a RECOLECTORES DE ALIMENTOS
¥ servird como advertencia para no atribuirles, inde
hidamente, un centido contrario al que tuvieron
Sin embargo, Ia revoluckin neolitica no se inicié
entre Tos magdaicnienses de Euiopa, ni tampoco fué
enlre ellos donde se ered la nueva economia, Los mag-
dalenienses debieron su prosperidad 2 su adaptacién
yenturosa aun medio ambiente especial. Al terminar
Va altima Edad de Hielo, cuzndo los bosques inva-
Aiczon las antiguas estepas y In tmdra, desalojando
alas manadas de mamuts, bisontes, caballos y tenos
de Francia, decayé 1a cultura basada en ta caza de
estes animales, Otros pueblos, que no dejaron una
estela de recuerdos tan brillantes, crearon In nueva
ia de productores de alimentos. De hecho, ex
coneebible que, desde la époea de los caxadores auri-
facionses y magdalenienses en Furopa, ya existian
teibas en otros continentes que habfan comenzado a
exltivar plantas y a eriar animales. El. profevor
Menghia v otros investigadores, han ilegado a esta
blecer esta inferencia. Pero, hasta ahora, no se ha
educide ninguna prueba positiva para conficmarla.
De acuerdo con los testimonios disponibles, durante
la Edad Paleolitica, es decir, 1 periodo del pleisto-
eno, lor Gnicos métodos practicados por el hombre
para’ asegurar gu subsistencia, fueron Ix recoleceién
¥ Ta caza,
Vv
LA REVOLUCION NEOLITICA
En el transcureo de tos inmensos periodos de_las
Eades de Hielo, el hombre no introdujo cambio fusr
domental alguno en su actitud hacia la naturaleza
exterior. Se contenté can seguir tomando lo rue podia
coger, ain enando mejord enormemente sus proved
mientos de recolecciin y aprendié a diseriminar a
que podia coger. Pero, apenas terminada la Edad
de Hielo, Ia actitud del hombre (0, mas hien, de
alganas comunidedes) hacia su medio ambiente,
frié wn cambio radical, prefiado de contecuericias
revolucionarias para la especie entera, F'n ciltas abe
solutas, el periodo transcurrido después de la Kad de
Hielo es una fracciGn insignificante del total del
Kempo que leva e hombre, o. eriatures semejantes
at hombre, de actuar sobre la tierra. Fstimaniy ron
lergueza Ja duraciin del pexiodo post-glacial en uno
quince wuillares de_aiios, contrasta con [a atribuciin
conservadore de 250,000 afios guar Ia era preculen
te, No obstante, en ta iltima Vigésima parte do su
historia, el hombre ha empezado a controlar la naty-
releza 0, por lo menos, ha logrado ejercer su control
tooperando con ella
La manera como se ha ido haciendo efectivo este
control det hombre es a base de pasos graduates, eu
yos efectos se han ido acuinulands. Pero, entre ellos,
podemos distinguir algunos que se destacan como re-
voluciones, juzgindolos con arreglo a las normas
explicadas'en el Capttulo I. Ta primera revolucion
que transformé 12 economia immana dié el hombre
el control sobre su propio ahastecimiento de alimen-
tos. EL hombre comenzé a sembrar, a cultivar ya
mejorar por soleccién algunas yerbas, xaices y arhustos
comestibles. Y, también, logré domesticar y unir fir
memente a sn persona a ciertas expecies ce animales,
#8th LA REVOLUCION NEOLITICA
ui correspondencia a los forrajes que les podia ofre-
cex, a Ia proteceién que estaba en condiciones de
depararles y a la providencia que representabs para
ellos, Los dos pasos se encuentran relacionados inti-
nvsmente. En Ja actualidad, muchos investigedores
autorizados congideran que el cultivo de Ja tierra ante.
ced en todas partes a la ctia del ganado. Otros in-
vestigadores, particolarmente los de In escuela hist
ica alemana, estiman que, mientras algunos grupos
humanes comenzaron por el cultivo de las plantas,
‘tros grupos emperaron domesticando animales, Ai-
_gunos ina, sostienen que hubo una etapa de pastoreo,
preoediendo universalmente a la agricultura. Simple:
mente con propéaitos de exposicién, adoptaremos aqui
la prizuera teoria, AGn ahora, sobreviven muchas 1
bus de agricaltores que no poscen animales domést
cos. En el eentro de Europa y en el oecidente de
China, en donde Ia conjugacién de agricultura y ga-
naderia ha sido secularmente 1a economia prevale-
ciente, la pala del arquedlogo ha puesto al dascubierto
que log campesinos mis antiguos contaban con muy
pocos animales domaésticos, s! e: que tenian algunos,
por Io eual vivian de fos productos agricolas y, tal
vez un poco, de Ia caza.
