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2 PREPARACION DE LA S{NTESIS CRETICA [car. Todos estos conflictos derivan del choque de: los Principia . mathematica de Newton con la metafisica. leibniziana-wol- fiana ... Toda la historia del pensamiento alem4n se resume en estas oposiciones y Kant hard su aprendizaje de fildsofo mediténdolas y discutiéndolas durante veinte afios. § 2. Los primeros ensayos fisico-metafisicos [CE La deduccién 1, 87-92, 105-108, 117-122, 130-134, 190-193] Cuando Kant, joven de dieciséis afios, se ponia bajo la tutela de su ienhechor Schultze, la Universidad de Kénigsberg atravesaba un periodo relativamente tranquilo. Schultze supo realizar la unién personal del wolfianismo y del pietismo, y el racionalismo wolfiano podia, desde entonces, minar a su gusto el aristotelismo insignificante que habfa reinado alli hasta . ese momento. Llamé, en 1734,-a la cdtedra de filosofia y de fisica a Martin Knutzen, y Kant tuvo la buena fortuna de encontrar en este joven de veintitin afios un maestro audaz, trabajador, maravillosamente informado y que comprendia por afiadidura, los impulsos de la nueva juventud. Habia sos- tenido en 1735 una tesis titulada Systema causarum efficien- tium, consagrada a refutar la armonia preestablecida. A Leib- niz le importaba mucho esta doctrina, a Wolf bastante menos y a Knutzen nada. En Kénigsberg, por otra parte, se le habia adelantado en este camino un tal Marquardt. En el momento en que Knutzen intenta cerrar el debate interminable, él poeta Gottschedt, filésofo.a sus horas, y Reuss, dieron los filtimos golpes al mito leibniziano. Sin embargo, Knutzen ~ hacfa algo m4s que refutar. Desarrollé un sistema nuevo del influjo fisico que se apartaba considerablemente de la -efi- ciencia aristotélica a la que los fisicos habian dado ya el golpe de gracia. Nada asombroso. si la mecénica, el espacio, el idealismo (ano habia ‘objetado Foucher que el mundo externo es inttil éon la hipdtesis de Leibniz? ), iban a desempefiar su pequefio papel en el debate, y en 1756 Kant recordar4 adn en la Mo- nadologia physica, la tesis de Knutzen, cuyo contenido habla pasado, sin duda, a su ensefianza. . J PRIMEROS ENSAYOS FfsiCo-METAFISICOS 23 * Este wolfiano, discreto y libre, tendra como deber inculcar a Kant los primeros principios de la metafisica de Wolf, reve- ‘larle a Newton y proporcionarle el generoso apoyo de su juvenil entusiasmo, a costa de su persona y de su biblioteca. La ensefianza de Knutzen preparaba, a la vez, para la carrera filos6fica y para la cientifica, y hay que tener una muy alta idea de la ensefianza que impartia, si se consideran el grado de madurez y la amplitud de conocimientos que Kant mani- fiesta en este doble dominio con ocasién de su primer trabajo. Después de haber seguido puntualmente un plan de estudios bastante heteréclito bajo.la vigilancia de Schultze y con la franca colaboracién de Knutzen, Kant abandoné Ja Albertina ei 1746 con una disertacién escrita sobre Ja éstimacién de las fuerzas vivas, que publicaré en 1749 con el concurso de bienhechores lo bastante generosos para cargar con los gastos de impresién. He ahf a Kant, a la edad de veintidés afios, Janzado en el mundo, abrumado por la indigencia’ de su si- tuacién material y dotado de vastas ambiciones cientificas. En esta época la ambicién se conciliaba dificilmente con la indigencia y, a fin de procurarse previamente una cierta holgu- ta, ggndici6n de la independencia y de la libertad, Kant sé resigné al-preceptorado. Pasard asi desde 1747 hasta 1755, en Prusia Oriental, en diversas'casas de grandes burgueses y de aristécratas. Sin embargo, esté alejamiento deseado no se pare- ce a un exilio. Por el contrario, todo nos prueba que Kant man- _ tenia relaciones con los medios cientificos de su ciudad natal y que guardaba contacto permanente con la vida cientifica de Alemania. Por lo demas, un cierto misterio planea sobre el género de acupaciones que lo acaparan y sobre los objetos que retienen su atencién durante estos nueve afios solitarios. Si nos es permitido concluir de lo que nos serd revelado en 1755 acerca de esta época, podremos formarnos una idea general, aunque necesariamente vaga. a , Hay que creer que Kanit seguia, ante’ todo, su inclinacién por los éstudios fisicos. Publica en 1749 su disertacién