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APENAC
PRESENTACIÓN 5
PARTE I
PARTE II
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III. DESCUBRIENDO EL VALOR PERSONAL Y GRUPAL EN MI CLASE 27
BIBLIOGRAFÍA 55
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P R E S E N T A C I Ó N
Si bien en los Estados Unidos existen más de 5,000 programas en resolución de conflictos escolares,
capacitar profesores y alumnos de primaria y secundaria en técnicas de resolución de conflictos ha
sido algo novedoso en nuestro país. Esta experiencia piloto se llevó a cabo en cuatro colegios de Lima
Metropolitana con un total aproximado de 7,500 alumnos, y los resultados obtenidos han sido muy
alentadores.
Educar a la futura población del país en técnicas de resolución de conflictos es una prioridad, ya que
ello permitirá generar una mentalidad resolutiva que haga posible el logro de la verdadera pacificación
del país.
Esta publicación “Resolviendo Conflictos en la Escuela - Manual para Maestros”, recopila la experien-
cia obtenida en el proyecto piloto antes referido, y pretende servir como una guía para aquellos profe-
sores que deseen incorporar en sus clases elementos que permitan fortalecer la autoestima de sus
alumnos, así como proporcionar procedimientos y técnicas que les ayuden a resolver los conflictos
que se presenten en la escuela y en su vida diaria.
Eduardo Moane
Presidente
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EDUCACIÓN PARA LA PAZ Y MANEJO
DE CONFLICTOS
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La búsqueda de la paz ha sido siempre un ideal por alcanzar pero, el significado que se tiene de ella,
no siempre ha sido el mismo y, los diversos caminos para encontrarla, han sido muy diversos y quizás
contradictorios a los valores que de ella se desprenden.
En nuestro país la aguda situación de violencia que se ha vivido y continúa manifestándose de diversas
maneras (pobreza, pandillas callejeras, deserción escolar, analfabetismo, terrorismo, etc), demanda la
necesidad de buscar la paz y defender valores como la vida de las personas, la verdad y la justicia así
como los derechos humanos.
Por tal motivo y buscando brindar una respuesta, presentamos -en esta primera parte- los lineamientos
teóricos de la educación para la paz, el reto que nos plantea a los educadores como principales agentes
constructores de la paz, y la resolución de conflictos como una vía para desarrollar habilidades y
estrategias que ayuden a mejorar las relaciones interpersonales, y a enfrentar de una manera positiva y
constructiva los diversos problemas con los que debemos lidiar cotidianamente.
Asimismo, proponemos los posibles caminos para introducir un programa de resolución de conflictos
integral en nuestra escuela o en el aula, y la manera de planificar las diversas actividades propuestas
según los contenidos a trabajar, dependiendo de las necesidades de nuestros alumnos.
Según Jares, los actuales lineamientos de la Educación para la Paz como es la introducción del tema
manejo de conflictos tiene diversos legados, tanto en su teoría como en su práctica; éstos son: el
movimiento Escuela Nueva, los planteamientos sobre el tema que desarrolló la UNESCO desde su
creación después de la Segunda Guerra Mundial, el legado de la no violencia y las investigaciones
para la paz surgidas en los años sesenta. Todas estas experiencias contribuyeron a dar un nuevo
significado a la paz y a los objetivos y fines que se ha trazado.
El concepto de paz tiene muchas connotaciones. Revisar la forma cómo la utilizamos en nuestro
lenguaje, las metas y objetivos que nos trazamos a partir de ella, o la manera concreta de llevarla a cabo
en nuestra práctica diaria en el aula, nos ayudará a reflexionar y a encontrar el verdadero sentido de la
palabra.
Si en estos momentos cerramos los ojos y pensamos en una imagen concreta de paz, ¿qué se nos
viene a la mente?…, probablemente hemos pensado en la paloma de la paz, en una bandera blanca
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Educación para la Paz y Manejo de Conflictos
o la imagen de un niño feliz. Hacemos asociaciones a conceptos vagos y abstractos que nos susci-
tan ideales e ilusiones, y no metas y objetivos concretos.
Muchos maestros manejamos sólo el concepto de una paz negativa, heredada del legado de la tra-
dición cultural de occidente: la paz como ausencia de guerra, el opuesto al conflicto violento y béli-
co. Por tal motivo, necesitamos clarificar qué significa la paz, cuáles son sus metas y objetivos
concretos y el rol que desempeñamos los maestros en este aspecto.
Clarifiquemos tres conceptos básicos para entender los alcances de la Educación para la Paz: la paz
positiva, la no violencia y el manejo creativo del conflicto.
• Paz positiva
La entendemos como la ausencia de violencia. Para Galtung, la violencia es el estado en que los seres
humanos no pueden desarrollar plenamente sus potencialidades afectivas, somáticas y mentales.
Desde esta perspectiva, la paz cobra un concepto más dinámico y permanente.
La paz positiva pone énfasis en valores y formas de relación humana: apreciar las diferencias cultu-
rales, la tolerancia y el respeto por el otro, la igualdad entre las personas y la defensa de los dere-
chos humanos.
¿Alguna vez nuestros alumnos han escuchado o aprendido algo de la historia, principales ideales o
causas que defendieron personajes como Gandhi, Martin Luther King, Monseñor Romero, Monseñor
Metzinger o María Elena Moyano?
Algunas actitudes básicas de estos personajes que dieron respuestas no violentas en las diversas
situaciones de injusticia, discriminación, abuso de poder, dolor y muerte que les tocó vivir fueron: la
defensa de la vida, la verdad y la justicia. Actitudes que lejos de ser pasivas y sumisas, dieron
respuestas valientes y diferentes porque fueron no violentas y cuyos frutos podemos conocer hoy.
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Educación para la Paz y Manejo de Conflictos
La Educación para la Paz promueve estas actitudes básicas y nos propone a maestros y alumnos a
dar respuestas activas, acciones en la defensa de la vida y los derechos humanos, y espacios de
realización integral como personas. Nos invita a mantener una actitud crítica y de cambio frente a las
injusticias de nuestra sociedad.
Una forma concreta a través de la cual practicamos o enseñamos no violencia es cuando exploramos
respuestas no violentas a los conflictos, enseñando a nuestros estudiantes que la espiral de la violencia
se puede romper.
No podemos desarrollar Educación para la Paz en la escuela si dejamos que la violencia se manifieste
de diversas formas en nuestras aulas: regaños, suspensiones, castigos desmedidos, animando la
competencia que fomenta la rivalidad, la desunión y pone a uno sobre otros (ganadores vs. perde-
dores), trabajando con metodologías tradicionales y objetivos encaminados únicamente a la transmi-
sión de contenidos sin tener en cuenta las necesidades e intereses de nuestros alumnos.
La escuela debería ser un ámbito para desarrollar experiencias vivenciales que conduzcan a intuir y
descubrir la paz como la forma de vivir relaciones interpersonales, enseñándoles a pensar y no a
memorizar, a dar respuestas a sus necesidades e intereses. Inculquemos en nuestros alumnos la
conciencia de conocer -junto con otros- cómo actuar (desarrollando habilidades y destrezas) y cómo
cambiar las relaciones sociales que crean violencia.
La Educación para la Paz nos plantea hoy a los maestros el gran reto de convertirnos en verdaderos
modelos de paz. Sólo cambiando nuestros comportamientos y actitudes en la manera de
interrelacionarnos con nuestros alumnos podremos convertirnos en imágenes concretas de paz.
La violencia es una reacción destructiva al conflicto que, en sus diversas manifestaciones, impide
generar relaciones que valoren el respeto, la igualdad, la tolerancia y, por ende, la justicia.
La Educación para la Paz presenta una nueva visión del conflicto, una visión positiva al considerarlo
como un proceso natural y común, inherente a las relaciones humanas, y que nos brinda la oportuni-
dad de crecimiento personal cuando asumimos el reto de crear e imaginar otras alternativas y solu-
ciones a las situaciones de conflicto que nos toque vivir.
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Educación para la Paz y Manejo de Conflictos
En una palabra podríamos definir el conflicto como un choque, un desacuerdo entre dos o más partes
que perciben diferencias incompatibles entre ellos y ven amenazados sus recursos, necesidades
sicológicas o valores.
Cuando dos alumnos están envueltos en un conflicto, usualmente se sienten molestos y el choque
entre ambos puede volverse incontrolable y explotar. Entonces tenemos que hacernos preguntas
básicas como ¿qué es lo que quieren?, ¿qué es lo que necesitan?, ¿cuál puede ser el verdadero pro-
blema subyacente?
Identitad
Seguridad
Control
Reconocimiento
Justicia
Estas necesidades pueden traer conflictos como: rivalidad entre adolescentes, inadecuada
comunicación entre ellos, rumores, stress, diferentes puntos de vista, intolerancia, dificultad en el
compartir, etc.
El conflicto está basado en una o más combinaciones de estas necesidades sicológicas insatisfechas.
Por ejemplo, en uno de los centros piloto donde desarrollamos la experiencia, nos percatamos que
para poder pertenecer al grupo (necesidad de identidad) y no sentirse amenazados a ser el centro de
las burlas (necesidad de seguridad), los alumnos deben «sobrevivir» poniendo apodos, insultando y
entrando al juego de los golpes con el resto.
Nuestra visión y comprensión del conflicto está formada básicamente por los mensajes que hemos
recibido y las experiencias que tuvimos al enfrentarlo. Le presentamos a continuación una actividad
que le permita identificar el conflicto en su aula.
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Educación para la Paz y Manejo de Conflictos
1. Comunicación incompleta: ■
(él o ella no escuchó toda la historia)
2. Información inadecuada: ■
(por lo menos uno tiene información equívoca)
3. Stress: ■
(por lo menos uno estaba confundido, estresado y sobrecargado)
5. Recursos limitados: ■
(no podemos tenerlo todo porque no hay suficientes recursos para todos)
7. Atmósfera de intolerancia ■
(no respetamos las diferencias: culturales, raciales, físicas, sexuales)
8. Atmósfera competitiva ■
(deseo de ganarle al otro)
Alguna vez nos hemos sentido impotentes para comprender y resolver la diversidad de conflictos que
cotidianamente se nos presenta en el aula, y esto sucede porque como maestros no nos formaron en
habilidades y destrezas para enfrentar creativamente los conflictos.
