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a La realizacion del trabajo escolar” ANTONIO BALLESTEROS Y USANO"* 1. La leccion forma concreta de la actividad educativa Concepto y evolucién histérica de la leccién.- En el capitulo precedente hemos examinado los diversos problemas que se refieren a la preparacién del trabajo escolar. Todavia el maestro no se halla al frente y en contacto directo con sus alumnos. Hemos partido de supuestos. de situaciones imaginadas —cuya base ha sido nuestra experiencia anterior— para disponer los medios convenientes y el ambiente propicio para que la actividad educativa se realice con el maximo provecho para nuestros discipulos. Hemos dispuesto el escenario en que ha de desarrollarse la vida escolar, con toda su complejidad y sus multiples episodios. En este capitulo vamos a hallarnos ya ante nuestros alumnos y a poner en accién todos los recursos que con tanto cuidado hemos preparado, a comprobar su utilidad y a hacer que entre en juego nuestra habilidad, nuestra gracia, nuestro arte como educadores. Existen en la convivencia del maestro con sus alumnos muchos momentos interesantes y valiosos. Ya hemos examinado algunos de ellos al tratar de la preparacién dei trabajo. Hemos de aludir en la paginas que siguen a otros muchos. Pero indudabiemente, entre esa diversidad de motivos de convivencia con los escolares, e! de mayor ..'emnidad y de mas hondas resonancias para el maestro y para los escolares, el de mas interés para éstos y de mayor responsabilidad para aquél, es, sin duda alguna. el de la leccién. Los alumnos se hallan frente a frente a su maestro, atentos a su palabra y a sus gestos, esperando sus indicaciones, sus ensefianzas. E! maestro ha de poner en actividad sus capacidades mejores: atencién. memoria, comprensién, habilidades y destrezas de todo orden. Ha de realizar su auténtica isin educativa que no consiste solo en transmitir un contenido de cultura. sino ademas y, sobre todo, en despertar el interés y hacer que cada nifio y todos los de su clase participen en la tarea dramética de descubrir, de conquistar una nueva verdad. Este es el instante més deseado y més temido para todo maestro, que ninguno, que lo sea de verdad, aborda. aunaue tenga largos afios de practica, sin una profunda emocién y sin un sentimiento de temor, por leve y fugaz que sea. Es ahora, al iniciar su leccién, cuando ha de poner en juego no séio su cultura. sino su conocimiento de la infancia y su are inimitable de educador. Los discipulos estan ahi silenciosos, atentos, en espera de la palabra de su maestro. No nos queda opcién. Hemos de comenzar nuesira leccion. {Qué es una leccién? {Qué funcién desempefia en la complejidad de Organizacion ce la escuela primaria. México. Patria. 1964, pp. 159-167. Protesor de Organizacion escolar en la Escuela Nacional ce Maestros, a0 actividades que en la escuela se realizan? Si nos alene as, a su origen, la palabra leccion la hemos heredado de la “escoldstica medioaval: La lectio —con la repetitio y Ta disputatid— era una de las formas de adquisicién del conocimiento que utilizaban los maestros en las escuelas monacales y catedralicias primero. y a ae universidades, mas tarde. La leccién se apoyaba entonces en los textos inspirados en los Padres de la Iglesia, en Tomas de ‘Aquino, en Aristételes, cuyo contenido expresaba la doctrina dogmatica.” Asi el ‘conocimiento —atenido a los preceptos teolégicos, a las doctrinas de la fe— habia de conformarse y expresarse literaimente con las palabras que en los prope’ textos figuraban. Por co la ensefianza se hacia mediante la lectura de sus paginas. Ensefiar era en realidad leer, yen todo caso explicar, interpretar 10 Jeido. El maestro carecia de iniciativa para transformar y menos discutir y negar lo que en el libro figuraba. La palabra tenia tanta importancia como la idea. Por 660, la forma esencial de la cae ricavion entre los maestros y los alummos efa [a lect, la lectura. El aprendizaje se traducia en la repeticion literal y exacta de esa lectura que habia apis mecha en las aulas y adoptaba Ia forma de interrogatonios catequisticos, hechos a los cateciimenos, alos que aprendian la doctring He aqui el sentido original de la leccién, como forma didactica. En su evolucién a través de ias transformaciones que los métodos de conocer han evtrido, [a leccién dejé de ser una mera reproduccién de 605, para convertirse en la exposicion razonada y légica . hecha_por.los maestros, segun Su propio criterio, SU interpretacion original de! contenido cientifico. El maestro dejo de ser tin repetidor de opiniones ajenas para convertise en un expositor y, @ las veces creador, de criterios y opiniones propias. Be todos modes, aquel concept escolastice, dogmalicn ega hasta nuestro tiempo y la palabra leccion despierta en nosotros la imagen de un aula aoe ecas reguiar y simétricamente colocadas, en las que los alumnos, quietos y silenciosos, escuchan con una atencion espontanea 