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POLITICAS CULTURALES EN AMERICA LATINA NESTOR GARCIA CANCLINI, ed. ‘GUILLERMO BONFIL JOSE JOAQUIN BRUNNER JEAN FRANCO ‘OscAR LANDI SERGIO MICELI IM : HI 1 Pw 301.2759 cultura y sociedad coleccién enlace grijaibo MEXICO BARCELONA BLFNOS AIRES INSTITUTO DE AKics Umicenee POLSTICAS CULTURALES EN AMERICA LATINA © 1967, Nestor Gara Canc 1. .01967 por EDITORIAL GRIJALBO, 5. Ga Sat Barolo Naocalpan mi, 288 “Argentina Fonient 11230, Miguel Hidalgo, México, DF SEGUNDA EDICION = I9S¢ Ete lio no pus er reprobcio, taal 0 parcianente, sin autora ede de eter. ISBN 968-419.683-6 Introduccién. Politieas culturales y crisis de desarrollo: un balance latinoamericano, por Néstor GarciaCanclini .......... 13 L. Las transformaciones en el anAlisis de las politi- casculturales 15 @ De las descripciones burocréticas a la con- ‘ceptualizacién critica, 16 b) De las cronologias y discursos a ta investiga- cién empirica ......+. 18 ©) Delas politicas gubernamentalesa los movi- mientas sociales ...... 19 4d) De los andlisis nacionales ala investigacion internacional . 20 ©) Dela documentacidn sobre el pasado a tai vestigacién critica ya planificacion ....... 21 Il. Politicas culturales y crisis socioeconbmica .... 22 IIL. Los paradigmas politicos de la acci6n cultural . @) Elmecenazgo liberal . b) Eltradicionalismo patrimonialista . ©) Elestatismo populista....... @) Laprivatizacién neoconservadora. . ¢) Lademocratizaci6n cultural. #) Lademocracia participative IV. Cuestiones pendientes .. POLITICAS CULTURALES EN AMERICA LATINA a) Lainvestigacién de la vida cotidiana y las ne- cesidades populares... 6) Lareorganizacién de la cultura bajo el desa- rrolio industrial y tenolégico ©) Politica cultural y creatividad social La politica .aral en Ia época de c Heagan, ‘por Jean Franco... Nota final. \Los pueblos indios, sus culturas y [as politicas culturales, por Guillermo Bonfit se aeeeee, BY 1. Ladimensién cultural y el desarrollo de los pue- blosindios ..... ie 89 4a) Réquiem porel desarrolio integrador 89 b) Sehace camino al andar . ach Oe co) Nuevos retos... 98, II, Cultura propia, grupo étnico ¢identidad ...... 101 IIL Consideraciones sobre politicas culturales y al- ternativas . 7 IV. Algunas refiexiones finales . ve 4 wl 133 Estado, mercado y necesidades populares: las politicas culturales en Brasil, ‘por Sergio Miceli... 127 Campo cultural y democratizactén en Argentina, por Oscar Landi. : - 145 I, Entre la herencia autoritaria y la oportunidad democratica... wees 145 II. Losdilemas del Plan Nacional de Cultura... 156 4 Entre los prineipios.y un Estado feudali- zado. 156 inpice n B) Dela oposicién al gobierno .....+--.1.+++ 159 ©) Laperplejidad frente a la television 161 @) Lacultura popular en cuestion ......-...- 163 6) La planificacion por ‘fuera y por dentro de losconflictos Hee 167 LiL, Politicas culturales y culturas politicas. 169 Bibliografia ......00c025 ee Politicas culturales y democracia: hacia una teoria de las oportunidades, por José Joaquin Brunner <1 1. Agentes ¢ instancias organizativas « 2175 Naturaleza y clasificacion de cireuitos cultura les os 178 Circuitos culturales puros te 186 Componentes de todo circuito + 187 Tipos de politicas culturales vs 188 a) Politicas que presentan intervenciones en el nivel de los agentes .. 2 == 188 i. im. IV. Politicas relativas a los mediios de produccién .... 189 Politicas relativas a los canales de comunica- cion cecteeeeseees 189) Politicas que tienen que ver con los publicos. .. 189 Politicas que tienen que ver con las instancias institucionales de organizacién de los circuitos culturales ........- : - 190 Politicas culturales organizativas » a) Politicas en y frente al MERCADO . POLITICAS CULTURALES EN AMERICA LATINA. b) Politicas en y frente a ta organizacién AD- MINISTRATIVA de procesos culturales... 193 @) Politieas en y frente a ta organizacién CO- MUNITARIA dela cultura... 194, Politicas culturales democriticas: sentido general : os 196 Politicas culturales democréticas: especificos rest Bibliografia . Bibliografia general .....