Las respuestas que solemos dar cuando un conflicto ocurre, son el resultado de los mensajes que
hemos recibido desde niños de nuestros padres, profesores, amigos; actitudes recogidas de los medios
de comunicación como el cine y la televisión y de nuestra propia experiencia del conflicto. Estas
actitudes y creencias acerca del conflicto afectan directamente en la forma como interactuamos con
los otros y cómo respondemos en situaciones de conflicto.
Las respuestas que demos ante los conflictos traerán consecuencias que podrán ser positivas o
negativas, y los resultados frente a éstas pueden ser: stress, resentimientos, relaciones debilitadas,
sentimientos heridos, un conflicto más grande; o quizás alivio, mejores relaciones, resolución del
conflicto y mayor confianza.
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Educación para la Paz y Manejo de Conflictos
¿Cuál es esa respuesta que usualmente utilizamos cuando tenemos que enfrentar un conflicto con
nuestros alumnos o colegas?… damos un grito, tratamos de aparentar que no pasa nada, buscamos
a la otra persona para conversar y expresar cómo nos hemos sentido, nos hacemos las víctimas y
culpabilizamos en todo a la otra parte, estamos a la defensiva o dejamos que el tiempo se encargue
de arreglarlo y olvidarlo todo.
Nuestra manera de dar respuestas, es decir reaccionar ante el conflicto, no es necesariamente una sola
y mucho menos para todas las circunstancias. Sin embargo es posible que tengamos algún estilo que
usamos con mayor frecuencia, ya que hay circunstancias para cada uno de ellos; lo más importante
es analizar en cada situación qué ventajas o desventajas trajo esa manera de resolver los conflictos en
nosotros y en las otras personas implicadas.
Necesitamos comprender y encontrar nuestra propia manera para enfrentar los conflictos y explorar las
respuestas más efectivas según el contexto y las circunstancias, teniendo en cuenta dos elementos:
la importancia de la relación (presente y futura) entre las partes en conflicto y los intereses y objetivos
de ambos.
Competir: Aprendemos la importancia de ganar, mantenemos nuestra posición firme hasta encontrar
un ganador y un perdedor. ¿Cuál es el costo?… podemos destruir una relación con el que
pierde.
Evitar: Se da cuando solemos correr del conflicto, nos escondemos, lo dejamos pasar.
Aparentemente vivimos un clima de tranquilidad pero no desaparece, sigue latente y
volverá a surgir tarde o temprano. El evitar puede ser útil cuando existe peligro físico o
cuando el tiempo es limitado y la resolución no es importante en el momento.
Acomodar: Es una forma de evitar el conflicto, preferimos anteponer la atención a las necesidades
del otro en vez de las propias. Una de las partes prefiere ajustar sus opiniones, deseos
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Educación para la Paz y Manejo de Conflictos
Negociar: Se busca un punto medio en el que por lo menos una parte de las necesidades e inter-
eses de ambos serán atendidas. Es efectivo cuando ambas partes tienen tiempo limitado
para encontrar o explorar soluciones, o cuando cada persona reconoce lo que le es
realmente significante y, por otro lado, lo que le es menos significante.
Colaborar: Se exploran alternativas, produce la resolución más satisfactoria, requiere más tiempo que
otras, es el estilo más adecuado cuando la relación entre las partes es muy importante
porque la solución que se encuentra es la de ganar-ganar.
En nuestros conflictos solemos discutir y poner en juego lo que queremos y así satisfacer nuestras
necesidades pero, al obtener lo que queremos, tenemos la desventaja y el riesgo de destruir la relación
con el oponente; el evitar o acomodar, no mantiene la relación pero mantiene lo que los otros quieren.
Conocer los estilos con que respondemos a los conflictos, nos permite examinar nuestras
conductas y la posibilidad de explorar nuevas formas o estilos que nos den respuestas
positivas.
El conflicto es una oportunidad de crecimiento humano, de aquí el potencial educativo que tiene el
aprendizaje del manejo creativo de los conflictos en nuestras aulas. Si lo manejamos constructivamente,
nos puede brindar los siguientes beneficios:
El reto para los maestros es encontrar la forma concreta de poder implementar en su trabajo diario el
aprendizaje del manejo creativo de los conflictos, romper la espiral de violencia que se manifiesta de
diversas formas en nuestras aulas, poder generar el cambio de actitudes hacia las relaciones
interpersonales no sólo entre los alumnos sino también en nosotros mismos, el fomentar a través de
actividades concretas el desarrollo de la creatividad, de habilidades y destrezas para manejar los
conflictos de nuestros alumnos y el inculcar los principales valores que se desprenden de la
Educación para la Paz.
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Educación para la Paz y Manejo de Conflictos
Hemos visto en el punto anterior que la paz es ir promoviendo situaciones de justicia, de respeto a
nuestros derechos y a una convivencia armónica, que la paz no sólo es un concepto sino una realidad
a vivir y que se construye desde las relaciones que se establecen dentro de la escuela. Si bien es
cierto que nuestra concepción de paz puede haber adquirido una dimesión más dinámica y
permanente, el poder construirla en nuestras relaciones como maestros nos exige desarrollar
habilidades y destrezas específicas, y contar con herramientas y estrategias concretas que faciliten
nuestra labor educativa.
¿Cómo promover relaciones más justas en nuestra aula o colegio?, ¿qué alternativas aplicar frente a una
violencia que parece estar ganándonos la batalla por la vida? Parece que estuviéramos en un callejón
sin salida y quizás sólo veamos como única alternativa, sobrevivir. Y, muchas veces, sobrevivir significa
seguirle el juego a la violencia, no permitiendo que nuestros niños y jóvenes se expresen libremente,
imponiendo «mano dura» para hacerlos «hombres de bien» o manifestando indiferencia e intolerancia.
La respuesta que recibimos de nuestros alumnos, generalmente es del mismo tipo y es entonces
cuando comienza la espiral interminable de la violencia.
Desde esta perspectiva, debemos entender que la violencia dentro de la escuela involucra todos los
agentes que la componen: el régimen y la metodología del centro, el curriculum, y las relaciones
interpersonales (maestros, alumnos, personal de apoyo y padres de familia). Es decir, que al atender las
manifestaciones de violencia en la escuela, tenemos que dar una mirada a sus diferentes componentes
y no centrarnos exclusivamente en los jóvenes.
En palabras de uno de los maestros que ha participado en la experiencia del programa piloto de
Resolución de Conflictos Escolares:
Prepararnos para construir la paz desde nuestras aulas, nos demanda reflexionar y actuar. Reflexionar
sobre el carácter integral de una paz positiva y la manera de traducirlo en la práctica, y tomar
acciones que permitan establecer relaciones justas, basadas en la tolerancia y el respeto. Por tal
motivo, en este punto intentamos precisar aquellos elementos que necesitamos tomar en cuenta para
comenzar nuestra tarea como constructores de la paz.
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Educación para la Paz y Manejo de Conflictos
Las actitudes que presentamos, condensan aquéllas que consideramos claves para manejar los
conflictos o problemas en nuestras aulas :
Los maestros con los que hemos trabajado en los cuatro colegios piloto, encontraron imprescindible
asumir estas actitudes que les permitan generar un espacio de confianza, reflexión y respeto con sus
alumnos o colegas. Una de las maestras nos comentó que cuando se permitió sonreír en el aula, pudo
disfrutar de una relación más cercana con sus alumnas.
Usted tiene la posibilidad de aplicar un programa de resolución de conflictos de manera individual con
un grupo de colegas igualmente motivados y convencidos, o a través de la Dirección si comprende la
importancia de implementarlo en todo el centro educativo.
Venciendo la resistencia
Deseamos compartir con usted la información de algunos de los obstáculos mencionados por los
maestros y maestras de los centros piloto en los que desarrollamos un programa de Resolución de
Conflictos Escolares. Le proporcionamos algunas sugerencias para vencer la resistencia.
Sugerencias:
➡ Una vez que usted haya puesto en marcha este programa, sus compañeros de trabajo verán
cómo cambió el clima de su aula y el entusiasmo de sus alumnos por asistir al colegio. Es éste
el momento indicado para motivarlos a acompañarlo en este reto.
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Educación para la Paz y Manejo de Conflictos
➡ Informe a todos los maestros y empleados sobre el manejo de conflictos y la educación para la
paz con la ayuda de material escrito.
➡ Invite a dar charlas o conferencias a directores, maestros, padres de familia y estudiantes que
hayan participado de una experiencia similar.
Sugerencias:
➡ Invite a un grupo de colegas interesados en el tema para discutir y practicar las diversas estra-
tegias de la resolución de conflictos. Una vez que lo hayan hecho, comprobarán que no exigen
necesariamente mucho tiempo.
Sugerencias:
➡ Recuerde que la continuidad depende del compromiso que asuma la Dirección para insertar el
programa. Aun así, usted puede seguir aplicándolo en su aula independientemente. Un progra-
ma como éste exige mucha paciencia y perseverancia.
➡ Realice un diagnóstico de las necesidades con respecto al nivel de violencia y manejo del
conflicto para utilizarlo en su centro educativo. De esta manera tendrá mayor información para
atender las necesidades. Como sabe, el conflicto es parte de la vida humana, por tanto no es
ajeno a su realidad educativa.
➡ Proponga realizar una campaña para los maestros de su centro donde se reflexione sobre el
compromiso que asumen desde su rol como educadores. Es decir, un compromiso con el cum-
plimiento de la programación curricular o un compromiso con los alumnos.
