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puntes: Jas psicoterapias y sus elementos constitutivos Por Diego G. Brandolin™ Introduecién El término psicoterapia! ha sido definido de miltiples maneras desde que fue acufiado y utilizado regularmente, En este trabajo, nos remitiremos a las definiciones actuales generalmente més aceptadas para a partir de ellas ejercitar algiin grado de reflextion? Segin la Federacién Espafiola de Asociaciones de Psicoterapeutas se entiende por Psicoterapia todo tratamiento de naturaleza psicolégica, que a partir de manifestaciones psiquicas o fisicas de sufrimiento humano, promueve el logro de cambios 0 modificaciones en el comportamiento, la adaptacién al entorno, la salud fisica y pstquica, la integracién de la identidad psicolégica y el bienestar bio-psico- social de las personas y grupos tales como la pareja o la familia El término Psicoterapia no presupone una orientacién o enfoque cientifico definido, siendo considerado denominativo de un amplio dominio cientifico-profesional especializado, que se especifica en diversas y peculiares orientaciones tedricas, prdcticas y aplicadas.> Otras definiciones corrientes sustancialmente comparten el sentido general de la citada, En otro sentido, en este trabajo entenderemos a la psicoferapia también como un dispositivo al modo en que lo define Foucault. Para él, se pueden desglosar tres aspectos de este concepto. En primer término, se tata de un conjunto decididamente heterogéneo, que comprende discursos, instituciones, instalaciones arquitecténicas, decisiones reglamentarias, leyes, medidas administrativas, enunciados cientificos, proposiciones filoséficas, morales, filantrépicas. Sefiala ademés que los elementos del dispositive pertenecen tanto a lo dicho-como a lo no dicho. En un segundo plano, ‘Foucault sefiala a la naturaleza del vinculo que puede existir entre estos elementos * Pricélogo. Profesor de Psicologia, Profesor Adjunto a cargo de Ia Tituaridad de la Citedra Pscologta Clinica I (6). Facltad de Psicologia. Universidad Nacional de Rosario (2013). Y Las referencias a Ja acufacién del témino son difusas. Un ignoto psiquiatra francés, Vertis, sparentemente empezs a utilizar Ia palabra psicoterapia en la pensitima década del s. XIX para designat al tratamiento que aplicé algunos de sus enfermos consistente en la sugestion directa, apartindose de la practice hipnticaproponderante de a pce, sutentada por ls Escuelas do Nancy y Salperite. Para una adecuada referencia histérica del concépto consultar Padré, D. (2000) Origenes de la Pricoterapia. Revista Psiguis N° S (Pigs. 221-231). Instituto de Psicoterapia © Investigacién Psicosométicd. Madrid. 3 REAP, Betatutos, At, 6 Concepto de Peicoterapiay Peicotorapeuta heterogéneos, pues entre ellos existe una red de conexiones que se compone de juegos, cambios de posicién, modificacién de las funciones que persigue. En tercer y dltimo lugar el dispositivo tiene Ja fimcién de responder a una urgencia en un momento histérico y en un contexto social dado. En tal sentido, para Foucault iene una posicién estratégica dominante desde su génesis.* Trataremos de dar cuenta de los aspectos generales que estén presentes en la psicoterapia como dispositive definido por el momento histérico y'el contexto social presentes. Nos proponemos abordar apenas la primera de las dimensiones sefialadas por Foucaillt, es decir el conjunto de elementos que componen a la psicoterapia, y nos adentraremos tangencialmente en aspectos de la red de relaciones que los unen. Dejaremos como farea inconclusa la elucidacién del tercer plano, es decir, el origen y la fullicién de la psicoterapia Como eniergeéiite social, por excéder én muchio los alcanices de esta presentacién. Cabe sefialar que probablemente este aspecto inacabado nos impediré ‘una comprensién ins cabal del papel de la psicoterapia en nuestra sociedad. Elementos que componen al dispositivo psicoterapéutico