- Introduccion Politicas culturales y crisis de desarrollo: un balance latinoamericano Néstor Garcia Canclint Politica y cultura: dos campos adversarios para mu- chos politicos, para muchos artistas e intelectuales. Los Politicos suelen dar por supuesto que la sociedad tiene problemas mas apremiantes, sobre todo en tiempos de austeridad, de modo que prefieren dejar que las deman- das culturales de sectores tan pequefios, cuyas activida- des interesan a minorias y repercuten poco en los movi- mientos det electorado, se resuelvan en la competencia ‘entre grupos, tendencias y organismos privados, La mayoria de'los artistas e intelectuales viven lo poli- tico como un tertitorio ajeno y amenazante. Ven en los intentos de planificar la cultura conspiraciones contra la espontaneidad creadora, les hacen pensar en seguida en Hitler, Stalin o en el despotismo deslustrado de los dic- tadores latinoamericanos. Hasta escritores que argu- mentan en favor del compromiso social de su trabajo encuentran en los partidos, los poderes estatales y las. polémicas politicas conjuras enemigas de lo que Vargas Llosa denominé hace poco el “primer deber del intelec- tual: ser libre”, “Uno intenta hablar del problema de la libertad de expresion y le preguntan cuanto gana, por B 14 POLITICAS CULTURALES EN AMERICA LATINA ‘qué escribe en tal periddico y no en el otro y si sabia quién financié el congreso en el que particip6.”" Estas son algunas de las razones por las que las pollti- cas culturales constituyen un espacio de existencia du- dosa. ‘De qué politicas culturales vamos a hablar si en mi pais no existen”, escuchamos decir @ socidlogos y escritores de Argentina, Brasil, México, Pert. Esa frase suele referirse a la falta de una coordinacién explicita que dé coherencia a las acciones estatales, como ocurre en las politicas econémicas, de salud o vivienda. El érea cultural aparece a menudo como un espacio no estructu- rado, en el que coexistirian arbitrariamente instituciones ¥ agentes personales muy heterogéneos. La falta de in- terés de Ios Estados y de los partidos, de derecha e iz- quierda, deja esta zona de la vida social en manos de ‘yersos mecenas o librada a las iniciativas de instituciones desconectadas. Para muchos politicos, sociélogos y eco- nomistas, 1a politica cultural es un tema que se discute sin rigor entre artistas y escritores, o que encubre con ar- gumentos formales simples Iuchas de intereses por la istribucién de fondos publicos y privados. En verdad, lo que hoy llamamos politica cultural tiene prefiguraciones lejanas. Serfa legitimo indagar su origen en los proyectos fundadores de nuestros paises, particu- larmente en politicos intelectuales, como Sarmiento 0 ‘Vasconcelos, que desplegaron una estrategia de desarro- Ilo cultural consciente de sus objetivos finales en cada ‘rea social y del modo en que debian articularse la edu- cacidn, la composicién sociocultural de la poblacién y el desenvolvimiento econémico. Podriamos remontarnos hasta la Colonia, investigar las politicas culturales de di- versos sectores de la Iglesia y obtener explicaciones que necesitamos para entender cémo se construy6, a través de sistemas orgénicos de acciones culturales, distintos ti- 1 Mario Benedeat y Mario Vargas Lisa, Amésica Latina, os inteloctuales yl subdesarolo politico”, Pueliznim. 92, México, julio 1984, p. 43. POLITICAS CULTURALES Y CRISIS DE DESARROLLO 15 os de hegemonia politica, Pero por algo la formula politica cultural aparece tan recientemente, Es en las dos tiltimas décadas cuando las cuestiones que dicha formula abarca cambian su aspecto y su lu. gar. 2Qué ha ocurrido para que muchos Estados y orga- nismos internacionales —el mds nototio la UNESCO realicen congresos y estudios sobre politica cultural, para que algunos partidos politicos y cientificos sociales la consideren junto a los temas econdmicos y politicos a los que tradicionalmente reducian sus practicas? Co. mienza a encararse en América Latina la creacion de mi. nisterios de cultura, se