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Con carácter general, la Constitución es el texto normativo fundamental, “la ley de le- yes”,
cuya finalidad es regular el comportamiento político del Estado y de los órganos que lo
componen, estableciendo las normas por las que se gobierna el pueblo.
La “Carta Magna” supone una garantía contra cualquier extralimitación o abuso de los
poderes públicos, al proteger no sólo los derechos individuales sino también las libertades
públicas.
Así se llevó a cabo y, tras las citadas elecciones de 1977, y establecidas las Cortes
Generales que de ellas resultaron, se creó una Ponencia Constitucional (integrada por Ga-
briel CISNEROS LABORDA, Manuel FRAGA IRIBARNE, Miguel HERRERO y
RODRÍGUEZ DE MIÑÓN, Gregorio PECES-BARBA MARTÍNEZ, José-Pedro PÉREZ-
LLORCA y RODRIGO, Miguel
ROCA JUNYENT y Jorge SOLÉ TURA), con la exclusiva finalidad de redactar un proyecto
de Constitución. Después de las correspondientes fases de elaboración y estudio,
previamente en el Congreso y luego en el Senado, se terminaron los trabajos del proyecto
de ley consti- tucional, y el 31 de octubre de 1978, Congreso y Senado aprueban, por
separado, el texto definitivamente redactado. El día 6 de diciembre de 1978 se somete a la
aprobación del pueblo español mediante referéndum nacional, y fue sancionada por el Rey
el día 27 de ese mismo mes, ante las Cortes Generales reunidas en sesión conjunta. Se
publicó en el Boletín Oficial del Estado el 29 de diciembre y entró en vigor ese mismo día.
1.1. ESTRUCTURA
a) Una Parte Dogmática, que comprende los principios inspiradores (Título Pre-
liminar), que trata del Estado Español, de la soberanía, unidad de la Nación y derecho a la
autonomía, lenguas, y otras características de nuestra estructura política y organización
social, continuando con los derechos y deberes funda- mentales y su ejercicio, los principios
de política social y económica y la garan- tía de los derechos y su suspensión, llegando
hasta el art. 55 (Título I).
b) Una Parte Orgánica, en la que se establecen los principales órganos del Esta- do y
se señalan sus funciones.
– Además del Título Preliminar, los diez restantes Títulos que integran la Consti- tución son los
siguientes:
1.2. CARACTERES
– Derivada, por la influencia que han tenido sobre su contenido otras Constitucio- nes
históricas, sin olvidar textos internacionales como la Declaración Universal de Derechos
Humanos (10 de diciembre de 1948), y el Convenio Europeo para la Protección de los
Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales (Roma, 4 de noviembre de 1950),
como más importantes.
– Convivencia democrática, como posibilidad de vivir todos en paz unos con otros, dentro de
un orden económico y social justo, conducente a disminuir la desigual- dad, y que preste
atención a las justas aspiraciones de una vida desahogada, sin los agobios de la miseria y la
pobreza.
– La calidad de vida, que en una lectura amplia significa, además de la defensa del medio
ambiente, la conservación de la naturaleza para las generaciones venideras.
Y por último, el propósito de mantener relaciones pacíficas con todos los pueblos de la
Tierra, que viene a ser una renuncia expresa a cualquier forma de imperialismo, tratando de
resolver los conflictos por la vía de la negociación y no de la confrontación, con acuerdos en
común en el marco general de las Naciones Unidas.
2. “La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan todos los po- deres del
Estado”.
– Social, porque priman los intereses de la sociedad sobre los del grupo. Es Estado social aquel
que garantiza la libertad y aspira a conseguir fundamentalmente el bienestar de todos los
ciudadanos. Surge frente al Estado liberal decimonónico que hacía de la defensa de la libertad el
centro del ordenamiento jurídico, suprimiendo todas las actividades estatales que pudieran
lesionar el derecho a la libertad. El Estado social interviene en el sistema socioeconómico
tratando de conseguir un mejor nivel de vida para los ciudadanos y una mayor igualdad entre
ellos.
– Democrático, porque aspira a que siempre prevalezcan las decisiones del pueblo. La
palabra “democracia” significa precisamente que el poder reside en el pueblo (“Demos” =
pueblo, “cracia” = poder). El Estado democrático es aquel en el cual los ciudadanos
intervienen en las tareas de Gobierno a través de unos representan- tes libremente elegidos
por ellos para que puedan gobernar en su nombre.
