You are on page 1of 63
Elementos de filosofia Origen y evolucidn, desde los griegas has estructura, fundamentos y grandes Juan Davip Garcia Bacca Elementos de filosofla Juan David Garela Bacea I edicién, 1963 I" edicign en Los Libros de El Nacional, 2001 ISBN: 980-388-005-5 Coleccidn Minerva N° 4 Diseio grifico de eoleccién y portada: Analiesse Ibarra “Arte final: Estela Aganchul Fotolito de portada: Orién Impresién: Publicidad Grafica Leb. Editorial CEC, SA. Sai libros@el-nacional.com Apartado postal 209, Caracas 1010-A ‘Veneaucla ‘De acuerdo a lo dispuesto en la Ley sobre Derecho de Autor, la Editorial Los ‘Libros de El Nacional se reserva todas los derechos de explotacién de etta bli ent trasmicida por un svema de cecuperacin de Informaci6n, en ninguna forma ni por ningin media, sea mecfnico, quilmico, clectrénico, magnético w ‘éptica, ni distribuida mediane eu alquiler, ni sometida 2 comercializacién o explotacién de cualquier otro tipo, sin un permisa escrito del editor in, No puede ser reproducids, ni parcial ni totalmente, ni registrada, Estos “Elementos de filosofia’ son, en realidad de verdad, “clemen- tos’, Es decir -para que no quede lugar a dudas-, exposicidn sencilla, simple, simplificada y atin, a veces, deliberadamente su poquito sim- plista, de las ideas bisicas de la filosofia. Volverse “elemental” en Ia exposicién de lo mismo que uno viene, desde hace afios y a veces desde su cuarto de siglo, desarrollando técni- ca y magistralmente, no resulta protefsmo facil, ni aliciente para la na- tural vanidad 0 soberbia de profesor universitario o de escritor profe- sional. Pero, entre otras reflexiones que en este punto y para esta ocasién me he hecho, una ha sido decisiva: el derecho de toda persona a ser culta en filosoffa, sin imponerle la obligacién de ser estudiante o profe- sor de Filosoffa, La obrita presente podria, pues, llamarse: “Elementos de cultura filoséfica’. Y parodiando una frase célebre de Nietzsche afiadird: para todas los amantes de la cultura en filosofia y para ninguno de los profe- sionales en filosoffa Juan D. Gareta Bacca Sobre el autor Juan David Garefa Bacea nacid en Pamplona el 26 de junio de 1901. Siendo muy joven, a rafzde la muerce desu padre ingresd al seminario de los Padres Claretianos, donde realiz6.el noviciads en Cervera, provincia de Cataluia, durance el curso 1916-1917. En esa misma ciudad estudié Filosofia y Teologia entre 1917 y 1923, En 1925, tras dosafios deescudios de ‘Moral y Derecho recibis la orden sacerdotal claretiana, Su forinacién teoldgica, filoséficayycientifica la complet en universidades centrocuro- peas, donde tambicn ejerci la docencia. En Lovaina romd contacto con lacorriente renovado- tadela filosoffa tomista, la cual constituye la base desu formacién. Garcta Bacca fue también un acucioso hombre de ciencia, y a cuyo estudio dedicd parte importante desu esfucrzo intelectual en universidades de Munich, Zurich y Paris. En 1934 recibié la licenciacura en Filosofia, en la Uni iversidad de Barcelona, y al ao. siguiente completé cl doctorado con su tetis Ensayo sobre la estructura légieo-gentica de las ienclafieas,tabajo que le merecié el reconocimiento de la comunidad académica, Entre 1933 y 1987 ensefié logica, matemdtica y filasafia dela ciencia en la Universidad ‘Auténemade Barcelona. En febrero de 1936 gané la cdtedrade Int roduccidn ala Filosoffa, en la Universidad de Santiago de Compostela, cargo queno desempefié por su salida precipieada de Bspafa, al inicio de la Guerra Civil. Crltico del alzamiento franquista, se eraslad a Pars, donde se dedicd la légica. En 1939, concluido el perlado de hostilidades, se-exilié en Ecuador (1939-1942), Méxt- co (1942-1946) y Venezuela (1946), donde fijé su tesideneia y adquirié Ia nacionalidad venezolana, Su prdxima visica a Bspafa, eras la muerte del dietdos se produccen el verano de 1977. “Auworidades pollvias y académicas de ese pals hacen pablico el reeonocimiento asu persona y obra, Reclbe la Gran Crude la Orden de “Isabel La Catdlica” por parte dela Corona Espafiola (1982), medalla de plata dela Universidad Autonoma de Barcelona (1984), homenaje de la Facultad de Filosoffa como profesor y primer doctor en la mencionada universidad (1985), nombramienta como mlembro de! Consejo Asesor del Instituto de Filosofia de CSIC en Madrid (1990) y Medalla de Oro del Gobierno de Navarra (1990), E15 de agosto de 1992 murié en Quito a la edad de 91 aos. ‘Su extensa obra como pensadot, dacente y hombre de letras le valieron el honor de contarse para siempreentte los autores cldsicos de la filosofia en lengua hispana. Filosofia La Filosofia, tanto por su nombre como por su contenido y proble- mas, es una invencidn de los griegos. Por su nombre significa amor (philia) ala sabidurfa (sophia); y, por tanto, se llamard filésofo al amante de la sabidurfa, Hay amor por las riquezas, hay amor por los padres, hay amor hacia las mujeres, hay amor al arte, hay amor hacia Dios... :2n gue consistird este amor especial que se llama, desde tiempo de los griegos, amor por la sabiduria? ‘Antes de contestar esta pregunta conviene dejar bien claro, para siempre, que éa filosofia no es simple conocimiento, no es tnicamente sabidurla, sino'ademds amor; formando amor y sabidurta un todo especial, una unidad extrafia, dificil de explicar, pues, como vamos a ver, a lo largo de los siglos ha habido muchos y grandes fildsofos, o amantes de la sabidurfa, pero cada uno ha amado le sabiduria a su ma- nera, y cada uno también ha amado en la sabidurla un aspecto especial, predilecto. Porque a la manera como cada uno ama a la mujer por un motivo, ~por su distincién, por su belleza, por su cardcter afable y tierno, como fuente de inspiracidn...—, asf los filésofos han armada la sabiduria por di- versas razones, Y la historia de estos tipos de amor hacia a Sabidurla es la historia intima de la filosofia. ¥ como historia de amores diversos hacia Ja Sabidurfa vamos a exponer este asunto. A La filosofia, de la antiguedad a nuestros dias Juan David Garcia Bacca La filosoffa griega, come amor a la contemplacién En tres textos famosos nos declara Platén qué es ser filésofo. Dice ~en su didlogo Repitblica (457 e)—, que el fildsofo genuino y auténtico es el amante de contemplar la verdad, amigo de mirar (philo- theamén). Y en el mismo didlogo —480 a-, dice que se ha de llamar fildsofes a tos que son capaces de abrazar, de dar la bienvenida a todos los seres, y besar en cada uno de ellos lo que tengan de inmutable, de eterno, de siempre idéntico (ibid, 484 b). La actitud mas ordinaria de los hombres no es, por cierto, la de mirar pura y simplemente. Somos amigos de poseer, nos gusta dominar, servir- nos de las cosas, gastarlas y consumirlas en nuestros gustos, transformarlas para nuestras conveniencias, Y asi no nos contentamos con ver las frutas, sino con comerlas; ni nos agrada dejar la madera en el bosque y el agua en el rio, sino cortarla y calentarnos con la primera, beber y bafiarnos en la segunda; y nos servimos de otros hombres cuando podemos, o bien otros se sirven de nosotros. La actitud prdetica es la que predomina en el hombre, y la que tomamos ordinariamente ante las cosas. Pues bien: 70 se puede ser fildsofo sin colocarse, ante todo, en otra acti- tud: en la puramente contemplativa, especulativa, de simple y desinteresa- do mirar las cosas, ver lo que son, sitvannos 0 no, valgan 0 no valgan pata algo, La filosofla es, pues, primeramente, faena de ojos, de vista. De aqui que el fildsofo vea idezs, palabra que significa en griego cldsico lo visi- ble: la figura, el aspecto de las cosas. le, Tenemos, pues, segtin Platén, un primer ingrediente del fildso- fo: Bl filésofo es amante de mirar. Bl fildsofo no es hombre de accién, no se propone transformar las cosas, gastarlas, aprovecharlas, sino sdlo ver- las, ver lo que ellas nos presentan. BITE ra ey Nira Verdad significaba en griego clasico lo mismo que estar descubierto, no tener velos. El fildsofo es amante de la verdad, de ver lo que las cosas nos manifiestan. Y no cuesta mucho darse cuenta de cudn dificil es colocarse en plan y actitud de ver lo que las cosas nos est4n ensefiando, ostentando, Durante siglos y siglos, el hombre ha estado viendo, y con todo hasta no hace mucho no ha sabido cémo esta hecho el ojo; esta el hombre discurriendo con el entendimiento desde miles de afios, y to- davia no sabemos seguramente cémo funciona ese aparato que es el pensamiento. Han pasado siglos y siglos desde que el hombre contem- pla el cielo, y sélo desde Newton, alld en el siglo xvin, se vio la ley simpli- c{sima que cige todos los movimientos de los asttos. ¢¥ la luz? Clarisima se ostenta a nuestra vista, pues ella nos hace ver; y sin embargo bien pocos afios hace que comenzamos a saber lo que realmente es. El filésofo es el hombre que se propone ver {ntegramente las cosas, El hombre ordinario, precisamente por su afin de servirse de ellas, de utili- zatlas, no ve lo que son, y sélo sabe aprovechar lo mds externo y superficial. El fildsofo se propone, pues, conocer las ideas de las cosas, no sus utilidades, sus valores practicos, quiere saber qué son, y no para qué sirven al hombre. A esta actitud y propdsito se llama actitud espectlativa, propdsito sedrico. Y no es preciso advertir que cuando se ha llegado a saber que es una cosa, a cubrir su idea, se puede llegar a dominarla muchisimo mds que cuando sélo se sabe usar de ella, Por esto la técnica moderna es capaz de dominar lo real, de construir aparatos infinitamente mds complicados y potentes que las maquinas antiguas, porque la ciencia moderna ha lle- gado a saber qué es la luz, la electricidad, el aire, el agua, el calor; ha Hegado a saber sus ideas, sin dedicarse, como los antiguos, a manejar tales cosas sin saber antes de sus ideas. El fildsofo pretende, pues, conocer las ideas las cosas, A este conoci- miento podrd seguir o no la accién; pero al fildsofo no le interesa prime- ramente la accidn. 2°. No es menos interesante el segundo componente que distingue, seguin Platén, al fildsofo: dar la bienvenida a todos ios seres, i La palabra griega que en este pasaje emplea Platén puede traducir- se tanto por dar la bienyenida, como besar y abrazar, y aun por unirse 10 inseparablemente a todas las cosas. Y qué dificil se nos hace, por poco que lo pensemas, dar la bienvenida a todos los seres, a todos sin excep- cién. ¥ dar la bienvenida significa acogerlos carifiosamente, con inte- rés, en la casa del alma, en el palacio del entendimiento, y enterarnos atentamente de qué o quiénes son, de qué se componen, cuales son sus relaciones, qué es lo que nos ensefian o relatan. Y hacer esto so sélo con las cosas agradables y distinguidas, sino con todas, aun las, al parecer, des- preciables, como el barre y tos cabellos, investigar su idea como nos dice Platén acerca de esos ejemplos de cosas despreciables, en el didlogo Parménides, Este deber de universalidadad, de acoger y dar la bienveni- da, abrazarse con todos los seres, es dificil de practicar, pues el hombre ordinario solamente esta interesado por algunas cosas: las que le sirven a las faenas y menesteres de todos los dfas, ¥ si hacemos el recuento de las cosas que nos interesan, veremos qué reducido es, frente al niimero inmenso de las que quedan fuera del 4mbito de nuestras preocupacio- nes. Pero el filésofo genuino se interesa por todas, y las abraza, se entera de sus esencias, de lo que tienen, de lo que las compone. Afiadamos, pues, al componente de amor a la contemplacién el de universalidad, Amor universal del fildsofo. 3°, Pero no termina con esto la caracterizacién que Platén nos da del fildsofo por yocacién. Debe amar y abrazar todas las cosas, y preci- samente ver, dar la bienvenida, unirse con lo eterna, lo inmutable, lo que permanece siempre idéntico, sin cambiar. Asf los animales nacen y mueren; los astres se mueven; el calor se enfria, el azticar se diluye, el agua se evapora o se hiela; los arboles cam- bian de hojas; las estaciones del afio alternan; cambiamos de sentimien- tos, de amigos, aumentamos o disminuimos en cantidad, obramos y dejamos de obrar, obran otros sobre nosotros y padecemos, pero tam- bién estos padecimientos o pasiones pasan; vamos de un lugar a otro... Es claro que fo mudable no es posible en seguridad y firmeza, apenas da- mos la bienvenida a un movimiento cuando se nos va, sin que tengamos tiempo de enterarnos de lo que es; y quien se abrace al agua, se expone a que se le trueque en vapor, se le evapore de las manos; y no nos es posible tratar largo tiempo con cada uno de los hombres, porque al cabo de unos afios se nos mueren, Sdlo con lo eterno, lo inmutable, lo i siempre idéntico de las cosas puede uno tratar largamente; puede abra- zarlo, puede darle la bienvenida y conyersar largamente sobre ¢l, pues no se nos va dejéndones con la palabra en la boca, como hacen las cosas tansitorias, Y qué es lo permanente de las cosas, lo eterno de ellas? Es sw idea, su esencia, su definicidn, Cada individuo humano muere; pero tanto los que mueren como los que nacen y nacerdn, son hombres, es decir son y tienen que ser animales racionates. Eso de animal racional, de animal capaz de hablar seguin Idgica, no cambia jamds, aunque cada uno de los hombres cambie y perezca. Y es claro que el sol describe en el cielo una circunferencia, pero como el sol es un cuerpo perecedero ~y los astrénomos han calculado aproximadamente cudnto tiempo durard nuestro sistema solar—, podemos afirmar que de aqui a un cierto ntimero de millones de siglos, el sol dejaré de existis, dejard de descri- bir una circunferencia; pero la definicién de circunferencia: curva cerrada, plana, cnyos puntos equidistan de uno interior, llamado centro, continuard siendo para siempre, aunque le falte ese caso en que ahora luminosamente se halla encarnada y hecha sensible. Igualmente: si hay en el mundo actual 3.300.000.000 de hombres, aunque perez can algunos millones de ellos, es claro que el ntimero dicho no resien- te, no pierde ni una unidad, porque se mueren muchos o algunos hombres, El 3,300.000.000 son siempre y para siempre 3,300,000,000, ni mds ni menos, sin que nada pueda sucederle o cambiarse en él. Las ideas, pues, las esencias, las definiciones son cosas eternas, inmutables, no sometidas al tiempo; y el fildsofo tiene por oficio descubrir en todas las cosas, aun en las mudables, su esencia, su nucleo eterno, su idea siempre idéntica. ‘Tenemos con esto un componente mds del fildsofo, ef ftésofo es con- templativo, abraza todos los seres, y en ellos lo eterno, lo inmutable, sus ideas o esencias, y las expresa en definiciones, ¥ asf Platén estudiard las ideas de las cosas sensibles, del mundo real y visible; la esencia del alma, la esencia de las ideas logicas, matemati cas... la esencia de las virtudes... Y desde él, desde que trazé este plan, todos los fildsofos tendrdn por tema y problema, por tarea propia de la filosofia, contemplar las esencias de todas las cosas, aun de las més 12 insignificantes, y busear en todas, aun en las perecederas, un nucleo eterno ¢ inmutable, Este mismo modelo de filosofar hallamos en Aristételes, Tados fos hombres tienen un apetite natural de saber, comienta diciendo en sus Metafisicos y a esta palabra “saber” corresponde en griego la de saber, por ver ideas; ver ideas, esencia (eidénai). Y aftadird mds adelante que a filosofla se engendna en estada de ocio, de liberacién de las acupaciones y menesteres cotidianos. La filosoffa es teorfa; palabra que significa, una vez, més, conremplacién, y con esta palabra de ieoréa esta emparentada etimoldgicamente la de reatro, que es Hegar de contermplacién, de descan- so, de visién de un espectdculo que ottos dan y que nosotros nos conten- tamos con mirar y admirar. Y afiadird Aristételes que la filosoffa se engendra sobre todo de la admiracién ante las cosas exttafias y sorprendentes que nos rodean. Y es bien sabido y expetimentado que la adminactén paraliza la accién. Sélo nos atrevemos a servirnos de lo que conocemos bien y tenemos usado. 