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Guillermo Bernal Romero, El Tablero de K'an Tok: una inseripcién glifica maya del Grupo XVI de Palenque, Chiapas. México: UNAM, Instituto de Investigaciones Filolégicas, Cen- tro de Estudios Mayas, 2009, (Serie Testimonios y Materiales Arqueolégicos para el Estudio de la Cultura Maya 2) La lectura y comprensién de los antiguos textos jeroglificos producidos por los ma- yas prehispanicos genera hoy una de las fuentes mas valiosas que poseen Jos in- vestigadores modernos para el estudio de esta cultura, ptles encontramos en las ins- cripciones datos importantes sobce anti- guos dignatarios, guerras entre ciudades, sucesiones dindsticas, ritos. etcétera, Sin embargo, son pocos los monumentos es- culpidos que se enfocan integramente en la descripcién de eventos relevanies de la vida de personajes subalternos. £ Tablero de Kan Tok: una inscripeisn glifica maya del Grupo XVI de Palenque, Chigpas de Guillermo Bernal Romero nas offece un anilisis deta- lado de un texto jeroglifico de Palengte que menciona a una serie de senores su- bordinados que gozaron de un alto rango. El descubrimiento, en 1993, de una se- rie de fragmentos esculpidos en el Grupo XVI hecho por el arquedlogo Arnoldo Gon- zélez Cruz conforma el material de esta obra que nos permite entender quienes fueron dichas personajes subalternos y qué cargos desempefiaton en el sefiorfo de Palenque. El libro no se limita a la descrip- cién del hallazgo y la reconstruccién del tablero, sino que va mas alld y nos muestra aso a paso cémo los arquedlogos, restau- radores y epigrafistas rescatan un texto glifico y lo convierten en un documento historiografico sui generis pues, como se- RESENAS fala el autor, aunque la inscripcion es una fuente documental, no deja de ser un ob- jeto arqueolégico, La inscripcién, denominada por at au- tor Tablero de Kan Tok, constituye una de las cronologtas mas largas de la ciudad de Palenque. En ella se relata una serie de en- tronizaciones de diversos personajes que reciben el titulo de nahb‘ataw-il ch’ok y ajaw nabbiataw-il, quienes acceden al cargo por mandato del gobernante palencano en tur- no. La inscripcién en si misma representa un conjunto de cléusulas repetitivas de las que el autor se sirve para explicar eb cargo y las funciones de estos personajes. Pero no se queda ahi; Bernal Romero no presenta una interpretacién literal de lo que narra el tablero, sino que construye una historia, un discurso veridico de acon- tecimientos y no una muestra estatica de una serie de entronizaciones. En un marco ideal de reconstruccién stérica, Bernal descubre y expone tanto las intenciones con las que fue creado el tablero, como lo que significa la realizacién de esa inscrip- cién para los investigadores modernos. Las paginas que conforman esta obra revelan al lector los conocimientos que el autor posee de ta antigua ciudad maya de Palenque en los campos arqueolégi- co, epigrafico, Debido a que el andlisis del tablero tiene como eje temético el estudio epigrético, conografico e histérico. 205 206 el texto presenta propuestas de lectura para algunos glifos que han eludido el des- ramiento, como son el nombre del se- gundo gobernante de Palenque, “Casper’ el logograma de espina de mantarraya, asi como el mismo titulo de los personajes subalternos mencionados en e] Tablero de Kan Tok. 1a obra esta dividida en seis apartados tematicos. El primero de ellos nos describe Jos aspectos arqueolégicos del Grupo XVI, desde las exploraciones pioneras de Alfred P, Maudslay hasta los trabajos del Prayec- to Especial Palenque bajo la direccién de Arnoldo Gonzalez. Desde el principio, el autor nos comenta que los registros don- de se menciona a estos sefiores subordi- nados —los nahb'at— se han encontrado en el Templo XIX de la Acrépolis Sur, én el Templo de la Cruz y en el Grupo XVI. Este Ultimo fue construide en la zona central de Palenque en colindancia con el complejo ceremonial mas importante de la ciudad: el Grupo de las Cruces, lo que lleva a Bernal a considerar que el Grupo XVI tuvo activida- des relacionadas con el culto religioso. Esta propuesta se sustenta en la exposicién de otros hallazgos, como un tablero de estuco que ha sido fechado para los tiltimos afios del gobierno de K'inich Janahb’ Pakal Ila- mado Tablero de los Danzantes; un hacha votiva de piedra verde; una vasija de piedra con restos de cinabrio 1 su interior. Otro tablero denominado “Tablero del Bulto” que representa, entre otros personajes, a gobernante K’inich Ahkal Mo! Nab’ (721 «. 