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Consideraciones generales sobre una ciberdemocracia posible

Por
Andrés Raigosa

Ante la creciente ola de interconexiones y tendencias protagonizadas por los


nuevos medios de comunicación e información, formas alternativas de
intercambio comunicativo surgen en escenarios que para algunos ya son
comunes gracias a sus ordenadores personales, y para otros siguen siendo
lejanas realidades separadas por necesidades más apremiantes que en otros
tiempos Maslow señaló con tino como básicas.

En el escenario que protagonizan los medios electrónicos y la Internet, algunas


de las fronteras que conocíamos podrían ensancharse gracias a los nuevos usos
que sus lenguajes pueden proveer, y que en el presente documento se expresan
como alternativas a tener en la cuenta por los nuevos agentes políticos y sociales
interesados en fortalecer modelos democráticos alternativos más constantes y
“directos” con el ciudadano de a pie (algo liberales a propósito), lo que es
señalado por el mismo José Luís Dader en su texto:
“La Ciberdomocracia posible”, en donde se analizan las nuevas posibilidades
que en aras de la democracia pueden impulsar los medios electrónicos: “si bien
la ciberdemocracia no puede ser entendida como la llegada de una idílica e
igualitaria democracia directa, sí puede ser interpretada como un
perfeccionamiento deseable y factible que, con las suficientes dosis de voluntad
política, produzca realmente un nuevo estadio avanzado de las democracias
liberales”.

Comprendiendo y ampliando un poco la idea del mismo Dader, se podría decir


que aunque muchos de los crecientes usos de los medios electrónicos responden
a un simple ensanchamiento de los medios tradicionales, las posibilidades que
habitan estos espacios “virtuales” son gratamente amplias.

Dichas ventajas, aunque al alcance de unas minorías elitistas en el momento


histórico en que vivimos (aunque en franca expansión en algunas zonas
poblacionales menos favorecidas), son escenario de acciones muy interesantes
que pueden proporcionar herramientas para crear canales de participación
democrática más efectivos en términos de continuidad, fluidez y réplica como
veremos a continuación.

Ciberdemocracia: entre la continuidad y la réplica

Aunque muchas de las primeras adaptaciones electrónicas de los “asuntos


públicos y políticos”, son irrisorias en términos de comunicación
(intercambiada e interactiva), muchas de esas iniciativas han servido para dar
las puntadas básica y primordiales para establecer canales de información más
actualizados y continuos con los ciudadanos, que estén lejos de factores e
intermediarios con voluntades propias (poco ciudadanas por decirlo de alguna
manera).

Esta continuidad supone entonces una cualidad muy importante, pues supera
con creces los ya exigidos escenarios de la comunicación política tradicional que
ha demostrado ser firmemente vertical e intermitente, gracias a las limitantes
que la presencialidad demanda y los espacios que los medios han dedicado en
sus agendas al servicio ciudadano, que en términos generales han sido irrisorios
para satisfacer la opinión y la masa critica de participación que precisa una
democracia.

En este sentido la apertura de nuevos medios de comunicación más continuos


con el poder político, supone una amplia posibilidad teórica de consultar,
controlar, criticar, vigilar y gestionar asuntos que por las limitantes antes
mencionadas quedaban opacos en las agendas o arenas políticas tradicionales,
permitiendo acceder de forma directa y personalizada a información
contrastante sobre los asuntos públicos, dando argumentos suficientes al
ciudadano/usuario para interpelar a sus representantes sobre temas o
problemas que le afecten directamente, permitiéndole expresarse como
ciudadano por medio de herramientas que la misma comunicación electrónica
provee.

Por tal motivo el papel de los medios tradicionales de comunicación en los


asuntos ciudadanos no sería desplazado pero si reforzado por cuanto son vitales
para visibilizar el accionar de esta creciente democracia continua que precisa de
una legitimidad y masificación para garantizar que los receptores de los
mensajes provean la información necesaria o requerida a la luz de una presión
que viene desde diferentes frentes comunicativos.

