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LIDDELL HART “LA ESTRATEGIA DE APROXIMACION INDIRECTA (Las guerras decisivas de la Historia) Traducido del inglés por CARLOS BOTET ATALAYA IBERIA - JOAQUIN GIL, Eprrorss, 8. A. Muntaner, 180 - BARCELONA PREFACIO A LA VERSION ESPANOLA El capitén Liddell Hart Uega con mucho retraso al piiblico espaiol a pesar de sus crénicas como critico militar durante la Segunda Guerra Mundial. Sus obras de tesis, que durante los iltimos veinte aiios cimentaron su fama en mucha mayor medida que los articulos periodisticos, son atin mds desconoci- das en nuestro pais por el piiblico no profesional. Educado en Cambridge y después de tomar parte en la guerra de 1914-18, Liddell Hart se retiré del servicio a causa de una herida sufrida en ella y se consagré de Ueno a estudios sobre la teorta de la Guerra y sobre Historia militar. Acerca de la primera ha tratado una extensa serie de problemas mili- tares, empezando por el de la instruccién elemental, para la que propuso e hizo adoptar un método racional que suprime todas las evoluciones tradicionales sin utilidad prdctica. En la téctica de combate de la infanteria logré también introdu- cir el sistema de infiltracién empleado por los alemanes en el aio 1918, intensificdndolo y genéralizdndolo hasta conver- tirlo en lo que él llama une “inundacién torrencial”. Publi- caba al mismo tiempo estudios de tipo histérico sobre la pa- sada guerra y escribia algunas biografias sugestivas de gene- rales célebres. Adopté a continuacién con ardor la teoria de la guerra mecanizada patrocinada por el general Fuller y se convirtid en el mds decidido apéstol de ella, contra la oposicién, enton- ces casi undnime, de las altas esferas militares de su pais. Las obras de Liddell Hart y demds autores de esa Wamada escuela inglesa fueron en realidad més leidas y apreciadas en Alemania y en la U. R. S. S. que en sw propio pais e ins- piraron a los tratadistas Eimannsberg y Guderian la organi- zacién y tdctica de las futuras divisiones panzer. Por ultimo, en los aiios que precedieron inmediatamente a 8 LA ESTRATEGIA DE APROXIMACION INDIRECTA —. la tiltima contienda, colaboré como consejero extraoficial del ministro de la guerra Hore Belisha en la reorganizacién de la defensa de la Gran Breta‘ia, en el sentido de propulsar acti- vamente el desarrollo de las fuerzas aéreas y de las unidades mecanizadas. Sostenta la conveniencia de organizar un ejér- cito pequefio, pero mecanizado y profesional, que constituiria la reserva estratégica de la alianza francesa, de acuerdo con la politica defensiva de esta nacién, basada en la linea Maginot y en la eficacia del bloqueo. Tal opinién le valid las criticas de los partidarios de implantar inmediatamente el servicio obligatorio, dando ocasién a una violenta polémica entre los entusiastas del “Ataque” y los de la “Defensa”. De hecho el Gobierno inglés adopté wna solucién mista, y como ademas se retrasé la adopcién del tipo conveniente de carros, el ejér- cito que acabé por ser enviado a Francia fué, ademas de esca- so, no mecanizado, Si en 1940 hubieran dispuesto los aliados de la reserva estratégica acorazada que habia propugnado Liddell Hart, es muy posible que los alemanes—que sédlo dis- pusieron en la campaiia del oeste de 10 divisiones panzer — no hubieran podido explotar la ruptura de Seddn, con lo que el curso de la Historia habria podido ser muy distinto. En la obra que presentamos aqui al piiblico de habla espa- fiola, no trata el autor de resolver un problema de técnica guerrera ni de orientar la politica militar de un pats deter- minado, Esta vez trata un tema mucho mds general, que puede interesar a toda clase de lectores y no sélo a los espe- cialistas. Y sobre este tema elabora una verdadera “filosofia” de la guerra, por lo que sz puede afirmar que constituye la obra mds fundamental de su copiosa produccién. Trata, en efecto, de demostrar en ella, apoydndose en las ensefianzas de la historia militar, que la accién indirecta es siempre supe- rior al ataque frontal, no sdlo en el