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a RECOLECTORES DE ALIMENTOS ¥ servird como advertencia para no atribuirles, inde hidamente, un centido contrario al que tuvieron Sin embargo, Ia revoluckin neolitica no se inicié entre Tos magdaicnienses de Euiopa, ni tampoco fué enlre ellos donde se ered la nueva economia, Los mag- dalenienses debieron su prosperidad 2 su adaptacién yenturosa aun medio ambiente especial. Al terminar Va altima Edad de Hielo, cuzndo los bosques inva- Aiczon las antiguas estepas y In tmdra, desalojando alas manadas de mamuts, bisontes, caballos y tenos de Francia, decayé 1a cultura basada en ta caza de estes animales, Otros pueblos, que no dejaron una estela de recuerdos tan brillantes, crearon In nueva ia de productores de alimentos. De hecho, ex coneebible que, desde la époea de los caxadores auri- facionses y magdalenienses en Furopa, ya existian teibas en otros continentes que habfan comenzado a exltivar plantas y a eriar animales. El. profevor Menghia v otros investigadores, han ilegado a esta blecer esta inferencia. Pero, hasta ahora, no se ha educide ninguna prueba positiva para conficmarla. De acuerdo con los testimonios disponibles, durante la Edad Paleolitica, es decir, 1 periodo del pleisto- eno, lor Gnicos métodos practicados por el hombre para’ asegurar gu subsistencia, fueron Ix recoleceién ¥ Ta caza, Vv LA REVOLUCION NEOLITICA En el transcureo de tos inmensos periodos de_las Eades de Hielo, el hombre no introdujo cambio fusr domental alguno en su actitud hacia la naturaleza exterior. Se contenté can seguir tomando lo rue podia coger, ain enando mejord enormemente sus proved mientos de recolecciin y aprendié a diseriminar a que podia coger. Pero, apenas terminada la Edad de Hielo, Ia actitud del hombre (0, mas hien, de alganas comunidedes) hacia su medio ambiente, frié wn cambio radical, prefiado de contecuericias revolucionarias para la especie entera, F'n ciltas abe solutas, el periodo transcurrido después de la Kad de Hielo es una fracciGn insignificante del total del Kempo que leva e hombre, o. eriatures semejantes at hombre, de actuar sobre la tierra. Fstimaniy ron lergueza Ja duraciin del pexiodo post-glacial en uno quince wuillares de_aiios, contrasta con [a atribuciin conservadore de 250,000 afios guar Ia era preculen te, No obstante, en ta iltima Vigésima parte do su historia, el hombre ha empezado a controlar la naty- releza 0, por lo menos, ha logrado ejercer su control tooperando con ella La manera como se ha ido haciendo efectivo este control det hombre es a base de pasos graduates, eu yos efectos se han ido acuinulands. Pero, entre ellos, podemos distinguir algunos que se destacan como re- voluciones, juzgindolos con arreglo a las normas explicadas'en el Capttulo I. Ta primera revolucion que transformé 12 economia immana dié el hombre el control sobre su propio ahastecimiento de alimen- tos. EL hombre comenzé a sembrar, a cultivar ya mejorar por soleccién algunas yerbas, xaices y arhustos comestibles. Y, también, logré domesticar y unir fir memente a sn persona a ciertas expecies ce animales, #8 th LA REVOLUCION NEOLITICA ui correspondencia a los forrajes que les podia ofre- cex, a Ia proteceién que estaba en condiciones de depararles y a la providencia que representabs para ellos, Los dos pasos se encuentran relacionados inti- nvsmente. En Ja actualidad, muchos investigedores autorizados congideran que el cultivo de Ja tierra ante. ced en todas partes a la ctia del ganado. Otros in- vestigadores, particolarmente los de In escuela hist ica alemana, estiman que, mientras algunos grupos humanes comenzaron por el cultivo de las plantas, ‘tros grupos emperaron domesticando animales, Ai- _gunos ina, sostienen que hubo una etapa de pastoreo, preoediendo universalmente a la agricultura. Simple: mente con propéaitos de exposicién, adoptaremos aqui la prizuera teoria, AGn ahora, sobreviven muchas 1 bus de agricaltores que no poscen animales domést cos. En el eentro de Europa y en el oecidente de China, en donde Ia conjugacién de