736 d.C.); asi como un portaincensario ci- lindrico practicamente completo, del dios Remero Jaguar. Debido a que el Tablero de K’an Tok fue encontrado en varios fragmentos, en su reconstruccién result fundamental el re- conocimiento de una estructura basica en las cléusulas glificas, por lo que en algu- nos puntos la correspondencia entre frag- mentos se determind a partir de criterios especificamente epigraficos. fn el segundo apartado se describen de manera general estos criterios, los que cen sui mayoria corresponden al orden de fechas en rueda de calendario y némeros de distancia. El analisis epigrafico del tablero ex- plica las diez cléusulas que conforman la inscripcién, las cuates basicamente retatan que en determinada fecha —registrada a través de una needa de calendario— un personaje se entroniza (se ata la diadema en su cabeza) en el cargo de nahblataw-il y adquiere el titulo tentative de “susten- tador de la Nube Preciosa” por orden del gobernante en turno. El estudio epigrafico analiza las clausulas del tablero, asi como. los verbos, relacionadores de parentesco, nombres y titulos de los personajes men- cionados, tanto de los nahb'at como de los gohernantes palencanos. Presenta la trans~ cripcién de} texto —que permite apreciar las sustituciones fonéticas, los glifos ero- sionados o perdidos—, la transliteracién dividida en cléusulas —con la reconstsuc- cién de palabras o frases perdidas— y la traduccién. El cargo de nahbiataw-il esta compues- to por cuatro glifos: un lirio acudtico que representa el logograma NAHB el silabo- grama ta, el posfijo wa y el sufijo li, De esta manera, el titulo es gramaticalmente un sustantivo completado por el sufijo ~il. Bernal nos dice que la forma més comin de este titulo es nohb‘at, registrado con el glifo denominado por David Stuart “paja- ro con banda”, que conserva en su tocado el lirio acuatico y en ocasiones presenta el silabograma ta como complemento foné- tico. Asi, la raiz nalb’ en este caso no se ESTUDIOS DE CULTURA MAYA XXXIV traduce como “‘irio acudtico” 0 “cuerpo de agua’, sino como “unto”, “emplasto” 0 “pomada” y, al tener el sufijo at (que a ve- ces funiciona como instrumental y marca la cualidad de un sujeto), el titulo nahbiat se traduce como “el que unge” o “el ungidor”, y nahbiataw-it como “(el del] ungimiento” £1 Tablero de K’an Tok muestra que ef titulo de nahbiataw-il tuvo grados jerar- quicos, pues algunos personajes acceden al cargo come aaibfataw-il ch’ok y ajaw nahb‘ataw-il, “joven del ungimiento” y “se- ‘ior del ungimiento”, respectivamente, Pero, iquiénes fireron estos personajes y qué funciones desempeftaron? La lectu- ra completa del tableco permite a Bernal buscar referencias a (os nahb/at para escla- recer el cargo que desempenaron tanto en la corte palencana como en las estructuras politicas de otros setiorios mayas. La bus- queda se inicié en el Grupo XVI, donde los distintos objetos registrados durante la exploracisn arqueotégica mostraron que los nahbiat fueron los encargados de rea- lizar algunos ritos sangrientos y, como su mismo titulo sefala, de ungir o aplicar sus- tancias rojizas, en especifico el cinabrio, a los restos mortales de importantes persa- najes fallecidos. Esta propuesta se basa en el hallazgo de la vasija de piedra con res- tos de cinabrio en el Edificio 1 del Grupo XV: “es muy probabie que este artefact hhaya sido usado por esos dignatarios y que tuna de sus atribuciones haya sido el mane jo ritual de los preciados colorantes rojos, simbolos de la sangre”. (p. 109) Los textos glificos de diversos monu- Mentos permitieraa al autor definir con mas detalle el desempeito de tos nahb‘at, quienes auxiliaron tanto a los hijos del go- bernante en los ritas ete autosacrificio san gtiento como a los gobernantes mismos, Este desempeno ritual —ligado espec ica RESENAS mente al sacrificio sangriento— tuvo im- portantes conexiones con los dioses