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MANAKEL
SárAmorifer
Manakel
Madrid, 2011
Director de la Colección: Diego Cerrato Barragán
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Regla Rosa*Cruz
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Prólogo
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Regla Rosa*Cruz
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Prólogo
2 Estos carteles fueron fijados durante la noche en las paredes de París, y de
cían así: «Nosotros, Diputados del Colegio Prinápal de los Hermanos de la
Rosa-Cruz, permanecemos en forma visible e invisible en esta ciudad por
gracia del Altísimo, hacia el cual se inclina el corazón de los Justos. Nosotros
mostramos y enseñamos sin libros ni máscara a hablar toda clase de lenguas de
lospaíses donde queremos estar, para sacar a los hombres, nuestros semejantes,
de errores mortales». Unos días más tarde aparecieron otros anuncios con el
siguiente escrito: «Nosotros, Diputados del Colegio Rosa-Cruz, prometemos
a todos los que deseen entrar en nuestra Sociedady Congregación, enseñarles
en perfecto conocimiento delAltísimo, departe del cual haremos boy asamblea
y los volveremos, como nosotros, de visibles en invisibles y de invisibles en vi
sibles, y serán transportadospor todos los países extranjeros donde su deseo los
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Prólogo
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Regla Rosa*Cruz
Convertido en pastor y
escritor, capellán de la Cor
te y consejero consistorio en
Estutgart, firmó unas obras
escritas dentro del espíritu
«utopista» entonces muy de
moda gracias a las publica
ciones de los Ingleses Tho-
mas More y Francis Bacon
y las del Francés Cyrano
Savignan de Bergerac, que
el escritor francés Edmond
Rostand pondrá en escena,
tres siglos más tarde, en una
interpretación muy libre.
Se le atribuye a este personaje oficial muy respetable, la fun
dación de un círculo de investigadores curtidos en materias de
misticismo (volveremos a ello) y la redacción de tres manifiestos
publicados entre 1614 y 1619. Aquellas publicaciones eran, se
gún parece, aptas para servir de testimonio sobre el movimiento
rosacruz, en sus orígenes y sus metas. Más tarde, Andrae negaría
ser el autor, al menos en lo que se refiere a las dos primeras, sin
duda para no llevar a cuestas la sombra sulfurosa capaz de per
judicarle en su carrera pública.
Pero veamos ahora lo que encierran estos tres Manifiestos
que, parece ser, armaron un gran ruido en su momento.
El primero, titulado «Fama Fraternitatis», fue publicado en
1614 en Cassel, en Alemania. Tenía un prefacio seguido por un
comentario y luego la biografía de cierto personaje designado
sólo por sus iniciales: C.R., finalmente un mensaje redactado
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En el pórtico del templo del
verdadero Rosa+Cruz
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En el pórtico del templo del verdadero R.osa*Cruz
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apítuío.1... ■.
Reglas Rosacuces
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Regla Rosa*Cruz
8. APRENDE LA TEORÍA,
ANTES DE INTENTAR LA PRÁCTICA
Aquel que viaja con seguro guía, estará seguro de él, si rehúsa
progresar por medio de las experiencias ajenas.
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Reglas Rosacruces
Estas son las once reglas que deben ser seguidas por quienes
desean entrar en el Templo de la Rosacruz, pero los Rosacru
ces tienen una duodécima Regla, un ARCANUM, en el cual los
grandes poderes residen, mas de ello nos está prohibido hablar.
Este ARCANUM será dado a aquellos que lo merezcan, y
con su ayuda, ellos hallarán la luz en la oscuridad y un cicerone
en el laberinto.
Este ARCANUM es inexpresable en el lenguaje de los mor
tales y puede, por esto, sólo ser comunicado de «corazón a cora
zón». No existe tortura lo suficiente fuerte capaz de arrancarlo
a un verdadero Rosacruz; pero aún, si éste estuviera dispuesto a
revelarlo, los que no merezcan tal revelación, no serán capaces
de recibirlo.
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Capítulo
Los deberes de un Rosa^Cruz
Los que han muerto en la carne, leerán las siguientes líneas con
el entendimiento externo, pero los que viven en el espíritu, verán
su significado interno, y de acuerdo a ello, obrarán.
