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Gabriel Cebrián

© STALKER, 2001
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Ilustración de tapa: “Asesinando cadáveres”,


por el autor

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Asesinando cadáveres

GABRIEL CEBRIÁN

ASESINANDO
CADÁVERES

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Gabriel Cebrián

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Asesinando cadáveres

“Hablemos, pues, de la muerte:


nadie en el fondo habla de otra cosa”

Fernando Savater

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Gabriel Cebrián

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Asesinando cadáveres

BONITO DE FILODENDROS

Cansado de mirar afuera


He decidido chucear tan sólo a mi fantasma
Bonito de filodendros
No necesita gran luz ni de especiales cuidados
Sólo una frescura levemente húmeda
Sólo un poco de rocío por las nochecitas
Sólo una pizca de almizcles vitamínicos

Espectro trepador y a duras penas circulante


Adagios de meditaciones trascendentales
Recorren tus nervaduras intangibles
Pero filosas como un hacha para mi asombro
Transido de pena
Y recurrente de ofidios imaginarios

Es tan grande el bosque


Todo está tan a trasmano
Que únicamente me queda
Impulsar la savia hacia arriba con todo y
metástasis
Que únicamente me queda
Sublimar de la tierra proteínas
En pos de una fotosíntesis que sintetice eso
Que debo desde que el mundo es mundo
A mi arborescencia tan queda en su luz
A mi detritus vegetal que según advierto
Polinizará sin flores ni epitafios
Allí donde el viento no me alcanza
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Gabriel Cebrián

Estoy ciego de frondas


Estoy limpio de toda humana metralla
He visto demasiada gente morir en la maraña

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Asesinando cadáveres

SE DICE POR AHÍ QUE HE MUERTO

Se dice por ahí que he muerto


Y tal vez sea verdad, no sé
Es sólo que aún siento mis piernas inclinarse
en los caminos
Las pupilas encendidas
Los dolores en el cuerpo y en el alma
La necesidad de hablar
Las estéticas celestes a ciento ochenta grados
La liturgia de mi extraño credo pagano
Las suturas que tiran en cada elongación
Las ansias de estar ebrio
Los ecos de los cuentos que alguna vez he
contado
Lo sobrecogedor del silencio
Las manos vacías, gracias al cielo vacías
Lo tenaz de las preguntas sin respuesta

Y aferradas a mi carne como anzuelos


Las utopías

Se dice por ahí que he muerto


Y tal vez sea verdad, no sé
La cosa es que como una suerte de crucificado
A quien han arrebatado su cruz
Me despojo incluso de los clavos
Y del dolor y del escarnio
Y observo en la distancia a mis ojos
Que tan lejos me llevaron alguna vez
Tan lejos que ya casi ni puedo soñarlos
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Gabriel Cebrián

La muerte es efímero alimento


La vida un suceder continuo de señuelos
Y lo de en medio un híbrido estupefaciente
Voraz, excéntrico, lúbrico y equidistante
Un tironeo loco entre ambas vorágines
Del que me he salido

Tal vez sea cierto entonces eso de que he


muerto
Y también posible que no me haya percatado
Ya que todo cuanto me ha sido grato algún día
Viene hacia mí dulcemente
Y camina a mi lado con pisadas tenues
Como la tarde

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Asesinando cadáveres

CONSIDERACIONES SOBRE EL HILO Y


LA MADEJA

He andado un camino
Sólo uno y siempre el mismo
He saludado a las mismas caras
He mirado una y otra vez
Los mismos escaparates
He evitado los mismos automóviles
En las mismas calzadas

Y todo alrededor sin embargo


Sentía lo mismo y de igual modo

Y no era un capricho hilozoísta


Ni una obtusa simplificación imbuida de
animismo
Eran simplemente los distintos canales
Simultáneos y concomitantes
Que yo tan torpe
Jamás pude hacer confluir
Y eso que de eso se trata

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Gabriel Cebrián

LASTRE

Demasiadas palabras
Para enfrentarme con Anubis
Demasiado peso fonético en mis aurículas
Excesivo disloque melódico en los ventrículos
Pero de Morgani
Todo para mí es tan equívoco
Como la glosa de la anatomía
Debo dejar caer unas cuantas hojas de mi boca
Hojas impresas
Otoños de Gutemberg
Antes de enfrentarlo

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Asesinando cadáveres

DISEÑO

Tuétano y jengibre el amarillo


Cúrcuma callada
Latiendo en eventuales formas
sepia y azafrán congelados de meridianos
Y la cosa va
Bulle que te bulle en las fraguas del ansia

Muestreos que saben mal para garantizar


contraste
Ejes de sándalo para sombrear enigmas
Transparencias detrás de las cuales esconder la
densidad
Muecas horizontes que se doblan
Haces de luz flasheando aquí y allá según veo
Topografías del espíritu
Inhalaciones famélicas
Oxidación cromática de la existencia
Entre berretines sin flojera

Cruel veneno

Que esparces con desidia aderezos cerebrales
¡Un espasmo más, sólo te pido!
Y te prometo no volver a intentarlo
Al menos hasta mañana

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Gabriel Cebrián

GÉMINIS

Camino por la casa a tientas de mi mente


La idea me es tan intangible
Como la luz tenue del anochecer
Deambulo conceptos que ya nada satisfacen
Entrego mi escaso tributo de conciencia
Mientras la luz decrece
En forma inversamente proporcional a mi
desconcierto

Soy yo quien habla y a quien el decoro le


impide contestarme
El bufón del budista que me soslaya y prosigue
Trenzando mantras
Y el que rueda entre las piedras
El que busca asirse de las cosas que se
precipitan
Incordioso de equilibrios
Tenaz en su protervia reflexiva
Y creo que está bien
He atrapado esta idea
Mientras la noche se apiada del fotofóbico
Y diluye las formas que lo atosigan
Cuando a tientas de su mente
Deambula por la casa huérfano de certezas

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Asesinando cadáveres

ASESINANDO CADÁVERES

“Cuando la tierra tiemble con gran violencia, y


el hombre diga : ¿Pero qué le ha pasado?, ese día la tie-
rra dirá sus nuevas, porque tu Señor la habrá inspirado.
Y ese día los hombres avanzarán en diversos cuerpos
de modo que puedan mostrar sus obras.”
MAHOMA

