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CLAVE: DBO204 | BIBLIOGRAFIA_BASICA: Har LIBRO: PANORAMA DE LA HISTORIA UNIVERSAL DEL DERECHO AUTOR: MARGADANT, GUILLERMO F. - | EDITORIAL: PORRUA, MEXICO 2009 : sane | PAGINAS: 77-127 TEMA IV ROMA Y BIZANCIO 4. 1.-Prehistoria de Roma; la Roma Monarquica; Ja Republica; Patricios y Plebeyos 4.2.-El Imperio; la crisis del siglo Ill; reconquista' ca — foe ai Dioclesiano; la caidadel Imperio de Gccidente- a sts 4.3,-El Imperio de Oriente; su caida en 1453 - 4.4, -Los Derechos Romano y Romano-Bizantino 4. 5. -La Constitucién Monarquica 4,6,- La Constitucién Republicana | 4.8.- las fases del desarrollo del derecho privade romanosir:: 1 UULENO F. Mas een aquellos casos cada regién se en- Jo lugara sistemas talle en el caso de derecho helenis- stico con el judo CAPITULO III ROMA Y BIZANCIO FONDO HISTORICO GENERAL Prehistoria de Roma; la Roma monérquiica; {a Repiiblica; patricios y plebeyos Cuando comienza en Italia ta época del hierr0, hacia 1000 a.C., se encuentran allf restos de una cultura originaria italiana, preindoeuropea, que sobrevive precariamente al lado de las culturas de los diversos invasores indogerménicos, arios, que habjan entrado en la peninsula durante el til- timo milenio, como son Ia de los latinos (que cre- maban a sus muertos), la de los umbrios (que los enterraban) y la de Ios ilirios, que tenfan contacto indirecto con algunos pueblos domesticadores de caballos del centro de Asia e introdujeron las ar- mas de hietro en la cultura italiana. Ademds, des- de 900 a.C. entran en Italia los etruscos (desde Asia Menor?) y establecen allf importantes ciuda- des, que formaban entre sf una confederacién. Descle aproximadamente 750 a.C., algunas ciudades griegas fundaron présperiis colonias en el sur de Italia, en tanto que la poderosa colonia de los fenicios, Cartago, extendta su poder a Si- cilia, Cerdeia y Cércega. Entre estas culturas ” De suefios a cenizas ve de os nue: “suo spr resaas como un hunt ue nce ul uto un cena Bor proceso cor Le lait pati de too es ceca y dazed ees ee vara ena ‘qusiue a Sepa, a abe npealy aie ‘eed os Ce, cs evo seneef Prono a ta peteccon que prec conse, ‘ho mal 4. ncn Gs ‘De inet Rae aparece mana, nel rare des gS va elec coe ‘kat Feu, Th tage fone cy Guo F, waecaoaNT superiores de etruscos, griegos y fenicios, se encuentra la llanura de Lacio, en la que se agrupaban ciudades pequefias y aldeas, de civilizacién modes- ta, A mediados del siglo vit (segéin la leyenda en 753 a.C.) se funds all la ciudad de Roma, en la que se uni6 un nticleo latino (en el Palatino) con un establecimiento sabina (en el Quirinal). No se sabe si esta uni6n tuvo como fin el de poder enfrentarse més eficazmente con el creciente poder de los etruscos o si se trataba precisamente de una reorganizacién de la regi6n, auspiciada por los etruscos. Lo cierto es que el nombre de Roma (Ruma) es de origen etrusco y que los iltimos reyes de la serie de los siete monar- cas de Roma, serie en parte legendaria, llevan nombres etruscos. La decadencia de! poder de los etruscos fue motivo dg una liberacién nacional (“cafda de Ja Monarquia”, 510 a.C.) que dio origen a la aristocré- tica Republica romana (510-27 a.C.). Durante esta fase se suaviza la rivali- dad entre los dos grupos étnicos, patricios y plebeyos; de éstos, ambos con- taban con familias ricas, pero sélo los primeros manejaban el poder estatal. El origen de la distincién entre plebeyos y patricios es uno de los temas mis discutidos de la historia de Roma. No se trata de una distincién entre ricos y pobres (repetimos que hubo familias plebeyas opulentas), ni tam- poco entre terratenientes y comerciantes-industriales (hubo, por igual, plebe~ ys y patricios