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CAPITULO I

PRIMERAS NOTICIAS DEL REINO DE ARAUCANIA Y PATAGONIA

A mediados de los años 60 llegó a mis manos el libro de Armando Braun Menéndez "El Reino de
Araucanía y Patagonia", en una de su veintena de ediciones (la primera es de 1936). Me apasionó
su increíble contenido donde se narra la aventura de un francés llamado Orélie Antoine de
Tounens. Un personaje con el delirio de ser rey y de ofrecerle a su país una colonia: "Nueva
Francia".

Esto ocurría a mediados del siglo pasado. En esa época las potencias europeas se habían lanzado
a una desenfrenada carrera colonialista, "en nombre de la civilización".

El protagonista inicial de esta historia abandona sus aburridas tareas de procurador de pueblo para
viajar por primera vez a Chile en 1858.

Desde antes de partir de Francia, ya se autollamaba Príncipe de Araucanía. Trajo consigo una
constitución monárquica redactada en francés (mejor dicho copiada de su país, con unas pocas
innovaciones que la hacían menos liberal aún). También portaba una bandera propia y diversas
leyes monárquicas para aplicar en tierras del Arauco.

Imaginaba que, en esa enorme extensión sería coronado rey. Había leído que los indígenas eran
independientes y rebeldes, y creía que dominaban desde el río Bío Bío hasta el extremo Sur.
Ignoraba, y quizás murió en esa ignorancia, al igual que el pretendiente actual a su sucesión, que
los araucanos llegaban sólo a Chiloé, es decir, a 1.250 kilómetros de Punta Arenas, en línea recta.
Una vez en Chile, estimó que en la Argentina sucedía algo parecido con la Patagonia y decidió
extender a ella sus dominios, autotitulándose Rey de Araucanía y Patagonia.

De la Patagonia, Orélie Antoine de Tounens sólo conoció, en tránsito en un único viaje de ida y
vuelta, el trayecto que va desde Carmen de Patagones hasta Neuquén en su límite con Chile, sin
que ningún cacique lo reconociera como rey, ni nadie lo recordara jamás, pero él se adjudicó en los
papeles hasta Tierra del Fuego. Este quijote sin Sancho ni Dulcinea, no venía como "desfacedor de
entuertos ni a proteger doncellas, sino a hacerse de un reino, a ser rey.

No hizo nada concreto ni gobernó, pero escribió infinidad de "documentos", un libro y varios folletos
que distribuyó por redacciones de diarios de Francia para que hablaran de él. Entre viaje y viaje (4
fracasos de los que regresó con pasaje de repatriado por caridad), en su país se hacía llamar "rey
en el exilio", diciendo que precisaba la ayuda económica de sus compatriotas (o de cualquiera, sin
importarle la nacionalidad) para montar un ejército y venir a combatir contra el gobierno de Chile,
que insistía en "invadir" las tierras de Arauco, y el de la Argentina, que hacía lo mismo con la
Patagonia. Inventó una corte con leyes y actas en francés, nunca traducidas. Creó en el papel
gabinetes con personas inexistentes y con nombres falsos o mal escritos de caciques que jamás
se enteraron de ello.
En Europa, Orélie Antoine de Tounens, u Orélie Antoine I, puso en venta todos "sus" dominios.
Distribuyó en vida un abundante material escrito sobre sus aventuras, la riqueza del reino y la
posibilidad de recibir allí a "los desheredados de Europa en un territorio varias veces mayor que
Francia". Lo cierto es que no convenció a nadie. Ninguno de sus conocidos quiso acompañarlo en
sus viajes, pese a sus ruegos y promesas de fortuna y honores. Ni uno solo de sus poquísimos y
nada calificados amigos creyó en su cordura.

Recaudó, eso si, algunas ayudas por suscripciones. En general, la prensa y sus compatriotas se
burlaron sin piedad de él. Pero nada, absolutamente nada, le hizo abandonar sus pretensiones,
hasta la muerte, que le llegó en forma lamentable, solitario y en la miseria, rechazado hasta por su
familia.

Con el tiempo, ya desaparecido, su imagen ganó la curiosidad simpática de quien persiguió una
quimera sin reparar en medios, con mentiras mas o menos ingeniosas y con picardías tales como
emitir vales de una supuesta Tesorería del Reino para pagar cuentas. Vendió títulos de nobleza,
aparatosas condecoraciones y órdenes de caballería. También mercó monedas, que fabricaba en
Francia para desprevenidos coleccionistas, que nunca llegaron ni menos aún circularon en sus
hipotéticos dominios.

En París a estos manejos se le aliaron bandas de pillos que explotaban el figurar en una corte junto
a un rey en el exilio, siempre con la promesa de recuperar un trono jamás tenido.

Buena parte de esto lo cuenta en su libro Armando Braun Menéndez como una curiosidad hallada
en sus investigaciones. La poca documentación que existe, proviene más bien de fuentes policiales
porque sus relatos no se basan en testimonios fiables. También el autor habla de algunos
personajes que se llamaron "sucesores" de Orélie Antoine I y que califica de "caballeros de
industria".

En esos tiempos, yo también tomé la historia como una curiosidad, como la aventura de un
alucinado. Estaba lejos de imaginarme que el tema llegaría a interesarme profundamente un cuarto
de siglo después, cuando comencé a ocuparme de los pasos de "sucesores" del Reino y sus
actividades reivindicacionistas, alentadas por personajes que recibían títulos de nobleza y
condecoraciones en pago de sus adhesiones y simpatías, o contribuciones. Ya no era una simple
diversión de un grupo de amigos selectos, como los que declaran república o reino la ciudad o el
barrio en que residen.

Yo viví en Neuquén, en tierras mapuches, desde 1964 a 1974, donde nació uno de mis hijos. En
esa provincia fui el primer rector fundador de la Universidad del Neuquén (hoy Nacional del
Comahue), casa de estudios que desde un primer momento creó institutos y cátedras para la
reivindicación de la historia y cultura mapuche, incorporando a indígenas para revivir la difusión de
la lengua, como las artes del tejido y la cerámica. El principal asesor de todo ello era mi amigo el
investigador doctor Gregorio Alvarez, la máxima autoridad en la materia, y quien fuera el primer
araucano patagónico doctorado en medicina. Este científico, que publicó tanto sobre la historia de
su pueblo, nada concreto encontró sobre el "Rey".

La eminente investigadora del mundo mapuche, señora Bertha de Koessler Ilg, alemana de
nacimiento, radicada durante más de 40 años en San Martín de los Andes, desde 1920 recogió
abundante material y realizó profundos estudios de los araucanos, su historia y folklore, sin
mencionar en ningún momento nada referente a un supuesto rey. Sus libros tuvieron gran difusión
en Europa, donde varias universidades le dieron honores académicos. Los indios la llamaban
"Papaí" (madrecita). Se verá más adelante un caso similar, el del ingeniero Juan Benigar,
investigador y científico croata, que vivió 40 años entre los mapuches. En sus múltiples escritos no
hace ninguna referencia al supuesto rey.
Hice varios comentarios a pobladores y estudiosos sobre este tema, sin obtener más que una u
otra referencia ligera, sólo por lo leído en el libro de Braun Menéndez. Y nada más. Ni los
indígenas ni los investigadores conocían otras fuentes. Hablé repetidas veces con varios caciques
mapuches, con los que traté durante muchos años. Dispongo de cartas y testimonios de
agradecimiento por modestas ayudas que les aportara y por solidarizarme con sus causas.

También recorrí detenidamente, por dos veces, todo el territorio araucano, es decir, entre Chiloé y
el río Bío Bío, sin encontrar ningún vestigio entre los mapuches, ni siquiera oral, de Orélie Antoine.

Más importante aún: conocí y traté a Doña María Namuncurá y su familia, hermana de Ceferino
Namuncurá, hija del cacique Manuel Namuncurá (el "tigre de las Salinas Grandes") y nieta del
cacique Juan Calfucurá, fundador de la dinastía de los "piedra", quien por muchos años fuera el
jefe indiscutido de la Federación Araucana en la Patagonia.

Esta mujer ejemplar, que en 1965 estimaba tener 80 años, de excelente memoria, vivía
pobremente produciendo su propio alimento que cultivaba en una pequeña parcela de tierra alta,
protegida de los vientos por pilcas de piedras y ramas. Humilde y de buen humor, nunca especuló
con su condición de última hermana viviente del "santito", el "lirio de la Patagonia". Tampoco nadie
se acordaba de ella. Tuve la satisfacción de prestarle alguna asistencia durante su última
enfermedad y muerte en el Hospital de Neuquén, colaborando para el traslado de sus restos al
cementerio de su tribu en San Ignacio, cerca de Junín de los Andes.

Pues bien, tanto doña María Namuncurá como sus familiares y gente de su tribu, coincidían
unánimemente en ignorar la existencia de un supuesto rey, vocablo por otra parte desconocido en
mapuche. Si ellos no lo sabían, precisamente donde está la mayor concentración de araucanos del
país, junto con Chile, menos podía suponérselo en el resto de la Patagonia, hasta Tierra del
Fuego. Además, tanto Calfucurá como su hijo Namuncurá, habían nacido en Chile, en el Arauco.

Sin embargo, el actual pretendiente al "trono", Philippe Boiry, nombra frecuentemente a personas
que, según él, habrían guerreado bajo las ordenes o de acuerdo con Orélie Antoine, como
Namuncurá y su padre Calfucurá. De ambos hay centenares de cartas en las que nunca
mencionan, ni una sola vez, al "rey" o el "reino".

Las consultas con sacerdotes, tanto jesuitas como muy especialmente salesianos, también fueron
negativas. Estos últimos sí recuerdan que un supuesto sucesor del rey anduvo recolectando dinero
por el mundo para apoyar la obra de Don Bosco; una verdadera estafa a la credulidad y bondad
pública ya que los fondos nunca llegaron a Roma. Por mi parte, me esforcé por averiguar si alguna
vez las tribus habían recibido ayuda del "rey en exilio" en París, donde desde un siglo atrás se
pedía para ellos. No encontré ningún antecedente, ni la menor mención.

Aún con esas evidencias, no tomé muy en serio esta cuestión y publiqué entonces un artículo en la
revista dominical de "Clarín", en tono irónico y con el título de "Felipe, Rey de la Patagonia". La
nota atrajo la atención por ser en ese entonces gobernador de Neuquén el popular Don Felipe
Sapag. La pionera familia de éste, arraigada en la región desde fines del siglo pasado, tampoco
tenía noticias de la existencia del rey o el príncipe francés.

Como periodista, fui corresponsal en París del diario "Clarín" de Buenos Aires durante 15 años. En
esa capital busqué contactarme con el "Príncipe Heredero Felipe" y conseguí entrevistarlo el 4 de
diciembre de 1980. Las declaraciones que me formuló resultaron inquietantes. Más inquietante aún
el libro que me dedicó (previo pago), "Histoire du Royaume d'Araucanie - (1860-1979) - Une
dynastie de Princes francais en Amérique Latine". La tapa tiene el nombre del autor "Philippe,
Prince d'Araucanie". Como pie de editorial: S.F.A. 1979, cuyos rastros no pude encontrar en listas
de editoriales o guías telefónicas. Me comuniqué con la imprenta, "L'Imprimerie de l"Ouest à la
Rochelle", donde me informaron que no conocían la editorial S.F.A. y que el encargo de 300
ejemplares provenía del Sr. Boiry, de París. En 1993 el "príncipe" dijo que esas iniciales
significaban "Le Souvenir Franco Araucano", entidad con carácter de fundación.

En marzo-abril de 1989, el actual aspirante Philippe Boiry decidió visitar por primera y única vez
Argentina y Chile. Había hecho contactos a través de una organización de Bristol (Inglaterra) que
decía tener doce miembros araucanos, y estaba "invitado" por ellos. Es decir, la preparación de la
gira venía de Gran Bretaña. Extraño detalle.

Ante el anuncio de ese viaje del "Príncipe Philippe" a "sus" tierras, me vi en la necesidad de escribir
varias notas sobre el tema, aclarando que, de acuerdo a la documentación obtenida en Francia
sobre este personaje y sus actividades, se revelaba la improcedencia de considerarse
descendiente o sucesor de Orélie Antoine I.

A raíz de mis artículos, el señor Philippe Boiry envió abogados al diario "Clarín". Exigía mi
retractación, amenazando que, de no hacerlo, iniciaría juicio por calumnias e injurias, con el
reclamo consiguiente de una principesca indemnización. Por supuesto, no me retracté ni el diario
me desautorizó. El juicio nunca se inició. Con ello conservé mi invicto de no haber sido llevado
jamás a tribunales por algo incorrecto que hubiera escrito en medio siglo de cotidiano periodismo
de compromiso.

En previsión a una posible demanda del "Príncipe", amplié mis investigaciones sobre el tema. Con
ello comprendí la necesidad de escribir este libro, en honor a la verdad y al respeto de la soberanía
y dignidad de Argentina y Chile y, muy especialmente, de los indígenas. Todo ello ofendido y
agredido por mitómanos y pillos que se han adjudicado y vendido títulos de falsa nobleza con
nombres de lugares arauco patagónicos, generalmente mal escritos o afrancesados.

Debo advertir que este pretendiente se presenta desde hace años como "príncipe de Araucanía y
Patagonia", junto a numerosos otros principados. Al comienzo de su obra consigna solemnemente:
"He tomado, en las páginas que siguen, el más grande cuidado de no adelantar un hecho, una
idea, una gestión, un documento, del cual yo no tenga la fuente o el medio de verificar su
autenticidad" (Boiry 9).

Al respecto, conviene prevenir que el autor menciona con frecuencia y cita como fuente a
supuestos autores o investigadores más que fantasiosos, cuando en se trata de personajes con
títulos nobiliarios acordados por la increíble dinastía de opereta.

Por otra parte, nos encontraremos con nombres inexistentes de inexistentes investigadores y
correspondencia tramposa, más adhesiones y reconocimientos de diversas "familias nobles",
algunas verdaderas organizaciones delictivas. Todo ello tiende a aparentar legitimidad, inventando
antecedentes y títulos que el Gotha no reconocerá jamás.

Con persistente habilidad, Philippe Boiry trata, no siempre con éxito, de derivar a esos
"investigadores" a periodistas y escritores interesados en el tema, como lo ha logrado con algunos
argentinos de buena fe..

Hasta se crea una fantasmal "Academia de Altos Estudios Araucanos". Con la excusa de la última
guerra mundial, encuentra el pretexto de la quema de los más discutidos documentos, según dice
lamentarse el "príncipe".

Asimismo, en Argentina y en Chile, intelectuales y periodistas, con la mejor voluntad, han recreado
cosas oídas o publicadas sin rigor histórico. Pues bien, el señor Boiry y sus "académicos",
coleccionan hasta la mas mínima de esas palabras para fundamentar los fueros utópicos del
supuesto rey y sus "sucesores", como sus reivindicaciones.
Creo que la fuente de estas especulaciones y equívocos, surgen de las investigaciones iniciales de
Armando Braun Menéndez, quien comenzó a publicar su historia en 1936 (primera de más de
veinte ediciones). Este escritor chileno y académico de la historia de su país y de Argentina, ya
fallecido, destapó la curiosidad e inspiró numerosos trabajos imaginativos, novelas, poemas y
piezas de teatro y cine.

En 1947 el escritor André Maurois, de la Academia de Francia, visitó Buenos Aires. Como lo dice
en el prólogo a la obra de Leo Magne, fue en esa oportunidad que conoció a Braun Menéndez y
éste le habló de Antoine de Tounens, dándole su libro. Maurois se interesó por esta historia, de la
que recibía las primeras noticias. De regreso en Francia, alentó a su amigo Leo Magne para que
buscara en los archivos de Périgord, región de la cual era nativo, a fin de escribir una biografía.
Magne encontró algunas cosas, pero nada que variara radicalmente los pasos de Orélie Antoine
por Araucanía y Patagonia, tramo en que sigue a Braun Menéndez.

El libro se llama "L'Extraordinaire Aventure d'Antoine de Tounens (gentilhome périgordin, avoué,


conquistador) Roi d'Araucanie-Patagonie". Fué publicado por Editions Latino-Americaine con apoyo
del Ministerio de Educación de Francia, del Consejo General de la Dordogne y de la Sociedad
Nacional de Ferrocarriles Franceses. Lo encontré en la Biblioteca Nacional de París.

Leo Magne edita su trabajo en 1950, hablando de una monarquía que concluyó en 1903 con la
muerte del tercer "rey" Antoine Cros (Antoine II). Allí da por terminada la historia y su leyenda, sin
sospechar que su libro (al igual que el de Braun Menéndez), serviría para despertar enfermizos
delirios de nobleza, al encontrar un reino vacante. Así aparece poco después, Philippe Boiry,
diciéndose sin pudor ni fundamentos, pariente de Orélie Antoine de Tounens, cuando tenía sólo 24
años de edad.

Tanto Magne como Maurois, nunca reconocieron tal "sucesión", ni mucho menos los
descendientes de la honorable

familia de Antoine Cros, entre ellos su auténtico biznieto el escritor Maurice Druon, actual
Secretario Perpetuo de la Academia Francesa.

Justamente a partir de la obra de Leo Magne es que el actual pretendiente modifica su ya falso
título de "barón", para erigirse en príncipe, mejor dicho en multipríncipe, y especular con ello. Su
discurso, que refina y repite hace más de 40 años con solemnes modales, ha logrado impresionar
a algunos chilenos y argentinos poco advertidos.

En fin, este trabajo me ha forzado a incursionar en el apasionante tema del negocio de vanidades,
el tráfico de falsos y hasta verdaderos títulos de nobleza y sus maniobras, de las cuales son
víctimas incautos de todas las latitudes.

Como las leyendas crecen y se deforman, me he creido en la obligación de historiar


documentadamente el pasado y presente del "reino" para delimitar fabulación de realidad.

François Lepot

Siguiente Capítulo: EL NACIMIENTO DE UN "REY"


CAPITULO II

EL NACIMIENTO DE UN "REY"

Quien da origen a esta historia, inicia sus días el 12 de mayo de 1825 en La Chèze, una diminuta
aldea de alrededor de seis casas de familias más o menos entrelazadas entre si.

Hoy La Chèze no existe. Era parte de la comuna de Chourgnac (la que distaba un km., y a 150 km.
al Oeste de Bordeaux), cantón de Hautefort, distrito de Périgueux, departamento de la Dordogne.

Hijo de una familia campesina de pequeños propietarios, sus padres fueron Jean Tounens y
Catherine Hardon, agricultores. Inscriben al noveno de sus vástagos con el nombre de Antoine
Tounens. Nace como el Quijote en un medio pobre y gris, propicio para dejar vagar la fantasía,
único medio de escapar del tedio y la chatura.

Como era habitual en la época, los padres asignaban a sus proles distintos sobrenombres o
nombres no registrados en sus documentos legales. De allí que antepusieran el de Orélie, que éste
utilizará toda su vida, incluso en el título que se asignara de Orélie Antoine I, aunque en algunas
oportunidades escribiera "Orrlie Antoine".

El muy dudoso biógrafo del futuro rey, Augier de Saint Loup ("barón" araucano, por supuesto),
deseoso de ornamentar los orígenes del futuro monarca, le inventa ascendencias imposibles de
verificar, ni siquiera sustentadas por el interesado que ya poseía su propia inventiva. La base de
esa hipótesis no se encuentra en documentación alguna sino en "la tradición oral" de una
aldeucha, que sólo ese autor parece haber escuchado: "La tradición oral dice que los Tounens
descienden de Tonantius Férreolus, senador galo-romano, nacido hacia 420, prefecto del pretorio
"per Galias" en 450...de una familia poderosa de celtas arvernes, este galo romanizado, fundador
presunto de la ciudad de Tonneins, es el héroe epónimo de la familia del poderoso señor de
Ferréol de Tonneins..."(Vergnespág.15).

Lo cierto es que el joven campesino Orélie Antoine habría tenido privilegios (o aptitudes) para
instruirse mas, declarando: "Fui elegido entre mis hermanos para ser el intelectual de la
familia...con el objeto de prepararme para mi futuro oficio de rey".

Entre 1841 y 1846 el futuro monarca hace su bachillerato en el colegio real de Périgueux, donde él
dice que fue "el mejor de la clase". Es el único Tounens que posee ese título.

Su primera intención era ser oficial del ejército, donde confiaba ganar galones para lanzarse a la
conquista de reinos lejanos. Si bien lucía varonil, fue calificado "impotente" a causa de un mal de
nacimiento, una várice (tumor formado por la dilatación varicosa de las venas del cordón
espermático y del escroto), como dice Jean Raspail. Ello explicaría porqué en toda su vida no se le
conocieron amores, a pesar de soñar con una "reina" y herederos. Pero el mal le sirve para
exceptuarse del servicio militar. Entonces, dice que estudió durante dos años en la escuela de
derecho de Bordeaux, sin graduarse.

Berta de Tabbush, la autora de la historia novelada "El Intruso", es la única, que nosotros sepamos,
que atribuye a de Tounens el haberse recibido de notario en Avignon, donde "a los 22 años
presentó su tesis que versaba sobre "la conquista y propiedad ante el derecho de gentes" (pág.
50). No hay ninguna prueba de ello. En cambio, es cierto que a fines de 1846 entra a trabajar como
escribiente para el notario Léon Gilles Lagrange, de Périgueux, cerca de Tourtoirac.

PROCURADOR DE PUEBLO

En 1851 su padre vendió algunos terrenos e hipotecó otros. Con esos fondos le compra a su hijo
Orélie una oficina para ejercer como "avoué", una especie de procurador. Se instala en el número
13 de la calle Mieras de Périgueux. Estos arreglos económicos disgustan a toda su familia a
excepción de su hermano mayor Jean. Las quejas de sus otros siete hermanos se deben a que la
inversión compromete la magra herencia a dividir entre tantos.

Desde ese trabajo muy poco rendidor, el joven Orélie desarrolla incesantemente sus planes para
ser Rey, nutrido por libros de aventuras y conquistas. Alimenta así su imaginación como le ocurrió
con las lecturas de obras de caballería a Don Quijote.

Desde su oficina, Orélie Antoine trata de vincularse y conoce a notables del pueblo. Según su
pretendido sucesor actual, se distinguía como hombre seductor y amable. Lo de seductor es muy
improbable, porque no se registra una sola persona cuerda a quien lograra adherir a su empresa.
Ni siquiera consiguió un Sancho. Allí, en Périgueux, es admitido como hermano de la logia
masónica "Amigos Perseverantes de la Estrella de Vésone".

Como procurador, su pieza judicial mas notable se refiere a las gestiones encaradas para que se le
reconozca a su padre la rectificación del apellido deformado con el tiempo y, muy especialmente,
recuperar el uso de la "particule", el distinguido "de" precediendo su nombre y que muy
comunmente señala un origen noble. Presenta abundante documentación en juicio y apelación que
no convence a los jueces, aunque le admiten en apelación que un siglo atrás, los Tounens usaban
el "de" pero "como parte del apellido y no como signo de nobleza". Este documento oficial
desmiente a quienes le atribuyen provenir de "de una familia de rancio abolengo dordoñés".

Además, no se encuentra por ninguna parte, no ya una ciudad sino la mas mínima aldea o paraje
que lleve el nombre de Tounens, "Ni aún agregándole variaciones ortográficas", dice André des
Vergnes. Y el tribunal señala categóricamente que los Tounens fueron "simples braceros y
labradores". Orélie se indigna por tales consideraciones pero acepta el "de" que se asigna a su
padre y, por ende, a él, cuando nadie de la familia ha luchado por la "particule", porque se prestaba
a malévolas burlas del vecindario.

Orélie Antoine nació bajo la monarquía constitucional de Carlos X, a quien sucede Luis Felipe I. A
los 23 años vive las turbulentas convulsiones de una revolución obrera que deroga la esclavitud en
las colonias y establece el sufragio universal. Nace, a continuación, la segunda república. Ve
después la llegada de Carlos Luís Napoleón Bonaparte como presidente y los episodios del golpe
que llevan a éste a la cabeza del segundo imperio como Napoleón III, desde 1851 hasta la tercera
república, en 1870. Los últimos ocho años de vida de Orélie Antoine transcurren bajo la restaurada
trilogía republicana de libertad, igualdad, confraternidad.
SUEÑOS COLONIALES

A Orélie Antoine le dolía que Francia hubiese abandonado el Río de la Plata, luego de un largo
conflicto y bloqueo de 12 años, aliada a Inglaterra y al Imperio del Brasil, con la colaboración de
ciudadanos de Italia y otras potencias (oficialmente o a través de piratas y corsarios).

En tenidas masónicas y en los lugares donde asistían los notables de Périgueux, de Tounens
expresa con frecuencia su indignación porque Francia no hubiera conservado sus colonias de
Canadá y la Luisiana y continuara asediada por los británicos en otras campañas de conquistas.

Sin aportar fuentes, Gerardo Mauger de la Brannière, en su "relato histórico" (pág. 11), habla de un
misterioso noble español (y masón) que, quizás enterado de las fantasías que a nadie ocultaba, un
día visitó al "hermano" Orélie Antoine en Périgueux para ofrecerle el encargo de una misión en
nombre de la emperatriz Eugenia de Montijo, esposa de Napoleón III, consistente en lanzarse a la
conquista de Araucanía. Para ello le brindaría todo el apoyo posible pero discreto, adelantándole
que de fracasar, la responsabilidad sería sólo del provinciano procurador. Este habría aceptado el
imperial encargo. De estas tratativas no se encuentra el menor rastro en los archivos franceses. La
versión, sin embargo, ha hecho carrera entre escritores y periodistas. De ello no habla Orélie
Antoine.

Su delirio era ser rey y, como lo veremos, utilizó en su intento todos los medios imaginables,
incluidos los non santos. El procurador se gana el ridículo entre cuantos lo conocían porque
empezó a llamarse príncipe antes de comenzar la empresa. Al fin, en 1858, a los 33 años de edad,
se lanza a la conquista.

PRIMER VIAJE A CHILE

Antes de moverse de Périgueux, Orélie Antoine ha hecho mil intentos por conseguir compañeros
para su aventura. Primero busca entre quienes pudieran aportar fondos y luego,
desesperadamente, a cualquiera. Nadie lo toma en serio. No ceja en su empeño y se decide a
partir.

Quema las naves vendiendo su estudio de procurador. Su hermano mayor Jean hipoteca otros
bienes de la familia, con gran disgusto de sus numerosos miembros que ven perdida -con razón-
toda posibilidad de alguna herencia. Reúne así una pequeña fortuna.

Antes de viajar ha pedido por intermedio de su Venerable, el escribano Léon Gilles Lagrange, que
el Gran Oriente de Francia le extienda un diploma que consigne: "de Tounens, Antoine-Orélie, sin
profesión, ex procurador, nacido el 12 de mayo de 1825 en Chourgnac". Este diploma le llega a
París pero sin consignar el importante "de" antes de su apellido. Pide otro rectificado, que no
arribará nunca.

El citado Mauger de la Brannière, escribe que Orélie Antoine "lleva una misión de la Academia de
Ciencias para presentar ante el Consulado".(pág.21). No hay, sin embargo, ninguna constancia de
ello ni lo menciona el interesado.

La salida exacta de Francia, no la consignan ninguno de cuantos han escrito sobre el rey. Solo se
sabe que pasó por París, luego por Le Havre y de allí a Inglaterra. Se embarca en Southampton en
la nave "La Plata", hace escala en Santo Tomás el 15 de julio de 1858, primera fecha concreta,
desde donde escribe a su amigo Pouyadou a quien en la capital francesa ha dejado su perro.
Sin embargo, Berta Tabbush sostiene equivocadamente que de Tounens parte desde Marsella en
una nave llamada "Avenir" y, con varios transbordos, toca Río de Janeiro, Buenos Aires, los
canales fueguinos, Valparaíso y por fin Coquimbo.

Lo verificado es que el 26 de julio arriba a Panamá. Aunque el viajero no lo cuenta, lo más


probable es que se trasladara a la costa pacífica en tren (demoraba sólo 7 horas el viaje), en el
recién inaugurado ferrocarril de la empresa norteamericana Panamá Railroad Company, obra que
costó la vida de miles de trabajadores, gran parte de ellos chinos y no precisamente voluntarios.

Días después se embarca en el "Acapulco", un steamer yanqui que partiendo de San Francisco,
con varias escalas, llega Valparaíso. De Tounens desciende antes, en Coquimbo, el 22 de agosto
de 1858.

A partir de entonces, tanto durante este viaje como en los que le siguieron, siempre estuvo,
prácticamente en soledad. Todas las noticias sobre sus aventuras y desventuras dependen de sus
propias referencias, si bien se conocen algunos detalles de conflictos que tiene con las autoridades
de Chile o las circunstancias en que interviene el consulado de Francia. Los comentarios de prensa
en Francia, están nutridos con informaciones dadas por el mismo Orélie Antoine, sin que fueran
tomadas en serio.

Se dice que nuestro personaje compra a su llegada un caballo ("Artaban") y toma un doméstico.
Pero se conoce muy poco de sus actividades durante los 27 meses que vive en Coquimbo, o más
precisamente en la vecina La Serena. Allí se entera Orélie Antoine que poco antes otro francés,
llamado Mushgay, hizo una estafa recaudando dinero para un proyecto de colonización y con el
dinero reunido instaló un prostíbulo, para luego radicarse en tierras de indios donde fue reconocido
cacique y vivía con numerosas esposas. Hace viajes y estadías al puerto de Valparaíso,
presumiblemente en barco, distante 400 kilómetros hacia el Sur. Se ve con residentes y marinos
franceses. También viaja a Santiago, la capital de Chile. Pero poco dice en sus cartas del cómo y
para qué.

En su primer regreso a Francia, hace breves referencias de aquella época, cuando publica en 1863
en París su libro titulado "Orélie Antoine I, rey de Araucanía y Patagonia, su advenimiento al trono
y su cautividad en Chile". Aporta muy escasas precisiones, lo cual no es su costumbre. "Salí de
Francia -dice- a fines del mes de junio de 1858, y, habiéndome embarcado en Southampton en un
paquebote inglés que partía para Chile, arribando el 22 de agosto a Coquimbo, donde me detuve
ante todo no sólo para aprender el español, sino también estudiar el país y adquirir informaciones
de toda naturaleza sobre cuanto yo había resuelto visitar" (pág. 16). Y nada más. En ese tiempo se
ejercita en equitación.

En "historia del Reino de Araucanía", del actual "príncipe" Philippe, consta el siguiente párrafo: "En
una carta fechada el 15 de octubre de 1859, él (Orélie Antoine) expone su "gran proyecto" -así lo
llama- que, en nuestros días, puede parecer digno de atención pero que en aquella época, si bien
fue visionario, carecía verdaderamente de realismo. Consideraba el cavado (sic) de un canal en la
América del Sur, la unión, por via férrea, del viejo y nuevo mundo (sic), todo ello gracias a los
ingresos que esperaba de monasterios de hombres, enjambrados en el mundo entero!".

A tres meses de su llegada a Chile escribe a su amigo Desmartin ofreciéndole un negocio de


cobre, del que nunca se ocupó.

A un año y medio de encontrarse en Chile no se ha contactado con los hermanos masones de ese
país, pidiendo para hacerlo una "ayuda masónica" al Venerable Lagrange (de Périgueux), por
intermedio de su amigo Desmartin. "No he buscado visitarles -escribe- porque: Parece que los
malos masones hormiguean en las américas; en consecuencia todo masón que no es portador de
su título es admitido con desconfianza...no he osado presentarme ante el temor de ser objeto de
investigaciones...No puedes hacerte una idea de cuánto los americanos del Sur son desconfiados,
hasta entre ellos mismos..."

En esa misma correspondencia expresa: "En la carta de recomendación yo no debo figurar como
ex avoué (procurador); porque en el país donde me encuentro, esta profesión es muy mal vista..."
(Boiry, pág. 45).

Sin la carta de recomendación que no llegará nunca, de Tounens se incorpora finalmente a la logia
"Estrella del Pacífico" de Valparaíso, adherida a la Gran Logia de Chile".

Orélie Antoine no deja de exponer proyectos que no logra concretar por falta de asociados con
dinero. Uno de ellos consistió en fundar un diario francés en Santiago de Chile.

MEDIDAS REALES ANTES DE ENTRAR EN ARAUCO

Si fuera preciso dar una sola prueba de la temeridad imaginativa de Orélie Antoine de Tounens,
bastará con la lectura de una larguísima carta fechada en la ciudad chilena de La Serena el 18 de
julio de 1860, es decir, cuatro meses antes de iniciar su primer viaje a Araucanía. El texto íntegro
de este documento, lo transcribe en su libro André des Vergnes (pág.63).

Imagínese el lector el desconcierto que habrá experimentado quien la recibió, el notario de pueblo
Léon Gilles Lagrange que, sin previo aviso ni otra correspondencia anterior, leyó el extenso y
delirante texto de su ex escribiente. La resumimos. Lo resumimos:

"Al señor encargado de negocios de Araucanía

"Señor,

"Tengo el honor de enviarle en este sobre su designación de Encargado de Negocios del gobierno
araucano ante el gobierno francés, con una carta autógrafa de Su Majestad el Rey de los
Araucanos por la cual él anuncia a Su Majestad el Emperador de los Franceses, la fundación de un
reino en Araucanía y su advenimiento al trono de esta potencia.

"Quiera Vd. señor Encargado de Negocios:

"Hacer las gestiones necesarias para obtener de Su Majestad el Emperador de los Franceses una
audiencia, a los efectos de poner entre sus manos la carta autógrafa de Su Majestad el Rey de los
Araucanos y de hacer reconocer la fundación de su reino y su advenimiento al trono.

- "Hacer los trámites necesarios para contratar un empréstito para el gobierno de Su Majestad por
la suma que Vd. pueda hasta la cantidad de cincuenta millones, en las mejores condiciones
posibles y para un plazo bastante lejano.... Del empréstito obtenido, esta autorizado desde luego, a
tomar o hacer tomar las sumas necesarias para hacer provisiones de guerra u otras compras, o
para fletar o

comprar vapores para el gobierno de Su Majestad y para vuestro sueldo personal...(da


características del empréstito).

"Vd hará reclutar de inmediato, en Francia o en otras partes de Europa, entre los ex oficiales y
soldados, un ejército de quince mil a veinte mil hombres, enviándolos a medida que los tenga... (se
extiende en pormenores sobre altos sueldos, ascensos de grados y el otorgamiento de tierras a los
militares).

Luego de ofrecer también tierras a los colonos que quieran venir al Arauco, agrega:

"El gobierno araucano les dará también gratis las bestias y utensilios necesarios para las primeras
explotaciones agrícolas..." (y da minuciosos detalles).

"Su Majestad decidirá que su ejército esté dividido como sigue: Una marina compuesta de un barco
de guerra de 80 a 90 cañones, dos fragatas de alrededor de 36 cañones cada una y dos corbetas
de unos 26 cañones cada una. Todos los cañones del mayor alcance posible y los barcos a vapor.
La marina se compondrá entonces de 214 cañones para diez hombres por pieza, o sean: 2.140
hombres; similar fuerza de artillería de tierra o más si es posible. El resto en caballería e infantería.

"Será inútil hacer provisión de caballos en Europa para la caballería, visto que aquí en el país los
hay en grandes cantidades y más baratos que en Francia. Lo que es indispensable procurarse en
Europa, es el equipo de la caballería y de todos los abastecimientos de la tropa, ropas, armas y
municiones, porque concerniente a todo ello aqui no hay nada que no se importe de Europa.

"Vd. designará funcionarios o empleados franceses en todas las ramas administrativas, judiciales,
ejército, gendarmería, policía, educación, eclesiásticos u otros, siguiendo las bases ya establecidas
en Francia...(siguen largas disposiciones menores, como el ofrecer el doble de sueldo a los
funcionarios franceses para prestar servicios en la administración de Araucanía).

- "El gobierno de Su Majestad le da poder, señor Encargado de Negocios, de cambiar o modificar


todas o parte de las condiciones precedentes en favor del público mientras sea posible, como
tomar gente joven u hombres que no han sido jamás soldados, haciendo abstracción de edad,
mientras sean ligeros de piernas.

La Serena, el 18 de julio de 1860

(fdo) Orélie Antoine I, (Rey de Araucanía)"

El "documento" precedente, hecho público recién en 1967, es por demás insólito. En primer lugar
está escrito en Chile, país al cual Orélie Antoine piensa combatir con las fuerzas que encarga.
Asimismo, la cifra pedida (50 millones de francos) era astronómica para la época.

No obstante estas evidencias de delirio, no han faltado panegiristas de la increíble "corte de


Araucanía que, desde París, han visto en este documento grandes rasgos de la "genialidad" del
rey, ponderando sus previsiones para colonizar sus nunca poseídos ni vistos territorios,
suponiendo que podía disponer de esos espacios para su distribución arbitraria entre europeos.
¿Acaso los mapuches no peleaban contra los chilenos, precisamente para no perder sus tierras,
como lo hicieran antes por más de cuatro siglos contra incas y españoles?.

Asi por el estilo son las descabelladas elucubraciones de Orélie Antoine, de las cuales veremos
múltiples ejemplos en su copiosa creatividad plumífera. Sin pruebas, como cuando escribe: "Tengo
todo el clero conmigo, que tiene una gran influencia en el país". Curiosa confianza de un masón.

La respuesta del notario Léon Gilles Lagrange, Venerable de la logia "Los Amigos Perseverantes"
de Périgueux, no se hace esperar, recibiéndola Orélie Antoine en La Serena a principios de
octubre de 1860, a menos de un mes de hacer la primer entrada en sus "estados". Dice así:

"Mi querido señor:


"Lo que Vd. me pide es una tarea imposible de cumplir, por grande que sea mi deseo de ayudarle.
Le confieso francamente que no creo en nada que pueda darle satisfacciones y estoy convencido
que sus esfuerzos se mantendrán impotentes contra la inercia de los despreocupados, contra el
deseo y celo de los malos y contra la maledicencia y la murmuración de los egoístas.

"No dudo entonces decirle cuánto lamento por Vd., por su familia y por sus amigos, que se haya
arriesgado en una empresa peligrosa que no puede llevar sino a disminuir vuestra fortuna, y que
lejos de darle en su país la consideración que merece una iniciativa como la suya, lo llevará sólo a
la calificación de ambicioso, de insensato, de hombre ridículo por exceso de orgullo, de vanidad e
ineptitud.

"Abandone entonces esas empresas que no pueden conducirle al bien, expulse de su espíritu
esperanzas que no puede realizar, salga de un país donde Vd. no puede hacer nada para su futuro
y vuelva con su familia que lo espera y que acaba de hacer aún un último sacrificio para facilitar su
regreso a Francia.

"Le ruego, mi querido señor, querer creerme su

"Léon Guilles Lagrange" (Raspail 159).

Por supuesto, de estas dos cartas, la de Orélie Antoine y la del notario, publicadas también por
André des Vergnes, Philippe Boiry hace solo una referencia resumida de la primera e ignora
totalmente la segunda.

Sin embargo, el "príncipe", supo ganarse la confianza del embajador argentino en París Adolfo
Galatoire, y le aportó "documentación" proveniente de escribas de su corte, haciéndole caer en
gruesos errores en su libro como en publicaciones de artículos posteriores en Buenos Aires. Así le
hace decir en el número 8 de "Todo es Historia": "A pesar del cumplimiento de las gestiones
encomendadas, el emisario (Lagrange) no obtuvo el reconocimiento del emperador Napoleón,
seguramente porque éste se sentiría escéptico sobre las posibilidades monárquicas en los países
de América, después del resultado poco favorable de su aventura en México con Maximiliano de
Austria".

Evidentemente, Galatoire confunde las épocas, porque Maximiliano recién llega a México el 12 de
junio de 1864, es decir, cuatro años después que el notario Lagrange hubiera rechazado su
designación como encargado de negocios de Orélie Antoine. Además, el fracaso de esa aventura
colonial se concreta posteriormente con el fusilamiento del "rey" traído de Austria por Napoleón.

PUBLICACION DE ORELIE ANTOINE EN CHILE

En la monumental obra bibliográfica de Antonio Palau y Dulcet, "Manual del Librero


Hispanoamericano", comenzada a publicar en Barcelona en 1958, en su tomo XIII, trae la siguiente
nota bajo el número 204.272:

"Orllie-Antoine I, roi d'Araucanie et de Patagonie. Historia de la introducción de los animales


domésticos en América. Procedimientos para mejorar las razas caballares por el señor O.A.A.
Príncipe de Tounens. Santiago, Imprenta del Ferrocarril, 1859, 48 pág.".

Esta curiosa referencia puede ser un equívoco. En especial porque no la consigna el propio
interesado ni ninguno de sus sospechosos panegiristas, quienes no pierden oportunidad de
atribuirle méritos fantasiosos. Además, Orélie Antoine recién aprendió a montar a partir de su
llegada a Chile el 22 de agosto de 1858.

PRIMER ENTRADA DE ORELIE ANTOINE EN ARAUCANIA

Los últimos días pasados en Santiago de Chile, Valparaíso y La Serena, según su


correspondencia, fueron patéticos para Orélie Antoine.

A más de la dura carta del notario Lagrange rechazando el nebuloso título de encargado de
negocios de un inexistente rey de un inexistente reino, recibe noticias de sus dos únicos amigos en
Périgueux. Una es del depresivo y vulgar Hericord Lamothe, un pobre ujier de los tribunales de ese
pueblo, mostrándose desconsolado por su reciente viudez que lo deja con tres hijos pequeños y
relatando sus angustias por un diminuto ascenso que anhela y se demora. El bueno de Desmartin
le ha escrito una que otra carta, sin resolverle nada.

A Lamothe y Desmartin les ruega reiteradamente que le consigan financistas, tratando que viajen a
Chile para acompañarlo en su empresa, hablándoles del oro, plata y cobre que existen en sus
territorios. Les asegura riquezas y honores si integran su consejo privado. Desde Santiago dice no
tener fondos para poder salir del hotel.

Sin embargo, algún dinerillo debe haber conseguido para los gastos mínimos, quizás ayudado por
hermanos masones, para decidir lanzarse al Arauco. A punto de partir, más cartas. Una para el
cónsul general de Francia con asiento en Valparaíso, vizconde Henri Nicolas Scivole de Cazotte,
diciéndole simplemente: "Estoy en ruta para mis estados y le daré pronto ulteriores novedades,
para que tenga a bien trasmitirlas a su gobierno. La lectura de la prensa chilena completará su
información". Tras ese brevísimo texto firma: "Orélie Antoine de Tounens, Rey de Patagonia y
Araucanía" (Raspail 164).

Observamos que vuelve a llamarse monarca de tierras y pueblos que aún no conoce. En segundo
término, destaca otra manía inseparable de su personalidad, la de especular con la prensa, a la
que piensa recurrir desde ese momento en más, hasta su muerte. Tanto lo que él escribía fruto de
su imaginación, más lo que lograba que otros publicaran, eran para Orélie Antoine la única
realidad.

En otra carta dirigida al pobre Lamothe, le encarga que en lo sucesivo le escriba a nombre de Juan
Pedro Ferred, pues dice temer estar vigilado. Con esa falsa identidad viaja de Tounens a Valdivia y
se desplaza declarando ser comerciante viajero de algodón. Había llegado a ese puerto en la
goleta "Aurelia", de 300 toneladas y para 10 pasajeros.

DOS MINISTROS FANTASMAS

En Valdivia Orélie Antoine tomó a su sevicio, como traductor (lenguaraz, más bien) y "valet", a un
mestizo llamado Yanchetruz (habrá querido decir Yanquetruz) a quien provee de una mula. El se
ha procurado un caballo.

De Tounens se agrega a un pequeño grupo de mercachifles que con frecuencia entraba en tierras
de indios llevando algunas mercaderías y bebidas alcohólicas, que cambiaban por cueros y pieles.
Este detalle demuestra la poca peligrosidad de la travesía de civiles más allá del río Bío Bío y la
existencia de cierta seguridad para circular con bienes y sin escolta armada.
Sin claridad ni convicción, dirá mas tarde que también lo acompañaban dos franceses
enganchados en Chile, a quienes llama simplemente Lachaise y Desfontaine.

En los "decretos" que el rey difundiera posteriormente, aparecen esos apellidos como ministros,
pero no existieron nunca. El actual pretendiente al trono debe admitir la duda, suponiendo que los
nombres de Lachaise y Desfontaine, por sus similitudes, reemplazaban imaginativamente a sus
ausentes y pobres amigos Lamothe y Desmartin que no se movieron de Périgueux. En decretos y
documentos escritos como rey, Orélie Antoine hace figurar a esos ministros fantasmas como
rubricando sus firmas. ¡A qué osadías lo lleva su inconfesable soledad y la terquedad de dar
solemnidad europea a sus supuestos actos!.

Berta de Tabbush da existencia real, pero sin pruebas, a Lachaise y Desfontaine.

CONTACTOS CON EL CACIQUE MAÑIL

De Tounens dice en sus memorias haber tenido en Valparaíso y La Serena, contactos discretos y
frecuentes con un "lugarteniente" del cacique Mañil y haber arreglado una entrevista con él en su
tribu. Los panegiristas del monarca hablan de idas y venidas del mensajero entre el "rey francés" y
el jefe araucano sin tener en cuenta las enormes distancias y dificultades naturales para viajar por
esas épocas.

La Serena queda a 850 accidentados kilómetros del Bío Bío. Muy lejos para estar allí 27 meses y
para contactarse con los indígenas a tantas jornadas de caballo.

El famoso cacique Mañil se manifestó interesado en conocerlo, ya que le reiteraba promesas de


proveerle armas, municiones, poderosos cañones y hasta un ejército de miles de hombres, así
como barcos para asegurar la independencia de los indios ante el peligro de una nueva e
inminente ofensiva militar chilena.

Mañil tiene viejas cuentas no olvidadas por los republicanos chilenos, pues en las luchas de la
independencia, él combatió a favor de los españoles.

Asi decide internarse hacia el Sur. Mañil, según él, le enviaría un "mocetón" para servirle como
guía.

Hablando de su séquito, la revista "Diners" (noviembre 1983) dice que Orélie Antoine llevaba
"apenas dos mujeres serviciales en todos los órdenes" y que "la columna arrastra dos baúles
enormes...". Esto es falso.

Es de imaginar asimismo, las lógicas dificultades para entenderse con los indios, hasta con su
traductor analfabeto. Primero porque éste no hablaba francés y el rey conocía muy poco de
español y nada de araucano.

RELATOS POCO FIABLES

A partir del momento en que Orélie Antoine penetra en tierra de Arauco, cuanto realiza y ocurre
proviene de sus propios relatos que fueron modificándose con el tiempo. Estos, pues, deben
tomarse con pinzas. No hay otro testimonio sobre esta parte de su aventura.
La imprecisión y falta de fuentes documentales fehacientes, imparciales, de real valor histórico,
hizo que el escritor francés Jean Raspail decidiera darle carácter de novela a sus investigaciones
sobre Orélie Antoine de Tounens. Sin embargo, trata sus delirios con simpatía, ya que
literariamente hablando, son ricos.

Hasta las descripciones que hace Orélie Antoine del paisaje son dudosas. No obstante, en otras
oportunidades da a entender que había leído a su admirado compatriota Alcide d'Orbigny, notable
geógrafo y naturalista, quien recorrió el Arauco sin riesgos importantes en la década de 1830,
escribiendo un libro sobre sus experiencias, que el actual pretendiente califica de "biblia del reino".

También recuerda a otro francés que parece haber leído y tenido en alto concepto. Se trata del
almirante Dumont d'Urville. Pero tanto éste como Alcide d'Orbigny, han muerto: el primero en 1842
y el segundo en 1857. En otro momento, de Tounens diría que, de estar vivos, ambos se hubieran
puesto de su lado en el "gran proyecto".

Orélie Antoine de Tounens no cruza el Bío Bío. Evita asi a las fuerzas militares chilenas de
frontera. Como dijimos, ha salido de Valparaíso en barco hacia Valdivia, a más de 900 kilómetros
en línea recta. Esa ciudad fortaleza está a unas pocas millas de la costa pacífica, a la vera del
ancho río del mismo nombre. En sus alrededores residen tribus araucanas "reducidas" y más o
menos cristianizadas.

Al partir de Valdivia, el 6 de noviembre de 1860, se dirige al Este con la caravana de comerciantes


chilenos, sin indicar los lugares de su recorrido. En el camino recibe una mala noticia: el cacique
Mañil ha muerto y lo reemplaza en el mando Quilapán, uno de sus 32 hijos.

Gerardo Mauger de la Brannière, a quien el actual pretendiente Philippe Boiry trata como vizconde
(título inverificable para nosotros porque este autor no lo usa), hace una descripción de Quilapán
en su libro "Un Quijote Patagónico": "Quilapán era un hombre leal e inteligente; más o menos de la
misma edad que Orélie Antoine de Tounens, había sido formado en la escuela de su padre, el
toqui Mañil célebre entre todas las tribus. Excepción sorprendente, tenemos un retrato de este jefe
indio. Es una pintura ejecutada al óleo en 1869 por el pintor Martín L. Boltes que se encuentra en
un museo de Rosario. Los rasgos de la cara se acercan mucho a un semblante europeo.
Demuestran energía, pero sin dureza, y con un reflejo de tristeza en los ojos como de uno de los
últimos descendientes de una raza condenada...pero, ¿quién habrá sido su madre? Se dice que
fue una mujer blanca, una de esas numerosas cautivas que los indios anhelaban como
esposas..."(Mauger de la Brannière, pág. 24). La versión más común es que Quilapán era hijo de
una "nutun" (cautiva) chilena llamada Ayquén.

"Fue en 1860 -escribe en su libro- que cruzo la frontera araucana. Antes había hecho parte al
cacique Magnil (querrá decir Mañil) del proyecto que había preparado, y había recibido una
respuesta por demás alentadora. Para asegurarme de sus buenas disposiciones, me interné hacia
el Sur y tomé el camino de su residencia; pero me anuncian, en ruta, la muerte de ese jefe, y, sin
otro intermediario que mi intérprete, fui derecho a los otros caciques, que todos, como Magnil,
darán su asentimiento a mi proyecto" (Orélie Antoine, pág. 15).

A renglón seguido, de Tounens expresa: "Me determiné entonces a dar el decreto siguiente:...". Y
pasa a transcribir documentos en francés que iremos viendo más adelante.

ENCUENTRO CON EL CACIQUE QUILAPAN


Finalmente se habría producido el encuentro con Quilapán. Otro panegirista dudoso, el "barón"
Augier de Saint Loup, frecuentemente citado por el "príncipe" Philippe, hace descripciones vagas
de la travesía, hablando de montañas, lagos y ríos, omitiendo muchos nombres.

Como lugar del encuentro entre Orélie Antoine y Quilapán, donde habría llegado con los
mercachifles chilenos, Saint Loup indica "un anfiteatro de Los Andes", sin ninguna precisión (otro
comentarista poco fiable dirá que fue en un sitio llamado Salinas del Gualicho).

Al relato de los acontecimientos, sin decir fuentes, Saint Loup dedica una buena cantidad de
párrafos dándolos por ciertos como si hubiera estado viendo y grabando todos sus detalles.
Describe a Quilapán: "Su mirada insostenible...su actitud de extrema nobleza..."

"Antoine de Tounens -continúa- le opone (a Quilapán) el fuego de una mirada también insostenible,
los mismos anchos hombros, los mismos brazos musculosos envueltos en el poncho, una nobleza
de igual calidad...el más grande silencio cae sobre el anfiteatro donde jamás los conquistadores y
los chilenos han podido penetrar después de tres siglos, para recibir la arenga que Antoine de
Tounens improvisa en su mal español, rápidamente traducido en frases mapuches, guturales y
breves..." Y comenta:

"Conquistar un reino, completamente solo, en tierra de indios con odio secular y justificado contra
los blancos, expresándose en una lengua extranjera, sin dinero, escolta ni pompa de ninguna
suerte, es un suceso que ningún misionero, explorador o marino ha registrado en la historia de
nuestra civilización" (Boiry, pág. 79/80).¡Nada más, ni nada menos!.

"¡VIVA EL REY!"

El texto de la supuesta arenga, que habría hecho subordinarse a los indios al "rey francés", dice:

"Vds. están divididos en tribus independientes en torno de estados centralizados. ¡He aquí el
origen de vuestra debilidad!. ¡Haced de mi el rey de la Araucanía y yo reuniré todas las fuerzas de
la nación araucana!. ¡Vds. son más valientes que vuestros adversarios, pero oponen todavía sus
lanzas a los fusiles!. Mi ministro de la guerra les proveerá de armas modernas. ¿Vuestras costas
están expuestas todavía a los bombardeos? Mi ministro de la marina os dará barcos. Como rey de
Araucanía, yo hago el juramento de mantener sus fronteras sobre el río Bío Bío y de expulsar los
colonos chilenos de la "Tierra". Gritad conmigo "¡Viva el Rey!" (Boiry, pág. 80).

Y pareciera que esas santas palabras de dudosa traducción, repetidas como documentales por el
actual pretendiente, convencieron a todo el mundo. ¡Abracadabra!. Araucanía ya es un reino unido,
posee un rey y adopta la constitución y la bandera (azul, blanca, verde), todo traído de Francia por
el procurador de Périgueux.

"Antoine de Tounens y Quilapán -continúa Saint Loup -siempre citado por Boiry- se abrazan. El
entusiasmo es indescriptible. Los jinetes se arremolinan levantando nubes de polvo. Las mujeres
de la tribu dan gritos agudos, los niños lloran, los perros ladran. El retumbar del culthum (sic) cubre
el ruido de los torrentes. La chicha corre...".

A partir de allí, el "príncipe" actual Philippe describe la fiesta con sus comilonas, etc. terminando asi
una larga frase: "Mientras, apacible, hierático, estatuario en su dignidad, Quilapán, Ministro de la
Guerra del nuevo reino, contempla al soberano...".
En la descripción de la fiesta este "historiador", como los demás panegiristas, evidentemente
inventan. No cuentan detalles fundamentales de los festejos mapuches, como el juego a caballo de
la chueca. Entre otras cosas que no parece haber llamado la atención, está la tarea de masticación
del maíz (a cargo de las mujeres), que escupen con su saliva en un recipiente donde fermenta y se
transforma en chicha.

Varios meses después, con motivo del juicio seguido a Orélie Antoine, un mestizo que le hiciera de
traductor en su segunda entrada al Arauco, dirá que en un parlamento los indios gritaron ¡viva el
rey! con los sombreros puestos, siendo reprendidos por el monarca, quien les indicó que lo hicieran
descubiertos o con una venia militar.

MONARQUIA POR DECRETO

El mismo 17 de noviembre de 1860, el ya "proclamado" rey, firma su primer documento real, en


francés. Es su "autoproclamación", según Braun Menéndez ("La Nación" 14 enero 1940):

"Nous, Príncipe Orrlie Antoine de Tounens,

"Considerando que la Araucanía no depende de ningún otro estado, que ella esta dividida por
tribus, y que un gobierno central es reclamado por el interés particular como también por el interés
general;

"Decretamos lo siguiente:

Art. primero - Una monarquía constitucional y hereditaria es fundada en Araucanía: el Príncipe


Orrlie Antoine de Tounens es designado Rey.

Art. segundo - En caso que el rey no tenga descendientes, sus herederos serán tomados en las
otras líneas de su familia, siguiendo el orden que será establecido ulteriormente por una ordenanza
real.

Art. tercero - Hasta que los grandes cuerpos del Estado sean constituidos, las ordenanzas reales
tendrán fuerza de ley.

Art. cuarto - Nuestro Ministro Secretario de Estado esta a cargo desde este momento.

"Hecho en Araucanía, el 17 de noviembre de 1860.

"Fdo. Orrlie Antoine I.

"Por el Rey: El Ministro de Estado del Departamento de la Justicia.

"Fdo. F. Desfontaine". (O.A. 16-17)

A continuación, en la misma jornada, el flamante rey dice enviar dos documentos a las autoridades
chilenas, siempre en francés, que dicen así:

"Al señor Ministro de Asuntos Extranjeros de Chile (por entonces señor Antonio Varas),

"Señor Ministro:
"Le ruego depositar en manos de Su Excelencia el Presidente de la República de Chile, la carta
autografiada de Su Majestad el Rey de Araucanía que le adjunto a la presente.

"Le ruego, señor Ministro, recibir las seguridades de mi consideración mas distinguida.

"Hecho en Araucanía, el 17 de noviembre de 1860.

"El Ministro de Asuntos Extranjeros de Araucanía,

"P. Desfontaine" (O.A. 4546)

Como se puede apreciar, los dos documentos precedentes están refrendados por el inexistente
Desfontaine, una vez precedido su apellido por una F y otra por una P. El de la F es Ministro de
Justicia y el de la P es canciller.

La carta personal al Presidente de Chile (por entonces Manuel Montt Torres), dice:

"Excelencia,

"Nous, Orrlie Antoine I, por la gracia de Dios, rey de Araucanía,

"Tengo el honor de hacerle conocer mi advenimiento al trono que acabo de fundar en Araucanía.

"Ruego a Dios, Excelencia, que El os tenga en Su santa y digna guarda.

"Hecho en Araucanía, el 17 de noviembre de 1860.

"Fdo. Orrlie Antoine I." (O.A., pág. 45)

Obsérvese que en los precedentes "documentos" el Rey firma Orrlie en lugar de Orélie.

Inmediatamente, siempre el 17 de noviembre de 1860, dice el aspirante Philippe Boiry, "otros


emisarios salen a galope tendido hacia la Patagonia para anunciar a los indios Tehuelches y
Puelches el feliz inicio de la empresa. Calfucurá es invitado a integrarse, como todos sus pueblos,
al nuevo reino" (Boiry, pág. 85).

Luego vuelve Boiry a transcribir floripondiosas frases del insólito Saint-Loup que entre otras cosas
dice: "¡El (el rey) ha madurado su reino durante veinte años, y recogido sus frutos en cuatro días!.
La idea de incorporar la Patagonia a la Araucanía es propia del gran jefe de estado. La Patagonia
es un espacio de cuarenta millones de kilómetros cuadrados (sic, 40 millones de Km2)
reivindicados por la República Argentina...Pero falta conquistar, tal como la Araucanía. Uniendo los
territorios perseguidos por Santiago y Buenos Aires, de Tounens opone a cada república el espacio
hostil y los neutraliza al uno por el otro porque, en 1860, Argentina y Chile están profundamente
divididos en cuanto a los territorios del Sur, y listos a guerrear..." (Boiry, pág. 85).

El "príncipe" actual, siguiendo la costumbre de citar a sus amigos "nobles del reino", hace suyas las
palabras de Saint-Loup y repite sus errores, como ese de la dimensión de la Patagonia.

Con la misma intención reproduce otras frases del mismo panegirista, que dicen: "El señor de
Tounens no es el dulce soñador, el maníaco de la idea real que cierto historiador se ha esforzado
de construir...". Esto le permite hacer una llamada: "Sin dudas, Saint Loup hace alusión a. Braun
Menéndez, uno de los mas grandes propietarios de la Patagonia, en la cual su abuelo se edificó un
verdadero reino y que, si él ha tenido el mérito de escribir una de las primeras obras consagradas a
Orélie Antoine de Tounens, lo hace con comentarios de gran prejuicio" (Boiry 85).

En otra llamada hecha por el "príncipe" en su libro, dice: "Es interesante hacer notar que Saint
Loup, quien vivió en Chile, donde él entrenaba las tropas de alta montaña, escribe su libro con un
conocimiento excepcional de la Araucanía y sus habitantes". Comentario dudoso, porque Saint
Loup estuvo en Chile por los años 1950 y no cita las fuentes de sus afirmaciones.

En fin, un territorio enorme, montañoso y selvático, cruzado de ríos casi insalvables que bajan
torrentosos por profundas hendiduras desde las altas cumbres hacia el Pacífico, es "conquistado"
en solo cuatro días y proclamado el Rey francés por tres o cuatro de las 81 tribus tan distantes
unas de otras. ¡Imposible suponerlo!.

!GRAN FECHA "PATRIA" GRAN!

Esa "fecha patria" esta cargada de acontecimientos trascendentales, a saber:

a) Orélie Antoine arenga en francés a los indios que caen rendidos a sus pies.

b) Las tribus designan al rey francés recién llegado y aceptan su bandera traída de Francia sin
interesarse por la simbología de sus colores que nunca se explicaron: verde, blanco y rojo.

c) Se producen los documentos de creación del reino y las comunicaciones a las autoridades de
Chile y a los caciques de la Patagonia.

d) Se dicta una larga y leguleya constitución, siendo imposible que haya sido tratada ni menos
comprendida por los araucanos, pues su texto en francés fue escrito años atrás por Orélie Antoine
de Tounens en Périgueux. No hay constancia que pruebe su traducción al araucano, ni al español.

e) Escribe -¡el masón!- una reforma eclesiástica en tierras aun no cristianizadas; dicta normas que
reducen los derechos del clero católico. Dispone que "bautismos, matrimonios, dispensas, entierros
y demás sacramentos serán gratuitos para todo el pueblo". Condena a "los usureros que por su
fortuna tienen honras fúnebres de lujo". Estas, establece, "serán iguales en el culto católico, sin
excepción alguna, para las diversas clases de la sociedad, incluso el rey y la familia real".

f) Ordena el desconocido y enorme territorio bajo el modelo francés en comunas, cantones,


distritos y departamentos.

Es imposible que todas estas medidas tan importantes, con engorrosas traducciones, si las hubo,
hayan tenido lugar en una sola jornada, cuando los indios deliberan a caballo, haciendo círculo
móvil y acostumbran a pronunciar discursos interminables, que ampliaban sus capitanejos.

Además, todo se hace con abundantes libaciones de la terrible chicha, servida en cuernos, y que
debe absorberse totalmente a cada invite (brindis). No hacerlo así, significa demostrar ofensivo
desprecio y poca hombría.

¡LA PATAGONIA TAMBIEN!


Tres días después, el 20 de noviembre de 1860, (¡vaya Dios a saber dónde!), aunque se feche en
Araucanía, se concreta, solo en los papeles, otro acontecimiento "histórico": El "reino" se extiende
a la Patagonia. Nadie se explicaría cómo pudieron llegar tan rápido los consentimientos de los
caciques patagónicos, desde Choele Choel a Tierra del Fuego, para que el Rey decida
solemnemente la integración a su reino. El actual "príncipe", en su libro editado en 1979, por
ignorancia o picardía, escribe: "Tres días después de la promulgación de la Constitución, los
mensajeros regresan de Argentina. Los indios Techuelches (sic) han dado una respuesta favorable
a la proposición del nuevo Estado para federarse con él" (Boiry, pág. 98).

Llama la atención que Adolfo Galatoire (siempre influenciado por Boiry), comprara la versión de la
velocísima respuesta de los patagones, "aceptando unánimemente este acontecimiento
extraordinario".

INOCULTABLE MALA FE

En primer lugar, se ubica sin ningún fundamento a los tehuelches "en las pampas" para decir luego
que los mismos "han dado una respuesta favorable a la proposición del nuevo estado para
federarse con él". Esto es impensable. Los tehuelches, venidos en especial del sur del Arauco y
Chiloé, emigraron al otro lado de la cordillera porque se sentían permanentemente agredidos y
menospreciados por los mapuches.

Los tehuelches lucharon contra los araucanos desde antes que llegaran los conquistadores
españoles a suelo chileno. Cuando los mapuches penetraron en Neuquén, los tehuelches
instalados allí se fueron hacia Santa Cruz y Chubut, donde los de esas tribus eran mayoría
absoluta.

Además, tanto el pobre de Orélie Antoine como el pretendiente actual, ignoran u ocultan hechos
muy sangrientos registrados en 1822 que aún no habían cicatrizado, oportunidad en que los
mapuches hicieron una matanza de tehuelches (según estos), en el valle de Languiñeo, junto al río
Santa Cruz, matando a 2.500 indios que se llamaban "pacíficos y sorprendidos". Al respecto, el
investigador Alberto Iannamico escribió en el Diario "La Nueva Provincia" de Bahía Blanca,
calificando el hecho de sangre como "la mas inmisericorde carnicería de patagones que recuerde
la historia argentina". Aunque la estricta verdad histórica sea discutible, lo innegable es la
existencia de una vieja enemistad.

