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(COLECCION HISTORIA Y SOCIEDAD NATALIO R. BOTANA LA TRADICION REPUBLICANA Alberdi, Sarmiento y las ideas NATAL R BOTANR y politicas de su tiempo [DICION REVISADA Y ACTUALIZADA ee EDITORIAL SUDAMERICANA ‘BUENOS AIRES. 1 DE LA REPUBLICA DE LA VIRTUD ALA REPUBLICA DEL INTERES Un largo siglo antes de que Montesquieu diese a luz Del Espiritu de las Leyes, Francis Bacon imaginé una ee ‘ala por donde aicendis el honor politico. En el primer ‘amo estaban los patres patrae, que reinaban con justi- cia; més arriba lot propagatores © propugnatores imperit fengrandeefan gu tertorio en las guerra honorables y 10 defendian contra los invasores; en el escalén siguiente, ‘Augusto, Enrique VIl de Inglaterra y Enrique IV de Fran- cla, representaban el papel de Iiberatores 0 aaloatores, que trafan Ia pas & las guerra intestinas y Uberaban a su patria de In servidumbre impuesta por extranjeros y tires; el sitio inmediato lo ocupaban Licurgo, Solén, Numa, Jus- Liniano, legislatores © perpetui prineipes porque gobe rnaban a través de sus leyes una ver que habjan partido; por fin, Ia cumbre quedaba reservada a los conditores imperiorum: Rémulo, Ciro, César, fundadores de s+ tados.! ‘zAcato imaginaron los Hlésofos de la Mustracién que uy pronto, en medio de acontecimientos colosales, re sucitarian sibitamente, con fortuna variable, ls condito- res imperiorum y de nuevo Plancari sobre Ios escombros l suefio del legstador de fijar en leyestrascendentes 1s Virtud del ciudadano? Las palabras suelen tener un dest no ambiguo. La ley, la constitucién, ol interés del Inabtanto y la virtud del eludadano pueden evocar el sose- fgado didlogo entre el intelectual y los fantasmas de su ga- Dinete, ola empresa de quien pretende reconstrairel orden politico sobre otros supuestos. Antes de que estallare Ja edad de Ia revolucion* habia palabras que guardaban ‘3 sentido pHmigenio, como realidades inconmovibles, ¥ otras que, lentamento, cambiaban de significado. ‘La repiblica y la libertad pottica que ella enceraba, ads- criptas al paradyma de la antigedad, habrian de soportar ‘un acelerado trajin en la sogunda mitad de siglo XV. "Tres autores servirén de guia. Rousseau luch6 por conser- var en la repiblica y en la libertad el significado del ‘mundo antiguo. Adam Smith exploré las antipodas. Y tun iniciador, Montesquieu, reunié en un haz de penst- ‘miento las respuestas de los antiquos y el Interrogante de los modernos. Con él se iniia esta marcha. Para Voltaire, que no ahoreaba eriticas, Del Bspiitu de 4s Leyes ~publicado por Montesquieu en 1748—, reme- ddaba un laberinto sin pista alguna, falto de método, Sue- le ereorse quo la épica politica, hija directa dela simplii- cacién, despierta el entusiasmo de los files. B Julio que ‘Adam Ferguson dedicé a Montesquieu: “un profundo po- Iftico y un amable moralista, no parece que correspond 44 un autor consagrado a develar mundos exaltantes.” Es ‘que el empefio por entender las diferencias entre los hom- ‘res y las cosas exige otros menesteres; reclams un len: {guaje distintoy la disciplina de un método que busca abar- carla plualidad de significades dentro de un orden inte- ligible. Se equivoca Voltaire, Del Espiritu de les Leyes fupone un método, del mismo modo como ese pretend do laberinto conduce a discerir por lo menos dos con- ‘epciones acerca del orden politico que se contienen en ‘una miama ob Bl método que propone Montesquieu tiene por objeto ‘hacer comprensible el dislogo entre Is razén humana y 1a Aiversdad do la historia, Nada es més leno a su propésito ‘que Is intene{n de explicar la realidad por medio de un principio nico o de una categoria exclusiva, La ley ten para Montesquieu un sentido universal que debia adap- {arse alas condiciones impuestas por la tradicién, la reli- dn y la moral, la necesidad googrfica, ls eottumbres ‘yas maneras de una naciGn”: “La ey en gone a rnd humana en ent gobo ao cbs do In Gor; laslejes alte y cvs de ean main no leben vermis que los eso particulars aos qu se spe arab Tnumana. Por lo dich lever den so adeounda a pueblo parse ‘ie fueron deta, de fl manera que slo por ana gran caval: ‘dls de una naeiénpaeden convent a ota. ‘i una ley leg a vivir esponténeamente en el corn hhumano es porque traduce una proeza de adaptacién. En ‘ste encuentro entre la razin universal y la historia, entre lo