0 forzada —real 0 fingida ~ la palabra indiscutible del maestro. El magister dixit medioeval persiste en esta imagen y —lo que es peot— en la practica de muchos que S° dicen educadores ‘Algunos autores, deseosos 6 de a tecnica pedagécica fo ave ia leccén tradicional sigrvica. proconen que sea sustuida esa palabra y que al acto ce onset oo lame tarea, actividad, quehacer. Poonam cu necesata esa medida raical. No es necesario n| converuene El werming leecion tene ya tan Ne easy tal arraigo en nuestra culura y en ol enguale universal, TON popular, que no lograriamos ano vat y tal araige ges que fueran nuestas decsones ¥ Tu, Pooscecy ruesttos argumentes. desteraia Pet contvagn que se procuctia al susttutla por ros Tens Oe ynen ya un sigrificaco ers in terminologia educatva, Conservandol. puts, S| 95 Tocca rectficar los errores que en su Brome ens terion, sobre 1g. os que se iran las pracions cose vigosas, al cesarollar Meee J ambien actual 2 nuesras cases. Ex os la Gnakdad dal ‘estudio que sigue. Condiciones generales de una leccién.- En primer lugar, refiramonos @ SU duracion, Ya tratamos este punto en capitulos anverores al estudiar el horario de coecroeia, No puede fiarse un tiempo “standard” para del"! la extension de 13 rection. Como afirma con razén L3mbardo-Radice, @ veces un gesto, una ola palabra del maestro, tienen una repercusion mas honda en la psicologia de! Stumno, una inflyencia en su formacion mas duradera, que toda una larga ao hasta mecanizaria, la actividad del maestro. Una serie de métodos, procedimientos y formas, ingeniosamente distribuidos y escalonados encerraban Et estudiante normalista —y encierran aun al maestro en muchas escuelas— en una verdadera cuadricula, que encallejonaba su actividad y“estorbaba sus’ iniciativad)__ fe en ery i==""Habia’ mélodes Texclugivos para cada ~materia, procedimientos de ensefanza adaptados a cada método; formas propias de cada procedimiento con fo cual la leccién carécia de toda espontaneidad ¥ el alumno normalista se confundia aturdido ante la obligacién de recordar y aplicar en el momento preciso la receta previamente fijada para cada momento de la leccién. Habra que prescindir de tales ataduras si queremos que la leccién tenga los caracteres de yivacidad, de gracia y de" interés, de’ ‘daira [as circunstancias dé"cada” daso-al procesd’de la “actividad. sDentro_ de normas amplias y flexibles, toda feccion ha de tener mucho de esportaneidad & impravisacién\Lo mas eficaz y lo mas dificil para el maestro seré que cada lecci6n, aunque desarrolle el mismo asunto, sea sempfenueva, sempre original para sus alummnos, pero también para | mismo-No quiere esto decir que rechacemos todo método, toda técnica de aprendizaje, toda sistematizacién en el desarrollo de las lecciones; al contrario, Vamos a referimos, a continuacién, a los medios y recursos que el maestro puede utilizar para aprovechar sus propias capacidades docentes. Lo que repudiaros eS dear erizaeion de la labor del maestro, la presctipéién de recetas rigidas que har&n conéebir la tarea educativa alos principiantes como el engranaje perfecto y acabado, pero ciego y mecanico, de una maquinaria de la que han de salir productos en serie, “standardizados’ en vez de personalidades vigorosas, Capaces de pensar, de querer y de sentir con la més alta valoracién humana: la orgialidad, Ya hablamos al tratar de la preparacién ck 1 leccién, de las etapas fogicas y psicolégicas de la actividad educativa. Ya vimos cémo puede escalonarse la accién escolar para que la leccién alcance su maxima finalidad: la adquisicién de! conocimiento por los alumnos. Pero en cuanto a la inmediata y Concreta relacién del maestro con sus discipulos para alcanzar aquella, aspiracion, habré Gue’ Géntiar en ta vocacién, en la capacidad y en el arte de! educador, para mantener despieria y creciente la-atencion de Tosalumnos* Uitimamente queremos advertir, para completar este concepto de la leccion que desarrollamos, que lo mas dificil y lo mas importante para el maestro sera que quanto en la leccion se haga, desde el propio tema hasta los ejercicios mas simples, fenga su justificacién para los alumnos. De esto dependerd el interés: No Quiere esto decir que toda leccion ha de ser util y responder a _una finalidad practica que solucione aspectos de la vida, | feal sino que saa reac ae los nifios compréndan y perciban la relacion ‘ton lo'ya aprendido y con Toque queda por aprender’? Por ello es un recurso esencial que el maestro conozca perfectamente el medio natural y social en que sus discipulos desarrollan su vida, 4 Que lo estudie profundamente y que conozca también la propia existencia familiar, J de aquéllo’. Este doble_conocimiento_le facilitara recursos y elementos para” motivar sus lecciones acudiendo, no a recursos arificiales y alejados de lo que el nifio conoce, sino los propios motivos de su interés vital. EI maestro que vive de

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