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CON LA VIEJA ESCUELA: JOSELERO DE MORON por Manuel! Herrera Rodas Después de la berza en Jerez con Tio Borrico, hemos pensado que tal vez seria interesante para nuestros lectores hacer un recorrido por los viejos maestros del cante, por aquellos hombres y mujeres que sin poder estar ya en la plenitud creativa de su hacer flamenco, han supuesto, sin embargo, en una etapa anterior, el sostén y los pilares en los que se ha basado toda nuestra especialisima realidad can- taora. Sevilla Flamenca, quiere rendir, modestamente, un homenaje de gratitud a todos los que han he- cho posible que el flamenco llegue a nosotros —a pesar de los muchos obstaculos que se ha tropezado en su largo caminar de siglos, y de tantos peligros de contaminacién como ha tenido que superar- en el estado de autenticidad, de pureza y de calidad en que nos ita sido legado, De los viejos cantaores de este siglo, viejos como él, que alin viven, queramos hacer un muestreo y traerlo a nuestras paginas. Ellos nos dardn con la frescura de su conversacién siempre amena, siempre ingenua~como de vuelta a la otra juventud= y con la sabiduria de sus muchos aiios de vivencias, de jondura, y de lucas, la leceién, la puntualizacién o el consejo, acertados y exactos que nuestras ansias de saber y de conocer, demandan. Desde esta perspectiva, y antes de continuar, Sevilla Flamenca quiere comprometerse desde ya, para rendir desde nuestras paginas y con cuantos estamentos de la vida cultural, a todos los niveles se sientan responsabilizados, un homenaje literario a la labor flamenca, a la labor de estudio, a la labor in- vestigadora y recreadora del ms grande cantaor del siglo y uno de los mas grandes de toda Ia historia, Antonio Mairena. Hasta llegar ese momento vamos a ir, a modo de adornas en oro, de esta imaginaria orla, trayendo uno a uno a los més puros representantes del flamenco, no solo de determinadas zonas cantaoras, sino también, de determinados estilos, de determinados cantes Yo te estoy queriendoa ti con la misma violencia que en gloria esté, era mestiza, porque su mare era que lleva el ferrocarril castellana, Mi mare descendia de Estepa. Y se cas, Ha dicho Ia soled con a gracia que en él es consustancial, Ia ha recortado y le ha dado azicar, con poquita voz, que el cante no es para sordos, ha ensartado una serie para conservarla en el museo de nuestros mejores recuerdos. Y con los recuerdos ha recordado a su inseparable Diego, su cunado, el del Gastor. Es Luis Torres Cadiz “‘Joselero”, con sus 73 afios recién cumplidos, (precisamente los cumplié el dfa 23 de enero) a cuestas, v un baiil repleto de recuerdos y de afforanzas ‘Naci en la Puebla de Cazalla, aunque he vivido desde chiquillo en Morén a donde vine con mi her- mano “Joselero”’ que era mayor que yo, y que can- taba “ma” gracioso. Le decian “El nifio de La Pue- bla”. Eso era por los tiempos del Cojo Malaga, de Joaquin Vargas, y el Nilo Medina, que fué a los primeros que yo escuché cantar. Y a mi madre, que cantaba que quitaba la cabeza. Dicen que era un escdndalo en La Puebla {Gitano por los cuatro costaos? . No, veras, yo tengo una ramita..., porque siempre meten la pata las mujeres, (jy yo no debia tenér ninguna ramita...!) Asi que tengo tres cuarte- rones de gitano puro. Pero mi mare, la pobrecita SEVILLA FLAMENCA/I5 ‘en Osuna con mi padre que era de alli. ¥ se vinie: ron a vivir después a La Puebla, donde nacimos la mitad: mi Manuel, mi M? Jesiis que muri, y yo. ‘Mi Joselero y los demas, los mayores, haban nacfo en Osuna, Pero, vamos, yo soy natural de La Puebla, y para sacar cualquier papel, la £6 de bau- tismo o la partia de nacimiento yo tengo que ir a La Puebla, ‘Mi hermano “Joselero” que de artista habia estado con El Cojo Malaga, con la Nifia de los Pei- nes, con Cepero... Con tds esos, puesse quitd pron- to de artista. Puso una tienda en Morén y se casé con La Molina, aqui en Morén. Yo me vine con él hhasta que me hice un hombre. Yo vendia por las calles, con una canastilla, “encajes y tiras-bordés”’. Yo por aquellos entonces ya empezaba a cantinear. ‘Muchas veces, como