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XI. LA EXPLICACION RELIGIOSA Y LA EXPLICACION CIENTIFICA y la religion PUEDE RESULTAR extrafio que incluyamos el tema religioso en un texto sobre la explicacién cientifica. En Estados Unidos, la Academia Nacional de las Ciencias, en reunién celebrada en octubre de 1972, traté de poner una cierta distancia entre el estudio de la ciencia y los compromisos religiosos. Lo hacia en respuesta a un movimientos que se estaba produciendo en California y que queria imponer a las escuelas la manera en que tenian que ensefiar la biologia. La Academia adopté la siguiente resolucién: Considerando que entendemos que la Junta de Educacion del Es tado de California esté estudiando imponer que en los libros de texto para uso en las escuelas publicas se exponga de forma paralela la veoria de la evolucién de las especies y la creencia en su origen mediante un acto especial de creacién; y considerando que los fundamentos metodolégicos esenciales de Ia ciencia excluyen Ia referencia a causas sobrenaturales, como concepto no susceptible de validacién mediante criterios objetivos: y considerando que la religion y la ciencia son, en consecuencia, reinos del pensamiento humano independientes y que se excluyen ‘mutuamente, cuya presentacién en un mismo contexto conduce al equivoco y a la incomprensi6n tanto de la teoria cientifica como de las creencias religiosas. nosotros... propugnamos que los libros dedicados a las asignaturas cientificas que se utilizan en las escuelas piiblicas del pais se limiten a exponer materias cientificas' Gitado en William H. Austen, The Releance of Natural Science to Theology (Londres: Macmillan Press Ltd, 1976) p. 1. La controversia en California ha proseguido. En septiembre de 1984, ta Junta de Educacién rechaz6 todos los libros de texto de los grados séptimo y cetavo que ofrecian los editores norteamericanos basindose en que el tratamiento que daban a la evolucién era inadecuado, apenas manifiesto. Para eludir el debate entre la creacién y la evoluciOn, las editoriales pricticamente no decian nada sobre el tema, 279 280 TAEXPLICAUION La Academia afirma, asi pues, que la ciencia natural y la religin tienen, Poco o nada de que ver ta una con la otra, Pero esa es sélo uaa forma de ver la cuestion. En el capitulo X hemos podido ver gue cabia defender diferentes posturas en relacién con la cuestion libertad-determinismo, lo cual nos ileva a contar con que también Ia relacion entre ta ciencia y la religion sea una relacién compleja. Y desde luego que el mis somero conocimiento de la historia tendré que incluir algo sobre Ins controversias que han rodeado a cientificos tales como Copérnico, Cilileo y Darwin, Toda respuesta rapida v simple a la cuestion de cémo s* wcionan ta ciencia y Is religién ignorara por fuerza muchos temas de verdadera importancia tanto para los cientificos como para los pensadores religiosos. Todos nosotros hacemos afirmaciones y adoptamos posturas sobre una gran variedad de cuestiones religiosas. En nuestra calidad de ciudadanos se nos pide que juzguemos la medida en que la religion debe influir en €1 curriculo de las escuelas ptiblicas, y todos nosotros nos manifestamos en uno u otro sentido en relacién con el papel que desemperia la religion en nuestra vida. Incluso la persona que dice qu la religién no significa nada est adoptando una postura sobre el papel de la religion y de la explicacién religiosa. En el presente capitulo exploraremos algunas de las principales opi- niones sobre la relacidn, o la falta de relacién, que existe entre la expli- caci6n religiosa v la cientifica. Lo que lamaremos «tesis de la confronta- cién» manticne que la explicacién religiosa y la cientifica se hallan en directo coniflicto entre sf y son incompatibies la una con la otra, de modo que los individuos han de decidir por una de ellas. En contraste con ella, la stesis de la exclusién» mantiene que la religion y la ciencia son campos tan diferentes, con tematicas tan distintas y tan distintas metodologias, que no son pertinentes el uno respecto al otro. La tesis de la