uuchos antropdlogos muestren recelo
ceuleuras, que en ocasiones sus colegas
‘una manera poco critica.
‘estos asuntos, los antropélogos tam-
erirse aun concepto de “cultura”,
autogenerado y autopropulsado, de
lina ha tendido a pasar por alto el
‘que la cultura se crea, conserva, mo-
amos a una situacién de ingenui-
aha hecho énfasis en la cultura
, durante mucho tiempo, las demas
i", hasta que ésta se convirtié en un
obtener el reconocimiento étnico.
El capitulo que sigue, “Conceptos
dl pasado ha influido para moldear
te. Alli, como en cuenta los ance-
en dar lugar a nuestras ideas te6-
1 veces los convirtieron en palabras de
ales, Luego, analizo los tres casos.
de las ideas tal vex. quieran seguir
polémicos”; los demés tal ver deseen
. Sin embargo, el ordenamiento de
Jo escribié Karl Marx, “la tradicién
tuna pesadilla sobre el cerebro de
alos antropélogos como a las perso-
dénde venimos establece las condi-
del material de nuestros casos y
2
CONCEPTOS POLEMICOS
Al querer relacionar las ideas con el poder, nos adentramos en un terreno
intelectual que muchos otros ya han explorado, si bien como respuesta a
propésitos distincos a los nuestros. Los esfuerzos que se hicieron en el pasa
do nos han dejado una reserva de conceptos; podemos apropiarnos y usar
algunos y otros tal vez ya no nos sean de utilidad. Los legados siempre son
problemdticos y debemos ordenarlos para responder a nuevos proyectos. Por
ejemplo, la antropologia ha entendido las “culturas’ como complejos de
propiedades distintivas, incluyendo diversos puntos de vista sobre el mun-
do; pero, durante mucho tiempo, no presté atencién a la manera en que
estos puntos de vista formularon el poder y ratificaron sus efectos. Las
demas ciencias sociales han abordado este tema con el nombre de “ideo-
logia’, considerando que la cultura y la ideologia son opuestas, no comple-
‘mentarias. En este contraste, la “cultura” se uilizé para sugerir un campo de
Jazos comunitarios intimos que unen, mientras que la “ideologia” suftié. un
cambio de significado que empeord la situacién, Otros conceptos perti-
nentes tambien se han transformado de manera similar. ,
Dichos cambios de significado y evaluacién tienen una histor
que
necesitamos conocer para aclarar las cuestiones intelectuales que estén en
juego. Si usamos los términos, sin tomar en cuenta las suposiciones teéricas
ylos contextos histéricos subyacentes, quiz4 adoptemos conceptos no anali-
zados y llevemos sus engafiosas connotaciones a otras investigaciones. El ras-
bo)Enic R. Wour
trear la historia de nuestros conceptos acaso también nos ayude a perc
medida en que se incorporan los esfuerzos intelectuales y politico
siguen reverberando en el presente,
“Tres cuestiones relacionadas entte si han persistido en la historia de lo
‘ceptos que son significativos para este estudio. La primera de ellas es la
de la marcha de la humanidad hacia un reino universal de la Razén; ¢
contrapone al énfasis que se hace sobre la importancia de las formas di
vas del ser humano, las cuales gobiemnan a las personas por medio de las
la tradici6r
ciones mas que del intelecto. Esta cuestién implicaba otra;
costumbres dominaban a tal grado la vida humana, zcusl era entonces
lacién que habia entre los ideales culturales y la condiucta real? zAcaso la
cidn exigia un curso de accién, mientras que la conducta seguia una dite
distinta? Esta pregunta planteaba una tercera cuestiéns ;cémo estd con
da la mente humana para poder lidiar con la experiencia? ;Se compon
ideas, “los étomos y las moléculas de la mente”, de imAgenes gracias
“quimica mental”, a partir de sensaciones que provienen del mundo e
(Popper y Eccles 1983, 194)? ,O acaso las costumbres controlan ta 1
humana a tal grado que los estimulos externos sélo pueden manifestars
conducta después de pasar por los detectores cognoscitivos del lengt
Ja cultura, los cuales los procesan en patrones de accién?
La antropologia se enfrenté a estas interrogantes en una secuent
encuentros histéricos y, en consecuencia, creé su reserva de ideas de
jo. Cada encuentro provocd reacciones que después formaron las po
que se adoptaron durante el siguiente viraje. Los protagonistas de
tracién abordaron la oposicién de la Razén contra la Costumbre y la
cin, enfrentindose a sus adversarios, los defensores de lo que Isaiah
lamé la Contrailustracién (1982). A rafz de este debate, Marx y 1
transformaron los argumentos propuestos por ambos bandos en una
revolucionaria de la sociedad que dio origen a ambas posturas. A su v
angumentos que expusieron estos erfticos provocaron una reaccién «
todos los esquemas universalizadores que visualizaban un movimientambién nos ayude a percibir la
raps intelectuales y politicos que
persistido en la historia de los con
dio. La primera de ellas es la visién
eno universal de la Razén; esto se
importancia de las formas distin.
las personas por medio de las emo-
implicaba otra; sila radicién y las
humana, zcudl era entonces la re-
yyla condcta real? zAcaso la tradi-
ue la conducra segufa una direccién
ra cuestiGn; godmo esté constitui-
n la experiencia?
