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y de murmullos cuyo recuerdo iba a permanecer con l toda su vida, como una
tristeza secreta e indestructible.
El asesino de su padre se llamaba Guadalupe Nava. Luego lo sabra Juan Rulfo
(1917-1986). Esta historia, un drama ntimo en su existencia, le inspirara sin
embargo uno de sus cuentos: Diles que no me maten, donde el asesino se
convertira en Juvencio Nava, huyendo durante 35 aos hasta que el Coronel,
hijo de su vctima, puede fusilarlo. En este texto la vctima llevara el nombre
del asesino en la vida real, Guadalupe, en una curiosa inversin propuesta por
el autor quizs para sealar la condicin de
vctimas de todos, tanto del
muerto como del muerto en vida en el cual se haba convertido su asesino,
vagando irredento hasta que la venganza es consumada.
En el fondo la muerte de su padre inspir toda su obra, porque en ella se reflej
un espritu herido. En Pedro Pramo, a todos los temas: el poder, el abuso, la
soledad, o si se quiere, el caciquismo, el mal, la melancola, se les sobrepone
uno realizado con genialidad literaria, el imposible dilogo con los muertos.
Esta novela confronta la devastacin humana y en ese sentido, respondiendo a
la realidad trgica de la Revolucin como uno de sus trasfondos, alcanza su
calidad universal.
Es difcil, por otra parte, disociarla de su origen: el impacto de la muerte del
padre en ese nio. Han matado a tu padre. Y a ti quien te mat, madre?.
Ella muri de tristeza dos aos despus que su esposo.
En una entrevista antes de morir, Rulfo dijo: Hasta ahora no he encontrado el
punto de apoyo que me demuestre porque en esta familia sucedi en esta
forma y tan sistemticamente esa serie de asesinatos y crueldades.
En realidad el punto de apoyo en su existencia fue la literatura, definida por l
de la siguiente manera: La literatura es una mentira para poder decir la
verdad.
Y la verdad ms profunda est siempre a flor de piel en sus libros. Has odo el
llanto de un muerto?, pregunta uno de los fantasmas en Pedro Pramo. No,
nadie ha podido or eso, pero seguramente, en algunas ocasiones especiales,
los muertos lloran.