados los Fueros de Aragón, Cataluña y Valencia, se hace frente a los franceses
derrotándoles en el paso de Panisars, donde muere Felipe III. Poco después muere el
Papa Martín IV, Alfonso X y el propio Pedro III, superándose la crisis pero
consolidándose una situación favorable a los intereses socio-económicos de la nobleza.
Entre las consecuencias de la aprobación de los Fueros se pueden citar:
Usatges del latín « usatici» , derivado de « usus» (uso, costumbre). Son el fuero de
Barcelona que se extienden a todos los dominios del conde y aunque en sentido estricto
no pueden ser definidos como fuero nobiliario, son mayoría en ellos las disposiciones
referentes a los nobles, comenzando por las que regulan la compensación que se ha de
pagar por la muerte o herida causada a un vizconde, a un caballero, un burgués o un
campesino. Otras disposiciones regulan las relaciones entre caballeros y sus señores,
entre éstos y los campesinos que cultivan sus tierras, pero donde verdaderamente puede
verse el derecho feudal catalán es en las « Conmemoracions» redactadas por el
canónigo barcelonés Pere Albert (siglo XIII), subtituladas « Costumbres de Cataluña
entre señores y vasallos» .
·1173, Alfonso el Casto ponía bajo la protección de la paz y tregua las iglesias, personas
y bienes eclesiásticos, las personas y propiedades de los campesinos y sus casas «
siempre que no se hallaran en alodios de caballeros» sobre los que el conde-rey carece
de jurisdicción.
·1202, se precisó aún más la independencia nobiliaria al adoptarse una disposición por
la que los señores que maltrataran a los campesinos o les quitaran sus cosas no deberían
composición alguna al rey, excepto en el caso de que los campesinos o sus bienes
hubieran sido recibidos en feudo del rey o de personas eclesiásticas.
·1214, tras señalar las personas y bienes protegidos por la constitución, se aludió
directamente a « los hombres de los alodios y castillos de los caballeros en los que el
rey sólo poseía la potestad» (la justicia criminal); estos hombres no podían ser incluidos
en la paz y tregua sin una declaración expresa de sus señores.
Los reyes y condes hispánicos gobiernan aconsejados por nobles y eclesiásticos que
siguen a la Corte. Los concilios y la curia son los precedentes de las Cortes. Pero en
Cataluña existen unas asambleas, anteriores a las futuras Cortes, denominadas « Paz y
Tregua» , que se convocan junto con el consejo del rey-conde y que tienen como
finalidad mantener pacificado el territorio en momentos de gravedad; desde el XII
tendrán un significado político más que religioso. Lo acordado en estas asambleas
difiere poco unas a otras. Es el caso de las asambleas de Ramón Berenguer III para
mantener la paz, o de Jaime I, que aconsejado por obispos, nobles, caballeros y
ciudadanos de Cataluña decreta Paces y Treguas perpetuas para llevar a cabo la
conquista de Mallorca. Por esta paz están protegidos: iglesias, clérigos, viudas,
huérfanos, campesinos, burgueses. Con la conquista de Valencia ocurrirá lo mismo,
pero esta vez las asambleas de Paz y Tregua tomarán medidas de carácter social y
económico como las leyes suntuarias que ponen límite a los gastos, reconocen la
autoridad de los señores sobre sus hombres.
Las limitaciones del poder monárquico se verán reflejadas por ejemplo en Navarra,
donde al subir Teobaldo de Champaña e incumplir los fueros provocarán una revuelta
nobiliar.
16.1 Iglesia
16.2 Nobleza
16.3 Ciudadanos
Aquéllos que se han desvinculado del rey-señor feudal, que poseen un mayor nivel
económico, político y militar. Muchos son miembros de la caballería villana que
controlaba los cargos municipales o quienes destacaban en los centros urbanos como
mercaderes, llamados burgueses o ciudadanos.
99
En Cataluña los funcionarios importantes de la administración: batlles (general de
Cataluña, más tarde gobernador del Principado y lugarteniente real) y los veguers (que
dirigen las catorce veguerías en las que se haya dividido el Principado).
Las concesiones hechas por Pedro el Ceremonioso a las Cortes catalanas limitarán el
poder real y someterán aún más a los vasallos de los señores feudales.
Historia Medieval de España
Los fieles deben ser conscientes de que no son dueños de los bienes que pertenecen a
Dios →las donaciones → poder económico del clero.
Tarragona extenderá su autoridad sobre las diócesis catalanas sobre los territorios de
Aragón y también sobre Navarra con una serie de problemas. Plantea dos a raíz de las
ocupaciones al independizarse Portugal a comienzos del siglo XII y separarse León y
Castilla en 1157: el primado de Toledo-Castilla se contrarresta desde los arzobispados
de Braga, en el que se ponen las diócesis y clérigos portugueses y de Mérida.
Trasladado éste a Santiago de Compostela por orden de Diego Gelmírez. Esta realidad
explica que Fernando II y los arzobispos de Santiago unan su esfuerzo en la ocupación
de Extremadura, amenazada por castellanos y portugueses y hace que la Orden militar
Historia Medieval de España
Las diócesis se extienden sobre territorios demasiado extensos que es preciso subdividir
en arcedianatos y éstos en arciprestazgos, cada uno de los cuales comprende varias
parroquias, base de la organización eclesiástica que engloba a los fieles de cada barrio
de las ciudades. El obispo es auxiliado en su tarea pastoral por el cabildo catedralicio,
cuyos miembros forman una especie de aristocracia dentro del clero por su intervención
en ceremonias litúrgicas, misas, horas canónicas y procesiones que se realizan en torno
a la catedral y por la situación económica que disfrutan los canónigos.
En todos los cabildos están las dignidades o personas entre los que se incluyen el deán o
presidente del cabildo.
101
B. MONASTERIOS Y CONVENTOS
Equiparados los clérigos en muchos puntos a los nobles, como ellos ocupan cargos en la
administración. Desde fines del siglo XIII se pide insistentemente que los clérigos sean
Historia Medieval de España
103
Historia Medieval de España
El Valencia el cuerpo normativo estuvo compuesto por el Fuero de Aragón y Les Furs
de Valencia, aplicados territorialmente de manera diferenciada. Los grupos
privilegiados consiguieron la renuncia real al ejercicio del poder legislativo libre del
control de las Cortes, diferenciándose así de Cataluña y Aragón.
Por otro lado, a medida que los concejos adquieren importancia, se recopilan los Fueros
Extensos que contienen privilegios, costumbres y sentencias de los jueces con el
objetivo de mantener la paz y seguridad ciudadanas. Cuando al frente de los concejos,
los hombres buenos son sustituidos por caballeros, los fueros locales desembocarán en
regulaciones diferenciadas para los grupos sociales. En Cataluña son los burgueses los
que ostentarán el poder municipal.
Los regidores (probi homines) terminan constituyendo un grupo social que, con el
reconocimiento regio, representan a la ciudad. Disposiciones reales, en especial de
Jaime I, regulan los nombramientos y funcionamiento de los concejos que colaborarán
con el veguer, delegado real. El gobierno municipal acabará quedando en manos de los
grandes mercaderes que crean un patriciado urbano que, mediante el Consejo de los
Historia Medieval de España
Cien, repartirá los cargos entre los mismos beneficiarios, quedando relegado, sin
atribuciones, el delegado real.
Son ejemplos del arte Románico Ripoll, la catedral del Jaca, San Isidoro de León, las
catedrales de Zamora, Salamanca y Santiago y del Gótico: Las Huelgas, Poblet, Santa
María del mar y catedrales de Burgos, Toledo, León, Gerona y Pamplona, estas dos
últimas en el XIV.
En el aspecto literario, las lenguas romances se van imponiendo al latín, aunque éste
conserve su importancia como lengua filosófica, científica y litúrgica.
Tanto Alfonso X como Jaime I están interesados en favorecer la difusión de las lenguas
105
habladas porque reflejan mejor el sentir de la población y además es una nota
diferencial frente al Pontificado y el Imperio.
La única epopeya conocida en castellano es el Poema del Cid. También hay fragmentos
de otras en las Crónicas del siglo XIII y en el Romancero. Los orígenes de Castilla dan
lugar a diversos poemas. También hay poesía erudita. Gonzalo de Berceo recuerda que
San Millán salvó a los castellanos del peligro musulmán y éstos, agradecidos se obligan
a pagar los Votos a San Millán como los leoneses los de Santiago.
Surge la poesía lírica o cortés en las cortes señoriales europeas, cantadas por trovadores.
Se utiliza como arma política.
Alfonso X está considerado como el creador de la prosa literaria castellana. Reunió todo
el saber de la época en lengua castellana. Trabajan, traduciendo todo tipo de géneros de
obras, árabes y hebreas, sabios judíos, musulmanes y cristianos.
Historia Medieval de España
En Castilla y León, el continuador de las crónicas del ciclo de Alfonso III es Sampiro.
También está la Crónica Silense, la de Pelayo de Oviedo, la de Alfonso VII. De tema
particular son la Historia Compostelana o de Diego Gelmírez y la Primera crónica
anónima de Sahagún. La crónica de Jiménez de Rada y la rudense defienden la idea
unitaria de la Península, identificando a los hispanos con los visigodos, de modo
especial a los astur-leoneses-castellanos.
106
Historia Medieval de España
Los reinos de Aragón, Valencia, Cataluña y Mallorca forman la corona de Aragón, que
es una confederación a cuyos miembros une la dependencia de un mismo monarca pero
con un derecho distinto.
También los catalanes negocian su ayuda al monarca en la guerra que le enfrenta con el
rey de Sicilia, el Papa, el monarca francés y con Jaime II de Mallorca. Enfrentado a
Carlos de Anjou, al Papa, al monarca francés y al rey de Mallorca, Pedro III (1276-85)
necesita que aragoneses, valencianos y catalanes le faciliten hombres de guerra y dinero
y para conseguirlo aceptará todas las exigencias de los súbditos. Los catalanes ponen
otro precio: que el rey use el título de conde de Barcelona y más consejeros catalanes.
Desde 1283 las limitaciones impuestas al poder monárquico serán un factor esencial en
la historia política de Cataluña. Los acuerdos impuestos al monarca sirven para reforzar
la autoridad de miembros destacados de la nobleza, eclesiásticos de alto rango y los
dirigentes de las ciudades importantes. Pedro III, que había pretendido limitar la
autoridad señorial, confirmó en 1283 las libertades y privilegios catalanes.
Se restablece una Constitución de 1202 por la que se prohibía a los señores acoger en
sus dominios a vasallos ajenos sin licencia del dueño. Por lo que se refiere a los
patricios, se reafirma la independencia de las ciudades respecto al monarca. A los
ciudadanos se les concedió el privilegio de proceder personalmente al embargo de los
bienes de quienes no pagaran las rentas de las casas en las que viven. La presión de los
acreedores combinada con un año de malas cosechas, con el alza de los impuestos y la
subida de los precios, fue determinante en el levantamiento de los menestrales
Historia Medieval de España
Pedro III murió mientras organizaba la expedición contra los dominios de Jaime II de
Mallorca y su hijo Alfonso III el Franco dirigirá con éxito la campaña contra el reino de
Mallorca que vuelve de este modo a formar parte de la corona de Aragón. Al morir
Alfonso III dejó sus reinos a Jaime II de Sicilia, que a su vez, debería renunciar a Sicilia
a favor del tercer hermano, Federico.
108
Por el Tratado de Anagni (1295) Jaime II, rey de Aragón, abandona Sicilia, donde se
proclama rey a Federico, devuelve Mallorca a Jaime II y en la negociación obtiene de
Roma los derechos de ocupación de Córcega y Cerdeña y la paz con los angevinos y
con Francia. Por el Tratado de Caltabellota (1302) se condecía a Federico la posesión
del reino mientras viviera. Este acuerdo no fue respetado y, en definitiva, Sicilia
continuará en manos de la dinastía catalana, pero la paz de 1302 dejó libres a los
mercenarios de uno y otro, cuyos servicios fueron reclamados por diversas ciudades
italianas y por el emperador bizantino para defender sus tierras contra los turcos.
Recuperada la Corona de los gastos ocasionados por la actividad política de Jaime II,
pudo el rey llevar a efecto la ocupación militar de Cerdeña (1323-1324).
La independencia de cada uno de los reinos de la Corona no impide que Cataluña sea el
centro político de los territorios. Los unionistas aragoneses, ante las disensiones entre
Alfonso IV el Benigno (1327-37) y su hijo Pedro, jugaron la carta del heredero,
confiando en recuperar el predominio: durante los primeros años de su reinado, Pedro
IV el Ceremonioso (1336-87) tomó como principal consejero al arzobispo de Zaragoza,
pero pronto el monarca confía el gobierno al catalán Pedro de Ribagorza, lo cual avivó
el malestar aragonés, que halla ocasión de manifestarse en el momento en que Pedro IV
hizo proclamar heredera a su hija Constanza. Los aragoneses se aliaron a los hermanos
de Pedro IV y resucitaron la unión. El monarca aceptó las exigencias unionistas, pero
mientras el rey negociaba con los nobles, sus partidarios organizaban el ejército que
vencería a los unionistas y aseguraba el predominio catalán dentro de la corona.
Pedro IV intenta en el XIV sustituir la unión personal de sus reinos por una vinculación
más firme que vendría dada por la creación de cargos generales, con autoridad sobre
Historia Medieval de España
todos los territorios. Su hijo Juan I creará vicecancillerías en cada uno de los reinos y en
1419 Alfonso V el Magnánimo nombrará para el reino de Valencia un Mestre nacional.
La guerra civil que enfrenta a los catalanes entre 1462 y 1472 es el final de un proceso
en el que se mezclan la pugna por el poder político entre el monarca y los grupos
dirigentes de Cataluña, los enfrentamientos entre patricios y los maestros de los gremios
de Barcelona por el control del municipio y la lucha de los campesinos por su libertad
personal.
Rompe el equilibrio en el reino con un cambio de intereses en los grupos sociales que
nos llevan directamente a un enfrentamiento entre todos: campesinos, ciudadanos,
artesanos, rentistas, etc., y un acentuado pactismo en el reino.
