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Psicologia del mercado bursatil Lars Tvede ‘Segunda edicién Si todavia no esta puntualmente informado de la aparicién de nuestras novedades sobre libros empresariales, con sélo enviar su tarjeta de visita a: EDICIONES DEUSTO Servicio de Promocion Alameda de Recalde, 27 48009 BILBAO ® (94) 425 15 25, Fax (94) 425 15 30 recibiré periédicamente, sin compromiso D alguno por su parte, informacion detallada sobre los titulos recién editados. EDICIONES DEUSTO S-A- ‘Madrid/Barcolona/6ilbao Unica traduccién autorizada al castellano de la f : obra The Paychology of Finance, publcada en Indice lengua inglesa por la editorial Universitetsforla- AS, de Ono Rteservaos todos los derechos. Queda probibo reproduc pare alguna de eva publicacion, Ccatguira que sea el medio empeado, sin e L_Avaricia yxiteo. permiso previo dl edi 1. Las negeas fuerzas del tiempo y Ta ignorancia rm 9 2. Unos cuantos términos précticos, nn a II. Las cuatro terribles verdades acerca de las finanzas 2 3. La primera regia: e! mercado va por delante 29 4, La segunda regla: el mercado es irracional... 37 5. La tercera regla: el caos impera... 31 6. La cuarta regla: los gréficos entrafian su propio cumplimiemto. 64 IIL. El arbol de la ciencia B 7, Una filosofia de inversin..u. ses 5 8. Los primeros chartistas.. 80 IV. Cruce de lineas. a 9. InversiGn internacional: cajedrez tridimensional? . 93 10. Ritmo y balanceo 100 11. La importancia del dinero 10 12. Armonfa y resonancia.... 125 V. Informacién: ta biisqueda del Santo Gri 143 13, {1 juego més répido del momento’ 145 © De a obra: Lars Tvede 14. El grado mds avanzado: interpretacién de la informacion 153 © De a vertical: Eciones Deo, S.A 15. ;Humo sin fuego?... 160 Alda, Recalde, 27 16. Los peces chicos y los peces grandes 48009 Bilbao pee Yio peees Braces 166 IsBN:81234-11028 VI. La locura de las masas.. 181 Depisito legal: BI-274-93 17. Tras las huellas del monstrUo wn . 183 Fi. 18, Cuando mantener las posiciones es decisivo 195 Impreso en Expat 19, Recobrar el aliento y cambiar de idea .. 21 6 invice 20. El salto desde el puente o . 21, {Qué pasa de verdad cuando cambia una tendencia?, ‘VII. Cémo adelantarse a los demés 22. Estrategia y téctica 23. Técticas de exposici6n ...... 24. Técticas de eleccién del momento més opor 25. El camino hacia la ruina. Append ice -e Caracterfsticas de las formaciones usuales de los gréficos. Indicadores precursores, coincidentes y sucesores... Sefiales indicadoras de que la Bolsa ha tocado tech Lista de crisis financieras histéricas Glosatio.. Bibliografia Indice alfabético.... 243 253, 265 267 23 28 288 293 301 302 304 306 314 317 Marte I Mvaricia y miedo «Lo que se registra en las fluctuaciones del mercado de va- lores no son los acontecimientos en si mismos, sino las reaccio- nes humanas ante estos acontecimientos, la forma en que mi- Hones de hombres y mujeres piensan individualmente que estos sucesos pueden afectar al futuro. Por encima de todo lo demés, en otras palabras, el mercado de valores es la gente.» Bernard Baruch Capitulo 1 Las negras fuerzas del tiempo y la ignorancia «Si un hombre empezara con certidumbres, terminaria con dudas; pero si se contenta con empezar con dudas, terminard con certidumbres.» Francis Bacon Este libro se va a ocupar de un aspecto de la negociacién bursétil que frecuentemente esta envuelto en el misterio. Se trata de la «psico- logia del mercado», de la forma en que se producen los fenémenos del comportamiento del mercado y de la forma en que podemos aprender a verlos. También se ocuparé de la forma en que podemos interpretar la psicologia y ganar dinero negociando con ella. ‘Algunos de los mecanismos del comportamiento que crean movimien- tos de los precios son racionales e inteligentes. Otros son ridiculos y ab- surdos. Pero, tal como veremos una y otra vez, aparecen en todo momento y han existido durante tanto tiempo como la propia negociacién bursatil. Cuando empezé todo La historia de la bolsa de valores se remonta a varios siglos atrds. Nadie puede afirmar a ciencia cierta de cudntos se trata, pero hay unos cuantos indicios de que sus orfgenes fueron en Ia Francia del siglo xi, 10 PSICOLOGIA DEL MERCADO BURSATIL cuando los Condes de Champagne introdujeron en 1114 el uso de cor tratos normalizados de futuros (lettre de faire) para negociar con teji- dos, vinos, pescado, madera aserrada y metales (Sowards, 1965). "aunque los primeros mercados con alguna semejanza a lo que en- tendemos por bolsa vieron la luz del dia en Francia, Italia pronto pas6 a Uesempefar el papel mis dominante. Desde el siglo xi hasta el xvi Tta- fia se mantuvo en la vanguardia como centro financiero, con casas de finanzas que operaban con oro, plata y monedas extranjeras. El tenmino europeo «bolsa» (en el sentido de mercado de valores) sur- ‘6 en el sigho xv1, cuando la casa de la familia holandesa Van der Beurs, jie Brujas, pas6 a ser un centro local de negociacién en finanzas y valores, Las personas que deseaban negociar iban «a Beurs», expresién que dio origen al nombre. En el mismo siglo la negociacién en los mereados de Valores se extendié por toda Europa, sobre todo centrada en la negociacion de bonos emitidos por las casas reales, siempre necesitadas de fondos. Después de esto, los acontecimientos se prodyjeron en una répida sucesién. El primer edificio del mundo que fue sede de una bolsa oficial se levant6 en Amsterdam en 1613 y muy pronto siguieron sus pasos la mayorfa de los pafses europeos. Al mismo tiempo surgieron los primeros instrumentos financieros refinados: los contratos de opciones de introdu- jeron en Holanda con anterioridad a !a famosa mania de los tulipanes de 1636, y los primeros contratos de futuros se introdujeron en los mercados japoneses del arroz en 1679. La negociacién de futuros de arroz.se regia por las reglas Cho-ai-mai-a-kai, que estipulaban unas normas exactas para los contratos y las definiciones de las diversas calidades de arroz. ‘Una camara de compensaci6n sin fines de lucro regulaba todas las nego- ciaciones y todas las diferencias en precio se liquidaban en efectivo, sin que interviniera la entrega material del arroz (Bakken, 1953). La mano invisible Desde que existe la negociacién bursatil, los movimientos de precios nos han asombrado. Muchos han tratado de explicar los origenes de es- tas fluctuaciones y la mayorfa de los te6ricos han respaldado lo que pa- rece ser la explicacién mas légica: A largo plazo, las cotizaciones de las bolsas de valores reflejan los valores reales. Por otra parte, las fluctuaciones a corto plazo reflejan pe- quefias mudanzas en la oferta y la demanda y se deben considerar impre- visibles y aleatorias. En el argot del mercado de valores se denomina «fundamentalistas» © «analistas fundamentales» a aquellos que se inclinan por este punto [LAS NEGRAS FUERZAS DEL TIEMPO Y LA IGNORANCIA "1 de vista. El andlisis fundamental trata de evaluar el «auténtico valor» del titulo, es decir, su valor como utilidad comercial o su valor basado ‘en el rendimiento futuro que se espera de él. Un analista fundamental Gucho en la materia ha de ser capaz de decir lo que el objeto deberia ‘eostar y por lo tanto, también, c6mo deberfa desarrollarse su precio. (Pero el mercado no siempre se comporta como deberfa. El hundi- sthiento de octubre de 1987 no fue exactamente una «fluctuacién aleato- fia». El hecho de que todos los mercados de valores del mundo pudieran iniciar una cafda en picado de tales gigantescas proporciones precisa- ‘mente al mismo tiempo, como si estuvieran controlados por una mano invisible, sirvi6 de recordatorio de que las fluctuaciones de los precios se pueden ver influidas por fenémenos de una fuerza que supera las més descabelladas suposiciones de la mayorfa de los observadores. éPor qué no cefiirse como sea al auténtico valor? ‘Podriamos preguntarnos por qué estas fuerzas misticas son tan inte- resantes. {Por qué no centrarse exclusivamente en la econom{a? Des- pués de todo, los hundimientos bursatiles son pocos espaciados. ,Por ‘qué motivo no son los movimientos que se producen en los precios unas simples variaciones aleatorias y sin importancia en torno al autén- tico valor? E| primer problema para los fundamentalistas es que las variaciones en torno al auténtico valor pueden ser, en verdad, muy cuantiosas. En su obra Technical Analysis of Stock Trends (Andlisis Técnico de las Tenden- cias de los Valores), R.D. Edwards y J. Magee presentan un excelente ejemplo concerniente a las acciones de la compafifa United States Steel. __ Tal como muestra la tabla 1, durante estos dieciocho afios la cotiza- cidn de United States Steel presenté fluctuaciones que eran imposibles de explicar mediante una evaluacién objetiva de las acciones, aun cuando el valor contable, como es natural, no se puede utilizar como inico criterio econdmico. ‘Tabla 1. Cotizacién/valor contable de United States Steel ‘ator ontable sei os itosCairacones dels aeciones Catacniaor com 208 261 1,28 187 2 0112 151 126 0.83 17 7 083 142 7 049 2 PSICOLOGIA DEL MERCADO BURSATIL El valor de las previsiones econémicas ‘Ahora se podria decir, naturalmente, que la culpa es de los mercados cen sf mismo, si son incapaces de reflejar los valores fundamentales. Sin ‘embargo, la cuestién es que las personas que hacen caso de los fundamen- talistas suelen tener més problemas de los que quisieran para anticiparse al mercado. Esto es porque tales prondsticos rara vez, son exactos. De hecho, con harta frecuencia, suelen ser tan deficientes que el Premio Nobel ‘Wassily Leontief ha afirmado sobre el tema de los modelos econdmicos: En ningin campo de la investigacién empirica se ha utilizado una maqui aria estadistica tan ingente y refinada con unos resultados tan indiferentes. Una razén es que, en teoria, el valor auténtico deberfa actualizar los acontecimientos futuros de muchos afios —una secuencia que es précti- ‘camente imposible pronosticar—. En su obra Investments (Inversio- nes), J.P. Williams presenta un ejemplo de sus problemas a la hora de calcular el valor justo de las acciones de IBM, basandose en las estima~ ciones del crecimiento futuro de los beneficios. Estos cilculos se hicie~ ron en 1968. Estimé en primer lugar que los beneficios de la compafiia crecerfan un 16% anual durante diez afios y luego un 2% anual ininte- rrumpidamente. De acuerdo con sus célculos esto daba un «valor autén- tico» para la accién de 172,94 d6tares. Sin embargo, esta cifra no era més que la mitad de la cotizacién a que se estaban contratando las ac- ciones en la bolsa de valores. Dado que su valor calculaidlo quedaba tan por debajo de la cotizacién bursétil, decidi6 alterar el marco temporal de su estimaci6n inicial de elevado crecimiento que, de diez afios, lo pasé a veinte, tras los cuales el crecimiento bajarfa al 2% anual. Cuando incorpord estas variables a su formula, el resultado fue un valor de 432,66 d6lares, algo superior a la cotizacién real de las acciones en la bolsa. Asi pues, esta sola varia~ ble, que en realidad es précticamente imposible de predecir, produjo dos estimaciones diferentes del auténtico valor, una de las cuales era dos veces y media superior a la otra. Y ademés, esto acontecfa en una situa- cin en la que se daba por valida la formula aplicada. En muchos casos los analistas vacilan entre varios métodos diferen- tes de cdlculo, cada uno de los cuales produce unos resultados también diferentes. Los economistas suelen prever el auténtico valor de una mo- neda sobre la base de un modelo de «paridad adquisitiva» (PA) 0 de otro modelo orientado hacia la balanza de pagos. Los dos conjuntos de resultados suelen diferir, por lo regular, en un 50% 0 més. ,Qué modelo es el mejor? ;Acaso es bueno cualquiera de ellos? Cuando la incertidumbre es tan grande, podria ser razonable supo- ner que los diferentes pronésticos econémicos siempre estén muy apar- [LAS NEGRAS FUERZAS DEL TIEMPO Y LA IGNORANCIA 3 tados unos de otros y que, por esta razén, brindan cuando menos una indicacién de la magnitud de ta imprevisibilidad. Pero no es éste el ‘caso. Normalmente, los prondsticos de los fundamentalistas estin muy gerca los unos de los otros, pero muy apartados de los hechos reales. En 1980, Euromoney publicé las previsiones a 12 meses realizadas para ¢l cambio délar/marco aleman por los dieciséis institutos de anélisis li- deresen la materia, Los resultados aparecen en la tabla 2 final de los 12 meses, el cambio délar/mat sy ata oe ico alemén no era 1,60 __ El mejor ejemplo de los problemas a que se enfrentan los econo- ‘mistas es el caso de Henry Kaufman. Durante un buen nimero de afios. ‘Kaufman trabajé en Phibro-Salomon y gozaba fama de ser uno de los 96s avezados pronosticadores conémicos © Pero el 18 de febrero de 1983, Business Week public una revisio sintematica de las previsiones de Kaufman durante Seis anos. A To largo «de este periodo habia publicado doce «grandes» andlisis, de los que siete ‘habian sido exactos y cinco erréneos. Los asombrosos resultados de- ‘thostraban que uno de los mis eminentes pronosticadores econémicos ‘del'pafs ofrecta una garantia de fiabilidad ligeramente superior a la de ‘gchar una moneda a cara y cruz. ¥ lo que todavia resultaba peor era el ‘hecho de que muchos de sus prondsticos erréneos acabaron por ser junas equivocaciones monstruosas, “abla 2. Previsién a 12 meses para el cambio délar/marco alemén al 1 de \ Julio de 1981, preparada por los dieciséis institutos de andlisis Iideres. El cambio real fue 2,35 Taste Provision Henley Centre for Forecasting LR Economie Models un Berkeley Consulting Group 1770 Citibank 1,70 Marine Midland 170 Phillips & Drew 170 Predex 170 Data Resources 169 ‘Amex Bank 1,68 Conti Currency 1,68 Brown Brothers Harriman 167 ‘Chemical Bank 1,65 European American Bank/Forex Research 168, Bi/Mettics 1615 Security Pacific National Bank 161 Harris Bank 160 4 PSICOLOGIA DEL MERCADO BURSATIL ‘Asi pues, los fundamentalistas se enfrentan a una tarea nada fécil al es- timar cudles «debian» ser los valores de las acciones y lo que el mercado: \Gdebfa» hacer. En primer lugar, es absolutamente irreal a todas luces inter- ‘el valor auténtico como algo més que un amplio margen de probabi- Baad. Y en segundo lugar, las hipotéticas situaciones econémicas pueden cambiar radicalmente —y frecuentemente lo hacen— debido a detalles {que ni siquiera el mas avezado de los analistas jams podria predecit. Elarte de elegir el momento mas oportuno Todavia més dificil para el analista fundamental es juzgar «cuando» se producirén los movimientos predichos. Si la cotizacién queda fuera Gel intervalo de probabilidad del valor auténtico, ,cudndo encajara don- de debe? Los titulos valores de la mayorfa de los mercados financieros fluctian considerablemente y si, en contra de lo que se espera, se les valora de més o de menos, esta situacién se puede prolongar durante muchos afios. Mientras tanto, el apéstol del auténtico valor debe esperar pacientemen- te a que el tiempo suavice las irracionales fluctuaciones del mercado. Ser un fundamentalista puede equivaler, de este modo, a ser un «inver- sor a largo plazo» y puede entraftar la necesidad de pasar por alto el ele~ mento crucial que pudiéramos denominar «eleccién del momento mas oportuno» o, por abreviar, de la mejor oportunidad. El fundamentalista, dispuesto a aferrarse a unos titulos valores en espera de lo que considera su auténtico valor, se enfrenta a otro problema: mientras espera, las ba- ses sobre las que fundament6 sus andlisis pueden cambiar radicalmente. En The Money Game de 1967, «Adam Smith» (seudénimo de George J.W. Goodman) describe la forma en que un especulador norteamerica~ no, Timothy Bancroft, gané una fortuna con la negociacién de valores a medidados del siglo xix. La teoria de Bancroft era: «Compra buenos tf- tulos, guirdalos y olvidate de ellos». Por «buenos titulos» se entendia cel «negociar en mercaderias esenciales que la Unién y el mundo necesi- taran siempre en grandes cantidades». Asf pues, Bancroft era un fund: mentalista Dejé una fortuna sobre el papel de 1.355.250 délares, lo que en aquel entonces era una montaiia de dinero. Pero cuando su herencia se hhubo delimitado y se fueron a realizar sus pertenencias, sus acciones de «Gold Belt Mining», «Carell Company of