Professional Documents
Culture Documents
Resumen Abstract
La desnutrición afecta a casi la mitad de los pacientes adultos Title: Hospital-related malnutrition in children.
que ingresan en un hospital y tiende a agravarse durante su
Nearly half of the adults admitted to hospital present mal-
estancia. Aun así, continúa siendo, en muchas ocasiones, una
nutrition, which tends to worsen during the hospital stay. Ne-
gran desconocida. La desnutrición repercute sobre la estruc-
vertheless, hospital malnutrition is still often poorly understo-
tura y la función de muchos órganos y sistemas y, por ello,
od. Malnutrition affects the structure and function of different
afecta de forma negativa a la calidad asistencial y produce un
organs and systems. As a consequence, it has a negative im-
aumento del gasto económico.
pact on the quality of care and increases costs.
El niño es especialmente vulnerable a la desnutrición y, por
Children are especially susceptible to malnutrition. There-
tanto, la instauración del soporte nutricional en el paciente de
fore, in the child nutritionally at risk, it is necessary to start nu-
riesgo debe ser precoz y adaptada a las condiciones biológicas
tritional support, adapted to the age-associated biological
propias de la edad. La prevalencia de desnutrición en los es-
conditions, as soon as possible. The prevalence of hospital
tudios pediátricos oscila alrededor del 20-25%. En un estudio
malnutrition in children is about 20% to 25%. In a study of 268
realizado en 268 niños ingresados en el Hospital «12 de Octu-
children admitted to Hospital 12 de Octubre in Madrid, Spain,
bre» durante un mes se observó que la prevalencia de desnu-
over the course of one month, over 17% of them were mal-
trición fue del 17,2%.
nourished.
La valoración nutricional en el niño se apoya en la historia
Nutritional assessment in children is based on clinical his-
clínica, la antropometría y las exploraciones complementarias,
tory, anthropometrics and laboratory data, as there is no sin-
al no disponer de un marcador biológico o bioquímico único
gle biological or biochemical marker for this purpose. The de-
que sirva para este fin. La estimación del riesgo nutricional es
termination of nutritional risk is most reliable when the data
más adecuada cuando se valoran de forma conjunta los datos
30 del estado nutricional, aspectos de la ingestión y las repercu-
from the nutritional assessment is accompanied by an evalua-
tion of food intake and of the impact the disease in question
siones que la enfermedad tiene sobre los aspectos nutricio-
has on nutritional status. There are specific pediatric nutrition
nales. Ello ha permitido elaborar puntuaciones pediátricas de
risk scores, such as the Sermet-Gaudelus score.
riesgo nutricional como la Sermet-Gaudelus.
To deal with hospital malnutrition in children, two strategies
El abordaje de la desnutrición hospitalaria puede efectuar-
are available. On the individual level, it is necessary to start
se a dos niveles. Desde el punto de vista del individuo, con la
the appropriate nutritional support as soon as possible. In ad-
instauración rápida de un soporte nutricional adecuado. Pero
dition, at the clinical care level, the European Commission has
además, la desnutrición trasciende al ámbito clinicoasisten-
recently issued a resolution (ResAp 2003/3) on diet and nutri-
cial. El Consejo de Ministros del Consejo de Europa ha dictado
tional care in hospitals.
recientemente una resolución (ResAP 2003/3) sobre la alimen-
tación y el cuidado nutricional en los hospitales. Se precisa co- It is necessary to establish the actual incidence of hospital
nocer cuál es la situación real de la desnutrición hospitalaria malnutrition among children in Spain.
en niños en España.
*Parte del material empleado en este artículo ha sido utilizado en el capítulo «Desnutrición hospitalaria en los niños en España», incluido en el Libro blanco sobre
la desnutrición hospitalaria en España, de próxima publicación.
Correspondencia: J.M. Moreno Villares. Unidad de Nutrición Clínica. Hospital «12 de Octubre». Madrid. Carretera de Andalucía km 5,400. 28041 Madrid.
63 jmoreno.hdoc@salud.madrid.org
003 NUTRICION=DESNUTRICION 4/2/04 11:25 Página 31
*Hemos preferido utilizar a lo largo del texto el término desnutrición al más clásico de malnutrición, al entender que en éste también se englobaría la malnutrición
por exceso (obesidad).
