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La polftica importa Democracia y desarrollo en América Latina J. Mark Payne Daniel Zovatto G. Fernando Carrillo Fiérez Andrés Allamand Zavala Publicado por ef Banco Interamericano de Desarrollo yy el Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral Washington, D.C. 2003 @ Banco Interamericano de Desarrollo. 2003 1900 New York Avenue, NW Washington, D.C. 20577 cide por la Seccién de Informacién Publica y Publicaciones del BID. Esta publicacién puede solicitarse 4 108 Bookstore Tel. (202) 623-1753 Fax: (202) 623-1709 1-977-782-7432 were iadb orgipu _Las opiniones expresadas en este libro pertenecen a los autores y no necesatiamente re- flejan los puntos de vista del BID o del instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral Publication data provided by the Inter-American Development Bank Felipe Herrera Library La politica importa: democracia y desarrollo en América Latina /). Mark Payne .. [et cm, Includes bibliographical references 1. Elections—Latin America, 2. Latin America—Politics and government—1980- 3. Latin America—Economie conditions—1982- |, Payne, |. Mark Il.Inter American Development Bank. fl. International Institute for Democracy and Etectaral Assistance. san 1931003459 a4 de21 CAPITULO 1 La politica importa para el desarrollo En los comienzos del nuevo milenio, las condiciones politicas de América Latina y el Caribe ‘son totalmente diferentes de las que prevalecfan hace poco més de dos décadas. La democra- ia -a pesar de no ser infalible o invulnerable- es, con excepcién de Cuba, la forma de gobier- no aceptada en la regi6n, En casi todos los pafses, las reglas del juego politico emanan prin- ipalmente de constituciones democréticas y las autoridades surgen de elecciones competitivas. St se consideran los limitados alcances de la democracia a mediados de la dé- cada de 1970 y la turbulents historia politica de la regi6n, se trata de una evolucién notable ‘A mediados de los afios setenta, sélo tres pafses elegian sus autoridades mediante procesos electorales libres, justos y competitivos: Costa Rica, Colombia y Venezuela. Sin embargo. a finales de esa década, las transiciones politicas experimentadas en Repiiblica Dominicana y Ecuador marcaron el inicio de una corriente demacrética que se extenderfa por toda la regisn, y que Samuel Huntington bautizo como “Tercera Ola". Esta corriente co- bré fuerza renovada y un alcance més global alrededor de 1990, como resultado del de- rrumbe sorprendente y relativamente pacitico de los regimenes comunistas de Europa Oriental y del proceso de democratizacién en varios patses de Africa y Asia El desprestigio de las formas alternativas de gobierno y un contexto global y regional més propicio contribuyeron para que las democracias emergentes sobrevivieran pese 2 riiltiples obstéculos, En efecto, la mayorfa de estos paises posefa poca experiencia previa fen la competencia politica, muchos tuvieron que lidiar con et conflictivo tema de las viole Ciones generalizadas de los derechos humanos cometidas por los regimenes anteriores, ‘manejar y aplacar violentos conflictos internas y poner en practica los términos de acuer- dos de paz para establecer las bases de una coexistencia pacilica entre partes hasta ese momento enfrentadas. Practicamente todas las democracias nacientes enftentaron graves problemas econémicos como resultado del elevado nivel de la deuda piblica y la interrup- i6n repentina del flujo de capital extranjero hacia la regién. Pese a estas circunstancias adversas, y a episodies de rebelia de las fuerzas armadas, la regis resisti6, aferréndose a las normas demecraticas ascense de la democracia ha deparade beneficios inestimables a la proteccisn de los derechos humanos y las ibertades polfticas individuales y ha estimulado Ja participacién de la vida publica, Cuales: quiets que sean las imperlecciones de las democracias de la regién lz expsctativa de que los funcionarios publicos y gubernamentales de los raises de América Latina sirvan a los intere- ses de la cludadan(a y rindan cuentas ante ella Las democracias de la region han desacresitado el mito, ampliamente extendido, so- bre la superioridad de los gobiernos autoritarios para la estabilicacién