Ante un póstumo ataque de realismo advierto


Que como un huracán de fuego y de metralla
Ha pasado a mi través el tiempo del acero
Cerrojo implacable los sentidos
Patética prisión la del deseo
Es tan simple como un trozo de carne
Fermentando en el sol del estío
Impotencias íncitas como potencia ineludible
Excepto en los sueños
Donde los frisos siempre saben a argamasa

El dulce dolor de viejas heridas es ahora


Tan sólo una cordial invitación a la tristeza
Un ambiguo resabio de anhelos y pesares
Un cuadro nublado por el olvido

Sangre oxidada manando en forma de versos


que son letanía

La locura existe y está en los ojos del otro


La cordura es nada más que un eufemismo
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Gabriel Cebrián

El decoro el camino más corto hacia el


desastre
Así pues
Veo pilas de huesos rielar en una oscuridad
miasmática
Implorando por una muerte que no los fosilice
Que no aliene sus reactividades al carbono 14
Que no haga objeto de sus afanes de
atomizarse
Para volverse lo más parecido a un sueño

Afinar la inteligencia cual una mera molienda


Hendir lo transparente a puro golpe de muñón
Rebelión de fantasmas
Odiosamente presos de una piel
Hostigada con encono por las enzimas
Que resumen a perpetuo el caldero ilusorio
Qué más da me digo blandiendo el mazo
La locura existe y está en los ojos del otro

¿Es que acaso queda algún viento


Que sople por entre las costillas de los que
aún esperan?
Indago espectros que a su vez se indagan a sí
mismos
En un atolladero hacia virtuales componendas
Mientras una lágrima de Osiris se funde en el
lago
Cuyo afluente reposa a toda ultranza

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Asesinando cadáveres

Entonces
Sumerjo en el cielo cráneos ineficientes
Sólo para ahogar uránicamente sus vanidades

Ya que el agua amenaza con volver todo a la


vida
El fuego con volver a alentarla primero
Para luego masacrarla
Y el oxígeno
Aliado de ambos
Inclina según su arbitrio la balanza

En tanto camino entre guirnaldas de miembros


mutilados
Como Ciro dicen que hizo jactándose por nada
Asestando y asestando inútiles zarpazos
Asesinando cadáveres
El juicio final fue en el comienzo

Bien sé que ningún despojo orgánico puede


volver a levantarse
Y sin embargo me multiplico en estocadas
Vacuas y carentes de sentido
Gira sobre el eje que soy incruenta
La hoja de la espada
Remolino fútil de extemporáneos arrebatos
Eje difunto desperdigando fragmentos de
carroña
Hacia el pico de los buitres de lo eterno
Y cuya clepsidra
Estalla ruidosamente entre sus garras
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Gabriel Cebrián

II

Un punto fijo configura siempre un cosmos


A su alrededor
Varios puntos
Fijos a todo evento
Respectan toda posibilidad de movimiento
Es imposible silbar sin labios y sin lengua
Me inclino hacia los vientos
Con la esperanza que ululen quedamente en
mis órbitas
Las viejas canciones que soplan a su través
Ese puñado de melodías lacrimógenas
Que únicamente en veloz oscilación motora
Puede percibirse

Es menester despojarse del caos que palpita


Aún importunando a Krishna
Con humanas lamentaciones
Ciegos de desesperación
Ahítos de esas inconcientes dignidades
Que pululan sin otra cosa que mostrar
Sino sus vanas carnalidades apoltronadas
En un ilusorio punto fijo
Que resulta a todo evento la jaula del cobayo

Muerto cada noche


Intento ejercitar la perspicacia
Apilo un ladrillo sobre otro de luces
Desperdigo en el cielo piedras de diamante

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Asesinando cadáveres

Evoco a Bach al mínimo reflejo de vacío


Y río hasta las lágrimas
Ríos de lágrimas

Portento o imaginería
Voy a voltear la calavera
Voy a asesinar a todos mis cadáveres
A multiplicar los puntos
A colonizar la nada

Por qué no entonces dibujar ángeles


En los que transfigurarme
Mientras todo se cierne
Y la bruma resplandece?

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Gabriel Cebrián

JAZZ BASS

Cierta vez fui un músico


Cargaba como un ataúd el estuche del Fender
Jazz Bass
A veces
Más que cargarlo
Me aferraba a él como a una tabla de salvación

Luego in situ extraía el instrumento


Atenazaba el diapasón
Con dedos que alimentaban artrosis
profesionales
Barbotaba sonidos graves
Matizando en los fills
Y el infinito
Fuera de ello
Dejaba de tener pertinencia

Ahora cargo otro sarcófago menos grato


Éste cuya tapa descubro ante vosotros
En él
El éxtasis se comprime hasta quedar
congelado
Nada fluye, nada se sucede
Todo es aparente
Objetivo
Y por tanto
Intempestivamente arbitrario
Como un vicio

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Asesinando cadáveres

Compulsivo y alienante
Del que ya jamás podré librarme

Busco a tientas la salida de esta oscura celda


Aún sabiendo que es en vano

Pero por suerte la música


Siempre halla un resquicio por donde filtrarse
Para acariciar mis oídos mis dedos y mis
labios

Es entonces cuando finjo que poetizo


Cuando en realidad algo en mí o fuera
Está cantando

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Gabriel Cebrián

MEDICINA

He vuelto a tomar la antigua medicina


Veo surgir capullos de luz de las vaginas
siderales
Todo es nuevo y sin embargo nada importa
Tal vez sólo estos rudimentos
De plenitud melancólica y agradecida
Propios de quien ha conseguido
Cachetear las anteojeras del yo
Al menos por un momento

La torpeza acecha detrás de cada idea


Y lo sublime se aísla de lo matemático
Cual si no quisiese compelerse a signos
Que intenten ceñirlo a una suerte de itinerario

El asalto es imposible
Sino en gaseosos términos
Sólo lo estático puede discurrir
Ya que lo que discurre
Jamás podrá aprehender realidades

Este patético axioma sin embargo


Hace sacudir de impotencia al oscurantismo

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Asesinando cadáveres

CORTE DE LUZ

El cebo hirviendo hace crepitar la llama


Del cabito a punto de caer a freírse
Rodeado por el capullo de fuego
Que se le aferra como un alma

