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Giosgio Agamben prolongan una en la otra, através de eransiciones a tal punto imperceptibles que es més diffi taza la Winea que las separa quela inca que divide el animal del vegetal” (Hecquet, 6). Los trazos del rostro humano son ~aunque por poco tan indcci- sos y aleatorios que estin siempre a punto de deshacerse y cancelarse como si fueran de un er momentineo: “quign pue- de decir -escribe Diderot en el Réve de d’Alembertsi este bi- pedo deforme, alto tan solo cuatro pies, queen las cereanias del polo se lama todavia hombre y que no tardariaen perder este nnombe si se deformara todavia un poco, no es mis que la imagen de una especie que pasa?" (Diderot, 130). 9 MAQUINA ANTROPOLOGICA Hom laa primienins Plaecei. Hane Vshinget En 1899, Emst Haeckel, profesoren la Universidad de Jena, publics en la editorial Kroner de Stutigare Die Welt, los “enigmas del mundo”, que, contr todo dualismo y toda meta- fisica, queria reconcliar la bisqueda filosfica de a verdad con los progresos de as ciencias naturales. A pesar del reeniismo y de a vastedad de los problemas que abordaba, el libro super en pocosafios ccnto cincuenta mil ejemplaresy se convirtié en una especie de evangelio del progresismo cientfico Esto con- tenia més que una alas idnica al discurso que Emil Du Bois Reymond habia realizado algunosatios antes en la Academia de las iencias de Bedin, donde el lebre cientifco habia hecho una lista de sete“enigmas del mundo”, delos cules decar6tes"tra cendentese insoluble’, ues solubles, peo todavia no resuelos,y uno incieno, Fn el quinto capfeulo de su fibro, Haeckel, que supone haber eiminado los primeros tres enigmas con su pro- pia doctrina de a sustanca, se concentra en ‘problema de los problemas’, el origen del hombre, que retine de alguna manera Hombre mado primgenio de Hache. Ea atin ene oignal.[N. de E] ° Giosgio Agamben ‘en stlos tees problemas solubles, pero todavia no resueltos de ‘Du Bois-Reymond. También esta vex piensa queha resuelto definitivamente la cuestién, agut mediante un desarrollo ra- dicaly coherente del evolucionismo darwiniano. YaThomas Huxley explica, habla ensefiado que la “te dela descendencia del hombre a parti del mono fe una con secuencia necesaria del darwinismo” (Haeckel, 37); pero pre- cisamente esta certea impon‘ala dificil area de reconstruirla historia evolutiva del hombre apoyéndose tanto en los resul- tados dela anatoma comparada como en fos hallazgos de la investgacién paleontoldgica. Haeckel ya habia dedicadoa esta tarea, en 1874, su Anehropogenie, donde reconstrua a historia del hombre desde los peces de Siluriano hasta los monos-hom- be o anteopomorfos del Mioceno, Pero su aporte espectico del que estaba razonablemente orgulloso es el haber pro- puesto a hipécess de que, en el pasaje de los monos antropo~ ‘morfos (o monos-hombre) al hombre, exisié un ser particular que dl llama “hombre-mono” (Affenmensch) 0, dado que ests privado de lenguaje, Pthecanchropus alls: De las Placentatios, al principio del Tercario (Eoceno) Aerivaron los primeros antepasados de las Primates, semi- simios, de los cuales, en el Mioceno, se desaroliaron fos rmonos en sentido propio y, mis precisamente, de los Catactinos, primero loz monoe-perro, los Cinopitecos, y lucgo los monos-hombre o antropomorfos. De una rama dd ests iltimos deriva, en el curso dl Plioceno, el hom- bre-mono privado de lengua: Pishecensbropus alaussy Finalmente, de éste, el hombre hablante. (iid) 7 Maquina ncropoligica Lacexistencia de este pitecdntropo u hombre-mono, que en 1874 era simplemente una hipétesis, se hizo realidad cuando, en 1891, un médico militar holandés, Eugen DuBois, dlescubris en faisla de Java un fragmento de erinco y un fé- ‘mur semejantes os del hombre actual y, para gran satsfac- cin de Haeckel ~del que era, por otra parce, un entusiasta lector, bautiné Pishecanohropus erectus al ser al que habian pertenecido, “Es éste ~afitma Haeckel perentoriamente—el tan buscado missing link, el supuesto eslabén perdido en la cadena evolutiva de los primates, que se despliega sin inte- trupciones desde los monos Catarrinos inferiores hasta el hombre altamente desarrollado” (ibid. 39) La idea