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[euadw! upzes A ooiSjowayside owsioes :u9zes e} ap 10}09 13 ® Sais PP Sauompy zewyg-anseg / Ava / az pnmynug Pensamiento critico y opcion descolonial El color de la razon: racismo epistemolégico y razon imperial Emmanuel Chukwudi Eze Paget Henry Santiago Castro-Gomez Introduccién: Walter Mignolo ie wig Ediciones del 53982. jon and the Project (Duke Universi LATINO/A AMERICA Pedro Lasch 2003 E| mapa de a portada en las tapas de todos nuestros euadernillos, como obra, cconsiste en la presentacidn, reereaciGn y distibucién de un nuevo mapa del ccontinente americano. Las palabras “latinova” y “amériea” adquieren una ‘nueva ubieasién sobre lo que de otra forma es un mapa convencional. Este simple acto visual y semi6tico nos refiere al concepto de la geografia cultura, politica y econdmica como una prictica de produccién de significados en ‘cambio constante en relacién ala dinmica poblacional El mapa mismo, creado por el artista en el 2003, es slo el elemento visual biisico de un proyecto estético-social cuyas dimensiones y bifurcaciones se textiondden conforme la imagen aparece repetida en forma pricticamente i Aiea en contextos diferentes. Asi como apareceri en diferentes colores ¢ins- antes en la portada de una publicacién, cl mapa también podré ser visto sobre ls camisetas de los asistentes de una protesta, pintado como mural fe ‘dentro de unrestaurante, proyectado sobre un edfcio, o impreso con I bial sobre alguna vitrina. Las posibilidades de su apex ‘© impredecibles para cl artista mismo, ya que en cierto momento, cl mapa [pealrt convertirse en un recurso piblico cuya wilizacién estaréen las manos ‘de sus roves provtictores EI tnico lazo comiin entre estas apariciones es la elaciOn al surgimiento de una nueva latinidad multiingtie que se extiende ‘mundialmente y redefine la hegemonia angloparlante, asi como el sentido mismo defo que es “América” y Io que es “ser americano”” El color de la razon: racismo epistemolégico y raz6n imperial Emmanuel Chukwudi Eze Paget Henry Santiago Castro-Gomez Introduccién: Walter Mignolo De la colecci6n: Pensamiento critico y opcion descolonial Ediciones del =? ‘and Globalization and the Humanities Project (Duke University) 2003 Paget, Henry El cdlor de la razén / Henry Paget ; Santiago Castro Gomez ;, Eze Chukud!; compilado por Walter Mignolo - 1a ed. - Busnos Aires : Del Signo, 2008, 160 p. ;22x15.0m. ISBN 978-987-1074-40-2 1. Estudios cuiturales. 2. Epistemologia. |. Castro Gomez, | Santiago I, Chukudi, Eze Il. Mignoto, Walter, comp. IV. Titulo cDD306 Disefio de topa e interior: Gabriela Cosin Imagen de apa: LATINOMA AMERICA, Pesto Lasch Traduceién del articulo de Paget Henry: Mariana Chendo © Ediciones del Signo, 2008 Julian Alvarez 2844 - 1°. Buenos Aires, Argentina edicionesdelsigno@arnet.com.ar ISBN: 978.987-1074-40-2 ate libro setermin6 de imprimir en el mes de marzo de 2008, Reservados is derechos para todos los paises. Ninguna parte de la publi- cacién incluido el disefio de cubicrta pucde ser repraducide, almacenalo © transmitide de ninguna forma, ni por ningin medio, ea este electronic, ‘quimico, mesinico, electroéptico, grabacisn, fotocopia o cualquier otto, sin Ja previa auiorizacion esrita por parte de la editorial ‘Queda hecho el depdsito que marca Ia Ley 11.723. Impreso en la Argentina - Printed in Argentina [noice Inrropucci6n Walter Mignolo ELCOLOR DE LA RAZON: LAIDEA DE “RAZA” EN LA ANTROPOLOGIA DE KANT Emmanuel Chukwudi Eze Ewree HUME ¥ CUGOANO: RAZA, ETHICIDAD Y EL ACORRALAMIENTO FILOSOFICO Paget Henry EL Lape oscuro nr La “fpoca ciAsica” riasaria, ILUSTRACION ¥ COLOMIALIDAD EN EL SIGLO XVIII Santiago Castro-Gémez aa 83 19 IntropuccioN El colonialismo interno como Io sabemos por la