Existe una enorme variedad de plantas susceptibles
Je suministror una dicta importante cuando se les
ealtiva, El arroz, el trigo, la cebada, el mijo, el maiz,
cl fiame y la batata, respectivamente, sostienen tod
va en la actualidad a poblaciones considerables.
Pero, en las civitizaciones que han conttibuide de
‘manera mas directa y generosa a formar la herencia
cultural de ta cual gozamos, son el trigo y ta echa
dda los que encontremos como fundamento de su eco-
nottia, Estos dos cereales oftecen, en efecto, ventajas
epcionales, El alimento que producen es muy nu-
i granos se pueden almaoenar con facilidad,
¢l cendimiento es relativamente elevado y, sobre todo,
¢l trabajo requerido para su cultivo no es demasiado
absorbente, Es cierto que Ja preparaeién de los cam-
LA REVOLUCION NeoLITICA a
wos y la sicmbre misma, exigen un estuerzo conside
Piblas también se necesita practicer algunos. desyer-
‘bes y tener cuidados durante la maduracién de las
expigas; ademés, Tn. oosecha demanda un esfuerzo
intensive de la comunidad entera. Pero, todos estos
esfuerzos son por temporada. Antes y después de la
siembra se tienen intervalos durante los cuales lox
campos no necesiten, préeticamente, alenciin alguna.
El eultivador de granc goza de lapsos importantes de
‘ocio, durante los cuales ee puede dedicar a atras ocit
paciones. En cambio, ¢| cultivador de arroz no dis-
pone de tales treguas. ‘Tal vez, su faena nunca es tap
intensa como la exigida durante Is cosecha del grano,
pero ¢3 més continua.
Tomando en cuenta que las civilizaciones histéri-
cas de la cuenca de} Mediterraneo, del Cereano Oriente
y de ia India, se edificaron sobre cereales, debemps
voncentrar nuestra atencién sobre las econoraias hasa-
dag en el trigo y en Ia cebada, La historia de estos
granos se ha estudiado en forma mucho mis extensa
ue ln de otras plantas cultivadas y se pucde expones
de modo breve.
Tanto el wig, como la oebada, son formas do-
mesticadas de yerbas silvestres. Pero, en cada vasu,
el cultivo, la seleccién deliberada de las mejores plan-
tas con el. propisite de rembrarlas, y el. exice
consciente o accidental de diversas yariedades, hau
produclde granos mayores y mas autrtivos que les
emills de cualquier yerbu silvestre, Se conocen dos
Yerbas silvestres que son ancestros del trigo: el alfor.
Hen y J escanda silvesic.Ambas crecen en paires
tmatadovoa, el primero en los Baleanes, Crimesy Avia
Menor y el Caueaso; la segunda mas al sur, on Pales-
tina y, tal vez, en Persia,
Desde Iuego, la distribucién actual puede ser en-
gaiiosa; el clima ha cambiado mucho desde la época
fen la enal se inicid ol cultivo y la filogeogratia de
pende de las condiciones climaticas, Pattiendo.sigu
oramente do diferentes premisas, Vaviloy ha llegadoae 1A REVOLUGION NEOEITICA
44 proponer que se considere el Afgamistin y el nor-
este de China, como los centros originales del cultivo
del trigo. En todo caso, la escanda silvestre estd em-
pitentada con tn trigo peoto, insatisfactorio, el
‘cual se eultivé extensamente en Europa Central, en épo-
cas prehistoricas, y todavia erece en Asia Menor. Del
cnltive del alforfon (Triticum dicoccum), se puede
obtener un grano mauy superior, El alforfén parece
fnzher sido el trigo mis antiguo cultivado en Egipto,
cen Asig Menor y en el. oeste de Europa; regiones en
las cuates, con frecuencia, erece todavia. Sin embargo.
le mayoria del trigo del eual se obtiene acturlmente
hnaring, pertenece a wna tercera varieded (Triticum
vulgare), de la cual no se conoce ancestro silvestre
alguno. ‘Este trigo pudo haber resultado de cruzar
el alforfin con alguna yerba desconocida, Los més
antignos granos de trigo encontrades en Mesopotamia,
‘Vorquestén, Persia y la India, pertenecen @ este grupo.