64
003 NUTRICION=DESNUTRICION 4/2/04 11:25 Página 32
TABLA 1
A partir de estas medidas antropométricas básicas, se ob- 12 y 46% de los pacientes ingresados, fuera del periodo neo-
tienen los índices nutricionales que permiten categorizar el es- natal, padecían una malnutrición moderada y el 48% una talla
tado de nutrición. Los más empleados son la relación peso/ta- baja. Con posterioridad, se han comunicado cifras ligeramen-
lla, el porcentaje de peso para la talla en P50 o porcentaje del te inferiores en Europa: entre el 7 y 24% de los niños ingresa-
peso estándar y el porcentaje de la talla para la edad (índices dos presentaban un peso para la talla inferior al 80%. En la ta-
de Waterlow), así como el índice de masa corporal (IMC). Se- bla 2 se muestran los datos de los estudios más relevantes.
gún el punto de corte de los datos obtenidos, se categorizará Cifras similares aparecen en grupos específicos de pacientes;
la malnutrición en leve, moderada o grave (tabla 1). La utiliza- así, Schiavetti y cols. encontraron una prevalencia de malnu-
32 ción del peso y la talla exclusivamente o los índices derivados trición del 26,3% en niños con cáncer en tratamiento21. Cuan-
de éstos puede infravalorar la desnutrición19. do se considera la existencia de riesgo nutricional, medido por
alguna de las escalas al uso –la de Reilly por ejemplo–, esta
La valoración del estado nutricional se completa en la prác- cifra puede aumentar hasta casi el 70%, en función de la com-
tica clínica con diversos exámenes complementarios. La cuan- plejidad de la población estudiada22, 23.
tificación de linfocitos totales tiene un escaso valor en niños
por la existencia de una linfocitosis relativa. La valoración del El estudio de Hendriks permitió comparar la prevalencia de
compartimiento proteico visceral se realiza mediante las pro- malnutrición en la misma institución en 1976 y en 199224. Ob-
teínas séricas: albúmina, transferrina, prealbúmina y otras servó una disminución significativa de la malnutrición aguda y
proteínas de semivida corta o muy corta (proteína ligadora del crónica según la clasificación de Waterlow, aunque todavía
retinol, fibronectina e IGF-1)20. era común en 1992 (alrededor del 25% de los niños ingresa-
dos).
El análisis de la composición corporal precisa de un instru-
Al igual que ocurre en el paciente adulto, la desnutrición se
mental no disponible habitualmente en la clínica. De entre las
agrava durante los periodos de hospitalización debido, en gran
técnicas de composición corporal, las más accesibles son la
medida, a una ingestión insuficiente. Muchos factores contri-
bioimpedancia eléctrica y la densitometría, quedando relega-
buyen a ese aporte energético deficitario: algunos están liga-
das las demás al ámbito de la investigación.
dos a la enfermedad (anorexia, dolor, etc.) o a las exploracio-
nes practicadas para su diagnóstico, que condicionan periodos
de ayuno frecuentes, y otros al ambiente hospitalario extraño
Incidencia de desnutrición o a los propios gustos del niño.
en el niño hospitalizado
A continuación, se exponen los resultados de un estudio ob-
Las primeras investigaciones sobre la prevalencia de la des- servacional realizado en el Hospital Infantil «12 de Octubre»
nutrición en el niño hospitalizado se efectuaron en Estados en los meses de noviembre y diciembre de 2003 para estimar
Unidos en los años 1980, y en ellas se evidenció que entre el la prevalencia de desnutrición infantil.
65
003 NUTRICION=DESNUTRICION 4/2/04 11:25 Página 33
33
Material y métodos
150
Se recogieron de forma prospectiva los siguientes datos de to- Niñas
dos los niños hospitalizados en el departamento de Pediatría Niños
entre el 15 de noviembre y el 15 de diciembre de 2003, exclu- 100 61
N.º de pacientes
66
003 NUTRICION=DESNUTRICION 4/2/04 11:25 Página 34
Detección de la desnutrición
140
*
Normonutridos
en el niño hospitalizado
120
Malnutrición grave La desnutrición en el hospital continúa siendo un problema
100 Malnutrición moderada frecuente, tanto en adultos como en niños, que pasa a menu-
N.º de pacientes
80 do desapercibido25.