historia de América Latina (pensemos el caso de Argentina sobre todo a partir de 1850, los ferrocarriles, el progreso, la campaiia del desierto), es un cambio de superficie pero no en la I6- ica de la colonialidad, Tanto en Argentina en el siglo XIX como en Tunes (y el norte de Africa) en el siglo XX, Ia inde- pendencia 0 descolonizacién, que abrieron las puertas a los estados nacionales/coloniales (muy bien lo vio Hernandez Arregui en ensayos como La formacién de la conciencia nacional, 1957), mantuvieron la légica de la colonialidad. El colonialismo se manifiesta histéricamente, mientras que la colonialidad perdura. Coloniatidad es un tejido concep- tual que forma parte de las distintas esferas del saber, ligado « la formacién de subjetividades que mantienen y reprodu cen ese tejido conceptual (ver Descolonialidad del ser y del saber, la primera publicacién de esta coleccién, dedicada a la “colonialidad” del ser y del saber). A veces, sin embargo, el concepto de descolonizacién fue empleado en el sentido en que le damos aqui al de descolo- nialidad, Asi, por ejemplo, cuando el socidlogo colombiano Orlando Fals-Borda empleaba el término “descolonizacién” para hablar de descolonizacién de las ciencias sociales, para plantear el problema de lo que él llamaba ciencia propia y colonialismo intelectual, estaba empleando la palabra en el sentido en que Ie damos hoy al término “descolonialidad.” ¢Y cual es la diferencia? “Descolonizacién” fue el sustituto de lo que en América, en la primera mitad del siglo XIX, se deseribié como “guerra de independencia”. ‘También se empled en ese contexto el térmi- no “revolucién” (por ejemplo, “revolucién americana, esto s, Estados Unidos; “revolucién haitiana”, etc.). Entonces, mientras “independencia y revolucién” fueron los términos WALTER MIGNOLO empleados para describir cambios histéricos, en las Améri- cas “descolonizaciin” fue el término empleado para describir acontecimientos equivalentes en Asia y en Africa después de la Segunda Guerra mundial. Hoy en dia ha renacido, en la dis- ciplina historiogréfica, el interés por re-visitar los procesos de descolonizacién, Colecciones de textos como el editado por James D. Le Seur, The Decolonization Reader', es un botén de muestra, La concepeién misma de la descolonizacién en los procesos de “Jiberacién nacional” (sobre todo movimientos de libera- cién frente al imperio inglés y al colonialismo franeés) no interrogé las bases epistémicas sobre la que se construyd la ‘economia politica y la teorfa politica en la relaciones impe- rioleolonia durante més o menos siglo y medio en el que in- gleses y franceses extendieron su influencia politica y control econdmico en el Sur de Asia, lo que es hoy el Oriente Medio y Africa, tanto del norte como sub-sahariana. La descoloni- Zacién no fue lo que se pensaba que seria. EI bello ensayo olonisés,? proporciona una reflexion acerca de los ideales de la liberacién en Tunes, hace cincuenta aitos en relacién alla situacién actual, no solamente en ‘Tunes, sino también en el Norte de Africa. La disparidad entre el conocimiento y las experiencias imperia- les politieas y econémicas manejadas por agentes imperiales’, yy el conocimiento y las experiencias de los lideres de los paises ‘James D. Le Seur, The Decolonizaion Reader, Routledge, 2003 > HELE Raji, Nous, éeolonsés, Pati, Arle, 2007. Un ejemplo de agente imperial es Sir William Walker (protagonizato por Marton Brando) en el fllm Oxeimard, de Gillo Poatecorvo, 1969. Sir William Walker se tas arregla para encontrar un lider negro (Joxé Dolores Marquez}; y levantarlo contra los portuguases, pura Iuquo defenestarlo diez aitos después cuando este fin ha sido ya InrRoouccion descolonizados, dio como resultado el fracaso y la desilusién. El