agricultura y ga- naderia ha sido secularmente 1a economia prevale- ciente, la pala del arquedlogo ha puesto al dascubierto que log campesinos mis antiguos contaban con muy pocos animales domaésticos, s! e: que tenian algunos, por Io eual vivian de fos productos agricolas y, tal vez un poco, de Ia caza. Existe una enorme variedad de plantas susceptibles Je suministror una dicta importante cuando se les ealtiva, El arroz, el trigo, la cebada, el mijo, el maiz, cl fiame y la batata, respectivamente, sostienen tod va en la actualidad a poblaciones considerables. Pero, en las civitizaciones que han conttibuide de ‘manera mas directa y generosa a formar la herencia cultural de ta cual gozamos, son el trigo y ta echa dda los que encontremos como fundamento de su eco- nottia, Estos dos cereales oftecen, en efecto, ventajas epcionales, El alimento que producen es muy nu- i granos se pueden almaoenar con facilidad, ¢l cendimiento es relativamente elevado y, sobre todo, ¢l trabajo requerido para su cultivo no es demasiado absorbente, Es cierto que Ja preparaeién de los cam- LA REVOLUCION NeoLITICA a wos y la sicmbre misma, exigen un estuerzo conside Piblas también se necesita practicer algunos. desyer- ‘bes y tener cuidados durante la maduracién de las expigas; ademés, Tn. oosecha demanda un esfuerzo intensive de la comunidad entera. Pero, todos estos esfuerzos son por temporada. Antes y después de la siembra se tienen intervalos durante los cuales lox campos no necesiten, préeticamente, alenciin alguna. El eultivador de granc goza de lapsos importantes de ‘ocio, durante los cuales ee puede dedicar a atras ocit paciones. En cambio, ¢| cultivador de arroz no dis- pone de tales treguas. ‘Tal vez, su faena nunca es tap intensa como la exigida durante Is cosecha del grano, pero ¢3 més continua. Tomando en cuenta que las civilizaciones histéri- cas de la cuenca de} Mediterraneo, del Cereano Oriente y de ia India, se edificaron sobre cereales, debemps voncentrar nuestra atencién sobre las econoraias hasa- dag en el trigo y en Ia cebada, La historia de estos granos se ha estudiado en forma mucho mis extensa ue ln de otras plantas cultivadas y se pucde expones de modo breve. Tanto el wig, como la oebada, son formas do- mesticadas de yerbas silvestres. Pero, en cada vasu, el cultivo, la seleccién deliberada de las mejores plan- tas con el. propisite de rembrarlas, y el. exice consciente o accidental de diversas yariedades, hau produclde granos mayores y mas autrtivos que les emills de cualquier yerbu silvestre, Se conocen dos Yerbas silvestres que son ancestros del trigo: el alfor. Hen y J escanda silvesic.Ambas crecen en paires tmatadovoa, el primero en los Baleanes, Crimesy Avia Menor y el Caueaso; la segunda mas al sur, on Pales- tina y, tal vez, en Persia, Desde Iuego, la distribucién actual puede ser en- gaiiosa; el clima ha cambiado mucho desde la época fen la enal se inicid ol cultivo y la filogeogratia de pende de las condiciones climaticas, Pattiendo.sigu oramente do diferentes premisas, Vaviloy ha llegado ae 1A REVOLUGION NEOEITICA 44 proponer que se considere el Afgamistin y el nor- este de China, como los centros originales del cultivo del trigo. En todo caso, la escanda silvestre estd em- pitentada con tn trigo peoto, insatisfactorio, el ‘cual se eultivé extensamente en Europa Central, en épo- cas prehistoricas, y todavia erece en Asia Menor. Del cnltive del alforfon (Triticum dicoccum), se puede obtener un grano mauy superior, El alforfén parece fnzher sido el trigo mis antiguo cultivado en Egipto, cen Asig Menor y en el. oeste de Europa; regiones en las cuates, con frecuencia, erece todavia. Sin embargo. le mayoria del trigo del eual se obtiene acturlmente hnaring, pertenece a wna tercera varieded (Triticum vulgare), de la cual no se conoce ancestro silvestre alguno. ‘Este trigo pudo haber resultado de cruzar el alforfin con alguna yerba desconocida, Los més antignos granos de trigo encontrades en Mesopotamia, ‘Vorquestén, Persia y la India, pertenecen @ este grupo. También los ancestros