Ya hemos mencionado como la Constitución establece que “la forma política del
Estado Español es la Monarquía parlamentaria”.
Con referencia al Estado de las Autonomías o Estado Autonomista, haremos una breve
referencia siguiendo el camino trazado por el Profesor Tamames en su estudio constitucio- nal
ya mencionado, quien dice que el Título VIII (De la organización territorial del Estado), fue el
más discutido por la Ponencia antes de salir a la luz, y que sin duda el que quedó menos
claro al representar un paso verdaderamente decisivo que significó el paso de un Estado
unitario y centralista al nuevo Estado de las Autonomías, que algunos entienden como una
etapa intermedia en el camino hacia el federalismo.
La organización del nuevo Estado de las Autonomías no puede ser origen de situacio-
nes de insolidaridad y de nuevos desequilibrios que se agreguen a los existentes entre una
España comparativamente desarrollada y una España menos favorecida.
Del nuevo marco autonómico, nadie debe obtener ventajas especiales que vayan contra
la equidad, correspondiendo al Estado (al conjunto de los poderes públicos), la obligación
de velar para que tales situaciones no se produzcan. Se trata con especial consideración el
“hecho insular”, respetando la autonomía de los Cabildos Canarios y los Consejos Baleares
y reconociendo la autonomía ya existente en otro tiempo, concretamente los derechos de los
territorios forales (Álava y Navarra, aparte de la recuperación de ese carácter por Vizcaya y
Guipúzcoa que perdieron sus Diputaciones Forales en 1937), actualizándolos y haciéndo- los
más realistas (lo que los navarros llaman “amejoramiento de fuero”).
1. “La dignidad de la persona, los derechos inviolables que le son inherentes, el libre
desarrollo de la personalidad, el respeto a la ley y a los derechos de los demás son
fundamento del orden político y de la paz social”.
Como vemos es una declaración de carácter general, basada en el respeto a los de- más y a
la dignidad de cada persona como pilar fundamental de la convivencia, todo ello teniendo
como referencia la citada Declaración de Derechos Humanos, cuya observancia nos integra
entre los países más tolerantes y avanzados en esta materia.
3. “El Estado podrá concertar tratados de doble nacionalidad con los países ibe-
roamericanos, o con aquellos que hayan tenido o tengan una particular vin- culación con
España. En estos mismos países, aun cuando no reconozcan a sus ciudadanos un derecho
recíproco, podrán naturalizarse los españoles sin perder su nacionalidad de origen” (nos
remitimos al detallado estudio sobre nacionalidad hecho en el Tema 1).
– Mayoría de edad. Contemplada en el art. 12 CE: “Los españoles son mayores de edad
a los dieciocho años” (también se ha estudiado pormenorizadamente en el Tema 1).
1. “Los extranjeros gozarán en España de las libertades públicas que garantiza el presente
Título en los términos que establezcan los tratados y la ley”.
4. “La ley establecerá los términos en que los ciudadanos de otros países y los
apátridas podrán gozar del derecho de asilo en España”.
1. “Se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades
sin más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el mantenimiento del
orden público protegido por la ley”.
3. “Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuen- ta las
creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de
cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones”.
– Derecho a la libertad y a la seguridad. Especial importancia reviste para los
miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad el art. 17 CE, que consagra el
derecho a la libertad y seguridad personal, cuyo texto es:
1. “Toda persona tiene derecho a la libertad y a la seguridad. Nadie puede ser privado de
su libertad, sino con la observación de lo establecido en este artículo y en los casos y en la
forma previstos en la ley”.
2. “La detención preventiva no podrá durar más del tiempo estrictamente necesa- rio
para la realización de las averiguaciones tendentes al esclarecimiento de los hechos, y, en
todo caso, en el plazo máximo de setenta y dos horas, el detenido deberá ser puesto en
libertad o a disposición de la autoridad judicial”.
3. “Toda persona detenida debe ser informada de forma inmediata, y de modo que le
sea comprensible, de sus derechos y de las razones de su detención, no pudiendo ser
obligada a declarar. Se garantiza la asistencia de abogado al detenido en las diligencias
policiales y judiciales, en los términos que la ley establezca”.
El derecho al honor protege a las personas contra las ofensas de que puedan
ser objeto por parte de otras. El derecho a la intimidad consiste en poder estar
apartado de la observación de los demás sin que nadie se entrometa en las
cosas íntimas y personales de su vida. El derecho a la propia imagen significa
que sin consentimiento del interesado nadie puede utilizar su figura.
