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a Foucault Hea mw t ) 5 as or a] ay a ey | e | | a] i -e ?- e y &) a La hermenéutica del sujeto Primera edicién en francés, 2001 Primera edicin en espaol, 2001 Segunda reimpresién, 2008 Foucault, Miche! Ta herinenéutica del sujeto- 1a ed. 2a reimp, - Buenos Aires Fondo de Cultura Eeonémice, 2008 540 p 5 23x15 em. (Fi ISBN 978-9504557-495-7 1. Filosofia. 2. Hermenéutca. I. Titulo DD 121.686 “Tilo original: L'erméncaique dsj. Cours aw Callie de rans. 1981-1982 ISBN de la edicis original: 2-02-030800-2 © 2001 Seuil/Gallimard D.R.© 2000, Fonpo De CULTURA ECONOMICA DE ARGENTINA S.A, I Salvador 5665; 1414 Buenos Aires fondo@feecomar / wirwfce.comat Cartetera Picacho Ajusco 227; Delegacién Tlalpan; 14200 México D. F ISBN: 978-950.557-495-7 ‘Comentatios y sugerencias: ceditorial@ifce-com.ar Fotocopiar libros esti penado por la ley. ‘Prohibida su reproduecion total o parcial por cualquier medio deimpresién o digital, en forma idéntica,extractada 0 rmodificada, en castellano o en cualquier otro idioma, sin la autorizacin expresa dela editorial, [Peso EN ARGENTINA - PRINTED IN ARGENTINA Hecho el depésito que marea la ley 11.723, i { * Clase del 6 de enero de 1982 Primera hora Recordatorio de la problemdtica general: subjetividad y verdad ~ Nuevo (punto de parsida tebrico: la inguietud de si— Las interpretaciones del pre- ‘cepto défco “conbcete ati mismo” — Sbeates como el hombre de la inguie- ud: anéliss de tres extractos de la Apologia de Sécrates ~ La inguietud de si como precepto de la vida flosfica y moral antigua ~ La inguietud de st cen los primerostestoscrstianas ~ La inguierud de st como actiud general relaciin consigo mismo, conjunto de practicas ~ Las razones de la descaift- ‘caciin moderna de la inguietud de st en Benefcio del autoconocimienta: la ‘moral moderna; el momento carteiano ~ La excepién gnéstca ~ Filsofa y espiritualidad. ESTE ANO me propuse probar la siguiente formula:' dar dos horas de curso (de 9:15 a 11:15), con una ineerrupeidn de algunos minutos después de la primera para permitirles un recro, o ese si estén aburridos, y tomarme también yo un ppequefio recreo. De todos modes, trataré de diversificar, en la medida de lo po- sible, as dos horas del curso, vale deci, hacer en la primera o, en todo caso, en tuna de ells, una exposicién un poco mas, digamos, teica y general; y luego, cen la otra hora, algo que se parezca mis bien a una explicacién de textos, con todas los obsticulos e inconvenientes, desde luego, quc estén ligados a estas instalciones: el hecho de que no podamos reparttles los textos, que no sepa- mos eudntos van a set, etctera. En fin, seré siempre un intento, Si a cosa no fanciona, el afio que viene o tal vex éste mismo afto trataremos de encontrar cotta frmula. :Les fastidia mucho, en general, venir a las nueve y cuarto? No? {Esti bien? Estin mejor que yo, entonces. 1 Appartir de 1982, Foueaul, que hasta entonces reaizaba ala ver un seminacioy wn cssoen el Calsge de France decide deja el primero yditrGniamente un curso, pero de dos hors 15 16 LA HERMENEUTICA DEL SUJETO. El afio pasado habia intentado iniciar una reflexi6n histrica sobre el cema de las relaciones entre subjetividad y verdad? Y para el estudio de este problema habia escogido como cjemplo privilegiado, como superficie de reftaccién, por decitlo de algin modo, la cuestién del régimen de los comportamientos y los placeres sexuales en la Antigiiedad, ese régimen de aphrodisia, como deben re- cordar, tal como aparecié y se definié en los dos primeros siglos de nuestra era? Régimen gue a mi parecer entrafa, entre todas las dimensiones de su interés, la siguiente: la armazén fundamental de la moral sexual europea moderna se en- contraba sin duda en ese régimen de los aphrodisia y no, en