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36 Introduccién a la filosofia de ta ciencia LECTURA* «Introduccién: naturaleza y funcién de la filosofia de la ciencia»* J. A. Diez y C. U. Moulines (1997) 1. La ciencia como objeto. Los estudios sobre la ciencia El conocimiento cientifico es cl resultado de determinada practica o actividad especifica que podemos denominar, en sentido amplio, ‘eorizacién, y la filosofia dela ciencia consiste en un determinado tipo de saber relativo a dicha practica. Para clarificar la naturaleza y funcién de la filosofia de la ciencia es preciso distinguir dos sentidos en que se puede hablar de «saber» en relacién con una prictica o actividad. En un primer sentido, el saber relativo a una actividad consiste simplemente en realizar dicha actividad satisfactoriamente; cn otro sentido, el saber relative a una actividad consiste en conocer y ser capaz de formular explicitamente determinadas propiedades 0 caracteristicas de esa actividad. Consideremos, por ejemplo, la actividad de proferir oraciones gramaticales, 0 la de argumentar. Una cosa es saber realizar estas actividades correctamente y otra muy distinta ¢s saber cn qué consiste realizar estas actividades correctamenie. Debe quedar claro que lo primero no es condicién suficiente para lo segundo. Se puede saber hablar correctamente sin saber formular en qué consiste ello exactamente, y se puede argumentar correc- tamente sin ser eapaz de explicar qué es una argumentacién correcta, En ambos casos se tiene cierto conocimiento implicito, puesto que la actividad se realiza correctamente, pero hace falta realizar una tarea adicional para ser capaz, de hacer explicito dicho conocimiento implicito. Eso es lo que hace la Gramitica en el caso de las proferencias gramaticales, o la Logica en el caso de las argumentaciones. Y hay por supuesto muchos otros hechos relativos a estas pricticas que, por no consistir en reglas para su correcta realizacién, ni siquicra se conocen implicitamente; hechos tales como el desarrollo histérico de las practicas, o sus caracteristicas 0 variaciones etnosociales. La capacidad de realizar correctamente una actividad, por tanto, no basta por si sola para poder formular explicitamente en qué consiste la practica correcta de dicha actividad. Por oiro lado, si bien quizas menos manifiesto, es igualmente cierto que lo primero tampoco es condicién necesaria para lo segundo. * Transeripy Fen ALL 1997, pp. 15-25 Gn hecha por Hernando Hernindez. cx y C. U, Moulines, Fundamentos de filosofia de la ciencia, Ariel, Barcelona, {De qué y cémo se ocupa ta filosofia de la ciencia? 37 Aunque poco probable, es posible que alguien conozca explicitamente las reglas que rigen la argumentacién correcta y que, por ejemplo debido a algiin tipo de disfuncién cognitiva, no sea capaz de aplicarlas y argumente en general inco- rrectamente. O, para tomar otros ejemplos menos controvertidos, es claro que se puede ser un excelente entrenador de un deporte y ser un pésimo jugador del mismo, o que se puede ser un competente critico de arte y ser un perfecto desastre como artista Estas consideraciones se aplican también, on principio, a esa actividad que hemos denominado, en sentido amplio, ‘eorizar. Teorizar, como hablar 0 argu- mentar, también cs una actividad que se puede realizar correctamente sin saber formular explicitamente las reglas que la guian, ni por supuesto otros hechos histérico-sociales relativos a ella, Sin embargo, teorizar, a diferencia de proferir oraciones gramaticales o argumentar, es una practica que genera un cuerpo de saber explicitamente formulado acerca de cierto Ambito. El resultado de realizar correctamente una actividad no consiste en general en la formulacién explicita de cierto saber sobre determinado ambito. El resultado de realizar correctamente la proferencia de oraciones gramaticales produce proferencias correctas, y éstas no tienen por qué consistir en general en la formulaci6n explicita de saber sobre cierto ambito; el resultado de argumentar correctamente produce argumentaciones correctas, y éslas no consisten en saber explicito sobre determinado dmbito. Esto es todavia mas claro de otras practicas, como las deportivas 0 las artisticas; sca lo que sea cl resultado que genera practicar correctamente un deporte, es claro que no consiste en la formulacién de un cuerpo de conocimiento. Pues bien, cn este aspecto la prictica de ¢eorizar es peculiar, pucs ef resultado que genera