New Hampshire» y «Ameri- can Alarm Clock» carecian de valor. Toda su herencia no valfa nada. ‘Los tiempos cambian y lo que puede parecer saneado y prometedor un afio puede perder todo su valor mientras el actual inversor espera pacientemente. LAS NEGRAS FUERZAS DEL TIEMPO Y LA IGNORANCIA Is Una complicacién importante Una complicacién dificil de pasar por alto es que el auténtico valor fluctia con la cotizacién. Un buen ejemplo to tenemos en los tipos de éambio. Si el tipo de cambio de la moneda de un pais empieza a subir éf resultado de ello ser, con bastante frecuencia, que la tasa de infla- ¢i6n y los tipos de interés empezaran a bajar, lo que originaré una me- jora de la competitividad. Durante un periodo de tiempo esto compen- ‘arf la subida del tipo de cambio. En otras palabras, Ia fluctuacién del fipo de cambio es autoconvalidante. Cuando la cotizaci6n sube, tam- bien sube el auténtico valor. ° ~~ Lo mismo es aplicable a las acciones. Si unas acciones suben, me~ jora la clasificacién crediticia de la compaiifa asf como sus oportunida- des de financiar actividades mediante préstamos o emisin de acciones nuevas. También mejoraré la imagen general de Ia compaiia entre los usuarios de sus productos y se hard més interesante a los ojos de los Byofesionales que deseen inconporarse a ella en puestosejecutivas. Las fluctuaciones en las cotizaciones tient flbetuciones en | is tienen, pues, un efecto apreciable en La situaci6n no es muy diferente en los mercados de mercaderias bi- sieas. En muchos de estos mercados, los proveedores han formado carte- eS en un intento de controlar los precios. Durante las subidas de precios, Jos miembros del cartel tienen pocas dificultades para cumplir sus com- pyomisos y se mantene la discipline, Pero silos precios bajan el més dé- il suele reaccionar aumentando la produccién para asegurarse unos in gresos estables. Consecuentemente, la curva de a oferta se distorsiona de tal manera que, a corto plazo, los precios en alza son un incentivo para introducir recortes en la producci6n, mientras que los precios a la baja pueden dar lugar a un aumento de la oferta, lo que a su vez ejerce presion Sobre los precios. Este es también un proceso autoconvalidante nel que Ag ofertay Ja demands fluctian en funcisn de las oscilaciones de Jos pre- a 2 ci ilaciones - igs una mide talque sorprendera-atos entendidos. No ha de sor- Prendemos que tantas personas hayan abandonado lo que se denomina «inversi6n a largo plazo». Uno de éstos fue John Maynard Keynes. El descubrimiento de Keynes Keynes nacié en Inglaterra en 1883, el mismo afio en que falleci6 Karl Marx. Muy pronto demostré ser extraordinar amente dnteligens, Cuando tenfa seis afios traté de analizar c6mo funcionaba su cerebro y a los 28 era editor de la publicacién financiera mds acreditada de Ingla- terra, el Economic Journal. A lo largo de su vida produjo una serie de 16 PSICOLOGIA DEL MERCADO BURSATIL publicaciones econémicas que hicieron época y durante un buen perio- do fue director general del Ministerio de Hacienda britanico. ‘Mientras que la vida de Karl Marx fue un fracaso personal, Keynes no conocié otra cosa que el éxito, no solamente como personalidad pi- blica, sino también como inversor. Cada mafiana se pasaba media hora. en la cama planificando su estrategia de inversiones (preferia las merca- derfas basicas y las divisas), con las que se las ingenio para ganar més de dos millones de délares, También gestionaba un fondo para el King’s College, de Cambridge, cuyo valor de capitalizacién aument6 en més de diez veces. Los escritos de Keynes sobre el tema de las inversiones y los mercados de titulos valores estaban cargados de una gran autoridad. {Qué escribié exactamente? En su libro The General Theory of Employ- ‘nent, Interest and Money, de 1936, su descripcién era la siguiente: ‘Se podria haber supuesto que la competencia entre profesionales ex- pertos, poseedores de un criterio y unos conocimientos muy por encima Ge los del inversor particular medio, corregiria Jas extravagancias de los particulares ignorantes que operasen a su libre albedrio, No obstante, suele Suceder que las energias y la pericia de los inversores y especuladores profesionales se ocupan dé manera diferente con harta frecuencia. Porque, Ge hecho, la mayoria de estas personas se preocupan, sobre todo, de pre~ ‘ver los cambios en la base convencional de valoracién un poco de tiempo por delante del pablico en general, que no de hacer unas previsiones supe~ Tiores a largo plazo del probable rendimiento de una inyersién durante toda la vida de ésta. EE objeto social de la inversi6n experta debe ser vencer a las negras fucrzas del tiempo y Ia ignorancia que envuelven nuestro futuro. El objeto real y privado de Is inversin mas experta hecha hoy en dia es adelantarse 4 todos, como expresivamente dicen los norteamericanos, ganar por la mano ai resto de la gente y pasar la falsa moneda —o la que estd perdien- do valor— al primero que se la deje colar. Bvidentemente Keynes consideraba que los mercados de titulos va- lores eran mfopes ¢ irracioiales y que la lucha contra las «negras fuer- zas del tiempo y la ignorancia» era mucho més dificil que «adelantarse a todos». En sus propias operaciones con titulos valores puso la econo- mia en ¢l asiento de atrés y se concentré en la psicologia. Y esto, apa- rentemente, fue la principal razén de sus afortunadas inversiones. El peor de los problemas El peor problema con el que se tropieza en la busqueda del auténtico valor no es que la elaboracién del adecuado modelo de previsién eco- némica sea dificil 0 que el auténtico valor fluctie con la cotizacién. El LAS NEGRAS FUERZAS DEL TIEMPO Y LA {GNORANCIA ” peor problema es que el comportamiento de los modelos de simulacién econdmica se torna tanto mas castico cuanto que mejor describen la di- ndmica real del mundo, 0, dicho con otras palabras, cuanto mas depu- ran y refinan sus modelos nuestros expertos en economia, més claro se evidencia que tales modelos en modo alguno podran predecir jamas la evolucién a largo plazo. Los mateméticos se rfen con esto, porque ellos lo venfan sospe- chando desde hace bastante tiempo. Manifiestan que «la raz6n es que la auténtica naturaleza matemética de los sistemas dinémicos, tales como tuna economia compleja, es muy confusa y en extremo imprevisible». En opinién de los mateméticos los economistas no han hecho mas que dejar de advertir la auténtica naturaleza de su tarea porque no han con- siderado la auténtica naturaleza de las matemiticas no lineales. Y segin dicen los matemiticos, «la auténtica naturaleza de Jas mateméticas ‘AOs peculiares habitualmente descrito como «. Lo ‘que significa caos es que para muchos —o la mayorfa— de los siste- ‘itias econémicos no es posible realizar una previsi6n objetiva y cuan- ‘Wietiva a largo plazo. Asi pues, para vencer las negras fuerzas del mpo y la ignorancia, se nos deja —bien al contrario— con la alter- ‘Gativa de aferramos a estimaciones aproximadas, personales y subjeti- as. Las cuales estardn influidas, como es natural, por nuesiras emo- ‘sions personales y subjetivas, tales como la esperanza, el miedo y la ‘avaricia. Esperanza, miedo y avaricia . El afortunado inversor norteamericano Gerald Loeb describe de la iSiguiente manera los mercados en su obra The Battle of Investment Sur- ‘vival (La batalla por la supervivencia de Ta La respuesta definitiva al tema de los valores de las acciones es algo ‘que no existe. Una docena de expertos llegardn a 12 conclusiones diferen- tes, Frecuentemente sucede que unos momentos después de haberlo emitido cada uno de ellos modificaria su veredicto, si se le diera la oportunidad de hacerlo, debido al cambio de alguna condicién. Los balances y las cuentas de resultados de las compaiias inciden solamente en parte en la fijacién de los valores de mercado de sus acciones; en mucha mayor parte inciden las esperanzas y los temores de la humanidad: la avaricia, la ambicién, la fuerza mayor, 10s infundios. la fatiga y los esfuerz0s financieros, el clima, los descubrimientos y otras innumerables causas imposibles de relacionar sin incurrir en omision. 18 PSICOLOGIA DEL MERCADO BURSATHL [Asi pues, queda claro que los grandes maestros pueden disentir de la manera de hacer dinero en la bolsa de valores, pero si que estén de acuerdo en que ¢l mercado es irracional con mucha frecuencig. {Pero se pueden anal ar ce eeporanzas'y Tos temores», «la varia y la am- bicion», o predecir «la fatiga y los esfuerzos financicros»? ;O calcular su poder adquisitivo en un punto determinado del tiempo? {0 la «moda» por la que se inclinaran? Pues sf, podemos hacerlo. El mercado vive una vida muy peculiar y ‘muchos de sus irracionales fendmenos se pueden analizar. Chartistas Si analizamos los mercados en lugar de 1a economia somos chartistas» 0 «analistas técnicos». Prestamos atenci6n a la esperan- za, el miedo y la avaricia. No obstante, cl estudio de los mercados no es simplemente un estudio de lo irracional, ya que los chartistas se enfrenta a los mismos problemas que los fundamentalistas —nun- ca pueden estar seguros de cuando un mercado es irracional—. El chartista tiene tan pocas probabilidades como el fundamentalista de poder dar respuesta a la pregunta: «,Saben los demas algo que yo no sepa?» PiEllos» —todos los dem4s— casi siempre saben muchas cosas que usted ignora, no necesariamente como individuos aislados, sino como colectivo. William Peter Hamilton reconocia esto, al escribir en el Wall Street Journal, en 1929: «Todo lo que todo el mundo sabe sobre cualquier cosa que tenga la més remota relacién con las finan- zas acaba por encontrar la manera de legar a Wall Street en una u otra forma de informaci6n: los titulos valores en sf mismos, con sus fluctuaciones, representan el valor transmitido de todo este conoci- miento.» EI mercado contiene un fantéstico almacén de conocimiento. Este conocimiento se ve constantemente actualizado en las cotizaciones de los mercados de valores. El decano del andlisis técnico, Charles Dow, bbas6 sobre este hecho una serie de reglas del mercado, pero todavia es evidente que cuando el mercado explota presa del pénico, algunos otros fenémenos deben estar actuando. EI problema es que el mercado puede estar extremadamente bien informado, pero no siempre basa su comportamiento en este conoci- miento solamente. Hay un segundo elemento, Jo irracional, y algunas ‘veces —cuando los aficionados irrumpen en el mercado— este elemento dominara por completo, mientras que en otras épocas puede carecer de importancia, [LAS NEGRAS FUERZAS DEL TIEMPO Y LA JGNORANCIA 19 ‘Las reglas basicas del mercado ‘As{ pues, tratemos de resumir las reglas basicas para los inversores: —Regla |: El mercado va por delante, La suma de lo que pueden saber todos los inversores reales y potenciales normal- mente es més de lo que un solo ser humano puede asi- milar, {Tal vez conocen «los demis» algo que nosotros ignoramos? Nunca podemos estar del todo seguros. He- mos de reconocer que es una tarea imposible ir por delan- te de los conocimientos del mercado en general y de su pronta aplicacién de tal conocimiento a las cotizaciones. —Regla 2: El mercado es irracional. El mercado puede reaccionat Fipidamente ame WeteMinados hechos, pero también puede ser subjetivo, sensacionalista y esclavo del capri cho de unas tendencias variables. Periodos hay en que las cotizaciones pueden fluctuar de acuerdo con los inte- reses y la situacién financiera de los inversores, movién- dose entre la histeria general y la indiferencia, al margen de los valores de los titulos. Por lo tanto, los intentos de ser racionales hechos por inversores individuales pueden constituir, en realidad, una conducta irracional —Regla 3: ELentorno es cadtico. Las previsiones macroeconé: cas normalmente son demasiado inexactas para que ten- gan cualquier valor para el inversor. Especialmente te- hiendo en cuenta que las interrelaciones econémicas se ven constantemente influidas por detalles pequefios pero ceruciales que nadie podria predecir o calibrar, pero que pueden cambiarlo todo. ¥ lo que todavia es’ peor esto ‘mismo es aplicable a los mercados financieros. Estas tres reglas han existido desde que existen los mercados, aun- ue pocas son las personas que parecen haber comprendido lo que sig- fican, Pero hoy en dia existe una cuarta regla, creada por los analistas téc- nicos, que utilizan los gréficos para analizar los mercados: la regla dice que los grificos son algo asi como profect: traf mplinfenis: 5 muchas person Personas trazan las mismas curvas sobre los Inismos grificos e inroducen en sus ordenadores los misnos eetemee Para toma de decisiones, los efectos se autorreforzaran. Asf pues, la regla es: —Regla 4: Los gréficos entr mien i Si muchas personas usan los mismos sistemas de grafi- cos pueden beneficiarse en sus actividades, con inde- pendencia de que realmente sean correctos. ‘20. PSICOLOGIA DEL MERCADO BURSATIL, ‘Ganar dinero-en los mercados es un juego y para jugarlo tiene que ‘eoniptender estas cuatro reglas. Examinaremos estas reglas mas deta- Radamente en los capitulos 3 al 6, pero antes de eso es:necesario expli- “9 ‘términos pricticos. El siguiente capitulo se dedica a este iipitulo 2 Bites cuantos términos practicos . Estos instru- mentos se denominan futuros y opciones. ‘Un futuro es un contrato estandarizado y registrado en bolsa para la entrega en el futuro de unos titulos valores 0 de unas mercaderias que en él se especifican, a una fecha fija y a un precio establecido de ante- ‘mano. Si el sefior Herrero compra un contrato de futuros para la entre~ ‘ga en marzo de Bonos del Tesoro, convendré ahora un precio fijo, pero no se hard cargo de los valores antes de marzo, cuando liquide el pago: Al mismo tiempo el sefior Pardo puede vender el mismo contrato en descubierto y recomprarlo més adelante, posiblemente a un precio infe~ rior, con lo que obtendria un beneficio por la diferencia de precios. La buena cosa es que, al igual que en las operaciones al alza o a la baja, se puede obtener el mismo beneficio, con independencia de que el merca- do esté subiendo o bajando, con tal de que se haya previsto acertada- mente la fluctuacién y se haya operado de acuerdo con ella. Ademés, en la mayoria de los mercados de futuros, s6lo se necesita una pequefia parte de la inversin como garantfa del importe del contrato. - Un tipo de futuros particularmente interesante son los futuros de indi- ces bursdtiles, en los que interviene la compra o venta de una amplia seleccién de titulos valores de un pafs (descritos en el contrato como «valores afectos»). Si usted piensa que el indice de los valores va a ba- jar, todo lo que tiene que hacer es ir en descubierto en sus futuros de ‘indices y lucrarse con la bajada del mercado. Muchos mercados impor- tantes de valores tienen estos contratos. _. El instrumento més afin a los futuros son las opciones. En principio, tuna opcién es un futuro en el que, a cambio de una reducida prima de UNOS CUANTOS TERMINOS PRACTICOS 25 riesgo, cl riesgo de pérdida se limita a un importe maximo, mientras que el potencial de beneficio es ilimitado, (Si la opcién se vende en lu- gar de comprarla, procede todo lo contrario. Un especulador pensaré que lo més l6gico es vender opciones, ya que, como media, Ia prima por riesgo supera al riesgo real.) Las opciones ofrecen un buen niimero de oportunidades interesantes, algunas de las cuales son ligeramente complicadas. Por razones de sencillez, no nos ocuparemos més de éstas én la presente obra. ‘Los futuros y las opciones también se pueden utilizar para las ope- ‘raciones en moneda extranjera, aunque el instrumento mds normal es el ‘contrato de divisas a plazo, con el que se hacen operaciones por tiempo limitado en las que el inversor est simulténeamente a cubierto en una divisa y en descubierto en otra. Cuando se liquida la posicién, se obti fe th beneficio o se sufre una pérdida, a menos que los tipos de cambio no hayan variado. El beneficio incluye el interés devengado por la divisa ‘en que se esté a cubierto, menos el interés satisfecho por la divisa en descubierto, Esto, naturalmente, puede traducirse en una pérdida. A veces el inversor estard a cubierto en una divisa tradicionalmente ‘débil y a descubierto en una divisa tradicionalmente