Sugerencias:
➡ Un programa de este tipo no tiene un costo elevado. Asegúrese que su colegio pueda cubrir los
costos aprovechando al máximo los recursos que posee.
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Educación para la Paz y Manejo de Conflictos
➡ Acuda a instituciones estatales o privadas que brinden apoyo a iniciativas educativas. Por ejemplo:
informe a los padres de familia de los beneficios de realizar un programa de Resolución de Conflictos
en la escuela, y pida su colaboración de acuerdo a sus posibilidades. Encontrará que hay muchos
padres dispuestos a cooperar.
Muchas veces nos dicen como educadores que debemos mejorar o cambiar, sin embargo, son pocas
las veces que nos dan alternativas que nos permitan saber cómo. En este punto esperamos responder
de alguna manera a esta pregunta.
Antes de empezar las actividades, es muy importante tener presente la elaboración de un plan de trabajo.
Le permitirá organizar los temas y presentar una estructura sólida que responda a las necesidades de sus
alumnos. Aunque las actividades tienen un objetivo en sí mismas, presentadas dentro de una estructura
nos permite orientarlas desde una perspectiva más integral.
Las jornadas o talleres pueden hacerse como una actividad distinta y separada, no relacionadas
necesariamente con el programa curricular u otras actividades que esté realizando en la clase.
Se planean cuidadosamente con anterioridad. Como usted sabe, las jornadas se realizan general-
mente en un sólo día y pueden abarcar entre 4 a 8 horas, dependiendo de los objetivos trazados. En
cambio, los talleres tienen una duración mayor (14 a 21 horas); para realizarlos, es preferible contar
con días continuos que permitan disfrutar de una experiencia integral. Ambas opciones están sujetas
a la disponibilidad de tiempo del grupo y de usted.
Para planear cualquiera de las dos, es necesario que escoja el o los temas que quiere desarrollar,
elaborando los objetivos que le permitan alcanzarlos. Las actividades que elija pueden ser:
Inicio: Permiten romper el hielo y generar un ambiente de respeto y confianza. Puede emplear
ejercicios de relajación, meditaciones, dinámicas de integración y motivación, etc.
Reflexión: Desarrollan los temas centrales de la jornada o del taller. Recurren a la experiencia del
alumno permitiendo volcar sus preguntas, inquietudes y reflexiones sobre su propia
vida y entorno social. Por ejemplo: Círculo del conflicto, ¿qué afecta mi autoestima?,
mis estilos de enfrentar los conflictos, la expresión de mis sentimientos, etc.
Evaluación: Son pequeñas actividades que permiten saber de forma directa los resultados del día
de trabajo. Puede utilizar la evaluación oral a través de preguntas como: ¿qué les gustó
más?, ¿qué puede mejorar?, ¿qué les gustaría cambiar? Es una manera de realizar una
retroalimentación sobre el papel que desempeñó.
Cierre: Este tipo de actividades nos permite culminar los procesos iniciados. Se caracterizan
por su brevedad, su relación inmediata con el tema y su carácter de vivencia grupal.
Recogen las experiencias afectivas y reflexivas de cada alumno en relación al tema.
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Educación para la Paz y Manejo de Conflictos
Aquí combinamos los objetivos del educador con los objetivos de un programa de resolución de conflic-
tos escolares. Esta integración se puede lograr designando una hora determinada en uno o varios días
de la semana o todos los días, en el momento que usted considere apropiado o necesario. No están obli-
gatoriamente relacionadas con el plan curricular. Por ejemplo, en la mañana puede recoger sus inquie-
tudes, necesidades e intereses, o puede preguntarles qué cosa buena les sucedió en la semana. O podría
hacer una meditación dirigida todas la mañanas para que sus alumnos se pongan en contacto consigo
mismos. También puede utilizar ejercicios de relajación antes de cada examen.
En general, una jornada o taller es la mejor manera para introducirnos al ambiente de un programa de
RC. Sin embargo, conforme ganamos experiencia, podemos incorporar los ejercicios y técnicas al
programa curricular. De esta manera, terminamos proporcionando a nuestros alumnos una atmósfera
de apoyo todo el año escolar, y no solamente durante el período que dura un taller.
A continuación presentamos la manera de planificar las actividades que podemos desarrollar, las
cuales se presentan en la segunda parte de este manual. Si queremos desarrollar un taller o jornada,
elaboramos una agenda; y si desarrollamos una actividad, tenemos en cuenta diversos criterios para
su aplicación.
«La hemos aplicado (…) en OBE, sobre todo con dinámicas. Al principio fue
difícil la participación de las alumnas, así que para vencer su timidez empecé
aplicando la agenda. Esto motivó a que estuvieran atentas a lo que venía y les
agradó…»
Una de las maneras de involucrar a nuestros alumnos en las actividades que les proponemos es
presentándoles una agenda de trabajo. Además permite que el grupo pueda sentirse parte de una
propuesta y plantear sugerencias. La agenda es la presentación secuencial y de las actividades que
desarrollaremos con el grupo.
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Educación para la Paz y Manejo de Conflictos
Modelo de Agenda*
AGENDA N° 1
Actividades de inicio
1. Ejercicios de relajación y meditación dirigida:
«Un lugar especial para mí…»
4. El noticiario
Actividad de evaluación
5. ¿Qué te gustó más?. ¿qué puede mejorar?, ¿qué no
entendí?
Actividad de cierre
6. Apretón de energía positiva
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Educación para la Paz y Manejo de Conflictos
Es muy importante tener en cuenta algunos criterios para seleccionar las actividades que se pueden
trabajar con nuestros alumnos; a continuación, presentamos algunos criterios básicos:
d) Espacio para compartir: Recomendamos algunas preguntas que motiven el diálogo: ¿cómo
nos fue?, ¿nos gustó esta actividad?, ¿cómo nos hemos sentido?, ¿para qué nos ha servido
esta actividad? Debemos fomentar la participación de todos y, a partir de lo que compartan,
descubrir con ellos la importancia y el objetivo de la actividad que se ha trabajado.
e) Cerrar la actividad: Es muy importante que el maestro facilitador pueda recoger las ideas de
todo el grupo, sintetizadas y al final devolvérselas. De esta manera los alumnos reconocerán lo
valioso de su participación y aporte, y sentirán que todos juntos están aprendiendo.
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APLICACIÓN DE LA RESOLUCIÓN DE
CONFLICTOS EN EL AULA
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En esta segunda parte, le presentamos los contenidos que consideramos necesarios e impres-
cindibles en el manejo de los conflictos y estrategias que le permitan desarrollar la resolución de
conflictos en el aula.
Cada punto contiene el desarrollo de los temas desde la perspectiva de la resolución de conflictos,
un espacio de reflexión sobre el rol que se busca en el profesor que desea construir la paz en su
escuela y actividades sugeridas para la aplicación directa en el aula.
«…hoy más que nunca debemos estar mejor preparados para satisfacer las
necesidades de nuestros alumnos y padres de familia…»
Uno de los motivos de mayor frustración de nuestra labor como docentes es no llegar a satisfacer
las necesidades e intereses de nuestros alumnos. Preparamos con mucho cuidado nuestras clases,
consultamos a nuestros colegas y hasta acudimos donde un «experto». A pesar de ello, no llegamos
a sintonizarnos con nuestro grupo de clase. ¿Qué sucede?, ¿por qué no se llega a satisfacer las
necesidades o intereses de nuestros alumnos? Antes de responder estas preguntas, le sugerimos
que realice este autodiagnóstico de su labor como docente.
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Aplicación de la Resolución de Conflictos en el Aula
Autodiagnóstico
acercarme a ellos?
Al responder a estas preguntas, podremos reconocer aquellas actitudes que necesitamos desarrollar
para acercarnos a nuestros alumnos, y estaremos más preparados para responder a las necesidades
del grupo.
Recoger las necesidades e intereses del grupo nos permite conocer cuáles son sus preocupaciones,
sus sueños, sus sentimientos, sus temores, sus habilidades y potencialidades, y preparar un ambien-
te de mayor tolerancia a las diferencias, respeto y confianza hacia el otro, elementos básicos para la
resolución de conflictos; nos permite conocer mejor al grupo para responder con certeza durante
todo el proceso de aprendizaje.
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Aplicación de la Resolución de Conflictos en el Aula
El Diario &*
Consiste en recoger los sucesos que se dan en el aula durante varios días. Tome en cuenta cualquier
hecho que usted considere importante para descubrir las necesidades del grupo, así como también
las reacciones que usted haya tenido. Cuando considere que el diario le ha permitido conocer mejor
al grupo podrá entonces comenzar a planificar las actividades.
A fin de evaluar el ambiente de la clase y los logros que hayan obtenido, use estas preguntas perió-
dicamente.
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Aplicación de la Resolución de Conflictos en el Aula
Esta actividad consiste en recoger directamente de los alumnos las necesidades e intereses que ellos
encuentran en sí mismos. Elabore una pregunta que les permita expresarlas y pídales que escriban
la(s) respuesta(s) en cada una de las tarjetas. Luego, con la ayuda de ellos, agrúpelas por similitud en
columnas. De esta manera obtendrá una visión detallada de las necesidades e intereses del grupo.
Como maestros sabemos que el aprendizaje sólo se produce cuando el alumno se siente motivado
por la temática a desarrollar, cuando percibe que ésta le es cercana a su vida y le sirve para ella. Sin
embargo, hemos de añadir un ingrediente más: el riesgo de expresar y la satisfacción de escuchar
opiniones y sentimientos. Esta capacidad sólo se puede desarrollar en un ambiente debidamente
preparado, en una atmósfera o clima de aula que aleje el temor y la tensión. Es decir, ir creando un
clima de confianza. La creación de este clima supone:
La confianza hacia uno mismo: significa empezar el camino del autoconocimiento y autoaceptación
personal. Acostumbrarnos a escucharnos a nosotros mismos, descubrir qué deseamos, qué queremos,
cuáles son nuestros sueños, sobre qué depositamos nuestras prioridades y sobre todo, qué es lo más
valioso de nosotros mismos.