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Los deberes de un Rosa*Cruz
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1. - EL ROSACRUZ ES PACIENTE
Su principal y más importante victoria, es la conquista de su pro
pio YO. Es la victoria sobre el LEON, que ha injuriado amarga
mente a algunos de los mejores partidarios de la Rosacruz.
El no será sojuzgado por el feroz y desconsiderado ataque
que se le hizo, sino que está hecho para vencer por la paciencia
y grandeza de alma.
El verdadero Rosacruz trata de vencer a sus enemigos con la
bondad y a los que lo odian, con presentes. No los maldice, por
el contrario, les envía ferviente fuego de amor sobre sus cabezas.
No persigue a sus enemigos con la espada, o con haces de
lefia, sino que sufre la cizaña que crece como el trigo, hasta que
ellas maduren y sean separadas por la Naturaleza.
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Regla Rosa*Cruz
2. - EL ROSACRUZ ES BONDADOSO
Nunca aparece triste o melancólico, ceñudo o con una mirada
de desprecio en su rostro, actúa bondadosa y amablemente hacia
todos y está siempre listo a prestar ayuda a su prójimo.
Aunque es diferente de la mayoría que le rodea, trata de
amoldarse a ella en sus hábitos y costumbres, tanto como su
dignidad lo permita. Resulta por esto una agradable compañía,
y sabe cómo conversar, tanto con el rico como con el pobre, y
actuar en cualquier clase de sociedad, imponiendo su respeto,
por cuanto él ha dominado la vulgaridad.
4. - EL ROSACRUZ NO ES ORGULLOSO
Sabe que el hombre no es otra cosa que instrumento en las ma
nos de Dios, y que nada útil puede realizar por su propia volun
tad. Esta, no siendo más que la voluntad de Dios, pervertida por
el hombre. A Dios dedica todas sus alabanzas y a todo aquello
que es mortal su reprobación.
No muestra una desordenada precipitación para realizar al
guna cosa, sino que espera hasta que recibe las órdenes de su
Maestro, que reside por encima y dentro de él.
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Los signos secretos de los Rosacruces
5. - EL ROSACRUZ NO ES VANIDOSO
Prueba con esto que hay algo real en él, y que no es un talego
inflado con aire.
Los aplausos y los reproches le dejan indiferente, y no se
siente agraviado si se le contradice o encuentra desprecio. Vive
dentro de sí mismo y goza las bellezas de su mundo interno, pero
nunca desea hacer ostentación de sus posesiones, ni se muestra
orgulloso por aquellos presentes espirituales que ha alcanzado.
De los más grandes presentes, él posee su modestia y su vo
luntad de ser obediente a la Ley.
6. - EL ROSACRUZ NO ES DESORDENADO
Se esfuerza siempre por cumplir con su deber y actúa de acuerdo
al orden establecido por la Ley. No se preocupa por frivolidades
externas ni ceremonias. La Ley está escrita dentro de su cora
zón, y de allí que todos sus pensamientos y actos son gobernados
por Ella.
Su respetabilidad no reside en su aspecto exterior, sino en
su real ser, el cual puede ser comparado a una raíz, desde donde
todas las acciones surgen.
La belleza interior de su alma está reflejada en su aspecto
externo, y estampa en él todos sus actos con indeleble sello; la
luz existente en su corazón puede ser percibida en sus ojos por
el experto. Es ella el espejo de la Imagen Divina, subyacente en
su interno YO.
7. - EL ROSACRUZ NO ES AMBICIOSO
Nada hay más injurioso al progreso espiritual, y a la expansión
del alma, que una estrecha mente y un carácter egoísta. El ver
dadero Rosacruz siempre cuida mucho más el bienestar de sus
semejantes que el propio.
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Regla Rosa* Cruz
8. - EL ROSACRUZ NO SE IRRITA
Es evidente que una persona que trabaja para el beneficio de to
dos sea odiada por aquellos cuyos intereses personales no resul
ten beneficiados, ya que el egoísmo es el opuesto de lo magná
nimo, y los derechos de unos pocos no siempre son compatibles
con los intereses de la comunidad.
Los Rosacruces, en razón de esto, serán siempre resistidos
por las personas de mentes estrechas o corta visión. El será di
famado por calumniadores, sus razones serán tergiversadas, será
maljuzgado por el ignorante, ridiculizado por el pseudo-sabio, y
mofado por el necio.