Tampoco podían imaginarse, de haberse enterado, que se integrarían a un reino dirigido desde
Araucanía, donde se llamaba (siempre según los tehuelches) "tierra de mala suerte" a la actual
Patagonia. "Te" viene de "tue" que en mapuche quiere decir de la tierra o tierra, "huel" es fantasma
de la desgracia, y "che" es gente, según el especialista Dr. Federico Escalada lo consigna en su
libro "El Complejo Tehuelche". Fue quizás inspirado en el interés de diferenciarse, que los
tehuelches masivamente y en diversos lugares, desde los límites de Tierra del Fuego hasta la
costa atlántica de Río Negro, pidieron ser declarados argentinos y juraron su bandera, en 1864. Es
probable que tomaran esa actitud en busca de protección de Buenos Aires, ya que la matanza del
valle de Languiñeo fue realizada (continuamos refiriéndonos a afirmaciones del Dr. Escalada) por
mapuches con apoyo de "oficiales y miñocos de Chile".

Pero Orélie Antoine tampoco tuvo noción de la naturaleza y sus distancias. Según él, "para ir de la
Argentina a Chile, no hay más que atravesar la cordillera de los Andes".

Pues bien, el "documento" dice así:


"Nosotros, Orélie Antoine I, por la gracia de Dios, Rey de Araucanía, a todos los presentes y por
venir, salud!.

"Considerando que los indígenas de la Patagonia tienen el mismo derecho e interés que los
araucanos, y que ellos declaran quererse unir para formar solo una nación bajo nuestro gobierno
monárquico constitucional.

"Hemos ordenado y ordenamos lo siguiente:

"Art. primero - La Patagonia se une desde hoy a nuestro Reino de Araucanía y forma parte
integrante en las formas y condiciones anunciadas en nuestra ordenanza del 17 de noviembre
corriente.

"Art. segundo - Nuestro Ministro de Estado del Departamento de la Justicia esta encargado de la
ejecución del presente.

"Hecho en Araucanía, el 20 de noviembre de 1860.

"Firmado: Orrlie Antoine Ier." (O.A. pág.31)

Nótese que en este documento utiliza en el encabezamiento el nombre de "Orélie y al final del
mismo firma Orrlie.

El mismo "Príncipe" Philippe, otra vez utilizando una cita cómplice, escribe luego de transcribir la
ordenanza de anexión de la Patagonia al reino: "Esta medida del nuevo soberano no es solamente
muy hábil, políticamente hablando, como lo destaca Saint Loup, sino que además ella se inscribe
en una lógica étnica perfecta". Y avanza otra teoría como afirmación categórica: "El conjunto de
tribus que habitan las vastas pampas de la Patagonia están compuestas por descendientes de
araucanos que, en otros tiempos, atravesaron los Andes para poblar esos territorios. Ellos son, a
nivel de la política tribal, fuertemente influenciados por los araucanos de Chile, que se consideran
un poco como los soberanos¡!. En todos los casos, que sean primos raciales no esta por
demostrar...Justo hasta el fin del siglo pasado, los indios se han mantenido como los verdaderos
dueños de la pampa...el campo en torno de Buenos Aires no estuvo nunca seguro a más de dos
jornadas de jinete..." (Boiry, pág. 99). Y en ese tiempo, ¿qué camino europeo era seguro?

En primer lugar, ni los araucanos ocupaban tradicional ni históricamente todo el Sur de Chile, sino
desde el río Copiapó (retrocediendo con los años al Bío Bío) hasta Chiloé. Caso similar ocurría con
la Patagonia, donde los asentamientos mapuches se reducían en especial a la precordillera de
Neuquén y Río Negro, con ramificaciones menores en otras zonas de esas provincias, una
posición adelantada en Choele Choel, en la "frontera" y un asentamiento pacífico, que se asimiló
pronto, en Carhué.

CONSTITUCION FRANCESA PARA ARAUCANIA

La constitución dictada por el Rey esta precedida por una especie de preámbulo, escrito en francés
como todos los documentos del reino.

Esta "carta magna" se divide en nueve capítulos y 66 artículos. En verdad, la constitución está
inspirada, y en gran parte casi íntegramente copiada, de la francesa del 14 de enero de 1852,
otorgándose Orélie Antoine mayores poderes que los acordados a Napoleón III. El agregado sería
un parlamento al estilo británico, pero no independiente. André des Vergnes (pág. 95), opina que la
constitución de Tounens, era "menos liberal que la del Segundo Imperio francés". Además, se trató
de un "decretazo" personal, sin ninguna discusión o consulta previa.

"Por nuestro decreto de fecha de hoy -dice el preámbulo-, he establecido en Araucanía una
monarquía constitucional, y decretado que el trono sobre el cual he montado será ocupado,
después de mi muerte, por mis descendientes en línea directa, y, en su defecto, por herederos
tomados de las otras ramas de mi familia, según el orden ulteriormente fijado.

"Las bases de la Constitución son:

"1 - Un rey o una reina, siguiendo el orden hereditario;

"2 - Ministros, dependientes solo del rey;

"3 - Un Consejo del Reino, formado de notables del país;

"4 - Un Consejo de Estado, preparará los proyectos de leyes

y los defenderá ante el Cuerpo Legislativo, conjuntamen-

te con los ministros encargados de tomar la palabra en

nombre del Gobierno;

"5 - Un Cuerpo Legislativo nombrado por sufragio universal,

que discute y vota las leyes (O.A. 17-18).

De la lectura de estos principios, parecería una constitución verdaderamente democrática, pero no


es así, pues el Rey se reserva las decisiones finales. Veamos cómo.

Integra el gobierno un Cuerpo Legislativo, llamado también Cámara de Diputados, cuyos miembros
son elegidos por "sufragio universal" que "discute y vota las leyes". Pero... pero, todo proyecto o
ley, antes de tratarse entre los legisladores, debe ser aprobado por el Consejo de Estado y el
Consejo del Reino, a cuyos integrantes los designa el monarca y dependen de él. Es decir, los
diputados no son libres de discutir y aprobar lo que ellos quieran. Un evidente retroceso con
respecto a los usos tribales y sus parlamentos.

A más de imponer la pena de muerte, dedica ocho artículos para crear una curiosa institución: el
estado de sitio "automático".

Por otra parte, el rey se declara jefe del estado, comandante de las fuerzas armadas y quien
declara la guerra y hace los tratados de paz, de alianzas y de comercio, y nombra a todos los
funcionarios sin intervención del parlamento. También le corresponde sancionar y promulgar las
leyes, otorgar gracias y decretar amnistías. Asimismo, hace nobles a su voluntad, con el ingenuo
agregado de: "simplemente honoríficos, sin derechos de casta ni privilegios".

Otro principio "democrático" que establece es el de dotarse a sí mismo (o a la corona) de bienes


inmobiliarios y mobiliarios y su presupuesto por la duración de cada reinado, "por una decisión
especial del Consejo de Estado del Reino", que depende directamente del Rey.
El "príncipe" actual se extiende en elogios al modernismo y ecuanimidad de esta carta magna. "Es
-escribe muy elaborada y contiene ciertas vías originales, adelantándose a nuestra época, tales
como la gratuidad de los bautismos, matrimonios y entierros, lo que nos ha precisado esperar un
siglo para ver instaurados" (pág. 94).

"¡Qué ingenuidad de este hombre de hablarle de constitución y de regímenes parlamentarios a los


indios!" exclama con razón Braun Menéndez, concepto que compartimos.

REGRESO A VALPARAISO

Nadie puede precisar exactamente dónde ni cuánto tiempo estuvo en "sus estados" el monarca, ni
cuántas tribus contactó. Varios autores dicen que fueron "algunos días". Efectivamente, deben
haber sido muy pocos, quizás dos semanas, incluyendo los cuatro días como "Rey" y el tránsito a
caballo por territorios muy accidentados.

"Yo envié copia de las dos actas", escribe Orélie Antoine refiriéndose a la creación de la monarquía
y su constitución (O.A. pág. 29).

Lo cierto es que a mediados de diciembre de 1860, luego de cabalgar hasta Valdivia y embarcarse
en la pequeña nave "Fortuna", lo encontramos en Valparaíso, principal puerto militar de Chile.

Durante la travesía marítima y su llegada a destino, debe haber trabajado intensamente con su
pluma, escribiendo varios centenares de páginas en cartas, nuevas disposiciones imaginativas y
preparando carpetas para diarios de Chile y Francia (de Périgueux, Bordeaux y París, en especial).
En cada "dossier", Orélie Antoine de Tounens acompaña copia de los "documentos" reales y de los
mensajes enviados a las autoridades chilenas, etc. etc. Todo ello ha sido publicado por el
"Mercurio" de Valparaíso el 29 de diciembre de 1862, en tono irónico, sin tomarlo en serio. Luego
hicieron lo propio la "Revista Católica" y "El Ferrocarril", ambos medios de Santiago.

Desde su regreso de Arauco, Orélie Antoine de Tounens no mencionará nunca más a sus
"ministros" Desfontaine y Lachaise. Indiscreto parlanchín, desliza que su Ministro de la Guerra es el
Cacique Quilapán, el "toqui" araucano, en esos momentos quejoso por los avances del ejército
chileno de frontera.

En notas a sus compatriotas, a quienes anuncia su advenimiento al trono de "La Nouvelle France"
(Nueva Francia), relata las cualidades de sus súbditos que lo han admitido libremente y las
riquezas inmensas de tan dilatados territorios (oro, plata, cobre, pieles, etc,), estimando que
conforman una "segunda patria" para los galos a quienes invita a unirse a él. Sus "súbditos" no se
enterarán nunca del cambio de nombre de su tierra.

En 1524 ya existió otra "Nueva Francia" en el continente americano. La creó en los mapas el
italiano Giovanni de Verrazano, el primer navegante que exploró las costas del actual Estados
Unidos, en nombre del rey francés Francisco I, para quien trabajaba entonces. Este descubridor
luego se independiza adoptando la bandera de la calavera y dos tibias, y bajo el nombre de
Florentín, se convierte en uno de los más feroces y afortunados piratas que registra la historia.

Sin buenas noticias de Francia, sin amigos ni nadie que crea en su empresa, Orélie Antoine
desespera por la indiferencia del gobierno chileno que nada dice de las notas que envió a Santiago
anunciando que ha formado el reino de Araucanía, las que han sido reproducidas en la prensa. Ni
respuesta ni comentario público. Se consuela pensando que deja la presidencia Don Manuel Montt
Torres por haber sido elegido a fines de enero de 1861 el General José Joaquín Pérez. Pero el
cambio ocurre y no genera ninguna reacción.

Al respecto, Orélie Antoine escribe en su libro: "Las autoridades chilenas no pueden ignorar lo que
yo acabo de hacer en Araucanía, porque he instruido al Presidente de la República, sabiendo que
yo he estado acá a su merced; y por tanto, durante una residencia de alrededor de nueve meses,
no pensaron absolutamente en inquietarme. En consecuencia, pregunto, si el gobierno de Chile
hubiera efectivamente regido y administrado la Araucanía, no se habría apresurado a hacer
arrestar a quien se intitulaba rey de Araucanía?. Dejándome en plena libertad, no era claramente
confesar que no tenía ningún derecho sobre ese país, o que sus leyes allí eran de efecto nulo?.
Hay un solo rey o emperador del mundo que no se apresure a echar en prisión a un individuo
bastante osado para venir en alguna forma a desafiarlo después de haber levantado un reino en su
territorio?" (O.A. pág. 33-34).

Este razonamiento hace pensar en una provocación, o el deseo de Tounens de ser buscado para
"negociar", de lo cual podría sacar algún provecho político o económico. Pero los chilenos no lo
consideraban interlocutor válido ante ningún cacique.

"De qué sirve el poder sin signos exteriores" se pregunta Raspail. Y nuestro héroe trata de hacerse
ver lo mas posible por los lugares públicos de Valparaíso. Se pasea caminando con su afectada
dignidad. Viste levita francesa con poncho mapuche, gran sombrero y sable corvo de caballería.

¿GALLARDO O ESMIRRIADO?

Refiriéndose al efecto o impresión que causaba la presencia y el paso de Orélie Antoine en sus
andanzas en Chile, el "príncipe" Philippe, como otros panegiristas, repite elogios admirativos a su
"imponente" prestancia y la "gallardía" de ese hombre "fuerte y atractivo"..."de abundante pelo
oscuro que le caía sobre los hombros, con gran mostacho cubriéndole la boca, y barba de
profeta...".

Sin embargo, Braun Menéndez, que ha manejado abundante documentación en Chile, califica al
pretendido rey de "figura estrafalaria" y "figura escuálida de picapleitos".

Jean Raspail lo describe como "esmirriado". El coronel Cornelio Saavedra Rodríguez, intendente
de fronteras en Chile, que poco después lo tuviera prisionero, lo califica de "polichinela". En cuanto
al cónsul de Francia en Valparaíso, el vizconde de Cazotte, lo trata reiteradamente de "loco" y no lo
considera un connacional presentable, con "ridículas pretensiones". De "cara de loco" lo llaman
varios que lo conocieron.

Torres Fernández dice que "Su Majestad tenía una admirable presencia de loco". Y la citada
revista "Diners" lo aprecia "seco de carnes y conversador infatigable". También se lo describe,
parangonándolo con Don Quijote, como personaje de "triste figura".

La ficha del expediente que le instruyeran al "intruso" meses mas tarde, debe tomarse, por lo
menos, como un aproximado retrato. Allí se dice: "Don Orllie Antonio I (sic), natural de Francia,
como de cuarenta años de edad; su estado soltero, sabe leer y escribir. Estatura, cinco pies seis
pulgadas - cara grande y gorda - ojos pardos cejas negras - nariz afilada - color blanco rosado -
pelo y barba negra crespa - boca regular - labios delgados. Tiene por seña las piernas un poco
torcidas" (Braun Menéndez, 67).
Philippe Boiry, como varios de sus biógrafos amigos, insisten y reiteran los rasgos "atractivos" del
monarca, señalándolo como "alto", "fuerte", "grande", "bien formado", de "nobles rasgos". Pero la
precedente minuciosa descripción oficial, cuando Orélie Antoine tenía solo 36 años y aparentaba
40, no es muy halagadora. Medía solo 1,68 metros.

La "cabellera abundante", que se menciona varias veces, tampoco parece haber sido muy así,
aunque fuera larga según los coincidentes retratos publicados, incluso por el propio Boiry, donde
muestra pronunciadas entradas. Leo Magne hace figurar una foto del "procurador de Périgueux, de
1857, a los 32 años de edad", donde ya muestra su frente y parte superior de la cabeza poco
poblada, de cuello corto y bastante regordete.

Como pasatiempo, Orélie Antoine dibuja y redibuja su escudo, pero siempre con una corona real
arriba. "Justicia y paz" es su divisa.

También lo entretiene el escribir y escribir cartas pidiendo ayuda o solicitando encargos, pero casi
no obtiene respuestas, menos aún positivas. Así lo admite Philippe Boiry.

Hace proyectos tras proyectos, pero no consigue fondos ni en Chile ni en Périgueux, como escribe
a Desmartin. Por momentos es optimista, pero las promesas económicas quedan en la nada. Todo
le sale mal. Incluso no le publican una carta abierta a los diputados chilenos que ha enviado al
"Mercurio". Ya no interesa a los lectores. Sin embargo, Boiry habla de "200 artículos publicados en
el estado chileno, repartidos en varios meses, donde se cuenta todo lo que hizo el rey". El
"Mercurio", en esa época, insiste en la necesidad de que el gobierno apresure la guerra de
Araucanía "para extender la colonización y pacificar al país".

LAMENTABLES REPERCUSIONES EN FRANCIA

"Las respuestas de los amigos lo llenaron de amargura. Según ellos, en los círculos y en las
redacciones de los periódicos la noticia de su advenimiento al trono araucopatagónico no originaba
sino chistes. En lugar de detenerse a pensar en su éxito, que abría -según él- "insospechados
horizontes a la colonización francesa", se solazaban con su antigua condición de procurador ante
un juzgado de Périgueux" (Braun Menéndez, pág. 23).

"En Francia -advertía dolido el monarca- "no se buscan sino las ocasiones para reírse, sacrificando
a menudo con este objeto los intereses más graves y las más serias esperanzas" (Boiry, pág. 112).

Entre tanta mofa aparece una que otra nota o frase amable en medios amigos nada relevantes que
los biógrafos recopilan y difunden cuidadosamente hasta hoy. "La Revista del Mundo Colonial" (su
título es bien significativo), dice:

"El hecho de la proclamación de su reino por S.M. Orélie Antoine I no es sino una consagración por
demás legítima de la autoridad absoluta que ha sabido conquistar, por su coraje sin duda y por una
administración sabia y esclarecida, sobre los pueblos hoy sometidos a su dominación.

"Nuestras informaciones no son bastante completas

para que podamos apreciar el nuevo orden de cosas establecido. De todas formas no podemos
menos que desear, con la bienvenida, todas las virtudes de Salomón, sin sus debilidades, al nuevo
rey que ha sabido, en un país semi salvaje, hacer aceptar los principios admirables y fecundos de
las instituciones francesas..." (Boiry, pág. 116).
Un lector que desea comunicarse por correo con el "rey" pregunta dónde puede hacerlo. Encuentra
extraño que su anunciada dirección sea en Chile. Esto se lo comunica preocupado Amédée
Matagrin, director del periódico "Le Périgord", así como otros interrogantes similares, al ver que no
pueden dirigirse directamente al estado araucano sino a la "enemiga" República de Chile.
¡Precisamente para combatir a esta nación, Orélie Antoine está pidiendo suscripciones de dinero,
que debe enviársele a Chile para formar un ejército!.

Las reacciones adversas de los periodistas franceses no desalientan a Orélie Antoine e insiste una
y otra vez. El 18 de julio de 1861 envía desde Valparaíso una nueva nota a Amédée Matagrin, que
reproduce para los jefes de redacción de numerosas publicaciones de su país. Allí vuelve sobre
sus argumentos y...pedidos.

"...Hago un llamado a nuestra nación para solicitar una suscripción nacional destinada a hacer
frente a sus primeros gastos: Reunir una fuerza de tierra o de mar a fin de hacer respetar las leyes
y las autoridades de mi reino y, en fin, para ayudarme a fundar un pueblo francés en todo el Sur de
América, bajo el nombre de "Nueva Francia", independiente de todo otro, con derecho de
autonomía, bajo mi dinastía...Es necesario no olvidar el hacer saber los intereses que hay para
Francia de fundar un pueblo francés en el Sur de América, y sobre todo la facilidad de
comunicación que tendrá por la línea de vapores que yo establezco de Bordeaux a Araucanía, por
el estrecho de Magallanes y todos los puertos de Sudamérica".

Antes del saludo, pide: "Para el caso que Vd. no pueda o no quiera sostener la suscripción
nacional y mi dinastía, le ruego no serme contrario".

Luego de la firma, hace una larga posdata, más extensa que la carta, donde se queja del
"desborde de sarcasmos" y "bromas indignas" que han despertado en los periodistas sus
anteriores comunicaciones, cuando "me parece que toda la prensa francesa debería estar unánime
en mi favor" (Vergnes, pág. 244).

Entre los elogios a sus inmensas posesiones en ambos océanos, dice de sus tierras: "Un país, en
fin, dos veces mas grande que Francia, de una rara fertilidad, regado por numerosos cursos de
agua, rico en pasturas y en minerales de toda suerte, favorecido por un clima excelente y donde no
se encuentra una sola bestia feroz, ni un solo reptil venenoso..." (Galatoire, pág. 49).

A todo esto, la economía del aventurero esta tocando fondo. Pero el bueno de su hermano Jean,
no lo abandona. En esos momentos le envía una carta que tiene una sola palabra: "Vuelve!" y le
adjunta una nueva letra de cambio por 3.000 francos sobre un banco de Valparaíso. Este debe ser
"el último sacrificio" a que se refería el notario Lagrange en su carta. En otra correspondencia, Jean
repite su pedido de que regrese Orélie Antoine... Le ruega que vuelva para que, trabajando "de
cualquier cosa", le ayude a pagar la hipoteca sobre los bienes familiares.

Quien sufre horrores con la presencia del señor de Tounens en Chile es el vizconde de Cazotte,
cónsul general de Francia en Valparaíso. Según lo informa expresamente, considera loco a de
Tounens y desea sacárselo de encima. Es que Orélie Antoine entrevista a miembros de la colonia
francesa para interesarlos en su proyecto y dice cosas "imprudentes" que llegan al cónsul. "En esa
época, -escribe el historiador chileno Luis Vitale- estuvieron también en la Araucanía dos
franceses: Portalier y el teniente coronel del ejército francés Pertuiset". (?).

"¡INGRATA PATRIA!"

Es tan cruda e inocultable la mofa de la prensa y la indiferencia del gobierno y pueblo francés, que
el actual pretendiente le dedica un capítulo de su libro, con este título: "¡Ingrate Patrie!" (pág. 107).
En él comienza quejándose: "Algún tiempo después fui a Valparaíso y desde allí escribo varias
cartas a mis amigos de Francia para rogarles hacer trámites ante el gobierno a fin de obtener se
reconozca el reino que yo acabo de fundar, y que quieran ayudarme a fortificar mi poder, aclamado
por los Araucanos, y a proteger mis súbditos contra toda eventualidad. Esperando la respuesta,
elaboro proyectos de leyes calcadas de los códigos franceses" (pág. 33)

Siguiente capítulo SEGUNDA ENTRADA DE DIEZ DIAS EN EL ARAUCO

PRIMERAS NOTICIAS DEL REINO DE ARAUCANIA Y PATAGONIA EL NACIMIENTO DE UN "REY" SEGUNDA ENTRADA DE
DIEZ DIAS EN EL ARAUCO A ARAUCANIA VIA BUENOS AIRES TERCER VIAJE VIA BUENOS AIRESANTOINE II LAS LEYES
FRANCESAS Y LAS ORDENES DE EL REY ACHILLE I Y SU FANTASIOSA BIOGRAFIA EL REY CABALLERIACHILE
BIBLIOGRAFIA DE INGLATERRA INVITAN AL "PRINCIPE" A ARGENTINA Y

El libro El Escritor Contáctenos El

CAPÍTULO III

SEGUNDA ENTRADA DE DIEZ DIAS EN EL ARAUCO

La intensa actividad que despliega habitualmente Orélie Antoine es fatigante para sus
interlocutores. Es recibido en diversos círculos por personas que desean escuchar sus fantásticas
historias, como una diversión, un entretenimiento pasajero que llega a aburrir por reiterativo. Sus
interlocutores terminan por eludirlo, sin aportarle nada concreto.

En sus charlas agita recortes periodísticos, hace comentarios pormenorizados de las obligadas
acciones que el ejército chileno ejecuta en tierras de indígenas, aclarando que las rebeldías
responden a instrucciones dadas por él al ministro de la guerra, el cacique toqui Quilapán. Pero
este jefe araucano no se contacta con él desde su fugaz estada anterior en "la Tierra".

Por supuesto, las andanzas del "Rey" en esos ambientes pequeños donde los rumores son el
inevitable condimento, están en boca de todos. Los comentarios llegan a diario a oídas del cónsul
de Francia, quien se preocupa y quiere evitar incidentes con el gobierno chileno.

"De Cazotte -escribe Raspail- hace suya una virtud cardinal de la diplomacia francesa que he
descubierto rápido entre todos sus representantes: Sobretodo, evitar disgustos y todo aquello que
puede comprometer su carrera" (Raspail 148). Este diplomático, cuyas funciones en Chile se
extendieran desde 1837 a 1863, estaba muy vinculado a la sociedad de Valparaíso y Santiago, y
se casaría con una dama chilena, María del Carmen Alcalde, constituyendo una familia hasta hoy
conocida. De Vergnes, que trata a Cazotte de "holgazán y mediocre", dice que el cónsul adquirió
luego la nacionalidad chilena (pag.236).

De Cazotte trata de convencerlo de regresar a Francia, ofreciéndose a conseguirle un pasaje gratis


de retorno. De Tounens lo acepta. Pero, cuando el Cónsul le envía el billete, lo rechaza airado
porque sólo dice su nombre civil sin el agregado de príncipe. Días después, le hace llegar por
intermedio de su segundo en el consulado, el señor Aninot, otra orden de embarque extendida
como "Príncipe Orélie Antoine de Tounens". Lo cierto es que nuestro personaje no pensó usarlo en
ningún momento. Ya tenía elaborado otro plan de retorno al Arauco. Siempre con pocos medios y
sin asociados. Su determinación la explica así en su libro escrito al regresar a Francia en 1863
(pág.36):

"Mal comprendido por el gobierno francés, ridiculizado por los diarios, resuelvo volver a entrar en
Araucanía y hacer ratificar mi elección por todas las poblaciones independientes del Sur. Propongo
a algunos franceses que me acompañen, pero no encuentro a nadie que tenga el coraje de
seguirme. Parto pues solo y gano Concepción. Allá, un compatriota me da una carta para otro
francés de Los Anjeles (sic), capital de la provincia de Arauco, donde debo pronto correr peligros
de muerte. Este último me presta el mismo servicio, dirigiéndome a otro compatriota, negociante en
Nacimiento. Arribo a su casa el 19 de diciembre de 1861, en la mañana; él esta de viaje. Su mujer
toma mi carta de introducción, la lee, y muestra su contenido a un chileno amigo de su marido,
Lorenzo Leiton, quien, a pedido de esta dama, me ofrece hospitalidad de muy buen agrado.

"Pasé la jornada en casa del señor Leiton, donde encontré un informe sobre los chilenos, a quienes
yo no oculté nada de mis proyectos...ninguna observación se me hizo, aunque nuestra entrevista
tuvo por testigo un personaje oficial, el señor Faes, gobernador del departamento. Como puede
verse, mi conducta no fue la de un conspirador." (pág.37)

En Nacimiento, dice contratar por 15 "piastras" a un doméstico que se le ofrece, Juan Bautista
Rosales, y este sugiere agregar a dos personas más, el indio Lorenzo López (que hará de
intérprete) y el mestizo Santos Bejar conocido como Quilamán. A estos dos últimos les paga, como
lo hace cuantas veces puede, con "vales de la Tesorería Real". Con ellos cruza el Bío Bío y se
interna en Arauco.

Lo convenido es que será llevado a la tribu Canglo de los indios pehuenches, cuyo cacique es
Leviú. Allí llega el 24 de diciembre. Al día siguiente participa de un parlamento convocado por el
jefe del lugar, donde Orélie Antoine lanza una arenga, posiblemente en su mal español, que su
intérprete mestizo traduce a los indígenas, ¡sabe Dios cómo!. El texto, según Philippe Boiry, habría
sido el siguiente:

"Mapuches! La energía con la cual combaten por vuestra independencia hace volver sobre Vds.
todos los ojos. Sin embargo, es necesario conocer las estratagemas del gobierno chileno. Vds. se
dejan insensiblemente subyugar por él. Ese gobierno os ha traicionado siempre y no cesará jamás
de traicionarlos. Acaban de votar 500.000 "pesetas" a fin de llevar la frontera hasta el Malleco. Para
detenerlos en su marcha y mantener vuestra independencia, les ofrezco mi protección y ayuda. Si
la aceptan, yo los proveeré de armas y los conduciré a la victoria!.

"¡Repitan conmigo: "Viva la unión de todas las tribus bajo un mismo jefe y una misma bandera!

"¡Es necesario estar dispuestos a morir por esta bandera, porque quien la sostiene no retrocede
jamás!" (pág.120).

Luego vienen los festejos, algarabía ruidosa, bebidas, chivateos, etc. En medio del alboroto y
polvareda, Orélie Antoine levanta un acta, en francés::

"Hoy 25 de diciembre de 1861, día de Navidad.

"Los electores de la tribu de Canglo se reunieron bajo la presidencia del cacique Leviú, a los
efectos de deliberar sobre mi proposición de establecer en Araucanía y Patagonia una monarquía
constitucional y elegirme rey, con derechos perpetuos de herencia en mi familia, siguiendo un
orden ulteriormente a determinar.

"Luego de haber deliberado, dichos electores me eligieron y proclamaron rey de Araucanía y


Patagonia, en los términos indicados.

"Hecho en Araucanía, el día, mes y año arriba indicados.

(firmado) Orrlie Antoine Iro." (O.A. 38).

El acta, como otras similares y "documentos" que nadie vió, aa más de la firma precedente, como
lo haría en otros parlamentos, lleva también las de los caciques respectivos, haciéndolo todos con
una cruz. Cada una de esas cruces tiene debajo la aclaración del nombre del jefe de tribu, con el
título agregado de "coronel".

El monarca se manifiesta muy contento. Deduce que los caciques y sus capitanejos le creen y
están dispuestos a luchar a sus órdenes. El ofrecimiento de armas es un argumento alentador.
Ante tanta alegría, Rosales aprovecha para hacer subir su paga "de 15 a 50 piastras".

¿ARAUCANIA ESPERABA UN SALVADOR BLANCO?

Ante el entusiasmo que cree haber despertado (es Orélie Antoine quien lo dice), André des
Vergnes, con buena dosis de su propia imaginación, estima que ha tenido la suerte de Cortés en
México, y escribe:

"Ante todo, los brujos habían predicho, antes de la primera expedición de Tounens sobre su
territorio, la venida al país de un hombre blanco de alta talla que sería como la aurora del
renacimiento de la tetrarquía y la garantía de la paz en la independencia" (pág. 107).

Braun Menéndez (en "Argentina Austral") se refiere también al tema: "Es que corría a la sazón
entre los araucanos, divulgada por los cantos de los "machis", curanderos y adivinos, la leyenda de
que el fin de las guerras y de la esclavitud tan temida, ocurriría simultáneamente con la aparición
en la comarca de un hombre blanco".

Luego veremos, por futuras declaraciones de los acompañantes contratados por Orélie Antoine,
afirmando que los indígenas visitados se entusiasmaban con las arengas del francés cuando les
ofrecía armas.

MAS PARLAMENTOS

A partir de ese 25 de diciembre, según Orélie Antoine (pags.38-40),se realizan otros tres
parlamentos, otras arengas, otras actas de aceptación del rey y las firmas (cruces) de los caciques
coroneles.

En su libro, Orélie Antoine sólo menciona, luego del citado Quilapán, a los caciques Leviou (tribu
Canglo), Melin (representado por su hijo Peouconb), Millavil (tribu Quicheregua), y Guentucol (tribu
Traguien). Estos nombres no están confirmados, ni siquiera en la forma de escribirlos.

"En algunos días, Orélie Antoine ha sido solemnemente proclamado rey por el pueblo mismo,
recibiendo así una soberanía innegable, popular, entusiasta y libremente consentida. En algunos
días ha visto cerca de 100.000 combatientes puestos a su disposición..." (pag.123).
En verdad, si los mapuches, en esa época, hubieran estado en condiciones de juntar alguna vez
100.000 combatientes, se quedaban con todo Chile.

Pero no fue todo tan fácil para Orélie Antoine. Sus acompañantes declararán poco tiempo más
tarde ante la justicia: "Poco después adelanta camino, y pasando a la orilla norte del río Traiguén,
se dirige a los lares del cacique Namuncurá (Namouncura, escribe el monarca). Es allí donde tiene
su primer contraste: Este cacique pone oídos sordos a sus cálidas insinuaciones. Lo único que
puede obtener de él es un estafeta para que se adelante a la reducción del cacique Guantecol y
prevenirle de la próxima llegada del rey francés, con el fin de darle tiempo para reunir indiadas"
(Braun Menéndez, pág. 31).

En las cercanías de la vivienda de Guantecol, éste recibe al francés con jinetes indígenas
formados en cuadro para escuchar otra arenga, según texto provisto por Orélie Antoine:

"He venido a constituirme en padre de todos, para ayudarlos a sostener vuestros derechos
usurpados por el gobierno chileno y para impedir a éste que establezca población alguna más acá
del Bío Bío. Las escasas fuerzas chilenas estan diseminadas en Santa Bárbara, San Carlos,
Nacimiento y Arauco, y en Santiago no hay más fuerzas que los "pacos" y los cívicos, por lo que no
es difícil que con pocas cargas nos tomemos a Santiago. Por otra parte, las cajas del gobierno se
hallan muy escasas de plata para sostener la guerra, porque el señor Montt (el ex presidente) ha
dejado las arcas vacías por haberlas gastado en trenes..." (Braun Menéndez 31).

Luego Guantecol habría asegurado a Orélie Antoine, siempre según éste, que podía contar desde
ya con 12.000 indios combatientes, que pronto podría aumentar a 30.000. También le pide algo al
rey ya transformado en Toqui (Jefe militar), una promesa que, por supuesto, es acordada:
Desterrar al cacique Catrileo, a quien considera "vendido a los chilenos" y no quería volverlo a ver
porque "era muy diablo".

"Por el momento -escribe Boiry- lo que es totalmente notable, es que con un acuerdo popular
innegable, en medio de grandes asambleas, de multitudes considerables, Orélie Antoine I ha sido
confirmado rey por su pueblo mismo.

"No hay muchos jefes de estado, pasados, presentes y por venir que puedan lisonjearse de
semejante legitimidad.

"Porque, si la "vox populi" es bien la "vox dei", es a justo título y sin ninguna fanfarronería que
Orélie Antoine no puede menos que intitularse en adelante "Rey de Araucanía y de Patagonia, por
la gracia de Dios..." (pág. 125).

DETENCION DE ORELIE ANTOINE

El monarca sigue su marcha. En Angol decide que ese bello lugar será la capital de su reino.
Desde allí proyecta llevar un gran número de indígenas hasta orillas del Bío Bío (la frontera). Con
esa posición de fuerza piensa negociar con los chilenos, dispuesto a hacerles algunas
concesiones, que serían "las últimas".

El rey le cuenta estos propósitos al mestizo Quilamán que lo viene acompañando. Este se lo
trasmite a Juan Bautista Rosales, el doméstico que Orélie Antoine tomara en Nacimiento. Pero
Rosales es chileno y se siente patriota ("espía" lo llama Philippe Boiry) y de inmediato escribe a su
mujer a quien trata de "muy distinguida señora", con encargo de avisar a "mi mayor Cortés". Le
dice que tiene orden del francés de llevarlo a la tribu costina (de la costa)del cacique Juan Trintre,
cercana al Bío Bío, a quien piensa sumar a su campaña.
Esto ya sobrepasa la paciencia de la comandancia de Arauco, a cargo del un entonces coronel
Cornelio Saavedra Rodríguez, político y escritor, nieto del prócer argentino Cornelio Saavedra. Su
cargo era de Intendente de Frontera y luego, ya general de división, se lo llamará "pacificador de
Arauco", después de imponerse a los indígenas. Braun Menéndez lo califica de "distinguido y
culto".

El guía Rosales, en vez de llevarlo a la tribu de Juan Trintre lo conduce a las riberas del río
Malleco. Allí, en el paraje denominado "Los Perales", Orélie Antoine es detenido por una partida
chilena, contándolo así:

"LLegando a este lugar, observo hombres armados. No me inquieté, pensando que serían
comerciantes chilenos que irían a traficar al interior de Araucanía, donde nadie se aventura sin
armas. Luego, mientras me ponía a la sombra de un peral, veo que Rosales habla a esos hombres
armados. Voy solo a refrescarme a orillas del Malleco. Todos los ojos están fijos en mi, que
atribuyo a un simple movimiento de curiosidad. De regreso bajo los árboles, me siento, la cabeza
apoyada sobre la mano derecha, y pronto siento una mano abatirse sobre cada uno de mis
hombros como para impedir que me levantase; al mismo momento dos hombres me toman de los
brazos, y otros dos me despojan de mis armas y mis papeles. En cuanto al resto de la banda me
esconden el juego o me amenazan con sables. Como ninguno de ellos no lanza palabra,
tomándoles por ladrones, les pregunto si quieren asesinarme. No -me contestó uno- no se resista y
no tendrá nada que temer" (págs. 114-115).

Algo llamativo: ¿Cómo el monarca viaja sin nadie de escolta cuando dispone de tantos miles de
súbditos guerreros?. Ni un simple cacique se desplaza solo.

La partida inicia viaje con el detenido a la población fotaleza de Nacimiento y al llegar a destino,
sus captores hacen un inventario de las pertenencias de Tounens: "Un colchón y una almohada.
Un paletot (saco) de paño. Un pantalón. Un chaleco, otro mas chaleco. Dos pantalones mas. Una
camisa. Un paquete con pañuelos de seda. Un pedazo de tocuyo (tela ordinaria de algodón). Otro
bulto. Dos banderas. Una camisa. Un paquete de rapé y un pañuelo. Un par de pantalones. Una
levita negra. Un paletot. Una bota. Otro paquete. Una levita, una otra levita. Un frac. Un pantalón.
Tres chalecos, medias, una camisa y un par de zapatillas. Otro bulto, ropa sucia. Un diccionario.
Zapatos viejos y demás trastos inútiles. Una maleta. Un paquete de manuscritos en francés. Una
otra maleta con ropa, ambas cerradas con llave, y la llave esta en poder del francés. Y no habiendo
mas que inventariar se suspendió esta diligencia. Nacimiento, enero 5 de 1862. (firmado) Jervasio
Sanhueza". (Braun Menéndez pág.25)

Por esta fecha, salvo el viaje desde "Los Perales" a Nacimiento, y la del primer encuentro con
caciques el día de Navidad, Orélie Antoine habría "reinado" en esta oportunidad escasos 10 días
que, sumados a los 4 de la aventura anterior, llegaría a dos semanas como supuesto rey. Sin
embargo, sin explicar su cálculo, Galatoire dice: "Un año y días había durado su reinado" (Todo es
Historia número 8).

PRISION Y JUICIO DEL PRESUNTO REY

Orélie Antoine de Tounens fue detenido por orden militar, impartida por el Coronel Cornelio
Saavedra Rodríguez, quien además, con autorización de la Presidencia de la República, había
ofrecido una recompensa (250 "piastras", según el monarca) al destacamento que detuviera al
francés. La piastra no existió nunca en Chile, pero a ella se refiere Orélie Antoine y lo repiten sus
sucesores y panegiristas.
El detenido fue puesto a disposición de la justicia militar de Nacimiento, pero su comandante de
armas, don Manuel A. Faes, se sacó el problema enviando al reo a la ciudad de Los Angeles, una
población-base militar más importante. Esta se conformaba por dos calles paralelas habitadas y la
anterior de sólo una.

"Para que su señoría se sirva aprobarlo -escribe Faes al Coronel Saavedra- si lo tiene a bien, i
ordena el pago, pongo en su conocimiento que hasta hoy y sin contar los gastos que originará la
conducción de Orélie a Los Angeles, he gastado de mi bolsillo, 50 pesos. He creído justo premiar
con un obsequio la buena voluntad y desinterés de Don Lorenzo Villagra que fue el encargado de
la empresa. A Rosales he dado 10 pesos i a los cívicos una gratificación correspondiente". Sin
ninguna prueba, el pretendiente actual dice que Saavedra se adjudicó también una "pequeña
comisión" (Boiry, pág. 130).

De su llegada a Nacimiento, escribe el coronel Saavedra: "...rodeado de la multitud que


compadecía ya a un loco que pudo ser de funestas consecuencias, por la ignorancia de los indios
tan propensos a dar crédito a lo fabuloso y embustero".

En cuanto al proceso, debemos guiarnos por Armando Braun Menéndez, que como nadie ha
tenido acceso y ha expurgado toda la documentación chilena sobre el tema, y que compró en un
remate las carpetas completas del juicio al monarca. El escritor nos dice que el Coronel Saavedra
"mostraba aquel continente amable que es privilegio de los hombres bien nacidos; y estaba
penetrado, además, de ejemplar paciencia, patrimonio indiscutido de su corazón bondadoso". Sin
embargo, como todo tiene su límite, el primer encuentro con de Tounens fue borrascoso, pues se
transformó en un insoportable monólogo del detenido.

El militar abrió la entrevista diciendo: "Vd. ha fomentado una sedición en territorio chileno,
explíquese!". Pero la larga exposición del rey le molestó, como le chocara "la altivez desmedida de
Orélie Antoine, quien sin abandonar un instante su real importancia y sin serle ello requerido,
explica a su sorprendido interlocutor los fundamentos de sus aspiraciones monárquicas sobre las
provincias araucanas, que están justamente bajo la jurisdicción de éste. Reclama airadamente por
su arbitraria detención y termina prometiendo, magnánimo, a trueque de su libertad, "volver
directamente al seno de su familia"..."Ya lo creo que no quería Vd. otra cosa que volver al seno de
su familia", contesta con fuertes voces el amostazado coronel, pero en cambio va Vd. a ser
juzgado como un criminal, para que esto sirva de ejemplo a los demás bandidos que quieran
imitarlo...". Y ordenó enviar al reo a la cárcel pública. Allí es alojado en la única celda existente. En
esta entrevista, pese a que Orélie Antoine dice saber español, pidió un traductor, que lo fue el
mayor Manuel Sotomayor (Braun Menéndez, pág. 51).

El 8 de enero, el Coronel Saavedra decide pasar al detenido a la justicia civil, poniendo el caso en
manos del juez civil Pedro Matus. Y escribe: "Aunque a la simple vista hace creer sea un demente
el dicho rey, sin embargo hay motivos para juzgarlo como un aventurero bien criminal..." (Braun
Menéndez, pág. 51).

DECLARACIONES Y CAREOS

El juez Matus hace careos y toma declaraciones a Juan Bautista Rosales y a los auxiliares de éste,
el indio Lorenzo López y el mestizo Santos Quilamán. Asimismo es interrogado un comerciante
ambulante llamado Juan de Dios Varigua, que estuvo en algún momento con los viajeros.

Rosales se refiere a "los inflamados discursos del proyecto enunciado y aprobado por aclamación
de expulsar a los chilenos al otro lado del Bío Bío, a sangre y fuego". Lorenzo López declara que
"se lo dice venido del cielo...en las diversas reuniones organizadas por los caciques Guentucol,
Quilapán y otros ofrecen al rey 9.000 indios para atacar Negrete, Nacimiento y la costa, y dispersar
todos los españoles que se encuentren del otro costado del Bío Bío, como el rey lo había
propuesto él mismo".

Orélie Antoine niega firmemente esa imputación, calificando a Rosales y los otros dos compañeros
de "tres miserables", aunque defiende sus "derechos" y los de los indígenas a conformar una
nación independiente bajo su reinado. Insiste una y otra vez que los gobiernos de Santiago y
Buenos Aires no tienen ningún derecho ni ejercicio cierto de soberanía sobre Araucanía y
Patagonia, respectivamente. Sin embargo, pese a esa negativa en juicio, en sus posteriores
memorias, como entre sus panegiristas, se reproducen sus arengas guerreras contra el gobierno
de Chile y sus ofrecimientos de armas para combatirlo.

Orélie Antoine expone otro proyecto mas ambicioso aún, el de llegar a concretar una
"Confederación de los Estados Sudamericanos", como ya lo habían sostenido Bolívar, San Martín,
O'Higgins, etc. En un raro intento de seducción, dice que "Santiago debía ser la capital provisoria".
En un momento el reo confiesa: "Mi objetivo, puramente filantrópico, tiende a civilizar este país,
introduciendo allí la religión, la instrucción elemental, la agricultura y las artes". Se dice "un
misionero con ideas pacifistas...Era mi deseo arreglar la paz con el gobierno de Chile por medio de
tratados, en cuanto fueran reconocidos mis derechos" (Orélie Antoine, pág. 80).

Aprovechando una ausencia del Coronel Saavedra, pide y obtiene una entrevista con su segundo a
cargo, el Coronel Pantoja, "manifestando que desea hacer una proposición al Gobierno de Chile",
según escribe Galatoire. En esa oportunidad el reo expresa que "obtenida la libertad que deberá
ser inmediata, abandonará Chile dirigiéndose a Francia. El coronel Pantoja -siempre según el
mismo autor- prometió elevar esta propuesta al General Bulnes y por su intermedio a la
Superioridad" (pág. 73). Nunca se tuvieron noticias ni ulterioridades de la gestión.

Es de destacar que en todos sus escritos firma el acusado como "Orrlie Antoine I" y "bajo total
reserva". En la causa se lo llama "monarca", haciendo la prensa generalmente lo mismo.

TESTAMENTO REAL

Hecha la instrucción, el juez Matus se declara incompetente y pide que vuelvan las actuaciones al
fuero militar. Notificada esta decisión al inculpado, el monarca es ganado por el temor a morir
expeditivamente y decide escribir su testamento político, en francés: "Hecho en la prisión de Los
Anjeles, el 25 de enero de 1862". Comienza así: "Nosotros, Orrlie Antoine I, soltero, nacido el 12 de
mayo de 1825 en el paraje La Chaise, comuna de Chourgnac, cantón de Hautefort, distrito de
Périgueux, del departamento de Dordogne (Francia), por la gracia de Dios y de la voluntad
nacional, rey de los araucanos y los patagones; considerando que...". A continuación reitera sus
"derechos" y que ha sido "secuestrado" por los chilenos. Pero la mayor extensión de este
testamento está dedicada a organizar su sucesión, por supuesto, para su familia francesa.

En primer lugar pone a Jean de Tounens, "nuestro padre bien amado". Luego a su hermano Jean y
a continuación a sus otros cuatro hermanos "o sus descendientes en línea directa a perpetuidad", y
por último a sus tres hermanas.

Escribidor incansable, pero sin recibir respuestas, el rey envía numerosa correspondencia a
amigos, periodistas, autoridades, "hermanos y venerables masones". También lo hace a todos los
diplomáticos extranjeros acreditados en la capital de Chile. Una y otra vez se refiere a sus
derechos y al "secuestro" que presenta como una "violación de mi libertad individual, contra la
violación de mi persona y los derechos que le corresponden, tanto como particular, como rey de
Araucanía y Patagonia, en fin, contra la violación del derecho de gentes, teniendo en cuenta que
todo hombre nace o debe nacer libre por derecho natural y que él puede disponer de sí mismo
como lo entienda".

"Chile -dice mas adelante- no ha tenido jamás derecho sobre esos dos países, ni por conquista ni
por sumisión voluntaria; sus leyes allí han sido siempre desconocidas; luego, yo no puedo violarlas,
ni directamente ni indirectamente".

Termina su comunicación así: "...yo me coloco bajo la protección de todos los encargados de
negocios en Chile, y hago un particular llamado al apoyo de Francia, tanto para la conservación de
mis derechos como para la conservación de mi persona y mi puesta en libertad" (Vergnes, pág.
127-129).

Sólo en alguno que otro medio de su país se hacen ligeras menciones a su situación de detenido
en Chile.

CONDICIONES EN PRISION

El preso goza de ciertos privilegios. Dispone de todas sus cosas y escritos y dirige cartas a quien
desee. Se queja de la humedad de la celda, donde ha extendido su colchón sobre una madera
(una hoja de puerta), confesando que no ha sido torturado en ningún momento. En cuanto a la
humedad, ésta es común a toda la región, donde llueve nueve meses al año.

Orélie Antoine lleva un diario, que nunca le retiraron, donde escribe día a día, según él lo cuenta en
su libro, salvo durante un mes y medio en que la fiebre se lo impidió.

Cuenta además que después de detenido, en viaje desde "Los Perales" a Nacimiento, en una
parada para cambiar un caballo, en la propiedad de un señor Francisco Serrano (el escribe
Zerano), suegro del cónsul francés en Concepción, Antonio Aninat, tuvo la oportunidad de escribir
a éste y al encargado de negocios de su país en Santiago. Es decir que no fue muy vigilado ni se
lo mantuvo demasiado incomunicado.

Aunque más de un autor habla de la "detestable" comida en prisión, quien haya leído el libro del
monarca, verá que no fue tan así. Allí dice que lo atendían de fuera del penal, "por intermedio de
un francés, que tuvo la afabilidad de enviar mi alimentación durante todo el tiempo de mi
cautividad" (O.A., pág.75). Es extraño pero no da el nombre de tan gentil compatriota. ¿Alguien por
encargo del consulado? ¿Algún masón?.

Asimismo, según Berta de Tabbush (pág. 177), a Orélie Antoine "se le permite tomar sol todas las
mañanas", fuera de su celda.

No obstante, Orélie Antoine padece serias molestias. Quizás de origen nervioso o por las altas
fiebres padecidas, pierde gran parte del cabello. Se hace rapar y con el tiempo vuelve a crecerle el
pelo y la barba. Sufre de disentería.

Así describió su celda:: "Esta prisión no era otra que una enorme sala de 11 metros de largo por 7
de ancho, muy alto plafond -si se puede llamar plafond al techo que la corona y donde el piso de
ladrillos estaba a dos escalones debajo del corredor. El sol no penetraba jamás allí: Reinaba una
humedad glacial" (pág.72).

Finalmente el peligro de pasar a una corte marcial se desvanece. La Corte de Concepción decide
que la causa continúe en el fuero civil y la devuelve al Juez Matus.
El fiscal Esteban Moreno, que en un primer momento ha pedido la pena de muerte para el reo, en
una segunda vista cambia su actitud, pidiendo la internación de Orélie Antoine en un asilo de
alienados. Con variados argumentos llega a la conclusión que "sólo un loco podía haber tenido tal
comportamiento". Se pide una pericia médica y dos facultativos (Enrique Burk y Santiago
Reygnault), declaran que el imputado "está en su sana razón y juicio, y capaz de conocer todos
sus actos". Entonces el fiscal se ve obligado a un nuevo requerimiento al Juez, pidiendo ahora
"diez años de cárcel penitenciaria", acusándolo de "perturbador del orden público".

NOTA DE "LE MONDE ILLUSTRE"

El semanario "Le Monde Illustre" de París publicó una curiosa e irónica nota el 10 de mayo de
1862, mientras de Tonens estaba preso en Chile, titulada "Orélie I Rey de Araucanía", firmada por
Achile Arnaud, que dice

"...Han leído sus apacibles ciudadanos, que un ex procurador de Périgueux, luego de ver que su
patria, bastante ingrata por no permitirle hacerse millonario, se embarcó para Chile; que luego de
algún tiempo pasado bajo los cocoteros (sic) y los cedros rojos de ese país, el ex empleado
ministerial de Périgueux residió entre los araucanos que le brindaron gran estima. La Araucanía,
parece, es la Normandía de la América del Sur...La fama de nuestro conciudadano se agranda
rápido y toma tales proporciones que los moluches le nombran rey, reemplazando su jefe muerto
sin posteridad. Antoine Orélie I (sic) no se siente cómodo sobre el trono y piensa ahora concluir
una alianza con Francia. El no contó con el celo de los chilenos que, un buen día, mientras dormía
a la sombra de un pehuen, lo secuestran y conducen a prisión a Santiago (sic) donde esta todavía,
meditando sobre el reverso y los sueños de medallas reales".

Con la precedente nota, el semanario parisino publica una rara foto del monarca con el siguiente
epígrafe: "Antoine Orélie I, ex rey de Araucanía, actualmente preso en Santiago de Chile (de una
prueba fotográfica enviada por el señor Santos Tornero, director de El Mercurio de Valparaíso).
Esta foto difiere bastante de la publicada por de Tounens en su libro, que dice haber sido tomada
"durante su cautiverio" en Chile.

GESTIONES CONSULARES FRANCESAS

El cónsul general francés en Valparaíso, Vizconde de Cazotte, no duda en ningún momento que se
trata de un loco, o quizás desea considerarlo así para evitarse complicaciones.

El 16 de enero de 1861, a once días de la detención de Orélie Antoine y ya trasladado a


Nacimiento, el Cónsul envía desde Santiago la primer comunicación oficial a su Canciller en Paris,
señor Thouvenel, cuya referencia dice: "Arrestación del señor de Tounens que se llama Rey de
Araucanía bajo el nombre de Orélie Antoine I", expresando:

"Hasta el presente yo no he hablado a Su Excelencia de un francés residente desde hace varios


años en Chile que se autotitula Príncipe de Tounens. Este individuo semi-cómico, semi-serio,
afecta en sus gestiones la más grande gravedad y una reserva estudiada. Ha habitado largo
tiempo entre las tribus indias de la Araucanía donde se ha declarado el rey constitucional bajo el
nombre de Orélie Antoine I, haciendo reconocer su autoridad por algunos caciques aislados
mediante amplias y generosas libaciones.
"Todo el mundo ríe de las pretensiones poco comunes del señor de Tounens y los diarios hacen
bromas sobre sus idas y venidas en las tierras de Araucanía.

"Parece que en momentos en que el gobierno chileno viene de enviar tropas sobre la frontera, él se
ha introducido en el país utilizando su influencia para excitar a los indios a la resistencia
comprometiendo a los principales caciques a oponerse...luego de ciertas revelaciones más o
menos plausibles, ha sido arrestado en una de sus excursiones y conducido a Nacimiento donde
se encuentra actualmente en prisión.

"Cuando crea la ocasión favorable, haré ante el Ministerio chileno algunas gestiones oficiales para
frenar las consecuencias de este asunto en lo que respeta al señor de Tounens si se toma en serio
el rol que él se ha dado y que es probablemente el resultado de un cerebro enfermo.

"El señor de Tounens se encontraba, hace algunos meses en Valparaíso, en una situación
financiera muy molesta y, como yo conocía sus ideas extravagantes, le ofrecí, para alejarlo de
Chile, su repatriación a bordo de un barco del estado entonces próximo a partir para Francia. El
aceptó, pero cuando le remití su billete de embarque donde me había abstenido de darle el título
de Príncipe, no quiso más partir, pretextando que esta omisión voluntaria de mi parte podría ser un
precedente perjudicial a sus intereses y desde entonces, no he vuelto a verlo".

El 30 de julio del mismo año el Cónsul de Cazotte vuelve a dirigirse a su Ministro en París
informándole del proceso contra Orélie Antoine por "tentativa de excitación a la rebelión de tribus
de Araucanía". El caso está en apelación ante la Corte de Concepción con pedido del fiscal de una
condena de diez años de trabajos forzados. Pero aclara que "usaré toda mi influencia para obtener
una conmutación de pena y hacer considerar la prisión preventiva sufrida como suficiente. El señor
de Tounens sería entonces puesto a mi disposición con el encargo de repatriarlo en la ocasión mas
favorable".

También de Cazotte interviene ante el Ministro de Relaciones Exteriores de Chile, señor Tucornal,
para acelerar el proceso, recibiendo cordial y afirmativa respuesta.

Para ese entonces, el Ministro de Asuntos Exteriores de Francia había cambiado, desempeñando
el cargo el señor Pierre Magne, nacido como de Tounens en Périgueux, quien se interesa por la
suerte personal de su paisano, aunque nunca respondiera sus cartas o lo recibiera ni antes ni
después de esta aventura.

El cónsul se esmera más que nunca en sus gestiones, recomendando a las autoridades judiciales
tener en cuenta que "el procesado no se halla en el goce de sus facultades".

Toda esta documentación citada por des Vergnes, a partir de la pág. 246 de su obra, está en los
archivos de la cancillería francesa. Sin embargo, el "príncipe" Boiry, en su historia, hace referencia
a lo escrito por el cónsul Cazotte, transcribiendo solamente algunas frases cortas. Nada dice de las
extravagancias que asigna el diplomático a la conducta de Orélie Antoine ni sus opiniones sobre su
estado de salud mental. Sólo destaca que sus gestiones, en nombre del gobierno francés, obtienen
la libertad del preso.

RECLUSION EN CASA DE ORATES

Una vez más la causa pasa a vista del fiscal y éste apoya el razonamiento de insania, pidiendo una
nueva pericia de los mismos médicos anteriores. Estos informan el 30 de junio: "Orélie Antoine
está abatido y enfermo, y sólo con la idea de salir de prisión para irse a su país...No se encuentra
como antes, con la idea extravagante de ser Rey; más bien, por el contrario, parece que tal
preocupación ha desaparecido por completo. Es un monomaníaco que no estaba en su razón
cuando puso en práctica su pensamiento de hacerse rey, pero en este momento ha desaparecido
la enfermedad mental; sin embargo, puede volver a presentarse de un momento a otro...".

Llamado por el juez nuevamente a declarar. Orélie Antoine insiste en sus derechos como monarca,
aunque esta vez con menos fuego y convicción. Evidentemente esta disminuído en sus fuerzas
síquicas y físicas, por la enfermedad y la calvicie. En esa oportunidad y en una de las visitas
semanales del magistrado a la cárcel, termina pidiéndole, en forma insistente, que lo ponga en
libertad, prometiendo formalmente que se dirigirá de inmediato "al seno de su familia".

Está solo, sin amigos ni protectores, sin comunicación con "mis estados" y sus caciques, sin un
centavo, con acreedores que le exigen hacer efectivos sus "vales contra la Tesorería del Reino". El
periodismo chileno, cuando se ocupa de él, lo hace descomedidamente llamándolo "el farsante
francés" (González Arrili).

Finalmente, se conoce la sentencia del Juez Matus. Resuelve sobreseer por no imputable al
acusado y dispone su envío a "la Casa de Orates de Santiago", agregando que podrán sacarlo de
allí, si lo desearan, "cualquier persona de su familia o el encargado de negocios de Francia, a
efectos de repatriarlo".

Notificado el monarca de la sentencia, se limita a decir que apelaba, sin adelantar razones.

"El 13 de agosto -escribe Berta de Tabbush- el fiscal de la Corte de Concepción, Manuel María
Eguiguren declara que dado el estado mental y moral del acusado resulta superflua la discusión de
principios sobre altas cuestiones de integridad territorial y de soberanía de Estado, en que la
justicia se ha empeñado con él, olvidando que en ese Estado que la misma justicia reconoce y
proclama, Tounens no pudo invadir ninguno de esos derechos" (pág. 186).

Poco después, al ser informado de su traslado al manicomio de la capital, firma con la siguiente
aclaración: "Orélie Antoine I, detenido en la prisión de Los Angeles como loco, aunque en posesión
de todo su juicio".

REPATRIACION A FRANCIA

El sentenciado es trasladado a Valparaíso sin pasar por Santiago, donde esta la "casa de Orates",
porque el cónsul de Cazotte lo toma a su cargo, quien en ese entonces actuaba interinamente
como encargado de negocios de Francia. Lo embarca en el navío de guerra de la marina imperial
"Duguay-Trouin", a vapor y velas, de 90 cañones, con destino al puerto de Brest, el 28 de octubre
de 1862. Se ha dispuesto que el repatriado viajará "en calidad de pasajero a la ración", es decir,
con alojamiento y comida junto con los simples marineros. Pero un grupo de cadetes que va de
instrucción pide permiso al capitán Kerdrain para que Orélie Antoine comparta su mesa. Esto hace
más llevadero su retorno. En el largo viaje de mar (más de cuatro meses), pasa por los canales
fueguinos, islas Malvinas, Montevideo y otras escalas.

Termina así el cautiverio del rey, después de nueve meses y medio de detención, de los cuales,
según sus memorias, pasó cinco meses postrado en su camastro, incluidos 45 días sin
conocimiento.

Queda un interrogante: ¿Qué justificaba en esos momentos la presencia de un poderoso barco de


guerra del emperador francés frente a las costas de Chile?.
MAS DE SEIS AÑOS DE "EXILIO" EN FRANCIA

Orélie Antoine llega al puerto de Brest el 6 de marzo de 1863, donde nadie lo espera y pronto toma
un tren a París. Allí se entera de que durante su ausencia ha muerto el padre y uno de sus ocho
hermanos. El prolongado viaje en barco lo ha vitalizado física y síquicamente. Su salud ha
mejorado y ha recuperado la cabellera. Durante la travesía ha escrito centenares de carillas para la
prensa.

Su delirio monárquico no ha disminuído en lo más mínimo. Al contrario, se supone con mayores


títulos luego de creer que puede demostrar que ha completado, en las dos incursiones en el
Arauco, unos quince días de reinado. Desde su llegada a Francia, supone que su estada allí será
corta pues piensa volver pronto al reino, lo cual no se cansa de repetir.

Incursiona por despachos oficiales sin ser atendido personalmente por nadie importante, ni logra
ninguna respuesta escrita a sus minuciosos alegatos patrioteros-colonialistas. Sin embargo,
Galatoire, único en decirlo, escribe que el ministro Bagne "demostró singular interés por los hechos
narrados".

Su principal tarea consiste en organizar una oficina de prensa, primero con algunos colaboradores
espontáneos, y luego solo, por falta de continuidad en la consecuencia de sus adherentes. Fatiga a
los periodistas en su afán de promoción y escribe artículos laudatorios sobre sí mismo con
seudónimos. Recorre varias ciudades francesas en busca de adeptos y financistas. Logra
reducidos auditorios curiosos pero pocas contribuciones en dinero.

Edita algunos pequeños folletos y hasta saca un periódico, de efímera vida, llamado "La Corona de
Acero" ("periódico político, literario y comercial").

EL LIBRO DE ORELIE ANTOINE

En el libro ya citado, describe muy someramente la historia y el paisaje de Araucanía, cuenta a su


antojo sus aventuras, los fundamentos de sus derechos y la falta de ellos por parte de Chile y
Argentina. El "secuestro" y encarcelamiento son largamente pormenorizados, con indignación. En
esa obra difunde todos sus escritos, desde la constitución y otras leyes y proyectos, así como las
actas fundacionales de su reino.

En la primer página se indica que "se puede obtener la presente obra, por correo, enviando 3,80
francos...dirigirse al autor -señor de Tounens- a París, Plaza de la Bolsa, Hotel de Tours". No se
conoce la tirada de esa edición única. Luego viene a toda página un grabado del monarca "durante
su cautiverio".

Más abajo hay un escudo indescifrable con cuatro alegorías femeninas y por último se lee:
"Librairie de Thevelin - 1863" y la dirección de la misma.

A modo de prefacio, dice: "Esperando la publicación de mis memorias que yo preparo en este
momento, creo deber dar, desde hoy, una exposición rápida de las principales circunstancias que
han precedido y siguen mi advenimiento al trono de Araucanía y Patagonia...Se me reprochará
quizás de no haber fundado mas bien una república en lugar de un reino, en un país rodeado de
repúblicas. Me anticipo a responder que esta forma de gobierno ha sido rechazada por los
araucanos, que guardan un buen recuerdo de la realeza española, escrupulosa observadora de
tratados concluidos con sus padres, y para quienes la palabra república, por el caso de Chile, se
ha convertido en sinónimo de deslealtad...Cuento llamar junto a mi a los compatriotas bien
recomendables por su moralidad y por sus luces, que me prestarán ayuda para cumplir la obra de
civilización que he emprendido".

"Los araucanos -comienza diciendo- lo sabemos, son un pueblo valeroso y celoso de su


independencia, que Chile ha tratado vanamente de domar".

El capítulo III se refiere a la indiferencia de las autoridades chilenas durante los largos meses que
pasa en Valparaíso, exhibiéndose. Se lamenta de las reacciones de los diarios franceses y en
especial por una carta enviada al director de "Le Périgord", que éste "imprudentemente" ha
publicado completa, provocándole críticas.

Hasta la página 155, es decir el fin del libro, habla Orélie Antoine de su juicio, y de los argumentos
repetidos allí sobre sus "derechos". Pero se detiene el escritor antes de concluirse la causa. No
parece querer explicar cómo termina, su liberación ni los previos prolegómenos en que interviene
el cónsul Cazotte, las pericias médicas y su declaración de loco con orden de internación en un
manicomio. Tampoco hace ninguna referencia a las condiciones en que se dispone su repatriación
a Francia.

Como "apéndice", sin dar las múltiples notas adversas del periodismo francés, transcribe las muy
pocas y nada fiables que le son favorables. Estas consisten en lo ya dicho por la "Revue du Monde
Colonial"; una carta de un señor H. M. de Morestel, probablemente un oficial francés, publicada en
"Le Temps", fechada el 17 de setiembre de 1863 en Constantine, una ciudad de la colonia de
Argelia.

Hay también una transcripción del "Annuaire Encyclopédique" (1862). Esto parece escrito por el
monarca, aunque se hable de "correspondencia de Valparaíso". Allí se mencionan 40.000
guerreros dispuestos por el cacique Guentucol. Mucho más moderada, hay una mención en el
Annuaire de Deux Mondes (1861-62). Una carta de un misterioso Alexandre Bonneau, esta escrita
en similares términos.

También esta allí la dudosa publicación aparecida en "L'Independence Belge", a la que nos
referiremos luego, y nada más. El libro se cierra con una carta que Orélie Antoine dirige a un
periodista cuyo nombre no proporciona, repetitiva de argumentos ya conocidos.