terreno de la tdctica, sino en el de la estrategia e incluso en el de la politica de guerra ®, como él la Nama, de la “Gran Estrategia”. En el dominio de esta tiltima, sabido es que tal sistema es el que han seguido con preferencia las grandes potencias mari- tiinas, buscando con é1 la destruccién del comercio enemigo, . en contraste con las potencias militares continentales cuya es trategia ha adoptado cada vez mas la doctrina de Clausewitz, | buscando la destruccién de las fuerzas armadas del adversario, | PREFACIO A LA VERSION ESPANOLA 9 » por medio de la batalla. Pero el autor va mds alld en su opo- sicién a Clausewitz—o més bien, como él subraya, a los dis- cipulos demasiado entusiastas del maestro—y combate su tendencia a convertir la guerra en “absoluta”, tendencia que los discipulos han Uevado al extremo convirtiéndola en “total”. Sostiene Liddell Hart, en efecto, y tampoco teme en esto afrontar las corrientes de opinién més difundidas incluso en las naciones democriticas, que la verdadera Gran Estrategia — politica — deberia, tanto en el bando que Ueva ventaja como en el que va cediendo, evitar a toda costa que se legara al derrumbamiento absoluto, porque de éste sdlo resultan ren- cores en el vencido y disputas entre los vencedores, a los que falta en tal caso el indispensable contrapeso. Dejando de lado esta y otras digresiones en el terreno de la gran estrategia y algunas consideraciones incidentales sobre el de la tdctica, el autor se ocupa mds particularmente en este libro de la estrategia pura, estudiando una serie de cam- Pafias que describe con tanta claridad como concisién, mos- trando en todas cémo la decisién se logré siempre por medio de una “aproximacién indirecta” en razén de que ésta disloca el equilibrio psicolégico del mando enemigo. Este método es, Pues, la “manera de ganar las guerras” y Liddell Hart lo re- comienda a su pais, recorddndole que al adoptarlo no hard en definitiva mds que volver a la estrategia tradicional de la Gran Bretafia, de la que cuando se ha apartado—como en las dos grandes crisis mundiales del siglo xx —ha sido para sufrir pérdidas desproporcionadas a sus ganancias, Entre sus capitulos resultan especialmente curiosos los que hacen referencia a.las guerras medievales inglesas y a las campatias de Cromwell, hasta ahora poco estudiadas en nues- tro pais. En cambio, le chocarén quizd al lector espaiol algu- nas de las apreciaciones del autor acerca de nuestra guerra de la Independencia, 0 como la Uaman los ingleses, “guerra peninsular”, No ha parecido prudente recargar la traduccion con notas, pero, por ejemplo, cuando calijica a la marcha en zigzag de Moore como el primer golpe causado en Europa al Prestigio nupolednico, se podria objetar que la victorid espa- fiola de Bailén, anterior en algunos meses, habia tenido una Tesonancia mucko mayor. En cuanto a las operaciones de los ejercitos espuioles regulares conviene recuerde el lector que XY f 10 LA ESTRATEGIA DE APROXIMACION INDIRECTA en realidad nunca los hubo, pues todos fueron improvisudos por las Juntas regionales que, antes de que estuvieran ins- truidos y sin disponer jamds del equipo necesario, los™anza- ban a ofensivas extempordneas no coordinadas entre si ni con las del ejército inglés, profesional y excelentemente equipa- do, que operaba desde su base de Portugal. El verdadero es- fuerzo espafiol fué el de las guerrillas hasta el punto de que, desde entonces, esta palabra ha pasado a formar parte del vocabulario de todas las lenguas y el autor, al subrayar con razén la porte preponderante y decisiva que tuvieron en el resultado final, relega ldgicamente a segundo plano la accién de las fuerzas regulares en general, tanto de las espafiolas como del propio ejército de sus compatriotas. Esta actitud es, por lo demds, la que van adoptando cada vez mds los histo- riadores modernos de nuestra contienda de 1808-14, tales como el inglés Oman y el francés Grasset, el iiltimo de los cuales Uega a decir que en la guerra de Espafia las operaciones de los ejércitos regulares constituyen sélo