Art. 579.3. “El Juez podrá acordar, en resolución motivada, por un plazo de
hasta tres meses, prorrogable por iguales períodos, la observación de las co-
municaciones postales, telegráficas o telefónicas de las personas sobre las que
existan indicios de responsabilidad criminal, así como de las comunicaciones
de las que se sirvan para la realización de sus fines delictivos”.
Art. 579.4. “En caso de urgencia, cuando las investigaciones se realicen para la
averiguación de delitos relacionados con la actuación de bandas armadas o ele-
mentos terroristas o rebeldes, la medida prevista en el número 3 de este artículo
podrá ordenarla el Ministerio del Interior o, en su defecto, el Director de la Seguri-
dad del Estado, comunicándolo inmediatamente por escrito motivado al Juez com-
petente, quien, también de forma motivada, revocará o confirmará tal resolución
en un plazo máximo de setenta y dos horas desde que fue ordenada la
observación”.
4. “La ley limitará el uso de la informática para garantizar el honor y la intimidad personal y
familiar de los ciudadanos y el pleno ejercicio de sus derechos”.
17.2 CE), el derecho a la inviolabilidad del domicilio (art. 18.2 CE), y al secreto
de las comunicaciones; todo ello bajo la regulación que ya hemos mencionado.
2. “El ejercicio de estos derechos no puede restringirse mediante ningún tipo de censura
previa”.
Por su interés policial y en relación con el tema de la intervención de las comuni- caciones,
debemos mencionar la Ley orgánica 2/1984, de 26 de enero, reguladora del “Derecho de
Rectificación” que dice:
Art. 1.º “Toda persona, natural o jurídica, tiene derecho a rectificar la informa-
ción difundida, por cualquier medio de comunicación social, de hechos que le
aludan, que considere inexactos y cuya divulgación pueda causarle perjuicio.
Art. 2.º “El derecho se ejercitará mediante la remisión del escrito de rectifica-
ción al director del medio de comunicación dentro de los siete días naturales
siguientes al de la publicación o difusión de la información que se desea recti-
ficar, de forma tal que permita tener constancia de su fecha y de su recepción.
– Derecho de reunión y manifestación. El derecho de reunión es aquel que tiene toda persona
de agruparse con otras, en un lugar determinado y con una finalidad concreta. Se regula este
derecho en el art. 21 de la CE, cuando dice:
1. “Se reconoce el derecho de reunión pacífica y sin armas. El ejercicio de este derecho
no necesitará autorización previa”.
2. Las asociaciones que persigan fines o utilicen medios tipificados como delito son
ilegales.
– Protección judicial de los derechos, o Tutela Judicial. Se recoge este derecho de la siguiente
manera en el art. 24 CE:
1. “Todas las personas tienen derecho a obtener la tutela efectiva de los jueces y
tribunales en el ejercicio de sus derechos e intereses legítimos, sin que, en ningún caso,
pueda producirse indefensión”.
2. “Asimismo, todos tienen derecho al Juez ordinario predeterminado por la ley, a la defensa
y a la asistencia de Letrado, a ser informados de la acusación formulada contra ellos, a un
proceso público sin dilaciones indebidas y con todas las garan- tías, a utilizar los medios de
prueba pertinentes para su defensa, a no declarar contra sí mismos, a no confesarse culpables
y a la presunción de inocencia.
1. “Nadie puede ser condenado o sancionado por acciones u omisiones que en el momento de
producirse no constituyan delito, falta o infracción administrativa, según la legislación vigente en
aquel momento”.
2. “Las penas privativas de libertad y las medidas de seguridad estarán orienta- das hacia la
reeducación y reinserción social y no podrán consistir en trabajos forzados. El condenado a pena
de prisión que estuviere cumpliendo la misma gozará de los derechos fundamentales de este
Capítulo (incluso a procurarse a sus expensas ciertas comodidades), a excepción de los que se
vean expresa- mente limitados por el contenido del fallo condenatorio, el sentido de la pena y
la ley penitenciaria. En todo caso, tendrá derecho a un trabajo remunerado y a los beneficios
correspondientes de la Seguridad Social, así como al acceso a la cultura y al desarrollo
integral de su personalidad”.
2. “La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto
a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales”.
3. “Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos
reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones”.