formulan por primera vez planes nacionales para este campo, los Estados realizan lo que Sergio Miceli denomin6, refiriéndose a Brasil, la “cons. truccién institucional del frea cultural”? A’la vez, se aplican al conocimiento de la cultura metodologias de investigacin tan rigurosas como a las otras partes de la estructura social, superando asi la época en que este campo s6lo merecia especulaciones filosoficas y ensayos intuitivos. Las politicas culturales ya no son solamente motivo de debates doctrinarios en revistas literarias 0 suplementos periodisticos de fin de semana, Es esta rie Hensuscion la que cratamos de recoger y discutir en 1. Las transformaciones en ef anélisis it Eanes et aniiisis de tas potiticas Cuando uno recorre la bibliografi ida baj Cuando uno 1 erafia producida bajo | titulos “politicos culturales”” 0 "cultura y politica” en. Cuentra ante todo la dificultad de constituir y delimitar 2 Sevalo Mice (org), Estado e cultura no Bras, Se op, aiale Miceli ore.) Estado e cultura no Brest, Sao Paulo, oir, 1984, 6 POLITICAS CULTURALES EN AMERICA LATINA el objeto de estudio, asi como de establecer un metodo pertinente de investigacion. Observamos que en las dos liltimas décadas, desde que comenz6 a trabajarse siste- maticamente en este campo, se efectuaron los siguientes movimientos, que significan un avance en esta tarea: a) De las descripciones burocréticas a la conceptualizacién critica njunto mas extenso sobre politicas culturales en es- patil “ts la coleceion de libros y fasciculos preparados por a UNESCO sobre los paises latinoamericanos. La casi totalidad de esos textos se limita a describir el orga- nigrama burocratico de los Estados, enumera las institu- ciones ¥ sus principales actividades. Segiin los autores, se da mas énfasis a los aspectos juridico-administrativos (por ejemplo, el libro de Edwin R. Harvey sobre Arges tina), a la nacional (el de Jorge Eliécer Ruiz ‘acerca de Colombia),¢ 0 a las innovaciones instituciona~ Jes de los tiltimos afios (el de J. Saruski y G. Mosquera sobre Cuba).\ Es dificil formarse una idea de las contra- diceiones y polémicas que suele implicar el desarrollo de politicas culturales a través de esos textos demasiado males y diplomaticos. mismo problema se encuentra en muchos documen- tos y ponencias de las conferencias intergubemamentales sobre politicas culturales oF por la UNESCO, desde la primera en Venecia, (1970), hasta la dltima en México (1982). Es valioso que esas conferencias hayan edn R. Harvey, La polite cara en Arena, Pris, 030, 17M ope He Rl, Le otic itaral en Colombia, Par, aio, 7S ime Saesly Gerardo Mosques, La pon cltiral en Cbs, Pas, nese 1999, Seencontrara en la iliograia final los demas iulos publica- dbs por la unesco sobre otros paises lainoamericanes. POLITICAS CULTURALES Y CRISIS DE DESARROLLO 17 contribuido a formar un cierto sentido comin interna- cional acerca de que el crecimiento de los paises no puede evaluarse s6lo por indices econémicos, y que el desarrollo cultural, concebido como un avance conjunto de toda la sociedad, necesita una politica piblica y no puede ser dejado como tarea marginal de élites refinadas © librado a la iniciativa empresarial de grandes consor- cios comunicacionales. Otro mérito que debemos reco- nocer a esas reuniones es que temas claves como la trans- nacionalizacién de la cultura, el control imperialista de la informacién y la desigualdad social en la apropiacion del arte hayan dejado de ser discusiones murmuradas s6- lo en revistas de izquierda. Ademas, la UNESCO viene promoviendo en esas conferencias acuerdos internacio- nales para la defensa del patrimonio nacional, el acceso de sectores populares a la cultura y la proteccién de los derechos de artistas y trabajadores culturales. Sin em- bargo, desde el punto de vista del debate sobre las contradicciones basicas de nuestro desarrollo, estas conferencias reiteran los limites de las reuniones intergu- bernamentales. Complejas cuestiones tecnolégicas, lin- uisticas y artisticas son tratadas solo por politicos profesionales, en. algunos