Con estos dos poemas Alberti y la Encina, ofrezco mi modesto homenaje a los grandes
Maestros de la poesa: Rafael Alberti y Antonio Machado. Con la humilde encina,
quiero reconocer uno de mis poemas favorito: A un olmo seco Jos Antonio Medina. ALBERTI Desnudar, Alberti, tu poesa ante el mar. Tu risa a los marineros. La marea que baja y sube cantar entre las olas las coplas de Juan Panero. Tu alma, abatida y silenciosa, escuchar vuelos de gaviotas, vientos del Puerto. Sern lejanos paisajes de sal y cielo, donde vuele, tenaz, la paloma de tus versos. LA ENCINA La tormenta derrumb a la encina en un pequeo valle solitario, su corazn rojizo y centenario se pudre entre sombra y neblina. Revelan sus entraas la rutina de la lluvia. Un viejo calendario de pginas resecas. Y un precario desgarrn, de madera blanquecina, es todo lo poco que le queda. En las noches oscuras del invierno suena el viento en su tronco deshojado, como un ronco gemido en la arboleda. Y en la hojarasca, un ramito tierno heredar la clara que ha dejado.