6. “Se reconoce a las personas físicas y jurídicas la libertad de creación de centros docentes,
dentro del respeto a los principios constitucionales”.
7. “Los profesores, los padres y, en su caso, los alumnos intervendrán en el con- trol y gestión de
todos los centros sostenidos por la Administración con fondos públicos, en los términos que la
ley establezca”.
10. “Se reconoce la autonomía de las Universidades, en los términos que la ley
establezca”.
2. “Se reconoce el derecho a la huelga de los trabajadores para la defensa de sus inte-
reses. La ley que regule el ejercicio de este derecho establecerá las garantías preci- sas para
asegurar el mantenimiento de los servicios esenciales de la comunidad”.
1. “Todos los españoles tendrán el derecho de petición individual y colectiva, por escrito,
en la forma y con los efectos que determine la ley”.
Con este último artículo finaliza la Sección 1.ª (De los derechos fundamen- tales
y de las libertades públicas), del Capítulo II (Derechos y libertades), del Título
I (De los derechos y deberes fundamentales), de la Constitución Española;
entramos ahora pues en la Sección 2.ª (De los derechos y debe- res de los
ciudadanos).
– Servicio militar. Lo contempla como un “derecho-deber” el art. 30 CE, si bien es cierto que,
la actualización nos ha llevado a una supresión del servicio militar obligatorio, yendo a la
formación y mantenimiento de un Ejército enteramente pro- fesional, más reducido y mejor
dotado, y así se enuncia:
2. “La ley fijará las obligaciones militares de los españoles y regulará, con las debidas
garantías, la objeción de conciencia, así como las demás causas de exención del servicio
militar obligatorio, pudiendo imponer, en su caso, una prestación social sustitutoria”.
4. “Mediante ley podrán regularse los deberes de los ciudadanos en caso de grave
riesgo, catástrofe o calamidad pública”.
4.1. DERECHOS Y DEBERES DE LOS CIUDADANOS
– Deberes tributarios
Conforme al art. 31 CE:
2. “El gasto público realizará una asignación equitativa de los recursos públicos, y su
programación y ejecución responderán a los criterios de eficiencia y economía”.
– Derecho del hombre y la mujer a contraer matrimonio con plena igualdad jurídica
Según el art. 32 CE:
1. “El hombre y la mujer tienen derecho a contraer matrimonio con plena igualdad jurídica”
2. “La ley regulará las formas de matrimonio, la edad y la capacidad para con- traerlo, los
derechos y deberes de los cónyuges, las causas de separación y disolución y sus efectos”.
2. “La función social de estos derechos delimitará su contenido, de acuerdo con las
leyes”.
3. “Nadie podrá ser privado de sus bienes y derechos sino por causa justificada de utilidad
pública o interés social, mediante la correspondiente indemnización y de conformidad con lo
dispuesto por las leyes” (Es la llamada “expropiación forzosa”).
Se abandona la concepción liberal del derecho de propiedad como algo absoluto, no sujeto
a limitaciones, y así toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su
titularidad está sujeta al interés general. En cuanto a la vivienda, nuestra legislación regula la
utilización del suelo también de acuerdo con el interés general para intentar impedir la
especulación, y haciendo partícipe a la Comunidad de las plusvalías que genere la acción
urbanística de los Entes públicos.
– Derecho de fundación
1. “Se reconoce el derecho de fundación para fines de interés general, con arreglo a la
ley”.
2. “Regirá también para las fundaciones lo dispuesto en los apartados 2 y 4 del art.
22” (después de recordar que las fundaciones se definen como “organiza- ciones
constituidas sin ánimo de lucro que, por voluntad de sus creadores, tienen afectado de modo
duradero su patrimonio a la realización de fines de interés general”, recordamos que los
mencionados apartados equiparan a estos efectos las asociaciones con las fundaciones, y
por la tanto serán ilegales las que persi- gan fines o utilicen medios tipificados como delito, y
que sólo podrán ser disuel- tas o suspendidas en sus actividades en virtud de resolución
judicial motivada).
– Derecho-deber al trabajo
– Colegios profesionales
El art. 36 CE, señala que: “La ley regulará las peculiaridades propias del régimen jurídico de los
Colegios Profesionales y el ejercicio de las profesiones tituladas. La estructura interna y el
funcionamiento de los Colegios deberán ser democráticos”.