fuerte. La raz6n de esto estriba en que el tipo de interés de la divisa débil es tan superior al tipo de interés de la divisa fuerte que el beneficio por el diferencial de intereses serd mayor que la pérdida potencial por las fluctuaciones de los tipos de cambio, Esto se llama arbitraje de tipos de interés. ‘Como consecuencia del uso generalizado de estos instrumentos flexi- ‘bles de inversién, las diferencias entre los perfiles de los mercados al alza y a la baja no son a veces tan acusadas como solian serlo en tiempos ‘pasados. Conviene tener presente esta reserva al valorar los comentarios de los mercados alcistas y bajistas que se expondrin en este libro. Eleccién de graficos __ Finalmente, estén los mercados. Los grificos que se utilizan como ‘gjemplos representan grandes mercados liquidos. Estos son los merca~ dos en los que tiene la méxima importancia una perfecta comprensin de la dinémica del mercado. Los ejemplos de este tipo incluyen tipos ‘de interés, cotizacién de acciones, bonos, futuros de indices bursatiles, ‘moneda extranjera, metales preciosos y mercaderias bésicas La inclusién aquf de las mercaderias basicas puede parecer extrafa {v6 relacion tienen con la bolsa de valores el caé, el cobre 0 el petré- leo? Pues muchisima. La mayor parte del comercio internacional de es- tas mercaderias tienen lugar a través de las bolsas de valores, basado en Ja pura especulaci6n por parte de los inversores que no tienen la menor 26 PSICOLOGIA DEL-MERCADO BURSATIL gatenci6n de utilizar-o entregar materialmente la mercaderiaien cues- (Bien al contrario, 1o que les horrorizaria seria que se les hiciera materialmenie, de tales mercaderias:) Durante veinticuatso ho- dia hay personas en:todos los lugares del mundo estudiando ios de los precios de canales de’porcino, vacuno en vivo'o:cobre en busca, sencillamente, de la respuesta a la perenne pregun- Como esté el mercado?» asta ya de términos técnicos. Equipados con ellos, podemos pasar lizar las cuatro reglas bésicas del juego. Bitte IT cuatro terribles verdades de las finanzas jSanto Dios! ;Qué lugar mas espantoso!» Sir Robert Falcon Scott Capitulo 3 La primera regla: el mercado va por delante ra, ésta cae sobre la Bolsa de Valores de Nueva York, - W. P. Hamilton Todo aquel que negocie en los mercados de valores durante un razo- nable periodo de tiempo caer en ia cuenta de que los analistas, economis- tas, asesores de inversiones y periodistas, de quienes se esperan prondsticos validos sobre la evolucién de los mercados financieros, van irremedia- blemente a la zaga con sus noticias, andlisis y pronésticos, que son me- Tos comentarios a bal6n pasado de lo que el mercado dictamind tiempo atras. En otras palabras, el mercado va por delante de las noticias. En su libro Das ist die Bérse, el especulador bursatil Kostolany ex- Presa esto con las siguientes palabras: Por lo general, las noticias no crean las cotizaciones, sino que son és- tas las que crean las noticias. Y esto es cierto en Paris, Londres y Nueva York. Al cierre de la sesién de cada dfa, todo el mundo empieza a buscar las razones que expliquen la desviacién de una cotizacién o la alteracién de una tendencia, y tales razones ni remotamente se les hubieran pasado por la cabeza dos horas antes. 30 PSICOLOGIA DEL MERCADO BURSATIL Probablemente una explicacién sea que a nadie le cae bien la gente que da malas noticias y presenta andlisis negativos en un mercado donde todo el mundo esta la mar de contento. No es eso lo que el ptiblico desea y, si lo oye, no se lo cree. Mas 0 menos inconscientemente, Ia informa- ién que se ofrece al piblico en general se adereza de tal modo que con- firme el talante de los inversores y los mercados, y hay una audiencia vida para los economistas que se expresan a favor de la tendencia. Las noticias y los andlisis suelen ser del cariz més positivo cuando el merca- do ha alcanzado su cota maxima y est empezando a caer. Pero hay otra explicacién mucho més evidente todavia: cuando el mercado va por delante de las noticias refleja —lisa y lanamente— que también va por delante de la economia. El barémetro de Babson El primero en llamar la atencién del pablico hacia este interesante hecho fue un notable norteamericano, el ingeniero Roger Ward Babson. Nacido en Massachusetts en 1875, terminé sus estudios de ingenieria en 1898 y desde entonces se dedicé de leno a la correduria bursatil (lo que jams le perdonaron los otros corredores). Unos cuantos afios més tarde Contrajo tuberculosis y le dijeron que pasara al aire libre la mayor canti- dad posible de tiempo. Ast pues, monté una oficina al aire libre en 1902 ¥y creé su propia compafia, «Babson Statistical Organization», donde rea~ iizaba analisis financieros. (Mas tarde se dirfa de él que era el hombre ‘que més dinero habfa ganado con la estadistica en EE.UU.) Enfundado en un abrigo especial con una almohadilla calefactora eléctrica en la es- palda y con la ayuda de una secretaria que tenfa que llevar guantes y es- cribir a méquina golpeando las teclas de la maquina de escribir con unos pequefios macillos de goma. Babson levanté su compafifa en medio de un aire tan limpio como helador. Compaiifa que hizo de é1 una figura pa- blica e incluso amigo personal de varios presidentes de Estados Unidos. En 1907 y tras haber recuperado su salud, Babson quedé fascinado por una oleada de pdnico en la bolsa de valores. Inspirdindose en tal in- cidente, comenz6 un servicio especial de andlisis que denominé «Grati- cos Babson» en el que comparaba el desarrollo econémico del pafs con unos gréficos que mostraban las fluctuaciones de las cotizaciones en los mercados de valores. En 1910 publicé su primer libro, Business Ba- rometers Used in the Accumulation of Money (Barémetros empresaria- les utilizados en la acumulacién de dinero). En este libro precursor, que iria seguido de otros cincuenta, abordaba diversos aspectos de los vin- culos existentes entre los mercados de valores y las tendencias econd- micas, y llegaba a la siguiente conclusién: LA PRIMERA REGLA: EL MERCADO VA POR DELANTE 3 En realidad, si no fuera por la manipulacién, los hombres de negocios casi se podrian fiar del mercado de valores como barémetro y dejar que Jos grandes operadores del mercado soportaran el gasto de recopilar los datos necesarios para determinar las condiciones fundamentales. La hipétesis de Babson no estaba orientada hacia Ia microecono- ‘gnfa:'No esperaba que la cotizacién de las acciones de una pequefia em- presa dada fuera a brindar pronésticos eficaces de esta compaiifa, Pero si'se agrupaba todo, la totalidad del mercado de valores pronosticaria la ‘ieyolucion de la economia, Este barémetro macroeconémico funciona- «tia, si'no fuera por el éxito de algunos operadores de! mercado bursétil ‘ala hora de manipularlo, Doce afios después de que saliera al mercado el primer libro de Bab- el redactor jefe del Wall Street Journal, William Peter Hamilton, pu- ‘un libro, The Stock Market Barometer, cuyo titulo guardaba una a¢fta relacién con el de Babson. Hamilton se habia inspirado parcial- ‘thieite ‘en Ia teorfa de Babson (y fundamentalmente en Charles Dow). ‘Deseribfa un clasico ejemplo de la capacidad del mercado para desenten- ‘kise de la economfa. Esto fue después del pinico de 1907 cuando, como edicts jefe en los alos 1908-9, recibia un aluvign de airadas carts a tor contra la negociaciGn de valores en Wall Street. La raz6n era un ‘reciente’ mercado al alza en una época en que las cosas iban muy mal ‘para: la economia del pafs. Entre las acusaciones menos virulentas estaba Fe que «Wall Sret estaba tocando el violin mientras Roma ary. jin embargo, Hamilton se aferré durante este periodo a la idea de que nercado no estaba sino anticipando un iiminente relanzamiento de la ‘Economia. Y ese relanzamiento se produjo. Lo que en realidad habia pro- ‘hosticado el mercado era la revitalizacién econémica de los siguientes ‘ifios. Asi pues, Hamilton estaba de acuerdo con Babson en que el merca- ‘Wo de valores actuaba como barémetro de la economia, pero no compartia as teservas de Babson respecto a la capacidad de los grandes operadores ‘del mercado bursatil para manipularlo. En opinion de Hamilton podian Wegar a influir en el mercado a corto plazo, en valores aislados, pero no tenian posibilidad alguna de controlar los grandes movimientos y, conse- ‘Suentemente, el mercado era en realidad un «barometro singulan>. La prueba del barémetro Nadie podria haber imaginado una prueba mejor para el baré {que el hundimiento de Wall Street de 1929. Bn los dos anos anteriores 4 este desplome, el servicio asesor de Babson ya habfa empezado a reco- ‘mendar a los inversores que vendieran sus acciones. Pero el mercado se- gufa subiendo y Babson empez6 a parecer un personaje bastante ridfculo 32 SICOLOGIA DEL MERCADO BURSATIL ‘alos ojos de muchas personas. Esta impresi6n se vefa fortalecida por el hecho de que era practicamente el tinico que mantenia una opinion pe- simista, Casi todos los expertos, desde economistas hasta asesores de inversiones, eran extremadamente optimistas y recomendaban la adqui- sici6n de mas acciones, que no su venta. ‘Una de las personas a las que el mercado prestaba atencién era el profesor Lawrence, de la Universidad de Princeton, quien manifest6 en 1929 que no podia ver en qué manera se podjan hipervalorar las accio- nes. Un segundo experto, el profesor de la Universidad de Yale Irving Fisher (teérico destacadisimo en el campo del andlisis fundamental), declar6 que las acciones parecfan haber alcanzado un méximo perma- nente, Pero el ejemplo mas chocante de este optimismo fue un bolet{n publicado durante bastante afios por un grupo de economistas destaca- Gos de Harvard —el Harvard Economic Society— para evaluar las perspectivas de la economia. Este documentado rgano predijo, desde Antes del principio del hundimiento de 1929 hasta el otofio de 1932, gue la economfa saldria adelante, mientras que la depresién empeoraba 2 medida que pasaban las fechas. Después de tres afios de predicciones Constantemiente err6neas, Ia sociedad terminé por disolverse. ‘También el presidente Hoover, descollantes directores de banco, el director de la Bolsa de Valores de Nueva York y la mayoria de las mas prominentes publicaciones periddicas del campo de las finanzas mantu- Vieron su optimismo hasta después del hundimiento y durante un bu trecho de la Gran Depresion que le siguid. Pero Babson se mantuvo en sus trece. El 5 de setiembre de 1929 cuando el mercado estaba un poco por debajo de su «maximo de todos los tiempos», pronuncié un discurso en la Convencién Nacional Anual de Empresas en el que no sdlo repitié su consejo general de vender todas las acciones, sino que también predijo una caida de los indices «de 60 a 80 puntos» que irfa seguida de una depresién en la que se cerrarian las fabricas y se echaria de sus casas a la gente. Este discurso marcé el ini- cio del hundimiento de Wall Street y este hundimiento sefialé el princi- pio de la profunda depresién que duraria la mayor parte de la siguiente década. El barémetro de Babson habfa pasado su mas dura prueba. (Pa- rece bastante probable que el hundimiento en sf fuera una raz6n deter- minante de la subsiguiente depresién. Sin embargo, esto no cambia el hecho que el mercado iba por delante.) La derivada negativa de primer grado En 1939, Joseph Schumpeter ech6 su cuarto a espadas para explicar la pronta reacci6n del mercado bursatil en su libro Business Cycles (Ci- clos econémicos). Schumpeter descubrié que las principales razones [LA PRIMERA REGLA: EL. MERCADO VA POR DELANTE. 33 eran que estos mercados no eran susceptibles a la «fticcién», al contra~ rio que la industria, En un punto en que las perspectivas estaban empe- zando a mejorar después de la depresi6n, muchas compaiifas estaban tan debilitadas por los malos tiempos, de acuerdo con Schumpeter, que se Vinieron abajo a pesar de todo. Esto produjo en la industria su «fric- sion retrasada. Pero no hubo retraso equivalente en el mercado de va- lores. Asf pues, es natural esperar, en general y a fata de factores externos desfavorables, que los movimientos ascendentes del mercado bursétil se afianzardn antes y adquitirén fuerza con mayor rapide. que los correspon- dientes movimientos alcistas en las empresas. Por esta raz6n un mercado a la baja en la bolsa de valores reaccig: idez. que Ta ‘res ‘Mientras que las empresas en general pueden adaptarse —y frecuente- ‘mente se adaptan— a la recesi6n de una manera perfectamente ordenada, esto es dificilmente imaginable en el caso de la bolsa de valores. La rece ‘idn significa menores beneficios y, para muchas empresas complicaciones més o menos serias. Da lugar a ataques a la baja. Pero aunque nada de esta especie jamés sucediera 0 se previera, el mero hecho de que —salvo en ca- ‘$08 particulares— no haya razén para esperar ningin movimiento al alza feria suficiente para hacer que los especuladores perdieran interés en sus arteras de valores. Este razonamiento se basa en la premisa de que los inversores real- fiente Negan a comprender en mayor o menor grado la econom{a del futuro. El hecho de que, por ejemplo, las cotizaciones de las acciones. ‘hayan anticipado de forma tan excelente el futuro despegue econémi- {¢0 debe atribuirse al muy temprano sentido de los inversores indivi- duales respecto a lo que iba a suceder. Si un industrial advierte que en 3u negocio hay un producto auxiliar que cada vez tendré menos de- manda, lo I6gico es que venda sus acciones de aquellas compaitias que fabriquen el tal producto auxiliar, incluso cuando la direccién de estas ‘compaiifas todavia no tenga la menor sospecha del peligro comercial. Si descubre que los plazos de entrega de uno de sus proveedores se es- 44n alargando, puede llegar a la conclusi6n de que la cartera de pedi- dos de ese proveedor esta a reventar y comprar acciones de esa com- Pafifa proveedora. ‘Esa profunda yuipida percepeién por parte dels operadores de! mercado _se_ef jo Teaccion: todayia_my —tal como: an, dicho en lo expres Schumpeter— es eLhecho dk £01 ores dejen dewwes mis cazones para comprar venders, ‘tras palabras: la cotizaciGn del me Ff a4 PSICOLOGIA DEL MERCADO BURSA‘ las i i nati; - ing i Esta es una situacién en la que, mientras que la atmésfera general de la economfa se mantiene bien, la falta de buenas noticias adicionates hard que se desencadene la venta de acciones. Aunque esto pueda parecer algo de sentido’comiin, hay ocasiones en que el mercado puede tener una relaciGn inversa con cl talante general de la economfa, Estudios posteriores ~The American Economic Review publics en 1981 un articulo de Eu- gene F. Fama, quien habja emprendido un estudio general de los vincu- Tos existentes entre los rendimientos de las acciones, la actividad eco- zn6mica, Ia inflaci6n y la masa monetaria. La investigacién se basaba en ‘material empirico de Estados Unidos a partir del afio 1953. Fama lleg6 ‘a esta conclusién: «Los rendimientos de las acciones encabezan todas, las variables reales, lo que sugiere que el mercado hace unos pronésti- cos racionales del sector reab». Esta investigaci6n le llev6 a la siguiente observacién sobre el tratamiento de la informacién por parte de los mercados de valores: Las pruebas dan a entender una visi6n de — «Sin, responderiaios, «la expresién se nos hace conocida.» — «Supongo también que podemos convenir en que vuestro sistema dinémico debe tener incorporada tna tendencia a la inestabilidad sistemdtica, puesto que se comporta tal como me habsis mostrado?» — ‘ssa parecer ser la Conclusidn, efectivamente » — Bueno, pues entonces solamente hay una explicacién factible Esto es, tensis en vuestro mercado la influencia de unos bucles de realimentacién positiva teriblemente fucrtes. Y posiblemente es- tin combinados con la misma clase de comportambento fractal.» ‘OnE nte se tio de él, Pero el hundimient tuna formacién de «cabeza y hombros» ‘Cuando Roger Ward Babson previno ccasi un 85% en tres afios, eer 50 SICOLOGIA DEL MERCADO BURSATIL. — <,Comportamiento fractal y bucles de realimentacién positiva? iQué significa esto exactamente?» Entonces pasarfa los gréficos hacia nuestra parte de la mesa y, sefia- Tandolos, nos . —«Significa que probablemente podréis hacer pronésticos a corto plazo para estos mercados, si comprendéis la dinémica. Pero tam- nn significa que ha de ser imposible pronosticar su comporta- miento a largo plazo.r — «Bien, eso es exactamente lo, que nos ha sucedido. {Pero hay algu- na expresién matemética para tal comportamiento?