You are on page 1of 18
38 MANUAL DE ECONOMIA AMBIENTAL Y DE LOS RECURSOS NATURALES (por ejemplo, financiando determinados productos para personas de determinados ni- veles de renta), sino via reparto de renta, porque luego los precios ya se ajustarén hasta Hegar a un equilibrio que comporte la produccién y consumo de la cantidad cficiente (Pareto éptima) de cada bien. En parte, este poder desglosar el andlisis de | eficiencia del de equidad es lo que nos permitird en el libro dedicar mucha atenci6n al primero ¢ introducir el segundo algo més adelante. Ciertamente, puede que no sea facil para el gobiemo realizar estas reasignacones de renta, y ademés las transferencias forzadas de renta no estén exentas de problemas. De ello hablaremos en el Capftulo 7. El primer y segundo teorema del bienestar constituyen dos pilares de la tcorta | microeconémica. Nos proporcionan los elementos te6ricos sobre por qué Ia econo- mia de mercado puede ser eficiente, y nos permiten estudiar c6mo desviaciones de nuestro escenario ideal afectan la asignacién de recursos y la eficiencia en una eco- nomfa de mercados perfectamente competitivos. Sin estos dos resultados teéricos, podrfamos decir muchas menos cosas acerca de las ventajas e inconvenientes de la economfa de mercado perfectamente competitivos. 2.3 Fallos del mercado Como hemos visto, los mercados perfectamente competitives hacen que los consu- midores y los productores, cada uno por su cuenta, sin coordinaci6n entre ellos, tien- dan a producir y consumir una cantidad (x) de «equilibrio», donde ni compradores | ni vendedores tienen incentivos para variar dicha cantidad. De esta forma no se crean més que coyunturalmente ni excedentes ni escasez en ningéin bien, gracias a los pre- cios que se van formando para cada bien ccn esta multitud de decisiones de produe- | cién y consumo descentralizadas, sin coordinaci6n del Estado ni de ninguna autori- dad. Pero con mercados competitivos no s6lo se llega a producir y consumir una cantidad de equilibrio a un precio de equilibrio. Ademds, esta cantidad de equilibrio es la Gptiina, la eficiente, la més deseable para la sociedad. Por consiguiente, los mer- | cados perfectamente competitivos tienen la virtud adicional de ser deseables desde el | punto de vista de generar el mayor bienesta: conduciendo a la cantidad de equilibrio de cada bien, dada una distribucién determinada de la riqueza. Cambiando esta distri- | bucidn, se tiende de nuevo hacia un equilibrio eficiente, aunque distinto del anterior. | Es lo que vefamos en el primer y segundo tzorema de la economia del bienestar. Sin embargo, en la realidad muchos mercados adolecen de ineficiencias. No son | perfectamente competitivos. Bllo puede ocarrir por diversas causas, algunas de las cuales analizaremos a continuaci6n. Sea por la causa que sea, cuando el mercado deja de ser perfectamente competitivo, pierde la segunda caracteristica. Es decir, la cantidad de equilibrio de mercado a la que se Ilega deja de asegurar el maximo bienestar para la sociedad, ya sea porque con esta cantidad de equilibrio se produce y consume demasiada cantidad del bien o porque por el contrario se producen y consu- ‘men menos unidades de las que serian soc.almente deseables en términos de exce- dentes. Cuando eso sucede, cuando el mercado lega a una cantidad de equilibrio dis LA ASIGNACIGN DE RECURSOS CON EFECTOS AMBIENTALES 39 tinta de la que da un excedente maximo, entonces se dice que el mercado falla en su vyirtud de generar por si mismo el maximo bienestar. Se produce un fallo de mercado. A continuacién vamos a ver los fallos de mercado mis habituales desde la pers- pectiva de la economia ambiental. En primer lugar veremos la causa més extendida y que presentamos ya en el primer cap/tulo: las extemnalidades. Le seguiré la presencia “de bienes piblicos y la mala definicién de los derechos de propiedad. Finalmente, " yeremos dos causas més de fallos de mercado, la presencia de no convexidades y problemas de informacién. Externalidades En el capitulo anterior introdujimos la nocién de externalidad. Es una nocién impor- tante para el andlisis econémico, dado que cuando se generan externalidades el mer- cado ya no Ileva a una asignacién 6ptima (Ia cantidad de equilibrio de mercado no es Ja socialmente eficiente). Ni la producci6n ni el consumo deberfan generar efectos externos que no se reflejen totalmente en los precios del mercado. Cualquier cambio " en el uso de recursos que el mercado captura completamente no constituye una exter- nalidad en el sentido en el que aquf lo utilizamos. Si compro una barra de pan més y con ello impido que otra persona la adquiera, no estaré generando propiamente una externalidad sobre el otro potencial comprador, aunque le afecte, dado que ya pago todo el precio por dicha barra de pan. Si la tnica empresa de un sector en una peque- fia localidad quiebra, eso puede en s{ mismo generar muchos efectos negativos adi- cionales, sobre todo a los hogares de los empleados en esta empresa. El hecho de que os consumidores del producto de esta empresa no deseen hacer los sacrificios nece- sarios (o sea, pagar un precio lo suficientemente alto por su producto que permita ala empresa seguir obteniendo beneficios) le indica al productor que los recursos inmo- vilizados en la empresa tendrian mayor valor