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No. 39 JULIO-SEPTIEMBRE 1995 La diversidad de hongos | en México GASTON GUZMAN Daas a los graves problemas de de- terioro de su entorno, el manejo, utiliza- ci6n y conservacién de la biodiversidad es una de las prioridades que deberfa te- ner el hombre en la actualidad. Asimis- ‘mo, a pesar de su gran importancia am- biental, los estudios sobre la biodiversidad anivel mundial, poco o nada han toma- do en consideracion a los hongos. Se cal- cula que hay miles de especies de hon- 0s, y que éstas ocupan el segundo lugar en cantidad de especies después de los insectos. Por esa raz6n, su estudio debe ser prioritario en los programas sobre la biodiversidad, conservacién y utilizacién del medio. El impacto de los hongos en el ambiente se debe a su papel central como desintegradores de la materia or- ganica y a las asociaciones parasitarias 0 simbidticas que establecen con muchos organismos. Los hongos estén muy bien representados en todos los medios, en es- pecial en los tr6picos, y precisamente son estos ecosistemas los menos conocidos y los mas afectado. La destruccién de los bosques tropicales alcanza cifras alarman- tes, Se estima que 100 000 km se estén perdiendo anualmente y, como resulta- do, una cuarta parte de la diversidad mundial se perder en los préximos vein- c ENCIAS @ ticinco afios, lo que significa que mas de 350.000 especies de hongos se habrén ex- tinguido durante dicho periodo. La poca atenci6n que han recibido los. hongos se debe al bajo miimero de espe- listas y de taxénomos, y a su distribu- ci6n geografica irregular. Por tradicién, Jos centros taxon6micos més importantes estén en Europa y en Estados Unidos, mientras que en las zonas tropicales, la escasez de micélogos es sorprendente. La zona neotropical, por ejemplo, tiene so- lamente 4% de los tax6nomos que hay en el mundo. Con base en los avances logrados en los trabajos iniciados en 1968, Prance y Campbell estiman que para completarla micobiota neotropical se ne- cesitarén 1948 afios! Del total de las 42 monografias neotropicales publicadas hasta 1986, solamente nueve son sobre hongos, Por otra parte, el cardcter neo- tropical de tales monografias es relativo, ya que en general no toman en cuenta a México y América Central, o apenas lo hacen como ocurre con las monografias de los Myxomycota y del género Phacoco- Uybia, en donde solamente se consideran 28 especies en la primera y una en la se- gunda, contra las 187 que se conocen ahora en myxomycetes y las més de 20 de Phaeocollybia registradas hasta el pre- sente en México. En las investigaciones taxonémicas, en- tre otros problemas, est4el de la magnitud de la bibliografia que hay que revisar. Ainsworth caleulé que hasta 1962 habia ‘més de un cuarto de millin de publicacio- nes sobre micologfa y que en promedio se publican anualmente 6 500 articulos. La metodologfa en las investigaciones taxonémicas es otro punto critico que a veces frena o desvia tales estudios. La ten- dencia actual es estudiar las especies con base en la biologia molecular y la cladis- tica, lo cual es un adelanto, pero hay que tener muy en cuenta que dichos méto- dos solamente se podrn aplicar si se ba- san en estudios taxon6mico-morfolégicos previos y sobre todo en trabajos mono- gréficos que abarquen todas las especies de grandes regiones para poder estable- cer comparaciones. Korf, al igual que Hawksworth, subrayaron queantesde ine \eruir tiempo en tales lineas modernas, esnccesario estudiar lasespecies dolos metodoselisicos de la taxonomta parveatalogarel mayor numero posible deespecies. Es costumbre, ademas, que losbiGlogosmodernosnotomen encue talas as ce ia taxonomifa o las inter- preten erroneamente, Io que provoca graves problemas al usar o generalizar éCuintas especies de hongos hay en el mundo? Los ingleses han calculado que el niime- ro de especies de hongos que se conocen ena cencia sobrepasa los 69 000, segtin tevisiones exhaustivas y cuidadosas he- chas a la bibliografia, al nimero y andli- sisde los taxa que se describen anualmen- te, Dicha cifra fue aceptada por Wilson, aunque anteriormente, en 1988, dicho autor habia registrado 46 983 especies de hongos, cantidad que fue aceptada por Toledo y Ordofiez, pero que William-L nera y colaboradores malinterpretaron, ya que registraron 46 483 “macromice- tos" y 500 myxomycetes. En el presente trabajo se sigue a Hawksworth, ya que sus datos estan basados en célculos fide- dignos. Asi, se estima que hoy se cono- cen mas de 70 000 especies de hongos, con base en las que se han descrito hasta la fecha. La cuestién fundamental ahora es la de conocer el porcentaje que reprentan las 70 000 especies conocidas de las que realmente hay en la Tierra. Martin su- puso que el ntimero de hongos puede ser el mismo que el de las fanerégamas, ba- sindose en que cada planta esta parasita- da por lo menos por un hongo determi- nado, Entonces, si existen mas de 250 000 especies fanerégamas, habré més de 250 000 de hongos. Por otra parte, mu- chos hongos parasitan a los animales en una especiacién muy marcada, como lo sefial6 Ainswoith. Puede suponerse, de esta manera, que el mismo mimero de especies de animales equivale al mi- mero de hongos. ‘Tomando en consideraci6n el ntime- ro de especies de insectos que Erwin