"¡Qué importa la prisión que he soportado! -dice la última frase del epílogo del libro- si no temiera
que se equivocaran sobre el alcance de mis palabras y que la grandeza de los nombres no
comprometiera la exactitud de la comparación, diría al terminar: Luis XI, después de Perona, y
Francisco I después de Pavia, ¿dejaron por eso de ser reyes de Francia?" (O.A. pág.155).

SUSCRIPCIONES Y LLAMADOS A RECLUTAMIENTO

En sus publicaciones y avisos en periódicos lanza una tras otra suscripciones y llamados a
reclutamiento de voluntarios para acompañarlo en su empresa. Algunos francos le llegan pero
jamás logra una subsistencia holgada ni los fondos necesarios para un retorno, siempre declarado
"inminente". Tampoco consigue aportar algún dinero a su angustiado hermano Jean para levantar
las hipotecas de los bienes familiares.

El 5 de marzo de 1864, lanza su "Llamado a la Nación Francesa". Repite allí su discurso sobre sus
"derechos" y peripecias, terminando así: "Considerando que en nuestro reino todo esta por
construirse, desde la base hasta la cima, abrimos un empréstito nacional con el fin de implantar los
beneficios de la civilización, y a los efectos de establecer en esta parte de América del Sur, el
idioma francés e implantar la preponderancia francesa;

"Nos comprometemos formalmente, bajo nuestra responsabilidad real, hacer reconocer, a título de
deuda pública de nuestro reino, el monto de un empréstito por 100.000.000 de francos y convertirlo
en renta del estado hasta cubrir el capital y los intereses del 6 por ciento, desde el día de iniciación
del empréstito. La conversión de rentas del Estado se hará de acuerdo con los principios
establecidos en Francia."

Difunde el "rey" inventados comunicados de batallas y triunfos de sus súbditos en la lucha contra
los "invasores" chilenos, cuando éstos, pese a la heroica resistencia araucana, agrandan día a día
los territorios tomados al "salvaje" y cada vez lo arrinconan más contra la cordillera haciendo muy
penosa o imposible su supervivencia. Pero jamás puede exhibir ninguna correspondencia con sus
súbditos, ministros y coroneles que dice haber dejado en Araucanía y Patagonia.

Con el paso del tiempo se pierde la curiosidad por el "rey" y menudean las bromas. Tampoco
prende la propaganda colonial. Y no es que Francia, tanto su gobierno como sus fuerzas armadas,
intelectuales y hombres de negocios, no sean en su mayoría entusiastas colonialistas. Pocos dejan
de enorgullecerse cuando casi año a año, ininterrumpidamente, se agranda el Imperio Colonial.
Tampoco faltan voces calificadas que critican y denuncian abusos. Era propio de la época.

En ese mismo año 1864 España, en un desesperado intento de reconquistar sus colonias en
América, contando con el beneplácito de otros reinos europeos, envía al Perú una importante flota
que ocupa las valiosas islas guaneras de Chincha. Ante tal peligrosa aventura que durará dos
años, Chile, Ecuador y Bolivia se ponen al lado de la república atacada. Orélie Antoine ve una
oportunidad en ese conflicto, ofreciendo aliarse con la corona hispana. Con ese fin hace múltiples
gestiones para obtener un barco de guerra que, con bandera araucana, atacaría a Chile unido a la
armada de Isabel II, con la intención de recuperar su "trono mapuche". Trata de interesar en su
proyecto a la española emperatriz Eugenia de Montijo, esposa de Napoleón III, pero sus insistentes
pedidos de audiencia no logran respuestas.

"La ingenuidad de esta correspondencia, lo absurdo de su pedido y lo descabellado de la


propuesta son tales que no se le tiene en cuenta siquiera, y Orélie Antoine I continúa siendo tan
ignorado en las Tullerías como lo ha sido hasta ahora" (Tabbush, pág. 219).

El almirante hispano Méndez Núñez, en setiembre de 1865 bloqueó el país. Estados Unidos ofrece
mediación y para forzar su aceptación el marino español da un plazo de 4 días que es rechazado.
El 31 de marzo de 1866, Méndez Núñez realiza un sangriento bombardeo del puerto de
Valparaíso, una ciudad abierta, donde incendia los depósitos aduaneros destruyendo mercaderías
extranjeras y chilenas por muchos millones de dólares. Un barrio costero es reducido a cenizas,
ocasionando una masacre y daños por 75 millones. Este hecho, calificado de "inhumano",
conmocionó a la opinión pública europea, aunque los gobiernos colonialistas estimaran que "no
vulneraba el derecho de gentes".

La guerra termina con la batalla de El Callao, del 2 de mayo de 1866, donde los españoles se
retiran derrotados y se suicida el almirante español Pareja. Para Chile este conflicto le significó
grandes sacrificios pero salió fortalecido. Dos años después, en 1868, se firma un tratado de paz.

LAS EMPRESAS COLONIALISTAS EUROPEAS

La conquista de colonias era una preocupación constante de toda Europa en el siglo XIX, y Francia
no se quedaba atrás ante los avances de su enemiga Inglaterra.
Durante su reinado, Luís Felipe de Orleans conquistó Argelia. Luego ocurrió lo mismo con Costa
de Marfil, Gabón, Madagascar y Mayotte. A partir de 1851, con el emperador Napoleón Bonaparte
III, se agregan las colonias de Nueva Caledonia, Kabylia (uniéndola a Argelia), Senegal,
Cambodgia, Laos y Vietnam, región esta última donde se luchaba por ese entonces para
expandirse aún más.

Esas empresas colonialistas exigen la atención del gobierno imperial. Se precisan muchas tropas
para mantener las ocupaciones y proteger el "comercio" y se las recluta en una colonia para pelear
en otras.

En 1861, con la excusa de cobrarse deudas impagas de gobiernos anteriores que Benito Juárez se
niega a reconocer, Francia, junto a Gran Bretaña Y España, intervienen militarmente y toman
Veracruz en México. Esta "conquista" fue muy dura debido a la resistencia armada popular. De las
tres potencias invasoras, dos de ellas se conforman con gruesas indemnizaciones arbitrarias (más
bien saqueos)y sólo los franceses se quedan, a un elevado costo en hombres y medios. En 1863,
los colonialistas manipulan a un grupo de "notables" (pequeña clase muy útil para estos
menesteres) y sostienen la constitución de una monarquía cuyo trono ofrecen al archiduque
austríaco Maximiliano de Habsburgo, quien se instala allí en junio de 1864, para ser fusilado poco
después por los mexicanos.

Estados Unidos, que ya se ha adjudicado por la fuerza lo mas valioso de México (Texas, California,
Arizona, Nuevo México y La Mesilla), no quiere competencias colonialistas. Washington actualiza al
ex presidente James Monroe que lanzara su famosa teoría de "América para los americanos" y se
niega a reconocer al emperador "fantoche" Maximiliano. Alienta circunstancialmente así, hasta con
armas, a su enemigo declarado, el general independientista Benito Juárez. Hasta 1867 las cosas
estarán de más en más complicadas para Francia, cuyo costo le provoca problemas internos a
Napoleón III.

De ahí que la corte imperial parisina no desee en esos momentos más complicaciones en el Nuevo
Mundo. De todos modos, como el colonialismo era una ambición común en Europa, no resulta
demasiado casual que el barco de guerra francés "Duguay-Trouin" hubiera estado frente a
Santiago y embarcara hacia Francia a Orélie Antoine de Tounens. Por supuesto que no tenía
contacto directo con éste, pues lo habría dicho, pero, ¿No podría haber permanecido atento, por si
salía bien y brindar una ayuda?. ¿Y el "D'Entrecasteaux", como veremos, estuvo por casualidad
anclado en aguas del Corral en el segundo viaje del rey a Chile?.

"Lejos de considerar la aventura de Orélie como una mera anécdota, habría que analizarla como
un fracaso de la avanzada colonial francesa en el cono sur", escribe el historiador chileno Luis
Vitale. Lo mismo expresa un comunicado reciente del Centro de la Mujer Aborígen de Argentina.

MANIFIESTO

En ese ambiente procolonialista, de Tounens escribe, él mismo, crónicas elogiosas hacia su


persona y sus proezas, que unas pocas veces logra se publiquen. Por eso, todos sus apologistas
citan los mismos artículos, en especial uno aparecido en Bélgica, en "L'Indépendance Belge", el 13
de junio de 1863. Critica allí la falta de respeto hacia su persona. Habla de su secuestro y "la
conquista pacífica de magníficas regiones, de las cuales él ha sido emperador, solo, sin soldados,
sin dinero, sin auxilios de ninguna suerte".

"De Tounens -continúa- es grande, bien formado, tiene en su persona, en su figura, sus gracias
armoniosas...esa dignidad soberana que encanta y somete a su turno las almas simples...ha
emprendido una expedición, una obra que es toda una epopeya que merece ser cantada..." Y
hasta critica al emperador Napoleón III, que no puede consolidar su intento de colonización en
México (Orélie Antoine 168).

La burla mayoritaria de la prensa con calificativos irritantes para el monarca, a raíz de la


publicación de su libro, lo lleva a lanzar el 16 de diciembre, un "Manifiesto dirigido al pueblo francés
por Orélie Antoine I, rey de Araucanía y Patagonia", diciendo: "Entre todos los errores cometidos
por algunos diarios que han tratado la cuestión de mis derechos al trono...se me ha tratado de "rey
en disponibilidad" y han afirmado que sólo podré volver a entrar en mis Estados con la intervención
del gobierno francés...". Hace un llamado al patriotismo de sus conciudadanos para que se unan y
lo acompañen en "¡una cruzada digna del siglo XIX, una cruzada de la idea y del trabajo contra la
ignorancia!" (Boiry 162). Les ofrece tierras, ayuda económica y honores a cuantos quieran seguirlo.
Y va más allá de su país, invitando a los "desheredados de la vieja Europa, cuya inteligencia y
brazos están inactivos por no tener lugar al sol".

Este "Manifiesto" fue editado en un folleto de 16 páginas por la Librairie de Thevelin en diciembre
de 1863, y se encuentra en la Biblioteca Nacional de París. Por esa época Orélie Antoine anuncia
la próxima aparición de folletos por entregas, que constituirán sus "Memorias", conformando dos
volúmenes de 300 a 400 páginas cada uno. "El precio de cada folleto es de un franco y los dos
tomos 12 francos", indicando que "su producido será empleado en la fundación de una Nueva
Francia". También hace una oferta de 10 francos a quienes paguen los tomos por adelantado.
Esos libros no aparecieron nunca.

Otro folleto de 8 páginas, también editado (o impreso) por Thevelin, sale el 5 de marzo de 1864,
titulado "Llamado a la Nación Francesa". En 1865, da a conocer otro folleto (Dentu - París), de 16
páginas, "protestando contra toda la prensa francesa, entre las manos de Su Excelencia el ministro
de Asuntos Extranjeros de Francia" Lo firma en Périgueux el 21 de noviembre de 1865.

Como las cosas no marchan bien para el monarca, agobiado por deudas propias más la penosa
situación de su familia empeñada con hipotecas, recurre a cualquier método para sobrevivir.

En la historia del actual "Príncipe", se ve obligado a reconocer que el monarca ha emitido "algunos
documentos imprudentemente firmados e impagos que sus hospederos amenazan al rey con
demandas judiciales..." (pág. 171). Pero no se trata de algunas "ligerezas" sino de muchas. Hasta
ha mercado "títulos de nobleza" de su reino para pagar deudas y servicios.

En agosto de 1864 se va a Londres, huyendo de peligros tribunalicios. En esa capital también


busca banqueros y políticos que se interesen en otra colonia para la corona británica. El 3 de
setiembre de ese año escribe una patética carta a su hermano Jean pidiéndole socorro, pues
"debo cien francos y no tengo un centavo". No puede dejar el hotel por lo poder pagarlo.

Regresa a París porque su posición mejora, en su aspecto legal, pues la justicia reconoce de
"buena fe" la emisión de documentos firmados como Orélie Antoine I.

CONFLICTO CON LA MASONERIA

En 1866 reedita una nueva presentación de sus proyectos que dirige a sus hermanos masones,
nota precedida por una serie de símbolos indescifrables por quien no forma parte de esa cofradía.
Relata, en un folleto de 10 páginas, las riquezas y cualidades de las tierras prometidas y sus
posibilidades, con algunos detalles más o menos atractivos. Su título: "Llamado del francmasón de
Tounens a todos los francmasones", y es impreso en Bordeaux en la imprenta del francmasón
Lavertujon. Poco después, edita otro "ruego" masónico de 12 páginas (Dentu - París 1866).
El objeto de las presentaciones es solicitar apoyo para llamar a todos los hermanos y logias a
suscribir un empréstito "de honor" para su empresa, reembolsable y con interés del 5 % anual. De
Tounens envía copias similares a todas las logias y masones pidiéndoles suscripciones. Para
apoyar sus demandas, acompañaba copia de la recomendación de la logia de Périgueux que le
dieron varios años atrás, y que no usara antes porque no lo trataban como noble.

El Venerable de la logia "Amigos Perseverantes de la Estrella de Vésone", Gilles Lagrange, había


emitido el 15 de enero de 1860 una recomendación a todas las logias y obediencias del Gran
Oriente de Francia, diciendo que "el hermano Orélie Antoine de Tounens, sin profesión, miembro
activo de la mencionada logia y merecedor, por su celo y espíritu masónico, del favor de un
recibimiento fraternal y benévolo por parte de todos los miembros..." y siguen símbolos.

Cuando la logia de Périgueux se entera que utiliza la recomendación de seis años atrás para pedir
dinero, lanza otra circular a todos los hermanos de Francia historiando antecedentes de Orélie
Antoine: "...Resumiendo, el aviso de la logia es el siguiente: Tounens entra en una vía lamentable;
sería mejor que cuidara más su dignidad de hombre que su dignidad de ex monarca...Esto no es
un préstamo sino una donación que será hecha a Tounens; luego, debemos reservar las ayudas
para aquellos que las merecen, es decir, para las víctimas de la suerte, para los ancianos y para
aquellos que no tienen ni apoyo ni medios de atenderse ellos mismos por el trabajo".

Para recurrir a tales calificativos, evidentemente los masones de Périgueux debían tener en cuenta
múltiples antecedentes de la falta de seriedad y cordura de Orélie Antoine.

Al enterarse de esta circular, de Tounens trata de impedir que el Gran Oriente la distribuya por todo
el país, pero llega tarde. Ha sido dada a conocer. Furioso, renuncia a todos sus estados
masónicos, y declara: "Yo juro ante Dios y ante los hombres de hacer todo lo posible para ayudar a
aniquilar las logias masónicas" (Boiry, pág. 181). Es entonces que Orélie Antoine publica otro
folleto de 21 páginas, como informe dirigido a la logia de Périgueux "y a todos los masones del
universo" (Périgueux - Imprenta de J. Bounet - 1866).

Días después el monarca, en su condición de tal, se dirige al Papa pidiendo le levante la


excomunión que en 1865 Pio IX había extendido a todos los masones. En su carta del 15 de julio
de 1867 dice: "Yo me había hecho recibir como francmasón sin conocer la francmasonería...Por lo
tanto, me siento agobiado por vuestra condenación. Este estado de cosas me resulta penoso,
deseo eximirme de la excomunión y reconciliarme con la Iglesia...". El Papa le responde en latín y
la gracia le fue concedida.

En 1867, Orélie Antoine, siempre con graves problemas económicos, apela al recurso de dirigirse
al Senado. Esta vez no habla de la recuperación de su trono ni de una expedición colonizadora.
Simplemente pide, a modo de ayuda, una especie de indemnización o renta privada en su calidad
de rey en el exilio, con carácter retroactivo, es decir, desde el 5 de enero de 1862 en que fue
"secuestrado" y sacado de sus estados. De respuestas a esta solicitud no se tienen noticias.

Siguiente capítulo:A ARAUCANIA VIA BUENOS AIRES

PRIMERAS NOTICIAS DEL REINO DE ARAUCANIA Y PATAGONIA EL NACIMIENTO DE UN "REY" SEGUNDA ENTRADA DE
DIEZ DIAS EN EL ARAUCO A ARAUCANIA VIA BUENOS AIRES TERCER VIAJE VIA BUENOS AIRES EL REY ACHILLE I Y
SU FANTASIOSA BIOGRAFIA EL REY ANTOINE II LAS LEYES FRANCESAS Y LAS ORDENES DE CABALLERIA DE
INGLATERRA INVITAN AL "PRINCIPE" A ARGENTINA Y CHILE BIBLIOGRAFIA
CAPÍTULO IV

A ARAUCANIA VIA BUENOS AIRES


Más de seis años llevaba en Francia Orélie Antoine de Tounens. Los diarios ya no se interesaban
por sus incansables y repetidas historias, argumentaciones y pedidos.

Como entretenimiento, lo recibían algunos círculos sociales e intelectuales fiesteros. Invitaban al


monarca a salones de moda. Resultaba una figura curiosa actuando como "rey". Así lo trataron,
entre otros, el poeta e inventor Charles Cros (llevado por su hermano Antoine), brillantes damas
como Nina de Villard y Camille Frammarion, los bardos "malditos" Arthur Rimbaud y Paul Verlaine,
etc. Entre esas personalidades no pudo progresar en sus proyectos, pero la pasaba bien y
acompañado.

De los ruegos reiterados al Emperador Napoleón III, y desoídos por éste, pasa a criticar duramente
su poco honrosa retirada de la campaña mexicana, abandonando al emperador Maximiliano. Orélie
Antoine no deja de ofrecer su "Nueva Francia" como la mejor alternativa y consuelo.

REACCION DE LA DIPLOMACIA CHILENA

La representación diplomática chilena cada día responde con mayor energía a las publicaciones
del monarca que ofenden a su gobierno desconociéndole soberanía sobre el Arauco. Una nota del
enviado extraordinario Rosales, destacado en París, dice:

"Creo un deber el prevenir a los compatriotas del señor de Tounens que toda tentativa de invasión,
de desembarco ilícito sobre el territorio de la República, les expondrá a ser tratados como piratas,
conforme a las leyes internacionales". Y agrega: "Las tribus que habitan Araucanía están
sometidas a su gobierno, con idéntico título que las tribus árabes de Argelia están sometidas a la
dominación francesa" (Vergnes, pág. 147).

En los pocos años que de Tounens estuvo ausente de América, se produjeron grandes novedades.

En Estados Unidos se había terminado la guerra civil y había triunfado el antiesclavista Abraham
Lincoln, luego asesinado.

En Chile la fuerza de los indios se había deteriorado considerablemente. El gobierno y el ejército


mejoraron su poderío y confianza cuando en 1866, como ya lo hemos dicho, unida su escuadra a
las de Perú, Bolivia y Ecuador, al mando del capitán de navío peruano Villar, derrotaron a la flota
del almirante español Méndez Núñez.
En el tono habitual de sus reclamos de apoyos (y reproches), Orélie Antoine hace imprimir en 1867
en París, una carta-folleto de 16 páginas, dirigida a los diputados de Francia. Poco después hace
lo mismo con los senadores, en 6 páginas.

EL SOCIO ANTOINE PLANCHU

A fines de 1868, Orélie Antoine conoce a un personaje raro y misterioso, el joven abogado
normando Antoine Planchu, quien propone financiar una expedición, con una cifra estimada por el
monarca en 10.000 francos (con el tiempo ha bajado sus presupuestos al mínimo). Este aventurero
habría sido el único adquirente de un título de 500 francos del último empréstito lanzado por el
monarca.

Planchu en esos momentos dispone sólo de 3.000 francos prometiendo agregar otros 7.000 con la
ayuda de su acaudalado padre. de quien además espera heredar una fortuna. En las pocas
referencias que ha dejado el monarca de su asociado, muestra con frecuencia que desconfía de él.

Lo cierto es que Planchu, luciendo flamante designación de ministro de estado del reino de
Araucanía y Patagonia, se embarca con Orélie Antoine. Salen el 8 de febrero de 1869, desde
Southampton, en el barco "Oneide" de la Compañía Inglesa del Pacífico. Desembarcan en
Montevideo y desde allí viajan a Buenos Aires. No hay documentación, ni siquiera de los actores,
hasta que André des Vergnes los hace en Buenos Aires el 14 de marzo.

Philippe Boiry los localiza el 23 de ese mismo mes en Olabaria (sic). Hay coincidencias en que los
expedicionarios salieron a caballo hasta Azul con una caravana de comerciantes, y desde allí se
volvieron a Buenos Aires.

Estimaron difícil sortear los problemas del camino y los fortines. Además Planchu, poco diestro,
montaba con mucha dificultad.

Tampoco se sabe cómo ni cuándo se embarcaron en "El Pampero" para dirigirse a Carmen de
Patagones, la ciudad sureña fortificada, ni qué estuvieron haciendo allí durante varios meses.
Sorprende también que Orélie Antoine no haga ninguna referencia a su compatriota Alcides
d'Orbigny, quien estuvo en esa población 40 años antes, describiendo muy bien al fuerte, la región
y sus gentes.

Desde Carmen de Patagones Planchu habría regresado a Buenos Aires. Según Philippe Boiry, en
"misión secreta", o quizás esperando fondos de su padre.

PERIPECIA EN CHOELE CHOEL

Vayamos a lo que está documentado. Orélie Antoine, siguiendo el curso del Río Negro aparece en
Choele Choel, "nido de feroces indiadas" (Braun Menéndez), isla que divide ese cauce de agua.
Allí tiene serias dificultades. Se lo maltrata y su vida está en grave peligro. Es un "trehua huinca"
(perro cristiano), un "teoauiñecao" (espía). Al respecto, Rómulo Quintana dice que en ese momento
el monarca se encuentra "a un punto de la esclavitud o la muerte". Jean Raspail hace una patética
descripción de los suplicios a que era sometido el monarca. "Su destino -escribe Braun Menéndez-
iba a troncharse con una muerte bien poco elegante para su augusta persona". André des Vergnes
dice que los indios, "...se burlan del rey de Araucanía y Patagonia, admitiendo que ellos no
conocen su "existencia". Pero la información mas fidedigna, obtenida de los propios testigos, la da
el Coronel Saavedra: "Estuvo a punto de morir a mano de cierta indiada que se hallaba reunida en
dicha isla".

El cacique Calfucurá, como varios de sus hijos capitanejos nacidos en Chile, tiene constantes
vínculos con los araucanos del otro lado de la cordillera, a quienes les provee ganado, y jamás ha
oído hablar del monarca. Araucanos, pampas y tehuelches, no saben nada de la existencia de un
rey y menos de ellos.

¿Pero cómo? ¿No dice y repite Boiry que Calfucurá fue invitado a adherirse al reino y aceptó unir la
Patagonia a la corona?.

Por obra de la casualidad, está en esos momentos en la tribu de Calfucurá el joven cacique
araucano Lemunao quien, entre sus recuerdos familiares de años atrás esta el paso de un "rey
francés" por sus tierras. Escucha el indio los gritos de desesperación de Orélie Antoine,
severamente maltratado e intercede ante el jefe local salvándolo de su difícil situación. Ya no
dormirá más a la intemperie, con los perros, porque Lemunao lo lleva a su toldo. También este
cacique le permite agregarse en su viaje a Araucanía por la huella de carretas Chadileuvú, como la
llamaban los indios, que bordea el río Negro hacia el Oeste. Todo esto está confirmado en detalle
por el propio Lemunao, pues así se lo confesó al escritor coronel Cornelio Saavedra.

Orélie Antoine permanece "varias semanas" en Choele Choel y en ese lapso arriba al lugar, desde
Carmen de Patagones, el coronel Julián Murga, que viene investigando un robo de caballos.
Enterado el militar que un francés estaba en la isla, lo hace llamar a su presencia. Habla con él,
estimándolo "un loco", sin tomarlo en serio. Pero ante el militar, Orélie Antoine no se dice "rey".

Por su parte, Philippe Boiry omite contar en su larga "historia" los momentos desagradables que
pasó Orélie Antoine en Choele Choel. En cambio, narra cosas inventadas. Por ejemplo, dice que
Murga acusa a Lemunao del robo de los caballos y le toma algunos indios propios como rehenes,
actitud que el monarca condena con severidad el monarca ante el coronel, algo improbable porque
este curtido militar no se lo habría permitido.

Dice luego el "príncipe" que en esos días llegan de Buenos Aires a la isla dos hijos de Lemounaou
(así lo escribe), trayendo un tratado que firmara el padre con el gobierno argentino. Y agrega: "Los
caciques vecinos reprochan vehementemente a Lemounaou lo que ellos consideran una traición.
Nosotros no tratamos con los huincas invasores. (Aunque más identificado con cristianos, el
término huinca se aplicaba también a los no indígenas, los extranjeros). Y para castigarlo por haber
hecho una tregua y dejado partir a los rehenes con el coronel Murga, le roban una parte de los
caballos. Ante tal hostilidad, Lemounaou comprende su falta y decide romper la tregua con los
argentinos, si ellos no le devuelven los prisioneros..." (pág. 190). Todos episodios imaginativos.

Sobre el paso de Orélie Antoine por Choele Choel, Adolfo Galatoire, en el citado artículo de "Todo
es Historia", dice sin prueba alguna, que en ese lugar lo esperaba el cacique Lemunao, "enviado
por el cacique Quilapán".

Todas las crónicas coinciden en decir que Lemunao era muy joven, y por tanto no podía tener hijos
que viajaran solos a negociar convenios a Buenos Aires. Tampoco se encuentra en los archivos
argentinos la mención del nombre de ese cacique chileno, menos aún haciendo tratados con el
gobierno. Por otra parte, no había ninguna razón para que lo hiciera, pues Lemunao habitaba en
Chile como cacique menor de la tribu "reducida" Neculman, es decir, pacificada y en territorio
controlado por los militares del país vecino. Simplemente había ido a Choele Choel a canjear
mercaderías chilenas por caballos.

Otra vez nos encontramos con la falta de explicaciones sobre el largo trayecto a caballo (alrededor
de 1.000 kilómetros en línea recta) hasta la frontera con Chile. Algunos relatan con mucha ligereza
que la pequeña caravana cruza los ríos Negro y Limay. Quien conoce esos cursos de agua sabe
que son de muy difícil travesía por ser caudalosos todo el año y de fuerza torrencial. Todavía se
recuerda que casi un cuarto de siglo después atravesó el Río Neuquén (para obviar al Negro y
Limay) el entonces coronel Fotheringham que acompañaba las fuerzas del expedicionario General
Julio Argentino Roca. Lo hizo con varios paisanos. Penetró en las aguas tomado de la cola del
caballo y estuvo a punto de perecer. Luego se colocaría allí un monolito recordatorio del hecho.

Por un relato del propio cacique Lemunao, sabemos que después de bordear el río Negro, y
superar el río Neuquén, siguieron orillando el Limay hasta el Picún Leufú. Allí pararon en Cura
Charahuilla, los pagos de Reuque Curá, hermano de Calfucurá. Luego enfrentaron la cordillera.
Atravesaron el boquete o paso de Llaima, a 1.450 metros sobre el nivel del mar, en Lonquimay,
para salir más adelante a las rucas de Maipú (romper la tierra, o paraje de tierra cultivada), del
cacique Quilapán, a quien encuentran esperándolo en Tumen, por haber sido advertido
previamente por un mensajero.

EL CORONEL SAAVEDRA EN CAMPAÑA

El Coronel Cornelio Saavedra Rodríguez, en su sostenido avance por tierras del Arauco, ha
establecido su cuartel general a 270 kilómetros al Sur del Bío Bío, entre los ríos Tolten e Imperial
(en la desembocadura de esta arteria fluvial hoy existe un puerto llamado Saavedra). Su ejército
había dejado atrás a varias reducciones de indios pacíficos o pacificados e incluso muchos
colaboradores. Las opciones que tenían los indios no eran muchas: luchaban en forma desigual
perdiendo vidas, viviendas, ganados y sembradíos, o transaban "reduciéndose" a territorios
delimitados.

En los años de ausencia del monarca, las posiciones del Arauco habían cambiado mucho.
Numerosos fortines mostraban los avances chilenos. Estos consistían en una construcción más o
menos amplia, de barro, con techo de paja, rústica atalaya, cerco de troncos de puntas filosas y
toda la circunferencia con un ancho y profundo foso con agua, más un puente levadizo.

Pues bien, a Saavedra también le habían llegado noticias indicando que "el aventurero Orélie
Antoine viene de Argentina acompañado de un cierto número de gauchos de la misma
República...". Poco después hablaría también este militar de otros intrusos en su territorio: "los
aventureros argentinos Roberto Martínez y Eleuterio Mendoza" (Braun Menéndez, pág. 86),
presumiblemente gauchos alzados, desertores del ejército o reclamados por la justicia, de los
cuales no logramos otras informaciones.

Estos informes los menciona el Coronel Saavedra en un parlamento que cita con tres docenas de
tribus arribanas y costinas. En un primer momento ningún indio hace comentarios sobre el
particular. Poco después, invita a sus visitantes "con mucho mosto y música". Estos comprenden
que el militar lo sabe todo y confirman la entrada desde Argentina de Orélie Antoine en tierras de
Arauco, acompañado de los caciques Quilapán, Montri y Quilahueque. El primero en dar detalles
de esa situación, confesando que lo había guiado, es el mismísimo cacique Lemunao. Tiempo
después Saavedra, que también era escritor, publica su documentación en la que figura una
comunicación al Presidente General Pérez, donde le cuenta los detalles de las informaciones
obtenidas "con mucho mosto y música" (Braun Menéndez, pág. 86).

Cornelio Saavedra anuncia entonces una recompensa de "dos almudes o cutamas de pesos
fuertes" para "quien me traiga la cabeza del aventurero Orllie". En sus memorias escribirá: "El
farsante francés había llegado solo, pero como se presentase entre estos indios halagando sus ya
premeditados intentos de sublevación y ofreciéndoles próximos contingentes de buques i soldados,
aquellos habían aceptado su alianza y conducción" (Braun Menéndez, pág. 91).
MAS ARENGAS Y FORMACION DE GABINETE

Quilapán habría recibido una carta fechada el 1 de febrero de 1870, enviada por el General Pinto,
diciéndole:

"El gobierno, fatigado de esperar que los indios cumplan el pacto del 25 de setiembre último...me
ha ordenado decirte que él acuerda a los indios solamente un plazo de quince días completos, a
partir de mañana, para que me entreguen todos los cautivos españoles y los bandidos que hay
entre ellos, sin exceptuar al aventurero Orélie Antoine, que pretende hacerse nombrar rey de los
indios..." (Vergnes, pág. 165). En Perquenco, acompañado de Quilapán y otros caciques, Orélie
Antoine dice lanzar en un parlamento la siguiente arenga:

"Mi ausencia ha durado siete años y algunos meses, espacio de tiempo que ha sido desdichado
para todos; a mi regreso, los encuentro cercados por todos los costados por los chilenos; Vds. han
sufrido guerras ruinosas. Ahora debemos hacer lo posible para reparar las desgracias que hemos
experimentado. En nuestro largo y penoso viaje, he tenido numerosas entrevistas con los indios, yo
les he hecho comprender que deben unirse todos, para empujar lejos un enemigo que quiere
desposeerlos de sus propiedades y masacrarlos..." (Boiry, pág. 191).

En ese lugar y emergencia, siempre según Boiry, el monarca funda "la orden real de la Corona de
Acero", siendo los primeros en recibirla: Quilapán, Montret y Lemunao, aunque nada prueba que
éste último lo acompañara. La condecoración consiste en: "Los cuatro brazos de la cruz de la
nueva orden están terminados por una estrella, formando así la Cruz del Sur, y reunidas por una
guirnalda de roble. La medalla es toda en acero cincelado y su cinta roja es completada de un
ribete de hierro". Es inexplicable cómo pudo confeccionarlas en plena cordillera y en campamentos
de emergencia, en retirada. De ellas no quedó ningún rastro o mención en Araucanía.

Además, siguiendo su costumbre de escribir paquetes de resoluciones, el rey forma su gobierno en


el papel:

Ministro de Guerra: Quilapán,

Ministro de Asuntos Extranjeros: Montret,

Ministro del Interior: Quélaueque,

Ministro de Justicia: Calfouchanh,

Ministro de Agricultura: Marioual".

Tanto estos nombres como los textos de la arenga y la constitución de la orden real, están escritos
en francés. Tampoco parece que contara en esa oportunidad con traductor, pues vemos como
afrancesa nombres.

Mas sorprendente aún es otra realización que consigna el apologista, quien escribe: "Sin lugar a
dudas es en esta época que él (el rey) hace acuñar una primera moneda de su reino". (Boiry,
pág.195). Esto es evidentemente falso, pues si bien es cierto que existen algunas monedas
similares, estas fueron hechas en Francia, en 1874, según lo constató Braun Menéndez.

Días más tarde, estando Orélie Antoine con Quilapán, escribe el actual pretendiente: "El (el
monarca) emite a su pueblo una proclama que es una verdadera declaración de guerra a Chile. El
Rey en efecto ha intentado todo, ha buscado la armonía y la conciliación, se le ha respondido por
el combate y las emboscadas, las tentativas de asesinatos, de corrupción...". La proclama dice así:

"Nosotros, Orélie Antoine I, rey de Araucanía y Patagonia por la gracia de Dios y la Voluntad de los
pueblos del Extremo Sud;

"Considerando que las tropas chilenas violan el derecho de gentes incendiando las cosechas, las
poblaciones y tomando rehenes;

"Considerando que el presidente José Joaquín Pérez, y su ministro de la Guerra Manuel García,
violan el Derecho Internacional enviando tropas armadas sobre el territorio de un Estado que se ha
dado libremente una constitución y un soberano, para apropiarse de bienes y personas sometidas
a las leyes de ese Estado;

"Decretamos lo que sigue:

"El General Pinto, el coronel Saavedra, sus oficiales y hombres de tropa son puestos fuera de la
ley.

"Se ordena a nuestros guerreros asegurarse de sus personas y tratarlos como criminales de
derecho común.

"A esos fines, el ejército de Nuestros Estados se organizará en grupos ligeros, para compensar,
por su rapidez y movilidad, la insuficiencia del armamento que, por el momento, nos es imposible
de remediar.

"Nosotros nos mantendremos a la cabeza del combate y entre nuestros pueblos, hasta la victoria
final o la muerte;

"Dado en el Gran Cuartel General de Araucanía (¿donde?), el 19 de junio de 1870.

"Orélie Antoine I

"Para ejecución: Planchu" (Boiry 195).

Días antes, siempre de acuerdo a lo que escribe Philippe Boiry, era esperado en Araucanía el tal
Planchu, que con ese fin ya había partido de Carmen de Patagones. Todo por demás dudoso. Sin
embargo, aparece el nombre de su "ministro".

En desconfiables citas de otros panegiristas, de la que se sirve Philippe Boiry en su libro, pone en
boca de Planchu que "...El 3 de abril de 1870, parto para la Araucanía y, dos días después, estoy
con de Tounens (¿más de 1.000 kilómetros en línea recta pero muy alargados porque se deben
salvar escollos naturales como la travesía de torrentosos ríos, sólo en dos días a caballo?). Su
alegría fue grande. Lo creo...y hace una llamada refiriéndose a una "carta fechada en Monco,
Araucanía, el 31 de mayo de 1871" (Boiry, pág. 193). Las fechas tampoco coinciden ni se explican.

De todos modos, entre los mapuches no quedó ni la más mínima señal de tanta documentación
manuscrita en francés del monarca.

"LOS "VALEROSOS" COMBATES DEL MONARCA


Las autoridades chilenas han recibido varias noticias de la presencia del rey en el Arauco, pero
ningún rastro concreto entre las múltiples tribus dispersas, y Philippe Boiry, escribe que "...El
general Pinto decide enviar, bajo el comando de Sevin Arriagada, un batallón, con
recomendaciones de explicar bien a los araucanos que él no viene con la intención de combatir,
pero simplemente de capturar al rey y cortarle la cabeza".(Boiry, pág. 192).

Braun Menéndez, en base a documentación chilena, escribe en la sexta edición de su libro:

"El destacamento del comandante Muñoz emprendió la marcha el 19 de febrero y se internó en el


territorio araucano, realizando continuas incursiones, que tuvieron la virtud de atemorizar y luego
dispersar a las tribus rebeldes. Y como esta división -de acuerdo con órdenes superiores- fuese
después trasladada a la línea de Malleco, a fin de no perder las ventajas obtenidas, Saavedra
dispuso la partida de una columna bajo las órdenes del teniente coronel comandante del batallón 4
de línea, don José Domingo Amunátegui, compuesta por trescientos soldados del citado cuerpo,
cien hombres de caballería entre cívicos y veteranos, y unos cincuenta indios aliados".

"Esta segunda expedición militar completó la labor de la primera, al hacer incursión en territorio de
las tribus alzadas, arrasando sus sembrados y quemando sus rucas (casas). Como la anterior, ésta
no encontró más resistencia que la que le opusieron, con estéril audacia, algunas pequeñas
partidas.

"A pesar de la presuntuosa intimación escrita que dirigiera Orélie al general Pinto, para que éste la
hiciera llegar al supremo Gobierno -verdadero ultimátum guerrero-, las columnas militares no
hallaron ni rastros de los firmantes: se habían hecho humo..." (Braun Menéndez, pág. 89).

Como se apreciará, pese al extraordinario valor épico de los caciques y sus tribus, la definición
militar había llegado prácticamente al fin, sin producirse desde hacía tiempo, encuentros o batallas
de importancia, como tampoco golpes de sorpresa de consideración. Téngase en cuenta el
reducido número de las fuerzas militares expedicionarias, que no tropiezan con resistencia seria en
su avance. Los "millares" de guerreros de Orélie Antoine parece que no existieron o no lo
siguieron.

Para esa época, Saavedra ha tomado sin ninguna oposición la localidad de Angol, que había sido
elegida capital de su reino por el monarca. Sin embargo, el "príncipe" hace diversas citas de sus
amigos de la corte parisina en las que se relatan sin la mas mínima documentación, y sin
mencionar sitios o fechas, numerosas acciones de singular valor de Orélie Antoine al frente de sus
indios. Llama la atención que el propio Orélie Antoine, no habla en concreto de posibles combates
con su participación personal.

Por su parte, el historiador chileno Luís Vitale, es terminante: "Ninguno de los alzamientos -en que
se combinaba la guerra de guerrillas con la guerra móvil fue inspirado por Orélie Antoine...La
historia no registra ninguna acción militar o combate donde haya intervenido Orélie Antoine". Esto
lo publica Vitale con motivo de la visita de Philippe Boiry a Chile en 1989. En realidad, durante esta
permanencia del monarca en Araucanía, no se producen encuentros armados que puedan
calificarse de batallas ni tampoco se sufren bajas de consideración entre los militares.

Para ese entonces, Chile era un poder realmente sólido y decidido a integrar todo su territorio.
"Chile ya era un país serio, organizado, con mucha estabilidad política (dice Braun Menéndez en
reportaje al periodista Fernando del Corro). No es el caso de Bolivia o Perú, por ejemplo. Vd. sabe
que en los primeros 40 años de vida de Chile, hubo cuatro presidentes a razón de dos periodos
cada uno. Además tenía un ejército aguerrido como se demostró en las guerras que hubo luego en
el Pacífico, primero contra los españoles y luego contra los peruanos y los bolivianos...". Por otra
parte, los araucanos habían perdido posiciones y estaban en abismal inferioridad de armamento.
Sus lanzas de colihue ya no servían para las epopeyas que realizaron Lautaro, Caupolicán, Colo
Colo y tantos otros a través de cuatro centurias. Es decir, un siglo contra los incas venidos del
Norte y tres siglos contra los españoles.

Unos 30.000 colonialistas hispanos perdieron sus vidas, 1.000 fueron reducidos a la esclavitud, y
500 mujeres cautivas. Los araucanos, en ese tiempo, registraron 200.000 muertos. Estas cifras las
da el conocido historiador chileno Eduardo Labarca en su reciente libro "Butamalón" (en mapuche,
"la gran guerra o alzamiento").

Pero el actual "príncipe" escribe por su cuenta: "Atacado, acosado por las tropas chilenas, el rey y
su tropa combaten cuerpo a cuerpo y logran burlar la vigilancia del enemigo y pasar a través de las
redes que le han tendido... Se recuerda aun actualmente en Araucanía, los rasgos excepcionales
de la bravura física del rey (según dice haber escuchado de "un venerable sacerdote
francés")..."Se cuenta aún cómo, a la cabeza de sus caballerías, carga sin la menor vacilación a las
tropas chilenas, sable en mano hacia el enemigo...Ha vivido (el rey) en medio de tribus primitivas,
combates incesantes, en una América Latina todavía mal civilizada...el rey arriesga veinte veces su
vida combatiendo en sus filas, comprenderemos entonces lo indecente que es calificar de
"pintorescos" sus años dramáticos...seguido por una escolta de caciques, reinando de facto y de
derecho, asumiendo en los combates y a la cabeza de la nación araucana, ebria de independencia
y de amor a la libertad, su verdadera legitimidad..." (Boiry, págs.196-199). Estas menciones a la
independencia y libertad suenan a broma, pues Orélie Antoine sólo hablaba de una monarquía
constitucional pero absolutista y colonia de Francia.

EL MISTERIOSO CASO DEL "D'ENTRECASTEAUX"

Armando Braun Menéndez, en una llamada de su sexta edición publicada en 1973, hace la
siguiente aclaración al referirse al embarque de Orélie Antoine y Planchu en Inglaterra con destino
a Montevideo: "En anteriores ediciones de este trabajo di como cierto el rumor generalizado de que
su segundo viaje lo realizó Orllie a bordo del navío de guerra francés "D'Entrecasteaux", el que por
sugestiva coincidencia -ya lo veremos mas adelante- apareció navegando por las costas de Arauco
durante el tiempo que duró la estada del pretendiente en el interior. El Barón Marc de Villiers de
Terrage, en su libro "Rey sin corona" señala y a su opinión me inclino ahora- que de Tounens se
embarcó en el "Oneida", buque de la Compañía Inglesa del Pacífico (PSNC), empresa marítima
que atendía por entonces y lo haría por muchos años, el tráfico mercante entre Inglaterra y Francia
con la América del Sur. El "Oneida" terminó sus días como pontón en Punta Arenas" (Braun
Menéndez, pág. 78).

Este error inicial de Braun Menéndez ha servido a los panegiristas del monarca para hacer
múltiples especulaciones sobre un posible apoyo para sostener a Orélie Antoine, por si su aventura
ofreciera algunas posibilidades. Otro autor (en Revista "Diners") hace llegar a Orélie Antoine en
dicho barco de guerra a San Antonio, en compañía de un fantasmal secretario italiano llamado
Pietro Tappia (o Trappa). Los mismos errores, entre otros, repiten Leo Magne, Mauger de la
Brannière y Adolfo Galatoire, porque seguramente no vieron la aclaración de Braun Menéndez en
posteriores ediciones. Además, exacta repetición del error involuntario se traduce en nota de
"Clarín" del 6 de noviembre de 1966.

Cuando el monarca consigna que Planchu ha partido de Carmen de Patagones a Buenos Aires en
una "misión secreta", Philippe Boiry deduce que su tarea consistió en buscar dinero que esperaba
de Europa y trabar contacto con el "d'Entrecasteaux". "Según el escritor chileno Braun Menéndez,
es sobre el navío de guerra de la marina imperial francesa "d'Entrecasteaux" dirigiéndose hacia las
posesiones francesas de Oceanía -en consecuencia con el apoyo oficial, pero discreto, del
gobierno de Napoleón III- que los dos hombres efectúan su viaje. Ellos habrían sido
desembarcados secretamente en la ensenada de San Antonio, a cincuenta leguas de la
desembocadura del Río Negro, es decir, en Patagonia".

Boiry cita a Leo Magne cuando escribe: "Es probable que el "d'Entrecasteaux" toma a Orélie a su
bordo en Buenos Aires para desembarcarlo, 900 kilómetros mas al Sur, en la ensenada de San
Antonio, luego el navío, atravesando el estrecho de Magallanes, va a navegar a lo largo de la costa
araucana..." (Leo Magne, pág. 185).

Berta de Tabbush también da por cierto el viaje de Orélie Antoine en el "d'Entrecasteaux",


dedicándole varias páginas de imaginativa novelización. Asimismo, habla de "su compañero maltés
Pietro Angelo Trapa", de cuya existencia nadie posee pruebas.

Aunque Leo Magne confiesa que buscó sin encontrar nada oficial en el Quai d'Orsay (cancillería
francesa), las especulaciones siguen. Como no hay ninguna documentación de la vinculación del
citado navío de guerra en la expedición de Orélie Antoine, Saint Loup dice:

"Es probable que el comandante del "d'Entrecasteaux" recibió simples "instrucciones verbales" que
le permitieran sostener o abandonar al rey-aventurero según las circunstancias. Es la actitud
clásica de un gobernante en toda empresa donde su diplomacia y sus fuerzas armadas no juegan
ganadoras desde el comienzo. ¡Es evidente que con un poco más de audacia de parte del
Emperador Napoleón III, la Araucanía se convertiría en tierra del imperio!" (Boiry, pág. 186).

Todas esas suposiciones no son totalmente descabelladas porque entraban dentro de la política
colonial de Francia en esos momentos.

El rey, desde que en 1859 en La Serena dice haber hecho sus primeros contactos con un
representante del Cacique Mañil, hizo ofrecimientos fabulosos de ayuda militar a los rebeldes
araucanos. Desde miles de fusiles, cañones y barcos de guerra, hasta la posibilidad de fuerzas,
como la Legión Extranjera, o los 15 a 20.000 soldados propios que ordenó reclutar a quien designó
su Encargado de Negocios ante el Emperador francés. Nunca concretó nada.

Tanto se difundieron estos embrollos, que hasta el ya victorioso coronel Saavedra llegó a
inquietarse.

Sin darle mayor importancia en un primer momento, el jefe militar, "cuando le trajeron la nueva de
la presencia del "d'Entrecasteaux" en la costa araucana, tuvo entonces la intuición de algo extraño
que bien podía ser más que una simple coincidencia".

"Marco este detalle -escribe al ministro de guerra con el objeto de hacer notar a V.S. la extraña
coincidencia de haber recalado a las aguas del Corral, en la fecha anunciada, el conocido vapor de
guerra francés "d'Entrecasteaux", según me lo comunicó el señor Intendente de Valdivia, i que por
la importancia ulterior que ello pudiera tener, dejo consignado". De ahí que apresurara la
penetración y que aconsejara al gobierno, en nota que elevó en julio de 1870, las medidas que
considerara convenientes y seguras para concluir definitivamente la guerra de Arauco,
incorporando esa región a la vida nacional. Advierte en aquella nota que sólo asi "se cerrarían las
locas aspiraciones de cualquier aventurero extraño" que pretendiera establecer un estado
independiente dentro del territorio chileno, para lo cual "¡quién sabe si no contaría con alguna
protección que no sospechamos!...Evidentemente, expresa claros recelos de que "la tentativa de
Orllie pudiera muy bien haber servido de tanteo y de que su éxito momentáneo hubiera tal vez
motivado la intervención de la nave de guerra, que, entretanto, atisbaba el resultado de sus pasos"
(Braun Menéndez, pág. 92).

Philippe Boiry toma la versión equivocada, diciendo: "Llega un momento donde las vivas
desavenencias oponen al rey y Planchu y el soberano se ve obligado a ponerlo en estado de
incomunicado. Luego las diferencias se calman y, un buen día, el rey y su lugarteniente se ponen
de acuerdo sobre la oportunidad de retomar contacto con el "d'Entrecasteaux". La cosa aparece
por lo tanto más urgente desde que los chilenos emprenden acciones militares...los araucanos no
pueden menos que replegarse lentamente ante el invasor, organizando emboscadas. Orélie
Antoine parte, a la cabeza de una partida de cincuenta jinetes para demandar auxilios al
"d'Entrecasteaux"..."(pág. 194).

Luego de frases elogiosas a los esfuerzos y astucias del rey, cuenta el autor que la partida real
llega a la rada de Lebu, de donde el barco francés ya había levado anclas y partido. La promesa de
volver a los araucanos con mil fusiles, se desvanecía una vez más.

El monarca no mencionará nunca al "d'Entrecasteaux", pero Philippe Boiry sí, declarando en 1993
que: "...es el barco de la marina imperial que se puso a su disposición (del rey) para ir a la costa
chilena" ¡!..

TRISTE HUIDA Y REGRESO A FRANCIA

Para Orélie Antoine, militarmente las cosas no podían ir peor. Está muy solo. Los indios siguen con
sus lanzas y algunas armas de fuego tomadas a los chilenos en entreveros, pero sin municiones;
muchos hombres perdidos, aislados de sus familias, con sembrados destruídos y ganados
incautados, con los rigurosos fríos cordilleranos, en regiones altas, muy húmedas y sin alimentos.

Según los militares chilenos ya es cuestión de hacer operaciones de limpieza contra pequeños
grupos aislados y en las peores condiciones, desmoralizados por el sometimiento progresivo en el
que las tribus van siendo obligadas a caer.

"Para la óptica chilena -dice des Vergnes- el encarnizamiento que muestra el coronel Saavedra
para destruir la obra del rey francés, fue admirable". También habla de las inmensas concesiones
de tierras araucanas que el gobierno le había otorgado y que, personalmente, era dispendioso
(pág.236).

Para Orélie Antoine la situación es peor. Ya no puede ofrecer armas ni tampoco le creerían.
Simplemente habla de volver a Francia a organizar una fuerte expedición militar en acuerdo con
"mi primo el emperador Napoleón III", como repetía.

Teme por su vida, recordando que la recompensa ofrecida ahora por el Coronel Saavedra es muy
superior a la que llevó años atrás a su doméstico Morales a entregarlo. Además, ya no se trata de
detenerlo, sino de obtener su cabeza, como lo dispuso el general Pintos. No faltan algunos que ya
no creen en la victoria y desearían volver con sus familias; si es con dinero, mejor.

"El rey resolvió retirarse -según Galatoire declarando que lo hacía para evitar a los araucanos los
tremendos males que significaba la actitud de las tropas victoriosas que empleaban los recursos de
la tierra arrasada. Luego tomó contacto con el cacique Quilapán, y le declaró que tras de su
persona llegarían de Francia armas, soldados y cañones para combatir al gobierno de Chile. Pero
esa promesa nunca fue cumplida y posiblemente ello fue lo que trajo la defección de algunas tribus
desilusionadas por ese incumplimiento" (Galatoire, en "Todo es Historia").

Gerardo Mauger de la Brannière, que trata generalmente bien a Orélie Antoine, dice: "Poco
gloriosa retirada del jefe francés... Efectivamente, al enterarse del giro que tomaban las
operaciones y del precio elevado que se ofrecía por su captura, el rey, que acababa de demostrar
su incapacidad guerrera, sólo atinó a emprender la fuga. No vacilaba en abandonar a las tribus que
había incitado a alzarse, que le habían dado su confianza y que habían creído en sus palabras.
Les prometía apoyo y armas por parte de los franceses" (pág.98). Braun Menéndez, en "La
Nación" del 14 de enero 1940, habla de "atropellada fuga".

Es decir, el "valeroso" jefe huye ante la inminencia de una batalla, o desiste de continuar
personalmente una guerra de hostigamiento y desgaste. Galatoire dice que fue "derrotado antes de
combatir". ¿Y aquella promesa de luchar "hasta la victoria final o la muerte"?. Berta Tabbush dice
que su regreso es "virtualmente una fuga".

Orélie Antoine, según él mismo, va a la cordillera alta, donde está su "ministro de la guerra", el
cacique Quilapán. Trata con él el tema y decide volver a Buenos Aires, "dejándolo a cargo de la
comandancia". "El "rey sin ningún súbdito" huyó sin amagos de presentar combate", escribe el
citado historiador chileno Luis Vitale. Sale por donde había entrado, por el paso de Llaima. El jefe
indio le brinda un guía para conducirlo hasta los toldos de otro cacique amigo, Rouque Curá, luego
hasta Salinas Grandes y por fin a Bahía Blanca.

Del paso del monarca por Salinas Grandes, Boiry dice cosas incompatibles con la realidad, al
afirmar que: "Entre las personas que residen en ese momento con el cacique Calfucurá, se
encuentra el coronel Murga, con el cual él (Orélie Antoine) reanuda conocimiento...Desde Salinas
Grandes, Calfucurá lo ayuda a ganar Bahía Blanca..." (pág. 197). Ignora que, en esos momentos,
junio de 1871, Calfucurá esta violentamente maloneando por la Provincia de Buenos Aires,
perseguido por el ejército del coronel Ignacio Rivas, a quien apoyaban diversas tribus pampas, a
escasos nueve meses de la gran batalla de San Carlos, el 11 de marzo de 1872, donde el cacique
mapuche es vencido. Por esas razones de guerra, es totalmente imposible que en junio de 1871 el
coronel Murga pueda haber estado parando junto a Calfucurá en Salinas Grandes. De haberse
encontrado, debían haber luchado.

Según Philippe Boiry, Orélie Antoine escribió respecto a su partida: "Para salir de mi reino, las
dificultades y los peligros se mantienen aun mas grandes que para entrar: Será necesario obtener
el acuerdo de los jefes de tribus, pues franquear la frontera, es jugar mi cabeza..." (pág. 196).
¿Pero cómo? ¿No lo habían reconocido todos como rey?. Y Boiry agrega por su cuenta: "Pues si,
en efecto, el pudo entrar secretamente en sus Estados, con presencia entre ellos. los combates y
las batallas (sic) que él ha conducido, los actos solemnes cumplidos son conocidos tanto en
Argentina como en Chile...Deja a Plachu en el lugar, pero con consignas muy estrictas a Quilapán
de vigilarle de cerca, porque desconfía de sus iniciativas. Este reino efectivo había durado cerca de
dos años" (pág. 197). Tal lapso ya exagerado es, sin ninguna prueba, es elevado por el "príncipe"
en 1993, a 8 años (Latorre).

Si Orélie Antoine llega de Southamton a Buenos Aire s el 4 de marzo de 1869 y regresa a la capital
argentina el 2 de julio de 1871, median entre ambas fechas 28 meses. A ese tiempo debe
descontarse lo transcurrido en las largas travesías a caballo, primero hasta Azul (ida y vuelta) y
luego desde Carmen de Patagones a Chile, más las extensas estadías en las etapas y el viaje en
viaje en un pequeño barco. Esto indicaría que Orélie Antoine permaneció en Araucanía muy pocos
meses.

Y cabe preguntarse: ¿Si las actividades de Orélie Antoine son conocidas en Argentina, como dice
el "príncipe", cómo no lo detuvo esta vez el coronel Murga como lo haría dos años después al
encontrarlo en Bahía Blanca?. Lo mas probable es que no hubo un segundo encuentro entre
ambos en las Salinas Grandes, donde tampoco podía encontrarse Calfucurá.

En cuanto Orélie Antoine llega a Bahía Blanca, se embarca en el "Patagones" y desciende en


Buenos Aires el 2 de julio de 1871. Una vez en esa capital y, exhibicionista como era, prepara
largas crónicas y se encamina de inmediato a diarios tales como "La Prensa", "La Nación" y "La
Tribuna". Los dos primeros simplemente dan la noticia escueta, sin mayores comentarios, pero "la
Tribuna" ironiza preguntándose cómo el Gobierno no ha brindado el recibimiento que el monarca
se merece.

M. A. Torres Fernández (revista "Atlántida"), transcribe parte de una de esas crónicas: "Buenos
Aires hospeda en estos momentos a un rey destronado que, declarado loco antes de ahora por los
tribunales, viene hoy huyendo de sus súbditos. El famoso Orllie I, que se había dado el título de rey
de la Araucanía, y cuyas aventuras son bien conocidas, habiendo efectuado su viaje por Salinas,
de manera que este personaje ha entrado y salido de sus estados por la Puerta de la República
Argentina, pues antes de ahora pasó la cordillera por el camino de Patagones. Parece que el
gobierno nacional tiene la intención de dar a este personaje una morada regia, como la que le
brindó en otro tiempo el gobierno de Chile".

Eso de que "viene huyendo de sus súbditos" es muy probable porque los caciques alzados le
habrían exigido explicaciones sobre las prometidas armas, durante años. Con esas armas habían
contado, determinándolos a emprender un nuevo levantamiento, que les costaba muy caro en
vidas y posiciones.

Quizás la mencionada nota periodística, insinuando que el gobierno puede enviar a prisión al
monarca, le hace sentirse en peligro, embarcándose para Montevideo en el "Edward Everett".
Antes en Buenos Aires, según Mauger de la Brannière, trata de entrevistar al entonces presidente
Sarmiento que no lo recibe, en momentos en que el mandatario argentino ha creado una
administración provincial para la Patagonia y para Santa Cruz, que comprende Tierra del Fuego.

En la capital uruguaya permanece varios días, y aunque no pierde oportunidad para exhibirse, dice
sentirse nuevamente en peligro. Piensa embarcarse de regreso a Europa en el vapor inglés
"Maske Lyne", cuyo capitán Hayrby lo atiende bien. El Cónsul General de Francia, señor Doazon,
también se esmera con él.

"El representante de Estados Unidos en Montevideo -escribiría después Orélie Antoine- me ofrece
una fragata de guerra para mantenerme seguro, en espera de un barco para el Brasil o para
Europa; le agradezco momentáneamente, diciéndole que, si mi presencia en Montevideo se hace
pública, aceptaré con reconocimiento su benevolente hospitalidad. Agradezco igualmente al señor
Doazon, representante de Francia en Montevideo, que hace cuanto puede por hacerme partir"
(Boiry, pág. 197).

Al fin esta en camino para Francia, donde arriba a fines de agosto de 1871 a Marsella. La travesía
duró 32 días. Nunca más volvería a pisar tierra araucana o patagónica, aunque cruce otras dos
veces el Atlántico.

OPINION DE UN DIPLOMATICO ARGENTINO

Aunque en los archivos de la Cancillería de Buenos Aires se insiste curiosamente que no hay
antecedentes de Orélie Antoine de Tounens , gracias a la investigadora de la Universidad de
Buenos Aires, Lucila Pagliai, hemos conocido una carta de Félix Frías, ministro plenipotenciario del
gobierno argentino en Chile, dirigida a Domingo Faustino Sarmiento. Está fechada el 30 de mayo
de 1870, cuando el "rey" se encontraba en Araucanía, y refiriéndose al reciente asesinato del
gobernador de la provincia de Entre Ríos Justo José de Urquiza, escribe:

"Habría sido una vergüenza para nuestro país la impunidad de un crimen semejante; y más aún
que el delincuente se hubiera sentado en la silla misma del gobernador que asesinaba. Si el
mismo, que en todo país civilizado conduce a la horca, pudiera llevar en el nuestro al supremo
poder de una provincia, merecería ser mandado por aventureros, como el francés Orélie y no por
gente culta".

Esta mención hace pensar que Frías ya había hablado anteriormente sobre de Tounens a
Sarmiento. Y más adelante, dice:

"Temo mucho que la corte del nuevo rey caiga en la situación de mantenerse con las vacas
argentinas... y entiendo que sin quebrantar ningún principio, habría pleno derecho para prenderle y
castigarle, por lo menos como perturbados de la paz de un país vecino y amigo".

Esto de las "vacas argentinas" se relaciona con el conflicto entonces muy conocido, por el cual las
tribus "arribanas" (mapuches chilenos de la cordillera), incursionaban en las pampas argentinas
robando ganado que comerciaban en Chile. Esto le hace decir a la profesora Pagliai de que el
ministro Frías intuye, o sabe, que "el francés Orélie no es peligroso en términos de soberanía sino
en términos de contrabando... La aventura de Tounens lo convertía, para los intereses argentinos,
en un vulgar ladrón de ganado... en esta carta (Frías) trata de que la Argentina brinde su ayuda al
país "vecino y amigo" con información y, de ser posible, con alguna acción cuidadosa; de paso esta
medida de buena voluntad hacia la soberanía chilena permitiría sacar del ruedo a de Tounens en
un tema en apariencia mucho más prosaico".

BUSQUEDA DE BANQUEROS EN FRANCIA E INGLATERRA

Orélie Antoine de Tounens, como siempre, al retornar a Francia se dedica a promocionar su


persona y su proyecto. Nuevamente quiere convencer a autoridades y conciudadanos de
patrióticos beneficios comunes con su "Nueva Francia". Por supuesto, invita a "colaborar en la obra
de civilización que he emprendido... La segunda patria que todos de acuerdo crearemos, les
recompensará largamente sus sacrificios".

La situación en Francia ha cambiado mucho en los meses de ausencia del monarca. La guerra
contra Prusia había concluido con la derrota de Sedan el 1 de setiembre de 1870. El tratado de
Francfort del 10 de mayo de 1871 significó la pérdida de Alsacia y Lorena, el compromiso de una
pesada deuda de reparaciones y la cautividad de Napoleón III en Alemania, en el castillo de
Wilhelmströhe. Luego se produce la sangrienta sublevación de los comuneros que proclaman la
3a. república. Muchas heridas sin cicatrizar y en poco tiempo.

No encuentra buen ambiente sino burlas a sus expresiones. Quizás por ello decide crear medios
propios de difusión, esta vez en Marsella, a 700 kilómetros de la hostil París. En esa ciudad funda
dos periódicos de efímera vida. Uno bastante informal, "Les Pendus" (Los Ahorcados), del que
salieron sólo dos números. El otro, "La Couronne d'Acier" (La Corona de Acero), con carácter de
"Diario oficial de Araucanía", del que aparecieron pocas ediciones, la primera el 13 de enero de
1872 y la última el 16 de noviembre de ese mismo año.

En esas publicaciones vuelve a narrar sus experiencias, las características y futuro de su "Nueva
Francia", insistiendo en los llamados para reclutar colonizadores y financistas.

En setiembre de 1871, al mes de llegar a Francia, publica un folleto insólito de 31 páginas impreso
en Marsella en la imprenta de H. Seren. Allí expone el haber creado un elemento "para neutralizar
los proyectiles lanzados por las armas de fuego". Dice que el gobierno prusiano le ha pedido
comprarle su invento, y este respondió proponiendo un duelo. También incluye en su escrito cartas
a los oficiales franceses y al presidente de la república. Esta publicación no mereció más que risas
y el disparate cayó en el olvido.
El 30 de abril de 1872 lanza en un folleto de 4 páginas, una nueva suscripción por 30 millones de
francos, con un interés del 10 % anual. Con ese motivo propone una solución a los candentes
problemas sociales de Francia: "Que cada uno dé cinco francos por año, y me encargo de
desembarazarlos de todo el mundo de miembros de la Internacional, partidarios de la comuna,
comunistas y municipales...y de todos los desheredados del mundo, llevándolos a mi reino. Veo
allá un gran bien para Francia y Europa que los rechaza de su seno y también para mis estados
donde todo esta a edificar, sin impedimento de ninguna clase, de hecho, de costumbres y de
prejuicios de un mundo demasiado viejo..." (Boiry 200). ¿Con la escoria europea pensaba civilizar
la Araucanía y Patagonia?.

En carta que dirige al "Anuario Dos Mundos", expresa: "Francia ha perdido sus más ricas
posesiones de ultramar (se refiere al Quebec y Luisiana). Yo espero ofrecerle pronto una
admirablemente bien situada al Sud de la América sobre dos océanos, el Atlántico y el Pacífico,
presentando todas las condiciones de una prosperidad sin igual...Inglaterra podría ser destruída
completamente y sin embargo no dejará de existir. La raza inglesa esta repartida por todas
partes...¿Y el Portugal?, Si decae, no esta el Brasil para continuarla en su lengua y en sus
costumbres?...Se acusa a Francia que ignora los principales principios de la colonización; bien, yo
recojo el guante en su nombre y demostraré lo contrario..."

Como se verá, ya no se trata de mantener la independencia de un pueblo sino de someterlo a la


colonización que aparece teniendo "principios". Pero los principios no serían lo mas importante sino
poseer dinero para conquistar tierras, pues el monarca se las ofrece tanto a católicos franceses o
italianos como a luteranos alemanes y anglicanos británicos, o mejor dicho, a sus banqueros.

En su periódico, Orélie Antoine pide colonizadores franceses y otros europeos para su "Nueva
Francia", sin importarle la categoría o condición de los mismos, aunque sean criminales
condenados y prostitutas. Veamos cómo el pretendiente actual aprueba esa conducta para con sus
"súbditos"..."La idea no es nada mala, y buen número de colonias francesas, bajo el régimen
anterior, fueron pobladas de presidiarios y "señoritas"..." (pág. 200). ¿Admira este tipo de
"civilización europea" el "príncipe"?.

