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9 Ps = rT) = wa. Pr) 4 | LA ESTETICA Denis Huisman Este libre oftece un ctuslzede de to ‘estético, Para Denis Huisman, Ia estétiea inti mente lgeda a tos ofrar sucipinos flssfices fandamentoles— es toda teflexion sobre et Tomendo como punto de porte esto cordctotiea. idm generel, se rfiore linsos que configuron rokimacion histérice, ef ‘tor plantea los preblenses principales de todo reflexion sobre el ote: Io ¥ el olor dol mismo, estud Perspective las cwestiones que te, lo ectitud do! hombre frente difersnciocién dol arte de ‘not: Ia ciencle, ta moral, lo industria y to religion Asi, cl arte —trente @ sue mitisles monifeteci nes— eparece camo una unided, objeto de la flexiin estétlea, y que of autor distinguc cuide- dosomente de oftas ectividades proximes como Is historia y Jo critica del arte, LASESTETICA llone un vals en fo bibtlorafia en iaioma castelon. Es uno de fot poeos libres esrita or un especialiste, que esbozs on une ample perspectiva los espectos de ia El eetudionte 9 et expotielén clare Principals femos estétices; ol expecialsia, los or bozos del sentomionto del autor, de la cortente o ln ave se edscrio y de sur intentos por establece lune “estétice experimental"; el ortiste, el hiteie or y el eitico de arte, un nuevo instruments pore ‘su labor, que no pretende invodir jurisdeciones snes, porgue Mulsman no solo limita fos perspectives sobre el atte, xino ave ‘aus por encima de le filosotia del arte esté. al erfe mismo. Denis Heim ALGUNOS TITULOS DE ESTA COLECCION LA ERITICA DE ARTE / A. Richard EL ESTOICISMO / J, Brun. EL PERSONALISMO 7 £, Mounier PLATON Y LA ACADEMIA / J. Brun £L HINDUISMO / L, Renou. EL MITO DE PROMETEO / L. Séchon, a LA FENOMENOLOGIA / JF, Lyotard CUADERNOS: breves, claros, dicldcticos ©. 183/i1 — a ee ee eS LA ESTETICA 59 cunocenoe ve ucen LA ESTETICA DENIS HUISMAN EUDEBA EDITORIAL .NIVERSITARIA ‘DE BUENOS AIRES ‘italo de la obra original: Liesthétique Presoes Universitaires de France, Paris, 154 ‘Traducida de la cuarta edicién, 1961, por Hréxrro Ropricuri La revision téouiga estuvo a cargo del doctor 4 Leén M. Rozircanex Primera edieién: mayo de 1962 Segunda edicién: septiembre de 1966 © 1962 EDITORIAL UNIVERSITARIA DE BUENOS ATRES - Viamorite 640 TFundada por la Universidad de Buenos Aires HECHO EL, DEPOSITO DE LEY IMPRESO EN LA ARGENTINA - PRINTED IN ARGENTINA st. “AM. Br. Sourtau Miembro del Instituto Profesor de la Sorbona Homenaje de respetuosa gratitud, INTRODUCCION “La estética nacié um dia de una observacién y de un apetito de Filésofo ™, decia Paul Valéry. Junto con la fitica y la Légica forma Ja. triada de esas “ciencias normativas” de que hablaba Wundt, o sea uno de esos conjuntos de reglas que se imponen a la vida del espiritu. Podria decirse que a las reglas de la accién y de la ciencia, alas leyes del Bien y de lo Verdadero, alos e6digos de la conducta y del razonamionto, corresponden término por término estos tres aspectos de la Estética: las reglas del Arte, las leyes de lo Bello, el cbdigo del Gusto, De hecho, seria més exacto repetir con Hegel: “La Filosofia del Arte constituye wn eslabin necesario en el conjunto de la Filosofia 2” Pero, gqué es exactamente la Estética? En un primer sentido —que constituye, por otra parte, su sentido primero— Ja Filosofia del Arte designa originariamente la sexsieiLiDap (etimolégicamente aisthésis quiere decir en griego sensibilidad) con la doble significacién de co- nocimiento sensible (percepcién) y.de aspecto sensible de nuostra afectividad ®. Por eso Paul Valéry podia decir: “La estética, es la zsniisica ‘.”