Las manifestaciones del conflicto campesino coinciden con los intentos de modificar el
régimen municipal para hacer frente a la situación del mundo urbano. Las primeras
dificultades surgen en 1333 en que los cereales escasean, su precio aumenta y el
descontento popular se ve atizado por frailes que acusan a los dirigentes de acaparar el
trigo y provocar su encarecimiento. Las medidas tomadas no impidieron la revuelta,
1334, ni el saqueo de las casas y bienes de los consellers y la condena de los dirigentes
de la revuelta. La escasez de cereales se debe a la dedicación de tierras de cultivo al
azafrán, cáñamo y lino, de fácil salida comercial, que ocupan el lugar de los cereales y
hay que traer éstos del exterior.
Nuevas hambrunas y motines preparan la gran peste de 1348 que diezmó a la población
urbana, subalimentada a pesar de los intentos de avituallamiento. Fueron asaltadas las
casas de los patricios y judíos. El hambre y la peste fueron seguidas de un alza de
precios y salarios y de una escasez de mano de obra que paralizó la ciudad, de la ruina
de numerosos cambistas-banqueros y de la renuncia al comercio por algunos
mercaderes que prefirieron invertir en tierras.
Los impuestos y las contribuciones de ciudades como Barcelona no bastan para hacer
frente a las necesidades de éstas. Se recurre al crédito facilitado por los judíos o por los
cambistas-banqueros; en la práctica cubrirán los gastos del municipio cuando se halle al
descubierto; a cambio Barcelona deposita la mayor parte de sus ingresos en las taulas de
los cambistas a los que se confiará el pago de los gastos previo el cobro de salario.
Esto resuelve los momentos de apuro, pero al necesitar mayores ingresos se emite deuda
pública (de censals y violaris), pero este tipo de préstamo se gasta en necesidades
urgentes y provoca que se renuncie a la producción por parte de mercaderes y a colocar
su dinero en deuda. Es un círculo vicioso: quiebra de cambistas-banqueros, creación de
Historia Medieval de España
20. JUAN I
Anuló la reforma del Consell barcelonés y se enfrentó a unas Cortes que exigieron la
expulsión de algunos de sus consejeros más influyentes porque consideraban que
llevaban al rey hacia un gobierno personalista al margen de los fueros y derechos
tradicionales, que reclamaban el derecho a intervenir en la elección del canciller y los
consejeros reales, y que se negaban a enviar tropas tanto a Cerdeña como a Sicilia. A los
problemas planteados por las Cortes, se unieron en 1391 manifestaciones de
descontento popular que acabaron en el ataque y la destrucción de los barrios judíos y
un intento de invasión dirigida por el heredero de Mallorca, conde de Armañac.
En 1392 Juan I, ante la situación de Cerdeña, preparó una expedición que no llegó a
producirse por las acusaciones de corrupción de los consejeros.
El final del reinado acaba con malestar: tema de Benedicto XIII, problema de los
consejeros denunciado por Valencia. Cuando muere el monarca sus fieles son juzgados.
Los campesinos de remensa fueron los más resistentes ante estas redenciones, aunque
adquirieron conciencia de su fuerza, llegando al convencimiento de que el sistema
empleado para la recuperación del patrimonio podría liberarles de los malos usos y de la
autoridad señorial. Entre cataluña y aragón
En las zonas bajas, pero sobre todo en el litoral, el origen de los asentados sería de
procedencia catalana y con una organización administrativa preferentemente en
concejos. En estos lugares de realengo los ciudadanos se rigen por el derecho
valenciano (los furs), que se extenderán a las tierras alicantinas (Elche, Orihuela, etc.)
tras su incorporación al Reino en el XIV.
Según el franciscano Francesc Eximierais que escribe a fines del XIV, los mercaderes
son la base de la riqueza valenciana. Sus palabras son reflejo de una sociedad próspera
donde caben todos los estamentos sociales porque en la sociedad valenciana todos son
necesarios y útiles. Con una economía relativamente saneada gracias a la fertilidad de
sus tierras, al trabajo de sus artesanos y sobre todo a la actividad de sus mercaderes, a
los cuales hay que favorecer quitándoles impuestos de tránsito, concediéndoles
privilegios y honores especiales.
D. EL COMPROMISO DE CASPE
Historia Medieval de España
Martín I el Humano fue rey de Aragón de 1396 a 1410. Al morir sin descendencia su
hermano, su hijo Martín el Joven tendrá el trono aragonés. En 1409 muere Martín el
Joven sin hijos legítimos, planteándose el problema de la sucesión al no tener Martín el
Humano, viudo, otros hijos. Podía contraer matrimonio buscando un hijo, o designar
alguien capaz de sucederle. Casó nuevamente pero no tuvo descendencia y los juristas
no aceptaron que Fadrique, hijo ilegítimo de Martín el Joven pudiera reinar. Sólo
quedaba la posibilidad de pensar en algún pariente y así, se nombra a Jaime de Urgell
como lugarteniente del reino, que no supo poner fin a las banderías internas y su
candidatura no es aceptada por ninguno de los reinos de la corona. La elección tendrá
que hacerse por acuerdo de las Cortes de Cataluña, Aragón y Valencia. Pero aragoneses
y valencianos tienes parlamentos irreconciliables, al final, en 1412, una comisión de
nueve personas procedió en Caspe a la elección como rey de Aragón del regente
castellano Fernando de Antequera con el que se inicia la presencia de los Trastámara
castellanos en la corona de Aragón. Los historiadores castellanos y catalanes consideran
que con Fernando de Antequera comienza la unidad española y a favor de Castilla. Por
otro lado, los nacionalistas catalanes culpan del declive nacional a las decisiones de
Caspe. Los castellanistas apoyaban a Fernando de Antequera, sobrino de Martín y nieto
de Pedro el Ceremonioso, contra él están Luis de Anjou, nieto de Juan I, Fadrique de
Luja, Jaime de Urgell y Alfonso de Gandía, nieto de Jaime II.
Ante tantos candidatos era lógico que Martín I preguntase a los juristas si el parentesco
de los candidatos debía referirse a él o a sus antecesores. En Aragón, las mujeres no
pueden reinar pero sí transmitir los derechos, mientras en Cataluña la herencia se
transmite por línea masculina. La situación es muy complicada.
113
Los candidatos con posibilidades eran Jaime de Urgell y Luis de Anjou, a los que
apoyan uno de los bandos en que está dividida la nobleza: a Jaime le apoyan los Luna
de Aragón, los Vilagut de Valencia y parte de la nobleza catalana. Apoyan a Luis los
Urrea y los Centelles, algunos nobles catalanes enemigos de Jaime y parte de la
burguesía catalana.
Fernando será el único candidato posible, un parlamento reunido bajo las armas
castellanas sólo podía elegir compromisarios adeptos al pretendiente castellano al que
además apoyan los valencianos. Mientras catalanes y aragoneses discuten, las tropas
Historia Medieval de España
Pero Cataluña no estaba unida como en las épocas de esplendor, después de la crisis del
XIV si no se eligió a Jaime de Urgell en 1410 fue porque una parte importante de los
catalanes no quiso aceptarlo debido a que sus intereses personales o de grupo eran
opuestos a los defendidos por los partidarios del conde y para ellos sus intereses eran
más importantes que el hecho de que el nuevo rey fuera o no catalán 114 y Cataluña
desunida nada podía hacer contra el parlamento aragonés unificado por Fernando de
Antequera. La división era tal que se presentaron 6 opciones distintas e irreconciliables:
sus intereses estarían mejor defendidos por el castllano que por cualquier candidato y
otros porque la elección de Jaime podía provocar una guerra civil en la que no estaban
interesados o porque podía dar lugar a la ruptura de la unidad de la corona de Aragón.
Fernando I (1412-1416) sabe que el apoyo no ha sido unánime y al tiempo que premia a
sus fieles intenta atraerse a los antiguos adversarios haciendo concesiones a nobles,
eclesiásticos y ciudadanos: las barreras comerciales entre Castilla y Aragón desaparecen
y se perdonan diversos impuestos debidos por los mercaderes mientras nobles y
eclesiásticos logran que el rey les apoye en sus reivindicaciones. La sublevación de
Jaime de Urgell no tuvo partidarios ni siquiera en Cataluña, fue fácilmente sofocada ese
mismo año y Jaime permaneció en prisión hasta su muerte. En los breves años del
reinado, Fernando impulsó considerablemente los asuntos mediterráneos y firmó la paz
con Génova.
El problema del cisma de la Iglesia halló una solución definitiva durante su reinado. La
alianza y amistad con Benedicto XIII fueron mantenidas, pero las posibilidades del Papa
Luna se terminaron al iniciarse el concilio de Constanza. El concilio exigió que
Benedicto fuese depuesto, sin que de nada sirviera la defensa hecha por Fernando. En
1416 Aragón negaba obediencia al que en adelante sería el Papa de Peñíscola, su lugar
de residencia y un año después Castilla se adhería a los acuerdos de Constanza.
Poco más tarde, Alfonso interviene activamente en la política castellana y forma una
alianza con sus hermanos para anular al favorito Álvaro de Luna, mientras tanto, las
Cortes no sólo actúan en el interior, sino que dirigen la política exterior y obligan a
Alfonso a aceptar la tregua de Majano (1420) que puso fin a la intervención de Alfonso
en los problemas de Castilla.
A. LA BUSCA Y LA BIGA
Se produce una crisis económica mediterránea hacia 1425 que conlleva a la intervención
por medio de medidas proteccionistas, pero para aplicarlas hay que vencer la resistencia
de la oligarquía.
116
Las protestas y motines se suceden lo que da lugar a una serie de cambios y reformas
(1436). Los mercaderes y menestrales proponen una serie de medidas: devaluación
monetaria, prohibición de importación de productos, mejora de la producción textil,
impuestos a extranjeros. Los ciudadanos proponen medidas más limitadas: trabajos
públicos para atenuar el paro, etc.
Entre la Busca y la Biga, Alfonso el Magnánimo, que mantendrá una postura ambigua,
ya que por un lado necesita dinero y lo aceptará tanto de buscaris como de bigaris y por
otra parte, aspira como los demás reyes del XV a imponer su autoridad en las Cortes.
El reconocimiento del Sindicato de los Tres Estamentos fue acompañado (1451) por una
modificación del sistema de elección de los consellers y de una reorganización del
Consejo de Ciento, con lo que el gobierno del municipio quedó en manos del Sindicato
y la Biga en minoría. El triunfo de la Busca fue seguido de las reformas pedidas o
prometidas.
Sin embargo, no todo fueron éxitos en su gestión y a menudo cayeron en los mismos
errores que los bigaris. Las diferencias entre el programa y las posibilidades reales de
Barcelona, así como la heterogeneidad de los miembros del Sindicato, dieron lugar a
una escisión en el grupo y el relativo fracaso de las medidas económicas le hizo perder
parte del apoyo popular.
B. EL SINDICATO REMENSA
Por los mismos años en que se reconoce al Sindicato de los Tres Estamentos barcelonés
tiene lugar la autorización a los payeses a reunirse y crear el Sindicato Remensa,
después de años de dudas y ambigüedades, que se inician en las Cortes convocadas por
Fernando de Antequera en 1412-3. El monarca pide ayudas que le permitan vivir como
corresponde a su categoría y los nobles se la dan tras conseguir la reparación de los
agravios sufridos y lograr la aprobación de la constitución, que alude a los derechos
señoriales, en contra de los payeses que tras cambiar de domicilio pretendían mantener
sus derechos sobre las tierras y amenazaban a los señores y a los nuevos cultivadores.
En 1413 se da plazo de un año para vender a vasallos o ceder las tierras al señor junto
con los documentos acreditativos de sus derechos.
Los campesinos ven coartada su libertad de movimiento y limitados sus derechos sobre
la tierra, pero indudablemente, la situación de los remensas es más dura y desde 1440 el
primer objetivo de los campesinos es conseguir la libertad personal, la supresión de los
malos usos mediante la compra de los derechos de los señores. Con esta finalidad se
forma el Sindicato Remensa, en cuya creación intervienen abiertamente los oficiales del
rey. Éste mantiene la política de ambigüedad que se ha visto al hablar de la Busca. El
problema remensa aparece estrechamente ligado al de la recuperación del patrimonio
real, iniciado en tiempos de Martín I. Ya en 1420 se autorizó a los habitantes de
diversos lugares a reunirse para encontrar el modo de pagar la redención de los derechos
señoriales y volver a la jurisdicción real. Pero esta política no aparece claramente
definida hasta 1446, cuando Pere de Besalú fue encargado de inventariar y amortizar
todos los títulos señoriales de posesión de castillos, villa, masías, casas, lugares y tierras
de realengo y de embargar los bienes de cuantos señores no pudieran presentar títulos
convincentes.
Estas medidas se relacionan con las necesidades económicas del monarca, residente en
Nápoles e incapaz de conseguir la ayuda de las Cortes mientras no las presidiera
personalmente y regresar a Cataluña. Los remensas se ofrecieron a cubrir las
necesidades del rey a cambio de volver a la jurisdicción real y los oficiales del monarca
facilitaron las reuniones de los campesinos. Las protestas de las Cortes contra los
instigadores de estas reuniones no se hicieron esperar y en 1447 llega a culparse de la
agitación campesina a los malos juristas (los oficiales). Alfonso se limitó a disolver las
Cortes y se inclinó hacia los campesinos y hacia los remensas a los que autorizó a
reunirse en 1448.
118
Asume la defensa de los señores la Diputación del General, que envía embajadas a
Nápoles, se opone a que se haga pública la decisión real y manda detener a los oficiales
que la pregonan. Colabora activamente con la Diputación el Consejo barcelonés, cuyos
dirigentes y el propio municipio son propietarios de campesinos de remensa. Pese a la
prohibición, se celebraron las reuniones, pero la oferta hecha en 1449 se quedó corta
ante los 400 mil florines que ofrecieron las Cortes en 1452. Nuevas contraofertas
payesas y la negativa de las Cortes a hacer efectiva la ayuda mientras el monarca no
regresara a Cataluña le llevaron a apoyar de nuevo a los remensas y a suspender,
provisionalmente, en 1455, los malos usos y servidumbres hasta que se llegara a un
acuerdo. Tras una nueva anulación, la sentencia fue confirmada en 1457, cuando el rey
anunció que renunciaba definitivamente a volver a Cataluña y recibir la ayuda ofrecida
por las Cortes.
