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Breve Reseña Historica del comercio en el mundo

Los orígenes del comercio se remontan a finales del Neolítico, cuando se descubrió la
agricultura. Al principio, la agricultura que se practicaba era una agricultura de
subsistencia, donde las cosechas obtenidas eran las justas para la población dedicada a los
asuntos agrícolas. Sin embargo, a medida que iban incorporándose nuevos desarrollos
tecnológicos al día a día de los agricultores, como por ejemplo la fuerza animal, o el uso de
diferentes herramientas, las cosechas obtenidas eran cada vez mayores. Así llegó el
momento propicio para el nacimiento del comercio, favorecido por dos factores:
• Las cosechas obtenidas eran mayores que la necesaria para la subsistencia de la
comunidad.
• Ya no era necesario que toda la comunidad se dedicara a la agricultura, por lo tanto
parte de la población empezó a especializarse en otros asuntos, como la alfarería o
la siderurgia.
Por lo tanto, los excedentes de las cosechas empezaron a
intercambiarse con otros objetos en los que otras
comunidades estaban especializadas. Normalmente estos
objetos eran elementos para la defensa de la comunidad
(armas), depósitos para poder transportar o almacenar los
excedentes alimentarios (ánforas, etc.), nuevos utensilios
agrícolas (azadas de metal...), o incluso más adelante
objetos de lujo (espejos, pendientes, etc).
Este comercio primitivo, no solo supuso un intercambio
local de bienes y alimentos, sino también un intercambio
global de innovaciones científicas y tecnológicas, entre
otros, el trabajo en hierro, el trabajo en bronce, la rueda, el
torno, la navegación, la escritura, nuevas formas de
urbanismo, y un largo etcétera. En la Península Ibérica este
periodo se conoce como el Orientalizante, por las continuas
influencias recibidas de Oriente. En este momento es
cuando surge la cultura ibérica.
Además del intercambio de innovaciones, el comercio también propició un paulatino
cambio de las sociedades. Ahora la riqueza podía almacenarse e intercambiarse. Empezaron
a aparecer las primeras sociedades capitalistas tal como las conocemos hoy en día, y
también las primeras estratificaciones sociales. En un inicio las clases sociales eran
simplemente la gente del poblado y la familia del dirigente. Más adelante aparecieron otras
clases sociales más sofisticadas como los guerreros, los artesanos, los comerciantes, etc.
El trueque
El trueque era la manera en que las antiguas civilizaciones empezaron a comerciar. Se trata
de intercambiar mercancías por otras mercancías de igual valor. El principal inconveniente
de este tipo de comercio es que las dos partes involucradas en la transacción comercial
tenían que coincidir en la necesidad de las mercancías ofertadas por la otra parte. Para
solucionar este problema surgieron una serie de intermediarios que almacenaban las
mercancías involucradas en las transacciones comerciales. Estos intermediarios muy a
menudo añadían un riesgo demasiado elevado en estas transacciones, y por ello este tipo de
comercio fue dejado de lado rápidamente cuando apareció la moneda.
Introducción de la moneda
La moneda, o dinero, en una definición más general, es un medio acordado en una
comunidad para el intercambio de mercancías y bienes. El dinero, no sólo tiene que servir
para el intercambio, sino que también es una unidad de cuenta y una herramienta para
almacenar valor. Históricamente ha habido muchos tipos diferentes de dinero, desde cerdos,
dientes de ballena, cacao, o determinados tipos de conchas marinas. Sin embargo, el más
extendido sin duda a lo largo de la historia es el oro.
El uso del dinero en las transacciones comerciales supuso un gran
avance en la economía. Ahora ya no hacía falta que las partes implicadas
en la transacción necesitaran las mercancías de la parte opuesta.
Civilizaciones más adelantadas, como los romanos, extendieron este
concepto y empezaron a acuñar monedas. Las monedas eran objetos
especialmente diseñados para este asunto. Aunque estas primitivas
monedas, al contrario de las monedas modernas, tenían el valor de la
moneda explícito en ella. Es decir, que las monedas estaban hechas de
metales como oro o plata y la cantidad de metal que tenían era el valor
nominal de la moneda.
El único inconveniente que tenía el dinero era que al ser un acuerdo dentro de una
comunidad, podía tener no sentido un dinero fuera de contexto. Por ejemplo, si el elemento
de intercambio de una comunidad eran dientes de ballena, aquellos dientes no tenían ningún
valor fuera de la comunidad. Por ello un poco más adelante surgió el concepto de divisa. La
divisa, ahora sí, es un elemento de intercambio aceptado en una zona mucho más amplía
que la propia comunidad. La divisa más habitual era el oro puro, aunque a lo largo de la
historia también han aparecido otros, como la sal o la pimienta. Las divisas facilitaron el
comercio intercontinental en gran medida.
Las rutas comerciales
A lo largo de la Edad Media, empezaron a surgir unas rutas comerciales transcontinentales
que intentaban suplir la alta demanda europea de bienes y mercancías, sobre todo de lujo.
Entre las rutas más famosas destaca la Ruta de la Seda, pero también había otros
