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GUIA DE TRABAJO

 Lea atentamente el texto.


 Escriba los datos más importantes en su agenda o libreta de apuntes.
 Responda las preguntas que aparecen.
 Comparta con sus compañeros de grupo reflexiones acerca del tema.

1. EUROPA: LOS HOMBRES Y EL ESPACIO

1.1. Un mundo más pequeño:

La vuelta al mundo en 80 días, obra de Julio Verne publicada en 1872 estaba


lejos de ser una novela de aventuras o de ficción. El Itinerario del personaje
central, Phileas Fogg era realmente factible. De hecho unos años más tarde en
1889 la periodista norteamericana Ana Nelly Bly realizó el mismo recorrido en
sólo 70 días. ,

El hombre acrecentó su dominio sobre el espacio y el universo de una manera


que el mundo pareció más pequeño. Los viajes que antes tomaban meses o
años sin la certeza del regreso, se redujeron a semanas o días, con márgenes
de seguridad nunca imaginados.

Pero no fueron sólo los transportes los que transformaron la concepción de las
distancias y del tiempo, las comunicaciones también. A mediados del siglo XIX
los mensajes cruzaban el continente en cuestión de minutos.

El ferrocarril, el barco de vapor, el telégrafo y el automóvil, ú1tima conquista


del siglo XIX, fueron ideados para vencer la distancia y el tiempo. Un último
gran invento, el avión sólo se desarrolló hacia las primeras décadas del siglo
XX, pero ya se preveía por el patrón de progreso del siglo XIX. Otros
desarrollos técnicos acompañaron estos logros: la metalurgia del hierro en los
altos hornos de coque para obtener acero, o 1a química, los motores de
combustión entre otros, hicieron posible ese sueño milenario de recorrer las
distancias en el mínimo de tiempo.

1.2. Un continente con más gente:

El dominio del hombre sobre el espacio resultó no sólo del desarrollo en las
comunicaciones sino del incremento demográfico. Durante el siglo XIX se
duplicó la población total del g1obo lo cual contribuyó también a domeñar a la
naturaleza.

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Europa tenía 180 millones de habitantes en 1800: cien años más tarde incluida
Rusia alcanzó la cifra de 423 millones de personas. Del total mundial, la
población de Europa representaba 20% en 1800 y 27.5% en 1900. Sin
embargo, este aumento no significó ni una ocupación del espacio pareja ni una
relación inmediata de las altas concentraciones humanas con la
industrialización y el urbanismo.

Hasta mediados del siglo XIX, las altas densidades continuaron relacionadas
con las zonas rurales donde, desde el siglo XVIII se había establecido un
amplio artesanado y una numerosa industria domiciliaria. Sólo desde 1860 o
1870, cuando la industrialización irrumpe con fuerza en Europa Continental, se
puede asociar la alta densidad con la industrialización y el urbanismo.

Asimismo la gran concentración humana en las zonas rurales que superará a


mediados de siglo la capacidad de generar recursos para su manutención, y la
insuficiencia de las ciudades para albergar a tanta gente ocasionarán la gran
migración europea hacia los continentes americano, asiático y africano.

En Europa, durante el siglo XIX, las zonas con más de cien habitantes por
kilómetro cuadrado fueron Irlanda y la Inglaterra "verde" (o del sudeste),
Bélgica, Holanda y. hacia el este, las Provincias de Renania y Westfalia y los
valles del Rin y del Main en Alemania.

Francia superó los sesenta habitantes por kilómetro cuadrado. Dos franjas en
Europa Meridional se caracterizaron por su alta densidad: una hacia el oeste,
desde el sur de Francia hasta Cataluña y Andalucía; otra, hacia el este,
siguiendo la costa del Mediterráneo desde la costa francesa hasta el sur de
Italia.

Las zonas de baja densidad fueron la región septentrional, Escandinavia Rusia,


la planicie Húngara, la península Ibérica y la Balcánica, y el territorio europeo
del Imperio otomano. Esta Europa de baja densidad rural y en muchas partes
todavía sometida de hecho al régimen servil mostraba sin embargo algunos
islotes de concentraciones humanas significativas.

1.3. El espacio y la política:

Así como Europa se transformó por el desarrollo de las comunicaciones y por


el incremento demográfico; los hechos políticos del siglo dieron forma a un
nuevo mapa donde las fronteras de los Estados nacionales representaron una
nueva distribución del dominio sobre el espacio.

Las grandes monarquías del absolutismo que abarcaban extensas regiones y


agrupaban pueblos de diversas lenguas y costumbres o la multitud de
pequeños principados o ciudades repúblicas, llegaron a su fin.

La época del nacionalismo se abrió paso hacia mediados del siglo XIX por
efecto tanto de las ideas liberales esparcidas por la Revolución Francesa y el
Imperio napoleónico como del desarrollo de las burguesías locales que
necesitaban sistemas políticos basados en la racionalidad del dominio más que

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en la voluntad emotiva de los reyes para realizar sus actividades. Las naciones,
a claramente conformadas como Estados independientes bajo sistemas
republicanos, desde la monarquía parlamentaria hasta el presidencialismo,
dieron su forma básica al mapa actual de Europa.

Gran Bretaña y Francia iniciaron un proceso que rápidamente daría unidad y


forma a los Estados de Bélgica. Holanda. Alemania. Italia. Grecia y las otras
naciones balcánicas bajo el dominio del Imperio turco, España, Austria y los
países nórdicos, así como Rusia, siguieron un camino en algo diferente pero, a
la postre, quedaron conformadas bajo sistemas republicanos.

Otro efecto político sobre el espacio fue el control que logró Europa sobre casi
todo el globo. La expansión imperialista comenzada por Gran Bretaña y
continuada desde mediados de siglo por Francia. Bélgica. Alemania. Italia.
Rusia y Holanda, se acompañó de la gran emigración de población europea
hacia los otros continentes. En ciertas zonas de Africa y Asia la dominación
europea fue total; en otras y en el territorio americano, el dominio fue
económico. La presencia de la población blanca europea fue, sin duda, un claro
mecanismo transmisor de sus forma de vivir, pensar, producir y organizarse
políticamente.

1.4. El espacio y la economía:

La generalización del empleo de máquinas para incrementar el ritmo de la


producción de objetos transformó profundamente la vida de los hombres y su
distribución sobre el espacio. La revolución industrial representó un crecimiento
económico sin precedentes desde la época de la revolución neolítica y como
ésta significó un nuevo orden en las relaciones sociales.

Sin embargo, la difusión de los logros de la revolución industrial no fue


uniforme lo cual, sin duda, provocó profundas desigualdades en el orden
mundial. La primera etapa de la revolución industrial que asoció el maquinismo
con el vapor, el carbón, el acero y el ferrocarril, se cumplió inicialmente en
Inglaterra, donde alcanzó su culmen en 1840; de allí se propagó; durante las
dos décadas siguientes hacia Europa del noreste y Estados Unidos, pero sólo
alcanzó a Europa Oriental a finales del siglo.

Luego de leer el texto anterior responda las siguientes preguntas:

1. ¿Qué importancia tienen para la humanidad los desarrollos técnicos del


siglo XIX?
2. ¿Cómo empezó a formarse el nacionalismo en Europa?
3. Destaque 2 aspectos de la Revolución Industrial.

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