*
60 Además de medidas más generales encaminadas a aumen-
tar los conocimientos sobre la nutrición en relación con la sa-
40
lud y la enfermedad, mediante materias específicas tanto en
20 el pregrado como en el posgrado de las Ciencias de la Salud,
0 debe determinarse qué herramientas pueden ser de mayor uti-
M. aguda M. crónica Cir. aguda Cir. lidad para detectar los pacientes con riesgo de malnutrición y
programada para monitorizar la eficacia de la intervención nutricional26.
* P< 0,05 cuando se compara con médica crónica. Desafortunadamente, no todas las herramientas o técnicas de
detección de la malnutrición hospitalaria publicadas han sido
Figura 2. Prevalencia de malnutrición de acuerdo con el motivo
diseñadas o comprobadas con rigor27, 28.
de ingreso. M: enfermedad médica; Cir: cirugía. La primera estrategia se basa en fomentar el interés de los
profesionales hospitalarios para la recogida de datos relativos
a la ingestión y los hábitos alimentarios, y la realización de
unas determinaciones antropométricas básicas. El peso y la
de desnutrición fue del 17,2% en el total de la muestra (figu- talla son los datos más sencillos, prácticos y baratos que pue-
ra 2). No se encontró ninguna correlación entre los valores den utilizarse para la valoración del estado nutricional; sin em-
plasmáticos de hemoglobina y albúmina al ingreso y la pun- bargo, estas medidas no se obtienen de forma rutinaria en to-
tuación Z para el peso (figura 3). En la cohorte de lactantes me- dos los hospitales. En un estudio transversal efectuado en el
nores de un año, ingresados por una causa médica, pudo es- Hospital «12 de Octubre» en 1998, se observó que se pesaba
tudiarse la variación ponderal durante la hospitalización. La al 85% de los niños que ingresaban en el hospital durante un
mediana de ganancia diaria de peso fue de +6 gramos, con un periodo superior a 24 horas; la estatura se midió sólo en el
intervalo entre +140 y –150 g/día. 37% de los pacientes y sólo en el 16% de las historias clíni-
34
A A A A
5,00 5,00
A A A A A A
2,50
A AA A
2,50
A A A
AA
A A A A A A A
A A A A A
A A A A AA A
AA A A A A A A A AA A
A A A A AA A A A A
A AA A AA A A A A A A
A A A A A A A A
A
A
A
A A AA AAAA A A
0,00 A
A A A A AAA AA A AA A A
A AA AAAA 0,00 A AA A
A A A AAAAA AA AA A A
AA A A A A A A A A A A A AA A A A A A A A
A A AA A AA A A A A A A AA A A A AA AA
A A A A
A AA A
A A A AA
A A A AA A A
-2,50 A A A A -2,50 A A
A A
A A A
A A
A A
-5,00 A -5,00 A
A A
2 2 2 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 5 5 35 2 8 8 9 9 10 10 10 11 11 11 12 12 12 13 13 13 1314 14 15 16 17
2 2 3333 333 3333 334 44 44 444 44 4 444444 4 4 445 55 4 8 9 9 9 10 10 11 11 11 11 1212 12 13 13 13 14 1414 16 16 18
8 8 9 9 10 10 10 11 11 11 12 12 1212 13 13 13 14 14 15 16 16
Albúmina (g/100 mL) Hemoglobina (g/100 mL)
3A 3B
Figura 3. Correlación entre datos antropométricos y analíticos. 3A. Correlación entre albúmina y puntuación Z para el peso. 3B. Correlación
entre hemoglobina y puntuación Z para el peso.
67
003 NUTRICION=DESNUTRICION 4/2/04 11:25 Página 35
cas existía algún comentario referente a la situación nutricio- Éste puede incluir varios aspectos: modificaciones en la dieta,
nal29. Lamentablemente, la situación no había cambiado seis uso de suplementos por vía oral, el recurso a la nutrición en-
años después, pues sólo se registró el peso al ingreso en el teral por sonda o a la nutrición parenteral36. Siempre que sea
85% de los niños; peso y talla en el 42%, y sólo el 17% habí- posible, es preferible utilizar la vía digestiva. No es el objeti-
an sido pesados al alta, como se pudo constatar en el estudio vo de esta revisión comentar el tratamiento nutricional del ni-
cuyos resultados publicamos. ño hospitalizado. Existe un amplio número de estudios que han
Además de las medidas antropométricas, los marcadores demostrado la eficacia del soporte nutricional para conseguir
bioquímicos y otros métodos de medida de la composición cor- mejorar el estado nutricional y cómo se traduce en mejores re-
poral, en los últimos diez años se ha extendido el uso de la va- sultados clínicos.