la trama central indis- pensable para seguir el curso de los sucesos sin perderse, pero que sobre ella esté bordade la verdadera guerra nacional, obra de las guerrillas, y sin la cual en muchas ocasiones las operaciones regulares resultarian incomprensibles. La obra comprende tres partes, y el autor resume sus con- clusiones, 0 mézximas, sobre Ia “esencia condensada de la es- trategia” al final de la primera de ellas y como consecuencia de un estudio, certero pero breve, de las guerras anteriores a la de 1914. En las dos partes restantes estudia con mds exten- sién las dos grandes contiendas mundiales de 1914-18 y de 1939-45, sirviéndose de ellas para confirmar los principios ya sentados. Lo més interesante del libro lo constituirdn, pues, para la mayoria de los lectores, los tres capitulos de la tercera parte. En ellos traza Liddell Hart el primer bosquejo de conjunto intentado hasta ahora de la reciente guerra desde un punto de vista puramente militar y lo traza con su imparcialidad y seguridad de criterio acostumbradas, sin regatear las censu- ras a uno y otro bando cuando a su juicio las merecieron. Desde luego, se trata sélo de un bosquejo; no es momento atin de formular juicios definitivos y por algunos afios habre- mos de esperar a que, una vez desaparecida la necesidad de PREFACIO A LA VERSION ESPANOLA il guardur el secreto, se vayan publicando documentos y memo- rias personales de los que han tomado purte en esta tltima tradegia. Sélo una vez reunido tal material serd posible tra- zar un -cuadro general de esta serie de sucesos grandiosos, Por eso es tanto mds estimable el presente esquema anti- cipado, fruto del escritor militar mds calificado para escribirlo y que aunque vaya orientado a subrayar las numerosas apli- caciones de su principio favorito, viene a constituir de todos modos un estudio general del conflicto. Ello no ha de privarnos, sin embargo, de esperar que pa- sado algtin tiempo el propio autor nos dard otra historia més extensa y definitiva y quizé también alguna nueva serie de “Reputaciones” como la que escribid sobre los protagonistas de la contienda anterior y que situaré a los de ésta en el lugar que, sin apasionamientos ni prejuicios, les corresponda ocupar en justicia. cB. PREFACIO DEL ORIGINAL Escribi mi primer estudio sobre Ja estrategia de aproxima- cidn indirecta en 1929. Se publicé con el titulo de The Decisive Wars of History y qued6 agotado hace tiempo. En los afios si- guientes a su publicacién continué explorando dicha direccién de pensamientos y como resultado de este estudio ulterior redacté una serie de notas suplementarias que envié privada- mente a mis amigos, Habiendo proporcionado el desarrollo de la presente guerra nuevos ejemplos del valor de la aproximacién indirecta, suministrando con ello material nuevo a dicho tema, la publicacién de una nueva edicién del libro ofrece 1a opor- tunidad de que se incluyan en ella las citadas notas, hasta ahora inéditas, como prolongacién del capitulo XI. Las otras adiciones principales a la Primera Parte son un capitulo (el TV) dedicado a las campafias bizantinas y en particular de Belisa- rio, que me habian pedido T. E. Lawrence primero, y Robert Graves después, que afiadiera, y otro capitulo (XII) sobre «La esencia concentrada de la Estrategia». Cuando, al estudiar una larga serie de campafias militares, me di cuenta por vez primera de la superioridad de la aproxi- macién indirecta sobre la ordinaria, estaba yo en busca simple- mente de una idea directriz estratégica. Pero reflexionando més detenidamente, empecé a comprender que la aproxima- cién indirecta tenia una aplicacién mucho mayor, que era una ley de Ja vida en todas sus esferas, un verdadero principio filoséfico. Vi que su realizacién constituia la clave prdctica para resolver todos los problemas en que predomina el factor humano; el «conflicto entre voluntades» surge siempre de otro conflicto basico entre intereses. En todos estos casos, el asalto directo por medio de ideas nuevas provoca una resis- tencia tenaz, que intensifica la voluntad