> — «Seguro que Ia hay. En el mundo de las matemiéticas la llamamos 208...» Wapitulo 5 [Ea tercera regla: el caos impera hay un espectacular cambio conceptual en comprender que incluso sin conmaciones, controlado por su propia lgica localmente racional, el desarrollo de un sistema social puede Ser completamente imprevisible y que el mas ligero cambio de politica puede producir un tipo de comportamiento diferente.» Mosekilde, Larsen y Sterman Era una noche oscura y tormentosa. Los nubarrones se agolpaban a ja que copiosos aguaceros alternaban con violentas réfagas de vien- ‘El agua cafa torrencialmente y cubrfa el suelo de minésculos riachue- ‘Cuando despunts la aurora, el viento helado recibié los primeros y idos rayos de sol y el agua impregnada empez6 a evaporarse del suelo. :- El modelo de ordenador meteorol6gico de Edward Lorenz era una te de gran fascinaciGn. Desde que se completé en 1960, Lorenz, ha- pasado muchos dfas en su laboratorio en el Instituto de Tecnologia ‘Massachusetts, estudiando sus modelos de clima artificial. El princi- io que respaldaba el amplio modelo de Lorenz era, en realidad, de lo sencillo: basado en los valores de entrada de una foto de la forma- én metcoroldgica, el ordenador podia calcular una pequefia proyec- |gién. Los datos de salida de este célculo eran la base para el siguiente fdlculo, y asi sucesivamente. Los calculos en cadena del ordenador podian simular veinticuatro ihoras por minuto. ¥ cuando lo hizo, la pantalla del ordenador de Lorenz. 2 PSICOLOGIA DEL MERCADO BURSATIL se convirtié en el escenario de un drama de futuros acontecimientos: al- tas presiones alternaban con bajas presiones, los huracanes sucedian a los vientos en calma, y noches oscuras y tormentosas iban inmediata- mente detris de placidos dias veraniegos. EI modelo de Lorenz no se limitaba a ser emocionante. Contenfa un enorme potencial. ;Llegarfa el dfa en que, acaso, pudiera pronosticar el tiempo con varios meses de antelacién’? Sin embargo, un dia de invierno de 1961, Lorenz. hizo un descubri- miento inusitado y muy extrafio. Habja decidido examinar una simula- cién anterior, esta vez con una secuencia més larga. En lugar de empe- zar el tratamiento informatico desde el principio, opt6 por tomar un atajo. Tecleé los valores que se habfan impreso a partir de un punto si- tuado hacia el medio de su secuencia de simulacién. Puso en marcha la maquina y, pasillo adelante, se fue a tomar un café. Poco podia imagi- narse que, mientras tanto, las simulaciones estaban actuando de una manera harto extrafia. El efecto mariposa Cuando Lorenz. regres6 frente a su ordenador, la sorpresa fue ma- yiscula. Los célculos del ordenador, que debfan haber sido idénticos a Ja secuencia anterior, no se parecfan en absoluto. Antes al contrario, se desviaban cada vez més y al cabo de dos meses habfan perdido todo pa- recido con la primera simulacién. Inicialmente atribuy6 esto a un fallo del ordenador, pero no tardé en percatarse de la auténtica razén. El punto de arrangue para los célculos en cadena era una placa impresora con tres decimales. No obstante, 2 calculadora del ordenador funcionaba con seis decimales en la entrada de datos, lo que demostré ser de importancia vital. Su propia intuicién le dijo que en la introduccién de datos era razonable desentenderse de Jos tres tltimos decimals, ya que éstos quedaban en la periferia de lo ‘que podfan registrar los instrumentos meteorolégicos de medida. ;Qué importancia tenfa 1/1.000 de grado, 0 menos? Pero en el modelo del or- denador meteorolégico de Lorenz estos decimales demostraron ser de Ja méxima importancia. El descubrimiento de Lorenz no era especifico de las proyecciones meteorol6gicas. Era un fendmeno matemitico general que los cientificos no habian observado hasta entonces. Répidamente recibié el apelativo de «el efecto mariposa», ya que las simulaciones realistas mostraron que Jos céleulos complicados del sistema dependfan en gran medida de los valores de arranque, en una medida tan grande que el batir de las alas de una mariposa que volase en Brasil podia ser el factor que desencade~ LA TERCERA REGLA: EL.CAOS IMPERA 33 nara un tornado en Texas (Lorenz, 1979). O, en términos financieros: juna viejecita que vendiera unos cuantos bonos en Bruselas podria cau- sar un hundimiento en Jap6n! Y se comprobs que esta dependencia no sélo se daba en el caso de los modelos complicados; el efecto mariposa también se podfa encontrar en modelos sencillos no lineales que mos- trasen inestabilidad. Caos deterministico Las consecuencias de este descubrimiento fueron revolucionarias. Imaginemos que la superficie de la tierra estuviera recubierta con una ted tridimensional de estaciones meteorol6gicas separadas treinta cen- ‘timetros las unas de las otras y que enviaran mediciones a un ordena- F central cada minuto. Y supongamos que este ordenador fuera sufi- Gientemente grande para contener un modelo totalmente correcto de {modelos meteorolégicos mundiales. Aun cuando fuera ése el caso, no $e podria hacer un pronéstico fiable del tiempo con un mes de antela- ‘cin. Completamente al contrario de sus intenciones originales, y para sa general de todo el mundo, Lorenz. pudo demostrar que no era sible hacer prondsticos del tiempo a largo plazo y que nunca se po- fan hacer. |. El efecto mariposa es un detalle de un complejo de fenémenos ma- bine denominado desde entonces «caos deterministicon. Este fe- eno lo definié Chera L. Sayers tal como sigue (1989): «Un proceso ge caracteriza por cl caos deterministico si est generado por un sistema mpletamente deterministico y, sin embargo, aparece aleatorio por iétodos de series cronolégicas estandar.» Estamos rodeados por el Consideremos la columna de humo que sube desde un cigarrillo ia el techo en una habitacién tranquila. Miles de particulas micros- ‘Bépicas de humo ascienden en una apretada columna, a impulso de la rriente de aire caliente. Luego, stibitamente, la columna se rompe, stituida por remolinos turbulentos de humo, constantemente cam- ‘biantes. La corriente lineal se ha transformado en un caos. Todo esto Sucederd, sea cual fuere el sitio de la habitacién en que nos coloque- mos. O consideremos un partido de fitbol. Ni siquiera el experto mas ‘entendido puede predecir dénde estaré el balén dentro de diez segundos ada més, I ca0s su ntalmente en relaci anismos au- torreforzanmies, Imaginemos un sistema en el que el suceso A precede al suceso B y el suceso B resulta en el suceso C. Si el suceso C estimula Iuego al suceso A se produce un bucle positivo de realimentacién muy sencillo. 34 PSICOLOGIA DEL MERCADO BURSATIL 10] 20 100] “20-16-10 8 Figura 3. El efecto mariposa El grafico muestra una simulacién matemética de once objetos que se desli- zan sobre una pendiente irregular con erestas y senos dispuestos de una forma sinusoidal. La pendiente tiene 100 metros de longitud. En la simulacién, los objetos arrancan con la misma velocidad de puntos separados horizontalmente por s6lo 5 milimetros. Después de unos 30 metros, la separacién se hace vis ble en el grafico y después de 100 metros dos de los objetos estén separados por 20 metros. Un detalle interesante es el parecido del gréfico con el humo de un cigarrllo, si se da la vuelta al grafico. (Fuente: Edward N. Lorenz, Centro de Meteorologia y Oceanografia Fisica, Cambridge, Massachusetts.) Si tratamos de esbozar interrelaciones en la economfa de un pafs, como en la meteorologfa, pronto encontraremos versiones complejas de estos mecanismos. Ejemplos harto conocidos son los denominados efectos multiplicador y acelerador, el acaparamiento, la mejora autoin- ducida de las expectativas de crecimiento («procurar no quedar por de- bajo de los vecinos»), la ampliacidn de las necesidades de capital debi- do a la sustitucién del trabajo por el capital, etc, Juntos, todos estos LA TERCERA REGLA: EL CAOS IMPERA 35 ‘numerosos bucles de realimentacién pueden significar que los sistemas no tienen un equilibrio sencillo sino que, antes al contrario, oscilan por sf mismos 0 realizan otros movimientos complicados. Cada uno de es- tos bucles positivos de realimentacién pueden contribuir a la naturaleza autorreforzante de un fenémeno econdmico, hasta que finalmente se vean frenados por otros mecanismos, Para describir correctamente tales sistemas, necesitamos complicadas matemticas no lineales. La imprevisibilidad como propiedad endégena No obstante, las simulaciones econémicas se han construido tradi- cionalmente a base de modelos no lineales, basados en funciones en Equilibrio. Estas simulaciones muestran cémo todos los elemento If adapiindose TommmuaMenic 2 todos Tos de in_que se hagan reservas correctas_ muchas S sitivas, Cuando se han incorporado bucles de realimentacion, han sido por lo general bucles negativos —los que llevan a la estabilidad— en capital an eneticios IT A LR Descubrimientod ‘centticae Figura 4. Bucle de realimentacién Ejemplo de una estructura de doble bucle de innovacién tecnol6gica en el siste- ma econémico. Durante la lectura del texto encontraremos un buen nimero de bucles de realimentacién similares en los mercados de valores. Véase un resumen de ellos en el capitulo 21. (Fuente: S, Rasmussen, E. Mosekilde y J. Holst) 56 PSICOLOGIA DEL MERCADO BURSATIL lugar de ser bucles positivos que tienden a la desestabilizacién. Estos modelos han funcionado muy deficientemente en la prictica, lo que tra- dicionalmente se ha explicado por las «perturbaciones estocasticas exd- ‘genas» asi como por la falta de precisién de los detalles del modelo. Por esta razén, los resultados de las primeras simulaciones no linea- les hechas mediante ordenador produjeron una considerable conmocién en el mundo académico. Se comprendié repentinamente que los mode- los lineales no solamente eran incompletos sino que podian ser funda- mentalmente erréneos. Pero més importante atin fue que hasta los modelos no lineales, te6- ricamente correctos, podfan llevar a una imprevisibilidad total, por més, que fueran determinfsticos y estructurados. Esto implicaba no solamente que los sistemas se vefan perturbados por irregularidades estocésticas ex6genas, sino que la imprevisibilidad podia ser un elemento de la pro pia naturaleza endégena de los sistemas macroecondmices. La forma ‘en que esto se podfa manifestar aparece, por ejemplo, en el fenémeno Hamado «bifurcaciones». El misterio de Robert May Uno de los primeros en describir las bifurcaciones fue el bidlogo australiano Robert May (1976). A principios de la década de 1970 May habfa desarrollado un modelo matemético para simular el desarrollo de una poblacién de peces. Cuando incorporé un valor bajo para una de Jas variables de la formula —la tendencia a la reproduccién de los pe- ces— el modelo present6 un determinado punto de equilibrio ecol6gico para el tamafio de la poblacién. Si la poblacién estuviera fucra de este punto de equilibrio desde el principio, gradualmente revertiria a este Punto por «oscilaciones controladas». Este resultado era lo que cual- ‘quiera podia esperar. Sin embargo, si May incorporaba un valor elevado, el tamafo de la poblacién fluctuarfa constantemente arriba y abajo y nunca se estabilizarfa. Asf pues, el modelo estaba presentando en este caso predicciones de una naturaleza completamente diferente: estaba presentando el caos. Entendié que esto era una especie de misterio e investigé el resulta- do final del modelo para todos los valores de la tendencia de reproduc- cién. E] resultado fue notable. Con los valores més bajos y como es natural, la poblacién de peces se extinguirfa. Si clevaba el valor de la tendencia de reproduccién hasta un nivel determinado, Ia poblacién po- dia sobrevivir y una suave curva mostraba sus niveles de equilibrio: cuanto més elevada la tendencia reproductora, mas elevada la pobla- cidn de equi LA TERCERA REGLA: EL. CAOS IMPERA 3 Figura 5. Caseada de Feigenbi El diagrama muestra cémo un equilibrio simple se bifurca en més y, final- mente, da por resultado un comportamiento ca6tico. Una simple ecuacién crea las bifurcaciones {x, + 1 = rx, (1 ~ x4)], en donde el pardmetro R (cje horizontal) se aumenta gradualmente de 1,68 a 4,00. (Fuente: E. Mosckilde y IS. Thomsen, de la Universidad Técnica de Dinamarca.) Pero al llegar a cierto nivel la curva se partia en dos mitades, re- pentinamente. Esto significaba que la poblacién oscilarfa entre dos nive- les de equilibrio diferentes. Este fenémeno recibié el nombre de «bifur- cacién» y entraba en abierto conflicto con las nociones tradicionales. Si aumentaba atin més la tendencia de reproduccién, la imagen se hacia to- davia extrafia: los dos niveles de equilibrio pasaban a ser cuatro, luego ‘ocho, dieciséis, treinta y dos... y finalmente el caos. Los fenémenos de bifurcacién aparecieron no solamente en mode- os ecolégicos. En «The Problem of Deducting the Climate from the Governing Equations» (El problema de deducir el clima a partir de las, ecuaciones vigentes), articulo publicado en 1964 en la revista Tellus, Lorenz presentaba Ia teorfa de que podria haber mas de un clima de equilibrio para la ticrra. El hecho era, y es, que los modelos de simula- cién de los meteordlogos tienen una tendencia recurrente, de vez en cuando, a pasar repentinamente del clima actual a una congelacién glo- bal, un estado aparentemente tan estable como el estado actual. Lorenz 38 PSICOLOGIA DEL MERCADO BURSATIL describfa tal sistema, con més de un estado estable de equilibrio, como «, dijo “Mandelbrot, «de lo alejado que esté usted del objeto en cuestién». Des- ‘de una gran distancia el objeto ocupard un solo punto. Visto a un metro ‘de distancia, el objeto ocupa un espacio fécilmente definible. Pero si ‘mos acercamos cada vez més al objeto, la tarea de medicién de la su- ficie se hace més compleja cada vez. La rugosidad, las irregularida- & y las fisuras se hacen cada vez mas evidentes sobre la superficie 1 objeto. Este problema se hizo evidente a Mandelbrot cuando se sintié incli- lo a comprobar la longitud de las Iineas fronterizas de acuerdo con ferentes mapas. Formul6 una pregunta harto sencilla: <,Qué longitud n las costas de Bretafia?» La respuesta habitual de que esa longi- se podfa encontrar en cualquier enciclopedia no era aceptable para fandelbrot. Por el contrario, é1 argumentaba que la costa de Bretaia, Iquier costa si vamos a ello, era infinitamente larga y que el factor rminante era lo cerca de ella que uno se pusiera a mirar: dentro de Jbahia més pequeiia se puede encontrar otra que sea todavia menor, jas dentro de calas, incrementando siempre la longitud total de la a. [Bistemas autosimulantes Mandelbrot, en su estudio de estos modelos recurrentes —bahias tro de bahfas— aplicé el término «fractales» para denominar este jSmeno. Respecto a los fractales es interesante caer en la cuenta de [gig demucsizan que un sistema puede repetr continuamente sus formas diferentes escalas. En otras palabras, puede ser «autosimulante». La costa de Bretaiia podemos considerarla un fendmeno estitico, ‘naturalmente. Pero también podemos encontrar fractales en los siste- amas dinémicos. Una analogia ttil es un instrumento de cuerda, como la ‘Suitarra, Pulsamos una cuerda y se produce una nota. Pero a medida ‘ue subimos el dedo por el méstil de la guitarra las notas van subiendo hhasta que llegamos al traste nimero doce, donde las notas empiezan a ‘epetirse, una octava mas altas. Tenemos un fendmeno en el que el sis tema arménico se esté repitiendo a diferentes escalas. En otras pala- bras, es autosimutante. Consideremos, por otra parte, los movimientos del océano. Sobre la superficie del agua encontramos’ pequefias ondulaciones, ondulaciones 60 PSICOLOGIA DEL MERCADO BURSATIL mayores y olas, de las que la iltima de cada grupo de siete suele ser mayor que las otras. Si la friccién del viento sobre el agua causa estos fendmenos, esto es las ondulaciones, las olas y las «superolas>, pode- mos decir que éstos son fenémenos fractales. Pero este término esté justificado, nica y exclusivamente, si la causa es, de hecho, el viento y nada més que el viento. El