casos ni siquiera elegidos por sus pueblos. Se aconsejan medidas de proteccién a las culturas indigenas y populares, pero sus protagonistas no participan. La fuerza y el rigor de los discursos que- an entonees librados al talento y la elocuencia de algu- nos ministros (por ejemplo, Lang y Mercouri en la Con- ferencia de México). La mayoria de las intervenciones ‘educen 0 disimulan las contradicciones vividas en las sdades de las que hablan. Por ¢30, los conflictos y dificultades que acompafian tas politicas culturales, los problemas tebricos y metodo- ogicos que implica su estudio, aparecen —mas que en fas grandes conferencias de la UNESCO— en las reu- niones de especialistas que esa institucion convoca pe- viodicamente y en otros debates intelectuales y estudios 18 POLITICAS CULTURALES EN AMERICA LATINA, cos, Sélo en los tltimos diez afios comienzan a Concise ‘andlisis que trascienden el catalogo burocré- fico, que retmen a politicos, cienificos sociales y artistas para examinar las bases conceptuales de las acciones cul hurales. Es el caso del simposio que acabamos de eta sobre Estado e Cultura no Brasil, que se efectud en en Sao Paulo, del cual traducimos para este volumen un texto de Sergio Miceli —coordinador del simposio— s0- ‘bre las relaciones entre “Estado, mercado y necesida- des populares”. Otro ejemplo lo tenemos en el libro Cul- turas populares y politica cultural realizado también ‘en 1982 por el Museo Nacional de Culturas Populares de México, bajo la coordinacion de Guillermo Bonfil, de Guien publicamos aqui un texto més reciente acerca de las encrucijadas politicas en que se encuentra la cuestion in- digena. b) De las cronologlas y discursos a la investigacion empirica voltimenes y articulos que incluyen en su titulo Me Gtaula “potica cultural” son textos declarativos o apologéticos elaborados por organismos 0 funcionarios Tuego de un periodo de accion gubernamental. Estoy pensando cn los libros publicados por los. gobiernos de ‘Cuba’ y Nicaragua® con discursos de sus lideres y docu: mentos oficiales; en el libro de Alfredo Tarre Murzi, donde el expresidente del Instituto Nacional de Cultura sete a et i ts nm ttt nea Ace POLITICAS CULTURALES ¥ CRISIS DE DESARROLLO 19 y Bellas Artes de Venezuela establece la memoria de su trabajo y sitta la problematica cultural de ese pais en una reflexién periodistico-diplomatica sobre las tenden- cias del capitalisme y el socialismo. Hay que reconocer ‘en estos libros el mérito de documentar y buscar cohe- rencia a las aceiones desarrolladas por los Estados. Pero para descubrir el sentido global de esas politicas se necesi- ta, ademas de la reflexi6n de los protagonistas, la investi- gacién empirica que evalie la manera en que las acciones piiblicas se vinculan con las necesidades sociales. ©) De las politicas gubernamentales a los movimientos sociales De acuerdo con esa tendencia prevaleciente del pens: miento moderno que concentré en los Estados el ejers cio de la politica —econdmica, cultural, sanitaria—, la mayor parte de la bibliografia reduce el tratamiento de este tema a lo que hacen los gobiernos. Sin embargo, la presencia creciente de las transnacionales y de las empre- sas privadas nacionales en el campo cultural, asi como el papel desempefiado por agrupaciones culturales de base, movimientos eclesidsticos y asociaciones privadas en los procesos de democratizacién latinoamericanos, mues- tran la necesidad de extender la problematica de las politicas culturales al conjunto de acciones desarrolladas por los grupos ¢ instituciones que intervienen en esta rea. El texto de Jean Franco acerca de la politica cultu- ral de Reagan, que inicia este volumen, muestra como se estructura desde el neoconservadurismo de la metropoli su relacién con las necesidades socioculturales y los pro- cesos politicos latinoamericanos. El de José Joaquin Brunner es un intento original de construir una tipologia capaz de articular los diversos circuitos culturales (pibl £05, privados y de asociacion voluntaria) y de repensar las tareas