doc- toral sobre las fuerzas vivas, pero decide inmediatamente déspués dar nuevo desarrollo a algunos puntos. Estos com- ptenderdn, ante todo, la discusién del problema de la plura- lidad de los mundos,’ tema que apasionaba al gran piblico europeo desde hacia cerca de'75 afios y que Kant liga al de 24 PREPARACION DE LA S{NTESIS cRfTICA - _[ear. la pluralidad en los tipos de espacio, y en Seeuida la conci- liacién de sus opiniones personales sobre las fuerzas con la, armonfa universal. Se ve hasta qué punto el recuerdo. de Knutzen permanece vivo en este proyecto. En 1755 en los Hamburger freyer Urieilen und Nachrichten aparecia una te sefia de la cosmogonia del inglés Wrigth, y en 1752 Kant: podia leer otra en el Hamburgischen Magazin sobre un libro de Bradley consagrado a un tema andlogo. Bajo su impulso,- Kant medita su Naturgeschichte [Historia de la naturaleza}- que ha terminado verosimilmente en 1754. Al mismo tiempo. decide enviar una Memoria a la Academia de Berlin sobre la rotacién de Ja tierra en torno‘a su eje. En lugar de diri-- girla a la Academia publicaré sus reflexiones en 1754 en_un. semanario de su ciudad natal y ocurrira lo mismo, en ¢] mes de septiembre del mismo ation con otra Memoria, donde se pregunta si la fisica permite decir que la tierra envejece. Habfa Hegado el momento, en 1754-55, de reintegrarse. a Kénigsberg y de volver a tomar el camino de la Universidad. En abril de 1755 obtiene el titulo de magister defendiendo una tesis fisica redactada en Jatin y titulada De igne, pero como deseaba habilitarse también para los cursos de filosofia fue obligado a defender, ademas, una tesis sobre un tema tomado de esta materia. El tema de la tesis fue Principionem primorum metaphisicee nova Dilucidatio, y aparecié en el mes de septiembre de 1755. Su deseo de ser rivet docent de filo: soffa demuestra hasta qué grado su interés por los estudios fisicos era poco exclusivo. El conflicto que 4 habia percibido. entre su propia teoria de las fuerzas y la armonia universal, era,en suma, un conflicto filoséfico y sabemos; por otra parte, . gracias a Reicke, que Kant pensé en tomar parte en un.con-_ curso de la Academia dé Berlin sobre et optimismo de Pope.: Pero en general no es dudoso que Knutzen haya orientado a su alumno hacia las ciencias exactas. Por otra parte, esta: orientacién se mantendré atin durante cierto tiempo. Después de su habilitacién Kant se dedicé a escribir algunos articulos.: . En 1756 discute acerca del terremoto de Lisboa, que habia, dejado una impresién tan profunda ent toda Europa; en el curso del mismo afio expone una teoria- bastante personal y. meritoria sobre los vientos. Todavia en 1756, con el fin de apoyar su candidatura para una cAtedra ordinaria, publica la 7 PRIMEROS ENSAYOS Fistco-METAF{sICOs B Monadologia physica. En 1757 anuncia oficialmente en pe programa impreso sus cursos sobre geografia fisica y sobre ‘ filosafia y, en Mein en 1758 dar su Neuer Lehrbegriff der Bewegung und Ruhe [Nueva concepeién del movimiento y el reposo]. rel hecha de su trabajo cientifico, este periodo de. su vida no tiene casi historia. Kant goza de una acogida favo~ rable cerca del mundo estudiantil y del publico cultivado de. la’ ciudad. Algunos hechos menudos' nos muestran que. -se adaptaba con facilidad a las sucesivas ocupaciones militares, tanto de los rusos como de los prusianos.- En resumen, el hijo de los pobres diablos de la Sattlergasse se elevaba poco a poco, a pesar de las barreras sociales existentes, a una situaci6n apreciable. La autoridad académica, le favorece menos: no encontrars pata él cdtedra definitiva antes de 1770: En cuanto ‘a lo demas, todo es leyenda: el Kant solitario que vivid como un: emnitafio y que nunca salié de los mites de la ciudad; el Kant cuya vida esté regulada’ como un mecanismo de relo- jeria; el Kant desprovisto de todo y muriendo de hambre. . Esto.es muy romantico y sélo tiene: la falla de ser falso. ~~ " Ninguna sensibilidad, sin duda, resiste al encanto o ala tristeza de las circunstancias, nada de asombroso tiene que el pensamiento. se resienta del ambiente sentimental. Sin® embargo, en Kant nada parece haber influido directamente sobre el curso de su pensamiento. Se ha repetido a menudo que Kant fue fisico’ antes de ser filésofo e incluso que sé hizo filésofo