es la formulacién explicita de cierto conocimiento sobre determinado Ambito. Asi, si denominamos «saber» en sentido estricto a la formulacién explicita de cierto conocimiento, entonces teorizar produce saber en sentido estricto, mientras que proferit oraciones gramaticales, argumentar o practicar un deporte, no. En este sentido se puede considerar que teorizar es (genera) saber explicito. Ahora bien, ef contenido del saber explicitamente formulado en cierta teorizacion especifica no versa (en general) sobre la teorizacién misma, sino sobre otro objeto o dominio. El conocimiento formulado explicitamente en cierto teorizar no consiste en la explicitacién de las practicas seguidas implicitamente en ese teorizar, ni tampoco en la formulacién de sus peculiaridades socio-historicas. Estas cosas son (0 pueden ser) objeto de estudio y de formulacién explicita de oro teorizar, que toma asi el primero como su objeto. El resultado de este nuevo teorizar es también un saber en sentido estricto, pero es un saber de otro orden o nivel. Decimos que es un saber de segundo orden, un saber que tiene otto saber por objeto, saber-objeto que se considera en ese contexto un saber de primer orden. 38 Introduccion a la filosofia de ta ciencia En general, los saberes de primer y segundo orden son, en cada contexto, diferentes; por ejemplo: economia y sociologia de la economia, biologia y filosofia de la biologia, filosofia de la fisica e historiografia de la filosofia de la fisica, etc. Pero hay al menos un tipo de saber que parece reflexivo, en el sentido de que se estudia a st mismo, y ésc es la filosofia. No nos referimos sélo a la iteracion de estudios de segundo orden. Se pueden hacer estudios histéricos de las teorias biolégicas, y también estudios histéricos de los estudios histéricos de las teorias biolégicas. Pero la historiografia biologica y la historiografia de la historiografia biolégica son disciplinas diferentes, cl saber-objeto de la primera son teorias bioldgicas, el de la segunda son teorias historicas. Esta distincién, en cambio, no puede trazarse de manera tan tajante en filosofia, la cual, cuando sc itera, parece reflexiva cn un sentido especifico que la distingue de las demas disciplinas de segundo orden; en filosofia, la iteracién no parece generar un nuevo nivel de teorizacién. Asi, mientras que la historiografia de la disciplina x y la historiografia de Ia historiografia de la disciplina x son teorizaciones de segundo orden diferentes, y lo mismo sucede por ejemplo con la sociologia, ello no esté nada claro en el caso de la filosofia. Por ejemplo, apenas tiene sentido hablar de la filosofia de la filosofia de la biologia (0 del derecho, 0 etc.) como algo diferente de la filosofia de la biologia (del derecho, etc.) misma. En principio pareceria que si, que el objeto de la primera son las teorias biolégicas, mientras que el de la segunda son las teorias filoséficas sobre las teorias bioldgicas. Pero en este caso el estudio filoséfico de las teorias bioldgicas no se distingue del estudio filoséfico de las teorias filoséficas de las teorias biolégicas. En esto consiste el cardcter reflexivo de la actividad filoséfica, caracter que se deriva de la naturaleza de la filosofia como anilisis conceptual. La actividad cientifica es una de las formas de esa practica que hemos denominado genéricamente ¢eorizacién. Como toda teorizacién, la teorizacién cientifica sobre los diferentes ambitos de la realidad genera diversos saberes, los cuales pueden a su vez ser objeto de estudio de nuevas teorizaciones (cientificas 0 no). Como se ha sugerido en el parrafo anterior, hay por lo general més de una dimensién desde la que se pueden estudiar las teorizaciones cientificas. La investigacion metacientifica tiene por objeto determinar ciertos hechos o propiedades de la investigacién cientifica y no todos esos hechos 0 propiedades, aunque indudablemente interrelacionados, son exactamente del mismo tipo, requieren del mismo tipo de investigacin. Asi, cada uno de los aspectos de la actividad cientifica abre una dimensién desde la que se puede estudiar dicha actividad, da lugar a un saber de segundo orden especifico. Llamaremos estudios metacientificos, 0 estudios sobre la ciencia, a las diver- sas teorizaciones de segundo nivel sobre las teorizaciones cientificas de primer De qué y cémo se ocupa la filosofia de la ciencia? 