Podemos identificar en principio tres componentes: en primer término, cualquier modelo de psicoterapia cuenta con un marco epistemolégico, filosdfico y cientifico, es decir, una serie de representaciones y construcciones de sentido acerca de qué es la realiélad, qué es el ser humano, cudl es el sentido de 1a vida, qué es la salud y la enfermedad, cusl es la nocién.de conflicto que supone para explicar las vicisitudes que llevan al padecimiento humano y de"qué modos puede actuar el psicoterapeuta para favorecer la restiticién’ del bicestar 6 al’menos, Ia atemiacién’ del suftiaienté. La expresién de estas caracterfsticas puede aparecer més o menos explicitamente en las formulaciones. En algunos modelos habré- una mayor pretensién de objetividad, mientras que otros evitarén las definiciones concretas. ‘Bir segundo lugar, debe existir un pedido de’ ayuda, Para constituir-el disposi psicoterapéutico~-es~ conidi ro iénnecesaria’ que~alguien~lo~ requiera:~Si~bienpuede considerarse una obviedad, es una clausula indispensable. Quizés conviene hacer en este punto algunas aclaraciones. Ditemos que no siempre que haya un contacto con un “Las definiciones estén extraidas de una entrevista realizada a M. Foucault por Alain Grosrichard que apareci6 en el texto Saber y Verdad, Bdiciones de la Piqueta, Madrid, Espafia, 1985, Pags. 127 ss. psicoterapeuta existird necesariamente un pedido de ayuda. Es parte inicial de Ia tarea clinica despejar esta cuestion. Algunas personas pueden acudir a una consulta soliciténdola esponténeamente, rhjentras que en otros casos, 1a familia u otras instituciones (escuela, juzgado, hospital general, cércel, etc.) son los que realizan el pedido sefialando a una persona particular como la que requiere de asistencia psicol6gica. En el primer caso nos representamos la situscién mAs habitual: alguien se pone en contacto con un terapeuta para solicitar atencién profesional. Este es el inicio de una dimensién existente en todos los modelos psicoterapéuticos, que con mayor o menor claridad y nitidez. definen el proceso, previo a Ia instalacién del dispositive psicoterapéutico, améndoloalternativamente psicodiagnéstico, de pautamiento, de aclaractén de la demanda, ete. Tiene por finalidad que el psicoterapeuta conozca y a menudo ‘aclare la problematica que trae el consiltante, y decida si puede o no hacer algo para ayndarlo, ‘También sirve para que el consultante revise su intencién de pedir ayuda y si le satisface la eleccién que ha hecho del profesional. Algunos autores han planteado que determinados consultantes obtienen cierto esolarccimiento en las primeras entrevistas (0 ‘aun en una tinica®) y eso es suficiente para hacerlos desistir de continuar con el proceso. El psicoterapeuta se sirve de esta etapa para definir, entre otras cuestiones, si el consultante esta comprometido personalmente en el pedido de ayuda que formula o no. Por ejemplo, en muchas ocasiones reeibimos consultas de personas que, a primera vista, lo hacen motivadas por problemas propios que desean resolver con muestra asistencia profesional. Pero, en la medida que vamos ampliando el conocimiento'de sus motivaciones y de su situacién personal, se hace patente que se presenta ante nosotros en realidad para acceder a la peticién de un tercero. Se puede escuchar a un hombre de mediana edad que en medio de una crisis matrimonial Iega expresando “en realidad ‘yengo acd porque mi mujer me pidi6 que haga terapia”; 0 aun la descripcién de amenazas 0 chantajes de los que los consultantes pueden ser victimas mas 0 menos explcitamente, como un adolescente que declaré “si no vengo mis viejos no me dan més plata”, o un adulto mayor diciendo “mis hijos estan cansados de mi mal cardcter, as{ que tengo'que venir acd”, etc. Los variados enfoques psicoterapéuticos en este punto pueden diferir de cémo continuar. Algunos terapeutas darén por terminado el proceso sin instalar-el dispositivo 5 Véase como