loración subjetiva global (Subjetive Global Assessment), que Pero, además, la preocupación por la malnutrición hospita-
proporciona información esencial sobre el estado nutricional a laria ha trascendido el ámbito meramente clinicoasistencial.
partir de la historia y la exploración física30. Esta herramienta El propio Consejo de Europa decidió reunir, en 1999, un grupo
ha sido diseñada para pacientes adultos y modificada para de- de expertos con el fin de analizar el problema de la nutrición
terminadas situaciones, p.ej. el Mini Nutricional Assessment en los hospitales europeos37, 38. Fruto de ese trabajo, el Con-
(MNA), para pacientes geriátricos. Aunque ha habido algún in- sejo de Europa, a través de su Consejo de Ministros, ha dicta-
tento de adaptación de esta escala para la población pediátri- do recientemente una resolución (ResAP 2003/3) sobre la ali-
ca en España31, la herramienta no ha sido validada. mentación y el cuidado nutricional en los hospitales39, en la
El uso de distintos índices nutricionales clásicos (clasifica- que se recomienda a los estados miembros el desarrollo de es-
ciones de malnutrición de Gómez, de Waterlow o de MacLa- trategias para detectar el riesgo nutricional y el estableci-
ren y Read) puede originar resultados discordantes. Como la miento de las medidas necesarias para su resolución tanto
normalidad se establece dentro de unos límites basados en mediante las comidas habituales como con técnicas de sopor-
consideraciones biológicas deducidas de observaciones trans- te nutricional. En esta tarea de prevención de la desnutrición
versales en grupos de población, su aplicación a individuos hospitalaria tiene un lugar importante el trabajo conjunto en-
concretos tiene sus limitaciones, porque sólo se puede tener tre los profesionales de la salud (médicos, enfermeras, dietis-
seguridad diagnóstica ante desviaciones importantes de la tas) y la cocina del hospital. El periodo de hospitalización pro-
normalidad. Por tanto, parece más correcto hablar de niño con porciona, además, una oportunidad única para educar a los
riesgo de padecer efectos adversos por la malnutrición que de pacientes sobre una dieta saludable. No sólo serviría para tra-
niño malnutrido, basándose sólo en los índices32. tar la desnutrición, sino como una manera de actuar en la pre-
vención de enfermedades40, 41. Estrategias similares se han
Los índices de riesgo nutricional desarrollados con poste- desarrollado en el ámbito de los comedores escolares, con
rioridad son una herramienta mejor, pues permiten, no sólo buenos resultados42.
identificar a los individuos ya malnutridos, sino detectar a los
pacientes con riesgo de desarrollar malnutrición. El índice de El primer paso para afrontar este problema podría plantear-
35
riesgo nutricional de Reilly recoge, en una planilla que rellena se con los siguientes objetivos:
la enfermera al ingreso, los siguientes datos: pérdida de peso – Medida del peso y talla (y también del perímetro craneal
(duración e intensidad); índice de masa corporal o tabla de per- en los niños menores de 3 años) en todos los pacientes que in-
centiles en niño; ingesta (apetito y capacidad para comer), y gresan en un hospital.
las repercusiones de la enfermedad sobre los aspectos nutri-
cionales33. Más recientemente, Sermet-Gaudelus y cols. han – Uso comprensivo de las gráficas de crecimiento.
diseñado y validado una «puntuación pediátrica de riesgo nu- – Intervención adecuada y mantenida cuando el peso y la
tricional» para detectar pacientes con riesgo de malnutri- estatura caen fuera de los intervalos normales.
ción34. La puntuación valora como factores de riesgo de pérdi-
da de peso durante el ingreso una ingestión insuficiente, la – Reconocimiento de que el soporte nutricional forma parte
existencia de dolor y su intensidad, y la gravedad de la enfer- de la atención global del niño enfermo.
medad. Clasifica el riesgo en leve, moderado y grave, sugi- Desde un punto de vista práctico, sería muy interesante con-
riendo para cada nivel un tipo de intervención. La enfermería tar con una encuesta nacional sobre la prevalencia de malnu-
puede desempeñar un papel relevante en la detección de los trición en los niños hospitalizados en España. La Sociedad
pacientes con riesgo nutricional35. Española de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pe-
diátrica o la propia Asociación Española de Pediatría podrían
ser los principales valedores de esta iniciativa.