13 . Filosofia romana cldsica, como amor a la ac Cicerén, el famoso orador romano del siglo anterior a Cristo, defi- nid la filosoffa diciendo que era inercia de las cosas divinas y humanas, y de las causas en que todas ellas se contienen. Ya Aristételes habia afiadido al programa cldsicamente griego de la filosoffa, como contemplacidn de esencias, el de buscar las causas; pero en él, tan buen griego, la busqueda de las causas, de lo que produce las cosas, tenia como término final contemplar la cosa hecha, La accidén se ordenaba a la contemplacién. Y creia ademds que de muchtsimas cosas no habia causas. Ast que las ideas no tenian para él causa alguna; lo (nico que se causaba o producta era que esta cosa concreta tuviera esta idea. Por ejemplo: la idea de circunferencia no la producfa nadie; era algo inmutable, no engendtable pero se causaba o producfa el que esta madera, fuera redonda (rueda), el que este metal fuera redondo (mo- neda). Asi en los Metaffsicos, Z* 1033b. Y paralelamente no habfa cau- sa alguna que produjera la idea de hombre; lo que realmente se produ- Por esto podemos afir- ce es el que este cuerpo 0 materia sea hombr mar que en Aristételes la inmensa mayoria de las cosas no tiene causa. La accién interviene muy poco en las cosas aunque ciertamente interven- ga mds en Aristételes que Placén, el gran contemplativo. En cambio, para el romano clasico, hombre de accién por excelen- cia, organizador y domefiador del mundo conocido, creador del pri- mer imperio digno de este nombre, inventor de las leyes, de las normas para regir pueblos (regere populos), genio del derecho, la filosofia seré + Esta obra es mayormente conocida come Metaffria. Estd compuesta por catorce libros, los cuales tradicionalmente son nominados con letras griegas, aunque sc acostumbra poner sts equivalente cn Anfimeros ardhigos. La Z correspande al libro séptima (Nota del Editor) 14 propiamente accién, y la contemplacidn o visidn se ordenard, como a fin ultimo, a la accién. Todas las cosas se contienen en ciertas cawsas, acaba de decirnos Cicerén, el orador maximo de Roma En la filosofia romana, que desarrollé ampliamente algunas ideas que se hallaban ya en filosoffas griegas secundarias, como los estoicos —no bay mds causas gee la material, el material de que se hacen las co- sas-, 9 la eficiente, la fuerza que las hace; el modo como del marmol, cual de material, se hace una estatua, y es la operacién del estatuario la que hace la estatua. Conacer ya no sera, como entre los griegos cl4sicos, mirar, contem- plar, especular, sino obrar, aprehender, captar, capturar para st, El aguila fue el animal simbdlico, el torent, del pueblo romano, casi su mascota, con palabras de nuestros dias. Pues bien, la accién peculiar y distintiva del dguila es la de captar, robar, posesionarse por la violencia de las cosas que le convienen. El Aguila es ave de rapifia, El romano, que se vio simbolizado en el Aguila, que no hallé otro animal que mejor le sirviera de mascota, dijo que el conocer tiene que ser J terminar en accién que capte, que se posesione del objeto conocido. Co- nocer la circunferencia es conocerla para servirse de ella y transformar los objetos en redondos, siempre que nos convenga. La simple idea de circunferencia no yale para nada. Y si el hombre es animal racional, esta idea de hombre tiene que llevarnes a poder obrar sobre los hom- bres, Poder convencerlos, hacerlos aceptar leyes y opiniones, organizar- los en sociedad, Sdlo cuando una idea se convierta ast en accién, dé efec- tos reales, serd verdadera. La filosofia estudiard, pues, las ideas que son instrumentos de accidn. Nuestro término de juicio mental, por el que digo, por ejemplo: dos y dos son cuatro, todo hombre es mortal... proviene de los romanos. Y significa que el entendimiento actua como juez, ante quien, para conti- nuar con los ejemplos anteriores, se presentan dos, dos, cuatro; y dice, como sentencia suya, dos y dos son cuatro, Concibe, pues, ef romano, ef juzgar no camo un ver ideas, sino como decidir, sentenciar, El fildsofo romano dio mucha més importancia que el griego a la moral, a las virtudes, pues éstas son principio de accién, causas reales por las que nos transformamos a nosotros mismos realmente. Y asf para 15 We) JWit0 @h preciso pricticar actos reales de Justicia, que son bien costosos al egolsmo humano; y para ser leal a la patria es preciso ejercitar un conjunto de actos bien duros, como exponer la vida, pagar contribu- clones, obedecer a las leyes, Esta preeminencia que en la filosofta romana cldsica tiene la moral proviene de la preeminencia que el romano daba a la accién sobre la contemplacién. El filésofo romano es amante de la sabiduria, pero estd enamorado de ella porque le permite obrar en todas las cosas, dominarlas todas, cuando, por ejemplo el arte del guerrero sélo permite dominar enemigos en la guerra, el arte del carpintero sdlo nes da poder de transformar maderas.., El romano filosofa para dominar, mediante las causas, todas las cosas 16 Ill. La filoseffa medieval cristiana como amor a la sabiduria personal divina El filésofo cristiano -tomemos como modelo a Santo Toms de Aqui- no- cumple aquella sentencia de San Pablo: “todas las cosas son vuestras, pero vosotros sois de Cristo y Cristo es de Dios” (I Corintios, 22-23). La filosofla, segtin una sentencia famosa del Cardenal Pedro Damiano (siglo x1) es “eselave de la teologla’ hay que filasofar a servicio de Dias, y de lo que Dios ba revelado. Con esto la filosoffa deja de ser el conocimienta supremo que puede tener el hombre; y deja, ademas, de ser conocimien- to que el hombre pueda plenamente alcanzar por s{ mismo. Seguin la escolastica, la filosofia estd sometida a la teologia, y es ésta ciencia superior, conocimiento mas excelente y seguro que la filosoffa. Asf, para traer sélo algunos puntos mds salientes, Dios es la catsa see- prema, total, de todas las cosas. Las produce todas por creacién de la nada, mientras que en toda la filosoffa anterior, gtiega y romana, el mundo era algo no producido, que existia desde siempre. La filosoffa cristiana, si- guicndo en este punto a la teologia y ésta a la revelacién, admitird que Dios cred el mundo, que slo El es eterno; lo demas, temporal. Dios no es solamente idea del Bien, como dijo Platén, 0 motor inmoble, que, sin moverse, mueve el mundo que él no ha hecho, como sostuve Aristételes, ni Razon universal del universo, como afirmaron los estoicos romanos y griegos, sino Creadon Ommipotenie, Hacedor del cielo y de la tierra, de todas las cosas, de las visibles y de las invisibles, como dice ol Credo La filosofia escoldstica, guiada por estas ideas reveladas, intentard jus- tificarse racionalmente, explicar en lo posible y hacer razonables este y otros puntis. Et hombre tiene en la filosofia escoldstica relaciones personales con Dios, Dios crea el alma del hombre, crea de la nada cada una de las almas, toma 17 a su cuidado personal la de cada uno de los hombres; los padres y demds causas son solamente instrumentos, algo secundario para la produccién del alina, que es obra propia de Dios. Ante El tiene el hombre que responder de sus acciones. Bl le impone deberes y preceptos 0 mandamientos. Las actos buenos del hombre son gloria de Dios; las malas, son ofensa suye Filosofar es, pues, segin la escoldstica medieval, ver en todo la huella, la imagen de Dios, saber cdmo todo depende de Ely viene de El, cdmo todo va a El, siendo Dios causa final y eficiente de todo. No se puede, por tanto, filosofir escoldsticamente sin amer a Dios. Dios es la Sabiduria viviente, personal, omnipotente a la vex, objeto de con- semplacién (como dirfan los griegos) y de accién (como sostenian los romaios). La filosofta deja de tener ste centro en el hombre; ya no puede ser ciencia 0 conocimiento humano. Fl centro de la filosofta se halla fuera del hombre, en Dios; y es conocimiento de Dios, dirigido por El, some- tido ala revelacién, a ciertas verdades que El nos descubre graciosamente, porque quiere, Admitiré la escoldstica, ademas de un orden natural, un orden sobre- natural, que excede infinitamente al natural. El hombre no es ya per- fecto en s{ mismo, aunque tenga completos cuerpo y alma; le sobrevie- ne o se le da una naturaleza de orden superior, por la que participa de la naturaleza divina, por la que nace a vida superior a la ordinaria, Tal vida superior proviene de la gracia y de las virtudes teologales que, como dice el Catecismo, son fe, esperanza y caridad, Filosofar es amar a Dios, y por el conocimiento de Dios Hlegar al cono- cimiento de todo, como dependiente de Dios, 18 IV, Filosofia del Renacimiento, como amor hacia si mismo A ninguna de las filosofias anteriores al Renacimiento, y en especial anteriores a Descartes, en quien culmina el movimiento filoséfice del Renacimiento, habfa acudido centrar y fimndar ta filosofla en el Yo. El centro de la filosofia lo ecupaban /as cosas con sus ideas —asi lo crelan los griegos-, las cosas y las acciones sobre ellas tal pensaba el romano-, 0 bien Dios, como era opinién de la filosofia medieval. El hombre era una cosa mds o menos privilegiada, pero nunca tanto, que pudiera Ile- gar a ser fundamento de Ja filosofia; o bien era creatura especial de Dios, pero, por ser creatura, algo secundario frente a Dios creador. Descartes (siglos xvi-xvu) asienta la filosofla sobre el Yo. Para llegar a entender su idea genial y nueva recurrames a una comparacién. Entre los juguetes para nifios se hallan unos mufiecos con ploma en los pies, que, écheselos en cualquier direccién que se los echare, siempre caen de pic. Y por esto a las cosas y personas que tienen seguridad, equili- brio, aun en medio de cambios, dificulrades, contratiempos, decimos que tienen plomo en los pies. Y hombre con aplomo es el sensato, el discreto, el reposado y reflexive, Pues bien: Descartes descubrié que ef entendimiento tiene plomo en los pies, es decir: que se mantiene firme en si mismo, aunque piense en falo, Notémoslo con el procedimiento de Descartes, que se denomina duda metédica. Si uno piensa que existe, es verdad y es real que existe; pero si uno piensa que no existe, existe a pesar de pensar tal falsedad. Si digo: estoy escribiendo en inglés, tal afirmacién se deshace a s{ misma porque estoy esctibiendo en espafiol, Parecidamente: aungue piense que no existo, aunque dude de que exista, precisamente por dudar, precisamente por pensar, existo, Unas veces mi pensamiento es yerdadero, como cuando pienso que existo; otras veces 19, a es falso, como cuando pienso que no existo; pero en ambos casos, & independientemente de la verdad o falsedad de lo pensado, mi existen- cia se mantiene firme, Y este fendmeno, entrevisto por San Agustin, cuando decia: ‘si me engaéio, soy” -aun durante y aunque me engafie, en el engaho mismo demuestro que existo, porque nada que no sea real puede engafiarse- lo aproveché Descartes para fundamentar la filoso- ffa sobre una realidad tan firme que lo es mds que la verdad y la false- dad. Parece que las verdades son lo mds firme que hay. Dos y dos son cuatro es una verdad, y dos y dos son cinco es una falsedad, y esta segunda proposicién es inestable, porque apenas la piense un poco mds veré que dos y dos no pueden ser cinco, sino que tienen que ser cuatro, como dice la proposicién verdadera. Si no hubiera sino proposiciones falsas, si todas las proposiciones aritméticas de que dispusiésemos fucsen tales =si sélo supiéramos decir “dos y dos son cinco”, “cinco y cinco son doce”, ete., como malos aprendices de aritmética, no existirla la cien- cia aritmética; pero aunque todos nuestros pensamientos aritmeticos five- ran filsos, con todos los pensamientos, en su realidad, continuartan sien- do bien reales. Aunque el entendimiento piense mal, piensa, y si piensa bien, piensa también. Lo cual nos indica que la realidad del entendi- miento es superior a la de la verdad misma; es mas segura que las cien- cias, que cualquier ciencia. En especial: si todas nuestras ideas sobre Dios fuesen falsas o dudosas, los actos de pensarlas continuarfan sien- do tan reales como si lo que pensdramos fuera real y verdadero. El entendimiento siempre cae de pie, aunque lo echemos de cabeza — aunque pensemos cosas falsas. Sobre esta verdad: yo pienso, [nego existo, tanto que piense yerdade- ro como falso, dudoso como cierto, asienta Descartes la filosoffa. Mi existencia, mi realidad dada en mis actos —de pensar, de sentir, de ima- ginar, de recordar, porque en todos ellos pasa lo mismo que hemos des- crito en el acto de pensar-, es la realidad privilegiada, la mds firme que existe, y dada inmediatamente, en si misma, sin intermediavios. Descartes estudiard qué ideas se me presentan tan clara y distinta- mente como ésta, que hace de modelo; y dird que toda idea clara y distinta es verdadera. Y \legard entre otras conclusiones a mostrar la in- mortalidad del alma, la existencia de Dios, partiendo de las ideas que se 20 hatlan en nosotros, que somos un nuevo punto de partida y la piedra de toque de la filosoffa y de la verdad. El amor a ta sabidurta toma en Desearies la forma de amor a mi mismo, ami yo; y por 4 amard todas las demds cosas; y la firmeza de mi realidad servird de modelo para poder apreciar la firmeza y realidad, la extstencia de las demds cosas. Siempre, como desde los griegos, dz filosofla continuard sienda estu- dio de lo estable, firme, eterno, permanente, al V. La filosoffa moderna, como amor hacia si mismo, en cuanto ordenador del mundo de las apariencias sencillamente qué significa esto, pero no se dan naturalmente sillares, columnas, losas...3 uso ni para casas, ni para lefia, ni para baston? 22 Para Kant (siglos xvitt y x1) y la direccién idealista que de él proce- de, la filosofia tiene como faena primaria y propia ordenar las cosas de modo que den un mundo humano, una naturaleza ordenada, Veamos Nacen esponténeamente drboles, pero no nacen vigas, ni entarima- dos, ni marcos de ventanas; se dan naturalmente piedras en las canteras, con todo, el hom- bre ha sido capaz de transformar el wniverso natural de drboles y piedras, en easa en que habita comodamente. En general, el hombre no vive di- rectamente de las cosas tal como naturalmente se presentan; sino que con ellas, transformdndolas convenientemente, se ha fabricado otras artificia- les que le sirven mejor, se ha creado un mundo propio. Y asf en nuestros tiempos todo lo usamos en plan artificial: agua embotellada, cocinas de gas, fuego obtenido por electricidad, por gas; pan, transformacién del trigo 0 centeno; casa, que es modificacién de piedras, arboles, etc. Vivi- mos en un mundo artificial que nos sirve mejor que el universa natural; y ademés de servirnos mejor nos indica que el hombre tiene poder eficaz sobre lo real, que no es un animal abandonado a lo que saliera y hubiere. Pues bien: se pregunta Kant, zno sucederd también que el mundo de ideas con que vivimos —Ias ideas de la aritmética, de la geometrfa, de la fisica...