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Cádiz,
45 días de ingenio
Una chirigota ‘ilegal’ se divierte en lo que se denomina como el carnaval callejero, que muestra la cara más espontánea de la fiesta. :: ANTONIO VÁZQUEZ
L
os que dicen «realismo mágico» no
han estado en Cádiz. Nada es lo
que aparenta al sur del Sur: es una
isla que parece un istmo, su plaza
de toros es una plaza de oficinas, el Puerto
no es un muelle, sino una ciudad y todo Cá-
diz no es Cádiz. Sólo el centro amurallado.
Cuentan que allí la fuerza de la gravedad es
distinta, que pesa menos el aire y que hasta
la luz alumbra más. Que no sirven las leyes
universales. Por eso no le debe extrañar a
nadie que tenga el Carnaval más largo del
mundo (45 días), una descomunal patada a
la razón que arranca con el polvorón medio
atragantado y termina en plena Cuaresma.
En ese tiempo suceden cosas y la mayor
parte de ellas hacen reír. Todo gira alrededor
de la copla cantada. «Esto es la fiesta de la
palabra. Otros carnavales entran por la vis-
ta, pero este entra por el oído», adelanta
José Guerrero Roldán, ‘El Yuyu’, uno de los
maestros de la chirigota del Concurso (con
mayúsculas). ¿Qué Concurso? Nadie dijo
que esto fuera fácil. Así se le llama a un cer-
El Teatro Falla acoge estos
días un apasionado
concurso antes de que ‘las
ilegales’ tomen la calle
durante una semana
entera, en un cuerpo a
cuerpo de coplas y risas
Martes 19.01.
EL CORREO
tamen que ocupa las noches de 34 días de lo
que en el diccionario sentimental de Cádiz
figura como ‘Febrero’, a secas, aunque a ve-
ces se dé en enero.
El Concurso arrancó el pasado viernes y
dura hasta la gran final (12 de febrero), de la
que saldrá ‘lo mejón de lo mejón’. El Carna-
val más oficial es un gran culebrón con sus
filias, sus fobias, con los que se quieren y los
que se odian, sus amores y puñaladas entre
los protagonistas. Son un gentío. Por el es-
cenario del Gran Teatro Falla pasarán este
Martes 19.01.10
EL CORREO
El Carnaval más largo del mundo dura
hasta bien entrada la Cuaresma y
revoluciona una ciudad en torno a la
copla cantada. Dentro y fuera del Gran
Teatro Falla, la fiesta de la palabra tiene
más que ver con el verso que con el
disfraz, y en ella no cabe la samba
año más de 2.500 personas en 159 agrupa-
ciones. Entre ellas, coros (serios, perfectos
musicalmente, de unas 40 personas), com-
parsas (apasionadas, con 15), los cuartetos
(parodias humorísticas de entre tres y cinco
miembros) y la modalidad reina, la chirigo-
ta, de doce, al servicio casi exclusivo de la
risa.
La del Yuyu (busquen en la red ‘Los Palo-
mos’ o ‘Los arapajoe que joe’) se llama este
año ‘Los emires por donde se mire’ y va de
jeques árabes. Yuyu (normalmente perio-
:: FRANCISCO
APAOLAZA
dista en Canal Sur y ahora Ba-Aderramah El
Kuwat) comenzó a pensar en ello en verano
y a probar en septiembre. Unos 150 ensayos
y muchas horas para afilar la pluma del in-
genio. «Generalmente, las letras salen des-
pués del ensayo, cuando nos tomamos un
vaso». Nunca la historia del ‘manament’ co-
noció tormentas de ideas tan divertidas.
Entre los ejecutivos de las rimas de Yuyu
está José Narros, industrial del hormigón de
43 años que tiene un Audi A8 y una mujer
con mucha paciencia. Si no, sería imposible
que condujese los 125 kilómetros que sepa-
ran Cádiz de Sevilla, en los últimos meses a
diario, para acudir a su ensayo. Desde vera-
no hasta ahora, ha recorrido 18.000 kilóme-
tros, con ensayos el día de Navidad, Reyes y
Año Nuevo. «Mi mujer me da por imposi-
ble», cuenta el jeque Omar Nomesperes
P’Almorzar. «El nombre me va que ni pinta-
do...»
Cantar al pueblo
¿Y los temas? Dicen que el Carnaval es el
periodismo cantado y así fue cuando el do-
ble sentido dinamitaba los muros de la cen-
sura. «La función principal de esto es can-
tarle al pueblo», apunta Manolo Padilla, de
la chirigota de Los Fantasmas. «Este año ha-
brá mucho sobre los piratas y los secuestros,
la crisis, el paro y la gripe A», advierte Yuyu.
O supone, ya que el año pasado dos de los
temas estrella fueron finalmente el asom-
broso intento de boda de Cayetana de Alba
y el pequeño tamaño de una concursante
de Gran Hermano.
«Esto es interactivo, siempre hay risa y
humor», subraya José Luis García Cossío,
‘Selu’, autor en parte de la revolución de la
chirigota con títulos legendarios como ‘El
que la lleva la entiende’ (Los borrachos), ‘Lo
que diga mujer’ o ‘Los enteraos’, el gran pe-
lotazo del pasado año que, sin embargo,
quedó en tercer puesto (las decisiones del
jurado suelen hacer sangre).
Con estos mimbres, el Concurso avanza
en calidad (lo mejor se canta lo último) has-
ta la final. Pero cuanto más tarde, menor es
la posibilidad de encontrar entradas para el
Gran Teatro Falla, la ‘Casa de los ladrillos co-
loraos’, que este año cumple un siglo.
Para mayor asombro del foráneo, el Con-
curso se da fuera del Carnaval oficial, que
comienza el 12 de febrero. Con la gran final,
la ‘bomba’ del Falla explota en la onda ex-
pansiva del sábado de Carnaval, el único co-
nocido por muchos turistas, que llena la
ciudad con medio millón de personas (Cá-
diz tiene 140.000 habitantes). «Consiste en
una fiesta de disfraces –otros lo consideran
un botellón peligroso– para gente joven que
no va a escuchar ni una copla», explica Sal-
vador Fernández Miró, conocido romance-
ro. Ese sábado es, sin embargo, el único día
en el que todo bicho viviente se disfraza. El
único en 45 días.
Chirigota de ‘Los emires por donde se mire’, en el Teatro Falla. :: ÓSCAR CHAMORRO
Un cuplé de muestra
«Cuando un barco sale a pescar que
tenga en cuenta que en alta mar, los
piratas están ‘esmayaos’. Porque
abordan los atuneros y secuestran al
cocinero, por si el atún está ya ‘ence-
bollao’. Hay piratas que son muy sie-
sos y tan siesos que declaran los ma-
rineros que los huesos de la bandera
los utilizan para hacer puchero.
Luego piden un pastón ‘pa’ soltar
a los tripulantes, del ‘porculo’ que
El resacón del sábado no es el final. Si en-
cuentra habitación libre, al visitante le que-
dan el domingo y el lunes con sus carruseles
de coros sobre bateas que circulan entre la
masa como enormes altavoces en directo. Y
más. Hasta el domingo siguiente, en La
Viña y el Pópulo se apostan las francotirado-
ras de la copla, chirigotas ilegales (frente a
las oficiales que van al Falla) en la única ciu-
dad en la que ser ilegal puede ser un piropo.
Para encontrarlas, el turista debe dejarse lle-
var lejos del ruido de los altavoces y las ba-
rras. En la trasera del último callejón espera
medio centenar de agrupaciones dispersas
en la penumbra. ¿La diferencia? El produc-
tor musical Luis Lázaro ha grabado cientos
de horas de callejeras desde hace años y las
ha condensado en el documental ‘Carnaval
Geographic presenta: Por amor al arte’. A su
juicio, «el Concurso del Falla es eso, un con-
curso y como tal tiene sus reglas, su proto-
colo, sus rigideces, su organización y las ins-
tituciones que lo encorsetan... La calle es
puro carnaval: anarquía, improvisación, ca-
chondeo, arte popular... Es un enorme y
multitudinario festival de teatro y música
de calle con el único objetivo de provocar
una carcajada colectiva».
En una acera generalmente mal ilumina-
da, el visitante recibe las coplas a escasos 40
centímetros del que canta. Casi como un
beso en un portal. «Esto es cuerpo a cuerpo,
como el toreo de José Tomás». Habla Mano-
lo Padilla de la legendaria chirigota de Los
Fantasmas. Este año serán extraterrestres
que llegan desde Guatifó, una república
monárquica imaginaria que sustenta su
economía en dos enormes bolsas de masa
de croquetas. «Tú relájate y disfruta», le dice
al foráneo. Y a él mismo. Comenzaron a en-
sayar la semana pasada.
No es tan grave. «No importa que un gru-
po no cante una mierda, porque te puede
hacer pasar media hora del carajo. Importa
el ingenio», dice el dentista Salvador Fer-
nández Miró, que con su romancero ha sido
otros años Dios o la Muerte... Este año hace
de Sherlock Holmes en un cuarteto calleje-
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están dando, la cosa ya está llegan-
do a extremos muy alarmantes.
Por Navidad le he regalado los
‘clicks’ piratas a mi sobrino Faustino.
Y ahora me piden los ‘clicks’ un mi-
llón de euros por mi sobrino».
ESTRIBILLO
«Mi padre a mí me enseñó a com-
portarme como un sultán. Cuando
veía una pala me decía mi papá:
Dej-alaaa, ayyyy, dej-alaaaaa».
*Cuplé interpretado por la chirigota
‘Los emires por donde se mire’.
NO TE EQUIVOQUES