También los ancestros silvesires de la cebada son
yerbas de la montafia, Se han hallado en Marmari
fn el norte de Africa, lo mismo que en Palestina, Asia
Menor, Transcaucasia, Persia, Afganistin y Turques-
én, Los méodos de Vavilov sefialan a Abisinia y at
sureste de Asia, como los centros primarios del eul-
tivo de Ja cebaéa. Los problemas de saber donde
empezé cl cultivo y si fué en un solo centro 0 en varios
ula ver, todavia permanecen sin decidir. Por haberse
deseubierto tecientemente hocts en caverns que es
lavieron habitadas, en Palestina, junto con instramen-
tos apropiades para una economia de ecolectores de
alimentos, més bien que para una cutinra asociadn nor-
malnente con la primera revolucién, se arguye que
el cultivo de cereales se inicié en Palestina, 0 cerca de
alli. Pero, no ¢s imposible que los moradorea de di-
thas eavernas (Ilamades natufienses) hayan pertoue-
cido a una tribu attasada, la cal hubjera adoptado
algunes elementos de cultura de agricaltares mis
avanzades de cualquier otra parte, pero sin que hu:
Diese teorganizado cabalmente su economia.
LA REVOLUCION NEOLITICA 80
La introduecién de una economia productora de
alimentos. afect6, como una revolucién, a las vidas
de todos los involuerados en ella lo bastante para refle-
jarse en Ia curva de la poblacién, Por eupuesto, no se
dispone de testimonio aigano de “estadistiea de pobla-
sion", para probar que haya cewrido el esperado
ineremento de ta poblacién. Pera, es ficil advertir
que asi sucedid. La comunidad de recolectores de
mentos tenia Fimitada su magnitud por la provision
ds alimestos disponibles —el nimero real de anime-
les de caza, de pecés, de raices comestibles y de bayas
‘que erecian en sa territorio—. Ningiin esfuerzo fn
mano, ni tampoco conjuro magico alguno, podia au-
mentar esta provisién. En veslidad, las mejovas en Ja
técnica o la intensificaciGn de ta eaza y de la recolec-
cién, Ievadas mas alld de cierto punto, producirian
a exterminacién progresiva de los animales de caza
¥ la disminucién absoluta de las ptovisiones. Y, en la
préctica, las poblaciones eazadoras ¢¢ muestra muy
bien ajustadas a los recursos de que disponen. El exl-
tivo rompe, de una vez, con los limites asi impuestor.
Para incrementar la provision de alimentos, silo es
necesario sembrar ms semillas, cultivando mayor
extension de tiorsas. Si existen mis boas por alimen-
tar, también tienen mas brazos para trabajar los
‘campos.
‘or otta parte, los nifios se hacen exondmicamente
‘tiles. Para los cazadores, los nifios representan una
‘carga. Tienen que ser alimentados durante muchos
afios, antes de que pucdan empezar a contribuir efec-
tivamente al sustento de la farnilia, En cambio, desde
su infancia, os hijos de los agricultores pueden ayu-
dar a desyerbar los campos, y a espantar los pijaros
4 otros animales destructores. Si hay ovejas y vacas
los machachos y mmchaclus pueden atenderos, Ei
tonces, @ priori, 1a probabilidad de que la nueva
economia trajera aparejado un ineremento de la po-
Macién, es muy elevada. En realidad, esta poblaciin
debe haberse extendido con mucho mayor rapide*” LA REYOLUCION NEOLITICA
yue Ia establecida, a parecer, por Ia erqueologis.
inicamente asi podemos explicar el modo spatente-
‘mente repentino con el cual surgieron comunidades
‘campesioas en regiones anterformente desiertas 0 sélo
hnsbitadas por mauy escasc grupos de recolectores.
‘Alrededor del lago que en otro tempo lend la
depresi¢n del Fayum, el nimero de uteusilios de
Jn Edad Paleolitica e:, en verdad, imponente, Pero,
Hlenen que ser distribuides a lo largo de tantos mix
Jes do afios, que In poblacién stestiguada por ellos
pido ser exigun. Después, en forma enteramente
brusca, las orillas de un Jago algo mermado se
ven orladas con una cadena de aldeas populosas,
todas ellas contemporiness, al parecer, y dedicadas
ala agricultura, El valle del Nilo, desde Ia Pri
wera Catarata hasta El Cairo, se lend répidamente
con una eadena de poblaciones campesinas florecien-
tee, aparentemente atrgidas todas ellas al mismo tiem-
poy. desarrollindose continusmente, hasta el afio
(000 2. ¢. 0 bien, tomemos las Isnuras boscosae del
mte de Europa, ‘Despnés de In Edad de Hislo, en-
contramoe desperdigados carerios de cazadores y pee
exdores siguiendo los litorales, a la orilla de las Io-
ganas y en los claros arenotos de lon bosques. Las
reliquias deseubiertas cn tales sitios fueron esparcidas,
probablemente, en un par de millezes de afios; y. por
lo tanto, s6lo son compatibles con una poblacién es.