.En un segundo sentido, mucho més actual, designa “toda reflexién filosbfica sobre el Arto. Es decir, que el objeto y el miétodo de la Estética dependerén del modo segiin + elcual se define el arte. La elucidacién de este concepto ser el objeto de varios capitulos del libro (I a IV), en primer lugar de acuerdo con un plan crono- légico, Juego, segin un arden logico. orresponderd considerar después la psicologia del hombre ante el Arte (V) 4 Discurso inaugural del If Congreso Internacional de Estétiea y Ciencia del Arte, Paris, 1987 (publicado por P.U.F, 1937). 3 Tsthétique, Auber eit, Pari, 194, I pg. 12. Tred. Tankévitch (rod esp, Bs. AS, Bl Atenvo, 1824 FE ete oI parte del Cie dele rin pur: le “sn” trend, estat eu peep dl ope Sl any cum frau prado maces sail 4 ibid, 2 Congreso Internacional de Estética, 5 Revue @Esthitique, ao 1, n* 1, Texto de Presentaciin, 1948. 4‘ © Ja sociologia de los kumbres en presencia de la Belleza (WI); luego intenta- ‘Temos proseguir con el andlisis del Arte entre los otras valores (VII) 0 a través de sus diversas especificaciones (VIII); fiializaremos con algunas notas sobre el metodo de Ja Estética en las que trataremo: d- ccterminar con todo rigor su tan fugaz dominio en Jes confines de lac: + de Ya critica y de Ia histo- No se busque en estos distinios capi’... especie de alegato pro domo, Ja defensa y la ilustracién de Ja estétice. edie mas persuadido que el autor cima de Ja Filo- de 1a preminencia del contenido sobre el continents. Po: sofia del Arte esté el Arte mismo® mes ~ ‘Ca foe partite de he is cos matin ot mitre =e an ancien. oem, ae ter ‘wna ciencia del arte a 1K he Sa Sra Hs Sn be cat 0 Filosofia de lo Belo bubiera pollo pere ‘casing oe esrtres do arty los afte 3 Anum ‘Becocanres, a (2 iment teleat de Roger Caillois o a habilided de Ja Universidad de Frmciart, public’ st Acsthetion ‘Getten Picon. Se ecaniote tinligicy do In Se tat age do I etn ox ol seid sci de CAPITULO 1 EL PLATONISMO © LA EDAD DOGMATICA Si tuvigésemos que esbozar al modo carte- siano este drbol de la Filosofia —del Arte— que el autor de los Principios trazé en un célebre Prefacio, encontramos que las raices del origen de toda Estética se hallan en et platonismo. En efecto, sin remontar. hista los albores del pensamiento oriental, sin Ie- gar a exhumar a los tatarabuelos del pensa- miento occidental, como los Siete Sabios, 0 en particular Herdclito, e inclusive Hesfodo, son los tres més grandes fildsofos griegos los que constituyen el fundamento primero de la Estética: Sécrates, Platén y Aristételes. Pero aqui Sécrates representa al precursor, y Aris, tételes al sucesor del Dios tutelar de la Be- Neza: Platén. Asimismo Plotino o San Agus- tin no har hecho obra de estéticos sino en la medida en que se han relacionado con el pen- samiento platénico; hasta el Renacimiento in- clusive, toda reflexién sobre el arte se articu- lard partiendo de Platén. Después, yemos surgir majestuoso el tronco kantiano, casi tan imponente como sus ramas principales, que serén: Hegel, Schelling o Schopenhauer, més platénicos de lo que ellos mismos creen. Fi- nalmente, aparecen los vastagos mis recientes, Digamos de entrada que Sécrates anticipa el advenimiento de una elapa esencial de la Estética: un purista podria hacernos notar con. justeza que las expresiones merarisica 0 rs- TérICA son posteriores, respectivamente, en 8 tres o on veintitrés siglos a Platén. Pero esos ‘términos se emplean. en forma indebida por ‘un anacronismo-voluntario autorizado como es debido por el uso. Por lo demés, no se trata aqui de un trabajo histérico, Todo ha sido ya dicho sobre Platén y las artes de su tiem po: Pierre Maxime Schuhl le consagré una tesis y numerosas comunicaciones de gran re- sonancia 4 Sécrates (470-899). Jenofonte nos cuenta en Los Memorables y en su Banquete céma0 Sécrates ensefiaba a Parrasios el pintor y al ~~ escultor Cleitén a manera de representar Io que el modelo tiene de més precioso, tradu- ciendlo por los gestos la verdadera helleza del alma, Se trata de alcanzar, bajo la envoltpra corporal, la belleza esencial del espiritu, En el Fedén, dir asi mismo Platén: Zu ofa (el cuerpo es ‘un ‘sepulero). ‘Mas estas observaciones de Sécrates, y con mayor razén los antecedenies presberéticos, no dejan de ser fragmentarias; el principio de un alma irradiante, toda resplandeciente de belleza sobrenatural,’ se encuentra en el ‘oxigen del sistema platénico; no intentaremos aqui desbrozar lo que hay de socratico en el Platonismo. Es sobradamente cierto que todo 1 Ver especialmente P.M. Somut, Platon et "Art de son temps, ely 1952, P.U.F. a ee ha sido pensado y ampliamente superado por el discipulo. Basta remitirse al Fedén (100, E) para medir Ja distancia que separa las dos obras. En el origen de toda belleza, dice Platén, tiene que haber “una belleza primera que por su presencia misma torna bellas las cosas que nosotros Iamamos bellas, de cual- quier manera que se realice esta comunica- cién” Mas atin, se pudo decir que la Estética nacié e! dia en que Sécrates supo responder a Hipias (en el Hipias Mayor) que lo Bello no es atributo particular de mil objetos di- vyersos; sin duda, hombres, caballos, vestidos, doncella o lira, son cosas bellas; mas por en cima de todo esto existe la Belleza misma ?. Sécrates responder al joven Teétetos que la ciencia no es ni la Astronomia, ni la Geo- metria, ni la Aritmética, sino algo mds y mejor que estos conocimientos parciales, Asi- “mismo lo Bello no se reduce a un objeto sim- ple, ni tampoco a veinte seres concretos. Al- ‘canzamos aqui Ja piedra angular de la tesis platénica. Son casi los prolegémenos a toda estética futura que aparecen insoritos en este trozo, Mas esto ya no es Sdcrates, 1, El platonismo La dialéctien platénica. Sigamos la guia que Platén mismo nos indica, De la asom- brosa triada*, solamente el Banquete (el platénico, no el de Jenofonte). se impone ‘como dotado de una suerte de iniciacién a Ja Belleza por el Amor. La ascesis dialéctica hacia Ia idea de lo Bello nos conducira al amor platénico, tmico garante de la belleza ideal, por gracia de ese “cuento de vieja”, como decid Alain. El Fedén y el Fedro co- rroborarén esta experiencia del Convivium. ‘He aqui Ja receta: para saber lo que hay de ver- daderamente bello en este mundo, en primer lugar es necesario realizar el vacio mental, y limpiar el espi- 2 Cf, Rarmonp Bayer, “La méthode de J'esthéti- que", en Esais sur la méthode en esthétique, Mara marion, 1953, % Banquete (Convivium), Fedro y Fedén. Cf. tam: tain, Fepiblica, Prarén (430-350). situ de todo lo que contiene de inexacto o insuficiente. Se debe, pues, hacer abstracciim de todos Jos errores previes, ¢ intentar reencontrar su ingenuidad primera, Esto constituira el objetivo de la protréptiea: suprimir Jos obstaculos al conocimiento verdadero: Como se sabe, en el Banquate se reiinen varios con- ‘Yidados, todos Jos cuales harén un elogio del Amor en ‘términos poéticos y florides. Sécrates es el éltimo en hablar y nos cuenta la historia de una profetisa, Ila- mada Diétima, quien le ensefié que el amor es algo contradictorio: hecho del deseo de lo que no se tiene ¥ del gusto por lo que no se es, el amor defraudady ‘esté pleno de esperanzas, el amor moribundo renace de sus cenizas, Hijo de Poros y de Penia —el Expediome y 1a Pobrera—yel amor es sutil, astuto, sagaz, perd pobre ¥ desprovisto hasta de inteligencia. Pobre en realiday des, rico en virtualidades, deseoso de completar su natureleza y su forma, el amor tiene ansiedad de aprender ¥ poseer més atin, Solo el amor nos permite obtener, por la superacién de nosotros mismos, todo