Las trémulas imágenes rojizas


Parpadean mientras funden lentamente a negro
Milagro de nervios ópticos esforzándose
Por enfocar la esencia de una oscuridad mansa
Lánguida
Como un asilo para fiebres cerebrales

El whisky se apodera de las imágenes


Y las proyecta en una fuga como digital
El fundido se hace caótico y entreveo una
puerta
Justo cuando la flama se apaga como un alma

El viento y la lluvia afuera


Enfrían los rescoldos

Mastico un cubito
Ahora
El azul auditivo de las aguas que arrecian

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Gabriel Cebrián

QUIZÁS NI ÉL SEPA

Sabe dios y quizás ni él sepa


Cantar en fa sostenido menor
Como las aves
Pues para eso las hizo

Reír cataclismos
Como los ángeles
Creados para expresar su alegría

Morir por una utopía


Como los héroes
Que vuelven a él en largas sublimaciones

Meditar trascendentalmente
Como los santos
Que saben germinar su partícula

Dispensar masacres
Como los genocidas
Hechos al efecto de simular asesinatos

Sabe dios y quizás ni él sepa


Ejecutar la creación
Como nosotros
Que para eso lo creamos

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Asesinando cadáveres

CRASH

Alguien suspira en una lejanía drástica:


El draconiano imperio espaciotemporal
Agita en mí un mar de sobresaltos

Mientras
En invariable desvanecimiento entrópico
Sostengo una mirada que a contrario
Va haciéndose cada vez más densa

Equilibrio por sustracción


Liberalismo fatal de la física
Crashs y bangs indispensables onomatopeyas
Imágenes de hambre
Navegando en su eterna noche brahamánica

Alguien suspira
Siempre es demasiado lejos o demasiado tarde
Es vano implorar con lengua microcósmica
Lamentos infinitesimales
Es vano
Reducir la angustia a su mísero justiprecio

Jalo lentamente del gatillo

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Gabriel Cebrián

POEMA ORBITAL

Víctima de un viejo tabú


Aún no consigo agrietar el núcleo
Y sabéis, debo ser florido
Esto no puede terminar aquí

Del tabú, por ejemplo,


Debería dar pelos y señales
Decir por ejemplo
Que me enfurece tener que descender tanto
Para eufonizar como corresponde
Y aún así
No hallar ningún asidero
Que no sean unas cuantas muecas morbosas
Agitando al deseo en lo volátil de las formas

Como escudos tribales mi pensamiento


Disloca siempre las mismas métricas
Opone el signo a la lanza o a las garras
Preserva inalienable el núcleo del deseo
Que aliena
Mientras refleja un yo que por externo
Resulta inverosímil aún para sí mismo

No sé si es suficiente
Mas ya estoy cansado de este afán artesanal
Que me compele una y otra vez
A ornamentar odiosamente todo
Juiciosa y analíticamente.

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Asesinando cadáveres

CUANTO MÁS SE TIRA DE LA TRIPA es


más fuerte el chicotazo, eso lo sé, sin embargo
la extensión es vértigo y qué sé yo cuántas co-
sas más, los límites existen sólo para nuestra
mente. Un día despertaremos en el sueño y to-
do se habrá fundido. Fundido, así, truc. Y nos
daremos cuenta de que nada tuvo sentido y que
por eso todo lo tiene, neuronas a full conectan-
do con el tipo que ya de pronto no las necesita
porque su usina está ahí a la vuelta. A un par-
padeo. El psicoanálisis te hunde en la más ab-
yecta de las carnes, que es la carne impregnada
de recuerdos sazonándose en incestuosos calo-
res. Como cualquier otro intento teórico pre-
tensamente basado en enclaves planetarios, por
así decir, que no tenga en cuenta a las innume-
rables relativizaciones posibles que finalmente
pulverizan a lo que creímos era el objeto.∗


Ante la insinuación formulada por el Sr. Ed Stalker en
el sentido que el presente texto no guarda relación for-
mal con un volumen de poesía -con la que irrespetuosa-
mente discrepo-, y luego de mantener una acalorada dis-
cusión, llegamos a un acuerdo que consistió en publicar-
lo “hasta acá y basta” (N. del A.).
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Gabriel Cebrián

CLAQUÉ

Hato de huesos en el sofá


La música me impulsa a ejecutar el baile del
condenado
Simiesco remedo de alegría
Que pretende ser inconciente
Del incendio en el ático

Catarsis tribal o abstracción primaria


Rítmico placebo
Ambición muscular de sinestésicas
correlaciones
Gracias y torpezas matizando el simulacro

De pronto
Disparos en la calle sincopando
Desde fuera del sistema
Y sirenas que se acercan
Convergiendo armónicamente

Exquisitos metálogos musicales


Y un demiurgo esqueleto claqueando
Marioneta de sus ímpetus
Extrañas métricas acribilladas

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Asesinando cadáveres

SO THAT...

Puedes creer que la poesía es esto o aquello


Puedes creer también que se ajusta
A ciertas y determinadas pautas
Puedes creer que se escribe ebrio, o loco,
O ebrio o loco de tristeza o pasión
O según lunáticos influjos
O según inspiraciones fatuas
O de las otras
O transido de anhelos metafísicos
Militantes
Eróticos
Formales
Románticos
Incluso risueños, por qué no
Pues bien
Has perdido un tiempo precioso
Y lo has perdido tal vez para siempre
Ocurre sencillamente
Que has estado tomando las medidas
Del molde que ya no podrás rebasar
A menos que las olvides
De golpe y por completo

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Gabriel Cebrián

CINCO PIPAS

Cinco pipas
Distribuidas azarosamente por la casa
Esperando por brindar su reflexiva
incandescencia
Articular su leve rescoldo con la
neurotransmisión
Que pueda transcribirse en poema
Réquiem de un vegetal
Cosechado en el trópico para arder hacia mí
Y simular que el bosque es cierto
Y también la selva
Terruños de muerte en forma de manos
humanas que arrancan
Que desarraigan
Cinco íconos de madera
Trascendiendo en utilitarias bocanadas
Su lenguaje arborescente
Diáfano como la sombra en la espesura

Rituales de estrella pentagonal y aleatoria


Encerrada en un círculo arbitrariamente
equidistante
Crepitaciones parietales
Ventana
Desde la que se puede mirar
Con la mirada del que ya no está
Y donde todos los prodigios son móviles
Como los arabescos ascendentes del humo