-, sean productos humanos, transformaciones de ciertas casas, que en sf mismos no nos servirlan, como no nos sirven para nada las piedras en las canteras y como la madera viviente en un drbol no es de Y responde Kant, y lo demuestra largamente en su Critica de la Ra- z0n pura (1781), que asf como en el orden sensible vivimos en un mundo artificial que nosotros nos hemos inventado, transformando mediante cier- tas artes ~de carpintero, zapatero, arquitecto... — las cosas naturales que en su estado natural no nos son de provecho, o de poco, parecidamente en el orden intelectual vivimos en un mundo de ideas que nosotros nos hemos fabricado, y con las que tansformamos las cosas en sf mismas para que se nos presenten como mundo inteligible para el hombre, A cse conjunto de instrumentos del hombre por los que transforma la cosas, las ordena para nosotros, las hace inceligibles para s{, se da el nombre de formas a priori. ¥ el conjunto de tales artes cognoscitivas constltuye la Razén pura, artifice superior al ordinario, pues el zapate- to solo transforma ciertas pieles, el carpintero sdlo reelabora ciertas ma- detas, el picapedrero ciertas piedras.,., pero la Razén pura transforma la matetia sensible de manera que nos resulte inteligible. Aveste programa se llama idealisma transcendental, porque las ideas son nuestras, son instrumentas de la mente humana; pero no es un idealismo absoluto o total, porque la materia que las ideas elaboran nos tiene que ser dada por la experiencia, Entre los sucesores de Kant, como Fichte, Schelling, Hegel se lega- rd al extremo de querer mostrarnos y convencernos de que las ideas no sdlo son instrumentos que reelaboran para el hombre las cosas que no se hicieron para o por el hombre, sino que las ideas constituyen las cosas mismas, que todo es, para decirlo retocando una frase célebre de Shakes- peare, de madera de ideas. Es claro que la manera original de filosofar Kant consiste y proviene de amarse a s{ mismo, y amar las cosas para sf mismo; y por este amor, con término en uno mismo, en el Yo, el Yo transforma las cosas y hace con ellas esas cosas inteligibles que son las cicncias, fisicas, matemdti- cas... Y es claro que tales cosas de ideas, como hemos llamado a las cien- cias construidas por ideas, por formas de entendimiento, son mds esta- bles, permanentes y seguras que las cosas sensibles que el mismo hom- bre se ha fabricado para que le sirvan las maderas y piedras, que en su estado natural, no son aprovechables para cl hombre, Este nuevo tipo de filosofar se ha impuesto en toda la filosofia Ila- mada moderna, con mayor o menor intensidad. Y es la llamada diree- cidn idealist. Mientras que se llama realismo la tendencia a no trans- 23 formar las cosas, a contemplarlas tal cual son, sin referirlas al hombre, colocdndose intelectualmente en una actitud semejante a la del salvaje que aprovecha lo natural, sin apenas transformarlo. Comparando el programa de las filosofias anteriores a Kant con el que Kant nos propo- ne, podemos decir que todos sus antecesores filosofaron en plan natu- ral, mientras que él y sus sucesores filosofarfan en plan artificial, a la manera como todos nosotros vivimos ya mds en plan artificial, de trans- formacién de lo natural para nuestros fines, que en estado natural. 24 VI.Filosofia contempordnea: amor a si mismo y amor a las cosas No es menester decir que sélo vamos a dar una idea muy general dela filosoffa contempordnea, y dnicamente acerea de su direccién de filosofar. En el orden material no es posible llevar ni muy lejos ni hasta el extremo las transformaciones que la técnica y las artes hacen de los ma- teriales en su estado natural. Es cierto que el lefiador, para poner a nuestra disposicidn la madera en forma de lefia, es precisa que mate el drbol, que lo corte en trozos convenientes; pero no ha de llegar hasta destruir {ntegramente la madera, pues entonces no valdria para lefia; parecidamente, para que el arquitecto disponga de piedra, es preciso que la saque de su lugar natural que es la cantera, que la talle en formas geométricas conyenientes, pero estas transformaciones, reales ciertamen- te, lo han de llegar hasta destruir la piedra, pues entonces no valdrfa ni pata la cantera ni para las casas. Podemos, pues, decir que el mundo sensible artificial casa, ciuda- des, vestidos, autos, etc, -, en que vivimos, exige, ciertamente, transfor- mar lo teal natural, empero, estas transformaciones tienen su limite, si queremos que nos sirvan. ¥ ese limite indica la realidad propia, la bési- ca y fundamental que lo natural debe conservar. Digamos, con una frase ya técnica, lo que tienen de cosa en sf, no para mi. Para construirme una casa es preciso que la madera tenga forma de yigas 0 entarimado, para lo cual ha de intervenir la técnica humana, pero las vigas y el entarimado Henen que set de madera; y las piedras de una casa tienen que continuar siendo de picdra. Pues bien: la filosofia contempordinea se ha preguntado especial- mente: :qué limite imponen las cosas a las tendencias constructivas 0 reconstructivas de la Razén? La casa que se edifica la Razon —las cien- 25 cias diversas...—, no tendré que contar con la clase de materiales, con ciertas propiedades suyas que la Razdn tendrd que aceptar, sin poder ya claborar mds, al modo que el arquitecto tiene que contar con la resis- tencia tipica de la madera, del hierro, etc.? Esta tendencia a reconocer a las cosas ciertas propiedades suyas, so- bre las que no tenemos, ni tiene la Razén, poder alguno, ha elegido por lema: ;A fas cosas mismas!, volvames a las cosas, notemos lo que son en si mismas. Este lema y programa recordard al lector el platénico y clasico griego: contemplar, mirar las cosas. Y asf la fenomenologfa ha hecho notar que los elementos bdsicos de Jas ciencias son materiales que el hombre no puede transformar. El dos, Por ejemplo, no es mi acto de pensarlo; no se halla colocade en el tiem- po, no tiene lugar temporal como lo tiene Sdcrates 0 lo tengo yo, pues ambos, y tados los hombres, tenemos que vivir desde tal aiio a tal otro, mientras que el dos no dice ninguna vinculacién a ningun tiempo; el gtiego pensd en el mismo dos que un matematico moderno, El dos de los griegos es el mismo dos de hoy en el dia, y seré el mismo dos que estudie o yea la aritmética de los siglos posteriores. El dos parecidamen- te no tiene localizacién geografica. América o Europa son cosas locali- zadas en una parte de la tierra, pero zcudl es el lugar geogrdfico propio del mtimero dos, de la circunferencia, del principio de identidad? Nin- guno de estos objetos tiene geografia, El mismo dos se halla presente en la mente de un matemaético americano que en el de un europea. Por el contrario, el hombre tiene lugar geogréfico en cada momento. El hombre, por mucho que piense, no puede hacer que los nime- ros, las figuras, se establezcan en el lugar y en el tiempo suyos, aunque con los materiales sensibles le sea hacedero ponerlos en el lugar que le conviene y usarlos dentro de su vida. Esta insumisidn de ciertos abjetos —que se llaman ideales o esencias-, al espacio y al tiempo restringe aquel plan kantiano de filosofar que consistfa en transformar todo en casa del hombre, en construirlo todo con ideas del hombre. Husserl demostrard largamente que se dan objetos como los indica- dos, que no estdn sometidos a la psicologfa, es decir: a las facultades reales del hombre, a sus actos de pensar —pues se piensa en tal 0 cual momento, y piensa fulano o mengano-, ni a su voluntad, porque igual- 26 mente todo acto real de voluntad es de un individuo, y se verifica en tal acual momento, Esta sumisiénal tiempoy al individuo no se halla, como acabamos de ver, en muchisimos objetos. El teorema de Pitdgoras no es “de” Pitégoras, como son suyoslos actos con que lo pensd; ni el dos es dos “de” Grecia o “de” América ni es dos “del” siglo xill o “del” siglo xx. Podemos intuir, contemplar, tales objetos; pero no transformarlos en modo alguno. Husserl vuelve, pues, en cierto modo al plan griego de filosofar: filosofier es contemplactén de ideas, solo que, habiendo pre- cedido a Husserl nada menos que Kant y Descartes, el hijo intelectual de ellos tiene que Ievar en algtin grado la herencia de sus padres. Por esto Husserl sefialaré como faena propia del filésofo descubrir las reali- dades interiores de estilo cartesiano, aquellas que, como dijimos, per- manecen firmes aunque los objetos sobre que versan o trabajan fuesen falsos, dudosos. Husserl intentard describirnos, ver, qué es la visién, | intuicién sensible, aunque todo lo que imaginemos sea ficticio, fantas- magérico. A este procedimiento llama Husserl método fenomenoldgi- co, que significa, recurriendo a la etimologia de tal palabra griega, caer en cuenta de lo que se nos presenta, hacer que se nos presenten bien las cosas en s{ mismas, que ellas den razén (logos) de sf, ayudando nosottos, cuando més, a que ellas se manifiesten a sf mismas por s{ mismas. Amor hacia la manifestacién de todas las cosas, cada una a su manera, por si misma, reduciendo la faena del fildsofo a dejarse dar semejante espectdcu- lo, Nada de construcciones, de intervenciones artificiales. Otro gran filésofo contemporaneo, Scheler, nos dard métodos para descubrir esos objetos nuevos que se llaman valores: Ja justicia, la leal- tad, la magnanimidad..., en los que el hombre tampoco tiene interven- cién alguna, como se explicard en el capitulo de Erica y Moral, EI plan kantiano, de reconstruir el universo a servicio del hombre, no puede aplicarse a tales cosas que resisten mucho mds que los nime- ros y las figuras la intervencién del hombre. Este sdlo puede servirse de los valores como de normas, modelos, guias, al modo que la estrella polar nos sirve de gufa en la noche, sin que uno pretenda hacer de ella ldmpara de bolsillo, que se encienda a voluntad. Dilthey se ha propuesto como objeto de sus meditaciones la vida en sus manifestaciones histéricas sobre todo —la vida social, la vida del len- 27 guaje, la vida de la poesfa, la vida de la historia misma, la vida de la metafisica...-; pero también con el plan consciente de no construir nada, de no meter la mano en las cosas de la vida, sino dejar que ellas nos hablen lo mds directamente posible. No construir sino interpretar. E troduciré el método hermendutico, que significa en griego lo que en castellano faterpretacién. Y a la manera que uno interpreta las sefiales que le hace un amigo para que se aparte de un peligro, pero las sefiales no hacen nada real, asf el método hermenéutico percibe el sentido de las cosas de la vida, qué quiere decirnos el arte, qué ha querido decirnos la vida con la religién, qué intenta indicarnos la vida con la musica, pero no hay que proponerse transformar, construir tales datos. iA las cosas mismas, a las cosas de la vidal, parece decirnos también Dilthey, Y a tomar contacto inmediato con la corriente vital, con ese tfo de novedades que es la vida, nos invita igualmente Bergson. El modo de acercarnos a tal rfo es la intuicién, ponernos en su presencia, sumergir- nos en dl, sin apertar instrumentos, procedimientos, planes que alteren su paso, su densidad. Y por esto nos prevendrd contra el entendimiento que suele tender a deformar la realidad de la vida, a reconstruirla, casi como ciertas juguetes de los nifios reconstruyen Arboles, hombres, el cielo... con piezas sueltas debidamente recottadas. Heidegger, otro gran filésofo contempordneo, sigue la misma di reccidn general que Husserl y Dilthey; y nos propondr4 como plan general de filosofar el levantar las cosas a nosotros mismos de su estado vulgar, cotidiano, al auténtico, sin construir nada, sino simplemente percibir o sentitlo, comprender su sentido. No seguiremos esta enumeracién; nos bastar4 con indicar que la filosoffa moderna filosofa guiada por el amor a las cosas en sf mismmas, y sobre todo por amor a la manifestacién inmediata, intacta, sin reto- ques, de nuestra realidad: la del hombre. El menosprecio por la deduc- cién, por la demostracién, por todos los métodos indirectos es una de las caracteristicas de la filosofia contempordnea. Hace muchos siglos que desaparecieron aquellos griegos que inven- taron la filosofia; peto es facil caer en cuenta de que el programa gene- tal que para la filosofia fij6 Platén, el divino, contintia todavfa en vigor 28 en sus lineas generals y bésicas: el fildsofo es amante de contemplar, de intuir, de ponerse en presencia inmediata de las cosas, sin intermedioss el fildsofo da la bienyenida a todos los seres, se la da mirdndolos con cuidado, con finura, penetrando en sus intimidades, en sus esencias, visitande sus museos de propiedades, sin levarse nada, sin tocar nada, y si se permite tocar algo sera en beneficio de un ser que ctea ser superior a los demds y tener derechos sobre todos, como acerca del Yo erela Kant, Y lo que atin en nuestros dfas busca el filésofo en las cosas, sean el yo 0 lo diverso del yo, es lo que de eterno, inmurable, idéntico tengan, dejando sus acciones, sus peripecias, sus insubstancialidades Necesidad, universalidad, inmediacién: los tres grandes postulados y exigencias que rigen tada filosofia en cualquier dpoca histérica. 29 B Estructura interna de la filosofia = Si bien es verdad que la filosofia abarca todos los seres y se ocupa de todas las cosas; sin excepcidn, esto no debe conducirnos a pensar que trate de todos en bloque, sin organizacién, Una de las faenas mds importantes de la filosofia ha consistido, des- de su nacimiento mismo, en ordenar los seres en grandes regiones 0 dominios, y averiguar las leyes que son propias de cada uno de esas reinos del ser. Platén sefiala una especie de hilo de oro que engarza y une sutil y fuertemente todos los seres, desde los materiales, pasando por las ideas, hasta la Idea de Bien, que tal vez es el Dios tal como lo concebja Platdn. Tal hilo de oto es la dialéctica. La dialéctica une todas las cosas como se une la imagen con el original, la copia con el modelo. Las cosas sensibles ~el agua, el aire, los hombres, los animales...