tinicamente por deber profesional. Eméneamente, me parece. Los Ifmites de la fisica y de la filosofia ; estaban generalmente confundidos y Kant abordé ‘siempie la fisica como filésofo. La predominancia metodoldgica da su fisono- mia propia a todas las disertaciones kantianas dé este perfodo. Las Lebendige Krafte [Fuerzas vivas] discuten principalmente, no la ‘estimacién matematica de las fuerzas vivas, sixio ek modus cognoscendi de esta estimacién. La Naturgeschichte concilia la explicacién mecanicista y la explicacién finalista del universo. La Monadologia physica Neva como __subtitulo: rea 4 Be metfsas unida a 1a geometria en ls fost naturc Y si aborda siempre 1a: fisica © como filésofo es con el’ fin, 26 FREPARAGION DE'LA siNTEsIs cRfTICA [oar claramente sefialado, de mostrar cémo, tainto en fisica como en metafisica, todo ‘depende del método. ‘Se ve de esta manera que, lejos de ser un campo de pre- dileccin que debia abandonar bajo el peso de las duras necesidades de la vida, la actividad fisico-matematica de Kant sé confunde con el gran —-osaré decir, con el dinico— proble- ma_-kantiano: el método de la metafisica. Una rapida ojeada sobre los escritos fisicos lo muestra con evidencia. Fue a instigacién de Kuutzen que Kant emprendié, en su disertacién doctoral, la conciliacién entre la férmula cartesiana (MV) y la f6rmula lebniziana (MV*) de las fuerzas. La solucién, falsa por otra parte, que Kant dio a su problema, no es lo que nos interesa. Importa notar con qué facilidad se mueve el joven Kant en una discusién fisica que habia cautivado la atencién de toda Europa, ver cémo esta admirablemente informado de todas las opiniones expresadas, excepto de la solucién dé D’Alembert que, por desgracia, era la unica bue- na, e importa seguir los reflejos de este problema fisico en la orientacién de su pensamiento. Kant atribuye, en efecto, las falsas estimaciones cartesiano-leibnizianas a un error de método, Esto lo lleva a buscar el verdadero modus edgnos- cendi.de estos dos pensadores, y el verdadero fin que persigue ¢s descubrir un método més apropiado. Este diltimo toma su punto. de partida de una diferenciacién cuidadosa de los dominios cientificos. Matematicas y fisica, mateméaticas ‘y filosofia responden 2 distintas necesidades, a diferentes tra- tamientos. La confusion de los métodos matemitico y fisico es- Ja verdadera causa de los errores a los cuales se expone la fisica deductiva. La generalizacién del método matematico conduce necesariamente a Ja falsa interpretacién cartesiana; el método fisico conduce a la formula de Leibniz. El cuerpo matematico, tinico que era accesible a Descartes, no conoce Ja fuerza viva; Leibniz, por su parte, la reconoce gracias a su dinamismo, pero mide falsamenite su valor por la via matemética, Kant, al establecer este valor, ve cudnto importa a la metafisica el distinguir con cuidado dos géneros de fuerzas, Es.a la metafisica, por otra parte, adonde llega finalmente, generalizando los puntos de vista metédicos expuestos en‘esta ocasién. Kant no est gatisfecho con el método de la metafisica q PRIMEROS ENSAYOs Ffsico-mETAFISICOS 27 seb que, por el deseo‘de ser eine grosse Weltweisheit [un an. sdber del mundo] descuida ser,’al mismo tiempo, eine erindliche [fandamental]. La ambicién de examiriar los mé- | todos usuales y la de refrenar el ardor de la metafisica por extenderse a costa siempre de la solidez: he ahi las condiciones que Adickes distingue, con justa razén, en la exigencia de soli- dez que Kant formula frente a los metafisicos contempori- neos. |Cudn wolfiano suena todo esto! Prosiguiendo la revision de sus trabajos fisicos vemos que, en todas partes, se manifiesta la misma valoracién del pro- blema metodolégico. La Naturgeschichte nos ofrece una pri- mera prueba. Kant no habfa preconizado en. su disertacién el método newtoniano como el medio de antemano seguro no caer mds.en errores semejantes a los de Descartes y Leib- niz. Sino que las meditaciones solitarias del preceptor habian dado sus frutos y emprende, en su cosmogonia, la narracién de la génesis del universo por medio sdlo del método new- toniano.