elemento singular dentro del método de Mandelbrot era que no pretendia estudiar simplemente una parte del fenémeno dentro de unos limites bien definidos (por ejemplo, los quimicos no suelen entrometerse en el mundo de los fisicos aucteares, aun cuando los fenémenos funda- mentales son los mismos), sino que aspiraba a comprender toda la es- tructura en lo concerniente a las ramificaciones que producfa. De la misma manera, podemos optar por ver las ondulaciones como «olas pe- quefias» —puntos dados en una estructura general recurrente causada por el viento—. Pero, ;qué hay del flujo y del reflujo de la marea? {También tienen su causa en el fenémeno fractal? Aunque asf nos lo pudiera parecer a primera vista, de sobra sabemos que tienen su causa en Ia atraccién gravitacional de la luna. El punto importante es que, por lo regular, solemos encontrarnos ‘con fenémenos econdmicos y financieros que se repiten a escalas dife- rentes. Veremos varios de estos fenémenos en una parte mas avanzada del libro. Pero de vez en cuando también nos encontraremos con fend- menos que pueden parecer fractales pero que, de hecho, son tan inde- pendientes como la marea y las olas del mar. Entre ellos cabe citar los diversos ciclos econémicos, por ejemplo. Caos econémico y financiero Parece intuitivamente correcto que los sistemas econémicos y fi- nancieros, equilibrados, estén sujetos a fenémenos fractales, efectos mariposa y bifurcaciones. O, dicho en otras palabras, al caos. Sin em- Dargo, tuvo que transcurrir mucho tiempo para que los economistas (e6- ricos empezaran a investigar los fendmenos del caos. Pero a principios de la década de 1980, los investigadores se dedicaron seriamente a la investigacién de los indicadores del caos econémico y en el transcurso de unos pocos afios se hicieron unas cuantas observaciones importantes (ver las obras de: Ploeg 1985, Chiarella 1986, Chen 1986, Lorenz 1987, Brock y Sayers 1987, Rasmussen y Mosekilde 1988). Cuanto més profundizamos, mas sefiales encontramos de modelos que indican la existencia de fendmenos casticos en los sistemas econdmicos. Actualmente disponemos de toda clase de indicios de que la impre- visibilidad sistemética endégena existe en muchos subsistemas econd- LATERCERA REGLA: El. CAOS IMPERA 6 micos y financieros. Incluso allf donde los mecanismos atenuadores son fuertes 0 el caos no aparece en el intervalo paramétrico corriente, los impulsos de otros subsistemas ca6ticos darn origen a una conside- rable incertidumbre. En términos metaféricos podemos comparar el problema con un tronco de érbol que bajara por el cauce de un rio de aguas bravas. Aunque supiéramos todo lo que se pudiera saber acerca de la dinémica de los fluidos, del agua y de la forma del lecho del rio, jamés podrfamos calcular el recorrido del tronco més all de unos po- ‘cos metros cada vez. Seria igualmente imposible determinar de dénde -yino baséndonos en su actual posicién. Una situacién similar es aplica- ‘ble en el caso de la economia. |, Por lo tanto, cada vez se reconoce més ampliamente que el caos de- infstico puede ser una raz6n importante del deficientisimo valor las previsiones econémicas a largo plazo y que los modelos lineales den dar una imagen distorsionada de la realidad. También esta claro 1 los sistemas dindmicos repetirdn frecuentemente el mismo fenémeno iferentes escalas, lo que complica todavia més el desafio que repre- la realizacién de previsiones. (Bo cuestin de la dimensién Un aspecto importante respecto al caos es la cuesti6n de la «dimen- fién». Los matematicos utilizan esta palabra para describir el grado de iplicacién del comportamiento de un sistema dindmico. Aunque es expresién puramente matematica, podemos explicar la dimensién, términos populares, como indicadora del némero de observaciones jores que necesitamos a fin de poder pronosticar el siguiente mo- iento Si el sistema hace una sencilla oscilaci6n sinusoidal, la prediccién pan comido y la dimensién sera cero. Pero si tenemos un niimero uy grande de realimentaciones interrelacionadas, positivas y neg. ras, la dimensi6n crece acusadamente y necesitaremos un montén de atos para «descifrar» mediante las matemiticas en qué parte del pro- ‘eso nos encontramos. Cuando las dimensiones alcanzan valores muy altos, ni siquiera una montafia de datos de apoyo nos serviré de mis ‘ayuda; sin embargo, en tal caso se hace imposible demostrar mediante foe matemiticas la presencia de dinémicas no aleatorias. En pala- is de William A. Brock (1990): «En Ia practica, incluso es imposible determinar si los datos han sido generados por un sistema deterministi- co de alta dimensién o por un sistema estocastic En la situacién en que se encuentra la ciencia hoy en dia, esta bas- tante claro que los mercados financieros estin dominados por fuertes e PSICOLOGIA DEL MERCADO BURSATIL bucles que generan un caos de alta dimensién y mateméticamente dificil de descifrar. Esto queda demostrado en parte por las pruebas matemati- cas que muestran Ia existencia de «algo» que no es aleatorio —pero sin que podamos concretar lo que es. Los hundimientos recurrentes del mer- cado lo han evidenciado parcialmente y han demostrado intuitivamente la presencia de fuertes bucles de realimentaci6n. Ahora bien, es muy im- portante tener en cuenta que aunque ni siquiera un ordenador pueda in- dicar lo que es la dinémica sistemética, nosotros sf que podemos. {C6mo? Sencillamente estudiando los bucles por separado ¢ identifican- do en cada caso exactamente lo que haré falta para desencadenarlos. La comprensién econémica no es improcedente Si lo que tenemos es un caos altamente dimensionado, los esfuerzos de Jos analistas por calcular el valor real empiezan a parecer vanos in- tentos de alquimista en busca de la piedra filosofal. Si tenemos en cuenta que el valor real es el valor actual de todos los futuros benefi- cios de la compaiifa, esta definiciGn se torna casi c6mica si, en realidad, no podemos predecir més alld de los doce o los seis meses, 0 incluso menos. Cémico porque esté generalmente aceptado que las fluctuacio- nes de las cotizaciones, que no guardan relacién con el valor real, put den ser de una importancia considerablemente mayor durante un aio que la capacidad de la compafifa para pagar dividendos, por ejemplo. Tal vez debamos recordar la descripcién de Keynes, anteriormente citada, de la conducta de los ekpertos profesionales: Ja mayorfa de estas personas se preocupan, sobre todo, de prever los, Cambios en la base convencional de valoracién un poco de tiempo por de- lante del pablico en general, que no de hacer unas previsiones superiores, a largo plazo del probable rendimiento de una inversi6n durante toda la vida de ésta. El especulador ganancioso no se conduce de esta forma porque tie- ne un profundo conocimiento de las bifurcaciones, efectos de mariposa ¢ intransitividades de la economfa. Es una conducta adquirida y selec- cionada por la supervivencia de los més aptos y aprendida a base de tan- teos. Esta conducta esté basada en la sencilla experiencia de que la pre- diccién a corto plazo es bastante sencilla, mientras que luchar contra las oscuras fuerzas del tiempo y de la ignorancia frecuentemente resulta imposible. La conclusién no es que los conocimientos econémicos sean impro- cedentes para negociar en valores —en modo alguno—. Tal como de- mostraremos més adelante, Ia identificacién de los ciclos macroeconé- LA TERCERA REGLA: BL CAOS IMPERA 6 micos y la interpretacién de fragmentos delicados de informacién mi- croeconémica son, en verdad, instrumentos importantes. La esencia del fenémeno castico es que los intentos de predecir lar- ‘gas cadenas de acontecimientos, hacer prognosis cuantitativas a largo plazo o calcular con exactitud el «valor real», frecuentemente son cosas rayanas en el absurdo. Aunque Keynes dificilmente se puedo haber fa- miliarizado con las consecuencias més profundas de las matematicas no lineales, estaba indiscutiblemente acertado al llegar a la siguiente con- elusién en su Teoria General: La inversion basada en auténticas expectativas a largo plazo es tan dificil hoy en dia que resulta escasamente practicable. Aquel que la inten- ta deberd dedicarla, a buen seguro, muchos més dias laboriosos y correr ‘mayores riesgos que quien trata de adivinar mejor que la multitud cémo se conduciré la multitud; y con igual nivel de inteligencia puede cometer equivocaciones més desastrosas, Capitulo 6 La cuarta regla: los graficos entrafian su propio cumplimiento «Nunca sigas a la muttitud.» Bernard Baruch «nel hecho es que resulta muy cémodo ser parte de la multitud.» «Adam Smith» Cierto 0 no, se dice que John Mendelson, analista técnico de la co- rredurfa de valores de Dean Witter Reynolds, de Estados Unidos, lego a la conclusién (mientras estaba de excursién pescando con su hijo) de que el mercados de valores iba a bajar. Con independencia de cémo pudo haber Ilegado a semejante con- clusi6n, es un hecho demostrado que en la reuniGn de estrategia de la compaiifa, celebrada el lunes inmediatamente siguiente, convencié a los sesenta vendedores de la compafifa de que el mercado habia alcan- zado el méximo. Después de la reunién, todos salieron zumbando en busca de un teléfono. Antes de que terminara la jornada, las noticias habfan Iegado a unos 600 inversores institucionales y las industriales de Dow Jones habfan bajado 62 puntos. De esta forma, un solo hombre provocé una de estas terribles «bolsas de aire» en el mercado. Esto su- cedi6 el 7 de julio de 1986. LA CUARTA REGLA: LOS GRAFICOS ENTRARAN SU PROPIO CUMPLIMIENTO 65 Después de un mes en un suave estado de conmocién, el mercado empez6 a subir de nuevo. Este ascenso continué hasta un nivel pr6ximo ‘al méximo anterior y las cotizaciones se consolidaron en este nivel. Na- ‘dic podria imaginar que una conmocién, nueva y mayor, estaba en ca- ‘imino. Durante la sesién en las bolsas europeas el jueves 11 de setiembre 1986 corrieron rumores de una creciente inflaciOn en Estados Uni- . Los contratos de futuros de bonos del gobierno norteamericano futuros de los bonos-T) bajaron, pero este declive no fue muy fuer- ‘en comparaci6n con los siete dias anteriores. Sin embargo, el bar6- de los mercados bursitiles se habfa movido hacia la sefial de tor- na. ‘Cuando abrié el mercado de valores en Estados Unidos, empezaron a Ee irse unas ventas considerables de contratos de futuros de indices 500 de Standard & Poors, Jo que lo situé de dos a cuatro puntos por fru s nr uewinauvoenzewswreman ne if jt ‘oem vl aN [renal Figura 6. Industriales Dow Jones grafico muestra los cursos de 10s cambios y las cotizaciones al cierre para Media Industrial de mayo de 1986 a mayo de 1987, en donde se pueder iar las dos bajadas importantes de 1986. El grafico muestra también dias moviles de 90 y de 200 sesiones, Ia tasa de cambio y los niveles de ‘Sobrevaloracién e infravaloracién. Estos indicadores se explican en una parte mis avanzada del libro, (Grafico: Investment Research, de Cambridge.) 66 PSICOLOGIA DEL MERCADO BURSATIL debajo de la cotizacién de los 500 valores que lo constituyen. Esta ba- jada activé una serie de sistemas corrientes de contratacin asistida por ordenador y desencadené mltiples érdenes de ventas de acciones. Asi pues, la presién sobre la venta de las acciones que constituyen el sopor- te del 500 de Standard and Poor hundié todavia més las cotizaciones de los futuros e hizo que continuara una tendencia autorreforzante hasta que el indice industrial hubo bajado 87 puntos al cierre de la sesién. El dia siguiente a este . Igualmente interesante fue constatar que més del 10% indicé que durante el periodo inmediatamente anterior al hundimiento habfa seguido una politica defi- ida de evitacion de pérdidas (es decir, vendian si las cotizaciones baja- por debajo de un nivel determinado). Frecuentemente el motivo de- inante de esta politica es que el inversor no se puede permitir una lida, 1o que acarrea como consecuencia que unas bajadas criticas de cotizaciones desencadenan una oleada de Grdenes de venta. Schiller también preguntaba si los encuestados se habfan visto per- mnalmente afectados por la bajada del mercado durante su media m6- de 200 sesiones o «tendencias a largo plazo» equivalentes hasta la hha del hundimiento. El 37,3% de los inversores privados y el 33,3% Jos inversores profesionales respondieron afirmativamente, lo que uestra una vez. mas que las fluctuaciones de las cotizaciones por sf smas pueden motivar a la gente a comprar o vender. Keynes y el concurso de belleza Este bucle positivo de realimentacién, en el que todo el mundo se ira en adivinar lo que todos los demés van a hacer se describe de a insuperable en la famosa «metdfora del concurso de belleza» Keynes. En esta metéfora, el autor compara el mercado de valores in Ios concursos de los periddicos de Estados Unidos, en los que los mcursantes han de elegir —de entre 100 retratos femeninos— Ia foto- [graffa que consideren va a ser preferida por la mayor No es el caso de elegir aquellas que sean realmente las més bonitas de todas de acuerdo con la opinién de uno, ni siquiera aquellas que la opinién ponderada considere verdaderamente las mas bonitas. Hemos Ilegado al tercer grado, en el que dedicamos nuestra inteligencia a saber por anticipado Jo que la opinién media espera que vaya a ser la opinién media. Y hay al- ‘gunos que practican, segtin creo, el cuarto, quinto y superiores grados. Todavia no hemos llegado alli, pero no cabe duda de que en muchos de los mercados més especuladores de hoy en dia los modelos solamente 68 PSICOLOGIA DEL MERCADO SURSATIL se pueden explicar por el hecho dé que miles de'inversores em ef'ierca- do han trazado las mismas Iineas en los mismas gréficos 0 han introdu- cido los mismos discos flexibles en sus ordenadores personales: Algu- nos de los operadores ven los modelos para los que pueden formularse hipétesis I6gicas. Otros no comprenden nada, pero buscan los modelos de todas las formas. Pero aunque un modelo sea totalmente fruto de la coincidencia, puede empezar a generar sefiales vélidas si 1o-utilizan bastantes operadores. ‘Mientras que los medios de comunicacién tratarfan de justificar estas fluctuaciones de las cotizaciones con diferentes acontecimientos politi cos y econdinicos, las sazones de'los operadores serfan muy diferentes: «Estamos operando dentro de un canal», serfa uno de sus. comentarios, © acaso alguno de estos dos: «Estamos probando una tinea de resisten- cia» o «Acabamos de romper la media mévil de 20 sesiones, pero ma- fiana saldremos porque la tasa de cambio pasaré de 90>. (Estas expre- siones se explicardn més adelante, dentro de los capitulos 18 y 20.) Las figuras 7 y 8 muestran el aspecto del mercado, 17 mw 4 8 16 22 2 5 12 19 T8ENER? * Us btnicastonelads Figura 7. Contratos de futuros de café La figura muestra la tendencia de las cotizaciones de los futuros de café en la €poca 1986/87. Como puede verse, el mercado se movia dentro de un paralelo- ‘gramo bien definido, o «canal». Cuando los inversores descubren este fenéme- ‘no en sus graficos, el fendmeno tiende a seguir cumpligndose por su propia na- turaleza. Obsérvese que, desde el principio, el canal est delimitado solamente ‘por los precios de cierre del mercado. LACCUARTA REGLA:LOS GRAFICOS ENTRARAN SU PROPIOCUMPLIMIENTO 69) Figura 8. Délar/mareo alemén Eas formaciones que entrafian su propia prolongacién son casi tan normales el mercado de moneda extranjera como en los mercados de futuros, La fi- muestra que las fluctuaciones de la cotizaci6n del d6lar respecto al marco in se produjeron dentro de una banda bien definida durante siete dias en ‘noviembre de 1986, al probar a fondo trece veces. Por lo tanto, podemos afirmar que una parte de la verdad que hay is del uso tan difundido de los andlisis de gréficos es que no se trata emente de una técnica para adivinar el pensamiento del mercado. ‘veces son los andlisis los que crean la psicologia. Se debe recordar, ‘obstante, que la regla tiene una coletilla que dice que si casi todo el ido ha hecho el mismo anélisis, ya no se reforzard a si mismo, sino se tornard autodestructivo. Befiales autodestructivas en los grificos Imagine un mercado dominado por 1.000 inversores bien dotados de fondos, de los que 900 son «chartistas» (que recordamos son los que tusan