ejemplo Ulloa, Fernando, La entrevista operativa, Ficha 149, Oficina de Publicaciones, Fac. de Filosofia y Letras, UBA, 1963, de asistencia, indicando precisamente que no encuentran suficiente motivacién personal en el consultante como para establecer una psicoterapia, y aun le recomendarén que sugieran a la persona que lo envié que inicie ella misma una. Otros buscarén ampliar la mirada de la situacién invitando al cényuge, los hijos, los padres o quien considere necesario a las siguientes entrevistas para trabajar con el conjunto de los implicados en la situacién de malestar. Otros més iniciaran igualmente el proceso de psicoterapia cont la expectativa de que en el espacio de Ia misma el consultante encuentre una mayor motivacién para aprovecharla. Otros intentarén planificar el trabajo para ensefiar a la persona a adaptarse y cumplir mejor los requerimientos que le son formulados por los, demés sin menoscabo propio. Estas posibles vias estén expresadas en términos sumamente simplificados, a riesgo de parecer esqueméticas. ‘Veantios ‘abiora como’ se puiéde“peitéar tin pédido ‘de’ consulta ‘de parte dé la familia del supuesto paciente. Algunos son traidos a la consulta directamente por sus cényuges, familiares 0 amigos cercanos. Puede tratarse de personas que no registran. sufrir ningiin inconveniente, o aun haciéndolo no creen que la psicoterapia pueda ser de alguna ayuda para ellos, pero suelen tener en comtin que despiertan’ algin nivel de alarma o preocupacién suficiente entre quienes los rodean como para procurar ayuda de un terapenta Puede suceder que esta situacién ocurra en casos de personas con alteraciones que lleguen a ser graves, por ejeinplo en personas que sufien procesos psicéticos, problemiticas de adicciones, trastomos alimentarios graves, etc.’ En estos casos probablemente exista aparejado un cierto riesgo de vida o al menos para la integridad de estas personas o de sus allegados. Aunque también es posible que se trate de situaciones ménos omprométidas. Las diferentes psicoterapias optarén por distintas estrategias para establecer el dispositivo. Si se trata de situaciones evaluadas como graves o riesgosas, muchas veces se pueden incluir dentro del dispositivo instancias de internacién a régimen total o parcial: en instituciones especializadas-para-1a problemética-de que-se trate, asf-como también’ es-posible-requerir-apoyor farmacolégico- para: el-tratamiento;-a cargorde- un médico psiquiatra. Ahora bien, si después de haber efectuado un detallado relevamiento del caso se puede conchuir que la situacién no presenta ribetes de riesgo serio, el proceso jpuede correr la misma suerte que sefialabamos para el caso de consultas motivadas por algiin otro significativo, como se describe més arriba. Cuando e] pedido de ayuda es realizado por una institucién distinta a la familia suele haber otros matices. Las que més habitualmente pueden realizar pedidos de asistencia psicoterapéutica son las escuelas, los juzgados, los hospitales (més bien determinados servicios que los integran) o las cdrceles. En términos generales, en estos casos la persona para la que se pide asistencia genera conflictos con alguna instancia institucional, real o potencialmente. Puede ser que se recurra al terapeuta para que ejerza tina funcién de normalizador. Ademés se le suelen requerir informes acerca de la deriva del tratamiento, y en ocasiones pronésticos y sugerencias concretas en la cuales los fumcionarios a cargo puedan sustentarse para tomar decisiones al respecto. En otros casos, la demanda puede estar motivada por un interés genuino en el bienestar de quién presenta Ja problematica. Es tarea del terapeuta decidir de qué se trata. Por ejemplo, recibimos a una persona a quien un juez o un tribunal le otorga Ja libertad condicional en una causa penal, pero tiene como requisito hacer terapia para que tal beneficio se sostenga. En estos casos, el paciente sabe que debe cumplir