importantes como las rutas de importación de pimienta, de sal o de tintes.
El comercio a través de estas rutas era un comercio directo.
La mayor parte de las mercancías cambiaban de propietario
cada pocas decenas de kilómetros, hasta llegar a las ricas
cortes europeas. A pesar de eso, estas primeras rutas
comerciales ya empezaron a hacer plantearse en los estados
la regulación de la importación. Incluso hubo momentos
que se prohibió el uso de la seda para la vestimenta en el
sexo masculino, con el fin de rebajar el consumo de este
caro producto.
Las Cruzadas fueron una importante ruta comercial creada
de manera indirecta. La ruta que se creó a raíz del
movimiento de tropas, suministros, armas, artesanos
especializados, botines de guerra, etc. reactivó la economía de muchas regiones europeas.
Este mérito se atribuye en parte al rey inglés Ricardo I Corazón de León, que al
involucrarse en la Tercera Cruzada consiguió importantes victorias comerciales para
Europa, como por ejemplo el restablecimiento de la Ruta de la Seda y la recuperación de
las rutas de la pimienta.
Surgimiento de la banca
Hacia finales de la Edad Media y principios del Renacimiento surgió en Europa un nuevo
concepto comercial: la banca. Una banca o banco era un establecimiento monetario con una
serie de servicios que facilitaban mucho el comercio. Los pioneros en esta área fueron
cambistas que actuaban en ferias anuales y básicamente se dedicaban a realizar cambios de
moneda cobrando una comisión. Estos cambistas fueron creciendo, hasta el punto que
aparecieron las grandes familias de banqueros europeas como los Médicis, los Fugger y los
Welser.
Otro de los servicios ofertados por los bancos era el transporte de dinero. Se podía ingresar
dinero en un establecimiento y después ir a otro
establecimiento del mismo banco y retirarlos, incluso entre
países diferentes. Este servicio en particular propició mucho el
comercio internacional en ferias, donde los comerciantes
podían volver a sus países de origen sin que su dinero corriera
el peligro de ser robado por salteadores de caminos.
Más adelante aparecieron otros servicios bancarios que también
ayudaron mucho a desarrollar el comercio, como el papel
moneda y la letra de cambio.
La era de los descubrimientos
Alrededor del año 1400, la disrupción del Imperio mongol y el crecimiento del Imperio
otomano provoca que todas las rutas de comercio europeas con el Este queden bloqueadas.
La búsqueda de nuevas rutas, el surgimiento del capitalismo mercante y el deseo de
explorar el potencial de una economía global, impulsó en Europa la era de los
descubrimientos.
Así pues, Europa se volcó en la búsqueda de nuevas rutas hacia la India con el fin de
restablecer la importación de especias. Pero finalmente, fueron Portugal y España los dos
países que obtuvieron el monopolio de estas rutas, gracias al trabajo de exploradores como
Cristóbal Colón, Vasco da Gama, Fernando de Magallanes o Juan Sebastián Elcano.
El descubrimiento de América por los europeos supuso otro paso en el comercio. El nuevo
flujo de oro que obtenían los españoles de manera "casi-gratuita" en América del Sur, saneó
y consolidó las redes comerciales y de capital europeas. La banca europea creció de una
manera exponencial y empezaron a surgir los grandes bancos europeos, como el Banco de
Ámsterdam, el Banco de Suecia o el Banco de Inglaterra.
El dominio español y portugués de las nuevas rutas establecidas, forzó a otras potencias
europeas, como Inglaterra y Países Bajos, a buscar rutas alternativas. Estos países se
dedicaron a explorar sistemáticamente los océanos Índico y Pacífico. Estas expediciones
comerciales fueron el comienzo del Imperio Británico.
Comercio transatlántico [editar]
Antes del siglo XIX las travesías transatlánticas entre América y Europa se hacían en
barcos de vela, lo cual era lento y a menudo peligroso. Con los barcos de vapor, las
travesías se convirtieron en más rápidas y seguras. Entonces empezaron en surgir grandes
compañías oceánicas con travesías muy frecuentes. Pronto, el hecho de construir el mayor
transatlántico, rápido o lujoso, se convirtió en un símbolo nacional.
Desde el siglo XVII en adelante, casi todas las travesías transatlánticas con destino
Norteamérica, el puerto de llegada era el de Nueva York. Pronto el comercio transatlántico
convirtió Nueva York en el primer puerto de Norteamérica, y como consecuencia, atrajo la
mayor parte de las futuras mercancías transatlánticas y todo el tráfico de pasajeros. Nueva
York se convirtió en la capital comercial de los Estados Unidos (EE.UU.) y una de las
ciudades más importantes del mundo. Además, la mayor parte de los inmigrantes que iban
de Europa a EE.UU., llegaban a Nueva York, con lo que esta ciudad también era el destino
de todos los famosos y ricos viajantes en cruceros de lujo, así como de los pobres
inmigrantes, que viajaban en las partes inferiores de estos barcos. Por lo tanto, aunque las
travesías transatlánticas podían realizarse entre cualquier parte de Europa y América,
siempre se asumía que el destino era Nueva York, a menos que no se indicara lo contrario.
Las innovaciones en el transporte [editar]