No todo son chirigotas. También hay
coros (40 personas), comparsas (son se-
rias), romanceros (en solitario) y cuarte-
tos.

Los cuartetos no suelen ser de cuatro.
Lo más probable es que sean de tres o cinco
personas.

Un tipo no es una persona. Es un dis-
fraz.

Ilegal no significa ‘prohibido por Ley’.
Se refiere a las chirigotas y agrupaciones
callejeras que no van al Teatro Falla.

No les exijas que canten. Las ilegales
harán un pase dónde y cuándo les apetez-
ca. Limítate a seguirlas.

Si oyes ‘¡Amoscuchá!’, guarda silencio.
Los de alrededor no se enteran de las letras
por tu culpa.
EL DATO
2.500
Son las personas que actúan repartidas
en 159 agrupaciones distintas en el con-
curso del Gran Teatro Falla, que este año
cumple un siglo de su inauguración.
ro en el que participan su querido Watson y
«un cura satirón de confesionario» que está
muerto, pero que habla. Al que quiera ente-
rarse de la historia le queda hasta el 27 y 28
de febrero, en el fin de semana ‘de los jarti-
bles’. ¿Un cura fiambre que habla en plena
Cuaresma? No le busquen el sentido. Como
dice Lázaro, «cualquier parecido con la reali-
dad es puro Carnaval. O viceversa».