y la reforma de la economia y han tlevade a cabo con éxito polémicas transformaciones econsmicas, que al- unos sectores consideran perludiciales desde el punto de vista social, Con prudencia fis- la cludadanta en la toma de decisions sobre distintos aspectos un enorme avance, cal y disciplina monetaria, pusieron freno a décadas de indices inflacionatios elevados, En ‘muchos pafses de la regicn se adoptaton también, en diferentes grados, reformas més tras- cendentaies como las destinadas a abrir economias hasta entonces protegidss al comercio: exterior y la inversién extranjers, privatizar empresas estaisles, modemnizar sistemas de se- ‘gundad social y liberalizar los mercados laborales. La adopcisn de reformas econémicas profundas y alustes fiscales permitié a los paises resurgir del estrangulamiento de la deu- {a y volver, al menos en forma temporal, al sendero del cracimiento econémico, A pesar de esos logros tan significativos, existen todavie razones para el desencanto respecto de los procesos de gobernabilidad democratica y sus resultados. La aplicacién de la receta “neoliberal” de responsabilidad fiscal y liberalizacion de tos mercados de{6 un cre- cimiento global de 3,2% anual para América Latina durante la década de 1990 (cePAt, 2001. Sin embargo, cuando se considera el clecimiento demografico de la regién, esta ta- sa equivale a un promedic anual per cépita de 1.5%. Después de un perfodo econémico negativo durante la década de 1980, el progreso econdmico del decenio trajo consigo un reducide crecimiento neta en el transcurso de ‘os 20 aflos comprendidos en el perfodo +1980-2000 {cuadro 1.1), De hecho, en el afte 2000, en ocho de los 18 palses incluldos en este estudio las con- diciones de vida del ciudadano promedic habian empeorado con respecto a 1980. Mientras que en algunos paises de Asia Oriental el ingreso medio de las ciudadanos se duplicé o in- cluso se triplicé en 20 afios de desarrollo, para los paises de América Latina en general el aumento promedio fue solo de 8%, Este pobre desempetio econémico en el largo plazo fue, hasta cierto punto, el resultedo de la continua volatilidad de las economfas de la regidn y de su vulnerabilidad ente las fluctuaciones de los precios intemacionales y las crisis finan: mercados emergentes. Las perspectivas de crecimiento econémico para la 5 dos primetos arlos del sigia wx tampaco son muy prometedoras segién en | El lento crecimiento econémnico ha sido insuficiente para reduc! de manera significativa los elevados indices de pobreza. Seguin estimaciones del Banco Interamericano de Desarrollo, cl porcentaje de pobres (personas que viven con menos de dos délares por dia) experiment6 £1 promesia fue de 3.7% pare las 18 pases que abstcoeste estuto| st cia fue de 7% gar os 18 pleas cue = lm Ls politica importa % Prom, % Prom. % Prom. PIB cree. PIB rec. Pa cree. percépita anual per cépita anual per cépita’ anual Pais 2000/1980 1980-2000 1990/1960 1980-1990 2000/1990 1990-2000 ‘Argentina 106 -030~=CO TST 132-280 Bolivia 095-026 083 -1,88 M5 1,38 Brasil 198040086 oat 131,22, chile W780 28215138 155 4a, Colombia 124107 uy 162. 105 Osa Costa Rica 13059094067 120187 Ecuador 088-062 082-086 098 -0,38 EL Salvador M07 032 086-146 123,23 Guatemala 098-012 oss 161 M5139 Honduras 095 -0,25 sz. -079 103 029 México 116 076098 0,25 w9 78 Nicaragua 069-486 066 410 omg Panama 122101 093-068 278 Paraguay ogi 947 1,00. -005 0,89, Pera 09-054 a2 =3,30 230 Rep. Dominicana 1,51 2,08 10207, 4.02 Uruguay 16 078 08a 0,59 2,09 Venezuela 024 482 OTe -3,28 022 Promedio América 1.08 037091. 095 4,18) 1,66. Latina (por pais) Promedio América 1,12 0.56 «0.94 0.62 M9495 Latina (ponderado segin tamano de la economia) Promedio América’ 1,10 O47 0.94 060 WT 185 Latina (ponderado segin poblacién) Estados Unidos 45627 125222 1,23 Francia! 