invertidos en alguna otra actividad eco- ‘n6mica. Por tanto, si cae el mercado de bienes producidos por una empresa, ello no genera en s{ mismo un efecto externo. Como vimos en el capitulo anterior, las externalidades pueden ser positivas 0 ne- gativas. Asi, la produccién de papel puede causar efectos externos negativos sobre Tos pescadores con sus emisiones de contaminantes al agua. Por otro lado, los jardi- nes privados bien cuidados causan un efecto externo positivo sobre los habitantes del barrio. La agricultura, por ejemplo, puede causar externalidades tanto positivas como negativas. Por ejemplo, la mejora de bienestar debida a paisajes atractivos y la pérdi- da de utilidad por contaminacién de suelos debido a un uso excesivo de productos quimicos. Los paisajes suelen quedar «al margen> ‘del mercado, Como consumidores de productos agricolas, al comprar estos productos compensamos a los agricultores por Tos costes en los que incurren en la producci6n, pero no esté incluida en el precio una compensaci6n expresa por producir un tipo u otro de paisaje. Generen un tipo de paisaje u otro, el precio de las verduras no varia. De la misma forma, casi nunca © ITES-Paraninfo 40 MANUAL DE ECONOMIA AMBIENTAL Y DE LOS RECURSOS NATURALES: encontramos agricultores que tengan que pagar por los dafios ambientales que a ve- ces ocasionan, Las exteralidades las podemos representar gréficamente. Si las representamos en términos marginales, viendo el dafio o beneficio que cada unidad en particular produce a Jos externos, dibujaremos una funcién de costes 0 beneficios marginales extemos. Centrémonos en los costes externos por el momento. Si cada unidad que se produce o consume de un bien genera cada vez una pérdida de bienestar de un euro, por ejemplo, al conjunto de externos de la sociedad, entonces su representacién en nuestros gréficos habituales seré una linea recta horizontal de altura un euro. Si por el contrario cada unidad en sf misma afiade una pérdida de bienestar menor que la uni dad anterior, dibujaremos una funcién de costes marginales externos decreciente, con pendiente negativa, Finalmente, si los costes externos de cada unidad son un poco mayores que los de Ja unidad anterior, entonces la representaci6n gréfica ser w curva creciente, de pendiente positiva. En el Gréfico 2.7 se muestra una funcién de costes marginales externos de este siltimo tipo. Las tes representaciones son po. sibles, ¢ incluso la combinacién entre ellas. En este libro, por claridad expositiva supondremos précticamente siempre que se trata de funciones de coste marginal cre. ciente, rectilineas y que pasan por el origen de los ejes de coordenadas. El lector puede reproducir los grificos variando a su gusto estas tres caracterfsticas. Lo mismo sucede para los beneficios marginales externos. Pueden tomar cualquier forma. Por simplicidad, nosotros supondremos casi siempre que tienen la misma forma que los costes marginales extemos, con lo que s6lo deberemos cambiarles la etiqueta para pasar de externalidades negativas a positivas. Con Ia presencia de externalidades, la sociedad relevante se compone no sélo 4 productores y Consumidores, sino también de «externos». Por lo tanto, para el con- € Mes O= CMe Mee D ors ae Equilibrio de mercado 1 Social en un mercado con externalidades negatives. @ITES-Paraninfo LAASIGNACION DE RECURSOS CON EFECTOS AMBIENTALES 41 _iunto de la sociedad cl coste de cada unidad serd la suma del coste de esta unidad los privados (el coste de producir esa unidad) més el coste de esta misma unidad Jos externos. Eso es lo que refleja la funcién de costes sociales del Grifico 2.7 funci6n de costes marginales sociales (CMgS) es la suma «verticaly de la de cos. ‘marginales privados u oferta (CMg) y Ia de costes marginales externos (CMgE). su parte, los beneficios sociales son los de los consumidores —dado que no hay lidades positivas—, representados por la funcién de demanda (D). Aplicando el principio de igualar costes marginales suciales it beneficios margi- les sociales para hallar la cantidad socialmente Optima del bien en cuestién, verios el Gptimo social (x**) esté situado a la izquierda del punto de la cantidad de librio de mercado competitivo (x). Es decir, el mercado, por sf mismo, lleva a lucir y consumir demasiada cantidad del bien, dado que lo socialmente eficiente fa que se produjera y consumiera menos. Examinemos un poco mas la identificacién de la cantidad socialmente éptima (el fimo social, x**). Vamos a ver de dos formas distintas como, efectivamente, x** senta en los Graficos 2.7 y 2.8 la cantidad més deseable. Si tomamos como refe- una cantidad mayor, como x’, y ésta fuese la Ultima unidad producida, dicha Teportaria un coste a los extemnos (altura a’ en el Gréfico 2.8) que es mayor el excedente para los consumidores y productores (altura b’), que es la diferencia el coste de esta unidad y la maxima disposici6n @ pagar por ella. Lo mismo es para cualquier unidad a Ja derecha de x**. Ademés, a la derecha de x* cada id representa una pérdida de bienestar tanto para los extemnos como para los pri- , dado que el coste de produccién es mayor que la disposicién a pagar. Cuanto Mes 42 MANUAL DE ECONOMIA AMBIENTAL Y DE LOS RECURSOS NATURALES mayor es 1a producci6n a la derecha de x**, mayor es la disminuci6n de bienes para el conjunto