La confianza hacia los demás: nos permite establecer relaciones sólidas y estables con el resto,
abriendo un espacio de conocimiento mutuo. El acompañamiento de las demás personas y de sus
experiencias, nos nutre y al mismo tiempo les sirve de alimento al resto. Condiciones imprescindibles
para fomentar un ambiente de escucha auténtica y de respeto profundo por las demás personas,
tanto en su particularidad que los hace seres irrepetibles como en su universalidad que los hace seres
«semejantes» a uno.
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Aplicación de la Resolución de Conflictos en el Aula
Respiración y Relajación*
Este ejercicio permite liberar las tensiones del grupo a través del movimiento de cada parte del
cuerpo y del uso adecuado de nuestra respiración.
Comience pidiéndoles que formen un círculo con suficiente espacio entre cada uno de ellos para
evitar interrupciones. Una vez en círculo, invítelos a respirar utilizando el diafragma o estómago; la
respiración tiene que ser lenta y profunda para propiciar la irrigación de sangre por todo el cuerpo.
Recuerde que lo primero que hacemos al nacer y lo último que hacemos antes de morir es respirar
y, por tanto, es una de las funciones más importantes de nuestro organismo y, por ende, muy
saludable para reducir el stress.
Luego, pídales que estiren los brazos hacia arriba, tratando de alcanzar el techo pero sin levantar los
talones; manténganse en esta posición y luego suelten todo el cuerpo hacia abajo rápidamente.
Repita varias veces. También puede comenzar a relajar el cuello y la cabeza con movimientos
circulares lentos para la derecha y la izquierda.
Existen diversas variaciones para esta dinámica y use aquélla que se adecúe más al grupo.
Meditación Dirigida*
El uso de la meditación en la rutina diaria en los colegios, permite reducir el nivel de stress y tensión
de los jóvenes. Generalmente, la sesión de meditación, se inicia con ejercicios de respiración y
relajación. Una vez lograda la calma, se inicia la meditación dirigida con diversos temas de interés.
Guíe a los jóvenes hacia el lugar que les gusta estar. Puede ser un rincón en la casa, un sitio donde
jugaban de niños, la playa, el campo. Pregunte qué colores ven, qué olores perciben, qué sienten y qué
hace que ese lugar sea especial. Pida a sus alumnos que dibujen el lugar especial que recordaron; de
esta manera, se les da la oportunidad a quienes no pudieron hacerlo durante la meditación. Luego
pregúnteles cómo se sintieron y si desean compartir la experiencia.
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Aplicación de la Resolución de Conflictos en el Aula
En este tema tratamos de revivir un momento especial de nuestra vida: un cumpleaños, un encuentro con
alguien especial, un paseo, un partido de fútbol o voleibol, etc. Mediante este viaje imaginado dirija al
grupo a recordar a las personas que estaban allí, qué dijeron y todo lo relacionado con ese momento.
Pida a la clase que se siente formando un círculo para estimular la cohesión en el grupo, y para que
todos se puedan ver y poner atención cuando hablen. Haga una pregunta sencilla e interesante,
como:
En círculo, pídale a cada uno que diga su nombre y que conteste a la pregunta elegida. Por ejemplo:
Me llamo Juan Carlos y mi equipo de fútbol favorito es Alianza Lima.
Recuerde que la participación es voluntaria y que algunos preferirán no responder. En esta etapa,
evite preguntas muy personales; es muy probable que tenga éxito sobre cosas ajenas a la escuela.
Cuando sienta que la confianza del grupo ha crecido, puede comenzar con la siguiente actividad.
Una vez formado el grupo en círculo, comience usted presentándose conforme haya elaborado el
ejercicio. Recuerde que la participación es voluntaria. Si alguien no desea participar tiene el "dere-
cho a pasar, de esta manera fomentamos un clima de confianza y respeto.
Varíe el ejercicio de acuerdo a las características del grupo y a los niveles de confianza que haya
desarrollado.
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Aplicación de la Resolución de Conflictos en el Aula
Diariamente vivimos situaciones en las que por diversas causas, recursos o necesidades, intereses o
valores, nuestras posturas se hallan en oposición a otras.
Es en esos momentos, cuando una serie de ideas y sentimientos atraviesan nuestra mente y
obstaculizan nuestra capacidad para afrontar los conflictos de una manera creativa y constructiva. Si
nos sentimos rechazados, atacados, resulta obvio que nuestra actitud inmediata sea de
autodefensa. De allí el surgimiento de actitudes cerradas, inamovibles: la idea de dar un paso atrás o
adelante de la posición en la que nos hallamos, nos aterroriza.
Desde nuestra experiencia, creemos que sólo seremos capaces de dar respuestas creativas al
conflicto, cuando nos aventuremos a entrar en un proceso de conocimiento, aceptación personal y
valoración de lo que somos y lo que podemos hacer. Es decir, ejercitarnos en el desarrollo de
nuestra autoestima.
El sabernos queridos, amados y respetados hace que enfrentemos de una manera diferente las
tensiones, y permite que nuestras reacciones no sean destructivas sino todo lo contrario.1
Una de las experiencias más fuertes y de mayor reto en los centros piloto fue la que tuvimos con uno
de los alumnos que capacitamos en el programa. Éste había sido rechazado por todos sus
profesores, a tal punto, que ellos habían pedido a la Dirección que fuera expulsado del colegio porque
les faltaba el respeto, no cumplía con las normas y buscaba cualquier equivocación o error para
ponerlos en ridículo en clase. En uno de los primeros talleres que dimos en ese colegio, el joven
compartió con nosotros y con todos sus compañeros el hecho de que nunca se había sentido
querido por nadie.
El comentario del alumno es una forma de expresión de una baja autoestima ocasionada posiblemente
por carencias afectivas, depresión, falta de afirmación, rechazo, críticas no constructivas o soluciones
drásticas planteadas por sus maestros que, probablemente, ocasionaron un terrible resentimiento en él.
Pero la poca disposición de dichos maestros a recibir una crítica abierta y directa por parte del
alumno, es también una muestra de que muchos pedagogos no hemos desarrollado la capacidad de
dar y recibir críticas, que también tenemos actitudes y formas de expresión que nos indican que
necesitamos mejorar y desarrollar nuestra autoestima.
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Aplicación de la Resolución de Conflictos en el Aula
Los maestros con los cuales desarrollamos el proyecto señalaron a la autoestima como el área más
importante para trabajar con los alumnos*. Reconocían la necesidad de respetar, estimular, brindar
confianza, aceptación y apoyo a sus alumnos; es decir, valorarlos como personas. Sin embargo, la
experiencia que hemos tenido a lo largo de dos años de trabajo nos plantea la siguiente interrogan-
te: ¿es posible trabajar la autoestima de los alumnos sin desarrollar la nuestra como profesores?
La respuesta es no, es muy difícil ayudar al alumno a desarrollar su autoestima, si es que nosotros
mismos no nos valoramos y aceptamos nuestras cualidades y limitaciones. Es en la interdependencia
(profesor-alumno), en la interacción del mundo interno personal con lo externo, donde las personas
van construyendo y desarrollando el aprecio y valor hacia sí mismos.
El alumno que se siente reconocido, aceptado y perdonado satisface dos necesidades afectivas
fundamentales: la seguridad y el estímulo. El maestro puede ser un modelador del alumno ayudán-
dolo a desarrollarse plenamente, permitiéndole sentirse seguro en cada situación nueva de aprendi-
zaje y con la motivación suficiente para emprender nuevas experiencias*.
A partir de nuestra experiencia, vamos a sugerir un conjunto de ejercicios y actividades que están
orientados a la formación de actitudes y habilidades hacia el desarrollo de una autoestima positiva,
las cuales sólo son una pequeña muestra del abanico de posibilidades que podríamos trabajar con
nosotros o nuestros alumnos.
Para tal efecto, vamos a describir cuatro aspectos básicos de la autoestima que nos ayuden a deter-
minar las actitudes y habilidades que creemos se deben reforzar en los alumnos. En el siguiente
punto, desarrollamos los cuatro elementos que intervienen en el proceso de la autoestima.
* Las investigaciones señalan que existe una correlación directa entre la autoestima de los profesores con la autoestima de
los alumnos. Jiménez con Fox indican que el descontento que siente un alumno de su profesor va acompañado de un
descontento consigo mismo y, los estudiantes que se sienten más lejanos a su profesor, tienen actitudes más negativas
hacia la escuela que los que se sienten más cerca de él. No podemos negar que el referente afectivo que representa el
profesor es muy importante para un desarrollo socio-afectivo adecuado.
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Aplicación de la Resolución de Conflictos en el Aula
Las reacciones de una persona ante un conflicto no son causadas por los acontecimientos en sí, sino
por su manera de verlos, de interpretarlos y de evaluarlos. Por tanto, es importante tomar conciencia
de nuestro mundo interior, darse cuenta, asumir con responsabilidad las reacciones que tenemos
frente a una situación dada.
La coordinadora de normas de uno de los centros piloto donde trabajamos, compartió con nosotros
que había tomado conciencia de la imagen que proyectaba frente a sus alumnas (una persona muy
seria, exigente, que provocaba miedo) y que este darse cuenta, le había ayudado a permitirse sonreír
frente a ellas.
A continuación, presentamos un conjunto de preguntas que puede ayudarnos a desarrollar esa toma
de conciencia. Busque un lugar tranquilo y privado, y escriba en un papel las respuestas a cada
pregunta; intente ser sincero(a) consigo mismo(a):
● ¿Me perdono?
● ¿Soy perfeccionista?
La posibilidad de elegir darse cuenta o tomar conciencia, es la que genera la necesidad de desarrollar
nuestra autoestima.