TORTUOSA CORTE REAL

Una curiosidad publicada por Orélie Antoine en "La Corona de Acero", tiene una bulliciosa
trascendencia y da motivo a que muchos se ocupen de él, pero ridiculizándolo. Firmó una nota que
tituló "Epístola de amor a las niñas casaderas de Francia y del Extranjero". Era un excéntrico aviso
matrimonial buscando una esposa. La pide "honesta, de familia respetable, saludable, de buen
carácter, inteligente, instruida y bien bella...Deberá reunir la más grande suma de cualidades
posibles para convertirse en una reina perfecta..." (Boiry 198).

"La singular "epístola de amor" recibe respuesta...Una princesa, una auténtica princesa del noble
linaje de los Romanoff, le contesta. Sigue una correspondencia asidua. La soñadora eslava,
seducida por las encendidas misivas del exótico soberano esta a punto de emprender viaje desde
su lejana y fastuosa corte y hasta le adelanta cierta ayuda económica con el objeto de restaurar la
caída monarquía. Pero al enterarse el zar Alejandro II del "epistolar" romance, le pone
bruscamente punto final." (Tabbush, pág. 296).

Se instala en París a fines de 1872. En Marsella se agotaron las posibilidades de obtener dinero en
suscripciones. Cuantos habían recibido órdenes de pago sobre el tesoro araucano le reclamaban
su efectivización. El negocio de venta de títulos y condecoraciones comenzaba a ser investigado
por la Legión de Honor. En París "vivió de expedientes, que no fueron judiciales" (Braun Menéndez
en diario "La Nación" - 14 enero 1940).
El monarca crea una nueva condecoración, la Real Orden de la Estrella del Sur, esta vez con un
diploma y una medalla. Los "costos de cancillería" o de matrícula, se cobran a los incautos. Los
estatutos fueron impresos por la editorial Alean Levy y las medallas fabricadas por la casa Lemaître
de la calle Saint Honoré.

También acuña algunas monedas, haciendo creer que circulan en Araucanía. Mostrándolas lanza
otro empréstito por intermedio de la banca Lagrange y Cía, ignorándose si resultó un negocio
demasiado productivo.

Lo cierto es que Orélie subsiste con la venta de títulos nobiliarios, monedas, suscripciones,
empréstitos, vales sobre la tesorería del reino, etc. etc. Diversos historiadores opinan que de
Tounens recurría a esos métodos para vivir, siempre con la idea fija de volver a sus ilusorias
posesiones.

Mauger de la Brannière, hablando de "los aprovechadores que rodearon al rey" dice que quien
traía un "cliente", cobraba su comisión. Narra que a una viuda bilbaína con fama de muy rica, le
acuerdan el título de "condesa de Choele Choel" pero cuando van a cobrarle descubren que está
fundida y que en esos momentos la desalojaban de su palacio.

En la corte real en el exilio se suceden designaciones de todo tipo, algunas de ministros que se
superponen con anteriores nombramientos, incluso de caciques fantasmales. El cargo de Gran
Chambelán le fue adjudicado a un señor llamado José A. de la Rosa (o Joseph Rosa), judío de
origen griego que se llenó de "honores" hasta para regalar y revender. Ya venía luciendo un
resonante y falso título de príncipe de Maurocordato y otro de duque de Rosemburg. Orélie Antoine
lo hizo duque de San Valentín.

Se dedica bastante a la vida pública, exhibiéndose en paseos y lugares de moda, en los grandes
bulevares y sus cafés donde concurrían famosos de la época. Es por entonces que traba relación
con un personaje que le será temporariamente útil, tanto por su pluma de periodista como por sus
influencias. Ha sido cónsul de Francia. Su nombre: Mahon de Monhagan, quien juega su
reputación con una serie de artículos, que luego reúne en un folleto titulado "El Rey de Arauco",
extremadamente elogioso para el ya ridiculizado monarca. En una de sus notas trata de justificar el
muy conocido aviso matrimonial, pero sin lograrlo. Tanto la adhesión del periodista, como su
colaboración, pronto desaparecen, pues el monarca es incontrolable, provocando más burlas de la
prensa. "Le Figaro" le dedica crueles ironías. "Se ríe de todo en Francia -escribe Mahon de
Monaghan- es una verdad pasada al estado de axioma".

REAPARICION Y MUERTE DE PLANCHU

En esa época le llegan al rey enojosas noticias del olvidado Antoine Planchu. Este, de
representante de Orélie Antoine, pretende transformarse en su sucesor en Araucanía, escribiendo:

"Estoy a la cabeza de los asuntos y he entrado en la vía de la paz. Fundé un estado de cosas
provisorias, esperando, si puedo abrir comunicaciones, fundar un gobierno sobre bases sólidas.
Trabajo para la civilización de los indios. He estado dos veces en la guerra y he salido bastante
airoso. Negocio en este momento la paz y, si puedo arribar a un buen resultado, todo irá bien; el
país es muy rico en minas de oro y plata, en frutos; la tierra es muy fértil; las lanas, el sebo y el
cuero son objetos de comercio muy brillantes" (Boiry, pág. 200).

El rey, impotente desde París, dice quitarle su representación y amenaza al "desleal Planchu". Sus
furias se calman cuando le llega un ejemplar del "Mercurio" de Chile, fechado 2 de julio de 1872.
Allí encuentra la siguiente noticia: "El intendente de Valdivia acaba de recibir una nota del
subdelegado de San José, por la cual le informa que vienen de encontrar en el río Humufidi un
francés que pasaba por ministro de Orélie, y se ha ahogado queriendo vadear el río. Del examen
de sus papeles, resulta que este individuo se llama Antoine Planchu...Se ha encontrado sobre él
una carta, fechada el 9 de julio de 1869, proveniente de su padre, quien le anuncia la remisión de
10.000 francos, que deben serle pagados por una casa de Buenos Aires, y anunciándole el envío
de dos muestras de fusiles, sobre los 2.000 que están listos para él..." (Boiry, pág. 200). Cae el
telón para el insólito Planchu que, al parecer, pretendió hacerse un lugar propio entre los indios,
también ofreciendo armas.

Sobre las circunstancias de la muerte de Planchú, Boiry plantea dudas: "Habiendo sido encontrado
su caballo sano y salvo y todos sus papeles recogidos, es probable que fuera simplemente tirado al
agua...Pero por quién? Por parte de los chilenos? Un ejecutor araucano del Rey? Nadie lo sabrá
sin duda jamás..." (pág. 201).

BANQUERO SIN ESCRUPULOS Y REACCION CHILENA

"Y como nunca falta en la historia de una aventura -escribe Braun Menéndez- un banquero
condescendiente y sin escrúpulos, a éste lo encontrará de Tounens en Londres, en la persona de
Jacob Michaël, con quien celebró contrato "para la emisión de un empréstito que iba a asegurar a
su empresa los elementos materiales de que había menester" (pág. 99). Interviene en los
contratos, en representación del monarca, su agente en Londres, un tal J. M. de Almeida, caballero
de industria que se da el título araucano de vizconde de Palma". Este acuerdo para lanzar el
empréstito, es difundido ampliamente en "Le Gaulois", reproducido en diversos medios franceses y
tiene repercusión en Londres, en especial en el "Pal Mall Gazette". El tema da que hablar y
promete cierta aceptación del público.

"Respecto de estas negociaciones -escribe Adolfo José Galatoire- se han hecho publicaciones
totalmente antagónicas, pues para sus simpatizantes, las acciones de Orélie Antoine merecen la
admiración que despiertan los actos de hombres de valor; y para sus detractores, no solamente
Orélie Antoine I mismo no es más que un aventurero audaz, sino que todos los que le rodearon o
apoyaron también lo eran" (Pág.115).

Jacob Michaël y el propio de Tounens, inician tratos para que la conocida Banca Rothschild
intervenga en la colocación del empréstito en Francia, pero nada llegaría a concretarse. Lo mismo
hace en varios países.

La aventura había comenzado bien. Orélie Antoine estaba en boca de todos como el monarca de
"Nueva Francia" bajo la protección del gobierno de París. Se hizo público que Jacob Michaël
negociaba contratos con empresas navieras para fletar dos barcos con hombres, equipos y
armamentos a Araucanía. Hasta se difundieron los nombres de dos navíos ingleses: "The Pride of
the Ocean" y "The Aurora".

Orélie Antoine está desbordante de felicidad porque la prensa, hasta "Le Figaro", se ocupa de él.
Se luce por todas partes y adquiere cierta notoriedad y respetabilidad que hasta ese momento
nunca había logrado, a pesar de todos sus esfuerzos. Lo reconocen por la calle y los grandes
restaurantes se honran en atenderlo gratis.

EFECTIVA PROTESTA DIPLOMATICA CHILENA

El ministro plenipotenciario de Chile, señor Alberto Blest Gana (como lo hiciera en Londres),
presenta nuevas quejas muy enérgicas ante el gobierno francés y difunde una violenta nota que
publican varios medios y en especial "Le Gaulois". Este diario venía ponderando la creación de
"Nueva Francia" y alentaba las suscripciones del empréstito, sin dejar de lamentar que hubiera sido
convenido en Londres en lugar de París.

"La Araucanía -decía el diplomático- es una provincia de Chile, enclavada en el territorio de ese
Estado, provincia sobre la cual Chile ejerce efectivamente su jurisdicción...todo individuo que, en
violación de las leyes chilenas vaya a Araucanía, será tratado como pirata...(habla de) la
circunstanciada y formal denuncia de los planes del consorcio Orélie Antoine de Tounens-
MonhagganMichaël...para apoderarse de una fracción del territorio chileno". Asimismo, la
embajada chilena estimula el inicio de acciones judiciales contra la firma Nociles, Carter y Cía. que
comienza a promocionar la venta de títulos del empréstito para formar la colonia "Nueva Francia".

No era la primera vez que el gobierno de Chile protestaba ante el francés por dejar correr
versiones tan delicadas sobre la situación en su Arauco y los pretendidos "derechos" de de
Tounens. El Quai d'Orsay, la cancillería en París, respondió restándole importancia a la cuestión de
fondo. Pero el representante chileno insistió con otras comunicaciones y las autoridades francesas
lo autorizaron a expresarse libremente en los diarios. Aseguraba que su gobierno "estaba resuelto
a considerar como filibustero a todo expedicionario que, procedente de Inglaterra o Francia y
cualquiera que fuese su nacionalidad, se presentase en actitud hostíl en nuestras costas y fuese
aprehendido en flagrante violación de nuestras leyes".

Es curioso, pero no se registra ninguna reacción de los diplomáticos de Buenos Aires sobre esta
cuestión, ni solos ni acompañando a sus colegas chilenos. Esa sorprendente actitud da pie para
que los adoradores de la corte de fantasía, insistan hasta hoy, en hablar de la "indiferencia
argentina" como si nunca hubiera tenido interés en reclamar para defender su Patagonia. En la
cancillería de Santiago están registradas las intervenciones de Brest Gana, pero en la capital del
plata nadie sabe nada. Si ha habido condenas al pretendido príncipe francés actual en su viaje de
1989, estas se originaron, debe destacarse, en medios indígenas y en el periodismo.

Más de un siglo después, en 1979, el "príncipe" Philippe" refuta aquellas argumentaciones,


escribiendo: "El señor Alberto Brest Gana no carece, sin embargo, de audacia. La Araucanía
pertenece tan poco a Chile como a la Argentina en 1873, que se deberá esperar 30 años, en 1903,
para que un arbitraje del rey de Inglaterra, decidido por el Tribunal de la Haya, estableciese las
fronteras exactas entre los dos países que se han repartido, en fin, el reino de Orélie Antoine..."
(Pág. 212)

La enérgica protesta-advertencia de Blest Gana echó por tierra el proyecto. El dinero dejó de llegar
a manos de Orélie Antoine y su "Corte". También fue demoledor que la policía allanara el domicilio
del monarca en París, porque una compradora de bonos se sentía estafada. Todo lo programado
fracasó. Las autoridades prohibieron la salida de la expedición, según de la Brannière (pag. 112).

Sin el menor resultado positivo, Orélie Antoine publica otro folleto más, de 40 páginas, con
peregrinas objeciones a los argumentos de la diplomacia chilena (Lachaud - París 1873).

"A fines de 1873 la policía detiene a Giraud, primer ministro (de Orélie Antoine), por estafa, tráfico
de influencias y condecoraciones fraudulentas...El "príncipe" Scanderberg esta prófugo y resulta
ser un estafador de nombre del Prato, que ha purgado 10 años de prisión en Nápoles...El "príncipe"
Ostanik der Marcariants había sido criado por la asistencia pública (asilo)...El "príncipe" marroquí
Abdallah el Guenneori se llamaba en realidad Gory, un policía expulsado...El rey de los Mosquitos
había nacido en Faubourg Saint Antoine, cortada de la Bonne-Graine...El conde de Bustelli había
igualmente tomado la fuga. Bajo el nombre de Bustelli, acaba de salir de prisión...Condenados:
Mahon de Monagan y Jiménez de la Rosa, por complicidad en extorsión de fondos..." (Raspail,
pág. 290).
No obstante lo aseverado por Philippe Boiry, éste cambia el libreto después de publicado su libro.
En un reportaje acordado a la periodista y escritora Alicia Dujovne Ortíz, publicado en el diario "Río
Negro", en 1979, dijo que el monarca "desechó" ofrecimientos de apoyo financiero para su
empresa de Gran Bretaña y Alemania.

Por ese entonces, para colmo de desgracias, de Tounens se entera de la muerte de su madre y de
que el Crédit Foncier ha ejecutado las hipotecas sobre los bienes de su familia que garantizaban el
crédito con cuyos fondos financió su primer viaje a Araucanía. Como el responsable de la deuda es
su hermano mayor Jean, a éste lo demanda su cuñado Mouneyx, colocándolo en difícil situación.

Lo que queda en el misterio es qué pasó con las numerosas acciones que fueron vendidas.

A pesar del nuevo desastre, Orélie Antoine no se aquieta. Al contrario, renueva sus esfuerzos. Ya
famoso, aunque tristemente, logra convencer a la banca Cordier y Cía. de París, asociada a la
empresa armadora Quesnel, de Le Havre, y a la agencia naviera (¿argentina?) Corti y Rivas, y
consigue algún dinero. Con esos fondos, cuyo monto se desconoce, pero que no debió ser
considerable, el monarca comienza a organizar apresuradamente la tercera expedición a "sus"
estados.

Siguiente Capítulo: TERCER VIAJE VIA BUENOS AIRES

PRIMERAS NOTICIAS DEL REINO DE ARAUCANIA Y PATAGONIA EL NACIMIENTO DE UN "REY" SEGUNDA ENTRADA DE
DIEZ DIAS EN EL ARAUCO A ARAUCANIA VIA BUENOS AIRES TERCER VIAJE VIA BUENOS AIRES EL REY ACHILLE I Y
SU FANTASIOSA BIOGRAFIA EL REY ANTOINE II LAS LEYES FRANCESAS Y LAS ORDENES DE CABALLERIA DE
INGLATERRA INVITAN AL "PRINCIPE" A ARGENTINA Y CHILE BIBLIOGRAFIA

CAPÍTULO V

TERCER VIAJE VIA BUENOS AIRES

En abril de 1874 lo tenemos de nuevo a Orélie Antoine de Tounens en viaje a "América". Otra vez
ha elegido la ruta de Buenos Aires sostenido por la banca Nicolas Cordier, de París. El año anterior
ha muerto en un dorado exilio en Londres el destronado emperador Napoleón III, pero la tercera
república francesa no renuncia al colonialismo, sino todo lo contrario.

No se conocen detalles de las condiciones acordadas entre el monarca y sus financistas. Estos le
pusieron laderos con suficientes facultades para tomar determinaciones y manejar con firmeza los
fondos, que habrían sido muy reducidos. La expedición la conforma el "rey" apareciendo con el
nombre de Jean Prat, unas veces como comerciante y otras como empleado de la banca Cordier.
Para no ser reconocido, se ha recortado cabellera y barba. Alguien dice que se había sacado
totalmente la barba y usaba anteojos negros. Es acompañado por el "barón" Henri de Coëllu,
representante de los financistas, y el oficial de la marina mercante Jules Peuchot, presentado en
esta historia como "sobrecargo". Ambos son flamantes nobles araucanos. Según Galatoire (pág.
122), el "conde" Peuchot "será quien dirija las operaciones militares cuando llegue el momento. El
llamado barón Henri de Coëllu, nacido en San Petersburgo, luce otro título de nobleza de dudoso
origen, que no figura en los registros rusos.

Se presentan como comerciantes que van a instalar una factoría en Bahía Unión. Pese a esos
detalles, no se sabe el nombre del barco en que arribaron a Montevideo, ni las fechas de salida y
llegada. Todas las informaciones que da el actual pretendiente, se las agradece a su amigo, el
"doctor" Norberto de Castro y Tosi, un costarricense radicado en París, que por su contribución y
"servicios" al trono mereció el título de conde de Charrabal y ser miembro de la Academia de Altos
Estudios Araucanos. Citándolo, cree que da veracidad a sus argumentaciones, "a quien debemos
el estudio mas completo de esta tentativa".

Por esa época el rey no tiene la menor información de lo que pasa en Araucanía. Allí -según dice-
dejó a cargo al ministro de Guerra cacique Quilapán, a quien ahora dice Presidente del Consejo de
Regencia, y estaría instalado en Perquenco, en la cordillera, que llama "capital del reino". Ya no es
mas Angol, caída en poder de los militares chilenos, "sin ninguna resistencia" como diría una
información oficial del Coronel Saavedra.

De paso, dice Boeryque el entonces presidente de Chile, don Federico Errázuriz Zañartu, a quien
califica de liberal-radical y anticlerical, ha sido excomulgado por el arzobispo de Santiago
monseñor Valdivieso y que las autoridades de Santiago se encuentran ocupadas en planes de
expansión hacia el Norte, en perjuicio de Perú y Bolivia.

Hablando de los derechos siempre repetidos sobre los estados del monarca, de Castro y Tosi
menciona que sólo cuatro años después de este viaje, en enero de 1878, Argentina y Chile
firmarían el primer tratado de límites sobre la Patagonia, reprochando que esas repúblicas traten
de disponer así de "la costa atlántica de Araucanía" (¡!).

Siempre según la misma fuente, sin precisarse fecha, los viajeros arriban a Montevideo. Allí los
espera un "avanzado" que se integra al grupo. Este, un joven parisino de 25 años, llamado Joseph
M. Ferdinand Simonnet, vino en octubre del año anterior de 1873.

Aparecen asi colaboraciones de Antonio y Pablo Claraz, por intermedio de la sociedad Corti y Riva.
Se embarcan en la goleta "Pampita", cuyo capitán y propietario es Lorenzo Macarello, con domicilio
en calle 25 de Mayo 98 de Buenos Aires. Frente a esta ciudad, "los cuatro hombres se quedan
varios días a bordo -por prudencia?- (sic) y luego desembarcan en la capital argentina, donde se
instalan en el Hotel de la Paz" (Boiry, pag.218).

La primer fecha precisa es el 21 de mayo de 1874, día en que el grupo se traslada a otra
embarcación, para llevar a tierra la carga, que consiste en "sus maletas, cajas de objetos para uso
personal, víveres, provisiones y 3 cajas de armas y municiones" (Boiry, pág. 118). Según Leo
Magne (pág. 146) y lo repite André des Verges, en la carga había una cantidad de monedas
acuñadas con el escudo del rey.

LA EXPEDICION TERMINA EN BAHIA BLANCA

El 31 de mayo llegan a Bahía Blanca. Orélie Antoine se hospeda solo y los otros tres en Naposta,
en la casa de Jorge Claraz (emparentado con Antonio y Pablo Claraz de Buenos Aires). El
monarca se instala en otro sitio porque en el viaje anterior ha tratado a Claraz y teme ser
reconocido.
Mientras los acompañantes hacen "tratativas secretas", se quejaría tiempo después el monarca:
"Desgraciadamente aún, para la empresa y para mi, los banqueros (de París) han enviado dos
agentes que disponen de todo. Ellos administran los fondos y dirigen mal la operación, sin saber
que me comprometen...". Evidentemente el curioso barón de Coëllu ha tenido contactos frecuentes
o amables con el ahora coronel Julián Murga, porque existe una carta en que el primero le pide
prestado un coche a caballos, agregando en la misiva saludos cordiales a la esposa del militar.

Desde Bahía Blanca, según Galatoire (pág. 123), Orélie Antoine "inicia gestiones para tomar
contacto con los indígenas, recorriendo a caballo la región y logrando que se efectúe una primera
reunión de nativos en el lugar denominado Huachamapú...comienza una agitación inusitada en las
tribus de Percundo, Leuvuco, Gradichandihue y Caleovú, que no pasa desapercibida a los
comandantes de los fortines...". Estas aseveraciones indocumentadas, originarias de Castro y Tosi.
Además, nada prueba que el monarca se haya movido, y menos a tan grandes distancias, por
tratarse Bahía Blanca de un fuerte con controles estrictos.

El grupo esta en la ciudad del primero al 20 de junio de 1874, donde Orélie Antoine no se oculta y
se pasea exhibiendo su raro aspecto, llamando la atención en ese medio pequeño. Esto lo pierde.
Lo reconoce a su paso por la calle Corrientes el mismísimo coronel Murga, quien lo viera años
atrás en la tribu de Calfucurá en Choele Choel, cuando estaba allí el cacique araucano Lemunao.
Después de aquel encuentro en la isla, Murga se entera de las andanzas en Chile del "loco
francés", relatándole el caso a su amigo de la infancia el general Lucio V. Mansilla. Este excelente
narrador y humorista, al escribir su famoso libro "Una Excursión a los Indios Ranqueles", misión
que efectuara en 1870, y ante el antecedente, bromea con la idea de proclamarse emperador de
los ranqueles: "¡Escuchad la palabra de la experiencia; hazte proclamar y coronar emperador! Imita
a Aurelio I. Tienes un nombre romano; Lucius Victorius imperator, sonará bien al oído de la
multitud".

DETENCION DE ORELIE ANTOINE DE TOUNENS

El 21 de junio, el coronel Murga hace arrestar al monarca por intermedio del comisario de policía
Melchor Gil, comunicándole la medida al comandante de frontera de Bahía Blanca. Pero el barón
de Coëllu testimonia en el sentido que la persona detenida es Jean Prat que, como ella dice, ha
olvidado su pasaporte en Buenos Aires. Esto lo expone ante el sargento mayor (jerarquía hoy
inexistente que equivalía antes a jefe de estado mayor) Felipe Caronti, a cargo del expediente
sobre: "Sumario instruido para establecer la identidad de la persona de Juan Prat que se supone
ser (Orllie I), Antonio Tounens Périgueux" (sic). Este documento, fechado el 25 de junio de 1874,
se conserva, junto a varios otros sobre el paso del monarca por la ciudad, en la Biblioteca Popular
"Bernardino Rivadavia" de Bahía Blanca.

Orélie Antoine es dejado en libertad, pero queda incomunicado en su lugar de residencia, con la
casa rodeada por el subteniente Salvador Correa de la Guardia Nacional. Mientras tanto, el barón
de Coëllu continua intercediendo por su compañero. Pero la investigación sigue y debe testimoniar
tanto él como Jules Peuchot y Joseph Simonnet. Todos ratifican la identidad de Jean Prat, como
tal. Orélie Antoine lo hace diciendo ser de 40 años, cuando en verdad tiene entonces 49. Como
explicación de su situación, expresa: "en otra ocasión hubo quien me tomó por ese señor, lo que
hace suponer que se parece mucho a mi".

También declara el soldado Ezequiel Montiel, que había estado con Murga en su encuentro de
Choele Choel en 1871 y alli conoció al rey. Otro llamado a testimoniar fue el francés Esteban
Delrieux, quien en el paso anterior de de Tounens por Bahía Blanca se había hospedado en su
casa. Si bien el monarca y sus acompañantes hablan solo de Jean Prat, el soldado Montiel esta
seguro que se trata de Orélie Antoine. En cuanto al francés Delrieux no lo reconoce abiertamente.
El monarca, con su incontrolable manía de escribidor, envía protestas al coronel Murga y al
Ministro Plenipotenciario de Francia en Buenos Aires. En esas cartas evidencia la altanería propia
de su obsesión principesca.

El coronel Murga no parece dudar y ordena al grupo partir para Carmen de Patagones en el mismo
"Pampita", indicando al capitán-propietario Lorenzo Mascarello que al llegar a destino se ponga a
disposición del teniente coronel Bosch. A partir de ese momento hay muchos vacíos en la
documentación existente y el 17 de julio nos encontramos de nuevo con Orélie Antoine preso en
Buenos Aires en la cárcel de Chibildo, (según Philippe Boiry). El "príncipe", quizás confunde
Chibildo en lugar de Cabildo, donde había una prisión.

Esta detención la describe tiempo después muy escuetamente el monarca: "Un oficial me hace
poner hierros en los pies; se me retiene incomunicado cincuenta y dos días y cuatro meses y
medio en prisión. Se me acusa de haber atentado contra la soberanía de dos repúblicas. Es
completamente falso. Felizmente para mi, el caso esta en manos de un magistrado honesto,
Andrés Ugarriza, quien me hace justicia reconociendo que yo no he violado ninguna ley de la
República Argentina y ordena mi puesta en libertad...". Lamentablemente en el archivo judicial d e
Buenos Aires ha sido imposible localizar antecedente alguno de esta causa. Tampoco hay nada en
Cancillería ni la Policía.

Aquí tropezamos con algo incomprensible: ¿Cómo Orélie Antoine puede estar preso durante más
de seis meses, para encontrarse en París a mediados de setiembre, si fue detenido en Bahía
Blanca el 21 de junio?.

En los diarios de Buenos Aires, de 1874, si encontramos algunas pistas. "La Nación" del 21 de julio
se hace eco de una información de otro medio de la tarde ("La Tribuna"), consigna: "Sin pompa y
sin ruido ha desembarcado esta mañana en nuestro puerto, S.A. el Rey de los Araucanos, el
célebre Orélie I. Su majestad trataba de pasar a sus dominios cruzando la Patagonia. Más hete
aquí que las autoridades nacionales. sin respeto alguno por su real estirpe, se le echaron encima y
considerándolo peligroso para la seguridad de la república, juzgaron prudente enviarlo a esta
ciudad con una buena escolta.

"No habiéndose recibido con anticipación aviso de su próxima llegada, no se había preparado
alojamiento alguno, digno de tan augusto monarca, así que por lo pronto se le ha tenido que dar
una modesta habitación en el cuartel del Retiro."

El 30 de julio, "La Tribuna" dice: "Ha sido puesto a disposición del juez federal en lo criminal, para
que sea procesado por orden del gobierno nacional, el supuesto rey de Araucanía y Patagonia,
Aurelio I. Este individuo se encuentra preso en el cuartel del Retiro. Se ha remitido a ese juzgado el
equipaje y correspondencia detenidos a dicho individuo en Patagonia, donde fue reducido a
prisión, al pretender internarse en la Patagonia".

El 31 de julio "La Nación" informa: "Ha sido sometido a la justicia federal el individuo Aurelio
Antonio, titulado rey de la Araucanía y Patagonia, como dijimos, este individuo se encuentra preso
en el cuartel del Retiro desde hace algunos días".

El 8 de agosto de 1874, "La Tribuna" informa: "El gobierno nacional ha resuelto ceder a los
individuos que acompañaban al titulado rey de Araucanía, varias tierras ubicadas en el punto
denominado Colorado, al Norete del Río Negro, con el objeto de que establezcan allí una nueva
colonia, como lo han prometido al gobierno".

El diario "La Nación" dice el 13 de agosto: "El fiscal del juzgado nacional, a quien había pasado la
causa de este célebre aventurero, se ha expedido en la vista que le fue conferida. Poco más o
menos son éstos los términos en que se ha expedido: "El indicado detenido bajo el nombre de
Juan Prat es el célebre aventurero francés que ha dado en llamarse rey de las Araucanía y
Patagonia, con el título pomposo de Aurelio I y que ha intentado públicamente en Europa organizar
expediciones, para conquistar sus pretendidos dominios en la Patagonia y en el Sur de Chile.

"Hace algunos años fue hecho prisionero por las autoridades chilenas, combatiendo a la cabeza de
los indios araucanos, fue juzgado y condenado a presidio, siendo luego desterrado por
interposición del ministro francés, según se ha visto publicado en la prensa chilena por
considerársele afectado de enajenación mental.

"El fiscal pide que s e lleve adelante el sumario, a fin de averiguar los propósitos y conocer las
ambiciones que dominan en su manía de llamarse rey, a Mr. Aurelio Prat.

"Hoy a la una fue conducido desde el cuartel del Retiro, al juzgado nacional, con el objeto de
prestar declaración".

Por último, el 25 de agosto, bajo el título de "El Rey Antonio", "La Nación" dice: "El juez federal se
ha dirigido al señor ministro de Relaciones Exteriores, pidiéndole todos los antecedentes que tenga
del rey Antoine".

"Como este señor ha negado ser él el rey de Araucanía, el juzgado nacional hizo venir de
Patagonia a un presidiario que lo conoce desde mucho tiempo atrás.

"Al verlo exclamó: "Este e s el titulado rey de los Araucanos. Este es quien en una invasión que
llevó a Chile con varios millares de indios (?) asesinó a un hermano mio. Por último, si se duda de
lo que digo, levántenle el bigote y le descubrirán un gran lunar que lleva oculto. Asi se hizo y el
lunar apareció. El rey esta perdido!".

Y aqui termina la documentación localizada. Quedamos intrigados por saber cómo terminó este
juicio, por no haber visto el material que pudo acumularse en la causa. Otra vez sin detalles ni
fechas, debemos suponer que Orélie Antoine fue liberado por enfermo mental, como ocurrió en
Chile, y puesto a cargo del consulado de Francia para su repatriación por caridad. Del "barón" de
Coëllu que participara de esta aventura hasta Bahía Blanca, y que incurriera en falso testimonio, no
hay datos sobre su destino.

Lo que queda claro es que el grupo no llevaba armas ni monedas araucanas, porque hubieran sido
incautadas. El "conde-doctor" esta desmentido, como quienes lo han citado con carácter de
"investigador".

NUEVO "EXILIO" REAL EN FRANCIA

Orélie Antoine de Tounens se encuentra de nuevo en su país, donde varios biógrafos dicen que
llegó a mediados de setiembre de 1874.

Con su habitual agresividad autopromocional, intercalando un breve paso por Tourtoirac, frecuenta
con insistencia las redacciones de diarios para explicar su posición y expresar los agravios sufridos
por la arbitrariedad de las autoridades argentinas sin razones para atentar contra los derechos de
los indígenas, y suyos propios, en territorios "ajenos a otra soberanía ni posesión efectiva". La
embajada argentina en París, no registra ninguna reacción.
Agotadas las posibilidades de insistir sobre su último viaje, sus padeceres y derechos, Orélie
Antoine vuelve a caer en graves problemas económicos, con la persecución implacable de sus
acreedores.

En ese momento encuentra un "salvador" en la persona de un sujeto sainetesco del cual


hablaremos en extenso posteriormente. Bástenos decir por ahora que ese señor, Gustave Achille
Laviarde, el 31 de enero de 1874, a cambio de paliarle apremiantes necesidades a Orélie Antoine
de Tounens, se hace acordar "dignidades". ¡Ya veremos cómo!. Por ahora, Laviarde queda en
París con los títulos de príncipe de Aucas y duque de Kialeou (entre otros), y el cargo de teniente
general del reino.

Con magras asignaciones por parte de Laviarde, de Tounens viaja a Londres. Sigue pensando que
se encuentran en Inglaterra sus mayores posibilidades de regresar con éxito a Araucanía y
Patagonia, en base a considerables aportes financieros y la disposición de una fuerza militar que,
en caso necesario, disuada (o enfrente) a los ejércitos de Argentina y Chile.

La Francia "ingrata" no esta tampoco en condiciones de comprometerse en su aventura. No se


reponen gobernantes ni ciudadanos de la derrota de 1871 ante los germanos. Además sus
ejércitos están muy entretenidos en defender posesiones en el golfo de Tomkin, en Cochinchina.
La tercera república, sin amenguar los tradicionales afanes colonialistas, no mira hacia América.
Ha perdido Quebec en 1763 por cesión obligada a Inglaterra, la Luisiana fue vendida a Estados
Unidos por 80 millones de francos, la sangrienta aventura mexicana aun no cicatriza, como
tampoco cicatriza el fracasado intento rioplatense.

El rey pasa más o menos un año en la capital del Imperio Británico. Esta larga estada en el exterior
de su país es desconocida, sin documentación que la explique en sus detalles. Vuelve el monarca
a París. Su "sucesor" es indiferente a sus necesidades para vivir y para sostener la corte que ha
formado con el objeto de mantener la ficción y respetabilidad de rey en "pasajero exilio" y preparar
un retorno triunfal a sus territorios.

UNA CORTE SIN MILAGROS

Mientras su "protector" Laviarde cómodamente, Orélie Antoine ocupa un destartalado


departamento en la calle Lafayette, cerca de la Opera. Allí vive en una pequeña habitación al lado
de la "sala del trono", compuesta por algunas lastimosas sillas apoyadas contra las paredes de un
reducido cuarto y un lamentable sillón real. "Daba recepciones mas o menos ridículas en una salita
donde cabían 20 personas; vendía diplomas con títulos de nobleza...", escribe González Arrili. "Se
concedían audiencias a los fieles y allí acudían las visitas, los aventureros de toda laya, algunos
curiosos y sobre todo los innumerables acreedores" (Braun Menéndez "La Nación" 14 enero 1940).

Rodea a de Tounens un grupo de aventureros sin escrúpulos, sin ideales, de nacionalidades


imprecisas, que inventan los recursos mas insólitos para rapiñar a la sombra del monarca.
Especulan con la atracción como curiosidad que inspira en algunos ingenuos franceses y
extranjeros. Posee diversos "ministros", títulos que otorga para complacer a todos. Hasta uno de
bellas artes, otro de correos y de transportes.

Se han adherido naturalmente allí, como ocurre en la actualidad en diversos lugares del mundo,
donde muchos otros falsos nobles o aspirantes a sucesiones ficticias, se nuclean para el mutuo
bombo y explotación de incautos. Hoy en día también puede verse una variada gama de
"pretendientes" enfrentados a verdaderos y otros falsos, que reclaman las coronas de países
grandes y chicos, casi sin exceptuarse ninguno en Europa. Una mezcla de mitómanos y
delincuentes.
Los ocupantes de la corte de la calle Lafayette, hacían entonces emisiones caprichosas de
monedas, que ingenuos coleccionistas adquirían. Lo mismo se hacía con medallas y objetos
diciendo que provenían del exótico extremo del continente americano, difundiendo inventadas
leyendas sobre sus desconocidos habitantes, lugares, riquezas, etc. etc. Por esa época le
rechazan nuevamente al monarca su pedido de serle concedida la legión de honor. Baja sus
pretensiones solicitando la orden al mérito agrícola y vuelve a fracasar en el intento.

A más de vender títulos de nobleza, el monarca los discernía a acreedores y a quienes le


simpatizaban. A veces a aquellos que le invitaban asiduamente a comer, como es el caso probado
del jóven inglés Edouard Michaël, quien por entonces estudiaba en París y tenía sólo 21 años. Era
hijo del banquero británico Jacob Michaël con quien Orélie Antoine conviniera un ambicioso
empréstito para la tercera expedición. Pues bien, este muchacho resultó "barón de Belgrano".
Nadie se explica de dónde proviene la inspiración de ese nombre ni araucano ni patagónico. Este
caso está lejos de ser una excepción.

Años atrás Orélie Antoine había procedido de igual forma en París, cuando era recibido en los
grandes salones sociales e intelectuales como un personaje raro que "brillaba" asistiendo a tenidas
frívolas. En una de esas fiestas elegantes, Jean Raspail, ironizando, pone en boca del monarca:
"Esa noche hice, vaso en mano, más de treinta condes, duques, marqueses y barones. Había
desplegado sobre mis rodillas una gran carta marina de la Patagonia fueguina. Distribuí mis islas
desiertas en feudos. Navarino, Santa Inés, Dawson, Camden, Evangelista, Hoste, Wollaston,
Lennox, Picton, Nueva...¿Al anuncio de mi muerte, quién, entre ellos, se acordará todavía...?".

Al menos en esa oportunidad el rey recurre a una carta marina para ubicar sitios para quienes hará
nobles, pero en otros momentos él, como muy especialmente sus sucesores, han inventado
nombres o equivocado otros. La policía y los tribunales deben interesarse, en más de una ocasión,
en las actividades de la corte, con trascendencia periodística.

Un personaje solemnemente ridículo hacía de introductor de candidatos a esquilmar. Era el ya


citado "gran Chambelán", duque (araucano) y "príncipe" de Maurocordato Antonio Giménez de la
Rosa. Braun Menéndez intentó investigar sobre él en París: "Su tarjeta de visita, extraída con
alarde frente al más pequeño desdén o provocación, llevaba debajo del nombre este título
inquietante: "¡Duque de San Valentín!; miembro de la Universidad de Esmirna y de varias
instituciones científicas" (instituciones cuyos nombres omitiría en obsequio de la brevedad).
Mediante esa "mise en scène" se mantenía la ficción monárquica, lo que permitía a su vez cazar
ingenuos, a costa de los cuales se alimentaba el real presupuesto" (pág. 109).

"El rey da conferencias públicas pero la indiferencia que inspira es tal que logra apenas reunir una
decena de auditores. Los ingresos son flacos y la miseria profunda. Sus acreedores lo presionan
con crueldad hasta perseguirlo en correccional bajo la inculpación de estafa" (Leo Magne, págs.
149-150).

El 8 de setiembre de 1875, Orélie Antoine funda la real orden de la Constelación del Sur. Se
amplían así los bienes para negociar. Pero la noticia, dada a los diarios, se presta a notas
burlonas. De ellas Philippe Boiry hace una ligera referencia diciendo: "Cruel artículo del "Gaulois"",
dice. Pero el monarca no se aviene a reinar sólo en la calle Lafayette y sueña (como desde niño
hasta su muerte) en ser un rey de verdad.

Piensa entonces en un cuarto viaje a sus estados. Y allí descubre, ante todo, la deslealtad e
insinceridad de sus cortesanos. Ninguno se presta a acompañarlo. Nadie cree en él ni en su reino
y sus riquezas.
CUARTO Y ULTIMO VIAJE DE ORELIE ANTOINE A AMERICA

La situación de Orélie Antoine es insostenible en París. Laviarde no lo ayuda, pero, para sacárselo
de encima, es probable que haya aportado algo para la postrer "expedición" del monarca. Mauger
de la Brannière, sin aportar pruebas, dice que lo acompaña a Buenos Aires "su primo Achille",
donde se quedó en un hotel (pág. 140).

El monarca habría traído como acompañante a un misterioso "valet-secretario" cuyo nombre no se


ubica ni se sabe hasta cuando exactamente siguió los pasos del rey, al que pronto se verá solitario.
En este tramo de la historia, nuevamente aparecen lagunas informativas y debemos atenernos a lo
escrito posteriormente por el propio rey hasta que su vida en Buenos Aires se hace pública. No
sabemos con exactitud de dónde sale, la fecha ni el nombre del barco. De este sólo cuenta alguna
malhadada peripecia, como el robo de su equipaje, que recupera después, aunque en un principio
él y su acompañante son detenidos como responsables.

Es posible que el viaje se inicie a principios de 1876 y "probablemente" en el vapor "Douro",


partiendo de Southampton. Orélie Antoine nos cuenta que su objetivo era instalarse en la isla de
Choele Choel, en medio del Río Negro, que sigue creyendo frontera entre los indígenas y la
Argentina. Se supone que llegan a Montevideo y desde allí parten a Buenos Aires en un velero,
donde viaja "disfrazado de gaucho", según Simon de Schryver, uno de los curiosos historiadores
del reino, muy citado por el "príncipe". Siguiendo a ese autor, una vez en la capital argentina (de
nuevo en el Hotel de la Paz), pronto inicia viaje al Sur integrándose a una caravana de
comerciantes en cueros.

"Arribado a Azul -siempre según Schryver- compra un caballo, abandona a sus compañeros de
viaje y, bravamente, solo, penetra en las pampas...Después de haber corrido peligros sin nombre,
vencer dificultades infrahumanas, sufrir privaciones de toda suerte, el rey entra al fin en su reino". Y
sigue fantaseando sin dar más precisiones ni sus fuentes, que tampoco provienen de su principal
actor.

"Un gran consejo secreto tiene lugar; se decide que la isla de Chouelchel (sic) sobre el río Negro,
será ofrecida a los argentinos, a condición de que ella sirva de estación de entrada y salida de
mercaderías de los dos estados. Por esta convención, los indios acarician la idea de poder
comunicarse con otros países y hacerse enviar armas." (Boiry, pág. 228).

Estas afirmaciones se contradicen incluso con el propio Orélie Antoine, quien en ningún momento
dice haber llegado a Choele Choel ni a ninguna población más allá de Azul, ésta a 270 kilómetros
al Sur de Buenos Aires, faltándole 550 kilómetros más, y a caballo, para arribar a Carmen de
Patagones. Según Galatoire, el objeto de viajar a Azul era "para tomar contacto con gente amiga",
pero nada indica que las tuviera en ese lugar.

"Después de tantas desgracias -dice el monarca me dirijo al gobierno argentino para solicitarle
establecerme en la isla Chuolechel (sic), sobre el río Limay (debería decir Río Negro), donde haré
pasar los elementos de la civilización a los indios, mantenerlos en sus tierras e impedirles hacer
incursiones sobre territorio argentino. El gobierno reconocería que yo podría brindarle esos
grandes servicios, y posiblemente me daría la autorización pedida. Pero, para colmo de infortunios,
caigo gravemente enfermo" (Boiry, pág. 228).

Con respecto a dicho trámite, dice Galatoire: "Es muy posible que tal solicitud no haya sido ni
considerada, pues las tierras que se otorgaban no llegaban todavía hasta ese lugar, pues la
conquista del desierto por el General Julio Argentino Roca (1879) que llegó hasta el Limay, no se
había producido todavía. Es evidente que este pedido de Orélie se debió al propósito de tomar
contacto con sus viejos amigos indígenas y con el Cacique Calfucurá, ignorando que éste último
estaba en muy buenas relaciones (entonces) con las autoridades argentinas" (pág. 131). Aquí se
confunde Galatoire, porque Calfucurá había muerto en 1873, siendo sucedido por su hijo
Namuncurá.

En cambio Raspail pone en duda que Orélie Antoine saliera para el Sur. "Embarcó (dice en
reportaje a Latorre) en un barco de inmigrantes, en clase de pobres, y luego de haber errado en
Buenos Aires, se lo encontró casi muerto de hambre, en el arroyo. Fue repatriado sanitario".

Berta de Tabbush, evidentemente novelando, escribe que Orélie Antoine hace este viaje en
compañía de Joseph Simonnet, a quien reencontrara poco ante en París, viviendo con él insólitas
aventuras. A ambos los dice llegados a Colorado, desde donde el rey sigue solo a caballo hasta
Choele Choel. Allí, pasa "varias semanas", se siente enfermo y parte con unos indios que se
dirigen a Buenos Aires. Pero en Azul los indígenas le dan dinero para continuar viaje en diligencia.
"Toda su fortuna -dice- se reduce a la ropa que lleva puesta".

¿DONDE PRETENDIA IR ORELIE ANTOINE?

Aquí debemos detenernos un momento para preguntarnos dónde pretendía ir Orélie Antoine en su
alocada cabalgata cuando, como se le atribuye haber dicho, se dirigía al Sur. ¿A quién pensaba
contactar?. Porque las fuerzas gubernamentales, desde la derrota de Calfucurá en 1872, habían
ocupado Choele Choel y Salinas Grandes, y Namuncurá estaba en Neuquén.

Tampoco Orélie Antoine podía pretender encontrarse con el cacique ranquel Pincén, aun rebelde,
por ser éste fundamentalmente contrario a los mapuches, a quienes consideraba "invasores". Por
tales razones era imposible imaginar que aceptara un rey de Araucanía, del cual, por otra parte, no
tuvo nunca la menor idea de su existencia. Además, por ese entonces, Pincén era temido por sus
peligrosos y rápidos desplazamientos pero carecía de terreno estable propio. Era un guerrero
obligado a ser nómade condenado dramática y fatalmente a ser destruído por el ejército, muy
superior desde todo punto de vista, que ya disponía de ametralladoras, telégrafo y ferrocarril. El
bravo Pincén no tenía armas ni posibilidades de recibirlas. Tampoco las quería, pues despreciaba
los pertrechos modernos y sólo confiaba en sus lanzas. Pero, además, Pincén nunca había
conocido al "rey" y era enemigo de los araucanos.

Otra variante imposible sería suponer que Orélie Antoine pensara cruzar el río Negro e internarse
en tierras tehuelches. Allí también el gran cacique Casimiro estaba ya aliado al gobierno de
Buenos Aires, con el grado de coronel y encargado de reprimir a los araucanos, de los cuales fue
un eterno rival.

Entonces, ¿dónde iba el monarca?. Solo y sin siquiera la compañía de un baquiano o un


lenguaraz. Evidentemente era una locura su marcha hacia el Sur. Estaba muy mal (o nada)
informado de la real situación. Aún suponiendo que las autoridades de Buenos Aires le otorgaran la
ocupación de la isla Choele Choel, de qué le serviría si esa posición estaba totalmente
desconectada de los araucanos refugiados y dispersos en las regiones montañosas del lejano
Neuquén.

De todos modos, era demencial suponer que al gobierno le interesara crearse un problema
innecesario instalando un "rey" en Choele Choel, cuando por no representar a nadie no podía
prestarle utilidad alguna, ni como probable colonizador rural, por ser insolvente y desacreditado.

EL MONARCA ENFERMO GRAVE EN BUENOS AIRES


A raíz de la enfermedad del monarca, volvemos a encontrar documentación sobre sus pasos. Se lo
ubica en Buenos Aires cuando el 21 de octubre de 1876, ingresa en el hospital francés como
"enfermo indigente". Su caso clínico obtiene publicidad, no sólo por tratarse del curioso monarca,
sino porque le hacen una operación divulgada en medios médicos por su originalidad en esos
momentos: fue el primer ano artificial local.

Orélie Antoine es operado el 7 de noviembre a raíz de una seria obstrucción intestinal provocada
por un cáncer de colon, cuando su estado se consideraba de "extrema gravedad". Se lucen en la
emergencia los doctores Quinche, Duchesnois y Lafitzondo. La primer noticia periodística que
encontramos sobre esta cuestión es publicada por el diario "La Tribuna" el 9 de noviembre, bajo el
título de "El rey de Araucanía!". Allí se lee: "El señor Orélie Antoine, más conocido con el nombre
de Rey de Araucanía, se encuentra agonizando en el Hospital Francés de esta ciudad. Los
esfuerzos que ha hecho esta persona para establecer una colonia en el Río Negro, han sido
coronados con resultados negativos".

Al día siguiente (10 de noviembre), "La Nación" expresa: "Hemos dado noticias que el pretendido
monarca de Araucanía se encontraba enfermo en el Hospital Francés. Hoy tenemos el placer de
comunicar que el estado de su enfermedad no implica ya peligro. Es probable que dentro de muy
pocos días se encuentre restablecido completamente."

Esa misma tarde, "La Tribuna" dice: "El señor Antoine, conde de Tonnes (sic), conocido por Aurelio
I Rey de Araucanía, actualmente en el Hospital Francés en cura de una grave enfermedad, ha sido
operado por los doctores Duchesnois, Quinche y Lafitsondo. En esta operación peligra su vida; se
le avisó que se preparase, no aceptó cloroformo y soportó la operación con mucho coraje;
actualmente se halla mejor."

La edición de "La Tribuna" correspondiente a los días 11, 12 y 14 de noviembre, vuelve sobre el
tema, titulando "Más sobre el Rey de Araucanía", donde dice: "Este personaje que se encuentra
enfermo en el Hospital Francés, se halla ya mejorado.

"Aurelio Antonio tiene 49 años de edad, y todavía conserva en su rostro la frescura de la juventud,
a pesar de los inconvenientes de que fue protagonista, durante los 20 años que ha vivido en
Araucanía y Patagonia (sic), y las prisiones sufridas por orden de los gobiernos de Chile y de la
República Argentina.

"Se dice que cuando se encuentre completamente restablecido, nuestro gobierno piensa nombrarlo
comisionado cerca de la tribu indígena que habita el sur de esta Provincia."

Sería ilógico suponer que el gobierno pensara formularle tal ofrecimiento, no ya por las razones
expresadas anteriormente, sino porque no podía ignorar su enfermedad incurable, que lo llevaría a
la tumba meses después. ¿Habrá sido una información proveniente del propio Orélie Antoine que
haya expresado así sus deseos?.

PEDIDO DE SUSCRIPCION DESDE EL HOSPITAL

Entre los días 12 y 13 de enero, los diarios "El Nacional", "La Tribuna", "La Prensa" y "La Nación",
por lo que hemos visto, publican una carta de pedido de ayuda de Orélie Antoine a "mis amigos".
Desde su cama de enfermo la ha enviado con una misma frase de introducción a cada director: "Le
quedaré agradecido si inserta en su respetable diario el llamado siguiente".
"El Nacional" (12 de enero), antes de transcribir el texto, bajo el titular de "La voz de un
desgraciado", comenta: "Abierto nuestro corazón a toda voz doliente que demande auxilio,
publicamos en seguida la carta que nos dirige el señor de Tounens, pidiendo la cooperación de sus
amigos, para poder realizar un viaje a su patria, que a tal estado ha llegado, quien soñó tal vez,
ceñir sus sienes con una corona. Contrastes de la suerte!".

"La Prensa", también el 12 de enero de 1877, dice: "El conocido Aurelio Antonio de Tounens, a
quien la prensa del Plata ha llamado muchas veces rey de Araucanía y Patagonia, se encuentra
actualmente casi imposibilitado por completo a consecuencia de la enfermedad penosa que le ha
aquejado últimamente. Ha pasado bastante tiempo en el Hospital Francés. Parece que trata de
regresar a Francia a cuyo efecto ha iniciado una suscripción para proporcionarse los auxilios
necesarios. Los franceses deben interesarse por su compañero desvalido".

"La Nación" (13 de enero), precede la nota con unos renglones que, bajo el título de "La súplica de
un desgraciado", expresa: "La carta que publicamos a continuación encierra un llamado a la
caridad que seguramente no será desoído. por nuestra parte hacemos votos para que cuanto
antes, el despreciado ex-rey de Araucanía, señor de Tounens, vea realizado su natural deseo de
regresar al suelo patrio.

"Siquiera por lo que ha dado que hablar y por los malos ratos que se le han proporcionado de vez
en cuando, ya sea teniéndolo en la tipa por largos meses, o haciéndolo expedicionar al lejano Sur
cuando se hallaba más muerto que vivo en un hotel de esta ciudad (?). Siquiera por todo eso debe
ayudársele hoy que el pobre hombre, vencido, postrado, sin fuerzas y sin recursos y menos feliz
que aquel sabio rey que supo conservar su corona para venderla o empeñarla en caso de apuro,
que tiende a la santa caridad una mano suplicante. Lo que se pide es poco, y bastarían muy pocos
esfuerzos de sus compatriotas y demás personas que se interesan en tan humanitaria obra para
que en breves días quede terminada."

He aquí la carta:

"A mis amigos y a aquellos que no son indiferentes a las desgracias de un obrero de la civilización
hoy inválido.

"Todo el mundo me conoce, al menos por mis nombres, Orelio Antonio. Son conocidos también
mis contratiempos y mi infortunio. Para colmo de desgracias, el 5 de julio último pasado caí
gravemente enfermo. El 22 de octubre entré al Hospital Francés donde estoy todavía. El 7 de
noviembre último estaba agonizando, me hicieron una operación que me salvó la vida, pero la
enfermedad y la cicatriz me dejan inválido por el resto de mi vida, y estoy en la imposibilidad de
trabajar.

"Yo desearía ir a Francia, pero estoy sin recursos. En presencia de este gran infortunio y dolorosa
situación, tengo el honor de dirigirme a mis amigos, y a aquellos que no son indiferentes a las
desgracias de un obrero del progreso, que ha sacrificado 18 años de su vida para llevar la
civilización a los Araucanos, suplicándoles me ayuden por medio de una suscripción.

"A los que me quieren ayudar les suplico se dirijan a la librería de los señores Igon Hnos. libreros
editores, calle Bolívar número 60, 62 y 64, que han tenido la bondad de encargarse de la
suscripción.

"Recibid señor Director la seguridad de mi consideración más distinguida. Buenos Aires, enero 6
de 1977."

(firmado) Príncipe O. A. de Tounens


No sabemos qué suerte corrió esta suscripción, pero Orélie Antoine es dado de alta en el hospital
el 26 de enero de 1877 para ser repatriado en el buque "Paraná" con destino a Bordeaux. Lleva
consigo su historia clínica en la que se aconseja una segunda operación considerada
"indispensable".

El capitán Varangaz brinda a Orélie Antoine atenciones especiales para hacerle menos ingrata la
travesía. A este le confiesa con dolor que "¡nunca mas podré cabalgar!", lo que significaba mucho
para él. En el viaje su estado desmejora y al arribar es llevado directamente al hospital Saint André
de Bordeaux.

PENOSA AGONIA Y MUERTE DE TOUNENS

El estado físico del monarca se deterioraba visiblemente, encontrándose además en la mayor


indigencia. Su "sucesor", el dudosamente rico Gustave Achille Laviarde hacía tiempo que lo había
abandonado. Sin embargo, le brindan compañía y ayuda algunos personajes sensibles a las
desgracias del hombre que durante casi veinte años ha alentado la idea de una colonia más para
su país, "Nueva Francia", y que creyó en su condición de rey y civilizador. En cierta medida, una
locura más o menos clínica y emotivamente explicable.

A pesar de su enfermedad, de Tounens escribe desde su lecho un folleto de 55 páginas sobre


Araucanía, referido a sus costumbres y lengua, publicado por Féret et Fils en Bordeaux. El rey, en
dolorosa situación, decide lanzar un llamado a la "caridad pública" para sobrellevar sus últimos
meses de vida. Sabe que tiene cáncer.

Envía patéticos llamados por medio de la prensa que comprende su desdicha sostiniéndolo con
notas de simpatía y hasta enviando contribuciones. Es el caso de "La Guienne", "La Gironde", y
"L'Ami du Peuple". Le hacen aportes ciertas instituciones patrióticas y de beneficencia. La Cámara
de Procuradores de Francia, a la cual escribió, le entrega 500 francos.

La nota dirigida a los diarios es conmovedora: "...En mis expediciones -dice- he gastado todos mis
bienes; me encuentro sin un rincón de tierra para retirarme, sin una choza para abrigarme, sin
recursos y sin podérmelos procurar por un trabajo cualquiera. En esta dolorosa situación es que
tengo el honor de dirigirme a aquellos que no son indiferentes a las desdichas de un pionero de la
civilización, para rogarles venir en mi ayuda por medio de una suscripción..."(Boiry, pág. 233). El
Cardenal Donnet, arzobispo de Bordeaux, lo visita en varias oportunidades y, según Leo Magne
(pág.151), encabeza la suscripción que, como lo dijera el diario "La Gironde", produce la suma de
3.519,25 francos.

Los médicos que lo asisten, coincidiendo con los argentinos, creen indispensable una nueva
intervención quirúrgica, pero Orélie Antoine se opone. Deja el hospital y se traslada a Tourtoirac, a
5 kilómetros de Chourgnac, en la Dordogne. Philippe Boiry dice que es hospedado en casa de su
sobrino Jean (llamado Adrien), carnicero y dedicado al comercio de ganado en pequeña escala,
cuya situación no es nada holgada. Lo cierto es que los parientes no quieren ni acordarse de quien
los llevó a la pérdida total de los escasos bienes del conjunto familiar. Mauger de la Brannière
escribe que los últimos meses de su existencia, Orélie Antoine "vivía en una piecita amueblada que
alquilaba en la casa de una viuda modesta y ya anciana". Es muy probable.

Solo, sin visitas, vive pobremente. Diversos escritores, como Adolfo José Galatoire, dicen que en
los meses anteriores a su muerte, Orélie Antoine sobrevivió con un modesto empleo municipal.
Afirman que su trabajo era de humildísimo lamparero (encendía y apagaba los faroles de
iluminación callejero).

Entre muchas otras fantasías que nutren la leyenda, se llega a extremos. Tal es el caso de Rómulo
Quintana (en revista "El Hogar"), diciendo que Orélie Antoine murió de hambre en el umbral de una
casa del barrio de Clichy en París y que, "según el médico que practicó la autopsia, no ingería
alimentos desde hacía una semana".

Orélie Antoine muere el 17 de setiembre de 1878 en el hospital de Tourtoirac sin "ningún pariente
presente" (de la Brannière, pág. 145). Como dice Jean Raspail, que le demuestra simpatía, fue a la
tierra sin ninguno de cuantos lucraron a su costa y aún lucen títulos de nobleza por él otorgados. Ni
Gustave Achille Laviarde, lleno de principados y ducados, se acordó de él en sus últimos penosos
días.

"Cuando de Tounens ve aproximarse su fin, nos escribe el cura de Tourtoirac, mi predecesor tiene
la felicidad de ver despierta su fe cristiana. De Tounens había

reclamado los socorros de la religión y antes de presentarse delante de Dios, recibió los
sacramentos de la Iglesia" (Philippe Descoux, citado por Leo Magne, pág. 151)

El sepelio fue costeado por la caridad municipal, pues nadie de la "familia real", los numerosos de
Tounens, quisieron asistir al entierro ni hacerse cargo de los gastos. Tampoco asistió amigo
alguno. En principio, como suele ocurrir en esos casos, estaba destinado a la fosa común, pero a
último momento se optó, simplemente por ahorro de esfuerzos, ponerlo en una tumba vulgar
abierta y abandonada, portado por obreros sepultureros.

El Consejo Municipal de Tourtoirac, en 1937 y a pedido de algunos intelectuales que simpatizaban


con su figura quijotesca, hace construir un modesto monumento, consistente en una cruz de piedra
con la inscripción: "Aquí reposa Tounens Orélie Antoine I, Rey de Araucanía y Patagonia". Al
respecto, André Maurois, en el prefacio al libro de Leo Magne (pág. 13), dice que, cuando la
comuna "decide hacer esculpir (la lápida), el trabajo fue confiado a un tallador de piedra del lugar
que, no teniendo experiencia de coronas, toma un juego de cartas y copia la del rey de corazones.
No es éste un mal símbolo. El pobre Antoine de Tounens tuvo el corazón de un hombre del mundo,
pero el destino le distribuyó malas cartas y, cuando al fin retorna a ser rey, no es más que una
lápida".

Durante el medio siglo posterior a su muerte, la tumba quedó abandonada por familiares y
usufructuarios. Nadie se ocupó de honrar o dignificar su postrer morada. Hoy, en la Guía Michelin
de turismo, se señala la recomendación de visitar en Tourtoirac "la tumba del rey de Araucanía".

Como si fueran pocas todas las intrigas atribuidas a la azarosa vida de Orélie Antoine, André des
Vergnes encontró una más. Dice que en 1901 el "sucesor" Achille recibió una carta de su amigo
Octave Fallardeau ("noble" cortesano), de Rochefort sur Mer, en la que transcribe unos párrafos
que le escribiera monseñor Auger Billiards, expresándole: "...Lo felicito mi bien querido Fallardeau,
de hacer entrar al Rey Achille al areópago del cristianismo francés: "Orélie I, Rey de Araucanía, me
hizo comendador y conde de Lalma, porque le hice abjurar como francmasón...los francmasones
chilenos, celosos de ver al rey católico sacarles la Patagonia, envenenaron limpiamente a ese
verdadero gran hombre muerto en santo, al regresar a Francia" (pág. 209). Luego el mismo autor
agrega: "La tesis del envenenamiento por los chilenos, es admisible, si no probable, pero no existe
ninguna prueba y por otra parte, no hay ninguna razón para tomársela sólo con los masones. El
conde de Moulin-Peuillet, piensa como nosotros. Se trataba de una época en que las relaciones de
la Iglesia y las logias estaban extremadamente tensas y descorteses...se comportaban como gatos
y perros..." (pág.209).
REQUIEM Y LEYENDA

Orélie Antoine de Tounens es ya una leyenda que tomó forma y se divulgó, ante todo, por su
propia actividad promocional.

Con el esforzado viaje de Carmen de Patagones al interior de Araucanía demostró resistencia y


temeridad. Nunca habló de cansancio ni de abandonar su quimera, pese a los fracasos y las
burlas, la miseria y aún las enfermedades. Hasta soportó que su emperador Napoleón III ironizara
llamándolo "príncipe sin principado".

Sin embargo, nada de ello quiere decir que se aprueben sus intenciones de establecer una vasta
colonia francesa en el extremo sur del continente, que Argentina y Chile la reivindicaban. Es cierto
que los indígenas tenían -y tienen- legítimos derechos a sus tierras despojadas en nombre de la
civilización. Pero esta es otra historia que espera justicia a ambos lados de Los Andes.

Es verdad que las autoridades de Santiago y Buenos Aires no tenían el dominio efectivo de toda la
Araucanía y Patagonia en su dilatado interior y en su precordillera, pero sí poseían una presencia
efectiva en las costas, con diversos puertos y poblaciones, algunos desde la época colonial, siglos
atrás.

Los chilenos habían fundado Punta Arenas en el extremo austral en 1847, o sea 21 años antes que
viajara por primera vez de Tounens, a más de 2.000 kilómetros de la llamada frontera terrestre del
río Bío Bío. Por su parte, Argentina estaba en igual situación en cuanto al dominio real de sus
costas atlánticas y pronto -como Chile con el Arauco- extendería esa soberanía efectiva a toda la
Patagonia, aunque aún haya grandes extensiones despobladas, pero en paz, bajo control.

En 1869, George Chaworth Musters visita la isla Pavón, a 450 kilómetros de Punta Arenas, en el
extremo sur argentino, encontrando allí al capitán Luis Piedrabuena, quien a las órdenes de
Buenos Aires ejerce el control de la pesca en el Atlántico Sur (Musters, pág. 48).

Cuenta también el citado explorador inglés, que un amigo en Malvinas, el señor Dean, "opinaba
que era casi seguro que encontrara yo a Don Luis (Piedrabuena) en el estrecho de Magallanes, y
que éste pondría en juego gustosamente su influencia con los indios para que pudiera realizar yo
mi proyectado viaje" (pág. 48). Asimismo consigna que el capitán Piedrabuena tenía una factoría
en la Isla del Medio, sobre el río Santa Cruz. En rigor de verdad, hay más leyenda que historia.
Según Raspail, "la gran aventura de Tounens, en suma, es sobre todo en Francia que se
juega...él habló demasiado, en especial a la prensa; se hizo un personaje célebre. Pero, si
bien célebre, se burlaron de él", y agrega: "Estuve en 1951 en la Argentina para una gran
expedición. Vi mapuches y estuve en Araucanía chilena. Conocía ya la historia y pregunté a
los indios si conocían a Tounens: No, ellos no habían jamás oído hablar de él" (Latorre).

Aún en vida de Orélie Antoine, se compuso un himno en su honor. Su autor fue Guillermo Frick, un
terrateniente chileno de origen prusiano, que fuera amigo de Bismarck. "La obra -escribe Raspail-
fue interpretada en un único concierto costeado por Frick en Valparaíso, el 8 de agosto de 1864,
ante la incredulidad general, no suscitando más que risas. Caído en el olvido y perdido (el himno),
ha sido encontrado en los archivos nacionales de Chile. En cuanto a Guillermo Frick, amigo de la
infancia de Bismarck, es un original talento de vida inteligente. Su voluminosa correspondencia con
Bismarck está por ser publicada en Santiago de Chile" (pág. 212). Esto lo decía en 1981.

El cine argentino también se ha ocupado de Orélie Antoine con "La Película del Rey" del laureado
realizador Carlos Sorín, con libreto del brillante autor Jorge Goldenberg. Esta obra, estrenada en
1986, cosechó los mayores galardones nacionales y otros internacionales, como el León de Plata
de Venecia y el Goya de España, en los festivales de Biarritz, Valladolid, La Habana, etc. etc. La
televisión francesa adaptó el conocido libro de Jean Raspail, "Moi, Antoine de Tounens, roi de
Patagonie".