de la sociedad. Analicemos ahora el caso contrario, Si hubiera m= nos produceién, como por ejemplo x’, esta tltima unidad aportarfa mayor excede 2 Tos productores y consumidores (b") que ahorro de costes a los externos (a'). P tanto, para el conjunto de la sociedad es mejor que esta unidad se produzca. Pero os cierto también para las demds unidades a la izquierda de x**, como se puede com probar fécilmente. Para que se reatice todo el beneficio social posible, la cantidae producir y consumir es la que iguala el beneficio de los privados (b) con el coste los externos (a), lo cual ocurre justamente en Ja unidad x** La segunda forma de ver que x** representa el Sptimo social para este bien X ‘mediante las reas que denotan los excedentes, El area A + 8 + C+ D en el Gras co 2.9 representa el excedente de los privados asociado a producir Ia cantidad equilibrio de mercado x*. En conereto, A + C corresponde al excedente del consus dor y B + D al del productor. Por st lado, los externos experimentan una pérdida 2 bienestar igual a E + F. ;Es la situacién mejor si producimos sélo hasta x#*? Ve: moslo, De ser asf, los privados perderian C + D, porque las unidades entre x** y = no se producirfan ni consumirfan. Por su lado, los extemos ganarfan F, por la mis: raz6n. ¥ como F es mayor que C + D, seria mejor para la sociedad en su conju Ahora el bienestar social serfa A+ B— Een lugar de A + B+ C+D—E~-F.F Jémonos finalmente en que de ser x’ la tiltima unidad en lugar de x*%, nos quedac todavia una parte del drea de pérdida de bienestar por parte de los externos (ent funci6n de costes marginales externos, el eje horizontal y las verticales en x** y x ‘que serfa mayor que la correspondiente para los privados (consumidores y product» * ee ¥ Gréfico 28. Excodentes en presencia de externalidades negatives DITES-Paraninfo LAASIGNACION DE RECURSOS CON EFECTOS AMBIENTALES 43 res), por lo que disminuyendo x’ podria mejorarse todavia el bienestar social. Se deja para el lector el razonamiento equivalente con x", Lo que sucede con externalidades negativas, sucede de forma andloga con exter~ nalidades positivas, s6lo que x** se ubicaré a la derecha de x* en lugar de a la iz~ quierda. En otras palabras, cuando se producen beneficios externos al consumir producir un bien, de éste se produce y consume demasiado poco si se deja la decision en manos de cada uno de los consumidores y productores, o sea en manos del merca- do. Para verlo, basta con sustituir la etiqueta «coste marginal externo» por «beneficio marginal externo» en el Gréfico 2.7. El lector puede comprobar que el coste marginal social se ubica por debajo de la funcién de oferta en lugar de por arriba, y que ahora costes y beneficios marginales sociales se cortan (igualan) en una unidad de producto ala derecha de x*. Se deja también para el lector la comprobacién de que esta unidad es efectivamente el Sptimo social reproduciendo los Gréficos 2.7, 2.8 y 2.9 con las modificaciones correspondientes. El resultado hallado nos dice hasta d6nde, en presencia de externalidades —y el consumo o produccién de multitud de bienes genera externalidades—, el mercado deberfa corregirse. Por ejemplo, para los bienes que con la tecnologia actual no se pueden consumir o producir sin externalidades ambientales negativas, no serfa so- cialmente deseable que se eliminara por completo la externalidad, cosa que acontece- fa si no se produjera ni se disfrutara de ninguna unidad del bien. Si no es deseable renunciar por completo a muchos bienes, entonces hasta dénde debemos renunciar? La economfa nos da un criterio basado en el bienestar de la sociedad: hasta donde el bienestar social sea mximo, es decir, hasta x** en nuestros grificos. Una vez visto que el mercado falla en la virtud de generar e1 6ptimo social cuan- do hay presencia de externalidades e identificada la cantidad que deberia producir y consumir, nos podemos preguntar por la forma de corregir este tipo de fallos. A ello dedicaremos los siguientes dos capftulos. Sin embargo, antes de pasar a explicar la politica econémica ambiental de correccién de externalidades ambientales, vamos a ver otras posibles causas de fallos de mercado. 5 Bienes publicos Existe otra posible causa de fallo del mercado, que surge cuando los bienes son pi- blicos. En este contexto, los Hamados bienes piiblicos 0 colectivos no son los provis- tos por el sector piiblico, asf como los bienes privados no son tampoco los provistos desde el sector privado necesariamente. En el contexto de esta parte de la economfa, Jos bienes piblicos son simplemente los que cumplen las siguientes dos condiciones, Jos provea quien los provea: 1, Una vez provistos no se puede excluir a nadie de su consumo. 