silvesires de la cebada son yerbas de la montafia, Se han hallado en Marmari fn el norte de Africa, lo mismo que en Palestina, Asia Menor, Transcaucasia, Persia, Afganistin y Turques- én, Los méodos de Vavilov sefialan a Abisinia y at sureste de Asia, como los centros primarios del eul- tivo de Ja cebaéa. Los problemas de saber donde empezé cl cultivo y si fué en un solo centro 0 en varios ula ver, todavia permanecen sin decidir. Por haberse deseubierto tecientemente hocts en caverns que es lavieron habitadas, en Palestina, junto con instramen- tos apropiades para una economia de ecolectores de alimentos, més bien que para una cutinra asociadn nor- malnente con la primera revolucién, se arguye que el cultivo de cereales se inicié en Palestina, 0 cerca de alli. Pero, no ¢s imposible que los moradorea de di- thas eavernas (Ilamades natufienses) hayan pertoue- cido a una tribu attasada, la cal hubjera adoptado algunes elementos de cultura de agricaltares mis avanzades de cualquier otra parte, pero sin que hu: Diese teorganizado cabalmente su economia. LA REVOLUCION NEOLITICA 80 La introduecién de una economia productora de alimentos. afect6, como una revolucién, a las vidas de todos los involuerados en ella lo bastante para refle- jarse en Ia curva de la poblacién, Por eupuesto, no se dispone de testimonio aigano de “estadistiea de pobla- sion", para probar que haya cewrido el esperado ineremento de ta poblacién. Pera, es ficil advertir que asi sucedid. La comunidad de recolectores de mentos tenia Fimitada su magnitud por la provision ds alimestos disponibles —el nimero real de anime- les de caza, de pecés, de raices comestibles y de bayas ‘que erecian en sa territorio—. Ningiin esfuerzo fn mano, ni tampoco conjuro magico alguno, podia au- mentar esta provisién. En veslidad, las mejovas en Ja técnica o la intensificaciGn de ta eaza y de la recolec- cién, Ievadas mas alld de cierto punto, producirian a exterminacién progresiva de los animales de caza ¥ la disminucién absoluta de las ptovisiones. Y, en la préctica, las poblaciones eazadoras ¢¢ muestra muy bien ajustadas a los recursos de que disponen. El exl- tivo rompe, de una vez, con los limites asi impuestor. Para incrementar la provision de alimentos, silo es necesario sembrar ms semillas, cultivando mayor extension de tiorsas. Si existen mis boas por alimen- tar, también tienen mas brazos para trabajar los ‘campos. ‘or otta parte, los nifios se hacen exondmicamente ‘tiles. Para los cazadores, los nifios representan una ‘carga. Tienen que ser alimentados durante muchos afios, antes de que pucdan empezar a contribuir efec- tivamente al sustento de la farnilia, En cambio, desde su infancia, os hijos de los agricultores pueden ayu- dar a desyerbar los campos, y a espantar los pijaros 4 otros animales destructores. Si hay ovejas y vacas los machachos y mmchaclus pueden atenderos, Ei tonces, @ priori, 1a probabilidad de que la nueva economia trajera aparejado un ineremento de la po- Macién, es muy elevada. En realidad, esta poblaciin debe haberse extendido con mucho mayor rapide *” LA REYOLUCION NEOLITICA yue Ia establecida, a parecer, por Ia erqueologis. inicamente asi podemos explicar el modo spatente- ‘mente repentino con el cual surgieron comunidades ‘campesioas en regiones anterformente desiertas 0 sélo hnsbitadas por mauy escasc grupos de recolectores. ‘Alrededor del lago que en otro tempo lend la depresi¢n del Fayum, el nimero de uteusilios de Jn Edad Paleolitica e:, en verdad, imponente, Pero, Hlenen que ser distribuides a lo largo de tantos mix Jes do afios, que In poblacién stestiguada por ellos pido ser exigun. Después, en forma enteramente brusca, las orillas de un Jago algo mermado se ven orladas con una cadena de aldeas populosas, todas ellas contemporiness, al parecer, y dedicadas ala agricultura, El valle del Nilo, desde Ia Pri wera Catarata hasta El Cairo, se lend répidamente con una eadena de poblaciones campesinas florecien- tee, aparentemente atrgidas todas ellas al mismo tiem- poy. desarrollindose continusmente, hasta el afio (000 2. ¢. 