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El vocablo ‘estado’ —que escribimos con miniscula para distinguirlo de ‘Esta do! (vEAsE)— designa el modo de ser de una realidad, la situacién en que se halla una realidad. El estado es el hecho de estar, es decir, de ha- arse en una cierta situacién © condi- cidn, de encontrarse en un cierto mo- ‘estado! para tra- (Ease) aristotélica keio8ar (como ‘echado’, 'sentado’) Esta categoria es traducida también por ‘situacién’ o ‘postural. Podria mismo emplearse ‘estado’ para tradu- cir la aristotélica aoe (como ‘cortado). Esta categori mismo traducida por ‘pasion’. La p sibilidad de emplear el mismo térmi- no para traducir varias categorias indica que hay varios modos de " EST modos de Pero a la vez puede admitirse far" como un modo distinto del ce". Como ha indicado Juliin Ma s (Ensayos de convivencia. 1955, reimp. en Obras completas, Il (1959 pigs. 172-3), el uso (y, ademas, la posibilidad de frecuencia del uso) del verbo ‘estar’ en espaiiol permite ex- presar conceptos que quedan velados, © por lo menos, no suficientemente claros en idiomas que no poscen la clara distincién entre ‘ser’ y ‘estar’ Asi, por ejemplo, el estar" y varias, locuciones en las cuales interviene tar’ (como ‘estar en, ‘estar a, ‘estar abocado al, ete. ete.) hacen posible, entre otras cosas, dar mayor preci na la idea heideggeriana del Da- sein (Véase DASEIN, EXISTENCIA) en cuanto "estar" puede analizarse y. a la vez, enriquecerse, en comparacion te-con las ideas del "ser", del "del "ser tal o cual" y otras En su forma sustantiva, el vocablo ‘estado! podria en principio dar gran juego en comparacién y contraste con los vocablos ‘esencia’ esta palabra para las citadas categorias a la situacién 0 postura, © sea (como ocure con especial frecuencia) la (décima) categoria de la "pasion" "habito” En cl articulo Situacién (VASE) hemos aludido al uso medieval de Status, que es, segin Renato Lazzari- ni, un antecedente del concepto a tual (o de algunos de los conceptos actuales) de "situacién". Agregamos aqui que el término status ha sido empleado frecuentemente en la Edad Media en relacién con expresiones co- mo status naturae, "estado de Natura- leza", que ha tenido un sentido teolégico y también un sentido antro- polégico. De un modo preciso ha d finido Duns Escoto (apud E. Gilson, Jean Duns Scot [1952], pag. 61) el "estado" (status) como’ una perma: nencia estable asegurada por las leyes de Ia sabiduria divina (stabilis per- manentia legibus divinae sapientiae firmata). Las entidades se hallan en el estado que corresponde a su natu- raleza en cuanto ha sido establecida, y afirmada, por la sabiduria de Dios. 581 EST En cierto sentido se puede decir en- tonces que el ser de cada cosa es pro- piamente (y hasta formalmente) su "estado" o su "estar" Las ideas sobre el status naturae 0 tado de Naturaleza" —es decir, al supuesto estado natural del_hombre antes de la sociedad— han abundado en Ia época moderna; nos hemos refe- rido a esta cuestién en articulos tales como CONTRATO SOCIAL y JUSNATU- RALISMO (y también GRocio [HUGO], HOBBES [THOMAS] y ROUSSEAU [JEAN- Jacques] ). ‘Agreguemos que el término 'esta- do’ aparece en algunos autores ingle- ses en un sentido bastante preciso en la expresin state of affairs. El state of affairs es "lo que al caso" en cuanto correlato de una proposicién y es, pues, equivalente al alemin Sachver- halt, cmpleado en sentidos parecidos por Husserl y "Wittgenstein (la expre- sion Sachverhalt en el Tractatus 2.01 ha sido traducida justamente por state of affairs). El state of affairs © estado de cosas es, en cierto modo, tun hecho (VEASE), siempre que éste sea interpretado no como el ser del h ino justamente como su "es tar" 0 “estar siendo” (lo que como es). ESTAR. Véase ESTADO (STATUS), ESTAR; EXISTENCIA, SER ESTETICA. En tanto que derivada de dio®nots, sensacién, Kant llama Es- tética trascendental a la “ciencia de todos los principios