39 nivel, y distinguiremos al menos cuatro aspectos diferentes de la actividad cientifica susceptibles de investigacién metatesrica: el psicolégico, cl sociolégico, el histérico y el filoséfico. La distincién entre los correspondientes ambitos metacientificos no se pretende tajante sino gradual, pero no por ello es menos importante. La filosofia de la ciencia, por tanto, pertenece al campo de los estudios metacientificos, pero es s6lo una parte de ellos; no es ni historiografia de la ciencia, ni psicologia de la ciencia, ni sociologia de la cicneia, aunque esti relacionada con todas ellas. Por otro lado, la filosofia de la ciencia pertenece también al campo de los estudios filos6ficos, pero es s6lo una parte de ellos; no es ni légica, ni filosofia del lenguaje, ni filosofia de la mente, ni filosofia de la técnica, aunque esta relacionada con todas ellas. Estas afirmaciones pueden parecer obvias, y a nuestro juicio lo son, pero conviene recordarlas, Es inade- cuado tomar estas distinciones de un modo rigido, pero igualmente, 0 mas, incorrecto es negarlas. La fluidez de estas distinciones s6lo supone una mayor dificultad en su fundamentacién, no su inexistencia, Es cierto que «todo es cuestién de grado», y que todo tiene que ver con todo, pero no todo es lo mismo. Entre el suefio ilusorio de las distinciones rigidas y el caos paralizante de la indistincién absoluta se encuentra el mundo real de las distinciones graduales. Una justificacién precisa de la naturaleza y limites de estas distinciones requiere una discusién metafilos6fica que excede los limites de esta introduccién. Nos limitaremos pues a unas breves consideraciones para motivar nuestra posicién. EI método correcto en filosofia, en tanto que andilisis conceptual, exige fijar Ja atencién en las intuiciones més firmes sobre nuestros conceptos y, «teo- rizando» sobre ellas, explicarlas, y ala vez, arrojar nueva luz sobre otras «situa ciones conceptuales» menos claras, proceso éste que puede exigir, siempre como tiltima instancia, la revisi6n de algunas de nuestras intuiciones originales. Parte de esta tarea es comin a toda disciplina explicativa: a partir de ciertos casos paradigmaticos se desarrolla una «teoria» que los explique y, a la vez, pueda dar cuenta de nuevos casos menos claros, siendo posible, aunque inusual, modificar a lo largo de este proceso nuestras idcas originales sobre algunos de los casos paradigmaticos. Lo peculiar de la filosofia es, fundamentalmente, que los datos basicos que en ella mangjamos son las intuiciones que tenemos sobre nuestros propios conceptos, un territorio por lo general mas movedizo que el del resto de disciplinas. Estas observaciones muestran que, para ciertos fines, puede ser suficiente ilustrar las diferencias que se quicren destacar mediante Ia presentacién de algunos ejemplos paradigmaticos. Tal es nuestro caso. No vamos a intentar siquiera ofrecer o esbozar una teoria metafilosdfica 40 Introduceién a la filosofia de ta ciencia sobre la naturaleza de la filosofia de la ciencia y su diferencia respecto de otras disciplinas, tanto metacientificas como filoséficas; nos limitaremos a presentar unos pocos ejemplos que expresan, en nuestra opinién de forma clara, las intuiciones que queremos destacar. Los que siguen son ejemplos claros de cucstiones que corresponden a diferentes disciplinas, y muestran que tenemos conceptos diferentes de cada una, por mas que estén estrechamente relacionadas y de que respecto de otros ejemplos nos seria mas dificil establecer, fuera de toda duda, la asignacién a una disciplina dada. Historiografia de la ciencia: za quién corresponde la priotidad hist6rica en el establecimiento del principio de conservacion de la energia?, como influy6 el descubrimiento del telescopio en el debate entre geocentristas y heliocentristas? Sociologia de la ciencia: qué papel jugan las instituciones cstatales en la constitucién de las comunidades cientificas?, ,cudles son los criterios de aceptacién de un nuevo miembro de una comunidad cientifica? Psicologia de la ciencia: ghay algin patrén conrin de comportamiento individual asociado a la pérdida de confianza en una teoria en los periodos de crisis cientifica? Filosofia de la ciencia: ;cudl es la diferencia entre una generalizacion accidental y una ley?, gen qué consiste la distincidn entre términos tedricos y términos no teéricos? Filosofia del lenguaje: ,depende el valor veritativo de una oracién solo de las entidades denotadas por las partes de la oracién, 0 depende también de los modos en que éstas denotan a aquéllas?, gllevan