13500151 120185 42 Espaiat 149201 19193 126 Corea 334622204738 164 Tallandia 245458 785.94 137 Indonesia ws (288 140 3,44 125, Singapur 2500468 158 468 158 China 497835 2,09 o 237 " Enel cao de Francia y Espana, este cuadro abara el peviodo 1976-1998 Fuentes: Cites calculadas por os eutoes a parte de datos obtenidos de Naciones Unidas, CEPAL (2001) ara fos pases de América Latina, y del FMI 2001) para el rerto de los pas, La politica importa para el desarrollo ele 1 de aproximadamente 43% en 1990 @ 39% en 1999. Las per- nds altos, agravadas du tuna baja apenas leve, al pa: sistentes desigualdades en la distribucién de los ingreso reriodo, Impidieron que el crecimiento ecanémico tuviera un impacto mas importante en la reduccidn de las tasas de pobreza (Székely, 2001}. Si no se logre un mayor crecimiento némico, son pocas las esperanzas para casi 220 millones de latinoamericanes que vi ven en condiciones de pobreza y para ef elevado porcentaje de personas subemplesdas 0 des nte ese ipleadas Relevancia de las instituciones politicas democraticas para el desarrollo Cuando la inversién, el empleo y la produccién na se materializan, no es posible crear eco- ado dinamicas solamente mediante refermas macroeconémicas. De mane- ea de transformar las economias de pafses anteriormente comu- similar, la complet nistas demostré a las dlaras que las economias de mercado necesitan sélides cimientos {cionales. La satisfacelén de los requerimientos clave del desarrollo —sistemas finan. cleros sélidos, mercados competitives, coherencia legal, proteccidn de los derechos de propiedad, inversiones efectivas en infraestructura, constante aumento de la capacitacién y Ia productividad de la fuerza taboral— depende de reformas institucionales amplias y fundas. Aunque el mbito de la actividad estacal se redujo en muchos casos, se hizo evi dente la necesidad de un desempefo eficaz e imparcial de las funciones que el Estado atin conserva, Fue necesario crear normas que gobemaran la competencia y las transacciones fen mercados diversos, entre ellas las relativas a la mano de obra, el capital y los bienes v senicios y, al mismo tiempo, fortalecer y dotar de mayor autonomfa a las entidades regu ladoras y los tribunales encargados de dictar y aplicar esas normas. Les sistemas imposi- tivos requirieron reformas profundas y las agencias de recaudaclén requirieron ser fortale- cidas. Al mismo tiempo, el Estado tenta que administrar el uso de sus recursos disponibles ivoa la edu- para asegurar la provislén eficaz de i raestructura, asf como el acceso equi cacion y a servicios de salud de una calidad razonable Sin embargo. por su misma nacuraleza, la puesta en prdctica de las reformas institucions- les-—que algunos obsservadores denominaron reformas de “segunda generacién'— es consi- detablemente mas compleja que Ia adopcisn de 12s tipicas medidas macroeconmicas instau radas en respuesta las crisis de financiamiento publica de les afios ochenta y principlos de venta (Naim, 1995; Naim y Graham, 1998} Los aumentos en los impuestos, las reduc- clones en los subsidios estatales, la eliminactén de controles de precios, los recortes a los sa- larios del sector pablico y la reducci6n de los aranceles comerciales se aplicaron en algunos 3808 por la vla del decreto ejecutive y, en otros, mediante la aprobacién de un solo proyecto uso del semi “segunda generaién” a obete de contiovesia,Agunesexoertos extn en desacuerdo con ets serpostenoro que ede oliberales y oteutades ala ecororta de el mensaeimplicxa de que el extseza deco las alguna more, secundaria respecto de las releras econ cas vrercido Hay quienes tambien ob ean prolurdamentee!enfogh porletanto se niegan a adoptar una rerminologia que seo ol a =e La politica Impona de ley en el Congreso, Por otra parte, para mejorar la gestién de las instituciones pablicas, ‘rear un Poder Judicial mas independiente y eficar y establecer marcos regulatarios, se nece- sita coordinacién y acuerdos entre una amplia gama de instituciones pilblicas y actores socia- les, al igual que ia aplicacién de una serie de medidas legislativas y burocrdticas durante un pperfodo prolongado. Adem&s, los beneficios de una reforma institucional son perceptibles si ‘al mismo tiempo se realizan cambios organizacionales y legales ‘Sin duda alguna, es mucho lo que hay en juego con la creacién de marcos regulatorios y la teestructuracién de las instituciones paiblicas y de os sistemas pata la provisién de ser- vicios. Inevitablemente, esos cambios implican tomar en cuenta poderasos intereses y pri= vilegiar a clertos sectores sociales en detrimento de ottos. Si los beneficios de un cambio institucional terminan por enfocarse