la técnica de prediccién de las cotizaciones mediante graficos que recogen las fluctuaciones hist6ricas) que siguen una linea de pensa- miento sinerdnica. Los 100 restantes son fundamentalistas. Todos estos 1,000 inversores son alcistas, todos estén comprando y el mercado sube continuadamente. Pero a una cotizacién especifica, como puediera ser 7” PSICOLGHDEL MERCADO BURSA, un anterior méximo, los 900 chartistas intentan salirse, te decir verider. ‘A medida que se aproximan a este punto del gréfico son més. fos char- tistas que dejan de comprar y, finalmente, s6lo siguen-operando los 100.fundamentalistas pobres. Cuando finalmente se llega al: punto de! gréfico, se cursan simulténeamente 900 érdenes de venta y la cotiza- cién se desploma. Como hay una escasez espantosa.de compradores, muchas drdenes de venta se ejecutan a un precio mucho. més. bajo del que se habia intentado. La préxima vez. que el mercado sube, los fundamentalistas ya se han aprendido Ia lecciGn y han decidido salirse si se alcanza:de. nuevo el antiguo maximo. Y ahora todos esos 1.000 inversores son.chartistas con los ojos clavados exactamente en el mismo punto. Pero-hay dos co- sas que han cambiado: en primer lugar, nadie desea comprar en-el uit ‘mo tramo antes del punto y, en segundo lugar, muchos. deciden salirse antes de que se alcance el punto que. habian petisado; para estar Seguros de que se ejecuta su orden de venta. De esta manera, nunca se llega al unto previsto y la sefial del grdfico se ha autodestruido. En algunos casos los. gréficos pueden tomarse autodestructivos por una diferente razén. En mercados con un niimero limitado de operacio- nes, uuno 0 varios operadores del mercado utilizan una orden cuantiosa para hacer deliberadamente que la cotizaciGn baje.a un nivel psicol6gi co importante. Con esto consiguen que se produzca una avalancha de Ordenes de venta de cuantfa més bien limitada y formuladas por peque- fios inversores que no pueden seguir «perdiendo». Si, por ejempto, 160 es una cotizaci6n psicolégica importante, muchos inversores habrén «dado instrucciones a sus agentes para que vendan inmediatamente si las cotizaciones caen por debajo'de este nivel. En'un mercado con un li- mitado niimero de operaciones, los grandes inversores forzardn Tas co- tizaciones para que:bajen por debajo de este nivel, suscriben todas las 6rdenes de venta limitadas a que nos hemos referido ‘antes y, finalmen- te, vuelven a forzar la cotizacién por encima del punto critico. Como consecuencia de esto obtienen una rentabilidad muy provechosa: Cuan- do todos los otros chartistas se reincorporan al trabajo a la mafiana si- guiente, el mercado se encuentra en el punto que ellos esperaban, pero el pequefio drama que se ha producido les ha expulsado de él, no, im- porta cémo. En la préctica, los chartistas suelen operar con muchos métodos y prioridades singulares y, frecuentemente, sélo componen un tramo li- mitado de los interesados en el mercado. En tanto en cuanto sea éste el caso, agrupaciones anénimas de chartistas, que jamés se han llegado a conocer, pueden adivinar —-no obstante— las intenciones de cada una de las otras y controlar entre ellas el mercado, dentro de unos modelos y formaciones maravillosos. Y el juego seguiré cada vez hasta el punto ‘en que se haga evidente para todos y, consecuentemente, los modelos WACUARTA REGLA: LOS GRAFICOS ENTRANAN SU PROPIOCUMPLIMIENTO 71 ‘se disuelven por si mismos. Pero mientras tanto se habrin formado ‘nuevas agrupaciones que habrén empezado a detectar la formacién de ‘nuevos modelos y... «No ha de extrafiarnos, pues, que muchos inversores —al caer final- rente en La cuenta de la auténtica naturaleza del mercado— exclamen {Jo mismo que sir Robert Falcon Scott cuando por fin aleanzé el Polo ur: «Santo Dios! {Qué lugar mas espantoso!» Parte Ill El arbol de la ciencia «Qué falta nos. hacen ahora unos cuantos locos! Mirad dénde nos han llevado los cuerdos.» George Bernard Shaw Capitulo 7 Una filosofia de inversion «El ruido de un hombre es la sefal para otro hombre.» Preben Gudmandsen Dado que ya hemos estudiado los principios esenciales del mercado, Megado el momento de sistematizar un poco nuestros pensamientos. pecemos con una definicin aproximada del problema. Bistemas y sorpresas Al margen de orientaciones filos6ficas, la mayorfa de la gente reco- krocerd, probablemente, un marco de referencia en el que diferenciamos Rntre dos sistemas dinémicos: uno econémico que esté sometido a la Fifluencia de perturbaciones exdgenas estocasticas, y otro financiero: Perturbaciones exégenas estocasticas Lotoboad | Sistema econémico Sistema financiero | 16 PSICOLOGIA DEL MERCADO BURSATIL Las perturbaciones exégenas son, por ejemplo, cuando un presiden- te sufre un atentado o cuando se desploma el muro de Berlin. Aqui se incluyen todos los factores que no se pueden predecir por el modelo econémico, Cuanto mds limitado haya definido uno su sistema econ6- mico, mayor seré el niimero de acontecimientos diarios que consideraré perturbaciones ex6genas. Si uno no dispone de modelo econémico al- guno, todo serd una perturbacién. Dado que ya hemos establecido que estas perturbaciones son impre- visibles, dejémoslas por ahora para centrarnos en nuestros dos siste> mas. {Cémo se pueden predecir su accién recfproca y su. comporta- miento independiemte, respectivamente? Los mercados vistos como barémetros Empecemos con el clésico supuesto académico del que nos ocupa- mos en el capftulo 3: «La hipstesis del mercado eficaz» («EI mercado va por delante>). Un supuesto en este caso es que los mercados van por delante de la economia y, consecuentemente, funcionan como baréme- tros econémicos: Sistema econdmico Sistema financier Tal como se describi6 en el capitulo 3, este punto de vista esta justifi- cado en los grandes sistemas macroeconémicos. Pero aunque es sustan- cial, no es omnipotente. Incluso alii donde los mercados son nuestros me- jores barémetros econémicos (por ejemplo, el mercado de valores como indicador precursor), su eficacia no es impresionante que digamos. Debido a los efectos del caso, las conmociones exdgenas y 1a locura de las masas, los especuladores sélo pueden vislumbrar algunos intervalos aproximados de probabilidad dentro de los cuales deben situarse las cotizaciones. Con- secuentemente, la tinica cosa que garantiza la hipdtesis del mercado eficaz 8 que las cotizaciones fluctuardn dentro de estos intervalos con la posibi- lidad de que se produzca un hundimiento entre el maximo y el minimo. Pero, entonces, {para qué podemos utilizar este punto de vista? «Para nada», dirfa un cinico. «Que un mercado sea eficaz no ¢s mas que una complicacidn.» En este caso, sin embargo, el cinico se equivo- UNA FILOSOFIA DE INVERSION n ccarfa, porque si nos paramos a pensarlo caeremos en la cuenta de que la ‘hip6tesis brinda una interesante posibilidad estratégica. ;Podemos sa- ‘ber cémo es? Bueno, en palabras de Hamilton, los mercados eficaces son una ex- ypresiGn para acontecimientos venideros que proyectan su sombra por ladelantado. Si, en estos acontecimientos venideros, somos capaces de ificar una secuencia de acontecimientos sustancial, sistemética y inuada que se actualice con una correspondiente secuencia sustan- ial de acontecimientos en los barémetros financieros, podremos de: tenemos un, instrumento utilizable. En tal caso, Ja persona cons- nte pensard inmediatamente en el ciclo econ6mico. Esto se refleja en realidad por un cambio sistemético de fase en los mercados financie- : cambios temporales de mercados alcistas a bajistas en los tipos de bio, bonos, acciones, mercaderias bésicas y metales preciosos. Si jucimos nuestro subsistema econémico a un modelo ciclico (que es que se hace aqu‘), podemos basar el supuesto estratégico de nuestro Jo de inversién en este fendmeno a largo plazo, pero bésico. Bi supuesto del andtisis fundamental ‘Apartémonos ahora de los barémetros. En oposicién a la idea de que mercados van por delante esté el supuesto del andlisis fundamental. ‘cuesti6n aquf es que hace falta una energia infinita para hacer que los mercados sean completamente eficaces. Como la raza humana no tiene Bitcrctetinfnita, debe haber posiilidads no uilizadas de arbitra; mico que hace falta es mirar fijamente. ‘Sistema econémico L Sistema financier Esto es cierto, naturalmente, pero resulta més vélido para cuestio- s microeconémicas que para aquellas que representan el mayor volu- -n de la contrataci6n. El andlisis fundamental puede arrojar mucha uz si se usa en un nicho de inversiones, pero en los grandes mercados ‘quidos resulta més bien dudoso. Por lo tanto, pasaremos de largo, ca- imino del tercer supuesto: la teorfa del caos deterministico, 78 PSICOLOGIA DEL MERCADO BURSATIL El dngulo caético La tercera escuela esté integrada por supuestos de inestabilidad sistemética, de bucles de realimentacién y de caos deterministico. De acuerdo con estos supuestos, cada subsistema esté viviendo, en parte, su propia y enrevesada vida con miradas de bucles de realimenta- cin, ‘Sistema financioro Los ciclos econdmicos dé la economfa, jumto con la irracionalidad de los mercados financieros y los numerosos hundimientos del mercado —tal como ya se ha expuesto en el capitulo 5— se han de tomar como potentes indicadores del papel dominante que desempefian los bucles de realimentaci6n y el caos. Ademés, queda claro que los mecanismos de realimentacién no s6lo dominan en cada uno de los dos subsistemas (obviamente son mucho més fuertes en el sistema financiero, es decir, la volatilidad del sistema), sino que los dos sistemas también estén in- terconectados con otro conjunto de bucles de realimentacién, por via del efecto autoconvalidante (por ejemplo, la revalorizacién de una mo- neda en un 5% leva a una menor inflacién y a la bajada de los tipos de interés, lo que tal vez con el paso de unos pocos afios compensaré con creces el debilitamiento inicial de la posicién competitiva). Cuanto més crea el inversor en este punto de vista, tanto més inadecuado seré el malgastar tiempo en andlisis econémicos. El caos es una invitacion a una téctica de «palos de ciego» porque es infinitamente més fécil pro- nosticar lo que sucederé en un sistema caético a corto plazo que a largo plazo. UNA FILOSOFIA DE INVERSION m Estrategia y tactica Las consecuencias de nuestras observaciones en los capitulos 3-6 ‘s0n, pues, que en los grandes mercados liquidos se puede operar exclu- sivamente analizando los graficos financieros. En concreto, se puede pperar con una estrategia desviada del ciclo econémico y analizada por pedo del comportamiento del sistema financiero, combinada con una ictica no econdmica orientada a «dar palos de ciego». Esto no deja de ser interesante porque nos obliga a renunciar a uno los instintos més fundamentales del economista clisico: el deseo de uscar unos equilibrios correctos. Cuando el mercado va por delante de economfa, por una parte, y se caracteriza por la irracionalidad endé- ica, el caos deterministico y el uso de grdficos autorreforzantes, por 4 otra, las dindmicas a corto plazo se hacen tan importantes que pare- ween... bueno... Jo mas importante. Dicho de otra manera, nuestra observacién nos invita a olvidar los uilibrios y a utilizar en su lugar la inestabilidad como fundamento alitico, Nuestro anilisis es, por lo tanto, una exposicién de aquellos anismos que pueden iniciar y suprimir los movimientos en las ina- ables fluctuaciones del mercado. De este modo, el centro de enfo: asa a ser los fenémenos que, en la linea de pensamiento més tradi- al, se echaban a un lado como interferen ero, ;cémo analizamos las interferencias? Analizar las interferencias es una tarea que se puede acometer de va- Ms maneras, aunque un método natural es dividir el andlisis en tres pasos: —Primero, podemos analizar las disposiciones que ocurren en el mercado: cémo fluye el dinero y cémo se mueven los precios fi- nnancieros en comparacién de nos con otros. Haremos esto en los capftulos 9-12. —Segundo, podemos analizar la forma en que fragmentos de informa- ccidn, por ejemplo recomendaciones para la inversién, se difunden por el mercado. Los capitulos 13-16 se dedican a estos aspectos. —Finalmente podemos concentrarmos en investigar el proceso de toma de decisiones de los inversores, emo reaccionan en diferentes situa- cciones y por qué. Este aspecto se analizaré en los capitulos 17-21. Pero antes de empezar, veremos en el préximo capitulo de donde Proceden nuestros instrumentos analiticos y quiénes fueron los prime- ‘ros chartistas. Capitulo 8 Los primeros chartistas -#¢Puede un cirujano escribir unas pocas regias séncillas ‘que permitieran aun banquero extirpar el apéndice a un agente de bolsa?» Robert Rhea El conocimiento que hoy en dia tenemos de los mercados de valo- res se ha producido de una manera bastante curiosa. Mientras que’el mundo académico ha estado buscando constantemente teorfas generales que se pudieran «demostrar», los profesionales del mercado se han cen- trado en subteorfas que son dificiles de verificar cientificamente pero féciles de usar. Harto diferentes han sido las personas que han contri- buido a esta «pérdida del estado de gracia cientifico», pero todas ellas han tenido una cosa en comin: el uso de los gréficos como su més im- portante instrumento de andlisis. Lémparas susurrantes Nadie sabe hoy en dia cudndo se utilizaron por primera vez los gré- ficos para analizar los mercados financieros. No obstante, la documenta- cién mas antigua que tenemos se remonta al mercado japonés del arroz. {LOS PRIMEROS CHARTISTAS. 81 En 1730 los japoneses introdujeron las operaciones normalizadas ‘con contratos de futuros de arroz, Estos contratos eran idénticos a los contratos de futuros de mercaderfas basicas que se negocian en muchas bolsas hoy en dia, con una sola excepcidn: no era posible solicitar la ‘entrega material de los bienes. Un contrato de futuros se podia comprar ¥y se podia vender, pero no se podfa cambiar por una entrega de arroz. ‘Sin embargo, no tardé en surgir un problema: mientras que los precios al contado del arroz fluctuaban un poco nada més, los contratos a plazo empezaron a mostrar grandes fluctuaciones, lo que demostré ser per- |manente. En 1869 esto result6 demasiado para el gobierno y se tom6 la decision de cerrar el mercado de futuros. Pero entonces se produjo algo muy interesante: tan pronto como el ado de futuros se hubo cerrado, el metcado material empez6 a fluc violentamente. Al cabo de dos afios reinaba el caos total y el gobierno vid a abrir el negocio a plazo. Sdlo que ahora los contratos a plazo se ncularon al mercado subyacente mediante la exigencia de la entrega de ‘contrato a plazo, tras lo cual el mercado result6 relativamente estable. Lo que esto ensefié a los especuladores japoneses fue que las coti- ones de los valores no s6lo expresan simplemente los equilibrios de ‘oferta y la demanda. También incluyen un elemento psicolégico. La secuencia fue que los agentes mediadores desarrollaron un buen né- de métodos para explotar esta psicologfa. Pronto empezaron a di- yjar gréficos de las fluctuaciones de las cotizaciones y crearon unas as para la interpretaciGn de las fluctuaciones del mercado. Estos s todavia se usan en Extremo Oriente y los simbolos especiales se trazan en los gréficos se denominan «lémparas susurrantes». Mientras tanto en Occidente... El chartismo aparecié por primera vez en Occidente alld por la dé- fa de 1880, en Estados Unidos, en una forma denominada el «méto- del libro». Solamente una minoria lleg6 a utilizar este instrumento y habfa una sola explicacién de cémo se debjan interpretar los diagra- s. No obstante, en 1900-1902 el Wall Street Journal publicé una se~ de articulos que pasaron relativamente desapercibidos y trataban de ‘mecanismos en las fluctuaciones de las cotizaciones de las accio- . El autor era el propio fundador del periddico y redactor en jefe, aries Henry Dow, que ademas del periddico habfa fundado el famoso ‘servicio de noticias financieras Dow Jones. El sucesor de Dow en el puesto editorial, William Peter Hamilton, le describié como un hombre «ultra conservador», frfo, competente e inte- ligente que «entendia su negocio» y nunca permitié que nada le pertur- 2 PSICOLOGIA DEL. MERCADO RURSATIL . Figura 9. Charles Henry Dow (1850-1902) Charles