de los movimientos de oposicién. POLITICAS CULTURALES EN AMERICA LATINA, d) De los anélisis nacionales a la investigacién internacional La dependencia de los trabajos sobre politicas culturales de una perspectiva estatal determina que su horizonte tenga, a menudo, los limites de la sociedad nacional. Las conferencias regionales y mundiales de la UNESCO dieron espacio para cierto intereambio més amplio, aunque restringido casi siempre a las esferas gubernamentales. En algunos estudios académicos y en coloquios internaciona- les auspiciados por centros de investigacion, se trascien- den los enfoques locales y comienzan a construirse pard- metros tedricos para analizar las politicas transnacionales © los problemas comunes en diversos paises.” Uno de los encuentros que mejor muestra la fecundidad de estos es- fuerzos internacionales de coproduccion intelectual fue el organizado en marzo de 1985, en Chile, por el Centro de Indagacién y Expresién Cultural y Artistica (CENECA) de ese pais, el Centro de Estudios de Estado y Sociedad (ceDES) de Argentina y el {INTERCOM de Brasil. En la convocatoria se dice que Ia democratizacion, de los palses del Cono Sur ofrece a los mas diversos “‘actores politicos, intelectuales y culturales el desafio y la posibi lidad de desempefiar un rol activo en el disefio de mar- {© Citemos et imposio organizado por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales en 1981 en Santa Marta, Colombia, sobre t tema “Co- Smunizacion y demoeracia’ (publicado en e libro de Elizabeth Fox etal, Eomtacaion y democracia em América Latina, Lima DESCOCLACSO, 1982} (Gue ceunid @ tnvectigadores de varios paises latinoamericanos y' de Esta Ades Unidos en la Universidad de Columbia, en abil de 1985, bajo el tema ‘Cultura popular, redstenia politica y pollcas eulturales en Amerce Lavi- inst el auspiiado por sl Centro de Estudios sobre Cultura Transnacion Con vde en Lima, ye Centra de Investigacion y Educacion Popular de foul on esta misma ciudad, en agosto del mismo ao, para oguparse de 10s ‘itcvlos entre "Cultura transtacional, cultura popular y_ polities cultures POLITICAS CULTURALES ¥ CRISIS DE DESARROLLO 21 ‘cos orientadores y de politicas culturales’’; pero esta ‘oportunidad, semejante a la de la década de los sesenta, se diferencia ahora porque se da luego de largos gobier- ‘nos militares y en un periodo de crisis y “‘replanteamiento en las matrices tedricas y en los andlisis sobre politica, democracia, estado, sociedad y cultura”, Se sefiala tam- bién que los cambios suscitados por las transforma- ciones tecnoldgicas, industriales y comerciales de la comunicacion a nivel mundial y regional exigen tratar conjuntamente a situacion de Argentina, Brasil, Chile, Pera y Uruguay. Cabe decir que estos temas, asi como el de Ia democratizacién, no solo requieren la reflexion y el estudio conjunto en los paises que emergen de dictadi- ras; también se vuelven centrales en el debate de otras sociedades. Una de Ias principales expresiones de la ge- neralizacion de investigaciones en este campo es la crea~ cidn de un Grupo de Trabajo sobre Politicas Culturales en CLACSO (Consejo Latinoamericano de Ciencias So- ciales), compuesto por varios autores de este volumen —Brunner, Garcfa Canclini, Landi y Miceli, y por Antonio Augusto Arantes, Carlos Catalan y Luis Peira- no. Dicho grupo est4 desarrollando una investigacion ‘comparativa sobre las relaciones entre politica cultural y consumo en Argentina, Brasil, Chile, México y Pera. e) De la documentacién sobre el pasado «la investigacién critica y ta planificaciéon Documentar las politicas culturales sigue siendo una ta- rea indispensable para poder hablar de ellas, o sencilla mente para evitar la desmemoria de nuestros pucblos. En varios paises de América Latina es algo que atin debe ser iniciado. Pero para que ese registro aleance cierta ob- jetividad y valor explicativo, necesita ser hecho no soto por los protagonistas 0 los poderes responsables de tas acciones, sino mediante un trabajo de investigacion que 2 POLITICAS CULTURALES