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Salmo responsorial: 50
Reflexin
Despus de una experiencia dolorosa normalmente hay buenas intenciones
de mejorar todo. Pero de poco sirven los buenos deseos (vamos a volver al
Seor), si no hay consistencia y constancia en ellos. Por eso esos buenos deseos se
pueden quedar en el vaco, porque, como dice el profeta Oseas: Su piedad es como
nube maanera, como roco de madrugada que se evapora. La autntica vivencia
religiosa ha de fundarse no tanto sacrificios y holocaustos, es decir no solo en culto
que a veces se quedan ah, sino fundamentalmente en una actitud de misericordia,
de justicia, de perdn, de solidaridad con el prjimo. Eso es conocer a Dios amarlo
en la persona de nuestros hermanos, de nuestro prjimo, de los ms necesitados.
Esa, segn el profeta Oseas, es la religin que l aprueba.
En muchas personas religiosas es frecuente la tentacin de poner el ego en el
centro de la vida espiritual, revestido de falsa humildad y piedad: Oh Dios!, te doy
gracias, porque no soy como los dems. Vemos o valoramos a los otros segn
como nos vemos a nosotros mismos. Si nos sentimos superiores o mejores, siempre
los veremos con desprecio. Cuando nos ponemos a nosotros mismos, o nuestras
obras, como referentes para los otros, estamos desplazando a Dios de su centro y
nosotros ocupando su lugar. Jess elogia la conciencia de s del publicano que
deca: Oh Dios!, ten compasin de este pecador. Esa conciencia le vali bajar
justificado a su casa, el otro, en cambio, no. La salvacin es gracia, no podemos