En las Cortes de 1454 presididas por Juan de Navarra (futuro Juan II) se produce una
ofensiva contra el monarca, los buscaris y los payeses. Las Cortes, lógicamente hacen
causa común con la Biga barcelonesa. Fueron disueltas sin acuerdos, pero quedó el
problema del hijo de Juan de Navarra, el príncipe de Viana, enfrentado a su padre que se
utilizará como pretexto para oponerse al monarca. Las Cortes asumirán su defensa
cuando es encarcelado en 1460.
D. LA GUERRA CIVIL
Es el fin de una guerra que termina sin vencedores ni vencidos. Únicamente Juan II pide
que no se dé por hecha la Concordia de Villafranca. Las medidas de clemencia y una
preferencia a la Diputación rebelde frente a la realista permitiendo seguir en el cargo a
diputados que habían sido opositores, trajo alguna división pero pacificó el país. Algo
había que hacer para solucionar los graves problemas económicos, ya que Cataluña
estaba arruinada tras la guerra. Las Cortes de 1473 abordan el tema de la recuperación
que no se solucionará.
120
Fernando II (el Católico) intentará solucionar todos los problemas, en primer lugar
ocupando el Rosellón y la Cerdaña. El programa económico era, en parte, el de los
buscaris desde 1450. se decide también la reforma de los organismos dirigentes de
Cataluña: la Diputación y el Consejo.
EL REINO DE MALLORCA
Si los catalanes logran franquicias en la isla, los nuevos mallorquines ven recogido en la
Carta de Franquicia o de Franquesa, considerada la Carta Constitucional del Reino, el
derecho a comerciar, exentos de cualquier carga fiscal, en todos los territorios sometidos
a la jurisdicción de Jaime I y en aquellos que en un futuro pudieran conquistar.
Pedro de Portugal mantiene el feudo mallorquín hasta 1244. pero la entrega a Pedro del
señorío mallorquín no anula los derechos de Jaime I que en todos los testamentos deja el
reino a sus hijos. Según el último testamento, los hijos de Jaime I actuarían en sus
respectivos dominios como soberanos independientes, pero en la práctica el reino de
Mallorca está subordinado a los dominios del primogénito. Esto queda claro en el
Tratado de Perpiñán (1279), en el que Pedro el Grande hace que su hermano Jaime II
reconozca la dependencia política de Mallorca respecto a Aragón y la dependencia
económica respecto a Cataluña.
B. CIUDADANOS Y FORÁNEOS
A los problemas económicos se añaden los políticos provocados por la oposición entre
la ciudad y las villas de Mallorca desde la conquista por Alfonso el Franco en 1285:
sólo la parte foránea, los campesinos ofrecen resistencia mientras los artesanos y
mercaderes negocian condiciones de la redención, e igual sucede en 1343. El distinto
planteamiento no se debe sólo a diferencias económicas, sino al malestar de los
campesinos ante el control que los ciudadanos pretenden ejercer sobre todo el territorio
insular a través del Consell creado en 1249. Los campesinos tienen una presencia
honorífica porque no están representados en el Consell restringido.
La reorganización de las villas iniciada en 1300 por Jaime II da a estos una mayor
122
cohesión y fuerza que se manifiesta en la reforma del rey Sancho de Mallorca en 1315:
la ciudad pagará sus gastos específicos y las villa contribuirán con un tercio de los
gastos comunes y podrán controlar la gestión económica; cada villa tendrá dos
representantes en el Consell amplio y la parte foránea en su conjunto designará 10
síndicos sin cuya conformidad no tendrán validez las ordenanzas que afecten a villas.
En esta reforma no se alude a los foráneos cuyas protestas contra los impuestos y
representantes se ignoran. Las peticiones serán atendidas en parte por Pedro el
Ceremonioso que pone fin a determinados abusos de la ciudad: las villas estaban
obligadas a abastecer de alimentos a la ciudad y en 1358 el rey dispone que nadie pueda
obligar a los foráneos a llevar sus alimentos a la ciudad, salvo en guerra.
Abella es el encargado de sanear las finanzas del reino mallorquín en 10 años. Éste se
propone reducir el gasto público, fiscalizar las cuentas de la administración y amortizar
la deuda en el plazo de 10 años (emisión de deuda pública cuyos intereses consumen el
90% de los ingresos mallorquines, siendo sus acreedores los barceloneses), reduciendo
salarios y gastos, limitar la inversión en obras públicas, reducir a 2 los representantes
del Reino en la Corte, vigilar la concesión de arrendamientos de impuestos, exigir
informe anual a los jurados, reducción de intereses de violarios y censales.
La oposición al plan de Abella parte de los ciudadanos que dilatan cuanto pueden su
publicación a través del Consell y pretextando la falta de agilidad de éste, se reducen sus
miembros. Se salva la independencia del Consejo y la letra del Privilegio de Franqueza,
que se reserva la elección de los consejeros a los jurados de la ciudad y de las villas. Los
jurados elegirán a los designados por el monarca.
El plan Abella fracasa por la sequía, la peste, impuestos, deuda y por la continua
exigencia de ayuda económica para la defensa de Cerdeña y la construcción de naves
123
para defensa de las islas.
Los menestrales de la ciudad lo mismo que en Barcelona, consideran que sus derechos
no están suficientemente defendidos por el Consejo y aspiran a un mayor control
político para resolver sus problemas económicos, con apoyo de los foráneos que
intentan en vano que se revisen sus cuentas; la tensión crece a finales del XIV y Álvaro
Santamaría define la situación como catastrófica.
En este caldo de cultivo llegan al Reino noticias de los ataques a los barrios judíos en
las ciudades peninsulares y tras el asalto al Call de Inca, foráneos y menestrales
desahogan su odio hacia los judíos y dirigentes de la ciudad. Ésta fue cercada por
ejércitos foráneos que levantan el asedio cuando el gobernador acepta sus peticiones
para democratizar el Consell y sanear la administración económica del Reino. De sanear
la administración se encargaría un regente que no podría ser mallorquín, sino catalán,
con poderes absolutos durante los 5 años de su mandato. La economía no se recupera y
en 1405 se produce la quiebra de las finanzas del Reino: se firma el Contrato Santo en
1405 por el cual se crea una Junta Administrativa, formada por censalistas acreedores
que centralizarán lo recaudado y realizarán los pagos: primero a acreedores catalanes,
los más numerosos y con mayor volumen de deudas, y si es posible a los mallorquines.
Mientras Mallorca intenta hacer valer sus derechos políticos ante aragoneses y catalanes
y por lo menos conseguir la misma consideración que Valencia, los problemas
económicos se agudizan y el reino carece de fondos para atender las necesidades más
urgentes.
La tensión ciudad-villa impide reunir dinero para defensa del Reino y el Consejo
decidió suspender el pago de sus rentas de los censalistas catalanes. Un acuerdo de
revisión del Contrato Santo se firma en 1431: los acreedores aceptan un descenso de los
intereses. En adelante los impuestos cobrados en Mallorca se dedican al pago de las
pensiones y a la amortización de los censales. La administración la llevarían tesoreros
del Reino, rindiendo cuentas ante la Junta de acreedores catalanes.
124
La política mediadora de Alfonso el Magnánimo exige nuevos sacrificios económicos a
mallorquines y fue el detonante de la gran revuelta foránea de mediados del siglo XV.
En mayo de 1454 libre de asuntos italianos, Alfonso dicta sentencia y concede indulto
general excepto a delitos de sangre y se mantiene la organización tradicional del Reino.
La economía se resintió después de 3 años de guerra abierta. Las tensiones continúan
agravadas por el resurgimiento de bandería en el campo y en la ciudad hasta tiempos de
Fernando el Católico y surgirán en época de Carlos V con el nombre de Germanías.
las causas de la tensión entre Barcelona y Mallorca y quizá influyera, junto a la escasa
consideración que el Reino merecía a los dirigentes del Principado en el apoyo de los
mallorquines a Jaime II durante la guerra civil catalana. La primera medida fue la
supresión del pago de las pensiones, que fueron puestas a disposición del rey.
Para remediar la situación se pide al rey autorice a pagar los censales de los catalanes no
en el Principado sino en la ciudad de Mallorca. Dando la razón a Mallorca frente a las
reclamaciones de Pere Catllar y le condene al pago de Carta entre otras peticiones y tras
la explicación ofrecerá al rey 2 mil florines de oro al tiempo que le pide se compadezca
del Reino, destruido por continuas peticiones de donativos para el rey y por el pago de
los censales barceloneses.
125
Historia Medieval de España
En las zonas bajas, pero sobre todo en el litoral, el origen de los asentados sería de
procedencia catalana y con una organización administrativa preferentemente en
concejos. En estos lugares de realengo los ciudadanos se rigen por el derecho
valenciano (los furs), que se extenderán a las tierras alicantinas (Elche, Orihuela, etc.)
tras su incorporación al Reino en el XIV. 126
Según el franciscano Francesc Eximierais que escribe a fines del XIV, los mercaderes
son la base de la riqueza valenciana. Sus palabras son reflejo de una sociedad próspera
donde caben todos los estamentos sociales porque en la sociedad valenciana todos son
necesarios y útiles. Con una economía relativamente saneada gracias a la fertilidad de
sus tierras, al trabajo de sus artesanos y sobre todo a la actividad de sus mercaderes, a
los cuales hay que favorecer quitándoles impuestos de tránsito, concediéndoles
privilegios y honores especiales.
B. EL PREDOMINIO SEÑORIAL
monopolios de horno, molinos, herrerías a los que se unen los derechos de caza, la
posada.
El campesino, una vez pagados los diezmos, entrega al señor entre 1/3 y 1/6 de la
cosecha, según los lugares y religión del campesino, aunque en muchos casos no se
paga cantidad alguna por el derecho a explotar la tierra. Absolutamente obligatorio es el
pago de diezmos y primicias sobre cereales, vino, aceite, lino, cáñamo, productos de
huerta, ganado, animales de corral.
Los derechos de pasto pertenecen generalmente a la Orden, igual que los monopolios,
que se extienden ahora a carnicerías, pescaderías, baños y tabernas. Sólo el señor puede
autorizar la instalación de una carnicería y cobrar la autorización o percibir una renta; y
sólo la Orden de Montesa puede vender sal, autorizar el uso de pesos y medidas,
controlar el paso de hombres y mercancías, cobrar el correspondiente peaje, percibir la
sisa de todo cuanto se venda en las tierras del señorío. Completan los ingresos las
multas, derechos de escribanía, impuestos personales pagados por musulmanes y judíos
y las tallas extraordinarias.
A partir del XIV adquiere especial importancia la lana del Maestrazgo exportada de
modo regular a Italia y protegida, lana y ganado, mediante la creación de lligallós o
127
comunidades ganaderas de municipios comarcales, con la misión de recoger,
administrar, entregar a sus dueños o hacerse cargo del ganado perdido o extraviado. Al
desarrollo ganadero se une un incremento de las actividades comerciales visible por la
multiplicación de ferias y por la mayor importancia que se da a los puertos marítimos.
Los nobles agrupados en torno al gobernador del Reino formando una « Fraternitat» o
Germanía y los Unionistas de la ciudad que tendrán el apoyo de los campesinos que
aprovechan el conflicto para plantear sus reivindicaciones se enfrentan por el control del
Reino aunque el predominio burgués y de la ciudad de Valencia en la Unión aparece
claramente cuando se analiza la composición de los organismos de dirección unionistas.
La oposición a los mercaderes dirigentes urbanos, está protagonizada por los maestros
de gremios que exigen una política proteccionista que elimine a los competidores
extranjeros, impida que los productos elaborados en el mundo rural accedan al mundo
urbano, esta política les enfrenta a los importadores y a los mercaderes-empresarios
(que utilizan mano de obra rural).
129Francia e
Los cereales consumidos en Valencia proceden de Cataluña, Aragón, Castilla,
Italia. Los transportistas son en su mayoría mercaderes valencianos, a veces
comerciantes del lugar de procedencia del trigo avecindados en Valencia. Entre los
mercaderes se encuentra el rey cuyos beneficios son como los de otro mercader y recibe
ayudas y subvenciones concedidas por el Consell a los importadores.
Una gran parte de este comercio está en manos de mercaderes valencianos y son
numerosos los extranjeros avecindados que comercian en la ciudad, entre ellos hay
Historia Medieval de España
Los mercaderes valencianos también salen al exterior y crean empresas como Jaume
Ferrer, en Génova, desde donde comercia con Barcelona, Tortosa, Valencia, Baleares y
Pisa, mediante un impuesto "drictus catalanorum" similar al "Dret italià" en Valencia.
Durante el XIV a pesar de contar con el apoyo de los monarcas, que siguieron
utilizándoles en misiones diplomáticas, la excesiva presión fiscal creó problemas a
algunas aljamas valencianas y a mediados del siglo se produjo un antisemitismo que
desembocó en ataques a los judíos como ocurrió en la judería de Murviedro en 1348,
durante el conflicto de la Unión, también el clero contribuyó a esta situación haciendo
responsables a los judíos de todas las calamidades padecidas; esto llevó a los judíos a
reunirse y pedir una bula en la que se les exima de estas culpas y se castigue a los
cristianos que utilicen la violencia contra ellos.
Los judíos al igual que los cristianos están divididos en manos (mayor, mediano y
menor) cada una participa en las elecciones a los cargos de la aljama, cargos que
Historia Medieval de España
acapara una oligarquía que basa su poder en tres fuentes: fortuna, saber y ascendencia y
que vive del préstamo, arriendo de impuestos y el gran comercio, también en Valencia
encontramos orfebres, sederos, zapateros, sastres.
Contra las morería también se producen los ataques, si bien la menor importancia social
y económica de este colectivo, en la Corona de Aragón, les permite sobrevivir más de
un siglo a los hebreos.
La libertad para practicar su religión sufre en los siglos XIV y XV recortes y trabas
mediante la confiscación de mezquitas o prohibición de construir nuevas e incluso se
llega a la profanación de mezquitas y de cementerios.