- Por otra parte la hace preceder de un resumen de los principios de Newton dirigido a aquellos que podrian. ain ignorarlos. La historia del mundo ser4, pues, contada en un orden severamente mecanicista, determinada por las leyes na- turales. Pero estas leyes permanecen inexplicadas, a menos que se las ligue con un principio teleoldgico, y esta observa- cién permite conciliar a Newton con Leibniz. A medio camino entre los tedlogos, que ven en todas partes el dedo de Dios y hacen de la naturaleza un perpetuo milagro, y los. atecs que colocan el azar en el origen de todo, Kant trasciende la explicacién newtoniana del mundo, inoperante frente al orden. de las leyes (y también —digimosl de paso— frente a lo orginico), y esta trascendencia caracteriza la orientacién me- tafisica de un ensayo cosmogénico que no carece de grandeza. Todos los otros escritos fisicos estan igualmente basados en Newton. En el De igne, experiencia y geometria colaboran. estrechamente en la elucidacién de la naturaleza. La Mona- dologia physica, destinada a corregit a Leibniz por medio de Newton, es quiz4 el m4s notable de. los pequefios escritos de Kant en esta’ época. No persigue ya simplemente una conciliacién de los métodos cartesiano y newtoniano en la constitucién de la fisica, sino su colaboracién intima. Esta colaboracién permite resolver algunas dificultades y —estoy 28 ‘FREFARACION DE LA SiNTESIS CRETICA car. tentado de decir— algunas antinomias, que resultan de su aplicacién’ separada. La metafisica de que habla Kant es la . monadologia con sus elementos simples e indivisibles como constituyentes ultimos, mientras que la geometria preconiza la divisibilidad al infinito de la materia. Kant ha seguido de cerca el prolongado debate que se habia suscitado en. torno a las paradojas de lo infinito y va.a darle una solucién acep- table para los dos partidos en pugna. El mismo espiritu que preside. la solucién del problema de las fuerzas se revela de nuevo. En Ja Critica Kant volverd a encontrar a los dos par- tidos enemigos pero los rechazara. Aqui, por el contrario, ambos son aprobados con la condicién de que ciencias ‘y métodos en competencia permanezcan en sus. respectivos dominios. En fisica, la experiencia proporciona el punto de partida y sus datos son explicados por la geometria, de donde se sigue que en la construccién fisica los métodos ‘experi- mental y matematico son equivalentes por igualmente indis- bles. El papel de la metafisica comienza alli donde estos Bs métodos han agotado su poder; manteniéndonos en ellos, legum originem et causas exponere non possumus, La pe- quefia disertacién es notable por mas de una raz6n. Priniero, porque nos sefiala, sin discusién posible, el interés tomado por Kant en las disputas sobre lo infinito. Las antinomias de la taz6n pura se remontan a este escrito como a su origen lejano e indirecto. Es notable también en la medida en que mani- fiesta el sentido de la fisica kantiana, que no es, en suma, més que un capitulo de la metafisica y cuyo valor esta subor- . dinado a Ja estimacién de los métodos que en ella se emplean: Es notable, en fin, porque nos hace ver bajo otro oe objeto que Kant, ha tsatado en la ‘inica obra’ filos6fica pertenece a este peri Esta obra, = ede en 1755 para obtener la venia le- gendi, se. titul tala: Primoram m metaphysice nova Dilucidatio. Kant no trata alll ex professo la euestion de los métodos pero discute los fundamentos del saber metafisico. Estos fundamentos reciben una gran luz de Ja elucidacién del debate metodolégico. Kant tenfa, en esta discusién filo- s6fica, un precursor en Crusius, que antes que él, pero con muchos otros; se hab{a rebelado contra el matematicismo metafisico del wolfianismo. Kant, deslumbrado ain por el pres q: PRIMEROS ENSAYOS .FISIOO-METAFISICOS 29 tigio de este matematicismo, comparte el mayor nimero de las convicciones que estén en su base: la racionalidad de lo real, el papel clarificador del entendimiento’ y, como conse- cuencia, la distincién puramente gradual de las facultades implicadas en-la estructura del conocimiento, el cardcter ana- Kitico del juicio y el papel objetivante de los principios for- males de identidad y de contradiccién. Su conviccién resulta quebrantada en dos puntos. Distingue el paralogismo de la prueba ontolégica cartesiano-leibniziana: entrevé que la exis- tencia no es una hota constitutiva de la esencia de una cosa: Advierte, ademd4s, que el principio de identidad es la nor- mia justificadora de la forma