0 bien, tomemos las Isnuras boscosae del mte de Europa, ‘Despnés de In Edad de Hislo, en- contramoe desperdigados carerios de cazadores y pee exdores siguiendo los litorales, a la orilla de las Io- ganas y en los claros arenotos de lon bosques. Las reliquias deseubiertas cn tales sitios fueron esparcidas, probablemente, en un par de millezes de afios; y. por lo tanto, s6lo son compatibles con una poblacién es. casa. Pero luego, en el curso de unos cuantos siglos, primero, Dinamarca y, después, o sur de Suen, ef norte de Alemania y Holanda, se llenaron de tumbas construidas con piedsst giganteccas. Se debe haber desarrollado un eaferzo considerable para canstruit tales cementerios y, en efecto, algunos llegan a conte- x hasta 200 eaqueletos. El crecimiento de la pobla- iin debe haber sido, entonces, répide. Es cierto que, en este cas0, se supone que los primers agri cultores, quienes también fueron Tos arquitectos de Jas grandes tumbas de piedra, hayan sido inmigran- tes, Pero, como también se supone que llegarcn en LA. RBVOLUGION NEOLETICA a barcas desde Espatia, rodeando hasta las islas Greades y pasando por el Mar del Nozte, la poblacién inmi- grante no pudo ser, en realidad, muy grande, La ‘hultitud supueste por las tumbas debe haber resultado Pie, 5, Azadas neo de In fecundidad de unas eventas familias inmigrantes y de Jos antiguos cazadores que se hubieran unido & cllas para explotar los recurtos agricolas del noxte 92 LA REVOLUCION NEOLITICA virgen. Por dltimo, los eaqmeletos humanos atribuidos a la Edad Neolitica, sélo en Europa, son varios cen- tenares de veces mas numerosos que fos de la Edad Peleolitica en conjunto. No obstante, fa Edad Neoli- tica en Eoropa duro, a lo sumo, 2,000 afios; menos de la centésita parte del tiempo atribuido a la Eded Paleolitica. Seria tedioso acumular Jos testimonios; sus impli- caciones son claras. Solamente después de la primera reyolucién —pero, eso si, inmedistamente después de ella — fue cunudo nuestra especie comenzd realmente 2 multiplicarse con toda rapidez, Algunas otras impli- eaciones y consecuencias de esta primera revolucién, 0 revolucién “neolitica”, las podemos considerar des- pués, Porque, en este punto, es recomendable haret un paréntesis, No debe confundirse la adapeién de la agricultura con la adopeién de una vida sedentaria. Es costumbre contrastay la vida asentada del agricultor con Ia exiv tenia némada de] “cagador sin hogar’. El contraste es bastante artificioso. En el siglo pasado, [as tribns cazadoras y pescadoras de las costas del Canada, en el Pacifico, poseian aldens permanentes con casas de ‘madera ‘importantes, adomadas y casi lujosas. Los saagdalenienses de Francia ocupaban, ciertamente, a misma caverna, durante la Fdad de Hielo, por varias generaciones, Por otro lado, almmos procedimientos de cultivo imponen una especie de namadismo entre quienes los practican, Para muchos campesinos de Asia, Africa y América de} Snr, todavia en Ia actua- lidad, la egricuktura significa simplemente despeiar um lugar de monte bajo a de matorrales, escarbarlo con una azada 9 con una estaca, cembrarlo y, luego, recoger la cazecha, La parcela no es barbeckada, ni menos ebonads, pero se le vuelve a sembrer al amo. siguiente, Por supveio, en tales condiciones, el ren- dimiento declina notablemente después de un par de temporadas. Luezo, se despeja ctta paresla y #0 re- pite cl proreso harta que también se agota, Bien TA REVOLUCION NFOLCTICA 2% pronto, toda ia tierra disponible cercana a! poblado ha sido cultivada hasta su agotamiento. Cuando esto hi ocutrido, los habitantes se transladan para comen- ar de nuevo en otta parte, Sus enseres domésticos son bastante simples como para ser trensportados {8 cilmente. Las casas mismas son chozas endeble hablemente inmurdas por la prolongada ou las cuales se pneilen substituir fic La que acabemos de descr yeimitiva de ta agriculture, Tlamada frectientemente ealtive de wiada ‘0 caltivo’hortense, La naturaleza planteé pronto un problema a los agricultores: el problema