cal- cul6 en el planeta, que es de 30000 000, basandose en la estrecha relacién que tienen los hongos con los insectos, Hawksworth supone que existen mas de 1.500 000 especies de hongos y obtuvo una cantidad equivalente al extrapolar a nivel mundial y al comparar con las fanerdgamas los hongos conocidos en Gran Bretafia. El mismo autor, al eva- luar las plantas conocidas en Estados Unidos y zonas anexas, y los hongos al- pinos de Europa, entre otros, y prome- diando los resultados con los obtenidos con base en los de Gran Bretafia, lego nuevamente a la cifra de 1 500 000 es- pecies de hongos, que es la cantidad que se cree que existe en la Tierra. Lo sor- prendente del caso es que solamente se conocen 70 000 especies, por lo que el conocimiento micolégico hasta ahora logrado en la diversidad fiingica abarca solamente 14.5 % de la totalidad de los hongos! El conocimiento de los hongos en México La diversidad fiingica en México es muy grande, debido a la posicién biogeogrd- fica que nuestro pats tiene, ubicado en- tre las grandes regiones, la nedrtica y la neotropical. Ademis, su intrincada oro- ‘grafia favorece una gran variedad de cli- ‘mas, lo que provoca el complejo mosaico vegetal que cubre el territorio nacional. Segiin Mittermeier la biodiversidad de México ocupa el quinto lugar a nivel mundial. Por otra parte, en un trabajo publicado en 1994, mostramos que la vegetacién tropical, incluyendo la subtro- pical, es la més rica en especies fiingicas y hemos encontrado, entre otras cosas, que el mayor mtimero de especies del género Pailocybe en el pats se encuentra en los bosques subtropicales, conocidos también como meséfilos de montafia. El conocimiento de los hongos en México comenz6 de manera incipiente c ENC AS No. 39 JULIO-SEPTIEMBRE 1995 cen el siglo XVI, y se difundfa en publica- ciones aisladas procedentes de Europa. La micologia mexicana se inicié, aunque de manera precaria, en las décadas de 1940 y 1950, con investigaciones sobre levaduras, hongos fitopatégenos y hon- ‘gos de interés médico, y posteriormente sobre macromicetos. El escaso desarro- Ilo del conocimiento acerca de los hon- ‘gos de México contrasta enormemente con la riqueza del conocimiento tradicio- nal, que se remonta basta hace més de quinientos afios. La falta de coordinacién entre los programas de la biodiversidad ylos programas cientificos en general ha contribuido al atraso en el estudio de los hhongos en México, que va paralelo con la escasez tan marcada de taxénomos en micologia. A pesar de tener el pafs una biodiversidad tan grande, los espe tas en micologia taxonémica no llegan a veinte y, entre ellos, los que son miem- bros del Sistema Nacional de Investiga- dores no llegan a la mitad. El Consejo Nacional de la Flora de México, creado en 1983, no ha publicado ninguna mo- nografia sobre hongos. Acerca de estos organismos solamente se conocen dos monografias a nivel nacional, las de Scle- rroderma y Psilocybe, elaboradas por quien esto escribe y tres parcialmente conclui- das, la de Gymnopilus de Guzman-Dava- los, la de Lactarius de Montoya y la de Phaeocollybia de Bandala, dirigidas por el autor. Todos los estudios sobre la biodiver- sidad deben basarse en colecciones de es- pecimenes debidamente catalogados. En el caso de las colecciones de hongos, que por tradicién se mantienen en los herba- rios, es importante sefialar que todavia son pobres en México. A este respecto, Hawksworth y Ritchie mostraron que 64% de los paises en desarrollo en los tré- picos carecen de colecciones micol6gicas. En su relacion de herbarios micolégicos en el mundo, al referirse a México, di- chos autores no mencionaron ninguna cifra de hongos al citar los 12 herbarios supuestamente importantes en el p: Segiin la revisi6n de los herbarios nacio- No. 39 JULIO-SEPTIEMBRE 1995, rales realizada por Arreguin y colabora- dores, existen mas de 220 000 especime- nes de hongos en 20 herbarios, de los que la Escuela Nacional de Ciencias Biol6gi- cas y el Instituto de Ecologia en Xalapa tienen més del 50 % y el Herbario Nacio- nal de México, la Facultad de Ciencias de Ja UNAM, el Instituto de Biologia dela Uni- versidad de Guadalajara y los herbarios HEIMIN ITCB el 35 %erestante. A mane- rade comparacién, es importante sefialar que la Coleccién Nacional de Hongos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos tiene més de 1 000 000 especime- nes y el Herbario de Kew en Inglaterra més de 700 000. Por otra parte, aproxi- ‘madamente €l 50% de las colecciones de hongos en el pais no estan bien iden- tificadas, en contraste con las de los herbarios del extranjero. En lo que res- pecta a las colecciones de hongos vivos, Hawksworth y Ritchie sefialan que en México se tienen registradas 2 523 ce- ‘pas en ocho instituciones, entre las que ‘no mencionaron el Instituto de Ecologfa, que tiene alrededor de cien cepas. La co- lecci6n més grande que citaron dichos au- tores es la del Centro de Investigaciones Forestales de Coyoacén con 1 016 cepas, Ja cual, segiin una revision que hizo re- Gientemente la biéloga Marisela Zamora cuenta s6lo con 193 cepas. En el extran- Jjero, a manera de referencia, el CAB In- ternacional de Inglaterra tiene més de 16 500 cepas, y a nivel mundial, Hawk- sworth registré 254 000.

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