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CONTACTO CON UN MAESTRO

Aproximadamente en el mes de abril de 2004, estuve leyendo el libro de la vida del


maestro KIRPAL SING., en donde se narran algunas experiencias del maestro y sus
devotos, como el caso de una mujer norteamericana que hizo una pintura de un hombre
que usaba turbante, con el que había soñado años antes, sin saber que pintaba al que en
un futuro sería su maestro. La norteamericana llegó a conocerlo cuando el amado
maestro KIRPAL SING estuvo de visita en Estados Unidos . Luego de esta lectura
revivió un recuerdo en mi mente.
Fue en el mes de marzo o abril de 1992, estando en la ciudad de Penonomé, cuando
soñé que iba caminando por un camino de tierra y piedras (de tipo arcilloso), a mi lado
derecho era todo hierbas secas y altas, a mi lado izquierdo podía ver un terreno cercado
con alambre de ciclón en el cual se erguía una casa de madera de dos pisos. En su
entrada, en la parte central había un jardín bien cuidado, un camino de cemento y dos
bancas de cemento, una a cada lado del mismo, el césped era verde y bien cuidado.
Justo en este lugar había un hombre de pié frente a la banca de cemento, que me miraba.
Este hombre vestía una camisa blanca ancha y pantalones anchos, de tipo Hindú. Sus
cabellos eran blancos, lisos y escasos ya que dejaban ver una frente amplia que se
extendía hasta la mitad de la cabeza. Su cara era algo redondeada y sus ojos pequeños y
rasgados. Era un hombre blanco no muy alto de estatura y algo gordito.
Para mi sorpresa, al entrar al umbral de este terreno cercado, el hombre me dice” Por
fin llegas, teníamos mucho tiempo de estarte esperando”. Después de esto ya no hubo
más palabras, yo miré a sus ojos y entré por ellos a un lugar oscuro en donde se veían
millones de estrellas pequeñas y se veían galaxias. Luego salí de la misma manera que
entré, pero ya la cara que vi no era la misma, vi a un ser blanco de cabeza muy grande
sin cabellos con ojos grandes almendrados muy oscuros, sin brillo (como los ojos de los
tiburones), tampoco tenía nariz, sino dos pequeños orificios. No había boca. Ante esta
imagen yo me asusté mucho y desperté con mucho miedo de mi sueño.

He estado pensando mucho y asociando las semejanzas del hombre de mis sueños con
las características físicas del Sr. G. F. Ramesch. Quien es hoy mi Maestro, mi Guía,
LÁMPARA MARAVILLOSA Y SERVIDOR DE NUESTRO DIOS TODO
PODEROSO SATYA SAY BABA.

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