2. El consumo del bien por parte de un individuo no disminuye la capacidad de otras personas para consumir el mismo bien. ©ITES-Paraninfo 44 MANUAL DE ECONOMIA AMBIENTAL Y DE LOS RECURSOS NATURALES A la primera condici6n la lamamos de no exclusién, y a la segunda de no ri dad en el consumo. Por su parte, los bienes privados son los que permiten la exclu si6n de por lo menos algiin consumidor y presentan rivalidad al consumirse. Una bi ra de pan es un bien privado, dado que al adquirirla alguien puede impedir a los demés tenerla y al consumirla ya nadie puede consumir esta misma barra. E] paisaje foresial es un bien pibiico, dado que una vez provisto por los propietarios forestales no sc puede impedix a las personas que 1o contemplen, y el hecho de que alguien lo mire no disminuye el disfrute de otra persona al observarlo. Fijémonos primero en la primera condici6n y luego en la segunda. El que un bien no sea excluible puede presentar problemas si su provisi6n se conffa a la iniciativa de los productores. Por ejemplo, los paisajes forestales los conforman los propietarios forestales al producir madera. Imaginemos una plantaci6n de arboles que el propieta- tio ha dispuesto en filas perfectamente alineadas conformando una cuadricula. Puede que nos gustara ms todavia el paisaje forestal si fuese irregular. Pero el propietario no recibe ninguna compensacién por parte de los demas por el paisaje que crea, s6lo por la madera que produce y que puede extraer con menor coste al disponer los arbo- les de forma alineada, Ademés, el propietario lo tiene algo dificil para cobrar @ los beneficiados por el paisaje por su disfrute. Si nos pide a nosotros que contribuyamos, | que le paguemos una determinada cantidad por disponer la plantaci6n siguiente de | forma irregular, estaremos tentados a no contribuir. {Por qué? En primer lugar por- que Ja contribuciGn individual de una sola persona no va a modificar seguramente la decisién del propietario (seguimos con la hipétesis de que un solo agente no tiene suficiente influencia para por sf solo hacer variar los precios y, en esta ocasién, las | decisiones de los demas). Y en segundo lugar porque, caso de el propietario cambiar | Ja disposici6n de los arboles, tampoco nos podrén excluir de disfrutar del nuevo pai- saje, debido a la primera caracteristica de todo bien ptiblico. Es decir, cada individuo tiene incentivos para aprovecharse de la situaci6n, y comportarse como un aprove- chado, 0 poliz6n o free-rider, es decit, no pagar y consumir igualmente el bien pabli- | co. En el ejemplo vemos una raz6n econémica por la que la no exclusién Heva a los bienes publicos a ser provistos por el mercado de forma escasa. La calidad paisajisti- | ca no seré la socialmente éptima, sino que estar por debajo de lo socialmente més | deseable. El mercado falla al proveer una cantidad (en el ejemplo, 1a calidad, o Ia distribucién de los Arboles) que no es la éptima, El resultado del mercado no seria | pues eficiente para el conjunto de personas. Parte del problema con la no exclusién proviene de una mala definicién de los derechos de propiedad. La calidad del aire es otro ejemplo de bien piblico donde es dificil definir los derechos de propiedad. Las sefiales de radio o televisién son tam- + | bign bienes péblicos. Sin embargo, el progreso tecnol6gico ha facilitado el que se pueda excluir a bajo coste a aquellos que no pagan por el uso de ciertas frecuencias, para evitar que se beneficien sin pagar. Cuando ello sucede, y el canal es codificado, asa a perder la condiciGn de bien piblico; decimos que se «privatiza» el bien publi. Co, aunque no es estrictamente un bien privado, tal y como veremos mas adelante. Muchos de los bienes ambientales tienen caracteristicas de bien pablico. © ITES-Paraninfo LA ASIGNACION DE RECURSOS CON EFECTOS AMBIENTALES 45 DERECHOS PE Los derechos-de propiedad designan quién = pietario legal po: tiene de facto el derecho de uso del bien. “dad ef stivos: tA menudo, derecho de propiedad y propi : ‘Gad legal Coinciden, pero no tiene por qué” Ta/pot parte de siempre asi. Por ejempl m- tiene 108.0 J propietario ho Pp ul od personas pascen por su bosque. El pro lamados Detengémonos ahora en la segunda condicién de los bienes pAlicos, Ia de no existencia de rivalidad en el consumo. Significa que ninguna unidad provista se agola 6 pierde stractivo por el hecho de que alguien la consuma, o de que todo ef mundo la Cansuma, Ast, cada unidad no se la queda (consume) el mejor postor en exclusiva, Sino que la puede disfrutar todo el mundo. Por Jo tanto, el valor de cada unidad no viene dado por lo que pagaria como méximo el individuo que més est dispuesto a Dfrecer por esa unidad. Eso es lo que sucedifa con los bienes privados. Ahora, en cam- bio, el valor de cada unidad viene dado por la suma de la méxima disposici6n a pagar de cada uno de 10s individuos. El valor que otorga Ia sociedad a cada unidad de un bien piiblico es la suma de los valores que cada individuo da a cada unidad. Eso es lo que se representa en el Grafico 2.10, suponiendo una sociedad con sélo dos indivi- fduos, el A y el B. La suma de las curvas de demanda individuales, o curva de demas Ga de mercado o agregada, resulta de la suma vertical de las curvas de demanda de Jos individuos, y no de la suma horizontal, como pasa con los bienes privados. Si 1a agregaci6n de las curvas de demanda fuese horizontal (bienes rivales), no yacional consumir ninguna unidad del bien Z, dado que ningdin demandante jere pagar més de 20 € por ninguna unidad y el coste de proveer cada unidad (CMg) supera los 20 €. Sin embargo, al tratarse de un bien pablico, y por tanio no vale ¢1 consumo, hay por lo menos 4 unidades que, para el conjunto de los de- mandantes, tienen un valor superior al coste. Seria socialmente eficiente proveer esas ‘coatro unidades, La utilidad de esta distincién la encontraremos particularmente en fas aplicaciones de andlisis