terratenientes). La prohibicién de matrimonio entre ambos grupos, confirmada por las Doce Tablas, pero revocada poco después por Ja Lex Canuleva de 445 a.C., sugiere una diferencia étnica. Pero, gcudl? {Etruscos versus latino-sabinos?, o bien, {latinos versus sabinos? Toda opinién en relacién con esta controversia cuenta con argumentos que pare~ cen bien fundados. Con sucesivas amenazas de retirarse, los plebeyos obtuvieron un po- deroso representante, con derecho de veto, dentro de la organizacién patri- cia, el tribuno de la plebe, con cuya ayuda poco a poco se van asimilando los dos gray gra conquis go.en todal de los grieg, Una vez, los romano: con Cartage 2ilac., el Roma casi i toria, para aC). Eres ‘iltimo, Egiy las préxima | eno 6, wwRCADNNT i I Ia Hanura de Lacio, Civilizacién modes LC.) se Fund alli ta el Palatino) con un ta unién tuo como. ciente poder de los aci6n de la regisn, 2 de Roma (Ruma) de los siete monar- ettuseos. + de una liberacién igen a la aristocrd- we suaviza la rivali- éstos, ambos con- hejaban el poder s uno de los temas a distinei6n entre pulentas), ni tam- , por igual, plebe- onio entre ambos Doce después por ica. Pero, ;cudl? ss sabinos? Toda mentos que pare- stuvieron un po- ganizacién patii- : van asimilando NORA DELA HISTOR LAW ERS. OBL FRECHO los dos grupos. A medida que progresaba la unificaci6n interior, Roma lo- gra conquistar el poder, primero en ta confederaci6n latina (493 a.C.), lue- go en toda la peninsula itdlica (derrota de los etruscos en 396 a,C.; derrota de los griegos del sur de Italia en 272 a.C.). Una vez conquistada la peninsula, una conocida ley geopolitica forz6-a~ los romanos a conquistar “ia orilla opuesta”, lo que provocé un conflicto con Cartago. En una lucha que casi costé la existencia al Estado romano (en 211 aC., el general cartaginense Anfbal estuvo frente a las puertas de una Roma casi abandonada), los romanos triunfaron, abusando Inego de la vic~ toria, para realizar, en dos etapas, la aniquilaci6n total del enemigo (146 2.C.). El resto de la tareu fue Fécil:, Macedonia, Grecia, Asia Menor y, por liltimo, Egipto, fueron incorporados al poderfo romano en el transcurso de las préximas generaciones. Roma y Cage, sproxinalamet 27. GULL MARCHA Roma, sin embargo, no logré resolver dos graves problemas: ) {Cémo crear una organizaci6n politica que unificara este enorme territorio? Julio César previé un commonwealth cosmopolita, en el cual la hegemonia de Roma habria de desaparecer con el tiempo. Tales ideas, impopulares para Ia aristocracia nacionalista, le costaron la vida, pero la fuerza de la historia, de cualquier modo puso finalmente en prdctica esta visién, b) {Como contrarrestar dentro de Ta estructura social de la repiblica romana, el desequilibrio existente entre, por una parte Jos muy ricos, es decit, los senatoriales y los equites, que realizaban fabulosos nego- cios politicos o comerciales en las nuevas “provincias”, y por otra, la reciente masa de campesinos que se habfan retirado del campo ante el desarrollo del latifundismo y se habfan aglomerado en Roma, donde vivfan a costa del proletariado provincial, gozando de la distribucién gratuita de alimentos y de las fiestas piblicas que debfan alejar de su mente los problemas politicos (la funesta politica de panes'et circenses, financiada con tributos entregados por la provincia). Entre 133 y 121 a.C., los Graco propugnaron por la total reagrarizaci6n del proletariado urbano, pero su falta de tacto politico convirtié a estos lim- pios idealistas en una desgracia nacional: el resultado de su actividad polf- tica que pagaron con la muerte, fue un siglo de guerras civiles. Durante esta fase cadtica surgieron poderosos caudillos, unidos a veces en