Las condiciones para cambiar de residencia varían de acuerdo con las Cartas Pueblas
por las que se rigen, las cuales se fueron endureciendo y cada vez fue mayor el número
de años a permanecer en las tierras del señor para recibir de éste tierras el plazo suele
Historia Medieval de España
ser de doce años, aunque si hay causas importantes se puede abandonarla mediante una
compensación económica al señor y además buscar un poblador moro de su misma
condición. También están obligados a las prestaciones personales, ellos y sus animales.
Además de su trabajo, mal pagado, deben entregar al señor el derecho de tasa de
determinados productos alimenticios que éste paga a un precio inferior al de mercado.
Por contraer matrimonio debe pagar el derecho de almería y otros impuestos gravan la
tenencia del ganado, el uso de los pastos; cuando vende la tierra reconoce el derecho de
« fadiga» del señor (reconoce que la tierra no es enteramente suya y da preferencia al
señor en la compra por el mismo precio y si éste no estos interesado, pagará el luismo
(una parte de lo recibido por sus bienes).
132
Historia Medieval de España
De la atenta lectura del epígrafe que nos ocupa podemos colegir que la palabra «
Uniones» tiene dos acepciones: una eminentemente geográfica, por cuando la
ampliación del reino en lo que se refiere a sus fueros, usos y costumbres se haga en los
territorios de Valencia, Teruel y Ribagorza, con independencia de las nuevas conquistas
que se puedan ir añadiendo a la Corona, y otra eminentemente política, merced a la que
Unión como tal es una institución formada fundamentalmente por los ricoshombres, que
crean una hermandad para mantener sus privilegios, franquezas y libertades y las cartas
de donaciones y cambios que tenían con el rey don Jaime y los reyes pasados.
La duración de la Unión fue corta, de 1288 a 1348, y su verdadero auge o fuerza la tuvo
desde su creación hasta 1291, año en que el rey Jaime II inicia una aproximación a
Castilla, reino donde la institución monárquica, o mejor dicho el rey, tiene plenos
poderes (la indicada aproximación consta de una tregua que firman ambos monarcas,
Jaime II por Aragón y Sancho IV por Castilla, para hacer frente común contra los
benimerines). 133
Las Cortes de Barcelona seguirán el mismo ejemplo que las de Aragón, pero aquí por lo
menos el rey puede negociar, aunque las condiciones sean también muy duras y el
monarca tenga que hacer numerosas concesiones, entre ellas reunirse una vegada l’any
(una vez al año).
Es completamente natural que aunque el rey se ve por fuerza mayor obligado a respetar
los fueros, trate de liberarse de tanta opresión e incumpla sus promesas. Sus sucesores,
Alfonso III, que en 1288 tuvo que conceder el Privilegio de la Unión, Jaime II, Alfonso
IV y Pedro IV el Ceremonioso, no tendrán más remedio que jurar los fueros del reino
para que se invistieran y fueran reconocidos como reyes de Aragón. Hasta que este
último vence a los unionistas en 1348, el mismo año en que se declara por 1ª vez la
peste negra y en una irónica crónica declara que la Unión ha muerto y que bien la han
llorado él y sus partidarios, por el humo que echaba la hoguera donde ardían, después de
Historia Medieval de España
rotos con el puñal los privilegios y sello de la Unión. Por este hecho fue conocido aparte
de El Ceremonioso (por lo excesivamente legalista que era), como El del Punyalet
(porque al parecer se hirió con el puñal mientras rompía las hojas del libro donde
constaban los privilegios de la Unión).
Alfonso III el Franco, hijo y sucesor de Pedro III, jugará a quitar y dar concesiones a los
unionistas en función de la fuerza que dispone en cada momento, bien por los fieles de
los que se rodea y contrarrestan la acción de los unionistas, bien porque 134 la situación
internacional se vuelve en su contra y tiene que plegarse a lo estipulado. Se verá
obligado bajo su reinado a conceder el Privilegio de la Unión y se comprometerá a
reunir anualmente Cortes. La Unión en este caso se abroga el derecho de nombrar
diversos cargos de la casa real, no ya a simples consejeros. Se da aunque no se logra,
para la formación de Cortes, una situación parecida a la que será Diputación del
General, con representación cuando se planteen asuntos de interés general de 4
ricoshombres, 4 mesnaderos, 4 caballeros aragoneses, 2 valencianos y 9 representantes
de las ciudades.
La Unión defiende los derechos de los ricoshombres frente al monarca y los de Aragón
como cabeza de la Corona, sus intereses les llevarán a estar de un lado o de otro,
especialmente cuando hay disparidad entre miembros de la familia real o por sentirse
desplazados del Consejo Real por los catalanes y rosellonenses tras la anexión de
Mallorca.
Los aragoneses defienden el derecho de las mujeres a transmitir el trono, en el XII había
el precedente de Petronila, pero esta situación era nueva para Cataluña, en el futuro
volverá a suceder algo similar en Caspe. El rey que en estos momentos (1245) está
preocupado por su sucesión al solo tener 2 hijas, Constanza y Juana, decide nombrar
heredera a la primera. Esto dará lugar a resucitar la Unión, por cuanto ese término debe
contar con el consentimiento de las Cortes que el rey no ha convocado desde el
comienzo de su reinado y por tanto no se han podido manifestar al respecto. Los nobles,
encabezados por Jaime de Urgell, Fernando y Juan, todos ellos hermanos del rey,
resucitan la Unión, derrocan al Gobernador y al Justicia de Aragón y llevan las revueltas
Historia Medieval de España
·3 oidores de cuentas
·6 controlan a los combatientes y comprueban el armamento adecuado.
·11 los administradores de la ayuda
abundancia de paños hará que todos vistan mejor. La forma de hacer efectivo el
impuesto es:
Los paños fabricados en territorios de la Corona deberán llevar dos sellos uno con el
símbolo de la Corona y otro de plomo (por un lado el símbolo del rey y por el otro la
señal de la villa, ciudad o del señor del lugar en el que se ha fabricado), sólo estos paños
pueden venderse en los territorios de la Corona. Los paños extranjeros tendrán que ser
declarados en el plazo de dos días so pena de ser confiscados. El resto de las
generalidades se obtiene de los impuestos sobre la exportación de azafrán, aceite, miel,
plomo, hierro, cáñamo, sebo, alquitrán, vinos, arroz, frutos secos, pescado.
El retraso en el cobro de las generalidades o los errores de cálculo sobre las cantidades y
la urgencia del dinero lleva a las Diputaciones a emitir Deuda Pública, garantizada por
las generalidades. La Diputación es y funciona como una comisión permanente de las
Cortes y su nombramiento dura hasta que nuevas Cortes la revocan. Con la llegada al
trono de los Trastámara, debido a la necesidad de que las comisiones tengan continuidad
para cumplir sus objetivos, la Diputación deja de ser una comisión de las Cortes para
convertirse en un organismo autónomo con:
La mala gestión de las generalidades entre 1436 1446 permitirá a Juan de Navarra,
Lugarteniente de Alfonso el Magnánimo, modificar el sistema e intervenir en la
elección de diputados evitando la cooptación: el arzobispo de Zaragoza y el136
Justicia de
Aragón preparan una lista de las personas de cada brazo aptas para ejercer el oficio de
diputados, sus nombres escritos en bolas de cera se meten en sacas extrayéndolos al
azar.
En 1461 se pone fin a la inmunidad de los diputados que podrán ser acusados ante el
Justicia como cualquier oficial del rey si no cumplen con su cometido. Las funciones de
la Diputación después del siglo XV son:
·Administración de la Hacienda
·Garantiza y controla la paz interna y externa.
·Actúa como árbitro entre nobles y ciudades.
·Controla al Justicia pues nombra a sus lugartenientes.
Durante sus ausencias italianas, los asuntos peninsulares son atendidos por la reina
María y nuevamente las Cortes catalanas se enfrentan al rey, negándose a apoyar
económicamente las pretensiones políticas de los infantes de Aragón en Castilla, pero
sobre todo se recrudecen los conflictos políticos y sociales, principalmente con las
revueltas de los payeses de remensa en Cataluña y los movimientos contra la oligarquía
ciudadana en Mallorca de 1450, sofocados al cabo de varios años.
Pero la súbita muerte del Príncipe de Viana a las tres semanas de su liberación alteró la
aparente pacificación. Los realistas, apoyándose en sus tradicionales aliados, buscaris y
payeses, intentaron recuperar posiciones, provocando un levantamiento campesino en
1462 y con el apoyo del rey de Francia, Juan II penetró en el Principado sin permiso del
Consell. La respuesta de los catalanes consistió en organizar un ejército para sofocar el
levantamiento campesino y destituir al monarca en junio de 1462.
Este cambio de actitud obliga al aragonés a buscar nuevos aliados, que encuentra en
Castilla, gracias al compromiso matrimonial de los herederos de ambas coronas,
138
Fernando e Isabel. A partir de ahí, el bando rebelde empieza a descomponerse. La
entrada de Juan II en Barcelona en 1472, tras anunciar medidas de clemencia hacia los
rebeldes, puso prácticamente fin a la guerra civil, que se consuma con la capitulación de
Pedralbes en octubre de ese año. En esta capitulación se pretende una paz sin
vencedores ni vencidos, pues si bien se anula la anterior de Villafranca, también se
acuerdan numerosas medidas de gracia. Aunque buena parte de los problemas
subsistieron, el agotamiento general del Principado hizo renacer la paz, que se mantuvo
hasta la muerte de Juan II en 1479.
El ganado lanar tiene mucha importancia por la buena acogida de la lana de la oveja
merina. El pastoreo está organizado por la Casa de Ganaderos de la ciudad de Zaragoza,
se organizan como zonas ganaderas Teruel, Daroca y Albarracín; en el norte del reino
existe una impotente cabaña que abastece a la industria textil, aunque nunca pudo
competir en calidad con los paños catalanes, italianos, flamencos o franceses. Los
pardillos tienen buena acogida en Castilla.
Historia Medieval de España
Cuenta con otras industrias como el trabajo del barro (alfarería de Huesca, Calatayud o
Teruel); metales en la zona del Moncayo o el trabajo de la piel.
En la ciudad también hay morerías, pero el núcleo más importante vive en el campo
bajo la jurisdicción de la nobleza o del rey.
Teóricamente los musulmanes son libres y pueden fijar su residencia donde quieran; hay
momentos en que ante la insuficiencia demográfica se establece una pugna entre los
señores y entre éstos y el rey para atraer a esta población; se supone que al igual que en
Valencia, esta libertad de movimientos moros fue restringida; aumentaron los impuestos
ordinarios, la pecha (un quinto o un sexta parte de la cosecha) y extraordinarios sobre
estos pobladores que, como los judíos, recurrieron a la emisión de deuda, de censales.
En los lugares de señorío han de pagar la utilización de los monopolios señoriales del
horno, lagar y molino, contribuyen con su trabajo, al cultivo de las tierras del señor, a la
reparación de los caminos y fortalezas, y pagar los impuestos extraordinarios que el
señor imponga en momentos de necesidad.
Historia Medieval de España
Por lo que respecta a las mujeres, su formación varía según la condición social, las de la
nobleza aprenden buenos modales y recurren a la lectura de libros piadosos y
formativos, de tal manera que sean conscientes de su privilegiada situación y los
deberes que ello comporta. Las del común, sabe de cuentas apenas lo necesario, cocinar,
llevar una casa y en casos concretos los oficios de sus padres o maridos (carnicero,
tejedor, etc.). A veces los ejercen con total independencia, como las panaderas. También
hubo vendedoras internacionales.
140
Historia Medieval de España
A raíz del problema sucesorio planteado con la herencia de Alfonso X, se van a suceder
en Castilla una serie de revueltas nobiliarias protagonizadas por la nobleza, agrupada
principalmente en dos familias que venían alternando en los cargos más cercanos al
monarca, en contra del poder representado por los concejos, en los cuales se apoyaba el
rey en tiempos de crisis. Este juego de contrapesos entre una nobleza dividida y unas
Cortes a las que el monarca utiliza en contra del estamento nobiliario será la base de una
monarquía fuerte no pactista como en el caso de los reinos orientales.
El detonante de las revueltas va a ser la cuestión sucesoria junto con las minorías de
edad. En el caso de Sancho IV, ante la ausencia del monarca (Alfonso X) más
preocupado en sus ansias imperialistas y a la muerte de su primogénito en la lucha con
los benimerines, cederá su sucesión a los hijos de su difunto hijo: « los infantes de La
Cerda» que en su minoría se verán apoyados por una parte de la nobleza representada
por los Lara, mientras el otro bando nobiliario representado por los Haro aceptará como
heredero a Sancho IV, triunfador frente a la amenaza benimerí. Todo esto en medio de
141
un juego de alianzas internacionales dará la herencia a Sancho IV, siendo la clave
Navarra, que al intentar atraerla hacia Castilla, favoreciendo al partido del Señor de
Vizcaya (López de Haro), en contra del monarca francés aliado de los Infantes. El
matrimonio del rey francés con la heredera de Navarra pondrá fin a las pretensiones de
Alfonso X, con lo cual dejó de apoyar a Sancho IV y buscó una solución « salomónica»
entre los aspirantes. Sancho se opuso a la división contando con nuevos apoyos de la
nobleza, clero y el rey aragonés, enemigo del francés, aunque Alfonso X dejará el
testamento a favor de los Infantes, éste no sería respetado.
24. SANCHO IV
Salió reforzado el privado del rey, López de Haro. Éste entregó la administración de las
finanzas a Abraham el Barchillón que al volverse a apoyar en el elemento judío
(hacienda) se enemistará no sólo con el otro bando nobiliario sino también con las
ciudades, lo que provocaría la caída del Señor de Vizcaya so pretexto de su amistad con
Aragón. Ante las revueltas, tendrá el monarca que volver a apoyarse en los concejos
frente a los nobles descontentos y de nuevo volverá a otorgar concesiones a las ciudades
en las Cortes de Alfaro y posteriormente en 1293 se reunirán por separado los reinos de
Historia Medieval de España
León y Castilla en Valladolid (prueba de las diferencias existentes sobre todo del «
nacionalismo» leonés), donde de nuevo se revisarán sobre todo problemas fiscales, tipos
de intereses en los préstamos de los que el elemento judío eran los acreedores, así como
otra serie de beneficios de la nobleza y el clero.
