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LA CONDENA DE SER Loco y Pospre ALTERNATIVAS AL MANICOMIO FRANCO BASAGLIA. BAJO LA SUPERVISION DE FRANCA ONGARO BasaGuia ¥ Magia GRazia GLANNICHEDDA InTRODUCCION PARA LA PRESENTE EDICION Las conferencias en Brasil en el recorrido de Franco Basagiia Maria Grazia Gi yedda Presidenta de la Fundacién Franco Basag Lo importante que hemos demostrado es que lo imposible se ha vuelto po- sible. Dies, quince, veinte a‘los alrds, era impensable que un manicomio pu ddiera ser destruido, Tal vex los manicomios vuelvan a ser cerrados, incluso ids cerrados que antes, yo no To sé, pero de todas maneras nosotros hemos de- ‘mostrado que se puede asistir a la persona loca de otra manera, y et testimo- rio es fundamental. No creo que el hecho de que wna accién logre generali- zarse quiera decir que se ha vencido, El punto importante es otro, es que aho- ra se sabe qué se priede hacer Franco Basaglia, Rio de Janeiro, 28 de junio de 1979 ‘Las conferencias Estas catorce conferencias que Franco Basaglia dio en Brasil en junio y en noviembre de 1979 son quizés hoy, la mejor manera de ‘acercarse a su trabajo, y de recorrer las ideas, las experiencias y las propuestas que han inspirado la reforma psiquiatrica italiana, que pados por la complejidad de los problemas del pais, muchas veces di- vididos, como se intuye a partir de los debates, en torno a los nuevos caminos a seguir. De esta manera Basaglia, mientras habla de su tra bajo, de sus elaboraciones tebricas y del primer impacto de la refor- ma, despliega con sus interlocutores una rel critica, que deja surgir tanto su extraordinaria capacidad comunica- lo que hace a estos textos, entre otras cosas, particularmente dis- frutables- como su modo de pensar y de actuar. Estas conferencias se desarrollan en base a temas propuestos por las varias asociaciones que en San Pablo, Rio de Janeiro y Belo Hori- zonte han organizado los seminarios, Basaglia acepta estos temas pe- ro casi siempre los desarticula desde sus primeras palabras. Por lo tanto los titulos de las conferencias, que son los originales, cuando no son explicitamente rebatidos, (“el tema resulté un poco estereo- tipado” observa Basaglia y decide dar absolutamente otra direccién, a la conferencia sobre “poder y violencia en el hospital psiquidtri- co"), constituyen la ocasién, el punto de partida para una reflexion que él desarrolla sin aceptar la logica det discurso “técnico”, pero re- definiendo y ampliando siempre las posibilidades del tema, bien atento a no perder el anclaje en lo concreto, al “motivo por el cual estamos aqui”, a la necesidad de la accion practica y de la politica, que es reflotada constantemente, algunas veces incluso con dureza: “la realidad es que aqui entre nosotros estamos viviendo una expe- riencia de libertad” dice al finalizar el primer ciclo de seminarios en San Pablo, “pero es el Juqueri, el gran manicomio, el que determina todo, y no nuestra buena voluntad.. El contenido de estas conferencias resulta entonces en gran par- te inesperado, pero no s6lo porque es bastante menos especifico de la disciplina de lo que se podria esperarse de acuerdo alos titulos. Es el mismo desenvolvimiento del discurso entre las presentaciones y Jos debates, el que muestra una particular tensi6n interna, y transmi- te Ia sensacién de que verdaderamente esti ocurriendo algo entre Basaglia y los brasileros y entre los mismos brasileros, que se estdn ju- gando relaciones reales, de las cuales el que lee puede percibir algu- has veces la dificultad, la distancia, otras veces las implicancias mora les, el clima e6implice 0 explicitumente afectuoso. Basaglia por otra, parte aclara muchas veces que no fue “para ensefiar, para llevar un modelo”, que lo que le interesa es “organizar algo que vaya més alld de las reuniones, algo que sea como un cemento que pueda unir en todo el mundo a las personas que quieren trabajar de manera distin- ta". De esta manera, lo que Basaglia cuenta, explica, propone, es so- bre todo una cierta postura tanto técnica como politica y existencial, una cierta manera de “estar en el mundo” que