-, son, dice Plarén, som- bras, huellas, imagenes e imitaciones de las ideas ~de la idea de agua, de la idea de aire, de la idea de hombre... y a su vez las ideas son image- nes, imitaciones, semejanzas de la Idea del Bien, de Dios. Y as{ como de la imagen del espejo pasamos fécilmente a ver el original que en él se est reflejando, as{ dice Platén es posible, mediante la dialéctica, ascen- der de lo sensible a lo inteligible, de lo inteligible a Dios. El universo de los seres se distribuye, pues, segtin Platén en mundo sensible, mundo inteligible, Absoluto (Dios). ‘Todos los seres son escalones hacia lo Divino, que es tinico, y supera ose levanta por encima de todas las cosas, haciendo como de centro adonde todas convergen, como Sol que a todas ilumina, Aristételes ya no dird que todo converja en Dios, como imigenes hacia su original, sino que sefialard una ciencia suprema que unifique 33 todas las dems ciencias. La filosofia primera, que més tarde se denomi- nard Metafisica, trata de todo ser, de lo comtin a todos los seres por diversos que sean (véase el articulo sobre Metafisica), de ciertos princi- pios que, como el de identidad, valen para todos, para Dios lo mismo que para el alma, para los nuimeros al igual que para las figuras y para lo sensible. La unidad, por tanto, del universo no la realiza wn ser supremo, que esté por encima del mundo mismo, sino por wna ciencia suprema, que se yerifica y vale en todos los seres y cosas. Esta ciencia suprema unificante, que es la Metafisica o filosofia pri- mera, tiene bajo sf, como sirvientes o subordinadas, la flsiea que trata de los seres sensibles, vivientes o no, la psfcalogfa que estudia los vivientes en cuanto vivientes, y sobre todo el alma humana; la Mdgica que estudia las operaciones del alma, como juicio, raciocinio, ete...; no hay teologia aparte, es decir: un tratado sistematico y especial acerca de Dios, pues Dios sélo interviene como motor del universo, y de él dice solamente Aristételes que es pensamiento que s¢ piensa a sf mismo. E] universo presenta la forma de estratificaciones 0 pisos: el inferior es lo material, sobre que se asienta la vida vegetative (tipo, las plantas), sobre ella se levanta la vida sensitiva (animales) y como coronacién vie- ne la vida-intelectiva (raaén humana), Estos estratos de tealidad se ha- Ilan todos dentro de la era del Universo, que se mueve con el movi- miento perfecto, a juicio de los griegos, que es ¢l circular, Dios es quien pone en movimiento tal esfera, estando encargado el oficio de mover las demés esferas, las de los planetas, a otros espiritus inferiores. La escoldstica restablecerd en cierto sentido la estructura platénica del Universo de los seres. Dios personal, y viviente, hard de centro del universo, hacia el que tienen que converger; y del que provienen todas las cosas. La teologia natural ocupard el lugar central; en puesto secun~ dario se hallarin la cosmologta o fisica o filasofla natural que trata de los seres sensibles, movibles, y la psicolagtz racional que trata del alma. La escoldstica conservaré la metafisica general como ciencia aplicable a to- dos los seres, Dios o creaturas, pero tendrd buen cuidado de indicar en cada momento cémo Dios cumple tales principios, y cémo los realizan las creacuras, resultando que, en rigor, el tinico ser que los cumple per- 34 fectamente es Dios. Parecidamente, la légica estudiard las leyes del pensamiento, tal como funciona entre los hombres, pero hard una apli- cacién especial al modo como tiene que funcionar en un ser infinito. De manera que no hay nocién comtin que se predique 0 aplique igual- mente a todos los seres; nada de nociones dernocréticas; toda nocién, al parecer, comtin —como la de ser, identidad, causa, principio, unidad. se tealizard de manera original y suprema en Dios, y derivada imper- fecta en las creaturas, Conserva, pues, Dios una primacta real; es efectivamente centro del universo, como en Platén. Volvemos a un ordenamiento esférico del mundo, con Dios en el centro, La filosoffa posterior ha conservado las grandes divisiones de la es- colistica: filosoffa natural o cosmologia, psicologla, teologfa natural o teodicea, y ademds una ciencia que abarca todas estas cosas 0 seres con- cretos, que es la omtologla general. Empero desde que, con Kant, sobre todo, el filosofat ¢s filosofar partiendo del hombre, del yo del hombre, de mis medios para conocer las cosas, la filosoffa se organiza en otro plan: critica de la nazén tedrica, © pura, que versa sobre los medios de que la razén dispone para conocer los seres; critica de la razdn prdctica o recuento de los medios de que el hombre dispone para ser moral; para solventar los gtandes problemas de la libertad e inmortalidad, personal; etitica del fuieto, en que se estu- dia de qué medios dispone el hombre para tratar lo bello, la finalidad, Estética, ética, teoria del conocimiento pasan a ser las partes mds im- portantes de la filosofia. En todos estos casos se dan siempre dos cosas; primera, distribucién de todas las cosas en ciertos grupos u érdenes; y segunda, un principio de unién de todos, principio de unién que puede ser Dios, una ciencia suprema, 0 el Yo con sus facultades de organizacién del universo. Otros puntos de vista se han ensayado modernamente para unir todos Jos seres, por ejemplo: el punto de vista de la Vida o el de la Historia, Pero siempre, para filosofar, ser preciso conservar las grandes Ineas que fijd Platén: abarcar todos los seres (universalidad), unirlos con 4m método o procedimiento (unidad), y unirlos no por vinculos casuales, perdibles, sino por necesidad. 35 El alma, decta Aristételes (De Anima, IIL, 8; 431b 21) es de alguna manera todas las cosas. El hombre, por el conocimiento puede llegar a poseer de alguna manera todas las cosas -conoce lo divino y lo huma- no, lo fisico y lo matematico, lo corporal y lo espiricual...—; procuremos no quedarnos pobres, teniendo en nosotros mismos el medio y los ins- trumentos para poseer todo ef untverso. 36 i. Légica clésica La palabra /ogos, de donde proviene la nuestra de “légica’, significa- ba en griego de vez razén, discurso, palabra, proporcién, Cuando digo que “el hombre es racional” © que “dos es un ndme- ro par”, entiendo directa o inmediatamente lo que digo sin caer en cuenta ni siquiera de que hablo en castellano, del tono de voz con que lo digo, si mi voz es buena o mala, de baritono o de tenor; si las pala- bras que empleo son agudas o graves, tienen tantas 0 cuantas letras, si las palabras son vibraciones del aire... Todos estos componentes de la palabra desaparecen, no son notados; y lo tinico que percibo cuando digo que “el hombre es racional” es precisamente, solamente, la idea, el contenido de las palabras, Me sucede con la palabras lo que con la pantalla de cine, que, cuando se proyecta en ella el film, desaparece ella de la vista, no es vista, aunque esté haciendo ver el film, de modo que la desaparicién de la pantalla es condicién para que en ella se aparezca el film. La pantalla pasa a un segundo plano de visibilidad. Igual sucede con las palabras: cundo se las emplea en su uso normal, no se notan sus componentes; sdlo se percibe, mediante ellas, las ideas correspondientes, Las palabras funcionan como cristal transpatente; dejan yer, hacen ver, sin ser vistas. La palabra, el /ogos en cuanto palabra, nos remite a la idea, al logos en cuanto significado, en cuanto idea, en cuanto que nos dice algo. * — Dividimos este trabajo orientador en tes partes: j. Légioa cldica, ii, Lipica modems 0 matemdtica ii Hinoria de la ligien y Apéndite (Mota del autor) 37 ‘Tenemos ya vinculadas dos significaciones de la palabra Jogos. Por esto la ldgica aristoélica la contenida en los libros cldsicos de Aristételes, Sobre interpretacién, Categorias, Analiticos primeros y posteriores, sobre tode-, tratard de los tipos de significaciones de las palabras, de las ideas a que nos remiten, de las ideas principales o categorias que ciertas pala- bras nos descubren, de ciertas uniones de palabras que nos descubren mejor que otras las ideas, Y as{ la forma de proposicidn: “todos los hom- bres son racionales”, en que empleo sujeto, yerbo “ser” (son) y predicado, me descubre lo que son realmente los hombres mejor que la forma inte- rrogativa o deprecativa de uniones de palabras como: “jojalé todos los hombres fueran racionalest”, “;son todos los hombres racionales?”. 1) La légica cldsica estudia las palabras en direccién hacia las ideas, no las palabras por las palabras, pues a este estudio se destinard la gramutica, que nos las clasificard en agudas, graves, esdrijulas; articulo, nombre, verbo, predicado; tiempos, personas, niimeros... Todo este estudio gramatical no entrard, propiamente, en la /égica, sino cuando més en la medida en que nos sirva para el sentido, para la significacién de la idea que con las pala- bras se indique. Se Aabla, pues para decir ideas; y no se habla Mdgicamente cuando se atiende al sonido, al ritmo, a los acentos, a los componentes musicales del lenguaje, al balanceo de la frase, al orden sintdctico. En légica cldsica la palabra es instrumento y medio para manifesta- cin de las ideas, 2) En légica cldsica se preflere aquella unidn de palabras que manifies- te mejor las ideas. ¥ tal forma es la de proposicién. Se puede unir con sentido las palabras en diversas formas; por ejem- plo, interrogativa, imperativa, deprecativa: “json dos y dos cuatro?”, “sume usted estas dos cantidades: dos y dos!”; “tenga usted la bondad de repetir la operacidn”; pero estas formas de unir palabras no pertene- cen a la ldgica, porque no determinan nada, no aclaran el contenido de las palabras. “;Cudntos son dos y dos?” —la forma interrogativa no me da la respuesta definitiva, que es la que me interesa. “Haga usted la suma de dos y dos”, otro tipo de frase que tampoco me declara qué es lo que resulta de sumar dos y dos, 38 Sdlo la forma de proposicidn interviene, con derechos propios, en la Iégica: “dos y dos son cuatro”. Cuando la palabra toma la forma de proposicién es cuando, para la ldgica clésica, llega al maximo de clari- dad, al dpice de su uso perfecto, a aquello para que est4 hecha la pala- bra. Porque una interrogacidn no es estado o término definitive, sino de paso para la respuesta, que tiene ya forma de proposicidn: “Cuantos son dos y dos”?, son cuatre. Y aqui termina el proceso, y descansa el entendimiento, como en algo definido y definitive. Por eso hemos afirmado que sdlo la forma de propostcidn entra en la Idgica. Las demas formas de unir palabras pertenecerdn a otras ramas del saber humano, como retérica, poética, trato social... Pero no basta con estas dos condiciones para que las palabras se hallen ya en estado dégico. Es preciso que la forma de proposicién tenga la forma de definicién. Si digo, “el hombre es viviente”, es claro que la forma de unidn de las palabras no es ni interrogativa, ni imperativa, ni deprecativa, ni menos las digo para que se atienda a cémo suenan, sino que empleo la forma de proposicidn, de aseveracidn: ef hombre es uiviente, Pero esto es una verdad a medias, porque hay muchas cosas que son vivientes y.no son, sin embar- go, hombres, asfel rosal es viviente y no es hombre; y es viviente el caballo y, con todo, el caballo no es hombre. Solamente si digo: “el hombre es animal racional”, este conjunto de predicados “animal racional” convie- ne tinicamente al hombte, porque el caballo es animal, pero no es racio- nal; y un espiritu puede ser racional, pero no es animal. Se entiende, pues, por proposicién definitoria, o simplemente definicién, aquella pro- posicién cuyos predicados convengan Unicamente al sujeto, de modo que ninguna otra cosa pueda poseerlos, En este caso vale lo que llama la légica cldsica convertibilidad, Todo hombre es animal racional, y todo animal ra- cional es hombre; cuando, respecto de predicados que no sean definito- tios, no yale la convertibilidad, Si, por ejemplo, es verdad que 2 es pat, es falso que todo par sea precisamente el ntimero 2, pues hay ottos mucht- simos pares que no son 2, como 4, 6, 8... Y sies verdad que todo hombre es viviente, no lo es que todo yiviente sea hombre, pues los animales y plantas son vivientes, y no son hombres, La definicién incluye, por tanto, aquellos predicados o aspectas que 39 convienen snicamente al sujeto. Es muy dificil hallar la definicién de una cosa; pero cuando se ha hallado, se tiene un conjunto de nociones que la distinguen de todas las demds y que nos permiten reconocerla sin lugar a dudas ni confusiones. Es, por ejemplo, definicién de la cir- cunferencia la que dan los manuales de geometrfa: “curva cerrada, pla- na, cuyos puntos equidistan de uno interior, llamado centro”, ¥ es definicidn clésica de hombre “animal racional”, o hombre como animal politico o ciudadano, Partiendo de los predicados que convienen unicamente al sujeto, que tienen, pues, igual extensién que él, es posible ordenar los demds por orden de extensién creciente, es decir; porque abarcan mayor nti- mero de cosas, As{ es claro que los predicados de animal racional s6lo convienen a los hombres, pero el predicado de animal tiene mayor ex- tensién, pues conyiene a hombres y demds animales; el de viviente con- viene a hombres, animales y plantas; el de cverpo tiene atin mayor ex- tensién, porque se puede decir con verdad de hombres, animales, plantas y minerales; y por fin el predicado de ser se puede decir de todas las cosas, sean vivientes o no, materiales o espirituales, mimeros o figuras, ya que todo es ser, todo es algo. A esta disposicién de predicados por orden de extensién creciente se llamé antiguamente drbol de Porfirio®, o arbol de géneros y especies. Y sucede en él que, conforme un predica- do tiene mayor extensién, tiene menor comprensién o contenido. Asi el predicado de ser tiene maxima extensidn, pues se dice todo; pero tiene minima comprensién, porque sélo expresa que la cosa es algo, pero no qué es. En cambio: el predicado “hombre” tiene mucha comprensién, porque incluye un conjunto bien definido de notas —las de “animal racional”—, pero por esto mismo tiene menos extensidn que el predica- do “ser”, ya que son pocas las cosas que son hombre, si las comparamos con el nuimero infinite de las que son seres. Aristételes sefialé varias condiciones para que una definicién sea correcta, pero la mds sencilla de comprender es la expresada por la propiedad de convertibilidad, que hemos hallado en el caso de la defi- nla de * Pura facilidad del lector hemas incluido un diagrama del dobel de Perfiria, al final del Apéndice, en la p. 62 (Nota del Editor) 40 nicién de hombre, pues yalen simultdéneamente: todo hombre es ani- mal racional, y todo animal tacional es hombre. La ldgica se acupa, pues, no sdlo con proposiciones, sino con propo- siciones que definan, con definiciones, y sefiala las reglas para obtenerlas. 3) La ldgica cldsica da preferencia a la definicién, De la definicién se dice que expresa o descubre la esencia de las cosas. Asf cuando preguntamos “qué es” el hombre, respondemos con su definicidn: el hombre es animal racional. La definicién dice, pues, lo que la cosa es. Cuando decimos que el hombre es animal racional, decimos: a) lo que es en s{ mismo, inmediatamente, sin intermedios; b) lo que no es pues el hombre ze es sélo animal, ni tampoco es sdlo racional; es decir, la definicién separa y distingue una cosa de todas las demas; c) de modo que si tomamos 0 nos presentan un predicado podemos poner la disyun- cidnt: “es 0 no es”. Si, por ejemplo, nos dan el predicado “animal” pode- mos decir: el hombre es animal o el hombre ne es animal, sin término medio. Una cosa definida tiene fuerza para excluir lo que no le pertenece. Por esto se dice, en general, en légica que valen o tigen tres princi- pios: de identidad, de contradiccidn, de exclusién de tercero. Toda cosa es lo que es (el hombre es animal racional, ni mds ni me- nos; él dos tiene dos unidades ni mds ni menos), Principio de identi- dad, que a veces se eseribe: Aes A. Toda cosa no ptede ser simultdnea- mente lo que es y ademds otra cosa, o con su f6rmula clasica, es imposi- ble que simultdneamente 0 bajo el mismo aspecto, a una cosa le convenga y no le convenga el mismo predicado, Principio de contradiccién, Ast es imposible que el mismo hombre en el mismo momento sea blanco y no sea blanco, que el dos sea y no sea par. El principio de contradic- cién indica, pues, la virtud o poder que tiene una cosa de rechazar todo lo que ella no es, Por fin, respecto de cada cosa se puede plantear la disyuncién; “tal cosa es tal predicado 0 no lo es”, todo hombre es 0 no ¢s animal, todo numero es par @ no lo es; y no hay manera de que el hombre sea algo que se halle entre animal y no animal, y no puede haber un intermedio entre par y no par, de modo que el ntimero pueda hallarse entre par y no par. Al Vale, pues, tespecto de cada cosa, el principio de diynuncidn: respecto de una misma cosa no hay término medio entre la afirmacién y la negacién. Con la frase de Shakespeare: ro be or nor to be: ser 0 no ser. Estos tres principios pasaban en la Idgica cldsica como fundamenta- les, Y es claro que una definicién los cumple de manera perfecta, porque una definicidn dice ni mas ni menos que lo que la cosa definida es (prin- cipio de identidad); la definicién separa y distingue la cosa de lo que ella no es (principio de contradiccién); y de los miembros de la disyunciéi “ses o no es tal casa tal predicado?”, la definicidn toma una parte de la disyuncién y deja la otra. As{ en la disyuncién: ser o no ser animal, la definicién de hombre toma resueltamente la parte: “ser animal”. 