de este sprachleser Urmensch® ~como Haeckel también lo definia-, implicaba, sin embargo, algunas aporfas de las que no parecia darse cuenta. El paso del animal al hombre, a pesar del énfass puesto en la anatomia compars- da yen los hallazgos paleontol6gicos, era en realidad produ- cido a través de la sustraccién de un elemento que no tenia que ver con una cosa ni con la otra y que era presupuesto ‘como caracteristica de lo humano: el enguaje, Identificin- dose con éste, el hombre hablante excluye, como ya y no todavia humano, su propio mutismo. Letocé en suerte aun lingista, Heymann Steinthal -que cera también uno de los tiltimos representantes de aquella Wisenschaft des Judentums que haba intentado aplicat los ° Home primiivoprivadede lengua En lenin en el original. (N. de] © Ciencia del udaioo, En len ene orginal. [N. eT] n Gino Agben :métodos de la ciencia moderna al estudio del judaismo-, poner al descubietto las aporias implicitas en a docttina haeckeliana del Homo alalusy, mis generalmente, de aquella que pode- ‘mos lamar la méquina antropol6giea de los modernos. En sus investigaciones sobre el origen del lenguaj, Steinthal ha- bia propuesto por su cuenta, muchos afios antes que Hacckel, la idea de un estadio prelingiistico dela humanidad. Habla tratado de imaginar una fase dela vida perceptiva del hombre en [a cual el enguaje todavia no habfa aparecido y la haba comparado con la vide pereeptiva del animal. Luego, habia tratado de mostrar de qué modo el lenguaje pudo surgie de la vida perceptiva del hombre y no dela del animal. Pero preci- samente aquf aparecfa una aporiade la que se daria cuenta en forma plena s6lo algunos afios ms tarde: Hemos comparido ~escribia- este estadio puramente hi- porético def alma humana con la del animal, y hemos corraborada en el primero, gencralmente y en todo as pecto, un exceso de eras. Luego dejamos que el alma humana aplicara este excov a la ereacién del lenguaje [Asl, pudimos mostrar por qué cl Ienguaje se originaba, ddl alma humana y de sus pereepciones y no de la del animal [,,J. Pero, en nuestra deseripeién del alma hu ‘mana y de la animal, rvimos que prescindie del lengua- je, cuya posibilidad se erataba precisamente de probar. Sobre todo, se debia mostear de dénde venta la fuerza ‘gracias Ia cual el alma forma el lenguaje. Esta fuerza capaz de crear ol Ienguaje no podia evidentemente pro- ceder del lenguaje. Por ello, supusimos un estadio del antopoligca hhombre precedente al lenguaje. Pero dste es slo una fic- cin. El Ienguaje es, en efecto, tan necesario y natural para el ser humano que sin él el hombre no puede ni ‘exist ni ser pensado como existente, © el hombre tiene lenguaje 0 bien, simplemente, no es. Por otra parte ~y precisamente esto jstifia la fiecin— el lenguaje no pu: de ser considerado innato al alma humana. Es, mis bien, tuna produccién del hombre, aunque no todavia plen: mente consciente. Fs un extadia del desaralla det alma yy exige una deduecin a partie de los estadin precedentes, Con al comicnza la verdadera y propia actividad humana, Es el puente que conduce del reino animal al humano [LoL Peto hemos quevido explicar, mediante una compa: raci6n del animal con ef hombre-animal, por qué sélo el alma humana eonsteuye este pent, por qué slo el hom- bre y no el animal progress través del Ienguaje desde la animalidad hasta la humanidad. Esta comparacién nos ensefia que el hombre, tal como debemos imaginarlo, 0 sea sin lenguaje, ¢s un hombre-animal [Tiermenschen] y ‘po un animal humano [Menchenser; es siempre ya una especie de hombre y no una especie de animal. (Steinthal 188 1, 355-56) Lo queddiscriminaal hombre det animal esl lenguaje, pero este no es un dato natural innato en la estructura psicofisica del hombre, sino una produccnhistirica que, como tno pue- de ser propiamenteasignada al animal nial hombre. Sisequita ‘te elemento la diferencia entee el hombre y el animal se bo- tra, a menos que se imagine un hombre no hablante ~Homo a Giorgio Ayaen alalus, pecisamente- que tiene que hacer la veces de puente centre cl animal y fo humano, Pero este, de manera eviden- te, tan s6lo una proyeccién del lenguaje, un presupuesto del hombre hablante, mediante el cual se obtiene