triunviratos. Finalmente, por eliminaci6n de sus competidores, qued6 como duefio del mundo antiguo Julio César. Después de su asesinato en 44 a.C,, su hijo adoptive Augusto, bajo cuyo régimen coloca la Biblia el nacimiento de Cristo, se convierte, primero, de imberbe “nifio popof” en un hombre astuto, un militar y politico maquia- ‘yélico; més tarde se transforma (ya en el poder) en un dechado de virtudes I isto burguesas. Este ralmente como El Imperio; a cr la reconstrucciO ta caida del Imp Dorante el pri era cristiana~ J racién de la Rr afirmaci6n; el gusto, cuanto q modo que el J Epoca se extier E] tercer s: provocada por tos hacen y de vores, consien El gran Dit al implantar ur oriental y occi de aguél; ade entonces opue rancia, el titis Entre tant Imperio y ada en elevadas fu sido posible v ménica y lam lerar las cosas caus f mGanAs sblemas: ficara este enorme nopolita, en el cual 1 el tiempo. Tales te costaron la vida, vuso finalmente en ial de la repéblica arte los muy ricos, an fabulosos nego- ias”, y por otra, la del campo ante el > en Roma, donde de la distribucién lebfan alejar de su panes et circenses, otal reagrarizacién , nvirtié a estos lim- > su actividad poli- viles. Durante esta ses en triunviratos. 6 como duefio del Augusto, bajo cuyo vierte, primero, de y politico maquia- cchado de virtudes — NOR WA DE ASTORIA UNIVERSAL DAL HEC A burguesas, Esta figura, multifacética y fascinadora, es considerada gene- ralmente como el primer emperador. El Imperio; la crisis del siglo m; la reconstruccién-det éstado por Diocleciano; ~~ - ----~ la caida del Imperio de Occidente Durante el primer siglo del Imperio ~al mismo tiempo, primer siglo de la era cristiana~ los emperadores proclaman su préveupacién por La restau- raci6n de la Repiblica. Durante el segundo, ya no es menester esta falsa afitmacién; el piblico se resigna ante Ia nueva situacién, con tanto mas gusto, cuanto que los emperadores dé esta fase son de excelente calidad, de modo que el Imperio goza de paz y prosperidad, También durante esta época se extiende la cultura romano-helenistica por todo e! Mediterréneo. El tercer siglo, en cambio, se caracteriza por una terrible decadencia provocada por la influencia politica de la indisciplinada milicia: los ejérci- tos hacen y deshacen a los emperadores y éstos, mediante excesivos fa- vores, consienten a los solddados a costa de las clases media y superior. El gran Diocleciano (284-305 .C.) vuelve a poner orden en el Imperio, al implantar un socialismo de Estado y establecer sendas administraciones, oriental y occidental. Constantino (307-337 4,C.) continiia con la politica de aquél; ademés, adquiere para su trono una nueva fuerza social, hasta entonces opuesta al Estado, el cristianismo (311-313 d.C: Edictos de Tole- rancia, el Gltimo conocido como el de Mildn). Entre tanto, los bérbaros del norte de Europa comienzan a conocer el Imperio y a darse a conocer. Fieles y valientes, son aprovechados a menudo en elevadas funciones militares o de palacio. Quizé, con el tiempo hubiera sido posible una compenetracién gradual y pacifica entre la Europa ger- ménica y la mediterrénea, pero un acontecimiento imprevisible vino a ace- lerat las cosas. a ‘GUILERNO F. acADANT Desde el siglo 1 d.C., los unos se habjan retirado de las fronteras chi- nas, La enérgica dinastia Han les impidié penetrar més alld de.Ia famosa ‘Muralla. En el siglo rv d.C., durante su migraci6n hacia el oeste, derrotan, en cl suroeste de Rusia, al Estado germénico de los ostrogodos (375 4.C). Llenos de pénico, éstos se lanzan sobre los visigodos, y en 376 d.C., en la frontera del Danubio, los romanos observan una creciente nerviosidad en la orilla opuesta: los godos, contando historias terribles