25. FERNANDO IV
El reinado se inicia con la minoría de edad de Fernando IV que servirá entre otras
cuestiones de excusa para intentar los reinos vecinos (Aragón, Portugal, Granada que
reivindicarán territorios fronterizos), junto con el apoyo de la nobleza (ahora unida)
frente a la creciente importancia de las Cortes, a las que acuden sólo los concejos, para
dividir el reino.
A favor del monarca estará su madre, María de Molina, que autorizará la creación de
Hermandades junto con un pequeño grupo nobiliario. Será la ocasión de los concejos
que reivindicarán los privilegios recibidos desde la época de Alfonso VII y otros
monarcas anteriores, junto con otra serie de disposiciones a favor de ellos de las que
habían estado privados en anteriores reinados.
La respuesta de la clase nobiliaria tanto como la eclesial no se hizo esperar, sobre todo
en el caso del clero, lo que hizo rectificar a María de Molina ante las amenazas de
Bonifacio VIII de excomunión; las concesiones hechas en 1295 (Cortes de Valladolid) a
los clérigos fueron suficientes para atraérselos a su bando, pero al igual que en el
estamento nobiliario, se producirán devaneos constantes según la situación dominante y
los intereses particulares que harán muy divisible y por medio de diversas concesiones
142 de los
tanto en tierras como en títulos o dinero o bien cargos que saldrán principalmente
concejos y de la monarquía castellana, por lo cual volveremos a la situación de partida
de una nobleza que apenas ha perdido poder y fuerza, frente a sus vecinos. También el
reino perderá ciertas posiciones fronterizas en el juego de alianzas para mantenerse en el
poder. Dionis de Portugal es atraído al campo real cuando se concierta el matrimonio de
Constanza de Portugal con Fernando IV; otros ejemplos: los infantes Enrique y Juan
también fueron tratados y los dirigenes de la nobleza Lara y Haro.
La división de los consejeros del rey explica los fracasos militares contra musulmanes y
el monarca de Aragón, al que se le cede Alicante y otras ciudades en 1304.
B. CORTES Y HERMANDADES
Fue María de Molina, viuda de Sancho IV, quien mantuvo la unidad castellano-leonesa
durante la minoría de edad de su hijo Fernando IV, para ello se atrajo la lealtad de los
Historia Medieval de España
concejos, ya que éstos aceptaban las divisiones propuestas por los aspirantes a repartirse
el reino: León, Galicia y Asturias para el infante Juan, Castilla, Toledo y Andalucía para
Alfonso de la Cerda y Murcia para Jaime II de Aragón.
La justicia se muestra impotente para reprimir estos abusos y las quejas del pueblo no
serán oídas hasta 1312, cuando un grupo de nobles pretenda sustituir a Fernando IV por
su hermano Pedro.
Por la tutela del monarca y el control del reino se enfrentarán nobles, infantes y las
reinas María de Molina y Constanza de Portugal, abuela y madre de Alfonso XI.
Durante 2 años reina la anarquía y la inseguridad hasta que los concejos y prelados se
ponen de acuerdo y ordenan que la tutoría corresponda conjuntamente a María de
Molina y a los infantes Pedro y Juan (Cortes de Palencia de 1313, ventajas de las
ciudades, endurecimiento contra los judíos, etc.).
Durante estos años las banderías nobiliarias, la opresión de los señores a los
campesinos, los continuos robos, hacen que muchos campesinos abandonen el reino y
vayan a poblar lugares de Aragón y Portugal. En estas condiciones se encontró el reino
Alfonso XI cuando llega a la mayoría de edad (1325).
Historia Medieval de España
Cada uno de los tutores convoca sus propias cortes y los concejos se verán más o menos
favorecidos, dependiendo de las necesidades económicas de dichos tutores. Las
concesiones que se hacen a los concejos tienen su origen en las necesidades políticas,
económicas y militares de reyes y tutores. También hay que tener en cuenta la presión
que realizan las villas organizadas en Hermandades para defender sus derechos de los
abusos de los nobles y también para mantener el orden persiguiendo a los malhechores.
El origen de las hermandades con finalidad política parecer ser que fue en tiempos de
Sancho IV (1282), cuando se enfrentó a su padre Alfonso X. Sancho autorizó la
formación de hermandades de clérigos y ciudadanos para mantener la unión de sus
partidarios, pero una vez pasado el peligro las suprime en 1284.
Con María de Molina en 1295 las hermandades resurgen y las legaliza en las Cortes.
Cada reino crea su propia hermandad con capital en Burgos, León, Toledo y Murcia. Se
comprometían a guardar los derechos de Fernando IV y sus herederos. A cambio, el
monarca se compromete a guardar los fueros, usos, costumbres, franquicias y
privilegios de los concejos y los autoriza a unirse para mantener sus derechos frente al
rey, contra sus oficiales, frente a los nobles y contra los particulares.
Las ciudades del Cantábrico también se unen creando su propia hermandad en 1295
para defender sus intereses, ya que la importancia comercial de estas ciudades era muy
grande. Estarán representados en Cortes por los procuradores de la marisma (Fernando
IV confirmó los fueros bilbaínos). Directamente relacionado con la revitalización de los
puertos del Cantábrico está la disputa por el control del Señorío de Vizcaya, que acabará
pasando a los propios reyes.
A comienzos del XIII y para proteger el ganado trashumante se crea otra hermandad en
Ávila, Segovia y Plasencia.
malhechores. Los reyes les dieron su protección, organizada militarmente, fue ampliada
a todo el reino por Pedro I en 1351. Más tarde dará lugar a la creación de la Santa
Hermandad por los RR.CC.
En 1325 termina la larga minoría de Alfonso XI durante la cual Castilla estuvo dividida
entre los tutores del rey, más interesados en consolidar su posición social y la de los
nobles que les apoyan que en la gobernación del reino. Obligado a elegir entre los tres
grupos nobiliarios que se disputan el poder, Alfonso se apoya en los partidarios del
infante Felipe e intenta atraerse a D. Juan Manuel, pidiendo en matrimonio a su hija
Constanza, al tiempo que manda asesinar a D. Juan (1326); todos los bienes del rebelde
pasaron a manos del monarca, que consiguío, además, comprar el Señorío de Vizcaya a
la madre de D. Juan. Abandonado el proyecto matrimonial con Constanza (acordado en
momentos de dificultad para romper la alianza de los nobles), Alfonso casará con María
de Portugal, con lo que quita a los nobles el apoyo del portugués. Después, casará a su
hermana Leonor con Alfonso el Benigno de Aragón y con la ayuda que le proporcionan
las Cortes en 1329 compra los servicios de D. Juan Manuel e inicia la guerra contra
Granada, cuyo rey se declara vasallo del castellano.
La atracción de los nobles y los concejos continúa en los años siguientes. Ya en 1325
los concejos habían pedido al monarca que fijara las soldadas de ricoshombres y
caballeros, de manera que pudieran vivir dignamente, sin necesidad de recurrir al robo y
destrucción del reino; argumentos semejantes emplearán los dirigentes nobiliarios para
145
prestar su ayuda militar contra los benimerines. D. Juan Manuel exigió que sus
dominios de Murcia fueran convertidos en un ducado hereditario exento de tributo real
y con permiso para acuñar moneda. Juan Núñez pidió la devolución del Señorío de
Vizcaya y de los bienes confiscados a su padre, exigencias que no fueron atendidas por
Alfonso XI. Los nobles fueron vencidos militarmente en 1336 y desde ese momento
parece existir una colaboración sincera entre ellos y el monarca.
Las sublevaciones nobiliarias y la energía que usó para dominarlas han hecho que
Alfonso XI pase a la historia como un rey antinobiliario, pero puede afirmarse que fue
un decidido partidario del acuerdo con los nobles, intentando atraerlos a su servicio y
exaltando los ideales caballerescos: él mismo se hizo armar caballero por una imagen
articulada de Santiago en el monasterio de Las Huelgas, creó la Orden de la Banda para
premiar los hechos de caballería y armó a más de cien caballeros en una ceremonia
celebrada en Burgos en 1332.
Para el rey, la milicia no es un simple ejercicio de armas, sino que requiere de una cierta
moralidad; esto le lleva a prohibir los juegos de azar durante el servicio y a aprobar
leyes que prestigien a los caballeros y permitan distinguir claramente por el aspecto
externo a los diferentes grupos y jerarquías (el monarca tomará 4 comidas al día, los
prelados y ricoshombres 3 y los demás 2). Las mujeres de la alta nobleza podrán utilizar
vestidos de seda, siempre que no lleven oro; las demás no tendrán este derecho.
El monarca necesitaba mantener a su servicio a los nobles, pero éstos sabían que la
mejor forma de incrementar sus beneficios era servir al rey desde los puestos de
gobierno. Para lograr este objetivo, los nobles no dudarán en sublevarse o aceptar la
Historia Medieval de España
voluntad real si ésta les compensa, como ocurrió en 1338, cuando el rey ordena la
reconciliación dando forma a un estatuto que fija los sueldos, tipos de armas, tiempo de
servicio, etc., que será perfeccionado en 1348 con los ordenamientos de Nájera,
auténtico fuero de los nobles, atribuidos a Alfonso VII el Emperador. Los salarios,
punto más importante del estatuto, fueron actualizados en las Cortes de Alcalá de 1348.
La estabilidad dada con estas normas al grupo militar pacificó a los nobles e hizo
posible la realización de campañas contra los musulmanes. La nobleza permanecerá
sumisa durante algunos años, pero el alza de precios que ocasionó la peste negra hará
que los nobles vuelvan a sublevarse e intenten imponerse a Pedro I.
Las revueltas nobiliarias dejaron al reino en ruinas y controlado por los prestamistas
judíos. Las Cortes proponen que se perdone la 3ª parte de las deudas. Finalmente se
perdona la 4ª parte de las deudas y el resto se harían en pagos cuatrimestrales durante un
año. Como tampoco eso fue la solución, se decide acuñar moneda, para lo cual Alfonso
XI fija el precio de la plata. Los perjuicios fueron para la población por la especulación
de los prestamistas. Pero las Cortes siguen quejándose. Las necesidades militares
predominan sobre los intereses del reino como se ve en las concesiones a los nobles y
las decisiones sobre la cría caballar.
Como en todos los reinos, los problemas internos condicionan la política exterior. Las
relaciones con la corona de Aragón se afianzan tras el matrimonio de la hermana del rey
y Alfonso el Benigno, aunque habrá tensiones por el afán de Leonor de dejar a sus hijos
herencia (Fernando) en el realengo aragonés.
Para conjurar el peligro benimerí, Alfonso XI pacta con los nobles, aumenta los
impuesto, impone autoridad sobre concejos y Cortes y pide ayuda de otros reinos. Con
ayuda de portugueses y aragoneses el rey derrota a los benimerines en la batalla del
Salado (1340) e inicia la lucha contra los granadinos a los que vence en Palmones
(1343) aunque no logra ocupar la plaza de Gibraltar, en cuyo asedio muere de peste.
Los problemas internos de Castilla dificultan o hacen imposible la guerra contra los
musulmanes. Pero Granada no está libre de revueltas nobiliarias en todo semejantes a
las que se producen en los reinos cristianos, que facilitan, en ocasiones, los avances
castellanos.
Entre 1302 y 1354 se suceden al frente de Granada: Mohamad III, depuesto por su
hermano Nasr, quien es nombrado por una coalición de castellanos-aragoneses-meriníes
Historia Medieval de España
apoyada por los nobles granadinos. Su vasallaje fue la causa de que los nobles se
volvieran a sublevar y pusieran en el trono a Ismael I, que logró consolidar su poder,
creando un grupo de adictos que asegurarían la sucesión en su hijo, tras su asesinato.
Mohamad IV, menor de edad, fue sometido a la tutela nobiliaria hasta su deposición y
muerte. Su hermano Yusuf I fue nombrado rey por los nobles.
147
Historia Medieval de España
LA HEGEMONÍA CASTELLANA
Desde la unión en 1137 del reino aragonés y del condado de Barcelona, la corona de
Aragón y el reino Castellano-Leonés aparecen como las dos fuerzas políticas más
importantes de la Península, pero este equilibrio de potencias se romperá a mediados del
XIV coincidiendo con la guerra que enfrentó a castellanos y aragoneses y el cambio
dinástico producido en Castilla. Esta nueva hegemonía castellana en lo político-militar
irá acompañada de un auge en lo económico y una crisis en Cataluña.
Contra el rey se alzará Tello (Señor de Vizcaya) pero con el apoyo del grupo del infante
Fernando será derrotado y obligado a refugiarse en Aragón.
Sin embargo, a pesar de este éxito ante el primer brote de rebeldía, Pedro I provocará
que los diversos grupos nobiliarios, apoyados por la Iglesia, se unieran contra él al
abandonar a su esposa Blanca de Borbón y poner fin a la tradicional amistad castellana
con Francia. Por tanto, el rey tuvo que someterse a la nobleza, siendo total el control de
los hijos de Alfonso XI y del infante Fernando, pero pronto surgirán nuevas
desavenencias entre los nobles y con ayuda de Fernando y su hermano, a los que el
monarca ofreció numerosas posesiones, Pedro I vencerá a Enrique de Trastámara quien
buscará refugio en Francia. El rey gobernará con la ayuda de la burguesía, de los
recaudadores judíos y otros, y los nobles, descontentos, buscarán apoyo en Pedro IV de
Aragón (1356).
La guerra con Aragón fue, en sus comienzos, una complicación más de la guerra entre
Aragón y Génova que era aliada de Castilla. Invocando esa alianza y aprovechando que
Historia Medieval de España
dos naves genovesas habían sido destruidas en aguas castellanas, Pedro I declara la
guerra al monarca aragonés. El rey castellano aspira a recuperar los lugares que en
tiempo de María de Molina pasaron a Aragón. También hay disputas por los pastos que
afectan a castellanos y valencianos, y cuestiones comerciales: Cataluña y Mallorca
quieren acabar con la flota genovesa y castellana, etc. La guerra entre ambas potencias,
que oficialmente durará desde 1356 hasta 1365, aunque las operaciones bélicas se
prolongaron hasta la victoria de Enrique de Trastámara sobre Pedro I en 1369 y aún más
tarde hasta la paz de Almazán que consagra el triunfo y la hegemonía castellana.