me gustaba tanto el cante, me perdia el dia escuchando por Jas tabernas aquellas méquinas cantaoras de trompeta. Y escuchaba las lacas del Cojo: Dijiste que t/esperara hasta las tres te esperé. jCémo cantaba el Cojo Mélaga! Los tarantos Jos cantaba lorando, y las tarantas, Ese era su can- te, el que él dominaba, Entonces habia otro can: taor que le decian El Nifio Medina que cantaba por bulerias: Ay, yale picd el pajarillo a las brevas ay, taigo peras... Mi hermano cantaba esos cantes. La primera vez que yo lo oi cantar de artista fué en una fiesta en Ia bodega antigua en La Puebla. Le tocaba la guitarra el “Jerrerillo” un maestro de aceite de un molino (entonces habia muchos molinos en La Puebla). Mi hermano canté por bulerias, En aque- llos tiempos se cantaba por bulerias, siguiriyas, so- leares, malaguefis... Fandanguillos pocos. Yo los que recuerdo eran aquellos que cantaba el Cojo: “Un canatio se subia ena trenza de su pelo larg Eran cantes abandolaos. Joselero a pesar de su edad se mantiene muy bien. Ha sido operado recientemente de cataratas Por lo que cubre sus ojos con unas gruesas gafas que le dan un aspecto de venerable intelectual, viste con absoluta puleritud y cubre su cuello con una edlida bufanda. Joselero es de una humildad asombrosa, res- petuoso hasta los tuétanos y de una gran timidez, Seguramente por eso apenas ha salido de Mordn, Una fugaz escapada a unos tablaos de Barcelona, y de nuevo a su tierra, En ese aspecto igual que su cufiado Diego del Gastor ‘SEVILLA FLAMENCA]I6 — ,Como era Diego, Luis’ — Bueno, Diego era un monstruo, Yo lo cono- cia antes de casarme con su hermana Amparo, y él era amigo mio de antes. Como guitarrista era un monstruo. Se tiraba tés los dias diez o doce horas con Ja guitarra en su casa, sobte té hasta que murié su padre, Diego habia aprendio de un hermano su- yo, pero é! lo super6, porque Diego tenia una gran intuicién y sacaba muchas cosas; conocia, por lo ‘menos, dos partes de miisica. Pero su toque era su- yo, na més que suyo, Y como persona habia que echarle comia aparte, Era mu geno, Tenia sus Tarezas, sus cosas, pero era mu carifioso, Eso st, si iba a una reunién y habia una persona que no le gustaba, cogia la guitarra y se iba con su gente. Con su gente, con los zapateros, en aquellas reuniones de vino y sardinas asés, era donde Diego estaba mas a gusto. Y cuando Diego tocaba a gusto habia que comerle los deos. Joselero adora a su cufiado, Hablando de él suspira y se limpia las légrimas rebeldes que asoman a sus hundidos ojos. Reconoce, eso sf, que el toque de hoy es distinto — A mi cuftado hay que dejarlo ya en el re- cuerdo, porque murié hace 10 afios, y el toque de 10 afios para acd, ha adelantao una barbaridad, el cien por cien... De toas formas yo entiendo que el toque es un acompafiante del cante, y el tocaor de- be estar pendiente del cantaor para acompafiarlo, Y @s0 era lo que hacia Diego... — Volvamos, Luis, a Vd. a su familia, a sus hi- jos... — Hombre en la familia se hereda el arte. Yo tengo dos o tres artistas en mi familia. Por ejemplo, mi Andorrano, que canta mii completo y mu gra- cioso. Y luego baila que quita la cabeza, es un gran festero. Luego estd mi Diego que es un guitarrista por t6 lo alto, Es un concertista y acompafa total- mente ajustao, El aprendié de su tio Diego, pero luego 61 tiene mucho arte y compone él, Ahora ha estado en Norteamerica dando recitales. Mi Diego @s un guitarrista mu joven y mu grande... Joselero se acuerda de su Fernando, Fernandi- Ilo el de Morén, aquel que tiraba su paftuelo al sue- lo... Fernandillo en el cielo alegrando a los éngeles gitanos en fiestas divinas... Una Igrima vuelve a resbalar sorteando arrugas. — Mi Fernandillo era mu gracioso y tenia cosas de 6] propias. No es que fuera un artista mu argo, pero era mu flamenco. ;Mi Fernandillo...!. — 4Y el-cante de Vd. Luis, de quién ha reci- bido influencias...2. ~ Bueno el cante es mio. Lo poco que yo can- to y que he cantao siempre, ha sfo porque ha salio de mis entrafias. Ha nacfo en mi, aunque nadie nace sabiéndolo t6, pero yo naci siendo aficionao y m'ha gustao siempre. Y cuando una cosa le