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Aplicación de la Resolución de Conflictos en el Aula
Páginas de la Mañana 4*
Esta actividad, como su nombre lo indica, puede ser utilizada al comenzar el día, una clase, una jornada
o reunión con los alumnos. Consiste en darles una hoja en blanco y pedirles que escriban todo lo que en
ese momento está pasando por sus cabezas, aclarar que pueden ser ideas, palabras sueltas con o sin
coherencia; lo importante es que el papel deje traslucir lo que en ese momento están pensando y
sintiendo.
«Las páginas de la mañana eran unas hojas en las que uno tenía que expre-
sar en ese momento, desfogarse de las penas, angustias y así poder comenzar el
taller más tranquilo»
Este testimonio nos da una clara idea de los objetivos de la actividad. Ayuda mucho a los alumnos a
darse cuenta sobre cuáles son sus angustias, temores, problemas que son parte de ellos y que el
poder reconocerlos, les ayudaba a calmarse, concentrarse y empezar a conocerse.
Es una actividad muy simple y breve. Consiste en escribir durante un minuto quince cualidades posi-
tivas que reconozcan de sí mismos nuestros alumnos. A los más pequeños les podemos pedir diez.
Esta actividad ayuda a tomar conciencia sobre cuánto conocemos y valoramos lo bueno que hay en
cada uno de nosotros, a darnos cuenta del nivel de conocimiento personal y, en los más pequeños,
a mirarse y reconocer que son valiosos.
Vivir la experiencia de tomar conciencia o darnos cuenta, nos permite desarrollar un proceso de cono-
cimiento personal. Es decir, reconocemos que ante cualquier situación (ya sea de conflicto o no) nos
surgen reacciones, sentimientos y pensamientos; y que ahora tenemos la capacidad de preguntarnos
el porqué de esas reacciones, resistencias, sentimientos o pensamientos frente a un hecho.
En esta etapa es muy importante encontrar correspondencia entre el comportamiento que tenemos
(reacciones, sentimientos, posturas, pensamientos ante un hecho) y las creencias que sobre nosotros
mismos poseemos.
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Aplicación de la Resolución de Conflictos en el Aula
Recordamos el caso de una profesora con muchos años de experiencia que tenía dificultades con las
alumnas de los últimos años. Realizamos una jornada de encuentro entre maestros y alumnas, y ésta
fue una oportunidad para que ellas pudieran expresar con mucho respeto su descontento y los
errores que consideraban eran cometidos por la profesora. Más tarde, ésta compartió con nosotros
que había sido una gran oportunidad para mirarse y analizar su conducta frente a las chicas, aspec-
tos que ella no veía y que debía trabajar para sus relaciones con los demás.
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Aplicación de la Resolución de Conflictos en el Aula
Preparar una hoja con una serie de preguntas y frases. Pídales a los alumnos que contesten y com-
pleten las oraciones de acuerdo a lo que sienten:
...............................................................................................
...............................................................................................
...............................................................................................
...............................................................................................
perder? ..................................................................................
6. Una vez que me sentí bien por algo que un amigo hizo por
mi fue ....................................................................................
...............................................................................................
Esta actividad ayuda a un mayor conocimiento personal, teniendo como punto de partida cómo se
ven los alumnos en sus relaciones más cercanas en el aula: con sus compañeros.
Preparar un material con el título antes mencionado, y motivar a que los alumnos cuenten una histo-
ria que los ayude a descubrirse y tener un mayor conocimiento de sí. Es un trabajo muy personal; si
ellos lo desean, se puede compartir.
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Aplicación de la Resolución de Conflictos en el Aula
El valorarse a sí mismo es un aprendizaje que lo vamos adquiriendo desde el nacimiento, el valor que
nos otorguen nuestros padres, maestros, amigos y demás personas, irá desarrollando el valor hacia
sí mismo y hacia los demás. Es en este aprendizaje donde debemos sentirnos afirmados, es decir,
reconocidos, aceptados, queridos y cuidados. La autoestima no puede construirse sin los otros, los
adultos somos espejos en los cuales los niños se miran; es en la interdependencia donde las
expectativas positivas o negativas generarán el desarrollo de una buena o mala autoestima. Si le
decimos a un niño que es flojo, es muy probable que refuerce esta idea y lo sea más.
«En mi clase entendí que tengo que dar un espacio para dedicarme a los
alumnos, a sus inquietudes e intereses fuera de la labor académica; de nada
vale seguir con sus cuadernos llenos de contenidos, cuando su estima no
está desarrollada y donde vayan se van a sentir menospreciados»
Cuanto más afirmación reciba la persona, mayor será su autoestima y se facilitará más su propio
bienestar, como también el de los que lo rodean; de allí el papel tan importante que tenemos los
maestros de sentirnos afirmados y valorados para poder afirmar y valorar a nuestros alumnos.
Es muy importante reconocer que no podemos dejar de comunicar nuestras actitudes positivas o
negativas a nuestros alumnos. Consciente o inconscientemente, las comunicamos, y éstas pueden
ocasionar daño o desarrollo de su autoestima.
Educar no es igual a corregir; para cambiar al niño hay que confiar y creer en él, ver su
lado positivo: afirmarlo.
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Aplicación de la Resolución de Conflictos en el Aula
● ¿Me permito recibir con agrado los elogios que los demás
pueden hacer de mí?
Mi Álbum*
Es una colección de experiencias afirmativas que los estudiantes desarrollan y pueden ir recopilando
durante el año. De todas las actividades que desarrollamos con los alumnos, ésta fue la de más
aceptación y agrado. Puede usarse un folder o cartulina como contratapas. El objetivo de esta
actividad, es ofrecer a los niños y jóvenes la oportunidad de expresar ideas positivas sobre sí
mismos, de sus compañeros o de nosotros mismos. Se pueden colocar actividades que estimulen el
dibujo y la expresión como: «mi autorretrato», «algo que me gusta hacer», y otras como «mi árbol
familiar», «una canción que me gusta», «ésta es mi familia», «mis buenos recuerdos», «mis comidas
favoritas», etc.
Para los niños y jóvenes, es muy importante la presentación que le demos al material: dibujos, frases,
etc.
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Aplicación de la Resolución de Conflictos en el Aula
Podemos preparar un material o pedirle a los alumnos que dividan una hoja en tres columnas y coloquen:
personas - lugares - hechos importantes a lo largo de su vida. Acompáñelo con música asegurándose de
que todos entiendan la actividad y ayúdelos dándoles un ejemplo sobre sí mismo.
Ejemplo: Una persona importante -mi madre-. Un lugar importante -el parque donde
jugaba los domingos cuando era niño-. Un hecho importante -mi primera
comunión-.
Es una actividad muy sencilla, no requiere material ni toma mucho tiempo, y puede utilizarse para el
cierre de una clase, jornada o un momento importante con los alumnos. Consiste en que cada
participante diga me voy de viaje (puede modificarse de acuerdo a la situación: me voy de la clase,
me voy del taller ) y me llevo… La idea es cerrar una actividad con la expresión del sentir de cada
miembro del grupo.
Ejemplo: Me voy del taller y me llevo amistad y mayor confianza del grupo.
3.4 La Aceptación
Es un proceso muy importante al cual debemos aspirar, porque nos permite reconocer con ecuanimidad
y serenidad, aquellos rasgos físicos y síquicos que nos limitan y empobrecen, así como aquellas
conductas inapropiadas y/o erróneas de las que uno es autor. Requiere un largo proceso de desarrollo
en nuestra autoestima. Cuando alguien se acepta como un ser humano falible y acepta el potencial de
sus habilidades, es cuando comienza a cambiar y a crecer como persona. Rechazar los aspectos nega-
tivos no hace más que evidenciarlos con más fuerza.
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Aplicación de la Resolución de Conflictos en el Aula
Mi Árbol*
Esta actividad consiste en que los alumnos dibujen un árbol que presente las siguientes características:
en las raíces coloquen sus cualidades, en la copa del árbol dibujen frutos y en cada uno de ellos
escriban sus logros y principales satisfacciones que tengan (haber ganado una medalla, tener un buen
amigo, etc.), que rodeen con humo a un lado del árbol, lo cual representa las limitaciones y defectos que
no los ayudan a crecer y, al otro lado, gotas de lluvia que representen las actitudes personales que les
ayudan a crecer.
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Aplicación de la Resolución de Conflictos en el Aula
Muchas veces, la falta de una comunicación auténtica es la causa principal de un conflicto. Una
percepción equivocada y no aclarada a tiempo, un juicio previo, un gesto mal interpretado o una
palabra no dicha en su momento, pueden ocasionar el surgimiento de un conflicto no deseado que
llegue a tener un cariz destructivo.
La comunicación implica básicamente una actitud de apertura para escuchar y ser escuchado, y
además el desarrollo de una sede de habilidades que hagan de ella un proceso funcional.
Su función básica es enviar y recibir mensajes. Sin embargo, no siempre estamos seguros de haber
recibido claramente el mensaje o de haberlo expresado con claridad; y es que comunicarnos, nos
exige desarrollar habilidades que nos permitan escuchar atentamente a la otra parte y expresar con
eficiencia sentimientos, opiniones y pensamientos.
Escuchar y ser capaces de ponernos en el lugar del otro, nos pone en condición de comprender
realmente lo que está sucediendo. De igual manera, expresar lo que sentimos en una situación
difícil, ayuda a aligerar la carga de tensión entre las partes y, a partir de allí, se abre la posibilidad
de pensar alternativas.
En nuestro rol de maestros, hacemos uso de estas habilidades de escucha y expresión cuando nos
relacionamos con nuestros alumnos. Algunas veces sentimos que hemos podido ayudar, y en otras
nos queda la incertidumbre de haberlo logrado. Una de las profesoras de los centros piloto donde se
desarrolló el proyecto, expresó con mucha profundidad y claridad los beneficios que había obtenido
personalmente al usar una comunicación funcional; ella dice: «Realmente lo que a mí me ha ayudado
es callarme para poder escuchar…». Reconocer que escuchar nos brinda la oportunidad de
establecer un vínculo de confianza y seguridad con quien necesita expresarse, es quizás uno de
los retos más importantes de nuestro rol como maestros.
