NI «ASTUR» NI «ASTURES», SINO «ASTUR»
Y «ASTURES»
oR
JOSE LUIS MORALEJO
Son prictica habitual en nuestro pafs, incluso entre eruditos &
investigadores de talla, Ia grafia y pronunciacién «astur» y «astu:
res» del nombre del pueblo que dié nombre a las Asturias, deno-
minacién que —recuperada por via del latinismo culto— se em-
plea hoy como adjetivo mas 0 menos sinénimo de sasturiano»,
Una préctica, decimos, tan sdlidamente arraigada en nuestros me.
dios estudiosos, que el fildlogo siente la duda de sino seré osadia
puntillosa ef enmendar la plana a investigadores como Schulten 0
Sanchez Albornoz (1), aunque sea en tan modesto particular como
el de restituir un acento al lugar que le corresponde. Pero la ver-
dad es que hay tanta razon para lamar eastures», y no «Astures»,
a los pobladores de las antiguas 0 modernas Asturias, como para
llamar «cantabros» —y no «cdntabros», como es habitual y correc:
to— a los de Cantabria; es decir, ninguna razén. Estas notas pre=
tenden dejar en claro que los romanos promunciaban «astar> y
sdstures» lo que escribian ASTVR y ASTVRES, respectivamente;
nada nuevo, por supuesto, para el filélogo, aunque si interesante,
(1) Pueden verse, a modo de elemplos represtitativos, obras cont A.
ScuuuteN, Los Céintabros y Astures y sw guerra cox Roma, Madrid, Espsa-
Celpe (Austra, 1962, 0 os trabajos de C, Saxcns: Atsonso: recozidos ma
Origenes de la Navin Bspatele, E Reino: de Astiviag, T, 1, Oviedd, IDEA,
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LUIS MORALEIO
seuin esperamos, para no especiaists, Si tales eran las pron
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