coste-beneficio (Capitulo 7). Dado que una unidad més de un bien pablico puro beneficiaré a todo el mundo, Ia provisién éptima del bien dependera de Ia suma de lo que queramos pagar por él entre todos ¥ del coste de pproducir el bien piblico. En los Capftulos 5 y 6 explicaremos varios métodos para festimar la disposicién a pagar por los bienes piblicos. OITES-Paraninfo 46 MANUAL DE ECONOMIA AMBIENTAL Y DE LOS RECURSOS NATURALES En economia tenemos un abanico casi continuo de bienes que van del privado puro al piblico puro (Cuadro 2.1). Si variamos el grado de exclusi6n y rivalidad, po- dremos pasar de! bien piblico al bien privado con matices intermedios. Los canales dos Cuadro 2.1. Bienes publicos y = Alimentos * Vestidos Pesca © Carreteras congestionadas © Televisi6n codificada f° Red eléctrica © Calidad del aire 5] * Autopistas de peaje | ¢ Carreteras no Ro congestionadas congestionadas * Defensa @ITES-Paraninfo LA ASIGNACION DE RECURSOS CON EFECTOS AMBIENTALES 47 de televisi6n 0 radio codificados son un ejemplo de bien en el que se puede excluir a Jos consumidores que no pagan, a pesar de mantener Ia caracteristica de no rivalidad en el consumo, La pesca es un ejemplo en el que, en determinados lugares, no se puede excluir a nadie de pescar, pero Ta captura de cada pez afecta a las posiilidades te captura de otro pescador, por lo menos respecto a aquel mismo pez. Estos bienes, que son rivales pero sin exclusi6n, se suclen denominar bienes comunales, y los tr2- taremos a continuacién. No es nada fécil definir los derechos de propiedad sobre algunos recursos, como 1a atmésfera, los océanos, etc. En este caso podemos esperar que una economia descen- “tralizada, de mercado, leve a consumir més cantidad de recursos de este tipo de la que seria socialmente deseable. La experiencia nos dice que la sobreexplotacién de Jos bancos de peces en los océanos tiene su origen en la mala definici6n de los dere- ‘chos de propiedad. Cada pescador tiene individualmente incentivos para pescar todo Jo que pueda mientras obtenga beneficio, sin preocuparse de si es mejor no agotar el recurso para poder seguir pescando en el futuro. Si él no realiza la pesca, nada le garantiza que no Ia haga otro pescador. Oo ejemplo interesante es el de la extraccién de petréleo. Supongamos que dos empresas extraen petréleo del subsuelo. Es posible que amias estén sacando petréleo de la misma bolsa aunque se encuentren en dos lugares geogréficamente separados. [Asi, las posibilidades de produccién de una empresa dependeién de Ia cantidad que {a otra extraiga. Si los derechos de propiedad solamente estén definidos sobre la su- perficie de terreno, va a ser muy dificil que se sepa quién controla el petréleo det Eubsuelo; los derechos deberfan definirse sobre el subsuelo, 1o que no siempre es téc- “nicamente facil. © ITES-Psraninfo 48 MANUAL DE ECONOMIA AMBIENTAL Y DE LOS RECURSOS NATURALES En un conocido articulo, el bi6logo Garret Hardin describe el problema bésico de los bienes comunales. Un recurso que es de todo el mundo no es de nadie en particu Jar, argumenta Hardin. Da un ejemplo de la tragedia de los bienes comunales basado en un propietario de vacas y describe cémo se comportarfa éste si la hierba para ali- mentarlas se encontrara en unas tierras comunales. Si suponemos que al propietario de las vacas solamente le preocupan sus propios beneficios, irf afadiendo vacas ¢ pastar en esas tierras siempre que haya suficiente hierba de la que pueda obtener be- neficio. Pero ello afecta a las posibilidades de beneficio de otros propietarios de va. cas. Es el mismo caso que hemos explicado con los otros ejemplos. La consecuencis es que los incentivos son a explotar en demasfa el pasto, dado que la tierra comunal pertenece a todo el mundo y a nadie en particular. Bs decir, el recurso se va a agotar inevitablemente, segtin Hardin. Esta es la llamada tragedia de los bienes comunales, bienes rivales sin exclusién. Esta solucion recuerda 4 la que se adop- | les en ausencia de congestion. Al ~ t6 en Inglaterra en el siglo xvit‘con el mo-- c suarios carecen de in- yimiento de los cercados de las tietras co- _ munales. Ahf también se opt6 por réasignar ajeS eléctronicos 0 sus los derechos de propiedad, que pasaron del Rapidamente pueden conges--_comiin 6 conjunto de vecinos de la locali- ‘tionarse, devenif rivales y comportarse, por ~ dad, «Jos vecinos individualmente consi: tanto, como bienes comunales. Muchos ges- _ derados, cada uno con su propia parcela. Tenemos muchos otros ejemplos de bienes comunales que, sin embargo, se ex plotan de forma algo menos dramatica a la anunciada por Hardin. En general, parece que el caso de la tragedia de los bienes comunales seria més aplicable a recursos disponibles en grandes éreas geograficas, como los océanos y la atmésfera, o en cuye explotaci6n intervienen muchos agentes econdmicos. El problema puede ser mucho ‘menor para recursos locales. En la teorfa econémica moderna se ha discutido mucho QITES-Paraninfo LA ASIGNACION DE RECURSOS CON EFECTOS AMBIENTALES 49 sobre la importancia de las normas y en c6mo evolucionan a lo largo del tiempo. Por ejemplo, podemos encontrar recursos comunales en pueblos indfgenas que no se so- breexplotan, lo que se puede deber al desarrollo de normas comunes. En Espaiia se da un caso tradicional de gestién