4) La ligica eldsica admite come principios supremos los de identidad, contradiccian, disyuncidn Y es un descubrimiento admirable, silo pensamos un poco, el que existan principios que valgan de cualquier cosa, de todas ellas. Parece a primera vista que, asf coma cada cosa es lo que es ella, ni mds ni menos ~as{ el hombre es animal racional, el dos es ntimero primo par. deberfa haber mds que principios propios para cada cosa, y no princi- pios comunes a todas. No hay por ahf algo que sea sélo animal, ni sdlo par, ni sélo ser. sino o animales racionales, o animales irracionales, 6 2, 4, 6.,., es decir: especies tltimas, dicho con términos cldsicos, cosas perfectamente bien definidas, cada una en su orden. Con todo es un hecho bésico de la Idgica cldsica haber descubierto la existencia de principios generales que valen para todos los seres, por diversos que sean, cual vestidos ideales que a todos vienen bien, sean Dios 0 creaturas, cuerpos como espiritus Pero si la Idgica redujera sus actividades a dar de cada cosa su defini- cidn, llegarfamos a una especie de universo de cosas sueltas, cada una definida en si misma, separada de las demds, algo asf como estrellas solitarias, en cielo comin. La ldgica clasica descubrié también que hay maneras de unir una cosa con otras mediante predicados o aspectos communes. Y estos tipos de unién se denominaron, ya por Aristételes, silogismos; palabra que viene de dos: de ayn, y logismos, y que quiere decir razones comunes, razones en comtin. =) no 42 — Por ejemplo: si decimos “todos los hombres son racionales”, “todos los americanos son hombres’, /wego “todos los americanos son raciona- les”, hacemos un silogismo. Pero es preciso notar lo que hemos hecho: entre “americano” y “racional” no comienza por parecer haya conexién inmediata; pero se da un término medio en que coinciden, en el de hombre, y por este términe medio se uniran los extremos. A través del término medio: “hombre”, pasamos de americano a racional, y mediante tal término medio vemos que americano posee el predicado de racio- nal, En el silogismo aristotélico entran dos extremos y un término me- dio, en total tres términos. Y estudia Aristételes qué combinaciones de proposiciones dan silogismos verdaderos, o validos, La teorla general es complicada ¢ intitil modernamente, pues se han descubierto procedi- mientos puramente calculatorios para decidir estas cuestiones, largas y complicadas en la ldgica cldsica. Es silogismo, pues, una identidad mediata, que se descubre ponien- do un término medio conveniente. Hemos visto que entre todos los tipos de oraciones, la Iégica descarta las formas de oracién imperativa, deprecativa, interrogativa..., y se reduce Unicamente a la forma de pro- posicién, de asercidn. 3Qué propiedad caracterfstica tiene la asercién, por la cual merece las preferencias de la légica? Toda proposicidn es 0 verdadera o fiala. La proposicién “dos y dos son cuatro” es verdadera; la proposicién “dos y dos son cinco” es falsa, Y acontece que toda proposicién tiene wna de las dos propiedades: es verdadera 0 falsa; no cabe término medio, y no puede ser de vez verdadera y falsa, Y verdad significa conformidad entre lo que dice la proposicién y lo que las cosas son en sf mismas, La proposicién “dos y dos son cuatro” es verdadera, porque lo que decimos en ella, a saber; que “dos y dos son cuatro” consuena o concuerda con lo que rige entre dos, dos y cuatro. Por el contrario, cuando uno dice: “dos y dos son cinco”, y se pone uno a verificar esta afirmacién suya, o se pone a contar, hallard que su sen- tencia es falsa, porque las cosas mismas le obligardn a notar que dos y dos dan cuatro, ni mas ni menos. Valen, pues, los tres principios Iégicos anteriormente dichos: toda ptoposicién verdadera es siempre verdadera, permanece idéntica consi- 43, go misma, sin cambiar de verdadera a falsa; y toda proposicién falsa es siempre falsa; permanece siempre, sin cambiar de falsa a verdadera (prin- cipio de identidad); toda proposicién no puede ser de ver verdadera y falsa (principio de contradiccién); y toda proposicién es verdadera o falsa (principio de disyuncién). No pertenecen a la Idgica los critetios para discernir, respecto de cada proposicién concreta, si efectivamente es verdadera o falsa, Y asi sdlo por la aritmética sabemos que la proposicién “dos y dos son cuatro” es verdadera, y sdlo la aritmética nos puede decir que la proposicién “cinco por cinco es veintisdis” es falsa. Y parecidamente el saber que la proposicién: “el plomo es mas ligero que el agua’, es falsa, sélo nas lo puede decir la fisica. La ldgica tinicamente nos dice: toda proposicién, sea lo que fuere, es verdadera o falsa, y no puede ser de vez verdadera y falsa, El conteni- do, el significado concreto de una proposicién no interesa a la Idgica, pues pertenece a las ciencias especiales que traten del objeto sobre que habla la proposicién. La légica ha descubierto que se da una operacién por la cual se pasa de una proposicién verdadera a una falsa, y al revés, Tal operacién es la negactén. De la proposicién verdadera “dos y dos son cuatro” pasaré a una falsa, si digo “dos y des #e son cuatro”. Y de la proposicidn falsa “dos y dos no son cuatro” pasaré a la verdadera si digo “niego que dos y dos no sean cuatro”, O como dice la formula cldsica: “dos negaciones afirman”, “No-no es si”, Hay otro conjunto de relaciones 0 aspectos que pertenecen a la 16- gica, pues cumplen el critetio de pertenencia a ella, que ahora pode- mos ya enunciar: 5) La légica estucia todas aquellas propiedades de las proposiciones que son independientes del significado o contenido especial de las proposicio- nes empleadas, As{ acabamos de ver que toda proposicién, sea lo que fuere, y ha- ble de lo que hablare, es verdadera o falsa, y no puede ser de vez verdadera y falsa; que de la proposicidn afirmativa se pasa a la negati- ya por anteponer “no” al verbo “es” 0 a la proposicién entera, ¢ inver- 44 samente; que, sea cual fuere la proposicién, dos negaciones dicen lo mismo que la afirmacién inicial. Todo esto son leyes ldgicas, pues no tengo que mencionar ninguna cosa concreta para que valgan. En cam- bio; “los cuerpos caen segiin la misma ley en el vacto”, “el plomo pesa mds que el aire”, son leyes fisicas, porque hablan de cosas fisicas. Y “dos y dos son cuatro”, “todos los pares son divisibles por dos” son leyes matemdéticas porque hablan de ntimeros. Parecidamente: las operaciones de universal, particular y singular y las relaciones entre ellas son puramente Idgicas. Puedo decir: “todos” los hombres son racionales, “tedos” los cuerpos caen con igual acelera~ cidn en el vacio, “todos” los pares son divisibles por dos, etcétera; y no- taré que he hecho proposiciones um#versales, pues no digo que los hom- bres son racionales, sino mucho més, a saber: que todos, sin excepcisn, lo son; y no digo que los cuerpos caen con igual aceleracién en el vacio, sino que lo extiendo a todos los cuerpos. No siempre esta operacién de universalizacién dara proposiciones verdaderas, como lo son de hecho las dichas; por ejemplo, es falso que “todos” los hombres son europeos, que “todos” los cuerpos pesan lo mismo, ete. Junto con Ja universal afirmativa se da la universal negativa: por ejemplo, ningtin hombre es caballo, ningtin hombre es sabio; la prime- ra es universal negativa verdadera, la segunda es universal negativa falsa. Y notemos ahora una particularidad de estos tipos de proposicio- nes, que pertenecen a la ldgica, porque se pueden aplicar a todos los drdenes. Si es verdad que tedes los hombres son tacionales, se sigue que cada hombre en particular tiene que serlo, es decir: se puede concluir de todos a cada uno, si la proposicién universal ¢s verdadera. Pero si, por ejemplo, es falso que “todos” los hombres son europeos, podremos encontrar cuando menos un caso en que algo sea hombre y fo sea europeo. Que una proposicidn universal sea falsa quiere decir que es posible ose da cuando menos una excepcién. Si una proposicién universal negativa es verdadera, se sigue que no habrd excepcién alguna. Si, por ejemplo, es verdad que ningin hombre ¢3 caballo, podremos coneluir que no hallaremos un fulano o mengano que sea caballo. Pero si una proposicidn universal negativa es falsa podre- 45 mos concluir que hay al menos una excepcién, o inversamente: la presen- cia o sefialamiento de una sola excepcién hace que sean falsas la proposi- cién universal afirmativa o la negativa. Bastarfa con que un solo hombre fuera caballo para que no valiese ya “ningtin hombre es caballo”, En general una proposicién universal, tanto afirmativa como nega- tiva, sobre objetos concretos no serd verdadera, porque extendemos de- masiado la afirmacidn o la negacién. Pero es mds comtin que las propo- siciones concretas sean verdaderas, si considero algunos 0 alguno. Por ejemplo: es falso que todos los hombres sean sabias, pero es verdad que “algunos hombres son sabios”; es falso que “ningtin” hombre es sabio, peto es verdad que “algunos” hombres son sabios. Y¥ nétese que entre dos proposiciones universales: todas los hombres son sabios (afirmativa) y ningdn hombre es sabio (negativa) cabe un término medio: algunos hombres son sabios y algunos hombres no son sabios, Y por eaber entre la universal afirmativa y la universal negativa un término medio, se dice que son contrarias. Empero, encte “el hombre es racional” y “el hombre no es racional”, no cabe término medio, pues de darse término medio habrfa un hom- bre que fuera de vez racional ¢ irracional, lo cual es una contradiccidn. As{ que entre una proposicién afirmativa y su negativa no hay término medio; se dice que son contradictorias. Bajo el punto de vista, pues, de la cantidad o extensién se puede dividir los juicios o proposiciones en a) Universal afirmativa (todos los hombres son mortales, b) Universal negativa (inguin eutopeo es ameri- cano), e) Particular afirmativa (algunos hombres son ameticanos), d) Particular negativa (algunos hombres no son americanos), Y basta un pequefio examen de estos mismos ejemplos para deducir como reglas generales mds sencillas, pertenecientes a la légica: a) la universal afitma- tiva y la universal negativa, respecto del mismo sujeto y predicado, no pueden ser de vez verdaderas; si una es verdadera la otra serd falsa, ¢ inversamente; pero pueden ser de vez falsas; b) se puede concluir de la universal afirmativa a la particular afirmativa; y de la universal negativa ala particular negativa, mas no al revés; y c) pueden ser de vez verdade- ras la particular afirmativa y la particular negativa, porque pueden no referirse a los mismos sujetos (es verdad que algunos hombres no son 46 sabios y que algunas hombres son sabios, pero esos “algunos” son dife- rentes en ambos casos, por lo cual no hay en rigor oposicién alguna). Con esto puede darse fécilmente idea el lector del tipo de leyes I6gi- cas, Une ley vale para cualquier clase de proposiciones, hablen de lo que hablaren, pues la légica sélo considera la forma de la proposicién, y las relactones entre tales formas. ‘As{ una forma ldgica pura que puede tomar una proposicién ¢s la forma de afirmacién o la forma de negacién, y entre afirmacién y negacién vale la ley dicha: dos megactones afirman, que es ley pura, pues no nos habla ni de cosas fisicas ni de hombres, ni de ntimeros...3 vale para todo, Otra forma ldgica es la universalizacidn y particularizacién: todos, algunos; y entre tales formas valen leyes, como las dichas; se puede con- cluir de todos a algunos, a uno. La Idgica ha clasificado estas formas puras y sus leyes, que el lector curioso podré ver en los tratados sistematicos de esta materia. Las proposiciones se componen de conceptos. Asf la proposicién “el hombre es racional” se compone de los conceptos de “hombre” y “racio- nal”; la de “dos y das son cuatro”, se compone de los conceptos de dos, suma, = cuatro, Pero se notard inmediatamente que los conceptos son siem- pre algo concreto, especial, bien determinado, Hay conceptos de hombre, de animal, de racional, de dos, de cuatro, de cuerpo...; pero no hay concep- tos vacfos; el concepto concibe algo, piensa algo, nos dirige a algo. Aristételes intenté hacer una clasificacién de los tipos de conceptos, clasificacién a que dio el nombre de Categorias, Y asi admitis que todos los conceptos caen bajo la eategorfa de sustancia, o bajo la de cantidad, cualidad, accién, pasidn, relacién, etc.*, pudiéndose dar a todos estos tipos de conceptos las formas légicas de universal, particular, afirma- cidn, negacién... As{ “cuerpo viviente” pertenece a la categorfa de sus- tancia, mientras que color pertenece a la categorfa de cwalidad, y “ma- yor" ala categorfa de relacidn. Aristdteles establece un orden de predi- cacién. Los accidentes se predican o dicen de la sustancia, asi color es color de un cuerpo, accién es accién de un agente, lugar es lugar de un * La lista completa de las categortas de Ariccételes es como sigue: sustancia, cantidad, cualidad, relacién, donde, cuando, situacién, posesién, accién y pasidn (Now del Editor), a7 cuerpo. Y en la sustancia distingue la sustancia individual —este hom- bre, este caballo, esva rosa... —, y la sustancia segunda o general: hombre, animal, viviente, que se predican de la sustancia individual o primera; y asi decimos que este individuo (Platdn, Aristételes...) es hombre; que este rosal es viviente, que Bucéfalo es caballo. En cambio, la sustancia primera o individuo ya no se predica de nadie. Asi Aristteles no puede ser predicado de nadie; fuera, natural- mente, de sf mismo; mientras que de un individu se dicen todos los demas predicados. Tal es la posicién privilegiada del individuo. Por el grado de alejamiento respecto de los individuos se clasifican los conceptos en ms 0 menos universales. Los conceptos espectficos, o espe- cies, son los que estan en contacto inmediato con los individuos. Asf el concepto de hombre es concepto especifico porque se realiza inmediata- mente en individuos, que todos tienen igual esencia, pues ninguno de ellos altera la definicién de hombre, mientras que el concepto de animal es genéricoo género, porque se divide en especies, y éstas afectan intrin- secamente al modo de ser del género, pues de una manera es animal el hombre (es animal racional) y de otra es animal el caballo o el gato. Pero todas estas divisiones de los conceptos, como se ve ficilmente, caen fuera de la légica, pues se refieren a objetos concretos, de drdenes especiales. Lo tinico que en ldgica se puede atin conseryar como suyo propio es el concepto de sujeto y predicado. Toda proposicién no se compone, en légica, de conceptos, sino de conceptos que hacen de sujeto y de con- ceptos que hacen de predicado. As{: hombre y racional no tienen que hacer nada en légica, sino en antropologia o filosoffa natural; empero, la proposicién “el hombre es racional” pertenece, como uno de los ejem- plos admisibles, a la Idgica, porque “hombre” entra aqui como sujeto a quien se atribuye lo de “racional” como predicado. Sujeto y predicado se unen en légica por la “cépula”, o verbo “es” El hombre es racional, dos es par...; y “es” indica que el predicado con- viene al sujeto, se halla en él. Con la terminologia moderna se dice que la particula “es” es el supremo concepto relacionante y funcional, pues su oficio consiste en unir sujeto y predicado, que son los componentes que ante la mente resaltan y los que entendemos directa y propiamen- te, mientras que es hace de unidn; por esto apenas si lo notamos, 48 ' \@ ee ii. Légica moderna o matematica Vamos a dar una breve idea de cémo estd constituida y cémo fun- ciona la légica matemdtica moderna, que también tiene los nombres de logica simbélica y dlgebra de la ldgica. a) En esta forma de la légica se ha llevado hasta el extremo la exi- gencia légica de no mentar ni hacer intervenir objetos concretos, per- tenecientes a otras ramas del saber humano. As{ no se hablard de la proposicién “el hombre es racional” sino de la proposicién “p”, que serd una proposicién cualquiera, de manera semejante a como en Al- gebra nose habla del ntimero 2, 3, 4..., sino del numero a, que puede ser un numero cualquiera, iguales, 0 no; parcialmente en légica sim- bdlica © matemdtica se designan proposiciones cualesquiera por las letras p, q, t b)En matemiticas se dispone de ciertas operaciones para unir los niimeros; por ejemplo, la suma, la resta, la multiplicacién, la divisién; y se construyen unas tablas, de sumar y multiplicar, que indican los resul- tados de aplicar las operaciones dichas a los nuimeros. Por ejemplo, res- pecto de la operacién “sumar”, la tabla comienza: 1 més 0, igual 1; 1 més 1, igual 2; 1 més 2, igual 3... 