de lograr el cambio PREFACIO DEL ORIGINAL 13 deseado de opinién. El convencimiento se logra mas facil y rapidamente infiltrando insospechadamente una idea diferente o un argumento que envuelva el flanco de aquella oposicién instintiva. La aproximacién indirecta_es de aplicacién. en el terreno politico tanto como en el sexual], Y en el comercio, la idea de que se va obtener una ganga es mucho mas poderosa que cualquiera necesidad directa de comprar, de la misma ma- nera que en todas las esferas es bien sabido que el modo_més” seguro de lograr la aceptacién de una idea nueva por un su: perior, esté en persuadirle de que esta idea habia sido suya. Lo mismo que en la guerra, el objeto en todo es debilitar la resistencia antes de intentar vencerla, y la mejor manera de lograrlo es atraer al adversario fuera de sus defensas. La idea de la aproximacién indirecta est4 intimamente ie gada a todos los problemas en que interviene la influencia de unos espiritus sobre otros, influencia que es la mas fuerte de la Historia. Y sin embargo, resulta dificil de conciliar con otra de las lecciones de esta Ciencia: la de que sélo se Mega © se aproxima a conclusiones verdaderas cuando se persigue la verdad sin considerar a dénde conduciré o qué efecto podra producir sobre los distintos intereses. La Historia atestigua el papel fundamental que han desem- pefiado en el progreso humano los «profetas» y ello constituye Ja prueba del valor practico final de expresar Ja verdad sin reservas y tal como se la comprende. Sin embargo, resulta también claro que la aceptacién y difusién de los puntos de vista de los profetas ha dependido siempre de otra clase de hombres, de los «conductores de masas», los cuales han te- nido que hacer de estrategas filésofos y buscar un arreglo entre Ja verdad y la sensibilidad de los hombres ante ella. El resul- tado de sus esfuerzos ha dependido, con frecuencia, tanto de sus propias limitaciones en percibir la verdad como de su buen juicio practico al proclamarla. Los profetas han sido siempre lapidad es su destino y la prueba de que han realizado su misién. En cambio, un conductor de muchedumbres lapidado sélo significa que ha fracasado en su empresa, sea por haberle faltado el buen juicio o por haber confundido su misién con la del profeta. Sdlo el tiempo puede entonces decir si el resultado de tal sacrificio. que pucde honrarle como hombre, le redime de su fracaso 14 LA ESTRATEGIA DE APROXIMACION INDIRECTA aparente como adalid. Lo cierto es que, por lo menos, habra evitado el error més comun de los conductores de masas: el de sacrificar Ia verdad a la conveniencia, sin ventaja final para su causa. Porque el que suprime por sistema la verdad en interés del oportunismo, deforma el fondo mismo de su pensamiento, iHabrd, pues, algtin medio practico de combinar el progreso hacia el logro de Ja verdad con el progreso hacia su acepta- cién? La consideracién de los principios estratégicos sugiere una posible solucién que apunta a la importancia de mantener siempre presente e] objetivo final y a la vez de perseguirlo de un modo adecuado a las circunstancias. La oposicién a Ja verdad resulta inevitable cuando la verdad reviste la forma de una idea nueva, pero puede disminuirse el grado de resis- tencia pensando no sélo en el objeto a alcanzar sino en el Jnétodo de aproximaci6n a emplear. Habra que evitar el ata- f que frontal contra toda posicién establecida de largo tiempo y habré que tratar en su lugar de envolverla con iin iiovi- miento de flanco que deje expuesto un lado mas penetrablée al choque de la verdad, Pero en tal aproximacién. indirecta | habr& que cuidar de no separarse de dicha verdad. Porque no hay cosa més fatal para el verdadero progreso que caer eri la mentira. ~ _ EI significado de tales reflexiones se hace mas claro con ejemplos de la propia experiencia de cada uno. En el plano mas general de la Historia, cuando se consideran las épocas en que lograron aceptacién ideas nuevas, se ve que dicho pro- ceso fué facilitado cuando se las pudo presentar. no como algo