absoluto, en la lla- ‘mada moral crstiana o, peor, judeocrstiana Este afio queria apartarme un poco de esos ejemplos precisos y del material espectfico concermiente a los aphrodisia y cl régimen de los comportamientos sexuales, y sacar de este jemplo en particular los términos més generaes del problema “sujeto y verdad”. Mis exactamente: no 4querriaeliminar ni anular en ningsin caso la dimensin histbrica en fa cual eraté de situar el problema de las relaciones subjetividad/verdad, pero si, no obstante, ponerla de manifiesto en una forma mucho més general. La cuestién que me gus- taria abordar este aio es ésta: en qué forma de historia se entablaron en Occiden- te las rlaciones entre esos dos elementos, que no competen a la prictica el andli- sis habitual del historiador, el “sujeto”y la “verdad”. Enronces, querria tomar como punto de partida una nocién sobre la que ya creo haberles dicho algunas palabras el afio pasado.> Me refiero a la nocién de > Chee resumen del curso de 1980-1981 en el Collge de France, en M. Foucaul, Dist Beri, 1958-1988, ebcin a cargo de D. DefertyF.Evald, con la colaboracion de J Lagrange, Paris. Gallimard, 1994, cuatro volmenes fen lo sucesivo se hard celeencia 2 esta edicin} ch 1, ‘nim. 303, pp. 213-218, La primera laboracin de ete tema se enconca en la ase del 28 de enero de 1981, peo so- bre todo en M, Foucaul, £'Usge de plas (Pats, Galimaed, 1984, pp. 47-62) [waduccién castlana: Hiri del xuaidad, 2. El uw de lr placere, Mésic, Siglo X%, 1986]. Podemos, deci que pot apbrediia Eoucaul entende una experincia, que adem es biti: a experin- «in grog de los pacers, que hay que dsingiede la experiencia existiana dels exe y la mo desna de la recalidad. Los aphvdii se dexignan como la “sstania ca" dea moral antigua En el primer curso de 1981 (Subjective et véite clase del 7 de enero), Foucault anuncia que la apse misma de ls investigaiones relizadas consist en comprender si nuestro ei {mor ens rigor y puto, no habe sido elsborado precismente por el paganismo (lo cual por lo dims, hava problematic la cesurs del crsianismo y al paganism ea ef marco de una historia dels mora). 5 Elects de 1981 no incluye desl expos sobre a inguerad des. En eambio se ence tran en lugs andl anbe las ares de la existencay Tos procs de sujivacin (lass del {Gd enero del 25 de mara y dl 1° de abi, Sin embargo, por wn bdo, el caso de LBL sg CLASE DEL 6 DE ENERO DE 1982 - PRIMERA HORA 7 “inquietud de s{ mismo”. Con esta expresién intento traducit, mal que bien, tuna nocién griega muy compleja y rica, cambién muy frecuente, y que tiene una prolongada vigencia en toda la cultura griega: la de epimeleia heautow, que los latinos traducen, desde luego, con todo cl desabrimiento que se denuncié a menudo, o que en todo caso se sefalé.® por algo asi como cunt sui? Epimeleia heautou es a inquietud de si mismo, el hecho de ocuparse de si mismno, preocu- parse por sf mismo, etcétera. Ustedes me dirdn que es sin duda un poco para- déjico y un tanto sofisticado elegi, para estudiar las relaciones entre sujeto y verdad, esta nocién de epimeleia heaurov, ala cual la historiografia de la floso- fix no atribuyé hasta hoy una importancia excesiva. Es un poco paradbjico y sofisticado elegir esta nocién, cuando todo el mundo sabe, dice y repite, desde hace mucho tiempo, que la cuestién del sujeto (cuestién del conocimiento del sujeto, cuestién del conocimiento del sujeto por sf mismo) se planteé origina- Fiamence en una frmula y un precepto muy distintos: la famosa prescripcién delfica del gnothi seauron (“conécete a ti mismo”).