Antes de la revolución del transporte del siglo XIX, las mercancías de consumo tenían que
ser manufacturadas cerca del lugar de destino. Era económicamente inviable transportar
mercancías desde un lugar distante. Junto con la Revolución industrial se llevaron a cabo
una serie de innovaciones en el transporte que revitalizaron el comercio. Ahora las
mercancías podían ser manufacturadas en cualquier lugar y ser transportadas de una manera
muy barata a todos los puntos de consumo.
Una de las primeras aportaciones de la revolución del transporte fue el ferrocarril. Gran
Bretaña fue la pionera en este ámbito, y a consecuencia de eso, en la actualidad tiene la red
de ferrocarriles más densa del mundo. En España la primera línea de ferrocarril se
construyó en 1840 entre las poblaciones de Barcelona y Mataró
En otros lugares de Europa y de EE.UU., también tuvieron mucha importancia el transporte
fluvial. Se empezó a ensanchar y a profundizar muchos ríos con el fin de hacerlos
navegables. Y un poco más adelante en muchas regiones se empezaron a construir densas
redes de canales navegables.
Finalmente, la aparición del automóvil y la construcción sistemática de carreteras, provocó
que las mercancías se pudieran transportar justo al punto exacto de su consumo, es lo que
se conoce como distribución capilar de mercancías.
Globalización
La globalización, desde el punto de vista económico, es una
tendencia derivada del neocolonialismo que trata de hacer
una zona de libre comercio a nivel internacional. La
globalización nace como consecuencia de la necesidad de
rebajar costos de producción con el fin de dar la habilidad
al productor de ser competitivo en un entorno global.
Numerosos grupos pacifistas y ecologistas protestan en contra de esta tendencia, a favor de
otras políticas más proteccionistas. Otros grupos sindicalistas también se muestran
fuertemente opuestos a la globalización, pues las multinacionales trasladan puestos de
trabajo desde los países desarrollados hasta países del Tercer Mundo, con sueldos mucho
más bajos.