casa. Pero luego, en el curso de unos cuantos siglos,
primero, Dinamarca y, después, o sur de Suen, ef
norte de Alemania y Holanda, se llenaron de tumbas
construidas con piedsst giganteccas. Se debe haber
desarrollado un eaferzo considerable para canstruit
tales cementerios y, en efecto, algunos llegan a conte-
x hasta 200 eaqueletos. El crecimiento de la pobla-
iin debe haber sido, entonces, répide. Es cierto
que, en este cas0, se supone que los primers agri
cultores, quienes también fueron Tos arquitectos de
Jas grandes tumbas de piedra, hayan sido inmigran-
tes, Pero, como también se supone que llegarcn en
LA. RBVOLUGION NEOLETICA a
barcas desde Espatia, rodeando hasta las islas Greades
y pasando por el Mar del Nozte, la poblacién inmi-
grante no pudo ser, en realidad, muy grande, La
‘hultitud supueste por las tumbas debe haber resultado
Pie, 5, Azadas neo
de In fecundidad de unas eventas familias inmigrantes
y de Jos antiguos cazadores que se hubieran unido &
cllas para explotar los recurtos agricolas del noxte92 LA REVOLUCION NEOLITICA
virgen. Por dltimo, los eaqmeletos humanos atribuidos
a la Edad Neolitica, sélo en Europa, son varios cen-
tenares de veces mas numerosos que fos de la Edad
Peleolitica en conjunto. No obstante, fa Edad Neoli-
tica en Eoropa duro, a lo sumo, 2,000 afios; menos
de la centésita parte del tiempo atribuido a la Eded
Paleolitica.
Seria tedioso acumular Jos testimonios; sus impli-
caciones son claras. Solamente después de la primera
reyolucién —pero, eso si, inmedistamente después de
ella — fue cunudo nuestra especie comenzd realmente 2
multiplicarse con toda rapidez, Algunas otras impli-
eaciones y consecuencias de esta primera revolucién,
0 revolucién “neolitica”, las podemos considerar des-
pués, Porque, en este punto, es recomendable haret
un paréntesis,
No debe confundirse la adapeién de la agricultura
con la adopeién de una vida sedentaria. Es costumbre
contrastay la vida asentada del agricultor con Ia exiv
tenia némada de] “cagador sin hogar’. El contraste
es bastante artificioso. En el siglo pasado, [as tribns
cazadoras y pescadoras de las costas del Canada, en el
Pacifico, poseian aldens permanentes con casas de
‘madera ‘importantes, adomadas y casi lujosas. Los
saagdalenienses de Francia ocupaban, ciertamente, a
misma caverna, durante la Fdad de Hielo, por varias
generaciones, Por otro lado, almmos procedimientos
de cultivo imponen una especie de namadismo entre
quienes los practican, Para muchos campesinos de
Asia, Africa y América de} Snr, todavia en Ia actua-
lidad, la egricuktura significa simplemente despeiar
um lugar de monte bajo a de matorrales, escarbarlo
con una azada 9 con una estaca, cembrarlo y, luego,
recoger la cazecha, La parcela no es barbeckada, ni
menos ebonads, pero se le vuelve a sembrer al amo.