1. “La ley garantizará el derecho a la negociación colectiva laboral entre los repre-
sentantes de los trabajadores y empresarios, así como la fuerza vinculante de los
convenios”.
4.2.
LOS PRINCIPIOS RECTORES DE LA POLÍTICA SOCIAL Y
ECONÓMICA
2. “Los poderes públicos aseguran, asimismo, la protección integral de los hijos, igua- les éstos
ante la ley con independencia de su filiación, y de las madres, cualquiera que sea su estado
civil. La ley posibilitará la investigación de la paternidad”.
3. “Los padres deben prestar asistencia de todo orden a los hijos habidos dentro o fuera del
matrimonio, durante su minoría de edad y en los demás casos en que legalmente proceda”.
4. “Los niños gozarán de la protección prevista en los acuerdos internacionales que velan por
sus derechos”
1. “Los poderes públicos promoverán las condiciones favorables para el progreso so- cial y
económico y para una distribución de la renta regional y personal más equi- tativa, en el
marco de una política de estabilidad económica. De manera especial realizarán una política
orientada al pleno empleo”.
2. “Asimismo, los poderes públicos fomentarán una política que garantice la formación y
readaptación profesionales; velarán por la seguridad e higiene en el trabajo y ga- rantizarán
el descanso necesario, mediante la limitación de la jornada laboral, las vacaciones
periódicas retribuidas y la promoción de centros adecuados”.
Derecho a la Seguridad Social
“Los poderes públicos mantendrán un régimen público de Seguridad Social para todos
los ciudadanos, que garantice la asistencia y prestaciones sociales suficientes ante situa-
ciones de necesidad, especialmente en caso de desempleo. La asistencia y prestaciones
complementarias serán libres”.
Derechos económicos y sociales de los trabajadores españoles en el extranjero
“El Estado velará especialmente por la salvaguardia de los derechos económicos y sociales
de los trabajadores españoles en el extranjero, y orientará su política hacia su retorno”.
2. “Compete a los poderes públicos organizar y tutelar la salud pública a través de medidas
preventivas y de las prestaciones y servicios necesarios. La ley establecerá los derechos y
deberes de todos al respecto”.
1. “Los poderes públicos promoverán y tutelarán el acceso a la cultura, a la que todos tienen
derecho”.
1. “Todos tienen el derecho a disfrutar de un medio ambiente adecuado para el desa- rrollo de la
persona, así como el deber de conservarlo”
2. “Los poderes públicos velarán por la utilización racional de todos los recursos na- turales,
con el fin de proteger y mejorar la calidad de vida y defender y restaurar el medio ambiente,
apoyándose en la indispensable solidaridad colectiva”.
3. “Para los que violen lo dispuesto en el apartado anterior, en los términos que la ley fije se
establecerán sanciones penales o, en su caso, administrativas, así como la obligación de
reparar el daño causado”.
“Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los
poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas
pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo
con el interés general para impedir la especulación. La comunidad participará en las
plusvalías que genere la acción urbanística de los entes públicos”.
Derechos de la juventud
“Los poderes públicos promoverán las condiciones para la participación libre y efi- caz de la
juventud en el desarrollo político, social, económico y cultural”.
“Los poderes públicos realizarán una política de previsión, tratamiento, rehabili- tación e
integración de los disminuidos físicos, sensoriales y psíquicos, a los que prestarán la
atención especializada que requieran y los ampararán especialmente para el disfrute de los
derechos que este Título I otorga a todos los ciudadanos”.
1. “Los poderes públicos garantizarán la defensa de los consumidores y usuarios, pro- tegiendo,
mediante procedimientos eficaces, la seguridad, la salud y los legítimos intereses económicos
de los mismos”.
3. “En el marco de lo dispuesto por los apartados anteriores, la ley regulará el comer- cio interior y
el régimen de autorización de productos comerciales”.
Organizaciones profesionales
El art. 52 CE, prescribe que: “La ley regulará las organizaciones profesionales que
contribuyan a la defensa de los intereses económicos que les sean propios. Su estructura
interna y funcionamiento deberán ser democráticos”.
5. GARANTÍAS Y SUSPENSIÓN DE LOS DERECHOS Y LIBERTADES
53 y 54 CE.
Dice el art. 53.1. “Los derechos y libertades reconocidos en el Capítulo Segundo del
Título Primero (Derechos fundamentales y libertades públicas) vinculan a todos los poderes
públicos. Sólo por ley, que en todo caso deberá respetar su contenido esencial, podrá re-
gularse el ejercicio de tales derechos y libertades que se tutelarán de acuerdo con el art.
