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Dios te puso a un ser humano a cargo y eres tu mismo.

A ti debes hacerte libre


y feliz. Despus podrs compartir la vida verdadera con los dems Facundo
Cabral

Siempre hay un maana y la vida nos da otra oportunidad para hacer las cosas
bien, pero por si me equivoco y hoy es todo lo que nos queda, me gustara
decirte cuanto te quiero, que nunca te olvidar. - Gabriel Garca Mrquez

El rbol Bello

Antonio fue con su abuelo a hacer la compra al mercado de la ciudad.


En los puestos del gran mercado haba multitud de cosas: verdura,
carne, peces, naranjas, balones, cubos para la playa y tambin rboles.
En ese tenderete fue donde se par el abuelo Nicanor. El abuelo tocaba
con sus manos las hojas de un viejo rbol al que miraba embelesado:
- Abuelo! Vamos a ver los coches de aquel puesto del fondo.
- No, Antonio. Espera un momento, quiero comprar una planta para
nuestro jardn y estoy a punto de elegir este rbol.
- Este no abuelo! Es muy feo y tiene un color raro.
El abuelo le contest sonriente:
- Ay pequeo Antonio! Si esperas un tiempo este rbol ser muy
hermoso. Solo necesita paciencia y cario.
Antonio levant los hombros en un gesto de no saber de qu le hablaba
su abuelo mientras ste pag el rbol y entre los dos lo llevaron a casa.
Desde ese da el abuelo regaba el pequeo arbolito todas las maanas
con gran cario, quitndole las hojas secas y vigilando que los perros no
escarbaran en la tierra. El nio daba un paseo por el jardn y miraba al
resto de los rboles que le parecan mucho ms grandes y bonitos que
ese.
Al cabo de varias semanas el rbol empez a perder sus hojas oscuras y
se fue cubriendo de verdes hojas nuevas. Pasado ms de un mes
Antonio sali al jardn como de costumbre a jugar a ftbol. Le dio una
patada tan fuerte al baln que este sali volando por los aires hasta
quedar a los pies de un frondoso rbol de tronco duro y marrn,
preciosas florecillas rosas y enormes hojas verdes.
El nio no pudo evitar sonrer y empezar a gritar:
- Abuelo! Sal abuelo! Ven a ver esto!
- Qu quieres Too? Nicanor se acerc a su nieto con paso lento-.
- Mira que bonito.

- S que lo es, s.
- Qu bien huelen sus flores! Voy a cortar una para el jarrn de la
abuela.
- Ves Antonio? No debemos juzgar las cosas por su aparienciaTienes
que aprender que la belleza de las cosas, al igual que la de las personas,
est en su interior .
Autor: Silvia Garca
Edades: Todas las edades
Valores: paciencia, no juzgar por las apariencias

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