sobre un salvaje pueblo asidtico que les amenaza por la espalda piden entrada en el Imperio. Roma les deja pasar y trata de arraigarles en la peninsula baleénica. No les gusta allf alos huéspedes: prefieren Italia y entran por la fuerza, acercéndose a Roma. Tero patos ogee ence Las tropas ror la defensa de entran avalan No tiene tribus germér el rey Teodo vandalos se ¢ Francia; los 1 Inglaterra, et rador del Img obra de teatre Tugar aun w | nor medida, ‘que dirige el tantinopla ec SLERIO . RGHOANT de las fronteras chi- as allé de la famosa el oeste, derrotan, en ogodos (375 A.C). syyen376dC,en onte nerviosidad! en la ore un salvaje pueblo anel Imperio. Roma ica. No les gusta alli weredndose a Roma. evr pc: sigan (ime xis dl siglo). NCR DE A STORM URAL Of DERE 8 Las topas romanas, colocadas en las fronteras nortefias, son retiradas para la defensa de Ia capital, pero dejan la puerta abierta, de modo que luego entran avalanchas de germanos. No tiene objeto relatar en detalle cudles rutas siguieron las diversas tribus germénicas. Los ostrogodos terminaron su migracién en Ttalia (con el rey Teodorico); los visigodos en el sur de Francia y en Espafia; los vandalos se establecen en el norte de Africa; los francos en el centro de Francia; los borgoiieses en el este de Francia; los anglos y sajones van a Inglaterra, etcétera, Un militar germano, Odoacar, depone al iltimo empe- rador del Imperio de Occidente (Rémulo Augusto, el Rémulo Magno de la obra de teatro de Diirrenmatt), con lo cual el Imperio de Occidente cede su A pg Ee bagaoe ey Fefeer (5 Ooo: = s=saen as grandes migracoes elas sigs lugar a un mosaico de reinos germénicos, que reconocen, en mayor 0 me- nor medida, la soberanfa teérica del “emperador”, es decit, del emperador que ditige el Imperio de Oriente, cuyo imperio desde 330 d.C. tiene a Cons- taniinopla como capital. Pocas generaciones después de la cafda del Imperio cy CGLERNO F, ARGADANT pont OF AH mahometan Palestina, s Constantin’ invaden los zacién islé: | Durant dinastia de | relacionad: das de las i dénica (86 nianea, co: | definitivo importante miento de La cai afios antes Las moras gemvncs ue suceen al impero orn de Orient itn de proximate 500). Romano de Occidente, encontramos en este trono oriental al famoso Justi- iano (“el Grande”, aunque tal epiteto no parece compatible con todos los as- quiavélics pectos de su régimen, tan importante para la historia del Derecho), competid: de Oriente El Imperio de Oriente; su caida en 1453 : eee i da se con El Imperio de Oriente sobrevive a la caida del Imperio de Occidente por | historia. | casi mil afios. Hasta el siglo vu d.C., su enemigo tradicional habia sido i Paledlog, Persia, el segundo gigante del Mediterréneo oriental. En circunstancias in- antiguo 1 verosimiles y al borde de una derrota total, en 629 d.C., Heraclio logra una : enemigo paz honrosa sobre los persas. Sin embargo, atin bajo este mismo glorioso Lace empérador surgié de la nada un nuevo enemigo, mucho més peligroso, por gano co estar animado de un espititu fandtico religioso: los mahometanos. Antes de desarroll dejar el trono, el infeliz Heraclio, que habia celebrado la liberacién del desdeel | peligro persa con impresionantes ceremonias, debfa contemplar cémo los vilizacié & GuRLEHO .swcanAN despeinaanat 500d), tal al famoso Justi- vle con todos los as- ! Derecho). de Occidente por icional habia sido circunstancias in- Jeraclio logra una e mismo glorioso nds peligroso, por netanos. Antes de la liberacién del emplar cémo los PANOBAKA DE LAL HSIONA WAVER, Det DERECHD io mahometanos amputaban ricas provincias del Imperio de Oriente (Siria, Palestina, Egipto). Con altas y bajas -predominando siempre fas bajas— Constantinopla trata ce