·En una primera fase se enfrentan los reyes de Castilla y Aragón, Pedro I cuenta
con gran número de nobles castellanos dirigidos por Enrique de Trastámara (al
que el rey aragonés hizo importantes concesiones a cambio de su apoyo contra
Castilla).
La tregua que siguió a esta 1ª fase fue aprovechada por Pedro I de Castilla para poner
fin a las ambiciones de la alta nobleza y reunir en sus manos todos los poderes mediante
muertes y persecuciones (Fabrique y el infante Juan de Aragón, entre otros, serán
asesinados).
·En una segunda fase los protagonistas son el rey castellano, que cuenta con la
colaboración de ingleses, portugueses, granadinos y navarros, y el aspirante al
149
trono de Castilla, Enrique, apoyado por Aragón y compañías de mercenarios
franceses.
·En una tercera fase la iniciativa pasaba ahora del monarca aragonés al Conde de
Trastámara, que reclamaba para sí el trono castellano en posesión de su
hermanastro. En 1358 los ataques castellanos alcanzan no sólo a los reinos de
Aragón y Valencia sino también a Cataluña. No obstante, en 1360 los
trastamaristas fueron vencidos en Nájera. En 1362 Pedro I está en una situación
óptima pero la entrada de las compañías de mercenarios pagadas por el Papa y
Francia le da la vuelta a la guerra a favor de Enrique.
Para mantenerse en el poder, Enrique acudió a los servicios del ejército nobiliario. Los
nobles por ello recibieron títulos, cargos y donaciones (las llamadas « Mercedes
Enriqueñas» ) y los judíos fueron protegidos de nuevo y volvieron al servicio del rey, y
los impuestos aumentaron. Su prestigio cayó en picado y fue derrotado en 1367 en
Nájera (en las Cortes de 1367 Enrique todavía no era rey).
Enrique se enfrentó con éxito a Inglaterra y para ello necesitó la colaboración de los
marinos del Cantábrico que se unieron a la flota francesa para derrotar a la inglesa en La
Rochela en 1372. Así quedó el convenio del Cantábrico y del Canal de la Mancha en
manos de marinos y mercaderes castellanos.
Tras el triunfo definitivo en 1369, las Cortes de Toro buscaron soluciones a los graves
problemas del reino: aumento del bandolerismo, escasez de mano de obra, alza de
salarios, etc. A pesar de anular las disposiciones de su hermanastro Pedro I, se repiten
casi literalmente los acuerdos y disposiciones tomados por Pedro I en 1351 (aquí se
favorece a los propietarios) y en 1369 se fijan los precios de los artículos de primera
necesidad.
Unida de hecho a Francia tras el matrimonio de Juana y Felipe IV, Navarra mantuvo
una independencia teórica reconocida por los monarcas franceses que evitaron la
existencia de un mismo rey en Navarra y Francia, renunciando a su poder y cediendo
sus derechos a los herederos, que sería reyes privativos de Navarra.
En la práctica, Felipe III gobernó el reino hasta su muerte (1285) y Felipe IV nombró
para los cargos a franceses adictos, a pesar de que el título correspondía a Juana y luego
a su hijo Luis el Hutín (X de Francia), cuya presencia en el reino fue exigida por
asambleas de prelados y nobles.
Sólo a la muerte de Felipe IV (1314) tendrán navarros y franceses el mismo rey (Luis),
cuya sucesión fue problemática, al morir sin hijos varones, correspondiendo a Juana II
el reino navarro que fue entregado a Felipe V (hermano de Luis). Según el derecho
francés, los varones son preferidos y a Felipe IV sucederán en el trono sus hijos Luis X,
Felipe V (1316-22) y Carlos IV (1322-28). El derecho navarro reconocía la capacidad
de las mujeres de transmitir los derechos a sus hijos, así pues, los navarros reconocieron
como soberanos a Juana II y a su marido Felipe de Évreux, aceptados como reyes tras la
muerte de Carlos IV sin hijos y la sustitución en Francia de los Capeto por los Valois.
Historia Medieval de España
El nuevo rey supo atraerse a los súbditos al jurar ante los tres estados que conservaría
los fueros, franquezas y libertades de cada estamento, repararía los agravios, compartiría
los bienes con los súbditos, dejaría el reino a su hijo con la mayoría de edad y en caso
de morir antes, abandonaría el reino. En el exterior, mantuvo una política de amistad
con los reinos vecinos, alterada con Castilla por las disputas sobre el monasterio de
Fitero y el castillo de Tudején.
Al morir Carlos II, el heredero al trono navarro (Carlos III) se hallaba en Castilla, con
cuyos monarcas mantuvo las mejores relaciones de su reinado a pesar de la intromisión
de su mujer, Leonor, en asuntos castellanos durante la minoría de Enrique III.
Contingentes navarros colaboraron en las campañas de Fernando de Antequera contra
los musulmanes, de la misma forma que antes habían intervenido al lado de Juan I de
Castilla en la guerra de Portugal.
Las relaciones de Navarra con Aragón fueron amistosas, esto se refleja en el matrimonio
de Blanca de Navarra y Martín el Joven. Al morir Martín I, Carlos III apoyó la
candidatura de Fernando de Antequera y autorizó el matrimonio de Juan, hijo del
anterior, con Blanca de Navarra. El progresivo alejamiento de Francia se nota en el
arreglo de los problemas pendientes, así en 1404, Carlos renuncia a los condados de
Champagne y de Brie a cambio de 12.000 francos anuales.
También en las ciudades tuvo que intervenir para poner fin a las banderías, como en
Estella, donde los Ponce y Learza se disputan el control de la villa, así el nombramiento
del alcalde será perpetuo en vez de anual para evitar los enfrentamientos y sería
designado por el monarca entre tres candidatos elegidos por el sistema de insaculación.
En Pamplona continúan los enfrentamientos entre el Burgo, la población y la Navarrería
hasta la firma de un acuerdo en 1423 por el que se forma un solo municipio.
Historia Medieval de España
EL REINO DE PORTUGAL
Portugal tiene, como en el caso castellano, desde finales del XIII, un tema político
recurrente: la afirmación del poder monárquico frente a los nobles, que se mezcla con
temas sociales y económicos por el papel ejercido por los burgueses de Oporto y
Lisboa. Hay que añadir, además, las revueltas de los eclesiásticos que se remontan a
tiempos de Alfonso III y no terminan con la muerte del rey. Los reinados de Dionís
(1279-1325) y de Alfonso IV (1325-1357) conocen tanto el reforzamiento del poder
monárquico como la contestación de los grupos sociales que se resisten a él. Los
Inquiriciones o pesquisas ordenadas por el rey Dionís para conocer la legitimidad de los
derechos señoriales pueden ser el origen de esa contestación.
son las disposiciones de estas Leyes de las Sesmerías, destacando las que obligan a
poner a los propietarios en cultivo sus tierras, directa o indirectamente, o a vender el
grano a precio señalado. Las bandas de mendigos y desocupados se utilizaron como
mano de obra.
Tan importante como la agricultura en Portugal fue el comercio exterior cuyo desarrollo
favoreció el monarca (compra de naves, seguro de mercancías, etc.). Hubo privilegios
para los que construyeran o compraran barcos. Las medidas para favorecer el comercio
fueron muchas: matrícula de barcos con más de 50 toneladas, bolsa común a compensar
a quienes perdieran, sin culpa, sus naves, anulación de las normas que prohibían sacar
de las poblaciones determinados productos, acuñación de monedas de oro y plata, etc.
Pedro I mantuvo una política de recelo y control de los clérigos, favoreció a la nobleza y
en política exterior, mantuvo la alianza con Castilla y con Inglaterra. La llegada del
Trastámara, Enrique II, le obliga a elegir y también a su sucesor, entre la amistad y la
alianza con Inglaterra. Los nobles apoyan la 1ª opción (Castilla), los mercaderes la 2ª
(Inglaterra). Estos últimos, en las Cortes de 1372, le leyeron la « cartilla» al rey.
Juan I entró en Portugal hallando una fuerte resistencia en las ciudades comerciales, que
no pudieron tomarse. Incluso comenzaron a ser discutidos los derechos al trono de
Beatriz, la mujer de Juan I. Este hizo lo propio llamando ilegítimos a los defensores del
maestre de Avís.
Las Cortes de Coimbra tienen un claro paralelismo con Caspe. Incluso el maestro Joao
das Regras es comparable con Vicente Ferrer. En Coimbra los defensores del maestre de
Avís, que tenía todos los apoyos económicos, militares y políticos, primaron sobre la
ilegitimidad y la condición de clérigo del Maestre. Las Cortes le eligieron rey.
Historia Medieval de España
Aljubarrota, 1385, fue una batalla trascendental tanto para la Castilla de Juan I, en
donde perdieron la vida numerosos nobles (López de Ayala fue hecho prisionero) ya
que el rey castellano tuvo que hacer frente a compensaciones ante las Cortes (Consejo
Real) sino y sobre todo, para Portugal que inició un ascenso imparable en política
exterior que la llevaría a la era de los descubrimientos.
C. LA CRISIS CASTELLANA
Juan I continuará el apoyo a los nobles para lo que creó nuevas órdenes de caballería: la
del Sol o la Paloma y la de la Rosa. Atrajo al estamento ciudadano aprobando leyes
antijudías y leyes suntuarias. No acepta la petición de Cortes de intervenir en el Consejo
Real, ni renunciar al derecho de modificar las decisiones de las Cortes, porque era el rey
la fuente suprema del Derecho y las Cortes sólo asesores.
·Anula la presión económica que los nobles ejercen sobre los monasterios con la
excusa de su defensa.
·Sólo reconoce el carácter de encomenderos o protectores a los fundadores de
iglesias o monasterios y a sus herederos.
156
Ante el Cisma eclesiástico, Juan II, aliado de Francia, se decanta por el Papa de Aviñón
y consigue que se unan a esta causa Navarra y Aragón que aceptan al Papa con Carlos
III y Juan I.
Ante esto acude a las Cortes que le hacen pagar el precio de su ayuda: permitir que
entren en el Consejo Real cuatro representantes de las ciudades en igualdad con clérigos
y nobles.
Aparece la figura del corregidor, delegado del rey que interviene en asuntos
157
municipales. La sumisión de las ciudades trae la pérdida de poder de las Cortes y sus
funciones serán:
·Conceder subsidios.
·Ratificar acuerdos tomados previamente.
·Solicitar la adopción de medidas contra los judíos.
Es propuesto como rey en lugar del niño Juan II pero el testamento de Enrique dispone
una regencia compartida con Catalina de Lancaster para evitar que alguno pudiera
actuar por sí solo en el reino, aunque ambos lo intentan.
Fernando logra apartar a Catalina y gobierna Castilla controlando a los nobles mediante
la guerra con Granada. Obtiene máxima autoridad, lo que le permite emplear el dinero
Historia Medieval de España
destinado a la lucha contra los musulmanes para acceder al trono de Aragón. Con el
apoyo de sus riquezas, de un ejército preparado y de Benedicto XIII obtuvo los votos
necesarios.
A finales del XIV, en Portugal como en otros reinos, la nobleza tradicional pierde fuerza
y es sustituida por una segunda nobleza formada por los partidarios del monarca y por
sus juristas-consejeros.
EL REINO DE PORTUGAL
Portugal tiene, como en el caso castellano, desde finales del XIII, un tema político
recurrente: la afirmación del poder monárquico frente a los nobles, que se mezcla con
temas sociales y económicos por el papel ejercido por los burgueses de Oporto y
Lisboa. Hay que añadir, además, las revueltas de los eclesiásticos que se remontan a
tiempos de Alfonso III y no terminan con la muerte del rey. Los reinados de Dionís
(1279-1325) y de Alfonso IV (1325-1357) conocen tanto el reforzamiento del poder
monárquico como la contestación de los grupos sociales que se resisten a él. Los
Inquiriciones o pesquisas ordenadas por el rey Dionís para conocer la legitimidad de los
derechos señoriales pueden ser el origen de esa contestación.
son las disposiciones de estas Leyes de las Sesmerías, destacando las que obligan a
poner a los propietarios en cultivo sus tierras, directa o indirectamente, o a vender el
grano a precio señalado. Las bandas de mendigos y desocupados se utilizaron como
mano de obra.
Tan importante como la agricultura en Portugal fue el comercio exterior cuyo desarrollo
favoreció el monarca (compra de naves, seguro de mercancías, etc.). Hubo privilegios
para los que construyeran o compraran barcos. Las medidas para favorecer el comercio
fueron muchas: matrícula de barcos con más de 50 toneladas, bolsa común a compensar
a quienes perdieran, sin culpa, sus naves, anulación de las normas que prohibían sacar
de las poblaciones determinados productos, acuñación de monedas de oro y plata, etc.
Pedro I mantuvo una política de recelo y control de los clérigos, favoreció a la nobleza y
en política exterior, mantuvo la alianza con Castilla y con Inglaterra. La llegada del
Trastámara, Enrique II, le obliga a elegir y también a su sucesor, entre la amistad y la
alianza con Inglaterra. Los nobles apoyan la 1ª opción (Castilla), los mercaderes la 2ª
(Inglaterra). Estos últimos, en las Cortes de 1372, le leyeron la « cartilla» al rey.
Juan I entró en Portugal hallando una fuerte resistencia en las ciudades comerciales, que
no pudieron tomarse. Incluso comenzaron a ser discutidos los derechos al trono de
Beatriz, la mujer de Juan I. Este hizo lo propio llamando ilegítimos a los defensores del
maestre de Avís.
Las Cortes de Coimbra tienen un claro paralelismo con Caspe. Incluso el maestro Joao
das Regras es comparable con Vicente Ferrer. En Coimbra los defensores del maestre de
Avís, que tenía todos los apoyos económicos, militares y políticos, primaron sobre la
ilegitimidad y la condición de clérigo del Maestre. Las Cortes le eligieron rey.