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Asesinando cadáveres

DEMASIADAS NÓMADES
NOCTURNIDADES

Me he propuesto ya no pontificar blasfemias


Hacer gala de un temple claro y reticente
Comedido quizás
Auscultar meticulosamente el hielo
Antes de afirmar el pie
Ceñirme a los cánones que exigen ton y son
Levitar liviandades con cierto dandismo
Limpiar la vajilla y ajustar mis recetas
En orden a hacer exquisito todo cadáver
Para que puedan tomar su sopa de letras
Los gourmets más refinados
Sin que algún insecto o condimento excesivo
Desaliñe al conjunto en sus prístinos paladares
También decidí acariciar los parámetros
Con fervor propio de un tallador de diamantes
Lamer la bota de los clásicos
Disparar caballerosamente
Sobre mi glosa tu glosa nuestra glosa
Sin una actitud verdaderamente revolucionaria

Celebrarme profunda pero discretamente


Cual quien es capaz de ver y de comentarlo
Sin vestigios de miseria o desesperación
Que no sean estéticamente controlados

Aquí está, os lo dejo

Y perdonad, creo que acabo de vomitarlo


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Gabriel Cebrián

ÚNICO ATRIBUTO

Recuerda que eras sólo un hombre


Un hombre
Un nombre
La sombra de la sombra de otra sombra
Que continuará proyectando sombras sobre
sombras

Gamas de grises fundiéndose en lo negro


Que es el nombre del único atributo posible
Sólo un nombre
El foco de la angustia antropomórfica

Recuerda que eras sólo un hombre


Y quítate esas sombras de tu espalda
Se trata meramente de un nombre
Y es ése que los hombres rara vez recuerdan

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Asesinando cadáveres

RÍTMICO SUBTERFUGIO (Vals


sincopado)

Camino a ciegas
Por suerte tengo rizoma de referencias
Me encuentro a gusto en esta niebla
incandescente
Caótica y cruel
Rescato huesos de agonías impensadas
Como un resuello precámbrico de bacterias
Como una amnesia

Camino a tientas
Nadie viene a mí debe ser que nadie existe
Fuera del ciclo que comprime la locura
Sólo vestigios
De lo que una vez era manto de impaciencia
Del aluvión de ansias vigilando estrellas
Con forma humana

Inalcanzables
Sistemas fuera de su ritmo perentorio
Vírgenes del proceso de socialización
Como ánimas
Encerradas en una forma para siempre
Espejismos de colmena masacrados ya
En el silencio

Bebo el camino
Me embriago de piedras en los amaneceres
Renuevo ínfulas ante cada espejismo
33
Gabriel Cebrián

Y las escupo
Bolos de una eternidad ardua y solipsista
De continentes dispuestos para arrojarme
Fuera del todo

Aquí deambulo
A gusto en esta niebla bebiendo el camino
Sólo vestigios precámbricos de bacterias
Tientan locuras
Sistemas arrítmicos aluvión de ansias
Encerrando en formas tan ciegas como pétreas
Al subterfugio

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Asesinando cadáveres

LÁGRIMAS ROSTRO
(Lengua muerta)

He contenido a tanta gente


Que la transfiguro en lágrimas rostro
Y cada una va ciñendo
Tirón a tirón de la correa de ahorque
El peso específico de mi plano emocional
Sujeto fatalmente a disloques cataclísmicos
A tormentas de ansia insoluble
A las mareas fluctuantes del karma
(Y ojo con considerar a ésto una metáfora)

Si tan sólo pudiéramos dejarnos morir unos a


otros
Intercambiar muertas miradas sin alucinarnos
Manipular la nada con sentidos despojados
Podríamos reír
Librados a nuestra suerte
Como a todo evento estamos
Podríamos hacer un bulto con todo ello
Atarlo a la punta de un palo
Y llevarlo suspendido
Cuatro palmos por detrás y a la derecha
Con mucho cuidado de que no se abra

Y por fin podríamos hablar el verdadero


lenguaje
Ése que nada da por cierto y que todo
desarraiga

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Gabriel Cebrián

HOMEOSTASIS

La fronda está siempre repleta de rostros


Para mi narcótica visión
Quizá deban estabilizar mi química espontánea
De un modo diferente
Sería un buen modo de regular frecuencias
De sintonizar el radio

Pero he de confesar
Que esos rostros una vez me hablaron
Me impusieron su sabiduría clorofílica
Trajeron a mi vigilia virtudes onirománticas
Agitaron en mis oídos
Resonancias de nebulosas lejanas
Dieron entidad a los contenidos de mi mente
Dibujaron en mí el mapa de la propia infamia
Lo peyorativo de la condición animada
Y su grotesco epifenómeno racionalista

La fronda está siempre repleta de rostros


Mas pensémoslo bien antes
Hemos ascendido tanto hasta este valle de
lágrimas
Hemos pagado tan caro por este dolor
Que mejor pretendamos que no los vemos
Y cuidémonos sobre todo de escucharlos

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Asesinando cadáveres

DISYUNCIÓN ALITERADA

En sueños el intelecto se agita


Quiero decir, vibra a mayor frecuencia
Sus oscilaciones son mucho más veloces
Tanto
Que las palabras dejan atrás los significados
Entonces
Si bien éstos repentinamente se vinculan
Con nuevas asociaciones emocionales
Tanto más cercanas al milagro de comprensión
Son aún los ladrillos que componen el muro
Que nos separa de él
Escarchas del yo
Que intentan enfriar al conjunto
Coágulos de rigidez
Tan tenaz y tenaz y esclavizante

A desgano cada día atravieso sus membranas


Me aglutino
Me sufro pensando qué sentido tiene
Me disparo en naderías obsesionantes
Veo al mundo como detrás de un vidrio opaco
Pero de pronto recuerdo y recuerdo y sonrío
Pienso en frecuencia onírica por un momento
Lo real de modo revulsivo cobra sentido
Y ello después que la velocidad
Hubo resuelto a mi favor
La disyunción aliterada:
Dormirse y despertar o despertar y dormirse

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Gabriel Cebrián

COREOGRAFÍA DEL KARMA

Hago lo que puedo!