hacer frente a este nuevo antagonista, hasta que la invaden los tureos (os bérbaros fronterizos, vanguardia de Ia culta civil zaci6n istémica) en 1453 d.C.,aflo de_la caida del Impetio de Oriente: — Durante estos siglos son importantes fases de-Ia historia bizantina la dinastta de los Isaurios (717-802), caracterizada por Ins perturbaciones relacionadas con los iconoclastas, que querfan climinar Jas imégenes sagea- das de las iglesias (fel segundo Mandamiento) y la brillante inastia mace- dénica (867-1056), que provocé la renovacién de la tradicién jurtdica justi- nianea, como veremos (las Bastlicas, p. 128). En 1054 sobreviene el cisma definitivo entre Roma y Ia Iglesia’ ortodoxa oriental; esta ruptura tuvo importantes antecedentes, sobre todo desde el icono-clasticismo y el otorga- miento de la dignidad imperial occidental a Carlo Magno por el Papa (800). La caida final de Bizancio, la prepar6, desde unos doscientos cincuenta afios antes, la cuarta Cruzada (1203); a causa de la politica de Venecia, ma- quiavélica avant la lettre, la cruzada $e clesvié hacia Constantinopla, su competidora comercial, colocéndose Inego, de hecho, el Imperio Romano de Oriente, de 1204 a 1261, bajo la tutela del Occidente (éste es el periodo de la historia de Bizancio, conocido como el Jimperio Latino). La cuatta cruza- da se convirtié, asf, en una de las trampas mercantiles mas diabélicas de la historia. Después de recuperar su independencia, bajo la dinastia de los Paledlogos, el menguado Imperio de Oriente no logra reconquistar su antiguo nivel; asi, entre guerras civiles y derrotas en la lucha contra el ‘enemigo exterior, se acerca el catastr6fico afio de 1453. La constante defensa de Bizancio contra érabes y turcos, aunque a la lar- ga no coronada de éxito, dio a Europa occidental el tiempo necesario para desarrollarse: cuando los turcos atacan a Europa en los siglos xvi y Xvi desde el oriemte, egando hasta Viena en 1683, el desenvolvimienio de la ci- vilizaci6n occidental ya permitié contrarrestarel peligro. Mérito adicional de 6 cuULERMO F. waRSADAOT Bizancio fue la cristianizaci6n de los rusos y la de los eslavos, asi como la conservaci6n y transmisién de importantes elementos de la cultura clsica, Los derechos romano y romano-bizantino El-derecho de Ia antigua Roma, después de cierta influencia helenistica, lleg6 a ser el origen del sistema neorromanista, uno de los tres grandes sis- temas jurfdicos que tenemos en el mundo occidental. Esto se debe al Cor- pus Turis Civilis, la gran compilacién jurfdica elaborada por Justiniano, en Constantinopla, en el siglo Vi d.C. En virtud de sus instituciones sustanti- vas, su sistema procesal y su creacién por legisladores, més que por jueces, €l derecho neorromanista es bastante diferente del derecho anglosajén, aunque se observan, sobre todo en los iiltimos tiempos, varias regiones hibridas entre ambos sistemas y una creciente compenetracién recfproca, En primer lugar expondremos en grandes Iineas, c6mo se desarroll6 el derecho paiblico de la ciudad de.Roma; luego nos dedicaremos al Imperio mediterréneo creado por Roma. : La Constitucién monérquica Las cuatro gréficas adjuntas ilustran las transformaciones que ha sufrido la estructura constitucional de Roma. La primera se refiere a la monarquia. En tre 753 a.C. (para tomar por tn momento esta legendaria fecha como la del comienzo de la monarqufa) y 510 a.C. (afio de la cafda de esta monarquia), el rey, aconsejado por el Senado y por el sacerdocio, retine en sf los poderes Ejecutivo y Judicial. Su funcién no es exactamente hereditaria, ni tampoco electiva; cada rey designa a su sucesor dentro de su propia familia o entre los miembros de la aristocracia romana, tomando en cuenta la opinién de los se- 'E segundo sistem sel anglais como tercersistem, en pate occidental, bers meacionar ess tem judi del mando nadores (carec ser rechazade También ¢ rey: mediante aseguraban de BL rey ten era el juez su go, no podia it toda clase de de cada gens? t que iba en co | certar algiin t ( (comicios). 