demasiado en los intereses de grupos relativamente reducidos, los sectores més amplios, como los consumidores, trabajadores y empresarios, se verdn perjudicados. Por ejemplo, las reformas administrativas en ef sector piiblico —ia ‘mayor transparencia en el rea gubernamental, el control de ta corrupcién o el estabiec rmiento de un servicio civil profesional—~ exigen a las autoridades polfticas de turno renun- semiparlamentarios ¥ en algunos casos se han puesto en. prtics, Por ka demas, el tema del bio hacia un sistema parlamtentarlo o ung semigresidenciakista cantina vigente en al me os paises de la region, ar fortuna, esta valor pesimista sobre el presicenciaismo na fe producto exe speriencia democratica de es difculades y desulaciones ocaslonales de los dictados eonstituciona: region duvante las imas cos decades. A pesar de fas impo les, las demacracias prevalecieron, la mayoria dle as fuereas armadas permanecis en los cuarteles y Iss sucesiones de poxles fueron en general Gererminadas por elec titivas. Predoming una aprectacion ms equilibrada del presidenctalis que cuestionaba la nocion de que ese régimen fuers inevitablemente més propenso a la inesiabilidad ya ex lerlmentar problemas 1990; Main de gobemabiliiad (Shugert y Carey. 1992; Sartori, 1994: Mainnsecing 1g y Shugon, 1997; Nohlen, 1998: Lanzaro, 2001; Chasquetts 2001 Como sefialaban observadores mas agnovilcos, las varlantes instituclonales propias de cada tipo de régimen —y en un sentido mas amplto, el comexto social y pouitieo en el que poran— pueden ser iguelinente importantes pare la gobernabiliarl y esiabilidad de a sistennia demoerdtico (Mainwaring y Shugart, 1997: Nohlen y Fernéndee. 1988) Except por la eiecekin del presidente en forura independiente de la de Jos mtembros det Congres. los sistemas presidencialistas no esti cartados eon 4 misma patra. Fu primer nua significative en teminos Ge fos pderes gue eonfieren al president Gréfico 1.6. Independencia e integridad del Poder Judicial nteaidad Fal Independencia ju Promedin. rage EO ‘20410 abe ee, als atirmsciones: “El Poder Judicial es independiente del gobieene”y “El Poder Suda rare ee ‘scepta pages iregulares": 1 = ampliodesacuerdo; 7 = ample scuerd, Les cas entre paréntesis represen. tan el nimero de pases que incuye ef promeco. As en particular en ef cao de fs paises de fa CE el pro- ‘medio noes my representatio dela egicn en su conjunto Las otras replones sa excuyeron porque habla ‘medicines disponibles s6o para uno, 2 Jo sumo dos ples. = Patan de ingresos altos AQ = Aa Orley ‘al ECE = Europa Cental y Oriental Al» 11 de lot 18 pica de América tating analzados en ere etudi, ‘Els Antiguas Repables Sovietics. Fuente: Foro Economice Mundial 2000), respecto de la elaboracian de leyes y el control sabre el periodo de los miembros de su ga- binete (véase el capitulo 8), asi como en lo cancerniente a los poderes formales del Legisla tivo para controlar y vigilar al Bjecutivo. En consecuentcta, en clertos sistemas el presidente esta facultado para dominar el proceso legislativo, mientras que en otros puede estar relega- do a un papel mis secundario. Mientras que algunos paises de América Latina se rigen por un ideal presidencialista ‘puro® que confiere ala figura del mandatario poderes exclusives de omiramiento y destitucién, en otras et Congreso esta facultado para destituir a los miemn- bros del gabinete. Estas diferencias en la asignacién de poderes constitucionales y en la con- figuracion de las fuerzas partidarias significan que la capacidad del Legislativo de supervisar ¥ controlar at Bjecutivo y participar plenamente en el proceso de formulacién de politicas dis- ‘ta mucho de ser uniforme en todos los sistemas presidenciales. Ademas, si bien es cierto que en todos los casos las autoridades politicas son elegidas, Ja naturaleza de los procedimientos electorales —por ejemplo, la cantidad de votos nece- aria para alcanzar la presidencia, la asignacién de escarios en el Congreso y el grado de si- ‘multanetdad entre las eleeciones presidenciales y las legislativas— diflere en forma signi- ficativa entre los distintos sistemas presidenciales (véanse los capttulos 4 y 8). La ormativa electoral tiene efectos de gran alcance, desde su impacto en la legitimidad po- ular