Manos que intentan contener el llanto
Encerrando la cara

No sé que esperan de mí
Brazos que se extienden con la palma hacia
arriba

No es suficiente esta ignominia?


Codos que flexionan
Y las palmas ahora hacia atrás
Cual un cirujano que acaba de esterilizárselas
Pero con leves sacudidas

Qué más queréis que haga?


Vuelta al frente yemas apiñadas hacia arriba
En oscilación vertical

Debería mataros a todos vosotros!


Puño derecho agitándose en ristre
Brazo izquierdo contraído finalmente en garra

Dios mío! Dios mío!


Cabeza inclinada hacia arriba
Entre trémolos espasmódicos

El resto fláccido a punto de caer

38
Asesinando cadáveres

ES IMPOSIBLE PENSAR ÁLAMOS SIN


VIENTO

Cuando revuelvas el caldero y nada te resulte


suculento
Cuando la fiebre sea una garra saliendo de tu
plexo
Cuando maldigas las horas los minutos los
segundos
Cuando lo diáfano pertenezca a otro sistema y
no te toque
Cuando te sea imposible decir esta boca es mía
y acallarla
Cuando tus naves ardan y no concibas cómo
seguir adelante
Cuando no veas que al debatirte haces más
cruenta la guadaña
Cuando reces y algo en tu interior te diga que
es en vano
Cuando famélico y tembloroso
Cuentes los granos de arroz que van quedando
Cuando leas en el diario que el invierno es
apariencia
Cuando llegues a ofrendarte ante cada oscuro
comando
Cuando el amor te sirva su amargo plato de
codicia
Cuando toda sensación te llegue transfigurada
Será tiempo de que empieces a pensar
En desintegrar de una vez por todas el todo y
el cuanto
39
Gabriel Cebrián

TOCCATA Y GLOSA

Difícil arte el de desfasar sentimientos al habla


¿Cómo volver a despojar al ciego
De su hambre de matices externos
Sin lesionar su totalidad?
Veo en una bola de cristal empañada
El derrotero de mi fuga
Mi aliento es quien la empaña
Mi jadeo
El viento que nunca termino de glosar

Si eres sabio,
Sabrás disculpar estas burdas disgresiones
Fruto de ebriedades en el fondo diletantes
Y rezarás una oración
Sin más sentido que su musicalidad fonética
Justo a la medida de licuefacciones báquicas

Y si no lo eres
Permítete observar un momento tras tus ojos
Y recorrer el vacío interior hasta los tímpanos
Hay algo cierto
En todo pensamiento que pueda ser dislocado
como en todo disloque que pueda ser pensado

Mas si estás en medio


Observa bien toda la retahíla de posibilidades
Solamente para confirmar que hay una única:
El derrotero de tu fuga

40
Asesinando cadáveres

EL CIELO PERMANECE

Y el cielo permanece
A pesar de los cosmos minimales que destilo
Y que ateridos de magnitudes
Discurren tras mis párpados

Ellos
A modo de pantalla cinemascope y technicolor
Acotan el milagro a su máxima expresión
Y dan a esta suerte de vislumbre délfica
La perfecta dimensión infinitesimal
A todo respecto
De modo que los presagios
Sostienen sin mayor esfuerzo
Sus ínfulas de amplio espectro

Es lo que soy
Y lo que no
Especie de capullo
Eyaculando nebulosas frías y efímeras
Explosivas en origen y en franca dilución
Como una partenogénesis de la nada

Me sirvo con desprecio


Bebo con fruición
Y sin embargo
El cielo permanece

Estoy perfectamente solo y borracho


Aspiro guirnaldas de nubes
41
Gabriel Cebrián

No tengo pasado y el futuro es móvil


Como las ánimas
Me planteo guerras por sexo o por hambre
Agito la codicia
Y veo a la carroña restregarse

Devasto el humus
Doy oportunidad de luz al magma
Escupo cenizas, luego las inhalo
Y veo a la carroña restregarse
Pienso fumarolas
Que vientos nucleares luego arrastran
Descarto atavismos ribonucleicos
Desquicio formalmente las substancias

Entonces
El afán es parte de una historia
Que ya no poseo
Y el futuro
Es una piedra en el zapato
Cuando es mi único anhelo
Caminar sin anclaje pretérito o por venir
Caer zaherido por mis propias flechas
Agotarme en el ejercicio de volver a arrojarlas
Plantar un beso en la frente de la muerte
Una palmada en el omóplato de la parca
Nunca es suficiente el dolor
Nunca tampoco el afluente de blanca esperma
Nunca los gritos esos rumores de la sangre
Nunca las lápidas

42
Asesinando cadáveres

Nunca el abortivo ejercicio de la palabra


Nunca el silencio de esporas calcinándose
Nunca la comunión delicadamente impía
Desmesurada de ansia

Tal vez deba excusarme


Estoy ebrio
Y es que no puedo
Dejar de ver a la carroña restregarse
No puedo tampoco dejar de restregarme

Y sin embargo
El cielo permanece

43
Gabriel Cebrián

PLUMAS AL VIENTO

Afortunadamente aprendí
A imponer en forma arbitraria mis límites
A ser mi propio árbitro
A hendir con cada verso todo código
Y sepultarlo con el desdén del que no existe
Y por tanto su palabra se aquilata
Cobra entidad en cuanto es su propia causa
formal
Y eficiente al mismo tiempo
Librada a su suerte y afán

Compulsiva y apremiante

Como una mujer adicta a la cocaína

La piúma e móbile...