2 més 0, igual 2; 2 més 1, igual 3; 2 més 2, igual 4, etc. En cambio, para la tabla de multiplicar vale, 1 por 0, igual 0; 1 por 1, igual 1; 1 por 2, igual 2; 1 por 3, igual 3, etc.; 2 por 0, igual 0; 2 por 1, igual 2; 2 por 2, igual 4; 2 por 3, igual 6, ete. Pues bien, en légica matematica se sefialan como operaciones bési- cas las siguientes: unién copulativa, correspondiente a la palabra y; v. gr. 49 “c] hombre es racional” y “el caballo es viviente”; “dos es par” y “tres ¢s impar’; la unin alternativa o disyuncién*, equivalente a la particula 9, “todo ntimero es par” 0 “impar”; “todo hombre es blanco” @ bien “ne- gro”, ¢ bien,,.; la unién por implicacién, designada con la frase corrien- te de “por tanto”, “luego”; todo hombre es racional, luego todo hom- bre es libre; la unién por equivalencia o igualdad de valor légico; asf son equivalentes “el hombre es animal racional” “y’ “el hombre es ani- mal polftico”, pues, aunque el sentido sea diferente, los mismos sujetos llenan ambos predicados. Cada operacién tiene su signe propio. Asi el signa de la union co- pulativa es A; el de la unién disyuntiva o alternativa es v, el de la impli- cacidn es ~>; el de la negacién es +; el de la equivalencia °, variando segiin los sistemas de escritura lgica, empleados por los autores. ©) Despuds de haber establecido las operaciones que podrdn reali- zarse sobre proposiciones, la logica matemética construye algo asi como tablas para cada una: por ejemplo, la tabla de la operacién “negativa” se construye de la siguiente manera: toda proposicién sélo puede tener dos valores légicos; el de verdad (signo V) y el de falsedad (signo F); asf que la proposicién p, sea la que fuere, tendré uno de esos dos valores; empero, por la negacién se transforma el valor légico de la proposicién de modo que, si era verdadera, su negacidn serd falsas y si la proposicién era falsa, su negativa serd verdadera; y se escribe: Donde la columna de p, con sus valores V, R se llama columna de la variable independiente, porque p puede tomar los valores de Vy Ry segtin los que tenga =p serdn los que tenga p o la negacién de p; y como los de ésta dependen de los de aquélla se lama a ésta variable depen- diente, o fancién légica, con terminologia tomada de las matematicas. La tabla de la unidn A es la siguiente: + Actualmente, lo que el aucor denomina aqut “unida copulativa” se llama "conjuncidn"; por su parte, para referinse a Ia “uniGn altcrnativa” se tsa simplemente el términa “disyuncién” (Nowa del Editor) 50 3 Valor Babar eyo BN Aiken toral VV VAV vi VE WaF F BV FAV F BE: FAF F en la columna de la variable independiente hemos puesta dos propo- siciones, p, q, scan las que fueren, quedando, como en dlgebra, in- cluido el caso de que sean la misma proposicién; pero, como no sabe- mos cudles sean ni nos interesa, ponemos todas las combinaciones posibles: que las dos scan verdaderas (V, V), que sea una verdadera y la otra falsa (V, F); que la primera sea falsa y la segunda verdadera (FB, Vd, y que las dos sean falsas (K, F); y para cada uno de estos casos, la unin por A daré un valor total que es, respectivamente V, F, F, B es decir: la unién copulativa de dos proposiciones p, q es verdadera en total sélo cuando las dos son simultdneamente verdaderas, en los de- mids casos el valor total es el de F, Y asi se fijan las tablas caracterfsticas para las demés uniones. __ Las leyes légicas pueden obtenerse de este modo calculatoriamente, sin discursos; y se caracterizan porque dan siempre como valor total V; sea cual fuere el valor de las proposiciones empleadas, Hagamos un ejemplo sencillo que oriente al lector curioso. El principio de contradiccién decta: “es imposible que a una cosa le convenga y no le convenga de vez el mismo predicado”, o dicho en forma de proposicidn: “no se puede simulténeamente afirmar y negar la misma proposicién”. Ante todo, como en Algebra, planteemos sim- bélicamente esta asercidn. Sea p la proposicién considerada, sea cual fucre; la afirmacién de p se escribe asf también: p; la negacién de pse escribe sp; el “simultdneamente” se transcribe por la funcién légica Js y el “no puede”, 0 es imposible, por la negacién de roda fa frase, extendiendo la raya de la negacién a la proposicién afirmativa ya la negativa, 51 Es decir, el principio se escribe ahora*: PAP Para saber si es siempre verdadero, ¢s decir, si es principio légico, no hemos de discurrir ni intuir, sino calcular, segtin las tablas dichas: Valor Valor P pAp PAP total final Vv VAV VAE F v F FAF FAV F v donde hemos distribuido el calculo paso a paso. Rehaga el lector el célculo y verd qué sencillamente se pueden demostrar las leyes légicas. No formularemos mds, porque basta con un ejemplo pata notar cémo procede la légica matemdtica moderna, En lo que hemos explicado se ha empleado nada mds proposiciones en general, es decir: proposiciones de las que sélo nos interesa saber si son verdaderas o falsas. A este cdleulo se llama propostcional. Se puede introducir el célculo de proposiciones universales y particula- res, dando el cdlculo funcional; se puede tratar por semejantes procedi- mientos calculatorios la extensién de una proposicién 0 concepto, cosa que cortesponde al cAlculo de las clases que sirve de fundamento logico puro a la teorfa matematica de los conjuntos, y ademds es posible construir un cilculo mds general; el de las relaciones, del que no hay ni indicios en toda la Idgica clisica, v, gt. estudiar las leyes de proposiciones del tipo: “a es me- nor que 6,” “aes paralelo con 6”, “aes padre de & y amigo de c”, etc, De acuerdo con la simbologla Idgica actualmente en uso, esta expresidn se escribe ast: “lp « —p) (Nota del Editor. 52 Y¥ después de los estudios de Russell, Whitehead, de Hilbert y Pea- no resulta que todas las leyes Iégicas, incluyendo los primetos princi- pios de la ldgica y todas las formas silogisticas, puede set deducidas par- tiendo de seis axiomas con do; reglas de derivacién. La potencia inmensa de ese instrumento ldgico ha quedado demos- trad no sélo por su interna coherencia sino porque con él es posible tal vez conseguir ldgicamente todas las matematicas, de modo que las ma- temdticas, tados sus conceptos, teoremas..., puedan ser demostrados como si fueran teoremas ldgicos, semejantes al principio de identidad, contradiccidn, exclusién de tercero, Acesta demostracién y consttuccién efectivas han dedicado, por ejem- plo, Whitehead y Russell, sus tres grandes volimenes de Principia ma- thematica, y la cortiente de ldgica matemética ha tomado grandisimo incremento en los Estados Unidos, 53. Historia de la légica Dejando los trabajos que sobre Iégica se hicieron en Oriente, la ldgica de Occidente ha seguido las siguientes etapas: 1) Fundacién 9 plan aristoidlico. Aristételes fue el primero que compuso tratados que merecen ya dl nombre de sisteméticos, El conjunto de sus obras dedicadas a légica reci- bié ef nombre de Organon, que quiere decir en griego “instrumento’, porque su ldgica nes expone los instrumentos para conocer, para definis, dividir, demostrar. Comprende las siguientes obras: Sobre la Interpreta- cidn, en que se estudia temas como qué es nombre, qué es verbo, qué es afirmacién, qué es negacidn, qué es oposicion, ctc., algo as{ como las no- clones basicas en légica. Categorfas 0 conceptos basicos, ° material a ela- borar por la Idgica, y entran aqui las diez famosas categorfas: sustancia, can- tidad, cualidad, relacién, accién, pasién, lugar, tempo, posicidn y habito. Los Anatiticos primeros y posteriores, en. que S¢ trata largamente dela teorfa del silogismo, de la demostracion y de la ciencia. Con las obras més secundarias de Tépicos y Refiusaciones de softsmas. : Este cuerpo de doctrina regird, con pequefias modificaciones, hasta mitad del siglo pasado en que se funda la légica matemdtica moderna. ‘Aristételes habfa dado preferencia a la forma apodictica y asertiva de las proposiciones, que es la forma absoluta de ponerlas. Ast preferfa las formas “toda hombre es animal”, “todos los pares son divisibles por dos...” ¥ en los silogismos no intervenfan mds que proposiciones de este tipo: “todos los hombres son mortales, es asf que les griegos son hom- 34 bres, luego los griegos son mortales”, porque las proposiciones con for~ ma de aserto parece que son o yerdaderas o falsas directamente, En cambio, no supo incardinar a la Idgica formulas como la hipotética: “si hay humo, hay fuego; es asi que hay humo, luego hay fuego”, “si dos es mayor que uno, tres es mayor que dos; es asi que dos es mayor que uno, luego tres es mayor que dos”, etc. Los estaicos desenvolvieron, sobre todo, las formas de silogismos modales o hipotéticos, cuya importancia ha sido reconocida por la logica moderna, pues una de las leyes funda~ mentales de deduccidn, ley mas fundamental atin que las silogisticas, es el Hamado Modus ponens, que se enuncia: “si de A se sigue B, y consta que vale A, podemos afirmar que vale “B”. En tiempos de la decadencia de la filosoffa escoléstica, a partir del siglo xIV, comienza a desarrollarse una gramética légica pura, como la denomina Husserl, en que se estudian los tipos de palabras, su forma- cidn, sus leyes de unién, separdndose lo més posible de los conceptos: concretos, de la metafisica, que habia guiado la Idgica desde Aristételes, y; sobre todo, se habia impuesto en tiempos de la escoldstica medieval. Solamente a partir de Leibniz se inicia otro tipo de légica. Leibniz. entrevé la posibilidad de una légica que proceda como las matemiticas, calculando, y sin necesidad de apoyarse préxima o remo- tamente en ejemplos externos, Para ello intenta obtener la tabla fntegra de los conceptos simples, y hallar las reglas de unirlos de modo que resulten de ellos todos los conceptos compuestos o detivados. Pero sus trabajos estaban ain guiados demasiado por sus ideas filosdficas, y no Ileg6 al resultado que intentaba. Hay que aguardar a los siglos xvi y xix sobre todo para que la logica se constituya deductivamente, con esa seguridad y abstraccién de las matemdticas. Y se deben a Boole, Schroeder, Peano, los primeros trabajos aprovechables y fecundos en esta direccién. Se comenzé a to- mar como modelo la estructura de las matematicas, con el fin de dar a la ldgica una semejante en rigor, nitidez, abstraccién, Pero la plenitud, del desarrollo no se obtiene hasta el siglo presente, y es obra de logistas ingleses como Whitehead, Russell, Ramsey; de alemanes, como Hil- bert, Behmann, Carnap, Goedel; de americanos, como Lewis, Pierce, de dinamarqueses como Joergensen, etc. 35 Y no sdlo se ha conseguido libertar la légica de su sujeci6n a una filosofla concreta, sobre todo a una metafisica —cosa que pasaba en la filosofia artistotélica y escoldstica—, sino libertarla aun de las matemati- cas, pues la ldgica moderna, lejos de fundarse en las matemdticas, ha demostrado que las mateméticas tienen que fundamentarse en la logica y que se pueden construir con légica. Modernamente se han continuado con éxito las investigaciones gra- maticales filoséficas, iniciadas por la escuela de Escoto y por los nomi- nalistas posteriores, constituyéndose una gramatica ldgica pura, con Hus- setl, una semédntica o ciencia de las significaciones, y una sintaxis légica pura, con Carnap, en que se estudian los tipos de unin gramatical correcta, fundamental, construyendo, por decirlo asf, lenguas perfec- tas en su estructura misma, sin atender para nada a las significaciones coneretas, a aludir a cosas ffsicas, psiquicas, matematicas, etcétera. 56 Apéndice de la légica 1) Solian incluirse en los tratados de ldgica clasica consideraciones sobre el metodo o los métodos. Aunque, en rigor, no pertenecen a la Idgica tal como se trata modernamente, ni tampoco se hallan en Aristé- teles, con todo vamos a indicar algunos de los métodos mds importantes. Induccién-deduccién. Axiomatizacién Ante todo se entiende por metodo, segtin la significacidn griega de la palabra, lo mismo que procedimiento, y suclen set componentes ge- nerales de todo método un conjunto especial de reglas y de puntos de partida, ademds de un material propio que elaborar-con tales reglas, partiendo de ciertos presupuestos o datos, No existe un método universal para toda clase de objetos, como vamos a ver; de modo que, en rigor, y por este motivo, no pertenece la consideracién de los métodos a la légica. El método deductivo o de deduccién supone un conjunto de prin- cipios iniciales y de reglas en virtud de las cuales resultardn teoremas, que no serdn, en el caso de método estrictamente deductivo, sino ottas maneras de decir o expresar los principios iniciales, En el método deductive se procede, pues, o por identidad inmediata de las consecuencias con los principios, o por identidad mediata, Pero siempre interviene una identidad, 0 como se dice modernamente una tautologfa, es decir: en una ciencia constituida deductivamente las conse- cuencias o teoremas dicen lo mismo que los principios, sélo que de otra manera, en formulas distintas. 