To que existe de eterno y de divino. El Amor es una inspiracién infinita hacia un mas alld que lo trans figura. : Como tal, el Amor nos provee el medio de apre- hhender Ja belleza ideal. Pers la ascesis que lo permite no es sencilla, En primer lugar es necesario compe- netrarse de la idea de que entre los dos términos —sujeto amante y objeto omado, afecto individual y gusto por lo universal— hay lugar para un tertiwn quid que supera a los dos primeros. He aqui pues el primer escalén: el iniciado tra- tard de amar un cuerpo bello, Inégo procuraré ins. pirarse en este amor para amar Tonos los cuerpos boellos. El amante experimentaré en seguida el vacio de un amor por las. simples formas sensibles y se atraido por el alma de aquel a quien ama, Y; viendo eiién poco vale Ja apariencia corporal com- prenderd que es necesario elevarse por encima de las formas sepsibles para alcanzar a belleza de las ocupaciones del alma (2nemBedurta), es decir, de la conducta kumena, Mas esto no es nada todavis amor de las méximas morales se superaré a si mismo por una preferencia hacia la moralidad -absoluta, De pronto nuestro iniciado mediré el abismo que separa la moralidad del conocimiento. Helo ahi ya lancado desordenadamento a Ja biisqueda de conocie ‘majentos diversos, en la bella variedad de su contenido. También alli buscara la unidad en la variedad, y ya no encontraré belleza fuera de la universalidad del conocimiento, fuera de la ciencia en sf misma: helo ahi dealgiin modo desencarnado 0 nxsINDIVIDUAIZ2AD0, como dice Robin; no necesita hacer ya mucho es. fuerza para der término a esta Puniricactsw. Sin em- argo, el enamorado de la ciencia no est en la cum- tre de su iniciacién Todo eso no era mas que una propedéuti- a que permitia al sujeto Jegar al punto en HON eee aan oj aaeRin ay a tit iy tl aa | ee ih i fiat fi i ! ie al jE ty Hi i wae yest a Hit He atti ili hil selaqidli gtkh 4 wate ih a Hai I) ji aunt UA re rade ill legethy en ; nai ere. cimiento, ni el menor cambio. |Oh, mi Sé- crates!, lo que puede dar valor a e:12 vida es el espectdculo de Ia belleza eterna... Yo me Pregunin cud! seria el destino de un mortal # qision Fuese dado contemplar lo bello sin y hhumanes, y e todos los vants adornos condenades a des. Sparecer, sine que le fuese dado ver cara a tamente com esta imagen divina. __ Ei éxtasis, ocl amor platénico, Nada me- Snico, la actitud extitica que alcamza el ena- anrado ideal: “Aquel que, en los misterios- del amor, haya avamzado hasta el punto en que nos en- amo de crecinienin..., de ta que todas tas ‘puesto que ama tinicamente ia Ganquete, 241 d 9.) _Hl proceso del amor ste pre- Quiar mmestros pasos inciertos. “Caides en este xmumdy —dice el Sdcrates del Fedro— eooocimos la Relleza mis dist que tetas Tas otras esencias por mcdio del mis Juminoso de xmestras sentidos: la vista es en efecto cl més sutil de tos érgancs dei coerpo, y Ia belleza recibié como herencia la de ser 3 ih armonia tial a a waded femoral i Bellas Artes’ y Filosofia. Seria vano bus- car en el platonismo un sistema estético com- pletamente constituido. Solo existen las bases, a lo sumo gérmenes de una teoria del arte. ¥ Ia psicorocia del artista o la del piiblico dan lugar a observaciones variadas sobre el papel moralizador de cada uma de las gran- des Artes. Al parecer, la Poesia ocupaba el lugar de honor en el pensamiento de Platén, con la condicién de que la técnica se asocie a un modo de inspiracién elevado. Pero la Filo- sofia constituye a este respecto la fuente més elevada, Ia mas fecunda y la mas enri+ quecedora de la Poesia‘, Sin embargo, la Miisica instrumental, vocal o coreogréfica (pues la danza'es para Platén un modo de miisica)” desempefia un papel esencial en el Estado: es la “salvaguardia” o