racional del juicio y que la norma que justifica el contenido de Ja materia es el principio de . taz6n suficiente. . . La Dilucidatio es el tratado de la razén suficiente y Crusius conserva alli el timén de mando. Como Crusius, Kant dis- tingue dos sentidos en la razén suficiente: Ia raz6n de ser y la razén ‘de conocer; la una, como el factor que determina la existencia de algo, la otra como el que determina el cono- cimiento. La raz6n suficiente, entendida en el sentido de una exigencia légica,.se reduce al principio de identidad. Su papel objetivante casi no sobrepasa el de los principios formales de identidad y de contradiccién. Si la relacin’ en cuesti6n es una relaci6n entre cosas existentes se ve que, naturalmente, la discusién se desvia hacia el problema de la causalidad, pero Kant no lo resuelve de la manera que ten- -driamos‘derecho a esperar de éJ. Kant tiene a bien decir que la ratio fiendi y la causa son idénticas y que ambas son distintas de la ratio cognoscendi; cierto es que se quita todo el mérito de esta distincién, cuando pretende conocer las relaciones causales por la via de la identidad. En este caso’ hay que hacerse a la idea de que habra atin para Kant mucho camino que.recorrer antes de dominar este importante pro- blema. vt ~’ Por-otra parte. Kant no fue llevado al examen de la causa- lidad més que con ocasi6n de una discusién moral: Ja liber- -tad; y con ocasién de una discusién metafisica: la existencia dé Dios. Crusius habia negado la aplicabilidad universal del principio de causalidad, puesto que nuestros actos voluntarios le-escapan. Kant, por el contrario, sittia de nuevo estos actos 30 > PREPARAGION DE LA SINTESIS CRETICA_ [car. bajo su dominio y mantiene, por consiguiente, en este plana la universalidad del principio. El factor causal que determina a la voluntad es un motivo interno. A causa de esto solamente, la voluntad no es arbitraria. Pero escapa al determinismo natural, el cual necesita un factor externo de constriccién, También aqui el conflicto prefigura, pero-en una dimensién completamente distinta, la tercera antinomia critica, y signi: fica por parte de Kant una defensa del principio de causalidad contra la objecién de Crusius. En todo caso Kant va a aban- donar esta misma universalidad ante el problema de la exis- tencia de Dios. El principio no es aplicable al Ser Supremo, §i es universal, no lo es.m4s que para él ser contingente. El ser necesario le escapa-y.no. puede salvarse su universalidad diciendo que Dios tiene su razén en él mismo, puesto que de esta manera un ser seria Ja causa de s{ mismo, es decir, existirla antes de existir. Lo cual es absurdo. La misma cuestién domina también la concepcién kantiana de la existencia o 1a distincién entre el ser y el pensamiento, entre lo real y lo légico. No se trata —es util insistir en ello— del problema del realismo en el cual: Kant no piensa de nin- gin modo. Se trata, simplemente, de la manera de: conocer lo real existente. Dos vias se abren ante sus ojos para. abordar .este nuevo problema, La primera es la de la Dilucidatio. Kant discute Ja distincién que debe -hacerse entre la razén légica y la raz6n real en el principio de razén suficiente. La otra via, que no usa mds que ocasionalmente en esta obra, es la de la teologia natural. La segunda via esti emparentada con un gran debate que ha recorrido el pensamiento europeo’ desde la Edad Media. Es también Crusius quien precede a Kant en esta via. Descartes habia rehabilitado la prueba ontolégica de la existencia de Dios: se construye primero el concepto de un ser que contiene toda realidad y al cual hay que atri- buir, por ello, la existencia. En todo caso, como este Ens redlissimum es puesto en tanto conceptai o idealmente, es la existencia ideal y no la existencia real la que debe afirmarse de él. Para poder afirmar la existencia real habria que probar Ta realidad del concepto de un Ens redlissimum. Un concepto es verdadero cuando su contrario es absolutamente imposible. Ahora bien, la imposibilidad de la no existencia divina equi- vale a su existencia necesaria. Esta no existencia es absoluta- q] PRIMEROS ENSAYOS FisSICO-METAF{SICOS 31 mente imposible porque existe algo posible y lo posible no se concibe més que por Jo real, Es claro que la prueba kantiana. es también una prueba por el