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POLÍTICA ANALÍTICA

COORDINACIÓN GUBERNAMENTAL

Hace tan sólo unos años los diferentes niveles de Gobierno -órdenes de
gobierno- Federal, Estatal y Municipal eran “efectivamente coordinados”
por el nivel superior: El Federal. ¿La razón? Muy sencillo. Sólo existía el
mando “supremo” y único de la Federación. Era más que válida la sentencia
“Poder Absoluto, corrompe absolutamente” y, de esta manera, el poder
absoluto lo ejercía centralizadamente la Federación básicamente en la
persona del Presidente de la República quien, casi con pensarlo, daba las
instrucciones a “sus colaboradores” de todas las Estados y de ahí a los
municipios y regiones del país.

Muchos mexicanos hemos luchado muchos años -cada cual a su manera-


por alejarnos de ese modelo CENTRALISTA Y ABSOLUTO que solamente
permite a unos cuantos ejercer sus caprichos y realizar sus proyectos como si
fueran “iluminados”.

Algunos han decidido hacerlo desde la OPOSICIÓN y trabajan muy duro


para erradicar esas actitudes apoyados en la convicción de una sociedad más
abierta y autónoma. Otros lo hemos tratado de hacer desde dentro del
gobierno y, sin distingos del partido en el poder, hemos impulsado nuestros
principios y valores a través de proyectos incluyentes y más
descentralizados.

¿Qué sucede en la actualidad? Pues ya contamos con diferentes partidos


establecidos y dirigiendo los diferentes niveles u órdenes de gobierno.

Imagínense en Zacatecas: Un Presidente Municipal puede ser del PRI, el


Gobernador del PRD y el Presidente de la República del PAN. O en Oaxaca:
El presidente Municipal de la capital del Estado es de CONVERGENCIA, el
Gobernador del PRI y el Presidente de la República del PAN. ¡Así existen
muchos ejemplos en la actualidad porque así lo hemos querido los
Mexicanos!

¡Sí! Al ejercer nuestro derecho y responsabilidad de Votar estamos


determinando lo que queremos.

Ya hace algunos trienios que los Diputados Federales están más o menos
balanceados entre los tres partidos mayoritarios tradicionales y no existen
mayorías ABSOLUTAS. De esta forma, cuando el Ejecutivo desea hacer un
cambio a una ley o proponer algún decreto tiene que hacer una LABOR
POLÍTICA adecuada para lograr convencer a los partidos de oposición que
eso es lo mejor para el país y los Mexicanos -que es por lo que votamos- y
no lo que le conviene a su partido para mantenerse en el poder.

Es difícil, no cabe duda, el coordinar efectivamente estos modelos actuales


de operación política pero, por otro lado, nos da la seguridad que las cosas
se están haciendo con más vigilancia, con más cuidado, con mayor
consenso.

También hace falta más cultura y madurez política de los propios actores –
tanto del Legislativo como del Ejecutivo- ya que se acercan a negociar como
si fueran a un “Ring” en donde debe haber un vencedor y un vencido,
cuando lo que se debe buscar es el bienestar de la Nación.

Podríamos caer en el grave error de una actitud “pendular”: querer hacer


las “cosas fáciles” y buscar elegir a todos los funcionarios o gobiernos de los
tres niveles de UN SOLO PARTIDO y, curiosamente, volver a incurrir en lo
que justamente hemos estado tratando de evitar: regresar a los modelos
ABSOLUTOS que tanto daño nos causaron.

Muchas personas ya añoran las actitudes centralistas y dictatoriales que


tanto mal nos hicieron en otros tiempos y piden al gobierno actuar de
manera tajante en sus decisiones, aún a pesar de las leyes, para evitar que la
sociedad se exprese, proponga, critique...

Otros, mas inteligentemente, saben que estamos en un proceso de


TRANSICIÓN que aún no termina, que es inevitable y necesariamente
doloroso como cualquier parto, y que sólo con el compromiso y
participación activa de la sociedad civil superaremos los vicios de antaño y
accederemos a ese nuevo México plenamente plural y democrático por el
que tantos a lo largo de muchos años hemos venido luchando.

En 1997, durante mi campaña política a la Diputación Federal por el distrito


con cabecera en Córdoba, oía las voces de muchos ciudadanos quejarse o
señalar a los congresos vigentes como “levanta dedos” y “autómatas” del
presidente en turno. Decían que los diputados no hacen una tarea legislativa
efectiva pues lo que los movía eran únicamente los intereses del Ejecutivo
que, coincidentemente, eran los intereses del partido en el poder.

