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Realmente creo que tenemos que tener mucha fuerza, mucho amor y mucha
alegría, pero tener las cosas en claro qué es lo que está en juego en la
Argentina para que no nos pase lo que nos sucedió en otros tiempos. Ustedes
saben que en año 76’ – como decía el compañero – se instaló un proyecto en
la Argentina de destrucción del trabajo, de la industria nacional y destrucción en
la Argentina que continúo permanentemente con muy pocos altibajos, pero con
muchos fracasos de gobiernos y se consolidó, en la década del 90,
lamentablemente utilizando un partido nacional y popular para llevar adelante e
instrumentar un proyecto neoliberal, esa fue la realidad. Porque nosotros ante
la historia reconocemos que nuestro partido fue usado para llevar adelante ese
proyecto, pero hay otros que no quieren asumir sus responsabilidades
históricas y hablan – si me permiten la licencia – como si fueran paracaidistas
húngaros, con todo respeto por los húngaros porque estuvieron gobernando en
la Argentina, pasó lo que pasó en el 2001: aniquilación de la industria nacional,
el trabajo, todo por supuesto con una década o más de una década, digamos
que comenzó prácticamente en el 76, pero tuvo la consolidación en los años
90’. Se escaparon en un helicóptero y dejaron al pueblo argentino a la vera del
camino, de la mano de Dios, menos mal que estuvo la mano de Dios porque
sin ellas y la fe en Dios evidentemente millones y millones de argentinos
hubieran perdido la esperanza y los sueños hubieran sucumbido.
Yo les quiero contar, y lo digo en todos lados, a mí me tocó vivir varias Plazas
de Mayo, pero la más triste que me tocó vivir fue al otro día de mi mandato, el
26 de mayo de 2003, una Plaza de Mayo con miles de argentinos, pero no
celebrando nada, sino tocándome y tirándome de las manos y diciéndome:
Néstor, no damos más, se nos quebraron los sueños, se nos está quebrando la
vida, la esperanza, nuestros hijos van a tener menos futuro que nosotros, viejos
y viejas luchadoras de toda la vida. Les puedo asegurar que era conmovedor
ver aquellos, a mí lo único que le dije en ese momento porque mintió tanto la
dirigencia política, en este país muchas veces, quédense tranquilos por una
cosa, yo le voy a dar con todo para adelante para que podamos salir y les
aseguro que lo que dijimos, nuestras convicciones no la vamos a dejar tiradas
en la puerta, cuando entremos a la Casa Rosada y no vamos a tomar el mismo
camino que lamentablemente tomaron otros, como en el 99, cuando llegaban
con una esperanza de cambio y no hicieron más que profundizar el proyecto
neoliberal.
Yo cuando digo esto, algunos se enojan, no lo digo para criticar a nadie, porque
nosotros queremos proponer, construir, queremos profundizar el cambio en la
Argentina pero cuando vemos que la máquina de impedir, al primer día del
Gobierno de Cristina, la pusieron en marcha los que fundieron y quebraron a la
Argentina, nuestra obligación y mi obligación es decirle al pueblo argentino: por
favor, hermanos y hermanas, esta vez tengamos memoria, para que no
vuelvan los fantasmas del pasado y nos vuelvan a llevar a aquellas situaciones
que tanto tenemos que lamentar. (APLAUSOS).
Hay gente que gasta cifras obscenas en propagandas y demás y que dice que
es lo nuevo en la política, siempre digo que lo nuevo, lo viejo no es garantía de
nada, que lo importante son las ideas que se llevan adelante. Pero esos que
dicen que son nuevos tampoco lo son, si nos hubieran ganado en el 2003, esos
que dicen que son nuevos en la política iban a ser ministros de un Presidente
que ustedes saben quién era, pero gracias a Dios en el 2003, el pueblo
argentino nos ayudó, aquellos que se aferraron con fuerza a empezar a dar un
cambio en la historia argentina.
Recuerdan ustedes ese gobierno de esos que- no sé que ideas tienen, con
todo respeto, son una máquina de impedir porque no formulan ningún tipo de
ideas-saben lo que hicieron, fueron duros cono los débiles y débiles con los
poderosos, como la maldición del Malinche, apenas necesitaron el primer peso
a los primeros que les descontaron fue a las universidades, a las provincias y el
13 por ciento a los jubilados. Esos son los que quieren volver a conducir la
Argentina, tengamos memoria. (APLAUSOS).