gusta a uno, entonces es cuando tno pone de su parte. — Pero para llegar a cantar como canta, y co- mo Vd. ha cantado, habré ido logicamente inter cambiando experiencias —e incluso cantes— con otros cantaores. Su cante, en todo caso, sera suyo, pero producto ademés de sus vivencias. Hablenos, Luis, del cante de hace cincuenta afos o mis, de los cantaores que Vd. conoci6, con los que convi- vid. — Antiguamente se cantaba mds corto, que hoy se canta mas largo, Los cantes de hoy no sdlo son mas largos sino mas majestuosos. Hoy se le echa mas reposo al ante, pero hay un defecto mu grande. Los cantaores de hoy no cantan né suyo, no tienen un estilo suyo casi ninguno. Y casi tés cantan lo mismo, por el mismo estilo. Antes, en zis tiempos de hace cincuenta afios tés tenian una cosa suya. Y ninguno se cogia los cantes, Ahora el cante va avanzando més y td, pero... Hombre el cante tié que esta basao en lo antiguo. Y que lo arreglen después a su manera. ¥ que incluso lo me- joren. Mira, Mairena no ka sacao ningiin cante, Pe- ro Mairena ha remozao el cante de una forma,..! Le ha dao vida y Io ha hecho a su forma. Mairena ha engrandecio él cante. Y cantaores de entonces que Vd. conocis. = Yo he cantao con Manuel Torre, que era el més desigual del mundo. Cuando lo cogia bien, 0 que estuviera a gusto era el mejor. Tenia un me- tal... Adonde se va a encontrar un metal como el de Manuel? Manuel era mi predilecto. Ahora cuan- do no estaba a gusto cantaba mas malamente y mas desentonao...! Era un genio, y el que a mi masme ha Ilegao. Tomas Pavén también me gustaba mu- cho, gsabes? mucho, Y Juan Talega que cantaba que quitaba la cabeza. ;Tu ves to lo que cantaba Joaquin el de Ja Paula?, pos toavia cantaba més Juan cuando lo cogia bien. Yo, de este siglo, creo que Juan Talega ha sio el cantaé mas puro de tés. ¥ no hablo de voz, de que tuviera mas voz o me- nos, yo hablo de pureza, Y te digo més, cantando por siguiriyas y soled, pa mi mas puro, incluso, que ‘Manuel Torre. Yo con Juan Talega he convivio mucho en Dos Hermanas, donde yo iba a vender, yo chalena- ba mucho, Y estuve con él en muchas fiestas que organizaban los maestros de la aceituna, en las cal: deretas. — e¥ Juaniqui?, jJuaniqui! Un viejecito con la voz casi mia, Hacia un cantecito corto por soleé... — ¢Manolito el de Maria? — jHombre! Manolito el de Maria era otro fe. némeno, También ha cantao mucho conmigo en Morén jay! jqué léstima de Manolito de Maria! jNo cantaba bien por solea..! — ¥ a Joaquin el de la Paula ;lo conocié V2. = Si, legué a conocerlo, Yo estuve en una fiesta que nos llamaron a Diego y ami, y que daba Vicente el Pirri, un tratante que tenia dinero y que era mit aficionao, En el Empalme. Y habian avisao también a Joaquin el de la Paula y a Manuel Torre... ¥ canté Joaquin por soled... Y después canté Ma- nuel Torre —me acuerdo que eché en canté... jyo que sé!— Y por fin le dice a Diego: “Diego dale a eso" Y empezé Diego a tocar, {me cago en diez! Y salid Manuel cantando, Hizo dos siguiriyas, y el cambio aquel que hacia él: “Bra un dia sefalaito de Santiago y Sant’Ana. Vicente el Pirri, gque te crees que hizo? Co- gid una mesa que habia mu grande y lena de vino. Y de un empujén la tird, “Esto no se pué aguan- td...” "No hay quien aguante este cante...!”” {Qué tiempos... — (Mas? Si. El Perrate jno cantaba gitano niné, ese Perrate! Yo he convivio mucho con Perrate y con t6s los gitanos de Utrera, Mira, cuando saliamos de una fiesta Diego y yo_—que nos daban a cd uno cin- co duros y nos tenian cantando toa la noche— (aunque con cinco duros habia entonces pa comer tuna semana) y nos tomabamos tres 0 cuatro cacha- ros de Machaco cogiamos el tren que nos costaba tres 0 cuatro pesetas y nos ibamos a Utrera con Pe- trate, con Tio José, que era carnicero, el padre de La Fernanda y La Bernarda, que ellas eran toavia chiquitillas y cantaban mas bien... Alli con un po- taje de frijones y una arroba de vino estabamos de fiesta hasta que se acababa el vino y el dinero, Pero una fiesta de nosotros.. Y hablando de Fernanda y Bernarda, Luis, SEVILLA FLAMENCA/17

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