You are on page 1of 122
aad es a STR ee ON 8 Ne ere TEORIAS SOCIOLOGICAS Introduccién a los clasicos 3° edicién Coordinador Autores: Roberto von Sprecher Roberto von Sprecher Javier Cristiano [Nidia Abatedaga Carlos Merlo EPritorial Brajas eo Srachay, Raberte “Toone stlgeae: oduecdn aos casas 1 Rove von Speco, Nisa Rasacape, Cas Mie Jove Catane ane. odaoe' es as | Malop :2tceem 4, Secotp Antone, Nia, Meo, Caron ie 221058 we pcr, Cin, Abana, CMe Sones tated Se Suncor (inde eco pit gar macy 1.728 Ning pare pubic, nda a pep ‘55 lmacmadesComis por nun en ase een, a {Since palo 9 poussins pen Kets ina ar ‘et: ity eas Pe pte 8S ‘Corebe~ Asin INDICE Pag. Introduccion 9 Capitulo I... n Sobre el origen y Ia naturaleza de las teorias socio- logicas Javier Cristiana. Capitulo I... 7 2s La Teoiia Social de Karl Marx ‘Nidia Abatedaga y Carlos Merlo 2 A. Breves referencias biogrificas 2 B. La perspectiva metodologica de Karl Marx... 30 El marxismo como teoria critica wa. = teéricas en el pen- Las principales influenci samiento de Marx 30 “Aleance del término determinacién... 40 . La propuesta tedriea de Karl Marx 8 Nota introductoria — a ‘Acerca de la produccién en la sociedad 4 1 modo de produccién .. o Estructura material: fuerzas productivas y rela ciones sociales de produccion... 49 Superestructura ideol6gica. 35 La mercanela y lineacién 59 La concepeién de Marx respecto del cambio s0- cial: relaciones entre estructura materiale ideo- Hogi “ Las clases sociales vee 7 Interropantes y actividades propuestas para el estudio E — = 76 Capitulo 11 ” Emile Durkheim: sociologia y metodologia Sasler 1, CPs a0 a 1. Datos biogriticos. o 2. La obra de Durkheim: temas claves. 3. gCémo debe proceder la sociologia? 4, Un ejercicio de aplicacién del método: el estu- dio sobre el suicidio 3. Lat lend es cs demas. 98 El probleme dela slidaridad social. 100 b. El desarrollo de la divisién del trabajo 105 . Las formas anémalas de la divisién del PAB B|O or mm 6. Guia de Lectura y ejercitacién nT Capitulo 1V 12 La Sociologia comprensiva de Max Weber 123 Roberto von Sprecher. Brevisimas referencias bibliogrificas 13 Propuesta para introducirse a la teoria social de Max Weber recone VO "Nodos y sefialamientos 127 Acei6n s0¢ial ren 43 Relaciones sociales de lucha . 146 Las categorias sociolégicas fundamentales de Ia Vida econémica| : 1s2 El mereado como condicién del eéleulo 183 La dominacién legal con administracion buro- critica 155, _— lates, esamentos y par dos Clases ns 162 Relaciones de clases. 6 La ética protestante y el espiritu del capitalismo. 171 Insoganesystvdades props para eles tudo. 176 Capitulo V. 181 Los esctitos de Antonio Gramsci como Teoria Social ‘Roberto von Sprecher 183, |. Brovsimas referencia biogrifieas nonoon 183 B. Laglaboracién terica de Gramsci 185 BL. Blog his, construc hegemonia y logro de la B. 2. Crisis no orginicas y orginicas del bloque histérieo. Causas y posibles esoluciones aus. 232 Interrogantes y actividades propuestas para el es- tudio . sonnei 239 INTRODUCCION Este texto no pretende equipararse a los de relevantes ppensadores que han escrito sobre los clisicos de la socio- Jogia. Su objetivo es faciitar a estudiantes de los primero afi de la Universidad y al piblico general no iniciado un acceso relativamente sencillo y breve a las teoras sociales de K. Marx, E. Durkheim, M. Weber y A. Gramsci. Cons- tituye una guia para la lectura de los originales de los eli- sicos, oun paso previo a la de revisiones més complejas 0 ‘completas de ellos. Es, en tal sentido, una preparacién para esas lecturas, en si mismas iremplazables, en cualquier caso recomenda- bles, y recomendadas por los autores dl text. CAPITULO I Sobre el origen y la naturaleza de las teorias sociolégicas ‘por Javier Cristiano La sociologia es una disciplina polémica, donde abun- ‘dan las disputas y desacuerdos, las diferencias de teoria y ‘método, y hasta la contraposicién de objetivos. Sin embar- 4, hay poco desacuerdo en un punto: las cuestiones socia- les s6lo se entienden en su contexto histérico. Necesita- _mos siempre identificar la época, el marco en que ocurren los hechos, side verdad queremos comprenderios o expli- carlos. ‘La norma vale por supuesto para la propia sociologia. Porque la sociologia es -y en esto también hay consenso- un fenémeno social entre otros. Lo componen institucio- nes, actividades de ciertas personas llamada “soci6logos", bros que se editan y se venden y se leen y producen #fee tos sobre sus lectores, ideas, en fin, que pasan a formar parte de la propia vida social que pretenden analizar. Pot 80 dice Anthony Giddens que la sociologia tiene 1a des- ‘concertante propiedad de “tener por objeto lo que ella ‘misma presupone” (Giddens, 1987: 9), esto es, tenerse por ‘objeto a sf misma. El desconcierto es ineludible cuando se trata de pensar la historia de la disciplina. Hay que mostrar c6mo las de~ terminaciones e influencias sociales han impactado sobre la sociologia, lo que significa lisa y llanamente, hacer so- ciologia de la sociologia (Gouldner, 1973). Como conse- ccuencia de lo cual no sé6lo hay riesgo de regresién al infinito (sociologia de la sociologia de la social sino que no existe, ni puede existr, la histor de la sociologia, sino Jas historias, muchas, tantas como a Javier Cristiano perspectivas te6ricas (sociolégicas) se apliquen, Huelga decir entonces que no nos proponemos aqui ar “Ia historia” de la diseiplina, sino indicar unos ppocos hechos histiricos, y unas pocas obras “socioldgi- cas", con las que luego puede construirse la historia, si la semilla ha prendido y hay ganas de profundizar. Se trata de la informacion minima indispensable: para ingresar al estudio de la sociologia, y mds previsamente de lo que amamos, por las razones que se indican al final del c tulo, “Teorias Sociolégicas”. 1 Uns primera aclaracin, obvia pero importante: ideas sociales, ypreocupacién inielectual por las cuestiones So- ciales, exisiron siempre. La novedad que apora el siglo XVIII y XIX, y en su context la “sociologia" es la pre~ tens de estudiar esos fenémenos “cientifcamente”. La sovjologia es, en este sentido, parte de un proceso intlec- tual y cultural ms amplio,cuya sede geogrsfica es Europa cvcidenal y cuyo punto de referencia intelectual es la re- volucién filos6fiea de las luces. Sapere aude (Catrévete a saber") es la expresion de Kant que sintetiza el espiria de la ilustacion. El vijo hombre medieval, limitado ala verdad revelada del dogma religioso, ajeno por tanto a cualquier exploracion propia del mundo que pueda altrar el dogma, da lugar progres ‘amente aun nuevo modelo de humanidad, cofitda en el poder dela razén en la bisqueda aulGnoma de la verdad Inds allé de la tuielareligiosa. Un proceso que require “atrevimiento” pr sr exigenteyarsesgado, pero que me- rece la pena en visias a lo que el propio Kant llamaba “mayoria de edad de la humanidad”. 