No obstante, tales procederes no podrán excitar o irritar la
mente del verdadero Rosacruz, ni perdurar la divina armonía de
su alma, porque su fe descansa en la percepción y conocimiento
de la verdad que en él residen.
La oposición de un millar de personas ignorantes no le indu
cirá a desistir o hacer aquello que él conoce como noble y justo,
y lo hará, aunque esa acción represente la pérdida de su fortuna
o de su vida. Siendo capaz, y estando acostumbrado a dirigir su
vista hacia lo divino, no puede ser engañado por las ilusiones de
la materia, pero no obstante, se adhiere a la realidad externa.
Estando rodeado de influencias angélicas y atento a esas vo
ces, no se afecta por el ruido que hacen los animales.
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Los signos secretos de los Rosacruces
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Regla Rosa*Cruz
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Los signos secretos de los Rosacruces
15. - EL ROSACRUZ
NO PUEDE SER VENCIDO POR EL SUFRIMIENTO
Sabe que no hay luz sin sombra, no hay mal sin algún bien, y que
la fuerza crece en relación a la resistencia.
Habiendo reconocido la existencia del principio Divino en
todas las cosas, los cambios externos son para él de poca impor
tancia, y no merecen mayor atención.
Su principal objetivo es sostener sus posiciones espirituales y
jamás perder la corona que ganó en la batalla de la vida.
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Regla Rosa*Cruz
Estos son los dieciséis signos del verdadero Rosacruz que han
sido revelados a un peregrino por un ángel que le arrancó el
corazón, dejando en su lugar, un ígneo carbón, que está ahora
incesantemente ardiendo y animado con el amor de la UNI
VERSAL FRATERNIDAD HUMANA.
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Leges Societatis
ESTATUTOS DE LA SOCIEDAD
PARA EL ESTUDIO DE LA SABIDURÍA DIVINA
Jesús dijo que cuando dos personas se reunieran en su nombre
para rogar a su Padre, su pedido sería concedido, pues entonces
él estará en medio de ellas.
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Capítulo V Jllilli.
Reglas de conducta
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Reglas de conducta
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Reglas de conducta
6. - Casto.
«... porque es efluvio del poder divino, emanación purísima de
la gloria del Omnipotente, por eso nada inmundo se le pega».
(Sabiduría VII, 25).
«Así que estamos siempre animosos y sabemos que mientras
sea el cuerpo nuestra patria, estamos desterrados del Señor». (2a
Corintios V, 6).
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Reglas de conducta
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Reglas de conducta
12. - ...Aplicado.
«Me limpié las palmas... Con sus consejos [los de la Sabiduría]
adquirí prudencia y no la abandonaré». (Eclesiástico LI, 20).
«Venid a mí los ignorantes [a la Sabiduría], y habitad en mi
escuela». (Eclesiástico LI, 23).»
«Acércate a ella [a la Sabiduría] como quien ara y siega, es
perando abundante cosecha; cultivándola trabajarás un poco, y
mañana comerás sus frutos. Al necio le resulta fatigosa, y el in
sensato no puede con ella». (Eclesiástico VI, 19 y 20).
«El primero no acabará de comprenderla [a la Sabiduría] y el
último no podrá rastrearla, pues su pensamiento es más dilatado
que el mar y su consejo más que el océano». (Eclesiástico XXIV,
28 y 29).
«Haré brillar mi enseñanza [la Sabiduría] como la aurora
para que ilumine las distancias». (Eclesiástico XXIV, 32).
«En cambio, el que se entrega de lleno a meditar la Ley del
Altísimo indaga la Sabiduría de sus predecesores y estudia las
profecías». (Eclesiástico XXXIX, 1).
«Que el libro de esa Ley no se te caiga de los labios; medítalo
día y noche, para poner por obra todas sus cláusulas; así prospe
raran tus empresas y tendrás éxito». (Josué 1,8).
«... [La Sabiduría] ella misma va de un lado a otro buscando
a los que la merecen, los aborda benigna por los caminos y les
sale al paso en cada pensamiento». (Sabiduría VI, 16).