Reme- ros, de tal suerte que Bernal sostiene que estas deidades fueron los dioses patronos de los sacerdotes nahbiat. La iconografia de algunas escultyras —como la “Caja de Tor- tuguero”, el Tablero del Bulto y el Tablero del Templo XIX de Palenque— revela que un alto tocado cénico fue un elemento ti- pico del atuendo de los nakb'at. La inscripcién del Tablero de K’an Tok se inicia antes de! afio 445 d. C. y termina en 768 d. C. Aunque la serie de entroni Zaciones de los nahbat contenida en este monumento parezca sencilla, presenta al- gunos datos interesantes: nos dice que los primeros dos gobernantes —K'uk’ B'ahlam Ly Ch'aaj per"— tuvieron su asiento politico en un lugar fordneo llamado Tok Tahn y no en la zona central de Palenque llantada Laka- mba’, la cual, segtin él Tablero de los Gue- rreros, fue establecida en el afio 490 d. Otro aspecto interesante lo encontramos en los relacionadores de parentesco que presentan algunos nahb‘at, como K'ahk* Chaahk y Janabb’ Ajaw, quienes fueron el hermano menor de Ch’aaj K'ik’ y el nieto de K'inich Janahb’ Pakal, respectivamente, Jo que muestra que ef cargo nahb‘ataw:il °, mejor conocido como "Cas- fue de gran relevancia dentro del sefioria de Palenque. En la octava cliusula del ta- blero se menciona que, en 742 d, C., un personaje de nombre perdido se entroniza por orden de un gobernante no documen- tada en la actualided: U Pakal |’inich Jana- hb’ Pakal. Este dato “ha permitida jluminar un poco el vacio de informacién que existe sobre un periodo de la historia dindstica tocal comprendido entre los aiios 736 y 764” (p. 146), Una vez delimitadas fas actividades y funciones de los nahbiat, se contextuali- 207 208 za la informacién contenida en el tablero para explicar aigunos de los momentos més criticos de la historia palencana. Uno de estos momentos ocurre en 711 d. C., cuando K'inich K’an Joy Chitam es captu- rado por el gobernante de Tonind; algunos textos glificos mencionan a K’an Joy en di- versos eventos que muestran que su cap- tura no termind con la inmolacién. Entre ellos esta el Tablero de K'an Tok, donde se registra que en 718 d. C. ordené la entro- nizacién como rahb'ataw-il ch’ok de Janahb’ Ajaw. El autor nos dice que la derrota del gobernante palencano ante Tonind provo- c6 una severa crisis en la dinastia, creando un vacio de poder que algunos miembros del linaje quisieron aprovechar pero que, ante el regreso de K’an Joy, no tuvo conse- cuencias inmediatas. Sin embargo, propo- ne que K’an Joy fue relevado de su cargo como k'uhul ajaw en 721 d. C. por K'inich Ahkal Mo’ Nahb’, vastago del tercer hijo de Pakal, llamado Tiwol Chan Mat. Durante el reinado de Ahkal, vuelve a aparecer en el escenario politico Janahb* Ajaw, a quien encontramos mencionado y representado en el Tablero del Templo XIX. Su desempefio dentro de la ceremonia de encronizacién de Abkal no es superfluo; la primera cléusula glifica del Tablero del Tem: plo XIX registra la entronizacién del dios Gl por orden de Yax Naab Jtzamnaaj en un tiempo mitico. En 721 d.C., Ahkal perso- nifica a Gl y Janahb’ Ajaw al dios Yax Nah itzamnaaj, y le ofrece al gobernante la dia- dema de “Dios Bufén”, la insignia de man- do tipica de los gobernantes mayas. Este monumento coloca a Janahb’ Ajaw en un plano superior al det gobernante terrenal. Todo esto lleva a Bernal a proponer que Janahb’ Ajaw tuvo un gran poder politico que utilizé tanto para elevar su prestigio personal como para engrandecer la presen- Gia politica y citual de los nahbiat dentro del seijorio palencano. Los sacerdotes nahb‘at impulsaron la eleccién de Ahkal como go- ernante principal quien a cambio les otor- g6 privilegios politicos y representaciones en varios monumentos esculpidos. Pero ellos no fueron los dnicos encumbrados du- rante el reinado de Ahkal; pues él también mencioné y representé a miembros que os- tentaron los titulos de yajawk'ahk’ (“sentores det fuego") y sajal, pues recordemos que el Tablero de los Esclavos, daborado durante el gobierno de Ahkal, enumera las hazafias bélicas de Chak Suutz’, el jefe militar mas famoso de Palenque. Para Bernal, Janahb’ Ajaw fue el actor fundamental dentro del proceso de res- tauracién del poder dinastico de Palenque después de la captura