Hubo otro film argentino inconcluso bajo guión de Jorge Goldenberg y dirección de Juan Fresan.
"El film, según la revista "Diners", prometía -promete, si se tiene en cuenta el material logrado- uno
de los buceos más fascinantes en la realidad latinoamericana. La primera parte consiste en
reportajes y una entrevista al actual Rey de Araucanía, el falso príncipe Philippe Antoine de Boiry
(sic), quien también se dice descendiente de Carlomagno".

"No hace mucho -escribe André des Vergnes en su libro aparecido en 1979- los mapuches fueron
la punta de lanza de la revolución del Presidente Salvador Allende. Este se interesa vivamente en
la monarquía franco-araucana-patagónica y ha nombrado una comisión para realizar un gran film
sobre el tema". (?)

El monarca tuvo por lo menos un poeta panegirista, el belga Francois Picard. Escribió el "poema"
titulado "L'Araucanie et Patagonie".

En teatro se han montado varias piezas. La última que conocemos, en la Universidad de Chile en
1989. Unos 35 años antes, el famoso actor trágico italiano Ernesto Rossi, caracterizó en las tablas
a Orélie Antoine.

En 1991 apareció en Buenos Aires un libro ilustrado de Carlos Schlaen, con abundantes dibujos,
imaginativo y simpático, titulado "Orllie - La viva imágen del rey de la Patagonia".

Todo este material escrito o filmado se irá reproduciendo, aumentando las deformaciones de la
verdadera historia. Esto no tendría mayor importancia ni consecuencias si no surgieran personas y
asociaciones de aprovechados para especular y delinquir. Guillermo Tell, por ejemplo, cuya
existencia y sus posibles luchas son improbables, no afecta si su leyenda se amplía o modifica,
pues nadie se considera su heredero ni reclama blasones o privilegios por ello, ni menos un reino.

El caso de Orélie Antoine podría ser lo mismo y extenderse por siglos como atractivo para grandes
y chicos, de no pretenderse inventar una dinastía fantasiosa que usufructúa, a fines del siglo XX,
de cuanto se escriba o diga sobre el tema, sin que sean ajenas las razones económicas
disfrazadas tras un falso manto de filantropía o apego a tradiciones de conveniencia y, usurpando
identidades. La "estafa moral". Peor aún, esconden sólo en parte, un peligroso oportunismo
político.

Y resulta que escritores serios, como el caso de Clemente Onelli ("Trepando Los Andes"), se
hacen eco de ciertas fabulaciones, que otros citan, como por ejemplo Daniel A. Del Pino. Ambos lo
hacen de buena fe. Cuenta Onelli que utilizó de baqueano en la Patagonia a un marsellés de
apellido Poivre, d, que dice: "había desembarcado en 1875 en Punta Arenas, cubierto de fierro de
pies a cabeza, como un guerrero antiguo, e iba acompañando a Su Majestad Aurelio I, rey de
Patagonia y de Araucanía..." (pág. 176). En esta historia nada encaja con la verdad, ni los
nombres, ni los lugares ni las fechas.

Aquiles D. Ygobone, más objetivo, en su libro "La Epopeya Patagónica", no puede dejar de
mencionar a Orélie Antoine. Le dedica poco más de una página, diciendo entre otras cosas, sin
confirmar en ningún momento su reinado:

"La Patagonia fue siempre señuelo de aventureros. La ignota inmensidad de sus horizontes con los
misterios que dejaban entrever las narraciones de los exploradores que se atrevían a internarse en
su soledad, fue una invitación constante y fascinadora para todos los ilusos que eran atrapados por
ansias de nuevas y emocionantes aventuras. A principios del siglo XIX, cuando aún el indio
mantenía su posición firme para detener el avance de la civilización y asaltaba las poblaciones que
se aventuraban hacia la región meridional, la Patagonia fue escenario de otros propósitos que
tienen ciertos aspectos pintorescos...

"Cabe mencionar la actitud de aquel descabellado ciudadano francés, Aurelio Antonio Tounens,
alias el "príncipe" de Tounens, que bajo el título augusto de Orllie-Antoine Ier, quiso erigirse en rey
a mediados de octubre de 1860 "rey francés"- de la Araucanía y Patagonia en un reino
imaginario...En cuanto a la Patagonia, el aventurero no le atribuía importancia porque entendía que
esa inmensa extensión territorial carecía de riquezas. Su tentativa concluyó en la cárcel..."
(págs.121-122).

PRECURSORES Y SEGUIDORES DE ORELIE ANTOINE

Las enormes extensiones patagónicas han desvelado las imaginaciones más frondosas con planes
delirantes. ¿No pensó Richard Williams en un "Reino de Dios" en Tierra del Fuego?. ¿No se habló
repetidas veces de la Patagonia, sin conocerla, como una posibilidad de reunir allí a minorías
errantes? De estas ideas o frases tiradas al viento se han hecho elucubraciones disparatadas.

Varias leyendas se localizan en ese vasto territorio casi despoblado, donde había (y hay) enormes
estancias o propiedades que algunos de sus dueños prolongaban con otras también propias del
lado opuesto de la cordillera, en Chile, prestándose a todo tipo de especulaciones fantasiosas.

¿No hace ya casi medio siglo que se habla y escribe sobre un tesoro de los nazis que habría
llegado en submarinos con altos jerarcas prófugos y estaría en algún lugar del Sur?

¿Cuántas veces se habló, y lamentablemente en serio, por provenir la versión de alocadas


"investigaciones" de servicios secretos, que los chinos en épocas de Mao Tse Tung preparaban un
desembarco armado en la Patagonia en complicidad con políticos argentinos?

Desde hace varios siglos se habla también de un supuesto reino que habrían formado náufragos
de la escuadra de Brower, donde había un holandés y un negro que se hicieron cacique sy
encabezaban malones.

La leyenda de la Ciudad de los Césares afiebró ambiciones por siglos, hasta llevar a tragedias, y
vinieron a buscarla de todas las latitudes. Pedro Calvo, el español condenado por ladrón en Lima y
se radicó entre los indígenas incas del Norte chileno, donde fue recibido "como enviado del cielo",
convirtiéndose en gran cacique en el siglo XVI. El "Rey Bohorques" (o Pedro Chamizo), un
tramposo anbdaluz que a mediados del siglo XVII nucleó millares de indígenas d e Chile y
Argentina formando una temida fuerza.

El inglés Dictionary of National Biography, llama "Rey de la Patagonia" al explorador británico


George Chaworth Musterss, aquel amigo de Casimiro, el cacique vendió el Estrecho de Magallanes
a un comerciante que cobraba peaje.

Y entre muchos más, uno de este siglo, Julio Popper, que llegó a tener un ejército propio y emitir
monedas de oro con su nombre en Tierra del Fuego.

REFLEXIONES DE ANDRE MAUROIS

André Maurois, dice: "Entre los triunfos y los sarcasmos, no hay más que el estrecho espacio de
una chance. Si Antoine de Tounens hubiera sido sostenido por Napoleón III, lo que no podía ser
nada imposible, si la opinión pública francesa hubiera tomado en serio su proyecto, podría ser que
él fundara, como lo había soñado, una Nueva Francia...Pero Orélie Antoine vino demasiado tarde,
al momento que ya la Argentina y Chile estaban bastante fuertes para aplicar una Doctrina Monroe
a la América del Sur..." (Magne 12-13).

Por su parte, Leo Magne cita una opinión de Philippe Descoux sobre Orélie Antoine: "Nos hemos
burlado demasiado; su facha de soberano desposeido, el estilo de sus manifiestos y el de sus
cartas, lleva involuntariamente la sonrisa a los labios de gentes mejor prevenidas en su favor y
aparecen ante los otros como un cómico acabado. Fue un hombre de ideas fijas, un maniático,
dirán algunos, y que no vivió jamás otra cosa que el objetivo que él perseguía con todo el ardor y la
fe de que un hombre es capaz. No obstante, es cierto que con un poco de ayuda hubiera triunfado"
(pág.183). Y Leo Magne se extiende en críticas a Napoleón III por su indiferencia ante Orélie
Antoine.

Y AHORA, ¿UNA "ESTAFA MORAL"?

Orélie Antoine I ha entrado en la historia, aunque sea como anécdota curiosa pero viva. Mas ese
es un capítulo aislado y cerrado. Nada que ver con los que quisieron sucederle desde París y
usaron -y usan- banderas de verdaderos oportunistas.

Más triste aún, e inadmisible, es que se pretenda seguir la farsa, ya no como pintoresco recuerdo,
sino con aspiraciones a reivindicar "derechos" y representaciones interesadas de regiones de
Argentina y Chile. No puede tampoco seguirse medrando en la búsqueda de fondos para los
"pobrecitos indios" como si sintieran sus padeceres o les importara su suerte cuando jamás les
aportaron nada de los dineros recaudados en su nombre en más de un siglo.

Se podrá criticar y con razón la suerte corrida por nuestras comunidades indígenas tanto de Chile
como de Argentina. Sin que sirva para consuelo, porque todo consuelo es reaccionario, hay algo
seguro: De haber sido colonizados por potencias europeas, su destino hubiera sido mucho peor
aún, como lo muestra la historia en todo el mundo.

Si observamos la lista de los 20 países más miserables del globo, veremos que todos ellos, y
algunos por siglos, fueron colonias europeas. Cabe agregar que, luego de genocidios por
inhumana explotación, esas naciones que han poseído sus propias culturas, están vaciadas de sus
riquezas materiales y espirituales, y sus pobladores, en buena medida, reducidos a subrazas, sin
futuro, lamentablemente.

El Rey ha muerto. Varios escritores argentinos y chilenos se han ocupado con curiosidad de él y
entrará en el folklore. Decir que los indígenas de verdad, los que viven en sus tierras ancestrales,
lo tuvieron o tienen presente como rey, es inexacto.

Si a Orélie Antoine I se lo recuerda y recrea como a un Quijote sin Sancho, un fenómeno


unipersonal y sin ulterioridades.

¡No a la "estafa moral" como la califica enérgica y fundadamente Jean Raspail!.

Siguiente Capítulo: EL REY ACHILLE I Y SU FANTASIOSA BIOGRAFIA

PRIMERAS NOTICIAS DEL REINO DE ARAUCANIA Y PATAGONIA EL NACIMIENTO DE UN "REY" SEGUNDA ENTRADA DE
DIEZ DIAS EN EL ARAUCO A ARAUCANIA VIA BUENOS AIRES TERCER VIAJE VIA BUENOS AIRES EL REY ACHILLE I Y
SU FANTASIOSA BIOGRAFIA EL REY ANTOINE II LAS LEYES FRANCESAS Y LAS ORDENES DE CABALLERIA DE
INGLATERRA INVITAN AL "PRINCIPE" A ARGENTINA Y CHILE BIBLIOGRAFIA
El libro

CAPITULO VI

EL REY ACHILLE I Y SU FANTASIOSA BIOGRAFIA

Como en el caso de Orélie Antoine, los panegiristas indelicados de Gustave Achille Laviarde, le
inventan antepasados. Según un folleto de propaganda firmado por Simón de Schryver,
descendería de una familia noble venida de Irlanda durante el reinado de Isabel I de Inglaterra,
aunque nadie aporte la menor prueba de ese linaje. En el diario "La Nación" del 16 de junio 1940,
Braun Menéndez dijo, equivocadamente, que Achille era primo segundo de Orélie Antoine. Luego
se rectificó.

Nacido en Reims el 7 de noviembre de 1841, es hijo único de Bertrand Xavier Laviarde y Marie
Jeanne Rosalie Colmart. Su padre habría tenido alguna fortuna (Boiry dice que importaba lana de
Argentina y la convertía en tejidos). Lo cierto es que el "rey" nunca probó tener mucho dinero, o no
administró con suerte lo heredado, pues casi siempre anduvo en trapisondas para sobrevivir y
murió sólo con deudas..

Todo en la existencia de Achille es oscuro, mentiroso, contradictorio, polémico, al punto que en


varias etapas de su reinado, y con anterioridad, se ve envuelto en escándalos que trascienden a la
prensa. "Personaje truculento" lo llaman en el libro "Ordenes y Contraórdenes de Caballería".

El pretendiente actual se esfuerza en presentarlo como un dechado de virtudes. En cambio, dicen


todo lo contrario quienes se ocuparon de él en serio, no encontrando vestigios de estudios
comprobables, ni siquiera del ciclo secundario. Eso si, se esmeró como "rey" para coleccionar
títulos de doctorados honoris causa de entidades fantasmas que se decían culturales y científicas.
Sin embargo, Boiry habla de su "educación verdaderamente principesca", y de "un espíritu
enciclopédico".

Es cierto que Achille ingresó al Liceo Imperial de Reims, donde según Galatoire, realizara "estudios
superiores"..."adquiriendo amplio dominio de los idiomas español, italiano, inglés y alemán,
perfeccionándose además en latín y griego". ¡Cuántos estudios en un colegio secundario!. Para no
dejar dudas del talento y cultura de su predecesor, la "Historia" de Boiry dice que se instruyó con
lecciones a domicilio, en más de 60 materias con 19 profesores. La cosa es que entre los 5 y los
22 años de edad, de acuerdo a esas fuentes, habría recibido clases privadas de todas las ciencias
imaginables, incluidas las ocultas (SIC), medicina, abogacía, astronomía, física, química, etc. etc..
En artes se capacita en pintura, canto, danza, cornetín, trompa de caza, etc. etc. En idiomas pasa
del francés al alemán sin olvidar latín y griego. Se instruye en industrias, agricultura, fabricación de
champagne, etc. La lista de los deportes aprendidos con instructores, abarca cuanto sea pensable:
patinaje, equitación, acrobacia, domesticación de animales, doma, equilibrio, velocípedo, lucha,
boxeo, montería, salto, trapecio, billar, etc. etc. Como nadador, da la lista de personas a las cuales
salvó de perecer ahogadas. Y se consigna que, a los 19 años, obtiene un permiso de caza.
Cuando las malas lenguas hablan reiteradamente de "estudios incompletos", Boiry se subleva,
pues su héroe es "un hombre increíble y verdaderamente universal". El primer título que obtiene es
el de miembro de la sociedad de regatas de Reims en 1862 y, con los años de reinado, sumaría
docenas y docenas de cargos honoríficos de lo más increíbles e insólitos que le gestionan sus
cónsules en el exterior, junto a numerosas condecoraciones y grados académicos dudosos (el
primero de éstos se lo envían de Bengala, India). Pero de su paso por la guerra contra Prusia de
1870, no hay prueba de que estuviera en las trincheras ni menos con grado de oficial. Philippe
Boiry lo da como "agregado al estado mayor del general d'Exéa", y cuenta algunas acciones
"peligrosas". Pero vuelve sin condecoraciones.

En la llamada "Banda del Gato Negro", el famoso cabaret de Montmartre, Achille no ocupa un lugar
importante entre los intelectuales y artistas que lo frecuentaban, pero los seguía. "Solo "había
medrado en la órbita restringida y necesitada de Orélie", según Braun Menéndez. Este autor, que
expurgó los diarios de la época y tuvo un pariente que conoció personalmente a Laviarde, dice sin
temor a ser demandado por injurias y calumnias, que Achille era un "vividor callejero...vive de
expedientes, en Montmartre, en el corazón de una bohemia canalla...poltronería que contrasta con
la divisa latina que ha hecho suya: Vita Ardentis" (pág.129).

De su aspecto, comparándolo con Orélie Antoine, dice el investigador chileno: "Mediaba entre ellos
la distancia que separa a un Quijote de la Mancha de un Sancho Panza; con más exactitud: la de
un Godofredo de Bouillon a un Tartarín de Tarascón...La figura de Achille puede confundirse con la
de cualquier meridional bien alimentado; del cuerpo robusto arranca una cara mofletuda y
satisfecha, que no tiene, para afianzar una gravedad necesaria, más que la rúbrica de un bigote
enroscado con cosmético y una perita estilo Segundo Imperio" (pág.128).

Raspail describe a Laviarde así: "negociante en champagne, se proclama rey de Patagonia algún
tiempo después de la muerte de Antonio Tounens, sin haber asistido a sus funerales ni haberlo
socorrido en su miseria. Reina en rey de opereta sobre los cabarets de Montmartre y
Montparnasse mientras no paga. Jamás metió sus pies en Patagonia" (pág.128).

Achille publica un aviso pago en "Le Figaro", en primera página, diciendo: "Curica-huin eltun
toldería Tourtoirac (Mapu France), Aylac lujen, thipantu Warranca poura-pataca reuletmari aylac.
Ay! carasken antoine i pegny molouches aucas araucanos tehuelches, marry marry! Laviarde."
Luego viene la traducción, dada por Philippe Boiry: "Ruego a Vd. asistir a la misa aniversario que
será dicha el 17 de setiembre de 1880 a las once horas de la mañana en la Iglesia de Tourtoirac
(Dordogne) para el reposo del alma de Su Majestad Orélie Antoine I de Tounens" (Boiry 271).
Hemos consultado diccionarios araucanos, especialistas e incluso indígenas, pero ninguno ha
podido entender estas frases en pretendido mapuche. Solo algunas palabras araucanas, como
"huin" (ir en fila), "eltun" (sepultar), "mapu" (patria o tierra), "pataca" (cien o ciento) y "aucas"
(rebeldes). ¡Una burla!. Este anuncio es la primer noticia que se tiene de Achille como "rey". Desde
la llegada de Orélie Antoine a Bordeaux a fines de febrero de 1877, no lo visitó nunca ni se
comunicó con él.

UN FALSO GUERRERO

Aunque no existe la menor prueba ni posibilidad de obtenerla ni simularla, ni él tampoco lo dice


cuando era tan fanfarrón, deja escribir a sus panegiristas de la corte que estuvo en una o dos de
las últimas expediciones de Orélie Antoine, esas en que llegó sólo a Bahía Blanca y en la otra no
pasó (y dudosamente) de Azul. Si hubiera sido así, ¿cómo permitió que "nuestro amado rey"
pasara tantas calamidades económicas y enfermedades, siendo en ambas oportunidades
repatriado por caridad en cuarta clase?.
Pero a Achille le gustaba ver escritas esas fantasías, en especial por su inseparable y falso
"Príncipe" de Maurocordato, entre otros. Le da el mismo placer lo publicado con el seudónimo de
Melvius, por Gaston Dugnoles de Montnoir, Presidente de Condecorados de la Estrella del Sur, es
decir, un amigo y colaborador inmediato, más bien un cómplice. Este le dedica y hace pública una
"biografía" donde, entre otras barbaridades, dice: "...Orélie Antoine lo presentó al consejo de
regencia como su sucesor. La asamblea de caciques lo saluda como teniente general...Laviarde,
teniendo por segundo al príncipe de Maurocordato, hijo del ministro griego (?)... se habría puesto a
la cabeza de una tropa de sudamericanos y de un contingente de 18 tribus. Habría combatido las
tribus de Mansos, apoyadas por regulares y las habría empujado hasta el Bío Bío, haciéndoles
sufrir una derrota definitiva" (Boiry, pag. 260). Aunque hubiese venido al Río de la Plata en esos
dos viajes limitados, tampoco hubiera tenido materialmente tiempo de pasar a Chile y llegar hasta
el Bío Bío. Todo fabulación pura. Y Orélie Antoine jamás lo menciona en sus viajes, ni lo escribe.

Gaston Dugnoles de Montnoir, que a más de sus títulos de nobleza araucana lucía una orden falsa
de caballero del Santo Sepulcro, era también director-propietario de una pequeña y lamentable
publicación periódica (salía cuando podía) llamada "L'Assurance", en la cual el reino hacía prensa
disparatada y guardaba celosamente los recortes, que se siguen exhibiendo.

Ante tantos escritores de folletos y artículos laudatorios del "guerrero", Philippe Boiry termina
aclarando: "Debo decir que, en ese campo de hipótesis, yo creería más voluntariamente, que fue
durante la cuarta expedición de Orélie Antoine que Achille fue -si la cosa es considerable- su
compañero de viaje" (pág. 261). Abierta impostura.

También Achille y sus panegiristas dejaban decir que el obeso monarca era primo de Orélie
Antoine de Tounens, lo mismo que Philippe Boiry no se sonroja cuando se presenta como sobrino
nieto del creador del reino.

METEORICA CARRERA AL TRONO

Gustave Achille Laviarde traba relación con Orélie Antoine de Tounens y, mediante una pequeña
ayuda pero que lo saca de apremiantes compromisos económicos, el 7 de noviembre de 1873, a
los 32 años, es designado Teniente General, la máxima jerarquía militar del reino. El 30 de
diciembre alcanza las dignidades de Príncipe de los Aucas y Duque de Kialeou. Este último
nombre, como tantos otros usados por la corte, no figura ni figuró nunca en la toponimia de
Araucanía ni Patagonia. El 1 de enero es caballero de la cruz del Sur, y el 31 del mismo mes, el
actual "príncipe" ya lo dice "sucesor". Indudablemente es este "un hombre de audacia y coraje"
(Boiry), quien en menos de 3 meses, de "vividor callejero" pasa a príncipe heredero y comandante
en jefe de las fuerzas armadas de Araucanía y Patagonia. A.F.P., la agencia oficial francesa, lo
dice categóricamente en cable del 8 de abril de 1989: "Vendió (Orélie Antoine) su título de "rey" de
los mapuches a un asociado en la aventura, Gustave Achille Laviarde, que durante 24 años se hizo
llamar Aquiles I".

Pese a todas las virtudes que le endilgan sus numerosos cómplices, entre ellas las de "rico y
generoso", cuatro años después deja morir en el más penoso de los estados de miseria y soledad
al monarca. No se ocupa de sus funerales ni le importa que vaya a una tumba de caridad.

Tiempo después de morir Orélie Antoine, Laviarde muestra una curiosísima y a todas luces falsa
designación de sucesor. Se trata de una disposición en caracteres criptográficos (¡!), cuya
misteriosa traducción también falsa, diría así: "...Considerando la afección y la abnegación que no
ha dejado de mostrarnos nuestro teniente general Gustave Achile Laviarde, Príncipe de Aucas,
duque de Kialeou, nacido en Reims el 7 de noviembre de 1841, cuyas capacidades y rara energía
nos son perfectamente conocidas...es designado por nosotros y desde ya como nuestro solo y
legítimo sucesor al trono que hemos fundado en Araucanía-Patagonia" (Boiry 238). ¿Qué razón
existió para que de Tounens recurriera, por primera y única vez en su vida, a utilizar la engorrosa
criptografía y la correspondiente explicación de cada símbolo para traducirla, cuando él siempre
escribió en francés?.

Vaya a saberse cuándo, abajo del curioso documento, Laviarde escribe: "Su Majestad Orélie
Antoine I, Rey de Araucanía y Patagonia, habiendo muerto hoy 17 de setiembre de 1878, en
Tourtoirac, departamento de la Dordogne (Francia), yo Gustave Achille Laviarde, príncipe de los
Aucas, conociendo las soberanas disposiciones que preceden, y queriendo conformarme a los
deseos expresados por Su Majestad, declaro que acepto la sucesión real de Orélie Antoine I y que
tomo desde ahora el nombre de Achille I. La publicación de esta aceptación será hecha tan pronto
como los acontecimientos lo permitan" (pág. 239). Estas líneas, fechadas el mismo día del
fallecimiento de Tounens, ¿no le dejaron tiempo para interesarse por sus funerales?. ¿No las
habrá escrito años después?. Por su parte, Mauger de la Brannière dice que Achille primero se
hizo llamar Orélie Antoine II. Lo mismo escribió Braun Menéndez en 1940.

Luego busca un traductor, le entrega el documento criptografiado (¡!) y una clave para descifrarlo
(ambas cosas inventadas por él), y le coloca: "Yo, el firmante, certifico la traducción que precede
conforme al original, escrita en caracteres criptográficos, firmada y rubricada por mi, número 1631 y
la cual es anexada a la clave de este criptograma, que yo he igualmente firmado y sellado. París, 1
de enero de 1888. Fdo. Wintermnitz, traductor judicial de París".

Posteriormente, hace legalizar la firma del traductor por el intendente del distrito, lo que no significa
aprobar su contenido ni menos su calidad de "sucesor". Luego, viene la certificación del Ministerio
del interior, el de Relaciones Exteriores y la pasea por distintos países acumulando certificaciones
de firmas.

Al justificar el proceder de Orélie Antoine que designa sucesor a un ajeno a su familia, de Castro y
Tosi, no trepida en compararlo con Alejandro el Grande, Napoleón I y Agustín I de México. Sin
embargo, Leo Magne rechaza la legitimidad de la sucesión de Achille, escribiendo:

"A la muerte de Orllie I, el trono de Araucanía Patagonia queda vacante. La ordenanza del 25 de
enero 1862 reglando el orden de sucesión del trono es de nulo efecto porque ninguno de los
herederos designados entre los miembros de la familia Tounens presenta su candidatura.

"Sin embargo, un pretendiente se manifiesta. Contrariamente a lo que han escrito ciertos


historiógrafos de Orllie, él no tiene el menor lazo de parentesco con el ex procurador de Périgueux.
Nacido en Reims el 7 de noviembre 1841, en el número 201 de la calle del Barbatre, el sucesor se
llama Gustave-Achille Laviarde. Su padre es "fabricante" y, según L"Intermédiaire des Chercheurs
et Curieux del 15 de mayo de 1936, su madre, ya viuda, tendría largo tiempo un lavadero
comúnmente llamado "Chateau des Grenouilles Vertes" (castillo de las ranas verdes)" (Leo Magne,
pág.159).

PROCLAMACION DE OPERETA

Orélie Antoine tuvo una familia numerosa con 5 hermanos y tres hermanas, más incontables
sobrinos. Si bien distanciados y odiando las aventuras económicamente ruinosas del difunto
monarca, y sin que nadie quisiera oír hablar de coronas o principados, igual Achille teme que
alguno de ellos pueda pedir la herencia. Entonces, cuatro años después, busca al hijo del ya
muerto hermano mayor, un joven rústico que se gana la vida como carnicero de su pueblo, Adrien
Jean de Tounens, a quien llama "Monseñor", organizando un acto simuladamente solemne y
protocolar. Este trato de "Monseñor" confunde a Mauger de la Brannière, quien dice: "Monseñor
Adrien de Tounens, un auténtico obispo" (pag. 165).

La realidad familiar autoriza a suponer que, para movilizar a Adrien de Tourtoirac a París,
acompañado de un par de amigos, debe haber mediado algún monto en francos.

El acta de renuncia al trono, de fecha 26 de marzo 1882, como de proclamación, fue firmada por
unas tres docenas de "notables" del reino, por lo general con títulos de nobleza falsos, tanto los
traídos de otros orígenes como los agregados araucanos. Estos "caballeros", en su mayoría figuran
desempeñándose como cónsules o encargados de negocios del "reino" en algunos países de
Europa y en el interior de Francia.

Salvo los de Antoine Cros, que lo tomaba como una humorada podrían ponerse en duda todos los
antecedentes del resto de personajes participantes.

La lista de signatarios que en copia tenemos a la vista, no tiene desperdicios. Una antología de la
farsa. Vayan algunos ejemplos: Alfred Perron, conde de Santa Elena en Araucanía; Jules Henri
Gourdon, empleado de la instrucción pública, oficial y caballero de varias órdenes; Auguste
Meulemans, encargado de negocios de Araucanía en Bélgica, ex cónsul general y secretario de
legación de Nicaragua, ex cónsul de Venezuela, de Ecuador, de Costa Rica, comendador de la
Corona de acero (y otras varias de similar relevancia), presidente de honor y miembro
correspondiente de varias sociedades científicas y literarias, etc.; Edouard Serendat, encargado de
negocios en la Isla Mauricio (varias órdenes); Joseph Mazery, vice cónsul en Isla Mauricio; Ignace
Egermann, ciudadano honorario de San Petersburgo, cónsul en Riga; Francois Victor, conde de
Constantin, propietario, comendador de la orden de San Estanislao de Rusia y la de Carlos III de
España; Manuel Baradas, conde de Amboise; J. Colin, vizconde de Constantin (días antes de la
muerte del rey se llamaba todavía Francois Constantin y vivía en Tourtoirac, donde tenía un
negocio de salchichas); Léon Allain, subteniente del ejército territorial, ex miembro de la Sociedad
Hípica Francesa; Armand de Haerne, subprefecto belga en disponibilidad; y así por el estilo.

El acta de fecha 6 de marzo de 1882, en su parte concreta, trae una larguísima frase con la
siguiente exposición de Adrien Jean de Tounens: "Que como heredero directo y sobrino del difunto,
Su Majestad Orélie Antoine I, queriendo conformarse a las últimas disposiciones del difunto rey, su
augusto tío, viene ante nosotros, representantes legales en Europa de la nación Arauco-
Patagónica, para declarar, afirmar, reconocer, por el presente instrumento, formalmente y
solemnemente él, monseñor Adrien Jean de Tounens declara, afirma y reconoce que, por las
últimas voluntades del difunto, Su Majestad el Rey Orélie Antoine I, el solo y legítimo sucesor al
trono de Araucanía Patagonia es S.A.R. el príncipe Gustave Achille Laviarde, al cual Su Majestad
Orélie Antoine I había, en vida, conferido la alta dignidad de príncipe de los Araucanos, y en esos
últimos momentos designado como su heredero al trono, legándole su sucesión política y la misión
de continuar la obra de civilización comenzada por él, el Augusto fundador de la monarquía
Arauco-Patagónica" (Boiry, pág. 278).

Más adelante se agrega: "...Monseñor Adrien Jean de Tounens, en su calidad de heredero directo
del difunto, Su Majestad el Rey de Araucanía-Patagonia, y el único jefe de su Casa, por el presente
acto, cede, renuncia y abdica en favor de S.A.R. el príncipe Gustave Achille Laviarde y de sus
herederos y sucesores, todos los derechos que él, monseñor de Tounens y los herederos de su
Casa podrían eventualmente tener a la sucesión política y real del difunto, Su Majestad Orélie
Anotine I" (Boiry, pág. 278)..

Al final están las firmas y las certificaciones de las mismas, nada más que certificaciones de firmas
que recorren ministerios y pasan al exterior de Francia, sin que ello signifique autenticar las
disposiciones expresadas en la misma.
El acto de proclamación concluye con un discurso del nuevo monarca, que termina así: "...Vds.
verán, uno de estos días, en la cima orgullosa de los Andes, flotar la bandera nacional, bajo el
soplo poderoso del Pampero (otra muestra de cultura e instrucción de este "hombre universal", que
traslada geográficamente al pampero). Y sigue: "Por ello, también, aquellos que tengan el honor de
defender con nosotros los derechos nacionales de Araucanía-Patagonia, serán honrados por la
humanidad y sus nombres quedarán eternamente grabados en la historia patriótica de los pueblos
emancipados". Y agrega: "aclamaciones, gritos: ¡Viva el Rey!" (Boiry, pág. 286).

Parece que este acto solo repercutió, 54 días después, en "La Patrie" del 1 de mayo de 1882, con
un pequeño artículo titulado "Araucanie", aunque las gacetillas se llevaron en mano a todos los
medios como acostumbraba a hacer Orélie Antoine. También Achille hace publicar un aviso en "Le
Courrier du Soir", donde se llama sucesor y continuador de la obra de su predecesor: "...La
trascendencia de lo realizado por Orélie Antoine, sale de los límites de Francia; sus gloriosos actos
no caerán entonces en el olvido, pues él los continuará con indomable energía, seguro de que otro
vendrá a recoger el pesado cetro caído en mis manos si la muerte viniera a buscarme" (Boiry, pág.
287). Allí se atribuyen al rey Achille 2.600.000 súbditos (¡!).

ORGANIZACION DEL REINO

Comienza Achille su reinado con un reparto de títulos y caballerías, en especial entre amigotes y
amigotas de la vida nocturna parisina. Muchos, entre broma y broma, se sienten halagados, como
el poeta François Copée, que acepta ser "duque". Crea y reglamenta una nueva orden, "de la
constelación del Sur".

La corte se organiza con la incorporación de numerosos nombres de aventureros y algunas


personalidades, varias de las cuales no se enterarían nunca de los honores dispensados. Su
gabinete de estado (según lo toma Philippe Boiry de Castro y Tosi), esta teóricamente integrado
por cinco caciques mapuches que jamás tuvieran la menor comunicación, ni verbal ni escrita o por
intermedio de terceros, con la corte de París: "General de División Don José Santos Quilapán
(guerra), Don Mountret (asuntos extranjeros), Don Francisco Quilahueque (interior), Don
Calfacourah (justicia), y Don Antonio Mariual", a quien no le asigna cartera definida. De estos cinco
nombres, por lo menos cuatro están mal escritos.

Como ministro de justicia debe referirse a Calfucurá, a quien designa en 1882, sin saber que el
cacique había muerto nueve años antes.

A los anteriores se agregan ministros consejeros del Reino, un guardasellos, un consejo privado,
un consejo de cancillería y un consejo heráldico, más ayudantes de campo, capellanes, confesor,
consejos de cada una de las órdenes de condecoraciones, etc., etc.

"RED PARA CAZAR INCAUTOS"

"Desde París -escribe Braun Menéndez- Achille I ha de tender los hilos de su red para cazar
incautos...Preponderancia en su organización a las oficinas de prensa y de representación
exterior...Buena propaganda...corresponsales en todo el mundo...hacer llegar (por sus cónsules) a
los diarios referencias sobre las hermosas posibilidades que ofrece al comercio internacional su
reino y consejos a los gobiernos para que lo reconozcan oficialmente...folletos informativos que se
han impreso en varios idiomas...durante su reinado sólo se ocupará de sacarle el mayor provecho
a la actividad tumultuosa de su antecesor, que ha creado la ficción monárquica araucopatagónica,
especulando con la candidez admirativa de algunos compatriotas y forasteros que aún creen en
ella..." (132 y siguientes). "En la nobiliriaria iba a encontrar la principal fuente para cubrir el real
presupuesto" (Braun Menéndez - "La Nación", 16 junio 1940). De estas expresiones se queja Boiry
en su libro.

La suerte variada en sus maquinaciones, tiene altibajos con algunas angustias económicas que lo
obligan a cambiar el domicilio de su residencia y la legación de Araucanía y Patagonia, calificada
siempre de "provisoria" porque la partida hacia "sus" estados era "inminente", justificando así los
pedidos de ayuda financiera.

A cada revés de fortuna, a cada nuevo pretexto para postergar planes y promesas, culpaba
generalmente a la diplomacia de Chile y sus contactos en los diarios. Un miembro de la corte de
Achille, el capitán belga C. J. Tackels, escribió: "Nosotros no disimulamos las dificultades a vencer
por la vecindad de Chile y de Argentina, que muestran una crueldad bárbara en toda la América del
Sud...Es menester ser dotado de una energía poco común, para sacrificar su existencia a la
autonomía de un pueblo rodeado de tales vecinos...Sabemos que el rey es esperado con
impaciencia en Araucanía". A este comentario, Philippe Boiry agrega: "Como vemos, el ardoroso
capitán belga, en un estilo bien característico de ese fin de siglo, denuncia con gran vigor la política
agresiva de Chile y el colonialismo chilenoargentino, como las empresas contra Bolivia y el Perú,
sublevan, entonces, la indignación de Europa" (pág. 267).

INTENTO DE EXPEDICION CON BANQUEROS INGLESES

Como lo intentara insistentemente Orélie Antoine años atrás, también Achille cree ver posibilidades
de financiamiento inglés para su empresa de conquista. Con el fin de crear expectativas o alentar a
otros probables candidatos a poner dinero, maniobra con la prensa. Inventa "filtraciones" y
"trascendidos" por él montados. Por ejemplo, el 18 de enero de 1882, se las arregla para hacer
aparecer en "Le Commerce" una pequeña nota con el atrayente título de "Un viaje misterioso",
como si la procedencia de la información proviniera de una indiscreción captada por el periodista,
diciendo: "El príncipe Achille Laviarde habría ido a Brighton, 8 Rose-Hill Terrace, acompañado de
Su Excelencia el conde de la Rosa. Se pronuncia en voz baja el nombre de ciertos banqueros de
Londres y París que organizarían, con Su Alteza, una expedición a Sudamérica. Si esta noticia es
verdad, no podemos menos que aplaudir con las dos manos la decisión del nuevo y simpático
príncipe que, siguiendo la obra civilizadora de Orélie Antoine en Araucanía Patagonia, busca abrir
al comercio europeo nuevos mercados".

Dice Achille en repetidas oportunidades que dispone del dinero y barcos mercantes para su
expedición, previendo tres navíos "debidamente tripulados y armados con oficiales expertos
reclutados en Europa", pero le falta protección armada naval, ya que los chilenos tienen
acorazados. "Si una potencia inteligente (no le importa cual), por el contrario, me cubre con su
pabellón, mi país podrá libremente volcarse al comercio y a un comercio, tan ventajoso para ella
que con 50.000 francos de productos parisinos, cada barco reportaría por 600.000 francos de
plata, cobre, pieles, café, tabaco, guano, etc." (Boiry, pág. 268). Y, el actual pretendiente Philippe
Boiry, agrega: "Los argumentos, perfectamente realistas, como vemos, no han cambiado desde
Orélie Antoine I".

En Londres llegó a firmar un principio de contrato con dudosos banqueros que lanzarían un
empréstito. Eran Sir Joseph Edward Blech (designado por el artículo 3 del convenio, cónsul general
y agente financiero de Su Majestad el Rey de Araucanía y Patagonia); Charles Furber (vice cónsul
consejero financiero) y Frederick Pool (consejero financiero).
El art. 4 disponía: "sostener la vuelta del Rey a sus estados, aun a costa de una guerra con los
países vecinos". (¡!)

Se formaba una "Sociedad Comercial de Emigración y Explotación" a la cual se acordaba una


concesión de 99 años para "explotar la mitad de las tierras arables no cultivadas por los indígenas,
quedando de su propiedad el suelo y el subsuelo". Los ingleses, para atraer suscriptores de
acciones, imprimen un folleto detallando los "recursos agrícolas, silvestres y mineros del reino"
(Boiry, pág. 193). Por supuesto, el 5 % de los ingresos se reservaban para Achille.

Según anotaciones del monarca, se tienen sus propias explicaciones sobre la ruptura de las
tratativas: "Las exigencias inglesas, habiendo llegado a ser demasiado grandes, y absorben el
negocio, fuera de la colonización francesa a establecer, el presente contrato se ha convertido en
nulo de inmediato" (Leo Magne pag. 179).

CONFLICTOS Y ESCANDALOS JUDICIALES

Todo el transcurso del grotesco reinado de Achille I está nutrido de escándalos por dinero, en los
que actúa él o sus cómplices lugartenientes. El llamado General Carmona, mexicano que también
alcanzara a ser "marqués", termina denunciando ante los tribunales a Thierry du Fort Manoir, un
personaje que, en nombre del monarca, intenta chantajearlo. Esto alcanza bastante resonancia
periodística.

Otro farsante que se hacía llamar El Hadj AbdélKrim Bey, es nombrado por Achille I como
encargado de negocios de Mogador, hoy Essaouira, puerto pesquero atlántico de Marruecos. Las
raras actividades de este aventurero provocan problemas diplomáticos entre Francia y España y
complican al monarca.

Sin explicar por qué, Laviarde expulsa de la orden de la corona de acero al abate Hilarión Charles
Bousquet, monseñor, "prelado" de una iglesia marginal en Niza.

Alfred Alexis Le Vasseur, estrecho colaborador de la banda, es degradado como oficial de la


corona de acero. Achille se ve forzado a publicar esta medida, porque entre superlativos elogios a
él, este señor agravió a Argentina y Chile, acusando a ambas repúblicas de "usurpadoras de
territorios, de interceptar correspondencia, de oprimir a los aborígenes", etc. A raíz de ello se
levantó un gran escándalo en los medios sudamericanos en Francia, con repercusiones en la
prensa criticando al "ridículo" Achille. "Le Figaro" estuvo muy duro contra el "monarca en el exilio",
al igual que Emilio Dalreaux en "Revue des Deux Mondes".

Tuvo particular y valiente intervención en esa oportunidad el escritor uruguayo Andrés S. Lamas,
quien dio una "contraconferencia" en la misma sala en que había hablado Le Vasseur, muy
comentada por el periodismo, defendiendo los derechos de Chile y Argentina.

¡EXHIBICION DE "ARAUCANOS ANTROPOFAGOS" EN PARIS!

"En el verano de 1883 (cuenta Philippe Boiry)...un grupo de araucanos desembarca en Bordeaux
para una "tournée" en Europa. Achille esta allí para recibirlos e, inmediatamente, le reconocen
como su rey legítimo. Este hecho, informado por numerosos autores, provoca gran impresión en la
época...Esta familia araucana acampa, para el interés de los parisinos, en el Jardín de
Aclimatación, sobre el prado situado detrás del pabellón de conciertos...Achille los entrevista
diariamente y les encarga mensajes para el Consejo de Regencia...Con la ayuda de Rodolphe
Salis, animador del cabaret "El Gato Negro", pasean a los indios por los bulevares. La revista con
el nombre de ese lugar nocturno hace la crónica" (pág.303).

Hasta aquí la historia bonita que Boiry da por terminada. La verdad completa es otra y repugnante.
Los araucanos eran integrantes de un núcleo familiar. Venían vestidos con ropas de pieles sucias y
andrajosas. Si observamos las fotos de los diarios de la época podemos apreciar las caras de
sorpresa y desolación de esos indígenas que no sabían dónde estaban ni qué pasada alrededor de
ellos, sin que nadie entendiera su lengua.

Los araucanos presentados por Boiry como una especie de diplomáticos o turistas en gira por
Europa, no traían un solo centavo. De todos modos, encuentra muy lógico que "acampen" en pleno
París. ¿Así se alojarían en todo el viejo mundo?.

EL VERDADERO CASO DE LOS "ARAUCANOS ANTROPOFAGOS"

Philippe Boiry ubica a los araucanos de "gira" por Europa en París en el verano de 1883, aunque la
verdadera "visita" se registró durante la Exposición Universal de 1889 en la ciudad luz.

La versión de Jean Raspail no tan idílica, reproduce una nota periodística de la época (pág. 248).

"El señor Maurice, cazador de ballenas, explorador y domador, ha traído de sus últimas campañas
en los helados mares australes, una familia completa de antropófagos de la Tierra del Fuego. El la
ofrece a las miradas bajo una carpa, encerrada en una gran jaula para la seguridad de los
visitantes. Estos salvajes viven desnudos, comen sus pulgas, hablan un lenguaje gutural parecido
al vómito del perro, se pintan de rojo si están felices. El señor Maurice los alimenta dos veces por
día con carne cruda de caballo, cuyo gusto, parece aparentarse al de la carne humana que ellos
comen de ordinario en los confines desérticos del estrecho de Magallanes. Una lección de cosas
vivas, edificantes para pequeños y grandes. Precio de la entrada: diez centavos."

Los diarios de la época hablan también de la temeridad del "domador" que entra sin armas a la
jaula de los salvajes, llevando sólo un látigo. Fue uno de los espectáculos más llamativo del
momento, junto a la inauguración de la Torre Eiffel.

Los infelices secuestrados, que no tenían medios para expresarse y pedir explicaciones, eran poco
y mal alimentados y por lo menos uno murió de hambre en París.

Pero la historia es incompleta y vamos a dar sus detalles. Resumimos pues lo publicado en aquella
época por el padre saleciano José María Beauvoir en su larga obra sobre los fueguinos en 1901,
como las investigaciones difundidas por Martín Gusinde ("Los Indios de Tierra del Fuego" - tomo I -
Vol. I, del Centro de Etnología Americana y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y
Técnicas, Buenos Aires, 1982). También puede recurrrise a la documentación de la South
American Missionary Society de Londres, como a los archivos de las embajadas de Chile en París,
Londres y Bruselas. Todas esas fuentes, y otras, las cita Beatriz Seibel en "Todo es Historia"
(número 270, de diciembre de 1989).

"A fines de 1888 -dice Beatriz Seibel- un aventurero, Maurice Maître, con un grupo de individuos
armados a su servicio, desembarcó en la Bahía San Felipe, en el norte de la isla y raptó a once
selk'nam, llevándolos en un buque francés para exhibirlos en Europa. Con pesadas cadenas, "cual
tigres de Bengala", según Popper, dos de ellos no pudieron soportar el viaje y murieron en la
travesía. Los nueve restantes fueron presentados en la Muestra Mundial de París de 1889 y como
"caníbales" o "salvajes antropófagos" en una jaula, ante la curiosidad del público...

"Según Gusinde, poco después fueron expuestos en el Royal Westminster Aquarium de Londres y
al tomar conocimiento del hecho la South American Missionary Society expresó una enérgica
protesta por la exhibición..." (El espectáculo se realizaba por "beneficio comercial", según lo
reconoció el propio Maurice Maître).

"La opinión pública inglesa se indignó con estos sucesos y el empresario debió trasladarse con los
indígenas a Bélgica. Una de las mujeres quedó gravemente enferma, hospitalizada de Londres,
donde murió el 21 de enero de 1890, en la St. Georges Infirmary...

"En Bélgica no le permitieron a Maître presentar su exposición-espectáculo y fue detenido. Los


ocho aborígenes sobrevivientes pudieron embarcar entonces de regreso a la Tierra del Fuego, bajo
la protección del gobierno belga y del embajador inglés, según la versión reconstituida por
Gusinde...

"Otra versión de los hechos que recoge el padre Beauvoir, sólo menciona la exhibición de los
araucanos en París, donde habrían intervenido el ministro chileno en esa ciudad y el ministerio
francés de Relaciones Exteriores, al entrar en conocimiento el primero que los "presuntos
antropófagos" eran "cabalmente de la parte de la nación que él representaba". Maître habría huido,
dejando en libertad a los aborígenes, que fueron embarcados de regreso.

Cuando llegaron a Punta Arenas eran sólo cuatro; tres de ellos habían fallecido en el viaje y uno se
había escapado. los que llegaron fueron: una mujer anciana con un niño de cuatro o cinco años y
un matrimonio...".

De todos modos, no cabe la menor duda de que "los "antropófagos" fueron una de las grandes
"atracciones" pagas de la Exposición Universal de París de 1889. Nada se registra de alguna
intervención del "rey en el exilio" de Araucanía Patagonia ni su asombrosa corte. Ni para liberarlos
ni para reducir sus sufrimientos.

Es cierto sin embargo que los "antropófagos" fueron paseados por los bulevares de París, en
compañía del obeso Achille Laviarde, para promocionar al cabaret "El Gato Negro". Pero es falso
de toda falsedad que a través de ellos envió instrucciones a los mapuches del fantasmal Consejo
de Regencia, o que lo reconocieran como rey.

La verdad de estos episodios no puede ser ignorada por el actual Philippe Boiry, el "príncipe
protector de los pueblos de Araucanía y Patagonia y de las tierras australes del continente
americano".

EL NEGOCIO DE LAS CONDECORACIONES

Para advertir la mala fe inocencia del "rey" Achille, vale la pena ver cómo estaba organizada la
Asociación de Condecorados de la Constelación del Sur, creada por él. Sus estatutos son
publicados en el apéndice de la obra de Leo Magne. El artículo 12 del capítulo II dice:

"El capital de la Asociación se compone de:

1) Cotizaciones de sus miembros (25 francos por año y 100 de ingreso).


2) Donaciones en dinero o mercaderías.

3. Concesiones hechas por el rey en virtud del decreto del 8 setiembre 1875".

1. El artículo 13 expresa que los egresos son: "Los gastos de impresión, de correspondencia
y oficinas; los gastos de viaje de los inmigrantes, de instalación, de compras de
mercaderías y su transporte". El art. 14 dice: "ningún gasto podrá ser hecho sin la
aprobación del rey".

Es de imaginar las trapisondas que puede haber realizado Achille durante su "reinado" de casi un
cuarto de siglo. ¿Qué tipo de concesiones habrá vendido? Sólo a su bolsillo pueden haber ido a
parar las donaciones para equipar y transportar emigrantes que nunca existieron.

Al respecto, cabe señalar que el actual "príncipe" (Philippe Boiry), quien admite la subsistencia de
tal asociación, no menciona si estos estatutos siguen hoy funcionando y...redituando.

LA ESTAFA A DON BOSCO

En 1886 el saleciano Don Bosco programó misiones para evangelizar la Patagonia, pidiendo ayuda
para ello a la cristiandad. Achille y su banda ven la oportunidad de hacerse de fondos y lanzan un
llamado "a colaborar en la colecta mundial" a sus encargados de negocios y cónsules que en un
momento eran 260 y en otra oportunidad habla de 300, en su mayoría gente de averías que
participaba de sus ganancias al monarca.

El "generoso" cristiano colaborador Achille I inició una campaña publicitaria internacional para que
los fieles enviaran sus aportes..."a los cónsules de Araucanía y Patagonia". Pero al poco tiempo se
advirtió que los dineros no llegaban a Don Bosco ni en mínima parte. Monseñor Antonini, con alto
cargo en la Secretaría de Estado del Vaticano, llamó al Dr. Lenti (hermano de un sacerdote de la
curia romana), que se decía cónsul de Araucanía y Patagonia ante la Santa Sede. "Cinco minutos
de conversación con el doctor Lenti le bastaron a Monseñor, sacerdote sagaz, para darse cuenta
cabal de que se hallaba frente a un caballero de industria", cuenta Braun Menéndez. (Pág. 135).

Monseñor Infante, de Chile, se encontraba circunstancialmente en Roma y, preguntado por el


"Reino", declaró que, "éste sólo existía en la mente enfermiza de algunos mentecatos". Entonces
Don Rua, el vicario de Don Bosco, advirtió por todos los medios que "no se había conferido
autorización alguna a terceros para abrir suscripciones". Pero, comenta Braun Menéndez, "entre
nota y nota, mucho dinero de los fieles fue a parar a bolsillos ajenos".(pág. 136).

El escritor francés Jean Raspail, con quien comentábamos éste y otros incidentes, nos mostró en
su casa de Neuilly, un libro escrito por el comisario Gabriel Macé, ex jefe de servicio de la Sureté,
titulado "Aventurier de Génie", editado por la Bibliothéque Charpentier en 1902. Trata sobre los
casos delictivos mas resonantes de su época. En esa selección figuraba el "honorable" Gustave
Achille Laviarde, vinculado al escándalo de estafa a Don Bosco, a la venta de títulos y "malas
relaciones".

INTENSA ACTIVIDAD "DIPLOMATICA" DE ACHILLE I

Achille, si bien astuto, no era culto ni se desenvolvía bien como escritor ni expositor, pero tuvo
siempre a su lado escribas que lo ayudaban en su intensísima correspondencia, tanto con sus tres
centenares de cónsules (más que el Imperio Británico), como con personajes que podían aportarle
algo material y personal. Asimismo, agobiaba con cartas y declaraciones a cuanto jefe de estado
podía, a fin de pedir reconocimiento a su reino. A otros, simplemente los adula para obtener
respuesta y probar trato con ellos.

En una oportunidad consigue atraer hasta la "legación" a una comitiva que viajara a París en
nombre del emperador Nazar el Dine, Cha de Persia, obteniendo con ello algo de publicidad, más
bien burlona para los incautos visitantes, pero publicidad al fin. Luego también daría a conocer una
carta del monarca persa en la que le agradecía haberle hecho llegar una condecoración para él y
otras para todos y cada uno de los miembros de su familia y su gabinete.

Estas prácticas "diplomáticas", ya veremos cómo las continúa cometiendo el actual pretendiente al
trono, quien hace decir a Galatoire que los gobiernos de Estados Unidos y Brasil reconocieron al
rey Achille, cosa inexacta.

CHILENOS Y "REPTILES DE LA PRENSA FRANCESA PAGADA POR ELLOS"

El desprestigio de Achille I va en aumento. Cada vez seduce a menos incautos. Ya nadie cree en
su famosa expedición para recuperar sus estados. El dinero falta con frecuencia. Organiza
recepciones ridículas donde trata de atraer personalidades que pagan sus cortesanos ávidos como
él por vincularse y figurar.

Los periodistas dan trascendencia a sus pecados y pecadillos. Le critican a su bella y


temperamental esposa, la "Reina" María, ironizando sobre su pasado. Se descubre que no estaban
casados y él declara que su matrimonio lo formalizó en Inglaterra pero había olvidado registrarlo en
Francia.

El 28 de enero de 1885 el monarca expone su estado de ánimo en una carta que le publica el
"Journal de la Marne": "...Necesito una gran energía para defender una gran causa sin cesar
atacada por los chilenos y los reptiles de la prensa pagada por ellos, para trabar mis movimientos
progresistas, estos reptiles antipatrióticos tratan de ridiculizar mis actos en Francia, sabiendo sobre
todo que los franceses ignoran la mayor parte del tiempo la historia y la geografía extranjera...La
prensa francesa porta una pesada responsabilidad en este fracaso de una magnífica implantación
de la influencia francesa en América Latina" (Boiry, pág. 316).

Su cancillería y sus hombres de prensa coleccionan cuanto se pueda haber dicho elogiosamente
en cualquier lugar del mundo sobre el monarca. Uno de esos amigos, toma ese material y publica
un folleto con "opiniones internacionales". Se trata del inefable Simon Schryver. Entre otros
transcribe párrafos de un diario llamado "La Nación", "de América del Sud". Vaya a saberse de cuál
país, cuando casi todos tienen una publicación de ese nombre. Allí se lee: "...Chile ha ensayado
echar el ridículo sobre esta cuestión (el reino), para impedir encontrar alguna salida; sus diarios
pagos han ensayado también desnaturalizar los hechos referidos al reino de Araucanía-Patagonia,
haciendo correr la versión que no existe, y que se trata de una provincia insignificante y estéril que
le pertenece...los habitantes son osados y valientes...El rey Achille está actualmente en París..."
(Boiry, pág. 328).

Buscando siempre una intervención armada en el sur argentino-chileno, Schryver transcribe


ejemplos: "En 1826 -dice la intervención de Inglaterra, Francia y Rusia en Grecia, en nombre de la
humanidad (sic). En 1831, la intervención de Francia para sancionar la separación de Bélgica y de
Holanda. En 1859, intervención de Francia en Italia para ayudar la Lombardia y Venecia a liberarse
de Austria. En 1878, la intervención de Rusia en Turquía en favor de Bosnia y Herzegovina. El
mismo año, intervención de Inglaterra para detener el avance de rusos..."(Boiry, pág. 330).
AUDAZ PEDIDO DE ACHILLE A ESTADOS UNIDOS

El 8 de junio de 1885, Achille Laviarde escribe al Presidente Grove Cleveland de los Estados
Unidos. Es una carta especialmente dura contra Chile y Argentina, pero tan insólita por su audacia,
que merece ser transcripta, como lo hace intencionadamente Philippe Boiry en su libro, apoyando
implícitamente sus argumentos (pag. 314).

"Señor Presidente,

"Por correo y bajo sobre recomendado, tengo el honor de hacerle llegar a VE diversos documentos
que pueden interesarle.

"Heredero legítimo de Su Majestad Orélie Antoine I, que fue bien regularmente rey de Araucanía y
Patagonia, tengo por misión el continuar en Sudamérica la gran obra humanitaria y civilizadora
comenzada por mi real predecesor quien, no obstante su gran corazón, fue muy frecuentemente
objeto de los sarcasmos interesados de sus vecinos autoritarios, los chilenos y los argentinos.

"Leyendo las declaraciones tan liberales que VE se ha dignado hacer últimamente, sobre los
territorios indios de Norteamérica, no puedo menos que admirar el espíritu de justicia y de
sabiduría que preside sus generosas intenciones; confiando en la nobleza de esos sentimientos,
esperando encontrar de VE un apoyo por lo menos moral, le señalo a su benévola atención el
estado en el cual se encuentran las bravas poblaciones que tengo el honor de representar; eso que
existe en el Norte de la América existe también en el Sur.

"Desde hace largo tiempo, las repúblicas autocráticas de Chile y de La Plata, buscan por todos los
medios posibles, apoderarse del rico y vasto territorio araucopatagónico, en el cual ellos no han
podido jamás instalarse; el heroísmo de mi pueblo bien amado le oponen siempre una barrera
infranqueable.

"Luego, yo estimo, como VE, que es bien el tiempo de poner un término a esas conquistas
sangrientas, hechas a mano armada; la guerra en efecto, es una herida horrible cuando ella no
tiene por motivo la defensa del suelo sagrado de la Patria.

"Es por el comercio, es por la industria que un pueblo libre y valiente puede desarrollar sus
facultades, es por la paz y la concordia, que un Estado inteligente se hace próspero.

"Inspirándose en la doctrina de Monroe, corresponde a los Estados unidos que marchan a la


cabeza del progreso, establecer en torno de ellos una armonía perfecta, una union que llevará
pronto a la federación de intereses generales.

"El reino de Araucanía-Patagonia siendo siempre libre e independiente, no tiene sin embargo
ninguna relación directa con las otras potencias, porque no posee marina y porque sus enemigos
seculares, los chileno-argentinos, le tienen, por así decirlo, en una cuarentena forzada con ayuda
de sus cruceros; esto hace que las enormes producciones naturales del país queden sin beneficio
para nadie; VE comprenderá que este estado de cosas debe forzosamente terminar un día, y si yo
me mantengo momentáneamente en Europa, es porque espero establecer líneas de navegación o
de protección, para que mi país tome su lugar en medio de las otras naciones.

"Es por odio de las Repúblicas vecinas que los han perseguido, que los araucanos han tomado la
palabra reino para agrupar sus tribus; en realidad, ellos están siempre en federación centralizada
constitucionalmente; el título de Protector me vendría quizás mejor que este de Rey, pero yo he
debido aceptar sin murmurar, la pesada y gloriosa sucesión que me ha sido trasmitida; ello no
impide considerarme como el primer servidor de mi pueblo.

"El día que quiera el gobierno de los Estados Unidos reconocer oficialmente la autonomía Arauco-
Patagónica, me dará un lugar en los congresos americanos, y me permitirá en fin hacer juzgar
solemnemente la cuestión araucana; si yo soy un aventurero, como lo pretenden ciertos mestizos
de Chile, será bien necesario que se me ejecute públicamente; pero si soy realmente un hombre
de corazón y un civilizador, como lo dicen otros más avisados, la opinión pública sabrá muy bien
vengarme de las odiosas mentiras de esos chilenos ávidos, que ya hemos visto en el Perú, golosos
de guanos.

"No obstante los manejos malévolos de mis vecinos sembrando la discordia, la verdad se impondrá
ella misma, cuando yo tenga una tribuna bien vista; yo podré entonces sacar a la vergüenza de la
historia a los detractores de mis fieles indios y la pacificación será puesta al orden del día en la
América del Sud.

"Esperando, soy feliz de dirigirle mis sinceras felicitaciones al grande y noble presidente de los
Estados Unidos, quien, con sabiduría e inteligencia, acaba de inaugurar una política de pacificación
en beneficio de los indios de América. Por ese generoso ejemplo, da una lección de civilización a
aquellos que, en desprecio de todos los deberes sociales, no temen violar a cada instante el
derecho de gentes o las leyes internacionales. Saludo..."

Podemos suponer que esta carta no tuvo respuesta o fue negativa, porque nada se ha dado a
conocer de fuentes "principescas".

JUEGOS CON LA MASONERIA

Achille Laviarde estuvo siempre vinculado a la masonería en sus múltiples variantes. Mas, como no
despreciaba ninguna alianza que pudiera serle útil, también lució amistades (al menos lo decía él)
con jerarquías de la Iglesia Católica.

Los panegiristas de la corona registran varias distinciones, diplomas y ascensos del rey entre los
francmasones de Francia y los paises mas remotos. Hasta ingresa al discutido (entre varias
facciones) rito Misraïm, que, en otros tiempos, lideró el célebre republicano italiano Pessina y
donde Garibaldi alcanzara el grado 97, creado solo para él. Resulta pues contradictoria e
inexplicable esa hermandad entre un "rey" y una logia decididamente antimonárquica. Sin
embargo, se consigna que el venerable le envía el gran cordón de Giuseppe Garibaldi "supremo
Hierofante", a Achille Laviarde, convirtiéndolo en heredero del cargo que poseía el desaparecido
guerrero italiano.

Sin embargo, tiempo después, el monarca parece haber regresado a la Iglesia Católica, de donde
los francmasones eran excomulgados, pues muere con todos los sacramentos y un funeral
cristiano lo acompaña a la tumba.

"Las sucesivas rectificaciones -escribe Braun Menéndez que rastreó la verdadera vida de Achille
en Pariscon el correr del tiempo tuvieron el efecto de desanimar a los cortesanos, prevenir a los
periódicos e iluminar a los modestos ciudadanos, siempre mas amigos de las pompas que
inclinados al estudio de la geografía.
"La causa de Achille fue de este modo cayendo de tumbo en tumbo hasta alcanzar total
desprestigio, si pudiéramos llamarlo, oficial, no quedándole al seudo monarca otro camino -¡había
que vivir! que convertirse en un "número" que sirviera para atraer a los turistas ingenuos.

"Y así fue como el segundo rey de Araucanía y Patagonia se convirtió en una vedette a sueldo de
los restaurantes de moda, donde su aparición, precedida de estudiada expectativa, causaba
siempre cierta sensación..." (140). Y Braun Menéndez dirá en un reportaje que un pariente de él lo
vio en esas funciones en París. También existe una carta del marqués Joseph-Toussaint de
Villiers, de l'Isle-Adam, del 8 de marzo de 1884, dirigida a su hijo Mathias, el autor de "Cuentos
Crueles", en la que habla de una visita al "Gato Negro", donde cenaron "en compañía de ese
mundo abyecto e infecto" con el Príncipe de Araucanía". (Magne, pág. 181).

En noviembre de 1901, Achille organiza la última gran fiesta, la de su cumpleaños número 60


(donde la mayoría de los invitados pagan su cubierto). Entre los asistentes, Philippe Boiry destaca:
"Saint Georges Amstrong, ex diputado de la Asamblea Nacional de Chile, gran oficial de la Orden
de la Corona de Acero".

MUERTE DE ACHILLE I

Enfermo, sin recursos, sin corte ni amigos seguidores fieles, Achille Laviarde vuelve a su Reims
natal, solo con la compañía de su última amiga, una joven que llama "marquesita", Terré de Raival.
Muere allí el 17 de marzo de 1902. Esta es la versión de Philippe Boiry. Leo Magne dice que el
fallecimiento se registró el 16 de marzo en París (pag. 179).La causa del deceso es contradictoria
según sus cronistas. Uno dice nefritis, otro apoplejía y un último bronconeumonía.

La discutida fortuna del monarca hacia ya tiempo que había desaparecido. "No queda
prácticamente nada dice Philippe Boiry- toda ella ha sido empleada en defender la herencia que él
recibió de Orélie Antoine I". Miembros de la corte, seguramente, dirían a Galatoire que Achille
"falleció en su lujoso palacete de París", pero ellos no lo escribirían.

Nadie ha podido probar que la prensa francesa se ocupara de la desaparición de Achille. Salvo se
menciona una lamentable y pequeña crónica del poco relevante periódico "La Libre Parole", del 22
de marzo de 1902. Comienza así: "Las obsequias de Gustave Achille Laviarde, rey de Araucanía y
Patagonia, patricio irlandés. príncipe de Aucas, duque de Kialéon (sic), conde de Alsena, han
tenido lugar en Reims sin aparato en el cementerio del Sur. Pocos amigos lo acompañaron a su
última morada..." (Magne, pág. 179).

Lo mismo que ocurriera con el primer monarca, su familia no quiere saber nada con herencia
material ni real ni título de nobleza de ningún tipo. Evidentemente, entre los suyos tampoco tuvo
buena prensa. Su tumba es abandonada. Philippe Boiry en los años 60 formula duras quejas
contra la Municipalidad de Reims por no ocuparse de su ilustre hijo brindándole un digno reposo
para sus restos. No consigue placa ni monumento, ni que limpien los yuyos de la tumba.

En 1976 Philippe Boiry logra colaboraciones para exhumar a la Reina María, al Rey y los padres de
éste, llevándolos a Tourtoirac para sepultarlos junto a Orélie Antoine I, y donde él mismo se ha
reservado un lugar.