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Reglas de conducta
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la pítu i o Wr JIL Ji
Joyas Rosacruces
RAMA SUPERIOR
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RAMA DERECHA.
RAMA INFERIOR.
RAMA IZQUIERDA.
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Joya» Rosacrtwes
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Capítulo W . ... .. *•»
Del estudio
de la sabiduría divina
Con sus referencias en el Antiguo y el Nuevo Testamento
por el autor del Echo oder exemplarischer Beweís.
DE DIOS
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Del estudio de la sabiduría divina
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DE LA PALABRA DIVINA
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«Mucha paz tienen los que aman tu ley, nada los hace trope
zar». (Salmos CXIX, 165).
«Dios se mostrará fiel aunque todos los hombres sean falsos.
Como está escrito: En la sentencia tendrás razón, del juicio sal
drás inocente». (Romanos III, 4).
«Pero, protegido por Dios hasta hoy, he podido atestiguar a
pequeños y grandes, sin enseñar otra cosa que lo que predijeron
los profetas y Moisés...». (Hechos XXVI, 22).
«No añadáis nada a lo que os mando ni suprimáis nada;
cumplid los preceptos del Señor, vuestro Dios, que yo os mando
hoy». (Deuteronomio IV, 2).
«... si os desviáis a derecha o izquierda, tus oídos oirán una •
llamada a la espalda: éste es el camino, caminad por él». (Isaías
XXX, 21).
«En cambio, la Ley se ha de cumplir sin falta; la sabiduría
es la perfección de una boca sincera». (Eclesiástico XXXIV, 8).
«Pero no osaré hablar si no es de lo que Cristo ha realizado
por mi medio para la conversión de los paganos: de palabra y de
obra». (Romanos XV, 18).
«Porque no vamos, como muchos, traficando con la palabra
de Dios, sino que hablamos con sinceridad, como de parte de
Dios, delante de Dios, y como miembros de Cristo». (2a Corin
tios II, 17).
«No procedemos con astucia, falsificando la palabra de Dios,
sino que, declarando la verdad, nos encomendamos delante de
Dios a la conciencia de quien sea». (2a Corintios IV, 2).
«¡Atención!, que nadie os secuestre con especulaciones, con
engaños hueros de tradición humana, siguiendo los elementos
del cosmos y no a Jesucristo». (Colosenses II, 8).
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6 Frater non frater, das ist Eine Hochnotdürflige Verwamung an die Gott-
selige, fromme Discipul per H. Gebenedeyten Societet de Rosencreutzes,
Das sie sich fiir den flaschen Brüdern unnd Propheten fleissig vorsehen, so
unter dem Ñamen, und Deckmantel wolermelter Gesesischafft ad S.S. in
der Welt herumb streichen: Neben andeutung gewisser Kennzeichen und
gemerck, dadurch ein falscher von einem warhafften Rosencreutzer ohn-
felbar, und sicherlich zuunderscheiden, und abzunemen, Irenaeus Agnos
tus C.W. elusdem Fraternitatis per Germaniam indignus Notarius. 1619.
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cido que la causa universal de todo bien. Dios es, por lo tanto,
el objeto más elevado de los conocimientos humanos, y nada
podemos saber de El que no sea la manifestación de su actividad
en el interior de nosotros mismos. Obtener el conocimiento del
yo equivale a obtener el conocimiento del principio divino den
tro de nosotros mismos; en otras palabras, un conocimiento de
nuestro propio yo, después de que aquel yo se haya convertido
en divino y despertado a la conciencia de su divinidad. Entonces
el yo interno y divino reconocerá, por decirlo así, las relaciones
que existen entre sí y el divino principio en el universo, si es que
podemos hablar de relaciones existentes entre dos cosas que no
son dos, sino que son una misma e idénticas. Para expresarnos
con más corrección, deberíamos decir: el Conocimiento Espiri
tual de Sí Mismo tiene lugar cuando Dios reconoce su propia
divinidad en el hombre.
Todo poder, pertenezca al cuerpo, al alma, o al principio inte
ligente en el hombre, se origina desde el centro, el espíritu. A la
actividad espiritual se debe que el hombre vea, sienta, oiga y per
ciba con sus sentidos externos. En la mayor parte de los hombres
esta fuerza espiritual e interna ha despertado sólo la potencia
intelectual y hecho entrar en actividad los sentidos exteriores.