radicalmente nuevo, sino como una reproduccién en términos modernos de algtin principio 0 uso en otro tiempo venerado y que habia caido en el olvido. Con esto se evité la contrarie- dad de lo nuevo y trazando la conexién con lo antiguo se Justified el dicho de que «no hay nada nuevo bajo el Sol». Un ejemplo notable lo constituye la manera merced a Ja cual logré disminuirse la resistencia a la mecanizacién en los ejércitos, haciendo ver que el vehiculo acorazado—el carro de combate rapido —era en esencia el heredero del jinete acorazado y. Por lo tanto, el medio natural de-revificar el papel decisivo que habia jugado la caballeria en épocas pretéritas. PREFACIO DEL ORIGINAL ts) En la presente edicién de 1946 se han afiadido otros dos ca- pitulos que completan el curso de la Segunda Guerra Mundial, Por su parte, el general Dorman-Smith, que fué segundo jefe en el Estado Mayor del Oriente Medio, ha querido contribuir con una nota preliminar donde explica cémo la estrategia de aproximacién indirecta se aplicé en la frustracién de las in- vasiones sucesivas italiana y alemana en Egipto. NOTA PRELIMINAR Carta dirigida al autor por el general E. Dorman-Smith (Segundo jefe del Estado Mayor del Oriente Medio en 1942) Querido Basil: Le dije en otra ocasién que sus ideas habian influido en nuestro favor el curso de los acontecimientos en Egipto en dos momentos cruciales entre 1940 y 1942. En efecto, el plan de ataque que causé el aniquilamiento del ejército de Graziani en Sidi Barrani, haciendo fracasar la primera invasién de Egipto en 1940, es un ejemplo perfecto de la estrategia de aproximacién indirecta que usted propugna, y del mismo modo la defensiva estratégica y tactica que anulé la invasion de Rommel en El Alamein én julio de 1942 fué todavia mas di- rectamente inspirada por ella. Le prometi contarle la cosa mas despacio y ahora voy a cumplir mi promesa; mi relato le hara ver, ademas, que cada vez que desdefiamos sus principios pa- gamos duramente las consecuencias. En septiembre de 1940 fui trasladado del puesto de director de Instruccién militar en la India a dirigir la Escuela de Es- tado Mayor del Oriente Medio, y a principios de octubre fui a pasar un par de semanas con O'Connor, que mandaba las fuerzas del desierto occidental. O'Connor creia que estaba ma- duro el tiempo para lanzar una ofensiva, pese a la superioridad numérica de Graziani en tierra y en el aire. Estuvimos discu- tiendo los defectos del dispositivo italiano y las posibilidades, bien de una amplia maniobra de aproximacién por el sur del terreno elevado del litoral, tomando por objetivos Sollum y Halfaya, para crear alli lo que usted ha lamado «una barrera estratégican sobre la retaguardia enemiga, 0 bien, como segun- 4 NOTA PRELIMINAR aM] da alternativa, la de un ataque junto a Sidi Barrani. La es- casez de transportes nos obligé a elegir esta segunda solucién. La diversion de parte de nuestras débiles fuerzas aéreas a Grecia hizo que se aplazara tal ofensiva y 1a situacién general no sufrié alteracién en el desierto occidental durante el mes de noviembre. El 21 de dicho mes, Wavell me dié orden de visitar de nuevo a O'Connor, el cual me hizo presenciar, para que diera sobre él mi opinién, el ensayo por la 4* Division india de un ataque a un campamento fortificado del desierto del tipo del que te- nian los italianos en su cadena de posiciones al sur de Sidi Barrani, Este ataque de ensayo estaba planeado para ejecutar- se de un modo rigurosamente frontal. Se habria lanzado si- guiendo la «linea de espera maxima» y derecho a través del campo de minas enemigo. Ademés su horario asignaba a nues- tra artilleria cuatro horas a partir del alba para que pudiera «corregir», plazo sumamente peligroso, porque durante él las tropas asaltantes quedarian expuestas a las amenazas de las fuerzas aéreas superiores del enemigo, En suma, el método era directo y ortodoxo en todos sentidos y estaba predestinado con toda certeza al fracaso. Como me escribié una vez Wavell: «Un poco de heterodoxia es cosa algo peligrosa, pero sin ella rara vez