4 ‘Sobre el orgen yl natraleza de as teriassociolgicas La sociologiaes una de las expresiones, una entre otras, de este proyecto. Intenta romper, por un lado, con las doc: trinas conservadoras de base rligiosa, que hacian de lo social un aspecto més de la ereacién, en el mejor de los ‘casos cognoscible pero de ningiin modo alterable. Y por ‘tro, ruptura con Ia filosofia social especulativa, que desde La Repiilica de Plaén hasta Ei Principe de Maquiavelo hhabian intentado imaginar proyectos de “sociedad buena” (1 buen gobiemo, la dstribuciénjusta etc), pero limitin- dose a la especulacién y al margen del conocimiento es- tricto de la realidad social existente La sociologia tiene tras si, por tanto, una auténtica re- volucién de la mentalidad occidental. Lo que hoy nos pi reve evidente y fuera de discusion -por ejemplo, que para conocer la realidad tenemos que “observarla" no lo era en absoluto hace tres sigos, y se ha vuelto indiscutible, entre otras cosas, debido a la proiferaciOn de ciencias y saberes ‘como la sociologia. (Que la vida social pueda conocerse en este sentido su- pone ademds que debe conocerse, que hay buenas razones, pare conocerla, Y esas buenas razones no son otras que el deseo de intervenir en la vida social, actuar sobre ella, modificarla y mejorarle. También esto forma parte hoy de nuestro sentido comiin, pero no siempre lo fue. A ningtin campesino de la Europa medieval le parecia obvio que la sociedad pudiera “mejorar, y mucho menos que pudie- tan hacerlo los propios miembros de la sociedad, y mucho ‘menos atin que para eso haya que partir de un conocimicn- to “objetivo” y “neutral”. Todo esto es también producto directo 0 indirecto de la tlustracién, y parte de la revolu- cin que la sociologia promueve y dela que forma parte. El cambio social, con todo, no era s6lo un proyecto a futuro, sino también un proceso en marcha con hechos Javier Cristiane sso tac Pe eh me si ausee sas mae les y mondrquicos), proporcionaba ejemplo e inspiracién a Croan gerard ening Spe rien oe scm tte Pees re ea Ean ANE, one Sans ere linet 2 hale eet sic meee lm eo ee erat eg es Sci, emesis nie + seam ug est roan Soames tage eters ee eer gee ml oe pitalista, conocer esa sociedad, que paulatinamente se gi cree, oa peeea peea as I tay nto ne ec ee erm sein ie i oat ee etre wale cree Sica ri me eco ar ‘guiente apartado, a proporcionar una minima noticia de sire cores soporte SLES se meanness u La primera que hay que reseftar es la de Henry Saint 16 Sobre el orgen yl mauraleca de as tories sociogicss Simon (1760 ~ 1825) que esta entre los primeros (y para algunos fue el primero) en proponer explicitamente la idea cde una “ciencia” de la sociedad, Saint Simon identficaba & test ciencia con una “fsiologia social”, nombre que indica por si solo el sentido que entonces tenia, y no solo para Saint Simon, la palabra “ciencia”. La ciencia de Ia socie- dad a que aspiraba era una reproduccién de las ciencias naturales, es decir: un conocimiento deductivo, basado en leyes generales invariantes, fundado empiticamente y con ccapacidad predictiva. En Saint Simon Ia filosofia social especulativa se convierte (0 aspira a que se convierta) tun conocimiento de las leyes generales que rigen todas las rmanifestaciones de la vida social. La pregunta de si exis- ten esas leyes, 0 lo que es lo mismo, de si las ciencias na turales proporcionan un buen modelo para la ciencia so- cial, ha generado una intensa discusién desde los comien- ‘20s mismos de la sociologia, que ain continda. Su forma- Tizacién se debe a Wilhelm Dilthey (1833 ~ 1913), que es- tableci6 una precisa soparacién entre ciencias dela natura~ leza, orientadas a expiicar los fen6menos mediante leyes generales, y “ciencias del espiritu”, que tratan de com- render el sentido de los hechos y realidades hist6ricas sin pretensién (ni posibilidad) de aferrarse a leyes invariantes. ‘Como se veri en el capitulo correspondiente de este libro, la obra de Max Weber parte de esta distincién e intenta su problemética conciliacin. ‘La idea de que la vida social esta regida por “leyes” tie- ‘ne sin embargo un precursor més remoto, el barn de ‘Montesquieu (1689 ~ 1755), contemporineo de Newton para quien las leyes de la sociedad no deben entenderse ‘como normas que se dan caprichosamente, sino como “re- Taciones necesarias que derivan de la naturaleza de las co sas", definicin que introduce un concepto naturalista de Javier Cristiano ley, afin a la acitud de observacion y distanciamiento que caracteriza a la ciencia. De hecho las Cartas Persas, que ‘Montesquieu publica en 1721, constituyen un precedente Pintoresco pero importante de esa actitud: Montesquieu presenta alli con ironia la observacién que un hipotético visitante de Persia podria hacer de la Francia de la época, de su vida polltica y de sus costumbres, contribuyendo a la toma de distancia critica respecto del medio social, que es condicién y base de la sociologia. El proyecto de una ciencia de la sociedad tiene sin em- bbargo en Augusto Comte su referente principal, empezan- do por el hecho de que es el inventor del vocablo “st logia”. Nacido nueve afios después de la Revolucion Fran- cesa, y muerto en 1857, la obra de Comte fija la idea de la sociologia como estudio de los fendmenos sociales “..considerados con el mismo espiritu que los astronémi 05, los fsicos, los quimicos o los fisioldgicos, es decir, sujetos a leyes naturales invariantes, cuyo descubrimiento cs el objeto especial de la observacién”. En perfecta hhomologia, pues, con la idea que habla promulgado en su ‘momento Saint Simon, pero a la que Comte comienza a dar contenido con una (para él) “ley fundamental de la his- toria”: Ia “ley de los tres estadios”. Segtin esta concepcién, las sociedades humanas atra- viesan por etapas pre establecidas (“estadios”), que no s0- lo se suceden con la inexorabilidad de las estaciones, sino que expresan un “progreso” entendido como desarrollo positivo. El estadio “teoldgico”, basado en