siguiente, Por supveio, en tales condiciones, el ren-
dimiento declina notablemente después de un par de
temporadas. Luezo, se despeja ctta paresla y #0 re-
pite cl proreso harta que también se agota, Bien
TA REVOLUCION NFOLCTICA 2%
pronto, toda ia tierra disponible cercana a! poblado
ha sido cultivada hasta su agotamiento. Cuando esto
hi ocutrido, los habitantes se transladan para comen-
ar de nuevo en otta parte, Sus enseres domésticos
son bastante simples como para ser trensportados {8
cilmente. Las casas mismas son chozas endeble
hablemente inmurdas por la prolongada ou
las cuales se pneilen substituir fic
La que acabemos de descr
yeimitiva de ta agriculture, Tlamada frectientemente
ealtive de wiada ‘0 caltivo’hortense, La naturaleza
planteé pronto un problema a los agricultores: el
problema del ‘gotamiento del suelo, “El modo mas
sencillo de entendérselas. con el problema tus el de
ehudislo, trasladindose a otro sitio. En reatided, esta
soluciin es perfectamente satisfactoria mientras existe
tierra cultivable en abundancia y el aioultor se con-
tenta sin lujos ai refinamientos que estorben Iam
gracién. Desde luego, constituia una motestie el tener
‘ue despejar una nueva porciin det bosque después
ungs exantos afios; pero, oon seguridad, era menos
penose que pensar en una solucion nueva. En todo
aco, esta forma de cultivo prevaleeié en Europa, al
norte de los Alpes, en los tietnpos prehisisrieos, Pado
Isher sobrevivido’ entre algunas tribus germénicas
hasta el comienzo de nuestra era: puesto que et ge
grafo Patrabén indica Ia facilidad que tenien para
trasladet sus poblados. ‘Tadavia se practica actual:
mente, entre los nagas cultivadores de arror en Asam,
‘entre jos bora de la cuenca del Amazonas, y atin entre
jos cultivadores de grano en el Sudin. Sin embargo,
es un proceditniento. dispendioso y, en Giltimo término,
restringe In poblaciin, ya que ta tierra disponible no
es ilimitada en ninguna parte.
Si bien el cultivo némada hortense es 1a forma
mie primitiva de ia ageicultara, no por ello es la mis
simple, ni tampoco Ia mis antigua, A través de le
gran faja de regiones actualmente dridas 0 desiertas,
ue se extiende entre Jos bosques templados del nocte” JA. REVOLUCION NEOLITICA
y las celvas de los trépicos, Ins mejores tierras para
la agricultura se encuentran, con frecuencia, en Ios
suclos de aluvién depositados cuando los torrentes in-
termitentes fluyen de las colinas hacia tas Manuras, ¥
en os valles de los rfos que se desbordan periédica-
mente, En esta zona arida, el fango inunda Jas anuras
préximas a los grandes rics, y los sedimentos, espar-
eiéndose en absnico a la salida de los desfiladecos
del torrente, forman un contrésie agcadable con les
arenas infecundas 0 les rocas estériles del desierto.
Y, en elles, las aguas remanentes de las avenidas ocu-
pan el luger de las Iluvias inciertas, suministrando la
humedad necesaria para la germinacién y la madura-
cin de los cultivos. De este manera, en el oriente
el Sudan, los hadendoa esparcen Ins cemillas de mijo
Sobre el fango himedo depositado por la avenide del
Nilo cada otofio, y esperan, simplemente, que broten
las plantas, Cada vez que s¢ abnic una tempestad so-
bre el Monte Sinai, provocando una avenida del Wady
al Arith, los arabes del desierto se apresuran a sem-
brar granos de cebada en el sedimento acabedo de
depositary recogen una grata cosecha i
‘Ahora bien, en tales condicionos, las avenidas uti-
lizadas de este modo, no sélo riegm Sos cultivos, sino
ge ean, un suelo nuevo, Les agate de ls avenidae
son amarillentas y fangosas, por log sedimentos reeo-
kidos a su impetuoso paso a través de las colinss.