a priori de la sensibilidad” (K.r.V., B35 / A 21). En la "Estética trascendental” asi entendida, considera Kant, en primer lugar, la Sensibilidad separada del en- tendimiento, y, en segundo término, separa de la intuicién todo lo que otal quedarnos sélo con la intuicién pura y con la forma del fendmeno, que es lo tnico que Ia sensibilidad puede dar @ priori" (op. cit, B36! A 22). La “Estética trascendental” se distingue de la "Logica trascendental", que exa- mina los principios del entendimiento puro, y poco tiene, por tanto, que ver con lo que en la actualidad se ama estética, ciencia de lo bello o filosofia del arte. En este iiltimo sentido, el término ‘estética’ fue empleado por Alexander Baumgarten (VEASE) y des- de entonces la estética ha sido consi- derada como una disciplina filoséfica sin que ello excluya la existencia de reflexiones y aun de sistemas estéticos EST en la anterior filos capital de la e: Baumg: EL_problema garten, la estética, en cuanto theoria Tiberalium artium. gnoseologia infe- rior, ars pulchre cogitandi, ars analo-gi rationis, © la scientia_cognitionis sensitivae (desthetica, § 1). Es d el fin de la esiética es la perfectio cognitionis sensitivae, qua talis (ibid. 14). El problema fue ya dilucidado ‘en la Anligiiedad especialmente por mn, Aristoteles y Plotino, quienes, do de consideraciones estéticas mis 0 menos "puras", siguieron la antigua tendencia a la identificacién de lo bello con lo bueno en ta unidad de lo real perfecto, y, por lo tanto, al lo bello y no simplemente de averiguar cen detalie los problet icos, el valor de ta belleza a valores extras ticos_y particularmente a entidades metafiscas. La identificacion de lo moral, en particular de Shaftesbury, encuentra en algunas. direc i jones de tipo predominantemente ico, logic, psivvlogico 0 ‘gnoseolégico. Los gérmenes de esta estética como disciplina independiente se encuentran ya en gran nimero en Ia Antigiiedad y en la Edad Media, pero © una delimitacion “de axioldgicas. Mientras para B: lo estético era sélo, siguis tendencia general de la escu go inferior y confuso ente a lo consciente y raci sensitivae, Kant tratd el juicio estético al lado del teoldgico examinando lo ‘que hay de @ Lo que caracteriza al juicio reflexivo es, segin Kant, la finalidad, pero mientras ésta es objetiva en el juicio teoldgico propiamente dicho, que se refiere a lo orginico, es subjetiva en el juici estético, por cuanto la finalidad de forma del objeto es adecuada con specto al sujeto, lo que no significa precisamente con respecto al sujeto individual, sino a todo sujeto, con lo ‘cual puede Hamarse la unidad EST de la naturaleza subjetiva. El juicio es- es, pues, por lo pronto, un juicio de valor, distinto, por consiguiente, no sélo de los juicios de existencia sino también de los demas juicios axio- logicos, pero mientras en éstos hay salisfaccién de un desco corres sujeto, esto es, en el juicio estético por el cual encontramos algo bello, no hay satisfaceién, sino agrado des- earacteriza en el mismo sen- tido en que el juego es le actividad puramente desinter la compla- cencia sin finalidad stil © mor. es independiente Lo bello 3 reconacide Sbjct incre co mo un valor absoluto, sino que tiene sélo relacién con el sujeto; el hecho las distintas y contradictorias apre~ iaciones soore lo bello, no es, sin embargo, el producto de esta nevesa- ria referencia a la subjetividad, sino el hecho de que Ia actitud del sujeto sea siempre plena y —puramente sinteresada, dedicada a la contem- placién. La prioridad del juicio tético requiere, a pesar de su referen- cia al sujeto, el desprendimiento en éste de cuanto sea ajeno al desinte- rés ya la final va, de le est guida a través del siglo XIX y durante buena parte del actual por gran ni- vas con las objetivas o han ten: dido a una concepcién puramente axiolégica como, por otro lado, esti © ya preformada en el propio Kant. Considerada desde el sujeto, la tica ha side