La escucha activa es la capacidad del individuo de establecer una comunicación con el otro, valorando
su punto de vista, reconociendo sus sentimientos y comprendiendo cuál es realmente la situación. La
escucha activa promueve destrezas y habilidades muy concretas que facilitan que un malentendido, una
percepción equivocada, no lleguen a afectar nuestras relaciones o se apele hasta la violencia. Tiene en
cuenta los siguientes elementos:
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Aplicación de la Resolución de Conflictos en el Aula
La comunicación no implica únicamente el desarrollo de nuestra capacidad verbal sino también el uso de
nuestro cuerpo como instrumento de comunicación. Generalmente, nuestro cuerpo expresa libremente
las emociones que surgen en nuestro interior, aun sin expresar verbalmente nuestros sentimientos.
Muchas vaces, al entrar a algún lugar, nos han visto y han identificado nuestro estado emocional con
mucha certeza.
Por tanto, el uso del cuerpo como medio de expresión positiva, nos permite establecer coherencia
con lo que decimos y manifestamos; y al escuchar al otro, brinda acogida y fomenta la confianza para
que se exprese libremente.
La mirada, los gestos de nuestro rostro, nuestra postura, forman parte de este medio importantísimo que
llamamos el Lenguaje Corporal Positivo. Es así que nuestra primera tarea es tomar conciencia de
nuestro desenvolvimiento corporal, luego buscar que haya coherencia entre lo que se expresa con el
cuerpo y lo que se expresa verbalmente y, por último, reconocer su importancia para generar confianza
y acogida al otro.
Mi Cuerpo Habla
Esta actividad permite que los alumnos tomen conciencia de la capacidad expresiva de su cuerpo.
Pídales que se pongan en dos filas, uno frente al otro, asigne a cada fila un número o letra (Fila A y Fila
B, por ejemplo). Una fila expresará libremente varios sentimientos y emociones utilizando el cuerpo
como instrumento, y la otra tratará de identificar qué sentimiento o emoción ha sido expresado. Luego,
en plenario, promueva la reflexión a través de estas preguntas: ¿Cómo se sintieron?, ¿fue difícil o fácil
distinguir los sentimientos?, ¿qué hizo difícil o fácil distinguirlos?, ¿qué habilidad necesitamos
desarrollar para percibir mejor los sentimientos?
El Espejo
Como en el ejercicio anterior, pídales que se formen en dos filas. En este caso, una de las filas será el
espejo de la otra. La actividad consiste en reconocer con la ayuda de un «espejo» cómo es nuestro
lenguaje corporal. La fila que ha sido asignada como espejo tiene que imitar los movimientos, gestos y
postura que la otra realice. Cuando termine, cambie de roles y repita el ejercicio. En la reflexión grupal
haga preguntas que ayuden a identificar los sentimientos que experimentaron, y los aspectos nuevos
que descubrieron sobre su lenguaje corporal.
La escucha atenta, como su nombre lo dice, permite desarrollar una actitud de escucha permanente
hacia el otro, donde seamos capaces de atenderlo auténticamente en sus sentimientos expresados.
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Aplicación de la Resolución de Conflictos en el Aula
La atención está totalmente puesta sobre el otro, no sólo en el mensaje hablado sino en el corporal,
alejándonos de nuestra propia perspectiva o preocupaciones.
La práctica de la escucha atenta nos ofrece, como maestros, la oportunidad de ponernos en el lugar
de nuestros alumnos, reconocer sus puntos de vista y comprender sus sentimientos. Recordemos
aquellas veces que fuimos escuchados por el otro, donde experimentamos ser acogidos, atendidos
y comprendidos. Recordemos también aquellos momentos en los que pudimos escuchar realmente
a nuestros alumnos, sin emitir un juicio o dar un consejo; esos momentos, donde preferimos el silen-
cio para poder escuchar.
Enviando Mensajes
Esta es una actividad muy popular que consiste en transmitir un mensaje de persona a persona.
Generalmente, el mensaje que llega a la última persona, es graciosamente diferente al original. Así
podemos destacar cuáles son los obstáculos en la comunicación o también podemos utilizarlo para
mejorar nuestra capacidad de escucha. De esta manera, motive al grupo a que la última persona
reciba exactamente el mensaje original. Esto se puede lograr analizando cómo es que se transmiten
los mensajes. Siéntese en círculo y comience el juego con una oración sencilla.
Escuchar/ No escuchar
Pida a sus alumnos que se agrupen en tríos, luego entrégueles a cada uno un papel que describa el
rol que asumirán. No deben enseñar el rol que les tocó a sus compañeros. En el momento que usted
decida, pídales comenzar a interpretar los roles que a cada uno se le asignó. Los roles son los
siguientes:
Participante# 1
Cuente a sus compañeros una
experiencia o anecdota que le haya
sucedido.
Participante# 2
Manifieste una actitud de escucha
permanente, utilizando todo aquello
que al otro lo haga sentir escuchado.
Participante# 3
Exprese una actitud de total no
escucha, expresandolo con su
postura, gestos y mirada.
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Aplicación de la Resolución de Conflictos en el Aula
En el plenario, pregunte cómo se sintieron en el rol que asumieron, si algunas veces se han sentido
escuchados o no escuchados, y si fue similar a esta experiencia. Si desea, puede repetir el ejercicio
cambiando los roles.
4.1.3 Paráfrasis
Parafrasear es un ejercicio muy interesante porque nos ayuda a asegurarnos que el mensaje que dijo
la otra persona ha sido recibido. Consiste en expresar con otras palabras los puntos más importantes
que dijo el otro, resaltando los hechos y los sentimientos. Es por ello que la atención juega un papel
esencial: si no podemos concentrarnos, difícilmente se podrá parafrasear bien lo escuchado.
Sentimientos Hechos
Trate de encontrar la forma más cómoda de enfatizar los sentimientos y los hechos de lo expresado
por la otra persona. En ciertas ocasiones, seguir la sugerencia que les presentamos, puede sonar
artificial, pero es sólo una pauta.
Parafraseando*
Divida a la clase en parejas, escoja un tema de interés al grupo y pida al número uno que hable sobre
él. La segunda persona debe parafrasear a la primera. Cuando la primera le ha dado el visto bueno a
la interpretación de la segunda, la segunda comienza a hablar sobre el mismo tema. Entonces
la primera parafrasea lo que la segunda ha dicho. Esto también se puede hacer con grupos
pequeños, con observadores.
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Aplicación de la Resolución de Conflictos en el Aula
Te Doy un Regalo
Al igual que la anterior, divida la clase en parejas, el tema que hablarán será "un sueño o meta que
quiero alcanzar en este año". Pida al número uno que comparta sobre el tema. La diferencia está que
en el momento de realizar la paráfrasis, la segunda persona le entregará un regalo que le permita
alcanzar su sueño o meta.
Ejemplo: Carlos está muy feliz de ahorrar para poder poner su puesto de
raspadillas en el verano, y yo le regalo mi tiempo una vez a la semana
para ayudarlo a venderlas.
Este último paso de la escucha activa, ayuda a la otra persona a mirar su problema desde otra pers-
pectiva, a buscar alternativas de solución y a aclarar más la situación. A través de las preguntas orien-
tadoras se pueden explorar los sentimientos, pensamientos e intereses del otro. Las preguntas que
se utilizan en este punto, son preguntas abiertas porque proveen mayor información que un Sí o No.
Le presentamos algunos ejemplos de preguntas abiertas:
Por otro lado, existen preguntas abiertas que debemos evitar para no juzgar al sujeto; por ejemplo:
Recuerde que el uso de preguntas adecuadas abre el camino a una comunicación más clara que
posibilita buscar alternativas nuevas o diferentes.
La escucha activa, entonces, requiere del ejercicio de estos elementos para prepararnos en el mane-
jo de los conflictos. ¿Por qué para manejar los conflictos es indispensable escuchar? Existen varias
razones:
• Comprensión del problema: no se puede entender la causa del problema sin escuchar a quién
o quiénes lo están encarando.
• Confianza y empatía: las personas no se acercan cuando no sienten que uno es capaz de
entender los sentimientos ajenos.
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Aplicación de la Resolución de Conflictos en el Aula
• Dar paso a la razón y la lógica: en medio de un conflicto, a menudo los sentimientos y las
emociones se imponen sobre la razón y la lógica. Cuando se escucha, se da lugar a que la
persona exprese libremente sus sentimientos; el mismo hecho de escucharse a sí mismo,
permite a la persona reconsiderar la situación (al volverla a explicar), y esto puede ayudarle a
tener una perspectiva nueva del problema.
Expresar nuestros sentimientos no sólo es un acto de liberación, sino que al hacerlo adecuadamente,
disminuimos la tensión y fortalecemos la relación. Los sentimientos, al ser elementos fundamentales
en la comunicación interpersonal, deben ser manejados antes que cualquier otro asunto. Cuando un
alumno experimenta sentimientos muy fuertes, no busca solucionar su problema, sino ser escuchado.
El tener nuestras emociones bloqueadas, reprimidas o mal entendidas, nos genera un momento de
confusión y angustia. Queremos expresar lo que sentimos pero no logramos identificarlo claramente.
Reconocer nuestros sentimientos es la capacidad de tomar conciencia o de darnos cuenta de los
sentimientos que nos producen diferentes situaciones. Ejercitar esta capacidad nos ayuda a establecer
una comunicación interior de las emociones en relación con los hechos, y nos prepara para poder
expresarlas con libertad a los demás.