con la asistencia al dispositive psicoterapéutico si quiere que no le sea revocado el beneficio legal del otorgamiento de libertad, y esto plantearé un problema particular que deberdt ser cuidadosamente evaluado por el profesional que recibe la demanda. Es comin también que Ieguen con indicacién de psicoterapia nifios derivados de Ia escuela a la que asisten. Esta indicacién puede ser clara y definida, pero también resultar vaga, confusa o contradictoria. Bl terapeuta puede solicitar aclaraciones @ la {nstitucién para evaluar la posibilidad de establecer un dispositive de ayuda con ese nifio sefialado como padeciente, y también podré mantener contscto fluido con la escuela para monitorear los resultados del proceso de tratamiento. Pero tam! puede pasar que, de acuerdo a la evaluacién previa, sea necesatia una intervencién institucional en Ja escuela para trabajar a fondo las cuestiones que originan el malestar en ese émbito y que estin siendo depositadas en el nitio, Para aquellos terapeutas que se desempefian en efectores de salud piblicos o privados (hospitales, sanatorios, clinicas, centros de salud, ef.) es habitual recibir a una persona que necesita psicoterapia segin la opinién sostenida por parte de alguna seccién 0 departamento de la misma institucién o de otra de similares caracteristicas. Pacientes que vienen derivados de Neurologfa, 0 que el jefe de guardia o el responsable de sala indican que sean vistos por un psicélogo, son bastante habituales en las instituciones de salud. Esto plantea un importante problema de procesos de derivacién e interconsulta que ha sido tratado por numerosos autores, a cuya lectura remitimos.° Bn todos estos casos, es evidente que la construccién del dispositive psicoterapéutico asumiré caracteristicas diferenciales y presentaré problemas especiales ‘que deberdin ser evaluados met6dica y cuidadosamente. El teréero de los elementos que componen el dispositive psicoterapéutico es el encuadre y los problemas atinentes a su establecimiento, El témino encuadre comprende significados diversos en muestro idioma. La definicién de diccionario designa como encuadre a 1a accién de encajar dentro del campo visual del objetivo de una cémara fotografica o de filmacién los elementos que se desean.’ También aparece definido en el diccionario el verbo encuadrar. Tiene varias acepeiones: poner algo dentro de un marco o cuatiro; encajar, ajustar ina cosa dentro ile otra; déterminar los Hmites de algo, incluyéndolo en un esquema u organizacién.® En el campo de las psicoterapias, no pocas veces se ha definide el témino: ‘Tenemos la clésica definicién propuesta de J. Bleger del encuadre como las constantes, dentro de cuyo marco se da el proceso’, haciendo alusién al proceso psicoanalitico. Pero si revisamoé la literatura éxistente, encontraremos escaso grado de acuerdo acerca de qué es lo que comprende. . En este trabajo aplicamos la nocién de encuadre en psicoterapia para sefialar Ja seleccién y recorte por parte del psicoterapeuta de determinados aspectos que ‘se ulilizarén para construir la relacién terapéutica, y se mantendrdn estables 0 con un margen de flexibilidad minimo a lo largo del tratamiento. En esta definicién debe enfatizarse que es el psicoterapeuta el que elige los igrminos del’encuadre, y los propone con un margen de flexibilidad y negociacién quie Seré funcién de diversas variables. En cualquier linea teérica en la que se inscriba el tratamiento offecido podrin leerse las caracteristicas del encuadre aplicado. Nosotros ‘vamos a seffalar cuatro dimensiones que pueden identificarse en todos: marco concreto, * Vease como ejemplo Ferrari H. y Luchina, 1, La inferconsulta médico psicolégicaen'el marco hospitalaro, Buenos Aires, Ed. Nueva Visién, 1977 Diccionario Manual de la Lengua Espafiola Vox. © 2007 Larousse Editorial, SL. * Diccionario dela lengua espafiola © 2005 Espasa-Calpe. ° Revista de Psicoandliss, T XXIV, N°2, Pag, 241 Marco