De otro lado se le quita el peso que los medios masivos tradicionales tienen
respecto a la mediación/relación ciudadano y poder político. Relación que ha
sido marcada por tendencia de mercado y espacio que ha limitado su acción y
responsabilidad frente a lo social, al igual que el acceso a lo que la luz pública
emite.

Ya mencionadas las ventajas de la continuidad que los nuevos medios pueden


proveer, se requiere de una transformación estructural que con muchas
voluntad de fortalecer lo ciudadano, disponga y provea la información necesaria
para alimentar estos espacios virtuales, así como un compromiso constante ante
el flujo de comunicación que en este caso los emisores ciudadanos emitan, pues
es la respuesta lo que caracteriza la continuidad, sino se estaría hablando de una
democracia electrónica caracterizada por la naturaleza del medio, más no por
aprovechar sus niveles de interactividad y diálogo que en últimas es un ideal
teórico no difícil de lograr pero en el cual se ha ido avanzando en los últimos
años.

Es la utilización de estos canales en la red hasta ahora una actividad individual


(y en muchos casos anónima) pero interesante, que debe producir información
en vías transversales y múltiples, no sólo para presionar al representante su
poder político a dar respuestas ante los medios masivos, sino para proponerle
una deliberación constante en medios y arenas alternativas, que requieren sin
duda de bastante voluntad política del poder, del ciudadano y de los medios
tradicionales para lograr su legitimación como vía acertada, cumpliendo una
labor ciudadana edificante y no parcializada. Cabe decir que con el riesgo que
los medios electrónicos caigan en la dinámica mercantilista de los medios
tradicionales, como lo declara el mismo Dader.
Pero como aun es un presupuesto avanzado ir más allá del escenario real, este
autor propone el término “democracia replicante o interpelativa”, al estado real
del uso que de tales medios hacen los usuarios conectados.
Señala entonces que hoy gracias a la cantidad de información liberada se
pueden hacer usos muy interesantes de técnicas de presión ante el poder
político, fortalecidos por la facilidad de acceso, reclamaciones, agremiaciones
libres y anónimas que desembocan en mensajes que pueden ser entregados
fácilmente a sus representantes superando muchos de los obstáculos arriba
mencionados.
Todo esto en vía de la efectividad práctica, si se dinamizan más voluntades
políticas hacia la visibilización de estos movimientos en los medios masivos,
presionando por otros frentes.

Para Dader, se pueden agrupar en cuatro categorías las formas de comunicación


política electrónica:

1. Redes facilitadoras de contacto o deliberación directa entre élites políticas y


ciudadanos (de manera colectiva o individualizada).
2. Redes suministradoras de información administrativa directa y acceso a
bases de datos de los organismos públicos o de entidades privadas.
3. Periódicos electrónicos profesionales en competencia o como complemento
de los medios periodísticos convencionales.
4. Canales audiovisuales de retransmisión directa de comunicación política
institucionalizada o especializada (televisión parlamentaria, retransmisiones
judiciales, etc.)

Todas estas categorías agrupan una serie de ventajas y desventajas que ha


provisto el medio electrónico para fortalecer o motivar una mutación
considerable de los medios de acceso, presión, intercambio y contacto entre los
nuevos ciudadanos conectados y sus representantes.

A continuación se presentan algunas de las consideraciones extraídas de estas


categorías y del texto “Internet como instrumento de participación”, de Jordi
Sánchez:

• Muchas de estas nuevas prácticas han desencadenado un incremento en


las páginas web de candidatos políticos que tienen su auge en períodos
de campaña. Estar en la Internet les provee una imagen progresista y
moderna: muy a la moda.
• Comunicarse vía web es más barato financieramente y económicamente
más rentable en términos de participación, desplazamientos y recursos
físicos.
• Hay un contacto directo con el elector a quien se le puede ampliar cuanta
información pueda de forma transversal, sin necesidad de usar medios
masivos tradicionales que son más caros.
• Los nuevos medios permiten mezclar en un solo sistema comunicativo
apelaciones racionales y emocionales mientras se accede o ejecuta la
participación o se adquiere información.
• Los simpatizantes o usuarios pueden agremiarse y formar redes de todas
las clases para apoyar o rechazar causas, sin necesidad de movilizaciones
o medidas de hecho, igualmente sin agremiaciones a movimientos que
precisen de condiciones particulares para pertenecer.
• Se pueden medir por estos medios las reacciones de los ciudadanos más
rápidamente ante decisiones de sus representantes.
• Hay mucha posibilidad de extender los discursos o informaciones sin
riesgo de censura o coaptación.
• Hay un análisis más amplio de lo que sucede en la arena real. Más
racionalidad y debate que en medios tradicionales.
• El hipertexto ofrece más despliegue argumentativo y nuevas fuentes.
• Algunos partidos o candidatos sólo copian lo que ofrecen por otros
medios perdiendo las posibilidades que brindan los medios electrónicos.
• En la virtualidad se permite igualar a los partidos en términos de
presencia por pequeños que sean, aunque los más poderosos
económicamente hagan sites más llamativos e inviten a su visita en
medios tradicionales.
• Es vital activar el uso del medio electrónico por parte de los ciudadanos
permitiendo alejarse un poco de la dependencia al medio tradicional, así
como promover la utilización de fuentes electrónicas por parte de los
periodistas, ellos podrán visualizar y valorar más el contenido virtual de
los actores políticos.
• Los medios electrónicos permiten el acceso a informaciones
administrativas sin tantas restricciones y limitantes físicas: archivos,
carpetas y funcionarios que tienen intereses diversos, en este caso se
desplaza al funcionario que opera como portero de la información, se
promueve la consulta libre desde cualquier lugar del planeta, se reducen
los costos de los trámites, reducción de la interacción innecesaria con
intermediarios y se economiza tiempo valioso.
• Los medios dejan de depender de voluntades de terceros para abrir
espacios para la democratización de la información política y
administrativa, volviéndola más pública.
• Aunque las bases de datos no han sido liberadas del todo por las
normatividades de muchos de nuestros países por cuestiones de
intimidad, seguridad, secretos y sentencias judiciales; los trámites se han
agilizado en muchos casos por su disposición en la red.
• El caso Toalla-Gate en México es un ejemplo fidedigno de que la
información publicada en la red puede convertirse en un vehículo de
fiscalización importante para fortalecer la vigilancia del ciudadano a los
dineros públicos y su destino.
• En el caso de los medios electrónicos de comunicación, las posibilidades
que se ofrecen, parten de la ampliación considerable de la información, la
hipervinculación con otras fuentes, lo económico del medio, la apertura
de debates en blogs y chats, todo esto en pro de la pluralidad y el
contraste siempre disponible de información gracias al surfing virtual
que posibilita la diversidad de consultas y por ende de puntos de vista.
Algunos medios han permitido que las ventajas de lo virtual perneen sus
versiones impresas.
Aun así los medios que son sólo virtuales tienen dificultades de
reconocimiento debido a que no tuvieron una vida previa en medios
reales.
• Las audiencias especializadas han encontrado en los canales de
transmisión de debates o escenarios políticos otras opciones de adquirir
información valiosa para fortalecer sus posturas políticas y ciudadanas.
• La televisión por cable ha permitido o provisto a diversos grupos de
ciudadanos de oportunidad de voto para elegir temáticas de
programación.
• La cantidad de canales también propone por sí misma diversas ventanas
de información, más especialización en las audiencias y más canales
donde el espacio ciudadano es posible.