Descubriendo sentimientos*
Para esta actividad, necesita música variada o imágenes diversas de periódicos. El ejercicio consiste en
presentar la música o las imágenes (si es música, es preferible que cierren los ojos) y pedirles que se
concentren en identificar los sentimientos que les ha producido. Luego, con la ayuda del grupo, escri-
ba una lista de los sentimientos que experimentaron. Cuando terminen, pueden agregar algún otro que
no haya salido. Después, pídales que escriban aquellos sentimientos que no les cuesta
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Aplicación de la Resolución de Conflictos en el Aula
expresar y los que sí les cuesta. Cuando hayan acabado, forme grupos de 4 ó 5 personas para que
compartan la pregunta ¿por qué me cuesta o no expresar estos sentimientos? Concédales tiempo y
luego promueva la reflexión en plenario: ¿cómo se sintieron?, ¿qué descubrieron al compartir con los
compañeros?, ¿en qué circunstancias es posible expresar los sentimientos o en cuáles no?
Hemos visto la importancia de expresar los sentimientos luego de haberlos identificado puesto
que nos ayuda a desbloquear, liberar las emociones que teníamos guardadas. Sin embargo, aunque
somos conscientes de la importancia de hacerlo adecuadamente, no tenemos los recursos o
herramientas que nos permitan hacerlo.
Como vimos en el punto anterior, lo primero es reconocer o identificar los sentimientos y emociones
que se experimentan frente a una situación en conflicto. Luego, buscar el momento adecuado, que
no sea muy lejano a la situación de conflicto. Y por último, expresar libremente los sentimientos,
asumiéndolos como responsabilidad personal y aquéllo que nos gustaría que el otro pudiera cambiar.
Es muy común escuchar frases como éstas que permiten liberar nuestras emociones, pero que
buscan culpabilizar al otro:
«Siempre» y «nunca», por querer decirlo todo, no dicen nada, señalan al otro primero, y tampoco
expresan qué sentimos.
Hagamos oraciones de «yo», que identifiquen nuestros sentimientos: en lugar de señalar al «otro»,
comencemos con nosotros mismos, contestando a la pregunta «¿cómo me siento?».
Por tercera vez tus papás no te dejan ir a una fiesta. Generalmente podríamos responder:
Sin embargo, podemos expresar lo que sentimos y aliviar la tensión de una manera distinta. La
fórmula que usamos es una guía, no es una sugerencia para que hablemos literalmente así.
Por ejemplo:
Yo me siento INCOMPRENDIDA
cuando NO ME DEJAS SALIR A UNA FIESTA
porque NO PUEDO EXPLICARTE LO IMPORTANTE QUE ES PARA MÍ
y me gustaría que ME DIGAS TUS RAZONES ANTES DE NEGARTE.
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Aplicación de la Resolución de Conflictos en el Aula
Usted puede elaborar un grupo de situaciones para que sus alumnos se ejerciten en expresar sus
sentimientos, mediante oraciones que comiencen con el término «YO».
Cuando experimentamos la necesidad y la riqueza que supone el compartir con otras personas lo que
sentimos y lo que necesitamos, caemos en la cuenta de que nuestras relaciones con los demás
pueden ser potenciadas si hacemos de ellas espacios de confianza y apoyo mutuo.
Si en un grupo predomina una relación competitiva, la tensión entre las personas se incrementa; unos
y otros se obstaculizan entre sí y las posturas defensivas y destructivas se generalizan.
En cambio, cuando en el grupo se asume una postura cooperativa, el conflicto será visto como un
problema mutuo en el cual los esfuerzos de colaboración permitirán su resolución.
La cooperación no se reduce a tener sentados a los estudiantes en la misma mesa o estar físicamente
uno al lado de otro para compartir un material, no es asignar un trabajo a un grupo de estudiantes
donde sólo uno o dos hacen todo el esfuerzo porque son los más hábiles, mientras los demás
conversan y colocan su firma a la hora de presentarlo.
Hay una gran diferencia entre poner a los estudiantes en grupo para aprender, y la de crear en ellos
un sentido de comunidad e interdependencia cooperativa.
Nuestra experiencia nos ha enseñado que es posible generar el sentido de comunidad encaminado
a desarrollar confianza, metas comunes, tolerancia y respeto a las diferencias; así lo manifestó una
de las alumnas capacitadas en la mediación escolar:
«Los mediadores hemos formado una familia, porque el primer día que
llegamos a ver los horarios para averiguar que día íbamos a venir, todos
estaban en sus grupos, parecía que habría pelea, nadie congeniaba con
nadie, pero gracias a este programa, a las dinámicas de confianza, que
hubieron bastante, conformamos una familia y no dejábamos que nadie se
caiga; nos uníamos tanto que velábamos por los demás y, si faltaba
alguien, siempre alguno preguntaba»
Una premisa clave para desarrollar esta propuesta con los alumnos, es el reto que implica trabajar
una interdependencia cooperativa entre los maestros; no tendría mucho significado para nuestros
alumnos, si es que los maestros no reflejamos actitudes y habilidades cooperativas en nuestras
relaciones, si entre nosotros no existen metas comunes, o no podemos tolerarnos, ni desarrollar
confianza o reconocer las necesidades e intereses de los demás.
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Aplicación de la Resolución de Conflictos en el Aula
l. Confianza: sentirse libre frente a los demás para expresarse, para dar y recibir
2. Ayuda: facilitar el cumplimiento de las metas del otro
3. Apoyo y aceptación: afirmar al otro, promover un trabajo de mutua exigencia personal entre los
miembros del grupo
4. Tolerancia: a los errores, fracasos, limitaciones y críticas constructivas de los demás
5. Respeto a las diferencias: aceptar que vivimos en una comunidad en la cual hay personas
diferentes en su apariencia, conducta, percepciones, creencias, razas, sexo, preferencias,
valores y formas de pensar
6. Reconocer intereses y necesidades del otro: desarrollar la buena voluntad de responder con
mucha ayuda a las necesidades y pedidos del otro a través de la toma de decisiones de
manera consensual
El proceso cooperativo ve a los conflictos como problemas mutuos que deben resolverse con un
esfuerzo colaborativo, reconociéndose la legitimidad de los intereses del otro y la necesidad de
buscar una solución que responda a las necesidades de todos.
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Aplicación de la Resolución de Conflictos en el Aula
Interdependencia promotora:
• Promover un trabajo de mutua exigencia personal entre los miembros del grupo
• Articular las metas personales con las de los demás miembros
• Ayudar a que cada miembro pueda conseguir sus propias metas
• Enriquecer el trabajo propio con la críticas y aportes de los demás miembros del grupo
● ¿Cuáles son las metas comunes que nos hemos trazado los
profesores en el colegio?
Uno de los principios pedagógicos importantes en la tarea educativa del maestro es fomentar ejercicios
donde se aprenda jugando. Los juegos cooperativos permiten a los alumnos la posibilidad de reflexión
y generación de actitudes cooperativas sin sentirse presionados por el cumplimiento de una tarea o
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Aplicación de la Resolución de Conflictos en el Aula
Sillas Musicales*
Juego cooperativo. Los materiales que se necesitan son sillas y música bailable. Todos los participantes
deben caminar al compás de la música alrededor de las sillas. Al parar la música inesperadamente,
todos deben sentarse, ninguno debe quedarse de pie (aunque el número de sillas no sea igual al de
participantes). Se debe ir eliminando silla por silla hasta que quede una sola y los participantes deben
buscar la manera de sentarse todos juntos en la misma silla.
El profesor debe motivar al grupo diciendo que todos los participantes son responsables y deben
ayudar a sus compañeros a sentarse; si alguien no se sentara o cayera, entonces todo el grupo pierde.
La Bomba*
Juego cooperativo. Material: una pelota. Todos deben estar sentados en círculo con las piernas
estiradas, iniciándose el juego cuando un participante pasa la pelota al otro compañero sin dejarla
caer (sólo puede utilizar sus piernas). Al igual que el juego anterior, si a alguien se le cae la pelota,
todos pierden y hay que volver a comenzar. El juego termina cuando la pelota ha dado la vuelta
completa sin haberse caído, entonces el grupo habrá ganado.
La Frase Cooperadora*
Actividad Cooperativa. Los materiales que se necesitan son plumones de colores y papeles recortados
en cuadrados del mismo tamaño. El facilitador debe pensar en una frase como: «Construyamos juntos
la paz en nuestras aulas» y escribir cada palabra de la frase con un plumón de un determinado color (los
cuadrados servirán para colocar cada una de las letras de la palabra). Luego dividirá a los alumnos en
grupo y entregará en forma desordenada una o dos palabras de la frase; por ejemplo construyamos al
grupo A, juntos la paz al grupo B y así sucesivamente.
El objetivo es que los grupos se apoyen mutuamente y todos juntos construyan la frase.
En un ambiente de confianza, donde las personas puedan expresar lo que sienten y puedan ser
escuchadas, en el que la perspectiva es cooperativa y no competitiva y, sobre todo, en el que prima
una atmósfera de reconocimiento mutuo de lo que cada uno puede aportar, el manejo creativo del
conflicto se encamina hacia la búsqueda de soluciones satisfactorias para ambas partes*.
La generación de nuevas respuestas ante el conflicto requiere de una alta dosis de creatividad. Esta
será una habilidad permanente junto a una actitud de búsqueda de soluciones, de manera que las
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Aplicación de la Resolución de Conflictos en el Aula
partes en conflicto sientan que sus necesidades, deseos e intereses son atendidos equitativamente.
La mayoría de los teóricos señala que hay dos elementos centrales en cualquier conflicto:
El respeto a sí mismo: Según Leredach, la raíz más profunda del conflicto está asociada a la
creencia que nuestra significación como personas, depende de ganar o no el conflicto; es decir, si no
«ganamos» el conflicto, nos sentimos disminuidos como personas. Es por esta razón que el
conflicto está asociado a la competitividad, a los conceptos de ganar o perder.
El poder: En todo conflicto está presente «el poder» en la relación que se da entre las partes; es decir,
el grado de control y decisión que puede tener una de las partes en contraposición a un grado de
dependencia de la otra.