asociados los nombres propios modos de presentacién? Filosofia de la mente: tienen los estacos mentales poder causal?, ,expresan los predicados mentalistas conceptos funcionales? Podriamos seguir con mas ejemplos, pero los mencionados bastan para mostrar que, al menos a veces, las diferencias, aunque graduales, son claras (y ello, por supuesto, independientemente de que incluso para responder «hasta el final» a cuestiones como las planteadas sea preciso muchas veces usar conocimiento de las otras disciplinas). Pues bien, ,qué muestran, por lo que a la filosofia de la ciencia se refiere, estos ejemplos?, en qué consiste su espe- cificidad?, ,qué la distingue de las otras disciplinas? La respuesta general mas apropiada, aunque parezca tautolégica es: del resto de los estudios sobre la ciencia se distingue por su caricter filoséfico, y del resto de disciplinas filoséficas se distingue porque su objeto es la ciencia. Que su cardcter es filos6fico significa que se ocupa principalmente de problemas conceptuales, esto es, de atrojar luz sobre los conceptos relativos al objeto en cuestidn. Esto distingue la filosofia de la ciencia de la historiografia, la sociologia y la psicologia de la ciencia; ello, una vez més, no presupone tampoco que haya una distincidn rigida entre cuestiones de hecho y cuestiones conceptuales. Que su objeto es la ciencia la De qué y como se ocupa la flosafia de la ciencia? 4 distingue de otras disciplinas filos6ficas y en especial de la filosofia de la técnica y del lenguaje: ciencia, técnica y lenguaje son todos ellos productos culturales humanos intimamente relacionados, pero no son e/ mismo producto. Resumiendo, la filosofia, en tanto que andlisis conceptual, es un saber sus- tantivo de segundo orden, interrelacionado tanto con otros saberes de segundo orden como con los saberes usuales de primer orden. La filosofia de la ciencia tiene por objeto poner de manifiesto o hacer explicitos los aspectos filoséfico- conceptuales de la actividad cientifica, esto es, elucidar conceptos fundamentales de la actividad cientffica, como los de ley, contrastacién, explicacién 0 medicion, y reordenar conceptualmente o reconstruir esos sistemas de conceptos producidos por la ciencia que son las teorias cientificas. En ambas tareas se ve influida por, y debe tomar en cuenta, tanto otros estudios de la ciencia (historiografia, psicologia, sociologia), como las ciencias mismas, asi como otras areas de la filosofia, pero ello no la vacia de contenido ni la disuelve en otros saberes. Veamos ahora con un poco mas de detenimiento en qué consiste la tarea especifica de nuestra disciplina. 2. La ciencia como objeto de estudio filos6fico. La filosofia de Ia ciencia Los cientificos, por regla general, suclen mirar con cierta desconfianza a los filésofos de la ciencia. ;Qué mas hay que saber de la ciencia que lo que ellos ya saben?; en cualquier caso, ,quién mejor para saber lo que es la ciencia que el que la practica?, ;quién que no sea un cientifico consumado puede decir algo sensato sobre la ciencia? Esta actitud esta en parte justificada y en parte no. Esté justificada en la medida en que, ciertamente, no se puede decir nada sensato sobre la ciencia siendo un ignorante en ella; de hecho, muchos de los més importantes filésofos de la ciencia han dispuesto de una formacién cientifica considerable. Pero no esta justificada en tanto confunde saber ciencia con saber qué es la ciencia, saberes que corresponden a niveles o ambitos dife- rentes. Hay algo més que saber de la ciencia que sus contenidos, como hay algo mas que saber de una lengua que cl hablarla, Hemos visto que en un sentido importante de ‘saber’, cl saber relativo a una actividad no se agota en practicarla, queda todavia saber en qué consiste practicarla, ser capaz de formular las reglas o principios que se siguen. Lo primero no es condicién suficiente de lo segundo, se puede realizar corectamente la prictica sin sor capaz de explicitar las reglas seguidas, si bien, ciertamente, hay que suponer el conocimiento implicito o inconsciente de las reglas involucradas; todos hablamos correctamente antes de recibir cursos de gramatica, y la mayoria de gente que argumenta bien no ha estudiado jamas légica. Y aunque es obvio que ser un 42 Introduccién a la fitosofia de la ciencla practicante competente de una actividad facilita por lo general la investigaci sobre la misma, ya vimos que, estrictamente, lo primero tampoco es condicio= necesaria