caso no es el que muchas veces vocearon oficiales ingles ¥ fianceses segiin los cuales los africanos no estaban en condi- ciones de gobernarse a si mismos. El caso es que no lo estaban ssi la manera en que los Africanos debian gobernarse era de acuerdo a las reglas del juego que ingleses y franceses crea ron durante dos siglos e impusieron a lugares y comunidades (fuera de Francia e Inglaterra, tanto en Asia como en Africa Porello, decimos que no habré propiamente “descolonizacién” sin procesos de “descolonialidad”: esto es, de desprendimiento epistémico/politico que comience por develar los mecanismos imperiales en el canon de las teorias politicas y econémicas sus implicancias en la formacién de sujetos y subjetivida- des moderno/imperiales y moderno/coloniales. Sin duda desde ‘Marx en adelante, diversas corrientes marxistas se han adelan- tado al desentraiiar las complicidades entre teoria polities, kx economia politica y los proyectos imperiales y, en su mayoria, estas criticas todavia se mantienen vigentes. La opcién descolonial no es un proyecto historiogrifico sino ina bien epistéinico-politico y ético. Por esa razén, con el ob- jeto de marear la diferencia con respecto al empleo del término “descolonizacién’” cuando nos referimos especificamente a los ‘movimientos de “liberacién nacional” durante la Guerra Fria, comenzamos a emplear el término “descolonialidad”. Término que, por otra parte, es la contrapartida necesaria del término clave del proyecto: el de “colonialidad” que fue siempre tapa- do, ovultado, silenciado por los ‘bombos y platillos’ del tér- cumplido. La tica personal de Sir William Walker (su intento de liberar a José pocas hhoras antes de ser ahoreao) choca con la ética politica del mismo Sic William Walker. WALTER MiGNoLo rmino “modernidad.” Una de nuestras tesis fundantes es que la colonialidad es constitutiva dela modernidad y, por lo tanto, “ho hay modernidad sin colonialidad. De ahi la necesidad del anilisis de cémo se constituyé, se vendié y se sigue vendiendo a modernidad (hoy como mercado libre y democracia) sea ya tun anilisis des-colonial. Es decir, un andlisis que se sitéa en el plano © dominio de la descolonialidad. Con ello quiero decit que el anilisis de las complicidades imperiales de la ret6riea de la modernidad con la légica de la colonialidad, no es un anlisis, realizado en el marco de las ciencias sociales y humanas; no es tampoco un anilisis basado en el marxismo 0 en la teologia de la liberacién, Es un andlisis que pone sobre la mesa otra opcién (ni ciencias sociales y humanas, ni marxismo, ni teologia de la liberacién): la opcién descolonial FI punto de partida y de referencia lo encontramos en el arti- culo elisico de Anibal Quijano que promovié, sin intencién en aquel momento, todo el proyecto modernidaccolonialidad. En ese articulo se marca el cambio radical de terreno: el concepto de descolonizacién se emplea en_ sentido epistémico (descolo- nizar el saber) y politico (descolonizar la autoridad -el estado- y. Ja economia). Las independencias en América del Sur, en el siglo XIX, y las descolonizaciones en Asia y Arica en el siglo XX, no cuestionaron el conocimiento, las premisas epistémicas sobre las cuales se asentaba la autoridad politica, la organiza- ‘cién econémica y las concepciones del sujeto colonial. Trans- cribo el pirrafo fundante del proyecto que, por otra parte, ayuda a comprender por qué comenzamos a hablar de “opeién desco- lonial” El articulo de Quijano al que me refiero tiene por titulo Colonialidad y modernidadracionalidad' Quijano define el Es facil imaginar, en este simple ejemplo, casos mas compejos y entender fo que sig- + Anibal Quiano, en Los conguistados: 1492 y la poblacién indigena de las Américas, nite el “enrenamiento” de Bin-Laden, por parte de Estados Unidos, para combatir Bonilla, Heracio;(ecmp), BozotaQuito:Tercer mundo, FLACSO-Sede Eewador, Libri contra los Rusos. mundi, 1992, pp. 437-447, 10 » IntRooUCCION ‘curocentrismo” como una cuestiOn epistémica y no geogrifica. Muestra tas relaciones entre el conocimiento eurocentrado con- cebido como totalidad y la colonialidad del poder; asi, muestra las bases epistémicas de Ia expansion imperial/colonial en los Lltimos cinco siglos y la constitucién misma de la modernidad, Esto es, de Ia modernidad/colonialidad sostenida y justificada ¢en un concepto imperial de racionalidad que justific6, al mismo tiempo, la totalidad epistémica, esto es, el conocimiento. Por ello, la “descolonizacién” no es ya un asunto de “revolucién armada” sino de “revolucién en fas premisas del pensar"; un Pachakuti epistémico (ver mi artieulo “EI pensamiento desco- lonial” en el volimen 2 de esta serie Interculturalidad, coloni- zacién del Estado y del conocimiento). Quijano planted en ese mismo articulo la necesidad de la “re-constitucién epistémica” y describi6 esa reconsttucién como “descolonizacién.” Desco- lonizacién del conocimiento, se entiende, esto es, des-coloni lidad. Para ello, y operar la critica al “eurocentrismo’ (como ca- tegoria epistémica) que abra ala des-colonialidad, es necesario, dice Quijano, “desprenderse”: “La critica del paradigma europeo de Ia racionalidad/mo- \dernidad es indispensable. Mas ain, urgente. Pero es dudoso que el camino consista en la negacién simple de todas sus ‘categorias; en Ia disolucién de la realidad en el discurso; en Ja pura negacién de la idea y de la perspectiva de totalidad en el conocimiento. Lejos de esto, es necesarto desprender- se de las vinculaciones de la racionalidad-modernidad con 4a coloniatidad, en primer término, y en definitiva con todo poder no constitido en la decision libre de agentes libres, Es la instrumentalizacién de la razén por el poder colonial, en primer lugar, lo que produjo paradigmas distorsionados de conocimiento y malogré las promesas liberadoras de la ‘modernidad. La alternativa en consecuencia es clara: la dles- truccién de la colonialidad del poder mundial.” WALTER MIGNOLO “Destruecién dela colonialidad del poder mundial”: suena un tanto mesianico en el panorama del orden mundial actual, No sélo por la opeién de una economia capitalista en China y la ‘consolidacién econémica de Rusia, sino por la eonviecién, un tanto ciega, de que el “crecimiento” econsmico es la solucién de los problemas mundiales. Quince afios después del texto de Quijano, escrito sobre los escombros de la Unién Sovitica, estamos literalmente en otra cosa. Entramos en un capitalis- ‘mo policéntrico (Estados Unidos, la Unién Europea, China, Rusia y en segunda fila el Medio-Oriente, India, Brasil) en el {que vemos que, cada uno a su manera, mantiene ciertas cree cias basieas, como por ejemplo, privilegiar el desarrollo sobre cl bicnestar, dar primacia al crecimiento a costa de la desregu- lacién de la “naturaleza” y la regeneracion de Ia vida (tanto de la “naturaleza” como de la “humanidad”), pasar por alto la ‘normalizacion” de la deshechabilidad de la vida (humana) en beneticio de proyectos ideolégicos y econdmicos en vez de proyectos regulados por el estado y no por la mano invisible. Davos 2008 fie, como todos los Davos, ejemplar. Pero este afjo en particular, debido a la debacle financiera de los diltimos seis meses. El periodismo informa que hubo un tono sombrio, ‘aunque ninguno de los presentes se verd afectado por la de- bacle financiera, Ningin Sheik tiene en peligro la hipoteca de su palacio, ni tampoco multimillonarios de Estados Uni- dos y de Europa, En fin, frente a la ereciente consolidacién y concentracién