Art. 53.2. “Cualquier ciudadano podrá recabar la tutela de las libertades y derechos
reconocidos en el artículo 14 (Igualdad ante la Ley), y la Sección 1.ª (De los
derechos fundamentales y de las libertades públicas), del Capítulo Segundo (Derecho y
libertades), ante los Tribunales ordinarios por un procedimiento basado en los principios de
preferencia y sumariedad y, en su caso, a través del recurso de amparo ante el Tribunal
Constitucional. Este último recurso será aplicable a la objeción de conciencia reconocida
en el art. 30”.
Art. 55.1. “Los derechos a la libertad y seguridad personal (art. 17), inviolabilidad del
domicilio (art. 18.2), y secreto de las comunicaciones (art. 18.3), libertad de residencia
y circulación (art. 19), libertad de expresión e información (art. 20, apartados 1.a 1.d;
y 5), de reunión y manifestación (art. 21), a la huelga (art. 28.2), y a la adopción
de medidas de conflicto colectivo (art. 37.2), podrán ser suspendidos cuando se
acuerde la declaración del estado de excepción o de sitio en los términos previstos
en la Constitución. Se exceptúa de lo establecido an- teriormente el derecho de
información al detenido de sus derechos, razones de su detención y asistencia de
Letrado en las diligencias policiales y judiciales (art. 17.3), para el supuesto de
declaración del estado de excepción”.
Art. 55.2. “Una ley orgánica podrá determinar la forma y los casos en los que, de forma individual
y con la necesaria intervención judicial y el adecuado control parla- mentario, los derechos de
plazo máximo de setenta y dos horas para ser puesto el detenido en libertad o a disposición de la
Autoridad Judicial (art. 17.2), a la invio- labilidad del domicilio (art. 18.2), y al secreto de las
comunicaciones (art. 18.3), pueden ser suspendidos para personas determinadas, en relación
con las investiga- ciones correspondientes a la actuación de bandas armadas o elementos
terroristas”.
A los estados de alarma, excepción y sitio, se refiere el art. 116 CE, con el siguien- te
contenido:
Art. 116.1. “Una ley orgánica regulará los estados de alarma, de excepción y de sitio, y las
competencias y limitaciones correspondientes” (Ya fueron regulados por la Ley Orgánica
4/1981, de 1 de Junio).
Art. 116.2. “El estado de alarma será declarado por el Gobierno mediante Decre- to acordado en
Consejo de Ministros por un plazo máximo de quince días, dando cuenta al Congreso de los
Diputados, reunido inmediatamente al efecto y sin cuya autorización, por mayoría simple, no
podrá ser prorrogado dicho plazo. El Decreto determinará el ámbito territorial a que se
extienden los efectos de la declaración”.
Efectuada la declaración, como hemos dicho con mención expresa de los artículos de
la Constitución que quedan en suspenso, la Autoridad Gubernativa podrá en base a ello:
1.º Detener a cualquier sospechoso de alteración del orden hasta un máximo de diez
días, dando cuenta al Juez.
2.º Disponer registros domiciliarios, con garantías formales pero sin necesidad de au-
torización judicial. Se dará cuenta al Juez.
6.º Suspender todo tipo de publicaciones (prensa, radio, televisión, etc.), sin que ello
suponga llevar aparejado ningún tipo de censura previa.
7.º Imponer autorización previa a las reuniones o prohibir su celebración, excepto las
de carácter orgánico de partidos políticos, sindicatos y asociaciones empresariales.
Art. 116.4. “El estado de sitio será declarado por la mayoría absoluta del Congreso de
los Diputados, a propuesta exclusiva del Gobierno. El Congreso determinará su ámbito
territorial, duración y condiciones”.
Este estado se declara cuando se produzca o haya amenaza de producirse una insu-
rrección o acto de fuerza contra la soberanía o independencia de España, que no pueda
resolverse por otros medios; la declaración podrá autorizar, además de lo previsto para los
estados de alarma y excepción, la suspensión temporal de las garantías jurídicas del
detenido que se reconocen en el art. 17.3 CE. Se designará por el Gobierno, y bajo su
dirección, la Autoridad militar que haya de ejecutar las medidas oportunas, que a su vez
informará a la población a través de los Bandos que procedan de acuerdo con las leyes,
pudiéndose determinar el sometimiento de determinados delitos a la competencia de la
jurisdicción militar.
