You are on page 1of 5

 Poema 1.

13 de Horacio

Cum tu, Lydia, Telephi


cervicem roseam, cerea Telephi
laudas bracchia, vae, meum
fervens difficili bile tumet iecur.
tum nec mens mihi nec color
certa sede manet, umor et in genas
furtim labitur arguens,
quam lentis penitus macerer ignibus.
uror, seu tibi candidos
turparunt umeros inmodicae mero
rixae sive puer furens
inpressit memorem dente labris notam.
non, si me satis audias,
speres perpetuum dulcia barbare
laedentem oscula, quae Venus
quinta parte sui nectaris imbuit.
felices ter et amplius
quos inrupta tenet copula nec malis
divolsus querimoniis
suprema citius solvet amor die.

Traducción

Cuando tu, Lydia, alabas el


cuello rosado de Telefo, los
brazos de cera de Telefo,
¡Ay, mi hígado se hincha
agitado con una bilis incontrolable!
Entonces, ni mi mente ni mi color
permanecen en su posición normal,
y las lágrimas se deslizan por mis
mejillas furtivamente, demostrando
cuán profundamente me consumo en las lentas llamas.
Me incendio, ya si es por las desmesuradas disputas
a causa del vino que han deshonrado hombros blancos,
ya si es por el muchacho arrebatado que imprimió
un vestigio perdurable con los dientes en tus labios.
No pretendas, si me escuchas suficientemente, que
permanezca aquel que hiere bárbaramente con
dulces y pequeños besos, los que Venus humedeció
con la quinta parte de su néctar.
Felices sean tres veces y más, los que tienen
uniones inquebrantables y ningún amor destruido
por funestas contiendas se disipará más pronto que el día final.

 Poema 1.23 de Horacio

Vitas inuleo me similis, Chloe,


quaerenti pavidam montibus aviis
matrem non sine vano
aurarum et siluae metu.

Nam seu mobilibus veris inhorruit


adventus foliis seu virides rubum
dimovere lacertae,
et corde et genibus tremit.

Atqui non ego te tigris ut aspera


Gaetulusve leo frangere persequor:
tandem desine matrem
tempestiva sequi viro.
Traducción

Me evitas, Chle, cual cervatillo


que busca a su madre temerosa por montañas inaccesibles,
no sin un miedo vano de las brisas y la selva.
Pues ya si el arribo de la primavera estremeció las hojas movedizas,
ya si las verdes lagartijas hendieron la zarza,
hay un temblor en su corazón y sus rodillas.
Sin embargo, yo no te persigo cual tigre encrispado
o león gétulo para aniquilarte:
deja ya de seguir a tu madre,
es tiempo de un esposo.

 Carta XCVI (96) de Séneca

[1] Tamen tu indignaris aliquid aut quereris et non intellegis nihil esse in istis
mali nisi hoc unum quod indignaris et quereris? Si me interrogas, nihil puto viro
miserum nisi aliquid esse in rerum natura quod putet miserum. Non feram me
quo die aliquid ferre non potero. Male valeo: pars fati est. Familia decubuit,
fenus offendit, domus crepuit, damna, vulnera, labores, metus incucurrerunt:
solet fieri. Hoc parum est: debuit fieri. [2] Decernuntur ista, non accidunt. Si
quid credis mihi, intimos adfectus meos tibi cum maxime detego: in omnibus
quae adversa videntur et dura sic formatus sum: non pareo deo sed adsentior;
ex animo illum, non quia necesse est, sequor. Nihil umquam mihi incidet quod
tristis excipiam, quod malo vultu; nullum tributum invitus conferam. Omnia
autem ad quae gemimus, quae expavescimus, tributa vitae sunt: horum, mi
Lucili, nec speraveris immunitatem nec petieris. [3] Vesicae te dolor inquietavit,
epistulae venerunt parum dulces, detrimenta continua — propius accedam, de
capite timuisti. Quid, tu nesciebas haec te optare cum optares senectutem?
Omnia ista in longa vita sunt, quomodo in longa via et pulvis et lutum et pluvia.
[4] 'Sed volebam vivere, carere tamen incommodis omnibus.' Tam effeminata
vox virum dedecet. Videris quemadmodum hoc votum meum excipias; ego illud
magno animo, non tantum bono facio: neque di neque deae faciant ut te
fortuna in delicis habeat. [5] Ipse te interroga, si quis potestatem tibi deus
faciat, utrum velis vivere in macello an in castris. Atqui vivere, Lucili, militare
est. Itaque hi qui iactantur et per operosa atque ardua sursum ac deorsum eunt
et expeditiones periculosissimas obeunt fortes viri sunt primoresque castrorum;
isti quos putida quies aliis laborantibus molliter habet turturillae sunt, tuti
contumeliae causa. Vale.

Traducción

A pesar de todo, ¿te indignas o te quejas de algo y no comprendes que nada


de malo hay en estas cosas, sino esto único, de lo que te indignas y quejas? Si
me preguntas, nada considero mísero para el hombre, excepto que hay algo
en la naturaleza de las cosas, que él considera mísero. No me soportaré aquel
día en que no pueda soportar algo.
No me encuentro bien de salud; es parte de mi destino. MI familia ha muerto,
no puedo costear el interés, mi casa está en ruinas, me han ocurrido daños,
desgracias, malestares, temores; suele suceder. Esto es poco; debió suceder.
Esas cosas fueron decretadas, no nos acaecen. Si me crees en algo, hazlo
principalmente cuando te revelo mis afectos íntimos; en todas las cosas,
aquellas que parecen adversas y duras, así ha sido formado: no obedezco a
Dios, sino que estoy de acuerdo con él. Yo lo sigo desde mi espíritu, no porque
sea ineluctable. Nada jamás recaerá sobre mí que yo reciba triste o con mala
cara. Ningún tributo pagaré obligado. No obstante, todas las cosas por las que
gemimos, por las que nos espantamos, son tributos de la vida; de éstas, mi
Lucilio, no esperes inmunidad ni la pidas.
El dolor de vejiga te inquietó, vinieron cartas poco agradables, en relación a tus
detrimentos continuos; me adentraré más de cerca, temiste por tu vida. ¿Qué,
tu ignorabas lo que elegiste, cuando optaste por la senectud? Todas estas
cosas se encuentran en una larga vida, como en un largo camino hay polvo,
lodo y lluvia. “Pero yo deseaba vivir, careciendo de todas las cosas
fastidiosas”. Semejante voz afeminada no está bien en un hombre. Tú verás,
cómo recibes este deseo mío; yo lo hago con gran espíritu, no tan bueno: ni
los dioses ni las diosas hagan que la fortuna te tenga entre placeres.
Pregúntate a ti mismo, si algún dios te diera la potestad, acaso querrías vivir
en el mercado o en los campamentos.
Pues vivir, Lucilio es estar en guerra. Por consiguiente, aquellos que se agitan
y que van por arriba y por debajo a través de trabajos difíciles y arduos y que
se dirigen a expediciones peligrosísimas, son hombres fuertes y primeros en el
campamento militar; éstos, los que se encuentran voluptuosamente en un
fétido reposo mientras otros trabajan, son tortolitos, contemplados para ser
insultados.

You might also like