Como experto en gestión de personas, siempre me ha dado un poco de sana envidia el departamento de marketing y sus profesionales; por muchas razones, siendo quizá una de las primeras que investigan y estudian a sus clientes (les suelen preguntar) y el CEO se cree y aprecia lo que le dicen y, lo que es más importante, se toman medidas; mientras que en RR.HH, cuando se hacen estudios de opinión, clima, etc. (no hay muchas compañías que los realicen), los altos directivos suelen poner en entredicho el método, elaboran sus propias tesis, sacan sus propias conclusiones (no siempre bien fundamentadas) y, al final, les suele traer bastante "al pairo" las acciones posteriores.
Como experto en gestión de personas, siempre me ha dado un poco de sana envidia el departamento de marketing y sus profesionales; por muchas razones, siendo quizá una de las primeras que investigan y estudian a sus clientes (les suelen preguntar) y el CEO se cree y aprecia lo que le dicen y, lo que es más importante, se toman medidas; mientras que en RR.HH, cuando se hacen estudios de opinión, clima, etc. (no hay muchas compañías que los realicen), los altos directivos suelen poner en entredicho el método, elaboran sus propias tesis, sacan sus propias conclusiones (no siempre bien fundamentadas) y, al final, les suele traer bastante "al pairo" las acciones posteriores.
Como experto en gestión de personas, siempre me ha dado un poco de sana envidia el departamento de marketing y sus profesionales; por muchas razones, siendo quizá una de las primeras que investigan y estudian a sus clientes (les suelen preguntar) y el CEO se cree y aprecia lo que le dicen y, lo que es más importante, se toman medidas; mientras que en RR.HH, cuando se hacen estudios de opinión, clima, etc. (no hay muchas compañías que los realicen), los altos directivos suelen poner en entredicho el método, elaboran sus propias tesis, sacan sus propias conclusiones (no siempre bien fundamentadas) y, al final, les suele traer bastante "al pairo" las acciones posteriores.