La Corte Suprema ha establecido que para que se constituya un acto de complicidad secundaria no es suficiente que el procesado haya estado presente en el lugar de los hechos o haya auxiliado al autor. Se exige que haya contribuido dolosamente a la producción del delito.
La Corte Suprema ha establecido que para que se constituya un acto de complicidad secundaria no es suficiente que el procesado haya estado presente en el lugar de los hechos o haya auxiliado al autor. Se exige que haya contribuido dolosamente a la producción del delito.
La Corte Suprema ha establecido que para que se constituya un acto de complicidad secundaria no es suficiente que el procesado haya estado presente en el lugar de los hechos o haya auxiliado al autor. Se exige que haya contribuido dolosamente a la producción del delito.