de recurso comunal sin sobreexplotacién. Es el del Tribunal de las aguas de Valencia, que gestiona el regadfo en parte de esta regién mediterrénea, de forma que los regantes de rfo arriba no hipotecan el regadfo de las tierras situadas rio abajo. En el Capftulo 9 trataremos este problema desde la perspec- tiva de la teorfa de juegos y veremos las posibilidades de legar a acuerdos ambienta- Jes a nivel internacional é 6 No convexidades Otro problema que puede acontecer en los mercados competitivos es el de la presen- cia de no convexidades. Pensemos en el problema antes mencionado que puede darse entre los de aguas arriba y aguas abajo. Una sociedad (A) situada aguas arriba genera emisiones contaminantes que afectan a otra sociedad (B) situada aguas abajo. Asf, el bienestar de la gente en B dependerd, en parte, de la actitud de la poblacién en A. A mayore# emisiones en A, mayores serdn los problemas ambientales en B. Suponga- ‘mos que los habitantes de B emigran si la contaminacién que sufren es demasiado alta, Ello supone un limite inferior al bienestar en B, dado que por debajo de este If mite Ja gente se trasladaré de ciudad, o bien dejard de consumir el agua contaminada. Funcién de datos acumulados en B Daios Eimisiones de 4 cues 2y_CMgts) Saha ‘Emisiones de A jones optimss. No convexidad y e' © ITES-Paraninfo 50 MANUAL DE ECONOMIA AMBIENTAL Y DE LOS RECURSOS NATURALES En el Grificc 2.11 se muestra cémo el bienestar afectado por los dafios ambientales depende de las emisiones de la sociedad A. La hipétesis que hemos realizado y deserito supone que la curva de daiios am. bientales acumulados no puede ser convexa para todos los puntos del eje horizontal Los dafios en B se incrementan cuando las emisiones en A aumentan, pero se flega : tun punto en el que las emisiones en A son tan grandes que no se van a concretar en pérdida de bienestar en B, dado que toda la gente habré tenido que emigrar. El cosie ‘marginal se hard cero por encima de un determinado nivel de emisiones. Este serie tun ejemplo de lo que en economia se lama no convexidad. ITES-Paraninfo {Por qué puede ser relevante el que la funcién sea o no convexa? Para entenderlo mis fécilmente, podemos relacionarlo con el ejemplo de la empresa fabricante de papel (0 comunidad A) y los pescadores (comunidad B, aguas abajo), y considerar lo ue sucederfa si las funciones de beneficios y costes marginales fueran no convexas {al como se ilustra en el Gréfico 2.11. Denotamos con D la funcién de demanda valores marginales privados de la poblacién en A, y por CMgP los costes marginales de producir en A, La cantidad de emisiones de equilibrio para A es z* unidades. Ex cambio, a curva de los costes marginales provocados en B, que denotamos cor LA ASIGNACION DE RECURSOS CON EFECTOS AMBIENTALES 51 CMg(B), tendré ahora distinta forma de 1a que tenia el coste marginal externo en gré- ficos anteriores. Cuando las emisiones Ilegan al punto en el que toda la gente de B emigra, punto b, entonces el coste marginal externo de un incremento de las emisio- nes en A pasa a ser cero. El coste conjunto para A y B, 0 coste marginal social, se denota con CMgS. En general seré razonable asumir que marginalmente los costes ambientales en un determinado sistema ecoldgico son crecientes, pero que a partir de cierto punto empiezan a descender. El motivo puede ser que el sistema esté tan dafiado que un incremento marginal de las emisiones comporte unos dafios marginales inferiores. En el Gréfico 2.11 vemos que CMgS y D se igualan en mas de una ocasi6n; parece haber més de un nivel 6ptimo de emisiones, uno para la cantidad a, y otro en 2*. Si mantenemos la regla de que D = CMgS define la condicién de asighacién 6p- tima, deberemos encontrar alguna forma para discriminar cual seré la situaci6n 6pti- ma cuando la condicién se cumpla en mas de una ocasi6n, Una manera de hacerlo es calculando los beneficios y costes totales para cada posible cantidad optima. Asf, po- demos calcular los excedentes, y comprobar cudndo el excedente total es mayor. El lector podré comprobar por sf mismo que el punto a en el Grafico 2.11 es el éptimo global, en linea con los anélisis presentados antes en este capitulo. El problema es que el valor de las emisiones vuelve a ser positivo para niveles de emisién mayores gue b y menores que z*. El motivo es que si incrementamos las emisiones por encima de b no se producirén dafios adicionales sobre la sociedad B, dado que ya no quedaré nadie aguas abajo de acuerdo con nuestro ejemplo. Por lo tanto, si permitimos que el nivel de emisiones llegue a z* el valor social se incrementaré por el valor del érea Y. Pero vemos que el drea X, que representa pérdidas netas para el conjunto de A y B, es mayor que Y, lo que significa que la cantidad a es la socialmente preferida en este caso. Si el nivel éptimo de emisiones se decide mediante una negociacién voluntaria entre A y B, la presencia de no convexidades no deberfa ser un problema si la funcién de costes es conocida. Se podrfa encontrar el nivel de emisiones socialmente éptimo en A si se siguiera el procedimiento descrito més arriba. ‘Sin embargo, cuando sélo tenemos un conocimiento limitado 0 «local» de la fun- cién de dafios, las no convexidades causan problemas. Para ilustrar esta situaci6n, podemos cubrir la parte izquierda del Gréfico 