Organización Mundial del Comercio


Breve reseña historia de la Organización mundial del
comercio (OMC)
El GATT-General Agreement on Tariffs and Trade (Acuerdo General sobre Aranceles y
Comercio) fue creado en 1947 en La Habana, como respuesta al periodo de proteccionismo,
devaluaciones competitivas y controles de capitales del periodo de entreguerras que se
considera fue uno de los factores que llevó a la Segunda Guerra Mundial. Tras la adopción
de la Smoot-Hawley Tariff Act en Estados Unidos, que incrementó los aranceles
estadounidenses entre el 38%-52%, los socios comerciales de los EEUU le impusieron a
éste restricciones comerciales como medida de represalia. Esto provocó un efecto dominó
por el cual los flujos comerciales se desviaban a otros países, se tomaban medidas
proteccionistas en estos, y a su vez medidas de represalia adicionales.
Una vez concluida la guerra, los líderes políticos mundiales quisieron establecer una serie
de organizaciones internacionales que redujeran la posibilidad de que se repitiera de nuevo
el conflicto. Estas organizaciones internacionales fueron creadas para controlar las
relaciones internacionales y monetarias (Naciones Unidas y FMI) y para el control de las
relaciones comerciales (la Organización Internacional del Comercio, OIC).
Se consideró que un aumento del comercio incrementaría las rentas reales y que la garantía
de un acceso no discriminatorio a los mercados internacionales reduciría la posibilidad de
conflictos políticos o que las disputas comerciales pudieran crearlos.
El GATT fue el resultado de conversaciones entre 23 países (12 países industrializados y 11
en desarrollo)[3] que tuvieron lugar en paralelo a las conversaciones para la creación del
OIC. Las negociaciones que tuvieron lugar en La Habana en 1947 no dieron sus frutos
debido a la reticencia del Congreso de los Estados Unidos en ratificar el acuerdo.
Finalmente, el GATT fue el único resultado de los acuerdos y éste impulsó la reducción de
aranceles entre los Estados miembros.
A partir de aquí, y de acuerdo con el funcionamiento típico de los tratados, se sucedieron
una serie de rondas de negociación que iban cambiando o añadiendo determinados aspectos
al GATT. Por ejemplo, en 1962 se firmó el Multifibre Agreement que derogaba
determinadas restricciones cuantitativas en el sector textil de la aplicación de las
reducciones arancelarias (es decir, que en estos sectores no se aplicarían dichas
reducciones). Entre 1973 y 1979 se celebró la Ronda de Tokio.[4
Creación de la OMC
La Ronda de Uruguay (1986-1993) fue uno de los momentos más importantes dentro de las
negociaciones comerciales, resultando en la reintegración del sector agrícola y textil,
introducción de nuevas disciplinas en el sector servicios y de Propiedad Intelectual, así
como la creación de la OMC.
Así pues, la OMC fue creada el 1 de enero de 1995, sustituyendo al GATT, en la ciudad de
Ginebra, Suiza, donde aún mantiene su sede. Desde su creación, el GATT fue
explícitamente concebido como un acuerdo temporal que posteriormente formaría parte de
la OIC. Debido a que carecía de una estructura institucional, se decidió crear la OMC para
suplir estas deficiencias.
Las principales diferencias entre el GATT y la OMC son las siguientes:[5]
• Único contrato (single undertaking): El acuerdo de la OMC es un único contrato,
es decir, que todas sus provisiones se aplican a todos sus miembros (excepto por los
acuerdos Plurilaterales). Esta es una diferencia importante con respecto al GATT
dónde, principalmente los países en desarrollo, podían decidir si firmar o no un
acuerdo.
• Órgano de solución de diferencias (dispute settlement): En la OMC es casi
imposible bloquear la creación de Paneles para la resolución de disputas o la
adopción de informes, mientras que esto sí que era posible en el caso del GATT.
• Transparencia: La OMC tiene un mayor mandato para conseguir la transparencia y
vigilancia en sus funciones, principalmente a través de la creación del Mecanismo
de Revisión de las Políticas Comerciales (Trade Policy Review Mechanism).
• Liderazgo de la organización: Como reflejo del mayor alcance de la organización,
en lugar de designar un alto funcionario de uno de los Estados miembros (como era
tradición en el GATT), los Directores Generales de la OMC son figuras políticas, en
general ex-políticos.
• Funcionamiento: Mientras que en el GATT podía pasar una década sin encuentros
ministeriales, en la OMC, los firmantes deben reunirse por lo menos una vez cada
dos años.
Como se ha dicho, la OMC funciona básicamente mediante rondas de negociación de la
Conferencia Ministerial. Con posterioridad a la ronda fundacional de la OMC, la Ronda
Uruguay (1986-1993), se desarrollaron las siguientes Conferencias Ministeriales:
• 1996: 1ª, Singapur. Produce una Declaración Ministerial y otra sobre comercio de
productos de tecnología de la información (esta última firmada por 18 miembros)
• 1998: 2ª, Ginebra. Produce una Declaración Ministerial y otra sobre comercio
electrónico.
• 1999: 3ª, Seattle (también conocida como Ronda del Milenio). La reunión fracasa
por las protestas masivas (ver: La batalla de Seattle) y no produce ninguna
declaración.
• 2001: 4ª, Doha. Produce varias declaraciones y decisiones conocidas como
"Programa de Doha".
• 2003: 5ª, Cancún. No logra acordar ninguna declaración debido al desacuerdo de
los países desarrollados con la posición del G-21 (integrado por países del Sur)
reclamando la eliminación de los subsidios agrícolas en países desarrollados.
• 2005: 6ª, Hong Kong. Se aprueba una Declaración Ministerial y una Lista de
Preguntas a los Ministros que incluye 5 puntos directamente referidos al
proteccionismo en la agricultura, y otros 3 sobre productos no agrícolas.
Acuerdos [editar]
La OMC administra unos 60 acuerdos. Algunos de los más importantes son:[6]
• Acuerdo General sobre Comercio y Aranceles (GATT en inglés)
• Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios AGCS (GATS en inglés)
• Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados
con el Comercio ADPIC (TRIPS en inglés)
• Acuerdo sobre Medidas Sanitarias y Fitosanitarias
• Acuerdo sobre Obstáculos Técnicos al Comercio