* Siendo asi que en la historia de la filosofta ~y mis ampliamente aun, en la historia del pensamiento occiden- tal todo nos indica que el guothi seautom es sin duda la fSrmula fundadora de la uestidn de las telaciones entre sujeto y verdad, zpor qué haber escogido esta no- cidn en apariencia un tanto marginal, que recorre el pensamiento griego, claro ft, pero a la cual no parece haberse asignado un estatus particular: la de la in- Guictud de si mismo, epimeleia heautow Me gustaria entonces, en esta primera hora, decenerme un momento en esta cuestién de las relaciones entre la epime- Ieia heautow (la inquietud de sy el gnothi seauton (el “condcete a ti mismo") Ln lo que respect al “conécete a ti mismo”, quersia hacer esta primera obser- ‘acid, muy simple, rfiriéndome a estudios hechos por historiadores y arqueslo- Folintseexusivarnente en general al eats dele aphrdiien la ica pagan dels dos pi- ners sigs de nasa ry pore oto, sosine I idea de que nose puede habla de subjevidad tial indo grigo, en el queel element cos deja dererminar como bis modo devia). 4 oso los restos importantes de Ciera, Lucreco y Séncea sobre estos problemas de tad ‘in ex reunidos ene articulo de Caos Lévy, “Du gre au atin’ en Le Dixowrsphilophi- Pls, POF, 1998, pp. 1145-1154. 7 "Si ho vo cn inter de en persona. es porque el intext que pongo en ella se antepone a todo Litommia proper cxram mei fii, ante omnia et mei ewe.” SEneca, Lets & Luclins ome V. Hib ty¥X art 121 17, sucin de H. Noblr, Pa, Lex Belles Ltrs, 1945 fen lo suce- fio se hak referencia» in) (raduccidn casa: Eplsolr mores a Luci, Mad (Gros, 1989-194, dos vldanencs FEM, Cell, Connaivtr ti mtn, de Soest wane Berard, Pai, Exudesaugustininnes, 1974, es voldmenes, 18 LA HERMENFUTICA DEL SUJETO gos. Con todo, hay que tener presente esto: tal como se formal, de manera tan ilustre y resplandeciente y grabado sobre la piedra del templo, el gnothi seauton no tenia sin duda en su origen el valor que se le atribuyé mas adelante. Supongo que conocen (tendremos que volver a él el famoso texto en el cual Epicteto dice que ese precepto gnothiseautom seinscibié ali, en el centro de la comunidad hu- ‘mana. De hecho, indudablemente se inscribi6 en ese lugar, que fue uno de los centros de la vida griega y luego un centro de la comunidad humana,!® pero con ‘una significacién que no era, por cierto, la del “condcete a ti mismo” en el sent do filoséfico de la expresién. Lo que se prescribiaen esa formula no era el auroco- nnocimiento: ni el autoconocimiento como fundamento de la mora ni el auroco- ‘ocimiento como principio de una relacién con los dioses. Se propuso una serie de interpretaciones. Est la vieja interpretacién de Roscher, planteada en 1901 en un articulo del Ppilologus” en el que recordaba que los preceptos délices, des- pués de todo, eran preceptos digidos a quienes iban a consular al dias y que ha- ba que leerlos como una especie de reglas, de recomendacionesrituales relaciona- das con el acto mismo de la consulta. ¥ ustedes conocen los tres preceptos. El ‘meden agan (“de nada en exceso”) no pretendria en absoluto, segin Roscher, de- signar, formular un principio general de ética y mesura en la conducta humana. ‘Meden agamn ("de nada en exceso”) quiere deci: ti, que vienes a consultar, no ha- ‘gs entonces demasiadas preguntas, slo haz las preguntas titles, reduce a lo ne- cesario las preguntas que quieres hacer. El segundo precepto, el de las eggue (las Bpiceto, Enreien 1, 1819, eraduccién de J. Soulhé, Parts Les Belles Less, 1963 fen Jo suesvo se har efrencia a esta ec, p. 8 [eaducein exsllana:Pldicas Madrid, Con ‘jo Supetot de Investigaciones Cieas, 1963-1977, euro vokimenes). CF. el ands de ste mismo texto ea la dase de 20 de enezo, segunds hora "© Para los griegos, Delfs era el cento geogfico del mundo (omphalos ombligo del mundo) donde se hablan reanido las dos duis enviadas por Zeus desde ls bordes opcode a cit- cunferencia dela Tera. Delis s¢ convits en un eenteo rligigo importante desde fines de siglo Vl 2. (antuario de Apolo desde el cull Pita pronuncia sus orale) ysgui sdado- lo has ines de siglo VC, cuando su plc se extends ya a todo el mundo romano, SW. HL Roscher, "Weitere uber die Bedeutung des Elgua) m1 Delphi nd die ubrigen gram nase Delphib, Philelogu 60, 1901, pp 81-101 Lasegonda misima cg pre at CE. a afiemaci de Putte: "No pode explicit, mientras eas sefores no me informaran qué quieren decir De nada on exe, sas Conse @ rome y ea famosa mixin que ipa tanta gente care e hizo a tanto desconfadosy 4 ‘otros muds Comprometer aca deaicha [eggs para atl” (Le Banquet deep sages. 