del ‘gotamiento del suelo, “El modo mas sencillo de entendérselas. con el problema tus el de ehudislo, trasladindose a otro sitio. En reatided, esta soluciin es perfectamente satisfactoria mientras existe tierra cultivable en abundancia y el aioultor se con- tenta sin lujos ai refinamientos que estorben Iam gracién. Desde luego, constituia una motestie el tener ‘ue despejar una nueva porciin det bosque después ungs exantos afios; pero, oon seguridad, era menos penose que pensar en una solucion nueva. En todo aco, esta forma de cultivo prevaleeié en Europa, al norte de los Alpes, en los tietnpos prehisisrieos, Pado Isher sobrevivido’ entre algunas tribus germénicas hasta el comienzo de nuestra era: puesto que et ge grafo Patrabén indica Ia facilidad que tenien para trasladet sus poblados. ‘Tadavia se practica actual: mente, entre los nagas cultivadores de arror en Asam, ‘entre jos bora de la cuenca del Amazonas, y atin entre jos cultivadores de grano en el Sudin. Sin embargo, es un proceditniento. dispendioso y, en Giltimo término, restringe In poblaciin, ya que ta tierra disponible no es ilimitada en ninguna parte. Si bien el cultivo némada hortense es 1a forma mie primitiva de ia ageicultara, no por ello es la mis simple, ni tampoco Ia mis antigua, A través de le gran faja de regiones actualmente dridas 0 desiertas, ue se extiende entre Jos bosques templados del nocte ” JA. REVOLUCION NEOLITICA y las celvas de los trépicos, Ins mejores tierras para la agricultura se encuentran, con frecuencia, en Ios suclos de aluvién depositados cuando los torrentes in- termitentes fluyen de las colinas hacia tas Manuras, ¥ en os valles de los rfos que se desbordan periédica- mente, En esta zona arida, el fango inunda Jas anuras préximas a los grandes rics, y los sedimentos, espar- eiéndose en absnico a la salida de los desfiladecos del torrente, forman un contrésie agcadable con les arenas infecundas 0 les rocas estériles del desierto. Y, en elles, las aguas remanentes de las avenidas ocu- pan el luger de las Iluvias inciertas, suministrando la humedad necesaria para la germinacién y la madura- cin de los cultivos. De este manera, en el oriente el Sudan, los hadendoa esparcen Ins cemillas de mijo Sobre el fango himedo depositado por la avenide del Nilo cada otofio, y esperan, simplemente, que broten las plantas, Cada vez que s¢ abnic una tempestad so- bre el Monte Sinai, provocando una avenida del Wady al Arith, los arabes del desierto se apresuran a sem- brar granos de cebada en el sedimento acabedo de depositary recogen una grata cosecha i ‘Ahora bien, en tales condicionos, las avenidas uti- lizadas de este modo, no sélo riegm Sos cultivos, sino ge ean, un suelo nuevo, Les agate de ls avenidae son amarillentas y fangosas, por log sedimentos reeo- kidos a su impetuoso paso a través de las colinss. Debido a que las aguas se espercen, fluyendo manse ‘mente, el fango en suspensiin se deposita como un sedimento profundo en Ing tierras inundadas, El sedi- mento contiene los elementos quimicos que los cultives del fio anterior tomaron del suclo, de tal manera gue éte e¢ renovado y vuelio a fertilizar, Bajo las condiciones ce la ivrigacién natural, el ngricultor no necesita ser némada. Puede cultivar, afio con aio, Jesmisma paca qu es iundade por Ie avenda etre tune conecha y otra, El metodo de cultivo acabado de describir es po- sible, justamente, en aquelles. regiones en donde los LA REVOLUGION NEOLETICA 98 ancestros silvestres del trigo y de la cebada son, pro- bablemente, natives, Perzy eostiene, en forma convin- cente, que ta irrigacién es el métode més antiguo para el cultivo de granos, Particularmente, las condiciones existentes en el velle del Nilo han resultado excepcio- nalmente favoredles para el cultivo deliberado de los eereales, El Nilo, erecido por Ins lluvias causadas por los monzones en 'ia mesets abisinia, se desborda con notable regularidad cade otofio. Le avenida lege en ‘un momento conveniente, cuando el calor ya no es tan Sete como para agoar los broes tirnos, Yash sugiere Perry, la