Pero existen personas excepcionales en quienes esta actividad
espiritual ha llegado a un grado mucho mayor, y en las cuales
se han desenvuelto las facultades más elevadas o internas de la
percepción. Semejantes personas pueden en estos casos percibir
cosas que para las demás son imperceptibles, y poner en ejercicio
poderes que no poseen el resto de los mortales. Si los llamados
sabios se encuentran con un caso práctico referente a lo ante
rior, lo consideran como causado por un estado enfermizo del
cuerpo, y lo califican como efecto de una «condición patológi
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la cual no existe, como quiera que sea, mal alguno; sólo reside en
ella el bien absoluto e inconcebible. Es el hombre un producto
de la manifestación del principio del bien y únicamente en el
bien puede encontrar la felicidad, puesto que la condición que
necesita todo ser para ser feliz es el vivir en el elemento al cual
su naturaleza pertenece. Aquellos que han nacido en el bien se
rán felices en el bien; aquellos que han nacido para el mal, nada
desearán más que el mal. Aquellos que han nacido en la luz,
buscarán la luz, y los que pertenecen a las tinieblas, sólo bus
carán las tinieblas. Siendo el hombre un hijo de la luz, no será
feliz mientras exista en su naturaleza una sombra de tinieblas.
El hombre cuyo principio fundamental es el bien no encontrará
la paz mientras exista en su interior una chispa tan sólo de mal.
El alma del hombre es como un jardín, en el cual existen
sembradas un número casi infinito de semillas diferentes. Estas
semillas pueden dar origen a plantas bellas y saludables o a plan
tas deformes y nocivas. El fuego del cual estas plantas reciben el
calor necesario para su desarrollo es la voluntad. Si la voluntad
es buena, desarrollará plantas bellas; si es mala, dará lugar a que
crezcan plantas deformes. El principal objeto de la existencia del
hombre en esta tierra es la purificación de la voluntad y el culti
vo de la misma hasta que se convierta en una enérgica potencia
espiritual. El único medio para purificar la voluntad es la acción,
y para lograrlo, todas nuestras acciones tienen que ser buenas,
hasta que el obrar bien se convierta en una mera cuestión de
costumbre cuando en la voluntad cese todo deseo hacia el mal.
¿De qué provecho sería para ti el conocer intelectualmente
los misterios de la Trinidad y el poder hablar sabiamente acerca
de los atributos del Logos, si en el altar de tu corazón no ardiese
el fuego del amor divino y si la Luz del Cristo no brillase en tu
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este punto, a este poder, a este centro, a esta luz, a esta vida, a este
todo se le llama Dios, la causa de todo bien, aunque la palabra
es un mero vocablo sin significación para aquellos que no están
en posesión de ella, y que ni siquiera pueden concebirla, pues ni
sienten ni conocen a Dios en sus propios corazones.
¿Cómo podemos obtener este poder espiritual de amar, de
buena voluntad, de luz y de vida eterna? No podemos amar una
cosa a menos que sepamos que es buena; no podemos conocer
si una cosa es buena o mala sin sentirla; no podemos sentirla a
menos que nos aproximemos a ella; no podemos aproximarnos
a una cosa si no la amamos, y giraríamos eternamente en un
circulo vicioso sin acercarnos jamás a la eterna verdad si no fuera
por la influencia continua del Sol Espiritual de Verdad, que al
centro del corazón humano lanza sus rayos, y atrayéndolo ins
tintiva e inconscientemente, transforma el movimiento circular
en movimiento en espiral, arrastrando de este modo, debido a la
«Luz de gracia», a los hombres hacia aquel centro, a pesar y en
contra de sus propias inclinaciones.
Se ha dicho que la inclinación del hombre hacia el mal es
más fuerte que la que experimenta hacia el bien, y esto es in
dudablemente cierto, puesto que con el estado presente de la
evolución del hombre, sus actividades y tendencias animales son
todavía muy fuertes, mientras que sus principios más espiritua
les y elevados no se han desarrollado lo suficiente para poseer la
conciencia de sí mismos y la fuerza consiguiente. Pero mientras
las inclinaciones animales del hombre son más enérgicas que sus
propios poderes espirituales, la luz eterna y divina que le atrae
hacia el centro es mucho más poderosa, y a menos que el hom
bre se resista al poder del amor divino, prefiriendo ser absorbido
por el mal, será atraído continua e inconscientemente hacia el
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7 La carta original de donde se ha extractado lo que sigue, fue escrita por Karl von
Eckhartshaussen, en Munich, el año 1792.