concepto, y que Kant no ha previsto la tesis que vendr4, segiin la cual la existencia es. inabordable por la via del concepto. . El objeto formal de la Dilucidatio conduce al mismo pro- blema. La distincién entre la raz6n légica y la razén real se inclina hacia la distincién entre la raz6n de verdad y la raz6n de existencia. La razén de verdad de un juicio se entrevé por la identidad del sujeto y del predicado. La raz6n de exis- tencia no determina si algo existe sino aquello por lo cual existe. La raz6n de existencia se confunde con la causa. En suma, todos los problemas que se agitan en la Dilucidatio . son tratados de manera confusa y las soluciones ‘son siempre equivocas. No olvidemos, sin embargo, que esta apreciacién es quiz el resultado de una confusién latente que cometemos nosotros mismos al imponer a este perfodo, casi sin saberlo, el criterio de las soluciones posteriores que recibieron los mis- mos problemas. Si nos fuera dado olvidar todo lo que Kant escribié después de 1770, la Dilucidatio nos pareceria, sin duda, racionalista, pero no contradictoria como se pretende a menudo. . Ocurre lo mismo con el problema del espacio, el ultimo. tema leibniziano discutido 4speramente en la primera mitad del siglo xvmr. La orientaci6n cosmolégica de su pensamiento conducfa naturalmente a Kant a ocu de dl. Para Leib- niz el espacio es una coristruccién ideal que consiste en el co- ' nocimiento oscuro. del orden existente entre las ménadas, orden que resulta de su simple coexistencia, Newton, por el contrario, sostiene la realidad y Ja sustancialidad del espacio, condicién de todas las relaciones espaciales subalternas. El éspacio es, para Leibniz, efecto de las cosas. Para Newton, por el contrario, est4 supuesto en las. cosas. Es erréneo pre- tender que Kant sigue a Leibniz en este primer periodo de que ahora nos: ocupamos, porque profese, como él, Ja relati- vidad del espacio. En efecto, también aqui Kant adopta una teoria intermedia: sigue a Leibniz en la relatividad al espa- cio en tanto orden realizado por las sustancias, pero no deja de aproximarse a Newton al negar que este orden sea el efecto de la pura coexistencia. Partidario del influjo fisico, las mé- 32 ‘PREPARAGION DE LA SiNTESIS CRITICA [car. nadas son, 2 sus ojos, capaces de acciones transitivas y es’su interacci6n la que determina el orden y las relaciones espa- ciales. El espacio es, pues, el efecto de las leyes dinamicas de Ja materia. . Esta concepcién reaparecer4 invariablemente cuando Kant trate’ accidentalmente del espacio, después de las Lebendige Krdfte. Kant no considera nunca el espacio a la manera de Newton pero se aproxima a él un poco mas cada dia. E} pro- blema desempefia un papel considerable (lo hemos visto) en - la Monadologia physica, pero Kant no se ha alistado atin bajo la bandera del inglés. Adickes dice justamente que Kant. est4 con Leibniz y contra Newton por la relatividad, pero. que esta con Newton y contra Leibniz por Ia realidad del espacio. En la misma ocasi6n Kant aborda Ja antinomia 0 las parado- jas del infinito de que hemos hablado. Entre el cuerpo, com- puesto de ménadas simples, de la metafisica y el espacio geo- métrico divisible al ‘infinito, Kant no elige. Declara que entre estas dos concepciones no hay contradiccién real, puesto que- la divisién del espacio no implica necesariamente la separa- cién de las partes. , : En realidad, pues, Kant se encuentra a la mitad del ca- -mino entre Leibniz y Newton tanto en el problema del ¢s- pacio como en muchos otros problemas discutidos. Y es éste el tono general de las primeras manifestaciones cientificas de Kant. No se puede decir que sea wolfiano; por el contrario, ve Kant, a menudo ain en la penumbra, las insuficiencias del racionalismo. Kant se aproxima a Newton, no por. un acto de sumisién claro e indiscutible, sino por tesis ‘conci-. liadoras que intentan superar las divergencias frecuentemen- te brutales entre las dos escuelas encabezadas por Leibniz y Newton. Pero por encitna de todas estas incertidumbres, de. estas tergiversaciones, de estas soluciones insuficientes y pro visionales, planea una verdad indiscutible: el cardcter filo-. séfico de la actividad kantiana, y este a pesar de los temas. fisicos que aborda de preferencia.

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