la ereencia en poderes sobrenaturales, es sucedido por el estadio “metafi- sico”, se reemplazan por fuerzas abstractas, como la “naturaleza” o la “humanidad”. El fin del proceso ~ progreso es el estadio “positive”, que pone el conocimiento cientifico del mundo en el lugar que antes ‘Sobre el ergen yl atraleza de las teorias socolpieas ‘ocuparon Ia religién y la metaflsica. La sociologia, como ciencia de la sociedad, es el eje del “estadio positive”, donde el conocimiento cientifico destrona al prejuicio y la ‘mera opinién en el manejo de la “cosa piblica”. ‘Augusto Comte muere el mismo afio y el mismo pais (Francia) en que nace Emile Durkheim, su mis encumbra- do continuador al menos en el proyecto de una “sociolog! cientifica” (véase el capitulo dedicado a su obra). Pero también tiene un continuador contemporineo, en Inglate- ra, en su idea de un progreso evolutivo que la ciencia so- cial descubre como “ley”. Se trata de Herbert Spencer (1820 ~ 1903), para quien el universo (n0 s6lo las socie- dades) tienen un principio rector, consistente en la paulati- na integracién de la materia en un todo coherente en que confluyen quietud (ausencia de movimiento) y armonis. Esta idea metafisca, aplicada a Ia sociedad, supone una evolucién histérica orientada a la mayor unidad y mayor estabilidad de las sociedades, evolucin que para Spencer hha alcanzado su culminacién en la modema sociedad in- dustrial. La ley de los tes estadios de Comte se transforma en él en un proceso de dos momentos, a los que llama res- pectivamente “sociedades militares” y “sociedades indus- ‘wiales”. Spencer incorpora a este esquema la idea evolu- cionista de Ia “supervivencia del més apto”, que significa que en el proceso de desarrollo social sobreviven los ele- ‘mentos sociales que mejor se ajustan al entomo. Una idea que ha contribuido mucho al desprestigio de Spencer y su ‘obra, debido a las posibles consecuencias précticas y poli- ticas de la idea, que bien puede justficar estados de cosas contrarios a nuestra idea intutiva de la justicia o la digni- dad humana, Las ideas de “progreso” y “evolucién” no se limitan a Comte y Spencer, aunque fengan en ellos representantes Javie Cristiano embleméticos. La nocién mis general de que las socieda- des “avanzan”, en el sentido de que la historia va de menos ‘a nds, y que el futuro tienda ser mejor que el pasado, es -onstitutiva de la ciencia social en su periodo de for- macién. Hay que hacer en tal sentido una mencién a Ia ‘obra de Wilhelm Hegel (1770 ~ 1831), que si bien no par- ticipa de ningin proyecto explicto de fundar una “soci logia”, ha influido en Is disciplina de un modo quizas mAs perdurable que Comte 0 Saint Simon. También Hegel cre- fa en la existencia de un sentido y una direccién de la his- (oria y las sociedades humanas, orientada hacia la conse- cucién, en su caso, de una mayor conciencia respecto-del ‘mundo, y consiguientemente una mayor libertad. Residia cl proceso en la dimensién metafisica de un “Espiritu Ab- soluto", que se desenvuelve en etapas sucesivas de auto- conciencia de las que la historia efectiva de las sociedades (la formacién y dectinacién de grandes imperios, las revo- luciones politicas, etc.) es s6lo la manifestaciOn exterior. La idea de Hegel seri retomada por Karl Marx, que la Cconvertira en la idea més propiamente sociolégica de un desarrollo de las sociedades a través de sucesivos modos {de produccién (véase el capitulo dedicado a Marx). Es comin, a la hora de presentar la historia de Ia socio- logia, distinguir la etapa de los “padres fundadores", que acabamos de resefiar, de la etapa de los “clisicos”, que abordan Ios capitulos que siguen. La distincién es en parte cronolégica (los “elésicos” suceden a los “fundadores") pero también es sustantiva: se supone que las obras clisi- ‘cas son més sofistcadas e importantes, o por lo menos que ‘nos hablan en un lenguaje més acorde a nuestras expecta- tivas e inquietudes actuales. Es, como cualquier otro, un criterio discutible. Pero es verdad que si nos atenemos a la historia posterior de la sociologia (Ia que va desde el pri- 2» Sobee el orgen yl aturaleza de las cris soiolgicas mer tercio del siglo XX hasta hoy), la referencia a Marx, ‘Weber, Durkheim y Gramsci es muchisimo mas recurrent y consiante que la referencia a Comte, Spencer o Saint ‘Simon. Lo que no resta interés y atractivo a una lectura de sas obras, pero en cualquier easo permite orientar el es- fuerzo introductorio en una direccién més segura. ‘Algo similar hay que decir de la seleccién de los auto- res clisicos: a qué obras debe atribuirse ese caricter, y por qué? El tema es objeto de una constante discusién en a que agut no puede entrarse, pero lo minimo que puede decirse es que quedan fuera de los capitulos siguientes tres ‘obras clésicas (al menos tres) de importancia ampliamente reconocida: las de George Simmel (1858 ~ 1918), Vilftedo Pareto (1848 — 1923) y Ferdinand Ténnies (1855 ~ 1936). ‘Simmel fue no s6lo compatriota y contemporéneo de Weber, sino también su amigo personal. A diferencia de Weber, sin embargo, no consigui, salvo al final de su vi- da, hacerse un lugar en las instituciones académicas de la ép0ca, desarrollando una obra que sélo mucho més tarde fue reivindicada como parte del acervo de Ia sociologia, Por un lado, un conjunto de breves y penetrantes andlisis ‘microsociales, en los que trata de indentificar tipos y for ‘mas més generales de interaccién social que de algin mo- ddo han precedido y prefigurado a corrientes contempori- ‘eas como el “interaccionismo simbélico”. Por otro, una hipotesiscercana a la idea weberiana de racionalizacién y a la marxista de cosificacién, que Simmel define como ““tragedia de la cultura”: las formas culturales, destinadas a cexpresar el espirituy las apetencias humanas, se desprende de ellas en un proceso de autonomizacién que tiene la forma dela tragedia en el sentido que da a la palabra la an- tigiedad clisiea: un poder extrafio que surge de las acci nes de los individuos pero que no responde a sus propios a Javier Cristiano esignios. En su voluminosa Filosofia del dinero aplica esta idea general a las formas monetaras de la modema sociedad eapitaista, Ferdinand Tonaies, por su parte, es reconocido como el autor de la primera doctrina sociolégicaalemana, aunque su obra fu eclipsada en gran medida por la de Max We- ber. Su proyecto fue también laconstruccién de una socio- logia cientifica, entedida