necesario y To contingente, Montesquieu sia la obra ‘lel legsador. Inmerso en un torrente de pasiones donde los fines y los valores, las cultura y las eivlizaciones, no om siempre compatibles, el destino del lgilador est ‘condenado a lidar con lot infinitas propésitos que sufan la aceién humana, “La justcia —esexbié en Lettres per snes [N’ 83}~ es una relacién de conveniencia que se en ventra realmente entre dos cosa ..] Be cierto que los hombres no ven siempre esas relaciones; a menudo in uso, cuando las ven se alejan de ells: y su interés es Sempre el que mejor les convene. La justcialevanta su. vor, pero le euesta hacerse entender en el tumulto de as basiones.” Queda en claro que el peso inerte dela natu raloza ¥ la pasién humana no aniquilan Ia justicia y la libertad, pero le imponen limites y un punto de partida ‘lo tiempo y Tugar, Vano seria para los hombres que ‘erean su destino, aun sin conocer ni controlar el efecto fe sus acciones, recaet en un ingenvo voluntarismo le- flativo; y sin embargo, nade impide explorar por otto ‘amino un fin clillzador mis cercano a la realidad. La ley regula, modera, apacigua: trsciende la historia y la diversdad y, al mismo tlempo, no pude deventenderse de cllas* ‘Aquf se encuentra In pista del lberinto que resume fs ddudas y certezas de una vida. Montesquieu front la fmprobe tarea de entender una realidad pluralista para discerir, en ese shigarado conjunto, los principios que habnin de justiiear los regimenes més adecuados a la razén humana. La teoria de los regimenes politicos que de alse desprende abarca dos mundesdistintos: por una parte, el universo clisico de las formas paras de gobier- ‘no, movidas por una pasién predominante y, por la otra, el mundo ascendente dela modemidad, expuesto median- ‘tw un réyimen mixto que dispone a los poderes y a las fueraas sociales en reefproco control, al paso que da libre ‘curso a las pasiones antes contenidas en un molde este cho. Montesquieu en el mundo elésico BI punto de partida es una interpretacin de Ia teoria clisica de las formas de gobiemo, Montesquieu modifica fn parte la tradicién en Ia que o@ inspira para distingulr fl gobiemo moderado del gobierno despético, La teoria triega de los regimenes politics, consagrada por Arist- {eles, suponfa una pluralidad de formas de gobiemo (la ‘monarqu‘a, la avetocracia y la democracia) que reulta- ‘ban oer, pose & la burbulencia que soli agar la superti- cle, una de las especies posbles de un mismo género de LA TaaDicioN REFUBLICANA Pa sociedad, con tamafio reducido y poblacién escass,suje- {a a la dréstica divsién entre amos y eselavos.” A primera vista, tal parece ser el enfoque de Montesquies cuanda define la naturaleza del gobiemo: “Hay tre cass de Gobierno: el vepubican, et mond ¥ 1 aempéie, Par deacubri a naturales os bata co Indes Que Uienen deena ts Gobieror lor hombres menor neridor. Do or supuestas tes definlions 0, mer, hehe uno, que el Go bier republiano ce aque en qu el pocbloento, 0 parte dl eb, dene poder soberan' el mondrguico esau en qe obiema uno slo, con amego legen Oj ¥exabeidas: por e ‘conta, en ol Gobierno despético wa sla persona slo ey sn home, eta todo seg su vlunta au espreho, Ea 1 qe amo natureza de ena GoBierno” [EL 1,1}. ‘A poco que se reflexione, las diferencias son obs. La repiilica es una forma de gobiemo con dos brazos post bles, la democracia y la aristocraca, en Ia cual el poder obertno esta definido exclusivamente por el nimero de litulares que lo detentan. En la repiblica democritia el poder de sancionar y de lgislar reside en todo el pueblo, ‘mientras que en In repiblica arstocritica esa facultad su. prema ge concentra en una parte del mismo. La monar ‘quia el despotismo, en cambio, esti calificados por la titutaridad del poder y el eferccio del mismo, por qui ‘manda y por el modo cama lo hace, por el soberano ¥ bor la ley. ite ¢s el primer eambio de orientacién: el equndo es todavia més importante porque percibe entre ‘el orden de Ia politi y la estructura de Ia sociedad una tsoeiacién signifcativa, un estrecho maridae entre el ta: ‘mao, la poblacién, las institucionesintermedias, la igual stad de tos cludadanos, a tradicién legal y la forma de obiemo que resulta, La repGblica deberd adaptarse a una sociedad de pequefas dimensiones, més o menos igualits ia, aoyin impere Ia democracis o 1a aristoraclas la rmonarqufa & un