¿Qué son tratados de libre comercio?


El Tratado de Libre Comercio, es un conjunto de reglas que los países acuerdan para
vender y comprar productos y servicios en América del Norte.
Se llama "zona de libre comercio", porque las reglas que se disponen definen cómo y
cuándo se eliminarán las barreras arancelarias para conseguir el libre paso de los
productos y servicios entre las naciones participantes; esto es, cómo y cuándo se
eliminarán los permisos, las cuotas y las licencias, y particularmente las tarifas y los
aranceles, siendo éste uno de los principales objetivos del Tratado. Además el TLC
propugna la existencia de "condiciones de justa competencia" entre las naciones
participantes y ofrece no sólo proteger sino también velar por el cumplimiento de los
derechos de propiedad intelectual.

Que es el Tratado de libre comercio (TLC)


Un tratado de libre comercio (TLC) consiste en un acuerdo comercial regional o bilateral
para ampliar el mercado de bienes y servicios entre los países participantes. Básicamente,
consiste en la eliminación o rebaja sustancial de los aranceles para los bienes entre las
partes, y acuerdos en materia de servicios. Este acuerdo se rige por las reglas de la
Organización Mundial del Comercio (OMC) o por mutuo acuerdo entre los países
participantes.
Un TLC no necesariamente conlleva una integración económica, social y política regional,
como es el caso de la Unión Europea, la Comunidad Andina, el Mercosur y la Comunidad
Sudamericana de Naciones. Si bien estos se crearon para fomentar el intercambio
comercial, también incluyeron cláusulas de política fiscal y presupuestario, así como el
movimiento de personas y organismos políticos comunes, elementos ausentes en un TLC.
Históricamente el primer TLC fue el Tratado franco-británico de libre comercio) (o Tratado
de Cobden-Chevalier) firmado en 1860 y que introduce también la cláusula de nación más
favorecida.
Objetivos oficiales de un TLC [editar]
Los principales objetivos de un TLC son:
• Eliminar barreras que afecten o mermen el comercio.
• Promover las condiciones para una competencia justa.
• Incrementar las oportunidades de inversión.
• Proporcionar una protección adecuada a los derechos de propiedad intelectual.
• Establecer procesos efectivos para la estimulación de la producción nacional.
• Fomentar la cooperación entre países amigos.
• Ofrecer una solución a controversias.

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