como conceptalizacién abs- ‘racta 0 “pura” que pueda aplicarse a sociedades muy dic versas. La mayoria de los comentadores ha destacado de su obra la contraposiciSa entre comunidad y sociedad. Pot Ja primera entendia una forma de relacin cuasi natural, resultante de la asociacién espontineae involuntaria de un ipo de individvos. El concepto de “sociedad”, en cam- bio, designa a las relaciones sociales que resultan de una asociacién deiberada en busca de fines especiicos. La incion fue adoptadaexpresamente por Webet, tiene afinidad con la distinién durkheimiana entre “slidaridad recénice” y “solidaridad orginica” (ver el capitulo co- rrespondient). Wilfedo Pareto fue un economista importante que ports a esa ciencia algunos conceptos todavia en boga (Gor ejemplo el de “suboptimalidad”). Sin embargo, en un momento especifico de Su vida enté en confito con la economia, y en particular con su supuesto central de un acior racial que busca deliberadamente la maximizacién de sus beneficios. La ertica a ese modelo de individuo es lo que 1o leva a la sociologia, cuya distincién primasi, para Pareto, es la de accién liga (aproximadamente, Ia accion racional) y la “accién no l6gica”, que es la mis habitual en la vida social, y la que de hecho interesa a la sociologia. Pareto ha quedado tambien en la historia de la ciencia social por su “tora de la circulacin de las ts" ‘Sobre el orgen y la naturalcza de las wri socologicas ‘segin la cual los cambios histricos -y sobre todo las revo- luciones politcas- tienen Ia ldgica perversa de instaurar siempre nuevas “élites”, nuevas minorias rectoras que re- piten la l6gica excluyente de las anteriores. 1 En todo lo anterior hablamos de “Sociologia” como si bajo ese nombre hubiese algo preciso y bien delimitado. La verdad es que la sociologis, y las ciencias sociales en general, estin lejos de ser coberentes y unitarias. Algo ‘que, por lo dems, no tiene por qué ser negativo: la proli- feracion de métodos y teorias diversas, a veces hasta con- ‘rapuestas, expresa también un pluralismo sano y una invi- tacion menos rigida, pero igualmente exigente, a su estu- dioy sucultivo. ‘Que esto no se ajuste ata idea comin de “ciencia”, més que hacernos desacreditar ala sociologia deberia hacemos pensar lo que entendemos y debiéramos entender por “ciencia”. Aqui bastard decir que la idea de “ciencia™ de los padres fundadores, y tambign de algunos de los clasi- 0s, ha sido ampliamente cuestionada a lo largo del siglo XX. En panicula, es raro que se defienda hoy el proyecto de ciencia como cuerpo de conocimiento tinico, mAs o ‘menos universalmente aceptado, que va incrementindose con el tiempo y que surge del empleo de un catilogo de métodos y téenicas prec Es por eso que conviene hablar de “teorias sociolégi- eas", en plural, ¥ no de una supuesta “Teoria Sociol6gica”, unificada o en vias de unificacién, No sélo en los clsicos, sino también en el presente, encontramos un panorama Fiado y diverso de teorias distintas, que parten de supues- tos filosoficos distintos y que tienen ideas también distin- 2 Javier Cristiano tas de lo que es y debe ser la investigacién social. Introdu- cirse a los clésicos con el a priori de esta diversidad, pro- porciona la ventaja de saber desde el principio que la vida, social no es inica ni unificable, y que el sentido de las “teorias sociol6gicas” no es cerrar pueras, sino abritlas. BIBLIOGRAFIA Giddens, A. (1987), Las nuevas reglas del método socio- égico, Buenos Aires, Amorrurtu Gouldner, A. (1973). La crisis de la sociologia occi- dental, Buenos Aires, Amorrortu, CAPITULO II La Teorfa Social de Karl Marx Por Nidia Abatedaga y Carlos Merlo A. Breves referencias biogréficas Karl Marx nacié el $ de mayo de 1818 en Tréveris, Prusia. El ori- gen de su familia era judio a raiz de lo cual su padre sufrié severas persecuciones en virtud de esta condicién étnico — religiosa. Pos- teriormente Marx abandoné el ju- daismo y se convirié al protes- tantismo. niliar y debido a las expectativas que ésta tenia respecto de que Karl Marx fuera abogado y heredara el estudio ju- Fidieo patero, se inseribié en la carrera de Derecho, en la Universidad de Berlin en 1836. También estudio Filosofia, doctorindose en esa Universidad en 1841 con una tess que fue un tratado floséfico sumamente concentrado y astracio desde el punto de vista conceptual, que se dif rencia claramente de los eserits postriores de neto corte tebrico~ pragmitico, En el ambiente académico donde desarroll6 sus estu- dios habla una clara influencia de Hegel, quien tenia un ‘grupo de seguidores -los jévenes hegelianos- que dis ‘maestro un apoyo ertico, Karl Marx adhiri6 évenes hegelianos de izquierda, entre los que se encontraban Bruno Bauer, L. Feuerbach, A. Ruge y 2 Nisin Abatedag Carts Merlo M, Hess, quienes avanzaron mucho més en una critica ra- ical, Mart nono un seco cadémico univers, en cana Sept corse en 1812, comod a so biren a “Cacta Renae” pec itera “aia! op. Stora gobsann, nel gue epamens se conic Eaton Sef: Detdo ws opines polticaencoubre Gel miso stot gobiemo psn se el pei. Ls ensayo pbs cnet perio pera aes names ener esr euro onco posi cpinonss cit inept dnoeces 9 tn Reve tae ictal cer sas Se fina lan opis lo comnts ios por cons err qu levabn adele eoione palin romana En 1843, después de casarse, Marx fue expulsado de ‘Alemania y se trasladé a Paris. Durante su estadta en Paris continu sus estudios sobre las ideas de los j6venes hege- lianos e incorpor6 dos nuevas freas de andisis: el socia- lismo y la economia politica. Allf también conocié a Fr drich Engels, militante socialistae hijo de un fabricante de tejidos que se convertriaen su amigo, colaborador y bene- factor hasta el final de su vida. En esa época Mare produjo ‘obras académicas -muchas de ellas publicadas después de su muerte~ en las que traté de desvincularse de la tradi- cin hegeliana, por ejemplo La Sagrada Familia y La ‘eologia Alemana, Pero también escibié los Manuscritos de Economia y Filosofia de 1844 que integraban de un ‘modo més apropiado las tradiciones intelectuales en las ‘que se encontraba inmerso y anticipaban su creciente pre- ‘ecupacién por la economia y por la condicién de explota- cid de la clase trabajadora, En 1845 el gobierno prusiano pidié al gobierno francés 28 La Teoria Social de Kael Mare la expulsién de Marx, quien debié refugiarse en Bruselas. En ese ciudad radicali26 atin més su posici6n te6rico — po- tic: ingres6 