4 (curia); la ms se (uti rogas la tradici6n ¢ bre”). En est tida de la co) go, esta fun monarguia; y no sobre | i Desde u seguramentt los comicio. , | | “La gensco sscendencia con aids un pai hire as vers onfeereion propia goer co fas bet Unidad de GULEMOF saRcADNNT eslavi 8, asf como [a de ta cultura clasica, thiencia helenistica, los tres grandes sis- Esto se debe al Cor- ‘a por Justiniano, en stituciones sustanti- mAs que por jueces, erecho anglosajén, 05, varias regiones \etracién recfproca. mo se desarrollé e] ‘aremos al Imperio 5 que ha suftido la Ia monarquia, Bn= fecha como la del esta monargufa), en sf los poderes tatia, ni tampoco amilia o entre los >piniGn de los se- ‘demos mereionarel i AMIDE LA MSFORA EVES ez ORECHO o nadores (careceria de objeto designar a una persona que de todos modos seri rechazada por la élite senatorial), ‘También debfan participar los sacerdotes en la designacién del nuevo rey: mediante una ceremonia especial, Ia inauguratio, los sacerdotes se aseguraban de que también los dioses estaban de acuerdo, ao El rey tenia plena discrecién en materia de guerra y de paz; también era el juez supremo e imponfa, sin apelaci6n, la pena capital. Sin embar- {g0, no podia iren contra de la voluntad de los dioses, manifestada a través de toda clase de presagios; tampoco podfa ocuparse de los asuntos internos de cada gens? o de cada domus.3 Si querfa tomar una medida extraordinai gue iba en conta de fas costumbres establecidas, 0 si tenia proyectado con- certar algdn tratado con los vecinos, solfa convocar la asamblea del pueblo (comicios), Alif el individuo votaba como parte de un grupo de gentes (curia); la mayoria de las curias decidfa si la peticién del rey era de atender- se (uti rogas: “que sea asi como ti pides”), o bien, si debia obedéceise a la adici6n establecida (ansiguo: “debenos apegarnos a la antigua costam- bre”), En esta tradicién de convocar al pueblo podemos ver el punto de par- tica de la colaboracién popular en ta creacién de nuevas leyes. Sin embar- g0, esta funcién legislativa de los comicios no se presenta atin bajo la monarquia; durante ella, los comicios s6lo decidfan en casos particulares, y no sobre propuestas de normas de observancia general y permanentes. Descle una reforma atibuida por la leyenda al rey Servio Tulio, pero seguramente de época posterior, ya republicana, se constitufan al lado de los comicios por curias otras agrupaciones, en las que se reunfa el pueblo La gous corespande, grate modal genae dela antigua Gre: es un grupo de fanilias de pretence sceaccla coin, con una orgeizacién pops, tos velaosos especiales. i jefe propo pater ges) y ‘ids un pasion. Es probable qua popiedad inacble haya sido ence, colectva. aes e dpe thir Ins diverse doves, come uns propiedad domestic individ La anigaa Roma se presenta csi oo ena ‘onderaedn de genes bo cso es los que dermis genes eganizaron, con aprbacién sent Propiegucre cota cleo vcins de Roma y ho diferencias ete as cosunibees juries de eda ina Je tas gates. "Unidad defi. ca wa pequea noargtadomstin, sometia a dscrecionaidad ptr, E ey eo ARGADANT para fines de discusi6n y votaciGn, 0 sea los comicios por cennurias, que se formaban segiin la fortuna de cada uno. El anterior criterio-sangre quedé sustituido por el nuevo criterio-dinero. Esta forma de reunirse y de votar dentro de los comicios también correspondia a la distribucién de los ciu- CConsitucia npr ips) da