Desde este glorioso Club Argentino de Quilmes, histórico, les digo a todos los
argentinos, sean compañeros o no lo sean, pero que tengan una visión de
argentinidad nacional y popular, que por favor entre todos desde la diversidad y
la pluralidad consolidemos este modelo de cambio, lo mejoremos y corrijamos
los errores que podamos haber cometido. Pero que no volvamos a esa
situación tan angustiosa, tan dolorosa del 2001 cuando uno veía que el que
había ahorrado su pesito tenía que ir a golpear los vidrios de un banco, donde
el banquero le cerraba las puertas y le quería mandar la policía; cuando
nosotros veíamos que los trabajadores tenían que ir a mendigar un plan social;
cuando nosotros veíamos que se caía la esperanza de esta Argentina que hace
50 años se habían puesto en marcha Eva y Juan Perón, verdaderos
conductores de la revolución nacional, popular y transformadora de la
Argentina. (APALUSOS). Veíamos que el esfuerzo de aquellos que dieron la
batalla contra la dictadura se caía.
Por eso yo me siento feliz de dar esta lucha que hay que dar porque creo que
vale la pena hacer lo que tengamos que hacer y lo que digan los argentinos,
que tengamos que estar donde tengamos que estar. Yo soy militante de toda la
vida, puedo ir en cualquier lugar, no tengo problema, del campo del pueblo, del
campo de los argentinos, del campo de los que sufren, al lado de los humildes,
al lado de la clase media, al lado de los estudiantes, al lado de los pibes, al
lado de los viejos, si hay que dar la batalla por ellos yo soy un soldado
incondicional. (APLAUSOS).
Por eso muchas gracias, con amor, con cariño, con fuerza, con mucha
memoria, con alegría, con ganas de rendir todas las asignaturas pendientes
que tenemos. Tomados de la mano los argentinos y las argentinas marchemos
juntos a la consolidación de este modelo que está cambiando el país, que se
tiene que seguir profundizando, que faltan asignaturas pendientes, que hay que
corregir errores, que hay que superar materias muy difíciles, perfecto, cuando
uno lucha por construir el futuro las ganas son tremendas.
Pero tengamos presente que no debemos volver hacia atrás, el dolor fue
demasiado grande, y a aquellos que hacen de máquina de impedir les pido que
reflexionen, que tengan ideas, que debatan ideas, que piensen un país
diferente. Se equivocaron y causaron mucho daño, pero la historia todavía les
da tiempo, pero que no tengan esa idea de destruir lo que ellos no supieron
construir.
A los argentinos los convocamos con amor, los convocamos con cariño, los
convocamos con las ideas de San Martín, de Mariano Moreno, de Yrigoyen, del
General Belgrano, de Juan Domingo Perón, la inmortal Evita, el camino de las
abuelas y las Madres de Plaza de Mayo, el camino de los pibes, de los que
lucharon por una Argentina diferente, el camino de los sueños, el camino de ver
sonreír a nuestros viejos, el camino de pensar que nuestros pibes pueden
llegar a la universidad, de una distribución justa en la Argentina, el camino de
que el fantasma de la desocupación desaparezca definitivamente, el camino de
que no pase nunca mas, ahora que estamos llegando al Bicentenario, lo que
pasó en el Centenario en 1910 que estábamos en estado de sitio y éramos el
granero del mundo, éramos los que más materia prima exportábamos, pero los
trabajadores estaban presos y los dirigentes nacionales estaban presos y
estábamos con estadio de sitio. Queremos un Bicentenario donde no se
exporte solamente la materia prima, y después nos importen esa materia prima
con trabajo extranjero; queremos que la materia prima tenga valor agregado,
que tenga trabajo de nuestros pibes y nuestras pibas, para que exportemos
trabajo argentino al mundo, esto es lo que tenemos que hacer, esa es la
esencia de nuestro modelo. Convocamos a eso a nuestros productores, a
nuestros industriales, a nuestros trabajadores, a nuestros estudiantes.
Les puedo asegurar que es apasionante la lucha que hay que dar, el camino
que hay que llevar adelante. Le abrimos los brazos al futuro, abrámosle los
brazos a construir un presente digno, y con todas nuestras fuerzas pongamos
todo lo que tengamos que poner para consolidar este modelo. Por eso Cristina
me dijo “deciles que yo tengo unas ganas y una fuerza, que estoy decidida a
dar todo los pasos, cuando siento que los toco y que ellos me ayudan siento
que es posible que esta Argentina tenga un nuevo amanecer”.
Muchísimas gracias, recién salimos del infierno, ahora el padre Farinello sabe
que más difícil que salir del infierno es salir del purgatorio. Muchas gracias,
mucha fuerza y a construir una patria y una Argentina para todos.