concreto En varios escritos sobre el tema, este item parece agotar la totalidad del encuadre, mientras que para nosotros no constituye mas que uno de los apartados aungjue no poco importante, Se trata de Ja definicion de las condiciones materiales en las que se aplicaré el dispositivo de psicoterapia. Podemos diferencier: Lugar, horario, frecuencia y duracién de las sesiones: estos aspectos son por lo general definidos claramente al inicio del tratamiento. Es aconsejable que asi suceda porque dar por sobreentendido alguno de estos aspectos puede generar confusién al consultante, cuando en realidad Jo que se busca en toda psicoterapia es establecer un vinculo de coifianza en el que apoyar el trabajo clinico. Manejo del ambient sn esté punto nos referimos a la disposicién espacial que se mantendré en el transcurso de la psicoterapia. Este aspecto tendrd diversas variantes de acuerdo al marco te6rico utilizado, a las caracteristicas del paciente y a las condiciones de la oferta psicoterapéutica. Por ejemplo, en la terapia psicoanalitica ortodoxa se seftala en algin momento del tratamiento Ia utilizacién del divin para el paciente y el emplazamiento del terapeuta fuera de su campo visual, mientras que en Ja terapia ‘comportamental no es'extrafio que el terapeuta acompafie al paciente incluso fuera del consultorio mientras realiza una determinada tarea, También la utilizacién del espacio varia cuando se trebaja con nifios, con pacientes que se encuentran imposibilitados de deambular (tratamiento domiciliario), o con personas privadas de la libertad. Algunas Ineas tedricas presentan mayor flexibilidad en el uso del espacio, mientras que otras considetan que si no se cumplen determinadas condiciones en este aspecto no es posible establecer el dispositivo. Pago de honorarios: esta cuestién sucle ser, al menos en mestro medio, bastante conflictiva para muchos psicoterapeutas. Cabe sefialar que en la consulta privada debe establecerse claramente el pago en tiempo y forma, sefialando cémo se manejardn las situaciohes excepcionales que pudieran surgir en el transcurso del tratamiento, como por ejemplo si se le cobrard la sesién en caso de ausencia. Por ello, es muy importante que 1 psicoterapeuta no tenga inconvenientes para hablar del esunto en forma clara. Ya sea eno piblico como en lo privado, al profesional vive de lo que gana, y su trabajo es la atencién clinica. Otros aspectos a tener en cuenta en este apartado pueden ser cnestiones que es necesario aclarar también como por ejemplo el perfodo de vacaciones que se tomaré el terapeuta, las vias de comunicacién que pueden utilizar entre sesiones por motivos de toda indole, ete. Muchas veces estos aspectos son defiriddos durante el curso de la psicoterapia. Las diferentes Hineas te6ricas resuelven de maneras variadas esta cuestién de acuerdo a sus supuestos. Rol del paciente y del terapeuta Forma parte de la definicién del encuadre también la especificacién de los roles. Em los diversos miétodos psicoterapéuticos se pone distinto énfasis en la explicitacién clara de ellos, no obstante las attibuciones de cada funcién se realizan en todas las modalidades de psicoterapia. El paciente’ debeérd tenier claro’ qué puede hacer"y qué’ no’ en’ el ‘mateo ‘de la consulta. Por ejemplo, en la terapia de grupos gestiltica se sucle aclarar que los infegrantes del grupo deberin guardar secreto de lo que otros pacientes corunican en Jas sesiones, para favorecer el desarrollo de confianza grupal. También podemos citar la indicacién psicoanalitica de la asociaci6n libre como tarea del paciente. La persona que inicia un tratamiento tiene derecho a saber, si as{ lo requiere, qué puede obtener o esperar de Ia terapia, ya sea la dismimucién o desaparicién de sus sintomas, la elaboracién de conflictos personales, la mejoria en sus relaciones vinculares, la ampliacién de la conciencia de ‘si mismo o el aumento de la posibilidad de responsabilizarse