Historia Medieval de España
Aljubarrota, 1385, fue una batalla trascendental tanto para la Castilla de Juan I, en
donde perdieron la vida numerosos nobles (López de Ayala fue hecho prisionero) ya
que el rey castellano tuvo que hacer frente a compensaciones ante las Cortes (Consejo
Real) sino y sobre todo, para Portugal que inició un ascenso imparable en política
exterior que la llevaría a la era de los descubrimientos.
C. LA CRISIS CASTELLANA
Juan I continuará el apoyo a los nobles para lo que creó nuevas órdenes de caballería: la
del Sol o la Paloma y la de la Rosa. Atrajo al estamento ciudadano aprobando leyes
antijudías y leyes suntuarias. No acepta la petición de Cortes de intervenir en el Consejo
Real, ni renunciar al derecho de modificar las decisiones de las Cortes, porque era el rey
la fuente suprema del Derecho y las Cortes sólo asesores.
·Anula la presión económica que los nobles ejercen sobre los monasterios con la
excusa de su defensa.
·Sólo reconoce el carácter de encomenderos o protectores a los fundadores de
iglesias o monasterios y a sus herederos.
161
Ante el Cisma eclesiástico, Juan II, aliado de Francia, se decanta por el Papa de Aviñón
y consigue que se unan a esta causa Navarra y Aragón que aceptan al Papa con Carlos
III y Juan I.
Ante esto acude a las Cortes que le hacen pagar el precio de su ayuda: permitir que
entren en el Consejo Real cuatro representantes de las ciudades en igualdad con clérigos
y nobles.
Aparece la figura del corregidor, delegado del rey que interviene en asuntos
162
municipales. La sumisión de las ciudades trae la pérdida de poder de las Cortes y sus
funciones serán:
·Conceder subsidios.
·Ratificar acuerdos tomados previamente.
·Solicitar la adopción de medidas contra los judíos.
Es propuesto como rey en lugar del niño Juan II pero el testamento de Enrique dispone
una regencia compartida con Catalina de Lancaster para evitar que alguno pudiera
actuar por sí solo en el reino, aunque ambos lo intentan.
Fernando logra apartar a Catalina y gobierna Castilla controlando a los nobles mediante
la guerra con Granada. Obtiene máxima autoridad, lo que le permite emplear el dinero
Historia Medieval de España
destinado a la lucha contra los musulmanes para acceder al trono de Aragón. Con el
apoyo de sus riquezas, de un ejército preparado y de Benedicto XIII obtuvo los votos
necesarios.
A finales del XIV, en Portugal como en otros reinos, la nobleza tradicional pierde fuerza
y es sustituida por una segunda nobleza formada por los partidarios del monarca y por
sus juristas-consejeros.
Los nobles castellanos, descontentos, dirigidos por Álvaro de Luna derrotan a Enrique
III en 1422 y repartieron sus bienes y los de sus partidarios entre los vencedores,
164 serán
estos bienes la garantía de fidelidad nobiliaria.
La unión de Juan de Navarra y Álvaro de Luna responde a las necesidades del momento
y aunque ambos no tardaron en enfrentarse por el control del reino, la alianza sirve para
anular totalmente a las ciudades y a las Cortes.
El Concejo amplio, integrado por todos los vecinos, desaparece para dejar paso al
Concejo restringido del que sólo forman parte los caballeros urbanos equiparables a la
nobleza de sangre con la que mantienen estrecho contacto y a la que se subordinan en
ocasiones.
La fuerza adquirida por Álvaro de Luna reconcilia a Juan de Navarra y Enrique por la
mediación de Alfonso el Magnánimo y aleja de la corte al privado en el año 1427. Si los
infantes disponían de grandes riquezas que las utilizaban para controlar el reino, Álvaro
de Luna había logrado reunir a los nobles, a los que ofrecía a cambio de su ayuda una
participación en el poder y el reparto de los bienes de los infantes que serán expulsados
de Castilla en el año 1429.
El triunfo de Álvaro de Luna fue la concesión de las tierras, cargas y títulos a los
aliados, pero pronto se formó un grupo de descontentos que solicitó una vez más la
Historia Medieval de España
Entre 1435 y 1440 el sistema de alianzas cambia continuamente, los nobles aliados a los
infantes utilizan las Cortes para buscar una salida a los enfrentamientos nobiliarios y
para pedir al monarca que autorice el matrimonio del heredero de Castilla, Enrique IV,
con Blanca de Navarra, hija de Juan de Aragón. Años más tarde son los partidarios de
Álvaro de Luna los que logran que las Cortes anulen las donaciones hechas en los
últimos años y se frenen las enajenaciones de bienes reales.
Ante esta nueva situación los infantes hicieron prisionero al rey en 1443 y Álvaro de
Luna les derrotó en Olmedo en 1445.
La proclamación como rey de Castilla del príncipe Alfonso, que tenía once años y
dependía totalmente de la nobleza.
Sólo después es cuando se decidió el monarca a combatir militarmente a los nobles a los
que venció (no es seguro) en Olmedo en 1467, su victoria debilitó más el poder real, al
morir Alfonso un año más tarde ofrecieron el trono a su hermana Isabel.
Apoyada por la nobleza rebelde, Isabel evitó el enfrentamiento con los partidarios del
165
monarca y se proclama heredera de Enrique IV, que aceptó en la entrevista, celebrada
en Guisando (Ávila), la solución ofrecida por Isabel que era desheredar a la hija de
Enrique IV, Juana, que no era posible. Para asegurar su triunfo, los nobles partidarios de
Isabel necesitaban buscar un marido conveniente. Entre los candidatos se encontraban
Alfonso V de Portugal que estaba dispuesto a aceptar las condiciones del marqués de
Villena y dejar el gobierno de Castilla en manos de los nobles que siguen a Pacheco.
Otros nobles se mantienen fieles al infante Juan, rey de Navarra y Aragón.
Para hacer frente a los catalanes rebeldes apoyados por Luis XI de Francia, Juan II
precisa el apoyo o la neutralidad de Castilla y para lograr sus objetivos propuso el
matrimonio de Isabel con su hijo Fernando. También Luis XI, por las mismas razones
que Juan II, buscaba la alianza con Castilla y ofrece como marido de Isabel a su
hermano el duque de Guyena.
La guerra civil fue inevitable y se prolongó hasta después de la muerte de Enrique IV.
Durante estos años la posición de Isabel y Fernando fue consolidándose, sobre todo
cuando Juan II logró poner fin a las guerras catalanas en 1472, a la muerte de Enrique
IV, Isabel y Fernando fueron reconocidos por la mayoría de los nobles castellanos
mientras los seguidores de Juana, apoyados por Alfonso V de Portugal seguían la lucha
hasta 1479.
Historia Medieval de España
La época de esplendor de unas y otras se sitúa en los años finales del XIII y principios
del XIV, durante los años de debilitamiento del poder monárquico y división nobiliaria
(sublevación de Sancho IV contra Alfonso X y minorías de Fernando IV y Alfonso XI),
pero ni siquiera en estos momentos tuvieron importancia por sí mismas. Las promesas
hechas mientras necesitaron su apoyo se olvidaron al llegar a un acuerdo entre los
nobles o entre el monarca y los grupos rebeldes.
Tampoco reyes autoritarios (Alfonso XI o Pedro I, a los que se atribuye una alianza con
las ciudades o con la burguesía contra los nobles) concedieron importancia a los centros
urbanos (Pedro I prescindió totalmente de las Cortes).
Enrique III incrementa el número de corregidores y reduce a las Cortes a su función más
conocida: proporcionar dinero a la corona mediante la concesión de subsidios.
A lo largo del XV la misión de las Cortes no varía; no benefician a las ciudades sino a la
monarquía, que en muchas ocasiones prescinde incluso de las reuniones de Cortes.
En estos años y coincidiendo con épocas de predominio nobiliario se dan tres momentos
asociativos importantes: en 1456-1460, 1464-1468 y 1473-1474.
Las causas de los enfrentamientos hay que encontrarlas en las contradicciones creadas
en una sociedad en expansión económica, a pesar de la inflación y en una nobleza que
se resiste a aceptar los cambios.
Historia Medieval de España
Organizadas las Juntas de Hermandad y elegidos los diputados, que representarían a las
juntas locales en las asambleas generales, los hermandiños exigieron la entrega de
fortalezas nobiliarias. En 1469 firmaron un pacto el monarca y los nobles y organizando
sus fuerzas lograron derrotar a los hermandiños, desapareciendo la hermandad.
En época de los RR.CC. se creará la Santa Hermandad, enteramente controlada por los
monarcas y cuya financiación llevó a la ruina a diversas ciudades (1476).
Es preciso recordar que no todas las ciudades son convocadas a Cortes, sólo las de
realengo pueden asistir y su número se reduce a 17.
En teoría, la ciudad está dirigida por una asamblea, por un concejo, en el que se hallan
representados hidalgos, caballeros menestrales, pero su control a mediados del XV está
en manos de una cerrada oligarquía.
En los siglos XIV y XV Sevilla fue la ciudad más importante del reino.
167
C. CRISIS Y RESTAURACIÓN MONÁRQUICA
La victoria obtenida por Juan II en Olmedo (1445) sobre los infantes de Aragón, no le
sirvió para fortalecer el poder monárquico: Álvaro de Luna logra el triunfo militar con
el apoyo de parte de la nobleza y no estaba en condiciones de enajenarse su apoyo, por
lo que Olmedo sólo significó la derrota, no definitiva, de la nobleza de sangre y no de la
nobleza general, que buscará frente al favorito el apoyo del heredero de la Corona,
negocia con el monarca en 1446 una serie de garantías mutuas en su nombre y en el de
los grandes que siguen a uno y otro: Enrique se compromete a no tomar, ocupar ni
consentir o ayudar a la ocupación de tierras, villas, lugares y a no embargar rentas,
pechos y derechos reales y Juan II acepta lo mismo en lugares de Príncipe.
Con estos precedentes, cuando Enrique IV sube al trono no tiene autoridad para
enfrentarse a los nobles, ni siquiera podía recurrir a las ciudades, ya que habían perdido
su poder dominadas por la nobleza triunfadora que se opone al nuevo favorito Juan
Historia Medieval de España
Pacheco. Un perdón general y una política de paz en el exterior permiten al reino estar
tranquilo unos años, las alianzas con Portugal y Francia fueron renovadas. Se llega a un
acuerdo con Aragón y Navarra mediante el pago de cantidades a Juan de Navarra y la
devolución de los bienes confiscados a los servidores de los infantes de Aragón. La
guerra con Granada no entretiene a los nobles y nuevas revueltas merman la autoridad
real. Los intentos de algunos nobles para devolver el poder monárquico le lleva a
reconocer como heredero de Castilla al infante Alfonso. Golpe de Estado palaciego,
destierro de Beltrán de la Cueva que había sustituido a Pacheco en el favor del monarca.
La concesión del Maestrazgo de la Orden de Santiago a Pacheco, la reducción del
ejército real y el reconocimiento del derecho a los nobles a ser juzgados por un tribunal
especial integrado por tres nobles, tres eclesiásticos y tres juristas (1464). Enrique VI
acepta todo, perdiendo autoridad, por lo que fue posible su deposición en la « Farsa de
Ávila» de 1465.
Proclamado el príncipe Alfonso rey de Castilla a los once años, esto hace que el
monarca reaccione y se decida a combatir a los nobles, a los que vence en Olmedo
(1467). Al morir el rey Alfonso en 1468, se ofrece el trono a su hermana Isabel.
La guerra civil fue inevitable y se prolongó hasta después de la muerte de Enrique IV.
Durante estos años la posición de Isabel y Fernando fue consolidándose, sobre todo
cuando Juan II logró poner fin a las guerras catalanas en 1472, a la muerte de Enrique
IV, Isabel y Fernando fueron reconocidos por la mayoría de los nobles castellanos
mientras los seguidores de Juana, apoyados por Alfonso V de Portugal seguían la lucha
hasta 1479.
La paz de Briones (1373) entre Navarra y Castilla lleva al matrimonio de Carlos III el
Noble con Leonor de Trastámara. Carlos apoya a Castilla y Francia en sus problemas
europeos y firma tratados de paz con Aragón. También ayudó a Fernando de Antequera
en la sumisión de la revuelta de Jaime de Urgell. Fruto de esta política de acuerdos y
alianzas es el matrimonio de su hija Blanca con Martín el Joven en 1402. A la muerte de
su marido, Blanca regresa a Navarra y en 1419 se casa con el futuro Juan II, hijo del
nuevo soberano aragonés Fernando de Antequera. Blanca hereda el reino de Navarra
por el fallecimiento de sus hermanos. Las consecuencias políticas de esta unión van a
ser: mayor dependencia de Castilla pero los navarros, celosos de sus fueros hicieron
hincapié en las capitulaciones matrimoniales en que el reino pertenece a Blanca y a sus
hijos.
Las Cortes también se dividen, tomando partido por el príncipe (Pamplona) y por Juan
(Estella). Carlos va a Nápoles para pedir la intervención de Alfonso el Magnánimo (su
tío), quien fallece al poco tiempo, dejando como sucesor de los estados peninsulares, en
Mallorca, Sicilia y Cerdeña a su hermano Juan. Carlos tiene el apoyo de los sicilianos
que intentan mantener su propio rey y ante este peligro, Juan II perdona a su hijo, por el
que habían intercedido los reinos de la Corona. La reconciliación entre padre e hijo duró
poco, Juan II encarcela a su hijo cuando el monarca conoce la noticia de las
negociaciones de Carlos con Castilla para su matrimonio con la infanta Isabel, entonces
los catalanes se alzan e imponen al monarca la capitulación de Villafranca del Penedés y
le declaran la guerra por incumplimiento de los acuerdos.
En 1461 fallece Carlos y son reconocidos herederos Gastón de Foix y su mujer Leonor a
pesar de los derechos preferentes de Blanca, quien fue reducida a prisión por haber
apoyado a Carlos y ser cabeza de los beamonteses. Esta decisión de Juan II tiene un
interés político: necesita la colaboración del conde de Foix para alcanzar un acuerdo con
Luis XI de Francia contra los catalanes rebeldes que eligieron como señor a Enrique IV.
Este había repudiado a su esposa Blanca cuando se rompió el acuerdo con el rey
castellano.