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8 En alemán un Cristo, significa un cristiano, y también uno que es una encamación del
principio Cristo-, ambas palabras son idénticas y ninguna diferencia se hace entre un
cristiano y un Cristo.
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destino colectivo es el que les espera, y que todos ellos son fun
damentalmente uno, diferenciándose meramente en sus condi
ciones externas. Entonces, cuando se piense más en el interés de
la humanidad que en los intereses temporales de las iglesias, en
tonces la verdadera iglesia recobrará su poder interno; entonces
se encontrarán de nuevo en la Iglesia adeptos, Cristos y santos,
otra vez se obtendrán dones espirituales, y hechos milagrosos se
llevarán a cabo, los cuales serán más a propósito para convencer
a la humanidad que todas las especulaciones teológicas acerca de
que más allá del reino sensible de la ilusión material, existe un
poder más elevado, universal y divino, y que, a aquellos que están
en posesión del mismo, además de darles derecho de llamarse a
sí mismos divinos, les hace realmente divinos y les permite llevar
a efecto actos divinos.
La verdadera religión consiste en el reconocimiento de Dios,
pero Dios no puede ser reconocido más que por medio de su
manifestación, y aunque toda la naturaleza es una manifestación
de Dios, sin embargo, el grado más alto de esta manifestación es
la divinidad en el hombre. El hacer a todos los hombres divinos
es el objetivo final de la religión, y el reconocer a la Divinidad
universal (Cristo) en todos es el medio para lograr aquel fin. El
reconocimiento de Dios significa el reconocimiento del univer
sal principio de amor divino. Aquel que reconozca plenamente
este principio, no meramente en la teoría sino en la práctica, le
serán abiertos sus sentidos internos, y su mente será iluminada
por la Sabiduría Espiritual y Divina. Cuando todos los hombres
hayan llegado a aquel estado, entonces la luz divina del espirito
iluminará al mundo y será reconocida del mismo modo que la
luz del sol es umversalmente vista. Entonces el saber sustituirá
a la opinión, la fe a la nueva creencia, y el amor universal do
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9 Se dice que aquellos hijos de Manu, Nacidos de la Mente que no procrearon, y cuya
misión fue instruir a la humanidad, formaron la primera Sociedad Oculta, y que to
dos los Adeptos, desde entonces, trazan su descendencia a uno y a otro de los Hijos
de la Mente del Primer Señor.
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y perfecto conocimiento del hombre, son las tres luces que so
bre el altar de la verdad iluminan el santuario del templo de la
sabiduría.
Existe sólo una religión fundamental y una fraternidad uni
versal tan sólo. Formas externas, sistemas y asociaciones religio
sas, todo son cáscaras bajo las cuales una porción de la verdad per
manece oculta, y estas cosas externas son únicamente verdaderas
en la medida en que representan las verdades que en su interior
encierran. Son necesarias para todos aquellos que no han obte
nido todavía el poder de reconocer la verdad invisible e informe,
a menos que un símbolo la represente, y el hacerles comprender
poco a poco que la verdad, aunque para ellos invisible, existe, es
dar lugar a que en ellos nazca esta creencia que servirá a mane
ra de base desde la cual su fe, o sea su conocimiento espiritual,
podrá comenzar a desenvolverse; pero sin las formas externas de
un sentimiento religioso representan verdades internas que no
existen en aquel sistema, entonces no representan más que mo
jigangas desvergonzadas. Existen tantos errores como formas y
teorías existen, porque las teorías pueden ser sólo relativamente
ciertas, y siendo infinita la verdad absoluta, no puede ser circuns
crita a una forma limitada. Los hombres han tomado equivoca
damente la forma por el espíritu, el símbolo por la verdad, y de
esta equivocación han brotado errores infinitos. Estos errores no
pueden ser corregidos por medio de denuncias, ni con ardientes
controversias, ni asumiendo una actitud hostil contra aquellos
que viven en el error; las tinieblas no pueden ser desvanecidas
combatiéndolas con armas; es la luz quien acaba con ellas, y allí
donde entra el saber, cesa la ignorancia.