moar oman (cian lend: 752, in robsblemen en 5100509 2C) pawRMADELAHISTOR? dadanos entre 1 tivas encontrar: | En cuanto ¢ cuyos miembre | al rey durante de las diversas. su ndimero atn piendo con Ta durante la mo del censor, qv entre los més 1 nar del Senad do a seguir lo La Constitucié ‘Ala caida de dor anual, de: de que el dic bael traslade personal del se le sustitu: titulo de pra | atribuy6, de: portantes au | ralizar Ia ac La insti | divisién ints aumento de tantes de 1 IEE F GAA or centurias, que se iterio-s reunitse y de votar ibucién de los ciu- ingre queds tis) dela momqutaroane ablemene en 1095082) nso EW HSTORA VERSA OL OERTOHO dadanos entre las subdivisiones del ejército (en muchas sociedades primi- tivas encontramos que la organizaci6n militar y la politica coinciden), En cuanto al Senado, este cuerpo aristocrético, que aconsejaba al rey y cuyos miembros, por rotacién, durante cinco dias cada uno debfan sustituir al rey durante.algtin. interregnum, se. componta.originalmente_de.los jefes de las cliversas gentes, Durante la seguncla fase de Ja monacqutfa se ampifa adquirié-forma de (Autocracia 0 Bajo minato). icionalmente visto, umulacién tempo- ales, republicanas, to de ser cénsul y lebe ~funcién im- era senador, y, en tigio de este cuer- Ul mismo tiempo, Jos emperadores eccionando y eli- nado se convierte aperadores apro- un modo exce- asf el Senado en umonwealth me- daba la razén a el Impetio pro- © sistema, més en asegurar al viciones de ini- nal de Roma... MH DE LA SORA UNVERSA, DE DRECHO 7 En esta época, las leyes que emanan del Senado (senado ‘consultos) suelen aprobarse allf a peticién del emperador (oratio principis) Frente a esta legislacién imperial-senatorial se retiran los comicios; a partir de Nerva (96-98) ya no se ocupan en los asuntos legislativos, y desde _. —-Trajano (98-117) ya no se.retinen. Sin embargo, después de la desaparicién de las leges rogatae y de las plebiscitos, no s6lo los senadoconsultos llenan este vacio: a su lado se observa la creciente corriente de las constituciones. Analicemos ahora, con més detalle, este concepto. ee Lf irrvee lsetpeoe) asmiaiea ‘ise eostiucioral bajo spines emperdares rane (tang, con os cents de per] Seay ener is GULF, ARCADE Como la antigua Roma carecfa de una constitucién escrita, no se pudo detetminar con claridad cuales fueron los érganos del Estado con derecho para legislar, Ast sucedia que ciertos datos de poder féctico tenfan, de hecho, una mayor importancia constitucional de lo que sucede en Ia ac- tualidad. A medida que el poder del emperador crecfa, en comparacién con el del Senado y el de los comicios, fue natural que el emperador comenzara a legislar, sin preocuparse demasiado acerca de la opinién de la asamblea po- pular (comicios) 0 de ta asamblea aristocrética (Senado). De esta manera pronto surge dentro del panorama general del derecho romano imperial una nueva fuente de derecho: las llamadas constituciones, 0 sean normas expedidas aut6nomamente por el emperador. Estas nornas se manifiestan en diversas formas: los decreta son sentencias que emanan del tribunal imperial, y son importantes como antecedentes para casos futuros; los edic~ 1a son medidas expedidas por el emperador en calidad de alto magistrado (los altos magistrados tenfan el derecho de expedir, dentro del campo de sus actividades y durante el afio de su funci6n, ciertas medidas generales y como el emperador habia acumulado en su persona varias altas magistratu- 1as republicanas, recibfa también este derecho de expedir edictos, con la particularidad de que estos edictos imperiales ya no perdfan su vigor después de un afio, ini siquiera con Ia muerte del emperador en cuestién!); Jos mandata son instrucciones que