También, en base al art. 115.5 CE: “No podrá proceder a la disolución del Congreso
mientras estén declarados algunos de los estados comprendidos en el presente artículo,
quedando automáticamente convocadas las Cámaras si no estuvieren en período de sesio-
nes. Su funcionamiento, así como el de los demás poderes constitucionales del Estado, no
podrán interrumpirse durante la vigencia de estos estados. Disuelto el Congreso o expirado
su mandato, si se produjere alguna de las situaciones que dan lugar a cualquiera de dichos
estados, las competencias del Congreso serán asumidas por su Diputación Permanente”.
Por último hay que hacer constar que: “La declaración de los estados de alarma, de
excepción y de sitio no modificarán el principio de responsabilidad del Gobierno y de sus
agentes reconocidos en la Constitución y en las leyes” (art. 116.6 CE).
Por ello, en la Constitución Española de 1978, por primera vez en nuestra Historia, y
siguiendo el precedente del Derecho Político Escandinavo, donde esta figura se la conoce
como “Ombudsman” (no queremos entrar en la noche de los tiempos con figuras de rai-
gambre hispana, como el Justicia Mayor de Aragón, y otras similares), se ha creado la
figura del “Defensor del Pueblo”, cuya Institución está regulada en la Ley Orgánica 3/1981,
de 6 de abril, modificada por la LO 2/1992, de 5 de marzo, que desarrollan el art. 54 de la
CE. Según esto, el Defensor del Pueblo es un Alto Comisionado de las Cortes Generales,
designado por estas para la defensa de los derechos contenidos en el Título I de la CE, a
cuyo efecto podrá supervisar la actividad de la Administración, dando cuenta a las Cortes
Generales. Su Reglamento fue modificado sustancialmente por Resolución de la Mesa del
Congreso de los Diputados y Senado, el 21 de abril de 1992, con independencia de otras
referencias modificativas de menor calado.
Respecto a su cese podrá serlo por alguna de las siguientes causas: a) Renuncia; b) Muerte o
incapacidad sobrevenida; c) Expiración del plazo de su nombramiento (5 años con posibilidad de
prórroga); d) Actuar con notoria negligencia en el cumplimiento de sus obligaciones y deberes del
cargo, y e) Haber sido condenado, mediante sentencia firme, por delito doloso.
Todos los poderes públicos están obligados a auxiliar al Defensor del Pueblo cuando este lo
solicite en las investigaciones que realice en relación con las quejas que reciba, que le podrán
dirigir los particulares interesados por escrito, con su firma e indicación de su nombre, apellidos y
domicilio, en papel común y en el plazo máximo de un año, contado a partir del momento en que
tuviera conocimiento de los hechos objeto de las mismas, sin necesidad de valerse de Abogado ni
Procurador, y como no podía ser de otra manera, su tarea es totalmente gratuita.
En relación con los poderes legislativo, ejecutivo y judicial, podrá llevar a cabo lo si- guiente:
1.º Podrá sugerir al órgano legislativo, o al administrativo, en su caso, que modifique una norma, si
estuviese convencido de que su cumplimiento pudiera dar lugar a situaciones de injusticia o perjuicio
para los ciudadanos.
2.º Podrá investigar las quejas ciudadanas que le llegasen en relación con un supuesto incorrecto en el
funcionamiento de las Administraciones civil, militar o autonómica.
3.º Velar por el correcto funcionamiento de la Justicia, dando cuenta de las posibles anomalías al Ministerio
Fiscal y al Consejo General del Poder Judicial.
El Defensor del Pueblo puede actuar por excitación de la parte ofendida o bajo su propia
iniciativa de oficio, estando legitimado para la interposición, ante el Tribunal Consti- tucional, de los
respectivos recursos de amparo e inconstitucionalidad.
Recibida y comprobada una queja, se puede dirigir a las autoridades competentes co-
rrespondientes, y si no fuere atendido las encauzará hacia el Ministro afectado, pudiendo dar cuenta
en su caso, en los informes que debe remitir a las Cortes Generales, con plena identificación de las
autoridades o funcionarios responsables de la desatención. En caso de que los hechos fuesen
urgentes o de especial gravedad, podrá remitir a las Cortes Genera- les el inmediato informe
extraordinario sin esperar en el tiempo al informe anual ordinario.