se ganan batallas», y en consecuencia, aquella tarde O'Conne Galloway y yo planeamos una maniobra nueva y original, sumamente indirecta en muchos de sus rasgos. Sin- tetizamos nuestras conclusiones en un documento que se titulo «Método de ataque a un campamento del desierton y que sirvié de ‘directiva tActica para la operacién, sobre la cual hizo el efecto de una varita mégica. Era una aplicacién combinada de la «aproximacién indirectay en direccién, método, horario y psicologia. La marcha de aproximacién empez6 el 8 y aquella noche nuestras fuerzas se concentraron en la zona al sur de Nibeiwa, el més al sur de los campamentos del frente enemigo, inme- diato al boquete entre dicho frente y el grupo de campamentos de Sofafi, que cubria su flanco del lado de tierra. Al amanecer del 9 de diciembre, el batallén de carros del ejército y alguna infanteria motorizada de la 4.* Divisién india asaltaron y cap- turaron el campamento de Nibeiwa por retaguardia, yende a continuacién a tomar Tummar, también por detras. En el pri- aoa Estrategia 18 LA ESTRATEGLA BE APROXIMACION INDIRECTA mero de estos alaques se suprimié el largo plazo para corregir y el apoyo artillero se hizo sin correccién previa alguna; al Amanecer, 72 piczas «tostaron» el campamento italiano desde Ia direccién opuesta al ataque de los carros y apaciguamos a los artilleros Hamando a esto un «tiro de desmoralizaciony, como lo fué sin duda alguna. Durante este tiempo la 7* Divi- sion acorazada atravesd el boquete y adelanto al ceste para situarse a caballo sobre la retaguardia del frente enemigo en- tero, formando una barrera estratégica que le separo de sus suministros y refuerzos, asi como le corté su linea de retirada a Sollum, Tal combinacién de maniobras indirectas trastorn6 por completo el equilibrio del enemigo. Se derrumbé su resis- tencia y el grueso de sus fuerzas qued6 copado al este del terreno elevado del litoral, a un precio asombrosamente pe- quefio para nuestras fuerzas propias, muy inferiores en nuimero y que tenian ademés inferioridad en el aire. No es el menos interesante de los rasgos de esta ofensiva de O'Connor el de que, debido a la extraordinaria escasez de Jos medios de transporte, se vid obligado a almacenar agua y municiones para 48 horas de fuego en la zona movil de los puestos avanzados ante las mismas narices de Graziani, y de que si la operacion no hubiera triunfado en este margen de tiempo se habria visto obligado a replegarse por falta de agua, utilizando los vehiculos de su intendencia para transportar la jnfanteria, Ningtin jefe britanico, y creo que muy pocos del Continente, excepto quizé los rusos, se habrian atrevido a comenzar una ofensiva en tales condiciones. Pero O'Connor Jo hizo por dos veces, la segunda en Beda Fomm. Es un luchador atrevido y caleulador, y un adversario peligroso, el que practi- ca la aproximacion indirecta en el campo administrativo. Después del avance en Cirenaica fui otra vez en enero al frente para escribir un informe sobre las operaciones que habian conducido a la ocupacién de Bardia y Tobruk. O'Connor bosquejaba entonces sus planes para un futuro inmediato y tuve asi oportunidad de presenciar la gestacién y ejecucién de la marcha de flanco a Beda Fomm, realizada por la 7* Di- vision acorazada y due copé el resto de las fuerzas enemigas ‘al sur de Benghasi antes de que pudieran replegarse a Tri- politania, NOTA PRELIMINAR 19 Todo esto tuvo efecto antes de que se publicara la nueva edicién de su Strategy of Indirect Approach. Pero tiene usted que recordar que mi pensamiento estaba ya impregnado de la esencia que usted habia destilado de la Historia y donde habia instilado su propia filosofia militar, por lo que me fasciné percibir lo notablemente que la prdctica de dichas operaciones comprobaba su teoria. Sélo a fines de 1941 leg a mis manos el ejemplar de la nueva edicién de su obra, que habia usted enviado aquel ve- rano al Oriente Medio, y en los meses siguientes la volvi a leer y a releer, lo que refrescé y reavivé mi comprensién de los principios estratégicos. Al