al movimiento revolucionario internacional ‘como miembro activo y en la Liga Comunista. Esta tltima le solicits que escribiera junto con Engels un documento cen el que desarollara sus objetivos y creencias, de lo que result6 £1 Manifesto Comunista de 1848. Después de ser expulsado de Bruselas en 1849 se tras- Jad6 a Londres, ciudad en la que permanecié hasta su muerte, Por esa época, el fracaso de las revoluciones poli- ticas de 1848 incidid para que Karl Marx se apartara de la actividad politico ~ partidaria y comenzara a dedicarse al estudio te6rico meticuloso de! sistema capitalsta. Pasaba mucho tiempo en la biblioteca del Museo Britinico estudiando centralmente la condicién de los trabajadores bajo el capitalismo. De este periodo quedaron los trabajos preparatorios -que fueron posteriormente publicados con el nombre de Elementos Fundamentales para la Critica de la Economia Politica. Grundrisse 1857,/ 1858 - que consttuyen exce- lentes borradores de su obra cumbre: El Capital. Critica de la Economia Politica, el primero de los tres tomos pu- blicado en 1867 en Hamburgo. Los otros dos volumenes se publicarian después de su muerte. En esta obra se reali- 26 una profunda critica y una interpretacion socioléyica sis- temitica de la sociedad capitalista centrada en lo que seria tuna de sus categorias medulares de andlisis: el trabajo, Hacia 1863 Marx regres6 a la actividad politied e in- ‘7es6 al movimiento internacional de trabajadores llamado Ja “Internacional”, que se desintegr6 en 1876. Algunos autores afirman que esta desintegracién con- Jjugada con el fracaso de varios movimientos revoluciona- » Nidia Abatedapa» Carlos Merlo ros y su propia enfermedad, acabaron con la vida de Karl Marx, el 14 de marzo de 1883. B. La perspectiva metodolégica de Karl Marx El marxismo como teoria critica La teoria social de Marx, a diferencia de las ciencias burguesas, no tiene como objetivo la descripcién objetiva de la realidad social, sino desarollar un andlisis citco de la misma para contibuir a su superacién por un orden social ‘mas humano. Esta guiada por ideals politicos (la igualdad ccconémica y Ia justicia social) y artculado sobre la base de tuna concepcién filoséfica: el materialismo dialéctico y un enfoque metodol6gico: el materalismo historico. E] objetivo de la teoria marxiana consiste en modificar el orden social burgués, que se basa en la explotacin det hombre sobre e! hombre, pero no apelando exclusivamente al voluntarismo politico, sino apelando fundamentalmente al conocimiento cientifico de las tendencias de la historia y las leyes del cambio social. De esta manera, a teoria de ‘Marx ~que surge de las contradieciones sociales del capi- talismo- se presenta como un saber con un impacto trans- formador sobre la praxis politica y social, que posiilitaria, 1a modificacién ~via la revolucién politica- de las relacio- nes sociales injustas Las principales influencias tedricas en el pensamiento de Marx Marx fue un hombre polifieéico, que se destacd no slo por huber sido un fl6sof original, sno también acti- 20 La Teoria Socal de Kart Mare vista politico, un distinguido economista ¢ historiador de Ia economia y de la politica, al mismo tiempo que un po- lemista yun periodista de garra. Su teoria social -a la que labors en colaboracién con su amigo Friedrich Engels- se rnutrié de diversas corrientes de pensamiento relevantes en su época, Principalmente se destacan la influencia de la fi- losofia alemana (en particular del idealismo objetivo de Hegel y el materialismo de Feuerbach), la economia poli- tica inglesa (Adam Smith y David Ricardo) y el socialis- ‘mo ut6pico francés (Saint Simén y Fourier). De Ia filosofia idealista de Hegel, Marx adopté la con- cepcién de la historia como un proceso regido por leyes dialécticas, caracterizado por inevitabilidad del cambio social y el progreso! de Ia humanidad. La dialética va una al concepto de totalidad, puesto que presupone que todo fendmeno istirico y social cobra sentido en tanto que parte de una totalidad articulada sobre Jas contradicciones existentes entre fuerzas opuestas que Juchan por imponerse. Por ejemplo, las clases obrera y burguesa se oponen dialéticamente en el mareo de una totlidad que las englobs (la sociedad modema capitalis- ta), La categoria de toalidad situada a nivel logico- conceptual se presenta como una representacién tebrica de objeto de conocimiento, el sujet real (la sociedad), rl totalidad conereta como totaidad del pensamien- * La nei de progreto mice con a modemidad. Leis de proses pe seote to en Marx como eh sus antcesores Usados Kast y Hegel resupone lai de que el neo umano seconsiaye as mismo en {rm al incremento dela racionalidad de sus orpenizacions police y Sociales yal reciente domino de a naturaleza exer. Esta conepcion {e reume en Ta entencia“Hioria es emancipecn, liberi de ae Nombre de sutocupable minaidad, es progress hala la Ubera.” (Grea, 1998: 26) a [Nitia Abate -Catios Merlo to, como concreto del pensamiento, es in fact fen los hhechos] un producto del pensamiento... pero de ninguna ‘manera es un producto del concepto que piensa y se en- ‘gendra en si mismo, desde fuera y por encima de la intui- cidn y de la representacin, sino que por el contrario es un producto de elaboracién que trasforma intuiciones y epre- sentaciones en concepios. El todo, tal como aparece en la ‘mente como todo del pensamiento, es un producto de la mente que piensa y que se apropia del mundo de tinico modo posible que diflere de la apropiacién de ese mundo en el ane, la religion, el espiritu préctico. El sujeto real, ‘mantiene, antes como después, su autonomia fuera de la ‘mente, por lo menos durante el tiempo en que la mente se comporte de manera especulativa, teria. En consecuen- cia, también en el método tedrico, es necesario que el suje- to la sociedad esté siempre presente en la representacién ‘como premisa”. (Marx; 1857: $2) La diferencia entre Ia dialéetica hegeliana y la marxia na, reside en que en esta titima se rechaza la tess idealista de que los fenémenos politicos, morales y culturales, pue- dan explicarse a través de una ldgica del desarrollo aut6- ‘noma de las relaciones econdmicas. Desde el enfoque de la dialéctica marxista, el proceso histérico y el cambio de las instituciones y sistemas de ideas se explican como con- secuencia de las contradicciones existentes en la dimen- Mi investigacién desembocd en el resultado de que tanto las