Debido a que las aguas se espercen, fluyendo manse
‘mente, el fango en suspensiin se deposita como un
sedimento profundo en Ing tierras inundadas, El sedi-
mento contiene los elementos quimicos que los
cultives del fio anterior tomaron del suclo, de tal
manera gue éte e¢ renovado y vuelio a fertilizar, Bajo
las condiciones ce la ivrigacién natural, el ngricultor
no necesita ser némada. Puede cultivar, afio con aio,
Jesmisma paca qu es iundade por Ie avenda etre
tune conecha y otra,
El metodo de cultivo acabado de describir es po-
sible, justamente, en aquelles. regiones en donde los
LA REVOLUGION NEOLETICA 98
ancestros silvestres del trigo y de la cebada son, pro-
bablemente, natives, Perzy eostiene, en forma convin-
cente, que ta irrigacién es el métode més antiguo para
el cultivo de granos, Particularmente, las condiciones
existentes en el velle del Nilo han resultado excepcio-
nalmente favoredles para el cultivo deliberado de los
eereales, El Nilo, erecido por Ins lluvias causadas por
los monzones en 'ia mesets abisinia, se desborda con
notable regularidad cade otofio. Le avenida lege en
‘un momento conveniente, cuando el calor ya no es tan
Sete como para agoar los broes tirnos, Yash
sugiere Perry, la segura y oportuna crecida del Nilo
incité desde luego a los hombres a plantar semillas
deliberadamente, y dejatlas crecer. Los recolectores
ae alimentos deben haber utilizad los granos de trigo
y cebada silvesires como alimento, antes de haberlos
comenzado a cultivar. Los pufiados de estas semillas,
separcidos sabre el eedimento himedo de Ia avenide
Nilo, yendrian a sor los ancestros directos de todos
los cereales cultivados. ¥ la irrigacién natural ceria
l prototipo de todos los sistemas de cultivo,
La explicacién plausible y consecuente de Perry
acerca del otigen egipcio de fa sgricultura es, desde
luego, una teotia apoyada en testimontos todavia me-
nos directos que los mencionados en Ia p. 88 sobre
su origen palestino. En la époce de las poblaciones
agricolas mas antiguas del velle del Nilo, Ia precipita-
cién pluvial en ef Cercano Oriente y en el norte de
Africa era mas generosa que en la actualided, de tal
manera que Ia irrigacién no era el tinico método p:
ograr el desartollo de los cultivos. Le idea de cult
var cereales ze esparcié, indudablemente, con rapidess
cl norte de Siria, el Irak y la meseta persa se encuen-
tan tachonadas con las ruinas de poblacfones agricolas
casi tan antigues, sino es que eon contemporineas,
‘como las poblaciones mas antiguas de Egipto. El cul-
tivo migratorio hortense puede explicar esta répida
difusién en forma bastante simple, Pero, no es facil%6 LA REVOLUCION NEOLITICA
advertir cémo_un sistema, desarrollado en las condi-
ciones exccpcionales del’ valle de] Nilo, baya sido
transplantado « Persia y a Mesopotamia, en circuns-
tanciaa tan diferentes y menos favorables, Respecto a
Europa, es muy probable que la idea del cultivo y los
cereales cultivades fuoran introducidos por vez pri-
meta por los agricultores de azada que sc extendieron
por el oecidents de Europa, desde el norte de Africa, y
3 oltos que emigraron desde la cuenea del Danubio
cia Bélgica y Alemania; ya no se puede esperat
la existencia de ancestros silvestres del trigo y de la
cebada, al norte de los Balcanes.
Por otra parte, la agricultura en Fyipto no era uns
cosa tan simple, En su eatado natural, el valle del Nilo
debe haber estado formado por una sucesin de
nagas, ahogedae por eopetos cafiaverales, en los cusles
sc guarocerian los hipopétamos y otras bestias mo-
estas, Para hacerlas cultivables, las ciénagas debie
ron ser drenadas y despejadas, abuyentando a sus peli-
gnosos hobitantes, Tal empresa silo era posible para
una comunidad de cierta magnitud y equipada con
instrumentos efieaces. Desde un punto de vista gene-
zal, tal parece que el cultive dependiente de Tas. ave-
nidas del Nilo fuera posterior a Ip simple agriculture
de la azada y que hubiera derivado de ésta. En reo-
lided, os infraciuoso especular acerea de cémm0, eusndo
yen dinde se inieié el cultivo de los cereales. Tal
Yer es algo més itil indagar eémo Ia forma primaria
de producir alimentos se integrd y se convirtié en
agricultura mixta, adoprando la teoria enunciada en ta
85,
P "Prdeticamente, en todos los més antiguos poblados
prodactores de alimentos, de los examinados por los
arqueélogos en Europa, el Cereano Oriente y el norte
de Afrien, la industria hésica es Io agricultura mixte:
ademés del cultivo de cereaics, criaban animales para
emplesrlos como alimento, Esta economia es caracte-
ristiea de la etapa “neolitica”, en todos los lugares en
os cuales existié. Los animales domesticados para
LA REVOLUCION NEOLITICA ”
alimentaciin mo eran muy variados: sanado vacuno,
ovejas, eabras y cordos. Pocas especies, relativamen-
te. se han agregado a las granjas en periods subse-
ccuentes 0 en otros paises; siendo In mas importante la
galling, El ganado vacuno requiere, pastos mas bien
icos, pero puede vivir en estepas bien provistas de
agua, en los valles ittigados naturalmente.y ain en
Jos bosques que no son demasiado espesos. Los condos
preficren las clénagas 0 los bosques; las oveas y las
cabras pueden medrar en condiciones secas, pero no
absolutamente