57 BI método deductivo ha legado a su perfeccidn en el método mo- detno de la axiomatizacién de las ciencias, Un sistema de axiomas en~ cierra un conjunto bien determinado, en ndmero y en formulacién, de principios 0 proposiciones iniciales bésicas. Por gjemplo, la geomerria de Buclides se puede construir deductivamente partiendo de cinco gru- pos de axiomas, clasificados por Hilbert, la ariumética puede deducitse integta, en sus inumerables teoremas, partiendo de ocho grupos de axiomas; la légica puede constituirse deductivamente con s6lo seis axio- mas iniciales y des reglas de deduccién. En general, cada ciencia, cuando se ha conseguido darle estado axio- matico, consta de un cierto nuimero finito y bien determinado de axio- mas © proposiciones iniciales, y de ellas se deducen todos los demds teoremas 0 consecuencias, mediante las leyes Iégicas, que son las que hacen de reglas de deduccién. No todas las ciencias y drdenes del conocimiento estén constituidos deductivamente; y probablemente no todo se puede constituir de esta manera, Estan deductivamente constituidas la ldgica, la aritmética, la geometria, En ellas rige, por tanto, la identidad mediata o inmediata, pero siempre y sdlo la identidad. En otros campos del conacimiento rige la induccién 0 método inducti- vo. Vimos anteriormente que es Iégicamente permitide pasar de una pro- posicién universal afirmativa a una particular afirmativa, por ejemplo, con- cluir de que “todos los hombres son racionales’ a que “Sécrates es racional”, de que “todo par es divisible por dos” a que “cuatro es divisible por dos”, etc, Pero zes posible hacer el paso inversos ascender de um caso 0 varios a todos? jEs posible decir, por ejemplo, fulano y mengano son racionales, luego todos los hombres son racionales? (EL calor ha dilatado este cuer- po y estotro, luego el calor dilata sadbs los cuerpos? Esta cuestién ha sido largamente debatida, y no se puede decir que esté atin resuelta, El método de induccién se emplea sobre todo en cien- cias experimentales, emptticas, y sobre objetos materiales, psiquicos, so- clolégicos, mas no se usa nunca en matemdticas o en légica, donde todo sucede necesariamente, donde no caben excepciones, y cuando en mar temétieas se habla de “induccién”, esta palabra tiene un sentido comple- tamente diverso del ordinario. 58 ; Quedémonos con la idea general: el método inductivo tiende a jus- tificar, a adivinar y fundamentar el paso de wna o warios a todos. Va pues, en direecién de particular a universal, cuando en Idgica se pare de al revés; de universal a particular, Medernamente se sustituye el principio de induceidn por el princi- Andlisis-sintesis Andli is significa, segan su etimologia griega, la mismo que descom- pesicion de un todo en sus partes; mientras que sfntesis significa re- unién de varias cosas o partes de mado que den un todo. Son, pues, métodos inversos uno del otro, ; i Cuantas sean las clases de todos; otras tantas serdn las de andlisis. Asi ese todo que es una silla se analiza y descompone en partes reales ¢ independientes, como patas, asiento, respaldo; sotto todo que es dto- mo, se analiza o descompone en electrones, protones; esotta todo que es la luz blanca se descompone 0 analiza en los colores simples: rojo, anaranjado... violeta. Se analiza el cuerpo humano cuando pot los pto- cedimientos de anatom{a se lo divide y corta convenientemente, No todo andlisis es cientéfico o conduce al conocimiento de lo que la cosa analizada es. Asi quien divida de cualquier manera un cuerpo vi- viente no hard sino matarlo, pero no llegard a saber de su anatomia interior, Hay que dividir por las junturas o partes indicadas en la cosa misma, Se analiza el concepto de hombre cuando se hallan sus dos con- ceptos constitutivos, que son los de animal y racional; pero en este caso las partes obtenidas no son separables ¢ independientes, como el brazo y el corazén, sino realmente inseparables, sdlo separables en concepto, o en el pensamiento. Y se analiza el ntimero 15 cuando se lo descompo- ne en sus factores simples, en el 3 y el 5; pero en el 15 no hay una divisién preliminat que mantenga separados tres grupos de a cinco unidades, o cinco grupos de a tres, na divisién o andlisis es, en estos tiltimos casos, conceptual, ide real. 59 Lasfntesis es, de suyo, el procedimiento inverso del andlisis; se sinte- tiza reuniendo de alguna manera componentes 0 partes que estaban. separados, Y esto se puede hacer de muchas maneras. Por ejemplo, quien desde un monte da una mirada panordmica a todo lo que se descubre 0 entra en sus ojos, sintetiza cosas realmente distintas, casas, tierras, drbo- les, hombres...s pero tal sintesis no es read, sino visual, sfntesis de paisaje, de panorama, de golpe de yista, En cambio: quien une ox/geno con hidrdgeno por los procedimientos que indica la quimica, obtiene agua, que es un todo estable y con propiedades que no tienen el oxigeno ¢ hidrégeno aparte. De nuevo, no toda sintesis es cientifica, o conduce a conocimientos cientificos, Asi, esa s{ntesis que es la vision panordmica, no tiene valor cientifico, pues indica solamente lo que el ojo humano puede ver de vex desde un punto de vista; en cambio, la sintesis quimica, por la que surge un compuesto con propiedades, es sintesis cientifica, porque se verifica segtin leyes fijas. En filosoffa hay también grandes sfntesis, y cada filosoffa proviene de una s{ntesis, sélo que en este caso se trata de una idea que permite ver como en panorama ideolégico todas las cosas. tema genial de 1) No hay que confundir séntesis con deduccién, La deduccién es un modo especial de sintesis, pues en ella se unen consecuencias con prin- cipios, pero las consecuencias no dicen nada nuevo en el fondo, sino lo mismo que los principios, sélo que de otra manera. En cambio en la sintesis quimica surge un compuesto con nuevas propiedades que no habfa inmediatamente en los simples, y en las s{ntesis filoséficas la unifi- cacién se hace por una idea-madre, que permite dar una mirada a todo el universo. 2)No hay que confundir légica formal con légica transcendental. El concepto de Idgica transcendental se lo debcmos a Kant. No pode- mos explicar aqui técnicamente qué deba entenderse, segtin Kant, por ldgica transcendental. Un comparacién bastara para ver en qué consiste. En el cuerpo humano no se hallan todos los elementos que sefiala la quimica moderna; asf entran en él el oxigeno, el carbono, el hidrdgeno, el azufre, el hierro...; pero no intervienen ni el radio, ni el plomo, ni el 60 litio, ni el neén, niel berilo niel oro ola plata... Sélo los elementos que entran en la constitucién del cuerpo (C, H, O, N...) son elementos vivientes en él, pero mediante estos pocos elementos, que son los que constituyen la qufmica orgénica, el cuerpo entra en contacto con to- dos, con el universo. ¥ asf mediante ellos sentimos el peso de la plata, el color del oro, el peso del plomo...Es decir: sélo los elementos quimicos incardinados a Ja vida son intr{nsecamente, vivientemente nuestros; los demds no son vivientes con nuestra vida, pero pueden entrar en rela- ciones y acciones con nosotros mediante 0 porque nuestra vida estd viviéndose en algunos de los elementos quimicos, Pues bien, segtin Kane, hay un cierto ntimero de objetos Idgieos, de ideas, que han pasado a ser como constitutivos de nuestra vida mental; doce componen en total esa especie de cuerpos ideales que han pasado a constituir como el cuerpo ideal del alma intelectiva, Son las dace fun- ciones © categorias*, distribuidas en cuatro grupos, Las demds ideas y cosas las conoceremos mediante estas doce, al modo que sentimos todos los cuerpos mediante los pocos que forman nuestro cuerpo. El estudio de estas categorfas o ideas encarnadas en el entendimien- to constituye la légica transcendental. En cambio; la légica formal es la Iégica en sf misma, el conjunto de leyes Idgicas, formen o no parte de nuestra mente. Todas cllas pueden ser conocidas, pero no todas ellas han pasado a formar parte de nuestro entendimiento, a ser como 6rganos suyos vivientes con su vida, Esta distincién entre légica formal y transcendental nos encamina ya en direccién hacia la filosoffa de la vida. El entendimiento puede conocer todas las leyes ldgicas, pero la vida intelectual sdlo se ha asimi- lado y hecho como miembros suyos, vivientes con su misma vida, unas cuantas formulas o leyes légicas, 3)EL término de Jogéstica sucle emplearse modernamente para de- signar a veces la légica mavemadtica, simbdlica, formal, Pero como tiene ademds una significacién especial dentro de la balistica, es preferible emplear las otras designaciones. Hemos incluide al final de cste apéndice la tabla de las categorfas de Kant (Nora del Editor) 61 Arbol de Porfirio género supremo ve sustancia diferencia compuesta simple género subalterno Ta cuerpo Sie diferencia viviente no viviente género subalterno bite animado diferencia sensible no sensible género infimo Se diferencia espectfica racional no racional especie especialfsima Teoh elon aes etc. Platén Aristételes Tabla de categorias de Immanuel Kant aK panes : Delacantidad Unidad Pluralidad ‘Totalidad 2 3 la i Dela relacién aa Inherencia y subsistencia (gustancla y accidentes) egaeion Causalidad y dependencia (causay efecto) Limitacidn Comunidad (reciprocidad entre agente y paciente) 4 Dela modalidad Posibilidad - Imposibilidad Existencia - No existencia Necesidad - Contingencla 62 ll. Etica y moral i. Planteamiento moral El rosal esté hecho para dar rosas; nadie le exigita que deba dar claveles; y si no da rosas tan perfectas de color y la forma como el jardi- nero desearla, es que el rosal no puede hacer més. Los defectos que hallemos en las rosas podrdén corregirse con medios reales y cortientes: podando el rosal, injertandole otro tipo de rosal, tegéndolo bien, abo- nando el suclo. El rosal no tiene deberes hacia las rosas; produce las que puede. El rosal es perfecro con sdlo que sea rosal. Es claro que el numero uno es muchisimo mds pequefio que el nti- mero mil; pero el uno no tiene deber alguno de hacerse mil veces ma- yor; el uno es perfecto teniendo nada més una unidad, la que efectiva- mente tiene, El uno no tiene deberes. Es lo que es, y eso le basta. El uno es numero perfecto con la tinica unidad que tiene. No hay hombre que crea ser deber suyo llegar a poseer tres ojos, conse- guir un estémago ademas del que tiene, buscar medios para que le nazcan dos orejas mis... el cuerpo del hombre es perfecto con lo que efectivamente tiene. Y si por un accidente pierde alguno de sus miembros ~si queda, por ejemplo, tuerto 0 manco-, nadie en su sano juicio cree que sea un deber suyo buscar otro ojo u otra mano, si no tiene tal accidente por una desgra- cia irremediable, independiente de su voluntad, Las cosas pueden estar completas o incompletas, no faltarles nada o faltarles algtin miembro o parte suya; pero, si les falta algo, no tienen el deber de corregit tal falta —nadie dird que una mesa a la que falte una pata tenga el deber ella misma de procurarse la pata que le falta-, y si no les falta nada, si estén completas, por sf mismas nunca se echardn a 63 perder, no atentardn contra s{ mismas, asi ningwin érbol se corta él mismo una rama o se quita las raices, Pero el hombre, a diferencia de las demds cosas, no cree ser perfecto con sdlo tener completo su cuerpo, Puede un hombre tener ojos en perfecto estado, y puede sentir ademds la voz del deber que le manda emplearlos en bien de los otros hombres, velando por ellos durante la noche, vigilando de guardia durante la guerra, estudiande con un mi- croscopio los mierobios de que proceden enfermedades; puede, pare- cidamente, un hombre tener perfectos los pies, y con todo, creer toda- via ser deber suyo hacer encargos penosos por amor a sus padres, em- prender largos caminos para asistir a un enfermo, para defender a la patria. Notemos, pues, que el hombre, aunque esté fisicamente perfecto no se tiene por enterdmente perfecto hasta que cumple con sus deberes, El hombre desea y se propone hacer mucho mds de lo que naturalmente es, El hombre moralmente bueno afiade a la perfeccién fisica la perfec- cién moral, Ser bueno es trabajar por perfeccionar nuestra naturaleza, y perfec- cionarla con acciones que no son naturales. Asi un hombre sano y per- fecto de cuerpo puede ser moralmente imperfecta si no cumple el de- ber de defender a la patria; un hombre con ojos fisicamente perfectos puede ser atin moralmente imperfecto 0 malo si los emplea para espiar las cocasiones de hacer mal al prdéjimo, pata ver si nadie lo ve durante un robo. Digamos, pues: sdlo cl hombre no se contenta con estar natural- mente perfecto; tiende a perfeccionarse con una perfeccién superior y més elevada, que es la pezfeccidn moral, 1) Ser moralmente perfecto es un deber del hombre, que no se cumple con sélo estar fisicamente perfecto, integro, no faltarle nada del cuer- po, tener los sentidos en estado normal. La MorAL incluye el conjunto de todos los deberes del hombre. Mas atin: el hombre tiene mds deberes cuando esta fisicamente per- fecto, que cuando se halla fisicamente imperfecto. Por esto el hombre sano y fuerte tiene mas deberes que cumplir que el hombre enfermo. El hombre sano tiene el deber de servir a la patria en el ejército, de 64 ayudar a los enfermos, de trabajar para alimentar a su familia, mientras que todos estos deberes no los tiene el hombre enfermo. Juntemos una segunda idea: _ 2) Eldeber de ser perfectos presupone el poder. Quien puede ser per- fecto moralmente, debe serlo; los deberes no obligan cuando uno no puede fisicamente. Todo estudiante debe llevar bien aprendidas las lec- ciones, pero no tiene el deber de estudiar si esta enfermo, si lo estén sus padres a los que tiene que ayudar a vivin La Morac nos dice en qué circunstancias deja de obligarnos un de- ber, y en cudles otras nos obliga. Y se llama prudente el que sabe cudndo le obliga un deber y cudndo no. Mas no basta con esto para que sepamos qué incluye la moral. Siun estudiante va a clase porque, de no ir, le dejan sin comer en casa, ni un joven hace lo que le mandan por miedo al castigo corpo- ral, a pesar de que ir a clase, obedecer, son cosas buenas en sf mismas no hardn bueno al que las practique por temor, por violencia. Tam- bién los animales trabajan, pero como lo hacen por fuerza, no son por eso buenos. 3) Para ser moralmente bueno es preciso que se practiquen cosas bue- nas, pero ademds que se practiquen libremente, no por violencia ni a la fuerza. —La libertad es imprescindible para la moralidad. Y, sin embargo, no basta para ser bueno el llenar todas las anteriores condiciones; hace falta, ademés, que uno sea bueno por virtud. Asi, no es buen estudiante el que sélo un dfa o de tarde en tarde lleva bien aprendidas las lecciones; ni es buen soldado el que de cuando en cuando, una vez durante una guerra, es valience y obediente a sus jefes; ni es bven hijo de familia el que de veinte mandatos de sus padres cumple uno solo, cuando quiere y como quiere; se es bueno cuando uno lo es en todas las circunstancias, cuando lo es por virtud, habitual- mente, La virtud tiene la ventaja de que quien la posee practica facil- mente los actos, se puede confiar en él, es hombre seguro. El soldado virtuoso es continuamente valiente, fiel en todas las ocasiones, discipli- nado todos los dfas, conflan en él sus jefes, y practica todo esto con 65 facilidad, El estudiante bueno, que tiene el habito o la virtud de estu- diar, estudia sin cansarse, con gusto, facilidad y provecho. Afiadamos, pues, una afirmacién més a las anteriores: 4) Para ser moralmente bueno es preciso que se practiquen cosas bue- nas, que se las practique libremente, y que se las practique habitualmente, con virtudes, - Quien haga actos buenos sueltos no tiene la bondad asegurada y firme; los actos sueltos buenos no le hacen a uno bueno de yetdad, sino bueno de paso, inseguro, no de fiar La MorAL ha clasificado las virtudes y los vicios. Y asi son virtudes la justicia -dat a cada uno lo suyo~ la templanza —saber dominar las pasio- nes, como el apetito de comer y beber-, la fortaleza —ser valiente ante los peligros-, la lealtad a los amigos, a la patria, el respeto a los superiores, etc, La sociedad, el orden social, sdlo puede fundarse-y asegurarse con virtu- des, no con actos sueltos de los hombres, pues sdlo las virtudes dan seguri- dad y estabilidad, No serfa buen juez, bueno para la sociedad, el que fuera justo de tarde en tarde; es buen juez el que lo es siempre y constantemente, en todas las casos que le presente la sociedad, Sélo en un juez virevoso pue- de conflar la sociedad y sdlo un juez virtuoso asegura el orden social. Pare- cidamente, solo soldados valientes con virtud, habicualmente, son los que aseguran la-libertad de la patria y el criunfo de las causas justas, Y como el hombte est4 viviendo y tiene que vivir en sociedad, un hombre particular no ser bueno si no practica virtudes sociales. 