Hoy, sólo cinco años después, algunos piensan que los diputados deben ser
del mismo partido del Presidente para “ que lo dejen hacer lo que tenga que
hacer para cambiar las cosas”. ¿Por qué esa forma de pensar? Porque
llevamos meses escuchando que el Gobierno Federal no puede avanzar en la
transición ya que los partidos de oposición no lo dejan.

Pero por otra parte, en nuestro Estado, en el que la cámara de diputados es


mayoría del partido en el poder estatal, esas mismas personas dicen que no
es justo que se tomen las decisiones en beneficio de lo que desea el
Ejecutivo estatal.

Pongamos atención: Ya hemos tenido congresos Federales sin mayoría del


partido en el poder y los presidentes han tenido que “negociar” – hacer
política- para que los diputados aprueben sus reformas y leyes, sus
propuestas y decretos.

Me parece interesante la experiencia en mis giras como Secretario de


Desarrollo Económico a los Estados del GOLFO DE MÉXICO cuando
estábamos creando la aún existente CONFERENCIA DE
GOBERNADORES DEL GOLFO, en donde creamos un foro para analizar
siete temas de interés de los Estados vecinos -con frontera marítima- del
GOLFO. Sucede que platicando con algunos Secretarios de Desarrollo
Económico de la Unión Americana me decían: “Aquí la gente vota más por
las PERSONAS que por los PARTIDOS. Y cuando eligen a un Gobernador,
casi siempre votan por diputados locales de partido distinto”. Yo les
pregunté que por qué. A lo que me respondieron: “La gente piensa que de
esta manera logrará que los representantes populares defiendan los intereses
de la ciudadanía y no se coludan con las autoridades estatales para
dañarlos”. Yo expresé que si eso no dificultaba la maniobra del Ejecutivo y
me respondieron que al principio así había sido, pero que ya ahora el
diálogo, el acuerdo, la política se habían hecho efectivos.

¡Tiempo! Eso también hay que considerarlo. El tiempo nos hará madurar en
lo político para que México tenga un modelo de desarrollo de acuerdo a sus
necesidades. Es decir: Este paso NO NOS LO PODEMOS “SALTAR” y
toma TIEMPO.

Esta es una buena reflexión para las relaciones LEGISLATIVO Y


EJECUTIVO y lo debe ser para la relación GOBIERNO-SOCIEDAD CIVIL
y para los diferentes órdenes de Gobierno: No es posible que un alcalde de
un partido, como lo señalaba en ejemplos anteriores, no sepa “negociar” –
hacer política- con el Gobernador. O que un Gobernador no pueda lograr
objetivos nobles para su Estado con el Presidente o su gabinete y tengan que
“enfrascarse” en una serie de “dimes y diretes” que asustan a los
gobernados. O que la SOCIEDAD CIVIL se quede fuera de la toma de
decisiones del Gobierno, sea cual fuere su nivel.

Esos tiempos de PODER ABSOLUTO ya debieron de haber quedado atrás


y se lo demostramos a los políticos cuando VOTAMOS a FAVOR o en
CONTRA de su partido.

Esta semana, aquí en el TEC DE MONTERREY, se llevará a cabo una


reunión de funcionarios del Gobierno Estatal, Federal y Municipales
promovida por la organización denominada DIRCO –ya mencionada en
otras aportaciones de POLÍTICA ANALÍTICA- con el objetivo
precisamente de analizar la COORDINACIÓN DE LOS TRES ORDENES
DE GOBIERNO con la SOCIEDAD CIVIL. Es decir, ¿cómo lograr la tan
anhelada coordinación?

En una sola sesión es poco probable que se logre un análisis profundo, pero
los actores que fueron invitados son personajes de la política y seguramente
darán a conocer sus experiencias y contribuirán a que sepamos qué funciona
y qué no. Y de esta manera emprender un camino para que las propuestas de
la SOCIEDAD CIVIL sean tomadas en cuenta por los POLÍTICOS que, al
fin y al cabo, son parte de nuestra sociedad. ¿ O ya no?

JUAN FERNANDO PERDOMO es egresado del TEC DE MONTERREY.

Servidor público, Empresario y Político ( jperdomo@infosel.net.mx )

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