la “fortale- za" de la Ciudad (Repiiblica, IV, 424, 4). La misica para dulcificar las costumbres no tiene por qué ser refinada o complicada. Su imperativo debe ser la simplicidad absoluta y su ritmo ser. purtricapo al extremo, De suerte que la Miisica se coloca en un estado de dependencia total respecto de la Politica o de la Moral. Los modos smxxor1D10 © Lipio sosrenipo son rechazados por el au- tor de las Leyes en razén de su carécter pla- itidero y deprimente. Los modos onto 0 urp10 Puno son demasiado voluptuosos, de- masiado afeminados. Solamente el ponro, guerrero, exaltante, 0 el rricto,apacible y apaciguante, serén salvaguardados, He aqui uma prefiguracién del dirigismo artistico contemporéneo. Pero todo: lo que s¢ refiere a Ia rotérica, @ le sofistica, a los efectos Spticos, « lo falso, a lo ilusorio, resulta para Platén indigno de. ser objeto do. arte, Por ello la pintura le parece la inde peligrosa de todas las artes. Es necesario tratar de reencontrar en Pintura el idesl de nuestros antepasados y perpetuar ” los modelos que mos han dejado, En las Leyer el portavoz de Platén declara: “ANIA, en Egipto, se promulga una lista descriptiva de Ins obras maestras que se exponen en los templos; no se les permitia, ni se Jes permite aim en nuestros dias, ni a Jos’ pintores, ni a ninguno de los que realizan figuras de cualquier indole, innovar mi jmaginer nada ‘que no sea conforme a Ia tradicién ancestral, El ob- servador encontrar alld objetos pintados o-modelades hace diez mil aiios, y al decir diez mil afios no se ‘rata de una frase hecha, sino de la estricta verdad; estos objetos no son ni mis bellos ni mas feos que los de ahora; estin realizados siguiendo las mismas reglas.” Y todos los interlocutores aplauden ante “esa admirable obra maestra de legislaciin y de politica”. Feroz partidario de un arte hierético, Platén niega el derecho de ciudadania a ‘toda especie de moder- nismo, En la querella implicita entre .Antiguos y ‘Modernos tomé siempre partido ron los Antiguos ¥ ‘coxmaa los Modernos. Por eso nuestro autor reprucba cen bloque Jos rrocenmacrenros téenico-pictéricos donde aparentemente Tas imégenes poseen un sentido, pero donde todo se disuelve cuando se mira desde més cerca 40s diferentes coloridos. Desde lejos se ven superficies que representan vagamente una colina, un Puente, drboles, frutas; desde cerca no quedan més ‘que unas masas informes que no se parecen a nada. a Pintura ¢6 casi siempre una maestra de errores conrusa desde cerca, rxcaRosa desde lejos. Teatro, Fscultura y Arquitectura son, por el contYario, artes que participan en’ mucho mayor medida del principio supremo: la belleza se define por todas partes por la medida y la armonfa, es decir, por una sa- misraccién que solo podria calificarse de xsrérica. Esta forma de placer puro se de- be no a una meprpa matemética, sind a una medida muy sutil, provocada por wna emo- cin ligada a la investigacién intelectual desinteresada, Pues (ver Filebo, 51, b y Politico, 284, a) una cosa es Ja medida en las ciencias, com- pletamente grosera y.carente de placer, y otra es la Métrica del arte, que supera Ia medida cientifica sublimanddla, Asi: vernos que el platonismo va a desembocar; por don- de se lo aborde, on uma fusién de las Ideas cardinales, en la Unidad de los voligenes: “el que responde bien es bueno y bello”, dice el Teétetos. “Es bello eb juzgar veraz.” “El juicio’ verdadero, ia Ciencia y todos os juicios que de ella resultan son bellos y bue- nos.” En la ciencia, en la accién, 0 en. el arte, encontramos la armonia suprema del conocimiento perfecto. Lo bello se da tam- bign a todos aquellos que permanecen en los Imites de la sintple naturaleza.

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