un cielo plido que poco a poco se va sonrojando. Abajo, la sombra de los rboles camina sobre el espejo del agua. Los rboles, ya levantados por la luz del alba, despliegan sus hojas rojas y speras. Otros, an en espera del da, permanecen con el color de la noche. Otros han quedado desnudos en su recorrido por el camino del tiempo. Tiempo lento que no ha descubierto del todo la ilusin del amanecer. El canto de un pajarito interrumpe el silencio. Con el revoloteo de sus alas despierta al estanque enmudecido. A lo lejos, se percibe la frescura de una suave brisa que juega entre las ramas de los rboles. Es el aroma de la
primavera que anuncia la llegada de un
nuevo ciclo. En este paisaje, la esperanza es un recurso viable, un amanecer soado.