de lo segundo, Lo mismo se aplica, mutatis mutandis, al caso de ta practica cientifica y su relacién con los principios que la rigen. La tarea de filsofo de la ciencia es investigar los principios que rigen esta activi principios que, si suponemos que son seguidos implicitamente por los cientificos la hacen comprensible. Vamos a ver a continuacién que esta tarea involucra tres dimensiones diferentes pero, contra lo que se suele sugerit, complementarias. a saber, las dimensiones descriptiva, prescriptiva e interpretativa. A veces se intenta caracterizar la naturaleza de la filosofia de la ciencia en el contexto de la dicotomia «descripcidn/prescripcién» y se discute cual de las dos funciones ha de desempe‘ar la disciplina, si la normativa o la descriptiva (un caso notorio de discusién en estos términos Io representa la polémica entre Popper, Lakatos y Kuhn sobre la falsacién, cf. cap. 12 §5). Segiin los partidarios de la perspectiva normativa, la tarca de la filosofia de la ciencia consiste en imponer normas que se supone deben seguir los cientificos en su practica, y «juzgarles» o evaluarles de acuerdo con tales normas. Para los partidarios del descriptivismo, eso no tiene ningtin sentido y lo tmico que cabe es describir cémo operan de hecho los cientificos. En nuestra opinién, este modo de plantear la cuestién es completamente confundente. En primer lugar, deseripeién y prescripcién, aplicados al anillisis de la actividad cintifica, no son excluyentes. No se trata de dos cuernos de un dilema sino de dos caras de una misma moneda. En segundo lugar, estos aspectos no cubren sino parcialmente la funcién de la filosofia de la ciencia. Junto a ellos, esta disciplina tiene también una dimension interpretativa fundamental. Por decirlo brevemente: algunas de las tareas de la filosofia de la ciencia son a la vez descriptivo-normativas, y otras son interpretativas, O mas cxactamente, en casi todas estén presentes ambas dimensiones, en unas prima mds el aspecto descriptivo-normativo (p.cj. ante el estudio de la contrastacién de hipotesis), en otras ambos tienen andloga presencia (p.cj. el andlisis de la explicacién cientifica o el de la evaluacién , y en otras, por ultimo, domina la dimensién interpretativa (p.cj. el anilisis y reconstruccién de teorias), Contra lo que muchas veces se ha sugerido, descripeién y prescripeién no siempre se oponen. En concreto, no se oponen cuando son relativas a las practicas convencionales: las pricticas convencionales se atienen a conven- ciones o reglas, y la descripcién de tales convenciones tiene implicaciones normativas. O bien, viéndolo desde el otro lado, ‘establecer prescripciones- normas’ es una expresién ambigua. En un sentido significa imponer normas, reglas 0 mandatos para dirigir una actividad o conducta previamente no De qué y como se ocupa la filosofia de ta ciencia? 43 regulada; ejemplos paradigmaticos de ello son algunas normas de circulacién ©, sobre todo, la «invencién» de un juego. En otro sentido, significa investigar y hacer explicitas las reglas, normas 0 convenciones que rigen ya de hecho cierta actividad 0 conducta. La primera tarea no es a la vez descriptiva (en el sentido interesante de ‘descripeién’, las reglas de un juego no son descriptivas), la segunda si. La clave para comprender el segundo tipo de tarea es el concepto de convencién (para un anilisis exhaustivo de este concepto, cf. Lewis, 1969). Las convenciones, a diferencia de los mandatos explicitos, son normas que han devenido tales sin que medie ningin acto de imposicion arbitraria o decision explicita colectiva (p. ¢j. la convencién de los conductores de avisar mediante rafagas luminosas la presencia de la policia). Una actividad convencional es pues una actividad que esté regida por normas seguidas implicita o incons- cientemente por los que llevan a cabo dicha actividad. Pero las convenciones son normas y por tanto las actividades convencionales son susceptibles de llevarse a cabo correcta o incorrectamente, siguiendo las reglas 0 no. Quizas se diga que en este sentido las leyes naturales que rigen todos los entes sin conciencia son convenciones, que la actividad de estos seres es convencional, pues «siguen» estas leyes-reglas inconscientemente. Podemos hablar como queramos, pero desde luego no es eso lo interesante. No se suele usar asi el término, no sélo para los entes inanimadbs, sino tampoco para muchos seres animados, incluso aunque se les atribuya ciertas