segura y oportuna crecida del Nilo incité desde luego a los hombres a plantar semillas deliberadamente, y dejatlas crecer. Los recolectores ae alimentos deben haber utilizad los granos de trigo y cebada silvesires como alimento, antes de haberlos comenzado a cultivar. Los pufiados de estas semillas, separcidos sabre el eedimento himedo de Ia avenide Nilo, yendrian a sor los ancestros directos de todos los cereales cultivados. ¥ la irrigacién natural ceria l prototipo de todos los sistemas de cultivo, La explicacién plausible y consecuente de Perry acerca del otigen egipcio de fa sgricultura es, desde luego, una teotia apoyada en testimontos todavia me- nos directos que los mencionados en Ia p. 88 sobre su origen palestino. En la époce de las poblaciones agricolas mas antiguas del velle del Nilo, Ia precipita- cién pluvial en ef Cercano Oriente y en el norte de Africa era mas generosa que en la actualided, de tal manera que Ia irrigacién no era el tinico método p: ograr el desartollo de los cultivos. Le idea de cult var cereales ze esparcié, indudablemente, con rapidess cl norte de Siria, el Irak y la meseta persa se encuen- tan tachonadas con las ruinas de poblacfones agricolas casi tan antigues, sino es que eon contemporineas, ‘como las poblaciones mas antiguas de Egipto. El cul- tivo migratorio hortense puede explicar esta répida difusién en forma bastante simple, Pero, no es facil %6 LA REVOLUCION NEOLITICA advertir cémo_un sistema, desarrollado en las condi- ciones exccpcionales del’ valle de] Nilo, baya sido transplantado « Persia y a Mesopotamia, en circuns- tanciaa tan diferentes y menos favorables, Respecto a Europa, es muy probable que la idea del cultivo y los cereales cultivades fuoran introducidos por vez pri- meta por los agricultores de azada que sc extendieron por el oecidents de Europa, desde el norte de Africa, y 3 oltos que emigraron desde la cuenea del Danubio cia Bélgica y Alemania; ya no se puede esperat la existencia de ancestros silvestres del trigo y de la cebada, al norte de los Balcanes. Por otra parte, la agricultura en Fyipto no era uns cosa tan simple, En su eatado natural, el valle del Nilo debe haber estado formado por una sucesin de nagas, ahogedae por eopetos cafiaverales, en los cusles sc guarocerian los hipopétamos y otras bestias mo- estas, Para hacerlas cultivables, las ciénagas debie ron ser drenadas y despejadas, abuyentando a sus peli- gnosos hobitantes, Tal empresa silo era posible para una comunidad de cierta magnitud y equipada con instrumentos efieaces. Desde un punto de vista gene- zal, tal parece que el cultive dependiente de Tas. ave- nidas del Nilo fuera posterior a Ip simple agriculture de la azada y que hubiera derivado de ésta. En reo- lided, os infraciuoso especular acerea de cémm0, eusndo yen dinde se inieié el cultivo de los cereales. Tal Yer es algo més itil indagar eémo Ia forma primaria de producir alimentos se integrd y se convirtié en agricultura mixta, adoprando la teoria enunciada en ta 85, P "Prdeticamente, en todos los més antiguos poblados prodactores de alimentos, de los examinados por los arqueélogos en Europa, el Cereano Oriente y el norte de Afrien, la industria hésica es Io agricultura mixte: ademés del cultivo de cereaics, criaban animales para emplesrlos como alimento, Esta economia es caracte- ristiea de la etapa “neolitica”, en todos los lugares en os cuales existié. Los animales domesticados para LA REVOLUCION NEOLITICA ” alimentaciin mo eran muy variados: sanado vacuno, ovejas, eabras y cordos. Pocas especies, relativamen- te. se han agregado a las granjas en periods subse- ccuentes 0 en otros paises; siendo In mas importante la galling, El ganado vacuno requiere, pastos mas bien icos, pero puede vivir en estepas bien provistas de agua, en los valles ittigados naturalmente.y ain en Jos bosques que no son demasiado espesos. Los condos preficren las clénagas 0 los bosques; las oveas y las cabras pueden medrar en condiciones secas, pero no absolutamente

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