EN AMERICA LATINA, vali las politicas en relacién con sus resultados, con la recepcion y refuncionalizacién que tales politicas sufren al llegar a sus destinatarios. Quizas otro de los hechos reveladores de la nueva etapa en que estamos sea que la denominacién “politica cultural” no se coloca ya tinica- mente en los analisis post facto de los gobernantes; co- mienza a aparecer en los primeros planes.nacionales de cultura de algunos gobiernos. Como un ejemplo de lo que significa esta basqueda a priori de coherencia en las acciones de un Estado y de lo que los cientificos sociales pueden hacer respecto de la fundamentacion de las politicas culturales, presentamos en este volumen un es- tudio critico de Oscar Landi sobre el Plan Nacional de Cultura del gobierno argentino (1984-1989). 4 Politicas culturales y crisis socioeconémica @A qué se deben estos cambios en el tratamiento de las politicas culturales? Una primera explicacion podemos encontrarla en la crisis de los modelos productivistas, tanto keynesianos como marxistas, que hasta hace poco regian la planificacién del desarrollo. La incapacidad de las soluciones meramente econdmicas o politicas para controlar las contradicciones sociales, las explosiones demograficas y la depredacién ecolégica han Ilevado a ientificos y politicos a preguntarse por las bases cultu- rales de la produccién y del poder. Se acepta que cl desarrollo no es s6lo una cuestion referida a patrones y niveles materiales, sino también al significado del tra- bajo y la recreacién, al sentido que las sociedades cons- ‘tmuyen, junto con su produccién, en las eanciones ¥ las imagenes, en el consumo, la educacién y la vida diaria. Luego, para estudiar el desarrollo y su crisis hay que tomar en cuenta tanto lo que declaran las encuestas y las POLITICAS CULTURALES ¥ CRISIS DE DESARROLLO 23 sfras, como el abierto misterio del arte: esos textos que denis we sgl ta reskenia en I erty la mala erdidos. : norte a hace pocos atop la literatura latinoamericana sobre la modernizacién, que: entendia este proceso como ia aproximacion a los modelos industriales de as metré- polis, se ocupaba de la cultura —sobre todo de las cultu- Fas tradicionales— tnicamente como “obstéculo al dese- trollo”. Las relaciones de compadrazgo y parentesco, las Troencias religiosas y ot7os valores arcaicos solo eran estu- iados para saber mejor como eliminarlos. Sin embargo, las evidencias de inviabilidad del modelo metropolitano ee tuestros paises, ya crisis de la concepci6n unilineal de ta historia que lo sustenta, abrieron el espacio cientifico a nuevas maneras de ver la funciones sociales y economi- cas de la cultura. Se presta creciente atencion al papel (muchas veces positivo) de las diversidades culturales sn €1 crecimiento econémico, a fa soldaridad Etnica ret tiosa como recurso de cohesion social, ya las teenicas de produccion y los hAbitos de consumo tradicionales como ‘base de formas alternativas de desarrollo." ‘Un cuestionamiento semejante aparece en los discursos politicos. Ya es comin que ‘cualquier declaracion de esta- Gistas y organisms intemacionaes reconozca los erores fa que llev6 la concepcién economicista del desarrollo, y Gue los cambios tecnoldgicos y sociales deben arraigarse sideranel opel eaten 1 atari ve exons stain ee a ds age, “Putona coal Ye etn ccs aos en sir So0o- IL cea 964.1724 y 18167 se Jones Se a ear rads dear ro See dtl y de Cs Furtado, Cretiad caaraly a lds cs tre Pal Comes Costs ‘coord. tura » creacidn inceleciual en América Latina, México, Sigio or ae sans Uni po 2 138, de See a ol on Mec: ero et TES domes Mix mnt eno Pa POLITICAS CULTURALES EN AMERICA LATINA en Jos habitos culturales. También en los movimientos de oposicién, en los debates sobre las dictaduras y la de- moeratizacién, comienza a verse el papel especifico de la cultura, sobre todo de las culturas populares. Es curioso gue en un continente en el que las masas fueron decisivas en las revoluciones, por lo menos desde la mexicana de 1910, la cultura popular casi nunca haya sido un proble- ‘ma