él trata de poner en. practica y de estimular también aqui, a través de los seminarios y de 6 las diversas actividades alrededor de ellos, a las que se presta y de las que varias veces hace comentarios en sus conferencias: visitas a insti- tutos psiquistricos piblicos y privados y a servicios sanitarios de ba- se, entrevistas en los diarios, encuentros con sindicatos, asociaciones y grupos de personas. Todo esto hace muy especial al material de este libro. Se tiene co- mo la percepcién de que el pensamiento de Basaglia es aqui enfoca- do justamente en el interior de una préetica real, de un tentativo de encuentro con los otros “para ver si juntos podemos cambiar nuestro rol de opresores”, en el interior del tentativo de construir, ripida- mente, concretamente, “la esperanza de vivir de una manera distin- ta”, Esto restituye veracidad, también histérica, a la palabra de Basa glia, cuyo trabajo tedrico ha tenido siempre una ligaz6n estrechisi ma, directa, con la practica y por lo tanto con Ia politica. Pero sobre todo devuelve fuerza a la palabra, a las palabras, que aqui recobran vida, vigor, significado, enjuician a las cosas, crean realidad. En la época de aquel viaje a Brasil, Basaglia recién habia dejado la direccién det hospital psiquiatrico de Trieste en el cual habia tra- bajado desde 1971. El personal y los recursos del hospital habian si- do totalmente reconvertidos en centros de salud mental abiertos las 24 horas y con camas, ya habia nacido la red de alojamientos asist- dos y cooperativas de trabajo que habian permitido dar de alta a 1200 internados, una centena de los cuales, los més ancianos, se ha- fan quedado a vivir en departamentos en el interior del terreno del hospital, Se iniciaba asi la nueva fase: una ciudad sin manicomio, un sistema de salud mental enteramente comunitario, Basaglia habia aceptado-la propuesta de la region del Lazio! de trabajar en la reor- ganizacién de las politicas de salud mental, en una metrépoli (Ro- nia) que tenfa uno de los mas grandes manicomios piblicos y que es- taba viviendo el comienzo dramatico del problema de las dependen- cias a las drogas y de la nueva marginalidad urbana, en una regién que tenfa la mitad de camas de internacién psiquidtrica privadas del pafs. En aquel aiio que serfa, casi repentinamente, el tiltimo de su vi da®, Basaglia se sentia atraido por este nuevo desafio practico, que percibfa como necesario para el desarrollo de ta reforma, pero al inismo tiempo sentia el deseo de retomar la reflexién sobre algunos temas de fondo de su trabajo teérico y de volver a recorrer la crisis de fa psiquiatrfa y de sus instituciones que habia comenzado, ya en Ja posguerra, en algunos paises occidentales y mas tarde en Italia. Y justamente sobre estos temas Basaglia reflexiona en estas conferen cias en Brasil, que se transforman asi.en una suerte de balance de su trabajo y del largo, original recorrido que habia tomade forma en. Gorizia pero que habia comenzado ya en los aitos de la universidad, ‘Las raices En 1979 Franco Basaglia tenia cincuenta y cinco afios. Habfa na- cido en Venecia el 11 de marzo de 1924, en 1949 se habia recibido de médico en Padova, en. 1952 se habia especializado en neuropsi quiatria y se habia quedado a trabajar en la Clinica delle Malattie Ne ‘ose ¢ Mentali de la Universidad de Padova, dirigida por Giovanni Bat tista Belloni, un profesional de formacién organicista. De la cultura de la clinica, Basaglia habia tomado distancia muy pronto, y ya en un ensayo en 1953, sobre el mundo del “incomprensible esquizofréni- co"? se pueden encontrar las raices del recorrido que luego hard con absoluta coherencia a lo largo de su vidat, La eleccién, por ejemplo, de la Daseinsanalyse, ¢] método del “andlisis existencial” fundado por ‘Ludwig Binswanger y por Eugene Minkowski, para el muy joven Ba- saglia “es importante porque pone directamente en juego ala perso- ha del médico, que no puede quedar afuera como examinador sino que debe participar directamente, (...) vivir enteramente € intensa- mente la descripcién del sintoma”, “compenetrindose en la vida del propio enfermo”®. Incluso una