Nuestra propuesta es desarrollar un nuevo concepto ante el conflicto, el de ganar-ganar (no hay un
perdedor y un ganador, sino ambos ganan, satisfacen sus necesidades e intereses) y el desarrollar el
poder que tiene toda persona; es decir, las posibilidades de auto realización al reconocerse como
valiosas, significantes e importantes, con capacidad para defender su espacio como persona, no
dejarse maltratar, defender sus derechos y con palabra propia.
6.2 ¿Cuáles son los pasos para introducir el manejo creativo a los conflictos en nuestra labor
educativa?
La violencia que puede desencadenar un conflicto es como una espiral, puede comenzar con un
insulto que hace un alumno a otro, como una mentada a la madre, y comienza a escalar hasta el
48
Aplicación de la Resolución de Conflictos en el Aula
punto que las partes involucradas pierden el control total de la situación, y llegan a reacciones tan
violentas como puede ser pelearse con los puños o con chavetas, perdiendo importancia la causa
por la que se inició el conflicto.
¿Podemos evitar que el conflicto escale y llegue a manifestaciones agudas de violencia? El reto de la
Educación para la Paz, es ayudar a encontrar respuestas nuevas y creativas que ayuden a romper
esta espiral de violencia que se manifiesta de diversas formas en nuestras aulas.
Las personas solemos utilizar palabras como: líos, peleas, broncas, pleitos, disputas, discrepancias,
problemas o palabras análogas para referirnos al conflicto; como vemos, dichas palabras asocian al
conflicto a una visión negativa y destructiva de las relaciones entre las personas. Esta visión negativa
hace que busquemos la manera de evitar el conflicto o que, cuando éste se presenta, tengamos
posturas defensivas o competitivas. No se maneja la visión positiva del conflicto que nos puede
permitir la oportunidad de un crecimiento personal.
Si ante un conflicto pretendemos aparentar que no pasó nada, las consecuencias negativas que
tendríamos que afrontar son sentimientos heridos (resentimiento, frustración etc.) o un conflicto más
grande. Por el contrario, si enfrentáramos el conflicto aclarando lo que sucedió, expresando sentimientos,
tendríamos consecuencias positivas: una solución al problema y una mejor relación con la persona.
Las consecuencias que generan las respuestas que damos del conflicto, harán que nuestras
actitudes y creencias sobre éste se refuercen. De esta manera se crea un Círculo del Conflicto que
probablemente sea casi siempre el mismo.
Creencias y Actitud
(refuerza)
CIRCULO DEL CONFLICTO 3
Actitudes y Creencias
Respuesta
3 Tomado del Community Board Program. Conflict Resolution, a Secundary School Curriculum
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Aplicación de la Resolución de Conflictos en el Aula
Ya hemos presentado los estilos que solemos utilizar al dar respuestas a los conflictos. Estas formas
de dar respuestas responden al deseo de satisfacer intereses o necesidades nuestras y, por otro lado,
también responden al deseo de satisfacer los intereses o necesidades de la otra parte.
Vamos a recurrir al Modelo de Importancia Dual, para ver a través de un plano cartesiano cómo están
orientados estos estilos que utilizamos a satisfacer mis intereses o de la otra parte. La línea vertical
representa el deseo de satisfacer MIS intereses mientras que la horizontal representa el deseo de
satisfacer los intereses del OTRO.
Satisfacer
MIS Negociar
intereses
Evitar Acomodar
Si la persona A únicamente desea satisfacer sus intereses sin tener en cuenta los de la persona B,
optará por competir (una amenaza, una sanción, son soluciones de este estilo). Si A opta por ser
condescendiente con B y satisface sus intereses, sin tener en cuenta los propios, optará por
acomodar (acceder, renunciar a algo, son soluciones a este estilo).
También puede suceder que A decida no hacer nada y esperar, porque no tiene deseos de satisfacer
ni sus intereses, ni los de B. Pero en el estilo de resolver, A trata de satisfacer al máximo sus
intereses y los de B (cooperar será la actitud en este estilo).
Optar por el estilo resolutivo demanda un compromiso de ambas partes, de allí la importancia de
entrenarnos en equipo.
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Aplicación de la Resolución de Conflictos en el Aula
¿Cómo abrir otros caminos a las acostumbradas respuestas violentas? Debemos enfrentar las peleas
o pleitos "creativamente"; es decir, sirviendo de modelo a los niños y jóvenes, utilizando técnicas y
destrezas nuevas y creativas a los conflictos, en lugar de dejarnos llevar por la cólera o la frustración.
Para seleccionar una técnica o estrategia, es importante hacerse unas preguntas con el propósito de
ubicarse correctamente en el contexto de cada situación.
B. Sobre el momento:
¿Hay suficiente tiempo para arreglar las cosas?
¿Las partes están calmadas para afrontar el conflicto?
¿Debemos esperar otro momento, otro día, otra semana?
C. Sobre el lugar:
¿Debemos resolver el problema delante de todo el grupo?
¿Debemos hacerlo con la familia del joven?
¿Debemos hacerlo en privado?
¿Se va a beneficiar el grupo con el uso de una técnica, pero vamos a poner a las partes en
vergüenza?
E. Sobre mi actitud:
¿He dado oportunidad de ofrecer soluciones a las partes o aún me cuesta mucho ceder mi
poder y doy sermones sobre «el buen comportamiento»?
¿Cuál es mi tono de voz, gestos, lenguaje corporal?
¿Es mi actitud paternalista?
¿Tengo fe y confianza de que los jóvenes pueden liberarse de la violencia?
Existe una serie de mecanismos alternativos de resolución de conflictos, que están siendo utilizados
en muchos países como procesos no tradicionales para dar solución a los conflictos en diversos
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Aplicación de la Resolución de Conflictos en el Aula
La mediación escolar es uno de ellos, la cual estamos experimentando y adaptando a nuestra realidad
educativa. La mediación escolar es un proceso que ofrece a los estudiantes un medio específico y
concreto de resolución de conflictos. Consiste en que una tercera parte neutral ayude a dos o más
compañeros a entablar un diálogo, y facilitar a que ellos mismos puedan encontrar soluciones
creativas a sus conflictos. No son jueces o árbitros, o un nuevo estilo de auxiliar o jefe de normas.
Materiales: papelógrafos y plumones. Se dibuja un árbol (visible) con raíces y frutos, y el facilitador
deberá hacer dos preguntas:
1. ¿Cuáles son las raíces de la violencia? colocando en cada raíz las ideas de los participantes.
Ejemplo: injusticia, discriminación, etc.
2. ¿Cuáles son los frutos de la violencia? y coloca las ideas en cada fruto que se ha dibujado.
Ejemplo: muerte, pobreza, etc.
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Aplicación de la Resolución de Conflictos en el Aula
Con el mismo procedimiento se hace el árbol de la no violencia: ¿cuáles son las raíces de la no
violencia? ¿cuáles son sus frutos? Luego se revisa cada árbol y se analiza la actividad con
preguntas como ¿por qué una raíz se confunde con un fruto en el árbol de la violencia?, ¿cuáles
son los frutos que cada uno de nosotros genera?, etc.
Materiales: papel y plumones. Se entrega a cada participante dos (o más si desea) tarjetas (hechas
con el papel) y se les pide que escriba en cada una de ellas una palabra relacionada con lo que
entienden por conflicto (pelea, insultos, golpes, oportunidad, etc.)
Se recogen las tarjetas y se dividen a los participantes en grupos. Se entrega una cantidad de
tarjetas para que las agrupen por la similitud que tengan en su contenido. Luego cada grupo se
presenta y las coloca en la pizarra. Se genera el diálogo en base a preguntas: ¿cuál es la visión
que tenemos del conflicto?, ¿se colocaron palabras que tienen una visión positiva del conflicto?
Materiales: papel y plumones. Se entregan a los participantes tarjetas y se les pide que en ellas
escriban la mayor cantidad de frases e ideas que hayan escuchado desde niños sobre el conflicto.
A continuación le damos algunos ejemplos:
Trate de agrupar las frases por similitud y proceda a entrar a la reflexión a través de preguntas como:
¿son positivas o negativas?, ¿qué nos dicen acerca del conflicto?, ¿cómo afectan estos mensajes en
las respuestas o reacciones que solemos dar a los conflictos?
Lluvia de Ideas*
Es una técnica efectiva para recoger ideas sobre un problema específico. Se plantea el problema
y luego se hace una pregunta clave como: ¿qué podríamos hacer en esta situación? El grupo debe
lanzar la mayor cantidad de ideas, sin discutirlas ni criticarlas, no importa lo raro que parezca una
idea, puesto que se busca generar conceptos poco comunes que a la larga puedan ser efectivos.
Todas las ideas se escriben en la pizarra y después de agotadas las sugerencias, se revisan.
Divídalas en categorías y simplifíquelas. Las ideas más importantes deben discutirse con más
detalle.
* Tomado del Community Board Program. Conflict Resolution, a Secundary School Curriculum
4 Tomados del Programa Respuesta Creativa al Conflicto del CEPPA-PERÚ
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Aplicación de la Resolución de Conflictos en el Aula
Es una forma de ayudar a los jóvenes a encontrar soluciones a problemas reales de manera espontánea,
en muy poco tiempo. Divida al grupo en parejas o pequeños grupos y presénteles un problema. Deberán
buscar una solución mutua a más tardar en un minuto. Luego vuelva al grupo grande para discutir la
solución y pregunte a todos ¿cómo se siente tomar decisiones bajo presión? Esta técnica es un
entrenamiento para que los jóvenes se acostumbren a dar soluciones rápidamente por sí solos.
Envío de Cartas*
Ante una situación difícil de injusticia o violación a los derechos humanos o para apoyar una causa
justa, la práctica de las cartas es muy efectiva.
Reconstrucción de la historia
Dramatizaciones de eventos históricos donde los muchachos pueden darle un final distinto al conflicto.
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BIBLIOGRAFÍA