'e componen las
mente”, de imAgenes gracias a una
que provienen del mundo exterior
costumbres controlan a mente
10s sélo pueden manifestarse en la
ores cognoscitivos del lenguaje y
nes de accién?
errogantes en una secuencia de
cred su reserva de ideas de traba-
ue después formaron las posturas
raje. Los protagonistas de la Ilus-
in contra la Costumbre y la Tradi-
defensores de lo que Isaiah Berlin
de este debate, Marx y Engels
por ambos bandos en una critica
a ambas posturas. A su ver, los
Provocaron una reaccién contra
visualizaban un movimiento ge-
Concerras rouéuicos 4
neral de trascendencia para la humanidad. Este particularismo se dirigié
contra los fisicos newconianos, la biologia de Darwin, la megahistoria de
Hegel y las criticas marxistas, sobre la cuestionable premisa de que todos
supeditaban el mundo humano a algiin objetivo teleolbgico fundamental
El blanco principal de dicha reaccidn fue el marxismo, el cual suscité mu-
chos ataques por su tendencia a aplicar los métodos cientificos a todos los
campos y su prediccién de que el socialismo derrocaria a la sociedad.
Algunas de estas criticas adopraron la forma de un rechazo hacia cualquier
cosa que tuviera que ver con la “metalisica”. Varios inconformes quisieron
oponerse a la seduccién que ejercfa la elaboracién de teorfas abstractas y
regresar a lo elemental, a una relacién més “natural” ¢ “inmediata” con los
hechos de “la vida real”. Otros se negaron a aprobar cualquier aplicacién de
los mérodos derivados de las ciencias naturales al estudio de la historia, la li-
teratura y las artes. Insistieron en que estas disciplinas lidiaban con la
“mente” y, asi, con fenémenos que eran irregulares, subjetivos y vividos. Se
argumentaba que dichos fenémenos no podian abordarse con los procedi-
mientos objetivadores, emocionalmente neutrales y generalizadores de las
ciencias naturales, sino que requerfan metodologias adecuadas propia
La discusién retoma los argumentos que se propusieron de manera suce-
siva en cada “viraje” y analiza algunas de sus implicaciones. Se inicia con el
lina an-
conflicto que hubo entre la Ilustracién y sus enemigos, pues la dis
tropolégica como un todo debe su identidad a las antinomias que entonces
se pusieron de manifiesto. En efecto, la antropologia ha derivado la mayor
parte de su energia de los esfuerzos para negociar entre estos distintivos mo-
dos de entender el mundo.
LA ILUSTRACION
La Ilustracién, un movimiento filoséfico que tuvo lugar en Europa a finales
del siglo xvi y durante el xv, surgié como un esfuerzo para sacudirse el pesoR, Wore
SRE es Ewe Worn
de las insttuciones y las ideas, que habfan sumergido al continente en bru-
tales contfictos religiosos y politicos, y para renovar la esperanza al proponer
tun nuevo punto de vista sobre las posiblidades humanas. A diferencia de las
opiniones anteriores, que consideraban que la condicién humana estaba con-
taminada por “el pecado original”, para los ilustrados los eres humanos no
eran ni buenos ni malos, sino perfectibles. Hablaron a favor del racionalismo
¥ del empirismo y sometieron las configuraciones socials y politicas a un
nilisisescéptico en donde, al parecer, se comprobé que carecian de estos
jdeales. Para mejorar a la humanidad, propusicron nuevas formas de apren-
dizaje no teolégico como vias de reforma. Se enfrentaron a numerosos movie
mientos que aparecieron a finales del siglo xvi y a principios del xIx para
ponerse a esas afirmaciones, junto con los esilosintlectules y politicos que
se asociaban a ellas, Debemos el concepto de “ideologia” a la Tlustracién; el
concepto de “cultura”, asf como el de “sociedad”, se derivan de los esfuerzos
por reve
a Ilustracién contemplaba el pasado y el futuro del mundo usando con-
ceptos tan poderosos y, sin embargo, tan abstractos como la Razén y el Pro-
los efectos de ese movimiento.
reso, Sus defensores hablaban en nombre de una humanidad comin y
universal, Esperaban disipar Ia oscuridad de la Edad Media al exponer la
conciencia a la lz esclarecedora de la raz6n y al liberar el instinto y el calen-
to natural de las ataduras de la mojigaterfa y la hipocresia acumuladas.
“