tan s6lo una animalizacién del hombre (un hombre-animal, como el hom- bbre-mono de Hacckel) o una humanizacién de los animales (an mono-hombre). El hombre-animal y el animal-hombre son las dos earas de una misma fractura, que no puede ser ccolmada por una parte ni por la otra, Volviendo algunos afos después sobre su teoria, cuando Inabia vomado conocimiento delas tess de Darwin y de Haeckel, yen el centro del debate cieniicoyflosdfico, Steinthal eda perfectamente cuenta de fa contradiccién implicita en su hi- potesis. Lo que él habia tratado de comprender era por qué tan sélo el hombre y no el animal crea el lenguaje; pero esto equivalfa a comprender en qué modo el hombre se origina del animal. Y precsimente aqui se producia la contradiecién El estadio prelingistico de la intwicién puede ser tan slo uno y no doble, no pude see distnto para el animal y para el hombre. Si fuerandiferenes, si el hombre Faese, ‘asi, naturalmente superior al mono, entonces el origen. dll hombte no coincidinfacon el origen del league, sino con el origen de su forma superior de intuicin a parte de quell inferior del animal. Sin daeme events, presuponia ‘ste origen: el hombre con sus caracteristicas humanas ie estaba dado, en realidad, através de la ereacidn y yo intentaba luego descubvir el origen del lenguaje en el hombre, Pero, de este modo, contradecta mi premisa, es Maquina antropligia decir, que el origen del lenguaje y el oxigen del hombre ‘eran Is misma cosa; ponta primero al hombre y luego Io dgjaba producir el lenguaje. (Steinthal 1877, 303) Lacontradiccién que Steinthal descubre aqui es la misma que define a mdquina antropolégica que—en sus dos varian- tes, antigua y moderna~ funciona en nuestra cultura. En la _medida en que en ella estéen juego la produccién de lo hu- ‘mano medizate la oposicién hombrefanimal, humanofinhu- ‘mano, la méquina funciona necesariamente mediante una cexclusién (que es tambien y siempre ya una captura) y una inclusion (que es también y siempre ys una exclusin), Preci- samente porque lo humano esti en efecto siempre ya prest- puesto, la méquina produce en realidad una especie de estado deexcepcién, una zona de indeterminacién en la quecl aera rno es més que la exclusién de un adentro y ef adentro, a su ver, tan solo la inclusién de un afuera.. ‘Tenemos as la méquina antropoligica de los modernos. Fila funciona Io hemos vsto~ excluyendo de sl como no (to- davia) humano un ya humano, estes, animalizando lo huma- 10, aislndo lo no-humano en el hombre: Home alas, oe hombre-simio, Essufciente desplazar algunos dec trainvestigacién y, en verde esteinocu hallago paleontolégi- <0, tendremos el judo, esto es, el no-hombre producido en. eLhombre, 0 el néomort el ulra-comatoso, sto es, el ani mal aislado en el mismo cuerpo humane. Rec mere. a fans ene vga. [N. de T] Giorgio Agamben _ [Exactamentesimétrco esl funcionamiento dela méquina delos antiguos.Sien a méquina de los modernos el afuera se produce mediante l exclusin de un adentro yo inhumano, animalizando lo hummano, aqu el dentro se obtiene mediante Ininclusién den afuera, ef no-hombrea través dela humani- zacién de un animal: el mono-hombre e enfin sauvage ol Homo ferus, pero, ambin y sobre todo, el eclavo, el barbaro, lextranjero como figuras den animal con formas humanas ‘Ambas maquinas pueden funcionar tan slo instituyendo ‘en su centro una zona de indiferencia en la que debe produ- citse -como un missing link siempre faltante porque ya vit- ‘tualmente presente~ fa articulacién entre lo humano y lo animal, el hombre y el no-hombre, el hablantey el viviente. Como todo espacio de excepcidn, esta zona esté en verdad perfectamente vaca, y lo verdaderamente humano que debe producirse estan silo el lugar de una decisién incesantemence actualizada, en la que las cesurasy sus rearticulaciones estén siempre de nuevo deslocalizadas y desplazadas. Lo que debe- fa obtenerse asf no es, de todos modos, una vida animal ni tuna vida humana, sino slo una vida separada y excluida dest misma, tan s6lo una vida desnuda Y frente esta figura extrema delo humano y deloinhuma- ‘no, no se rata tanto de preguntarse cul de las dos maquinas (0

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