2.11 ocultando hasta el punto b inclui- do. Con la informacién visible, creerfamos que lo socialmente Gptimo es producir hasta z*, y no nos propondrfamos ninguna correcci6n, Sin embargo, al descubrir la parte izquierda, y adquirir una informacién més global, podemos comprobar que sf deberia corregirse 1a situacién hasta reducir la actividad de A al punto a. El lector puede reproducir el andlisis grafico con un caso menos extremo, donde en lugar de desaparecer stibitamente la externalidad sobre B, simplemente disminuye lo suficien- te como para que existan 3 puntos donde se cumple la igualdad entre demanda y coste marginal social. Probablemente, la presencia de no convexidades es bastante comin cuando trata- mos con externalidades, Las no convexidades afectan a la eficiencia de los instru- © ITES-Paraninfo 52 MANUAL DE ECONOMIA AMBIENTAL Y DE LOS RECURSOS NATURALES, mentos econémicos. En principio, podemos pensar que las no convexidades son un caso especifico del problema general de la informacién que trataremos en el siguien- te apartado: fallos de informacién. Ciertamente, con frecuencia no conocemos dema- siado bien Io que sucede cuando nos planteamos grandes cambios en los sistemas econémicos 0 ecolégicos. Aqui no somos lemasiado precisos con lo que queremos decir con cambios pequefios o grandes; variard de una aplicaci6n a otra, La cuestién ces que sabemos mucho mejor qué reacciones ocurren cuando los cambios en los sis- temas econémicos y ecol6gicos son pequefios. Obsérvese que en presencia de conve- xidad, la informacién local serfa ya suficiente. Bajo condiciones de convexidad sélo tenemos una soluci6n 6ptima. En este caso, nuestro procedimiento de busqueda local nos conducird en algiin momento al Gptime global. 2 Fallos de informacion ‘Acabamos de sefialar algunos problemas que proceden de la falta de informacion perfecta sobre los sistemas econdmicos y ecolégicos. Otros tipos de fallos en la infor- macién han recibido mucha atencién de Ja teorfa econémica en los tiltimos afios. Uno de los problemas es el denominado problema del dafto moral y otro el lamado pro blema de la seleccidn adversa. Un ejemple de dafio moral t{pico se puede encontrar en los mercados de seguros. Si el duefio de un coche compra un seguro antirrobo, sus incentivos para cuidar la seguridad del coche son bastante distintos una vez ha firma- do el acuerdo. Una vez ya ha firmado el contrato no Ie es tan costoso al propietario del coche que se lo roben y se puede volver més descuidado. Naturalmente, la com pafifa se seguros desearia que el propietario tuviese el mismo cuidade que sin seguro. No obstante, ya que el seguro disminuye necesariamente el coste del robo para el propietario, los incentivos de ser precavido para disminuir riesgos disminuyen tras la firma del contrato, Un ejemplo de seleccién adversa se puede encontrar en el mercado de los coches de segunda mano o de ocasi6n. Habitualmente, el comprador de un coche usado no conoce el estado del coche por el que se interesa. Por tanto, supongamos que el com prador quiere pagar 15.000 € por un buen coche usado de una determinada marca y calidad. Sin embargo, s6lo pagarfa 10.000 € por un coche de la misma marca con un motor en peor estado. Supongamos que no conoce de antemano cuél es el peor coche. El vendedor probablemente conozca mejor la calidad de los coches, y esté dispuesto a vender el bueno por 14.000 € y el malo por 9.000 €. El comprador sabe que core el riesgo de comprar el coche malo. Supongamos que Ia probabilidad de que eso ocu- rma es del 50 por ciento, y que el comprador querra pagar 13.000 € por un coche de calidad media. No comprar el Cache bueno dado que le costarfa 14.000 € y al no saber seguro que va a obtener el coche bueno no ofrecerd los 14.000 €, sino 13.000 como mucho. El que queda asequible a este precio es el malo. Asf, en este ejemplo, s6lo los coches malos se intercambiarfan en el mercado de ocasién, aunque los com pradores quisieran pagar el coste de un coche mejor. QITES-Paraninfo | | | LA ASIGNACION DE RECURSOS CON EFECTOS AMBIENTALES 53 | Estos son ejemplos cotidianos, y podriamos encontrar bastantes més. Pero, por qué nos interesan estos problemas al discutir la asignacién Optima de los recursos ambientales? Pongamos algunos ejemplos. {Tienen incentivos las empresas para contaminar mas de lo que esté permitido? Pueden ahorrar en costes de descontaminaci6n 0 prevencién, pero entonces se arties- gan a ser pillados y tener que pagar las consecuencias. Por tanto, podemos pensar en Jas empresas contaminantes como productores que sopesan el riesgo de ser descu- biertos. Si las empresas creen que el riesgo de ser descubiertas es pequefio, entonces hay un mayor incentivo a contaminar més de lo que esta permitido. Si las empresas pueden comprar un seguro que las cubra de las multas que pudiesen tener al exceder Ios limites permitidos de emisiones, entonces estariamos en una situaci6n de daio moral tal como hemos descrito més arriba. Ciertamente, puede ser dificil imaginar- se exactamente cémo este mercado de seguros podria funcionar en determinados paises. Respecto a la selecci6n adversa, podemos pensar en una empresa que trate de diferenciar sus productos presenténdolos como ambientalmente mejores. Suponga- mos que es més caro producir productos ecolégicos. Puede que sea