Dow hizo la mayor contribuciGn a la comprensién de las fluetuaciones, de los mercados bursitiles. Su interés inicial fue usar los andlisis del mercado de valores para prever Ia evolucién de Ia economia pero, en la practica, los agentes mediadores de los mercados de valores han tilizado sus teorias mucho Ins que los economistas. Sus modelos dieron claros indicios de alarma de los, hhundimientos de 1929 y 1987. (Foto por cortesia de Dow Jones & Co., Inc.) bara. Durante un periodo de su vida tuvo plaza en la Bolsa de Valores de Nueva York y, por lo tanto, tenia un profundo conocimiento practico del negocio de la compraventa de valores. Lamentablemente, murié en 1902, a los 52 afios de edad y, por lo tanto, jamés publicé otros textos sobre sus observaciones, aparte de los antedichos artfculos en su perié- dico. Sin embargo, estas observaciones se resumieron mas adelante en lo que hoy en dia conocemos como la «teoria de Dow», que todavia se debe considerar una de las més importantes contribuciones a nuestra comprensiGn de los mercados. Lo que descubrié Dow Una de las innovaciones de Dow fue que él (en 1884) habia empe- zado a dibujar un indice de la formacién de la cotizacién para un grupo de valores destacados. Mas adelante, en 1896, refundié un némero de LOS PRIMEROS CHARTISTAS 83 acciones industriales para formar «la media industrial» y unas cuantas ac- ciones de ferrocarriles para formar «la media ferroviaria» (que mas adelante pasaria a denominarse el «indice de transporte»). Esto le faci- Jit6 un valioso instrumento de andlisis para el estudio de la idiosincra- sia del mercado y la formulacién de sus reglas. Las teoria de Dow comprende las seis observaciones siguientes: 1. Los indices de los valores actualizan todo por adelantado. Jun- tos, los participantes en el mercado tienen toda la informacién de importancia para interpretar un valor bursétil y este cono miento se actualiza en Jas fluctuaciones de las cotizaciones del mercado. Esta de estos ciclos parecfan ser elementos de un ciclo mayor (correspon- diente al de Juglar). Kitchin explicaba estos ciclos, por ejemplo, median- te las fluctuaciones en la acumulaci6n de existencias de las empresas. Con la descripcién de estos modelos el camino estaba abierto para tuna nueva opinién: Juglar tenfa raz6n en que habfa movimientos ciclicos subyacentes en la economia (y como veremos més adelante en los mer- cados financieros), pero habia pasado por alto que al mismo tiempo ha- bia varios ciclos predominantes que se superponfan los unos a los otros. Sélo dos affos después de que Kitchin hubiera publicado su famoso articulo sobre los ciclos cortos, el economista ruso Nikolai D. Kondra- tieff publicé un articulo sobre los ciclos econémicos largos en la revista Voprosy Konyunktury (n.° 1, 1925). En 1926 publicé un segundo articulo bajo el titulo «Die Langen Wellen der Konjunktur> en Arkiv fir Sozial- wissenschafi, en Alemania. Las ideas expuestas por Kondratieff en estos dos articulos estaban basadas en estudios de las fluctuaciones a largo plazo de los precios de las mercaderias basicas, los tipos de interés, los salarios, el comercio exterior, la produccién de carbén, el consumo de petréleo, el ahorro, y Ja produccidn de plomo y arrabio en el Reino Unido, Francia y Estados Unidos. A partir de sus series cronolégicas, la més antigua de las cuales se iniciaba en 1780, Kondratieff habfa legado a descifrar un aparente ciclo econémico internacional con una separacién de 48 a 54 afios entre cada cresta y fosa. Datos para un plazo de s6lo 145 afios le daban poco fundamento empitico para su tcorfa. Sin embargo, los acontecimientos en los mercados financieros yen Ia economfa mundial desde que se pu- blicé su articulo realmente se han ajustado bastante bien al modelo, por lo que la teorfa sigue siendo interesante para el inversor. El que sus conslusiones no encontraran mucho eco en su pais de origen es harina de otro costal. Murié en un campo de trabajos forzados en Si Mucho més conocido, sin embargo, es el libro Business Cycles (1939) escrito por el austriaco Joseph Schumpeter. Este abultado volu- men es una descripcién de los movimientos cfclicos de la economia, 1os tipos de interés y los precios en los mercados bursdtiles. Schumpeter fue profesor en ia Universidad de Harvard y también Ministro de Fi- nanzas de Austria durante un perfodo. Cuando publicé su libro levaba treinta afios trabajando en estudios de los movimientos ciclicos de 1a economia. Desde el principio, como Juglar, habfa postulado Ia existen- cia de un simple movimiento ciclico, pero gradualmente lleg6 a la con- clusién de que habia ires ciclos imperantes, a los que denominé Kit- chin, Juglar y Kondratieff. Estos tres ciclos no fueron los tinicos que identifies, pero pens6 que tres ciclos superpuestos en su modelo repre- sentaban la mejor solucién de compromiso entre claridad y veracidad. LOS PRIMEROS CHARTISTAS 7 ‘Schumpeter no era un gran matemético, por cuya razén sus modelos han sido objeto de varios refinamientos posteriores por parte de unos cuantos matematicos y fisicos. (Como los fisicos suelen ser muy bue- nos en matemiticas, frecuentemente despejan el campo allf donde los economistas fracasan.) La adicién més importante a los descubrimien- tos de Schumpeter es probablemente el concepto de caos deterministico, Jo que significa que cuando varios de los ciclos de Schumpeter entran en acci6n al mismo tiempo, el movimiento resultante se torna bastante ‘complicado, ‘Aclaracién de otros aspectos Después de que las primeras teorfas mas descollantes encontraran us discfpulos, empez6 a aparecer una masa constantemente creciente libros y articulos sobre andlisis de mercados de capitales. Algunos ellos exponian hipétesis Iégicas y luego razonaban si estaban em- fricamente sustanciadas, mientras que otros se atrevieron a razonar 5 hechos a posteriori, con diferentes grados de misticismo y supers- icin. Se invent6 un indicador de «largo de falda» que relacionaba el mer- 10 de valores con los vestidos de las mujeres (comprar cuando son 108 y vender cuando son cortos). Se escribieron libros tales como An guiry into the Effect of Sunspot Activity on the Stock Market (los ados flucttian dependiendo de la radicacién magnética de las man- as solares). Un auténtico diluvio de sistemas autométicos para operar bolsa inund6 el mercado, seguido de una riada equivalente de infor- cientificos para demostrar la inaplicabilidad de estos sistemas, Pero en 1948 se publicé en Estados Unidos la obra Technical Analy- of Stock Trends, la cual afiadi6 un importante elemento al andlisis mercado. Sus autores R.D. Edwards y J. Magee habja estudiado yumerables gréficos bursétiles individuales durante muchos afios y mntraron un buen nimero de modelos caracterfsticos (0 10 que Ila- 10s «formaciones») que se repetian una y otra vez y que resultaron valor de prognosis. Todos estos fenémenos se describieron y cla- ificaron cuidadosamente y los métodos son todavia lectura esencial cualquiera que opere baséndose en los gréficos. En relacién con el estudio de las fluctuaciones aisladas de las coti- aciones, los operadores dieron una serie de saltos gigantescos con la ‘introduceién de los ordenadores personales en ta década de 1970. En ‘este periodo el asesor financiero britinico Brian Marber acufié los con- eeptos «cruz de oro» y «cruz de muerte» para el andlisis asistido por ordenador de las «medias mévilesy de las series de cotizaciones. 38 PSICOLOGIA DEL. MERCADO BURSATIL. ‘También debemos mencionar a J.W. Wilder a propésito del asunto de los gréficos hechos por ordenador. En su libro New Concepts in Technical Trading Systems, publicado en 1978, Wilder describia una formula que'denominé el «indice de fortaleza relativa» que era una re- flexién muy oportuna sobre la oscilaciGn de la disposicidn del mercado entre un optimismo exagerado y un pesimismo extremo, Uno de los as- pectos més interesantes de-la formula de Wilder es que, aun cuando es muy nueva'y estd destinada a su uso en ordenadores, también funciona excelentemente cuando se utiliza para analizar grdficos que se remon- tan a principios de siglo o incluso antes. Una curiosidad peculiar de los graficos de cotizaciones es que hubo que esperar hasta la década de 1980, cuando todo el mundo habfa aprendido el anilisis de grificos de cotizaciones, para que alguien se propusiera explicar su trasfondo real. Uno de los precursores fue el economista norteamericano Robert Schiller quien fue el primero en lla- ‘mar la atenci6n hacia el vinculo existente entre los fenémenos del mer- cado y el especial complejo psicolégico/sociolégico de las teorfas con- cernientes a las actitudes humanas. Difusi6n de la informacién Otra herramienta importante es la interpretaci6n de la difusiOn de la informacién y las actitudes. El principio que. hay detrés de todo esto son los pensamientos de Charles Dow respecto a la-«distribucién» y «acumulacién» (su tercera regla). En la practica, los procesos de distri- bucién:y acumulacién tenfan que ser una consecuencia de la forma en que se difundian'la informaci6n y las actitudes desde los grandes y ex- pertos operadores hasta los pequefios aficionados. Garfield A. Drew afirmé un principio basico tras investigar en la década de 1940 estadisticas accesibles al piblico respecto a la contrata- cién bursétil de totes que comprendian menos de 100 acciones, es de- cir, las operaciones que solfan hacer los denominados «compradores de picos». Drew descubrié que los compradores de picos, que normalmen- te-eran operadores pequefios y poco profesionales dentro del mercado de los. valores, solfan tener por lo general bastante mala suerte y con tanta frecuencia que uno podia tener éxito s6lo con limitarse a hacer 10 contrario de lo que ellos hicieran. En 1959 Drew publicé una recopila- cién de diagramas que mostraban el comportamiento en el mercado de estos compradores de picos, con la que document6 su teoria (Drew Odd Lot Indexes Daily 1936-1958 Inclusive, Monthly 1920-1958 Inclusive). No obstante, H.B. Neill era més conocido que Drew. En 1954 Neill present6 el concepto de 102 SICOLOGIA DEL MERCADO BURSATIL Figura 12. El ciclo econémico y los mercados financieros ‘Tradicionalmente, los mercados financieros y la actividad econ6mica fluctdan fen la secuencia que representa el diagrama, 1. Depresion La economia esté deteriorada, las inversiones son bajas y cl desem- pleo aumenta, El mercado de bienes inmuebles esta deprimido. Los in- Eresos son bajos, los bancos estén asustados y nadie esté en disposicion de ayudar a los demas. Ta liquide: financiera es buena y esta creciendo. Las imposiciones de ahorro a plazo y las cuentas en efectivo de las entidades mediadoras faicanzan niveles altos. Los tipos de interés a corto plazo estan bajando. (La liquidez financiera se describe con més detalle en el siguiente capt- tulo. Digamos ahora en pocas palabras que es la liquidez disponible para inversiones en valores de renta fija y variable.) ‘Los medios de comunicacién se centran fundamentalmente en los ‘elementos negativos de la econom{a, aunque primero la renta fija y lue- go la renta variable ya han empezado a subit. . La renta fija experimenta una clara tendencia alcista, después de la caida de los tipos de interés a corto plazo.. ‘La renta variable ha empezado a subir algdn tiempo después de la renta fija. En la fase inicial el papel orientado al consumo, tal como las acciones del sector inmobiliario, de la distribucién y de los fabricantes de articulos de consumo a corto plazo, experimenta unas fuertes subi- das. Las instituciones financieras que facilitan medios de crédito al Consumo estan también entre los mejores valores. En las posiciones mis bajas se encuentran las acciones de las companias mineras y fabri- Cantes de bienes de capital. La subida de los valores de renta variable provoca asombro ya que los ingresos siguen disminuyendo RITMOY BALANCED 103 Las mereaderias bdsicas bajan fuertemente y lo mismo es aplicable al oro que alcanzé su méximo algsin tiempo por delante de la actual depresisn. 2. Expansion econdmica La primera reactivacién de la economia se debe a un aumento de la demanda de los consumidores. Se disparan las nuevas edificaciones y Ios bienes de consumo, al tiempo que aumenta la demanda de crédito de los consumidores. Los sectores industriales y de distribuci6n empie- ‘Zan con existencias relativamente altas que se Van reduciendo gradual- inente, Las industrias empiezan a registfar una creciente recepcién de pedidos en la fase madura de la reactivaci6n. La oferta monetaria rebasa fos objetivos y, por primera vez, puede que el tipo preferencial suba después de unas anteriores reducciones. La inflaci6n ha tocado fondo. Suben los precios de las viviendas particulares, mientras que el mercado e edificios industriales y de oficinas se esta La liguidez financiera ha dejado de subir. Las imposiciones de lahorro a plazo y las cuentas en efectivo con los agentes mediadores es- ‘bajando y los fondos mutuos estén cada vez mas inmovilizados en ‘ersiones, Los préstamos para inversiones mobiliarias concedidos por agentes mediadores estén cobrando més ritmo y volumen. Los tipos interés a corto plazo empiezan a tirar hacia arriba. Las adquisiciones tempresas mediante la emisién de obligaciones pueden contribuir a jentar el efecto de la liquidez. ‘AI principio de la reactivacién los medios de comunicacién se stran pesimistas todavia y solo dan sefiales de optimismo hacia la tad de Ia revitalizacién, Los anuncios de nuevos fondos mutuos son ‘asos todavia y estén muy separados cronol6gicamente. ‘Los valores de renta fija han estado subiendo durante un perfodo Foor ‘Algunos meses después de que los tipos de interés a corto tempezaran a subir los valores de renta fija entraron en una fase culminacién. ‘Los valores de renta variable también han estado subiendo durante Jalgin tiempo, posiblemente de 6 a 9 meses, antes de que empezard a Feactivacidn econdmica. En la fase de reactivacién las acciones indus- {riales, en particular, estén subiendo fuertemente. Una considerable ac- sividad de absorci6n contribuye a las subidas. ‘Las mercaderfas bdsicas han tocado fondo a un nivel bajo y no hay indicacion de que se vayan a producir subidas en las primeras fases 42 In reactivacion. Mas tarde, empezardn a subir un ntimero creciente dé mercaderias basicas, ‘El aro entre en una formacién de fondo después de ir bajando du- rante un largo perfodo. 104 PSICOLOGIA DEL. MERCADO BURSATIL, 3. Auge La economia esté en auge y la tasa de utilizacién de Ia capacidad industrial es alta, pero no dejan de producirse los cuellos de botella. La inflacién y los tipos de interés a corto plazo estén subiendo. La indus- tria ha empezado a ampliar su capacidad y esté creciendo la demanda de trabajadores, capital y mercaderfas basicas. Un creciente nimero de empresas empieza a vender carteras de obligaciones 0 bonos para cap- tar numerario con que financiar esta ampliacién de la capacidad. La liquides financiera esta disminuyendo desde hace bastante tiempo y las «reservas de liquide» son bajas ahora, (Las reservas de liquidez se podrian asemejar a una bateria que se estuviera cargando. Explicare- mos esto en el préximo capitulo.) La fuente principal de aumento de la Jiquidez 1a constituyen las subidas de las cotizaciones de las acciones, convertidas en capital al liquidarse las transacciones. Hay muchas emi- siones nuevas y elevaciones aceleradas de los tinnc da interse en el mercado monetario. Los medios de comunicacién adoptan una postura positiva y se de- dica mucho espacio de los periédicos a las-inversiones en renta varia- ble. Hay una multitud de anuncios de ofertas de inversién, pero tam- bién hay algunos que solicitan préstamos. Aparecen nuevos fondos mutuos de inversién y no son escasas'las emisiones de acciones por parte de sociedades mas o menos «inactivas» 0 con planes, muy difusos para el futuro. Los valores de renta fija inician una tendencia bajista después de abandonar una gran formacién de maximo. Los valores de renta variable empiezan a bajar unos cuantos meses antes del punto culminante de la economfa.’ La caida empieza con las acciones de sociedades centradas basicamente en el consumo sobre las {que incide més acusadamente y luego afecta a los sectores de las mer- caderfas basicas, de la minerfa y de los productos quimicos y farma- céuticos. A escala internacional la caida se iniciard, probablemente, en Jos mereados lideres tales como el Reino Unido, Estados Unidos y Alemania y se produciré més adelante en paises productores de merca- derias basicas como Australia, Canada y Africa del Sur. Esta tendencia se vera reforzada por el hecho de que muchos inversores instituciona- les, en lugar de abandonar por completo los mercados bursatiles, pasa- ran a posiciones defensivas basadas en valores relacionados con las mercaderias basicas. Las mercaderias bdsicas experimentan ahora una clara tendencia alcista, incluyendo también los futuros de transporte de mercancfas a ‘granel (granos, sobre todo). El oro sale de su formacién de minimos e inicia una tendencia al alza. RITMO Y BALANCEO. 105 4, Decadencia econémica La economéa est marcada ahora por una dréstica reduccién del consumo privado. Las industrias se enfrentan a un creciente exceso de capacidad, parcialmente debido a recientes inversiones hechas a des. tiempo. La inflacién sube durante un perfodo de tiempo, pero alcanza su maximo en mitad de la decadencia. En este perfodo muchos sectores sensibles a los tipos de interés se ven asolados por las suspensiones de agos y las quiebras, al tiempo que se hacen frecuentes las ventas for- zadas en el mercado inmobiliario. La liquidec financiera se estabiliza y las reservas de liquidez em- piezan a subir gradualmente. Sin embargo, debido a las caidas de pre- cios muchos operadores del mercado se enfrentan a la necesidad de aportar coberturas a medida que se reduce répidamente la liquidez del papel. Las liquidaciones forzosas se hacen cada vez més frecuentes. Los medios de comunicacién se muestran pesimistas. Se profetizan tipos de interés mas altos y los sectores intensivos en capital se ven atrapados en medio de restricciones crediticias. Crece el mimero de anuncios de inversiones en metales preciosos y piedras preciosas. Se ‘compra plata para fundirla. Los valores de renta fija tocan fondo antes del final de Ia decaden- cia econémica. Debido a la necesidad de aportar cobertura, muchas de las tltimas ventas son forzadas. Los valores de renta variable caen también y revierten més tarde {que fos de renta fija. Las mercaderias bdsicas alcanzan su techo antes que la inflaci6n y ian empezado a bajar ahora. El oro esté empezando a caer al mismo tiempo, 0 poco después, que Jas mercaderias basicas. El precio del oro empieza a caer de seis a nueve meses antes de que la inflacién aleance su techo. Debe decirse que las anteriores situaciones hipotéticas son, natural- mente, simplificaciones de la realidad. Los acontecimientos nunca se cifien estrictamente al modelo, por tres razones: 1, En las economfas pequefias con una gran esfera internacional de contacto, el modelo se ve perturbado por factores exégenos. El modelo gana mucho en precisién cuanto mayores sean los ele- mentos descritos. A escala global es como mas ficilmente se in- terpreta, 106 PSICOLOGIA DEL MERCADO BURSATIL. RITMO Y BALANCED 107 2. A veces, acontecimientos aislados de cardcter politico 0 tecnolé- gico distorsionardn gravemente el modelo (perturbaciones exé- genas estocdsticas). 3. Silos valores de renta variable se desploman en lugar de experi- mentar un cambio gradual de sentido desde la situacién de mer- cado alcista, el sistema se puede ver perturbado por las ondas de choque, lo que propiciarfa una fuerte intervencién del banco central. En este caso, las actividades del banco central pueden ser tan extremas que los mercados dejen de ser un barémetro para pasar a ser una de las principales causas de los movimientos econémicos. acién de que los tipos de inte- ‘muestra un claro ciclo de Kitchin, : The Review of Economie Statis- s basicas y finalmente los tipos de de ver es en la curva negra (mercaderias basicas). (Fuente: la secuencia de todo auge econémi- interés del mercado monetario. Esto corresponde al modelo de la figura 12, con la modi Una vez dicho esto, los mereados se han de considerar siempre so- bre la base de este modelo. VHV6 1678 1017 1618 919 1900 T0Ni 1002 TB L H = ge Estructura de los mercados subordinados sss 5 £8 s ae E] modelo anteriormente mencionado se referia a los cambios gene- he an a3 rales de fase entre mercados clave, pero también hay una rotacién inter- |__| 23 nna de mercado para los de renta fija y variable. lee? g Por lo que se refiere a los tipos de interés, los de corto plazo suelen ser los que més fluctéan. Cuando los tipos a corto plazo estén préximos a alcanzar su techo, el tipo a més corto plazo frecuentemente serd co siderablemente més alto que los tipos ligeramente més largos. No obs- tante, los precios de los titulos de renta fija no son los que més caen, debido tinicamente al hecho mateméticotécnico de que los valores @ corto plazo son menos sensibles a los tipos de interés que los valores a largo plazo. Para la renta fija a largo plazo hay una rotacion de mercado diferente. Los bonos basura son los Iideres del mercado y los de RIR Nabisco se consideran el tipo de referencia de los bonos basura norte- americanos. De este modo se inicia un mercado a la baja para la renta fija a largo plazo, con los valores menos seguros. Pero el fenémeno tics and Supplements, Harvard University Press, 1923.) ¥y los tipos de interés del mercado monetario desde 1897 hasta 1923 (afio en que se publicé la teorfa de stra las fluctuaciones experimentadas en EE,UU por los valores de renta variable, los precios de las merca- 1s valores de renta variable alcanzan antes sus tect mercado monetario corresponden al inverso de las «letras». En segundo lugar, “HST 1698 1606 1900 1901 TBUR 1908 7804 1805 1806 1907 1908 1609 T8RD TH ichin). Esto es interesante porque ilustra dos fenémenos ef Figura 13. Ciclo econémico de valores de renta variable, mereaderfas baisicas y valores de renta fija a corto plazo 3 mas interesante de precursores/sucesores se produce con las acciones. 3 2 La secuencia que siguen las tres fases de un mercado al alza viene a ser 33 8 algo as 3 z Primera fase: en la primera y vacilante fase del mercado al alza, la 1 = mayor de las alzas se produce en las acciones relacionadas con el con- 2 g sumo y las inversiones en el hogar: Basses —compafifas de servicios piiblicos (agua, gas, electricidad, trans- 2e2058 porte piblico, etc.), “i _s S555 —instituciones de crédito personal, , 8 323562 —companifas de bienes de consumo, farmacos, 108 PSICOLOGIA'DEL MERCADO BURSATIL —cadenas de alimentacién, ' —compatifas productoras de alimentos, —fabricantes de material de envasado, —compaiifas financieras, —compaias de distribucién, —bancos, —seguros. Segunda fase: En medio de la reactivacién, las existencias de mu- chas compafifas.y comercios se van reduciendo debido a la creciente demanda. Los nuevos pedidos indusiriales aumentan mucho més signi- ficativamente que el consumo y esto hace que las acciones industriales sean las mejores aceiones en esta fase. Frecuentemente es en esta fase donde el mercado empieza a dar muestras de una predileccién por com- paiifas con menos potencia financiera pero con més ideas innovadoras. Algunas veces el niimero de fondos mutuos aumentaré acusadamente y empezarn a aparecer burbujas (emisiones deacciones por parte de compafifas con escasa actividad 0 nebulosos planes de. futuro). Las ac- ciones industriales tocarén techo aproximadamente al mismo tiempo que el indice total, o poco después. Entre las acciones industriales mas importantes cabsfa citar a tas de compafiias de: —energia, —contrata de obras —papel,, —textiles, —bienes de consumo duiraderos (p. ej, automéviles). Tercera fase: mientras que tas acciones relacionadas con el consu- ‘mo funcionan como precursoras y las acciones indbstriales tocan techo por lo general al mismo tiempo que el indice total, las acciones relacio- adas con las inversiones en activos fijos y con las mercaderias Bdsicas suefen ser las sucesoras habituales. Valgan como ejemplos: —construccién de maquinaria, —productos quimicos, —material de transporte (incluido el de aviacién), —transformados metélicos, —minas. La raz6n estriba en que durante Ja fase final del auge Ja industria padecerd una escasez de capacidad y por esta razén (y de forma nada aconsejable) se hacen inversiones en nuevos bienes de capital. Las acciones que son muy sensibles a las tendencias econémicas se describen como «ciclicas», lo que no ha de sorprender a nadie. Los sec- tores ms sensibles al ciclo econdmico de entre los que hemos mencio- RITMO Y BALANCEO. 109 nado son los automéviles (y los fabricantes de neuméticos), los produc tos quimicos, las lineas aéreas y los transformados metélicos. La forma mis fécil de hacerse una idea general de la actuacién de los precursores y sucesores es estudiar el subindice de las acciones. En Estados Unidos €l indice de las compafifas de servicios puiblicos (agua, gas, electricidad transporte piiblico, etc.) es ligeramente precursor, el indice de indus: triales un sucesor débil y el indice de transportes un sucesor definitive, Hay bastantes pafses en los que utilizan subindices de precursores y su cesores similares a los anteriormente expuestos, por ejemplo, ET. Stores (Comercio, de! Financial Times) en el Reino Unido (precursor) o Me. tals and Mining (Metales y Minerfa) en Australia (sucesor). Capitulo 11 La importancia del dinero «Como estudioso del género humano, siempre he pensado que un buen especulador ha de ser capaz de saber lo que un hombre va a hacer con su dinero antes de que lo haga.» Bernard Baruch La segunda dimensién de nuestra partida de ajedrez tridimensional ¢s el dinero. Pocos factores de 1a economfa causan tanta desavenencia entre los economistas como la importancia de la liquidez y el dinero. Observar a los actuales «keynesianos» y «monetaristas» cuando hablan del dinero es algo asi como presenciar Ia separacién de las aguas del Mar Rojo. Las opiniones siempre estén divididas, ya que cada yno de los participantes en el debate tiene una opinién cortada a la medida de sus convicciones, no s6lo de Io que el dinero hace, sino también (y esto es mucho peor) de lo que el dinero es. Una visién sencilla de Ia liquide Para comprender lo que es el dinero, y lo que genera, hemos de simplicar nuestra forma de pensar. Un buen punto de arranque es sen~ arse cémodamente y hacer memoria de la teorfa electromagnética que LA IMPORTANCIA DEL DINERO. Mn nos ensefiaron en el colegio. El problema con tales teorfas era que el «amperaje>, la «impedancia>, la «capacitancia» y la «inductancia» se po- «dian medir, pero lo que no se podia hacer era ver realmente la corriente Lo mismo sucede con la liquidez. Si hay dinero en la cuenta del se- ior Pérez, es dificil decir si es del seftor Pérez o si realmente pertenece al sefior Garcfa (porque el banco se lo ha prestado), o a alguna otra per. sona. Si tanto Pérez como Garcia creen que el dinero es suiyo, ,no seria de lo mas correcto decir que ambos lo tienen? Esta es la raz6n de que el debate vuelva siempre a la definicién del dinero. De acuerdo con su forma de pensar, las diferentes personas de- fienden como definicién la «Ml», la «M2» 0 cualquier liquidez creada por los mercado al alza contribuye a crea ulteriores clevaciones de precios bastante después de que et «autént co» flujo de liquidez financiera haya empezado a menguar. Dado que las plusvalias se convierten en dinero real s6lo con la realizacién de be- neficios, un gran volumen de operaciones es el criterio fundamental para la generaci6n de esta inductancia financiera. demas, las rpidas subidas de precios son evidentemente importantes. Asi, por extrafo que parezca, los mercados financieros reaccionan precisamente igual que la economia comercial en una «restriccién de crédito»: aumentando la ve- Jocidad del dinero. juidez y cruce de lineas Como los fondos pueden fluir en muchas direcciones, es una pérdida de tiempo usar el desarrollo de la oferta monetaria total como indicador de algo. La creciente liquidez puede tener unos origenes alcistas, bajis- tas o indiferentes, dependiendo de hacia donde fluya el dinero. Si se ha de observar la liquidez, conviene hacerlo con cuidado y comprensién, Y esto se puede hacer mediante dos métodos: el método laborioso y el método sencillo. E] método laborioso El método laborioso consiste cn organizar un sistema de medicién siempre que sea posible para registrar los movimientos de liquidez y su acumulacién. Los preavisos de una inflacién de precios se encuentran, Por ejemplo, en la inflacién de salarios, precios al productor, utiliz: cién de la capacidad y precios de importacién. La absorcién de liquidez a efectos de produccién se puede medir por las inversiones y los nuevos pedidos de la industria, los permisos de construccién, etc. La liquidez financiera se mide por los métodos descritos en este capitulo y resumi- dos al final 20 PSICOLOGIA DEL MERCADO BURSATIL, Y, finalmente, si el lector es muy trabajador, puede hacer pronésti- cos diarios de los ingresos y retiradas del gobierno central, con la espe~ ranza de que el banco central y los grandes bancos no hagan lo mismo con mayor exactitud, para eliminar asf las potenciales fluctuaciones co- tidianas del mercado. El método sencillo Si el lector es perezoso puede utilizar el método sencillo, Como todo uso de los grificos, éste se basa en los mercados como barémetros eco- némicos. El inversor perezoso se centrard en los tipos de interés, las cur- vas de rendimiento y el precio del oro. También comprobard nuestros indicadores especificos de liquidez financiera alli donde pueda verlos. Indicador n.* 1 para el perezoso: tipos de interés a corto Los tipos de interés a corto plazo son el mejor indicador de Ia li- quidez nacional y tienen un componente de causa y efecto para los mercados financieros. Los tipos a corto plazo se miden normalmente como el tipo para depésitos a tres meses, es decir, el tipo de interés anual resultante de los depdsitos a tres meses en el mercado del dinero, (Registrado como LIBOR —London Inter Bank Offered Rate: Tipo de interés de oferta en el interbancario de Londres— en el Reino Unido y ‘como MIBOR, por analogfa, en el mercado interbancario de Madrid.) Si los tipos de interés suben, transmiten una seftal bajista al mercado bursétil. Si bajan, es un sefial alcista, Hay cuatro razones para esto, dos financieras y dos concernientes a la situacién del inversor. Las razones financieras son las siguientes: —Si los tipos de interés estén subiendo, se deberd frecuentemente a tuna reactivacién econdmica, en la que la economia productiva absorbe la liquidez. Como el mercado bursétil va también por delante de la economia, frecuentemente tocaré techo mientras, que el tipo de interés esté subiendo. —Una subida en los tipos de interés es una mala noticia para las compafifas, por lo que los rendimientos de las acciones y sus ¢o- tizaciones descienden con los tipos de interés al alza. Las otras dos razones conciernen a la situacién de los inversores: —Si el tipo de interés es bajo, los préstamos para la especulacién en los mercados bursitiles saldran més baratos y por esta razén aumentardn la liquidez financiera. LA IMPORTANCIA DEL DINERO ey —Si los rendimientos son altos en Ia renta fija 0 en los depésitos a plazo, el rendimiento de las acciones ha de aumentar proporcio- nalmente para poder competir. De ser iguales todas las demas circunstancias, esto solo se podrd producir gracias a unas cotiza- ciones mas bajas de las acciones. Conviene advertir que el nivel absoluto del tipo de interés es menos importante que su tendencia Indicador n.° 2 para el perezoso: la curva de rendimiento La curva de rendimiento es una historia aparte. Este concepto se re- re a la curva establecida por la relaciGn entre los vencimientos de los titulos de renta fija (bonos, obligaciones, etc.) y los rendimientos en 400| 400 300 300 200 200 100 100 0 %0 1 * 12 10 1” 00] os | os oa - 04 Le cA Paetations Le, 1090 18 8ST Figura 16. Los precios de las acciones y tas curva de rendimiento Las zonas sombreadas corresponden a perfodos con una curva «invertida» de rendimiento. En la mayoria de los casos esto ha sefialado el inicio de importan- tes mercados a la baja para las acciones, (Fuente: The Bank Credit Analyst.)

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