5) El hombre moralmente bueno tiene deberes sociales, El que sdlo cree tener deberes para consigo mismo es un egoista, y es moralmente malo, La moral social ha reunido todos estos deberes sociales y las virtudes con que se practican de manera estable y firme. Y asf es un deber moral social la lealtad a la patria, la obediencia al gobierno legitimo, el cum- plimiento de las leyes justas, la urbanidad, el respeto... Pero todo esto hay que practicarlo con virtudes, habitualmente, para que la sociedad sea leal, justa, ordenada, respetuosa. Hacer lo que a uno le da la gana es uno de los vicios mas perniciosos contra la sociedad, contra la moral social. 66 A cada virtud se opone un vicio. A la justicia se opone la injusticia; a la lealtad, la deslealtad; a la prudencia, la imprudencia; al respeto, fs descortesfa.,, Y asi como es un deber del hombre practicar las Foner es un deber suyo no practicar los vicios. Las virtudes se consiguen con actos, No se adquiere el habito bueno de estudiar con sdlo evar una vez la leccién bien aprendida, sino lle- vandola muchos dias; y no se es respetuoso hacia los padres, por guar- darles el respeto una vez, sino por guardarselo continuamente. 6) Las virtudes se adquieren con actos repetidas, ‘ Y lo mismo sucede con los vicios; un solo acto —de beber, de men- tir,.—, no hace a uno berracho o mentiroso, pero si repite tales actos llegard a ser vicioso con vicio de borrachera 0 con vicio de mentira, y entonces mentird y se emborrachard con facilidad, al menor descuido, Es, pues, peligroso repetir los actos malos; mientras que ¢s beneficio repetir los actos buenos, ‘ a ha clasificado las cosas que son buenas; asi en el catdlogo a fs " alee : Pee se hallan las virtudes cardinales de justicia, fortaleza y tem- f anza; la magnanimidad, la generosidad, la lealtad, la amistad, la ur- ee respeto, la obediencia, la piedad, etc. Y ha establecido un orden © jerarqufa entre las virtudes. Por ejemplo; es mucho mejor ser generoso que ser exactamente justo; es mejor la amistad que la simple peas en el trato; es mejor el amor al prdjimo que el trato correcto. 08 leberes para con la pattia son antes que los deberes para con la familia, para con los amigos. 7) Las virewdes son mejores que los victos; » entre las virtudes las bay mds excelentes unas que otras; y las mds excelentes deben ser practicadas preferentemente, sin deseuidar, naturalmenie, las inferiores. Es claro que es motalmente mejor ser afable que correcto; mejor ser amigo que simplemente afable; pero zhay algo que sea mejor que todo? eCudl es el bien mayor? ‘Todos los hombres decidimos continuamente, en cada ocasién, esta pregunta, pues prefetimos una cosa sobre otras. Por ejemplo: el buen estudiante deja los juegos -que son cosa buena-, por el estudio, cuan- 67 do llega el momento de aprender las lecciones o de ir a clase; bueno es comer, y es un deber del hombre para consigo mismo, pero el hombre bueno come ni mds ni menos que lo que necesita para la salud, que es bien mayor, gHabr4, con todo, un bien mdximo? La respuesta cldsica que la filosofia ha dado desde los tiempos de los griegos a esta pregunta es la de que da felicidad es el bien mayor, afit- mando, lo que parece claro a todos los hombres, que el hombre anhela, tiende, y sdlo se satisface con la felicidad. {Qué es lo que entendemos por felicidad? Todos tenemos tna idea mas o menos clara de qué sea felicidad y ser felices. Tratemos de aclararla un poco més de lo que el hombre confu- samente cree saber acerca de ella, La felicidad ba de consistir en la posesidn de los bienes, de las cosas bue- nas. No concebimos se pueda ser feliz si uno estd sometido a los males, sean de cuerpo —como enfermedad, fealdad.., -, 0 del alma —como mal humor, tristeza... -, sean exteriores -como pobreza, mala fama... Pero no basta para ser feliz no padecer males, es preciso ademds tener todas los bienes. No nos tendrfamos por felices © dichosos si sdlo poseyéramos los bienes del cuerpo -si uno fuera alto y bien plantado, de bellos ojos, estuviera sano... ; creemos que para ser feliz hay que tener todos los demas bienes: buena fama, entendimiento, instruccién, buenos modales, dignidad, dominio de s{ mismo... Aun as{ no bastan para la felicidad las dos condiciones dichas. Es preciso para sentirse feliz sentirse seguramente feliz, Quien poseyera todos los bienes, pero estuviese amenazado y con temor de perderlos, no se tendria por feliz, sino por més infeliz que quien poseyera un solo bien establemente, asegurado, La felicidad exige, pues, que no nas afli- ja ningtin mal, que tengamas todos los bienes, y que tengamos todos los bienes con seguridad, y parecidamente, que estemos asegurados contra todos los males, Tal es el ideal de felicidad que todos llevamos por dentro, y con él comparamos y nos damos-cuenta de si estamos mas o menos cerca de la felicidad. Por eso no se siente uno feliz si tiene buena salud y, a pesar de ello, su fama social no ¢s buena, O tiene buena fama, pero sabe que se funda tal buen nombre en apariencias y trucos. 68 Sin embargo, si bien es cierto que hay que poseer firmemente todos los bienes para sentirse y ser feliz, no habrd alguin bien que sea como la causa propia, la fuente de que mds propiamente mane la felicidad? Por- que no es menester tener todo junto y acumulado para ser duefio de todo. As{ quien tuviera mil millones de délares en billetes de banco no le seria necesario que hubiese comprado ya un automévil y una hacien- da para sentirse rico, pues, aun sin haberlos comprado, sabe muy bien que lo puede comprar cuando quiera, El dinero, una vez posefdo, da seguridad de poder comprar lo que desee, dentro de la cantidad de dinero que tenga, y no es menester que de hecho, ya, haya comprado las cosas para sentirse satisfecho. Y es que el dinero, en la estimacién y juicio corriente, es un dfen material maximo y superior a los bienes materiales externos. Un bien es una casa, y quien tiene dinero se la puede hacer 0 comprar hecha; un bien es la comida, y quien tiene dinero se la puede comprar; un bien es el vestido, y quien tenga dinero se lo puede hacer a su medida y seguin la ultima moda, El dinero ocupa, por tanto, un lugar preeminente entre cierta clase de bienes, y ¢s causa de los demas bienes. ¥ quien tiene dinero, aunque en un momento dado no tenga otros bienes materiales -comoe vestido, comida, casa, sabe que puede llegar a poseerlos cuando quiera. Pues bien; repito la pregunta, no habré algiin bien tan excelente que valga mds que todos los demés y con cuya posesién nos sintamos mis felices que con la posesién de los demds, y que sea un bien tal que con su posesién podamos conseguir todos los demés bienes que efecti- vamente lo sean? Tal bien excelente y privilegiado serfa la rafz propia de nuestra feli- cidad, y los demds bienes se nos darfan como hojas y frutos, como bie- nes secundarios, No es undnime la sentencia de los fildsofos acerca de este punto. Y Jas sentencias de los filésofos no son sino expresiones de lo que los hom- bres sienten, todos o algunos de ellos. Por ejemplo: para los griegos antiguos, alld por los siglos 1v a mt antes de Cristo, la felicidad consistia principalmente en la contemplacién, en el pensamiento, en el conocimiento perfecto, claro, de todas las ideas, de todos los objetos; y los demds bienes, de cuerpo y alma, eran bienes 69 secundarios, que sélo ayudaban al bien que hacfa sentirse feliz y satisfe- cho al griego, a saber: la sabiduria, Cuando uno posee lo principal, se siente contento, por mds que no tenga por el momento lo secundaria, Por esta los sabios antiguos, sobre todo aquellos que se lamaron estaicos —desde el siglo 1 antes de Cristo hasta el siglo m después de Cristo-, se sentian felices con la sabidurfa interior, y despreciaban todo lo externo, que la gente suele tener por bienes —como la salud, la comida...-. Es que crefan poser el bien maxi- mo, y por comparacién con él todo lo dems les parecta despreciable. Para el cristiano ¢] bien maximo consiste en la unién con Dios, en la visién de Dios, el infinito, eterno. Y por esto tiene por bienes inferiores y menos dignos del hombre todos los bienes y cosas materiales; y como. la posesién de Dios no puede obtenerla en este mundo material, corpo- ral, externo y transitorio, cree que la felicidad se consigue en el otro, El hombre del Renacimiento, alld por los siglos x1v a xyi después de Cristo, cree que la felicidad consiste en ser perfectamente hombre, ni més ni menos, Y por esto apreciard sobre todo lo dems ciertas cualida- des humanas, como el dominio politico, el arte, la literatura, la libertad de pensamiento, Intentard conseguir la felicidad ya en este mundo y con los medios humanos. En nuestros dias todos mantenemos atin el ideal de felicidad: el ideal general dicho, a saber: poser firmemente todos los bienes, excluyendo seguramente todos los males, Pero zcual es el bien que el hombre mo- derno tiene por mdximo, superlativo, supremo, y con cuya posesién se tendrfa ya por feliz, aunque la faltaran algunos bienes secundarios? Pongdmonos la pregunta de otra manera, para que cada uno se la proponga a st mismo y se la responda para él, :Hemos pensado ante todo qué bien, entre todos los bienes, nos parece ser el supremo, el que mag nos contentard poseer? En segundo lugar: zhemos comparado con ese bien supremo todas los demds bienes para sentir por qué son infe- tiores a él? Por ejemplo: si la ciencia nos parece ser el mayor bien, spor qué mativos nos parece tal y por qué razones los demés bienes como salud, la posesin de riquezas-, nos parecen ser bienes inferiores y menos dig- nos? En tercer lugar: puesto que todos somos hombres igualmente, 70 ix hemos pensado que el bien supremo para cada uno tiene que coincidir ser el mismo que el bien supremo para los demas? O bien, ,creemos que cada uno debe tener su idea, su modo de ser feliz, y que es posible que la felicidad de los hombres no sea igual para todos, sino que para unos consista, por ejemplo, en el poder polftico, para otros en el poder econdmico, para otros en la ciencia, para otros en la virtud moral? ~Hemos pensado, por fin, si la felicidad ha de conseguirse dentro de la moralidad, quiero decir: que en la felicidad ha de intervenir no sélo la moral, que uno no puede ser feliz si no es bueno, y mas atin; que en la virtud consiste la suprema felicidad, o que por la virtud se consi- gue la suprema felicidad y el supremo bien? No vamos a responder aqui por todos; sino que cada uno ha de hacer- se a s{ mismo estas cuestiones y respondérselas, pues asf llegard a saber cual es su ideal de felicidad, qué tiene por bien supremo, qué le parecen bienes secundarios. Y la respuesta tiene que darsela recordando el crite- rio o norma general de la felicidad: poser seguramente, largamente, toda la vida la de este mundo y la del otro-, tados los bienes, Y asi como para poseer todas los bienes materiales el medio mejor es poseer dinero, pues con él se compran todos, pudiera ser que para llegar a poseer todos los btenes los de alma y cuerpo, los materiales espirituales, los de este mun- do y los del otro—, hubiera un bien especial que los comprase todos, cuyo valor fuera tan grande que nos permitiera llegar a poseer todos los demas. Y a la maneta como para llegar a ser rico es preciso imponerse muchos sacrificios, sobre todo al comienzo, pudiera ser también que para llegar a ser feliz, para llegar a poseer aquel bien que nos permita, por su excelen- cia y poder, comprar todos los demas, tuvi¢ramos que comenzar por sa- crificar comodidades, apetitos, deseos. Todo lo que hemos dicho en este primer parrafo pertenece a la moral, lo siguiente pertenece propiamente a la étea. Inmediatamente diremos en qué se diferencian moral y ética, tal como modernamente se conciben. 71 ii. Etica Todos sabemos reconocer lo que es pan; y decimos que esto es pan blanco, que esto es pan integral; pero si se pregunta alguien qué es pan, de qué se compone, cémo se hace?, no siempre, ni de ordinario, sabrd decirnos gué es el pan, y responder a las cuestiones dichas, Y con tado sabe perfectamente distinguir en una tienda lo que es pan, y.0 se equi- voca comprando, en vez de pan, carne. Todos saben también para que sirva el pan, cdmo se lo ha de comer, cudndo estd bueno... : Pero todos estos conocimientos prdcticos, de uso diario, no nos permiten contestar la pregunta “qué es” el pan, “de qué” se compone, “cémo” se fabrica, Aunque, es claro, que esas preguntas son previas al conocimiento practico que del pan tenemos, pues sélo si se sabe de qué se compone el pan, cémo se lo fabrica; sera posible que los hom- bres que Jo sepan nos hagan pan, y entonces podremos comprarlo y comerlo. Parecidamente, en la parte primera hemos visto cosas buenas; he- mos encontrado en nosotros deseos de perfeccién moral; hemos visto que los medios para ser buenos son las virtudes; hemos traido algunos ejemplos de virtudes, como la prudencia, la justicia...; hemos podido comprobar por nosotros mismos que todos tendemos ¥ apetecemos la felicidad, y sefialado qué sentimos y cémo nos sentirfamos felices, con qué condiciones... Todas esas consideraciones pertenecen a la moral, actitud y comportamiento parecidos al de quien sabe conocer euipDa tienda lo que es pan, sabe comerlo, sabe cuando estd bueno. La ¢ttca, rigurosamente considerada, equivale al conocimiento de qué es el pan, 72 de qué se compone, cdmo se lo fabrica ¥ asf estudia la ética cuestiones como qué es el bien, qué es lo que hace que los bienes sean bienes, gud es virtud, qué es felicidad, cudl es el surno bien..., todo ello en plan filosd- fico, especulative, como quien sabe de qué se hace el pan, pero ni lo hace ni lo come. Y a la manera como todos los hombres comen pan, se sirven de él para los usos y necesidades de la vida, saben comprarlo y distinguitlo de los demés alimentos, parecidamente también casi todos los hombres sa- ben discernir quién es bueno y malo, cudndo une mismo o los demés obran bien o mal, saben qui¢n es justo, qui¢n tramposo, qui¢n valiente, quign cobarde...; notan en la propia conciencia cudndo obran bien o mal. Todo lo cual es servirse prdcticamente de la éttea, y a este uso practico se llama moral. Y por esto se habla de la moral de un pueblo, de la moral de una persona, de la moral de una accidn, de actos morales e inmorales, La ética es, pues, una parte de la flesofia; y se puede ser perfecta- mente moral, sin saber ética, como se puede comer provechosamente el pan, sin saber de qué y cémo se hace. Indiquemos algunas preguntas propiamente érieas, Ante todo ¢l término ética es de origen griego cldsico; y significa de vex costumbre y costumbre moral, Hay costumbres que de suyo no son ni buenas ni malas, como la de andar, la de escribir a maquina, la de fu- mar, aunque a yeces puedan ser buenas o malas segtin las circunstan-

You might also like