més barato para el productor, aunque més caro para la sociedad, producir papel que utiliza materia prima procedente de los bosques cuya tala constituye un dafio ambiental muy sentido en la poblaciGn, si la alternativa es obtener el papel de bosques gestionados con crite- rios ambientales que encarecen el precio de la madera, Los productores querrén pro- veer productos «verdes» en el mercado siempre que los consumidores estén dispues- tos a pagar el coste extra, De ser asf, los consumidores deben poder calibrar la calidad ambiental del producto de forma similar a la del ejemplo de los coches de segunda mano. Si se hace dificil calibrar la calidad ambiental del producto, el consu- midor solamente estard dispuesto a pagar el precio medio. No tiene mucho sentido pagar més si no somos capaces de percibir las diferencias entre distintos productos. En este caso, los productos de menos calidad se venderdn antes que los de mayor calidad (Ios «ecol6gicos»). Las lamadas «certificaciones verdes» pueden considerar- se, en parte, como una forma de abordar este problema. iCuadl es el objetivo del andlisis? El objetivo principal de nuestro andlisis es ver si el mercado por si mismo logra ge- nerar el maximo bienestar para el conjunto de la sociedad a partir de las actividades econémicas de produccién y consumo. En caso de que lo logre, podrfamos pensar ‘que este sistema ya funciona. Pero si falla en esa deseable tarea de proveer el méxi- mo bienestar, entonces aparece una justificacién econdmica para intervenir 0 mo- dificar el funcionamiento de este mercado. En los Capitulos 3 y 4 veremos distintas formas de corregir los fallos del mercado para conseguir producir la cantidad social- mente dptima de cada bien. No hemos dicho apenas nada hasta ahora de un segun- do objetivo, el del reparto de 1a riqueza entre los miembros de la sociedad. Qué ©ITES-Paraninfo — 54 MANUAL DE ECONOMIA AMBIENTAL Y DE LOS RECURSOS NATURALES: tan igualitaria queremos que sea la sociedad es algo que discutiremos dentro del com texto ambiental en el Capitulo 7. En términos de eficiencia, la regla general es que el coste social y el benefic social marginales se igualen. Ello nos determinard la wltima unidad que es deseabi= producir y consumir. Significa que deberfamos ver si para Ja ditima unidad producics y consumida el coste y el beneficio asociados a esta unidad son iguales. Alguno costes y beneficios ambientales pueden ser algo dificiles de medir. Por ejemplo, be neficios como la mejora de las posibilidades recreativas de un espacio natural, mejo- ras en la salud, o en Ja vida de las piedras de edificios embleméticos, por ejempl Cémo medir esos beneficios, cmo medir en unidades monetarias Ia disminucién ce bienestar causada por externalidades negativas o el aumento derivado de beneficic externos, 0 por la provisién de bienes piiblicos, es lo que veremos con cierto detalle en los Capftulos 5 y 6. 41. Reproducir el Gréfico 2.7 con una externalidad positiva. 2. Reproducir los Graficos 2.8 y 2.9 con una externalidad positiva, 3. {Bajo qué condiciones deberia reducirse a cero la produccién en un mercade con externalidades negativas? Mostrarlo gréfficamente. 4. La economia da como criterio fundamental para saber cudnta externalidad am biental négativa deberfamos tolerar, el del bienestar social maximo. Otras disc: plinas aplican criterios distintos para corregir el equivalente de las externalid des ambientales, los impactos ambientales. Proporcionar ejemplos de criterios utilizados en otras disciplinas, como el derecho, la ciencia politica, la ecologiz Ia ingenierfa u otras, y discutirlos en comparacién con el criterio econémico. 5. Parte de Ja actividad legislativa europea tiene por objetivo «Proponer directrices para la aplicacién del principio de precaucién, permitiendo garantizar un nivel elevado de proteccién del medio ambiente y de la salud humana, animal o vege tal en los casos en que los datos cientificos disponibles no permitan una evalue cién completa del riesgo. Evitar que se utilice el principio de precaucién come pretexto para acciones proteccionistas» (http://europa.eu.int/scadplus/leg/es 1vb/132042.htm). Discutir el «principio de precaucién» desde la perspectiva ée Ja economia ambiental. 6. Dar un ejemplo distinto alos mencionados en el libro de cada tipo de bien se presenten las siguientes caracteristicas: a) Excluible y rival. b) Excluible y no rival. ©ITES-Paraninfo 10. at. LAASIGNACION DE RECURSOS CON EFECTOS AMBIENTALES 55: ©) Noexeluible y rival d) No excluible y no rival. Reproducir el razonamiento de la tragedia de los bienes comunales con un bien distinto a los moncionados en este capitulo. Justificar por qué en ausencia de no convexidades 1a regla de coste marginal social igual a beneficio marginal social sirve para identificar la cantidad so- cialmente 6ptima de un producto. Reproducir el Gréfico 2.11 representando una extemnalidad con un tramo cre- ciente y un tramo decreciente que implique tres puntos de cruce entre la fun- cién de demanda y la de costes marginales sociales. Analizar las consecuen- cias Mostrar gréficamente un problema de no convexidad con externalidades posi- tivas y discutir sus consecuencias. Discutir la siguiente afirmacién: «los expertos en medio ambiente generan a veces un problema de dafio moral».

You might also like