contrastar la exposicion de sus teorias con los hechos de la campaiia norteafricana, la signi- ficacién de ellas se me aparecié aun més clara, Era indudable que las operaciones de O’Connor de diciembre de 1940 a febre- ro de 1941 eran un ejemplo sobresaliente de estrategia y téc- tica indirectas. Desde su brillante comienzo en Sidi Barrani hasta su final decisivo en Beda Fomm, cada una de sus ma- gistrales maniobras era un testimonio directo de las verdades analizadas y expuestas en los capitulos X a XII de la obra de usted; y lo era porque O'Connor es un jefe de primer orden y en realidad el unico que en esta guerra y mandando una fuerza britanica de campafia ha sabido «cazar su zorro en campo abierto». En la primavera, de 1941 surge la dramatica aparicién de Rommel y con ella el arma de la aproximacién indirecta pasa a manos del enemigo y nuestras fuerzas, escasas y mal equi: padas, sélo logran escapar al desastre por medio de una reti- tada precipitada a Tobruk. Entonces fué cuando por desgracia perdimos a O'Connor, pero la decisién de detenernos a cin- cuenta kilémetros del perimetro de Tobruk con las 4 brigadas y media disponibles—fuerza de una insuficiencia absurda para tal propésito, pero que era practicamente todo lo que que- daba de tropas combatientes en Egipto—tuvo la virtud de arrebatar atrevidamente de las manos de Rommel aquella arma de la aproximacién indirecta, quedando el enemigo por todo aquel verano y otofio con Jas fuerzas estrictamente indis- pensables para retenernos en Tobruk y para mantener sus Posiciones de Sollum contra nuestros esfuerzos de auxiliar por 20 LA ESTRATEGIA DE APROXIMACION INDIRECTA tierra a dicha plaza. La decision de mantener Tobruk se debié a Churchill y a Wavell y fui yo precisamente el que volé alla @1 10 de abril para comunicar a Morshead Ja orden de resistir. Nuestras operaciones de junio de 1941 en Ja frontera egipcia fueron frontales y ostensibles, aunque la situacién ofrecia ancho campo a la oblicuidad, y fracasaron tristemente desde el primer momento. También fué este el motivo de que nuestro avance directo y abierto de Palestina hacia Sirla sufriera se- rios tropiezos, que podian haber llegado a causarnos una Ver- dadera derrota si el avance subsiguiente desde el norte del Trak, entonces bajo el mando de Auchinleck, contra el flanco oriental vulnerable de la Siria de Vichy, no hubiera confir- mado una vez mas lo correcto del principio cogiendo a los franceses por la espalda, Hasta ahora en todas las operaciones se mostraba lo acertado de su teoria. Fl mando del Oriente Medio cambié en junio de 1941, y fué ‘Auchinleck, el de la India, quien tuvo que reorganizar y reani- mar a las fuerzas algo desalentadas del desierto occidental para el proximo asalto contra el Hje en Cirenaica, Fué enton- tes cuando las fuerzas del desierto occidental pasaron a ser e] VIII Bjército, Tobruk seguia sitiado y Rommel iba reunien- do progresivamente los medios para asaltar de un modo efec- tivo las defensas de la plaza, débilmente guarnecidas. Después de una larga pausa consagrada a la reorganizacion y a la pre- paracién, lanzamos a mediados de noviembre Ja ofensiva la- mada de los «Crusader». Se basaba en un fondo estratégico solido que proporcionaba al jefe del Ejército, Cunningham, una linea de operaciones bien situada y que se dirigia al norte partiendo de una zona de abastecimientos oculta en el desierto junto al fuerte Maddalena, asi como la posibilidad de elegir desde ella entre dos objetivos: caer sobre la retaguardia del enemigo que sitiaba a Tobruk, 0 sobre la del que defendia la frontera de Egipto. Rommel, por otra parte, se hallaba en una situacién muy desfavorable, pues estaba de espaldas al mar, y como tenia que proteger a la vez el cerco de Tobruk y sus posiciones de Halfaya, no disponia de profundidad al- guna. Nuestra aproximacién desde Maddalena le oblig6 a hacer frente en direccién normal a sus comunicaciones. Pero a pesar de tales ventaias iniciales la operacién no logré destruir a

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