6A, «en Gores mors tomo i, tadvccin de J. Dead, J. Hani y R. Klatt, Paty Ls Belles Le tis, 1985, p. 236 tac cantellana: EY banque dls ste bie Malti Apia, 1968) CLASE DEL 6 DE ENERO DE 1982 - PRIMERA HORA 19 ‘ses, no hagas votos, no te comprometas con cosas, obligaciones que no puedas honrar. En cuanto al gnovhi seauton, significaria, siempre de acuerdo con Roscher: en el momento en que vengas a hacer preguntas al oréculo, examina bien en ti mismo las que vas a hacer, las que quieres hacer; y puesto que debes reducir al iméximo la cantidad de tus preguntas y no plantear demasiadas, presta atencién ¢n i mismo alo que neccsitas saber. Ora interpretacén mucho més reciente: a de Defradas, de 1954, en un libro sobre Ler Themes de la propagande delphique!* Deftadas propone otra interpretacién, pero que también muestra, sugiere con latidad que ef gnorhi seauton no es en absoluto un principio de autoconocimien- to, Segdin este autor, esos tres preceptos délficos serian imperativos generales de prudencia: “de nada en exeeso” en los pedidos, las experaneas, ninguna demasi, lampoco, en la manera de comportarse; en cuanto a las “cauciones”, era un pre- ‘cepto que prevenia a los consultantes contras los riesgos de la generosidad excesi- va y con respeeto al “condeetea et msm”, sera el principio [sein el cal] hay que recordar sin cesar que, después de todo, uno no es més que un mortal y no Jun dios, y por lo tanto no debe presumir demasiado de su fuerza ni enfrentarse ‘eon las potencias que son las de la divinidad. Pasemos répidamente sobre este asunto. Quertfa insistir en otra cosa que ‘eoncierne mucho mas al tema que me preocupa. Cualquiera sea, en realidad, el ‘yentido que se haya dado y atribuido en el culto de Apolo al precepto délfico Yeondcete a ti mismo”, es un hecho, me parece, que cuando ese precepto délfi- ‘00, ese gnothi seauton, aparece en la filosofia, en el pensamiento filoséfico, lo Ince, como es bien sabido, alrededor del personaje de Sécrates. Jenofonte lo “Mestigua en los Recuerdos de Sdcrates. y Platén en una serie de textos a los cua- los habré que volver. Ahora bien, cuando ese precepto delfico (ese gnothi seau- b wn) aparece, se lo acopla, se lo hermana, no todo el tiempo pero si varias veces 'y dle manera significativa, con el principio del “preoctipate por ti mismo” (epi- ; ‘wulei beawtou). Digo “acopla’, “hermana’. De hecho, no se trata del todo de un soplamiento. En algunos textos alos cuales tendremos que volver, la regla “co- Jidgete a ci mismo” se formula mucho mas en una especie de subordinacién con U1) Deliadas, Lo Thome dels propagende delpigue, Pais, Klinckscck, 1954, epteulo I: “La ayes delphique”, pp. 268-283, Wines hablé Sdcras: Dime, Euidemo, pregunes ise alguna ver a Delfos? —Si, por os, respond Eusideno; no una sino dos vers. —Advertieentoners en alguna pate del ‘unplo W inscpcin "Conde ai mismo’? Sha mas dinaidamente o pusize en dia iy intaste de examina qin ete?” (Jenofone, Memorable 1,1, 4, madera de 3, Pars, Gamer Flanaion, 1966, p. 390 (raduciéncastllana: Rewer de Shr Jes Reeve de Sratesanqute-Apolega de Shere, Bareloa, Planeta-Agoain, 1995). 