Siguiente Capítulo: EL REY ANTOINE II

PRIMERAS NOTICIAS DEL REINO DE ARAUCANIA Y PATAGONIA EL NACIMIENTO DE UN "REY" SEGUNDA ENTRADA DE
DIEZ DIAS EN EL ARAUCO A ARAUCANIA VIA BUENOS AIRES TERCER VIAJE VIA BUENOS AIRES EL REY ACHILLE I Y
SU FANTASIOSA BIOGRAFIA EL REY ANTOINE II LAS LEYES FRANCESAS Y LAS ORDENES DE CABALLERIA DE
INGLATERRA INVITAN AL "PRINCIPE" A ARGENTINA Y CHILE BIBLIOGRAFIA

CAPÍTULO VII

EL REY ANTOINE II
Lo que queda de la "Banda de Charles Cros", o "Banda del Gato Negro", el cabaret que atraía a
intelectuales y calaveras del ruido, las luces y oscuridades de Montmartre, no quiere olvidar ese
motivo de diversión y bromas, que por varias décadas había mantenido como ficción seguidos por
una comparsa de impresentables personajes que se unían a la farsa y especulaban con ella. Tanto
los primeros, como los segundos, se han reducido en número con el tiempo.

De los bromistas intelectuales, hay uno solo que ha mantenido un contacto más o menos
permanente con esta fantasía y hasta lo ha hecho con simpática consecuencia hacia el amigo y
originario rey Orélie Antoine I y, a cierta distancia -en especial en sus manejos económicos- del
poco recomendable Achille I. Ese es Antoine Hippolyte Cros, "duque" de Niacalel, ministro
secretario de estado.

Así pues, el 21 de marzo de 1902, a los cuatro días de morir Laviarde en Reims, a cuyos funerales
no hay prueba de que concurriera nadie de la corte, se reúne en París el Consejo de Regencia y
designa nuevo Rey a Antoine Hippolyte Cros, como Antoine II. En ese momento, el nuevo monarca
(otro ajeno a la familia del

fundador de la corona hereditaria), tiene 69 años.

Antoine Cros integraba una familia de notables de antes, durante y después de esta aventura, que
consideran el tema como una travesura o humorada de él y de su hermano Charles. El padre de
Antoine era Simon Charles Henri Cros, nacido probablemente en 1802, quien se casa el 22 de
agosto de 1832 con Joséphine Thor. Un profesor progresista, decidido republicano, que nunca
soñaría, ni en broma, que sería padre de un rey. Su rigor de convicciones lo desarrolla en una de
sus obras: "La teoría del hombre intelectual y moral".

Antoine Hippolyte, nacido el 10 de mayo de 1833 en Lagrasse (departamento del Aude) es el


primogénito de la familia y tiene otros tres hermanos: Henriette que nace en 1838, Henry (buen
escultor) venido al mundo en 1840 y, por último, Charles, que nace en 1842.

Si bien Antoine se destaca como escritor, investigador, polígrafo y poeta, y Henry como artista, es
Charles el más famoso y quien merece los honores de todos los diccionarios franceses. Es que
Charles Cros no sólo llamó la atención como fino poeta, sino que también popularizó
internacionalmente su nombre como inventor. Entre sus creaciones se lo recuerda como precursor
del fonógrafo y la fotografía color. Murió a los 46 años, en 1888, en plena gloria y capacidad,
afectado sentimentalmente por la desaparición del gran amor de su vida, la conocida Nina de
Villard, fallecida demente en Suiza, ese mismo año.

VIDA Y REINADO DE ANTOINE II

Antoine Cros se casa el 5 de marzo de 1856, a los 23 años, siendo aún estudiante de medicina,
con una bella joven dos años menor, llamada Léonilla Mendes, hija de Manuel Edorico Mendes y
Heliodora Perpetua Texeira dos Santos, acaudalada familia brasileña. Una vez obtenido el título
profesional, se traslada con su esposa a Río de Janeiro. Las vinculaciones familiares de su mujer,
le permiten ubicarse como médico personal del emperador Don Pedro II. Allí, en 1856, nace la
única hija del matrimonio, Laure Thérèse, el 22 de diciembre de 1856.

En 1870 Antoine está de vuelta instalado en París vinculándose rápidamente con sus primeros
pasos de lo que fue una carrera de afortunado autor, investigador en medicina y cuestiones
metafísicas y, según Boiry, de ocultismo (¡!). Estas últimas inquietudes quizás influyeron en su
atracción sobre Orélie Antoine de Tounens, en las alegres y habituales tenidas con intelectuales de
la época que frecuentaban la noche de Montmartre. Allí también intimaría con Paul Verlaine (a
cuya esposa Mathilde Mauté curó de viruelas), Jean Maéas, Charles Maurras, Alphonse Allais, etc.

A su regreso de Brasil, de donde trae una pequeña fortuna, instala casa en Asnières, junto a París,
que por su carácter de abierta se transforma en salón de intelectuales de buen humor. En 1882 se
ve a Antoine Cros participando del acto de proclamación de Achille I. Rompe por divorcio su
matrimonio el 25 de junio de 1885 y el 21 de marzo de 1888, a los 55 años de edad, se casa
civilmente en segundas nupcias con Anna Frederica Runzli, a quien nunca presentará como
"Reina" ni la mezclará en la humorada de noctámbulos.

El corto reinado de Antoine Cros, de menos de 20 meses, se limita en especial a organizar algunas
reuniones sociales y a otorgar generosamente órdenes de caballería (unas ocho docenas, por lo
menos). En Estados Unidos y en Brasil nombra "cónsules".

Sólo en los primeros días de 1903, ya enfermo y a meses de su muerte, tiene una actuación pero
sin la menor trascendencia práctica. Es que el 25 de diciembre de 1902 el Rey Eduardo VII de
Gran Bretaña, hijo de la muy colonialista Reina Victoria, firma el laudo sobre límites entre Argentina
y Chile, en base a la línea divisoria de las altas cumbres de la cordillera de Los Andes. Antoine II
estima al laudo "violatorio de los derechos de araucanos y patagones" y rechaza la decisión de
anexarlos a Chile y Argentina, respectivamente. Así lo expresa en protestas que envía a diversos
gobiernos de Europa y el resto del mundo, sin ninguna respuesta favorable. y allí termina la
cuestión.

Pero el actual pretendiente, Philippe Boiry, en su historia escrita en 1979, se extiende en este tema
del laudo inglés. Lo llama "decisión escandalosa", calificando a Argentina y Chile de "potencias
colonialistas". Pareciera querer replantear el conflicto en hipotética y trasnochada defensa de
derechos monárquicos.

Una decisión eminentemente enunciativa, sin ninguna posibilidad práctica, por absurda en su
momento, fue la creación de una Asociación Francesa de Expansión Comercial, para el
intercambio entre Francia y Araucanía-Patagonia. Otras medidas de Antoine II consisten en
reformar los estatutos de las condecoraciones y crear una nueva, la "noble y real orden de Saint
George", más una medalla conmemorativa de su coronación, y un Consejo de Ordenes Reales.

Los integrantes de la ya reducida corte, que con Antoine II no tuvieron oportunidad de hacer las
pillerías que acostumbraban montar a la sombra de Orélie Antoine I y Achille I, toman la iniciativa
de hacer una suscripción (una más), pero esta vez para regalarle al monarca una espada de honor
y una corona de roble. Paralelamente se conforma el "Comité de Estudios de la Corona y la
Espada" en el décimo distrito de París "para propagar la defensa de la causa araucana y reclutar
nuevos partidarios entre las personas honorables susceptibles de interesarse".

Todas estas minucias las recrea Philippe Boiry tratando de inflarlas, pretendiendo darle
trascendencia política al reinado de Antoine II.

El primero de noviembre de 1903, día de todos los santos, muere Antoine Cros en su casa. Su
deceso tiene bastante resonancia y algunos consideraron sus funerales como "casi nacionales", lo
cual se puso en evidencia al ser sepultado en el cementerio de Montparnasse, donde descansan
muchas celebridades. Las crónicas periodísticas se ocuparon de él por sus méritos personales,
pero ignorando su condición de Rey de Araucanía y Patagonia y sus títulos de nobleza
sudamericanos.

Se conoce una excepción, un artículo aparecido 14 días después de su fallecimiento, en


"L'Evénement", publicación de escasa importancia, bajo el título de "La muerte de un rey". La firma
Léon Rétif, muy presumiblemente miembro de la corte por los elogios que se hacen al ilusorio
reino, diciendo entre otras cosas: "...Antoine II ama a sus súbitos, los instruye y gobierna de
ejemplar suerte..."

LA SUPUESTA REINA LAURE THÉRÈSE I

Como esta dicho, Antoine II en su primer matrimonio tuvo una sola hija, Laure Thérèse, nacida el
22 de diciembre de 1856. Pero de su segundo matrimonio tuvo otros dos hijos, Thérence y Juliette.
Como el rey fallecido no dejó designado sucesor, de acuerdo a las reglas del reino, Laure Thérèse,
la mayor, se habría convertido en reina. Todo según Boiry. Pero no fue así, pues nunca utilizó el
título, ni habló de él, ni jamás tampoco se consideró princesa de Aucas ni duquesa de Niacalel,
como tampoco su esposo Louis Marie Bernard.

Pues bien, a la muerte de Antoine Cros, cinco días después, el 6 de noviembre de 1903, se reúne
en Asnières, "a puertas cerradas", el Consejo de Ordenes Reales bajo la presidencia de Georges
Senechal de la Grange, que lee un documento de fecha 2 de noviembre anunciando el deceso de
Antoine II, "por la gracia de Dios rey de Araucanía y Patagonia, ha entregado su bella alma a Dios
en el 70 aniversario de su nacimiento, y 43 de la fundación del reino, habiendo reinado un año y
siete meses". Luego el mismo Consejo designa sucesor por unanimidad al propio de la Grange,
quien se desempeñaba como ministro secretario de estado del difunto monarca. Este señor
declara no aceptar la función, pero si seguir siendo presidente de la sociedad de condecorados de
la constelación del Sud.

Philippe Boiry, muchos años después, cita al fantasmal Bernardo Jiménez Abendanio, diciendo que
la sucesión correspondía "ipso facto" a la hija legítima Laure Thérèse, princesa de Aucas, duquesa
de Niacalel, siendo su esposo el duque de Niacalel", o sea Louis Marie Bernard, con quien hace 23
años esta casada, habiendo tenido tres hijos: Etienne, Jacques Antoine y André.

Hipotéticamente, entonces, Laure Thérèse, reinó durante casi 14 años, hasta su muerte el 12 de
mayo de 1916 en Issy les Molineaux. Pero no se registra ninguna, absolutamente ninguna
documentación sobre ese largo reino. Ni la mas mínima prueba de que hubiera usado el título o
tomado una sola disposición "real", como tampoco lo hicieran sus hijos o su esposo.
Sin embargo, el actual pretendiente Philippe Boiry, se las arregla, con peregrinos argumentos, para
intentar justificar ese abandono de la corona o silencio de tantos años. Y vuelve a mencionar al
misterioso Jiménez Abendanio, transcribiéndole unos párrafos:

"Las únicas razones por las cuales la reina Laure Thérèse y su hijo el príncipe de Aucas, Jacques
Antoine (el futuro Antoine III) no juzgan bien dar más publicidad a sus derechos y a sus
reclamaciones territoriales, son de orden internacional. El 25 de diciembre de 1902, la Gran
Bretaña, volviendo de su reconocimiento del reino de Araucanía Patagonia, veinte años atrás (?), y
por intereses comerciales, arbitró la partición del reino entre Chile y Argentina, crimen comparable
a la partición de Polonia. Apenas tres meses después, el rey Achille moría, bajo el fracaso de toda
su obra diplomática considerable. Fue entonces en esas circunstancias dramáticas que el rey
Antoine II conduce la última lucha por la independencia, bajo un plan verdaderamente efectivo. Es
el sentido de su proclamación para sus pueblos. Pero poco a poco las diversas potencias
reconocen el hecho consumado que no permite más a las naciones sostener, mismo
oficiosamente, los derechos del reino de Araucanía-Patagonia. Estos son los hechos que dictaron
a la reina Laure Thérèse y a su sucesor el rey Antoine III la prudencia, esperando días
mejores..."(Boiry, pág. 397).

Luego, por su cuenta, Philippe Boiry da estas explicaciones infantiles: "Hubo durante el reinado de
Laure Thérèse I una actividad efectiva de la cancillería araucana. Desgraciadamente, será
imposible, mismo para los historiadores mas avisados, de dar cuentas...En efecto, en 1940,
cuando las tropas alemanas se aproximaban a París, Isidore Louis Dulong, que asumió las
funciones de presidente de la sociedad de condecorados de la constelación del Sur en 1933,
tomado por una incomprensible inquietud, destruye todos los archivos de la casa real de
Araucanía-Patagonia, que tenía en depósito!...Así, de dos reinos, no quedan mas rastros!" (pág.
398).

¿Como es posible que no exista un comentario periodístico, una nota enviada que debe tener su
destinatario, un papel impreso o algún testimonio familiar, aunque fuere oral, que pruebe alguna
actividad real de dos monarcas que habrían reinado durante casi medio siglo?. Es cierto que los
historiadores, como dice Boiry, no podrán encontrar nada, simplemente porque nada existió.

Por su parte, Galatoire escribe: "...Tanto Laura Teresa como Jacques Antoine, dejan de usar el
título de reyes en el exilio, usando solamente el de príncipes de Araucanía" ("Todo es Historia",
número 8 - diciembre 1967). La incorrecta información debe provenir de Boiry o sus amigos,
porque nunca fueron usados esos títulos.

Por su parte, Leo Magne, que investigó la cuestión, afirma, como tantos otros autores, que Antoine
Cros fue el último rey de Araucanía-Patagonia (pág. 180).

TESTIMONIO INCONTESTABLE DE MAURICE DRUON

En varias ocasiones fuimos recibidos por el señor Maurice Druon, actual Secretario Perpétuo de la
Academia Francesa, en la sede de esa institución. Maurice Druon, escritor de renombre, fue
Ministro de Cultura del Presidente George Pompidou, desde 1972 a 1974. Por otra parte es, nada
más ni nada menos que biznieto de Antoine Cros, o sea el llamado rey Antoine II. El nos dice:

"Orélie Antoine de Tounens fue un rey fantasma... En mi familia el reino fue una broma, nacida del
buen humor de Antoine y Charles Cros y la barra de intelectuales que frecuentaba el cabaret "El
Gato Negro" de Montmartre...Antoine Cros tuvo tres hijos: Therence (el mayor que murió joven),
Laure Thérèse que se casó con Etienne Bernard y Juliette, casada con un señor Samuel, mi
abuelo... Etienne Bernard y Laure Thérèse tuvieron varios hijos. Uno de ellos fue Jacques Antoine,
el menor, quien a su vez tuvo varios hijos...Ni la supuesta reina Laure Thérèse ni Jacques, usaron
jamás el título. De ello se hablaba en familia como una broma de Antoine y Charles Cros...".

JACQUES ANTOINE III "ABDICA" EN FAVOR DE PHILIPPE BOIRY

Ya ha quedado bien claro que la "reina" Laure Thérèse I no existió como tal. Exactamente la misma
actitud de olvido y desinterés por continuar la farsa de la barra de intelectuales y cabareteros de fin
de siglo pasado, observó su hijo Jacques Antoine, a quien el pretendido "príncipe Philippe" dice
heredar por "abdicación" en su favor.

"El 12 de mayo de 1916 -escribe Philippe Boiry- la reina Laure Thérèse, que es viuda, muere en
Issy les Moulineux, dejando como lo hemos visto, tres hijos. Entre estos, usando las prerrogativas
fundamentales de los soberanos de Araucanía Patagonia, cuyo mecanismo ha sido expuesto
precedentemente, ella ha elegido a su hijo Jacques Alexandre Antoine Bernard, nacido el 11 de
abril de 1880 en París (XVIII), para sucederle" (pág. 400)..

Por supuesto, esta designación de heredero no existe ni existió nunca, ni menos la explicación del
porqué olvidaría a sus otros dos hijos para tal función, incluso al mayor y los hijos de éste. No
habiendo designación de heredero, la sucesión correspondería entonces al hijo primogénito, y en
caso de muerte, a uno de sus hijos. Luego, Jacques Bernard, que con razón nunca se consideró
rey ni le interesaba el título, no podía abdicar ni ceder derechos que no tenía ni deseaba.

Pese a lo detallista de nimiedades, de su libro de "historia" de casi 500 páginas, a esta cuestión,
desde la muerte de Laure Thérèse y ascensión al trono de Jacques Antoine, su biografía, su
relación con él y la cesión de sus derechos monárquicos, le dedica un poco más de una página.
Allí no aporta ni transcribe ningún documento que pruebe sus dichos. Vale la pena leer este
condensado:

"Al momento en que accede a la sucesión real araucana, quien será Jacques Antoine III, está en
su segundo matrimonio. Antes desposó en 1907 a Andrée Emile Coquelin. El acaba de casarse el
29 de octubre de 1915 con Suzanne Anna Eugénie Legat que se convierte así, con la ascensión a
la sucesión monárquica de su marido, en la tercera reina de Araucanía.

"Jacques Antoine III se casará una segunda vez, con Ingrid Moller en 1931, pero ese enlace se
disolverá en 1946 y no tendrá consecuencias dinásticas.

"De la muy atractiva personalidad del quinto príncipe heredero de Araucanía, citaré, especialmente,
que fue director del célebre "Mercure de France" y que publica una interesante novela filosófica, en
esa misma editorial, recordando ciertas teorías científicas de su tío abuelo Charles Cros.

"Su actividad como heredero, fue reducida como la de su difunta madre. En lo privado, por el
contrario, tuvo ciertas opciones políticas, durante la segunda guerra mundial, que debieron
ensombrecer el fin de su vida.

"Digamos simplemente que fue un partidario convencido de Europa, en un tiempo donde la imagen
que ofrecíamos estaba muy alejada de esa por la cual muchos europeos militan actualmente.

"A la liberación de Francia conoce la prisión y, envejecido y pobre, cumple, al fin de su vida, un
acto destacable que quiero citar aquí. Tenía, cuando tuve el honor de conocerlo, setenta años y
vivía en una encantadora pequeña casa cerca de París. Esta casa, la había, a esa edad avanzada,
construido él mismo con sus manos!.
"Pienso que es inútil de comentar este acto de coraje de un hombre remarcable por su
pensamiento, la intrepidez física y la filosofía sonriente y desengañada.

"Es allí donde le encontré frecuentemente, viviendo solitario y meditativo, y continuando su obra
filosófica, plena de originalidad.

"Es aquí, también, que llego a los últimos tiempos de este relato.

"En nuestras conversaciones, revelé a Jacques Bernard que yo descendía, por alianza, de la
familia de Tounens y que mis antepasados estaban emparentados directamente con los suyos.
Esta información, y la simpatía que él me brindaba, lo determinaron, usando, una vez más, de ese
derecho bien particular y fundamental de los soberanos de Araucanía Patagonia a designar, como
les parezca, aún descartando una descendencia legítima o natural, el sucesor de su elección, a
elegirme como heredero de esta monarquía. También, para un curioso retorno de las cosas, la
sucesión real araucana, volvía a sus orígenes.

"El lo hizo por un acto solemne del 12 de mayo de 1951, en los términos mismos empleados por
Adrien Jean de Tounens para pronunciar la renunciación de su familia en favor de Achille.

"El acta comienza por las palabras: "Yo, Jacques Bernard, en mi calidad de heredero directo y
nieto de Antoine Cros... precisa que "por el presente acto cede, renuncia y abdica...todos los
derechos que posee sobre esta sucesión al trono de Araucanía Patagonia". Firmado delante de
dos testigos, y cumplidas todas las exigencias legales de un acto bajo firma privado y su pleno
efecto jurídico, es reconocido por los tribunales franceses, como yo lo diré después.

"Jacques Antoine III muere, en París, el 26 de octubre de 1952" (pág. 401).

Aquí termina el abracadabrante ascenso al trono de Philippe Boiry, según él mismo.

ACLARACIONES NECESARIAS:

No es seguro que Jacques Antoine Bernard y Philippe Boiry se hayan conocido y tratado
personalmente. Eso si, existió un cierto intercambio de correspondencia en cuanto el pretendiente
se declaraba interesado en el tema y, probablemente, haya hecho alusión a una posible
descendencia (que también es falsa) con la familia de Tounens.

Es verdad que Jacques Antoine Bernard fue "partidario convencido de Europa", pero en ningún
momento menciona que ese señor, como otros intelectuales de la época, fue colaboracionista de
los nazis. Esa "idea de Europa" fue inspirada por Hitler cuando Francia estaba ocupada por los
alemanes.

Es curioso eso de la simpatía despertada hacia Philippe Boiry, un joven de 24 años que ya luce
falso título de barón y diversas órdenes de caballería ficticias, sin ninguna calificación intelectual ni
estudios completos.

Es falso también, como demostraremos más adelante, que lo hayan reconocido los tribunales
franceses.

De todos modos, a su designación como heredero y su vinculación familiar con los Tounens, y sin
mostrar ningún documento, le dedica simplemente tres párrafos, cuando en igual proceso de
Achille le acuerda, sólo al acta de abdicación, más de 14 páginas y muchas otras de detalles.
Cuando al "príncipe" Philippe se le pide copia del acta de abdicación en su favor, invariablemente
responde que se encuentra en la caja de un banco. Es significativo que no disponga de ese
material esencial para intentar justificar sus "derechos", mientras distribuye por centenares
duplicados de otros "documentos del reino".

Entre las múltiples fotocopias que suele entregar a los periodistas, hay una esquela manuscrita de
Jacques Antoine Bernard, donde, sin decirse príncipe ni abdicar a nada, expresa:

"15 de marzo 1951

jueves

"No tengo otra cualidad para pasar poderes, aun ideales, sobre la continuidad de la alianza entre la
Araucanía y Francia, que el ser nieto del doctor Antoine Cros, él de Languedoc, yo de Montmartre.

"Si así fuera, le ruego creer que no veo ningún inconveniente para que Vd. se ponga en las filas
para dirigir ese pueblo de gigantes, como se dice.

"Con mis mejores sentimientos, créalo bien, le ruego considerarme su

Jacques Bernard".

Como se aprecia, la carta transcripta, no muy coherente, no le aporta ningún título ni derecho a
Philippe Boiry. Solo responde a quien le ha expresado su simpatía o interés por los araucanos.

Maurice Druon describe así a su primo Jacques Antoine: "Viejo hombre venido a menos, de muy
mala salud y viviendo en una gran miseria..."

OTRO TESTIMONIO DE MAURICE DRUON

Ante las manifiestas contradicciones de Philippe Boiry, que ofenden a la familia Cros, el biznieto
del llamado Antoine II, el ya citado Maurice Druon, desde su despacho del Palacio Mazarin, nos
declara:

"André Maurois (1885-1967), académico y gran amigo mío, un día me lleva a Tourtoirac,
mostrándome la tumba del "Rey", donde veo una inscripción que menciona a Philippe Boiry, quien
había construido la tumba, como "Príncipe de Araucanía". Como ese nombre jamás se había oído
en mi familia, lo busqué e invité a mi casa. Allí le presenté a mi primo Jacques Bernad hijo. ¡Gran
Turbación!. Fue gracioso ver su nerviosidad. ¿De dónde ha sacado Vd. el "Acta de abdicación" en
su favor?. Boiry respondió "que no había tal acta pero que su intención en una carta dirigida a él
así lo daba a entender".

"Puede haber existido alguna correspondencia sin contacto personal, pero no hubo abdicación en
su favor. De existir, la mostraría.

"Boiry me ofrece títulos de nobleza y condecoraciones que por supuesto rechazo sin reconocerle
derecho a ello.

"Por años Boiry se mantuvo silencioso, pero ha vuelto a reaparecer.


"Boiry es un maniático impostor de vocación a repetición, permanente y progresivo.

"Jacques Bernard, condenado como colaboracionista, no consultó a su hermano mayor ni a sus


hijos."

Esta historia de Philippe Boiry debería terminar aquí, pero como dice el Secretario Perpetuo de la
Academia Francesa, su manía es "permanente y progresiva".

EL CURIOSO ARBOL GENEALOGICO DE PHILIPPE BOIRY

Philippe se llama directamente sobrino nieto de Orélie Antoine de Tounens y en ese parentesco
con el originario "rey" funda las razones por las cuales habría abdicado en su favor el inexistente
Jacques Antoine III.

Cuando se le piden precisiones se dice "tátara, tátara, tátara sobrino nieto", agregando: "Yo llego a
ser pariente, mientras que mis cuatro predecesores no lo eran". Y para demostrarlo, difunde en los
últimos años un árbol genealógico, que tenemos a la vista.

. Arranca en 1630 por la rama que llega a Boiry y la de los Tounens en 1668. Es en 1746 que uno
de los primeros, Leonard Joussein, se casa con Aubine de Tounens. De esa forma, según Boiry, su
bisabuela paterna fue la prima en sexto grado de Orélie Antoine".

Lo llamativo de ese documento privado es una desprolijidad evidente. Mientras todas las líneas de
contacto están hechas con rayas rectas, quizás con regla o a máquina, en la que une a las dos
familias verticales, por el casamiento de 1746, hay como un agregado en bolígrafo, notoriamente
irregular. ¿Casualidad o ligereza?.

Lo cierto es que todo árbol genealógico es dudoso en cualquier lugar del mundo cuando se trata de
familias de escasa o ninguna notoriedad, y máxime remontándose a casi dos siglos y medio atrás,
como por ejemplo el caso de los Tounens que la justicia determinó como "simples braceros y
labradores", al hablar de los ascendientes de Orélie Antoine, como lo hemos visto. En Francia los
registros de casamientos, nacimientos y defunciones eran llevados por las parroquias hasta que,
con motivo de la Revolución de 1789, pasaron a los municipios.

LA DELIRANTE MANIA NOBILIARIA DE PHILIPPE BOIRY

Philippe Boiry, al igual que sus "augustos predecesores", demostró desde muy joven manías
nobiliarias, coleccionando títulos inventados por él, pero ninguno universitario, aunque se deje
llamar abogado, profesor, etc.

Con motivo de su visita a Argentina y Chile, en 1989 ganó cierta actualidad caricaturesca en estos
dos países, de lo cual se mostraba muy satisfecho, pues en Francia su nombre aparece rara vez y
en particular para ser ridiculizado. En América se presentó solemnemente como "príncipe de
Araucanía y Patagonia", a cuyos "derechos dinásticos, soberanos y políticos" ha jurado no
renunciar jamás, según su "historia".

A los 25 años de edad, en 1952, Philippe Boiry aparece ya en el cómico "Annuaire Mondial de
Cabalerie", una publicación donde se destacan los falsos nobles, traficantes de honores y
caballeros de industria. En ese anuario, no se incluyen trabajos de expertos serios sino que se
transcriben "autobiografías" que se envían acompañadas de un cheque "para reservar un ejemplar
previo a su aparición". Un sistema "comercial" de pillos para explotar vanidades y mitomanías. Allí
este señor figura asi:
"BOIRY, barón Philippe-Paul, Alexandre Henry. Caballero capitular profesante y escribano de la
orden Saint Michel, caballero de justicia y de devoción y preboste de la orden noble de nuestra
señora del Chardon, caballero de justicia y de devoción de la orden de Saint Jean de Jerusalém,
etc... (sic).

"Miembro hereditario de la American Heraldy Society, miembro de la sociedad heráldica y de


sigilografía danesa.

"Periodista, escritor.

"El barón Boiry pertenece a una antigua familia caballeresca en la cual las diferentes ramas se
fijarán desde el siglo XVI en Languedoc, Rouergue, Marche y Berry. Ciertos autores le acuerdan un
origen romano. Las actas que le conciernen aparecen desde el siglo XII. Por su madre, el barón
Boiry pertenece a una vieja familia del delfinado que remonta al siglo XII, que da cónsules de
Grenoble.

"las armas de la familia Boiry (antiguamente Boury, Boery, de Boiry) son: azul en las espigas de
oro y tres estrellas, ubicadas en dos y una. En lo alto, de plata tostada en cinco barras coronadas
por un escudo de barón. Grito: Arboles.

"Divisa: Semper via recta.

"Casado el 24 de junio de 1950 con la señorita Jacquelinne Marquain" (pág. 27).

En esta autobiografía, salvo su nombre propio, todo lo demás se estima falso. La categoría de
barón es la más comúnmente usurpable porque no exige el "de" previo. Falsas las órdenes de
caballería, no porque no las tenga sino porque la procedencia es ilegal, inventada por oportunistas
al margen de la ley que rige en la materia en Francia. Es falsa su ascendencia y escudo, pues el
Gotha no lo reconoce. Hasta aparece confusa la identidad de su esposa, que luego presentará
como "princesa Dominique" (enviudó?, se divorció?). También en forma astuta da las variantes de
su apellido. En ningún momento explica en razón de qué méritos, a tan poca edad (24 años) y sin
estudios superiores, le han sido acordadas las órdenes de caballería que menciona y las que
contiene el "etc.". Su calidad de "escritor" no se avala con la mención de libros publicados a esa
fecha.

Más el imaginativo joven tiene mala memoria. Se olvida de las fantasías publicadas por él mismo y
vuelve a la carga. Solo tres años después, en 1955, a los 27 de edad, hace difundir otra biografía
en que ya no es barón y donde

cambia escudo y divisa.

Su nueva historia la envía a la prensa adjuntando su foto, con una proclama sobre "El derecho
absoluto de Araucanía-Patagonia a la independencia y a la vida". Así aparecen artículos en "Le
Miroir de l'Histoire" y en "Les Cahiers de l'Histoire", curiosamente firmados por "P.A.B." (¿Philippe
Alexandre Boiry?). En ellos, él mismo se asigna los siguientes títulos:

"Philippe, príncipe heredero de Araucanía, príncipe de los aucas, duque de Kialeou, conde de
Alsena, príncipe de Angol y de Arauco, príncipe de Ushia (sic), duque de Chilos, príncipe de la
Tierra del Fuego, conde de Santa Inés, duque de la isla Cobo, príncipe de Pessimonte, príncipe de
Medelin, príncipe de Zota, príncipe de Monterno, barón de Lorne y Torchefelon, príncipe protector
de los pueblos de Araucanía y de Patagonia y de las tierras australes del continente americano,
vutha-apotoqui y caraguen de los mapuches y los tehuelches, los chechechets, los malouches,
etc." (sic). (Las palabras vutha-apotoqui y caraguen, no tienen iguales ni parecidas en araucanos.
Lo de chechechets suena también a broma al lector).
Este anuncio lo repite Jean Raspail en nota dirigida a la embajada argentina en París, refiriendose
al viaje que anunciaba a Buenos Aires Philippe Boiry en 1989. .

Sin contar lo que pueda haber en los etcétera, renace Philippe Boiry con un envidiable acopio de
principados, digno del libro de los recprds. No siendo heredados estos "títulos", porque sus
"augustos antecesores" no llegaron a tanto, evidentemente se los ha inventado y autoadjudicado.

Una reflexión merecen estos manejos. La negada y desconocida acta de abdicación, sería del 12
de mayo de 1951. Pero en 1952 aparece en el mencionado anuario de caballería solo con el título
de "barón", sin hablar de sus principados sudamericanos. Esto hace sospechar que la supuesta
acta, de existir, fue fabricada con posterioridad a la fecha indicada.

El reconocimiento de sus títulos dice provenir de personajes e instituciones tan serias como su
reino, que cita: "El tribunal de armas y colegio heráldico de Costa Rica, por intermedio de su
presidente don Norberto de Castro y Tosi, conde de Aguasanta. Del colegio heráldico del reino de
Dinamarca (?). de la casa imperial de Bizancio, gracias a los príncipes Jules y Theodore Lascaris-
Comneme (llamados en verdad Lascorz). De la casa real de Paterno, pretendiente al trono de
Baleares. De la casa imperial azteca de su alteza imperial y real el príncipe Guillermo Grau-
Moctezuma. De la casa imperial de Nicee y Bitinie por el príncipe Alexandre Licastro, duque de
Chastre, príncipe titular de Deols, pretendiente al trono del santo imperio romano de oriente, etc."
(¡otro etcétera para el suspenso!).

Todo lo precedente, puede leerse ampliado en el libro "Ordenes y Contraordenes de Caballería",


de Arnaud Chaffanjon y Bertrand Galimard Flavigny - Mercure de France - 1982 (pag. 289 y
siguientes). Esta obra mereció ser prologada por Claude Ducourtial-Rey, prestigioso conservador
del Museo de la Legión de Honor y Ordenes de Caballería.

Podemos asegurar que ninguno de esos "nobles" citados lo son ni lo fueron nunca. El más
desprevenido no puede menos que reírse al escuchar tales nombres, títulos y aspiraciones. La
biografía del siciliano "príncipe" Paterno,, cuando no tenía aún 40 años, es chaplinesca. Basta
transcribir una sola de sus aseveraciones: "gran cruz y collar de alrededor de 250 órdenes de
caballería italianas, francesas, españolas, belgas, portuguesas, alemanas, polacas, sudamericanas
(?), inglesas, albanesas, griegas, etc. etc. etc." (sic).

S.A. imperial azteca, es un ridículo aventurero buscón nacido en Cataluña, que por sus actividades
dudosas desapareció de los lugares que habitualmente frecuentaba cuando negociaba diplomas
de una inexistente Universidad de Moctezuma. El "pretendiente al trono del Santo Imperio Romano
de Oriente", con lo que significa que espera volver a reinar, es sencillamente caricatural. Lo mismo
puede decirse de los "príncipes" de Bizancio. ¡Impresentables!.

En cuanto al presidente del "tribunal de armas y colegio heráldico de Costa Rica, don Norberto de
Castro y Tosi, que aparece aquí como conde de Aguasanta, es el mismo

"duque" araucano de Charrabal, varias veces citado.

De Costa Rica se nos ha hecho llegar un curriculum de Castro y Tosi, nacido en 1921 y muerto
"trágicamente" en 1971. En dicho documento no se hace la más mínima mención de que haya
obtenido título alguno de doctor o profesor. Sólo se indica que "terminó su educación primaria y
cursó toda la enseñanza secundaria en el Liceo Pasteur de Neuilly Sur Saine". Dice haber iniciado
estudios de derecho en Chile y también en la Escuela de Letras y Filosofía de la Universidad de
Costa Rica, sin concluir ninguna de esas carreras. Pero, al igual que Achille Laviarde, se consigna
que realizó numerosos estudios con profesores particulares, a partir del idioma inglés con una
"nurse" británica. Así lo vemos interesarse por la historia, mitología y genealogía, como en historia
medieval y bizantinología. Hombre de una "memoria fenomenal", sería un "serio y profundo
investigador de fama internacional"... "una de las personas que más conocía en Costa Rica el arte
del blasón"..."fue miembro de gran número de sociedades y academias científicas del mundo...".

En su biografía no se consigna el aristocrático "de" que Philippe Boiry antepone al apellido de


Castro y Tosi. Tampoco se mencionan sus títulos nobiliarios mapuches ni las investigaciones que
habría escrito sobre Orélie Antoine y el actual pretendiente, cuando éste lo cita tanto y se ha
preocupado por difundir sus opiniones entre cuantos escritores se han interesado en el "reino"
araucano-patagónico. Llama la atención esta omisión porque el curriculum consigna uno por uno la
cuarentena de artículos publicados en diarios y revistas de Costa Rica, en su casi totalidad sobre
genealogía de familias de su país.

TESTIMONIO DE LA SOCIEDAD HERALDICA ESCANDINAVA

En cuanto al reconocimiento que Philippe Boiry publica, de un "Colegio Heráldico del reino de
Dinamarca", merece comentario aparte. Tenemos a la vista una nota firmada por el secretario de la
Sociedad Heráldica Escandinava, señor Carsten Frölich, de fecha 22 de marzo de 1993,
contestando un requerimiento de la embajada argentina en Copenhague. Esta institución, dice,
"reúne a las sociedades heráldicas de los países escandinavos bajo un mismo régimen y bajo una
reglamentación que asegura una extrema seriedad en todos los asuntos heráldicos sobre personas
privadas como instituciones y está reconocida oficialmente, figurando en el Libro Anual de la Corte
y Organizaciones Estatales de 1993, número 1677, página 1070".

Con respecto a lo afirmado por Philippe Boiry, el informe oficial dice:

"En Dinamarca no existe una institución con el nombre Colegio Heráldico del Reino de Dinamarca.
Al investigar ante el ex secretario Dr. Ole Rostock que estuvo en esta Sociedad Heráldica muchos
años, hemos conseguido la siguiente información. Anteriormente existía una institución
enteramente privada, fundada y dirigida por un señor Sjallung, ya fallecido. Esta organización
ofrecía "investigaciones" (el encomillado esta en el original) genealógicas y árboles genealógicos.
El Sr. Ole Rostock recordaba que también habían probado vender "patentes de nobleza" (sic) para
el francés señor Philippe Boiry mencionado en la carta de la embajada, que porfiaba ser príncipe
de Araucanía y Patagonia. Todo parece indicar que no sólo el título sino también toda relación con
esa parte del continente sudamericano era simplemente ficticio. No se cae en injuria al sostener
que todo este asunto era una forma primitiva de fraude. El mencionado "Colegio" cesó de existir
alrededor de 30 a 40 años atrás."

No para aquí la manía nobiliaria de Boiry. En su libro "Historia del Reino de Araucanía", habla
bastante de sí mismo y de su frondoso árbol genealógico inventado. Dice que un bisabuelo "fue
directo descendiente, por diversas alianzas familiares y a través de 33 generaciones, del
emperador Carlomagno, del cual desciendo yo igualmente, al igual que numerosas familias
soberanas de Europa" (Boiry 404). Y aquí hace una llamada, citando a un autor que avalaría esas
afirmaciones: "Barón S. de Benigsen, quien escribiera el trabajo "A propósito de algunos
ascendientes notables del príncipe Philippe de Araucanía", Cuadernos de la Academia de Altos
Estudios Araucanos, n' 17, París, 1970".Llamadas como la precedente se encuentran con
frecuencia en el libro de Philippe Boiry. Lo que no aclara es que el noble escritor citado es "barón"
de Araucanía.

NINGUN FALLO JUDICIAL FRANCES PUEDE RECONOCER AL "PRINCIPE"


Ante las afirmaciones repetidas en Argentina y Chile por el pretendiente Philippe Boiry, en el
sentido de que un tribunal francés habría reconocido sus "títulos y derechos" como príncipe de
Araucanía y Patagonia, consultamos con una autoridad en la materia, el escritor e investigador en
cuestiones de órdenes de caballería, el ya citado señor Bertrand Galimard Fravigny. Este
especialista, a nuestro pedido, repite y amplía las argumentaciones de su libro. El trabajo dice así:

"La locura de Orélie Antoine de Tounens, "rey de Patagonia y Araucanía" lo condujo a imaginar
una corona, a crear condecoraciones y títulos de nobleza. No tuvo herederos, pero uno de sus
amigos retomó, "por divertirse", la corona; otro camarada lo sucede a principio del siglo, y eso fue
todo, o casi.

"Luego, en los años cincuenta, un cierto Philippe Boiry, desconocido del Gotha, a excepción de un
inverosímil "Annuaire Mondiale de la Chevalerie", publicado en Francia en 1952, donde él figura
bajo el simple título de barón adornado de una hermosa colección de órdenes de caballería de
fantasía, se presenta como príncipe heredero del reino de Araucanía y Patagonia. Más tarde,
avanza para intentar un "reconocimiento" de los tribunales franceses.

"Este "reconocimiento" nace de la interpretación particular de varios asuntos. El primero concierne


a su estado civil. Philippe Boiry ha hecho un acto de notoriedad ante el juez del Tribunal de
Instancia del distrito 16 de París, el 25 de abril de 1966, en el que se reconoce, según dos testigos,
que es de su "conocimiento personal y de notoriedad pública que el señor Philippe Boiry es
igualmente conocido bajo el nombre de Philippe de Araucanía y que en consecuencia había
identidad de persona entre Boiry y Araucanía". Este acto tan normal como pueda aparecer, no
evoca por tanto el título de príncipe del cual se adorna Boiry y no significa que figure en los
registros de sellos de Francia o de otro país.

"El segundo concierne a un fallo dado por otro tribunal de instancia para asuntos de injuria pública.
Se condena por ausencia al presunto autor de un artículo que había puesto en duda la calidad del
"príncipe".

"La historia es interesante. Philippe du Puy de Clinchamps, ex compañero en el diario "L'Aurore" de


Philippe Boiry, publica una serie de pequeñas obras esencialmente consagradas a la nobleza. Una
de ellas esta firmada con el seudónimo de Charondas, conteniendo la injuria principesca. Hubo allí
lugar eventualmente, para la justicia francesa para el delito de difamación por vía de la prensa que
corresponde al tribunal de gran instancia. Philippe Boiry prefiere utilizar "la injuria pública" que es
resorte del tribunal de instancia en el cual el procedimiento es más rápido y fácil. Es citado "el tal
Charondas" en su domicilio. Siendo Charondas un seudónimo, es evidentemente desconocido en
la dirección indicada. Boiry puede entonces volverse contra el editor du Puy de Clinchamps, tanto
más que él lo conocía personalmente. No lo hace.

"El fallo fue dado por ausencia contra Charondas, el 4 de junio de 1971. Los motivos se limitan
únicamente a la denunciación pública por vía de prensa y no confirma en nada la existencia ni la
calidad invocada por Philippe Boiry.

"El segundo caso, ocurre en 1972. Concierne también a una denunciación por vía de prensa
formulada por el mismo Philippe Boiry, acusando al jefe de redacción de una pequeña revista,
"L'Intermediaire des Chercheurs et Curieux", por haberlo calificado de "príncipe de opereta". Este
juicio fue rechazado en primera instancia y Boiry apeló. El fallo de la Corte de Apelación de París,
del 4 de abril de 1973, admitió que existió "irregularidad de procedimiento", señalando que el
acusado no había aportado la prueba de los "hechos difamatorios enunciados en el artículo
incriminado". Además, la Sociedad "Boiry y Asociados", estimaba que "las informaciones bancarias
aportadas por el acusado, podían afectar la reputación de la empresa". Pero este fallo tampoco
confirma ningún principado.
"Esto no termina. Otra injuria pública fue llevada ante otro tribunal de instancia de París. Este
último, el 21 de abril de 1977, se declara incompetente para dictaminar sobre la "calidad
principesca" de Boiry, pero sí sobre la demanda en reparación por la injuria y lo incita a "dirigirse
ante el tribunal de gran instancia", lo que él no hace.

"De cualquier forma, los tribunales franceses son efectivamente incompetentes para reconocer una
soberanía extranjera y un título de nobleza. Ellos pueden dictaminar en materia de usurpación de
nombre, de título, de estado civil, lo que no es el caso en estos asuntos. Philippe Boiry ha sabido
explotar la ambigüedad que puede representar la salida de estos pequeños procesos que en el
fondo son todos extraños a su "principado".

"Philippe Boiry no deja de enarbolar sus sentencias y juicios. No se trata propiamente de un delito,
solo de una interpretación de sus motivos fundada sobre el

absurdo, gracias a un buen conocimiento del procedimiento. Y para qué utilización?. El intento de
dar a los ojos de un público no advertido, una apariencia de legitimidad a su calidad de "príncipe
heredero" de un reino inexistente.

"Todos los medios son buenos para llegar. Después de la aparición de "Ordres et contre-ordres de
chevalerie" donde él ocupa un buen lugar, intenta sin éxito, por vía de recurso de urgencia, hacer
insertar un texto "rectificativo". Ese texto llevaba ocho veces la mención "Boiry de Araucanía, dos
veces el título de "príncipe" y una vez la calidad de "Alteza Real heredero legítimo y legal de los
soberanos de Araucanía-Patagonia y de los príncipes de Araucanía". Si el juez que se ocupó del
recurso de urgencia hubiera dado lugar a su demanda, él habría, indirectamente, hecho la
constatación de ese título aparentemente nobiliario. Siempre el absurdo!. La sentencia sobre el
recurso de urgencia se dicta el 18 de enero de 1983 por el tribunal de gran instancia de París que
no ha servido al señor Boiry. Ella ha simplemente motivado sus decisiones indicando que "existen
contradicciones serias sobre los diferentes puntos históricos y jurídicos como sobre las calidades o
títulos reivindicados por Philippe Boiry". Una sentencia que él se cuida bien de mostrar".

Es decir, que según el autor citado, no existe ningún fallo judicial que reconozca o legalice los
títulos principescos de Philippe Boiry.

Siguiente Capítulo: LAS LEYES FRANCESAS Y LAS ORDENES DE CABALLERIA

PRIMERAS NOTICIAS DEL REINO DE ARAUCANIA Y PATAGONIA EL NACIMIENTO DE UN "REY" SEGUNDA ENTRADA DE
DIEZ DIAS EN EL ARAUCO A ARAUCANIA VIA BUENOS AIRES TERCER VIAJE VIA BUENOS AIRES EL REY ACHILLE I Y
SU FANTASIOSA BIOGRAFIA EL REY ANTOINE II LAS LEYES FRANCESAS Y LAS ORDENES DE CABALLERIA DE
INGLATERRA INVITAN AL "PRINCIPE" A ARGENTINA Y CHILE BIBLIOGRAFIA

El libro
CAPITULO VIII

LAS LEYES FRANCESAS Y LAS ORDENES DE CABALLERIA

Por decreto 81-1163 del 4 de diciembre de 1981, que nos ha hecho llegar el general Pierre Mary,
jefe de gabinete de la Gran Cancillería de la Legión de Honor, ampliatorio de anteriores similares,
se disponen sanciones penales a las personas físicas o morales que exhiban condecoraciones no
otorgadas por el gobierno francés o por otro estado soberano.

La situación lo justifica por la gran cantidad de casos de imposturas de mitómanos y estafadores


que operan en ese campo. Los sicólogos se han ocupado de estas manías como una enfermedad,
una desviación que altera personalidades y lleva a comportamientos raros, a veces místicos.
Inventan ritos y ceremonias, vestimentas y símbolos indescifrables, porque gustan también del
misterio. Suelen reunirse en ruinas o conventos abandonados. También se vinculan a iglesias
marginales.

Es curioso pero la manía nobiliaria afecta en especial a personas que no se destacan por sus
virtudes intelectuales o por otras tareas y buscan compensar sus carencias. Quien desee disfrutar
de múltiples aspectos sorprendentes y hasta cómicos en torno a los aventureros de las órdenes de
caballería, puede leer el citado libro de Chaffanjon y Galimard Flavigny, que va desde los casos de
delirios a los policiales. Las peripecias de Fernand Legros, talentoso traficante de obras de arte
falsas y del escritor Roger Peyrefitte, son desopilantes. Los autores del libro han mantenido
graciosa correspondencia con las falsas órdenes donde les proporcionan las tarifas según los
títulos deseados y hasta se los ofrecen en cómodas cuotas.

Las órdenes de caballería provienen del tiempo de las cruzadas, teniendo pues un origen
milenario. Algunas, exclusivamente religiosas, han sido suprimidas por el Vaticano. Sólo en lengua
francesa se han censado 3.508 obras escritas sobre caballería. Y seguirán. Ante la cantidad de
impostores, otro especialista, Léon Gautier, escribió: "Hay un último mandamiento de la antigua
caballería que nos parece de utilidad aún más contemporánea: No mentir".

ORDENES LEGALES E ILEGALES

Las órdenes de caballería legales, que reconoce el gobierno francés, son únicamente dos, a saber:

a) Orden soberana, militar y hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta. Tuvo su
origen en el medioevo, en el Hospital de Saint Jean de Jerusalén. Los monjes que atendían esa
obra, en determinado momento debieron tomar las armas para defenderse de ataques de "infieles".
Por eso se convirtieron en caballeros. Hoy es conocida vulgarmente como orden de Malta y
pertenecer a ella significa una distinción que hace suponer signo de nobleza hereditaria, aunque no
sea así. Una característica de los caballeros de Malta es que exigían en los combates las
posiciones de primera línea, las más riesgosas.
Es un estado. Su iniciador fue el gran maestro francés Jean de la Valette, fundador también en
1566 de la ciudad fortaleza que lleva su nombre y es hasta hoy capital de la isla de Malta. En 1798
Napoleón Bonaparte expulsa a la orden de ese país, convertida ahora en república. Pasaron
muchos años de exilio hasta volver a Malta y recién a fines de 1989 se les acordó una pequeña
porción de tierra para constituir un simbólico gobierno soberano propio. Dispone de embajadores
acreditados en más de 40 países. Su prestigio también se debe a "una contabilidad clara". Se la
considera la organización caritativa más "chic" del universo. Tiene 10.000 caballeros de todas las
nacionalidades y un millón de miembros asociados. Es sólo para católicos, apostólicos y romanos y
su Gran Maestro debe obtener el acuerdo del Papa para acceder a esa máxima jerarquía. La orden
se dedica a la construcción y mantenimiento de hospitales por todo el mundo.

Utilizando términos similares, con pocas o muchas variantes, se registran numerosas órdenes
falsas, por lo general todas con las palabra Malta y Jerusalén. Vimos una lista de 90 "órdenes de
Malta ficticias".

b) Orden ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén, "oficialmente reconocida por la gran cancillería
de la Legión de Honor que autoriza a llevar sus insignias y sus condecoraciones, porque cuenta
con la protección espiritual de la Santa Sede, estado soberano".

En el Museo de la Legión de Honor existe una lista de "órdenes falsas" que pasan de las 400, "sin
ser completa". Es delito su uso, aún en forma de un pequeño botón en el ojal de la solapa. En esa
nómina "delictiva" figuran las propias tan mencionadas por el señor Philippe Boiry, "la corona de
acero" y "la constelación del Sur". Vale la pena tenerlo en cuenta para que algunos argentinos y
chilenos que las poseen, no cometan el error de exhibirlas en Francia. La ley castiga este delito
hasta con dos años de cárcel.

En Sudamérica resulta generalmente ridículo el mostrar títulos honoríficos salvo en muy


particulares excepciones. Además, es sabido que con frecuencia se consiguen pagando o
prestando algún servicio elogioso, o pidiéndolos. Por su extraordinaria difusión, desmereció el
antiguo significado representativo de acciones de gran valor, patriotismo o actos civiles
importantes. De todos

modos, hay innumerables personas que se desviven por adornarse con tales muestras de
snobismo (snobismo es precisamente falta de nobleza). Otros crean una industria de esas
fantasías, vendiéndolas o canjeándolas por otras también falsas. Paul de Vernondière dice que
para los franceses, las condecoraciones son el máximo de la "autosatisfacción" y sostiene que
"podemos reconocer a Napoleón (creador de la Legión de Honor en 1802) como el inventor de las
condecoraciones modernas".

"El tráfico de condecoraciones -dicen Chaffarjon y Galimard Flavigny- disimula delitos más graves
aún que los ya enumerados: libración de falsos pasaportes diplomáticos, diplomas universitarios
por la gracia de academias fantasmas, falsas cartas de prensa, etc. Todo ello concierne al art. 153
del código penal".

En la Gran Cancillería de la Legión de Honor nos aseguran que anualmente se ocupan de unos
cuarenta casos comprobados, "pero hay muchos que por el momento se nos escapan... Hay
oportunidades en que llegamos tarde, como cuando observamos en avisos fúnebres a difuntos
atribuyéndoseles condecoraciones nunca otorgadas...".

Para deleite de coleccionistas, estos pueden comprar legalmente en negocios especializados,


cualquier tipo de medallas y condecoraciones para tenerlas en sus casas, pero incurren en delito si
dicen públicamente que las han ganado o salen con ellas a la vista. Una cruz de caballero de la
Legión de Honor en bronce plateado se puede adquirir en unos 250 dólares y los precios suben de
acuerdo a los metales utilizados; una de oro macizo puede llegar a más de 2.500 dólares. La casa
mss antigua y tradicional que fabrica condecoraciones y trofeos, a veces creados por escultores
famosos y con aplicaciones de joyas, está ubicada en la Plaza Saint Germain des Prés. Fundada
en 1803 por Arthus Bertrand, continúa en manos de esa familia.

UN COLECCIONISTA A PARTIR DE TITULOS ARAUCANOS

Quien disponga de tiempo para utilizar en correspondencia, puede llegar a hacer verdaderas
colecciones de órdenes y condecoraciones falsas y, a veces, alguna legítima.

Tenemos un ejemplar de la revista "Messages", de julio de 1980, editada por el personal de


correos y telégrafos de Francia. Allí sale una nota sobre un empleado de ese organismo en la
población de Chalons-sur-Marne (a 150 kilómetros al Este de París), llamado Jacques Fontugne,
de 60 años, "convertido en historiador". Este señor se interesó por ciertos aspectos de la vida de
Achille I y envió su escrito al "príncipe" Boiry. A raíz de ello, "el actual pretendiente a ese trono lo
ha llenado de títulos, de distinciones. Por ejemplo, legión de condecorados de la constelación del
Sur, orden real de la corona de acero, barón de Fonte-Milla". El nuevo noble (fotografiado orgulloso
y solemne mostrando su título), aprendió el juego y se lanzó a "coleccionar títulos y distinciones". Y
agrega la nota: "Hoy Jacques Fontugne es un especialista reconocido en materia de historia
araucana. La Academia de Altos Estudios Araucanos ha publicado un folleto con el resultado de
sus investigaciones bibliográficas". Philippe Boiry cita sus trabajos.

Bajo el subtítulo de "Los caminos de la gloria", la nota, medio en broma con el compañero
provinciano, dice: "Esos trabajos -los araucanos- le han abierto otras puertas, como las de familias
reales en exilio. Ellas son numerosas y su actividad principal consiste en distribuir medallas, títulos
y distinciones, y Jacques Fontugne ha hecho una amplia cosecha". A continuación da una lista de
recompensas honoríficas, donde se destacan algunas de las "casas reales" o imperiales ya citadas
con seriedad por Philippe Boiry, tales como un doctorado honoris causa de la inexistente
Universidad Internacional de Moctezuma (del catalán Grau), y otro caballero de industria que lo
designa comendador de la orden imperial bizantina de Constantino el Gran. "El renombre de
Jacques Fontugne (hijo y nieto de carteros) alcanza a todos los continentes. El pretendiente al
trono de China le ha enviado un muy bonito pergamino y le acuerda un nuevo título. Un príncipe
japonés lo ha incluido igualmente entre sus dignatarios. Medallas, libros, pergaminos,
cuidadosamente ordenados, ocupan varios estantes de un armario..."

Un poco alevosamente con el compañero "barón", los editores de "Messages" publican en ese
mismo número una aclaración enviada a la revista por el general de Boissieu, entonces Gran
Canciller de la Legión de Honor, en la que menciona otro artículo anterior sobre Jacques Fontugne
aparecido en marzo del mismo año, titulado "a la búsqueda de reinos perdidos". Se refiere a las
investigaciones históricas del funcionario sobre el reino de Araucanía que, "en reconocimiento de
ellas, el Sr. Philippe Boiry le habría discernido un cierto número de insignias...Estas seudo
distinciones no tienen, por supuesto, ningún carácter oficial...Toda condecoración extranjera,
cualquiera sea la denominación o la forma, que no haya sido conferida por una potencia soberana,
es declarada ilegal y abusivamente obtenida...".

EL "PRINCIPE" EN EL FILO DE LA NAVAJA

Evidentemente los editores de la revista "Messages" no carecen de humor. En el mismo número en


que sale la nota sobre el cartero coleccionista y la protesta del Gran Canciller de la Legión de
Honor, agregaron un reportaje al propio Philippe Boiry titulado "El príncipe de Araucanía: entre
gente del Gotha". En el artículo habla el príncipe, muy suelto de cuerpo, de "el fundador del reino
Orélie Antoine I, mi tío abuelo".

"A todo lo largo de la entrevista, menciona casas reales y distinciones oficiales. A la menor
ocasión, se adentra con virtuosismo en los árboles genealógicos de los borbones y los Hasburgos",
diciendo: "Familias con las cuales yo mantengo las mejores relaciones".

"Toda discusión conduce inevitablemente a remontar, en línea directa, hasta Luis XIV. En sus
carpetas y sobre su escritorio, se esparcen como al azar, cartas con encabezamientos cargados de
coronas, testimonios de estima de las más altas personalidades. Pero el príncipe muestra todo eso
en gran simplicidad, sin darle la menor importancia".

El "príncipe" explica su objetivo: "denunciar los verdaderos genocidios de poblaciones perpetrados


en Los Andes", y agrega: "Las medallas, los títulos que yo otorgo me permiten recompensar a los
amigos que me ayudan en mi tarea..."

Según el propio Philippe Boiry, en 1971 había 226 miembros vivientes de la condecoración de la
constelación del Sur y, en 1965, agrega 413 con la "medalla conmemorativa de Philippe de
Araucanía" creada por él, también ilegal, por supuesto.

Este artículo volvió a molestar a las autoridades de la Gran Cancillería de la Legión de Honor. Allí
nadie oculta las preocupaciones que les provoca el "príncipe", que lo saben haciendo travesuras.
La nota que nos dirigiera el general Mary es bastante expresiva. Por el ambiente que observamos
en esa institución, este personaje de "fantasía" está pasando todos los límites.

BOIRY Y LA GRAN CANCILLERIA DE LA LEGION DE HONOR

El 24 de abril de 1989, el General Pierre Mary, jefe de gabinete de la Gran Cancillería de la Legión
de Honor, nos dirigió la nota que reproducimos:

"Tengo el honor de acusar recibo de vuestra carta del 19 de abril del corriente año, como
continuación de nuestra reciente conversación telefónica, sobre actividades del señor Pilippe Boiry,
durante las visitas que él acaba de efectuar a su país y a Chile, bajo el título de "Philippe, príncipe
de Araucanía y Patagonia" (sic).

"Cumplo en precisarle entonces que, desde 1872 era de conocimiento de la Gran cancillería, una
seudo "Orden de la Corona de Acero" que se decía haber sido entonces conferida en Marsella por
"Orélie-Antoine Ier, rey de Araucanía y de Patagonia" (transcripción).

"Agrego que, hace cerca de diez años, la atención del señor Gran Canciller fue llamada por
frecuentes otorgamientos de un cierto número de seudo distinciones, tales en especial como la
"Orden noble y real de la Estrella del Sur", la "orden real de la Corona de Acero" (ya citada) y
también, una "medalla de honor conmemorativa" que, bajo el nombre de "Príncipe Philippe de
Araucanía", discernía entonces el señor Philippe Boiry, en particular sobre el territorio francés. La
conducta de este último, Caballero de la Orden Nacional del Mérito, llevó el 25 de febrero de 1980,
al señor General de Boissieu, entonces Gran Canciller de la Legión de Honor, a señalar al señor
Boiry que su calidad de miembro de la segunda orden nacional era incompatible con prácticas
comportando perjuicio al prestigio de condecoraciones auténticas.
"En respuesta, el interesado aseguró al Gran Canciller que, "en tanto que ciudadano francés,
orgulloso de pertenecer a la Orden Nacional del Mérito y estrictamente respetuoso de las leyes, (él)
se conformaría sin vacilación a esas directivas" (carta del 3 de marzo de 1980).

"Luego de una entrevista con el Secretario General de la Gran Cancillería, el interesado confirmó al
señor General de Boissieu, el 8 de diciembre de 1980, que "había decidido cesar toda atribución de
distinciones de las cuales (él) detentaba la herencia histórica" (sic) y por carta del 19 de enero de
1981, el señor General de Boissieu toma nota de esta decisión del señor Boiry.

"La atención de la Gran Cancillería no fue más, desde entonces, llamada sobre la persistencia de
maniobras del interesado hasta que este creyó bien, el 25 de agosto de 1988, de dirigir
espontáneamente al señor Secretario General una carta en la cual confirmaba que "conforme a
(su) compromiso tomado hace algunos años, (él) había suspendido las atribuciones de las ordenes
araucanas (sic) en Francia".

"Yo preciso que en respuesta le fue pedido al señor Boiry de tener a bien hacer público este
compromiso en el gran semanario francés que acababa precisamente de señalar que el interesado
atribuía "ordenes dinásticas del reino de Araucanía" (transcripción). De allí la gestión de precaución
del interesado, en esa oportunidad, ante nuestra administración.

"Después, el señor Boiry se conformó a esta sugestión del señor Secretario General haciendo,
algunos días mas tarde, llegar copia de la correspondencia dirigida por él al autor del artículo de
prensa del cual se trataba.

"Yo no puedo más que deplorar que, sobre el territorio de vuestro país y en Chile, el señor Boiry no
haya creído deber observar el mismo comportamiento que en Francia. Me parece sin embargo que,
muy felizmente, las alegaciones y actos que Vd. me señala, por muy intempestivos que sean, no
habrán podido engañar verdaderamente a ninguna persona sensata.

"Si subsiste, sin embargo, la menor duda sobre gestos y pretensiones de que se trata, cumplo en
precisar, en conclusión, que en Francia, son sólo consideradas como auténticas las distinciones
conferidas por mi país y los estados extranjeros soberanos. Agrego que la creación, la colación, el
uso y el portar seudas distinciones sobre el territorio nacional son, bajo ciertas condiciones,
reprimidas por el Libro IV del Código de la Legión de Honor y de la Medalla Militar, de lo cual le
adjunto la reproducción para vuestra información.

"Espero haber, de esta suerte, respondido a vuestras interrogaciones en la ocurrencia y le ruego,


señor, de bien querer aceptar la expresión de mi consideración distinguida". Firmado: General
Pierre Mary.

Los entre paréntesis de esta transcripción corresponden al texto original, mientras que el
subrayado es nuestro.

El semanario a que hace referencia la nota del General Pierre Mary es la revista "VSD" que en su
número del 15 de agosto de 1988, que tenemos a la vista, publicó un artículo sobre el "príncipe"
Philippe. Este aparece junto a una gran corona metálica que, según lo afirma Jean Raspail, la ha
hecho construir él mismo. No obstante la "desmentida", copias fotográficas de ese artículo
periodístico, las entrega aún hoy a cuantos lo entrevistan.

Al comenzar su nota el periodista escribe: "Digamos que se llama "X", porque no quiere que se dé
su verdadero nombre, aunque él acepta dejarse fotografiar". Y el articulista consigna: "Está
rodeado (Boiry) de un consejo del reino y suele otorgar títulos o acordar parsimoniosamente la
Orden Noble y Real de la Estrella del Sur", patra agregar que esa dignidad se la entregó,
recientemente, "a Monseñor Ducaud-Bourget, brazo derecho de Monseñor Lefebvre, el papa de los
integristas".

ESTADOS UNIDOS NO HA RECONOCIDO AL "PRINCIPE"

Escribe Philippe Boiry en la pag. 416 de su "historia": "En los Estados Unidos, mi representante
está regularmente registrado, en virtud del "Foreign Agents Registration Act" de 1938, como agente
diplomático oficialmente acreditado, bajo el número 2.099, documento firmado por J. Walter
Yeagley, asistente del procurador general, Internal Security Division y Nathan B. Lenvin, jefe de la
sección registros, en fecha 8 de agosto de 1968" (Boiry 416).

Es cierto que registró un representante de acuerdo al "Foreign Agents Registration Act", pero por
audacia o ignorancia, o desprecio a sus lectores, se permite decir que tiene un "agente diplomático
oficialmente acreditado". Esto es totalmente falso y mal intencionado. En primer lugar, no es en la
oficina del Procurador General ni en el departamento de Justicia donde se acreditan diplomáticos
sino en el Departamento de Estado.

En segundo término, los fundamentos de la creación de ese organismo, oficialmente son: "La
política y el objetivo de esta "Act" es proteger la defensa nacional, la seguridad interna y las
relaciones exteriores de los Estados Unidos requiriendo el registro de toda persona que se dedique
a actividades de propaganda u otras actividades en nombre de gobiernos extranjeros, partidos
políticos extranjeros y otras actividades extranjeras; de manera tal que, el gobierno y el pueblo de
Estados Unidos estén informados de la identidad de dichas personas y puedan evaluar sus
declaraciones y acciones a la luz de sus asociaciones y actividades".

Como se ve, nada de ello implica obtener reconocimiento, derecho ni carácter diplomático. El
registro da cabida a cualquier representante de personas o entidades del exterior, por
extravagantes que sean. Es un medio para conocer los distintos lobbys y a quienes trabajan por
cuenta de extranjeros. Allí se registran diversos ex agentes de la CIA que pasan a trabajar para
personas, gobiernos o empresas de otros países.

No es muy lucido para un norteamericano figurar en ese registro, comunmente llamado de "espías
acreditados". El ex secretario de estado Henri Kissinger, que trabaja para Bancos y empresas de
su país, tanto allí como en el exterior, se ha negado a hacerlo públicamente para gobiernos de
otras naciones, por no figurar como "agente extranjero".