explicita valoracién de la “insuficien- cia” de la nosografia de Kraepelin como “catilogo de sintomas” esta ya presente en este texto. En esos afios son bastante pocos los psi- quiatras italianos insatisfechos con los modelos positivistas del ocho- cientos, de manera que Basaglia comienza a trabajar sustancialmen- te en soledad sobre el entrecruce entre psicopatologia y fenomeno- logia, utilizando Ia psiquiatrja del novecientos mas rica sobre el pla- no metodolégico y més interesada en la dimensién terapéutica (Binswanger, Minkowski, Strayss, Freud) y construyendo su forma cidn filoséfica sobre Ja reflexién europea més atenta a la compleji- dad del ser humano (Husserl, Heidegger, Merleau Ponty, Sartre). Los textos de estos afios dan testimonio de “la continua y exaspera- da confrontacién de Basaglia con la tradici6n, hasta la superacién de esquemas que sin embargo no son descartados apresuradamente mientras puedan ser usados iitilmente en el plano del método”, en conclusién, dan testimonio de “cudn profundamente Basaglia tiene | en su interior aquella tradicién que luego ha en gran parte odiado, por citar el aforismo de Adorno”®. De esta tradicién le quedara has tel final la cultura fenomenolégica; y de los psiquiatras la tinica re- ferencia que permanecera sera la de Minkowski, de quien Basaglia admiraba el modo de pensar y de trabajar, ademas del método. Pero la relacin mas sélida y duradera sera con Sartre, la anica persona que Basaglia consideré un “maestro”. En estos aiios de formacién Ba- saglia ley6 a Sartre apasionadamente, como referencia global de su estar en el mundo. En los afios de la madurez, la influencia de Sar- te sera ulteriormente evidente y signara de manera explicita puntos clave del trabajo de Basaglia, como la concepcién de la responsabili- dad del téenico y del intelectual, la centralidad de la “praxis”, la crt tica de la ideologia, el rechazo de la utopia, como por otra parte, el respeto a la perseverancia de cada uno en el aqui y el ahora. El logo entre Sartre y Basaglia relatado en la introduccién de Grimini di pace! da un efectivo testimonio de la cualidad de esta relaci6n, tam- bién personal, que duré toda la vida. EI “fil6sofo Basaglia”, como lo llamaba Belloni, se quedé en la universidad trece afios, hasta 1961, cuando gané el concurso para ser director del Hospital psiquidtrico de Gorizia y, por primera vez en su vida, entré en un manicomio. Esta experiencia fie chocante y, al mismo tiempo, reveladora. Lo que vio se superpuso al recuerdo de la que para él, estudiante burgués de veinte aiios, habia sido una ex periencia traumatica, su ingreso a la carcel “en el horario en que, en las celdas, se vaciaban los recipientes con excrementos”®. Habia teni- do “Ia impresién de entrar en una enorme sala de anatomia, donde Ja vida tenia el aspecto y el olor de la muerte” y la cércel le habia pa recido “un chiquero impregnado de una pestilencia infernal (..) donde carcelero y presidiario habfan perdido toda cualidad huma- na, adquiriendo el sello y la impronta de Ia institucién”. También el hombre que vefa eel manicomio “habfa perdido toda dignidad hu- mana: también el manicomio era un enorme chiquero”, pero con un agravante: aqué “hay médicos, camisas blancas, enfermeros, como si se tratara de un hospital para curar. En realidad, es s6lo un institut , donde ademés “el psiquiatra tiene autorizacién total” que no pone limites a lo que le puede hacer al enfermo. Basaglia, que se adiestré en la btisqueda de una “empatia con el enfermo”!, percibe de manera aguda, dramatica, la violencia del manicomio, también porque se presenta como'violencia sobre el cuerpo, tema so- bre el cual, en esa época, Basaglia ya habia largamente reflexiona- dol, aprendiendo de Merleau-Ponty que “el cuerpo es la experien- cia mas profunda y a la vez la mas ambigua de las percepciones. Con- temporaneamente presente y olvidado, el cuerpo a través del cual nosotros vivimos es la mas fragil de las experiencias humanas”, pero e que me da Ia posibilidad de actuat, de favorecer la realizacion de mis posibilidades”!2,

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