2 LAHERMENEUTICA DEL SUJETO respecto al precepto de la inguietud de si. El gnothi seauton (“conécete a ti mis- mo”) aparece, de una manera bastance clara y tambign en este caso en una serie de textos signficativos, en el marco mas general de la cpimeleia heautou (inquie- tud de sf mismo), como una de las formas, una de las consecuencias, una suerte de aplicacin conereta, precisa y particular, de la regla general: debes ocuparte de ti mismo, no tienes que olvidarte de ti mismo, es preciso que tecuides. ¥ dentro de esto aparece y se formula, como en el extremo mismo de esa inquietud, la re- gla “condcete a ti mismo”. En todo caso, no hay que olvidar que en ese texto de Platén, por supuesto demasiado conocido pero que pese a ello es fundamental, la Apologia de Sécrates, éte se presenta como aquel que esencial, fundamental, ofiginariamente tiene como funcién, oficio y cargo el de incitar a los otros a ‘ocuparse de si mismos, a cuidar de sf mismos y no ignorarse. En la Apologia hay, en efecto, tres textos, tres pasajes que son muy claros y explictos al respect Encontramos un primer pasaje en 29d de la Apologia En él, Sécrates, al de- fends y hacer una especie de ao fc fee a cdr y jes responde a la siguiente objecién. Se le reprocha encontrarse actualmente en una Sitacidn el que “dbera avergonzase, La acusicin, por decide agin mo- do, consiste en dece esto: no sé muy bien qué hiciste mal, pero debes reconocet, de todas maneras, que es vergonzoso haber llevado una vida tal que ahora tengas aque estar fiente alos tribunals y corras el riesgo de ser condenado, e incluso con- denado a muerte, ;No es cierto, en definitiva, que hay algo vergonzoso en quien hha llevado una vida determinada, de la que no se sabe amo es, pero debido a la ‘ual corre el riesgo de ser condenado a muerte tra un juicio semejante? A lo cual ‘Sécrates, en este pasa, responde que, al contrario, esti muy orgulloso de haber tenido esa vida, y que si alguna ver se le pidiera que la modificara, se negara. Por lo tanto: estoy tan orgulloso de haber llevado la vida que levé que, aun si me pro- pusieran la absolucin, no la cambiarfa. Aqui tenemos se passe, y esto «slo que dice Sdcrates: “Arenicnses, 0s estoy agradecido y os amo; pero obedeceré al dios antes que a vosorros: y, mientras tenga un soplo de vida, mientras sea capaz de "La myor parce de las veces, Foucault urna pars sus clases las ediciones de Les Belles Less ‘Gambién lamas ediciones Budd), que le periten tener, ene ala traduccn, el texto ene ‘idioma original (rego o latin). Por eso, cuando se tata de términos o pases imports, scompalia su ecura de eferenia con el texto en lengus orignal. Por otra parte, cnco Fo ‘aut le dee modo las traduciones francesa, no siempre as sigue al pede la er, sno que las adapta a as exigencis del estilo oa, mukiplicando ls conectores gis ("y."o i", “pues bien’ exter) o bien eayende a colacién la argumentacién precedente. La may tha de las wees resiuitemos I raducin francesa orginal indicaremos entre corchets en cede ‘cuerpo del ext, los aids signification (seus de: MF (CLASE DEL 6 DE ENERO DE 1982 - PRIMERA HORA 2 ello, stad seguros de que no dejaré de filosofar, de [exhortarlos, de aleccionar a cualquiera de vosotros con quien me encuentre”.!© ;Y cuél es la leccién que daria sino lo condenaran, puesto que ya la dio antes de ser acusado? Pues bien, dita entonces, como acostumbra a hacerlo, a quienes tropiezan con éh {Cmo! Querido amigo, vi eres aeniense, ciudadano de una ciudad que es mas grande, més renombrada que ninguna otta por su cienca y su poderfo, y no te ruborizas al poner euidado [epimeleichai] en tu fortuna a fin de inctementatla 4o mis posible, asi como en tu reputacién y tus honores; pero en lo que se refere atu raz6n, a la verdad y a cu alma, que habria que mejorar sin descanso, no te inquietas por lls y ni siquira la tienes en consideracin (epimele, phrontizell Sécrates, por lo