de la riqueza todavia intacta frente a debacles econdmicos que afectan al 90% de la poblacién, pero no al 10% cuyos representantes se retinen en Davos, se hace dificil pensar en “Ia destruecién de la colonialidad del poder mun- dial, Debemos, en consecuencia, darle un sentido diferente a estas palabras; diferente al sentido presupuesto. “Desprenderse”, en la esfera en que mos movemos (esfera académica, intelectual, pedagégica, periodismo independien- 3 Inropuccién te) significa una manera de entender los caminos a seguir. Queimada, para volver al ejemplo de la pelicula, muestra con simplicidad y fuerza lo que podemos hoy intuir que significa Davos. En el enfrentamiento entre los emisarios ingleses en Santo Domingo y José Lépez en su ejercicio de gobernador, el discurso en boca de los administradores ingleses es que los haitianos no entienden Ia légica econémica de la comercia- lizacién del aziicar; la respuesta de José es que es cierto, no ‘entienden la comercializacién, pero tienen el machete con el que cortan al cata de azicar (y que eventualmente podrian ccortar cabezas). No hay todavia “desprendimiento”, por parte de los rebeldes liderados por José, un “desprendimiento.” Es cl primer momento de toma de conciencia y de rebelin anti- imperial, pero enredada en las reglas de juego dictadas por el imperio. El cierre del film introduce ya la conciencia deseo- Tonial: en este enso, es Sir William Walker quien no entiende. Cuando Walker le da a José Lépez la oportunidad de huir y salvar su vida, cortando las amarras que lo tienen maniatado, José no lo hace. Prefiere morir. La mirada de Walker indica su incomprensién: asi como José no entiende la logica comercial de los ingleses, los ingleses no entienden que no hay libertad ni fisica ni espiritual en la isla mientras los blancos continiien controlando la economfa, la autoridad y ~de hecho- la vida de los negros. Hoy la situacién es mucho més compleja, pero el principio de no-libertad en un mundo regulado en cuya regulaci6n no se participa, es el mismo. La complejidad de los controles econémicos, politicos, militares —con la colaboracién de los medias— reducen cada vez mas las posibilidades de rebelio- hes que no se desprendan de las reglas imperiales del juego. La “opcién descolonial” es una propuesta que toma en serio la idea de “desprendimiento” epistémico, puesto que es a partir Watrer MiGnoLo, del conocimiento que se controla tanto la economia, Ia autori- dad como la subjetividad. Veo dos grandes espacios en donde los pensamientos y las acciones estén guiadas por una visién de desprendimiento mas que de rehelién 0 revolucién, en el sentido en que estas palabras tuvieron hasta el fin de la guerra fra. En una de las esferas encontramos proyectos como La via \ campesina’. La entica a la modernidad/colonialidad (que en sus discursos se la refiere como “globalizacién”) va acompa- fiada de la organizacion del trabajo y de la regeneracidn de las semillas, del intercambio global, que no responde a las reglas del mercado neo-liberal, aunque por cierto interactiien en este mercado. De lo que se trata no es de mantener una pureza incontaminada frente a los diseiios neo-liberales del mercado, 1o cual seria suicida. Sino de tener otro proyecto alimentario \ y no ser atrapados por la mercantilizacién de la comida, Otro ‘ejemplo es el del proyecto del MAS (Marcha hacia el socialis-/ mo) tanto antes como después de haber Hegado Evo Morales al gobierno, Mas sll de las dificultades, por cierto de esperar, ‘con la derecha Q'ara de los latifundistas de la medialuna y las complicidades y tensiones con la izquierda, Q*ara (0 la nueva izquierda Boliviana), comenzé a emerger un proyecto, de des-colonizacién del estado, de la economia y de la educa- ccién