enviaba el emperador a sus funcionarios personales, incrustados en la administraci6n piblica; fueron una impor- tante fuente de derecho administrativo; aclemés, mediante las subscriptiones (contestaciones al pie de la solicitud) 0 los rescripta o epistolae (es decir, contestaciones en una hoja aparte) el emperador contestaba a las dudas que tuviera el piiblico, lo cual le permitia hasta cierto grado influir en el desarro- Ilo jurfdico. Estos decreta, edicta, mandata, subscriptiones y rescripta for- man, en conjunto, el concepto de constituciones, esencialmente distinto de nuestro concepto moderno de “‘constituciones” (con el primero designamos NORA DELAH Jas normas co-politica Durante repartida; b trado por el Ja administ tos del por las inguiet: Enlotc Ia iniciati. yanosere por el em l pueblo, estos altos torium de de conseje imperiales menudo, § da convive los nuevo: brio se d rador; poc nes a mer acompai su import papel de Unde Ja sucesi¢ su sucesc voluntad aOR. A MSR UVERAL OL OARECHO cut F avec escrita, no se pudo las normas que emanan del emperador; con el segundo Ia estructura juridi- Estado con derecho co-politica fundamental de un Estado). > ffetico tenfan, cle Durante la diarqufa, Ia administracién financiera del Impetio estaba te sucede en Ia ac- { repartida; hubo un erario administrado por el Senado, y un fisco, adminis- | trado por el emperador, los dos con fuentes de ingresos separadas. También ta administracién de las provincias estaba distribuida entre estos dos cen- tros del poder: las provincias pactticas fiieron administradas por el Senado, :n.comparacién con rerador comenzara a de la asamblea po- 0), De esta manera smano imperial una En lo tocante a los altos magistrados se necesitaba, ya desde Julio César, |a iniciativa del emperador para su nombramiento, de manera que, ctiando ‘ya no se retinen los comicios y los nombramientos son hechos directamente por el emperador, suprimiéndose la Eleccién de los altos funcionarios por jeacién no cambia mucho. Paralelamente @ la existencia de 's, 0 Sean normas mas se manifiestan nanan del éribunal i | : las inquietas, por ef emperador : | 1 os futuros; los edic- ! el pueblo, fa i de alto magistrado estos altos magistrados, el emperador se circunda ce consejeros, el consis- intro del campo de ‘orium de los amici caesaris, que poco a poco se convierten en une especie de consejo de ministros, cdspide de una nueva jerarqufa de funcionarios edidas generales y 7 ae ! imperiales, no seleccionados por los edmicios, pero con funciones que, a acter ‘menudo, son paralelas alas ce los magistrados tradicionales. En esta delica- ma da convivencia entre los antiguos funcionarios, herencia de la Repiiblica, y perdian su vigor los nuevos puestos imperiales, en parte duplicaciones de aquellos, el equi- idor en cuesti6n!); librio se desplaza paulatinamente hacia la jerarquia dependiente del empe- ‘8 sus funcionarios rador; poco a poco, los magistrados tradicionales ven reducidas sus funcio- uueron una impor nes a meros cargos municipales de la ciudad de roma, Esta ciudad, pronto as subscriptiones acompafiada de una capital oriental (Constantinopla), pierde cada vez més spistolae (es decir, su importancia original. Inclusive, durante el Bajo Imperio, se traspasa el ba alas dudas que papel de capital occidental a Ravena 0 a Mild fluir en el desarro- Un defecto de la constitucién imperial fue la incertidumbre respecto de es y veseripta for- la sucesién al trono. Generalmente, cada emperador trataba de designar a Imente distinto de su sucesor dentro de su propia familia, pero ottos factores -sobre todo la mero designamos voluntad de la milicia— intervinieron con frecuencia,

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