condiciones juridicas como las formas politicas ro podian comprenderse por si mismas ni a partir de lo que ha dado en llamarse el desarrollo general del esplritu Inumano, sino que por el contrario, radican en las condi- ciones materiales de vida, cuya totalidad agrupa Hegel, 2 Le Teoria Socal de Kaa Marx seginn el procedimiento de los ingleses y ffanceses del si- ‘o XVII, bajo el nombre de <>"(Marx 1857: 66) “Mi método dialéctico no sélo difiere del de Hegel, en cuanto a sus fundamentos, sino que es su antitesis directa. Para Hegel el proceso de pensar, al que convierte incluso, bajo el nombre de idea en un sujeto auténomo, es el de~ ‘mjurgo de lo real; lo cual no es mis que su manifestaci6n externa, Para mi, a la inversa, lo ideal no es mas que lo ‘material tanspuesto y tradueido en la mente humana”. (Marx; 1857: 81) La dialéctica materialista puede ser definida como wna ‘ontologia de la realidad social, en la eual todos los fené- ‘menos 0 procesos estén compuestos a su vez por otros fe- rnémenos y/o subprocesos, que se contradicen y luchan entre si, (en el plano conceptual: tesis y antitesis), hasta legar a’ nuevo momento (sintesis) que constituye la nega cign y la superacién del momento previo. Ahora bien, en la instancia de sintesis resutante, resurge una nueva con- tradiceién, que se resuelve en una nueva sintesis y asi, ad infinitum. El principio del movimiento dialéctico es Ia contradicciOn existente entre Ias partes de una totalidad en desarrollo. La dialéctica tiene un carécter dindmico que en tanto que ley de la realidad social- determina que nin- guna institueién moral, politica y/o econémica, perdura ‘ara siempre. Todo tiene en sf mismo la semilla de su pro- pia superacién. En la dialéctica materilista se opera una inversion respecto de la relacién entre Jo ideal y Jo material, tal co- mo lo entendia Hegel. Para Mar, los factores que priman en el plano de lo social y lo histérico, son -en iitima ins- tancia- econémicos, pues condicionan la organiz 3 Nida Abatedsya -Cinlos Merlo litica y cultural de una sociedad. Pero, mas alld de su criti- ca al idealismo hegeliano, Marx no deja de reconocer su ddeuda con su maestro, en lo que toca al método de andli- sis, aunque recalca que se debe depurar ala dialéctica de Sus presupuestos idealistas, lo cual implica adoptar una perspectiva materialist “...cuando trabajaba en la preparacin del primer tomo de Ei capital. Me declaré abiertamente, pues discipulo de quel gran pensador, y legué a incluso a coquetear aqui y alld, en el capitulo acerca de la teoria del valor, con el mo- do de expresién que le es peculiar. La mistificacién que sufte la dialéctica en manos de Hegel, en modo algunos cbsta para que haya sido él quien, por primera vez, expuso de manera amplia y conciente las formas generales del movimiento de aquella. En él la dialéctica esté puesta all revés. Es necesario darle vuelta, para descubrir asf el ni cleo racional que se oculta bajo Ia envoltura.misti- ‘ea"(Marx; 1857: 82) EL enfoque materialista adoptado por Marx también tiene sus raices en el pensamiento de otro joven hegeliano Ludwig Feuerbach,* quien en su critica de la religion y de la filosofia de Hegel (a la que consideraba una forma ra- Cionalizada de teologia) efectué la inversin de la relaci6n sujeto-predicado tal como la entendia el idealismo hege- liano; afirmando que el punto de partida para el estudio de Ja humanidad debia ser el hombre que vive en el mundo real, material, del cual era el creador -y no la criatura- de potencias ideales como Dios o el Espirit absoluto hege- lino. Marx adopts para su ciencia positives este enfoque, * Las principales obras de Feuerbach sin: Tels ondamenle para la forma dela flosfay Laexenca de ersanisme. ‘CA donde termina la especulacén ela vida el, comienza también M La Teori Social de Kat! Marx ‘aunque modificado y complementado con la dialéctica tomada de Hegel. De este modo se origind lo que mis ade- ante se dio en llamar materialismo dialéctico —Ia filosofia ‘ig el nombre de materialismo hist6rico* La apropiacién del materilismo de Feuerbach por pat= te de Marx, se Ilevé a cabo luego de una rigurosa critica y revision del mismo, pues -aunque en general- Marx Io cconsideraba como el enfoque adecuado para fundar una ciencia'critica y revolucionaria, observaba en ¢! algunas falencias tedriad; tal como lo expone en las Tesis sobre Feuerbach, Marx estimaba a la filosofla de Feuerbach como un ‘materialismo contemplativo, que concebia a las ideas 30- Jamente como un reflejo de la realidad material. Marx ar- gumenta que Feuerbach supera al idealismo, al reconocer la importaneia de los sentidos en el proceso cognoscitivo, aunque ~le reprocha- reduce el conocimiento propiamente hhumano al plano de la contemplacién puramente teérica, dejando de lado el rol activo que el sujeto humano ejerce sobre la naturaleza y la sociedad, a las que transforma, a ‘mismo tiempo que resulta transformado en ese proceso. La alterativa planteada por Marx, se basa en la adopeién de Ua cencin ely posta la exposcin dela scion pti, de proce Pricico ue deal dels hombres. Terminan all ls frases sobre la Felecia y ocpa spa saber veal” (Mar-Enges: La idelogla ‘demana Pag. 77) "TET Método par investiga a socedad y ta hstoria fhe denominado cencepcion matilsa del hstoriao materilismo httco po primera ‘zen lbra de dvlgaion de Engst Def rocilamo wpe a soar Tian cenfico, Pr su parte la distincion enre matrialino diastico © stoi fe nunciads pore pede mario ruso Plejanov. 