pluralismo jerérquico, con poderes six Dbordinados y dependientos, en un teritorio intermedio; cl despotismo, en fin, a un espacio de dimensiones extre- ‘mas donde ninguna instituctin protege Ia soledad del sib- tito frente ala dominacién arbitreria (EL: Vill, 16, 17, 18, 19, 20). La discusién acorea de la naturaleza dl gobierno expo- rhe un argamento que constituye el nicleo bésico del ‘redo de la libertad: I divisign entre los gobiemot mode- rados, regilados por la ley, Is instituciones sociales o la costumbre, ¥ los gobiemos arbitrarios sujetos al capricho de Ia voluntad. Y esta os la diferencia erucial entre legi- ‘imidad e iegitimidad. Para Monteasuiet hay tres legiti= ‘midades posibles ~Ia monarquiay las dos replicas y luna ieyiimidsd profunda que, en la perspectiva det go- bicrno sogin su naturaeza, es hija de una sociedad sin Joyes nl instituclones y del peso inerte de una naturaleza colosal. He aquf, pues, el primer espectro dela iegitimi- dad Ia extensin, los espacios enormes donde sobrevive ‘un agregado de individues somejantes en Ia sujocién comin al déspota orden despético correspond a una sociedad homo tinea situada al extremo dela replica democrtica, que fs como au cara opuerta.® En tna sociedad, la igualdad de lok sibditos nace de una servidumbre, que no re: ‘eonoce rangos ni diferencias; en la otra, de la plena parti- cipscién del individu en el orden politico “Toot oe hombres son gules en Gobiemo republican, a como ena dspace l primero, porque lo son lado, en el ‘indo porque no son nade” [RL: VI, 2) La repiilice democritica se presenta de este modo ‘como el remedo més fel de In democraca csi sin sub Jacras histrieas. Sociedad integrada por cudadanos igus Jes, ausente el ejéreito de sombras de Ia eselavitud anti sua, donde la pobreza digna y la médica propiedad han ferradicado a la miseria, a replica demoeriticn e¢ un robiemo de hombres libres: alli, la politica expresa un propésito comin, guiado por Ia palabra que se pronuncia ¢n piilico. Los ciudadanos deliberan y leyslan en asam- ‘lea ablerta (un senado puede morigerarsus decisione), al ‘como acontecfa en Ia radiante escena dela ciudades mo- litera, cuya plaza, inundada por el sol, contrastaba con la penumbra del hogar doméstieo (EL I, 3; 1V, 8; V, 5,6, 7)2 Bl sontido de la libertad en 1a democracia es diferente ‘lel que predomina en la repabilie aristocrtien, Este go hiomo descansa sobre una escela semejante, pero sue ciu- sladanos no son ‘quales: un estamento superior gobiema ‘win a ey, lo cual coloca a esta replica en un ertadio intermedi. a aristoeracia podri aproximarse a la deme- ‘nica se reprosentativa de la mayor parte del pueblo, © hoon aistanciase de ella cuando un grupo tinortario se ‘propia del mando y lo aprovecha en si benefiio, Mon- ‘esac establece aqu las bases, todavia imperfecta, de ‘mma teoria acerca de Ia replica representativa y,en el ‘cio opuesto, expone la concepeién clisica de Ia oligar- ‘uvia. Como lo propio de la eristocracia es designar a los ‘mogistrdos por eleccién, mientras la democracia lo hace oF sorte, la natursleza de este gobiemo te perfecciona vando el estamento superior obra en nombre de la syorfa del pueblo; ausente el sentimiento de represen- ‘aion, I aistoeraea degenera en una relacén de amos y sblitos (EL: H, 3; V, 8} as son las condiciones inieales de Ia epablica, 2Qué ‘eutre en cambio, en una sociedad mis grande y hetero. nea? Imaginemos dos cuados para precsir la respuesta; ‘uno quebrado por colinas y murllas y otto que refleja 1 espacio de una Uanura, Ubiquemos en ambos una poblacién semejante y un centro —un odifcio, un mags- trado revestido con los atributos de Ia Justicia, agin simbolo que evoque una autoridad suprema, Bn una ‘figura, el centro forma parte de un paisaje donde sobre- salen cosas diferentes; en la otra realta como un tobera- no solitario. La poblacin, por su parte, que en un cuadro vive replegada en sitios distintos, en el segundo ocupa la no obstente los temores ¥ contradiecio wi de su creador, ol genio tutelar de Rousseau cobré or propio, para deseubsir otros eacenarios, bajo el hema de un principio de legitimidad que al mismo tiem ‘impugneba la soberanta absoluta, concentrada en un vaca, ¥ la soberanfa pluralist dstibuida en diferentos pos representatives. Libre de ai encieo, es lgiti- ‘ou impuso como eritero eapaz de restaurar un bien to tras las mediaciones