de sus actos. Volveremos sobre ello cuando veamos el apartado referido a los objetivos. El psicoterapeuta debe también definir como parte del encuadre varias cuestiones més, Probablemente la primera de ellas es qué tipo de vinculo inteitard establecet con el paciente. El tipo de vinculo varia en los distintos modos de psicoterapia. En general puede decirse que, en términos de poder, las relaciones que’se establecen recorren un arco de posibilidades desde la asimeiria a la simetria. Podria discutirse-que-la-relacién que-se-establece-entre~pacienite-y terapeuta: es-desde’-su conformaciénasiméirica, dado-que et primero’ se-dirige al segundo-con Ta esperanza de~~ recibir ayuda y Je supone un saber 0 un poder con el que él mismo no cuenta, No obstante, algunos modelos de psicoterapia tienden a buscar la mayor simetrfa posible entre paciente y terapenta, como las psicoterapias humanistas y existenciales, mientras que otros recalean Ia asimetria, como por ejemplo el psicoandlisis o las terapias sistémicas de tipo estraiggico. También se pueden definir oudles ambitos de la vida del paciente serén de incumbencia en Ia terapia y oudles no. Por ejemplo, en una psicoterapia de objetivos limitados se coristruiré junto con el paciente el foco del tratamiento, desalentando la desviacién del trabajo hacia otros Ambitos o situaciones que pudieran surgir paralelamente. Ea el caso de que una situaci6n nueva fuera de alto impacto subjetivo, el ‘terapeuta puede proponer wn recontrato de los objetivos a los que atenerse. Tipos de intervenciones Entre las cuestiones que definen el encuadre en sentido amplio se encuentran les caracteristicas que asumen las intervenciones del terapeuta. Definiremos como tales todo aguello que el terapeuta comunica al paciente dentro y fuera de las sesiones. En sintesis, engloba todo el comportamiento del terapeuta en relacién al paciente mientras dura un tratamiento, Puede sonar exagerado, pero 1a experiencia sefiala que en el campo -vincular conformado por la relacién, el paciente es fuertemente influido por cualquier expresién personal del terapeuts. No se espera que este iltimo practique un excesivo autocontrol para evitarlo, pero si que sea consciente y responsable de esta influencia ejercida, y del ugar de rélevancia en el que son atentamente recibidas por el paciente sus manifestaciones. Respecto de las intervenciones existen varios criterios por los cuales se pueden clasificar. El primero depende de que incluya 0 no una indicacién precisa, una tarea 0 una consigna a Ja que el paciente deba responder. Tendremos desde este punto de vista, intervenciones directivas y no directivas. Por ejemplo, el silencio del psicoanalista como respuesta a una pregunta que le formula un_paciente es una intervencién no directiva, pues deja al paciente la responsabilidad de continuér como prefiera la sesi6n a partir de ella. La asignacién de tareas por parte del terapeuta comportamental es una intervencién directiva, a la que se espera que el paciente responda llévando a cabo la aena asignada. Existen. también intervenciones dirigidas a terceros, que el terapeuta realiza ‘buscando producir efectos en el paciente. Tal es el caso de las entrevistas vinculares practicadas en algunos modelos terapéuticos, donde se incluye puntualmente en alguna sesién ademés del paciente a otra persona con quien tenga un vinculo significative para. discutir un teria determinado. También velen como ejemplo las intervenciones que los terapeutas realizan para moilificar las condiciones de inclusién en el régimén gue cumple un paciente institucionalizado: cambiar de habitecién, incluir al paciente en dispositivos altemativos como ciertos talleres, 0 disponer que comparta diariamente algo de tiempo con un acompatiante terapéutico. Otros ejemplos de tales intervenciones son os informes verbales o escritos dirigidos a las escuelas o al ambito forense en el caso del tratamiento de nifios escolatizados