38 Nidia Abstedaga- Carlos Merio un enfoque dialéctico de la relacién sujeto-objeto, de la ‘cual se sigue la posibilidad de que el hombre pueda cam- biar el contexto social bajo el cual vive, mediante la acti- Vidad eritico revolucionaria “Tesis 1: La falla fundamental de todo el materialis- mo precedente (incluyendo al de Feuerbach) reside ‘en que solo capa ls coss, la realidad, lo sensible, ba- jo la forma del objeto, o de Ia contemplacién, no ‘como actividad humana sensorial, como prictica: no de un modo subjetivo. De ahi que el lado activo fue se desarrollado de un modo abstacto, en contraposi ‘dn al materialismo, por el idealismo, el cual natu- ralmente, no conoce la actividad real, sensorial, en ‘cuanto tal. Feuerbach aspira a objetos sensibls, real- ‘mente distintos de los objetos conceptuales, pero no concibe la actividad humana misma como wna ac- tivided objetiva. De ahi que Feuerbach no compren- da la imporiancia de la actividad revolucionaria, de Ia actividad critico-préctia” (Marx; 1985: 666) “Tesis 3: La teorfa materialista del cambio de las cir- ‘cunstancias y de la educacién olvida que las cireuns- tancias las hacen los hoinbres y que el educador ne~ cesita, a su vez ser educado. La coincidencia del cambio de las circunstancias con el de Ia actividad humana o el cambio de los bom- bres mismo, sélo puede concebirse y entenderse ra- cionalmente como prictica revolucionaria” (Marx; 1985: 666) 1) Marx rechaza la posicién que considera tiene Feuerbach, respecto de la verdad de los pensamientos y plantea que esa cuestién no es un problema de carécter teérico, sino eminentemente prictico. La verdad de una 36 La Teoria Socal de Karl Marx teoria se decide -segiin Marx- dependiendo del hecho de aque ésta pueda probarse en la realidad. Marx propone una ‘concepcién pragmtica dela verdad. “Tesis 2: El problema de si puede atribuirse al pen- samiento humano una verdad objetiva no es un pro- blema teérico, sin un problema prictico. Es en la prictica donde el hombre debe demostrar la verdad, decir, a realidad y el poder, la terrenalidad dei Pensamiento -aislado de la préctica- es un problema puramente escolistico, (Marx; 1985: 666) ID En su intento por explicar el secreto de la religién, Feuerbach brinda una respuesta esencialista y ahistorica, dejando de lado -sostiene Marx- el factum de que las reli- giones tienen sus raices en relaciones sociales e histéricas determinadas. Segiin Feuerbach, la critica a la religién permite com- prender que ésta no es sino una manifestacién ideal alie- ‘nada que el hombre real tiene de si mismo. Esta reduccién de la religiGn a una “esencialidad antropologica”, no ceptable para Marx, quien plantea que si bien la religion es una forma de alienacién, sus raices estén en las contra- dicciones sociales hist6ricamente situadas. Ademés plan- tea que la modificacién de esta forma de alienacién re- quiere dela transformacién radical de las relaciones socia- les de las cuales surgen las ereenciasreligiosas. “Tesis 4: Feuerbach parte del hecho de la auto ‘enajenacién religiosa, del desdoblamiento del mundo fen. un mundo religioso y olro terrenal. Su labor ‘consiste en reducir el mundo teligioso a su fundamento terrenal. Pero el hecho de que el fundamento terrenal se separe de s{ mismo para plasmarse como un reino independiente que flota en ‘ ” ‘Nidia Abutedaga~ Carlos Melo independiente que flota en las nubes, es algo que s6- lo puede explicarse por el propio desgarramiento y la contradiccin de este fundamento terrenal consigo Inismo. Por ende, es necesario tanto comprenderlo en su propia contradiccién como revolucionarlo pr camente. Ast, pues, por ejemplo, después de descu- bri la familia terrenal como el secreto de la familia sagrada, hay que aniquilar tedricamente y prictica- ‘mente la primera,” (Marx; 1985: 667) “Tesis 6. Feverbach resuelve la esencia religiosa en la esencia humans, Pero la esencia humana no es al- 0 abstracto e inmanente a cada individuo. Es, en su realidad, el conjunto de las relaciones sociales.” (Marx; 1985: 667) Feuerbach, quien no entra en la critica de esta esencia real, ser ve, por tanto, obli 1° A prescindir del proceso histérico, plasmando el sentimiento religioso de por sf y presuponiendo un indivi= duo abstracto,aislado. i 2 La esencia s6lo puede concebirse, por tanto, de un ‘modo <>, como un generaidad itera, muda, que une de un modo natural a Jos muchos individuos.” (Marx; 1985: 667) “Tesis 7. Feuerbach no ve, por tanto, que el > es, a su vez, un producto social Yy que el individuo abstracto que él analiza pertenece ‘a una determinada forma de sociedad,” (Marx; 1985: 667) TV)Marx entiende que - pesar de su critica del idea- lismo-, Feuerbach no logra desprenderse del enfoque con Pn La Teorla Soca de Kael Marx templativo, conforme al cua la labor de la filosofia se re- dduce a interpreta la realidad. La propuesta de Marx exige en su lugar, el abandono de esa perspectiva y la adopeién de un nuevo ideal rector, segin el cual Ia actividad filos6- fica debe estar orientada a modificar el mundo, bajo la gua del punto de vista materialista daléctico. ‘Tesis 11: Los fil6sofos se ban limitado a interpre- tar el mundo de distintos modos; de lo que se trata es de tansformatlo.” “Tesis 10: El demo es la ‘demo, la sociedad humana o la humanidad social.” (Marx; 1985: 668) El materialismo historico no era para Marx una teoria de una historia ya acabada, sino una herramienta de andli- sis con el cual ordenar el material empirico que proveian los hechos histricos y que permitia ordenar esos datos ba jo las etapas de la evolucién social. De este modo sostenia, se evitarian los errores cometidos por los empiristas e idealistas, al tomar como punto de partida explicativo del ‘orden y la evolucién social, a las relaciones econémicas reales, base de las instituciones politcas y culturales. “Totalmente al contrario de lo que ocurre en la filoso- fia alemana, que desciende del cielo sobre la tierra, aqui se asciende de la tierra al cielo. Es decir, no se parte de los que los hombres dicen, se representan o se imaginan, ni tampoco del hombre predicado, pensado, representado 0 imaginado, para llega, arrancando de aqui, al hombre de ‘came y hueso; se parte del hombre real, que realmente ac- tia y, arrancando de su proceso de vida real, se expone también el desarrollo de los reflejos ideologicos y de los 2» NidiaAbstedaga Carlos Merio 00s de este proceso de vida. También las formaciones ne- bulosas que se condensan en el cerebro de los hombres son ssublimaciones necesarias de su proceso material de vida, proceso empiricamente registrable y sujeto a condiciones ‘materiales. La moral, la religin, la metafsica y cualquier otra ideologfa y las formas de conciencia social que a ellas| corresponden pierden, asi Ia apariencia de su propia sus- tantividad. No tienen su propia historia ni su propio desa- rrollo, sino que los hombres que desarrollan su producein material y su intercambio cambian también, al cambiar esa realidad, su pensamiento y los productos de su pensamien- to. No es la conciencia la que determina la vid, sino la vi- da la que determina la conciencia. Desde el primer punto de vista, se parte de la conciencia como del individuo vi- viente; desde el segundo punto de vista, que es el que co- rresponde a la vida real, se parte del mismo individvo real viviente y se considera la conciencia solamente