44
Asesinando cadáveres

UNA TARDE EN STALKER


Al Bocha

Un amasijo de vajilla que jamás se usa


Un taller abigarrado de su intenso ajetreo
La llovizna otoñal que obliga a cursilerías
Puertas y ventanas hacia la húmeda arboleda
Que agita su danza invitándome
Annie Lennox que sugiere complicidades
Mientras desde los parlantes
Proclama su pecado original
Se integra tan rítmicamente a la danza vegetal
Que me cuesta pensarlas separadas
La certeza es lo más parecido a su contrario
Yo que intento sumarme
Pero mis movimientos son mucho más
casuales
Afectados, de eso hablaba

Un grupo de artistas me escudriña


Desde la ventana de una pared cerrada
Símbolos taoístas
Un televisor que jamás se enciende
El ángel Cratilo
Una biblioteca repleta de propios y extraños
El sempiterno olor a tabaco rancio

Voy a la ventana
Quizás refresque un poco mi pulmón y mi
mirada

45
Gabriel Cebrián

EL PESO DE LA CULTURA

El peso de la cultura cuelga de los tendederos


Las mortajas deben estar blancas inmaculadas
Axiologías de jabón inteligente
Que discrimina manchas que devorar
Pontífices esclerosados
Guerreros santos
Guerreros contantes y sonantes
Misiles dorados entre pústulas violáceas
Tiaras y gangrena
Budas devastados a golpes de odio virtual
Monoteísmos monotemáticos
Imponiéndonos de carne y odio
Cual maldición ignota por tanto irredimible
Protozoarios hipertrofiados
Víctimas de traumas psíquicos pueriles
Aunque determinantes
Pandemia de alienación vía satélite
Simplificación a lenguajes mediáticos
Una argolla electrónica para cada nariz
Tiaras
Y gangrena

46
Asesinando cadáveres

SUEÑO DEL VEHÍCULO


GRAVITATORIO

Todos los días me sueño


Me regocijo de no haber perdido
Ningún diente o vértebra o falange
Echo un vaso de algo al gaznate
Pulverizo y amaso con saliva unos cereales
Los trago
Colectivizo mi ilusión noticiero mediante
Me ocupo de dar sustento al que no lo tiene
Husmeo insurgencias que jamás proliferarán
Trenzo mi ánimo con el de otras ánimas
En un contrapunto necrológico infecundo
Denuesto este único marco referencial
Y digan lo que digan yo sostengo
Que la ley de gravedad
Es aún más fuerte para la mente
O eso, al menos,
Parece ser lo que el soñado experimenta

47
Gabriel Cebrián

SOLIPSISMOS SIDERALES
A Chicho,
a Albert Camus
y por qué no, a William Blake.

Hay una puerta abierta y una cerrada. Siempre


es de tal modo, y no es casual, ya que algo-al-
guien ha urdido así la trama. En este fluir cós-
mico tan bien descripto por las escuelas taoís-
tas no se admiten síntesis integradoras de prin-
cipios irreductibles, mal que pese a los “indivi-
duos” de impronta gatopardística.
No digo, por ejemplo,
Que la teoría del big bang sea errónea,
Digo que es tan sólo otra manera
De coercer lo abstracto
Lo único real
El vacío
Este panadizo infecto que late en mi parietal
izquierdo
De dolor
Escalona torres de babel sin esperanzas
Impide ejercitar por el momento la poesía
El Dolor
Como decía, compele a hilvanar virtualidades
Cual plumas de dédalo
Y obliga así a la fatal punición newtoniana

Una puerta abierta y una cerrada. Pues bien,


entonces la realidad es disyuntiva, porque na-
die que se proponga avanzar en lo que fuese
48
Asesinando cadáveres

puede dejar de optar por una de ellas. Y si re-


nuncia a optar y cree detener de este modo el
flujo binario, no está haciendo otra cosa que
abstraer un nivel hacia atrás la opción ineludi-
ble. Podría quizá objetarse que sólo es posible
optar por la puerta abierta, y éso es exactamen-
te lo que hace todo positivismo, sea filosófico,
lógico o epistemológico.
La clave es la puerta cerrada. La puerta abierta
siempre será pasillo. La puerta cerrada abre es-
pacios infinitos -o tal vez, para no orinar más
alto que la tabla, debería decir indiscrimina-
dos-, tal vez impersonales pero no por ello me-
nos experimentables. El éxtasis exige subsu-
mirse en los derroteros de lo improbable, ya
que de cualquier manera todo lo es, aún a pe-
sar de las puertas abiertas que ya hace rato se
han constituido en un laberíntico, remanido e
insoluble galimatías.

Humo grisáceo de John Player & Sons


Licor de anís de Los Ocho Hermanos
Un hisopo embebido en alcohol para mi falan-
ge inficionada
Una oscura formación autodidacta
Una PC
Música
Y demás yerbas

Firme producción
Aún a puertas cerradas
49
Gabriel Cebrián

ESQUICIOFRENIA

Revisando mis notas


Perpetuamente sojuzgadas a su condición de
esquicio
Me percato
De algo así como un crujido subyacente

Como sucede con los viejos discos de pasta


Cuando el silencio gana espacio más se
advierte
(Me he referido al espacio auditivo, por cierto)

Hago abstracción de la fanfarria fonética


Y le presto oídos

Disuelvo al concepto
En esta fritanga emocional y descubro
Que el resto es mero réquiem en el viento

Por tanto
Celebro toda disociación lúdica
Todo enclave parasitario de datos
Si algo me faltaba
Era apegarme a mis versos

50
Asesinando cadáveres

RETRATO DEL ARTISTA


EMBRUTECIDO

Páramos de lengua
Atisbando detrás de la torpeza decadente
Trazos tentativos que intentan sujetarse
Ante una presión atmosférica
Cada vez más rigurosa con sus articulaciones

Estalactitas colgando del bigote


Ojos yermos
Impiedad impía e impiadosa cómo decirlo más
Su expresión yerta

Incapaz de evitar su pulso


Recurrencias paronímicas

Temblores de abstinencias varias


Tendones disecados a punto para lonja
Gambitos ineficaces por extemporáneos
Flama que se ahoga en azules
Por exceso de combustible

Naturaleza muerta el espejo

Y unos cuantos versos,


Enumerativos de su amarga condición

51
Gabriel Cebrián

LA MUERTE DE ZACARÍAS LOBO

Quiero que te figures


Tan claramente como pueda describírtelo
Un horizonte de piedra
Un bosque arrebolado todo el tiempo
Un arroyo detenido en vítrea escarcha
Olor de pinos y de hojas fermentadas
Una maldición ciega y aún dubitativa
Brisa gélida erosionando la osamenta
Pájaros posados y en expansión centrípeta
Para conservar el calor de sus cuerpos
Rítmico raspado de piedras las pisadas
Frías manos enguantadas sobre el frío cuerpo
del fusil
Escarceos lobunos en cada encrucijada
El puma solitario que a pesar de todo y arma
Pronto descoyuntará lo que quede articulado
El crucifijo mero ícono de muerte suspendido
Tan inútil frente a los vampiros descarnados
La decisión de plantarse de cara a la nada
A la angustia
A la certeza de la siempre inminente finitud
Sobrecogida a la vez por inconcientes culpas
Que sugieren que no hay ablución posible
Si no se celebra con la propia sangre
El valor de dar muerte que no sirve para morir
Un ínfimo coraje a todas luces magro
Un temple cifrado para soportar
Únicamente esas ilusas humanas batallas