cuya logica eperativa es semejante al de La via campesi- ‘na, aunque las dimensiones de la politica estatal y el control de recursos naturales hacen mucho més dificiles operar en el desprendimiento. No obstante, no deberiamos desechar lo que se ha conseguido invocando que es dificil levarlo adelante. Otro ejemplo, es el del Zapatismo, Desde el mero comienzo, |. cl Zapatismo ha operado en el desprendimiento y en ‘oma | particulares de relacionarse con el estado mexicano. | * hutp/'viacampesina org/main_ervindex. php. 5 Inrrooucci6n 6 Pues bien, la opeisn descolonial en la esfera intelectual ae; démica, de periodismo independiente, de la educacion y de- bate en la esfera piblica (a lo cual modestamente quisigramos contribuir con las publicaciones de esta coleccién) es una es- fera complementaria a las cuatro anteriores mencionadas. Por ‘ira parte, el singular “la opeidn descolonial” no implica la biisqueda de un universal abstracto que, desde los trabajos de ‘un grupo de intelectuales y académicos dispersados en Amé- rica del Sur, el Caribe y Estados Unidos, se intente proyectar cen su validez para el resto del globo, No, ya sabemos que ‘ese no es el camino. ¥ lo aprendimos tanto de los proyectos imperiales del Cristianismo, del Liberalismo, del Marxismo y del fundamentalismo Iskimico. “La opeién descolonial” indi- dos cosas: por un lado un caritino, diverso y disperso, que ‘emerge én todo el globo como consecuencia de la diversidad \kc tos colonialismos occidentales (Castellano, Portugués, Ho- Javidés, Francés, Inglés, Estadounidense), orientales (Japén) Yy euro-asidticos (Ruso y Soviético) en los que se mantuvo Iransformada la matriz colonial de poder, Por cierto, que la colonialidad en los colonialismos occidentales difiere de la colonialidad en los colonialismos orientales y euro-asiaticos porque los segundos “imperios” dependen de Jos imperios cecidentales. Son, de alguna manera, “imperios de segundo orden.” Ello hace que los proyectos descoloniales en Asia del Este, en Asia Central y en el Ciueaso, tendrin que plantearse, en su analitica, esta particular configuracién de la consolida- cién y expansidn de la economia capitalista La “opeién descolonial” de la que hablo aqui no pretende ser tina teoria que abarque, de sentido, capture, etc., toda la diver- sidad de proyectos descoloniales. No, la opcién descolonial co- mienza previsamente por des-colonizar toda pretensién teériea de totalidad, Esa es una tarea para quienes creen y necesitan controlar” Ia totalidad en las redes de UNA teorfa, Es una tarea WALTER MiGNoLo para quienes ereen en una “realidad” ahi afuera que hay que transformar, y por lo tanto, es necesario “controlar” para que ello se haga de la tiica manera posible, que es la manera en la {que el enuneiante en cuestion personalmente (como defensor y promotor de L.A teoria) ve las cosas. La descolonialidad del saber y del ser comienzan por descolonizar este sentido comin imperial que acabe de mencionar. Es una tarea modesta; una tarea de hormiga. Pero como un 70% de la poblacién del mu do vive en condiciones de colonialidad (del saber y del ser que controlan el hacer), se podria pensar en la diversidad global de proyectos descoloniales que tienen en comin ser descotoniales ‘pero que, a la vez, mantienen la singularidad de los lugares, las personas, Tas lenguas, las subjetividades, las emociones y los hotizontes descoloniales de vida: esto es, del bienestar para todos, la cooperacién y la convivialidad en lugar del bienestar ppara pocas, la competencia y las relaciones piiblicas. jonte a futuro, es Una de las tareas, en ese vasto y largo bi precisamente el proceso de destejer la trama epistémica im- petial, moderno/colonial y en el proceso de ir destejiendo ir también tejiendo