y la autoridad de que goran los funcionarios politicos hasta la cantidad de partidos politica importa para el desarrollo a6 Grafico 1.7. Libertades democraticas I ose WAT ALOE AO CHAS OAM —COMAS Nota: Los puntajes de Freedom House 4 imicteron, de forma que un punta de 1 representa el mis bajo 7 representa trivel mas alto Ge ibertaes polices. Empleando esta excals, Freedom Mouse caicaria@ tin pals con un punto promedio de 55 0 superior coro "bre"; ene 2.8 y 5,0 cama “parcaimente ire": {23 oinfover coma "ne ibe, PI = Pate de ingress altos, AL=1os 18 pass de América Latina que aba. teste estuie, ECE » Europa Cental y Oriental AO = Asa Oriental: CE! = Artigas Republias Soviticas [AS = Atria Subsaharana, AM = Asia Meedional, OMAS = Oriente Medio y Arica Septentrona Fuente: Freedom House politicos representados en el Congreso y los incentivos para que los legisladores respon: dana las necesidades y demandas de sus electores. ‘Aungue no guarda relacién directa con el matco Jegal o constituclonal de! sistema, las diferentes estructuras de los sistemas de partidos pueden incidir prafundamente en la di scracia presidencialista (véase el capitulo 6), La cantidad de partidos re presentados en cl Congresa, lo estabilidad de la competencia entre agrup: vamica de la ces clones politicas vel arraiga soctal de los partidos pueden Influir en la calidad de la vepresentacion politica. Jas perspectivas de que el Congresa ejer una vigilancia eficaz sobre el Ejecutive y las pto- babilidacdes de que exista una colaboracién razonable entre ambos poderes. Junto con la estructura generat del sisteria de partidos, fa organizacion inceana de ca- lad de los pracedimientos de seleccisn a uno deeellos, incluso la apertura y la competitiv je candidatos para puestos pubicas y partidistas, puede alectar profundamente la calidad de la representaclon politica, ¢) liderazgo, la solide y la credibilidad de las insticuciones fepresentativas. De manera similar. es probable que el mareo legal y los mecanismos ce aplicacién de las leyes para el financiamlenta de las campaiias electorales y la actividad de los partidos también ejerza una influencia significativa en la equidad de representacion po- wulherabalidad del sist emia p fa cortupci Jiseno constituctonal de Madison lncluye un Poder judicial responsable de interpre: 1 lvease el capi tay [a Consticucion politica, p smulgar leyes y servir camo sistema de pesos y contrapesos, ante la auroricad de Ej tivo ¥la del Legislativo, Aungue la mayoria de los sistemas pre. ee La politica imporca sidencialistas ha seguido este disefio mediante la creacién de una Corte Suprema o de un ‘Tribunal Constitucional, la naturaleza del papel del Poder Judicial varia notablemente. Su autonomia como poder del Estado y como responsable de interpretar y aplicar la ley y la Constitucién con independencia de la politica de partidos se ve sumamente afectada, no ‘slo por las diferentes tradiciones legales y estructuras administrativas, sino también por las normas que rigen la postulaci6n, la seleccién, la duracién de los cargos y la destitucion de los jueces, Ademds del sistema de equilibrio y control implicito en la existencia de los tres pode- tes principales, los pafses con sistemas presidencialistas han desarrollado organismos adi- cionales encargados de la supervisién y el control de los poderes del Estado. Ejemplos de ello son las instituciones supremas de auditorfa, el Ministerio Pablico 0 la Procuradurta General de la Repiblica y la Defensorfa del Pueblo u ombudsman (véase el capitulo 9). De- pendiendo de la forma en que se nombran y destituyen sus autoridades. la autonomia pre- supuestaria y administrativa y las facultades que se les confiera, estas entidades pueden ccontribuir @ garantizar que los funcionarios paiblicos se apeguen a la ley, no abusen de la confianza piblica y proteian los derechos de la ciudadania. ‘Las democracias han incorporado también mecanismos para lograr una participacién cludadana més directa, como los referendos, plebiscitos, iniciativas ciudadanas y la tevo- ‘catoria de mandato. Esos mecanismos, adecuadamente disefados y aplicados, pueden ser- virde complemento a la estructura “representaliva” tradicional de la democracia, amplian- do asi la capacidad