central para los estudios politicos. ;Como explicar que tantas revoluciones frustradas —la de Bolivia en 1952, los intentos de repetir la experiencia cubana en ése y ¢n otros paises— no hayan suscitado trabajos cientificos sobre las causas por las que las masas fueron derrotadas 0 no respondieron a los llamados de las vanguardias? Es en esta altima década cuando se desarrolian estu- dios interesados en entender las bases culturales de los movimientos populistas y revolucionarios. Algunas in- ‘yestigaciones y polémicas sobre las principales revolu- cciones (desde ia mexicana a ta nicaragiiense) y sobre los regimenes dictatoriales han puesto en evidencia el papel de Ja cultura en la construccién de la hegemonia y el consenso.” El interés por conocer los procesos cultura- les esta creciendo también en movimientos populistas y de izquierda que reconocen entre las causas de sus derro- tas las falencias de concepciones clientelistas y economi- cistas sobre el desenvolvimiento ideolégico de las '2 Un ejemplo valloso por su nivel argumentativo y porque result det scuerdo entze muchos pases: la “Conferencia infergubertarncntal sobre las politicasculturales en América Latina yal Caribe. Problemas y perspectives", Bogota, 10-20, enero 1978, Paris, unssco, 1977 5 Adem de os textos citados de Micely Bonfl Batata, sf como ls eferi- sdova Cuba y Nicaragua, pueden consularse los bros de Alberto ira, Pol ultura popular: ta Argentina perontsa (1945-1955), Buenos Aires, Et. dea lor, 1983: Vasis, Polio culural det Estedo mexicano, ce care, 1983; Suan Carlos Tedesco ef a, El proyecto educative autortaio. Argentina 1975. 1982, Baos Aires, rLacso, 1983; Oscar Landi, "Cultura Politica en la trace Siciou democrdtiea™: en 0. Orla ot a, "Proceso", cris teanscton de ‘mocritica, Bucsos Aires, Cabn., 1984; ¥ José Foaguln Brunner. “Cultura y crisis de hegemonias”, en JJ. Brunnecy G. Catalan, Cinco estudios sobre ‘culture y sociedad, Saitiagn de Chile, r.acso, 1985 POLITICAS CULTURALES Y CRISIS DE DESARROLLO 25, masas."« El agotamiento del foquismo guerrillero y de la idealizacion del proletariado como nica clase revolu- cionaria ha suscitado mayor preocupacién por entender el comportamiento de todos los seciores populares, in- cluso las manifestaciones culturales aparentemente me- nos vinculadas con la movilizacion politica inmediata, eto que condicionan la manera en que las clases piensan y actiian. Coincidentemente, la redefinicién del concepto de cultu- ra ha facilitado su reubicacién en el campo politico. Al de- jat de designar unicamente el rinc6n de los libros y las. bellas artes, al concebir la cultura —en un sentido mas proximo a la acepcién antropolégica— como el conjunto de procesos donde se elabora la significacion de las estruc- firas sociales, se la reproduce y transforma mediante ope- raciones simbélicas, es posible verla como parte de la socializacion de las clases y los grupos en la formacion de Jas concepciones politicas y en el estilo que la sociedad adopta en diferentes lineas de desarrollo. Los aspectos simbélicos de la transformacién rural y del reordenamien. to del espacio urbano, que hasta hace poco solo atraian 2 antropélogos y semidlogos, hoy son considerados claves para el éxito 0 el fracaso de las politicas. La funcion de {la cultura en problemdticas tan diversas (en la campesina y la urbana, en la migratoria y ecol6gica, en la forma- cién de 1a memoria nacional y el consenso politico) ha extendido enormemente su visibilidad social y ha puesto on evidencia la necesidad de desarrollarla con politicas organicas. Se verdi a lo largo de este libro que estas causas més 0 ‘menos estructurales por las que las politicas de la cultura adquieren un lugar central son acentuadas por la actual 4 Vase, cic vis, lo rebalos de Brunner, Cia y Landiya mexciona- ‘sal como los textes de E. Lacan, Jord Borja, H. Bejan. Cotler y Fe, Cardoso, en J, Labastida Martin del Campo etal, Hegemoniay alternaivay oliticas en América Latina, México, Selo xx, 1985,

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