de Kinich K’an Joy Chitam convirtiéndose, quizés, en un mo- delo a seguir por los nahbiat, quienes exi- gieron més privilegios, los que pudieron provocar una confrontacién con los gober- nantes de la ciudad. El Tablero de K’an Tok termina en el afio 768 d.C., lo que indica que fue el gober- nante Kinich K'uk’ B'ahlam quien ordena st elaboracién, Pero épor qué razén y con qué fines? Bernal Romero nos dice que para recuperar o reafirmar et apoyo de los sa- cerdotes nahb'at, pues para esas fechas, el poderio de la ciudad comenzaba su decli- ve. Fl reinado de K'uk’ Bahlam pudo estar marcado por la decadencia y las divisiones internas, por lo que traté de consotidar sus relaciones con Jos linajes subordinados: “el Tablero de K'an Tok fue una declaracién ptblica, un reconocimiento abierto de la presencia e importancia que habian tenido los miembros del sacerdacio desde los re- motos origenes de la dinastia” (p. 157) A pesat de ser una de las cronologias mas largas de Palenque, el tablero no men ESTUDIOS DE CULTURA MAYA XxxIV ciona a todos los personajes que sin duda ostentaron el cargo de nahbiatow-il. Segin Bernal, K'uk’ B'ahlam quiso mostrar que los nahbiat fueron parte fundamental del seforio palencano desde sus origenes y que no dejaron de estar presentes en las épocas dificiles, como ocurrié durante el reinado de Ix Yohl Ik’nal y la captura de K'an Joy. Asi, el Tablero de K'an Tok fue un regalo de K’uk’ Blahlam at grupo sacer- dotal nahb'at que se calocé en el Grupo XVI, elaborado con material mas 0 menos aceptable y por artistas no consagrados de Ia corte, pero que cumplié su propé- sito: destumbrar a los nahbiat y reafirmar su apoyo. La inten mn de K'inich K'uk’ Brahim de mantener la unidad y el poderio de la ciu dad no duré mucho, pues algunas décadas después, Palenque fue abandonado: “hoy, después de mil atos, hemos recuperado y reconstruido parcialmente esos peda- 20s de historia escrita, Y asi, venciendo al tiempo y el olvido, el Tablero de K’an Tok llega hasta nosotros y nos transmite la voz de una dinastia en crisis y préxima a su debacle final” (p. 168) Para concluir, El Tablero de K’an Tok es un. libro que estudia y explica un texto glifico fragmentado y, en primera instancia, de es- casa relevancia dentro del corpus jeroglifico de Palenque. Sin embargo, la agudeza del autor en la cortelacién de datos arqueols- gicos, epigréficos e iconograficos nos pro- porciona una reconstruccién histérica del antiguo sefiorfo de Palenque que pronto se convertira en tina referencia obligada. El co- nocimiento y profunda vinculaci6n del autor con la antigua ciudad maya de Palenque se manifiestan en cada parrafo y en cada una de sus proptiestas, donde Ia arqueologia no es una fuente de datos aislados sino un componente fundamental que muestra la estrecha relacién que puede y debe existir entre epigrafistas y arquedlogos. Como los lectores tendrin oportunidad de apreciar, el texto de Guillermo Bernal nos ensefa a ver a través de la arqueologia y a leer a partir de la epigrafia para comprender asi una parte del complejo mundo de los mayas antiguos Maia Etena Veca Vittatosos Posgrado en Estudios Mesoamericanos, FFyL, UNAM Cédice de Calkini, inteoduccién, transcripcién, traduccién y notas de Tsubasa Okoshi Ha- rada, México: UNAM, Instituto de Investigaciones Filolégicas, Centro de Estudios Mayas, 2009. (Fuentes para el Estudio de la Cultura Maya, 20) A mediados del siglo xvi, consumada la conquista de los sefiorios mayas del norte y centro de la peninsula, que los explo: radores europeos habian bautizade con el nombre de Yucatén, sus habitantes se convirtieron en stibditos de la Corona es- paiiola y, al mismo tiempo, en sujetos de la misién evangelizadora de la Orden de San Francisco, encargada de erradicar la reli- RESENAS gidn ancestral pagana y de transformarlos en cristianos. Entre las acciones emprendi- das por los frailes destacan sus esfuerzos por aprender Ia Jengua maya, por lograr la instruccién religiosa de los gobernantes indigenas y su aceptacién del bautismo, ademiés de la apertura de escuelas destina- das a la ensefianza del catecismo y a la al- fabetizacidn de los vastagos de la nobleza; 209

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