Planes de futuro
La actuación sobre este problema puede enfocarse a varios ni- Bibliografía
veles. Desde el punto de vista del individuo con riesgo de pa-
decer desnutrición o con una desnutrición ya establecida, se 1. Avencena IT, Cleghorn G. The nature and extent of malnutrition in
puede actuar mediante la instauración de un soporte nutricional. children. En: Preedy V, Grimble G, Watson R, eds. Nutrition in the
68
003 NUTRICION=DESNUTRICION 4/2/04 11:25 Página 36
infant. Problems and practical procedures. Londres: GMM, 2001; 22. Poisson-Salomon AS, Colomb V, Sermet I, Ricour C. Prise en char-
1-10. ge du risque nutritionnel: vers une amélioration des practiques.
2. Schroeder DG, Brown KH. Nutritional status as a predictor of child Nutr Clin Metab 1997; 11: 161-168.
survival: Summarizing the association and quantifying its global 23. Babakissa C, Lacote-Popovic S, Colombani JF, Balan JG. Risque
impact. Bulletin of the World Health Organization 1994; 72: 569- nutritionnel en milieu hospitalier. Cah Nutr Diet 2004; 39: 49-54.
579. 24. Hendriks KM, Duggan C, Gallagher L y cols. Malnutrition in hos-
3. Bistrian BR, Blackburn GL, Vitale J y cols. Prevalence of malnutri- pitalized pediatric patients. Current prevalence. Arch Pediatr Ado-
tion in general medical patients. JAMA 1976; 235: 1.567-1.570. lesc Med 1995; 149: 1.118-1.122.
4. Hill GL, Pickford I, Young CA y cols. Malnutrition in surgical pa- 25. McWhirter JP, Pennington CR. Incidence and recognition of mal-
tients. Lancet 1977; 26: 689-692. nutrition in hospital. BMJ 1994; 308: 945-948.
5. Edington J, Boorman J, Durrant ER y cols. Prevalence of malnutri- 26. Ulibarri JI, Picón MJ, García Benavent E, Mancha A. Detección
tion on admission to four hospitals in England. The Malnutrition precoz y control de la desnutrición hospitalaria. Nutr Hosp 2002;
Prevalence Group. Clin Nutr 2000; 19: 191-195. 17: 139-146.
6. Ulibarri JI, González-Madroño A, González Pérez P y cols. Nuevo 27. Jones JM. The methodology of nutritional screening and assess-
procedimiento para la detección precoz y control de la desnutri- ment tools. J Hum Nutr Diet 2002; 15: 59-71.
ción hospitalaria. Nutr Hosp 2002; 17: 179-188. 28. Waitzberg DL, Correia MI. Nutritional assessment in the hospita-
7. Rocandio AM, Arroyo M, Ansotegui L. Assessment of nutritional lized patient. Curr Op Clin Nutr Metab Care 2003; 6: 531-538.
status on hospital admission: nutritional scores. Eur J Clin Nutr 29. Galiano MJ, Alonso Díaz C, Moreno JM. Valoración nutricional en
2003; 57: 824-831. el niño hospitalizado. MCM Pediatría 1998; 1: 88-89.
8. Detsky AS, Baker JP, O’Rourke K, Goel V. Perioperative parenteral 30. Detski AS, Baker JP, Menelson RA. Predicting nutritional associa-
nutrition: a meta-analysis. Ann Intern Med 1987; 107: 195-203. ted complications for patients undergoing gastrointestinal sur-
9. Waitzberg DL, Caiaffa WT, Correia MITD. Hospital malnutrition: gery. JPEN 1987; 11: 440-446.
the Brazilian national survey (IBRANUTRI): a study of 4,000 pa- 31. Cañete Díaz A, Lama Moré R. Valoración nutricional sistemática
tients. Nutrition 2001; 17: 575-580. en la consulta de pediatría. Acta Pediatr Esp 1998; 56: 53-64.
10. Roubenoff R, Roubenoff A, Preto J, Balke W. Malnutrition among 32. Wright JA, Ashenburg CA, Whitaker RC. Comparison of methods
hospitalized patients. A problem of physician awareness. Arch In- to categorize undernutrition in children. J Pediatr 1994; 124: 944-
tern Med 1987; 147: 1.462-1.465. 946.