capacidades cognitivas 0 representacionales. No sdlo no decimos que la actividad de un atomo sigue una convencién, tampoco lo decimos de una bacteria o un perro, aunque al menos este ultimo es probablemente un ser con cierta capacidad cognitiva. Es claro que ‘convencional’ sélo se aplica a actividades de seres susceptibles de desarrollar capacidades representacionales especialmente complejas, en particular capaces de tener determinado tipo de representaciones de segundo orden, Para seguir una convencién no basta tener estados representacionales conativos (deseos) y doxasticos (creencias) basicos, hay que tener ademés representaciones de segundo orden: creencias sobre las creencias y deseos de otros, creencias sobre las creencias de otros acerca de nuestras creencias y deseos, etc. Esto es lo fundamental, y scan lo que sean estos estados, involucren 0 no la conciencia, y por mucho que, caso de que la involucren, no tengamos mucha idea de qué es la conciencia, el caso es que claramente no todos los seres con capacidades representacionales disponen de este tipo de representaciones de segundo orden. Por tanto, no todo comportamiento guiado por reglas se puede calificar de convencional, ni siquicra cualquier actividad regulada que requiera alguna capacidad representacional. Slo son convencionales las conductas reguladas cuya realizacién supone el uso de representaciones de segundo orden 44 Introduecién a Ia filosofia de ta eiencia especificas. Por lo que sabemos, parece que s6lo el ser humano dispone de estados representacionales con esas caracteristicas, y por tanto que sélo él es capaz. de desarrollar conductas convencionales (ésta es una cuestién empirica abierta que, en cualquier caso, no afecta lo que sigue). Hay muchas actividades humanas convencionales, por ejemplo, el tipo de saludo especifico de cada comunidad, o la mencionada practica entre los conductores de indicar mediante réfagas la presencia de la policia. La actividad humana convencional més paradigmatica es sin duda el uso del Lenguaje, el hablar determinada lengua. El lenguaje es convencional y por eso es normativo, porque esta sometido a reglas. Hablar un lenguaje es fundamentalmente seguir reglas, las reglas lingiiisticas gramaticales, seménticas y pragmiticas, que son convencionales en el sentido apuntado (cf. Lewis, op. cit., cap. 5, y también Grice, 1957). Hablar consiste en (intentar) scguir unas reglas implicitas en la comunidad en la que se desarrolla la actividad y por ello es una actividad que se puede desarrollar correcta 0 incorrectamente, esto es, una actividad su: ceptible de evaluacién. Hay muchas otras actividades humanas convencionales relacionadas, en sentido mas o menos laxo segin el caso, con el lenguaje. Cada una de esas actividades tiene una finalidad y esti regida por un sistema implicito de reglas que, de seguirse correctamente, conducen a la consecucién de la finalidad en cuesti6n. Actividades de ese tipo son, por ejemplo, realizar proferencias gramaticales (que es parte constituyente de la actividad de hablar un lenguaje), argumentar, explicar o teorizar. Como ya sefialamos mas arriba, en relacién a estas actividades regidas por reglas hay dos sentidos en que se puede hablar del conocimiento de las reglas. El primero es un conocimiento implicit, que consiste en realizar con éxito la actividad, en seguir las reglas; a los que practican correctamente la actividad hay que atribuirles el conocimiento implicito de las reglas. El segundo es conocimiento explicito, saber en qué consiste practicar correctamente la actividad, y a él se llega mediante una tarea o investigacién de segundo orden La funcién de las disciplinas que llevan a cabo esta investigacién (p.cj. parte de la Logica, parte de la Gramatica) es hacer explicitas las reglas que rigen las actividades en cuestién, descubrir y describir el conjunto de normas- convenciones en cuyo seguimiento consiste cl desarrollo exitoso de la actividad. Pero entonces es claro que la funcién de tales disciplinas es a la vez descriptiva y normativa (0 evaluativa). Al hacer explicitas, al describir, las reglas que igen la actividad, permiten evaluar si tales roglas se han seguido 0 no en un caso concreto, si la actividad se ha Ilevado a cabo correctamente, O mejor dicho, hacer explicitas las reglas y evaluar la actividad son en este caso dos caras de la misma finalidad. Resumiendo: describir normas o convenciones en.

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