de le representaci6n o la ¥- vat. La respuesta a Montesquieu, que se sitia en el ino politico, es tan contundente como la que merece nun Smith en el campo de la economéa, ‘tam Smith ole sociedad evolutioa Hi pesimismo de Rousseau descontabs que el munde ‘via presa det degpotismo y de los interes mereantiles, vhijades bajo ciudades inmensas. Pero esa naturaleza ‘orrupta, escindida por la dvisin que trae el poder y el trabajo, era sin embargo redimible. Una decision constitu. tiva de la repiblics, que Rousseau representaba mediante el Contrato social, podia volver Iss cosas a quicio, sem: pre que el eercicio activo de la voluntad general, en un ‘marco propicio, convirtioa el egofsmo en virtud. El sue- fio de regresar a Arcadia, donde rensceria el hombre {que hacia todo por si mismo y era ala vex gobernante y gobemado, productor 9 consumidor, tenia un camino ‘jado: la politica, es decir, el eludadano como leialador, ebia salvar a la sociodad. Bl puoblo era un conjunto de ciudadanos més que una adieién de habitantes; & 6! le cabia la tarea de recatar el orden natural perturbado por Ja decadencia modems, Como puede advertise, Ia idea de un orden naturl, Perturbado por agentes extrafiosimpregna la reflexién de Rousseau. Hl mismo problema rondé en tomo & Adam ‘Smithy Te inspir6 una soluef6n diametralmente opuesta Su hallazgo es este: el mundo esta gobemado por un of. den natural que puede ser redescubierto eliminando las rstricciones que lo perturban; de este modo, la interac- cidn de los individuos, dejada au benéfico curso, lejos de ‘generar el caos habré de ser la eauss eficiente del orden social. Loe proyectos —eectt en 1749 peturban la natraleca ene cue de sur operaciones sobre los nos hamanon, no requlere més que deja en paz y date a pos de ug im Plamen en I promoucin deste fines para que ud exabecer 2s propir dsigsoe |. Poco més neon para lear «un stad al grado mis lio de egueza dese la barbare mie sbyect tart de paz, impuetoe moderce, yvoa amines deja fel cere, tod lo deme les por ol eavo natal de as cons, Todas fos gobieras que estorban ete caso hala, que fuer as cons haa otro canal, 0 que intantan tener progres dela sociedad en un deteminato punta, no 20m naturale, para man teneme, ein obligns ser opreseresy tile." sos més tarde, en Le teorta de los sentimientos vies, Adam Smith sostuvo que la Providencia ha tem- “mkt maturaleza humana sentimientos que, através ‘toon expresion esponténea, la inelinan hacia la felicidad tar. Hl sentimiento y el interés propio, regule- sho or a justcia natural, atomperados por la simpatia y woleneia, actian de consuno con Ia naturalesa ff ‘ie tin ese punto de encuentro, donde so redinen ol mun- ‘stoma y los sentimientos morales de Ia naturleza ‘numa, en procura de sus fines, tiene lugar una de las ‘out infinitasrealizaciones de la libertad, Asie iber- ‘1 obra en el mundo lentamente, de una manera casi sonpeseeptible, que socava el privlego y la servidumbre, ‘ omtormando el sedimento de la elvilizacién verdadera. Asm Smith roz6 ta cima de Ia fama en vida cuando, + 1176, dio aux un Nbro que eneiera una de las claves sunido modemo, El genio de su Investigacion acerea ste tw naturaleze y las causes de la riqueze de le nacio- to ealiea,entae otras cos, en una combinaeién de pers- evtivat donde eonviven Ia Hosoi, In historia y la eco- 1 polities, Smith representa el mundo histérico Tanga transicién desde el estado salve, impul- ‘osls por el ineremento de la produtividad -y éta por la stwsiGn del trabajo, que mejors la condicion de vida de tos humildes al aumentar el valor de su trabgjo y bajar tes castor de produecién, La historia y la economia st alan sobre los presupuestos del orden natural, que "ia sogin Isley que le & propia y produce beneficios ra todos fos hombres sin dseriminacién alguna. Para ‘lo, sugiore Adam Smith, es necesria a libertad. Tres i- ‘evtadesbisicas a libre eleecin del trabajo, el mereado - nw de terrasy la libertad del comercio interior y extarior— stein eliminar los privlegios corporativas y las rentas ‘rinsasy abrir eauce ala produetividad del ahorr que gene- ‘ra ganancias susceptibles, asimismo, de ser reinvertidas.*? EI Msofo moral y el historiador se han desdoblado en 1 legilador que formula, come Rousseau, un programa de reconciliacién con el orden natural. ero mientras para

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