En este siglo presente, que acaba de comenzar, aparecerá la luz.
Cosas ocultas durante siglos serán conocidas, muchos velos se
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Regla Rosa*Cruz
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Cartas Rosacruces
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Regla Rosa*Cruz
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Cartas Rosacruces
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Regla Rosa*Cruz
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Cartas Rosacruces
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Alocución para un capítulo
martinista Rosa^Cruz
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Regla Rosa* Cruz
10 Ritual Martinista.
11 El Hombre de Deseo. Saint-Martin. Epígrafe 35.
12 Instrucciones Espirituales. Maestro Eckhart.
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Alocución para un capítulo martinista Rosa*Cruz
13 Ritual Martinista.
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Regla Rosa* Cruz
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Regla. Rosa*Cruz
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Alocución para un capítulo martinista Rosa*Cruz
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Regla Rosa*Cruz
17 Plotino: Enéada, IV, 8,3 (Sobre el descenso del alma a los cuerpos).
18 Instrucciones Espirituales. Maestro Eckhart.
19 «Yo soy elAlfa y la Omega, el Primero y el Ultimo, el Principio y el Fin. Dichosos
los que laven sus vestiduras, asípodrán disponer del árbol de la Vida y entrarán par
laspuertas en la Ciudad» (Ap. 22:13-14).
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Alocución para un capítulo martinista Rosa*Cruz
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Regla Rosa*Cruz
22 ídem.
23 Curso de Introducción al Martinismo, Serge Caillet. Edición privada del
GEIMME. Cap. I.
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Alocución para un capítulo martinista Rosa*Cruz
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Regla Rosa*Cruz
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Alocución para un capítulo martinista Rosa*Cruz
SárAmorifer
Madrid, 21 de Junio de 2009
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índice
PRÓLOGO
Historia del movimiento Rosa* Cruz del siglo xvn
(Por Yves-Fred Boisset)............................................................. 7
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Regla. Rosa* Cruz
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GRUPO DE ESTUDIOS E INVESTIGACIONES
MARINISTAS Y MARTINEZ1STAS DE ESPAÑA
CATÁLOGO DE PUBLICACIONES
De ¡os números
Louis-Claude de Saint-Martín
136 x 204 mm * 226 págs.
12,50 €
Ecce Homo
Louis-Claude de Saint-Martín
136 x 204 mm • 138 págs.
9,50 €
El hombre de deseo
Louis-Claude de Saint-Martín
160 x 230 mm • 300 págs.
20,00 €
El Morfinismo
Jean-Louis de Biasi
136 x 204 mm • 270 págs.
17,00 €
El retorno de Henoch
o la Masonería Primigenia
Fermín Vale Amesti
160 x 230 mm • 228 págs.
25,00 €
El autor enfoca una Masonería que retorna a sus orígenes, des
pués de una época de oscurecimiento y degeneración, propia
de la era que vivimos. Es un retorno a la verdadera Gnosis Ma
sónica ignorada y preferida y, al mismo tiempo, la restauración
de la tradición iniciática auténtica.
Francmasonería llumlnista
Papus
160 x 230 mm • 190 págs.
10,00 e
Iglesia Gnóstico
Grupo de Estudios
e Investigaciones Martinistas
160 x 230 mm • 328 págs.
17,50 €
Cuando descubrimos quiénes somos, descubrimos que lo único
que hay es Dios. En 1888, el masón Jules-Benoti S. Doniel da
comienzo a un movimiento de restauración del antiguo gnosti
cismo que maduraría en conexión con el iluminismo francés de
la época representado por las corrientes martinista y rosacruz.
Instrucciones Cohén
Louis-Claude de Saint-Martin
160x230 mm • 182 págs.
11,50 €
Réné Guénon
y el rito escocés rectificado
Jean-Marc Vivenza
136 x 204 mm • 176 págs.
10,00 €
Teosofía revelada
Jakob Bohme
136 x 204 mm • 178 págs.
10,00 €
MANAKEL