tanto, recuerda lo que siempre dijo y atin esté muy decidido a decir a quienes encuentre interpele: ustedes se ocupan de un montén de cosas, desu fortuna, de su reputacin, pero no de ustedes mismos. Y prosigue: Yosialguno de vosotros contestara,afirmara que las cuida [su alma, la verdad y la ran; M. FJ, no crefs que voy a dejarloe ime de inmediato; no, la interrogs- lo cxaminaré, discuiré a fondo.” Joven o viejo, extranjero o ciudadano, asi actuaria con cualquiera que encontrara; y sobre todo con vosotts, mis conciu= ‘dadanos, porque me cenéis muy cerca por la sangre. Pues eto es lo que me onde na el dios, escuchadlo bien; y creo que nunca fe nada ms beneficioso para la ciudad que mi celo en ejecutar esa orden.!® Higa Yorden’, en consecuencia, es aquela por la cual los dioses confiaron a Sé- trates la tarea de interpelar a la gente, j6venes y viejos, ciudadanos 0 no, para dlocirle: ocvipense de ustedes mismos. fsa es la misién de Sécrates. En un se- jnlo pasaje, vuelve al tema de la inquictud de sty dice que, si ls atenicnses lo condenaran efectivamente a muerte, pues bien, él, Sécrates, no perderia gran os, Los atenienses, en cambio, experimentarian a causa de su muerte una Imly pesada y severa pérdida."? Puesto que, dice, ya no tendrén a nadie que los Wad, Apo de Sorte, 29, en Eure comple, tomo t, eaduesibn de M. Croise, Pal Las ales Le es 1920, pp. 156-157 [uaducién casellana: Apolgia de Sderates en Didlogon, {ono , Made, Gredos, 1981-1999, neve volémenes ‘7 Foal omiteaqut una fase en 301: "Eneoness, si me parce indudable que caece de vied fea lo que fuere lo que diga de ella, le eprocharé abut tan poco precio aaqullo que mis ‘aguale que menos lo pose” Gb, p. 157) pp. 156-157 indents « muerte, sendo lo qe soy no srt yo el més peridicado 9° lb, 3, 158), 2 LA HERMENEUTICA DEL SUJETO incite a ocuparse de si mismos y de su propia virtud. A menos que los dioses sientan, por los propios atenienses, una inquietud suficientemente grande para cnviarles un reemplazante de Sdcrates que les recuerde sin cesar que deben ppreocuparse por sf mismos.* Por itimo, el teroer pasaje: en 36b-c, a propésito de la pena que corresponde. Segtin las formas juridicas tradicionales,"! Sécrates propone la pena a la que aceptaria someterse si fuera condenado. Este es enton- ces el texto: {Qué tratamiento, qué multa he merecido por haber creldo que debia renunciar 4 una vida eanquilay descuidar aquello por lo que la mayoria de os hombres se empefia, forcuna, interés privado, mandos militate, éxito en la eibuna, magis- traturas, coaliciones, ficciones policcas? Por haberme convencido de que con nis escripulos me perderia si me internaba en ese camino? ;Por no haber queri- do comprometerme en lo que no hubiese sido de ningin provecho ni para vo- sottos ni para mi? -Por haber preferido hacer a cada uno de vosotros en particu- lar el que considero el mayor de los servicios, tratar de persuadirlo de ‘preocuparse [epimelethei] menos por sus pasesiones que por su propia persona, para llegar a se lo més excelente y razonable posible y pensar menos en las cosas de la ciudad que en la ciudad misma; en summa, aplicar a codo esos mismos prin cipios? {Qué merezco, pregunto, por haberme comportado asi [y haberos incta- do a ocupatos de vostros mismor? Ninguna punicin, desde luego, ningin castigo, sino; M. FJ un buen tacamiento, atenienses, si queremos ser justos.> Por el momento me quedo ahi. Sélo queria seftalatles estos pasajes en los cuales Sécrates se presenta en esencia como la persona que incita a los demas a ocu- parse de si mismos, y les euego que omen nota simplemente de tres 0 cuatro cosas que son importantes. En primer luge, esa actividad consistente en incicar 2® Focal eeferagut a todo wn desarcollo que va desde 31a hasta 31e (bi, pp. 158-159). 