El ex secretario general de la OEA y ex embajador de Argentina en Washington, Alejandro Orfila,


tuvo serios problemas en la capital norteamericana por haber trabajado, bajo paga, en relaciones
públicas para el ex presidente de Haiti, el "Bebe" Duvalier, sin estar registrado en ese carácter.

Es también interesante descubrir quién era y es en 1993 el representante en Estados Unidos de


Philippe Boiry: El "príncipe" de Badenburg. Se trata de un falso noble, cuyo verdadero y único
nombre es John Wilkinson, nacido en Houston (Texas), el 23 de agosto de 1935, llamándose
"consultor de relaciones públicas y vicepresidente de Javor Invest", una curiosa empresa, En el
formulario que debió llenar para inscribirse, dejó en blanco las preguntas sobre personas a su
cargo, y no dice si posee propiedades ni empleados. En cuanto al domicilio que da del "príncipe de
Araucanía y Patagonia" es sólo una casilla postal (B.P. 115 - París 16 Francia). Y como propio:
Oficina 5423 - Chevy Chase, Houston (77027).

Mas el "príncipe" de Badenburg, mejor dicho el texano John Wilkinson, también se registró como
representante en Estados Unidos de otro insigne simulador de más que dudosas actividades, que
asimismo se dedica (o
dedicaba) al tráfico de falsos títulos nobiliarios, condecoraciones y aún diplomas de una fantasmal
universidad, sólo por él imaginada. Se trata, textualmente según el registro, de: "R. H. el príncipe
William III de Grau Moctezuma y Rife - Tlatoani del Anahuac - en exilio". Como domicilio da:
"Cancillería de S.A.I. y R (su alteza imperial y real) - Balmes 161 - Barcelona 8 - España.

¡OTRA VEZ LOS CHILENOS!

Es probable que se deba a gestiones del príncipe texano, lo que cuenta en su libro Boiry, cuando
dice que en 1967 fue invitado "a presidir en el Hotel Sheraton de Houston una manifestación
mundana", pero el anuncio de la misma, "levanta en cólera al cónsul de Chile en Houston, señor
Rencoret" que protesta en los diarios, diciendo que su embajador en Washington, señor Tomic
hacía lo mismo ante el Departamento de Estado.

"En efecto -explica Boiry-- tantas gestiones fueron hechas por los chilenos, que me dieron así el
más bello brevet de autenticidad que se podía soñar, 107 años después de la fundación del reino,
que esta recepción fue anulada y no pude ir ese año a Estados Unidos" (pág. 417). A continuación
presenta otra versión de ese hecho, atribuyéndosela al ex embajador argentino en Francia Dr.
Adolfo J. Galatoire, "con quien tuve las relaciones más corteses durante su residencia en la capital
francesa". El texto citado está publicado en "Todo es Historia" (417).

"Las actividades del príncipe Philippe -diría el Dr. Galatoire- tienen el efecto de irritar de tiempo en
tiempo a ciertos ciudadanos chilenos, que intervienen en el debate histórico, negando los hechos
iniciales aceptados de la historia misma chilena...Y, por otra parte, las actividades del príncipe
provocan reacciones por lo menos incomprensibles para nosotros. El 18 de octubre de ese año
(1967) el príncipe Philippe debía ir a la ciudad de Houston, en el estado de Texas, América del
Norte, para presidir un "baile de caballeros", en el curso del cual debía entregar algunas medallas
conmemorativas y otras distinciones de recuerdo, recibiendo él mismo el título de ciudadano de
honor de Texas..." (?). El anuncio de este acontecimiento provoca primero la protesta del
embajador chileno ante el gobierno norteamericano y luego la del cónsul en Texas...

"Nadie es por tanto autorizado a intentar minimizar moralmente a los sucesores de Orélie Antoine I,
que mantienen una tradición desprovista de toda intención política. Ellos conservan, simplemente,
por la belleza misma de esta tradición, sin otro objetivo -en mi opinión- que el respeto por la
memoria de un personaje extraordinario, pero digno de respeto por su coraje y perseverancia".

Como se aprecia, el pretendiente francés no pierde la menor oportunidad de aprovechar cualquier


expresión que pueda llevar agua a su molino. Veamos otro ejemplo que narra a continuación. Dice
que en la revista "Hidalguía" de Madrid apareció una nota contraria a "su" historia de Araucanía,
escrita por Isidro Vazques Acuña, presidente de la asociación de estudiantes chilenos de Madrid.
En protesta, "y para restablecer la verdad" , dice que escribió al embajador de Chile en España,
quien al avisarle recibo "me da sin discusión la condición de príncipe".

Otro ejemplo más de abuso de citas: Con motivo del terremoto de Chile de 1960, dice que dispuso
en París un oficio religioso por las víctimas del mismo y que envió una nota de condolencia al
intendente de Nuble (Chillan), señor Gonzalo Gasmuri Pesse. Este le contesta tratándolo de
"vuestra alteza" y en el saludo se manifiesta "su incondicional servidor...". Y saca sus conclusiones:
"Para ciertos chilenos yo no soy nada, para otros soy evidentemente el heredero del rey Orélie
Antoine I. Pero comprendo que, en una cuestión tan delicada para Chile, sea difícil armonizar sus
violines". Estas citas oportunistas, le hacen decir que no sabe jamás "con qué pie bailar con los
chilenos" (pág.418).
EL MERCADO DE TITULOS DE NOBLEZA

El mercado de vanidades está en plena expansión mundial. Por eso proliferan los vendedores de
títulos de nobleza falsos y...aún los de origen legítimo. Esos blasones tienen un no se qué de
encanto para cazar incautos frívolos. Sirven también para blanquear fortunas nuevas o dudosas y
entoldar con oropeles pasados a familiares oscuras. O, ¿por qué no?, para atenuar complejos de
inferioridad.

Un conde o duque, o un simple barón, puede asimismo alquilar a buen sueldo su figuración en el
directorio de una empresa, para darle lustre, y son buscados en especial para bancos, joyerías,
alta costura y artículos de lujo en general.

El príncipe consorte Bernardo de Holanda, perdió muchas dignidades y se le prohibió


infamantemente el uso de uniformes de las fuerzas armadas de su país, cuando se lo acusó de
recibir una cuantiosa "comisión" por la adquisición oficial de aviones a una firma norteamericana.
También se lo obligó a renunciar a mas de 300 cargos en importantes empresas nacionales y
multinacionales.

La máxima aspiración de algunos nuevos ricos europeos, norteamericanos y de cierta tilinguería


suramericana apunta a la nobleza. En la Argentina hay varios ejemplos, en especial de los años
locos y algunos recientes, desesperados por casar sus hijas (o hijos) con miembros de la nobleza,
aunque fueran fundidos y se convirtieran en azotes familiares. Se conocen nombres de europeos,
hoy "estanciero por alianza", y grandes castillos del viejo mundo que fueron salvados de la ruina, y
restaurados, al precio de inmensas sumas llegadas de la pampa húmeda.

Arturo Jauretche, molesto por ciertas ostentaciones argentinas de abolengos europeos, se


complacía en demolerlos con documentación. Fueron célebres los casos del "patriarca" que llegó al
país tocando el bombo en un circo; o aquel vendido como siervo de la gleba por el rey de Prusia al
emperador del Brasil y, caído prisionero en la batalla de Ituzaingó, fue traído a Buenos Aires por el
general Carlos M. de Alvear, ocupándolo de doméstico.

Cuando pasó unos años en la Argentina un simpático y colorido marqués español, fue una
sensación social permanente, por ser hermano de una reina y estar emparentado con un rey. El
playboy, con su economía deteriorada por un alocado tren de vida, se prestaba para asistir a
comidas organizadas por un avisado promotor porteño. La reunión se hacía en la residencia de
algún hispano que, llegado al país como común inmigrante, se había enriquecido. El marqués, ante
familiares y amigos del dueño de casa, lo tuteaba y daba muestras de ser viejos conocidos, desde
la madre patria misma. Es decir, existe un mercado de vanidades para explotar a quienes no
reparan en ridículos ni costos.

Parecerá inmoral el negocio de dignidades pero es una verdad a gritos. Sin embargo, debe
destacarse a aquellos nobles que llevan una existencia discreta, hasta trabajando, y sobreviven
con emotiva hidalguía su pobreza. Uno de ellos, un profesor y escritor español nos decía: "Mi
padre no dejó ninguna fortuna, pero sí un título de nobleza ganado luchando por mi país que lo
considera un héroe. Yo no daño su legado histórico llevando una vida de trabajo honrada. Es
mucho más decente mantener tales valores familiares ganados por el honor y el coraje al servicio
de una nación, que heredar y disfrutar riquezas logradas de cualquier forma".

Los vendedores de títulos tienen montada una maquinaria de "expertos", para la búsqueda y
estudio de antiguos apellidos similares al del candidato, o inventarlos, recurriendo a veces a ciertos
libros raros, por lo general incomprensibles, escritos en lenguas muertas o criptografías, como el
caso ya visto de Achille I. Luego se mercan los accesorios de una nutrida boutique de símbolos
nobles, tales como viejos pergaminos, espadas, capas, pectorales, diademas, escudos, cuadros,
insignias de todo tipo, etc. Llegan estos etcéteras hasta muebles y castillos.
Así el nuevo noble entra a circular ornamentando su casa, luciendo sus armas en tarjetas de visita
y papel de correspondencia, en la ropa, y hasta en la puerta del auto. Y puede intentar con el
tiempo, paciencia y recursos mediantes, llegar a figurar en el "Geneologisches Handbuch des
Adels" u otros registros menos calificados de la nobleza, que los hay al alcance de más bolsillos.

LA VENTA "LEGAL" DE TITULOS LEGITIMOS

Los interesados en adquirir títulos de nobleza, ahora pueden recurrir cómodamente, a quien al
menos hasta hace muy pocos años, vivía en Paraguay. Este lugar fue elegido porque el
empresario es alérgico a las extradiciones y allí está a resguardo de las mismas, luego de dejar
apresuradamente su Alemania natal, perdiendo sin problemas una depositada fianza de algo así
como un millón de dólares.

Se trata del conocido personaje de nombre Hans Hermann Weyer, ahora en la cincuentena, un
apuesto playboy de fortuna personal como su bella esposa y socia.

Hans Weyer no comete ningún delito con su profesión. Refinadamente educado, conoce la nobleza
y las historias de familias monárquicas al detalle. Los blasones que intermedia son legítimos y las
operaciones legales. ¿Cómo?. Veamos.

Hay nobles empobrecidos que por herencia disponen de varios títulos (docenas, a veces).
Poseyendo o no descendencia, ellos pueden, de acuerdo a las normas monárquicas, cederlos en
vida a sus hijos. Entonces recurren a la adopción de candidatos, sin importar la edad. Con ese
sencillo trámite, el nombre y el grado pasa a quien mejor lo paga.

Weyer también negocia matrimonios ennoblecedores. Hace unos años, según lo contó a la revista
"Le Figaro", organizó el casamiento de la anciana baronesa Ute von Richthoffen de Baden Baden,
viuda de un famoso héroe aviador germano de la primera guerra mundial, con un millonario texano.

Un joven de 25 años llamado Rolf Quost fue adoptado por la princesa Elisabeth von Sayn-
Wittgenstein, de 51 años. Ahora Rolf es príncipe y sus negocios en Hamburgo (clubes-discos) han
prosperado aún más. Su ascenso social le costó una elevada suma, pero la inversión es redituable.

Hans Weyer ha hecho proezas que le trajeron algunos disgustos. La reina Elisabeth de Inglaterra
lo odia por haber casado a su prima la princesa Alexandra von Arhalt con un riquísimo fabricante
de salchichas de Minden, Alemania, al costo de 300.000 marcos. La boda fue facilitada por la falta
de dinero de la novia, a pesar de que su coronada prima es la mujer mas rica del mundo.

El rey Carl de Suecia debió interponerse para evitar que Weyer le casara, en similar estilo, a una
prima princesa. Pero no pudo impedir que el mismo traficante le hiciera adoptar a su tia materna, la
princesa Alma von Sachsen Coburg Gotha, de 62 años, a un rico matarife norteamericano,
cobrándole 400.000 marcos.

Este playboy de refinado aspecto, se dice muy satisfecho. Cuando se refugió en Paraguay declaró:
"Soy feliz como un rey. Ulrike (su hermosa mujer, abogada y verdadera baronesa Verike von
Kaiserling) y yo hemos traído en nuestras valijas 136 títulos de marqueses, 172 de barones y
baronesas, tres docenas de duques, y una buena docena de títulos principescos. Le venderé a la
colonia alemana de Paraguay".

Hans Weyer, que dispone de tantos títulos de nobleza auténticos, no se ha adjudicado ninguno,
pero "me divierto mucho", dice.
EL FETICHISMO DE LA "PARTICULE" EN FRANCIA

El seminario parisino "L'Evenement du Jeudi" del 23 de diciembre de 1993, publica una sabrosa
investigación sobre la nobleza, dirigida por Serge Faubert y Sébastian Fontenelle. Allí se destaca el
interés de muchos franceses por aparentar orígenes de sangre azul. Para ser reconocidos
legalmente como sucesores de títulos, merecidos o no, o tener el derecho a usar el "de", se recurre
a varios métodos.

Los títulos de nobleza fueron abolidos por la Revolución de 1789, quien además prohibió los
cambios de nombres. Todo ello fue restablecido por Napoleón, Luis XVIII y Charles X. Un decreto
de 1923 permite a cualquier francés adoptar el nombre de un soldado "muerto por la patria", sin
descendientes. Otros lo hacen con ciudades o pueblos desaparecidos. Con más justicia, se ha
permitido a algunos agregar a su nombre el usado en código durante la Resistencia.

Los trámites deben hacerse por medio del Bureau des Sceaux del Ministerio de Justicia, quien
eleva una investigación al Consejo de Estado y, de acordarse, como ocurre en la mayoría de los
casos, el nombre o título lo firma el Ministro de Justicia, previo a un anuncio de un año en el Boletín
Oficial por si alguien se opone. Los derechos cuestan 2.000 francos.

Por estas liberalidades legales, acentuadas después de la Segunda Guerra Mundial, con el nuevo
nombre muchos figuran así en la guía de teléfonos y en las facturas de servicios.

Pero, existe la Association d'Entraide de la Nobleza Francaise, fundada en 1932 y reconocida de


utilidad pública en 1967, formada por

nobles auténticos, que no admite la entrada de intrusos ni su registro en el Gotha, no obstante


opinión en contra del gobierno..

Si bien hay nobles reales que no usan el "de" (como Rochechouart, Oberkampf, Cochin, etc.), hay
muchos otros que lo poseen como parte del nombre, sin que ello le atribuya sangre azul. Este
último caso es el del productor de cine Daniel Toscan du Plantier, el escritor Martin du Gard,
Simone de Beauvoir, Honorato de Balzac y, entre muchos otros, el del General Charles de Gaulle,
aunque en otras épocas se lo hubieran acordado. Y también de Antoine de Tounens.

La mania nobiliaria parece haberse acentuado últimamente como instrumento para hacer carrera
política. El gobierno del socialista Michel Rocard en 1988 tenía 16 partículas "de", y el actual primer
ministro de derecha Edouard Balladur cuenta en su equipo con 30 (con algunos dudosos). En la
Cámara de Diputados hay 17 y en el Senado 12.

El caso que más crónicas ha producido es el de la familia Giscard (hoy Giscard d'Estaing). Sus
miembros intentaron sin éxito se les reconociera el patronímico que suponían vacante de "de la
Tour-Fondue". Lo pidieron y naufragaron ante la aparición de un descendiente auténtico. Más tarde
recurrieron a un héroe francés de la independencia norteamericana, el almirante y conde d'Estaing.
Negado en un primer intento, lo lograron más tarde por medio de René Giscard (tío de Valery),
quien era miembro del Consejo de Estado, organismo que acuerda su voto favorable (o no) para
un cambio de nombre.

Valery Giscard (ya d'Estaing) solicitó ingresar al club exclusivo de la Association d'Entraide de la
Noblesse Francaise (ANF), pero esta lo rechaza. Una vez presidente de la República insiste en su
demanda para figurar en el Gotha, volviendo a recibir una rotunda negativa. Entonces, lo que se ha
visto como una venganza, prohibió usar títulos de nobleza en actos oficiales.
François Mitterrand también ha sido objetado por coquetear en su juventud en partidos
monárquicos, pero fue pasajero.

LA CITY LONDINENSE REMATA TITUTOS DE NOBLEZA

En la mencionada investigación del semanario "L'Evenement du Jeudi", figura una nota de Eric
Dior sobre la nobleza "british" que comienza así: "Después que las ocasiones de salvar la vida de
un monarca en el campo de batalla son raras, una cuenta de banco bien provista es aquí el mayor
acelerador de partículas".

Los métodos son antiguos y se remontan documentadamente a Guillermo el Conquistador, que


pagaba sus deudas rematando honores. También se asegura que "en el siglo XVIII, un título de
lord se regocijaba en 10.000 libras, más una comisión para el intermediario que obtenía una
audiencia con el soberano".

Desde principios de este siglo, el político inglés Lloyd George, se caracterizaba por sus críticas a
los privilegios. pero al llegar a Primer Ministro, negoció títulos para quienes aportaron ayudas para
su elección, enviando parte "a su propia cuenta de banco".

Es sabido que tradicionalmente el primer ministro eleva una vez al año a la reina la famosa "lista de
Honor" para nuevos nobles. "Nada de bomberos heroicos ni enfermeras modelo -dice Dior- entre
los felices elegidos, pero un fuerte contingente de industriales que generosamente han provisto la
caja del partido conservador durante la campaña electoral".

"Sir Clive Sinclair, presidente de Sinclair Research, negoció su título de lord por un cheque de
39.000 libras". A George Audley le costó 150.000 libras. Pero hubo un "estafado", el millonario
chipriota Asil Nadir, pagó 500.000 libras y nunca lo ennoblecieron.

A causa del krach de la Lloyd's en 1993, la "venerable" compañía de seguros de fama mundial, ha
puesto a varios de sus accionistas en la necesidad de vender sus títulos. El conde de Carlisle lo
cedió por 55.000 libras. Un barón costaba, hasta hace poco, menos de 5.000. Más en los últimos
meses las cotizaciones han subido en el mercado de títulos ingleses por el ingreso al mismo de los
norteamericanos.

Los interesados en estas operaciones, pueden recurrir a una firma especializada en la venta de
títulos de nobleza. La empresa se llama Manorial Auctioneers.

INSTRUMENTOS DE LA FARSA CORTESANA

Toda fabulación o técnica para embaucar se esmera en crear la mayor cantidad posible de detalles
y mecanismos visibles para demostrar credibilidad. De esa forma se llega a la exageración de
"cositas" entrelazadas, conformando una red en la que es fácil hacer caer a los menos advertidos.

El mitómano tiene tendencia a la solemnidad y misticismo, características que, mal manejadas,


producen impresiones fáciles pero hartantes que inducen al rechazo. A ese tipo de personajes no
se le puede exigir equilibrio ni capacidad para reconocer ridículos errores o abandonar sus
empeños. Pese a la realidad adversa, sólo la muerte los sosiega, porque su mal es incurable y
progresivo, como los grandes vicios.
Esas particularidades las hemos visto en el obcecado Orélie Antoine de Tounens (Orélie Antoine I)
que dedicó su existencia a perseguir una quimera, en forma tan absoluta, que ganó alguna
simpatía.

Su "sucesor", Gustave Achille Laviarde (Achille I) es otra cosa. Es simplemente un pillo oportunista,
sin valor ni pudor, sin cultura ni ningún atributo de grandeza. Orélie Antoine vivió para ser príncipe
y Achille se decía príncipe para vivir.

Antoine Cros (Antoine II) fue un intelectual farrista que tomó, como tantos otros allegados, la
cuestión de la monarquía araucano-paragónica como un juego centrado en la bohemia "chic" de
Montmartre. Con su muerte se cerró un ciclo y el reino de fantasía desapareció. Salían de escena
el mitómano enfermizo, el pillo vividor y el intelectual divertido.

Los "reinados" de Laure Thérèse Cros y de su hijo Jacques Antoine Bernard, no existieron,
borrando con el transcurso de casi medio siglo de indiferente olvido, todo recuerdo de la
"monarquía". No obstante, Philippe Boiry crea una nueva orden, "Laure Thérèse", en 1958.

Llegamos por fin a un personaje singular. Philippe Boiry quiere revivir la monarquía ilusoria de
Araucanía Patagonia, llevado por una delirante manía de nobleza, una vanidad sin límite que lo
marcó desde muy joven. Tercamente ha hecho un montaje espectacular que cultiva desde hace
varias décadas. Aunque sin bases formales, ha ido perfeccionando un muy tejido discurso.

Colecciona recortes de medios argentinos y chilenos en los que se habla de los indígenas, aunque
no sean araucanos. No posee mucha información pero la explota toda: Un artículo de "La Nación"
de Buenos Aires de 1968 sobre protestas de indios; otro similar del "Córdoba"; uno de "La Nueva
Provincia"; una declaración del Instituto de Historia de Tierra del Fuego y un proyecto de ley del
senador Fernando de la Rua de 1975 "para la promoción y protección del indígena". Todo vale.

EL CASO DEL GENERAL JUAN PERON

Los citados escritores Arnaud Chaffanjon y Bertrand Galimard Flavigny explican el modus operandi
de los falsos nobles con correspondencia tramposa. Le dirigen cartas a personalidades, incluso al
Papa, mostrándose interesados en construir hospitales o brindar ayuda a los indígenas y obtienen
respuestas de cortesía que después exhiben como documentos de reconocimiento o relación
personal.

Con similares argucias, Philippe Boiry ha escrito -años atrás- a otros descendientes de la familia
Cros para buscar respuestas y citarlas total o parcialmente. Así consiguió algunas frases más o
menos cordiales. Pero cuando los sorprendidos se dieron cuenta del uso abusivo de sus cartas de
cortesía, reaccionaron violentamente contra tales maniobras indelicadas. A un descendiente de
Antoine Cros, pretendió hacerlo aparecer diciéndose "príncipe François de Araucanía", cosa que
aparece dudosamente escrita sólo en el encabezamiento de una carta cuyo texto no aporta, y
puesto con máquina de escribir y no impreso o a mano. Al preguntársele al "príncipe" porqué no
respondió la carta con pedido de explicaciones de François Cros, contesta no haberlo hecho por su
contenido "grosero".

La familia Cros, en varias oportunidades se opuso al "tráfico de condecoraciones araucanas" por


parte del falso heredero.
Maurice Druon nos expresa su "sorpresa" cuando, "luego de mi entrada a la Academia Francesa,
recibí una carta de él (Boiry) donde me envía sus felicitaciones, ofreciendo hacerme Gran Cruz de
la Orden de la Estrella del Sur, fundada por Orélie Antoine Ier.".

Boiry, en su afán de atraer o comprometer personalidades para su reconocimiento, menciona que


con motivo del centenario del reino en Tourtoirac, estuvo allí el cónsul de Chile, "originario de
Bordeaux, señor Clavières", sin dejar en claro si se adhería o no a los actos, aunque saludara al
"príncipe" en la calle.

Una de las más preciadas piezas de caza que exhibe Philippe Boiry es una foto del General Juan
Perón dedicada a la "princesa Dominique", su difunta esposa, cuando el ex presidente argentino
vivía exiliado en Madrid, en 1964. Por supuesto, la reproduce a toda página en su libro. Y en la
contratapa transcribe un párrafo (que puede ser único) de una carta del desaparecido mandatario.
Vale la pena transcribirlo:

"Vuestra preocupación por las minorías autóctonas, particularmente de las regiones australes de
nuestra tierra americana, retuvieron mi atención durante mi gobierno y comparto su interés en su
favor, no solamente por su aspecto humano y justo sino también por su valor étnico, cultural,
tradicional, que señala tan justamente. Le envío muy cordialmente la expresión de mi amistad".

Como puede deducirse, ésta es una respuesta a una nota del "príncipe" en que ha expresado su
interés por los indígenas y ha recibido una respuesta civilizada, sin ningún reconocimiento a sus
pretensiones monárquicas ni a sus "títulos". En cuanto al saludo es una fórmula y no significa que
lo considerara un amigo en todo el sentido de la palabra.

También al general Dwight Eisenhower, Boiry le envió una condecoración, quien le respondió,
según él, que "es para mi un gran honor que me ha sido conferido..."

Asimismo nosotros también podríamos decir que gozamos de la "simpatía" de Philippe Boiry
porque en la dedicatoria de su libro, que nos vendió, concluye: "con mi simpatía". Detalles como los
indicados, son explotados minuciosamente por el autor del libro, que en otro pasaje transcribe sólo
el saludo. En cuanto a la foto del general Perón, fue remitida a pedido de la "princesa" y es una de
las miles que el político ha autografiado en su larga vida.

En la contratapa de su libro hay otras frases pertenecientes a personajes citados en la obra, como
el ex embajador argentino en Francia Dr. Adolfo Galatoire, el escritor franco-argentino Mauger de la
Brannière y su cortesano Saint Loup. Otras pertenecen a un padre jesuita francés desde Roma y a
un doctor en teología. También hay una frase de un juicio por calumnias donde dice fundar su tan
discutido "reconocimiento de su calidad de "príncipe" por la justicia francesa".

"PRUEBAS" DIVERSAS

Philippe Boiry dice ser reticente a los reportajes, en particular cuando se trata de argentinos o, más
especialmente, de chilenos, pero lo cierto es que no rechaza ninguno. Hasta los busca.

Cuando, como a nosotros, ha recibido en sus oficinas comerciales, en el primer piso de un


deteriorado edificio del 132, rue Poissonnier, en París, simulando espontaneidad e indiferencia,
prepara el ambiente para hacer ostentación de importancia y provocar preguntas. Es cierto, como
dice la revista "Messages", que deja sobre su escritorio papeles con escudos "reales" para
demostrar una activa correspondencia con otras casas nobles. También tiene a mano su pasaporte
donde antes de su nombre verdadero se lee "S.A." (su alteza).
Su libreta de banco está a la vista del visitante para demostrar que en sus cheques, a más de
Philippe Boiry, dice "d'Araucanie". Esto puede impresionar a un extranjero desprevenido. En
cualquier banco en Francia se puede abrir una cuenta corriente agregando un seudónimo, sin
ningún problema, hasta en la sucursal del Banco de la Nación Argentina en París.

En su oficina hay algunos objetos sencillos que dice araucanos, unos diplomas de "caballería" y
dos banderas "históricas", con las cuales "mi tío abuelo el rey Orélie Antoine hizo sus campañas
guerreras por tierras de Arauco".

La oportunidad de nuestra visita a Philippe Boiry debe haber sido en un mal momento económico.
Habían pasado los tiempos en que trabajó en relaciones públicas para la Coca Cola. A este
personaje le ocurre como a Achille I, que cambiaba mucho de domicilio según las vicisitudes de la
suerte. También recurre con frecuencia a la utilización de casillas de correo. Cuando el periodista
Germán Sopeña le pidió una entrevista, lo citó en un circo modesto y conversaron bajo la carpa,
explicándole confusamente que tenía intereses en la empresa. Su "augusto" y "rico" predecesor
Achille I también fue vinculado en algún momento a la actividad circense, pero como caballerizo.

Nos habla de su libro, "Historia del Reino de Araucanía". "Allí encontrará todo el material que
pueda precisar", nos indica. Al ver nuestro interés nos advierte que debemos pagar su costo: 100
francos. Nos pareció barato y le compramos dos. Esta edición personal, la hizo utilizando el
tradicional sistema de suscripciones, una costumbre de la casa. La comenzó a vender antes de
aparecer, para lo cual había que enviarle un cheque por 70 francos. Tenemos a la vista una
curiosa hoja en que anuncia la obra e indica cómo reservarse un ejemplar, indicando que
aparecería en 1978, pero salió en 1979.

La periodista y escritora argentina radicada en Francia, Alicia Dujovne Ortíz, que le hizo una larga
entrevista plena de finas ironías para la revista del diario "Río Negro", cuenta otra divertida
anécdota. El "príncipe" la invitó a un baile de corte, pero debía abonar la entrada: 200 francos. No
fue y debe lamentarlo, porque habría sido la oportunidad de conocer atuendos y personajes
balzacianos. Como tales nobles no son invitados a reuniones sociales de la nobleza, diplomacia,
gobierno ni del jet set mundano, hacen las propias.

DECLARACIONES DE PHILIPPE BOIRY

En la entrevista que mantuvimos con Philippe Boiry el 4 de diciembre de 1980 nos dijo:

- "Cuando Orélie Antoine viaja a Araucanía no hay ninguna autoridad efectiva en la región. Ni
chilena ni Argentina. Ninguna nación la reivindicaba(?). Fue imposible para los españoles dominar
a los mapuches.

- "Los araucanos son una minoría étnica con caracteres específicos.

- "Yo se que hay servicios burocráticos que teóricamente se ocupan de los indígenas, pero en la
práctica nada se hace y continúa su exterminación.

- "Las autoridades diplomáticas chilenas con frecuencia siguen mis pasos y me critican. Las
argentinas son indiferentes, aunque ha habido periodistas que difundieron mentiras, obligándome
en todos los casos a defender la verdad histórica, poniendo las cosas en su lugar.

- "Soy viudo desde hace dos años. No tengo hijos ni sobrinos. Pero he designado un sucesor, un
joven llamado Philippe de la Valette, hijo del barón de la Valette... ¿Porqué no es posible un rey
araucano? Porque la dinastía es francesa. (En 1993 Boiry dice que su sucesor tiene 24 años y que
lo designó en 1951. Un error de fechas?).

- "Nunca tuve tiempo de ir a la Argentina por mi intensa actividad profesional aquí. Trabajo doce
horas por día y me tomo sólo 16 días de vacaciones.

- "Soy sobrino nieto de Orélie Antoine I.

- "Un doméstico de Orélie Antoine fue pagado por el gobierno chileno para traicionarlo.

- "Toda la Araucanía lo reconoció Rey...Sí, cuando digo Araucanía hablo de la región comprendida
entre el río Bío Bío y el extremo Sur, y a toda la Patagonia desde el Río Negro hasta Tierra del
Fuego e islas del Atlántico Sur.

- "La legitimidad de la monarquía fundada en Araucanía en 1860 y sus derechos soberanos, es


incuestionable.

"Hablo mucho de Calfucurá, un personaje extraordinario que ha estado muy vinculado al rey Orélie
Antoine I. Tenía un secretario chileno. Hay que leer su correspondencia con el gobierno de Buenos
Aires. Un destacado guerrero. Fue el abuelo de Ceferino Namuncurá, cuya canonización yo apoyo
ante el Vaticano, pues tengo comunicación con el Papa.

- "Un cura amigo argentino me acaba de escribir diciendo que el gobierno ha celebrado la
conquista del desierto, pero la verdad es que antes de su arribo no existía el desierto. El desierto
surgió con la presencia militar. Fue una verdadera destrucción. No fue una conquista
satisfactoriamente moral. Fue la destrucción sistemática de una raza fuerte. Hay documentos
interesantes. Se da el caso de una invitación a comer a una tribu. Los mataron a todos con
alimentos con estricnina...Los responsables? Un escocés llamado Mc Lean, "Chancho Rojo", le
decían, por cuenta de los antepasados de Armando Braun Menéndez. Por eso su libro es parcial.
Escribe contra Orélie Antoine por defender los intereses de su familia.

- "La historia de Orélie Antoine es única, sin equivalentes. Su solo viaje es incomparable. Francia y
el mundo se lo reconocen.

- "Recibí un plan de desarrollo del Comahue. Me lo envió un profesor rumano de la Universidad de


Bahía Blanca. Otro profesor de la misma universidad, de origen belga, me ha hablado mucho del
tema y me ha visitado.

- "Me ha escrito un primo de Braun Menéndez, director de los archivos de Chile. Ha sido diputado.
Esa familia es fundamentalmente chilena. Me vendrá a ver. Parece más comprensivo.

- "Solo quiero prestar servicio a esa población que eligió rey a mi tio abuelo. Como mis
antecesores, dedico a ellos los mejores esfuerzos de mi vida. Con mi título reconocido me siento
con autoridad para opinar y defenderlos.

- "Vd. no debe dramatizar con eso de la colonia francesa. ¿No hubiera sido mejor para los
indígenas nuestra cultura que el genocidio?.

- "No puede Vd. generalizar comparando la historia de otras colonias con Araucanía y Patagonia.
Algo ha dejado Francia en el mundo, comenzando por su tradición de libertad y su lengua.
- "Si señor, el buen colonialismo se asienta en el buen funcionamiento de las instituciones que
garantizan los derechos humanos, que vulneraron los ejércitos argentinos y chilenos contra los
mapuches.

- "¿Que le dé ejemplos de colonias progresistas? Podría darle muchos ejemplos, pero ¿no le
parece que está insistiendo en un tema que no viene al caso?

Luego el "príncipe" muestra carpetas con papeles y más papeles. Cartas y más cartas. Habla de
cardenales, de "numerosos" amigos chilenos y argentinos que "me mantienen informado de las
situaciones de injusticias que padecen los indios...El General Pinochet acaba de escribirme
agradeciéndome el envío de mi libro" (agregando en 1993, en reportaje a Latorre, que "el
presidente me trató de príncipe...¡el presidente!. Esto no se discute"). Otra vez tiene el pasaporte
en sus manos señalando las letras A.R. (alteza real) y un informe de su representante diplomático
en EE UU, otro "príncipe".

Por último, anuncia que esta por publicarse un libro del "notable" escritor francés Jean Raspail que
se titulará "Yo, Orélie Antoine, Rey de Araucanía y Patagonia". Poco después, al conocer el texto y
la documentación de la mencionada obra, dejó de considerar "notable" a su autor.

Jean Raspail publica "el libro del año". La historia novelada de Orélie Antoine de Tounens enfurece
a Philippe Boiry pero no se atreve a intentar una querella contra quien habla tan crudo sobre su
"augusto tío abuelo": "...megalómano de rara magnitud...barbudo e
impotente...monomaníaco...especializado en el tráfico de falsas condecoraciones...un
esquizofrénico..."clochard" inspirado...".

Toda la prensa se ocupa del libro de Jean Raspail y nadie se acuerda del "príncipe heredero" ni
interesan sus opiniones. Es de esa época, comienzos de 1981, que ya vemos al escritor
bromeando considerándose "cónsul de Patagonia", explicándolo asi: "Del cementerio de Tourtoirac
en Dordogne, donde Orélie Antoine ha transportado su gobierno instalándose hasta el fin de los
tiempos, yo he recibido mis cartas credenciales, yo, Jean Raspail, Cónsul General de Patagonia..."
("Le Figaro" 23 de mayo 1981).

EL "DETALLE" DEL COLONIALISMO

Como lo hemos visto, a través de su libro y reportajes, para el "príncipe" el fenómeno del
colonialismo en nuestras tierras es un "detalle" al cual le damos una importancia equivocada y
prejuiciosa. El encuentra muy natural que la monarquía sea francesa y hereditaria o negociada, sin
intervención de los supuestos súbditos. Un bien definido sentido racista. El colonialismo le parece
un derecho natural incuestionable que los indígenas deben aceptar sin opinar. Hablando del tema,
también a la periodista citada, Alicia Dujovne Ortiz, le decía:

"¡Uf, el colonialismo! ¿Acaso los criollos no colonizaron a los indios y de la manera más
brutal?...¿Acaso un reino francés amplio, pacífico, representante de la cultura europea y capaz de
atraer capitales, brazos, civilización, no habría sido mejor para los indios?...Defiendo los derechos
de esos pueblos por deber moral: he recibido la herencia del título en 1951 y me debo a ella...".

Solo un irresponsable provocador puede hacer elogios públicos del colonialismo a fines del siglo
XX. Hasta las grandes potencias que dominan a las Naciones Unidas y aun poseen territorios
lejanos bajo su poder, han dejado de utilizar ese término. Pero Boiry lo sigue haciendo, intentando
justificarlo con "paz", "cultura europea" y "civilización". Recordemos que el Papa Juan Pablo II, en
agosto de 1993, en el curso de su visita pastoral a América Central y México, ha vuelto a condenar
con la mayor crudeza al colonialismo, su genocidio y destrucción cultural.
LOS "BENEFICIOS" DE SER UN PROTECTORADO

El "príncipe" actual encuentra muy lógicos los delirios colonialistas de Orélie Antoine hasta su
muerte en 1878 y la continuación de ellos por Achille Laviarde. Como fundamentación histórica, da
ejemplos en su libro, sacando insólitas reflexiones. Refiriéndose a 1878, dice:

"El año precedente, en 1877, el Transvaal se ha convertido en una colonia inglesa. Ese mismo año
ha tenido lugar la reorganización de los Balcanes y Chipre es de los ingleses. "En los años a venir
(1879-1893), mientras se desarrolla la "guerra del salitre" entre Chile, Bolivia y Perú, los ingleses
ganan su guerra contra los zulúes en Africa (1879); Tahití se convierte en francesa (1880); Francia
extiende su protectorado sobre Túnez (1881); Egipto es para Inglaterra (1882); Francia extiende su
protectorado sobre Annam (1883)...Y en los años que seguirán, todavía, la Somalia se divide entre
ingleses y franceses; Africa del SO, Togo y Camerún son conquistadas por Alemania (1884);
Tonkín y Madagascar son franceses; el Africa Oriental y las Islas Marshall para Alemania; Italia
conquista la costa de Abisinia (1885); la Birmania es dominada por Inglaterra (1886) y Nuevas
Hébridas son un condominio franco-inglés...

"Entonces, porqué Araucanía y Patagonia independientes, yo creo haberlo demostrado y probado,


constituidas en reino unificado independiente, no podían beneficiarse ellas mismas también de un
protectorado francés?. Esta idea, que puede sorprender hoy, se inscribía perfectamente en la
naturaleza, en el clima de la época..." (pág. 270).".

¿Es que este multipríncipe sigue pensando como su ex rey Luis Felipe que "son ilegítimas las
repúblicas independizadas", y desea restaurarles los "beneficios" (como él dice) de un
protectorado?.

Tales despropósitos, escritos y publicados en París en 1979, diez años después, cuando visita
Buenos Aires y Santiago de Chile, ¿no deberían haber merecido algún reproche oficial, en
particular cuando viajaba con un pasaporte que lo acredita como "príncipe de Araucanía?.

TESTIMONIO DE JEAN RASPAIL

"Nota sobre Antoine de Tounens, rey de Araucanía y Patagonia, y sobre su pretendido


heredero, el "príncipe" Felipe, dirigida por Jean Raspail a la embajada argentina antes del
viaje de Boiry a Argentina y Chile.

"Regresando de Argentina donde estuve siguiendo el rodaje de un film en base a mi libro "Yo,
Antoine de Tounens, Rey de la Patagonia", creo útil precisar ciertos puntos de la historia.

"Sabemos que Antoine de Tounens, quien se proclamó en 1860 rey de Patagonia y Araucanía,
murió miserablemente en Tourtoirac, en Dordogne, el 17 de setiembre de 1878. Ninguno de los
príncipes, duques y barones patagónicos que él había hecho en París, a su regreso, en su delirio
real, estuvieron allí para llevarlo a tierra. Ellos lo habían olvidado limpiamente y debió esperarse el
año 1947 para que, a instigación de André Maurois, fuera puesta una estela en el cementerio de
Tourtoirac, señalando también el recuerdo de su dignidad real y antojadiza.

"Antoine de Tounens muere sin descendientes. Su familia campesina rechaza con horror esta
herencia de la que todo el Périgord se ha burlado villanamente.
"En París, Antoine había frecuentado un tiempo la famosa "Banda de Charles Cross" (en franc‚s
banda es equivalente a barra) que luego fuera la "Banda del Gato Negro" (conocido cabaret de la
capital francesa), donde Verlaine, Rimbaud, Flammarion y otros le tratan de "Seigneur" y se
divierten bastante cruelmente de su majestad, bromeando. De esta banda surge un obeso, amable
y jovial bon vivant, rico y pródigo, que se hizo proclamar "rey", cuatro años después de la muerte
de Antoine, por un consejo de barones ("grandes del reino"), tan caprichosa como inconstitucional.
Intervenía en el Consejo el delicioso Antoine Cros, hermano de Charles.

"Así reina Achille Laviarde (este era el nombre del obeso "bon vivant"), bajo el nombre de Achille
Ier. Se hace confeccionar un bello uniforme de almirante patagón y abre una legación sobre los
bulevares. Esto no fue una epopeya, pero por lo menos parte del surrealismo, un muy bello juego
del espíritu. Ellos se divierten como locos. Su mas bello golpe fue atraer a la legación de Patagonia
a una embajada persa que se aburría en París.

"Achille Laviarde muere y Antoine Cros retoma la antorcha y se hace proclamar "rey", bajo el
nombre de Antoine II, por los sobrevivientes envejecidos de la banda de barones. Este fue el único
amigo sincero de Antoine de Tounens. El lo hizo, me imagino, por fidelidad a un cierto recuerdo.
"Reina" un año solamente y muere en 1903.

"Desde entonces, los barones, muertos o dispersos, no escucharemos m s hablar en París de un


"rey" ni tampoco de un "príncipe" de Araucanía y Patagonia.

"Sobrevivió algún tiempo a sus grandezas pérdidas la Sociedad de Condecorados de la


Constelación del Sur, una orden patagónica mirífica de la cual Achille Laviarde y Antoine Cros
habían hecho beneficiar generosamente a sus amigos, entre los cuales se encuentran François
Coppée, Hérédia y Villiers de l Isle-Adam. El ultimo presidente y único miembro de esta sociedad,
Louis Girardot, barón patagón, murió nonagenario en los años 50, llevándose a la tumba su
conmovedora fidelidad.

"En cuanto a la "dinastía" de Araucanía y Patagonia, ella desaparece con Antoine Cros. Sus
descendientes abandonaron el juego, que, probablemente no les divertía más.

"Jacques Bernard, en especial, nieto de Antoine Cros, no se creía rey ni príncipe patagón y se
contentó con dirigir en los años 30 las ediciones del Mercure de France, donde sus enredos con
Léautaud son célebres. Ninguno de los miembros actuales, y algunos muy conocidos, de esta
eminente familia, reivindican esta "herencia", la cual es ya fuertemente dudosa, como nosotros lo
hemos señalado.

"Y he aquí que nosotros caemos de lleno sobre un personaje que aparece en la superficie en la
prensa y parece querer sacar provecho de la resurrección de Antoine de Tounens en el cine para
reivindicar lo m s seriamente del mundo la herencia abandonada después de casi un siglo. Se trata
del "príncipe" Philippe -su verdadero nombre es Philippe Boiry- "príncipe heredero de Araucanía y
Patagonia, príncipe de los Aucas, duque de Kialeu, conde de Alsena, príncipe de Angol y de
Arauco, príncipe de Ushuaia, duque de Chilos, príncipe de la Tierra del Fuego, conde de Santa
In‚s, duque de Isla Coibo, príncipe de Pessimonte, príncipe de Medelin, príncipe de Zota, barón de
Lorme y de Torchefelón -sic-, etc.", títulos extravagantes como el bueno de Antoine de Tounens no
inventó jamás y que figuran sobre sus actos oficiales de "príncipe". Dignatario de un gran número
de órdenes de caballería de fantasía -‚l ha fundado por otra parte la suya- el príncipe mantiene
relaciones frecuentes con todo ese mundo de la mitomanía nobiliaria que cuenta con pretendientes
de fabulosos tronos imaginarios, el trono de Baleares, el trono de Bizancio, el de Nicea, el del
Santo Imperio, aún el trono imperial Azteca!. Toda una sarta de Hamburgos milagrosos, de
Bragances improbables y de Borbón Borbón que harían sonreír dubitativamente al duque de Anjou,
frecuentan la "corte de Araucanía" y comparten esta inocente manía.
"Después de todo, es necesario precisar, que bajo su identidad verdadera, el "príncipe" es un
hombre totalmente honorable y honorablemente conocido en la profesión que ejerce con éxito, en
las relaciones públicas. Podemos igualmente saludar con una cierta admiración el paciente
"montage" que ha edificado minuciosamente desde hace 30 años en torno a su "filiación" real,
llegando hasta comprar en la aldea de Courgnac d'Ans, en Dordogne, donde nació Antoine de
Tounens, una casa que presenta como la casa natal del rey y donde ya ha hecho construir su
propia tumba, con el grabado de su nombre de Príncipe.

"Un despacho de AFP del 17 de setiembre nos informa que también va a abrir un museo donde se
podrá admirar la corona de acero y el cetro de Antoine de Tounens que, en verdad, no poseyó
jamás.

"Es necesario en efecto volver allí, a la verdad histórica.

""Descendiente directo de Carlomagno" -es otra de sus coqueterías que recuerda en cada
entrevista- el "príncipe", en realidad, no pertenece a la familia de Antoine de Tounens. No
pertenece tampoco a la de su ultimo "soberano", Antoine Cros. El acta "secreta" que ‚l reivindica, y
que nadie vio jamás, por la cual Jacques Bernard -ver más arriba- le habría trasmitido -en nombre
de quién y por qué?- un reino de fantasía que ni ‚l mismo, ni su madre Laure Thérèse, hija de
Antoine Cros, ejercieron ni reivindicaron m s, llena de júbilo malicioso la descendencia actual de
Antoine Cros y de Jacques Bernard. Se ríen.

"Yo también. Hasta hoy. Porque he aquí una novedad de ultima hora: El "príncipe" acaba de
anunciar su intención de ir a visitar próximamente a sus "fieles mapuches", los indios. Fotografiado
con la frente coronada, rodeado de monedas acuñadas en 1988 con su esfinge -Felipe Rey- lo
hemos visto aparecer recientemente en revistas argentinas y chilenas, en Francia en "VSD" del 15
de agosto, donde se presenta imperturbablemente, sin que nadie tuviera la idea de verificar, como
el sucesor natural de Antoine de Tounens...

"Yo no puedo admitir esta estafa moral, este capital de fidelidad trampeado en beneficio de una
cierta mitomanía, todo lo inocente que ella fuera.

"Tal es la preocupación que ha inspirado esta nota."

(firmado) Jean Raspail

Nota: Lo subrayado en esta nota de principios de 1989, pertenece al propio Jean Raspail, cuya
copia nos entregó. Las aclaraciones entre paréntesis son nuestras.

Jean Raspail es uno de los escritores actuales m s leídos de Francia y traducido a diversos
idiomas. Ha conquistado con sus m s de 30 libros los principales premios, entre ellos dos de la
Academia Francesa. Varias de sus obras han sido llevadas al cine. Se ha distinguido también
como periodista y explorador. Fue de Quebec a Nueva Orleans en canoa. Su conocimiento de la
Argentina, país que adora, es muy profundo. Unió Tierra del fuego con Alaska en automóvil.
Estudioso de las minorías étnicas se interesa desde hace años en los mapuches y es el m s serio
estudioso de Orélie Antoine de Tounens. Nadie lo ha refutado en este campo en Francia.

Sin embargo, Philippe Boiry se refirió en Argentina y Chile, a Jean Raspail, como una persona
descalificable. Poco antes el escritor había publicado una nota sobre Or‚lie Antoine de Tounens en
"Le Figaro" de París, que no mereciera respuesta alguna por parte del actual pretendiente. Pero
una vez en Buenos Aires, cuando se le habló de su mala prensa, derivó la cuestión de los artículos
aparecidos en Buenos Aires, en especial en el diario "Clarín", atribuyéndolos a la confusión creada
por Jean Raspail. En "Página 12", del 2 de abril de 1989, lejos de París, se permitió decir:

"He venido muy desprevenido para estos ataques, realizados sencillamente porque un novelista,
Jean Raspail, escribió un texto donde ha desprestigiado a mi tío abuelo, Orélie Antoine de Tounens
I y a toda la familia. Raspail, en verdad, está un poco más loco -y sonríe- que aquel fantástico rey
de la Patagonia y sus sucesores".

El mismo periodista agrega: "La pelea entre el príncipe y el novelista viene de 1982, en que el
escritor -según relata el hombre que fue reconocido como príncipe por un tribunal francés-
aprovechando la guerra de las Malvinas, se fue hasta un acantilado del Mar del Norte y lo declaró
consulado de la Patagonia. El mismo se nombró cónsul. Yo desestimé ese arrebato".

Varias inexactitudes en estos pocos párrafos:

1 - Boiry no es ni remotamente pariente de Orélie Antoine de Tounens. Si pudiera probarlo, aquí


tiene una oportunidad de hacer una querella por calumnias e injurias a Jean Raspail. "Por qué no lo
enjuicia en Francia si considera que este miente sobre la dinastía y sus derechos"?.

Jean Raspail si considera que éste miente sobre la dinastía y sus "derechos"?.

2 - No es verdad que est‚ reconocido como príncipe por la justicia francesa. Este tema ya lo vimos
bien fundamentado.

3 - Eso de que fue a un acantilado a declararse "cónsul de la Patagonia", fue una nota de humor
muy celebrada en Francia, con la cual Raspail quería demostrar su adhesión a Argentina en el
conflicto con Inglaterra. Y lo sigue haciendo sin pensar usurparle a Boiry ninguno de sus docenas
de títulos. En cambio, "qué actitud adoptó en aquellos dramáticos momentos de 1982 el supuesto
príncipe?. "Por qué no hablo de eso en su visita a Argentina?. ¨O ya no estima que también las
Malvinas y todas las islas del Atlántico Sur y la Antártida son parte de su reino y sólo con ‚l debe
negociar la Gran Bretaña?.

Siguiente Capítulo: DE INGLATERRA INVITAN AL "PRINCIPE" A ARGENTINA Y CHILE

PRIMERAS NOTICIAS DEL REINO DE ARAUCANIA Y PATAGONIA EL NACIMIENTO DE UN "REY" SEGUNDA ENTRADA DE
DIEZ DIAS EN EL ARAUCO A ARAUCANIA VIA BUENOS AIRES TERCER VIAJE VIA BUENOS AIRES EL REY ACHILLE I Y
SU FANTASIOSA BIOGRAFIA EL REY ANTOINE II LAS LEYES FRANCESAS Y LAS ORDENES DE CABALLERIA DE
INGLATERRA INVITAN AL "PRINCIPE" A ARGENTINA Y CHILE BIBLIOGRAFIA

CAPITULO IX
DE INGLATERRA INVITAN AL "PRINCIPE" A ARGENTINA Y CHILE

"El Comité Exterior Mapuche (CEM), con sede en Inglaterra, envió comunicados a las
organizaciones mapuches de Argentina y Chile, firmados por su secretario general, Reynaldo
Mariqueo, anunciando la visita del príncipe a esos países". Así lo publica el "Diario Popular" de La
Plata del 30 de marzo de 1989, citando un cable de AFP,la agencia oficial francesa.

Por supuesto, esa mención al reino de su graciosa majestad, hizo pensar en algo "detrás de la
información". ¿Por qué precisamente desde Gran Bretaña? ¿Porqué de una potencia europea de
tan larga tradición colonialista?. ¿Las Malvinas tendrían algo que ver?.

Esta situación justifica suponer que el nuevo "Príncipe", podía ser usado, o que se prestase, quizás
involuntariamente, o llevado por su delirio de grandeza, a una provocación creando problemas en
la región. Por eso decidimos recurrir a las fuentes, a Inglaterra.

LOS MAPUCHES EN LA GRAN BRETAÑA

Incursionamos entre las varias organizaciones chilenas en el exilio que funcionaban en 1989 en el
Reino Unido. Primero nos contactamos con el señor Julio Concha, alto dirigente de "Chile
Democrático", quien declara: "El CEM (al que citaba el cable de AFP) está afiliado a "Chile
Democrático", pero son autónomos. Buscan preservar la cultura de su pueblo y su identidad. Es
gente seria".

Luego conversamos con el señor Nino Rivas, miembro del CISA (Consejo Indio Sudamericano).
Este organismo, como el anterior, tiene su sede en Londres. El señor Rivas nos dice: "El CEM, que
pertenece al CISA, reconoce al sucesor del primer príncipe de Araucanía. El CEM, está dirigido a
promover la imagen mapuche en el exterior. Específicamente repiten siempre no estar envueltos
en partidismos políticos. A lo sumo, lo que podría decirse es que buscan la autonomía pero nunca
la escisión. No

quieren rompimiento con otros criollos y mestizos. Están interesados en temas ecológicos donde
los indígenas tienen mucho que ofrecer al mundo occidental que no ha sabido preservar el medio
ambiente" (1).

HABLA EL MAPUCHE REYNALDO MARIQUEO,

El CEM es una organización mapuche instalada en el puerto de Bristol, Gloucestershire. Allí el


señor Reynaldo Mariqueo, secretario general del Comité Exterior Mapuche, nos declaró:

"El objetivo del viaje del primer príncipe de Araucanía, que no fue nombrado como consecuencia
de una borrachera (2), sino que fue nombrado por los jefes, llamados toquis, en una decisión
meditada, porque se sabía que tanto el ejército chileno como el argentino planeaban campañas y
buscaban defenderse. Decir lo contrario es caer en el esteriotipo usual. En aquel entonces lo que
buscaban por intermedio del príncipe que eligieron era ver si contribuía a obtener ayuda y
armamentos. Había mucha desesperación. (3)

"El objetivo del viaje de Philippe Boiry era estrechar contactos con organizaciones mapuches en
Argentina y Chile. Tiene una natural inquietud por conocer a sus dirigentes y el CEM lo puso en
contacto con organizaciones de los dos países, pero no lo promovimos. El no es representante ni
portavoz nuestro.

"Estuvo en marzo y abril en Argentina y Chile y había interés por conocerlo. En Argentina se vio
con la Asociación Indígena de la República Argentina (AIRA) de Buenos Aires (4), donde entre
otras actividades, visitó el Museo de La Plata para ver los restos de los héroes mapuches.
Sabemos que estuvo en Trenque Lauquen, pero poco más.

"En el Reino Unido somos doce los miembros del CEM y hay otros comités mapuches en distintos
países. Buscamos dar a conocer la realidad de nuestro pueblo, su cultura, su historia.

"Queremos preservarnos como pueblo. Nunca dejamos de ser pueblo pese a lo que dicen muchos.
Queremos también preservar nuestra lengua y territorio que nos fue arrebatado y nos sigue siendo
arrebatado de muchas formas.

"No buscamos formar un estado independiente. Sería utópico. Se dijo que buscábamos la
independencia pero lo desmentimos categóricamente. Queremos la autonomía, eso si, y, en todo
caso, si los mapuches fueran autónomos dentro de las dos naciones, buscaríamos mejorar las
relaciones entre los mapuches a ambos lados de la cordillera.

"No tenemos nada que ver con los británicos de los cuales no recibimos financiamiento alguno.
Nos financiamos con nuestro propio esfuerzo.

"Lo publicado por Schönfeld es absurdo, ridículo". (5)

Por supuesto, las argumentaciones y propósitos mapuches expresados por el señor Reynaldo
Mariqueo merecen respeto. No está en discusión su queja de araucano y sus deseos de
reivindicaciones y mejor suerte y trato para los suyos.

Sólo cabrían algunas aclaraciones:

(1) En preservar el medio ambiente estamos todos de acuerdo, pero entre nosotros, entre chilenos
y argentinos, mapuches o no. Lo arriesgado es internacionalizar el tema permitiendo las
ingerencias foráneas. Esto se observa con la intoxicación informativa sobre el Amazonas, por
ejemplo, donde los desastres ecológicos fueron producidos por las multinacionales occidentales
que explotaron irracionalmentemente las materias primas de la región. y ahora, buscando otras
riquezas, desean intervenir en nombre de la ecología, de la "humanidad". El objetivo
intervencionista es tan evidente que el ex presidente brasileño José Sarney, debió advertir a las
grandes potencias que no deben inmiscuirse, por tratarse de su propia soberanía. Estas protestas,
ahora dirigidas contra los Estados Unidos, fueron reiteradas en setiembre de 1993.

(2) Lo de las borracheras figura en varios libros y diarios de la época y aún recientes, tanto
franceses como argentinos y chilenos.

(3) El razonamiento de aceptar una alianza para mejor defenderse del adversario en superioridad
de armamentos es aceptable. Pero también debe saberse que todo consistió en falsas promesas y
nada justifica que, 130 años después, se reconozca a un falso sucesor de aquel monarca de
circunstancias.

(4) Es cierto que el AIRA, una de las tantas organizaciones indígenas argentinas, se adhirió a
saludar al "príncipe", pero antes que ella se mencionó al Centro de la Mujer Aborigen, que ha
desmentido tal adhesión, calificando el acontecimiento como "circo", y agregando que les ofrecía
"espejitos de colores y promesas de limosnas" ("Clarín", abril 9 de 1989). En Chile, como lo
veremos posteriormente, también se registraron protestas muy significativas.

(5) Esta cita se refiere a una nota publicada en el diario "La Prensa" de Buenos Aires por el señor
Manfred Schönfeld, donde sostenía una tesis, según la cual el gobierno de Chile estaría interesado
en provocar problemas entre los mapuches argentinos como un medio para formular
reclamaciones de límites. Esta teoría no tuvo ninguna trascendencia en la Argentina.

EL COMITÉ EXTERIOR MAPUCHE (CEM) EN INGLATERRA

Con motivo de la visita a Argentina y Chile de Philippe Boiry, nos conectamos con varias entidades
indígenas y especialmente mapuches de Europa. Nos interesamos en particular por el CEM
(Comité Exterior Mapuche) que aparecía, según fuentes parisinas allegadas al "príncipe", como
promoviendo su viaje, diciendo éste que lo hacía "a invitación" de esa organización. En Buenos
Aires no pudimos encontrar a ningún miembro del CEM durante aquella quincena entre marzo y
abril de 1989.

Por nuestra parte, tenemos a la vista una circular con membrete del CEM, del 25 de febrero de
1989, fechada en Bristol (Inglaterra) y firmada por su secretario general señor Reynaldo Mariqueo
Q. Por la misma, dirigida a "estimados compañeros/as", entre elogios a Orélie Antoine y su
pretendiente actual, se promueve la visita de Philippe Boiry entre las distintas agrupaciones
indígenas argentinas y chilenas. Entre otras cosas, dice: "El CEM Inglaterra insta a las
organizaciones mapuches, a organizar coordinadamente con el ilustre y distinguido visitante,
encuentros de camaradería. Se adjunta su dirección postal. Creemos que su viaje presenta una
oportunidad única, para alternar directamente con él, e informarse de un importante período de
nuestra historia, período deliberadamente

acallado y/o maliciosamente tergiversado, por la sociedad opresora".

Por intermedio de un amigo de la Universidad de Cambridge, el periodista argentino Dr. Guillermo


Makin, obtuvimos las declaraciones que figuran en este libro, que hemos reproducido fielmente.
Este colaborador nos hizo llegar varios folletos y publicaciones del CEM, donde se comprueba que
cumple una intensa tarea, realizando parlamentos y trabajos de difusión. En especial nos
impresionó un boletín trimestral, bien impreso, en dos ediciones, una en español y otra en inglés,
ambas con el nombre de "Aukiñ".

En el número 13 de dicho boletín, en su versión en castellano, encontramos una nota interesante,


con informaciones y argumentos de peso, de Imelcan Marhiqueo. Se titula "Transculturización
Mapuche". Promueve la defensa de la cultura y derechos de los araucanos.

Ese mismo boletín trae otro artículo titulado "El Reino de la Araucanía y la Patagonia", que no
podemos menos que lamentar por las contradicciones históricas y políticas que contiene. Hasta
deja flotando una añoranza de la perdida colonia "Nueva Francia".

Para ser una institución de sólo doce miembros, con sede en una ciudad inglesa, el CEM posee
amplias vinculaciones con varias entidades similares de Europa y de las Naciones Unidas,
participando de congresos.

Vemos también que el CEM ha integrado y participado de la formación del P.T.I. (Partido de la
Tierra y la Identidad), en una reunión realizada en Verviers, Bélgica, el 20 de marzo de 1989, con
representantes indígenas residentes en ese país, Alemania, Holanda, Francia e Inglaterra. Una de
las consideraciones acordadas, dice: "Que desde la ocupación de nuestro territorio, a fines del
siglo pasado, nuestro pueblo ha sido eficazmente excluido de toda participación en la toma de
decisiones que nos afectan, cumpliendo un rol de sumisa obediencia y, en contra de su voluntad,
integrado a las estructuras de la sociedad opresora".

El Partido de la Tierra y la Identidad -según sus promotores- está formado por mapuches, aymaras
y pascuenses y ya se ha dado a conocer en Chile.

EL VIAJE DE BOIRY EN LA PRENSA FRANCESA

La gira de Philippe Boiry casi no tuvo repercusión en Francia, aunque la "corte" en París distribuyó
gacetillas. Sólo se destacaron los ataques al "príncipe". Al regresar a Francia, el diario "Sud Ouest"
del 12 de mayo de 1989, bajo el título de "Felipe sin tierra", publica algunas declaraciones del
mismo:

"El viaje -explica Philippe de Araucanía- comenzó en Buenos Aires de manera más bien dura con
algunos ataques en la prensa. Pero, una vez partido a las reservas del Sur de la Patagonia, he sido
nombrado delegado internacional de la Asociación Indígena de la República Argentina. He
entrevistado caciques inagotables sobre la tradición de Orélie I y, además, comunidades
aborígenes me han hecho el honor de designarme como el defensor de sus intereses...".

¡Cuántas mentiras en tan pocas líneas! La verdad es que Boiry no fue recibido por araucanos en
Buenos Aires sino por indios kollas, que habitan el Noroeste de Argentina y Bolivia, que nunca
tuvieron relación alguna con los mapuches, estos, los más próximos, a más de 750 kilómetros
hacia el Sur. De esa organización eminentemente kolla y no araucana, habría partido su
designación de delegado. Además, la Asociación Indígena de la República Argentina es una más,
y no la mayor representatividad, de las múltiples organizaciones indias.

No hay ninguna constancia de que estuviera en reservas del Sur de la Patagonia. Visitó Trenque
Lauquen, en la provincia de Buenos Aires, a 600 kilómetros en línea recta de Carmen de
Patagones, donde puso la piedra fundamental del futuro Panteón Mapuche. No se explica tampoco
el porqué de ese emplazamiento fuera de la tierra de los araucanos. En 1993, Boiry declara: "...es
un pueblito que esta al Sur de la Patagonia (sic), se llama Treuque Lauquen" (¡!). Reprobado en
geografía.

En esa oportunidad estaba presente el cacique Lorenzo Cejas Pincén, a quien el "príncipe" hizo
"barón de Carhué". Carhué es otra población de la Provincia de Buenos Aires, donde se afincaron
algunos araucanos en el siglo pasado. Allí existían otras tribus numerosas de distintas
procedencias, hasta guaraníes venidos del Paraguay, dando entre todas origen a los pampas,
siempre mayoritarios. La Patagonia comienza a unos 500 kilómetros más al Sur.

A este paso, con tanta audacia o ignorancia para manejarse en cuestiones de historia y geografía,
así como designa "barón de Carhué", pronto nombrará condes o duques de Buenos Aires o de
Santiago (Chile).

Lo curioso es que Lorenzo Pincén, es nieto del batallador cacique ranquel Pincén, que tanto luchó
contra los araucanos, por considerarlos "usurpadores" de las pampas. Como es sabido, el famoso
cacique mapuche Calfucurá, como su hijo y sucesor Namuncurá, eran nacidos en Chile y llegaron
a estas tierras en 1833. ¿Cómo se explica que pueda comprometerse este heredero de un heroico
luchador ranquel, y muy argentino, con un supuesto reino de Araucanía y Patagonia?. Y además,
colonial.
Sin embargo, se destaca otra contradicción que quizás sea una rectificación. Tenemos a la vista un
bien documentado libro de Juan José Estévez ("Pincén - Vida y Leyenda"), aparecido después de
la visita de Philippe Boiry a Buenos Aires. En esa obra se transcriben declaraciones de Lorenzo
Pincén donde formula acusaciones muy duras contra los araucanos.

Por otra parte, en la abundante correspondencia que dictó Pincén abuelo y le escribieron a él otros
caciques y autoridades durante su larga vida, no se encuentra la más mínima mención a un reino
ni se habla del francés Orélie Antoine de Tounens.

LOS CABLES DE AFP

Del viaje de Philippe Boiry a Argentina y Chile, en total de quince días entre marzo y abril de 1989,
solo existen algunos cables de AFP, donde no se hacen eco de las siempre desconfiables fuentes
próximas al "príncipe". Veamos un papel de la agencia oficial de noticias francesa.