exclusién parece préxima, asi pues, a la posicién adoptada por la National Academy of Science horteamericana, cuya resolucién acabamos de citar El titulo de este capitulo surge de una clarificacién que nos servira de gran ayuda en cl anélisis que vamos a hacer de la relacién entre ciencia y religion. Un cientifico puede amar la ciencia o contemplar con asombro estremecido la belleza de las relaciones descubiertas, pero el niicleo del quehacer cientifico consiste en concebir explicaciones cientificas. En la religién, las respuestas humanas del amor y el estremecimiento tienen mas importancia, y conducen a la adoracién, al rito, a la plegaria y a la exhortacion, Pero lo que queremos explorar es esa parte de la religin a la que Hamamos explicacién religiosa, y en qué relacion estd con la explicaci6n cientifica. En ambos tipos de explicacién nos las habemos con = EXPLICACION RELIGIOSA¥ CIENTIECA, 281 proposiciones, es decir, con afirmaciones que manitiestan ser verdaderas. Nos limitaremos en esta exposicién a las caracteristicas de la religibn que tienen que ver con la explicacién. Una tiltima observacién a titulo introductorio: hemos intentado que la exposicién que hacemos incluya, a grandes rasgos, la mayor parte de los tipos de religion que hay en el mundo, aun cuando los ejemplos a los que recurrimos provengan por lo general de la tradicién judeo-cristiana, que €s con la que los autores estamos mas familiarizadlos. La naturaleza de la explicacién religiosa Las explicaciones religiosas tienen por lo general como objeto la respues- ta a una serie de preguntas. De ellas, las mas importantes son las que siguen: 1. :Quiénes somos? O bien: :cual es nuestra relacién con lo Divino 0 con la fuente del sentido fundamental? 2Gémo hemos venido hasta aqui? © bien: gle dénde procedemos como seres humanos, ¥ qué relacién nos une al resto de la naturaleza? 3. dacia dinde vamos? O bien: zcual es nuestra finalidad iltima? ; asistescle suficientemente, No podemos decir: «existe un Dios»: sino que hemas de Y teza, ponicndo de relieve algo que existe «en lo hondo de su subcons. Giente», y que por ello es muy avténtico. De esa verdad antropologica esta formada la mayor parte del pensamiento religioso, ya que la ciencia esgrime ahora el latigo de ura autoridad resignada, jLa religién nmestra su satistaccién cuando el ancla de su barco a la deriva queda sujeta a.un arbol sumergido! Dedemos contentamos con esta situacién? Para mi mente, esto fs menos que una paz por apaciguamiento; es una paz por capitula- cién & Hemos visto varias maneras posibles de argumentar que la explica cién religiosa y ta explicacién cientifica no pueden entrar en mutua competencia, porque cada una de ellas no es pertinente en relacién con Ja otra. Podemos hacerlo estableciendo una distincién entre los hechos y las emociones, y dejando para la ciencia el,mbito de los hechos, Pode- mos distinguir tajantemente entre los hechos y los valores y, una vez mis, reservar a la ciencia el reino de los hechos. Podemos imponer una nitida distincién entre las apariencias y la realidad y dejar que la reli gion se ocupe de la realidad mientras que la ciencia organiza las apa Tiencias. En Ja introducci6n del presente capitulo citabamos una declaracién de toma de postura de la Academia Nacional de Ciencias de EE UU: «La religion y la ciencia son, en consecuencia, campos del pensamiento huma- no independientes y que se excluyen mutuamente», Parece claro que esta Postura es coherente con la tesis de la exclusion, pero hay escasas indica- ciones respecto a cual de las tres distinciones que anteceden es la mas adecuada. Suele ocutrir que la exclusién la proclamen el cientifico y el te6logo, precisamente porque es una manera de quitarse de encima al otro. Cualquiera que sea la distincién en la que se base la declaracién de la Academia Nacional, esta claro que cada una de estas posiciones tiene sus atractivos y sus adeptos. Pero también hemos visto que cada postura Presenta sus dificultades, por lo que algunos han tratado de evitar la confrontacién y la exclusién adoptando a la vez la explicacion cientifica