21 En 356-374, Sdrates, que acaba de enterase de su condena’a muerte, propone una sentencia susttuta, En efecto, ene tipo de proceso al queen somerido a ey no ja ninguna pena: to {xa los juces esablecera. La pena slitada por lot acusadores(eindicada eno acta misma de acusacin) era la mur, y los jecesaaban de delra a Sécrates culpable de los pejuicis, {ques le eprochan y, por lo ant, susceptible de sufi. Pero en ese momento del proeso, Séerates,delarado culpable, debe poponcr una pena sustituta, Slo eoatinuacién estén obl tot los juss a jae un catigy al asada, a parte dels propuestas penales dels dos pares. Se encontarin ands deals en C. Mowé, Le Proce de Secate, Beuslas, Complexe. 1996, as como en la larga inoduccign de L. Urison a su eicién dela Apelegie de Socrae, Pris, Ga ‘ier Flammarion, 1997 2 Pat, Apel de Sorat, 36c-d,e ab cit pp 165-166. (CLASE DEL 6 DE ENERO DE 1982 - PRIMERA HORA 23 ‘los demds a ocuparse de sf mismos es la de Sécrates, pero es la que le encarga- ton los dioses. Al dedicarse a ella, Sécrates no hace otra cosa que cumplir una orden, ejercer una funcidn, ocupar un lugar (él utiliza el término tax)" que le fue fijado por los dioses. Y como habrin podido ver, dems, en uno de los pa- tajes, los dioses enviaron a Séecrates los atenienses en la medida en que se ocu- pn de ellos, y eventualmence les enviarlan algiin oto, para incitarlos a ocuparse des{ mismos. in segundo lugar, tambicn pueden advert ~y esto es muy claro en el dilkimo Ae ls pasajes que acabo de lerles~ que si Séerates se ocupa de los otros, lo hace, desde luego, al no ocuparse de sf mismo o, en todo caso, al descuidar, por esa ac- lividad, toda una serie de otras actividades que pasan por se, en general, activida- des interesadas, rentables, propicas. Sécrates descuidé su fortuna, descuid6 cierta cantidad de vencajas fvieas, enuncié a toda carrera politica, no pretendié cargo ‘ij magistratura algunos, para poder ocuparse de los otros. Se planteaba, por lo unto, el problema de la relacién entre ef “ocuparse de si mismo” al cual incta el fil6sofo y lo que debe represencar para éste el hecho de ocuparse de sf mismo 0, fyentualmente, de sacrifcarse: posicién, por consiguiente, del maestro en esta fiestidn del “ocuparse de si mismo”. En tercer lugar, y en este caso no cité todo Jo que debia del pasaje hace un momento, pero no importa, pueden consultarl: fn esa actividad consistente en incitar a las demas a ocuparse de si mismos, S6- tutes dice que, con respecto a sus conciudadanos, desempefia el papel de quien tlespieta.# La inquietud de si, por lo tanto, va a considerarse como el momento lel primer despertar. Se sitta exactamente en el momento en que se abren los jos, salimos del suefio y tenemos acceso a la primerisima luz: teteer punto inte- wnte en esta cuestién del “ocuparse de si mismo”. ¥ por tiltimo, otra vee al fi- ‘ul de un pasaje que no les let la eélebre comparacién entre Sécratesy el tibano, M Alsi al eer pasaje de 28d: “Es que el verdadero principio, atenienses, ext aqul, Quien- ler que ocupe un puesto [tax] -yalo haya elegido por s mismo como el més honorable © 1 ef lo haya coloado en -ciene por debe, a mi juicio, permanecer fee en, cualquie 1 vn isgo sin tener en cuenta ai la muerte posible ni pligeoalguno, antes que sactifcar fl honor" iid, p 155). sta Firmeza ene puesto ser alabada por Epicteto como la actcud floss por excelencia por ejemplo, las Pldvices 9,24 y I, 24,36 795, donde Epic- {Wto empl alternativamente los eérminos seis y Alar o bien el Binal de la conveeacign so- Ine a contanca del abo de See, Xs, 4 “Defended el puesto (lace que 0 sign la na- Alena, Prepuncsis qué puesto? EI de hombre" (en Séneca, Dislogus, tomo 1, texducciéa de R Wales ‘Giwos, 2001), HM iberes prevene« tos atelenses de lo.que sucdera so condenaran a muerte: “os pais ode yuetra vid" (Plat, plied Sort, en 3a, ob itp. 159 als Les Belles Lewes, 1927, p. 60 (teaduccién casellana: Didloor, Madd, u LA HERMENEUTICA DEL SUJETO ‘ese insecto que persigue a los animales, los pica y los hace corre y agitase.?