52
Asesinando cadáveres

CUÁNTOS GENUFLEXOS

Estaba tratando de discernir


Cuántos genuflexos
Se apiñan debajo de mi gorra
Mas me resulta difícil
Son demasiado dinámicos
Se ocultan unos detrás de otros
Se mimetizan en idénticas reverencias
Soban el lomo de mi superyó
Consienten en poner cierta cara ante los
vecinos
Siempre dicen no, por favor, gracias a usted
O cómo nó, entendido, enseguida, señor
Y todas esas cosas
Que hacen que los desprecie

Pero lo que más detesto, ciertamente


Es que tomen el comando cuando escribo

En el plano real son a veces propia mascarada


En el plano mental
Sólo torpeza infinita
Agitándose por agradar a los fantasmas

53
Gabriel Cebrián

AIRE DE MILONGA

Al abuelo Cebrián, dedico esta nadería

Afanes mercantilistas
Y muchas placas policiales sosteniéndolos

Por hache o por be


Diez horas por día frente a las computadoras

Pero hete aquí que hoy me encuentro


Con el cielo de Villa Elisa atenazando mi
garganta
Con pretéritos perfectos, quiero decir,
Con la plenitud del recuerdo
De cuando siempre era real

Ojos y cielo y terrenos y estacas


El silbido en tiempo de milonga
Única y efímera visión de tierra prometida

Creíste que me enseñabas a vivir


Y tan sólo estabas instruyéndome en su
contrario
Después de un hiato de cuarto de siglo
Te agradezco
Y hago de cuenta que el amor tuvo sentido

Y también de que ambos siempre lo supimos

54
Asesinando cadáveres

IMPROMPTU

Nadie va ha hacerlo por ti


Nadie quiere ver
Esa combustión que inerva plásticas caóticas
En ilusorias densidades brutas de cohesión
Tenaz aunque temporalmente aglutinadas
Per se
Y sedientas de algo que congele su impromptu

Noches en blanco intentando una apófansis


Dulce tuétano dando leña a los calosfríos
Amígdalas repapilándose en tibio cognac
Cierta arrogancia licuándose en parkinson
Dardos de silencio empujando al mundo fuera
Esa farragosa mochila de piedra
Y los símbolos y los significados
Diáspora celular
Vorágine

Alguien te ausculta mientras otros


Vacían tus botellas en el lavatorio
Y de cuando en cuando te recuerdan
Que nadie va a hacerlo por ti

55
Gabriel Cebrián

VUELTA DE CORREO (a Amelia)

Tengo demasiado más de lo que podría haber


soñado
No tengo absolutamente nada
El verbo tener implica primero un cuerpo
De ahí en más, para qué hablar

Por nota mecanografiada me agradece unas


palabras
Que cierta vez pude transmutar
Y me dice que ayudarán a aliviar en sonrisas
Su tránsito al más allá
Y yo quisiera decirle que todos estamos en ese
tránsito
Aunque tal vez sin esa aguda conciencia suya
Y que qué bueno que pueda sostener la sonrisa

Y expresarle a mi vez la gratitud


Por devolverme la evidencia
De que algunos fantasmas urden mejor
El tapiz de los trasfondos

Que por detrás de toda posesión


Laten los verdaderos vasos comunicantes

Y que el único terruño posible


Existe en el sueño de los desterrados

56
Asesinando cadáveres

DESDE EL AFÁN DE MANOS COLOREA-


DAS en las paredes de las cavernas hasta Kill-
roy was here. Desde las estampidas de bovinos
hasta Kandinsky. Desde el fonema gutural has-
ta Saussure. Desde la yesca hasta la fisión nu-
clear. Tan sólo saltos cuantitativos en la manga
hacia el encerradero del entendimiento. Tal
vez no alcance con dar voces de alarma desde
los remanidos toriles, y desde fuera es más fá-
cil que sean desoídas. El lenguaje paradójico
se abre paso quizás un poco altivamente hacia
el cadalso, adonde en lugar de morir, renacerá.
Y la mortaja será página en blanco para quien
no sea capaz de horadar su superficie. Y la teo-
fanía más inquietante, una calavera de pájaro
gorjeando percusivamente en un atardecer me-
tálico, sorprendiendo a la madera con un gol-
peteo mecánico y tedioso; olas de piedra fun-
dida coronarán el cuadro, darán sustancia a is-
las volcánicas que se solidificarán muy pronto
y jamás podrán volver a ejercer metamorfosis
alguna. Hasta una nueva erupción.

57
Gabriel Cebrián

SOY MI IDENTIKIT

Una de las acepciones de la palabra kit


En español es “avíos”
Podemos no pensarlo en inglés
Y sacar varias conclusiones psicológicas
O pensándolo well
Tampoco empece el pensar en inglés
Acaso el mero pensar
El identi-kit
Sólo cuanto los demás pueden ver
Con olfato de gendarme
Inventarios orgánicos en exposición
Sujetos de los que agarrarse y hacer más veraz
El paisaje alucinatorio de lo cotidiano
Veloz y expandido en infinitudes reticuladas
Aún a pesar de los patrones que se reiteran
Encadenando oasis ilusorios
Con sutiles enclaves matemáticos

Cebando la carnada

58
Asesinando cadáveres

MALEDICENCIA

Puede que sólo esté denigrando


Yo de nigromante, nomás
Perorando entre ratas como Lope de Aguirre
Bromeando en los velatorios
Esparciendo mi veneno en cápsulas
Puntillosamente endecasílabas

El plenilunio es un ineludible memento mori


Mis manos aún están aquí
Rielando lunares lunares
Y el vino, y la poesía
Esas cosas de las que tanto se habla

Pero también está aquello


De lo que no se habla
Ora porque no se puede
Ora porque sólo calla
Y permite al ritmo agitarse en danza
Ojos en la fronda
Deidades africanas
Hechizos barbitúricos
Ojo encendido a pleno en la batalla