elaborada sobre todo atendiendo a lo que hace del juicio estético el producto de una vivencia, tanto si ésta es coneebida como oscura intuicién cuanto si es presentada como una clara aprehensién, como tuna mera contemplacién 0 como una proyeccién sentimental. En. cambio, la estética desarrollada desde el ob- jeto ha tendido particularmente tuna reduceién de lo de lo bello mediante. cs enos a él. Este es, por ejemplo, 0 del idealismo alemin cuando 582 EST Schelling reduce la belleza a la iden- tidad de los contrarios en el seno de lo Absoluto, a la sintesis de lo subje- tivo y objetivo, o cuando Hegel con- vierte lo bello en manifestacion de la Idea. Una tendencia andloga se revela en Schopenhauer al hacer del arte la revelacion s propia de las frente al hombre vulgar, el contempla snamente las objetivaciones de la Voluntad metal En las altimas décadas se han pro- puesto muchas definiciones de la es algunas de las cuales no han ino reformular en un nuevo egin Se consideren ivamente 1a naturaleza de los so el origen de los que guientes: 1a formalista y la intuido- nista, la psicoldgica y la sociolégica, axiolégica y la semidtica. Las con- ;pciones formalistas atienden exclu- la forma de los objetos en el sentido en el que hemos analizado el problema de lo formal en el articulo Formalismo 1 de los elementos puramente formales y han establecido una muy rigida linea divisoria entre la intui- cién estiética y la expresion (VEASE) de esta intuicién. Las concepciones el hecho de que han intentado cl significado de los juicios téticos all origen —individual_ y co- plejas —y sobre todo mis influyen- s— son las dos iltimas concepciones ‘mencionadas en nuestra lista: La. axio- ligica y la semidtica, por lo que nos extenderemos algo mis sobre cll: estética axiologica considera la este como la ciencia de un grupo de va- lores (lo bello, lo feo, lo ordenado, lo desordenado, lo alusivo, lo exp discusiones, paralelas a las que tenido lugar en EST lor (vEase) en general. En efecto, se ha examinado si los valores en ‘uestion son absolutas 0 relativos, si dependen del individuo 0 de la co- lectividad, si estén 0 no ligados a otros valores y cuestiones anélogas. Ha sido inevitable, pues, que se hayan reinsertado en a estética axiolégica los problemas tradicionales a que he- mos hecho ya referencia. En cuanto a la estética semidtica, considera la estética como una parte de la semi6- tica general, por lo que ha sido la- ‘mada a veces una semidtica no logi- a. Su principal misién es el an: de los lamados signos estéticos je6nicos, y su finalidad es la consi- deracién del objeto estético como un vehiculo de comunicacién. Hay que notar a este respecto que la estética semiotica no es forzosamente incom- patible con la estética axiolégica; al- ‘gunos autores han defendido la tesis de que una teoria estética completa se apoya tanto en la teoria de los signos como en una teoria de los valores. ‘A veces se distingue entre la esté- tica y la filosofia del arte. A veces se estima que las dos forman una sola disciplina. Si consideramos ahora el conjunto de los problemas que se plantean al tratadista de estética, po- ddemos dar (sin protensién exhaustiva) 5: la enumeracién siguiente: (1) La fi nomenologia de los procesos estéti- cos; (2) El andlisis del lenguaje es- tético comparado con los demis len- guajes; (3) La ontologia regional de los valores estéticos, cualquiera que sea el status ontolégico que se ads- criba a éstos; (4) El origen de los juicios estéticos: (5) La relacion entre forma y materia; (6) El estudio de la funcién de los juicios estéticos den- tro de la vida humana, y (7) El exa- men de la funcién de supuestos de indole estética en juicios no estéticos (como, por ejemplo, los de la ciencia) Obras sistemiticas generales, in- troducciones y tratados: F. Th.’ Vis- ther, Aetthethk oder Wissenschaft des ‘Schénen, 1847-1858, 6 vols. —G. Th. 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