"Boiry se mostró "decepcionado" porque consideró casi nula la importancia que se dió a su visita y
se querelló criminalmente contra el diario "Clarín", el de mayor tirada del país". (Eso de la querella
no pasó de amenaza y es solo una inexactitud más proporcionada por el "príncipe" a AFP).

"Este matutino fue, sin embargo, el único que le dedicó importantes espacios, aunque la mayoría
de las veces, para desmitificarlo o directamente tratarlo como un impostor".

"También el semanario "Ahora", solitario en su especie que dio cabida a la información, se mostró
duro y sarcástico con el francés:

"Como éramos pocos...un príncipe patagónico", tituló un comentario que encabezó asi: "pese a que
la capacidad de absorber disparates los argentinos la tenemos virtualmente colmada, siempre hay
lugar para uno mas. Esta vez, el turno es de Philippe Boiry, un francés que llegó a nuestras playas
diciendo ser príncipe y heredero de aquel rey de Patagonia y Araucanía. ¡Ay, ay, ay!".

"Boiry, cuyo tío abuelo (?) Orélie Antoine de Tounens I fue proclamado o autoproclamado rey de la
Patagonia y la Araucanía, llegó a Buenos Aires invitado por el Comité Exterior Mapuche (CEM)
para "Conocer los problemas (indígenas) y continuar la acción que desarrollo en Europa desde
hace 40 años y en solitario".

"En medio de las múltiples actividades que desplegó, el visitante se encontró, además, con dos
furibundos comunicados de la Comisión India 12 de Octubre (aborígenes radicados en Buenos
Aires) y del Centro de la Mujer Aborigen a través de los cuales no sólo desconocieron su
principado sino que también, repudiaron su visita.

"A modo de reflexión, Boiry confesó que "hace 30 años que esperaba hacer este viaje" y que "creía
que la recepción iba a ser más agradable, sin agresiones relacionadas con mi identidad".

"Pero no todas fueron espinas para el heredero ya que el Centro Kolla de Buenos Aires, que
aglutina a indios kollas y otros del sur de Argentina, lo recibió el sábado 1 de abril con mucha
pompa". (Eso de "otros del sur de Argentina" no es exacto).

"Entre los auditores de Boiry estaba, por ejemplo, Jorge Ñancucheo, integrante de la organización
mapuche Neuhuén Tuain y miembro de la comunidad de Chiquilihuil, que "vine a averiguar quién
era este señor, para charlar con él". Agregó que "nuestro pueblo nunca tuvo rey, nunca tuvo algún
soberano así, sino el cacique, el capitanejo, que se elegían por el esfuerzo de uno y era una cosa
de familia. Yo quiero averiguar de dónde viene esa raíz. Mi pueblo mapuche de Neuquén, de la
cordillera, no acepta tener títulos nobiliarios; nunca fue cosa de nuestros mayores".

"En cambio, Santos Valdiviezo, miembro de la comunidad kolla y representante del Consejo
Coordinador de Naciones Indias de la República Argentina, admitió que Boiry "para nosotros no es
un desconocido pues ya habían viajado a Europa dirigentes nuestros como Pincén Viejo" (no
mapuche, sino ranquel, etnia tradicionalmente opuesta a los araucanos).

"Más drástico fue Martín Corimayo (tampoco araucano), presidente del Centro Kolla:
"Históricamente nuestros hermanos mapuches lo reconocieron en aquella época como rey de la
Araucanía; reconocemos al hermano Philippe como Príncipe de la Araucanía entre nuestros
hermanos mapuches..."

Hasta aquí el cable de AFP, fechado en Buenos Aires el 7 de abril de 1989. Los entre paréntesis
son nuestros.

LA VISITA DE BOIRY EN LA PRENSA ARGENTINA

Las repercusiones en la prensa argentina están reflejadas sucintamente en el precedente cable de


AFP. En general, no se lo tomó en serio y fue objeto de ironías y mofas.

Asombró a los periodistas que, con casi 40 años de servicios activos en favor de los aborígenes,
como dice el "príncipe", no hablara una sola palabra de araucano o español. Toda la programación
de su agenda de viaje que conoció el periodismo, estaba escrita en francés. Allí figuraba una
conferencia de prensa en la Alianza Francesa que no se realizó.

"Se han dicho -declaró- injurias y calumnias terribles, casi todas a partir de la "realidad novelada"
que escribió Raspail (Jean) sobre mi familia". ¿Qué familia? se preguntaría Raspail como tantos
otros en Francia.

En la desaparecida revista "Siete Días", salió otro reportaje al "príncipe". En el subtítulo se lee:
"Philippe Boiry viene a reivindicar los derechos indígenas y promete no abandonar la lucha para
conseguir un territorio autónomo para su gente". Entre otras cosas, el visitante declara: "...yo hablé
con Perón, con el que mantuve correspondencia...".

Philippe Boiry, que en Francia tiene fama de estar vinculado a la ultra derecha política y al
integrismo católico, en oportunidad de una nota para un diario de izquierda argentino, con la visible
intención de congraciarse, hizo irónicas críticas, aunque traídas de los cabellos, contra Estados
Unidos, España y Francia.

"En un libro reciente -dijo- se realizó un estudio donde se muestra que en los Estados Unidos se
firmaron más de mil tratados con los indígenas y ninguno de ellos fue respetado. El libro se llama
justamente "Un Siglo de Vergüenza". Refiriéndose a los entonces proyectados festejos del quinto
centenario del descubrimiento de América y manifestándose contrario a ellos, expresó: "Es como si
en Francia se celebrara el 130 aniversario de la ocupación de Argelia, como si se hicieran
recordatorios por la construcción de los campos de concentración del nazismo...".

En declaraciones a "Clarín", a quien concede una entrevista, repitió todas las argumentaciones de
su "título y derechos". Allí afirma: "Fui invitado por el Comité Exterior Mapuche (CEM), defiendo la
autenticidad del reino fundado en 1860 y dedico mi vida a defenderlo". Por supuesto, no explica
nada concreto sobre esa acción paternal.
Dada su criticada costumbre y la de sus predecesores en la aventura, "niega que su objetivo aquí
sea el de obtener respuestas de cortesía de los indios para luego mostrarlas como prueba de
reconocimiento" ("Página 12", abril 2, 1989).

En una crónica de "Clarín" sobre el acto celebrado en el Centro Kolla, el diario explica: "Pincén
Viejo presenta al extranjero, de quien dice que "es considerado en Europa como noble entre los
nobles, una persona que ahora ha llegado a este lugar, a través de su mandato como heredero de
la corona de acero del rey Antonio I, después de 12.000 kilómetros de viaje". Convoca a la unidad
y afirma que "necesitamos reforzar nuestra línea de lucha también en la representación
internacional, para que en las ciudades europeas haya una persona que pueda representarnos..."
("Clarín", abril 2). ¡Qué más podría desear Philippe Boiry!: Un reconocimiento de su monarquía de
opereta en el exilio y la posibilidad de "operar" con su corte, "cónsules" y "embajadores" en el
exterior. Por tal "servicio", ¿Lorenzo Pincén recibió el título de "barón de Carhué"?.

Esa "representación" fue lo primero que declaró a los periodistas al llegar a Chile y lo que trató de
difundir sin éxito a su regreso a Francia, donde organizó una suscripción más para formar una
fundación de ayuda a los indios. ¿Pasará con esos fondos lo que ocurrió con Don Bosco?.

Los indios no tienen dudas para calificar el operativo. "El montaje de este circo sirve a sus
protagonistas para beneficio propio únicamente, ya que este personaje demostrará en Francia
haber conseguido apoyo de los indios argentinos, lo que facilitará su negocio y el de los cómplices
locales". Esto lo afirmaron a los periodistas Antonio Gerónimo, Walter Colque y Ana Tula, en
nombre de la Comisión India 12 de Octubre, repudiando la visita.

Isaac Colqui, presidente de AINDARA (Asociación Indoamericana de la República Argentina),


expresa: "En la Argentina no hay títulos de nobleza, y los indígenas tampoco los reconocemos". El
documento de AINDARA convoca "a las asociaciones mencionadas en la nota que publicó el diario
"Clarín" del 2 de abril como supuestos anfitriones y agasajadores del falso monarca, a desmentir su
participación y su adhesión a la visita de este europeo que, a casi 500 años del descubrimiento de
América, viene a ofrecernos espejitos de colores y promesas de limosnas".

"Esta Asociación -continúa- considera tal visita y tales pretensiones como ofensas a nuestras
comunidades, que con duros esfuerzos trabajan aquí por mantener las tradiciones de los pueblos y
defender nuestros derechos, con una propuesta de cooperación con los hermanos blancos y de
integración de un país precisamente amenazado con la libanización...No queremos otro 1492.
Quienes lo vivimos ya sabemos de su triste experiencia".

El Centro de la Mujer Aborigen, por medio de un comunicado, desmintió su adhesión "a la


recepción ofrecida al supuesto príncipe Philippe de Araucanía". Y agrega: "...las conquistas
conseguidas por el pueblo mapuche en ambos países, relacionadas con la recuperación de sus
tierras y de su cultura, fueron gracias a su propia organización y lucha".

La Comisión India 12 de Octubre, en un comunicado brinda su propia interpretación sobre el rey:


"La historieta comienza en 1860 cuando un delirante francés llamado Orélie Antoine, aprovechando
la desesperación de los hermanos de la Patagonia por mantener sus tierras promete armas y
dinero para enfrentar a los ejércitos de Chile y Argentina, quienes los estaban diezmando. Con esa
excusa se nombró rey de la Araucanía. A los dos días de su reino recibía de sus súbditos unas
reales patadas en su trasero, cuando comprobaron que el franchute tenía mucho de loco y poco de
libertador..."

El M.I.R.A., con las firmas de María Currumil (mapuche) y Fausto Durán (kolla), dice sobre Philippe
Boiry: "Este representante del Imperio Francés, del cual nos podrían hablar los hermanos argelinos
o vietnamitas, quiere ponerse en defensa del patrimonio cultural aborigen como si nuestros
hermanos mapuches no pudieran defenderlo solo. Evidentemente, a la frivolidad europea le gusta
que se hagan negocios en nombre de la humanidad, siempre en abstracto. El "príncipe" no se
quedó sólo aquí. En su periplo visitó Chile para buscar nuevos adherentes y generar nuevos
conflictos con nuestros vecinos".

Al criticar que hubieran recibido a Philippe Boiry el Centro Kolla y el A.I.R.A., dicen:
"Evidentemente, es un buen negocio montarse en maniobras espúreas haciendo quedar a nuestros
pueblos como indefensos y faltos de capacidad para ejercer sus derechos".

PHILIPPE BOIRY EN CHILE

En Chile al "príncipe" no le fue mejor que en Argentina, también con muy poca repercusión en la
prensa. El 8 de abril de 1989, el diario "El Mercurio", publicó una pequeña nota con foto tamaño
carnet, anunciando su llegada:

"Procedente de Argentina llegó ayer a nuestro país Philippe Boiry. quien fue nombrado delegado
de las comunidades indígenas argentinas ante organismos internacionales, según dijo a los
periodistas". (Lo dicho: comenzó a especular con la designación que intenta difundir por todo el
mundo).

"Boiry, quien se hace llamar "Príncipe de la Araucanía y la Patagonia" calificó su visita como "un
viaje de estudio para ver en el terreno cuales son los problemas reales de las comunidades
indígenas". Planteó que retornará a Europa para "estudiar la forma de organizar una ayuda
internacional a las minorías indígenas" (¡!).

"Boiry explicó también que su viaje se gestó por invitaciones especiales de organizaciones
indígenas de Argentina y Chile. "Me he reunido en Buenos Aires, con el director de Asuntos
Legales de la Casa Rosada para hablar con él sobre estas comunidades y el problema de su
financiamiento" (¡!).

"Boiry dijo que es Decano de una Facultad de Ciencias de la Comunicación, experto en


comunicaciones y periodismo. Advirtió que "estas funciones no son evidentemente las de un
estafador", haciendo alusión a diversas críticas en su contra debido al título que dice ostentar."

El mismo diario publica el dia 11 de abril una foto de Boiry con una indígena que le muestra un
botijo.

"GO HOME" PRINCIPE PHILIPPE, DICEN INDIGENAS CHILENOS"

El precedente título encabeza un cable de AFP fechado 8 de abril en Santiago de Chile, que dice:

"La Confederación Indígena de Chile (CICH) pidió hoy que el gobierno y los partidos políticos
repudien la presencia en el país del francés Philippe Boiry, titulado

príncipe heredero del Reino de la Araucanía y la Patagonia, que su aventurero compatriota Orélie
Antoine de Tounens intentó fundar hace 130 años en tierras que la etnia mapuche ocupaba en el
extremo austral de Sudamérica.
"Boiry, 70 años, abogado (?), periodista, profesor y publicista en París, arribó el viernes a Santiago
desde Buenos Aires, para defender y solidarizarse -dijo con las reivindicaciones de sus supuestos
500.000 súbditos.

"No dudamos de méritos personales, pero él no tiene tutela ni derechos válidos sobre nuestra raza,
en cuya tradición no figuran los soberanos", dijo el historiador Lonco Quilapán, durante una rueda
de prensa en la Dirección del CICH.

"Tampoco hemos necesitado ni necesitamos de su ayuda para enfrentar los problemas, agregó.

"Otros líderes de la CICH calificaron como "burla" y "estafa" las actividades de Boiry, en cuyo
programa en Chile figura un recorrido del territorio que los mapuches dominaban a la llegada de los
conquistadores españoles.

"Boiry acuña monedas y medallas conmemorativas que vende, al igual que ciertos títulos de
nobleza del proclamado reino, y ello pudiera estar demostrando un afan comercial, manifestó
Lorenzo Lamunquier.

"La Confederación, que también cobija a las organizaciones culturales y sociales de los otros
grandes pueblos indígenas del Chile actual (aymarás, pascuenses y huiliches), anunció la
presentación de un petitorio al Ministerio del Interior y la Cancillería, para que se frenen los
"injuriosos" actos de Boiry y se represente la situación ante la embajada de Francia.

"Planeamos también denunciarlo a los tribunales, indicó Quilapán, descendiente directo del "toqui"
(jefe guerrero) de igual nombre que quien en 1860, según la leyenda, apoyó la proclamación del
Reino de Araucanía (chilena) y la Patagonia (argentina).

"El fundador Orélie Antoine de Tounens fue detenido dos años más tarde por las autoridades
chilenas. Declarado insano y devuelto a Francia en un buque velero.

"Antes de morir en su terruño, Orélie Antoine I, que no tuvo prole, vendió su título de "rey" de los
mapuches a un asociado en la aventura, Gustave Achille Laviarde, que durante 24 años se hizo
llamar Aquiles I.

"Después, sucesivamente, "la corona" pasó a manos de Antoine II y Laure Thérèse.

"Laure Thérèse la entregó a su hijo Jacques Antoine y éste, finalmente, la traspasó a Philippe
Boiry, que no tiene lazos sanguíneos con sus predecesores.

"A la muerte de Orélie Antoine I, su único sobrino, carnicero en el pueblo de Tourtoirac, había
renunciado a toda reclamación sobre la sucesión de la dinastía.

Sería interesante conocer la impresión de Philippe Boiry ante las declaraciones de Lonco Quilapán,
dirigente mapuche, historiador araucanista y descendiente directo del famoso cacique toqui
Quilapán, cuyo nombre fuera tan abusivamente explotado por Orélie Antoine y Achille. Ahora ese
legendario nombre no le sirve al actual "príncipe". Al contrario, el heredero actual le niega todo
derecho y asegura que nunca existió un rey entre los suyos. ¡Qué testimonio!. No obstante, en
1993 Boiry declara en París que en 1989, en Chile fue apoyado por Quilapán (Latorre). ¡Qué
temeridad!.

La misma agencia France Press, difundió el 14 de abril, el siguiente cable:


"El Príncipe de Araucanía, Philippe Boiry, concluyó hoy su visita a Chile con el compromiso de
organizar en Francia una fundación para ayudar a las comunidades de los indios mapuches o
araucanos, con las que se reunió.

"Volveré", anunció el controvertido príncipe, antes de viajar hoy a Buenos Aires para desarrollar en
Argentina las últimas actividades de esta gira de dos semanas y regresar a París el próximo lunes.

"Heredero del romántico Orélie Antoine de Tounens, que en 1860 fue proclamado rey de la
Araucanía y la Patagonia con el apoyo del cacique Quilapán, Boiry inició su gira por Argentina,
donde recibió críticas por su título nobiliario pero se reunió con una decena de comunidades
mapuches de la región de Temuco (Chile), donde vive la mayor parte del millón de indígenas que
conforman una minoría étnica entre los 12 millones de habitantes del país.

"La conclusión de esta visita es que el más grave problema de los mapuches es la posesión de la
tierra", advirtió durante una rueda de prensa, precisando que en esa región ellos representan el 63
% de la población, pero sólo poseen el 1 % de las tierras.

"El fondo del problema es el respeto a la dignidad del individuo", agregó Boiry, que proyecta
regresar a Sudamérica dentro de dos años"...

"Algunos historiadores chilenos, como Francisco Antonio Encina, atribuyen a esta aventura un
carácter pintoresco, sin mayor trascendencia para la "pacificación de la Araucanía" que sobrevino a
fines del siglo pasado. Otros investigadores, como Armando Braun Menéndez, que escribió "El
Reino de Araucanía y Patagonia", analizaron más en profundidad a este personaje casi
desconocido pero real.

"Su sucesor, Philippe Boiry, descubrió que las comunidades indígenas de la región de Temuco, en
el sur de Chile, y la austral, Patagonia en Argentina, aún reclaman sus derechos a poseer la tierra
y denuncian la penetración cultural del "huinca", como lo hacían hace 130 años".

La fundación pronto comenzó a funcionar en París y a recaudar fondos. La única utilización


conocida de los mismos, consistió en llevar a Francia, Suiza, Holanda y Bélgica en agosto de 1992,
a Lorenzo Cejas Pincén ("barón de Carhué"), para presentarlo junto a Boiry en conferencias sobre
la situación indígena ante la "invasión" de Argentina y Chile, aunque no se logró ninguna
repercusión.

En 1993, Philippe Boiry muestra una notoria prosperidad. Las ruinosa propiedad que él comprara, y
presenta ahora falsamente como casa natal de Orélie Antoine, esta restaurada; es su residencia de
campo. El "museo" está bien puesto. También ha mejorado su vivienda parisina y la corte se
muestra muy activa. Las colectas no se detienen.

"VICTIMA DE CALUMNIAS E INJURIAS"

La siguiente es la lista de agravios que el "príncipe" reprocha al diario "Clarín" y a su corresponsal


en París François Lepot:

1 - Ofensa: "El artículo del 30-03-1989 de "Clarín" -dice el "príncipe"- muestra una palmaria
ignorancia en cuanto a conocimientos sobre los títulos nobiliarios y a presuntos asesores en esa
materia, cayendo en absurdas contradicciones".
Respuesta: Todo lo dicho en esa nota lo ha publicado y repetido en diversas oportunidades "Le
Figaro" de París, entre otros medios, de lo que se aportan precisiones en la publicación de "Clarín".
Es curioso que Philippe Boiry se dice ofendido por esas transcripciones y dispuesto a iniciar causa
criminal al periodista argentino, cuando no se le ocurrió nunca demandar por iguales y mas
repetidos "delitos" a "Le Figaro", cuya nota ya citada está firmada por Patrice Plumkett, su jefe de
redacción.

La estafa contra los salecianos esta narrada con toda crudeza en el libro de Armando Braun
Menéndez, que trata a la banda del "rey Achille I", el "vividor", y sus "260 cónsules y encargados de
negocios" repartidos por el mundo, de "haberse llenado los bolsillos". Braun Menéndez, que por su
fortuna tenía con qué responder materialmente de sus palabras, tampoco nunca fue enjuiciado por
Boiry y, por el contrario, lo hizo "caballero de la orden de la Corona de Acero".

II - Ofensa: "Tras estos presuntos artículos escritos por un supuesto François Lepot (seudónimo),
se presenta a mis antecesores como una farsa intelectual, satirizada por la "Barra de Charles
Cros".

Respuesta: Esto lo ha dicho Jean Raspail en la nota ya citada, que entregó en manos al ministro
plenipontenciario de la embajada de Argentina en París, Raúl Pajoni, a principios de 1989, de la
que disponemos de copia.

Exactamente lo mismo dice el conocido escritor Maurice Druon.

Lo de la "farsa intelectual" lo escriben numerosas personalidades y, muy especialmente, la propia


familia de Antoine y Charles Cros.

III - Ofensa: "Se usa este oscuro proceder para lograr que se omita hablar en las tribunas públicas
de la cuestión indígena argentina, que involucra a casi un millón de argentinos".

Respuesta: El periodista y escritor François Lepot tiene un cúmulo de artículos publicados, en


especial cuando ejerció la profesión durante mas de diez años precisamente en la Patagonia,
donde llegó hasta arriesgar su libertad en defensa de los mapuches.

IV - Ofensa: "El desprestigio que los artículos del señor Lepot le hace a Francia y a su pretendida
profesión".

Respuesta: Quien desprestigia a Francia utilizando títulos ilegales y otorgando dignidades de


nobleza y condecoraciones es el señor Boiry (lo vimos en la nota de la Legión de Honor)

V - Ofensa: "Recomiendo leer el libro de Bernardo Jiménez Abendano, titulado "Vérités et


contrevérités sobre el reino de Araucanía", donde se halla respuesta a cada una de las mentiras
que figuran en los mencionados artículos de "Clarín"."

Respuesta: El escritor Jean Raspail, habla de ese libro, explicando: "No esta en librerías. Lo
imprimió y vende el propio señor Boiry. El me lo envió y yo le escribí diciéndole que suponía
inexistente al autor y que además, por el estilo, me parecía que lo había escrito él (el "príncipe"). Le
agregaba que el trabajo "demostraba el delirio inofensivo de la monarquía de Araucanía".
Asimismo, es infantil, pues en el prefacio escrito por Boiry, éste dice que lo conoció en una visita
que Abendano hizo a París y que falleció poco después. Pero no dice quién fue este señor
Abendano, su país ni ningún otro dato. Mi carta no fue contestada".

Este fantasioso autor ya figura en la bibliografía que aparece en la "historia" de 1879, pero
llamándolo Abendanio, refiriéndose a un trabajo de éste, titulado "Examen de fausses théses sur la
succession royale d'Araucanie-Patagonie" aclarando que esta editado en mimiógrafo en Madrid, en
junio 1956. Por supuesto, es inencontrable. Pero llama la atención que en 1956 ya existiera un
extranjero que no vivía en Francia, interesado y documentado para defender precisamente a quien
recién comenzaba a decirse príncipe de Araucanía-Patagonia.

Este detalle, y el contenido del libro de Jiménez Abendano nos hace darle la razón a Jean Raspail
cuando piensa que esa persona no existió nunca y que lo editado y lo mimiografiado, fue escrito
por Philippe Boiry.

Tenemos a la vista esa insólita obra. Son dos tomos que en conjunto hacen 215 páginas. Fue
editada por SFA (la fundación que con colectas publicó la "historia" de Boiry), en la misma
imprenta, en 1986. Esta prologado elogiosamente por el "príncipe", quien dice haberle abierto sus
archivos y proporcionado infinidad de copias fotográficas de sus documentos.

El libro esta íntegramente dedicado a defender a Philippe Boiry, sin referirse para nada al reino ni
los otros "soberanos". Utilizando a ese tercero, dice responder el autor a todos los ataques que se
hacen al noble señor. De esa forma, hasta se mete contra la Gran Cancillería de la Legión de
Honor y contra todos cuantos han puesto en duda su legitimidad. Los ofendidos pueden buscar en
los cementerios y creemos que jamás lo encontrarán.

Como el doctor Jiménez Abendano se dice argentino, hemos rastreado todos los archivos sin
encontrar su nombre, ni siquiera en los padrones electorales ni el registro de las personas, ni aún
en bibliotecas, donde podrían estar sus obras. En los consulados argentinos de París y Madrid
tampoco figura. Pero el "principe" sigue repartiendo a los periodistas ejemplares de los dos tomitos,
"donde Vd. encontrará respuesta a todas las dudas que puedan haber planteado mis críticos".

El libro de este autor fantasma trae varias fotografías de Boiry dándole la mano a personalidades,
tales como el rey Juan Carlos de España y el Rey Balduino de Bélgica. Esas tomas, de parado y
en fila, no son difíciles de obtener con un carnet de periodista. Otro valor tendrían de estar
sentados y solos.

Entre varias fotos familiares (una de su madre en un hipódromo) y dos "chateaux" de antepasados,
hay una con "mapuches de Chile venidos a exponerle los problemas de la minoría oprimida, al
heredero de su rey". Luego de decir que el "príncipe" "recibe visitantes araucanos de todas las
tendencias políticas", aclara que los fotografiados "son de orientación más bien de izquierda...".
Otras notas gráficas muestran al cacique ranquel Pincén (ni araucano ni patagónico) visitando la
tumba de Orélie Antoine en 1987.

El doctor Jiménez de Abendano afirma que "es siempre en Francia donde es más atacado (el
"príncipe"), siendo difícilmente comprensible para nosotros, latinoamericanos"...en cambio, "el
príncipe es reconocido por las organizaciones mapuches".

No conforme con esa defensa de Boiry, el autor agrega citas elogiosas para el "príncipe". Una de
ellas es parte de un artículo publicado en "El Mercurio" (6-VI82) por el "notable escritor chileno"
Enrique Lafourcade, que dice de Boiry: "Refinado, elegante, cortés, amable, este caballero vestido
de tweed, de alrededor de 60 años, es el príncipe Philippe de Araucanía, representante legítimo de
la casa real fundada en 1860 por Orélie Antoine de Tounens...él defiende sus derechos con
argumentos sólidos...no es un estafador ni un príncipe de opereta...".

Figuran también en el libro unos renglones de una nota aparecida en "El Magallanes" de Punta
Arena el 25 de julio 1982, escrita por el profesor Mario Martinic, "presidente del Instituto de la
Patagonia". Allí se lee: "No podemos sino reconocerle la respetabilidad, la dignidad que emana de
su persona, su formación profesional y su cultura...Un día, aunque no asuma el reino, será
reconocido por las crónicas como "el historiador", tanto por su remarcable gestión intelectual como
por su impresionante constancia para sostener su pretensión...". Eso es todo.

Por supuesto, aquí también son reproducidos los elogios del ex embajador argentino Adolfo José
Galatoire, como los de Mauger de la Brannière.

Como el "príncipe" ha invocado su amistad con el doctor Conde de Mirandes, "embajador de Costa
rica", la embajada de Chile pidió informes a su igual centroamericana, contestándole que "ese
famoso "doctor" y "Conde" jamás ha sido embajador, sino simplemente empleado administrativo
que, en algunas ocasiones, ha estado a cargo de los archivos".

Es destacado asimismo que Boiry recibió una carta del General Pinochet, agradeciéndole "el
interesante libro del Príncipe Philippe de Araucanía".

En cuanto a los ingresos por derechos para designaciones de caballeros o por donaciones, "se
consagran a obras caritativas, o sirven para ilustrar el recuerdo de mis predecesores", según
explica Boiry.

Entre multitud de fotocopias de "documentos", del "príncipe" se olvida dar a conocer los más
importantes, entre otros el referido a la designación de Jacques Antoine (que no era el hijo mayor)
por su madre y el de éste abdicando en favor de Boiry. Pequeños detalles que los "calumniadores"
utilizan, junto a infinidad de otros argumentos, para llamarlo impostor y fabulador, con delirio
nobiliario.

OFENSAS A LA DIGNIDAD NACIONAL ARGENTINA

Además de las irreverencias publicadas por Philippe Boiry en su "historia", como ya hemos visto,
en suelo de la República Argentina se ha atrevido a hacer y pronunciar verdaderas ofensas a la
dignidad y soberanía nacional, a un pueblo y gobierno unido por estrechos vínculos a Francia.

Lamentablemente, las autoridades gubernamentales y en especial los ministerios de Relaciones


Exteriores e Interior, no tuvieron ninguna reacción ante esas imposturas, con lo cual se ha dado,
según el "príncipe", asentimiento a sus expresiones, pues "el que calla otorga". Veamos algunas.

- "Mi título esta reconocido por la justicia francesa".

Esto que no es rigurosamente cierto como lo decimos en otro capítulo, es improcedente y ofensivo.
¿Cómo se puede invocar la justicia de otro país para reconocer títulos políticos y de nobleza sobre
territorios de Chile y Argentina?. De ocurrírsele a algún tribunal francés, tan luego de una república,
cometer semejante desborde de jurisdicción, estaría atentando contra toda noción de derecho y
respeto a un estado soberano con el cual se tienen relaciones diplomáticas.

- Decir que su título figura en su pasaporte.

Esto es cierto. Nosotros vimos en París un pasaporte donde a su nombre se anteponen las letras
A.R. (alteza real). Luego ha mostrado otro donde después de su apellido se agrega "de Araucanía".
¿Cómo las autoridades de Migraciones toleraron su ingreso con semejante documento?, ¿Cómo la
Cancillería no formuló al menos un tímido pedido de explicaciones?.

El pasaporte con las letras "A.R." (alteza real), que lleva siempre en el bolsillo, es del 3 de
noviembre de 1981 y con ese vino a la Argentina en 1989. El 22 de abril de 1993 sacó el pasaporte
de la Comunidad Europea, donde sólo dice "Philippe Boiry de Araucanía", nacido el 19 de febrero
de 1927.

Cabe preguntarse ¿qué actitud adoptarían en Francia, o cualquier otra nación en serio, si se
presentara un argentino con un pasaporte diciendo algo semejante con respecto al país a que
arriba?.

- Hacer acusaciones sobre políticas internas.

Un extranjero no puede venir a nuestro país diciéndose defensor de los araucanos y "príncipe
reconocido" de los mismos, al afirmar: "El desarrollo de la historia ha querido que dicha nación (la
araucana) haya sido sometida por las armas". Otra vez pongámonos en el caso de Francia, en que
alguien, no como persona privada, sino con un falso título de "príncipe" de comunidades que piden
autonomías o independencias como los vascos y corsos (por citar solo dos), fuera a París y otras
ciudades a comportarse de igual forma.

- "Dedico mi existencia a preocuparme por los araucanos que sufren discriminaciones, injusticias y
viven en la miseria"..."apoyar a los indios que defienden su identidad cultural amenazada".

¿Se podría ir a decir lo mismo a Francia con respecto a los corsos, en cuya isla hay un movimiento
subversivo reducido pero incontrolable que desde hace veinte años reclama autonomía por medio
de sangrientos actos de terrorismo por considerarse colonizados por los continentales?.

- "La acción que desarrollo en Europa desde hace 40 años en forma solitaria".

Debería ser objeto de un pedido de explicaciones para saber ¿dónde han ido tantos fondos
recaudados para "los pobres indios" o "para combatir a los ejércitos de Chile y Argentina", durante
más de un siglo en su falsa "dinastía". Esos dineros frutos del repetido método de innumerables
colectas o suscripciones públicas, parecen no merecer ningún comentario. Luego, al dejar el país,
declara que en Francia va a crear, también por suscripción pública otra fundación para ayudar a los
indígenas. ¿Una más?.

- Su adhesión a un acto de protesta callejero.

Participó de una pequeña manifestación callejera frente al Museo de la Plata, declarando luego
("Clarín" del 9 de abril): "Los cráneos de caciques exhibidos son verdaderos trofeos de guerra".
Esta expresión la reprodujo un cable de la agencia oficial francesa AFP. "El domingo participaré de
un acto de protesta...", había anticipado el 1 de abril al "Diario Popular".

- Presentarse en público con "funcionarios" de la UN.

El "príncipe" utilizó en sus manejos a una "funcionaria de las Naciones Unidas", quien se interesa
en cuestiones araucanas. Esto la Cancillería debió haberlo protestado ante el organismo
internacional.

Lo de funcionaria estaría por probarse, aunque ella se dice "representante de la Organización


Aborigen de las Naciones Unidas". Fue presentada al público como descendiente de indios tobas
(¡nada que ver con los araucanos!), pero en el hotel estaba inscripta como "Madame Lion", de
nacionalidad belga. Vino como esposa de un ciudadano de Bélgica, Gaston Lion, miembro de la
comitiva "real" del príncipe, y según Boiry, presidente de una Asociación Bélgica-América Latina,
que difunde en las escuelas un incendiario folleto ("S.O.S.") sobre Araucanía-Patagonia.
Al respecto, tenemos a la vista una nota fechada el 21 de abril de 1989 en Lima (Perú), firmada por
Asunción Ontiveros Yulquira, en su carácter de coordinador general del CISA (Consejo Indio de
Sudamérica, reconocido por las Naciones Unidas), manifestando "mi más sentido repudio contra el
aventurero Gaston Lion". Según la misma carta, también dicho personaje sería "un supuesto
representante de los aborígenes en las Naciones Unidas, que se dedicó a promocionar la figura del
señor Philippe Boiry como "príncipe" y "testigo fiel" de los despojos que sufrió y sufre el pueblo
mapuche dentro de la Argentina y Chile...inició (Lion) su misión de sorprender y engañar a cuanta
persona india o descendiente de indio encontró en el camino, para cumplir con su "príncipe
Philippe", a cambio de "donaciones futuras"..." ¿Las malas compañías son una constante?.

INTROMISION EN ASUNTOS INTERNOS CHILENOS

En su "historia", Philippe Boiry habla del período presidencial del mandatario chileno Eduardo Frey,
diciendo:

"En el mismo tiempo, periodistas latinoamericanos vienen a encontrarme en París, para


entrevistarme sobre mi posición con referencia a la política chilena. Centenares (?) de artículos (la
palabra "centenares" destacada) fueron así publicados en América Latina y esto no es el menor de
mis orgullos por haber diagnosticado, quince años antes, la evolución de la política chilena, las
debilidades del presidente Frey y la lógica accesión del presidente Allende al poder, con las
consecuencias que ello acarrearía.

"Para ese propósito, y porque estoy seguro que los archivos de las embajadas norteamericanas
son bien tenidos, evocaré igualmente, una conversación que tuve con los especialistas de
cuestiones sudamericanas en la embajada de Estados Unidos en París que, 1965-1966, en la cual
les hice saber mis inquietudes en cuanto a la evolución de la política interior chilena, analizada muy
exactamente para mí por mis corresponsales. No supieron más que oponer una duda cortés pero
firme, que recordarán, puede ser, hoy, La C.I.A., lo temo, no es tan fuerte en esas regiones como
una cierta propaganda, quisiera hacerlo creer"(pág. 419).

¿Es o no esto una confesada injerencia en cuestiones políticas internas de Chile y a través de otra
potencia?. Y tan luego de un confeso admirador de Pinochet.

EL JURAMENTO DEL "PRINCIPE"

El 17 de setiembre de 1978, Philippe Boiry, que no tiene descendencia, modifica la constitución


traída de

Francia por Orélie Antoine, para dejar bien en claro que él puede designar sucesor a su antojo. El
solemne decreto comienza así:

"Nosotros, Philippe, príncipe de Araucanía Patagonia, duque de Kialeou, conde de Alsena, jefe
soberano de la Casa Real y del Estado,

"Considerando la situación particular creada por nuestro exilio, resultante de un acto arbitrario
violatorio de la integridad y la voluntad de la nación arauco patagónica y de los pueblos que la
componen..." (Boiry 449).

Evidentemente, el "exilio" continúa y no descarta que puede terminar con un retorno al "trono".
Por si queda alguna duda sobre las verdaderas intenciones de Philippe Boiry y las puertas que
cree tener abiertas para aprovechar cualquier situación internacional y lograr sus ambiciosos
objetivos, veamos el juramento que él ha instituido, para si y sus sucesores, por la mencionada
"acta adicional". El juramento dice así:

"Yo...heredero legítimo y legal de la monarquía de Araucanía-Patagonia, juro libremente y sin


ningún impedimento, ante Dios y ante los hombres:

"Defender y mantener intactos los derechos soberanos de los pueblos de Araucanía-Patagonia,


sus libertades seculares y mantener por siempre los derechos de la casa real de Araucanía
Patagonia.

"Respetar, sin jamás faltar la Constitución del 17 de noviembre de 1860 y su Acta Adicional del 17
de setiembre de 1978 y todas las leyes, usos y costumbres del Reino..." (Boiry 453).

¿Qué objeto tiene ese juramento solemne si a los periodistas argentinos y chilenos les dice que no
posee ambiciones políticas ni piensa en la restauración de "su" corona?.

No obstante, en la página 439 de su "historia", Philippe Boiry transcribe su respuesta a una


pregunta del ya citado Mauger de la Brannière. Este previamente hace la siguiente consideración:

"Los derechos (del reino) sin embargo subsisten

-más que nunca en una época que reprueba la violencia y se reclama de derecho- y a ese
propósito, nos ha parecido honesto consultar al heredero actual de esos derechos, el príncipe
Philippe de Araucanía.

"El príncipe Philippe de Araucanía es un gran amigo de la República Argentina. Es un hombre


todavía joven de una inteligencia y de una cultura superiores, y depositario de una tradición
infinitamente respetable, él sabe mantener viva la llama del recuerdo, pero su actitud es sin
ambigüedades". Y va la pregunta:

"¿Qué pretende en nuestros días el heredero de los derechos del rey Orélie Antoine I? ¿Tiene
objetivos políticos sobre los territorios arauco patagónicos, o reconoce que el tiempo ha cambiado
todo y que esos territorios son definitivamente argentinos de una parte y chilenos de la otra?

"Respuesta: Mi posición política es clara: La fuerza esencial del principio monárquico es la


continuidad. Es pues, por razones de doctrina evidentes, que esta fuera de cuestión para mí
renunciar a los derechos políticos creados en Araucanía Patagonia en 1860 por las voluntades
conjuntas de los pueblos habitantes de esos territorios y del Rey Orélie Antoine I.

"Dicho esto, sería perfectamente irreal negar otra evidencia política que es la reciente absorción de
esos países por sus vecinos chileno-argentinos. Yo me reservo el derecho de criticar, cortésmente,
pero firmemente, las condiciones de esa invasión, realizada contra el derecho de gentes, como la
opinión mundial lo ha constatado en la época, como sus secuelas, y en especial las condiciones
actuales de vida de minorías autóctonas, constatadas por otra parte, deplorándolas, por la misma
prensa argentina.

"Considero tener la obligación de orden moral de defender las minorías autóctonas. Aquí se limita,
por otra parte, mi zona de intervención, que es sin embargo activa. Es necesario reunir igualmente
una acción de defensa de todo lo que concierne a la herencia cultural y específica indigenista de
regiones consideradas, y una posición hostil a la desaparición de razas de las que se trata, en un
mestizaje destructor. Posición conforme a las grandes decisiones de la UNESCO, sobre el interés
que hay en preservar las minorías étnicas que representan un valor sobre el plan cultural e
histórico".

Luego Mauger de la Brannière, agrega estas consideraciones propias:

"Nosotros pensamos que la inmensa mayoría de argentinos estarán de acuerdo con el príncipe
Philippe de Araucanía sobre las declaraciones que él nos ha hecho en este centenario de la
muerte de Orélie Antoine de Tounens, nosotros pensamos que todos, franceses y argentinos,
mejor informados que ciertos periodistas apurados de producir notas, prontos a la ironía o el
sarcasmo, e inconscientes de la que muestran, todos nosotros estaremos de acuerdo para saludar
la memoria de un hombre que fue un gran americano al mismo tiempo que un gran francés".

Lamentablemente no podemos estar de acuerdo con ambos franceses. Tanto no admitimos las
ambigüedades políticas a las que no desea renunciar el "príncipe", cuando nunca las tuvo ni le
correspondieron, como coincidir con las opiniones del vizconde escritor. La injerencia en
cuestiones argentino chilenas es inadmisible, como las rebuscadas reservas que plantea y las
amenazantes intenciones con múltiples antecedentes de imposturas.

De la Brannière, que habla muy directamente del "invasor chileno", al referirse al laudo limítrofe
británico, que el "príncipe" no reconoce en ningún momento, expresa: "...la Reina Victoria, produce
un arbitraje repartiendo los territorios componentes del reino de Araucanía y Patagonia entre sus
dos vecinos del Norte, Chile y Argentina..."

Hoy, terminando el siglo XX, intentar reflotar el fantasmal reino de Araucanía y Patagonia, con una
ridícula "corte" en París, con pretensiones de "reivindicar sus derechos", es legal y moralmente una
locura, pero una locura que no debe hacer carrera.

Quizás se espera que alguna potencia, en circunstancias propicias en este convulsionado mundo,
vuelva a las políticas colonialistas que nunca fueron abandonadas, aunque ahora se utilicen otros
pretextos como supuestas violaciones a los derechos humanos o de minorías, nuevo orden
internacional (mejor dicho desorden), defensa de la ecología, enfrentamientos religiosos, "evitar"
conflictos étnicos, etc. Para eso, los estados poderosos han creado y utilizan las temibles "fuerzas
de intervención rápida". Estas bien pueden compararse con los corsarios de antaño (reclutando
escorias humanas mercenarias). Esas profesionales F.I.A. no están destinadas precisamente para
guerras entre o contra grandes potencias sino para atropellar pequeñas.

A buen entendedor, el "príncipe" esta a disposición, para cualquier negocio, ya sea para ofrecer
"su" reino a una potencia colonialista o para aprovechar alguna provocación o circunstancia
internacional propicia para sacar algún partido.

EL "PRINCIPE" PHILIPPE EN 1993

Hemos conocido una larga nota que le hiciera a Philippe Boiry el periodista argentino Mauricio
Latorre, corresponsal en París de la Editorial Atlántida de Buenos Aires. De ese reportaje grabado,
de mayo 1993, extraemos algunos pensamientos y relatos de actividades del "príncipe", ahora de
66 años.

Con los mismos argumentos que remachara Orélie Antoine de Tounens, Boiry expone los que él
cree fundamentos de sus derechos. Según sus curiosos cálculos, el fundador reinó ocho años en
tierras araucanas. Todo falso.
Repite el maltrato a las colectividades indígenas, el despojo sufrido "por invasión de un territorio
soberano" por parte de Argentina y Chile. El último agravio que consigna proviene de un amigo
informándole desde Esquel, que la construcción de centros de esquí "empuja a los indios más
hacia la inhóspita cordillera".

Por supuesto, como es habitual en él, relata los "asesinatos de indios" cometidos por los
antepasados de Armando Braun Menéndez en la Patagonia, cuyo abuelo "pagaba a un irlandés
apodado "Chancho Rojo" un dólar por par de orejas de indígenas". A esa realidad adjudica los
agravios que el citado escritor le formula. Ese es un agregado a los tantos "crímenes contra la
Humanidad" que adjudica en particular a los ejércitos de Chile y Argentina.

Boiry muestra cartas y recortes donde se lo nombra, así como libros, considerando todo ello un
reconocimiento a su principado, aunque la gran mayoría del material que se publica lo maltrata. Lo
importante para su vanidad es que lo citen. El film "La Película del Rey" también ha entrado en sus
archivos y cita los premios ganados por la película como si fueran propios. Hasta enarbola
orgulloso una carta de cierto cacique menor que le otorga un nuevo título para su colección, el de
"machi" (brujo o curandero de la tribu).

Cuenta el aspirante al trono que en 1977, al fallecer su esposa, la "princesa Dominique", recibió las
condolencias del cuerpo consular de Roma, con firmas y sellos, incluídos los representantes de
Argentina y Chile.

Se extiende Boiry en defensa del indefendible Achille I, adjudicándole superlativos méritos, y


pareciera inspirarse en sus procederes como "príncipe": Edita folletos y cuanto hable de él, da
conferencias y asiste o envía informes a cuanto organismo internacional se lo permite. Lo mismo
hacen los miembros de su corte y los cónsules que tiene por todo el mundo, incluidos en los países
"invasores". Estos, dice, lo mantienen informado de cuanto sucede. Se niega a dar el nombre de su
delegado argentino, pero lo dice "muy vinculado a organismos internacionales de Ginebra y
presidente de la Asociación de Jóvenes de Argentina", institución de la cual lo ha designado
representante internacional".

Su accionar no omite ninguna denuncia que cree justificada sobre atrocidades contra sus súbditos,
aunque no parece tener mucha aceptación. Dice que las Naciones Unidas "no se preocupan
demasiado" y que Amnesty "esta muy politizada".

Como miembro del Club de Leones francés, cuenta haber dado muchas conferencias sobre su
tema, pero que no trascienden a sus similares de Argentina y Chile, pues estos "reúnen a la gente
bien, la gente rica, los matadores de indígenas de tres generaciones atrás, y no quieren que se
remueva esta historia...".

Ya no habla Boiry de acciones guerreras pero insiste en las "legales": "Cuando se tiene la suerte
de poseer toda una argumentación jurídica que permite demostrar que se ha robado, no vale la
pena ir a tomar tierras por la fuerza; simplemente, hay que ir a los tribunales, porque los tribunales
internacionales me robaron" (se refiere al laudo sobre fronteras de Argentina y Chile que continúa
sin reconocer porque "se repartió" su reino). Y comenta: "Los indios de los Estados Unidos
encontraron "pools" de abogados que se ocuparon de ellos; en general fueron grupos de abogados
judíos que se quedaban con el 80 % de lo que sacaban".

Cree Boiry en dos modas, "que se integran y me esperanzan: las independencias de indígenas y el
renacimiento de las monarquías". Justificando a Orélie Antoine, cosa que le viene bien a sus
aspiraciones, dice que, en 1860, "era necesario que tomase forma de monarquía para ser
comprendido en Europa, donde la fórmula republicana no se comprendía...fuera de los Estados
Unidos no había un país en el mundo que fuese una república...(?). Napoleón III, que era el
soberano de Francia en esa época, entre sus objetivos sueña con una monarquía católica en la
América del Sur para contrabalancear la influencia anglosajona protestante de Estados Unidos...".
Se lamenta que el dramático fracaso colonial en México impidió a Napoleón III ayudar a Orélie
Antoine.

No tiene el "príncipe" un buen concepto de las igualdades políticas. "Pienso que la democracia
debe realizarse en ciertos niveles, municipales, regionales, pero cuando se trata de gobernar un
país, me parece un poco dudoso".

Aunque Boiry habla del apoyo del clero a su "augusto" creador del reino, cosa nada probada, dice:
"¿Vd. sabe que actualmente los indígenas tienen una extraordinaria hostilidad hacia el
cristianismo? Le echan la culpa de haber contribuído a destruirlos".

Refiriéndose a su visita a Buenos Aires (donde "en el diario "Clarín" me insultaron de la manera
más baja"), cuenta que "me enteré con estupor, por algunos periodistas, que los propietarios de la
Patagonia decían que sus propiedades estaban amenazadas. ¿Son tan inciertas esas
propiedades?. Es que están basadas en una invasión sin derecho alguno. Es muy comprensible la
inquietud de la gente".

Vuelve a relatar como un éxito más su entrevista con un funcionario de la Presidencia Argentina, a
quien titula "Director de Leyes", sin dar su nombre, en marzo de 1989, bajo la administración de
Raúl Alfonsín. Habla del ceremonial de que fue objeto, siendo atendido durante dos horas. Cuenta
que en determinado momento llaman por teléfono y el funcionario dice: "Estoy con el Príncipe de
Araucanía, perdóneme, no puedo verlo en estos momentos". ¡Otro antecedente!. También muestra
una foto que se sacó "en el balcón principal de la Presidencia", diciendo que uno de sus
acompañantes era "una diputada de la provincia del Chubut". Todo ese material "histórico" se
exhibe ya en el "museo" instalado en una parte de su propiedad "de 17 habitaciones" (así lo
aclara), en Chourgnac D'Ans, que falsamente dice haber sido la casa natal de Orélie Antoine.
"Entrada: 10 francos" (unos dos dólares), según un volante para el turismo. Allí se consigna que "el
Rey Orélie Antoine fue un precursor de la independencia de pueblos indígenas". ¿Qué
independencia?, si su idea expresa era constituir la colonia "Nueva Francia".

El "museo de reyes de Araucanía", como lo llama, se ha financiado con colectas y ayudas


municipales, aunque las autoridades han debido limitar las aspiraciones del "príncipe", porque "la
comunidad no puede hacer inversiones en una propiedad privada". Además, el predio está en
pleno campo y su acceso es complicado.

Como detalle insólito, afirma Boiry que en Araucanía y Patagonia circulaban monedas propias de
los indígenas. Tomaban las de plata de Argentina y Chile, las martillaban y esculpían allí: "O.A. I"
(Orélie Antoine I).

MALVINAS Y EL "PRINCIPE"

Las opiniones del "Príncipe" sobre Malvinas son originales, por así llamarlas:

"No comprendo -declara- esa emoción de la Argentina frente a ese problema de las pequeñas islas
Malvinas (él dice Malouines, "porque así las llamamos en Francia"), mientras que prácticamente
toda la Patagonia pertenece a compañías inglesas, ya que toda la Patagonia es inglesa, de
propiedad de ingleses, la mitad de la Argentina la poseen compañías inglesas. Entonces, las islas
Malvinas, en relación a la ocupación económica del territorio argentino por los ingleses, me parecía
un poco irrisorio...un problema que me parece muy trivial...la propiedad económica es lo que
cuenta...Cuando me detuve ante esos territorios inmensos (¿cuándo?), cada vez que me paré en
un lugar en que se podía comer más o menos normalmente, había solo ingleses..."
La revista "Gente" de Buenos Aires (junio 3 de 1993), publica una foto de Philippe Boiry, tomada
días antes en su museo, sosteniendo la falsa "corona de acero de Orélie Antoine". Sobre la pared
se aprecia un gran mapa de su "reino", que limita al Norte con los ríos Bío Bío (Chile) y Negro
(Argentina), extendiéndose hasta el extremo Sur, sin olvidar ninguna isla, incluídas sus
"Malouines".

Desgraciadamente no podemos decirlo aquí en forma categórica, pero una fuente seria nos dio la
versión de que el "príncipe" escribió a la señora Margaret Thatcher durante el conflicto de Malvinas
de 1982, islas que él incluye en su "reino". ¿Habrá intentado negociar "el apoyo de su pueblo
indígena, único dueño histórico de esas tierras a cambio de su reconocimiento como rey"?. Actitud
similar adoptaron sin ningún pudor tanto Orélie Antoine como Achille Laviarde, sus "augustos
predecesores".

Sabemos que la entonces primer ministro no respondió esa correspondencia, pero debe
conservarse. El ex Imperio Británico tiene experiencias de otros precedentes, como inventar
"descendientes de Mahoma" para imponer como reyezuelos títeres en colonias de mayoría
islámica. Cuando dentro de unos años se abran los archivos ingleses, podrá confirmarse o
desmentirse esta versión.

DELICADO:

¿BOIRY EN LA ONU COMO REPRESENTANTE ARGENTINO?

El "príncipe" Philippe Boiry, desde hace muchos años, no pierde la menor oportunidad de
introducirse en cuanto organismo internacional pueda hacerlo, en especial los dependientes de las
Naciones Unidas que admiten a entes no gubernamentales. Muchas de estas instituciones
financian estudios, invitan a reuniones por todo el mundo, otorgan becas, etc. etc. Además, esas
actividades le permiten, según él, legitimar su principado.

Veamos entonces que, a tres meses de la visita del señor Philippe Boiry a la Argentina y Chile,
firma, presenta y difunde un documento con el siguiente título: "Presentación del Príncipe de
Araucanía Patagonia al grupo de trabajo sobre los pueblos indígenas, O.N.U. Ginebra 31-VII-89 al
4-VIII-89".

El escrito, que no es el único de su tipo, evidencia el accionar de este señor, invocando una
representación gubernamental, a nivel de por lo menos una provincia argentina, Chubut. El
documento, de 1989, luego del título citado, dice así:

"Señora Presidenta:

"En marzo-abril últimos, yo he visitado al pueblo mapuche, en los dos países que se han repartido
su territorio, la Argentina y Chile. (1)

"Este viaje de estudios me ha permitido apreciar los problemas a los cuales este pueblo, al que me
unen lazos históricos y morales, se encuentra confrontado. (2)

"Ellos son bien numerosos y por eso no es cuestión de enumerarlos aquí. Mi propósito se limita al
orden del día de esta sesión y los delegados mapuches presentes están mejor calificados que yo
para hacerlo. Yo quiero hablar, por el contrario, de la búsqueda de soluciones que permitan
tratarlos eficazmente.
"Un ejemplo introducirá al anuncio de mi sugestión.

"Mientras la República de Chile, que jamás ratificó la convención 107 de la O.I.T. y donde la
legislación nacional es extremadamente perjudicial a los pueblos indígenas, en particular para la
nación mapuche, (3) la Argentina tiene ratificada esta convención desde 1959, convertida en ley
nacional 14.932, sin, desgraciadamente, aplicarla en el curso de los treinta años ya pasados. (4)

"En el curso de los cinco últimos años, por el contrario, la ley nacional 23.302 sobre las
comunidades indígenas y seis leyes provinciales han sido adoptadas, por lo cual podemos saludar
el espíritu generalmente positivo.

"Infelizmente, el decreto de reglamentación de dicha ley nacional no ha sido publicado hasta hace
cuatro años, en febrero último y, dos meses mas tarde, una conversación que yo tuve durante mi
estada en Buenos Aires, con el director del servicio de Leyes de la Presidencia de la República de
Argentina, (5), me fue confirmado que, de todas formas, el decreto de reglamentación no tiene
actualmente aplicación porque no ha sido acompañado de ninguna partida presupuestaria.

"La situación es la misma en cuanto concierne a las leyes provinciales; los créditos necesarios a su
aplicación son prácticamente inexistentes.

"Es este punto vital que la Comisión Provincial de Identificación y Adjudicación de Tierras a las
Comunidades Aborígenes de la Provincia del Chubut (Argentina), me ha debidamente encargado
de exponerles a Vds. (6).

"Recientemente la O.I.T. ha adoptado la revisión de la convención 107 sobre los pueblos indígenas
y tribales. Ello me permite, mas allá de las críticas justificadas sobre su contenido, emitir algunas
inquietudes sobre su aplicación concreta, en la actual situación económica de la República
Argentina, que afecta igualmente a la mayor parte de los países de América Latina, como a
numerosos estados del Tercer Mundo.

"Nadie ignora el terrible problema de la deuda exterior de numerosos de esos países y el handicap
que ella constituye, tanto para su desarrollo general como para los cambios que esos países
pudieran proyectar en múltiples sectores, a la cabeza de los cuales se inscribe el mejoramiento de
las condiciones de vida de los pueblos indígenas que los integran.

"Para responder a ese problema mundial, algunos países ricos -y acreedores- buscan actualmente
soluciones equitativas y algunos gestos efectivos recientemente han sido realizados.

"Por mi modesta parte, deseo someter al grupo de trabajo la proposición de las recomendaciones
siguientes:

"1 - Una disminución apreciable de su deuda podría ser acordada a los países que adopten una
legislación efectiva en favor de los pueblos indígenas, traduciéndola en una práctica sin equívocos.

"2 - Todo o parte de la deuda así reducida, deberá, entonces, ser invertida en un fondo específico,
permitiendo poner en obra los medios económicos necesarios al desarrollo de los pueblos
indígenas en los países involucrados.

"3 - Esos fondos podrían ser administrados conjuntamente por los países interesados, los países
acreedores, los representantes legítimos de los pueblos indígenas y los organismos
internacionales calificados (ONU, FMI, UNESCO, FAO, OIT, etc.).
"Es en efecto perfectamente utópico esperar que, en una situación frecuentemente vecina a la
bancarrota, ciertos países sin ningún medio financiero apropiado, puedan realmente poner en
acción una política eficaz en favor del desarrollo de naciones indígenas, si una ayuda internacional
controlada no viene a ayudarlos. (7)

"Una tal medida, de parte de los países ricos, será, en vísperas del 500 aniversario de la invasión
del continente americano, mas allá de discursos y declaraciones de intención, una manera
concreta de comenzar un auténtico proceso de reparación histórica hacia los pueblos indígenas
expoliados sobre todo el continente americano.

"Si la historia no se rehace, es siempre posible corregir los errores.

"Con este espíritu tengo el honor, señora Presidenta, de trasmitirles este documento y sus anexos,
formulando votos que si la idea así expresada chocase con dificultades técnicas, ella sirva al
menos de punto de partida a una reflexión constructiva.

"En el mismo espíritu, lanzo un llamado a los representantes de diversos países involucrados que
comprenden ciertamente que, lejos de serles opuestos, esta sugestión es igualmente presentada al
servicio de sus propios intereses, a fin que ellos la trasmitan, para estudio, a sus gobiernos.

"Señora Presidenta, señoras y señores, les agradezco vuestra benevolente atención.

Anexos:

1 - Reglamentación de la ley 23.302.

2 - Ley 3.247 de la Provincia del Chubut.

3 - Decreto 55 de la Provincia del Chubut.

4 - Acreditación del interviniente por la Comisión Provincial de Identificación y Adjudicación de


Tierras a las Comunidades Aborígenes de la Provincia del Chubut (Argentina). (8)

Fdo: Príncipe Philippe de Araucanía-Patagonia. (9)

ALGUNOS INTERROGANTES:

(1) Nótese la intencionada palabra "repartido".

(2) Con total soltura cita inexistentes "lazos históricos y morales".

(3) ¿Un ataque muy severo a Chile, formulado por un "representante gubernamental argentino"?.

(4) Un reproche a las autoridades argentinas. ¿No podría interesarse con más razón en la
devolución de tierras a los indígenas de colonias europeas, cosa no efectivizada en ningún sitio?.

(5) ¿No se ha podido determinar el nombre y la verdadera función del personaje que a fines de
marzo de 1989) habría recibido a Philippe Boiry, durante la administración del presidente Raúl
Alfonsín?.
(6) Consultamos entre otros a los senadores nacionales por la provincia del Chubut, doctores
Hipólito Solari Yrigóyen (radical) y César Mac Karthy (justicialista), coincidiendo ambos en el
asombro por el título invocado por el señor Boiry y el contenido de su presentación en Ginebra. Y
prometieron investigar.

Asimismo, siendo ambos senadores autores de diversas iniciativas en favor de los indígenas, cuyo
territorio conocen muy bien, manifestaron que jamás oyeron hablar de un rey o príncipe de
Araucanía y Patagonia entre los indios.

(7) ¿Se esta ofreciendo el "príncipe" para participar en el manejo de un gran programa, como
"representante legítimo de los pueblos indígenas"? y, además, ¿en nombre de la Provincia del
Chubut? ¿Con qué autoridad moral y qué antecedentes?. ¿No ha hubo ningún representante
diplomático argentino que se haya opuesto a esta representación, o haya informado a la
Cancillería?. En mayo 1993, en reportaje otorgado al periodista Mauricio Latorre, Jean Raspail
afirma: "Desde la embajada argentina, parece que existieron cuestiones de dinero (¿tendrán
pruebas?). Los servicios de inteligencia están en el caso. Boiry haría chanchullos con la ONU, con
los ONG (organizaciones no gubernamentales)...".

(8) Por informaciones provenientes del gobierno de Chubut, sabemos que la mencionada Comisión
Provincial ha sido disuelta. Es decir, que si existió algún aval para Philippe Boiry, ya no tendría
ninguna vigencia y no puede continuar invocando ninguna representación. Además, podemos decir
que se está investigando cómo y quién habría otorgado tal designación, sin conocimiento público.

(9) ¿Puede admitirse, moral o legalmente, que en nombre de un estado argentino firme alguien
como "Príncipe Philippe de Araucanía Patagonia"? ¿Nos olvidamos de la Asamblea del Año 1813
que abolió los títulos de nobleza?, medida ratificada por el artículo 16 de la Constitución Nacional
vigente desde 1853, cinco años antes de la venida de Orélie Antoine a América.

LAS PROVOCACIONES DEL "PRINCIPE" NO SE DETIENEN

Pese a la inusitada audacia ya demostrada por el "Príncipe de Araucanía Patagonia", éste continua
utiliza a los cómplices de su "corte", siempre buscando ventajas.

Para referirnos a uno de los últimos casos de que tenemos noticias, volvemos sobre el insólito
personaje belga GASTON LION, a quien ya vimos integrando la comitiva de Philippe Boiry en su
visita a Argentina y Chile, a quien también denuncian organizaciones indígenas.

Ahora el señor Lion, como su "príncipe", están difundiendo un documento firmado por el primero
como "delegado internacional de la Asociación Indígena de la República Argentina (AIRA), a la
undécima sesión del Grupo de Trabajo sobre los Pueblos Indígenas en Ginebra, el 31 de julio de
1993". Allí, entre otras frases irresponsables, dice:

"Los derechos de tratados cubren cerca de tres cuartas partes de la Argentina actual. Sobre esos
territorios el título indio es claro, él no ha sido jamás abolido legalmente, ninguno de sus pueblos
jamás renunció a esos derechos sobre la menor parcela de su territorio.

"Además, en lo que concierne a la mitad sur de esos territorios, un estado independiente y


moderno, bajo la forma de una monarquía constitucional, establecida conforme a todas a las reglas
del derecho internacional de los estados fue proclamada allí y ratificada por el pueblo Mapuche en
1860; el Reino de Araucanía-Patagonia, cuya Casa Real existe siempre hoy en exilio en la persona
de un ciudadano francés, el Príncipe Philippe.
"Lo que ha pasado allí luego, no es solamente una violación de tratados existentes, sino
igualmente una invasión de un estado soberano por sus dos vecinos. Fue una violación del
derecho internacional de lo más elemental, la repartición y la anexión del territorio de un estado
soberano. Políticas colonialistas genocidas y regímenes de ocupaciones extranjeras, que duran
desde hace más de un siglo.

"Argentina y Chile son bastante cándidos para creer que el tiempo ha legitimado su situación de
ocupante a los ojos de los pueblos indios, en particular el pueblo Mapuche?.

"Creen ellos verdaderamente que las mujeres y los hombres indios de esas regiones son de una
especie diferente a las mujeres y hombres del resto de la humanidad, para continuar pretendiendo
negarles toda justicia, todo derecho a la descolonización y la autodeterminación?".

Es decir, se insiste una vez más en sostener ante un foro internacional que Argentina y Chile son
invasores, genocidas, colonialistas y racistas, y que no poseen derechos sobre Araucanía y
Patagonia, mientras que "la Casa Real (así en mayúsculas en el original) existe aún en el exilio en
la persona de un ciudadano francés, el "príncipe" Philippe.

LOS INDIGENAS EN LA NUEVA CONSTITUCION ARGENTINA

La nueva Constitución de la República Argentina, sancionada el 23 de agosto de 1994, establece


lo siguiente:

"Art. 75, inc. 17: Reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos.

Garantizar el respeto a su identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural,


reconocer la personería jurídica de sus comunidades, y la posesión y propiedad comunitaria de las
tierras que tradicionalmente ocupan; y regular la entrega de otras aptas y suficientes para el
desarrollo humano; ninguna de ellas será enajenable, transmisible o susceptible de gravámenes o
embargos. Asegurar su participación en la gestión referida a sus recursos naturales y a los demás
intereses que los afecten. Las provincias pueden ejercer concurrentemente estas atribuciones".

Esta norma redactada por la Comisión sobre comunidades Indígenas, había producido despacho
escuchando a representaciones de diversos pueblos aborígenes, quienes en número superior a
300, asistieron a la sesión en que la misma fue aprobada por unanimidad, el 11 de agosto de 1994.

En fin los constituyentes, en representación de toda la Nación, y los pueblos indígenas en


particular, han acordado en la Carta Magna un futuro solidario y justo como integrantes de la
comunidad argentina. Ahora hay que cumplirla.

BIBLIOGRAFIA

PRIMERAS NOTICIAS DEL REINO DE ARAUCANIA Y PATAGONIA EL NACIMIENTO DE UN "REY" SEGUNDA ENTRADA DE
DIEZ DIAS EN EL ARAUCO A ARAUCANIA VIA BUENOS AIRES TERCER VIAJE VIA BUENOS AIRES EL REY ACHILLE I Y
SU FANTASIOSA BIOGRAFIA EL REY ANTOINE II LAS LEYES FRANCESAS Y LAS ORDENES DE CABALLERIA DE
INGLATERRA INVITAN AL "PRINCIPE" A ARGENTINA Y CHILE BIBLIOGRAFIA
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