Experiencias notables en el desarrollo de una ciberdemocracia


posible y participativa

En este contexto muchos han sido los intentos y movimientos que se han llevado
a cabo gracias a las características del medio virtual en pro de una
ciberdemocracia, para ello se harán mención de algunos casos, algunos de ellos
particularmente promovidos por instituciones investigativas no estatales:

El caso elecciones españolas del año 2000 y disponibilidad


electrónica de los representantes

• España ha adelantado interesantes procesos en los que los intentos de


consolidar el medio electrónico como alternativa han sido importantes,
más no estructuralmente determinantes.
• En este caso los 3 principales partidos se sumaron más de 180 páginas de
propaganda e interacción política, siendo el PSOE y el Partido Popular
los más visitados en el proceso, con un promedio de 2500 visitas por día.
• Es para destacar que aunque al principio del proceso los medios
tradicionales no hicieron mucho eco de estos “enclaves” políticos,
paulatinamente fueron abriendo espacio donde la fuente provenía del
medio virtual y publicitando su uso.
• Las principales herramientas de intercambio comunicacional continuo
fueron los chats abiertos con candidatos, foros, debates, colocación de
propuestas en línea.
• Los enclaves suscitaron espacios amplios donde las campañas sacudían
agendas mediáticas con temas de actualidad que sólo publicaban en sus
medios electrónicos. Además respondían ágilmente a los comentarios de
sus contrincantes.
• Finalmente el medio virtual fue tan citado como fuente como los mismos
eventos tradicionales, además se le proporcionó la oportunidad al
ciudadano de ampliar su información, contrastar las posturas de
candidatos y partidos además de hacer uso de herramientas de inserción
de propuestas, debates y comentarios sobre puntos de los programas.
• En investigaciones realizadas por el mismos José Luís Dader sobre la
disposición de los representantes ante los mensajes electrónicos de los
ciudadanos, se concluyó (entre otras cosas), que los representantes
tienen todos en su mayoría correo electrónico para recibir mensajes de
cualquier proveniencia, pero muy poco responden oportunamente.
Aunque los que lo hacen se muestran muy abiertos al intercambio. Cabe
resaltar que los representantes de las minorías no contestan aun cuando
deberían de cotejar el medio electrónico como una oportunidad de
ampliar su electorado o credibilidad. Finalmente tienen mail sólo para
fortalecer su imagen de modernización e innovación y no hay un
compromiso real con las respuestas al ciudadano.

El caso Your Say (Reino Unido)

En Inglaterra se ha llevado a cabo un proceso particular que ha sido llevado


a cabo por el mismo gobierno. Este espacio tiene dos estancias:

a. Policy Forum: Que es coordinado por el Gobierno en donde este mismo


inicia debates con preguntas guías sobre temas de interés. Los resultados
de estos debates se presentan a manera de informe al primer Ministro,
quien posteriormente responde en el mismo espacio.

b. Speaker Corner: Expresión libre de los ciudadanos sobre cualquier


tema de actualidad. No hay agenda, pero se hacen públicos todos los
comentarios que se emiten.

En el caso Escocés (E Petictioner), las peticiones ciudadanas son tenidas en


cuenta en la formulación de iniciativas y leyes, así como el Democracia.web de
Cataluña, con la diferencia que en esta última se requiere que la solicitud o
iniciativa sea llevada a cabo por un grupo organizado.

Bienvenida entonces la nueva alternativa. Para muchos una sombra lánguida


del reflejo de los índices de despersonalización del contacto político y de la
participación activa, pero para otros una oportunidad de integrar los desarrollos
tecnológicos a las nuevas y crecientes necesidades de participación al contexto
actual, abriendo espacios donde la virtualidad explora nuevas dimensiones y
proponiendo una reforma en la manera en que el poder político se muestra ante
los ciudadanos de manera comunicativa constante, intercambiado y abriendo
espacios para el debate y la construcción de ideas conjuntas.

Aun así depende de las voluntades políticas y la legitimidad que adquieran estos
nuevos espacios, así como el uso que se le proporcione, un uso que comprenda
los alcances pero que no tema romper fronteras que dejaron los medios
tradicionales como legado.

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