Historia Medieval de España
Blanca decide ceder sus derechos a su antiguo marido, el cual se convierte en rey de
Castilla, de Navarra y jefe de los beamonteses. En 1463 Enrique renuncia y los
beamonteses vuelven a la obediencia de Juan II por poco tiempo, ya que la ruptura de la
alianza con Luis XI de Francia les enfrenta de nuevo al monarca castellano.
En 1469 Gastón y Leonor son depuestos como herederos y Juan II nombra nuevo
heredero a Gastón, hijo de ambos, en lugar de su hijo Fernando, heredero de Aragón y
rey consorte de Castilla. Juan teme que los beamonteses arrastren a cuantos en Navarra
deseaban tener un rey propio. Leonor y su padre llegan a un acuerdo, pero la guerra
continua hasta 1476, en que Navarra muy debilitada no puede hacer frente a las tropas
castellanas dirigidas por Fernando el Católico y pasa a ser protectorado de Castilla.
Juan II fallece en 1470 y Leonor reina brevemente, pues muere 15 días después. Su
nieto, Francisco Febo es el heredero al que apoyan agramonteses, mientras que
beamonteses se inclinan hacia la alianza con Fernando el Católico. El rey muere
prematuramente en 1483 y le sucede su hermana Catalina. Castilla y Francia están
interesadas en mantener su influencia en Navarra. Los continuos enfrentamientos de los
nobles permiten a Castilla incrementar su influencia y en 1512, Fernando el Católico
decide ocupar el reino ante la alianza de Navarra con Francia, en guerra con Castilla. En
las Cortes de Burgos, tres años después, Navarra será incorporada a Castilla.
El rey tiene que jurar los fueros navarros para reinar y aunque tiene la máxima libertad,
en la práctica está sometido al control de las Cortes, que están constituidas por 12
ricoshombres, 50 miembros del estamento militar (caballeros e infanzones),
eclesiásticos, con nutrida representación: el obispo de Pamplona, el deán de Tudela, el
170
prior de la Orden de San Juan y los abades de los monasterios más importantes, en los
que ocasionalmente también están incluidos los obispos de Bayona y de Calahorra. Por
último, por el estamento real, los representantes de las Buenas Villas. El número de
representantes de cada estamento puede variar según las épocas, pero se mantiene una
proporción según la importancia económica. El rey es la autoridad máxima y en su
ausencia lo será el gobernador o lugarteniente del rey. Otros funcionarios con amplios
poderes son los inquisidores y reformadores del estado del reino de Navarra, nombrados
por los monarcas con carácter eventual.
Los ingresos extraordinarios proceden de las ayudas otorgadas por las Cortes, las
ciudades o los estamentos, y de los préstamos concedidos al monarca por particulares o
corporaciones. A partir de 1350 tienen periodicidad anual por lo que se convierten en
impuestos ordinarios.
Los nobles, clérigos y francos están exentos del pago de impuestos ordinarios y del
monedaje. Los pecheros son exclusivamente labradores, tanto de realengo, como de
solariego (dependientes de un laico) o collazos (cuando residen en señoríos
eclesiásticos).
171
Historia Medieval de España
A. POLÍTICA PENINSULAR
172
Hay que tener en cuenta el problema sucesorio de Enrique IV de Castilla, atendiendo a
las circunstancias que provocaron tal situación y a los primeros intentos de solución del
mismo. Habrá que señalar las líneas más generales de la evolución de los
acontecimientos tras la muerte del monarca.
La rápida actuación del partido isabelista obligó a los nobles y a las ciudades a tomar
partido ante una situación de hecho. Ciudades como Ávila, Valladolid, Tordesillas o
Toledo reconocieron sin dificultades a Isabel como reina; por el contrario, Burgos,
Zamora y la mayor parte de las ciudades del sur del reino se opusieron a Isabel o
quedaron a la expectativa de los acontecimientos. La nobleza también se dividió: en
tanto que los Mendoza, los Enríquez, los Velasco o los Pimentel se adhirieron al partido
isabelista, los Stúñiga o los Girón apoyaron la candidatura de Juana.
En mayo de 1475 Alfonso V de Portugal invadió Castilla, al tiempo que los nobles
partidarios de Juana se lanzaban a la ofensiva. Los aparentes éxitos iniciales de los
adversarios de Isabel fueron contrarrestados desde marzo de 1476 por una campaña de
Fernando, quien asedió Burgos y Zamora y derrotó a los portugueses en Toro. La guerra
se prolongó aún durante 3 años, pero Fernando e Isabel consolidaron poco a poco sus
posiciones, al tiempo que se disolvía el partido que apoyaba a Juana y se desvanecía el
apoyo francés a esta causa.
La importancia de este tratado es enorme, no sólo porque puso las bases de una futura
alianza dinástica de las monarquías portuguesa y castellana (se acordaba el matrimonio
de la infanta Isabel hija RR.CC., con el infante Alfonso, heredero de la corona
portuguesa), sino también porque al cortar a Castilla el paso hacia África la obligó a
buscar nuevas rutas marítimas, propiciando el descubrimiento de América. Juana « la
Beltraneja» por su parte, profesó en el convento de Santa Clara de Coimbra.
También en el año 1479 murió el rey Juan II de Aragón, siendo sucedido por su hijo
Fernando II, dando un paso decisivo el proceso que conducía a la unidad de Castilla y la
corona de Aragón.
El inmenso poder de las Órdenes Militares fue absorbido por la monarquía, al recabar
para el rey Fernando el cargo de gran maestre de las distintas Órdenes, a medida que
iban quedando vacantes. De este modo las Órdenes, con sus inmensas rentas, pasaron a
ser administradas directamente por la corona.
En la misma línea, las Cortes perdieron gran parte de su peso político y fueron reunidas
en escasas ocasiones a lo largo de todo el reinado de los RR.CC., cuando era preciso la
votación de nuevos impuestos directos extraordinarios (servicios) o cuando hubo que
preparar la sucesión al trono. Las Cortes fueron también utilizadas por los monarcas al
comienzo de su reinado como firme apoyo a su proyecto de reorganización del Estado,
frente a las pretensiones nobiliarias; son particularmente importantes en este sentido las
Cortes de Madrigal de 1476 y las de Toledo de 1480.
Del mismo modo, los monarcas impulsaron una importante tarea de recopilación
jurídica (dirigida por el legista Montalvo), que supuso el primer intento de174
superar la
confusión de la legislación medieval y ofrecer a los jueces unas referencias mucho más
precisas.
Las Cortes fueron aquí también convocadas en muy pocas ocasiones (entre 1481 y 1515
sólo siete veces en Aragón, una en Valencia y seis en Cataluña), por su abierta
oposición al gobierno de Fernando.
Entre 1482 y 1485 los castellanos fracasaron en varias operaciones militares para
apoderarse de Loja y de Málaga, aunque conquistaron Álora en 1484. La primera etapa
de la guerra se caracterizó por las periódicas campañas de tala y saqueo de la Vega
granadina y por el aprovechamiento de las interminables discordias civiles granadinas
para provocar la división interna.
Desde 1483 se aprecia una organización mucho más eficaz, que se manifiesta en la
conquista de Ronda (mayo de 1485). Las operaciones militares castellanas (con el
apoyo de numerosos caballeros borgoñones, franceses e ingleses) se centraron en el
territorio de la actual provincial de Málaga. Las disensiones internas granadinas
concluyeron con la abdicación del rey Muley Abdullassan a favor de su hermano El
Zagal, agravándose los enfrentamientos entre éste y el hijo de aquél, Boabdil, quien fue
175
apoyado por los RR.CC. En agosto de 1487 cayó la ciudad de Málaga, sitiada desde el
mes de mayo, lo que supuso un gran triunfo del ejército castellano.
La última fase de la guerra vino marcada por el enfrentamiento entre el Zagal y Boabdil,
y se inició con una serie de operaciones lanzadas desde Murcia que permitieron la toma
de Vélez Blanco, Vélez Rubio, Mojácar, Baza, Guadix y Almería; sólo permanecía la
ciudad de Granada, mantenida por Boabdil. Los RR.CC. reunieron importantes medios
financieros y establecieron el cuartel general de las operaciones en el Real de Santa Fe,
donde se instalaron desde junio de 1491 hasta la ocupación de la ciudad de Granada el 2
de enero de 1492.
El acuerdo de rendición fue respetado en los primeros años, mientras estuvo al frente
del arzobispado de Granada fray Hernando de Talavera, quien llevó a cabo una campaña
Historia Medieval de España
En marzo de 1513 el virrey castellano Diego Fernández de Córdoba reunió las Cortes
navarras en Pamplona y juró los fueros en nombre del rey Fernando II, quien fue
reconocido como rey de Navarra (en este reconocimiento tuvo un papel fundamental el
Historia Medieval de España
B. POLÍTICA EXTERIOR
En los primeros años del XV, el rey Enrique III había patrocinado la conquista de las
Islas Canarias « menores» : entre los años 1402 y 1404 un grupo de caballeros
normandos, al mando de Jean de Bethercourt y de Gadifer de la Salle, ocuparon para
Castilla las islas de Lanzarote, Fuerteventura y parte de la de El Hierro. En torno a 1420
los linajes sevillanos de Las Casas y Peraza se hicieron con el señorío de estas islas,
completaron la conquista de El Hierro y se apoderaron también de la de La Gomera.
Algunos decenios después, y en el marco de la pugna luso-castellana por el dominio del
Atlántico, los RR.CC. se interesaron por proseguir la conquista de las Islas Canarias;
como primer paso, compraron a los señores de Canarias, Diego de Herrera e Inés
Peraza, el derecho de conquista sobre las islas « mayores» , aún no ocupadas: La Palma,
Tenerife y Gran Canaria. Asimismo, en el tratado de Alcaçovas (1479) se garantizaban
los derechos de los portugueses a la conquista de toda África, excepto las Canarias y
177 con el
una estrecha franja litoral que se extendía desde el cabo Bojador hasta el límite
reino de Fez, que quedaban para Castilla.
La conquista de Gran Canaria fue iniciada por un pequeño ejército financiado por Juan
de Frías, obispo de Lanzarote, y capitaneado por Juan Rejón, quien estableció en 1478
el real de Las Palmas. La ocupación total de la isla no tuvo lugar hasta 1483, tras las
operaciones militares dirigidas por Pedro de Vera, capitán general, corregidor y alcaide,
y financiada por la propia corona y por el marino y mercader genovés Pedro Fernández
Cabrón. La conversión al cristianismo del Guanartene de Gáldar, Tenesort Semidam
(llamado en lo sucesivo Fernando Guanarteme), aceleró la ocupación de la isla. Una vez
conquistada, se procedió al reparto de la tierra entre los conquistadores.
La isla de La Palma fue sometida fácilmente por alonso Fernández de Lugo entre
septiembre de 1492 y mayo de 1493, apoyándose en las parcialidades de los indígenas
ya cristianizados. Al igual que para la conquista de La Palma, Fernández de Lugo
dispuso de capital italiano (principalmente genovés) para la empresa de Tenerife.
Iniciadas las operaciones militares en abril de 1494, los castellanos encontraron una
muy fuerte resistencia (sufrieron una terrible derrota en mayo de 1494 en Acentejo), que
sólo pudo ser vencida en noviembre de 1495 con las victorias obtenidas en Agüere
(donde se fundó la ciudad de San Cristóbal de la Laguna) y en Acentejo sobre los
guanches dirigidos por el mencey Benitomo. La ocupación total de la isla no se
consiguió hasta mayo de 1496, cuando fueron sometidos los últimos reyes o menceyes
insumisos.
Tras el primer viaje de Colón, hubo otros muchos, en los que se prosiguió la tarea de
descubrimiento de nuevas tierras, iniciándose también la puesta en explotación de las
mismas. Con el deseo de reservarse el monopolio en la colonización de « las Indias» ,
los RR.CC. firmaron con Portugal el tratado de Tordesillas (7 de junio de 1494) en el
que se delimitaban las zonas de expansión de España y Portugal en el Atlántico
occidental; una línea teórica que se extendía de polo a polo, a 370 leguas al oeste de las
islas de Cabo Verde, dividiría las tierras descubiertas o por descubrir: todo lo situado al
oeste de esta línea quedaba para España, en tanto que lo situado al este de la misma
(excepto las Islas Canarias) era para Portugal.
Los objetivos principales eran Melilla y Orán. Melilla fue conquistada en el año 1497
por el duque de Medina Sidonia, quien la recibió en « tenencia» . La conquista de Orán
hubo de aplazarse con motivo de la guerra contra los turcos en 1501 y de la 2ª guerra de
Nápoles. En 1505 fue conquistada Mazalquivir, en 1508 el Peñón de los Vélez de la
Gomera y en 1509 Orán; en 1510 fueron asaltadas Bugía y Trípoli.
Pero África ocupó siempre un lugar secundario en los objetivos políticos y militares de
los RR.CC. Estas empresas tuvieron siempre unos objetivos muy limitados, consistentes
en disponer de plazas y puestos fortificados en la costa desde los que poder prevenir los
ataques o actos piráticos de los musulmanes norteafricanos y que, al mismo tiempo,
sirvieran como plataformas para el comercio castellano hacia el interior del Magreb.
Concluida la guerra de Granada, los RR.CC. quedaban libres para desplegar una
auténtica política europea, que orientarán en dos direcciones: los Pirineos e Italia. En
179 lo que
ambos espacios geográficos los intereses españoles chocaban con los de Francia,
influyó en un acercamiento de los RR.CC. a Inglaterra y a la casa de Borgoña, mediante
el establecimiento de alianzas dinásticas.
Por lo que se refiere a la política europea, fueron los intereses de la Corona catalano-
aragonesa los que marcaron las directrices. Tradicionalmente Castilla y Francia habían
mantenido a lo largo de la Baja E.M. una política de alianzas y amistad, mientras las
relaciones franco-aragonesas habían sido muy distintas: rivalidad y continuos
enfrentamientos en los Pirineos, en el Mediterráneo y en Italia. En este contexto, los
RR.CC. asumieron los objetivos de la diplomacia aragonesa, de forma que la política
europea de Fernando e Isabel vino marcada por una profunda rivalidad con Francia.