o personas que se encuentran en conflicto con la ley respectivamente: Otro’ modo de clasificar las intervenciones es entre verbales y no verbales. Si bien se identifica como tales generalmente a las palabras del psicoterapeuia, anteriormente mencionébamos que el silencio puede ser también una. Pueden incluirse entre estas wiltimas ademés los gestos, inflexiones' de la voz, movimientos y contacto. fisico por parte del terapeuta hacia el paciente. También pueden utilizarse como medios dé infetvencién ciertos materiales concretos, comio‘ettel caso de Ia terapia’ con nits, donde el terapeuta se vale, en el transcurso de una sesi6n de juegos, de la introduccién, de juguetes u otros materiales (papeles, Iapices de colores, telas, crayones, ctc.). Definicién de objetivos En todas las [ineas de psicoterapia existe la definicin de objetivos, entendiendo como tales a las metas que se esperan obtener de la aplicacién del dispositive, que pueden tener un cardcter mas o menos ambiguo. Por ejemplo, el psicoandlisis propone hacer consciente lo inconsciente o la resolucién de la neurosis de transferencia en sus formulaciones clisicas. En Ia terapia sistémica estratégica se solfan establecer objetivos, muy definidos ¢ incluso plazos para su concrecién, como por ejemplo que un adulto joven se emancipe de su familia de origen o que un adolescente tetome a Ia escuela. Lo propio sucede con las terapias ‘cognitivas y comportamentales, 0 com las terapias de objetivos limitados 0 focalizadas. Existen también objetivos de més largo alcance y quizés més deletéreos, como por ejemplo el que podria plantearse uria terapia inalitica existencial acerca de que ei paciente-logre un mayor nivel de libertad y-responsabilidad ~venrswvida>-- 2 a Sintesis En este breve escrito hemos resumido qué entendemos por psicoterapia. Para ello nos hemos basado en el concepto que sostiene la FEAP (Federacién Espafiola de Asociaciones de Psicoterapeutas), Ja més importante y antigua institucién de ese pais encargada de acreditar psicoterapeutas. También hemos seffalado que entendemos a la psicoterapia como un dispositivo en el sentido foucaultiano del término, cuestién que comporta tres aspectos: un conjunto de elementos discursivos y no discursivos que lo ‘componen, una red de relaciones que se extiende entre ellos de naturaleza dindmica, y la funcién social de la emergencia de esta estructura vincular. Resefiamos los elementos componentes del dispositivo psicoterapéutics diciendo que son tres: marco epistemoldgico, filosdfico y cientifico; pedido de ayuda y encuadre. Desglosamos cada uno de ellos tratando de describir y desentrafiar sus atributos y las relaciones que guardan entre si brindando ejemplos. No es posible agotar el tema con estas formulaciones que puedan parecer quizis algo esquemiticas. Bsperamos que este trabajo pueda cumplir su funcién, que es ofrecer algunas herramientas para introducirse al estudio de los diferentes modelos de psicoterapia. Avenburg, R., Sobre el encuadre en psicoandlisis, Psicoandlisis APdeBA - Vol. XXVI -N? 12004, Federaciéa Espafiola de Asociaciones dé Psicoterapoutas, Estatutos de Fundacién. Ferrari, B. y Luchina, 1, La interconsulta médico psicolégica en el marco hospitalario, Bd, Nueva Vision, Buenos Aires, 1977. Foucault, M., Saber y Verdad, Diccionario de la lengua espafiola Espasa-Calpe, 2005. Diccionario Manual de la Lengua Espaftola Vox, Larousse Editorial, 8.L., 2007, Padr6, D., Origenes de la Psicoterapia, Revista Psiquis N° S (Pégs. 221-231), Afio 2000, Instituto de Psicoterapia ¢ Investigacién Psicosomética, Madrid, Bspafia. iones de la Piqueta, Madrid, Espaiia, 1985, Ruiz Séncher, J. y Cano Sinchez J., Las Psicoterapias: Introduccién para profesionales sanitarios, en Psicologia On Line.com. Ulloa, F., La entrevista operativa, Ficha 149, Oficina de Publicaciones, Facultad de Filosofia y Letras, UBA, 1963.

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