Ninguna persona de bien escucha blues hasta


tan tarde

59
Gabriel Cebrián

CUANDO NADA RESPONDE

Cuando nada responde todo lo hace


Ha sido sólo un mal sueño,
Un mal sueño del que nunca despertaré
Vitraux del calvario deshecho en sazones
Aspersión seminal de ideas aparentemente
abstractas
Pero que tienen una finalidad fatal
Irredenta por totalitaria
Inexacta y pletórica de potencialidades
Más allá de cualquier inducción biónica
Y de toda especialización enervante

Voy trotando con mirada de perro hambriento


Desperdigando miccionales semióticas
Aquí y allá husmeando mi fría nariz
Orgías de basural

Conciencia incondicionada
Y unos cuantos aullidos de dolor
Sangre que hierve en los ojos rojos
Nobleza de gruñido y dentellada
Simple nocturnidad sin puntos fijos
Lengua antiséptica

Cuando nada responde todo lo hace

Tras la humilde sujeción a los mandatos

60
Asesinando cadáveres

PENSAMIENTOS DISTALES

Tal vez la falange distal de mi índice


Haya sido un nefasto puntero señalador
Lo que sucede es que quise enfatizar
La empatía ontológica que debe existir
Entre el signo y lo designado
Lo congelado y su localización a eterno:
Falange media, proximal
Segundo metacarpiano, trapezoide,
Escafoides, cúbito, radio,
Húmero, clavícula, omóplato
Cervicales, cráneo
Siempre y siempre el mismo itinerario
Siempre la distal indicativa
Chirriando
Sobre los opacos vidrios
Del portal del mausoleo
Alertando vanamente a propios y extraños
Desatando huracanes de interpretaciones
Que en nada resienten la pureza del misterio

La cobardía intelectual
Del principio de no contradicción

Ni las dislocadas ansias de ver lo que hay ahí


fuera

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Gabriel Cebrián

UNA LEYENDA QUE OÍ EN SUEÑOS

Estamos en un universo que se autofagocita


El sustento exige establecer cadenas de muerte

Mercantilismo amarillo y primario


Los árboles del otoño

Fauces que devoran para luego ser devoradas


Nubes de tormenta
Un sueño que nunca podrá ser masticado
Catatonía que implora silenciosa
Por alguna virtud eutanásica de la palabra

Invocaciones automáticas como viscerales


Contrapuntos absolutamente fortuitos
Mas no por ello menos oportunos
Tan grotescamente sencillos
Como el ciclo del no ser
En una naturaleza en expansión

Repentinos tropismos direccionales como de


cardumen
Burbujas perceptuales atravesando el vacío
Hasta que ocurra el estallido que las licúe
De una vez y para siempre en la no forma

Sonrisa perpetua descarnada de labios


Una leyenda
El fuego, que hace de cuenta que es estrella
Y se respecta a sus relativos microcosmos
62
Asesinando cadáveres

AGNUS NOSTER

Pensándolo bien, la idea de muerte es tautoló-


gica. El discernimiento flota como los palos de
yerba en un mate lavado, poco y nada puede a-
portar dada su estructura de leñame ya seco y
sin embargo filtrado de humedad en todas sus
porosidades. Si se pierde de vista el objetivo
final, que es precisamente situar en tiempo, lu-
gar y forma al objeto, tal vez nuestros portaob-
jetos serían tan inclusivos que estaríamos allí
devanándonos los sesos mientras a la vez nos
observamos a escala 1/10.000. Dimensiones en
crecientes o menguantes evanescencias finales,
o al menos certezas que jamás podrán afirmar-
se en una estructura sin fondo ni sostén algu-
no. Tracción a sangre que se proyecta en angé-
licas rebeliones mitológicamente condenadas
al averno, murciélagos intentando oír lo que
nos está vedado ver, eso que nos pasa y está
morfológicamente determinado en un molde
tan abstracto como el sello que lo ha impreso.
Tentativas de gallina ciega evitando el puchero
fatal, ineludible como las luces y las sombras,
como el aderezo perceptual con que se sazona
la divinidad coprófaga. Final propio para una
labor que comenzó preñada de impulsos caní-
bales para consigo misma en tanto una expre-
sión más de los códigos de su propia especie.
El verbo se hizo carne. Intentemos la vicever-
sa, devorándolo como él lo hace con nosotros.
63
Gabriel Cebrián

64
Asesinando cadáveres

ÍNDICE

Bonito de filodendros......................................... 7
Se dice por ahí que he muerto............................ 9
Consideraciones sobre el hilo y la madeja........ 11
Lastre................................................................. 12
Diseño............................................................... 13
Géminis............................................................. 14
Asesinando cadáveres....................................... 15
Jazz Bass........................................................... 20
Medicina........................................................... 22
Corte de luz....................................................... 23
Quizás ni él sepa............................................... 24
Crash................................................................. 25
Poema orbital.................................................... 26
Cuanto más se tira de la tripa............................ 27
Claqué............................................................... 28
So that... ........................................................... 29
Cinco pipas....................................................... 30
Demasiadas nómades nocturnidades................ 31
Único atributo................................................... 32
Rítmico subterfugio (vals sincopado)............... 33
Lágrimas rostro (lengua muerta)....................... 35
Homeostasis...................................................... 36
Disyunción aliterada......................................... 37
Coreografía del karma...................................... 38
Es imposible pensar álamos sin viento............. 39
Toccata y glosa................................................. 40
El cielo permanece............................................ 41
Plumas al viento................................................ 44
Una tarde en Stalker.......................................... 45
El peso de la cultura.......................................... 46
Sueño del vehículo gravitatorio........................ 47
Solipsismos siderales........................................ 48
Esquiciofrenia................................................... 50
Retrato del artista embrutecido......................... 51
La muerte de Zacarías Lobo............................. 52

65
Gabriel Cebrián

Cuántos genuflexos...................................... 53
Tiempo de milonga...................................... 54
Impromptu.................................................... 55
Vuelta de correo (a Amelia)......................... 56
Desde el afán de manos coloreadas.............. 57
Soy mi identikit............................................ 58
Maledicencia................................................ 59
Cuando nada responde................................. 60
Pensamientos distales................................... 61
Una leyenda que oí en sueños...................... 62
Agnus noster................................................ 63

Índice........................................................... 65

66

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