11. Reilly JJ, Hull SF, Albert N, Waller A, Bringardener S. Economic 33. Reilly HM, Martineau JK, Moran A, Kennedy H. Nutritional scre-
impact of malnutrition: a model system for hospitalized patients. ening. Evaluation and implementation of a simple Nutrition Risk
JPEN 1988; 12: 371-376. Score. Clin Nutr 1995; 14: 269-273.
12. Kyle UG, Pirlich M, Schuetz T, Lochs H, Pichard C. Is nutritional de- 34. Sermet-Gaudelus I, Poisson-Salomon AS, Colomb V y cols. Simple
pletion by nutritional risk index associated with increased length pediatric nutritional risk score to identify children at risk of mal-
of hospital stay? A population-based study. JPEN 2004; 28: 99-104. nutrition. Am J Clin Nutr 2000; 72: 64-70.
13. Stretton RJ, Green CJ, Elia M, eds. Consequences of disease-re- 35. De Kruif JTCM, Vos A. An algorithm for the clinical assessment of
36 lated malnutrition. En: Disease-related malnutrition: an evidence-
based approach to treatment, ed. Wallingford; CABI International,
nutritional status in hospitalized patients. Br J Nutr 2003; 90: 829-
836.
2003; 113-155. 36. BAPEN. Malnourished inpatients: overlooked and undertreated.
14. Pennington CR. Disease and malnutrition in British hospitals. Proc Drug and Therapeutics Bulletin 1996; 34: 57-60.
Nutr Soc 1997; 56: 393-407. 37. Melchior JC, Beck AM, Nilsson Balknäs U, Camilo ME, Fürst P,
15. Pedrón Giner C, Martínez Costa C, Lama Moré R, Moreno Villares Gentile MG y cols. Alimentation et soins nutritionnels dans les hó-
JM. Líneas Guía de Actuación en Nutrición en Pediatría. Soporte pitaux: une vision europénne. Nutr Clin Metab 2003; 17: 207-212.
nutricional en el siglo XXI. Congreso Nacional de la SENPE: Mur- 38. Beck AM, Balknas UN, Furst PP y cols. Food and nutritional care
cia 203. SENPE ISBN 84-688-0970-5. in hospitals: how to prevent undernutrition. Report and guidelines
16. Schwenk WF. Specialized nutrition support: the pediatric pers- from the Council of Europe. Clin Nutr 2001; 20: 455-460.
pective. J Parent Ent Nutr 2003; 27: 160-167. 39. Council of Europe. Resolution ResAP (2003) on food and nutritio-
17. Martínez Costa C, Pedrón Giner C. Valoración del estado nutricio- nal care in hospitals. http://wcm.coe.int/rsi/CM/index.isp.
nal. En: Protocolos diagnósticos y terapéuticos en Pediatría, ed. 40. Sger AJ, Werther K, Nestle M. Improvements are needed in hos-
Tomo 5. Gastroenterología, Hepatología y Nutrición. Madrid: AEP, pital diets to meet dietary guidelines for health promotion and di-
2002; 375-382. sease prevention. J Am Diet Assoc 1998; 98: 639-641.
18. Zemel BS, Rilley EM, Stallings VA. Evaluation of methodology for 41. Zazzo JF. Évaluation des apports alimentaires des malades hospi-
nutritional assessment in children: anthropometry, body composi- talisés. Nutr Clin Metab 2003; 17: 213-217.
tion, and energy expenditure. Annu Rev Nutr 1997; 17: 211-235. 42. Osganian SK, Ebzery MK, Montgomery DH y cols. Changes in the
19. Warner JT. Reliability of indices of weight and height in assess- Nutrient Content of School Lunches: results from the CATCH Eat
ment of nutritional state in children. Lancet 2000; 356: 1.703- Smart Food Service Intervention. Prev Med 1996; 25: 400-412.
1.704.
20. Robinson MK, Trujillo E, Mogensen KM, Rounds J, McManus K,
Jacobs DO. Improving nutritional screening of hospitalized pa-
tients: the role of prealbumin. JPEN 2003; 27: 389-395.
21. Schiavetti A, Fornari C, Guido R y cols. Nutritional status disor-
ders prevalence in a simple of pediatric oncology day hospital pa-
tients. Minerva Pediatr 2001; 53: 183-188.
69