y la religiosa. “W.E, Hocking, Science and the dea of God (Capel Hill: University of North Carolina Press, 1944) ak EXPLICAGION RELIGIOSAY CIENTIFICA, 295 Una tercera postura: la teoria del doble aspecto La teoria del doble aspecto trata de arreglar lo mejor posible una situacin que ya hemos visto que es mala. Los diversos intentos que se han hecho para mostrar que la explicacién cientifica y la religiosa, 0 compiten entre sio no tienen nada que ver la una con la otra, presentan serias dificultades. Una amenaza fundamental que se da en estas dificultades es el problema que tenemos para aislar cudles son precisamente los hechos de nuestra experiencia, y tratar de separar rigidamente de ellos nuestros deseos, nuestros valores y nuestros marcos conceptuales. Los teéricos del doble aspecto nos inducen a que reconozcamos estas dificultades en ver de tratar de climinarlas. {Por qué no admitimos sin mas que todo intento de describir los hechos de nuestras experiencias dependera de los supuestos previos axiolégicos y del marco conceptual que adoptemos? Admitamos que no existen hechos a los que no demos una interpretacién. Quizé podamos decir que tanto las explicaciones religiosas como las cientificas son interpretaciones de nuestra experiencia, y abstracciones de la misma, Podemos decir, en tal caso, que el conocimiento religioso y el conocimien- to cientifico aprehenden dos aspectos de la realidad, pero que ninguno de ellos puede pretender incluir toda la riqueza que el otro reclama para si. Una teoria asi sugiere que ya no podemos seguir distinguiendo entre las, teorias cientificas y las ideas religiosas mas importantes. Del mistno modo que las religiones nos cuentan historias que tratan de ilustrar el mundo tal como aparece desde una perspectiva religiosa, podemos decir, de forma paralela, que las teorias cientificas son historias 0 modelos de otra indole. Si recordamos lo que dice Immanuel Kant sobre los supuestos estructura- Jes maximos que subyacen al conocimiento cientifico, podriamos decir que la afirmacién de que todo cuanto acontece en el mundo esta vinculado por causas y efectos es comparable a la afirmacién religiosa de que el mundo €s el producto de un disefio inteligente, Ninguna de estas dos afirmaciones son hechos en un sentido ordinario. Son mas bien el marco dentro del cual se reconocen y se interrelacionan los hechos. ‘Obsérvese que una de las ventajas de la teorfa del doble aspecto es que no nos obliga a establecer una distincién radical entre apariencias y cosas en si (o el mundo ms alla de toda experiencia humana) en la que se basara Kant. Nos dice que, incluso en este mundo de la experiencia de los sentidos no existen «datos s6lidos» que pueden dirimir, en tiltima instan- cia, entre marcos concurrentes. La parte dura de esta doctrina es que no hay ninguna interpretacién singular del mundo adecuada, porque todas las interpretaciones tienen unas cargas de valoracién ¢ incluyen en si los 296 LAeNPLEACIos critetios por los que han de Juegarse las afirmaciones més especificas. tativisnys vicioso mase que no hay modo de decidir entre marcos que compiten Sin embargo, esto no parece concucir a una especie de que entre si. Podrfamos comparar un marco de explicacién religioso que eve al maximo nuestra atencisn a la trascendencia del espirity scbre el mundo material y a nuestras relacién con lo divino, con una explicacién Gientifica que intente Nevar al maximo in prediccién, etc. Podriamos utilizar Ins dos marcos y reconocer sin mals que la finalidad que persegui- ‘mos con !a cxplicacion es distinta ea diferentes momentos y para diferen- tes fines. La dificultad de la teoria del doble aspecto es la misma que hallamos en el capitulo VI cuando la vimos como un modo de explicar la relacion entre mente y cuerpo. Ress nos.de los problemas con su insistencia en que podemos elegit un marco u otro. Pero los interrogantes Tespecto a lo que he de creer en mm momento determinado siguen estando ahi, Cuanito me hallo ante explicaciones psicolégicas, sociolégicas y bio- logicas cada ver mis refinadas y he de adoptar una decision