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wieditorial ‘sta semana fue para miun buen momento de meditacién y recogimiento. El nacimiento de mi hija me dio la oportunidad de comparar lo que vivi ‘cuando nifio y lo que estara viviendo ella a partir de ahora. Recuerde que, en mi infancla, era impensable encender ef televisor desde Un sill6n, El contro} remoto ni siquiera estaba en los planes de fabricacién de las compafifas. Es mas, tener un televisor en, casa era todo un Iujo. Un monitor montado en un mueble fabricado en madera de caoba 0 nogal y todo un conjunto, de bulbos en ef interier, formaban el aparate; era un mueble decorative. Ah, y Glo proyectaba imagenes en blanco y negro. Ni quié hablar de la radio o la reproduc cién de un disco LP (discos de acetato de aproximadamente 12 pulgadas que tenfan las pistas de sonido grabadas por ambos parara uniitfalteada de chocolate mien- tras esperbamos a que el aparato “se calentara” antes de sentarnos en familia para escuchar cualquier sonido, La calidad de audio no era de lo mejor, pero, sentarse todos alrededor de la sala a escuchar musica, era algo sway especial, Han pasado mas de treinta afios desde entonces. No parece mucho tiempo, sin embargo, la tecnologia y los pasos agigantados que da su desarrollo, nos estan comiendo a bocanadas. Hoy ya noes extrafte tenes de cuatro a cinco televisores en casa: con pantalla de plasma o DLP de 54 a 60 pulgadas en la sala, uno de 24 pulgadas en la habi- tacién principal, ytres mas de 14 pulgadas para a cocina, el cuarto de lavadoy la habitacién de los nifios. Esto, adems de un reproductor de DVD compatible con todos los medios escriturables (DVD-R, CD-R, CD-RW, VCD, ete.) y una consola de videojuegos, tad conectado a un Home Theater 7.1 nos oftecen la mejor experiencia de entretenimiento lograda hasta el momento. Todo controlado via remota desde la comodidad de nuestro sillén favorito. Lejos de lo que pudiera parecer, en la actuialidad, estos aparatos, dejaron de ser un lujo para convertirse en articulos comunes. Tanto asi, que ya es muy raro ver a una famila completa departir y disfrutar juntos de agin programa, una pelicula, o un videojueso. No obstante, ahora ia tecnologia nos permite ir mas alla. Ya es posible conectar nuestra casa en red y controlarla desde nuestro celular o laptop, asi como tener acceso a Internet en cualquier lugar de la casa, obteniendo livertad ¥y movilidad absoluta en todo momento. Me pregunto silos cambios que viviré mi hija en los siguientes treinta afios sserén tan extyemos como los que me han tocado vivir. Lo que me lleva a otra Interrogante: ghabré que preocuparse en qué clase de mundo le dejaremos a nuestros hijo, o en qué clase de hijos le dejaremos al munde? El mundo de en isa ee nuestros hijos Karl-Heinz Jentjens Kraus Director editorial karlheinz@editorial.televisa.com.mx

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