y labrando terrenos en cuya tarea se requiere el pensar descolonial global més que el pensar liberador y emaneipador Eurocentrado. Los tres articulos que presen- {amos ilustran un aspecto particular de este trabajo: re-lecr el canon del penisamiento occidental no por cierto desde las ‘miismas reglas del juego que el canon propone, sino desde las ‘consecuencias (inlencionales 0 no) del canon en el proceso de expansi6n imperial de Europa, su continuidad en Estados Unidos y de la compleja situacién que este canon tiene hoy en China y en Rusia (Aunque no Hlegamos a este punto con la propuesta desarrollada y solo nos quedamos en el Ambito oc~ cidental, no podemos perder de vista esto. Ya que —como ya dije— el capitalismo policéntrico arrastra consigo un “saber” ya constituido en la consolidacién misma del capitalismo. ” InrrooucciONn De los tres articulos, el de Emmanuel Chukwudi Eze pone fa Immanuel Kant patas para arriba, En lugar de comenzar, como lo recomienda la canonizacién, por la obra maestra, Critica de la razon pura, y contribuir a las interpretaciones de las interpretaciones que se han hecho de los enunciados de este libro, Eze comienza por la enunciacién y pone de relieve de qué manera el gran edificio tedrico kantiano se ha montado sobre un notable racismo ontoldgico y epistemolégico. On- tolégico por considerar inferiores a los habitantes de las tres partes del mundo fuera de Europa, Epistemologico por restar- le capacidad racional y estética, La trampa, como sabemos, Ia de tomar la “racionalidad” y la “estética” restringiéndola al modo de sentir (sensing, aesthetics) y razonar del hombre cen Europa como medida y no encontrar por cierto cosa seme- Jante en otras partes. La trampa esté en ocultar que todas las ‘comunidades del ylubo picnsan y sicnten aunque no coneep- tualicen ese sentir y pensar de la manera en que lo hizo Kant y que, después de hacerlo, esperaba que todos los demas lo hi- cieran como él, La racionalidad y la estética asi planteada son formas de obligar devaluando. Esto es, racismo epistémico. Los dos articulos siguientes hacen referencia al de Eze e, in- directamente, continiian explorando su planteo. Paget con- trapone a David Hume (1711-1776) con Ottobahi Cugoano (circa 1757-1803). Continuando con el ejemplo de Queimada se podria decit que Hume esté detrés del pensamiento de Si William Walker mientras que Cugoano esti detrés de José Lopez. En este sentido, el andlisis que Henry hace de Hume es semejante a la Jectura descolonial que Eze propone con respecto a Kant. La diferencia entre el argumento de Eze y el de Henry es que, el segundo, contrapone & Hume y a la cons- truccién moderno/colonial de la idea de sujeto (de Descartes ‘a Hegel), la propuesta descolonial de un negro (Cugoano). Cugoano cuenta una historia descolonial (desde Ia experien- WALTER MiGNoLo ccia del esclavizado y luego del liberto) y propone una tet politica descolonial, sobre la base de la historia que cuenta Hency continia esta genealogia del pensamiento descolonial, ‘en contraposicién « la continuidad que tienen hoy Hume y Hegel en el pensamiento (post)moderno/colonial. Santiago Castro-Gémez. vuelve sobre una de las tesis fundamentales «que nutren sus reflexiones: la de la hibris del punto cero, Con ello Castro-Gomez devela la arquitectura enunciativa que sos- tiene el aparato de la epistemologia moderna: Ia del obser- vador que no puede ser observado, el lugar que sostiene las reglas del juego que pueden ser contestadas en su contenido pero no en sus principios. Los tres articulos son avances importantes en el proyecto des- colonial y tienen el mérito de mostrar qué tipo de tareas son necesarias para avanzar en Ia opcién descolonial, 9

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