de respuesta gubernamental ante el ciudadano (véase el capitulo 10), Es importante reconocer, sin embargo, que las instituciones politicas no son el «nico ‘elemento que influye en el desempefio de los sistemas democréticos. Una gran cantidad de factores independientes de los institucionales, entre ellos el nivel de desarrollo social y ‘econémico, la intensidad de las divisiones étnicas, religiosas y socio-econémicas, la incl nacidn de los ciudadanos a asociarse y trabajar en colaboracién, la Independencia y plura- lidad de tos medtos de comunicacién y las presiones politicas y econémicas internaciona- les, moldean el funcionamiento de todos los sistemas democraticos, independientemente de su estructura constitucional particular. La calidad del liderazgo politico es otro elemento importante, Cualquiera que sea la estructura de incentivos que ofreacan as instituciones formales, las personas que partici- pan en la politica tienen todavia espacio para influir en el desempetio del sistema, Para ge- nerar reformas politicas e institucionales sblidas es preciso contar con Ifderes con capaci- dad e iniciativa. Gracias a un liderazgo politico diferente y al aprendizaje colectivo de los actores politicos, la misma estructura institucional formal puede producir una crisis en un contexto hist6rico, y estabilidad y gobemabilidad efectiva en otto. En gran parte, los factores socicestructurales mencionados se heredan y no pueden modificarse fécilmente a corto plazo. Las instituciones politicas, entretanto, pueden modi- ficarse con relativa celeridad pese a estar arraigadas hasta cierto punto en este contexto més amplio, En consecuencia, la reforma de las instituciones pollticas es al menos uno de los primeros pasos cruciales para perfeccionar la gobernabilidad democratica, La politica importa para el desarrollo -3— Reforma politica y desarrollo Dentro de [a extensa gama de regimenes presidencialistas, la configuracién especttica de as instituctones explica en gue otros se mantienen er un petmanente estado de crisis. Tanto los 16 por qué algunos sistemas funcionan relativamente sin proslemas, actores politicos « tancia indudable de las instituci 1s econdmicas adoptadas en rar parte de la regida, las Uitimas dos décadas entra me los grupos de ciudadsros de América Latina reconocen ia imp. .e5 politicas formales de la democracia, junto a las pro- han sido testiaos también Ge un fermerto de reformas constitucionales y otras modhlica cones a las normas Gemoctéticas. Todos y cada uno de los 18 paises analizados en este es tudlo han introgucido reformas 0 reemplazado la Censtitucién con que iniciaron el perioy do y casi todos los paises han reformado su legisiacion electoral y de partides polticos Los motives de estas reformas varian de manera cansiderable entre uno ¥ otro pais, pero rara vez —o nunca— centradicen las intereses de los partidos politicos mas importantes De hecho, con mucha frecuencia estan impulsades por el deseo de ampliar las ventaies y privilegios de estos partidos y de los grupos sociales que tos apoyan. El logro de un siste: ma democratico més gobernable y estable, muchas veces queda en segundo plano y s6lo ten algunos casos constituye la meta central, Incluso cuando ha sido el objetivo principal de quienes impulsaron las reformas, casi nunca hs existido un consenso sobre las modifi ceeiores necesarias, La fuerza de las consideraciones pragmaticas y politicas y la falta de determinacién y de un acuerdo general sobre sus efectos hacen que el proceso de cambio politico sea aun mas propenso a errores que el de las reformas econémicas. Se ha prestado mucha atencién al andlisis de las reformas econémicas acoptadas por Jos paises de la regién durante las ultimas dos décadas, que ha generado un debate vivo ¥ re de las reformas econémicas ha sido suficiente y apropiada. No cbstante, han sida pocos los es- apasionado para determinar si la tencencia “neoliberal” prevaleciente en gran Tuerzos para estudiar de manera sistemética y ampliamente comparativa las reformas poli ticas del period, o evaluar hasta qué punto albergan ta posibilidad de aliviar los prot mas de gobemabilidad que acechan a las democracias nacientes de la region.

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