* La inquietud de sf mismo es una especie de aguij6n que debe dlavarse ali, en la car- rie de los hombres, que debe hincarse en su existencia y es un principio de agita- cién, un principio de movimiento, un principio de desasosiego permanente a lo largo dela vida. Creo, por lo tanto, que esta cuesti6m de la epimeleia beautou tie- ‘ne que liberarse un poco, tal ver, de los prestigis del gnoth seauton, que hizo dis- ‘minuie un tanto su importancia. Entonces, en el texto que trataré de explicate dentro de un momento con un poco més de precsién (el famoso texto del Ali- ‘bade, coda la tikima parte), verin cmo la epimeleia heautou (la inquietud de st) ‘sin duda el marco, el suelo, el fundamento a parti del cual se jusifica el impe- rativo del “conécete a ti mismo”. Por consiguiente: importancia de esa nocién de «pimeleia heausou en el personaje de Sécrates, al cual, in embargo, suele asociar- se, de manera si no exclusiva sal menos privilegiada, el gnothi seauton. Sécrates cs el hombre de la inquictud de sy seguiré signdolo, Y se veri, en toda una serie fos (entre los estoicos, los cinicos y sobre todo Epicteto),°® que S6- crates es siempre, esencial y fundamentalmente, quien intepelaba a los jévenes cn la alley les deci: “Es preciso que se ocupen de sf mismos’. ‘Tetcer punto concemniente a esta nocién de la epimeleia heautow y sus tela- tno la forma de pricticas que postulan que, tal como es, el sujeto no es capaz de wrerdad pero que éta, tal como es, escapaz de tansfigurarlo salvarlo diremos gue la edad moderna de as relacione enre sujet y verdad comienza el dia {que postulamos que, tal como es, el sujeto es capaz de verdad pero que és, ‘como es, no es capar de salvarlo. Bueno, si quieren descansamos un poco. Cin- co minutos y seguimos. Clase del 6 de enero de 1982 Segunda hora _Dresencia confitina de las exigencias de expiritualidad: ciencia y teolegia an- "tet de Descartes; filosofiaclésca y moderna; marxismo y psicoandliss ~ And- isis de una sentencia lacedemonia: la inquietud de st como privilegio estatu- ~ Primer andlisis del Alcibiades de Platén ~ Las pretensiones polticas Alcibiades y la intervencién de Sécrates ~ La educaciin de Alciblades com- con la de ls jovenesexparsanos y los principes persas — Contextualiza- de la primera aparicin en el Acibades de la exigencia de la inguietud i; pretension politica: déficie pedaghgico; edad critica; ausencia de saber = La naturaleca indeterminada del yo yan implicaciin politica ‘© RES PALABRAS porque, pese a mis buenas intenciones y un uso del bien diagramado, no me limicé del todo a una hora como habia espera- nas palabras mas sobre el tema general de las relaciones entre filosofia y dad, y {sobre} las razones por las cuales la nocién de inguietud de si ind poco a poco del pensamiento y la preocupacién filosdficos. Hace un. ‘que me parecia que hubo un momento (cuando digo “momento” no ‘en absoluto de situarlo en una fecha y localizarlo o individualizarlo en luna persona y una sola) [en el que] se rompié, creo que definitiva- jel Inzo entre ef acceso a la verdad, convertido en desarrollo autSnomo imiento, y la exigencia de una transformacién del sujeto y del ser del HM mismo,” Cuando digo “creo que se rompié definitivamente”, no Aecitles que no creo ni una palabra de eso y que todo el interés de la omens ol manus die que ee aos om cuando Dexa dij: Ia loso- rs sola pase conocimieno,y cuando Kant lo complet diendo: sel eonod he ines, ‘i totadad en a extectra iso del jer cognoscene, eel fsx iano qu permite economic 39

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