determinada entre dos alternativas, 2c6mo puedo seguir afirmando que he adoptado una decisién moral en respuesta 2 la orientacién divina? En otras palabras a unidad de nuestro mundo no se consigue mediante la teoria del doble aspecto. Esta nos aconseja que nos conformemos con‘ una exposicion multifacética irreductible respecto a cémo es el mundo, y no ofrece ninguna orientacién firme cuando estas diversas facetas entran en conflic- to explicativo entre si Retorno a las teorias de la explicacién cientifica Hemos considerado en este capitulo diversas posturas sobre la relacién entre las explicaciones cientifica y religiosa, pero hemos podido ver per- fectamente que !as exposiciones que obedecen a una determinada norma que trata de establecer lo que significa que una explicacién sea cientifica, yla mejor manera de construirla, se han introducido en cada uno de estos Puntos de vista. Unos cuantos ejemplos ayudaran a clarificar esto. El positivismo puede usatse, no s6lo como base para comprender que las explicaciones cientificas son de hecho descripciones (capitulo IV). Puede proporcionar también la base para exchuir las explicaciones religio- sas como explicaciones piiblicas legitimas, puesto que puede considerarse- las no-cognasciti facticas. Al mismo tiempo, algunos defensores de las explicacién religiosa pueden sentitse atraidos por el positivismo por la vas, no: EXPLICACION RELIGIOSA ¥ CIENTIEIGA 297 sencilla raz6n de que establece de manera tajante la demarcaci6n entre la esfera religiosa y la cientifica, También Kant diferencié el lenguaje de la religion y el de la ciencia, pero lo hizo considerando que el lenguaje religioso estaba justificado por nuestras obligaciones morales, aun cuando no tuviera nada esencial que ver con aquello de lo que nos informa nuestra experiencia. Esta distincién permite la autonomia de lo religioso, pero adquiere esa autonomia a un alto precio, ya que no permite al lenguaje religioso tener significacion publica. El pragmatismo parece aproximarse a la posicién final de la que nos hemos ocupado en este capitulo: la teoria del doble aspecto. El pragmatismo insistiria en que, en iiltima instancia, Ia eleecién del marco explicativo depende de Jo que necesitemos saber, entender, ¢ incluso de con qué necesitamos identificarnos. No hemos llegado a respuesta algima en este capitulo. Sin embargo, habremos conseguido mucho si podemos utilizar el conocimiento que hemos adquirido de las diversas teorfas que hemos considerado en el presente libro para darnos cuenta de que es dificil Hegar a ninguna solucién simple sobre las relaciones entre la explicacién religiosa y la cientifica. Los pensadores que establecen una distincién mas clara entre las distintas explicaciones considerandolas claramente concurrentes 0 cla- ramente no pertinentes entre si, parecen haberlo hecho a costa de esta- blecer un gran néimero de supuestos previos que hemos encontrado razones para poner en tela de juicio. En nuestro examen de las diversas teorias de la explicaci6n cientifica hemos visto hasta ahora lo que ocurre con ésta cuando se coloca junto a la explicacién religiosa. En el capitulo XII analizaremos a dénde nos ha Mevado la teoria de la explicacion cientifica. Lecturas complementarias Bansovr, Lan: Issues in Science and Religion. Nueva York: Harper & Row, 1971 Es una excelente fuente de respuestas a diversas cuestiones relativas a la ciencia y la religién. Es excelente la forma en que Barbour trata la historia de esta relacién, Hick, Jou: Philosophy of Religion. 3° ed. Englewood Cliffs, Nueva Jersey: Prentice-Hall, 1983. PO 298 LAEXPLICACION Hick estudia la relacién de la ciencia con la religién desde una pers. pectiva cristiana y expone favorableinente las pretensiones de verdad del lenguaje religioso. Pracocer, A. R., ed.: The Sciences and Theology in the Twentieth Century Notre Dame, Indiana: University of Notre Dame Press, 1981, Este conjunto de comunicaciones a un simposio es sustancial y de dificil lectura, pero vale la pena para quienes quieran profundizar mas en el tema,

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