como su cconciencia. ¥ este modo de considerar las cosas noes algo incondicional. Parte de las condiciones reales y no las pierde de vista ni por un momento, Sus condiciones son Jos hombres, pero no vistos y plasmados a través de la fan- asia, sino en su proceso de desarrollo real y empiricamen- te registrable, bajo la accién de determinadas condiciones. Tan pronto como se expone este proceso activo de vida, Ia historia deja de ser una coleccién de hechos muertos, co ‘mo lo es para los empiristas, todavia abstractos, o una ac- ign imaginaria de sujetos imaginarios como para los ide listas™. (Marx; 1970: 26 y 27) Alcance del término determinacién ' Para explicar la evolucién social y el cambio social, Marx apela a un macro mecanismo (Marx, 1857; 67 y 68) 0 Teoria Sova de Kar Marx que se funda en la contradiccion dialéctica existente entre las fueyzas productivas sociales y las relaciones de pro- cduccién -la base econémica de la sociedad- y entre ésta y el marco institucional politico y juridico montado sobre lla, De la tensiéa entre el desarrollo de las fuerzas pro- ductivas y las relaciones de propiedad y entre la infraes- ‘ructura y la superestructura, resulta la iransformacién del ‘orden juridico-politico e ideol6gico, A este principio me- todolégico al que denomina “hilo conductor de mis estu- dios", Marx lo complementa con otra tesis fundamental que postula a la lucha de clases como motor del cambio social’. Esto puede entenderse como una contradiceién en el pensamiento de Marx, la cual se resuelve si se concibe a la lucha de clases como una manifestacién en el plano su- perestructural de las contradicciones presentes en la base econémica. Ahora bien, la relacién entre los elementos ‘componentes de la infiaestructura y entre esta y la super- estructura es definida por Marx como de determinacién: “En la produceién social de su existencia, los hombres establecen determinadas relaciones, necesarias e indepen- dienies de su voluntad, relaciones de produccién que co- rresponden a un determinado estadio evolutivo de sus La hina de todas lar scidades ast mestros die asta de las uchas de clase. Hombres libres y esclavos,patciosy pleco, o- "5 seros,maesos ofcals, en una palabra: opresores y oprimidos $e efenaron sempre, mantberon una lucha constant, vlads unas Ve esos tana abiracha que tering siempre col tresforma ‘ide revolcionaris de toda l sociedad oe undiiento de la lars Pupn.. a moderna sociedad barvest, que ha saldo de ene las nas ‘ela sociedad feudal, noha ablido las conraicciones de case. Unie ‘meme hn ssid ls vies class, as vieja coiciones de opesion ‘or otras nuevas, Noes pc, a epocs de In burgess dstinge, sin fetago por haber rmplifcado las contradiccones de clase, que se renin drecramente Ia burps el prletriado (Mara, Kal Engels, Pedic: El manifesto comune Pag 6) 4 [Nidia Abatedayn «Carlos Merlo fuerzas productivas materiales. La totalidad de esas rela- ciones de produccién constiuye la estructura econémi de la sociedad, la base real sobre la cual se alza un edificio (Uberbau) juridico y politico, y ala cual corresponden de- terminadas formas de conciescia social. El modo de pro- dduccién de Ia vida material determina (bedingen) el proce- 50 social, politico e intelectual de la vida en general.” (Marx; 1957: 66) Este fragmento permitié que se hicieran intexpretacio- nes de esta relacién como si fuera causal, propia de un ‘materilismo mecanicista, tomando a la base como la ‘causa mecénica de los fendmenos superestructuales. Pero esta lectura determinista, economicista y reduccionista, se ve fuertemente relativizada si se toma en cuenta las siguientes consideraciones realizadas por Engels: “..segiin Ia concepcién matetialista de la histori, el factor que en dltima instancia determina la historia es la produccién y la reproduceién de la vida real. Ni Marx ai yo hemos afirmado nunca mis que esto. Si alguien lo tr= Biversa diciendo que el factor econémico es el Unico de- ferminante, convertré aquella tesis en una frase vacua, abstracta, absurda, La situacién econdmica es la base, pero los diversos factores de la superestructura que sobre ella se levanta -las formas politicas de la lucha de clases y sus re- sultados, las Constitucfones que, después de ganada una batalla redacta la clase dominant, etc; las formas juridi- cas, ¢ incluso los reflejos de todas estas Iuchas reales en el cerebro de los participantes, las teorias politics, juridicas, filos6ticas, las ideas religiosas y el desarollo ulterior de tas hasta convertrlas en un sistema de dogmas- ejercen también su influencia sobre el curso de las luchas histéri- ‘eas y determinan predominantemente en muchos casos su 2 La Teoria Social de Kar! Marx forma. Es un juego mutuo de acciones y reaceiones entre todos estos factores, en el que a través de toda Ia muche- dumbre infinita de’casualidades.... acaba imponiéndose ‘como necesidad el movimiento econémico.” (Marx; 1890) Por lo tanto, parece mis adecuado entender las rela- ciones entre los distinios niveles de una totalidad socio historia -fuerzas productivas, relaciones de produccién, ‘marco juridico-politico y formas de conciencia social~ ‘como articulados dialécticamente entre si, pero dejando a la base econémica el rol del componente que posee una primacia ontol6gica y analitica frente a los otros niveles de Ja totalidad social, los que @ su vez.re-accionan sobre lain fraestructura econémica, aunque ésta es el determinante {que opera en iltima instancia y por lo tanto no de-un modo C. La propuesta te6rica de Karl Marx Nota introduetoria Lo que agui se presentan son algunos aspectos de la propuesta teérica desarrollada por Karl Marc que no pre- {ende ser exhaustiva ni analitica sino més bien descriptiva, y tiene el objetivo central de aportar al lector una intro- dluceién inicial -primaria y rudimentaria- al recorrido de algunos de los aportes tebrico - conceptuales del pensa- miento de este autor. La seleccién temitica realizada en este capitulo tam- poco pretende constituirse en la unica opeién posible de lectura del abundante material escrito por Mars, sino que tiene el caricter de una sintesis orientada a rescatar algu- nos aportes socioldgicos que realizé através de su obra. “ [Nida Abatedaga - Carlos Merlo ‘Se sugiere, ademés, a lectura complementaria del ma- terial que se cita aqui como referencia bibliogrifica, por- que en él se encontraré el desarrollo acabado de Ins ideas

You might also like